Sie sind auf Seite 1von 2

Comportamiento Pasivo – Agresivo

El comportamiento pasivo-agresivo se caracteriza por ser dependiente y manipulador.


Su arte sibilino combina además actitudes negativas y el derrotismo que impregna
tiene tanta fuerza que arrastra a los demás hasta un desgaste psíquico y emocional
muy profundo. Asimismo, estos rasgos conforman un tipo de perfil desafiante, por
desgracia muy común y que dificulta toda dinámica de pareja, de amistad y lazo
familiar.

Algo que la mayoría sabemos hacer casi al instante es identificar cualquier


comportamiento agresivo. Todos, por término medio, disponemos de ese ojo clínico
que nos permite advertir a esa persona que por su actitud, comportamiento o forma
de comunicarse desprende cierta violencia, cierto aire de superioridad y de agresividad
más o menos explícita.

Ahora bien, al pasivo-agresivo no siempre se le ve venir, no siempre es tan sencillo


traducir ciertas actitudes, ciertas reacciones que oscilan a menudo entre lo carismático
o lo reaccionario. Llama la atención su hostilidad camuflada en ironías, en sarcasmos y
falsas “buenas maneras”. Es un tipo de personalidad que confunde, que lleva a
equívocos, hasta que poco a poco uno termina siendo consciente del malestar que nos
genera esa persona en concreto.

Por otro lado, cabe decir que hasta hace unos años la personalidad pasivo-agresiva se
identificaba como un trastorno de la personalidad. Sin en embargo, esta etiqueta
clínica desapareció en la cuarta edición del DSM (Manual diagnóstico y estadístico de
los trastornos mentales) para quedar solo como un tipo de comportamiento, un tipo
de personalidad “no patológica”.

En los años 90 se sobrediagnosticó este supuesto trastorno y fue tal la controversia


que se llegó al consenso de que no era lógico patologizar la resistencia, el pesimismo o
la agresividad encubierta. Solo sería acertado en el caso de una persona que hace uso
de esta actitud de forma permanente, reflejando a su vez una actitud dominante,
pesimista y muy invalidante.

Características del comportamiento pasivo-agresivo

Todos nosotros podemos mostrar en un momento dado, un comportamiento pasivo-


agresivo. Hay desencadenantes puntuales que pueden generar casi sin darnos cuenta
un comportamiento de hostilidad latente, un tipo de reacciones donde demostrar
cierta irritabilidad, cierto mal humor. Así, es importante comprender siempre qué hay
detrás del comportamiento pasivo-agresivo.

Veamos ahora en detalle cuáles son las características más comunes.


El lenguaje del pasivo-agresivo

El comportamiento pasivo-agresivo enmascara siempre una ira camuflada, mal


disimulada y que exterioriza especialmente a través del lenguaje. Es común la
presencia de indirectas, de las que duelen y de las que cogen por sorpresa a su
interlocutor. El uso de mensajes confusos, y hasta contradictorios, también es muy
habitual, así como las siguientes frases:

“No entiendo qué quieres decirme” (aunque sepan a la perfección lo que les estamos
comunicando).

“Lo que tú quieras” (afirmaciones con las que abandonan cuanto antes toda discusión
para evitar la comunicación emocional sincera y directa).

“Pero, ¿por qué te pones así? te lo coges todo a la tremenda” (mediante estas frases la
persona pasivo-agresiva se sirve de su calma para llevar al limite a su interlocutor,
humillándolo).

Hostilidad comportamental y procrastinación

En apariencia, pueden resultar amables y hasta accesibles, pero esta apariencia cae al
instante cuando los conocemos un poco más y aparece el auténtico rostro del pasivo-
agresivo.

 Suelen ser huraños y muy críticos con todo aquello que les envuelve.
 A menudo, pueden ser irrespetuosos, rasgo que les enorgullece porque así se
ven a sí mismos como contestatarios, rebeldes…
 Son adictos a culpabilizar a los demás de casi cualquier cosa.
 El resentimiento y el malhumor son dos raíces profundas en el corazón del
pasivo-agresivo.
 No les agrada la autoridad ni recibir sugerencias ajenas.

Por otro lado, y acompañando esta hostilidad, está también esa forma de aplazar casi
cualquier cosa para mañana. No cumplen lo que prometen, todo lo que empiezan lo
dejan a medias, son olvidadizos y no cuidan nada de lo que poseen: ni objetos ni
relaciones personales.

Dependencia emocional

Resulta curioso cómo su hostilidad comportamental, sus actitud hostil y desafiante se


vincula además con su intensa dependencia emocional hacia los demás. Su “te
desprecio pero te necesito” es sin duda su lema personal más característico, un rasgo
que esconde en realidad a un ser débil y empequeñecido por sus inseguridades, a una
persona que lo necesita todo de los demás pero que a su vez, vive en la costra amarga
de su caparazón.

Das könnte Ihnen auch gefallen