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2.

Los otros:
discursos sobre
la alteridad

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El ser al(i)terado*
Diana Sperling**

I
podría trabajar más cómodo. Así como “identidad-
La “alteridad” es por definición indefinible. De la diferencia” podríamos decir “lo mismo y lo otro”,
“alteridad” podríamos decir lo mismo que dice “mismidad y alteridad”. Pero también podemos
Derrida de la “deconstrucción”: no es una cosa, no incluir, por ejemplo, en esa serie “lo uno y lo múl-
es un concepto. Cómo se agarra,1 cómo se hace tiple”, “lo eterno y lo temporal”, “lo necesario y lo
para definir esto que de algún modo se nos escapa contingente” y así sucesivamente. El problema de
por todos lados. El problema fundamental entonces estos pares es que no son pares o por lo menos no
es que uno tiende a poner estas grandes palabras en hacen pareja, o sí hacen, porque ya sabemos que
una situación de simetría con otras palabras las parejas son desparejas por definición. Entonces
supuestamente más manejables, por ejemplo, con nos encontramos nuevamente en un terreno resba-
“identidad”, por ejemplo con “mismidad”. De la ladizo. En el momento en que uno lo pone en un
“mismidad” o de la “identidad” se pueden decir casillero, es decir, pone la “alteridad” en un casille-
algunas cosas. Pero hay cierta oposición, hay cierta ro, la destruye como alteridad; lo único que pode-
confrontación entre estos términos y el que nos mos intentar hacer es dibujar un recorrido, dibujar
ocupa, alteridad, que de ninguna manera implican un trayecto de los problemas que una noción o con-
una relación especular o simétrica. Nosotros podrí- cepto de este tipo trae a nuestro pensamiento, a
amos decir: el famoso par “identidad-diferencia” nuestras prácticas, a nuestra comprensión.
(que es también el título de un célebre trabajo de La filosofía se ha ocupado desde sus albores de
Heidegger) son términos que parecen oponerse, tratar de cernir, también de cerrar, de enclaustrar,
pero al mismo tiempo escapan a esta oposición tér- esta cuestión de la alteridad, porque la filosofía se
mino a término con la que uno supuestamente construye básicamente a partir de la idea de “la

* Establecimiento por escrito, revisado por la autora, del seminario que dictara en la Asociación Psicoanalítica de Córdoba los días 21 y
22 de agosto y 23 y 24 de octubre de 2009.
** Filósofa.
1. Literalmente, a-garrar. Es lo que connota el término alemán para “concepto”, begriff: atrapar con la garra, aquietar o paralizar una cosa
bajo esa garra.

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Diana Sperling Dossier: Los unos y los otros

mismidad”, temáticamente o no. Podríamos decir imagen del yo frente a sí mismo es lo que permite
que hay toda una línea de la filosofía que empieza esa identificación o lo que Legendre llama “el mon-
con Parménides y se consuma, valga la palabra, en taje de la identidad”. Hablar de montaje ya nos da
Hegel. Desde Parménides de Elea, es decir, los la pauta de lo heterogéneo. Un montaje implica
famosos llamados presocráticos, los que dan piezas diferentes; un montaje quiere decir que hay
comienzo al decir filosófico hasta Hegel, que es de cosas que están separadas y que hay que juntar
algún modo la culminación de la filosofía europea para que armen un conjunto. Quiere decir que la
sistemática. Una filosofía que tiene claramente un alteridad es inextirpable, incluso de la más férrea
arraigo en ese origen griego sería este recorrido de identidad. Por otro lado, ¿por qué es tan problemá-
lo mismo, la mismidad, lo que es idéntico a sí tica la alteridad? Podríamos decir, de Parménides a
mismo, lo auto-consistente. Hegel está la línea dominante, la historia oficial,
Si pensamos que esta es la línea dominante de pero hay otra línea que pasa por Heráclito y llega
la filosofía, quiere decir que en gran medida para la hasta Derrida (y sigue...). ¿Cuál es la discrepancia
filosofía y para el pensamiento occidental –porque entre estas dos líneas? De Parménides a Hegel, a
la filosofía funda modos de pensar, funda prácticas, muy grandes rasgos, podríamos decir que hay una
funda políticas, funda ideologías que se meten for- sucesión más o menos sistemática, habría una
mando raicillas rizomáticamente diríamos en toda consecución encadenada de pensadores que van
forma de vida de las sociedades que comparten este más o menos transitando por la misma ruta. De
universo histórico-cultural que llamamos Occidente–. Heráclito a Derrida, por nombrar sólo dos grandes
Digo, si la filosofía predominantemente se organi- del tema, no ocurre esto. ¿Por qué? Porque la
za en esta línea, para esta línea, esto que nosotros misma cuestión impregna el modo en que se trata.
estamos llamando “alteridad” es un problema, es la La identidad funda, de algún modo, una cadena de
piedra en el zapato, es esto que no se sabe dónde continuidad donde reconocerse como herederos de
meter ni cómo digerir. La piedra en el zapato o el lo que podríamos llamar una escuela, una corriente
grano de arena en la perla tal vez, porque podría- de pensamiento. La alteridad no podría jamás fun-
mos muy bien arriesgar la hipótesis de que eso otro dar una cadena de identidades. Es problemático,
que se trata de expulsar permanentemente, no es porque si nosotros queremos decir “vamos a convo-
sino el núcleo, el núcleo problemático, el núcleo car a los pensadores de la alteridad”, esos pensado-
conflictivo, el núcleo irreductible a lo mismo, alre- res de la alteridad son “álteros” los unos respecto a
dedor del cual, por resistencia, por reacción, se los otros. Entonces estamos en un terreno resbala-
intenta compactar una identidad, se intenta cerrar; dizo, o estamos en el campo de la diseminación,
pero la paradoja es que, por más que se intente (estoy usando palabras de Derrida) o de la différan-
cerrar, no se elimina ese núcleo de lo heterogéneo ce. Esa diferencia que también es un diferir en el
que se alberga en la mismidad. “El estadio del espe- sentido temporal. En la práctica psicoanalítica “el
jo”, los desarrollos de Lacan al respecto y unos otro”, ya sea “el otro chico” o “el gran Otro”, es de
párrafos hermosos de Pierre Legendre sobre la cues- por sí una cuestión muy presente, pero al mismo
tión del espejo, muestran cómo en la constitución tiempo elude toda definición y éste es uno de los
del yo frente al espejo ya está la alteridad jugando motivos por los cuales el otro se resiste a ser defi-
allí como absolutamente necesaria y como factor nido, porque en el momento en que yo hago algo
de lazo y división al mismo tiempo. Podríamos del otro, algo conceptualmente claro y enmarcado,
decir entonces, es la diferencia lo que permite lo convierto en un contenido de mi conciencia,
armar una identidad. Ese otro que sostiene esta diría Levinas, lo convierto en un contenido de mi

