*CONSTRUCTIVISMO Y SISTEMAS EDUCATIVOS La oportunidad de comparar sistemas educativos de diversos países y sociedades desde un punto de vista tanto teórico como aplicado, aunque existen diferencias notables, también hay semejanzas impresionantes. La diferencia suele tener que ver con la estructura de los sistemas. Casi todos los sistemas educativos inspirados en el modelo occidental logran despertar el interés de los alumnos en los primeros años. Mediante la presentación de actividades que resultan motivadoras y que parecen cumplir una función importante en su desarrollo psicológico general (Gardher 2000 y 2004). Veremos que los alumnos de cinco a diez años, aprox, realizan juegos semiestructurado y otras actividades en las que utilizan sus habilidades lingüísticas y cognitivas de manera más bien informal, podríamos decirse que se produce una relación adecuada entre las capacidades de aprendizaje espontaneas del alumno y los objetivos que se deben alcanzar en este segmento de la educación. Sin embargo, esta situación suele cambiar en cuanto comienza el periodo escolar, aproximadamente a la edad de diez años. Los contenidos se van haciendo cada vez más académicas y formalistas y se produce una clara perdida de interés por parte del alumno. Lo que también resulta bastante claro es que con la entrada en la adolescencia, la tendencia mencionada se intensifica y se produce una ruptura muy pronunciada entre los intereses habituales del alumno, los contenidos y las actividades que le ofrece el sistema escolar. Ello suele ir acompañado de materias extremadamente académicas que tienen mucho más en común con la enseñanza universitaria que con la capacidad de compresión del estudiante. Nos encontramos con la siguiente paradoja: por un lado, el alumno posee mayor capacidad cognitiva que en edades anteriores y ha adquirido también mayor capacidad de información sobre numerosas cuestiones. Sin embargo, en términos generales su rendimiento global y su interés por la escuela suele ser mucho menor que en los primeros cursos. En definitiva, es como si el sistema educativo estuviera desaprovechando la mejora que se ha producido en la mente de los alumnos y en vez de obtener un mejor partido, establecerá las condiciones para producir lo contrario. Por otro lado, las condiciones sociológicas y culturales de los diferentes medios imponen algunos cambios y restricciones a la situación. Ejemplo: puede citarse los casos de clases sociales desfavorecidas en las que el llamado “fracaso escolar” es casi la norma bastante antes de la adolescencia; o el caso de las sociedades indígenas en las que se ha impuesto un modelo educativo occidental, sin ninguna consideración por su cultura autóctona. Dicho problema consiste en que la mayoría de las sociedades contemporáneas han emprendido transformaciones educativas porque, entre otras razones existe una enorme distancia entre lo que los alumnos aprenden y tienen interés por aprender y lo que les presenta la institución escolar. La búsqueda de solución a los problemas mencionados es lo que suele subyacer a la utilización de conceptos y teorías psicológicas en los procesos de transformación educativa. El diseño curricular actual de España, Argentina, Brasil, Chile y oros países latinoamericanos, habrá podido comprobar que en las propuestas de renovación se intenta explicar los principios generales que dan fundamento a lo que suele denominarse “fuente psicológica del currículo”, es decir, los aspectos que deben tenerse en cuenta a la hora de seleccionar, elaborar y concretar una serie de actividades que conciernen a las capacidades y disposiciones del individuo que aprende. Dichos principios tienen como base los conocimientos y los resultados hallados en la investigación de la psicología evolutiva, a saber: a) Partir del nivel del desarrollo del alumno. b) Asegurar la construcción de aprendizajes significativos. c) posibilitar que los alumnos realicen aprendizajes significativos por si solos. d) procurar que los alumnos modifiquen sus esquemas de conocimiento. e) establecer relaciones ricas entre el nuevo conocimiento y los esquemas de conocimientos ya existentes. Este conjunto de formulaciones implica un tipo de enseñanza bastante distinta de lo que se ha entendido habitualmente por enseñanza tradicional. Su aplicación conlleva la puesta en marcha de un compendio de actividades y decisiones educativas que supondrían no solo la adquisición de conocimientos por parte de los alumnos, sino también la formación de ciudadanos con mejor capacidad crítica. En términos generales, la mayoría de los principios mencionados puede considerarse constructivista. De hecho, el constructivismo ha realizado aportes muy importantes a procesos de cambio en la educación de numerosas sociedades. Algunos de dichos procesos han estado vinculados a transformaciones educativas, sobre todo en lo que se refiere a los aspectos psicológicos y didácticos. El constructivismo, como cualquier posición