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INSTITUTO PSICOLÓGICO PARA ESTUDIOS DE LA CONCIENCIA

Formación de Terapeutas & Centro de Terapias Psicológicas y Complementarias

Programa de Formación de
TERAPEUTA TRANSPERSONAL
Vª Versión - 2017-2018

Currículo: 18 módulos lectivos.


Programa de estudio certificado bajo las normas ISO 9001 y NCh 2728
OTEC Auriga Consultores, acreditado ante SENCE.

Dirigido a: Profesionales y personas de distintas actividades laborales.


Personas que, sin necesidad de tener estudios previos, deseen adquirir
herramientas para ayudar a personas, instituciones y equipos de trabajo. Toda
persona que desee aplicar estas técnicas en sí mismo para su propio desarrollo
personal y espiritual.

Campo laboral: La formación de T. Transpersonal lo habilita para


desempeñarse en consulta privada, spas orientados a la salud integral, equipos
de trabajo terapéutico, programas de desarrollo personal en colegios y empresas
y en la docencia e investigación dentro de espacios institucionales con carácter
alternativo y abiertos a la expansión de conciencia y la nueva espiritualidad.

Título que se obtiene: Terapeuta Transpersonal.

Inversión: Matrícula: $ 50.000


18 cuotas de $ 120.000
Arancel: $ 2.160.000 5% descuento por pago al contado.
Presentación

Tras un completo y densificado siglo de evolución de psicologías y escuelas


psicoterapéuticas, el siglo XXI ha debido, por fin, detenerse y mirarse a sí
mismo, con mayor o menor sinceridad. Tal ejercicio no sólo implica una
revisión de los valores y estrategias que han impulsado el desarrollo de estas
corrientes, sino también, el desafío de continuar el camino de la exploración de
la mente humana con renovados bríos. No obstante, ya la expresión “mente
humana” ha quedado en entredicho, saliéndole al paso la recuperación de la
consciencia como el central y definitivo núcleo de sentido sobre el cual gravita
la existencia misma del ser humano. Así, tanto las psicologías americanas como
las europeas, en perpetua dialéctica, se posicionan como referentes teóricos
inacabados, pero siempre suspicaces de una alteridad que no pudo agotarse ni
en “psicologías profundas o analíticas” ni en “psicologías de las alturas o
humanistas”. Parafraseando una historia entera de búsqueda interior, “algo
faltaba”…La orientación Transpersonal plantea que el ser humano, en su
proceso de autorrealización y desarrollo, se trasciende a sí mismo. En ese
sentido, se considera que existe una realidad más allá de la física,
posicionándose desde un paradigma holístico-holográfico. Tradiciones como el
budismo, el taoísmo, el hinduismo, el sufismo, el misticismo cristiano, el
chamanismo, etc., han señalado hace miles de años la existencia de realidades
que están más allá de las apariencias físicas; reinos en los cuales los límites que
percibimos a través de nuestros sentidos se disuelven para develar una
Totalidad unificada e inteligente. La misma psicoterapia humanista-
transpersonal se encarga en primer lugar de la dimisión psicológica del
consultante, utilizando herramientas y técnicas de todas las corrientes de la
psicología, y en segunda instancia invita al individuo a trascender las
condicionantes y situaciones que la vida le presenta, así como las fronteras que
él mismo establece a lo largo de su proceso de búsqueda de una identidad
personal entre su ser limitado (conciencia personal) y el ser esencial
(Conciencia Unitaria). Se contempla al consultante no desde una óptica
dualista-materialista, sino que se va más allá, considerándolo sus “defectos”,
como virtudes en potencia. Esto posiciona al terapeuta humanista-transpersonal
en algo más que un operador que colabora en la resolución de conflictos del
consultante, también lo convierte en un facilitador que va promoviendo, en un
espacio adecuado, caminos en el cual la persona puede ir abriéndose a estados
que se encuentran más allá de su mente condicionada y de mayor consciencia.
En ese sentido busca el bienestar y/o el estado óptimo del consultante, para
luego invitarlo a integrar su identidad personal, al la unidad de todas las cosas.
Esta formación consta de dos columnas centrales; una es el intenso trabajo
intelectual, de distintas teoría, corrientes, pensamientos, y cosmovisiones; y la
otra, consta de un trabajo experiencial constante, profundo y transformador.
Creemos que mientras más abarcador, integral y transdiciplinario sea el
entrenamiento del terapeuta, mayor será su calidad humana y profesional.