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Dossier: Los unos y los otros Diana Sperling

mismidad. Levinas es una guía fundamental, es sico”, como dice Nietzsche que es la tragedia. Lo
“el” pensador de la alteridad con mayúsculas. voy a plantear en términos del Nietzsche de El
Levinas dedica prácticamente toda su obra a nacimiento de la tragedia: el griego puede por pri-
deconstruir una filosofía de la mismidad que ha mera vez mirar de frente el abismo y plantearse el
sido dominante en Occidente. Se basa en que siem- horror del sin sentido del abismo y, sin embargo,
pre se ha tratado de aprehender lo otro como un no sucumbir a él. Cuando dejan de pensar que los
concepto. Podríamos decir que “el otro no hace dioses dan sentido a todo, cuando esos dioses se
concepto”, no es conceptualizable, en la medida en retiran, nos quedamos solos y no tenemos todavía
que no es conceptualizable no puedo someterlo a otra cosa en qué ampararnos. Por eso pienso la tra-
las categorías de la razón occidental, que son cate- gedia como un “entre”, como un momento de rup-
gorías de la mismidad. La mismidad es aquello que tura y un momento de todavía no configuración de
me permite tranquilizarme, bajar la angustia, por- lo que sigue, por eso es un hiato y es interesante
que aquello que se presenta ante mí como algo para el psicoanálisis, porque es el momento en que
raro, extraño, siniestro incluso, rápidamente lo comienza a insinuarse la formación de una subjeti-
puedo afeitar de esos rasgos extraños e incompren- vidad nueva. ¿Cómo hace el griego para enfrentarse
sibles y convertirlo en un concepto. Platón decía a ese horror del abismo? Creando estéticamente,
que conocer era llevar lo desconocido a lo conocido, esa es la tesis nietzscheana, esta creación estética
una vez que llevé lo desconocido a lo conocido deja se basa en una cuestión fundamental. Nietzsche
de ser inquietante, lo puedo manejar, puedo expe- dice: “el pueblo griego es un pueblo de espectado-
rimentar con, puedo hacer con él ciencia, puedo res”. Efectivamente, la tragedia es el origen del tea-
dominarlo. En la medida en que “el otro” o “lo tro: ver actuado por otro algo que me pasa a mí.
otro” o “la alteridad” en cualquiera de sus acepcio- Esto es absolutamente inaugural, es la puesta en
nes, se vuelve cognoscible, conceptualizable, le escena (y no representación), en vivo y en directo,
estoy sustrayendo justamente aquello de áltero que de los sufrimientos humanos. Por eso es tan
hace que sea lo que es. importante la tragedia para entender la configura-
Eurípides es el último de los tres grandes trági- ción del sujeto, de la identidad y de la alteridad; es
cos y Bacantes es la última de las tragedias conser- ponerse afuera y al mismo tiempo verse a sí
vadas. Bacantes cierra un ciclo de cien años de mismo, el espejo es uno de los modos de la trage-
intensísima y genial producción literaria que es la dia. El otro es otro y al mismo tiempo es algo de lo
tragedia, que puso cabeza para abajo el modo ante- mío. La figura que encarna con más plenitud esta
rior de pensamiento que era el modo mítico. La tra- cuestión es Dionisio. Dionisio es y no es al mismo
gedia, siglo V a.C., es el momento de crisis de cier- tiempo, Dionisio es masculino y es femenino,
ta relación con los dioses. Lo que es anterior a la mitad Dios y mitad humano, es dulce, es el vino,
tragedia, Homero, Hesíodo, los líricos, es un pero es terrible, mortífero, es cruel, es extranjero y
momento en que el hombre está en una relación de es local, etc. Martha Nussbaum, en un comentario
confianza con su dios, los dioses dicen la verdad y sobre Bacantes, dice que el gran problema que
lo que los dioses han decidido para nosotros está representa esta obra es si Dionisio puede ser o no
bien. Esto se derrumba en la tragedia, no digo que civilizado; es un dios de los bosques, de las afueras.
la tragedia sea la causa ni la consecuencia, la trage- ¿Qué hace con las mujeres? Las saca de su rol, las
dia es el lugar donde lo distinto se puede pensar y mujeres que están tejiendo y cocinando como
decir, donde el griego puede plantearse el conflicto corresponde en su casa, son llevadas, arrastradas
de una manera estética, ese gran “consuelo metafí- por Dionisio. Las mujeres están “desmujerizadas”,

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para la sociedad de la época el lugar de la mujer es de la ciudad, el gobernante de la ciudad se va a lo


el oikos, no tiene acceso a la polis, a las decisiones salvaje, y es además despedazado como un animal.
políticas, se tiene que quedar en su casa. Dionisio Esta configuración es lo que muestra precisamente
se las lleva fuera de la casa, pero tampoco las intro- Bacantes con toda su terrible crudeza. Muchos
duce en la polis, habría entonces un tercer lugar comentaristas dicen que Dionisio postula la vuelta
que no es esa antinomia tradicional entre oikos y a la naturaleza y a lo salvaje. Ese es uno de los
polis, es un lugar otro para las mujeres; pero, ¿por aspectos de Dionisio, pero además hay otro factor:
qué? Porque es el lugar de Dionisio mismo. Quiere si Dionisio es el dios de la tragedia, ¿dónde se
decir, Dionisio se pelea con Penteo, su primo her- representa la tragedia? La tragedia es el corazón de
mano, porque Penteo no le reconoce el estatuto de la polis, la tragedia es el núcleo duro de la polis (he
dios; le dice: “en mi ciudad no te vamos a rendir aquí el grano de alteridad en el seno de la identi-
culto”. Ahora, si Dionisio es un dios de las afueras, dad), todos iban a presenciar las performances trá-
de los márgenes, ¿para qué quiere que le rindan gicas, es decir, era una actividad política, no había
culto en la ciudad? Es una de las curiosidades de la acto político más convocante que el festival trágico.
figura dionisíaca en Bacantes. Dionisio es él y es ¿Cómo empieza el festival trágico? Como dice Jean
otro. Se presenta como humano, después adopta la Pierre Vernant: “ningún acto político en la Grecia
figura de un toro, va cambiando sus máscaras, antigua comienza sin un sacrificio”, pero ¿qué es
como dice Nietzsche, como Dionisio es un dios del ese sacrificio? Un sacrificio dionisíaco, se mata el
puro fluir, no es visible y como no es visible le tiene animal en honor a Dionisio. Lo que Dionisio viene
que pedir prestadas las máscaras a Apolo que es el a mostrar es que ese extranjero es parte de la polis.
dios de la luz, de la armonía, de lo supuestamente Que eso ambiguo, indiscernible, indefinible, ese
estable, lo proporcional. Dionisio es el exceso, es la otro, es parte del uno. La resistencia de Penteo es a
desproporción, entonces, ¿es o no es Dionisio un admitir esto. Penteo intenta establecer una barrera
dios de la ciudad? ¿Es o no es un dios que puede ser infranqueable, una barrera absoluta entre un señor
venerado en el ámbito de la polis, es decir, de la gobernante político y un Dios loco, enloquecedor.
vida política, ordenada? Porque la polis supone un Lo que muestra Bacantes –y por eso ahí se cierra la
orden, una jerarquía, funciones perfectamente tragedia–, es que son cosas absolutamente insepa-
establecidas, lugares oficiales, etc. Dionisio aspira rables, que lo loco forma parte de lo cuerdo, lo sal-
a que se lo honre en la polis pero sin renunciar a su vaje forma parte de lo político, que lo femenino
extranjeridad. Penteo aspira a mantener el orden forma parte de lo masculino, etc. Esta inclusión de
de la polis absolutamente incontaminado. Penteo lo otro en lo mismo, es a mi entender el tema fun-
admite disfrazarse de mujer para ir a espiar a las damental de Bacantes (y quizás de toda la tragedia).
mujeres y se preocupa por si el ruedo está desparejo Contemporáneamente a la tragedia, ¿qué dice
o si se le desarmó un bucle. Penteo, que se pone a Parménides? Pareciera que estuvieran confrontan-
sí mismo como ejemplo de la virilidad y que recha- do y dialogando Eurípides y Parménides. En reali-
za el aspecto del extranjero, con sus dorados rizos dad Eurípides es contemporáneo de Sócrates. La
y demás, adquiere un aspecto totalmente afemina- famosa frase de Parménides dice “Ser es”, y no ‘el
do. Estas mezclas, estas idas y vueltas, es la carac- ser’, no es una cosa. “Ser es, no ser, no es y no
terística fundamental de Bacantes: no queda nin- puede ser”, esto es lo que después va a problemati-
guna identidad en pie. El viejo actúa como joven, el zar Platón; como discípulo y buen heredero de
joven como viejo, el hombre como mujer, la mujer Parménides, necesariamente rompe con algo de
como hombre, el dios de los márgenes como dios esto. “Ser es, no ser no es”, quiere decir “lo que es,