relacionada con los cambios en la escuela, debe ser enfocado desde una perspectiva crítica. Se trata de una perspectiva abierta que, si bien, tiene en su seno propuesta bien establecida, comprende también dudas, debates, críticas y autocriticas. En consecuencia, entendemos que el constructivismo es un punto de partida y no un punto de llegada. Desde principios de los años noventa, aproximadamente, comenzó a aplicarse la base teórica de la posición constructivista en relación con su aplicación en el aula y, en consecuencia, el alcance del concepto “constructivismo” se extendió. Los enfoques cognitivos o de adquisición del conocimiento, que habían tenido un desarrollo muy intenso desde los años sesenta, los aportes socioculturales, además de otras posiciones comenzaron a ser también referentes importantes en el intento de construir perspectivas teóricas y aplicadas para alcanzar una escuela que rompiera con el modelo tradicional y resultara más significativa. Puede hablarse de varios tipos de constructivismo, de hecho, es una posición compartida por diferentes tendencias de la investigación psicológica y educativa. Entre ellas se encuentra las teorías de Piaget, Vigotsky y la actual psicología cognitiva. Cuando en las propuestas de renovación educativa se habla de constructivismo, se hace en un sentido laxo y no en un sentido estricto que es probablemente lo que tiene coherencia para la mayoría de los educadores puesto que, en última instancia, las distintas tendencias mencionadas poseen más elementos en común que diferencias.
*LA CENTRALIZACION DEL CONOCIMIENTO Y LA
REPRESENTACION
El constructivismo se fundamenta en la idea según la cual el individuo (tanto en los
aspectos cognitivos y sociales del comportamiento como en los afectivos) no es un mero producto del ambiente ni un simple resultado de sus disposiciones internas, sino una construcción propia que se va produciendo día a día como resultado de la interacción entre esos dos factores. En consecuencia, según la posición constructivista, el conocimiento no es una copia de la realidad, sino una construcción del ser humano. ¿Con que instrumentos realizara la persona dicha construcción? Principalmente con los esquemas que ya posee, es decir, con lo que ya construyo en su relación con el medio que lo rodea. ¿De qué depende? Depende sobre todo de dos aspectos, a saber: de la representación inicial que tengamos de la nueva información y de la actividad, externa o interna. Ejemplo: si tengo que colocar un tornillo de ciertas dimensiones, me resultara imprescindible un determinado tipo de destornillador. Si no lo logro tendré que sustituirlo por algún otro instrumento que pueda realizar la misma función de manera aproximada. Para entender la mayoría de las situaciones de la vida cotidiana tengo que poseer una representación de los diferentes elementos que estén presentes. Un esquema es una representación de una situación concreta o de un concepto que permite al sujeto manejarse internamente y enfrentarse a situaciones iguales o parecidas en la realidad, los esquemas pueden ser muy simples o muy complejos, por supuesto también pueden ser muy generales o muy especializados, son productos culturales e históricos, por tanto, tienen origen y su sentido en una determinada cultura y en un determinado momento de su desarrollo. El ser humano no actúa sobre la realidad directamente, sino que lo hace por medio de los esquemas que posee. Por tanto, su representación del mundo dependerá de dichos esquemas. Por supuesto, la interacción con la realidad hará que los esquemas del individuo vayan cambiando. Es decir, al tener más experiencia con determinadas tareas, las personas vamos usando herramientas cada vez más complejas y especializadas. Un esquema muy simple es el que construye un niño cuando aprende a agarrar los objetos. Suele denominarse “esquema de prensión” y consiste en rodear un objeto total o parcialmente con la mano. El niño, cuando adquiere este esquema, pasa de una actividad motriz desordenada a una regularidad que permite sostener los objetos y no solo empujarlos a taparlos. Otro esquema sería el que se construye por medio por medio del ritual que realizan los niños pequeños al acostarse. Suele componerse de escuchar una breve historia, poner las mantas de determinada manera y recibir un beso de sus padres. Por tanto, aunque un día el padre o la madre no lo realicen y estén ausentes, el niño pensara que también debe hacer todas esas acciones al acostarse. En el caso de los adultos los esquemas suelen ser más complejas e incluyen las nociones escolares y científicas. Por ejemplo, la mayoría de las personas tiene un esquema muy definido de en qué consiste su trabajo, pero en algunos casos dicha representación no coincide con la que tienen sus jefes. Muchas personas tenemos un esquema inadecuado de numerosas nociones científicas, aunque las hayamos estudiado repetidamente e interpretamos la realidad según dicho esquema, aun sean incorrectas.
