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Agradecimientos...........…………………………………………………………......2
Prefacio.......………..………………………………………………...…….………..3
Fuentes y metodología……………………….……………………….....…………10
2
Prefacio:
remonta al inicio del período colonial, cuando la conquista y colonización del espacio
hasta entrado el siglo XIX estuvo prácticamente bajo control indígena- se produjo de
forma discontinua y compleja. Este proceso estuvo signado por el despliegue de diversos
transformaciones en el seno de las mismas que, lejos de mantenerse “pasivas” ante los
que lo habitaron originariamente (Lastra, 1977 Biedma, 1975). Una nueva interpretación
de la frontera surge con la historia económica y social. Esta vez, restringiendo el análisis a
la ocupación del territorio, como si fuera un espacio vacío2. De esta manera -aunque sin
1
Se usará de forma alternativa los conceptos “europeo”, “hispano”, "blanco" o “cristiano”, en
contraposición al de “nativo”, “originario”, "indígena” o “infiel”, pero desde un enfoque
exclusivamente etnográfico, es decir, para diferenciar a las unidades socio-étnicas y culturales
analizadas y siendo concientes de los procesos de mestizaje desatados tras iniciarse la conquista de
América que fueron complejizando dichas realidades (Ares y Gruzinski, 1997). Consideramos
necesaria dicha aclaración debido a que desde la llamada historia "tradicional" se utilizó
peyorativamente el concepto "indio", asociándolo con lo "salvaje", "incivilizado" y en oposición a
la sociedad blanca y cristiana, portadora de la supuesta "civilización".
2
Turner (1968), en un artículo publicado por primera vez en los Estados Unidos en 1893, describe
la frontera como la franja extrema de una región de bajo poblamiento o colonización que avanza
3
caer en la justificación de la guerra al indio-, se ignoró la existencia de dichas sociedades
(Gallo y Cortés Conde, 1968 Halperin Donghi, 1963). Por último, investigaciones surgidas
aportando innumerables evidencias sobre las complejas relaciones que vincularon a ambas
blanca y apartado por una frontera entendida, según la había definido Turner (1968), como
políticos y culturales específicos. Es desde esta última perspectiva que planteamos nuestra
XVII. Algunos de los temas que han abordado los trabajos recientes sobre el espacio
1992 Palermo, 1989 Ratto, 1998 Correa, 2001), la política de regalos a caciques (Bechis,
2000), los malones (León Solis, 1986) y los sistemas reduccionales (Néspolo, 1999 Correa
y Mateo, 1999 Nofri, 2001). Otros centran sus análisis en las transformaciones que el
contacto con el blanco provocó en las sociedades indígenas. Éstas, están siendo entendidas
(Boccara, 2001). Así, en el orden económico, diversas indagaciones nos hablan de una
progresivamente hacia una zona despoblada. Esta definición de frontera es inconsistente, ya que no
se puede concebir una frontera si no hay detrás de ella una base de sustentación, es decir, otra
sociedad.
3
Si bien nuestro trabajo se centra específicamente en el ámbito pampeano bonaerense, éste
formaba parte de un espacio mayor de articulación regional que historiadores, antropólogos y
arqueólogos han denominado como “arauco-pampeano”, “pampeano-patagónico” o “pan-
araucano” (León Solís, 1986 Mandrini y Ortelli 1995 Bechis, 1989). El conjunto de cambios
internos operados en el mundo indígena como consecuencia de la conquista europea entre los
siglos XVI y XIX permitió la integración de las sociedades que ocupaban dichos espacios, pero
que según el registro arqueológico articulaban desde tiempos pre-hispánicos, cuando ya son
evidentes múltiples interacciones (Beron, 1991 Mazzanti, 2000).
4
intensa incorporación de las sociedades indígenas a la economía colonial, a partir de
distancia (Mandrini, 1993 Mazzanti, 1993b Palermo, 2000). Con respecto a las estructuras
jefaturas (Correa, 2001) cacicatos (Mandrini y Ortelli, 2000) o cacicazgos duales (Nacuzi,
acceso a bienes exóticos por parte de algunos grupos4. Dicha reconfiguración política
genera, a su vez, conflictos entre linajes por el acceso al poder y los recursos (Villar y
Jiménez, 1998), así como alianzas intra-étnicas para hacer frente a la dominación colonial.
la región pampeana, durante el siglo XVII, debido a que los estudios que abordan esta
problemática se han abocado a los siglos XVIII y XIX, quedando un vacío respecto el
inicio del vínculo entre ambas sociedades. Pero fundamentalmente, consideramos que
análisis de la producción histórica y arqueológica más reciente sobre el tema (ver Fuentes
5
indios, durante el primer siglo de contacto entre sociedades. Para ello tuvimos en cuenta,
tanto la política colonial indígena, sus cambios a lo largo del período, como las estrategias
desplegadas por las sociedades originarias para hacer frente a la pretendida dominación.
Caracterizamos al siglo XVII, como un período dual en lo que respecta a las relaciones
se establecerán vínculos permanentes con las sociedades del sur del río Salado hasta fines
colonial desplegará durante este período, una serie de dispositivos de poder y dominación
Para ello se crearán reducciones, espacios destinados a disciplinar al los grupos étnicos en
será otro mecanismo implementado por el blanco para tal fin. Por último, y ante la
resistencia ofrecida por los grupos étnicos locales, la relocalización de indígenas de otras
regiones, se presentará como una forma alternativa de acceso a mano de obra para las
que permanecieron con cierta autonomía del sistema de dominación colonial - como el
caso de las sociedades del sur del río Salado-, cuando la situación lo hizo necesario se
6
durante el siglo XVII se caracterizaron por la “fricción interétnica”5 (Cardoso de Oliveira,
blancos e indios del sur del río Salado, durante la mayor parte del período de análisis,
puede definirse como de “coexistencia en autonomía”6. Será a partir de las tres últimas
indagamos en el inicio de las relaciones interétnicas, remitiéndonos al siglo XVI, dado que
allí se producen las primeras expediciones al Río de la Plata y, por lo tanto, los primeros
contactos entre blancos e indios. En el capítulo II, nos introducimos de lleno en el siglo
de los sistemas reduccionales creados a principios del siglo XVII en las cercanías de la
5
El concepto “fricción interétnica” permite hacer inteligible un tipo específico de relación social
caracterizado por el equilibrio inestable. Se trata de un sistema en el cual las relaciones entre
unidades étnicas en contacto se producen en términos de sujeción y dominación.
6
Consideramos que el término “coexistencia en autonomía” es más explicativo en lo que se refiere
a la caracterización de las relaciones interétnicas entre blancos e indios del sur del río salado
durante el período. Términos como “coexistencia pacífica” (Levaggi, 2000), remiten a una
situación que no es tal, ya que la “autonomía”, no necesariamente implicaba “paz”. La fricción es
una característica propia de los sistemas interétnicos, ya que se tratarían de unidades sociales que
se disputan un ámbito espacial y los recursos ecológicos.
7
Si bien hemos esbozado nuestra concepción de la frontera como un espacio permeable y de
múltiples interacciones, el río Salado se constituyó –durante el siglo XVII y parte del XVIII- como
demarcación de dos territorialidades diferentes. Al norte el espacio dominado por la sociedad
colonial, al sur, el indígena.
7
instrucción en formas de comportamiento social “cristianas” a los grupos indígenas
representativo para la época: el de los grupos étnicos ‘quilmes’ y ‘acalianes’. Estos fueron
relocalizados en el área pampeana, a fines del siglo XVII, luego de llevarse a cabo los
debieron prestar servicio de mita de por vida a la ciudad. Identificamos entonces, los
como una forma de obtención de mano de obra alternativa para la ciudad de Buenos Aires.
indios del sur del río Salado, cuando diversas parcialidades indígenas que se habían
como los llamaron los blancos- que realizan ataques a las estancias, roban ganado, pero
discusiones que en este período llevan a cabo las autoridades tanto religiosas como civiles,
así como los mismos vecinos en el Cabildo de la ciudad, respecto qué hacer ante la
creciente hostilidad de los grupos indígenas “de tierra adentro”. Este despertar de la
frontera sur pampeana se erige como ejemplo de las transformaciones que la llegada del
apoyándonos en tesis como las de Palermo (1986,1988), o Mandrini (1987, 1991) respecto
8
No obstante la tesis de Mandrini respecto la conformación de una “sociedad pastoril” en las
sierras del sur pampeano (1987), los “circuitos de intercambio” y la “especialización regional”
(1991) se ubican a mediados del siglo XVIII, la importancia de la incorporación del ganado a la
8
en momentos de escasez recurrieron al robo en los establecimientos coloniales. A su vez,
la presencia indígena en la frontera permite ver la capacidad de los agentes coloniales para
contexto de marginalidad como la que tenía el Río de la Plata dentro del imperio colonial,
pero aplicando, en este caso, el saber-poder que la experiencia de casi un siglo de contacto
economía indígena se hace visible, según las fuentes que hemos consultado ya a fines del XVII
(ver: cuerpo documental al final de la tesis).
9
Fuentes y metodología:
El trabajo de investigación que se vuelca en este libro es una versión posterior del que
El proyecto que en aquella ocasión fue presentado nos permitió realizar la búsqueda
las Actas del Extinguido Cabildo de la ciudad de Buenos Aires, ubicadas en el Archivo
por “otros” –en este caso los colonizadores y funcionarios europeos-, así como por los
registros materiales que fueron dejados por estas sociedades. En este sentido es que los
10
CAPÍTULO I: Contexto histórico-espacial:
por el hombre hace por lo menos 11.000 años10. El trabajo arqueológico regional nos
permite corroborar que las sociedades que vivieron en esta región tuvieron una larga
historia no escrita que excede los pocos cientos de años durante los cuales los europeos
dejaron relatos sobre ellos. Durante muchos miles de años, los grupos indígenas locales
sin jerarquías marcadas, con un alto grado de solidaridad y donde el poder político recaía
sobre un líder, cuya autoridad era más consensuada que impuesta. La economía de estos
9
Si nos remitimos a una definición geográfica, las dilatadas llanuras que se extienden entre el mar
y el pie de monte de las Sierras Centrales y de la precordillera mendocina, entre los 31º y 40º de
latitud sur, se conocen con el nombre de Pampa o las Pampas. La fecha 10.000 años A.P. (antes
del presente) se considera como el límite convencional entre el Pleistoceno y el Holoceno. A fines
del Pleistoceno (12.000 -10.000 años A.P.) en la región pampeana primaban condiciones
climáticas frías en ambientes semiáridos a áridos. Desde los inicios del Holoceno se registra un
incremento de los niveles de temperatura y humedad que culminaron el Holoceno tardío (ca. 1.000
años A.P.), con el establecimiento de las condiciones actuales. Estas condiciones se definen como
subtropicales húmedas hacia el Este y más secas hacia el Oeste o templadas y húmedas (Politis y
Madrid, 2001).
10
Información proveniente de investigaciones arqueológicas actuales, indicarían la existencia de
10 sitios arqueológicos de ocupación temprana, de los cuales 8 se localizan en el extremo
sudoriental del sistema de Tandilia: Cerro La China 1,2 y 3 y Cerro el Sobrero (Flehgenheimer
1980, 1994); Cueva Tixi, Alero Los Pinos, Cueva Burucuyá y Cueva La Brava (Mazzanti 1993 b,
1999) y 2 en el área interserrana y a cielo abierto: Arroyo Seco 2 en la margen derecha de uno de
los brazos de los Tres Arroyos (Politis, 1984 Salemme 1993); y Paso Otero 5 en el curso medio
del río Quequén Grande (Martínez, 1994).
11
Dentro de esta categoría se incluyen sociedades que, a pesar de presentar cierta variación y de
ocupar regiones del mundo muy diversas, tienen un modo de vida similar, caracterizado por estar
organizadas en pequeñas unidades domesticas emparentadas, conocidas como bandas autónomas
compuestas por unas pocas decenas de individuos.
11
organizó por sexo y por edad. Mujeres, hombres y niños se ocupaban de las tareas ligadas
a la subsistencia y los alimentos fueron compartidos por todos los miembros del grupo.