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es igual a sí mismo”. No puede haber en eso del inventó uno de los negocios más rentables de la
“es” ninguna grieta, ninguna diferencia, porque lo historia occidental, el alma. El alma tiene historia.
que no hay en Ser es tiempo. Ser es absoluta y En Homero no existe esta idea del alma que se va
totalmente atemporal. Parménides dice: “Ser no volando al cielo cuando uno se muere. En Homero
pudo empezar a ser y no puede dejar de ser, porque el héroe que muere, muere. Sigue vivo en el canto
si no sería un ser imperfecto”. El tiempo es la señal de los poetas. Pero no existe la idea de que el alma
de lo que no es, es decir, de aquello que puede dejar se separa del cuerpo. Esto empieza a aparecer des-
de ser. Todo Platón es un intento de elaborar esto. pués y tiene su primera formulación textual literal
Por eso en Banquete, en Fedro, Platón va a decir en esta dupla que son Sócrates y Platón. Platón, en
“hay que enamorarse de las ideas, no de los cuer- la época de Banquete, Fedro, República, en la época
pos”. De la idea de belleza, no de los cuerpos bellos, media de su obra, inventa la doctrina de las ideas
porque un cuerpo puede ser bello hoy y mañana y, para que se sostenga, tiene que inventar algo del
dejar de serlo, puede ser bello en un sentido y en mundo humano que tenga directa conexión con las
otro no, porque los cuerpos son temporales, están Ideas y eso que tiene afinidad esencial con las ideas
afectados de temporalidad; mientras que la idea es se llama “alma”. El alma es aquello que lo humano
atemporal, por lo tanto es completa, absoluta, per- comparte con la idea, en tanto inmortal, eterna,
fecta, igual a sí misma. El gran problema de la filo- perfecta, absoluta, igual a sí misma. He ahí una
sofía es qué hacer con el tiempo. El tiempo es la clave que se desplegará en toda la historia de la filo-
grieta por donde se mete la mortalidad. El tiempo sofía: la separación de alma y cuerpo. La necesidad
hace que nosotros seamos otros con respecto a imperiosa, de algún modo, de deshacerse o darle un
nosotros mismos. Yo no soy más aquella de hace lugar secundario a lo que muere para quedarse con
20 años. Tiempo, finitud, diferencia en el sentido lo que no muere. Ese es el nacimiento de la filoso-
derridiano, de lo que es diferente, pero también del fía. La filosofía nace como una renegación de la
diferir, de la temporalidad; son términos que temporalidad y por lo tanto va de la mano con una
arman el ensamblaje del cual la filosofía ha tratado alergia a la alteridad. Así define Levinas a la filoso-
de deshacerse. La filosofía nace como el intento de fía occidental: “alergia a la alteridad”. Sólo lo que
despojarse de la muerte. Entonces, ¿qué inventa? no muere puede ser igual a sí mismo. A partir de
Como dice Nietzsche de Sócrates: “Sócrates era un Nietzsche, esto comienza a ponerse cabeza para
hombre feo”, que para los griegos es una contradic- abajo. La filosofía durante milenios ha tratado de
ción insoportable, entonces inventa la belleza inte- quitarle el aguijón venenoso a la muerte, dice
rior. Dice entonces Sócrates, y retoma Platón: “el Rosenzweig. La filosofía intenta convertir la muer-
cuerpo se muere, envejece, por lo tanto no pode- te en un concepto. ¿Cuál es el modo de convertir
mos buscar la belleza ahí porque es engañosa”. La todo esto en un concepto? Hacer una totalidad que
belleza hay que buscarla en el ámbito de lo que no cierre, pero el problema de la totalidad es que no
sufre los avatares del tiempo. Porque la belleza puede incluir a la muerte. La muerte es aquello que
tiene que ser bella siempre y bella por todos lados, rompe la totalidad, que escapa de ella, permanen-
no relativamente sino absolutamente. Eso es “la temente quiebra y no permite cerrar. Hoy seguimos
belleza”, la idea de belleza es “lo bello en sí”. Pero mirando para otro lado y creyendo en una totalidad
a su vez las ideas se conectan de algún modo con el perfecta, cerrada y completa a la manera parmeni-
mundo de lo sensible; la idea es del orden de lo diana y hegeliana, el Espíritu en su marcha en la
inteligible, no se ve con los ojos. ¿Cuál es el puente historia hasta coincidir consigo mismo, esto es
entre estas dos cosas? El alma, dice Sócrates, quien Hegel. O abrimos esta posibilidad de pensar la

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Diana Sperling Dossier: Los unos y los otros