*EL DESARROLLO DE LA INTELIGENCIA Y SU CONSTRUCCION
SOCIAL
La aportación de las ideas de Piaget (1896-1980) y Vigotsky (1896-1934) ha sido
fundamental en la elaboración de un pensamiento acerca de la construcción de conocimiento en el ambiente educativo. La inteligencia atraviesa fases cualitativamente distintas. Piaget manifiesta que el niño de siete años, que está en el estadio de las operaciones concretas, conoce la realidad y resuelve los problemas que este le plantea de manera cualitativamente distinta de como lo hace el niño de doce años, que ya está en el estadio de las operaciones formales. La diferencia entre un estadio y otro no es un problema de acumulación de requisitos que paulatinamente se van sumando, sino que existe una estructura completamente distinta que sirve para ordenar la realidad de manera también diferente. En consecuencia, cuando se pasa de un estadio a otro se adquieren esquemas y estructuras nuevas. La estructura consiste en una serie de elementos que, una vez que interactúan, producen un resultado muy diferente de la suma de sus efectos tomándolos por separados. La teoría de Piaget ha mostrado con claridad que los niños de distintas edades, correspondientes a los estadios definidos por dicha teoría, son progresivamente capaces de resolver problemas que, aunque no sean semejantes en su contenido específico, tienen en común precisamente su estructura. Estas ideas son centrales para entender el desarrollo intelectual y su relación con el aprendizaje. La adquisición de los instrumentos cognitivos depende en gran medida del medio social en el que vive el sujeto. Por esta razón se suele calificar de sociocultural o sociohistórica a la teoría de Vigotsky. El modo de producción de la vida material determina los procesos sociales, políticos y espirituales. No es la conciencia de los hombres lo que determina su ser, sino por el contrario, es su ser social lo que determina su conciencia; es decir esta visión de carácter macrosocial complementa la concepción de la influencia de lo microsocial. Obviamente esta posición no se opone, sino que es solidaria. Con la visión según la cual la conciencia humana es el producto más desarrollado de la evaluación de la materia. El objetivo principal de su trabajo fue examinar el desarrollo de los procesos cognitivos en sujetos adultos que pertenecían a la misma comunidad pero que poseían distintos niveles educativos. Vigotsky y su propio grupo se estaban anticipando cuarenta años a las críticas que recibiría la teoría piagetiana sobre la escasa utilización del pensamiento formal entre los adultos de escaso nivel cultural (Carretero 2008) y a los debates actuales de la psicología cognitiva sobre las posibilidades racionales de los seres humanos. En primer lugar, puede decirse que es bastante singular su estudio ya que consistió en estudiar los procesos cognitivos en sujetos que estaban experimentando un proceso de cambio social. En ese sentido, es bien cierto que este trabajo se adelanto a la actual psicología evolutiva transcultural. Hace ya tiempo esta disciplina considero que establecer comparaciones entre sujetos de una misma cultura es tan necesario como hacerlo entre sujetos de diferentes culturas. Por otro lado, uno de los hallazgos más importantes de Vigotsky es el que mantiene que todos los procesos psicológicos superiores (comunicación, lenguaje, razonamiento, etc). Se adquieren primero en un contexto social y luego se internalizan. Pero precisamente esta internalización es el producto del uso de un determinado comportamiento cognitivo en un contexto social. Ejemplo: cuando un niño pequeño empieza a señalar objetos con el dedo. Para el niño, ese gesto es simplemente el intento de agarrar el objeto. Pero cuando la madre le presta atención e interpreta que ese movimiento pretende no solo agarrar sino señalar, entonces el niño empezara a interiorizar dicha acción como la representación de señalar. En el desarrollo cultural del niño, toda