Por otra parte, la forma de vida cazadora-recolectora hacía a estos grupos muy móviles,
condicionamiento para estas sociedades, fue una de las estrategias centrales en estos
grupos porque favoreció la exploración racional de la naturaleza y les permitió ampliar los
12
Una idea muy arraigada en visiones simplistas sobre las organizaciones sociales humanas
considera que la condición cazadora-recolectora del hombre supuso una fuerte dependencia del
medio ambiente. Sin embargo, desde la arqueología se ha logrado corroborar que estas sociedades
desarrollaron una profunda relación con la naturaleza, explorando y conociendo eficientemente las
ventajas del medio natural. En el caso de la región pampeana adquiriendo información sobre donde
y como obtener los recursos naturales necesarios para la subsistencia y conociendo los territorios
de otros grupos, con quienes además, se relacionaron socialmente (Mazzanti, 2006)
12
Durante los últimos milenios antes de la llegada de los europeos, (período conocido
como Holoceno tardío), se percibe una gran diversidad y expansión de las formas de vida
arqueológicas se encuentran en casi todos los ambientes de la región, desde el Delta del
Paraná hasta la desembocadura del Río Negro. Las explicaciones más consensuadas
hablan de un período donde las necesidades socio-económicas se vieron satisfechas por las
ventajas que les brindó una oferta más amplia de recursos que benefició la subsistencia de
grupos cada vez más numerosos y posiblemente menos móviles. Sin embargo, este
proceso no fue homogéneo, más bien, estuvo caracterizado por el desarrollo de diferentes
Dentro del área Norte, se han registrado varios sitios con información sobre la
Pérez Moroni 1999). Estos sitios se caracterizan por presentar abundante cerámica,
artefactos y deshechos líticos –a diferencia de los sitios del sur del río Salado-. En la
cuenca inferior del río Salado, sitios como “La Guillerma”, sobre lomadas no inundables,
permiten saber que los grupos humanos que habitaron esa zona en los últimos milenios
antes de iniciarse el contacto con el europeo, ocuparon las lomadas cercanas a ríos o
lagunas, con una densidad de población que sugiere estadías más prolongadas. La
13
el registro arqueológico a partir de datos que sugieren una economía especializada en
Al sur del río Salado, en las sierras y llanuras orientales, predominan ocupaciones de
actividades múltiples a orillas de lagunas, como el caso del sitio Tres Reyes I (Madrid y
Salemme, 1991) y arroyos, como Arroyo Seco II (Madrid y Politis, 1991). Se divisa en
caza tales como puntas de proyectil triangulares y pequeñas), y artefactos para actividades
(Crivelli Montero et. al 1997). En el sector norte de Ventania y en el centro de las sierras
de Tandilia, se registran cuevas y aleros con pinturas rupestres que se caracterizan por
motivos geométricos, pintados en color rojo (Mazzanti, 1991 Madrid y Oliva, 1994).
Seca -localidad arqueológica Tapera Moreira-, de alfarería chilena que se conoce como
Valdivia pintada, las plaquetas grabadas y las puntas de proyectil pedunculada similar a
sistemas regionales amplios (Berón, 1991). Finalmente, pocos siglos antes de la conquista,
que habría comenzado, por lo menos, dos milenios antes. La llegada de estas nuevas
14
las técnicas nuevas de manufactura cerámica, sino que conlleva, según Politis (2001:783),
región pampeana.
la región estaba siendo escenario de importantes y variados procesos sociales. Los grupos
diversidad en sus modos de vida. Esta situación quedó plasmada en las descripciones que
llevaron a cabo sobre ellos los cronistas y conquistadores de la época, aunque muchas
veces generaron simplificaciones al incluir bajo los mismos rótulos étnicos, grupos muy
historia de las poblaciones pampeanas, las que a partir de ese momento, transformaron sus
formas de vida, o bien como una estrategia de resistencia a la dominación, o bien producto
capítulos siguientes.
La conquista europea del Río de la Plata debe ser entendida como el resultado de la
necesidad de ampliar las fronteras y anexar territorios que serán a la vez proveedores y
contrafuertes para el desarrollo y la seguridad del Perú, que por su producción argentífera
13
Según Nacuzzi (1994), casi todas las formas del lenguaje de las cuales disponemos para
identificar a los pueblos originarios nos colocan frente a un problema cognitivo, puesto que
muchos de los nombres a partir de los cuales conocemos a las sociedades indígenas, fueron
impuestos por los conquistadores y dado que no tenemos registro escrito de estos pueblos, excepto
las denominaciones étnicas que pudieron distinguir los europeos, identificar las denominaciones
que los mimos indígenas se daban, es todo un problema de análisis antropológico e histórico. A lo
largo de nuestra indagación utilizamos conceptos encontrados en las fuentes como “pampa”,
“auca”, asociados con lo que Nacuzzi (1998) denomina “identidades impuestas” por el blanco, no
obstante, coincidimos con Boschin, Verzub y Garivati (2001) en que hablar de “identidades
impuestas” le resta importancia al accionar indígena en la construcción de las mismas. Lo que sí
tenemos en claro es que estos grupos no pueden entenderse como entes aislados, encerrados en sí
mismos y estáticos. Intentaremos, al menos, identificar a algunas de las “parcialidades” indígenas
que coexistieron en este extenso espacio regional, a partir de una red de relaciones sociales intra e
interétnicas.
15
se constituye como vital para el Imperio colonial. En este contexto se inician las
expediciones a la región.
Durante el siglo XVI, se producen los primeros contactos entre blancos e indios en el
Río de la Plata. Esta relación estará signada inicialmente por la violencia guerrera de la
hueste conquistadora14, como así también por la resistencia ofrecida desde los grupos
hueste de Garay, tuvieron enfrentamientos violentos con los grupos indígenas que
“…y después de haber estado allí algunos días (en la desembocadura del
razón alguna, afrentó e injurió los más principales de los dichos indios, que
eran amigos y mató algunos de ellos […] y así en el dicho río del Paraguay
como en otras partes donde se tormó puerto hizo muchos agravios y mal
En las crónicas narradas por Antonio Pigafetta durante su paso por el Río de la Plata, este
menciona el violento encuentro entre la hueste de Solís y los pobladores originarios: “Aquí
fue donde Juan de Solís, que andaba como nosotros descubriendo tierras nuevas, fue
comido con sesenta hombres de su tripulación por los caníbales en quienes había confiado
14
La conquista de América quedó en manos privadas, es decir, fueron financiadas por agentes
privados a los que la corona española les concedía la posibilidad de explorar y conquistar las
tierras mediante capitulaciones que fijaban los respectivos compromisos. Tal situación entrañó la
obligación de compensar a los responsables de la avanzada. Pero en el Río de la Plata, ante la
ausencia de metales preciosos, se premió a los conquistadores con mercedes de tierra y reparto de
indios. Es por ello que la tierra y sus habitantes originarios se erigieron como los principales
intereses de los europeos en la región. En este sentido, el afán de la hueste conquistadora llegó a
tal extremo que se repartían, a través de referencias, indios que aún no habían sido dominados
(Assadourian, 1986).
15
Información hecha por la Contratación, luego de que llegó la armada de Sebastián Caboto,
acerca de todo lo ocurrido en el viaje (1530). Colección Gaspar García Viñas (en adelante CGGV),
Biblioteca Nacional, manuscrito N°679.
16
demasiado”.16 Pero la respuesta de los indígenas locales ante la presencia europea en el
Río de la Plata no siempre fue el enfrentamiento. En las crónicas de Ulrico Schmidl sobre
el arribo en 1535 de Pedro de Mendoza a la margen izquierda del Río de la Plata, hace
alrededor de dos mil hombres. Estos no tienen otra cosa que comer que
pescado y carne. Han abandonado el lugar y han huido con sus mujeres e
Hacia 1536 y luego de varias incursiones en tierra firme, los europeos se instalaron a orillas
de un río que bautizaron “de la Plata”. A ese primer asentamiento lo llamaron Buenos
Aires. Un lugar, habitado por pobladores que con mucha frecuencia debieron defender sus
vidas de los continuos ataques organizados por grupos indígenas locales. El relato de
Ulrico Schmidl sobre la primera fundación de la ciudad por Pedro de Mendoza dice:
“Hemos desembarcado el día de Todos los reyes en 1535 en el Río de la Plata […] Allí
hemos levantado un asiento, que llamamos Buenos Aires, esto es, dicho en alemán, buen
viento”18.
16
Viaje alrededor del mundo por el caballero Antonio Pigafetta, Libro I, Partida de Sevilla hasta la
salida del estrecho de Magallanes, Compilación del Centro Editor de América Latina, 1971, p.21.
17
Viaje al Río de la Plata de Ulrico Schmidl, Capítulo IX, Compilación de Bernardo Canal Feijó,
1967, p. 8.
18
Ibid. p.5.
17
Buenos Aires según Ulrico Shcmidl, 1536.
Pero Buenos Aires no se fundó sobre un territorio vacío. Allí habitaban estacionalmente
grupos originarios a quienes los europeos llamaron “Querandís”:“…ahí [en Buenos Aires]
hemos encontrado un lugar de indios los cuales se han llamado querandís, ellos han sido
La descripción más recurrente entre los cronistas europeos respecto las etnias locales se
apartado anterior). En relación a ello Schmidl resalta la alta movilidad de estos grupos20,
“…los querandís no tienen paradero propio en el país, sino que vagan por la
comarca, al igual que hacen gitanos en nuestro país...tienen para arma unos
arcos de mano y dardos, estos son hechos como medias lanzas y en la punta
19
Schmidl. Ibid. p. 14.
20
Sin embargo, no debe exagerarse el nomadismo que caracterizaba a los grupos indígenas de la
zona. Algunas interpretaciones recientes indican que “La población india estaba asentada en
parajes bien determinados, donde la presencia de pastos, agua y leña hacían posible sus
supervivencia” (Mandrini, 1992:71).
18
tienen un filo hecho de pedernal y también tienen una bola de piedra y
colocada en ella un largo cordel. Ellos tiran la bola alrededor de las patas de
un caballo o de un venado que tiene que caer. Así han dado muerte a nuestro
capitán…”21
agrícolas22. Esto generó una situación de fricción entre la hueste conquistadora y los
indígenas locales, ya que los españoles pretendían ser abastecidos por éstos de forma
pescado y carne, y un día dejaron de venir […] dispuso nuestro capitán que su
llegamos, los indios eran unos cuatro mil, pues habían convocado a sus
amigos…”23.
pequeña aldea, ya que se quemaron las casas de los pobladores –en su mayoría de paja- y
algunos barcos. Luego del enfrentamiento con los Querandíes, y ante la imposibilidad de
21
Schmidl. Ibid. p.16.
22
Las sociedades cazadoras-recolectoras “representan el menor grado de transformación social de
la naturaleza, es decir, no sobreexplotaron el ambiente, recibiendo a cambio, fuertes
condicionamientos que, de alguna manera, incidieron en su singularidad histórica” (Mazzanti,
1993:33):
23
Schmidl. Ibid. p 9.
19
autoabastecerse, Mendoza ordena dejar Buenos Aires y navegar aguas arriba por el
Paraná, en busca de indios que suministren comida y bastimentos a la hueste. Así, los
conquistadores inician trato con otros grupos de indios locales que denominaron “Timbús”
consumo de pescado:
“…tienen canoas de las que allá afuera en Alemania llaman Barquillas como
usan los pescadores. Estas barquillas son hechas de un árbol y tienen un ancho
de tres pies. En todo tiempo viajan en ellas hasta diez y seis hombres y todos
deben remar…”24
El vínculo entre la hueste de Mendoza y estas etnias parece haber resultado amistoso.
Según el relato de Schmidl, los indígenas les suministraron alimentos sin inconveniente
alguno:
“…nos dispusimos a navegar aguas arriba por el río Paraná y buscar una
No obstante, a pesar del alimento suministrado por los Timbúes, el problema del
hambre entre la hueste conquistadora siguió persistiendo. La resistencia presentada por los
24
Ibidem.
25
Schmidl. Ibid. p. 9.
20
grupos indígenas locales a abastecerlos de forma continua es mencionada
“Allí [Buenos Aires] se levantó un asiento y una casa fuerte para nuestro
gran escasez, al extremo que los cavallos no podían utilizarse. Fue tal la
otras sabandijas, hasta los zapatos y cueros, todo tuvo que ser comido…” 26.
La iconografía y los cantos de la época también ilustraron la hambruna sufrida por los
26
Ibid. p. 8.
21
Crónicas de la época mencionan un hecho que podría ser el retratado en la pictografía:
escondidas […] entonces fue pronunciada la sentencia para que a los tres
una horca […] aconteció en la misma noche por parte de otros españoles
que ellos han cortado los muslos y los pedazos de carne del cuerpo y los
Fray Reginaldo de Lizarriaga en su descripción de las Indias a mediados del siglo XVI,
menciona la falta del servicio de indios como una característica propia de la región del Río
de la Plata:
“No tiene servicio de indios, que si lo tuviera hubiera crecido mucho y, por
Unos años después de la primera fundación, los sucesivos ataques indígenas a Buenos
Aires, sumado a la imposibilidad de los conquistadores por sujetar a los grupos locales
1580, cuando Garay refunde dicha localidad. A partir de allí, con el establecimiento de un
núcleo poblacional permanente en la región, nos encontramos ante lo que Pinto Rodríguez
(1996) define para las regiones de araucanía y pampa como proceso de constitución de un
27
Ibidem.
28
Descripción de las Indias de Fray Reginaldo de Lizarriaga, Capítulo LXIX, Sobre el puerto y
pueblo de Buenos Aires, Compilación de Bernardo Canal Feijó, 1967, p.37.
22
CAPÍTULO II:
La constitución de un sistema social interétnico
La segunda fundación de Buenos Aires y la consolidación de los
vínculos entre nativos y europeos en la región
que proviene del Licenciado Matienzo -oidor de la Audiencia de Charcas-, quien propone
unir el Alto Perú con Buenos Aires vía Tucumán y Chile, logrando así un puerto de salida
al mar. En su carta al rey hace mención a tal objetivo cuando señala indispensable:
vez población y hay artos indios y buen temple y buena tierra y los que allí
poblaren serán ricos por la gran contratación que ha de haber allí de España
“Que poblareis tres pueblos de españoles allende de los que están ahora
defensa y otro pueblo en la entrada del Río que llaman San Gabriel o Buenos
Aires”31.