muerte, es decir, de pensar aquello no conceptuali- tierra, una localización fija, se relaciona con la len-
zable, aquello que nos acosa, aquello a lo que esta- gua. Hablan la misma lengua que se transmite de
mos prometidos queramos o no, y ver si se puede una generación a otra; la localización geográfica va
hacer algo de filosofía con respecto a esto, esto que de la mano con la lingüística y lo político.
es incluir la alteridad. Hay una palabrita hermosa Para el griego, el que no habla griego no habla:
de Derrida que es la ‘hantologie’, es una reformula- balbucea, farfulla (bar-bar). Es el bárbaro. A la cate-
ción de la ‘ontologie’ a partir de un verbo que en goría de bárbaro la inventa Heródoto, el primer his-
francés quiere decir acosar, obsesionar: “hanter”. toriador llamado el padre de la historia y el padre de
En Espectros de Marx dice: “el espectro nos acosa”, la mentira. Heródoto hace la oposición entre griego
pero no el espectro de los muertos, sino nuestros y bárbaro, porque como es un viajero que pasa por
espectros para con nosotros mismos. La espectrali- diversos lugares se enfrenta con la necesidad de
dad no es algo que está solamente en los cuentos de encontrar algo que unifique a los griegos diferen-
Poe o en Hamlet, lo que nos acosa es esta tensión ciándose de los otros. Los habitantes de otros luga-
con la muerte que implica nuestra propia finitud, res tienen ritos diferentes, realizan sacrificios dife-
nuestra propia temporalidad, por lo tanto, valga la rentes, que es por excelencia lo que sirve de articu-
paradoja, nuestra propia alteridad. Este acoso es lo lador de una sociedad; si tienen sacrificios diferen-
que la filosofía de los últimos tiempos toma como tes entonces son “otros”. Estos otros no tienen los
cuestión para trabajar. mismos rituales y no tienen las mismas institucio-
El extranjero es la figura por antonomasia del nes. Las instituciones fundamentales de un griego
otro. Para el griego, el otro es básicamente el que tienen que ver con la isonomía: la igualdad de los
no habla griego, es un tema lingüístico y por lo hombres ante la ley y, por lo tanto, la no sumisión
tanto político. Cuando Sócrates enfrenta al tribu- ante el rey o monarca, sino a una legalidad: la ley de
nal, en ese famoso diálogo en la época temprana de la polis. Los otros, dice Heródoto, son bárbaros por-
Platón que es Apología, Sócrates dice: “yo no hablo que están sometidos a un rey, no pueden convertir-
la lengua de ustedes”, se refiere a la jerga jurídica. se en una sociedad como la nuestra, no pueden
No hablar la lengua del otro es una fuerte desven- tener las instituciones que tenemos nosotros, no
taja, no se puede defender porque es una lengua pueden hablar una lengua como la nuestra. Por lo
que desconoce. La definición de la lengua es esen- tanto es Heródoto el que realiza esta urdimbre entre
cial para un griego, la pertenencia pasa por la len- lo lingüístico, lo político, lo institucional; y pone de
gua. Pero el griego piensa la lengua en solidaridad un lado a lo bárbaro y del otro a lo griego. Heródoto
con la tierra. necesita encontrar algo que una a los griegos en
El griego aspira a la autoctonía, la obsesión del alguna categoría abarcadora que permita construir
griego es ser autóctono. Autoctonía viene del griego una identidad. Encontrar un otro. Ese otro es el bár-
cthon que quiere decir tierra, como el suelo, los abis- baro, aquel que no habla griego, que es bruto, y que
mos, las profundidades; y autós: mismo, es decir, ser por lo tanto no puede pensar como pensamos noso-
lo mismo que la tierra. Los mitos griegos, los mitos tros de este lado de la frontera. La teoría del bárbaro
de fundación de las ciudades griegas, son todos responde a una necesidad histórico-político-lingüís-
mitos de autoctonía. El fundador es alguien que sale tica de discriminación, de segregación; quiere decir
de la tierra. El griego verdadero es nacido en (y de) la que no hay ningún grupo que no se configure en
tierra y esto garantiza que las sucesivas generaciones base a la segregación; tiene que haber un “los otros”
que de él salgan tendrán a sus ancestros en esa para que exista un “nosotros”. Esta es la obra de
misma tierra enterrados ahí. Nacimiento, muerte, Heródoto, contemporáneo de la tragedia y contem-

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poráneo de los filósofos presocráticos; tragedia y La autoctonía es una relación de naturaleza con
filosofía presocrática son contemporáneas, por lo la tierra: porque somos nacidos de la tierra, no
tanto, con distintos lenguajes y de distinta manera, necesitamos la diferencia sexual para reproducir-
en esos dos discursos la cuestión que se está elabo- nos. Esta es una idea que está muy clara en los
rando es “quiénes somos”. Quiénes somos, en rela- mitos, en Hesíodo esto aparece con todas sus fuer-
ción a la extrañeza que produce el haberse dado zas, así en el mito de Pandora. Pandora es la prime-
cuenta de que hay otro que tiene otras costumbres. ra mujer y trae todas las desgracias: el trabajo, la
Quiere decir que nuestra manera de organizar la muerte... Pero lo que trae que hace que la ponga-
sociedad, nuestros dioses y nuestras leyes no son mos en la mira en cuanto a la alteridad, es la divi-
las únicas. Ergo: si aparece la diferencia, es preciso sión en dos sexos, quiere decir que el hombre ya no
instalar la jerarquía. es más anthropos sino que es andres, varón. Hasta
El griego aspira a ser autónomo y autóctono, es este momento había sólo hombres, la totalidad de
decir, a darse leyes que no sean, o no sean princi- la humanidad estaba compuesta por seres masculi-
palmente, leyes reveladas, sino leyes forjadas por la nos, porque no había masculino y femenino.
comunidad humana. Con el afán de pensar cues- Cuando aparece Pandora descubren que no sólo no
tiones más allá de lo dicho por los dioses, surge la son la única parte sino que encima la necesitan.
posibilidad del pensamiento abstracto, quiere decir Esa es una de las entradas de la alteridad, pero la
el inicio del pensamiento simbólico. Al mismo entrada de la mujer como áltera, como diferente, es
tiempo que se piensa la polis como isonomía, se tardía para la mente griega. El griego se concibe y
sostiene colectivamente que nada de esto es unila- se comprende a sí mismo como afectado por la
teral, ni nada es un bloque cerrado, sino que se sos- alteridad en un momento tardío de su propia cul-
tiene conflictivamente la idea de autoctonía, idea tura. Desde el punto de vista bíblico es diferente:
que se va complejizando cada vez más porque lo “no es bueno que el hombre esté solo”. La diferen-
extranjero empieza a entrar en la polis. Los viajes cia allí es constitutiva desde el vamos, hombre y
no son sólo de aquí para allá, son de allá para acá, mujer son creados simultáneamente. En la menta-
las fronteras se vuelven permeables, hay viajes lidad griega, cuanto más tarde aparezca la diferen-
comerciales, los fenicios no sólo están llevando y cia mejor. El problema es que, cuando aparece,
trayendo mercancía, también ideas, dioses, mitos, algún lugar hay que darle.
etc. Podríamos pensar la autoctonía como una Toda la filosofía es una historia de parricidios,
reacción defensiva. Yo diría que la autoctonía es pero el primer parricidio es el que comete Platón con
propia de una cultura que intenta asentarse en un Parménides; porque Platón, hacia el final de su obra,
suelo según una relación natural. Es una paradoja. levanta vuelo y se atreve a decir que “ser es y no es
Sólo se puede pensar lo griego desde lo paradojal, al mismo tiempo”, destrucción de la ontología en
en realidad cualquier cultura se piensa desde lo sentido absoluto, más bien puede ser y no ser, va a
paradojal. En la polis, ese mismo esquema alberga decir Platón, porque puede ser en un sentido y no en
al extranjero; comienza a surgir una categoría otro, inventa un “no ser” relativo. Para Parménides,
nueva que es el “meteco”, esto va a aparecer en los ser y no ser estaban supeditados a lo absoluto y pen-
diálogos platónicos; el meteco es el extranjero de sar el no ser relativo quiere decir incluir la diferencia
Occidente, no es ciudadano, porque no es griego de entre las ideas. En Sofista y Parménides, que son diá-
nacimiento, pero tiene algunos derechos. No es un logos platónicos últimos, aparece por primera vez
bárbaro, entonces ya no es parte de la oposición “diferencia”, ya no solamente identidad, bien, justi-
griego-bárbaro. Hay un tercero en discordia. cia, etc.; sino también diferencia.