función aparece dos veces: primero, a escala social y más tarde, a escala individual. La concepción vigotskiana sobre las relaciones de desarrollo cognitivo y el aprendizaje difiere en buena medida de la piagetiana. Mientras que Piaget sostiene que lo que un niño puede aprender está determinado por su nivel de desarrollo cognitivo. Vigotsky piensa que es este último el que está condicionado por el aprendizaje. Así, mantiene una concepción que muestra la influencia permanente de aprendizaje en la manera en que se produce el desarrollo cognitivo. En consecuencia, un alumno que tenga mas oportunidades de aprender que otro, no solo adquirirá más información, sino que lograra un mejor desarrollo cognitivo. Para Piaget, el lenguaje característico de la etapa preoperatoria, entre los dos y los siete años, contribuye apenas al desarrollo cognitivo. Más bien muestra justamente la incapacidad del niño de esta edad para comprender el punto de vista del otro. Vigotsky, por el contrario, fue capaz de ver que dicho lenguaje realiza unas contribuciones importantes al desarrollo cognitivo del niño. En primer lugar, porque es un paso para que se produzca el lenguaje interiorizado, que resultara esencial en etapas posteriores y en segundo lugar, porque dicho lenguaje posee posibilidades comunicativas mucho mayores de lo que Piaget había postulado. La contribución de Vigotsky ha significado para las posiciones constructivistas que el aprendizaje no sea considerado como una actividad individual, sino más bien social. Se ha comprobado como el alumno aprende de forma más eficaz cuando lo hace en un contexto de colaboración e intercambio con sus compañeros. Los mecanismos de carácter social que estimulan y favorecen el aprendizaje, como las discusiones en grupo y el poder de la argumentación en la discrepancia entre los alumnos que poseen distintos grados de conocimientos sobre un tema.
*LOS APORTES DE LA PSICOLOGIA COGNITIVA
El conocimiento que se trasmite en cualquier situación de aprendizaje debe estar estructurado no solo en sí mismo, sino con respecto al conocimiento que ya posee el alumno. La capacidad cognitiva de los alumnos cambia con la edad y como esos cambios implican la utilización de esquemas y estructuras de conocimiento diferente de las que usaba hasta ese momento. En cualquier nivel educativo es preciso tener en cuenta lo que el alumno ya sabe sobre lo que vamos a enseñarle, puesto que el nuevo conocimiento se asentara sobre el viejo. Algunos autores que más han influido en las ideas son Ausubel, Novak y Hanesian (1983), Novak (1998), Perkins (1999) y Gardner (2000 y 2004), cuya relación con los aportes pioneros de Bruner (1987 y 1999). La contribución fundamental de estos autores ha consistido en la concepción de que el aprendizaje debe ser una actividad significativa para la persona que aprende y dicha significatividad está directamente relacionada con la existencia de relaciones entre el conocimiento nuevo y el que ya posee el alumno. Esto solo será posible si el estudiante utiliza los conocimientos que ya posee, aunque estos no sean totalmente correctos. Para los autores aprender es sinónimo de comprender. Por ello, lo que se comprende es lo que se aprende y lo que luego se recordara mejor, porque quedo integrado en nuestra estructura de conocimientos. Por tanto, resulta fundamental para el profesor no solo conocer las representaciones que poseen los alumnos sobre lo que se les va a enseñar, sino también analizar el proceso de interacción entre el conocimiento nuevo y el que ya poseen. De esta manera no es tan importante el producto final que emite como el proceso que lo lleva a dar una determinada respuesta. Por ejemplo, esto puede aplicarse a situaciones de examen o evaluación. A menudo, los profesores solo prestamos atención a las respuestas correctas de los estudiantes. De hecho, son estas las que utilizamos para otorgar una calificación en términos cuantitativos. Sin embargo, no solemos considerar