29
Carta del Licenciado Matienzo, oidor de la audiencia de Charcas, al Rey. La Plata, 1565. AGI
74-4-1. Copia en ME, carpeta A.
30
Los asentamientos en el Litoral con las sucesivas fundaciones de Santa Fe (1573), Buenos Aires
(1580), Bermejo (1585) y Corrientes (1588) son resultado de dicha capitulación.
31
Capitulación con el Capitán Juan Ortiz de Zárate, sobre la conquista del Río de la Plata, 10 de
julio de 1669 (Ruiz Guiñazú, 1915).
23
La presencia de Garay en el Río de la Plata es la consecuencia de dicha Capitulación. A
él se le encomendó la tarea de crear pueblos en las márgenes del Paraná y Plata. En junio
De esta manera, con la segunda y definitiva fundación de Buenos Aires y una vez
del asentamiento colonial porteño con los grupos indígenas locales transcurrirá entre
combate con los querandíes por no haber respetado acuerdos preestablecidos. No obstante,
desplegará una política de sujeción indígena que irá variando a lo largo del período y de
acuerdo a coyunturas concretas. Como así también, las sociedades originarias locales
vínculo entre sociedades. En los apartados siguientes analizaremos estos dos ejes de la
marco conceptual desarrollado por Guilleume Boccara (1996) para el estudio de las
relaciones interétnicas en la frontera sur del actual territorio chileno32. Para Boccara, a lo
largo de los siglos XVI, XVII y XVIII, la sociedad colonial se valió de una serie de
32
El río Bío Bío, en el actual territorio de Chile, se erigió durante varios siglos como el espacio de
demarcación de dos territorialidades. Al norte la sociedad colonial, al sur, los reche-mapuche.
24
“dispositivos de poder y dominación”33, tendientes a disciplinar a las sociedades
indígenas. Entre estos dispositivos -que no son fijos, sino que irán variando según su
históricas y etnográficas pampeanas, hicieron de ella una meta más que una realidad, por
lo menos durante el período que nos interesa. De esta manera, identificamos el despliegue
de dispositivos tales como: a) la “maloca” -expediciones realizadas por los europeos con
a) Malocas:
En un primer momento, y ante la resistencia ofrecida por las etnias locales, las recientes
33
Boccara elabora su conceptualización acerca de los dispositivos de poder y dominación en base
a las proposiciones teóricas de Michel Foucault. Es por ello que el poder no es concebido de forma
tradicional “como una sustancia o materia que poseerán algunos individuos para usarlo por medio
de la violencia” (Deleuze, 1986), sino como “la multiplicidad de relaciones de fuerza inmanentes
al espacio en el cual se ejercitan y son constitutivas de su organización, el juego que, por vía de
luchas y enfrentamientos incesantes las transforme, las refuerce, las invierta (…) las estrategias en
las que cobran efecto o cuya cristalización institucional toma cuerpo en los aparatos estatales, en la
formulación de la ley, en las hegemonías sociales (Foucault, 1992).
25
con el nombre de malocas34. Éstas fueron implementadas desde los inicios de la
y cristiana y hacerse con un suministro estable de mano de obra para las actividades
enviado a dos malocas, la una vez mitad de los vecinos y la otra la otra
En 1602, otra maloca es realizada por el capitán Diego Núñez del Prado, capturando al
cacique guaraní “Caguas” junto a gran cantidad de indios jóvenes y niños que fueron
fue la captura de “caciques” o jefes étnicos para desarticular posibles alianzas inter-
–quizás ante la demanda de mano de obra que ejercía la ciudad-. Uno de los vecinos de
Buenos Aires informa que, a pesar del compromiso para que en las malocas no se
capturasen hijos, hermanos y parientes de los caciques:“…el dicho capitán salió a una
maloca que hizo a la sierra y dio en unos indios del dicho cacique y se apropió y repartió,
Los raptos de mujeres indias constituyeron otra forma de forzar a los grupos étnicos
34
La palabra maloca hace referencia al guaraní “salir a maloquear”, lo que implicaba salir a atacar
poblados. El uso del vocablo se generalizó para aplicarlo a cualquier expedición europea de caza
de indios (González Lebrero, 2002).
35
Carta del gobernador del Río de la Plata, Diego Rodríguez Valdez y de la Banda al rey. 1599.
AGI. 74-6-21. Copia en ME, carpeta B, N°5.
36
AGN, sala IX, 19-1- 4, f.9.
26
expedición punitiva, capturando“…a un cacique que llaman Bagual con setenta
CUADRO N°1:
-
1602 Capitán Diego Guaraníes Caguas indios de
Núñez del servicio
Prado
Fuente: elaboración propia en base datos del AGI, Museo Etnográfico, Carpetas N°B y C.
b) Reducciones:
El objetivo central que guió la política colonial hacia los grupos indígenas locales fue su
urbanas como rurales. Con el fin de facilitar la utilización del indígena como fuerza de
(González Lebrero, 2002). Pero las reducciones también tuvieron como finalidad, instruir
y disciplinar a los grupos indígenas de acuerdo a los valores y creencias cristianas (Nofri,
2001). La política de concentrar indios está presente desde el siglo XVI y las reducciones
37
Carta del gobernador Marín Negrón, de 1610.AGI, copia en ME, carpeta B.
27
proliferan, desde entonces, por toda América Colonial. Hacia 1538 una Real Cédula
remedio dello convenía que se llamasen todos los principales indios y se les diese a
entender cuán conveniente cosa era juntarse...y hacer sus casas y sementeras…” (Citado
en Solano, 1976:91).
Este fue uno de los objetivos centrales de la política reduccional y Buenos Aires no fue
una excepción. A principios del siglo XVII, se crean en los alrededores de la ciudad varias
reducciones de indios. Éstas adoptaron los nombres de los caciques del grupo étnico al que
contenían o bien de las autoridades que las fundaron. Las más importantes o quienes
aparecen mencionadas con mayor frecuencia en las fuentes son: la reducción “San José del
Bagual”, quien toma el nombre del cacique Juan Bagual; la reducción de “Tubicaminí”
(nombre del cacique reducido que significa pequeño jefe en guaraní) y la reducción
“Santiago del Baradero”, la cual toma el nombre del lugar en donde quedó emplazada. En
las fuentes son mencionadas otras reducciones de las cuales sólo se conservan las fechas
de creación y ubicación. Sin embargo, no contamos con información suficiente como para
1628. Respecto las reducciones creadas en la margen opuesta del río de La Plata, sólo
margen del río Paraná, a 30 leguas de Buenos Aires. Otras dos reducciones fueron creadas
en 1628 por el gobernador Céspedes. Estas son: “San Juan de Céspedes” y “San Francisco
de Olivares”. Las observaciones que efectuaremos se basarán, sobre todo en los datos
extraídos del análisis de cuatro de ellas (San José del Bagual, Tubichaminí, Santiago del
Baradero y Santo Domingo Soriano), dada la mayor disponibilidad de fuentes que nos
permite realizar una indagación más pormenorizada de los sistemas reduccionales. En los
28
primeros tres casos, utilizamos información proveniente de los informes de visitadores de
del Río de la Plata al rey, relatando el trato que se les da a los “naturales”, así como las
actas de los acuerdos del Cabildo de la ciudad, de Buenos Aires, donde se plasman las
Santo Domingo Soriano, la información utilizada, aunque de tipo indirecta, nos permitió
MAPA N°2:
Hacia 1605, por una Real Cédula, el rey ordena a la audiencia de Charcas realizar una
Francisco de Alfaro-. Según Seoane (1992), la reducción del Bagual, a orillas del río
29
Areco, fue uno de los primeros asientos de indios agrupados en pampa con fines de
el pago de Magdalena en 1615 bajo la dirección de los padres franciscanos. Estas y otras
“...una nombrada San José del cacique Don Bagual sobre el río de Areco,
dieciocho leguas, poco más o menos, del dicho puerto. Y otra dieciséis leguas
del, tierra adentro, cerca del río grande de la Plata (...) nombrada del cacique
Tubichaminí. Y otra nombrada Santiago del Baradero que está sobre un brazo
CUADRO N°2:
38
Carta del Gobernador Diego de Góngora al rey, de 1620, sobre la visita que hizo a las
reducciones de su jurisdicción. AGI, copia en ME, Carpeta C, Nº 11.
30
Santiago Noreste de 197 indios 1religioso
del Bartolomé 1616 Buenos Aires. (Franciscano)
Baradero Fundación En la
desemboca- Chanás,
dura del río Mbeguás y 1 adm. civil.
Arrecifes. Sobre Guaraníes (Bartolomé
un brazo del Pintos)
Paraná.
Desemboca (s/n)
Santo 1624 dura del Río Charrúas e Franciscanos
Domingo Fundación Negro. En la indios
Soriano Banda Oriental trasladados
del Río de la desde la
Plata. reducción de
Baradero.
Fuente: elaboración propia en base a datos del AGI, Museo Etnográfico. Carpetas B y C.
Domingo Griveo y Bartolomé Pintos son naturales de esta tierra puestos y nombrados en
continuos ataques indígenas- es observado en las resoluciones tomadas, hacia 1617, por
“En este Cabildo propuso dicho alcalde, Capitán Gonzalo Caravaxal, que se
Hernando Arias de Saavedra partirse estos días atrás a las ciudades de arriba
españoles”40.
39
Carta del Gobernador Diego de Góngora al rey, de 1620 Ibid. p. 10.
40
AGN, Acuerdos, t. III, pag. 166-168.
31
Asegurar la circulación entre Buenos Aires y las demás zonas del Río de la Plata
“...el comercio, trato y comunicación que ha visto tener y tiene al presente este
puerto con el reino del Perú, Chile y con la provincia del Tucumán, se ha ido
Leviller, 1915).
vertebradas como economías satélites en torno al polo minero potosino, conjunto regional
al que Assadourian (1983) denominó como espacio económico peruano. Un doble papel
era asignado, entonces, a las reducciones: asegurar la obtención de mano de obra indígena
para la ciudad y las estancias del pago, y “evangelizar” al indio para poder ser incorporado
al mundo de la cristiandad.
desarrollada a principios del XVII, buscó reemplazar prácticas tales como la poligamia, el
nomadismo y, sobre todo, la religión de los grupos originarios, por hábitos de trabajo y
hacia labores que consideraban útiles. La actividad agrícola como camino para
32
del maíz que siembran. Tenían dieciséis yuntas de bueyes con sus yugos y arados y veinte
y cercanas a los ríos. En una carta de Hernandarias al rey de 1616, se evidencia este
objetivo:“…con la reducción que he referido queda navegable este río por estar fundadas
señalan una ruptura respecto a las formas precedentes. Muchos de los grupos reducidos
pasan de los móviles toldos de cuero a: “...casas cubiertas con paja y palos (...) no tienen
camas sino los dichos cueros de caballos sobre los que duermen…” 43.
pueblos de indios recrearon las formas de vida de la sociedad colonial: el trazado urbano,
las instituciones, las formas productivas y los patrones sociales. La estructura familiar no
fue una excepción. Así, la imposición de la monogamia entre la población indígena fue
una de las tareas más promovidas dentro del sistema reduccional. La poligamia será
misma. Desde fines del siglo XVI, luego de la realización del Sínodo de Santiago del
Estero, se ordena legalmente el matrimonio católico entre indios. Entre las disposiciones
emergentes del Sínodo se enunciaba: “...que duerman los indios casados con sus mugeres
41
CGGV, Biblioteca Nacional, manuscrito Nº 4683.
42
Carta del Gobernador Hernandarias de Saavedra al rey, 1616. AGI, Copia en ME, carpeta B.
43
Carta del Gobernador Diego de Góngora al rey, de 1620 Ibid. p.2.
33
(...) no los aparten por cualquier menudencia al uno del otro porque con esto se
diferenciación étnica entre el indio y el europeo, esto se traduce en el arduo trabajo para
ordenanzas relativas a los indios donde dice: “...que el tal vecino, encomendero o soldado
que así estuviere amancebado con india de su servicio, habiendo sido amonestado por
cualquiera justicia que sea y volviendo a reincidir en el dicho delito...tenga por perdida la
tal india”45. La conversión de los indígenas al cristianismo fue quizá la labor más
“En la reducción de San José del cacique Bagual se empadronaron treinta y un indios
cristianos, los cuatro de ellos caciques en que entra el dicho Don Bagual; y cincuenta y
dos indios infieles en que entran cinco caciques y veintiocho indias cristianas y cuarenta y
siete infieles, setenta muchachos y muchachas de edad de menos de un año hasta edad de
doce años, bautizados o por bautizar, que todos son hombres y mujeres y niños,
doscientos veintiocho”46.
44
Ibid. p.11
45
Disposiciones hechas por el gobernador Hernandarias de Saavedra en 1603, respecto los indios.