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Diana Sperling Dossier: Los unos y los otros

Volvemos a la alteridad, a lo extranjero, a la fron- enemigo, porque intenta poner a la vista ese otro de
tera. Bacantes es la obra por excelencia en donde se mí que soy yo y con el cual no se qué hacer; esto es
resquebrajan las fronteras, las fronteras entre los lo hostil. Jabés dice, “le agradezco al extranjero que
sexos, entre la polis y lo que no es la polis, entre las me hace saber del extranjero que hay en mí”. No
etapas de la vida, entre los griegos y el resto de los hay forma de alteridad, de la acción de la extranje-
hombres y así sucesivamente. Esta visión va traba- ría más definitiva que la muerte. Como dice
jando sobre otros ámbitos de la vida griega y la pre- Sócrates: “uno se va de este mundo a un territorio
gunta es: ¿por qué se vive esto trágicamente? Una del que no sabemos nada y cuya lengua no habla-
posibilidad de responder, aunque sea provisoria- mos”; nadie habla el lenguaje de la muerte, ahí
mente: es trágico porque al destruir la idea de somos extranjeros. Borquenau, un historiador del
autoctonía, al dejar entrar a lo otro, se deja entrar arte, dice que las culturas se diferencian según la
al tiempo, se deja entrar a la muerte, se deja entrar posición que adoptan frente a la muerte y compara
lo que Sloterdijk va a llamar la historia como trans- la cultura egipcia con la cultura griega. Hay cultu-
porte. Para este autor, la historia es la historia de ras que por no superar la idea de la muerte inven-
las movilizaciones, de los transportes, de lo que se tan la inmortalidad. Egipto construye toda su vida
lleva de un lado al otro, la historia no es de un lugar como un monumento a la inmortalidad, las pirá-
fijo. Las ideas, las categorías de pensamiento, las mides las construyen en función de la inmortali-
instituciones, los grupos humanos, los dioses, todo dad. El Egipto faraónico es el lugar de la muerte
se va moviendo de un lugar a otro. Eso es la histo- imposible, por lo tanto la vida petrificada.
ria: el movimiento en el tiempo y en el espacio. Lo Entonces, dice Borquenau, Egipto y el pueblo
griego no es más aquello que persiste en la misma hebreo tienen una disidencia radical con respecto a
tierra durante un montón de generaciones sucesi- la muerte. Salir al desierto es una manera de
vas, que no permite esta contaminación, esta enfrentar la finitud, además por una razón muy
impureza. “Impureza” es una idea fundamental en específica: ¿qué se pueden llevar al desierto? Las
Derrida. Grecia se mantiene como Grecia con una pirámides no, las pirámides son las casas de los
autocontención, una autoidentificación, mientras dioses, los faraones eran dioses. ¿Qué hacen los
se mantiene dentro de las fronteras y los límites de hebreos? Se lo llevan escrito al Dios, convierten el
un lugar fijo. En ese contexto el extranjero viene a monumento en documento para poder llevarlo. La
ejemplificar algo muy inquietante. Cuando piedra de la pirámide es lo más parecido a la inmor-
Sócrates es condenado y elige la cicuta en lugar del talidad, porque todavía está. El pergamino es lo
destierro, Platón dice (que dice Sócrates) en la más frágil, lo más inestable, lo más contingente,
Apología: “elijo tomar la cicuta porque es la forma un hecho escrito que no tiene más ubicación que
menos dolorosa de la muerte. En otra tierra no me las letras sobre el papel del pergamino, es un Dios
van a reconocer, no voy a ser con los demás esto amenazado de muerte todo el tiempo (esta amena-
que soy acá; esa es una forma cruel de morir, como za será la lectura, la interpretación).
estar muerto en vida”. Sócrates no tolera esta idea Platón escribe y al mismo tiempo se pronuncia
de ser otro, para sí mismo y para los otros. Ser contra la escritura. A Platón la escritura le resulta
extranjero es llevar una vida anónima, y de ahí totalmente conflictiva. El está en un momento de
viene la idea que cita Derrida con respecto al térmi- pasaje de cultura oral a cultura escrita en Grecia.
no hostis – hospes (que toma de Benveniste). Tiene ¿Cuál es el valor de la oralidad para Platón en con-
una doble raíz que incluye hostilidad y hospitali- tra de la escritura? La oralidad es la expresión del
dad, quiere decir: el extranjero es potencialmente alma, en griego: psyché que significa soplo, espíri-

140
Dossier: Los unos y los otros Diana Sperling

tu, alma como soplo. La palabra hablada es esto, eso no sabe qué hacer con eso que recibe; muchas
aire que pasa; ese soplo tiene esa misma inmateria- veces ese legado implica su propia muerte porque
lidad, esa materialidad inmaterial que es el aire. El ese escrito es el propio lugar de la filiación. La escri-
aire encuentra su expresión más intangible, que ya tura es marca del padre y al mismo tiempo texto
no es el alma sino lo que va dejando el alma, lo huérfano, porque toda lectura es parricida, no hay
más cercano es la palabra hablada, pero la escritura manera de leer sin deconstruir. Leer es desarmar,
tiene una materialidad totalmente diferente, no interpretar, traducir, sino no es leer. Por lo tanto,
tiene que ver con el aire, tiene que ver con un para Platón la escritura es sumamente problemáti-
soporte, la tinta, el punzón, que no tiene ninguna ca. Es una alterización de la voz que representa.
conexión con aquello que constituye el alma. Cuando uno lee lo que uno mismo escribió, ya es
Finalmente el problema platónico del cuerpo y el otro. Los desafío a leer un texto que han escrito
alma, la filosofía como un intento de distinguir hace unos años, es una experiencia de alteridad. La
estos dos ámbitos, se traduce en la diferencia entre escritura pone distancia con uno mismo. Una posi-
oralidad y escritura. La escritura está ligada al cuer- bilidad de leer sobre la alteridad es leer la historia de
po, es marca, es una pesadez, es una materialidad la escritura, es la historia de las migraciones, de los
que no tiene la oralidad; pero además, la oralidad transportes, de aquello que se aleja del origen, y ahí
implica necesariamente la presencia del emisor, tenemos a la alteridad en su máxima expresión. La
para hablar hay que estar de cuerpo presente, valga alteridad es lo que altera en relación a un origen
la paradoja, está el cuerpo pero consustanciado en nítido, completo y puro. La escritura, la alteridad, la
el alma del que habla. Es un cuerpo presente y des- migración, la extranjería, son modos de refutar esta
corporizado al mismo tiempo. Esta es la paradoja. supuesta pureza del origen.
La escritura, el texto escrito, es huérfano, va rodan-
do por el mundo y cualquiera lo puede tomar y leer, II
interpretarlo de cualquier manera y no poder ni Lo importante del pensamiento es la forma, no el
preguntarle ni que le contesten, ni tampoco está el contenido. Si el pensamiento queda fijo en un lugar,
padre para defenderlo si el que lee no entendió. El podemos incorporar un montón de nombres y de
texto es huérfano (dice Platón en Fedro) y por eso fechas, pero no nos mueve. La filosofía es una
de algún modo es extranjero, por eso para Platón la herramienta para desatornillar las ideas que uno
escritura es extranjera, habla otra lengua, porque tiene ya hechas en la cabeza, con las que ha cargado
no habla y porque ese texto se puede leer de durante toda la escuela, el secundario, la
muchas maneras y nunca será igual a sí mismo. Universidad, ese bombardeo de contenidos. Hay
La temática de la escritura es una de las vías por que sacar todo eso y poder recomenzar, es decir,
las cuales entrar al tema de la alteridad, porque someter ese contenido a un trabajo que, según
tiene que ver con el tema de las ausencias y con la Derrida, es de deconstrucción. La posibilidad de que
muerte. El escrito es testimonio de una ausencia, la filosofía sea nada más que una metodología, la
eso significa que cuando el autor lo escribe no está filosofía como un modo de leer, como un modo de
el lector. El escrito es una especie de puente entre meterse con lo ya estructurado.
dos ausencias. Podría decir que el más ejemplar de La escritura es alteridad, pero en realidad pode-
los escritos es el testamento, el testamento anoticia mos ir más atrás y decir que el hombre se extranje-
de la muerte del emisor y a la vez deja una marca, riza porque es un ser hablante. Algo que está en
que alguien tiene que recibir (y leer). Alguien recibe todas las culturas es el mito del paraíso, ese estado
algo porque el que lo da ya no está, y el que recibe bíblico sin necesidad, ni discontinuidad, ni muerte.