los errores, que son precisamente los que nos informan sobre cómo se está reelaborando el conocimiento que ya se posee a partir de la nueva información que se recibe. Es interesante destacar el aporte específico de algunos conceptos, como el que se refiere a los denominados “organizadores previos”. Estos son precisamente presentaciones que hace el profesor con el fin de que le sirvan al alumno para establecer relaciones adecuadas entre el conocimiento nuevo y el que ya posee. En definitiva, se trata de “puentes cognitivos” para pasar de un conocimiento menos elaborado o incorrecto a uno más elaborado. La exposición organizada de contenidos puede ser un instrumento bastante eficaz para conseguir una compresión adecuada por parte de los alumnos. Esta concepción coincide con la visión de Piaget en cuanto a que es imprescindible tener en cuenta los esquemas del alumno, pero discrepa de ella en lo que se refiere a la importancia de la propia actividad y autonomía de la asimilación. Estas posiciones de la psicología cognitiva han tenido el mérito de mostrar que la trasmisión de conocimiento por parte del profesor también puede ser un modo adecuado y eficaz de producir aprendizaje, siempre y cuando tenga en cuenta los conocimientos previos del alumno y su capacidad de comprensión. En términos generales, puede decirse que cuanto más alto son los niveles educativos en los que tengamos que trabajar, más adecuadas pueden ser las estrategias docentes basadas en la enseñanza receptivo-significativo, ya que los alumnos tendrán mas capacidad para tratar con el lenguaje oral y escrito como medio de comunicación. Por otro lado, los contenidos lectivos serán más complicados y solo podrán impartirse en un tiempo razonable mediante una estrategia de este tipo. Por lo contrario, en los niveles educativos anteriores a la pubertad, los alumnos pueden necesitar muchos mas referentes concretos de las nociones que estudian. Presentados, sobre todo, mediante la expresión física.
*TRES VISIONES SOBRE LA CONSTRUCCION DE CONOCIMIENTO
Una de las ideas fundamentales en la utilización de las ideas constructivistas en el
ámbito educativo no debe basarse en una aplicación dogmática de principios generales, sino mas bien en la revisión sistemática de nuestras ideas a partir de los datos y las teorías que nos proporcionan las investigaciones al respecto. Tres tipos de constructivismo: A) El aprendizaje como proceso individual. Casi un vicio solitario, es la visión de Piaget, Ausubel, y la psicología cognitiva se basa en la idea de un individuo que aprende al margen de su contexto social. A la hora de los parabienes teóricos se concede un papel a la cultura y a la intersección social pero no se especifica cómo interactúan con el desarrollo cognitivo y el aprendizaje. En definitiva, estos autores no trasmiten la imagen de un ser humano que aprende básicamente en solitario y de manera un tanto solipsista. B) El aprendizaje como interacción entre el sujeto y el contexto social. Por ejemplo, por los que han mantenido que la interacción social favorece el aprendizaje mediante la creación de conflictos cognitivos que causan un cambio conceptual. Es decir, el intercambio de información entre compañeros que tienen diferentes niveles de conocimientos provoca una modificación de los esquemas del individuo y acaba produciendo aprendizaje, además de mejorar las condiciones motivacionales de la instrucción. En definitiva: en este enfoque se estudia el efecto de la interacción y el contexto social sobre el mecanismo de cambio y aprendizaje individual. C) El aprendizaje como resultado del contexto social. Este sería la posición vigotskiana radical que en la actualidad ha conducido a posiciones como la “cognición situada” (en un contexto social). Desde esta posición se mantiene que el conocimiento no es un producto individual sino social. Aunque el alumno realice también una actividad individual, el énfasis debe ponerse en el intercambio social.