AGI, copia en ME, carpeta B.
46
Carta del Gobernador Diego de Góngora al rey, de 1620. Ibid. p.6.
34
CUADRO N°3:
Los datos obtenidos del informe del visitador Góngora (CUADRO N°3), muestran una
generalización riesgosa al decir que los indios reducidos fueron “convertidos”, ya que no
se puede afirmar que haya existido tal conversión al cristianismo. Los datos arrojados por
problemática en cuestión. El trabajo arqueológico realizado por Alicia Tapia (2000) en los
cementerios indígenas47 ubicados en las afueras de las reducciones del Bagual y Baradero,
47
Se trata de dos sitios que pueden definirse como cementerios por las inhumaciones y por la
ausencia de material vinculado a otras actividades (salvo algunos tiestos de cerámica en Baradero
depositados a 30 cm por debajo de un entierro). Los objetos que acompañan las inhumaciones
permiten observar la utilización de elementos europeos según el patrón indígena de vestimenta y
adorno. Por ejemplo: a) sobre la pelvis y en la cabeza de cuatro individuos de Baradero se
encontraron cuentas venecianas y cuentas indígenas de valva recortada que probablemente
formaron parte de collares y que además fueron adosadas a las vestimentas; b) en tres individuos
aparecieron dos discos de latón recortado colocados a la altura de los dos mastoideos que podrían
ser el relicto de aretes; y c) se encontraron dos discos de latón recortado que tal vez formaron parte
35
respectivamente, advierte sobre la inexistencia de los entierros secundarios y ajuar
registro arqueológico, junto a los datos arrojados por los informes de visitadores a las
indígenas.
CUADRO N°4:
El 9 8 1 3 6 - 4 -
Bagual
Subtotal 23 19 4 17 6 1 12 5
Por último, si nos guiamos por las denominaciones étnicas que aparecen el las fuentes,
del grupo y posibles rebeliones. En una carta del gobernador Góngora al rey de 1619 se
informa que los indios de la reducción del Baradero “…provenían de islas del río grande
fuentes (cuadro N°5), permite observar la variada composición étnica en las reducciones
de una diadema o vincha porque aparecieron colocados cada uno sobre el frontal de dos
individuos. Los indicadores hispánicos son muy semejantes en los dos lugares (Tapia, 2000:6).
48
Carta del gobernador Góngora al rey de 1619. AGI, copia en ME, Carpeta C, Nº 7.
36
CUADRO N° 5:
c) Relocalizaciones:
49
Entendemos a la relocalización de parcialidades indígenas, según la definición que Radovich
(2000) elabora para explicar este proceso en la actualidad, es decir, como “deportación o traslado
geográfico masivo y compulsivo de una comunidad”. Usamos este concepto en lugar del término
“desnaturalizar” encontrado en las fuentes, ya que consideramos que este último está cargado de
connotaciones negativas y prejuicios del colonizador. Si los grupos étnicos se desnaturalizan
¿antes estaban en estado natural?, ¿Qué implicaría este estado?. Optamos, entonces, a pesar de
tratarse de diferentes procesos históricos, por utilizar el concepto “relocalización”, ya que estamos
ante situaciones que son producto de decisiones las de autoridades estatales para poder reutilizar
espacios y/o recursos, una vez trasladada dichas poblaciones.
37
En el caso de las parcialidades indígenas pampeanas, reducidas a principios del siglo
XVII, observamos que quienes presentaron mayor resistencia a las nuevas formas de
Las fuentes indican que parcialidades charrúas serán reubicadas en “la otra margen del río
de la Plata en la reducción Santo Domingo Soriano”. Por su parte, los querandíes serán
desarrollada por la sociedad colonial. Una resolución del gobernador Robles manifiesta
Santo Domingo Soriano, donde, al estar el anchor del Paraná por un lado y
buscó desarticular posibles sublevaciones, sino suministrar mano de obra para realizar
“…en las chacras y estancias del distrito estan algunos indios e indias en
servicio de los vecinos desta ciudad, que hay mucho tiempo que se sirven de
ellos en sus haciendas y granjerías…y hay en esta ciudad algunos indios sin
hagan concierto del salario que han de ganar cada mes y cada año…”51.
50
Carta del Gobernador Robles al rey, de 1678. AGI, ME, Carpeta C.
51
Petición hecha por el protector de los naturales Pedro López Maldonado en 1605. AGN, sala IX,
19-1-5. f.11.
38
Relocalización de grupos indígenas extra-regionales:
El interés que la gobernación del Río de la Plata presentaba por obtener mano de obra
puede asociarse a la continua resistencia ofrecida por los indígenas de la región a aceptar
las nuevas formas de trabajo y producción colonial. Las dificultades para dominar las
diversas etnias locales empujaron a los porteños a traer indígenas de otras regiones, más
cercanos guaraníes, quienes son incorporados como mano de obra -forzada o más o menos
año 1666. Una vez sometidos, los indios del valle Calchaquí fueron distribuidos entre los
presentado mayor o menor resistencia. Fernandez y Schorr (1968) mencionan que esta
Cautivos. Entre los primeros encontramos a aquellos indios que pactaron rápidamente con
los conquistadores del valle y aportaron información sobre el resto de las comunidades
diversas órdenes religiosas. En cambio, a las comunidades que resistieron hasta último
momento se les aplicó el servicio personal52. En esta categoría quedaron encuadrados los
quilmes y acalianes, quienes fueron utilizados como mano de obra permanente para la
52
El servicio personal de indios había sido prohibido tras efectuarse serios abusos por parte de los
encomenderos en los andes y provincias como el Tucumán. No obstante, quienes realizaron la
campaña militar contra los calchaquíes se valieron de una Real Cédula de 1618 que permitía
aplicar el “servicio personal” como castigo a indios rebeldes. Así, Mercado y Villacorta consideró
que la rebelión indígena de los Valles Calchaquíes se ajustaba a esta situación, por la cual, una
cantidad considerable de indios fueron utilizados como mano de obra para las diferentes
gobernaciones que participaron en la guerra.
39
ciudad de Buenos Aires y alrededores. Las fuentes nos muestran la activa participación de
la gobernación del Río de la Plata en las diversas campañas militares contra los
Calchaquíes, además de haber sido financiadas -en su mayor parte- por el Cabildo de la
pampeana fue evocado anteriormente a ser efectuada la incursión militar, ya que en una
carta que envía el presidente de la Real Audiencia de Buenos Aires -Martínez de Salazar-
rebeliones, éste se hace visible en una carta del gobernador Alonso de Mercado y
Villacorta al rey, donde expresa esa intención diciendo:“Ejecuté las primeras conquistas
contra los indios y saqué muchas familias de ellos, desnaturalizándolos para que no se
particular de Luís de Toledo y Velazco -quien se hizo cargo de los gastos del traslado de
los indios a Buenos Aires-. Sin embargo, una vez establecidos en el área pampeana, se
produjo un cambio en la condición jurídica del grupo y estos devienen en una encomienda
Real, es decir, al servicio del la corona. En una carta de de 1669, del gobernador Mercado
53
En 1659 se produce el primer ataque a la fortaleza de los quilmes por el gobernador de
Tucumán, Alonso de Mercado y Villacorta. Con esta incursión militar se obtuvo la rendición de la
mayor parte de los pueblos Calchaquíes. Sin embargo, en esa ocasión los españoles no lograron
someter a la totalidad de los grupos étnicos que allí habitaban. En 1664, se produce la segunda y
definitiva conquista de los valles. El sitio durante cuatro meses a la ciudad de los quilmes provocó
la rendición final de las comunidades rebeldes y su traslado a Buenos Aires en 1666 para ser
instalados en una reducción. Ver: Documentos relativos al levantamiento calchaquí (AGI, copia en
ME, carpeta D: Autos de Bohórquez N°1, Cartas del gobernador del Tucumán, Alonso de
Mercado y Villacorta al rey).
54
Carta de Alonso de Mercado y Villacorta al rey de 1669, AGI, copia en ME, carpeta D.
55
Carta de Alonso de Mercado al rey de 1670. AGI, copia en ME, carpeta E.
40
majestad…”56. Así, los indios reducidos terminaron siendo usufructuados, no ya por un
“Al ser encomienda real y tributarios y no tener otros en toda esta zona,
haber para su obra más peones que los indios quilmes y acalianos”57.
Sin bien no sabemos exactamente cuantos indígenas eran en esa fecha, fuentes previas
valles calchaquíes. Se tratarían de “400 hombres y 2000 almas de familias” para 165758.
Dos años más tarde, el gobernador Mercado y Villacorta realiza, tras una incursión militar
Tucumán59. Los datos arrojados por un reparto de indios hecho hacia 1665 en Córdoba nos
indican que, de los aproximadamente 1400 quilmes que salieron del Tucumán hacia la
ciudad de Buenos Aires inicialmente, fueron dejados casi un tercio en esa jurisdicción
(260 personas) con lo cual, el número se reduce a 1140 indios. Una vez en Buenos Aires,
las referencias demográficas son los datos sobre el tributo indígena60. Boixados y Palermo
(1991) establecen una relación entre indios tributarios y cantidad de indios por familia de
56
Ibidem.
57
Informe del administrador de la reducción Exaltación de la Cruz de los indios Quilmes, Juan
Zevallos al rey de 1686. AGI, Copia en ME, Carpeta G.
58
Autos de Bohórquez N° 1. AGI, Copia en ME, Carpeta D.
59
Carta de Mercado y Villacorta al rey de 1666. AGI, copia en ME, carpeta E.
60
La condición de tributario incluía a todos los indios varones (excluyendo al cacique y los
integrantes del cabildo indígena) mayores de 18 años y hasta los 50 años de edad (Palermo y
Boixados, 1991: 39).
41
importante por “tener ciento catorce tributarios”61. Tomando la proyección ya
Cuadro N°6:
Fuentes: elaboración propia en base a: Carta del obispo de Buenos Aires al rey sobre
reducciones de indios (1678). Padrón de indios de la jurisdicción del Río de la Plata
(1680). AGI, ME, carpetas F-G.
Las Actas del Cabildo de la ciudad de Buenos Aires nos muestran cuan necesarios
fueron las etnias relocalizadas, no sólo como tributarios reales, sino como mano de obra
para las actividades de la ciudad. Encontramos varios acuerdos donde los vecinos
establecen el pago a los indios por la prestación de trabajo: “que todos los indios que se
Respecto a las actividades productivas en las que se usaron como mano de obra,
sabemos que para 1693, sobre una población adulta de 100 individuos, prestaban mita 60
indios en turnos de 25 individuos por mes (2/3 en obras públicas y conventos y el resto
con los vecinos)63. De esta manera, se hace evidente que la cuarta parte de los indios
61
Carta del obispo de Buenos Aires, Antonio Azcona, al rey sobre reducciones de indios de 1678.
AGI, Copia en ME, Carpeta F.
62
Sobre el salario que se les debe pagar a los indios cuando se los emplea (1673). AGN. Acuerdos,
Tomo XIV, p. 62.
63
AGN. Acuerdos, Tomo XIV, p. 277.
42
empleados en actividades de la ciudad. Además de se utilizados para la construcción, las
Buenos Aires, Andrés Robles dice que con los quilmes “envié a recoger 30.000
puerto de la ciudad.
En la reducción, los indios debían pagar tributo “real” anual de 5 pesos y 4 reales, y otro
tributo de “señoraje” al cacique de 1 real al año. Esta cifra se modificó a 2 reales por
pedido del obispo de la ciudad para ser repartido entre el cacique y la autoridad religiosa
reducción de los Quilmes -Juan Zevallos- nos ofrece un panorama de las actividades
En primer lugar se refiere a “la suma pobreza y miseria de la encomienda” en la que los
han ubicado. Con un terreno tan corto “que no hubieran podido abastecerse de no servirse
de las tierras circunvecinas que aunque tienen dueño están despobladas”66. En lo que
cimarrones”. Las fuentes muestran una rápida incorporación de estos grupos a las
actividades socio-económicas locales: “Los pulares del valle calchaquí son los de mejor
Hemos visto las actividades en las que fueron empleados quilmes y acalianes, tanto en
la ciudad de Buenos Aires como en la reducción. Cabe señalar que la prestación del
64
Carta del gobernador Andrés de Robles de 1695. En AGI, Copia en ME, Carpeta H.
65
Carta del obispo de Buenos Aires, Antonio Azcona, al rey de 1678. Ibid. p. 2.
66
Informe Zevallos. Ibid. p. 2.
67
Informe de la Audiencia de Charcas sobre la situación de los indios reducidos por el gobernador
Mercado y Villacorta (1681). AGI. Copia en ME, Carpeta G.
43
servicio de mita por parte del grupo étnico relocalizado fue un tema de conflicto
otros en toda la zona, mediante ellos han hecho construcciones y templos como la
catedral sin haber para su obra más peones que los indios quilmes y
acalianos…”68.
actividades productivas en los que fueron utilizados los indios, ya hemos mencionado la
siega del trigo, construcción de obras públicas, carga y descarga de navíos en el puerto y
número considerable de indios a la reducción para “que estos se repartan entre los
advierte a los vecinos de la ciudad que “de aquí en adelante no podrán tener muchos más
mano de obra ha causado que en la reducción “sólo se hallen 600 almas y podrán faltar
muchas más…por el gran daño que se le sigue haciendo a los indios por servir a Buenos
Aires”. También está presente la prestación ilegal de servicios cuando éste menciona que
los indios se pierden porque otros administradores “los han enviado a servir a personas y
parientes”70.