141
Diana Sperling Dossier: Los unos y los otros

La expulsión del paraíso es justamente la pérdida salir de eso me va a arrojar necesariamente en eso.
de ese lugar, la pérdida del paraíso arroja a tres con- Edipo se la pasa viajando pero está siempre en el
secuencias muy importantes: al trabajo, al sexo y a mismo lugar, no se mueve del lugar porque todavía
la muerte. Estas tres cosas van de la mano con el no hay tiempo. El héroe trágico es el que quiere
hombre que en tanto hablante se extranjeriza de la huir del encierro y del otro lado no hay nada.
naturaleza, ese abismo que se abre entre lo huma- Kafka dice: “soy un animal con sus patas trase-
no como cultural y lo natural. La palabra es signo ras todavía hundidas en una tradición que no me
de extranjería. Entonces ya la alteridad está metida ha sido trasmitida y sus patas delanteras en el aire,
en la primera palabra que el bebé intenta decir. ya que no tienen en dónde apoyar”. Esta figura
Esto es de algún modo lo que Sócrates encarna. también es un retrato del héroe trágico, no importa
Sócrates ya no se ocupa, como los pensadores ante- la época: una tradición se cayó a pedazos, en la
riores, de los ciclos de la naturaleza, de los astros, época trágica una configuración de dioses, un
del fuego, del aire, etc. Sócrates es el primero que modo de estar en el mundo en relación a los dioses
descubre que él, en tanto humano, tiene una con- se cayó a pedazos. Las realidades son culturales, no
figuración, un estatuto diferente a la naturaleza, se naturales. El tema de Kafka o los lugares de Edipo:
erradica, se separa de lo natural y puede poner a la vengo de un mundo que se cayó y todavía no hay
naturaleza como lo otro de sí. El primer otro es ese, uno construido del otro lado, el puente es un hilito
digamos, pero al mismo tiempo, al poner a la natu- a punto de cortarse, no puedo volver atrás. Lo que
raleza como otro, él mismo se alteriza. Esta separa- muestra la tragedia es que el hombre ya no se satis-
ción con respecto a la naturaleza, que para los grie- face con ese rol, pero todavía no tiene las herra-
gos está representada por los dioses, les generó una mientas para construir un destino otro. A Aquiles
situación de inseguridad y también unas ganas le dan a elegir, podés ir a la guerra y sabés que vas
enormes de escapar. Por eso el héroe trágico se a morir porque así lo dijo el oráculo, vas a morir
hace una pregunta (pregunta que no se pudo haber con gloria como un héroe; o podés quedarte en tu
hecho el héroe mítico): ¿por qué vivo? (que es, tam- casa y morir de viejo rodeado de tu familia. Aquiles
bién y en el fondo, preguntar “por qué muero”). Es elige ir a la guerra, quiere morir como un héroe y
lo que se pregunta Edipo: ¿yo qué tengo que ver? no morir de viejo, que es lo peor para un héroe
Ahí, en la pregunta edípica aparece este abismo, mítico. En ningún momento se escucha una pro-
este hiato fundamental que es que las leyes de los testa por aquella decisión a la que los dioses lo
dioses y de la naturaleza no me contemplan, no someten. Está todo dicho y eso que está dicho con-
incluyen los avatares de mi existencia. Entonces, figura el carácter del héroe. El héroe se debe a su
¿será que el hombre no es más una criatura de la destino, pero veamos lo que parece la misma situa-
naturaleza? ¿Entonces qué soy? ción con Edipo. Edipo dice: ¿y yo que tengo que
En el mito no hay tiempo, en Edipo está todo ver? ¿Por qué tengo que pagar yo culpas que vienen
perfectamente prefijado y es como debe ser. El pro- de atrás? De su papá, de su tío, del abuelo, y quiere
blema de Edipo es: todo está perfectamente prefija- salirse de ahí. No acepta este designio del oráculo
do y el oráculo ya dijo, pero yo no encajo ahí. pero no puede encontrar un camino propio. Porque
Entonces, en relación a la pregunta “qué soy”: soy su relación con la temporalidad todavía es vacilan-
extranjero en cuanto al mito. Como muy bien te. Para decirlo de algún modo, sigue rigiendo el
demuestra Derrida, soy “el” extranjero por antono- tiempo mítico. Esa es la situación del héroe trágico.
masia, soy extranjero con respecto al destino pero Walter Benjamin en El origen del drama barroco
no tengo otro lugar y cualquier cosa que haga para alemán dice: “el héroe trágico levanta la cabeza y se

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Dossier: Los unos y los otros Diana Sperling

da cuenta de que es superior a sus dioses, pero miento. Yo soy un ser temporal y espacial, estoy
todavía no tiene poder para enfrentarlos”. Quiere configurada por tiempo y espacio, necesito de la
decir que hay un pasaje, lo que Freud llama despla- espacialidad –lo que estudian las leyes de la física–
zamiento, entstellung, algo que no está en su lugar para ubicar los objetos en el espacio y conocerlos.
y por lo tanto no tiene sustento. Pero el pasaje es Esto está antes del conocimiento, esto es lo que
siempre temporal y espacial, no hay posibilidades permite el conocimiento. Ya estamos determina-
de que una dimensión prescinda de la otra. Edipo dos por una cierta configuración de temporalidad
no puede desprenderse ni de su tiempo ni de su que es lo que nos constituye como humanos, por
lugar, lo que está por venir está por construirse. eso no podemos salirnos. Entonces ¿qué sabemos
Porque si hubiera algo ya conformado que me está del tiempo? Primero que nada, que nos constituye
esperando del otro lado, vuelvo al hombre mítico. y no que nosotros lo constituimos a él.
El ser humano no es dado, no es natural: el De algún modo el héroe trágico tiene todavía la
punto es la salida de lo natural. Esto es tremendo y ilusión de que ese “después” tiene existencia pro-
a la vez es productivo. Lo dice el coro de Antígona: pia, sustancial digamos, como si ya estuviera cons-
el hombre es lo más asombroso, lo más terrible y, al tituido. Lo que todavía Kafka no puede ver, pero
mismo tiempo, lo más increíble, capaz de surcar que después ya se comienza a intuir, es que ese
mares, de construir monumentos, curar enfermeda- después se crea conjuntamente con la apoyatura de
des, inventar obras maravillosas, pero también de las patas, ese es el punto, no tengo dónde apoyar
matar a su propia sangre, de hundirse en la miseria. las patas delanteras porque sólo tendré dónde apo-
La salida de lo natural es la salida del tiempo yarlas cuando yo haga eso sobre lo cual tengo que
cíclico. El tiempo del humano es el tiempo del apoyar. Esta situación de estar colgado en el medio,
acontecimiento. “Que cada instante pueda ser el suspendido, es la angustia. Me voy a morir porque
último es lo que lo hace eterno”, dice Rosenzweig. no soy más un ser inmortal: ¿y ahora qué?
Si fuera el tiempo lineal o circular, estaría perfecta- La temporalidad como nosotros la conocemos
mente ajustado. No es ni esto ni lo otro, es la posi- es gramatical. Nietzsche dice: “Dios está en la gra-
bilidad del acontecimiento, el acontecimiento es mática”, quiere decir que entre lingüística y teolo-
algo que ocurre en el tiempo, pero que fractura el gía hay un vínculo absolutamente inextricable.
tiempo en dos. El acontecimiento es aquello que Entre lengua y concepción del mundo, por decirlo
ocurre en el tiempo pero no pertenece a la lineali- de algún modo, según cómo la lengua se organiza
dad del tiempo, esta es la paradoja. es cómo se organiza la experiencia del mundo de
El tiempo es cultural. No sabemos nada acerca esa comunidad hablante. Benveniste dice: “la filo-
de qué sea el tiempo, sólo podemos saber cómo sofía no podría haber nacido en otro lugar que no
nosotros lo concebimos. Kant dice: “sólo podemos sea Grecia”. Porque la lengua griega tiene dos ele-
conocer aquello que está enmarcado en tiempo, mentos fundamentales para el pensamiento filosó-
espacio y categorías”. Cosas del mundo físico espa- fico: uno es el artículo neutro. Nosotros podemos
cial y que podemos categorizar, es decir: alto bajo, hablar de lo bello, lo bueno, lo justo, toda la doctri-
primero segundo, antes después. Categorizar es na griega de Platón se articula alrededor del artícu-
armar conjuntos, relacionar y decir: esto es más lo neutro. El otro elemento de la lengua griega que
chico que aquello, esto es antes y esto después. El es esencial para el inicio de la filosofía es el verbo
tiempo y el espacio, dice Kant, son formas puras de “ser”. Mucho tiempo después de Platón viene
la sensibilidad. Es decir, no son objeto de conoci- Heidegger y dice: “toda la filosofía occidental no es
miento, sino condición de posibilidad de conoci- otra cosa que la onto-teo-teleología; es decir toda la