Orientación del Programa

La formación de un terapeuta, entendido éste como un “especialista del arte de


atender”[1], representa el reto de introducir a una persona en un arte y técnica
complejos, fascinantes y extraordinariamente necesarios en nuestros tiempos.
Más aun, si el objetivo es formar un “terapeuta integral”, orientado desde la
visión humanista-transpersonal, la tarea no puede menos que consistir en un
proceso de crecimiento personal por el que irrestrictamente habrá de pasar el
candidato. En ese sentido, IPEC© se adelanta a una “psicología del futuro” y
acepta el desafío de la chamanización del terapeuta dentro de un contexto
académico, experiencial y enfocado en la contribución al bienestar del ser
humano. De esta forma, el programa de formación “Terapeuta Integral con
mención en Psicología Humanista-Transpersonal” busca capacitar y formar
terapeutas capaces de desarrollarse en distintos espacios laborales,
institucionales o de manera particular. Fundamentalmente, el Terapeuta Integral
estará entrenado para trabajar con personas, parejas, familias o grupos de
personas que presenten dificultades dentro de un espacio de normalidad,
promoviendo intervenciones oportunas y adecuadas. El espacio de normalidad
debe entenderse desde el punto de vista del desarrollo pleno y feliz del
individuo. Además, el Terapeuta Integral podrá acompañar, ayudar y contener
a personas durante las crisis vitales y conflictos existenciales a través de una
cálida relación personal, en un ambiente de aceptación incondicional, empatía
y profunda comprensión. Trabajará desde un enfoque integral, incorporando
diferentes escuelas del conocimiento, utilizando aquellas herramientas prácticas
generadoras de autoconocimiento, cambios conductuales y transformaciones
internas. Su disposición buscará generar un marco afectivo que posibilitará que
sus consultantes se sientan confiados, aceptados, respetados, cómodos y
apoyados, provistos de un margen amplio de apertura y conexión con lo que
sienten y con lo que necesitan. De este modo, se pone acento en el núcleo
positivo de la persona, en sus potencialidades y en una perspectiva del hombre
como parte del universo y la vida misma. La orientación humanista-
transpersonal nos ofrece un panorama educativo y práctico que pretende
generar una comprensión más amplia, profunda y rica del fenómeno humano y
de su realidad, así como promover y favorecer el desarrollo del infinito
potencial propio de su naturaleza, la expansión de la conciencia (contemplada
como la capacidad de darse cuenta) hasta sus últimas instancias y la valoración
de la experiencia humana en toda la gama de sus posibilidades. Desde este
modelo, el desarrollo personal se presenta como un proceso progresivo,
personal, responsable y liberador que permite a la persona ir más allá del plano
material y de la dualidad que dicotomiza su Ser integral. Asimismo, esta síntesis
integra en sí mismo las polaridades cuerpo-mente, razón-intuición, femenino-
masculino, materia-espíritu, sujeto-objeto, organismo-mundo y mundo-
cosmos. Por último, cabe resaltar que nuestra formación de terapeutas se
desarrolla en un clima humanista-transpersonal, multidisciplinario, cálido y
acogedor. Y así, al egresar el alumno habrá adquirido las habilidades necesarias
para emprender y desarrollarse como terapeuta certificado, capaz de asesorar a
personas a través de consultoría individual o apoyar a grupos a través de
seminarios, talleres, centro de terapias complementarias, y otras
organizaciones.[1] La palabra “terapia” proviene del griego ‘ θεραπεία ‘,
terapia, que significa, “atender, cuidar”. El “terapeuta” será, entonces, un
experto en atender a la persona que solicita su ayuda o cura...

Exigencias finales de término de estudios:

-Aprobar todos los módulos que componen la malla curricular.


-Presentar una tesina.
-Aprobar el examen final.

Objetivo General:

Formar un terapeuta integral dotado de destrezas necesarias para ofrecer apoyo


y acompañamiento a personas en situaciones de conflicto y crisis. Así como
también para potenciar, orientar, facilitar y motivar procesos de
autoconocimiento y desarrollo personal.

Objetivos Específicos:

a. Entregar un marco teórico que dé cuenta del statu quo de las diferentes
escuelas psicológicas y, principalmente, de las psicologías que devienen de la
visión humanista.
b. Fomentar el desarrollo personal del estudiante desde una visión Humanista-
Transpersonal.
c. Practicar técnicas de intervención terapéutica con individuos y grupos.
d. Desarrollar habilidades para emprender procesos de crecimiento personal.
e. Propiciar la reflexión ética del desempeño como terapeuta complementario.
f. Incentivar la exploración y profundización en temáticas psicológicas y
espirituales.

Descargue en PDF el descriptor del diplomado:

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