La nueva condición del grupo étnico relocalizado y su situación dentro del sistema
social y productivo pampeano, provocarán una abrupta caída demográfica (del 40% en los
68
Informe Zevallos. Ibid. p.6.
69
AGN, Acuerdos, t. XVIII, p.429-430.
70
Informe Zevallos. Ibid. p.7.
44
primeros diez años) que relacionamos con el cambio medioambiental, las epidemias y el
pero son reflejadas en la baja natalidad y matrimonios indígenas del padrón de 168071. No
obstante, y teniendo presente que los indígenas no fueron receptores pasivos de las
políticas que emanaban desde la sociedad colonial, consideramos necesario analizar las
aquí los alzamientos, las deserciones colectivas, y las rebeliones violentas. En el segundo
frontales que implican una decisión personal de rechazo pero no involucrando al grupo de
pertenencia más importante”. De allí que para esta autora no se hayan percibido de forma
o de ineptitud.
71
Según Lagger y Levorcetti (1994), el padrón indígena confeccionado en 1680 -14 años después
de ser relocalizado el grupo étnico-, expresa un límite de edad del grupo ubicado en los 50 años,
generaciones vacías que tenían entre 10 y 20 años en 1666, una baja en taza de natalidad y
matrimonios indios y un marcado aumento de la taza de mortalidad infantil.
45
“resistencia pasiva”, ya que son acciones individuales y aisladas. El accionar colectivo
proviene, en todo caso, de los grupos con territorialidad al sur del Salado que, mediante
étnicas con los grupos no reducidos de la región, que les permitieron, mediante el
las reducciones.
observan continuas quejas por parte de las autoridades respecto el comportamiento de los
reducidos. Hacia 1610, en una carta al rey, el gobernador Negrón expresaba cuán
resistentes eran estos indios al sometimiento: “Estos bárbaros desnudos son más fuertes y
más duros de domar que cuantas naciones hay en el mundo”72. Si nos concentramos en la
fue tan exitoso. Respecto las actividades agrícolas, en su visita de 1619 a la reducción del
potros y caballos en que andan que los cogen en el campo porque hay mucha cantidad de
72
Carta del gobernador Marín Negrón de 1610. AGI, copia en ME, Carpeta B, Nº 13.
73
Carta del gobernador Góngora al rey de 1620. Ibid.p.11.
46
milenarias. Estos grupos de cazadores recolectores y pescadores tuvieron una estructura
matan. Usan algunas bolas a manera de hondas y de algunos arcos con flechas…”74.
caciques, quienes tenían por costumbre tener varias mujeres. En la visita del gobernador
“…todos los indios y indias de las dichas tres reducciones consta vivir mal:
amancebados cristianos con infieles y infieles con cristianos (...) y hay entre
ellos caciques y otros indios que tienen a dos y a tres mujeres y el dicho
cacique Don Bagual tiene tres mujeres al cual y a los demás se les apercibió
reducidos por asistir a misa y bautizarse. Producto de ello se toman medidas que fueron
plasmadas en las actas del Cabildo de Buenos Aires que propone:“…hacer actos de
indios y concurran todos los domingos a la misa…”76. Pero la labor evangelizadora se vio
entorpecida, en muchos casos, por la falta de interés de las órdenes religiosas en prestar
servicios fuera de la ciudad (recordemos que los Jesuitas aún no se hacen presentes en esta
región). Así, en las fuentes se describe como las reducciones no poseen si quiera
47
Francisco, nombrado fray Juan, había ido algunas veces a la dicha reducción en sus
principios y estado algunos días y luego se iba y que a mucho tiempo que están sin
sacerdote” 77.
No nos debe extrañar, entonces, la dificultad presentada para convertir a los indios
reducciones, sumado a la resistencia presentada por los indígenas para recibir la doctrina,
deben haber entorpecido dicho proceso. Ahora, si centramos nuestra atención en las
formas de resistencia desarrolladas por los indios reducidos en articulación con los grupos
no reducidos de “tierra adentro”, vemos que son varias las alternativas que estos
desplegaron. La huída de las reducciones es una constante. En 1604, a muy poco tiempo
Buenos Aires, Tomás de Garay, comenta que: “... el cacique Bagual se salía con toda su
78
gente de donde estaba reducido y asentado por mandato del Gobernador” . Los
trabajado lo que he podido para juntarlos pero como falta el temor respeto de
población indígena en las reducciones, con las huidas permanentes. Por ello pide al
con sus mugeres e hijos sin consentir ni dar lugar a que se saquen y lleven fuera de
77
Carta del gobernador Góngora al rey de 1620. Ibid. p.10.
78
AGN, IX-19-1-4. f.9.
79
Carta de Fray Juan de Iraza, obispo de Buenos Aires, al rey, 1621. AGI, copia en ME, carpeta C.
48
ellas…porque dello sigue mucho daño, perdida y disminución porque cada día mueren
tema de las huidas es sintomático. Si bien varía el “hacia dónde” (comunidades de origen
o ayllus en el área andina, tribus en el área pampeana), en todos los casos las migraciones
son una salida a la opresión que pesaba sobre los indios (Presta, 2000). Un testimonio de
que con ellos se fueron otros indios de la dicha reducion con sus mujeres e hijos,
porque se avian muerto algunos y entre ellos un cacique y que fueron porque el
colonial. Otra de las estrategias observada entre los indios reducidos es la alianza con
que los indios reducidos, en comunicación con los de “tierra adentro”, acuerdan el ataque
Negrón menciona que en las reducciones los sacerdotes presentan quejas porque: “…los
domésticos que les ayudan en sus trabajos se van retirando y aunando con los rebeldes y
presenta una queja por la misma razón:“... y se han levantado y se van convocando otros
80
Carta del obispo Pedro de Carranza al rey, de 1627. AGI, copia en ME, carpeta C.
81
Carta del Gobernador Diego de Góngora al rey de 1620, sobre indios retirados de las
reducciones. Ibid. p. 4.
82
Carta del gobernador Marín Negrón al rey, sobre sublevación de indios reducidos, 1613. AGI,
copia en ME, carpeta B.
49
indios contra el Real servicio desta República... y aunque otras veces lo han hecho con
fuentes aparecen como uno de los grupos reducidos más sumisos, el administrador de la
reducción presenta gran preocupación: “Los indios que salen de aquí a sus pueblos son
muchos con las tropas de vacas y mulas que van al alto Perú y hay que obligarles a los
encomenderos que si los sacan los hagan devolver por la gran facilidad de huir a sus
pueblos”84.
Así, vemos que lejos de resignarse a las nuevas condiciones sociales, económicas y
culturales, muchos de los indios relocalizados optaron por la huida como forma de
ineficiente aparece como una estrategia alternativa. Esta situación se manifiesta en los
términos con los cuales se refieren a los indios de servicio, los vecinos de la ciudad. Estos
son considerados como “vagos, ladinos, carentes de interés en las tareas”85. A su vez, los
servicio de mita a la ciudad de Buenos Aires, por parte de los indios quilmes y acalianes
de entre 18 y 50 años, el trabajo ineficiente se presentó como una forma más de resistir a
50
2001). En este sentido es que percibimos el proceso de mestizaje que se inicia en el ámbito
bien legalmente –a partir de las Ordenanzas de Alfaro de 1605-, las reducciones debían
estar habitadas sólo por población indígena, la "Exaltación de la Cruz de los Quilmes", fue
población que se ha asentado en la reducción es muy perjudicial para los indios que viven
todas horas españoles, mestizos y mulatos a perturbar la paz y quietud con que viven los
indios reducidos”, proponiendo al rey que “quiten de aquí esta población que tanto los
situación, las autoridades coloniales aplicaran una Ordenanza Real en la que se establecía
que "los hijos de españoles con indias debían ser reconocidos como hijos de indios"
87
Informe Zevallos. Ibid. p.7.
88
Carta del Obispo de Buenos Aires, Antonio Azcona, al rey, 1678. Ibid. p.4.
89
Informe Zevallos. Ibid. p.7.
51
En síntesis, los dispositivos de poder y dominación desplegados en el espacio
“disciplinador” entorpecido por la resistencia de tipo cotidiana que los indígenas llevaron
a cabo en estos ámbitos (a traés del trabajo ineficiente, el mestizaje, etc.), así como
autonomía (que les permitieron sublevarse, huir o acceder a bienes e información). Esta
situación hacían, sino improbable, por momentos dificultosa la sujeción de los indios en el
regionales, como el caso de las etnias quilmes y acalianes, proporcionó resultados más
efectivos para la sociedad colonial. Estas etnias efectuaron una rápida incorporación al
fue efectiva. La reducción tuvo una existencia de más de un siglo y la sociedad colonial
porteña utilizó a los grupos reducidos como la principal fuente de mano de obra para la
Finalmente, entre los factores del fracaso de los sistemas reduccionales como espacios
población esclava, debido al rol que Buenos Aires fue tomando como ciudad-puerto para
el ingreso de éstas. Una fuerza de trabajo más controlable y eficiente que la indígena.
52
CAPÍTULO III:
norte del río Salado, el que se erigía como una especie de demarcación o límite geográfico
transformaciones que sufrieron las sociedades indígenas con territorialidad al sur del río
siglo XVII. En las últimas décadas del siglo intensificaron sus vínculos con los hispano-
criollos debido a la competencia originada por espacios y recursos de uso común como el
ganado y la sal, circunstancia que hemos categorizado como “el despertar de la frontera
107). Creemos que dicho proceso no sólo afectó a la sociedad colonial, sino que también
presentan indicios durante el siglo XVII. Cambios que están siendo analizados dentro de
las múltiples respuestas y estrategias de resistencia que supieron desarrollar las sociedades
53
2001). En el caso rioplatense, trabajos como los de Palermo (1986, 1988, 1989) o
suscitados en estas sociedades, tras iniciarse el contacto con el europeo, a partir de una
como trabajos de historiadores posteriores (Giberti 1961, Coni 1979, Assadourian et al.
1986), ponen en evidencia que dicho proceso se inició con la primera fundación de
Pedro de Mendoza y, unas décadas mas tarde, con la introducción del ganado vacuno
desde Asunción, Córdoba y el Alto Perú. Según Palermo (2000), a partir del siglo XVII,
los habitantes de las llanuras pampeanas tenían un pleno manejo del caballo, lo que les
permitió la captura del ganado cimarrón que se había dispersado por la pampa. Con suma
rapidez, los indígenas pampeanos, al adoptar el ganado caballar, pudieron desplazarse más
rápidamente y aumentar sus expediciones de caza, que, en ocasiones, se dirigían hacia las
autoridades coloniales sobre estas expediciones durante el siglo XVII92, aunque no puedan
asociarse directamente a los malones del siglo XVIII, a los que hace referencia Mandrini
(1986), prefiguran ese tipo de organización bélica que será puesta, posteriormente, al
90
Nos referimos a los estudios que, tomando al pie de la letra los documentos coloniales,
trasmitieron una imagen etnocentrista de la realidad que describió el colonizador.
91
Schmidel [1563-65), Hernando de Montalvo [1587].
92
En 1629, el gobernador Céspedes informó al rey que los serranos: “…son grandes hombres de a
cavallo y estan muy prevenidos de armas de cuero de buey para sus personas y caballos. Usan
lanzas, arcos, flechas, bolas y ondas y a su modo hacen sus escuadrones en forma de media luna,
sin parar en un sólo lugar”. Carta del gobernador Céspedes al rey (1629). AGI, copia en ME,
Carpeta C.
54
servicio de fines económicos y políticos y como una empresa colectiva. Otro de los
procesos de cambio identificados por estos autores tiene que ver con la paulatina
incorporación del mundo indígena a los circuitos mercantiles coloniales. Este proceso se
inició junto al establecimiento de nuevos vínculos –aunque no por ello inexistentes-, con
proveer de caballos para hacer frente a la guerra con los españoles en Chile. Para
mediados del siglo XVII, Palermo (2000) ubica las primeras capturas y arreos de ganado
cimarrón en las pampas que -a veces por medio de los pehuenches cordilleranos- se
entregaban a los mapuches chilenos a cambio de tejidos, armas, etc. Esto proceso ha sido
ellos, la evidencia material encontrada fue interpretada como infraestructura para la cría y
manejo del ganado (Slavsky y Ceresole 1988, Mazzanti 1993). Finalmente, debemos
mencionar un proceso que, aunque excediendo nuestro marco temporal de análisis, tiene
transcordilleranos que, según Ortelli (1996), generó relaciones de parentesco que fueron
uniendo a las etnias asentadas a ambos lados de la cordillera y culminaron, hacia el siglo
XIX, con la “araucanización” de las pampas94. A lo largo del siglo XVII, la relación entre
grupos indígenas de uno y otro lado de la cordillera fue aumentando, sobre todo debido a
93
Evidencias arqueológicas diversas sugieren que los pueblos pampeanos formaban parte -desde
tiempos prehispánicos-, de redes de intercambio que los vinculaban con grupos extra regionales.