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Diana Sperling Dossier: Los unos y los otros

metafísica articulada alrededor de una sola palabra: vidual y lo individuado es lo finito. Si yo no creo que
‘es’. Es el verbo ser conjugado en modo indicativo, soy mortal, tener hijos me abofetea en ese imagina-
tiempo presente, tercera persona singular”. Por su rio, me arroja a la conciencia de mi propia finitud.
parte, otro término filosófico fundamental es Por eso la nostalgia es de ese estado de indiferencia-
“ente”: participio presente del verbo ser, como ción donde no hay individuación, donde no hay
“caminante” de caminar. De Platón en adelante la tiempo. Y si no hay tiempo no hay muerte.
preocupación del pensamiento occidental es el El tiempo nos constituye. Derrida dice: las cosas
“decir lo que es”. Entonces este “es” adquiere un o los hechos no se reducen a sus condiciones de
privilegio y un predominio absoluto, pleno, sobre lo posibilidad, esa es una confusión bastante habitual.
que no es. ¿Y qué es lo que no es? El pasado y el Las condiciones de posibilidad, como su nombre lo
futuro, lo que fue o lo que será. Cuando indica, hacen que sea posible. Pero no determina
Parménides dice: “ser no puede haber sido o dejar todos los actos, sino que pueden ocurrir o no, y ocu-
de ser porque si no, no es completo”, está diciendo: rrirán según las determinaciones coyunturales. En
sólo existe el presente, el ser es un todo presente, los hechos históricos se van gestando determinadas
congelado. Que sea un puro presente congelado condiciones que hacen que sea posible que algo pase.
tiene como consecuencia fundamental, como decía Pero no se sabe ni cómo ni cuándo ni quiénes van a
Levinas: “el privilegio de la presencia”. Lo que está ser los responsables ni cuáles van a ser los efectos,
ante mí es lo que me puedo apropiar, yo no me las múltiples migraciones de esa causa. Entonces
puedo apropiar lo que ya no está o lo que todavía estamos constituidos por el tiempo pero al mismo
no está. Esto plantea el problema de la irreversibi- tiempo, valga la redundancia, construimos una
lidad del tiempo. Arendt, en “Labor, trabajo y comprensión “situada” del tiempo, porque cada cul-
acción” dice: “¿cuáles son las estrategias del huma- tura tiene su forma peculiar de entender el tiempo,
no para tolerar la irreversibilidad del tiempo? Hacia relacionarse con él e implicarse en él. El tiempo cul-
atrás el perdón, hacia delante la promesa”. El per- tural o la construcción que cada cultura hace del
dón permite levantar el tremendo peso del pasado. tiempo, su concepción del tiempo, está en la lengua.
La promesa permite hacer algo con ese vacío en que La alteridad implica la desacreditación, entre
todavía no podemos apoyar las patas, pero pode- otras cosas, fundamentalmente de la presencia. La
mos imaginarizar un después. Esto es la espera del presencia es sustancialista. Desustancializar la his-
Mesías para el judaísmo; una idea que traza una toria nos deja en ese estado de no tener dónde apo-
temporalidad. De algún modo como dice Kant de la yar nuestras propias patas. De comprometernos a
idea de Dios: es necesaria para la razón práctica. la construcción de un futuro que no está decidido.
En resumen, no se puede volver atrás. No se Somos extranjeros porque no tenemos tiempo ya
puede volver a ese estado sin muerte, sin lenguaje, consumado, porque somos seres constituidos por
sin necesidad, sin sudor, sin pudor, etc. Eso está la temporalidad pero al mismo tiempo nos tene-
vedado para siempre, porque nunca se tuvo. El para- mos que abocar a hacer de ese tiempo algo signifi-
íso es una creación mítica nostálgica; no hay ese cativo. El tiempo no tiene un significado dado.
lugar, esa es una proyección hacia adelante de lo Levinas dice: “el judaísmo es la religión del
que hubiéramos querido tener atrás, de lo cual cielo vacío”. El imaginario mítico hace de la tierra
suponemos que nos hemos escindido. El mito del el reflejo especular del cielo. La famosa cuaternidad
paraíso, la nostalgia del paraíso en los presocráticos heideggeriana: “cielos, tierra, dioses, hombres” es
se traduce en la nostalgia de lo uno. La salida de lo paganismo, es una estructura especular en que hay
uno es la salida a lo múltiple. Lo múltiple es lo indi- un cielo consistente que da sentido a la tierra, que

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Dossier: Los unos y los otros Diana Sperling