La presencia en el sitio arqueológico Tapera Moreira de alfarería chilena que se conoce como
Valdivia pintada, las plaquetas grabadas y las puntas de proyectil pedunculada similar a las del
norte de la Patagonia refuerzan la idea de la circulación de bienes dentro de sistemas regionales
amplios. Ver: Politis (2000)
94
Nos queda claro que resulta una simplificación extrema reducir un proceso de larga duración
como es el contacto cultural entre la araucanía y la pampa, al concepto de “araucanización” en el
sentido que la Escuela Histórica Cultural le asigna. Nuevos enfoques han propuesto utilizar el
término específicamente para el proceso de migración de mediados del XIX que completa un largo
proceso de contacto e interacción entre ambas sociedades (Mandrini y Ortelli 1995).
55
guerra y que adquirían en las pampas bonaerenses (León Solís 1992, Varela y Manara
2006). De esta manera, se tornaron más frecuentes las incursiones indígenas sobre la
campaña, ya que, “aunque la mayor parte del ganado era cimarrón, ya había robos en la
hostilidades indígenas sobre la campaña porteña a fines del siglo XVII (ya sea robo de
cierta forma con aquella visión que vinculó la inserción indígena en los circuitos
coloniales (León Solís 1991)95. Según Crivelli Montero (1991), los malones no deben
relación con los “cristianos”. Teniendo en cuenta este último factor, debemos hacer
mención, no sólo a los cambios que se estaban dando al interior de las sociedades
indígenas como consecuencia del contacto interétnico, sino a las circunstancias que
sufrir los asentamientos coloniales de frontera tales como Buenos Aires, Córdoba o
95
León Solís, ha aportado con sus estudios sobre las transformaciones operadas en el mundo
indígena a fines del siglo XVII y principios del XVIII, a superar visiones simplistas como la de
historiadores chilenos centrados en la problemática de la frontera del Bío Bío. Tomando en cuenta
procesos más generales que afectaron a ambos lados de la cordillera, analiza el pasaje de un tipo
de actividad bélica a otro: de la guerra formal al saqueo y al pillaje. Sin embargo, a pesar de romper
con muchos supuestos de la historiografía tradicional, siguió considerando que la competencia por el ganado
cimarrón llevó a un aumento de la hostilidad indígena y al saqueo permanente. La paz lograda en Chile y el
aumento de la demanda de ganados, sumado al problema de la extinción paulatina del ganado
cimarrón en las pampas, transformó al indígena de “guerrero” en “cazador de ganado” primero, y
en “maloquero” después (León Solís 1991).
96
En lo que respecta a la disminución del ganado cimarrón, para Gascón (1998), ya en la primera
década del siglo XVIII, para encontrar ganado cimarrón en Buenos Aires había que internarse
hasta el sur de Tandil. Por su parte, Campetella (2007) menciona que en las décadas de transición
entre los siglos XVII y XVIII, en el área interserrana se daban intensos contactos interétnicos entre
diversas “naciones” indígenas e hispano-criollos de diferentes jurisdicciones, debido a que allí se
obtenía el ganado cimarrón.
56
Mendoza y que para Gascón (1998), empujaron a las diversas jurisdicciones a desplazarse
hacia el sur, en busca de cimarrones. Según Campetella (2007), en las últimas décadas del
siglo XVII y a comienzos del XVIII el control del ganado cimarrón desató una fuerte
competencia, no sólo entre indios e hispano-criollos, sino entre estos últimos entre sí. Por
lo cual la conflictividad se dio entre todos los agentes interesados en el recurso. Una
situación que derivó para ambas autoras, en una presencia cada vez mayor de tropas de
aplicación de medidas por parte del Cabildo de Buenos Aires para hacer efectivos los
“supuestos” derechos que tenían para vaquear en aquel espacio97. Así, la imagen de la
frontera pampeana hostigada por indígenas saqueadores a fines del siglo XVII, va dejando
lugar a una visión mucho más compleja de competencia inter e intra-étnica por el control y
durante el siglo XVII, la sociedad colonial no tuvo mayor interés por el territorio sur
no implicó dominación. Expresión de ello son los lazos que, desde principios del siglo
97
El ganado cimarrón, al no estar puesto en rodeo ni tener marca, presentó desafíos a la hora de
decidir quienes tenían derecho de propiedad sobre él. Según el Cabildo de Buenos Aires, los
vecinos de la ciudad –y más precisamente los poseedores de ganado- eran quienes tenían derechos
sobre el ganado cimarrón que pastaba en las pampas, bajo la lógica de que éstos animales se
habrían “alzado” y vuelto a la vida silvestre de los rebaños originalmente traídos por los europeos.
Campetella, Ibid. p. 4.
98
En relación a la prestación de trabajo ocasional, en 1611 el gobernador Marín Negrón escribe al
rey señalando la cantidad de indios “infieles” de servicio que hay en Buenos Aires, es decir, que
57
En las últimas décadas del siglo XVII observamos que las relaciones con algunos de
estos grupos se tornaron más conflictivas, aunque derivaron en una gran heterogeneidad
Cabildo de Buenos Aires, ya desde 1660 comenzara a enviar patrullas armadas para
vigilar la campaña y desde 1680 se iniciaron expediciones periódicas por parte de los
fines del siglo XVII, muchas de estas expediciones a territorio indígena, empezaron a
mencionados no son excluyentes entre sí, muy por el contrario, actuaron de forma
conjunta originando el cambio en las relaciones interétnicas que, por su intensidad, hemos
inicios del conflictivo vínculo interétnico, para luego pasar a examinar las propuestas que
no están sujetos en reducción: “…los yanaconas que tiene esta ciudad no llegan a quinientos (…) y
hay otros quinientos infieles de servicio (…) acuden como los demás infieles a servicios de cuando
en cuando…”. Carta del gobernador del Río de la Plata, Diego Marín Negrón al rey de 1611. AGI,
copia en ME, carpeta C, n°10. Según González Lebrero los indios de servicio propios de la
gobernación llegan a ser 33 entre los años 1613 y 1654. Por su parte, el gobernador Góngora
informa al rey en 1620 que algunas parcialidades de “tierra adentro”, vienen a la ciudad de Buenos
Aires: “…an venido con mucha quietud y gusto cuarenta indios con sus mugeres e hijos con dos
caciques que vinieron a esta ciudad…”Carta del gobernador Diego de Góngora al rey de 1620.
AGI, ME, carpeta C. El religiosos Gregorio Suárez Cordero advierte hacia 1678 que los indios
pampas son “…gente doméstica y tratables, pues asisten a los terrenos y chacras a ayudar en las
vaquerías en que se les paga…”.Carta del cura de Buenos Aires, Dr. Gregorio Suárez, a la reina
(1673), remitiendo testimonio de la respuesta que dio a la consulta que el obispo y gobernador del
Río de la Plata le hicieron sobre la reducción de los indios pampas. AGI, copia en ME, carpeta F.
99
Por ejemplo, la expedición que se realizó durante el gobierno de Sotomayor a las sierras del
Tandil y Cairú y dónde se mencionaba que los indios potreaban esa zona, además de vender
caballos y tener trato con “otras parcialidades que asistían a aquellas campañas”. Carta de Joseph
Herrera y Sotomayor al rey, de 1686.AGI, copia en ME, Carpeta G.
100
El descubrimiento a mediados del siglo XVII de los grandes yacimientos de sal en la región pampeana,
tuvo un rol indispensable para la vida e industria de la ciudad-puerto. La empresa se realizaba periódicamente y
requería importante participación de vehículos y personas para transportar la sal. Situación que entrañó una
periódica negociación con las parcialidades indígenas que controlaban dicho espacio (Taruselli 2005).
58
surgieron desde los diferentes sectores de la sociedad colonial y la política indígena que se
que hacia mediados del siglo XVIII allí se constituyó un centro de producción,
obligado de rutas trasandinas (Mandrini 1991). Este proceso, comenzó a ser percibido por
1635, dónde el gobernador Pedro Esteban Dávila, ordenó al jefe de una partida militar a la
campaña:
"...inquirireis y sabreis con toda particularidad si es cierto que los indios del
Reino de Chile pasan la cordillera por esta parte y rescatan y llevan caballos
para aquel reino y de quién se valen y con qué indios comunican y en qué
tiempo pasan la cordillera para esta banda y hasta dónde llegan y qué género
de armas tienen y qué práctica tienen con los indios que comunican de estas
pampas y distrito y hasta dónde llegan y qué rescatan y qué género tienen por
rescate..."101.
ganado cimarrón al sur de la región, así como a algunas de las parcialidades indígenas que
allí habitaban. La discusión acerca de quiénes o cómo denominar a estos grupos no ha sido
superada aún102. El dilema radica en, o bien abstenerse de utilizar rótulos acuñados por
cronistas y viajeros -tales como “auca”, “pampa”, etc.-, o utilizar los conceptos que
101
AGN, sala IX-40-8-4.
102
Algunas de estas discusiones pueden encontrarse en los artículos de Raúl Mandrini (1992) y
Lidia Nacuzzi (2000).
59
simplificaciones. En este sentido, optamos por la segunda opción, ya que la primera
Nacuzzi (1998) para la región norpatagónica. Aclarado este punto, debemos decir que
(2005), tales denominaciones incluían una diferenciación no sólo geográfica, sino cultural.
Así, los “pampas” ocupaban una posición de cercanía a la sociedad colonial, ya que no
sólo vivían en los alrededores de Buenos Aires, sino que a menudo establecían vínculos
amistosos con los porteños. En cambio, los “serranos” estaban asentados en las alejadas
mención que se encuentra en las fuentes coloniales sobre estas parcialidades aparece en
“…cuando entro a zondear este rio, por mayo del año pasado, pasó la palabra a
los yndios serranos que se confinan con el estrecho de Magallanes por la vanda
del sur y vajaron a esta provincia más de 500 dellos (…) son grandes hombres de
cavallos , usan lanzas arcos y flechas bolas y hondas y a su modo hacen sus
“pampas” y “serranas” en la campaña porteña se hizo cada vez mayor. En 1659 el Cabildo
mencionaba que grupos pampas se habían acercado a la ciudad. Ese mismo año, varios
retiren a sus tierras105. Esta situación se fue acrecentando en las décadas siguientes. En
103
Esta categoría histórica, permite hablar de grupos indígenas diversos, ya que no actuaban a
como una unidad, por lo menos en su relación con los hispano-criollos.
104
Carta del gobernador Céspedes al rey de 1629. OP. Cit. p.2.
105
AGN, AECBA, Tomo XI, año 1659.
60
1662 varios españoles fueron asesinados por pampas y serranos y un año después el
mismos”106. Una década después, en 1670 Juan Antonio de Arregui presentaba una
petición sobre los daños que estos indios hacían en las estancias de la ciudad107.
Finalmente, en 1672 se conformó un Cabildo Abierto para acordar qué forma de castigo
dar a los indígenas que han robado ganado y hecho otros daños. En un informe del
gobernador Andrés de Robles al rey, de 1677, sobre los indios de la jurisdicción del puerto
“…indios que cada día entran con sus tropas a esta ciudad…y se seguía el
daño con la libertad de la que gozan estos indios por estar retirados por
caballos y armas…”108.
CUADRO N°7:
61
domésticos Miguel de Arpide
(huidos de
reducciones)
1672 Serranos Cabildo de Buenos
Aires
1677 Indios Gobernador Andrés
domésticos de Robles
(huidos de
reducciones)
1681 Pampas y Gobernador Joseph
serranos Garro
1686 Pampas Cabildo de Buenos
Aires
(*) En las fuentes consultadas la palabra hostilidad aparece sin hacerse mención concreta a robos o
asesinatos, es por ello que hemos optado por distinguirla de las demás categorías, debido a que no
sabemos exactamente a que tipo de accionar se refiere.
Fuente: elaboración propia en base a correspondencia ubicada en el Archivo General de Indias, con
copia en el Museo Etnográfico, carpetas E, F, G y Archivo General de la Nación, Acuerdos del
Extinguido Cabildo de la ciudad de Buenos Aires, Tomos: XI, años 1659 y 1663, tomo XIII (1670-
1672) y tomo XVI, año 1686.
En el cuadro N° 7 se pretende dar cuenta del incremento de los ataques indígenas a los
1670, 1672, 1677, 1681 y 1686. Respecto este tipo de ataques, Villar y Jiménez (2002)
que las víctimas del ataque no se enteren de su presencia hasta que sea demasiado tarde.
Por otro lado, y como hemos mencionado anteriormente, teniendo en cuenta las
incursiones que los hispano-criollos realizaban al área interserrana desde 1660, estos
ataques podrían asociarse con otro tipo de estrategia indígena, desplegada ante la nueva
situación interétnica y para lograr ciertas condiciones en sus vínculos con los hispano-
pasaron a competir por espacios y recursos comunes. Cualquiera haya sido su objetivo, la
presencia indígena en la campaña porteña generó múltiples acciones desde las autoridades
62
de la gobernación del Río de la Plata. Este accionar, aunque aún no pueda asociarse con lo
que Boccara (1996) denominó “dispositivos de poder y dominación”, irá delineando una
política indígena más ofensiva que se terminó de concretar a mediados del siglo XVIII con
la llamada militarización de la frontera, pero que tiene precedentes a fines del siglo XVII.
momento, las soluciones planteadas por los porteños respecto las hostilidades indígenas en
territorio indígena se pretendía: “…por medio de las armas y el terror que no cometan
tales daños…”109.
mejores conveniencias para pasar la vida, pues en ellas tienen gran cantidad de ganado
de un Cabildo Abierto en 1672 para acordar una solución al problema del “…robo de
ganado y otros daños que hacen los serranos…”, plantea la disyuntiva a la que se
enfrentaron los porteños por esos años. Se trataba de resolver si la mejor estrategia a
109
Carta del gobernador Robles de 1678, Op. Cit.
110
Cabildo del 29 de abril de 1686. Petición para que se tomen medidas con los indios pampas que
han cometido robos y asesinatos. AGN, AECBA, Tomo XVI, p. 302-304.
63
intimidarlos a no seguir con tales acciones, mediante expediciones punitivas. En el
Cabildo abierto de 1672, el Capitán Arpide expresaba que “…aunque se les ha puesto en
reducción siguen el barbarismo de los demás con quienes cometen dichos delitos (…) y
indios que andan levantados…”, mediante una expedición al sur de la jurisdicción. Así,
acordaron:
“…en consideración de los muchos vecinos que han dado quexas por robos y
hurtos que les han hecho dichos indios serranos de ocho años a esta parte…
que se coxan las armas i se salga contra estos indios serranos y demases para
el castigo y sujeción suia por la continua osadía con que proceden en hacer
vecinos…”113.
El resultado de esa “entrada de castigo” se hizo visible unos meses después, cuando el
Cabildo de Buenos Aires ordenó el reparto de los indios capturados entre los vecinos de la
ciudad: “…se ordena hacer el repartimiento de los indios que a pedimento del procurador
general desta ciudad se han traido de nazión pampa y serrana (…) los cuales son en
reparte entre los vecinos para tareas domésticas. Otra “entrada de castigo” será efectuada
por el gobernador Andrés de Robles en 1675. En este caso, y quizás por influencia de una
Real Cédula que ordena la "…conversión de los indios por medio de la predicación
111
Cabildo abierto para acordar el castigo que se le dará a los indios serranos por el robo de
ganado y otros daños. AGN, AECBA, Tomo XIII, año 1672, p. 438-439.
112
El Maestre de Campo era un oficial de grado superior que ejercía el mando de varios tercios.
Real Academia Española.
113
Cabildo abierto de 1672, Op. Cit. p. 439.
114
Acuerdo sobre el repartimiento de indios pampas y serranos. AGN, AECBA, tomo XIV, p. 178.
64
evangélica y que para conseguirlo se reduzgan a poblaciones…"115, el resultado de la
“…salí a recoger indios huidos por la campaña donde los encontré con sus
(…) y los situé en tres pueblos a diversas parcialidades que son: Laguna
ciudad y sobre el río Areco, en la reducción que llaman del Bagual, a treinta
leguas de la ciudad…”116.
religioso…”117. Dos años después, en 1677, se lleva a cabo una expedición con el mismo
fin. En ella, el gobernador Robles menciona que: “…en la parte sur del río Saladillo se
apresó al cacique Bravo con (¿30 o 300?) personas…”118. En este caso, y para hacer más
parcialidades “…en la otra banda del río Paraná, cercanos a la reducción de Santo
Domingo Soriano, donde por el anchor del río, tierras extrañas y gentío desconocido y
115
La Real Cédula al gobernador y al Obispo del Río de la Plata acerca de la conversión de los
indios pampas aparece mencionada en la carta que envía el gobernador Robles al rey en el año
1678, aunque la Real Cédula tiene que haberse emitido antes de 1675, cuando se efectúa dicha
campaña y reducción indígena. AGI, copia en ME, carpeta F. p.1.
116
Carta del gobernador Andrés de Robles al rey (1678). AGI, copia en ME, carpeta F.
117
Ibid. p.2.
118
En la carta de Andrés de Robles al rey de 1677 aparecen mencionados 30 indios, pero en la de
1678, figuran 300. AGI, ME, Carpeta F.
65
reducción”119. No obstante, y a pesar de los diversos intentos que se efectuaron desde
Buenos Aires para crear reducciones con estos grupos, las crónicas coloniales los siguen
describiendo:
provincia y en los ganados que hallare muy retirados por valerse de ellos…”120.
contexto, tomó cuerpo otra práctica que fue impulsada por el gobernador Herrera y
Sotomayor a principios de 1690. Este propuso ganarse la voluntad de los caciques pampas
predisposición de las autoridades coloniales para negociar con dichos caciques, sucedía
Así, ante el fracaso de las prácticas implementadas en el período con los grupos pampas
y serranos, diversos sectores de la sociedad colonial emitieron sus opiniones respecto qué
política adoptar con dichas parcialidades. De esta manera, percibimos ciertos cambios en
los métodos de vinculación con los indígenas, en relación a los utilizados anteriormente
119
Carta del gobernador Andrés de Robles al rey (1677). AGI, copia en ME, carpeta F.
120
Carta del gobernador Andrés de Robles al rey (1678). Op. Cit, p.2.
121
Ibid. p.1.
122
Carta del gobernador José de Herrera y Sotomayor de 1686 al rey, sobre los indios Pampas y
Serranos que habitan el distrito. AGI, copia en ME, Carpeta G.
66
La opinión de los vecinos:
Su postura se hace visible a través de las actas del Cabildo de la ciudad de Buenos
Madrid en 1597, los Cabildos estaban: “…sólo para dar su parecer a los que tienen la
suprema autoridad…” (Citado en Lynch 1967:192). Sin embargo, y según Gelman (1984),
las grandes distancias que separaban a la ciudad de Buenos Aires de las principales
difícil imponer sus mandatos sobre esta región. Es por ello que, quienes tenían acceso al
Cabildo, es decir, los “blancos” –ya sean españoles, criollos o extranjeros residentes en la
ciudad-, tomaban las decisiones respecto (aunque siempre debiendo respetar la autoridad
Buenos Aires a mediados del siglo XVII, ya que ello incidió en las propuestas que
surgieron respecto el problema con los indígenas. Gelman (1985) nos permite identificar
partir de ella –y para maximizar sus beneficios- controlaron otras actividades de la región,
tales como la agricultura, las vaquerías, la tierra y la mano de obra. Quizás por esta razón
hayan sido tan insistentes frente a los robos y hostigamientos indígenas en las estancias de
"...representando los grandes daños y excesos de muertes y hurtos que han hecho y hacen
los indios pampas desta jurisdicción en las estancias y chacras de ella y otros
vínculo con los pampas se rompe o la presencia de los serranos produce daños. No
123
Acuerdo sobre robos y muertes que han hecho los indios infieles Pampas (AECBA 25 de abril
de 1686).
67
obstante, desde el Cabildo no se impulsó una política indígena específica, sino acciones
paliativas. Quizás, debido a que era el gobernador quien debía tomar las determinaciones
Ésta se ve expresada en dos cartas que enviaron Gregorio Suárez Cordero (cura de la
Iglesia de Buenos Aires), y el obispo del Río de la Plata, Antonio de Azcona, al rey. El
primero de ellos esboza una visión pormenorizada del problema indígena en el Río de la
Plata, aconsejando la nueva política a seguir. La metodología adecuada la daban casi dos
están los que fueran en sus principios reducidos y conquistados con el temor de las armas
(...) y contra los indios infieles que están levantados y hacen hostilidades, procedereis a la
los grupos pampas y serranos, llevaron al teólogo a insistir en las armas como método de
sujeción indígena, y para ello propuso: "...vecinos y soldados pagados que bien tiene V.
M. pues sin más gasto que el de las municiones..."125. Los beneficios iban a ser varios,
pero el que inquietaba principalmente al religioso era terminar con una funesta relación, la
que mantenían con los grupos indígenas de norpatagonia y, mediante éstos, con los
transcordilleranos: "...una y otra nación de este gentío [pampas y serranos] tienen su trato
y relación con los indios enemigos de Chile [...] y compran en el puerto para mantener su
contrato y amistad...”126.
se estaba haciendo visible ante los ojos de los hispano-criollos. Se percibía muy
claramente este circuito del que diera cuenta Garay un siglo antes y que va iba ser la base
124
Carta del Dr. Gregorio Suárez Cordero de 1673. Ibid. p. 1 y 2.
125
Ibid. p.4.
126
Ibid. p.2.
68
de las preocupaciones futuras127. Cortar ese tráfico traería -en una visión totalizadora del
problema- un beneficio adicional al apoyar una guerra (la del sur de Chile), "...que tantos
Tucumán y Santiago iba a hacer que estos indígenas: "...hallándose acosados por partes
tan diversas y sin tener donde abrigar a sus familias se dieran a la paz y perpetua amistad,
Por su parte, el obispo de Buenos Aires, Antonio de Azcona, respondió al rey y al teólogo
en una carta. En ella intentó enterar al rey de lo que verdaderamente pasaba en el Río de la
Plata, manifestando:
todas estas indias, porque ni los castigos ni los agasajos han hecho jamás mella
obrado en ellos cosa alguna, antes cada día van cobrando más horror y hastío a
En este caso vemos que el eclesiástico señalaba la ineficacia de los diversos métodos
que se habían aplicado hasta el momento con dichas parcialidades (agasajos, reducción,
castigos). Al respecto de las mismas decía: "...a nada dan oidos, y si los dan alguna vez es
con engaño y dañada intención, o por lograr algún interés temporal que se les ofrece, y
también el grado de autonomía del que gozaban pampas y serranos. Esto explicaría el
a fuerza de armas no los recogen todos de estas campañas, y los reducen a una
127
Carta de Juan de Garay al Consejo de Indias fechada en Santa Fe el 20 de abril de 1582.
128
Carta del Dr. Gregorio Suárez Cordero de 1673. Ibid. p.3.
129
Carta del Obispo del Río de la Plata, Antonio de Azcona, informando al rey sobre los indios
pampas (1683). AGI, copia en ME, carpeta G.
130
Ibid. p. 3.
69
población en los arravales de esta ciudad donde estén a la vista a todas horas,
vivan politicamente, que con esto se irán reduciendo facilmente a la fe, sino los
A fines del siglo XVII, desde que se inicia el conflictivo vínculo con las parcialidades
y realizaron acciones concretas respecto estos grupos. Andrés de Robles, gobernador del
Río de la Plata entre 1674 y 1678, optó por intimidarlos militarmente y luego persuadirlos
con regalos. Una “entrada de castigo” fue efectuada en 1677 y posteriormente ordenó otra
que quedó en manos de Don Manuel de Robles, juntando trescientas personas -entre
vecinos y algunos indígenas de Córdoba que habían huido de sus encomiendas-. Los
grupos indígenas apresados en la campaña fueron colocados debajo del fuerte de Buenos
el mal tratamiento les obliga a retirarse a la sierra a de ser mucho daño asi en mover los
Cordero resultaba la más acertada. Recordemos que esta consistía en proceder “…por
medio de la predicación evangélica con los indios que han estado pacificados…” y “…por
la fuerza de las armas […] con aquellos que andan levantados…”133. Así, se organizó una
131
Ibid. p. 4.
132
Carta del gobernador Andrés de Robles al rey, en donde dice que respondiendo a varias
cédulas que ha recibido, da cuenta de las gestiones que ha hecho para reducir a los naturales y
agrega copia de un padrón de indios que se trajeron de las pampas (1678) AGI. Copia en ME,
Carpeta F.
133
Carta del Dr. Gregorio Suárez Cordero. Ibid. p. 4
70
nueva “entrada de castigo”, aunque esta vez, en presencia de un nuevo gobernador (Don
Joseph Garro). La expedición estuvo a cargo del capitán Juan de San Martín con “…ciento
por segunda vez se utilizaron “indios domésticos” o “indios amigos” para efectuar una
avanzada militar sobre territorio indígena. Estos se adentraron: “…ciento cuarenta leguas
de despoblados en que solo hallaron dos tolderías de los mesmos indios que
a las anteriores. Quizás, tomando en cuenta los métodos propuestos por Suárez Cordero,
expedición se dio muerte a "…más de cuarenta de los indios gandules136 que eran los
campaña militar. Los apresados fueron “…poco más de sesenta indios y su chusma…"137.
consulta con el obispo Azcona, resolvió que estos se distribuyeran entre los integrantes de
la expedición, en lugar de ser puestos en reducción. El argumento para el reparto fue: "...
que ni es número para reducción, ni es gente que se pueda conservar en unión de que se
tiene ya hecho muy largas experiencias..."138. Lo que se buscó con esta medida fue
134
Carta del gobernador José Garro al rey, sobre la campaña contra los indios pampas y serranos
de 1681. AGI, copia en ME, carpeta G.
135
Ibid. p. 3.
136
Holgazanes, perezosos.
137
Carta del gobernador José Garro al rey. Ibid. p.5.
138
Carta del Obispo del Río de la Plata, Antonio de Azcona de 1683. Ibid. p. 4.
71
atrevían a internarse en las campañas con el fin de realizar actividades de abastecimiento a
"...y es sin duda que el no haberles causado con esto algún temor no hubiera
Martín, quién estuvo a cargo de la expedición, pertenecía a una de las principales familias
de criadores de ganado que tenía vínculos comerciales con Chile (Gascón 1998). Este dato
no es menor ya que permite esbozar una posible razón para que propiciara las matanzas
indígenas.
sectores. Esto explica qué se ponía en juego en las llamadas “entradas de castigo”, así
1677 Don Manuel de Robles 300 indios (pampas y de Indios de servicio para el
139
Ibid.p.5.
72
Córdoba) fuerte de Buenos Aires
castigo” al territorio indígena durante las últimas décadas del siglo XVII, así como los
resultados obtenidos. Por otro lado, se hace visible la creciente violencia experimentada en
la puesta en reducción al reparto de los individuos apresados. Hacia 1682, José Herrera y
católico y cristiano celo de Vuestra Majestad a que todo este gentío tan bárbaro y
y vida política…"140.
agasajos y presentes, ofreciéndoles además tierras y sementeras. Pero tras una aparente
llevándose caballadas y ganado de las estancias que contorneaban la ciudad, ayudados por
otros indios que se tenían por sometidos…”141. Reconociendo que el método de persuasión
140
Carta del gobernador José de Herrera y Sotomayor de 1686 al rey, sobre los indios Pampas y
Serranos que habitan el distrito. Op. Cit. p. 1.
141
Ibid. p.3
73
no daba los resultados esperados, el gobernador organizó una expedición militar hacia
1686 con objetivos intimidatorios. De ella resultó el traslado al puerto de 200 indios "…de
todas las edades y sexos…". ¿Qué pasó con ellos? En una junta entre el gobernador, el
Oriental. Dicha práctica ya había probado su eficacia en tiempos del gobernador Robles.
reducción, dando muerte a los españoles que los custodiaban. El gobernador Sotomayor
buscarlos a sus tierras […] en que puede resultar también mucho daño, porque
los serranos suelen darse la mano con los Aucas de Chile a quienes venden las
Con este diagnóstico finalizamos el análisis sobre los cambios suscitados en las
literal con Suárez Cordero, aplicar la fuerza de las armas cuando la situación lo hiciera
necesario. Pero lo que es fundamental, y tiene que ver con la conciencia de las
necesarios para hacerlo. Por el momento, proponía no interrumpir el tráfico indígena hacia
74
Sin embargo, y a pesar de ello, a partir de 1690 las autoridades de Buenos Aires se
mostraron cada vez más dispuestas a proteger las campañas y ganados que consideraban
suyos. Si hasta entonces su accionar con las parcialidades indígenas hostiles consistió en
vislumbra una actitud más ofensiva, puesto que desde entonces se hizo regular el
de la implementación de la práctica del “patrullaje” es que, si hasta fines del siglo XVII
estuvo a cargo de vecinos y autoridades porteñas, a principios del siglo XVIII quedará en
manos de quienes los hispano-criollos ya denominan “indios amigos”. Esto, a partir del
nombramiento en 1717 de dos caciques pampas como Guardias mayores, con el objeto de
práctica se hará cada vez más efectiva a lo largo de los siglos venideros y que forma parte
144
Se trata de Mayupilquiyan y Yati. AGN. AECBA. Serie II. Tomo III. Sesión del 17 de febrero
de 1717.
75
Consideraciones finales
desde la sociedad colonial, así como las múltiples estrategias de resistencia desplegadas
por las sociedades indígenas, hemos buscado ingresar al mundo de las relaciones
interétnicas en el espacio fronterizo pampeano durante el siglo XVII. Este primer siglo de
interétnicas al norte del río Salado y el inicio de un conflictivo vínculo con las sociedades
originarias del sur de la región. A partir de este intenso y complejo dinamismo es que
cambio en las relaciones interétnicas en la región, influyeron tanto las formas de sujeción
como las múltiples respuestas y estrategias de resistencia desarrolladas desde los grupos
principios del siglo XVII para lograr la consolidación del espacio que la sociedad colonial
había logrado ocupar en la región, así como también, para disponer de fuerza de trabajo
indígena para las actividades productivas de la ciudad y su entorno rural. No obstante las
76
prácticas sociales y culturales del colonizador, que pueden relacionarse con múltiples
causas: a) el tipo de parcialidades reducidas (grupos con un alto grado de movilidad, b) los
relación que estos grupos mantenían con las parcialidades que permanecían en autonomía
impidió que se aplicara una mayor inversión y control sobre las reducciones y los sujetos
reducidos.
geográfico del grupo a las cercanías de Buenos Aires respondió a la necesidad que dicha
gobernación tenía por hacerse con un suministro estable de mano de obra para la pujante
resistencia ofrecida por los indígenas de la región pampeana a aceptar las nuevas formas
tanto en el ámbito reduccional como en el urbano. En este sentido podemos decir que la
“Exaltación de la Cruz de los indios Quilmes” tuvo una existencia de más de un siglo y la
sociedad colonial pampeana utilizó al grupo reducido, durante la mayor parte del período,
como la principal fuente de mano de obra indígena. A pesar de ello, en este caso -y al
igual que en las reducciones pampeanas-, se perciben formas de resistencia como la huida,
77
desarticulación étnica sin retorno, donde a pesar de permitir el desarrollo de nuevas
conquista.
Por último, hacia fines del siglo XVII y como consecuencia de la intensificación de
los vínculo interétnicos con las diversas parcialidades indígenas del sur del río Salado,
relocalización indígena había sido la principal estrategia implementada con los grupos
étnicos ubicados en las inmediaciones del poblado de Buenos Aires, con el fin de
los grupos del la frontera sur de la región. Estas parcialidades se habían mantenido al
margen del dominio colonial debido, no sólo al desinterés del blanco por avanzar más allá
del Salado, sino por el despliegue de una serie de estrategias que les permitieron
establecimiento de nuevos –aunque no por ello inexistentes- vínculos con los grupos
78
de esta situación -aunque teniendo en cuenta el rol de factores subjetivos como puede ser
“serranos” sobre la frontera sur a fines del siglo XVII. Es por ello que a partir de 1670 y
de dominación, ante el avance indígena sobre territorio bajo dominio colonial y como una
estrategia defensiva del recurso ganadero por el que empezaron a competir. Así, el
algo había cambiado al interior de las sociedades indígenas, les había otorgado. Pero
marginal de la región dentro del concierto imperial que se tradujo en la falta de recursos
resistencia indígena, hemos intentado reconstruir las relaciones interétnicas a lo largo del
vez, hemos procurado poner de relieve la complejidad y dinamismo del vínculo, así como
consideramos que quedan interrogantes sin responder aún. En este sentido es que creemos
indispensable profundizar en los vínculos interétnicos al sur del río Salado, con quienes la
79
relación se mantendrá entre guerras y negociaciones durante los siglos venideros. Si bien
hemos indagado en los inicios de esta conflictiva relación durante el siglo XVII, quiénes
formaron parte y cómo se estructuraron dichos vínculos hasta la llegada del proyecto
borbónico a fines del siglo XVIII, son temas que aún permanecen sin profundizarse.
80
Fuentes:
Referencias:
Sala IX: Legajos: 19 -1- 4 - f.9; 19-1-5 - f.11; 19 -1- 6 - f.70; 40- 8- 4 - f.
Acuerdos del extinguido cabildo de la ciudad de Buenos Aires:
Tomo III:
(1615) Pena impuesta por el Deán de la Catedral a los que no cumplan con la reducción de
indios, pag.165.
(1617) Acuerdo de confeccionar carta donde se da cuenta de la causa que ha obligado a
salir al gobernador a pacificar sublevados, pag. 166-168.
Tomo IV:
(1619) Título de protector de naturales a Salvador Barbosa de Aguilar, pag. 202-203-204.
Tomo XVIII:
(1670) Petición hecha por Juan Arregui sobre los daños que hacen los indios pampas, pag.
226.
(1672) Cabildo abierto para acordar el castigo que se le dará a los indios serranos por el
robo de ganado y otros daños, pag. 438-439.
Tomo XIV:
(1675) Acuerdo sobre el repartimiento de indios pampas y serranos, pag. 178.
Tomo XVI:
(1686) Petición para que se tomen medidas para evitar robos y asesinatos de los indios
pampas, pag. 302, 303, 304.
ARCHIVO GENERAL DE INDIAS
Copias ubicadas en el Museo Etnográfico “J. B. Ambrosetti”, Buenos Aires
Carpeta A (1558-1578)
(1565) Carta del Licenciado Matienzo, oidor de la audiencia de Charcas, al Rey.
81
Carpeta B (1584-1617)
(1587) Carta del tesorero de la Real Audiencia, Hernando de Montalvo, al rey.
(1599) Carta del gobernador del Río de la Plata, Diego Rodríguez Valdez y de la Banda al
rey. N°5.
(1610) Carta del gobernador Martín Negrón al rey. N° 12.
(1610) Carta del gobernador Martín Negrón al rey. N°13.
Carpeta C (1618-1651)
(1619) Carta del Gobernador Diego de Góngora al rey. Nº 7.
(1620) Informe del gobernador Diego de Góngora al rey, sobre la visita a las reducciones
de Buenos Aires. Nº 11.
(1621) Carta de Fray Juan de Iraza sobre indios huidos de la reducción de Tubicahminí.
(1621) Carta del obispo de Buenos Aires, Pedro de Carranza al rey.
Carpeta D ( 1657-1661)
(1659)Autos sobre Bohórquez N°1.
Carpeta E (1662-1674)
(1669) Carta del gobernador de Tucumán Alonso de Mercado y Villacorta a Su Majestad.
(1670) Carta del gobernador de Tucumán Alonso de Mercado y Villacorta a Su Majestad.
Carpeta F (1675-1679)
(1675) El Rey, Real Cédula al gobernador del Río de la Plata que aplique su mayor
cuidado y desvelo a disponer la reducción de los indios que estén levantados en su distrito.
(1675) Carta del gobernador Andrés de Robles al rey, sobre indios recogidos en la
campaña.
(1677) Carta del gobernador Andrés de Robles al rey, adjuntando padrón que se hizo de
los indios de las provincias del Río de la Plata.
(1678) Carta del gobernador Robles al rey, sobre encomiendas de indios que hay en la
ciudad.
(1678) Carta del gobernador Andrés de Robles al rey, informando sobre el oficio de
protector general de los naturales.
(1678) Carta del gobernador de Buenos Aires Andrés de Robles, al rey en donde da cuenta
de las gestiones que ha hecho para reducir a los naturales y agrega copia de un padrón de
indios que se trajeron de las pampas.
(1678) Carta del Dr. Gregorio Suárez, al rey, remitiendo testimonio de la respuesta que dio
a la consulta que el obispo y gobernador le hicieron sobre la reducción de los indios
Pampas.
82
(1681) Carta del gobernador de Buenos Aires, Joseph Garro al rey, sobre el resultado de la
campaña contra los indios pampas y serranos.
Carpeta G (1681-1687)
(1681) Carta del representante de la Audiencia de Charcas, Bartolomé González de
Pobeda, al rey, sobre el estado en que se hallan los indios que redujo Mercado y
Villacorta.
(1681) Real Cédula al gobernador de Buenos Aires ordenándole lo que ha de ejecutar en
cuanto a los setenta indios pampas que apresaron.
(1681) Carta del gobernador del Río de la Plata Joseph Garro a su reemplazante.
(1686) Carta del gobernador José de Herrera y Sotomayor al rey en la que informa sobre
los indios Pampas y Serranos que habitan el distrito de su gobierno.
(1686) Informe del administrador de la reducción Exaltación de la Cruz de los indios
Quilmes, Juan Zevallos.
Carpeta H (1688-1714)
(1695) Carta del gobernador Andrés de Robles al rey.
BIBLIOTECA NACIONAL
Colección Gaspar García Viñas, copias de manuscritos del Archivo General de Indias,
entre los años 1492-1658:
Manuscritos N°: 679, 4683, 4835 y 4863.
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a las fundaciones de Sta. Fe y Bs. As, Buenos Aires: Compañía Argentina de Billetes de
Banco.
- Carta de Juan de Garay al Consejo de Indias fechada en Santa Fe el 20 de abril de
1582.
- Capitulación con el Capitán Juan Ortiz de Zárate, sobre la conquista del Río de la
Plata, 10 de julio de 1669.
Canal Feijó, B. (comp.), 1967, Los Fundadores, Buenos Aires: CEAL.
- Descripción de las Indias de Fray Reginaldo de Lizarriaga, Capítulo LXIX, Sobre el
puerto y pueblo de Buenos Aires.
- Viaje al Río de la Plata de Ulrico Schmidl, Capítulo IX, el arribo a Buenos Aires.
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