es un modelo de esa tierra. Steiner dice que los pro- acción, hay algo para hacer, se entra en un análisis
fetas bíblicos inventan el tiempo futuro porque el en el que se dice: esto me pasa porque no hay hom-
futuro por definición es potencial. Volvemos a esto, bres o porque los dioses no quieren que me vaya bien
si no hay destino el tiempo está abierto. Quiere o porque no sirvo, es una posición trágica; como
decir que cuando los profetas le dicen al pueblo que decía Nietzsche, “el héroe trágico es un fragmento
por haberse desviado de la ley les van a caer las peo- de fatalidad”. El becerro de oro es un intento de
res pestes, pero si vuelven al camino correcto los tapar, de suturar ese vacío insoportable que me deja
campos van a fructificar y va a salir el sol, ese “si”, solo ante la responsabilidad de la construcción del
si tal cosa o si tal otra, abre la posibilidad de una futuro. Baja Moisés y lleno de furia rompe las tablas,
construcción en el tiempo de algo que no está no el becerro, las tablas que tienen la letra divina.
garantizado. Por eso Steiner va a decir: el mito, el ¿Es un sacrilegio? No, porque si las tablas no se
oráculo, no enuncia el futuro, no hay futuro, hay pudieran romper serían iguales al becerro, tendrían
un pasado puesto delante. El futuro por definición un ídolo, las habrían fetichizado. Las tablas se rom-
es hipotético, potencial. Abierto. pen porque la ley no lo dice todo. La ley es por defi-
La relación de la temporalidad con la alteridad y nición fallida. Un dios pagano no puede ser fallido,
la extranjería, el desplazamiento entre el pasaje y la tiene que tener la completud que salve de la angus-
diferencia. El dios que ordena a los hebreos salir de tia. La ley nos arroja a la angustia de ser seres tem-
Egipto se presenta, se nombra como “Ehié asher porales, finitos, divididos; por lo tanto, no tenemos
Ehié”, “Seré lo que Seré”. Un futuro, un tiempo pro- otro remedio que tener una relación fallida con una
yectado hacia adelante. Como dice Sloterdijk, este es ley fallida. Esta relación se llama interpretación.
el modelo para toda la historia del tránsito, de la Moisés rompe las tablas y no es castigado por Dios,
salida de lo fijo hacia el desierto, lo inconmensura- sino que Dios le dice: “a este pueblo que no entendió
ble, lo inapropiable, un lugar donde nada puede nada lo voy a castigar, pero a vos te voy a rescatar y
arraigar, donde concretamente nada se puede pose- voy a hacer de vos otro pueblo nuevo”. Pero Moisés
er. Lo interesante es que la ley del Sinaí se da en el le contesta: “yo no firmo un contrato en donde pidas
desierto; una ley exílica. Una ley desarraigada, la perfección a este pueblo”. Este pueblo va a volver
desustancializada, pura palabra. Moisés dicta todo lo a caer, los humanos no tenemos destino sino que
que le dice Dios y mientras tanto el pueblo constru- estamos arrojados a la interpretación y a la elección,
ye un becerro de oro; idolatría, paganismo, es decir estamos ligados a la ley, eso es el vínculo fallido; la
todo aquello de lo que supuestamente se ha exiliado. interpretación y la elección siempre fracasan, nunca
Aquello que debería haber quedado atrás de esas la interpretación dice lo que supuestamente debería
patas traseras. El problema de las patas traseras es decir; no hay garantía. Frente a la ley, el texto o lo
que no quedan atrás, sino que van con uno, y traen que fuere, la interpretación siempre es extranjera en
el barro pegado. Este pueblo sale de una cultura ido- relación a la letra. Hay un desfasaje, un desplaza-
látrica y la lleva en su corazón, la lleva con él. miento fuera del origen.
Construyen el becerro porque no toleran el vacío, el ¿Cómo sigue la historia? Dios le dice a Moisés:
desamparo: un Dios que habla y no se ve. Necesitan “yo ya no voy a estar tan cercano, voy a estar lejos”.
dioses que los conduzcan; entonces se fabrican un Entonces Moisés le dice: “déjame verte”. Y Dios le
becerro de oro. Cuando se inicia un análisis es iluso- contesta: “mi rostro no será visto”. Sobre este capí-
rio creer que uno se va a desprender de lo ilusorio, tulo 33 de Éxodo construye Levinas todo su pensa-
del síntoma, del fantasma; el análisis es el paso de la miento. Levinas trabaja –como luego Derrida– la
tragedia al drama. La palabra “drama” quiere decir cuestión de la huella. ¿Qué es la huella? Es un pasa-

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Diana Sperling Dossier: Los unos y los otros

do que nunca fue presente. Porque si consideramos generales. La ley de la voluntad ordena que se sea
la huella como la marca de algo que estuvo allí mate- libre, es una paradoja. Levinas dice en una de sus
rialmente, sustancialmente, como consistencia, lecturas talmúdicas: “no somos libre de no ser
estamos anclados en el presente; si estamos ancla- libres”, estamos condenados a la libertad.
dos en el presente, el pasado tiene una categoría Kant escribe en el entorno de la Revolución
menor en relación al presente. Este texto nos está Francesa, está conectado con el iluminismo y los
diciendo: la verdad es huella. ¿Qué es un sueño? El movimientos libertarios que pretenden salirse del
relato del sueño es la forma del sueño, no importa maltrato del déspota, de la ley del monarca o de un
qué se soñó. Hay un relato que significa una huella, Papa; eso es lo que persigue la Revolución
pero es la huella lo que puede constituirse en acon- Francesa. Poner a la razón en lugar de Dios encar-
tecimiento y no a la inversa. Este versículo dice: “el nado en el Papa o en el rey, es un cambio enorme,
paso es la forma del tiempo”, pero el tiempo no se implica poner fin al esquema amo-sometido. Es
articula alrededor del eje de la presencia, el tiempo otro de los pasos de la historia de las crisis que
es el paso o la huella pero nunca fue presente, por- dejan al hombre en una situación de desamparo
que lo que es presente es ídolo, es objeto de idolatría. porque ya no le puede echar la culpa a nadie, tendrá
Y Dios dice: “de mí no te podés apropiar, no tengo que habérselas con las herramientas que tiene a su
nombre, no tengo cuerpo, no tengo imagen, soy pura alcance. La noción de autonomía para Kant se lee
ley”. La ley por definición es inapropiable. Es de mal si no se la pone en el contexto histórico ade-
todos y no es de ninguno. Nosotros pertenecemos a cuado, es decir, en el contexto de con qué o contra
la ley y no a la inversa. Somos seres hablantes, por- qué se está enfrentando. Kant está combatiendo
que la palabra nos ha sido dada. La palabra, igual que fundamentalmente la ideología que representa el
la ley, viene de otro. Somos seres filiados, no somos hecho de que los hombres están sometidos a una
producto de la tierra ni de la naturaleza; somos seres ley generalmente impuesta por el abuso de alguien.
separados, desarraigados, estamos desfasados en La ley de la voluntad es la máxima exigencia y al
relación al tiempo de la naturaleza. mismo tiempo la máxima libertad, pero nos encon-
Kant es el fundador de la noción de autonomía tramos con el problema de qué dice esa ley y de
de la voluntad. Las obras más conocidas de Kant dónde viene. Para Kant la voluntad es autónoma
son las tres críticas: “Crítica de la razón pura”, pero –y porque– el sujeto no es autosuficiente. La
“Crítica de la razón práctica” y “Crítica del juicio”. crítica de la razón pura dice que no podemos cono-
Lo que se conoce como Crítica de la razón pura es cer por fuera del marco de tiempo, espacio y cate-
teoría del conocimiento, Crítica de la razón prácti- gorías. Quiere decir que hay un montón de cosas
ca es la ética, Crítica del juicio es estética. ¿Qué es que están totalmente por fuera de nuestras posibi-
la autonomía de la voluntad? El dice: “la voluntad lidades de conocimiento. Descartes creía que pode-
se da su propia ley”, uno diría entonces, cada uno mos conocerlo todo, Kant produce una herida nar-
se crea su ley. Pero no: esa ley es una y única, es el cisista al decir que no podemos conocerlo todo,
imperativo categórico. Kant dice que hay dos tipos como decir que no podemos escuchar sonidos más
de ley: las leyes de la naturaleza y la ley de la volun- agudos de cierta escala. Como no podemos cono-
tad. Las leyes de la naturaleza registran lo que ocu- cerlo todo estamos en una situación de intemperie,
rre regularmente, decimos ley por un abuso del len- de extranjería, de insuficiencia, en relación a
guaje, pero no hay ninguna ley. La ley de la volun- muchísimos factores que determinan nuestra exis-
tad va de la mano con la libertad; en la naturaleza tencia. La autonomía nos sitúa en un mundo del
no hay libertad, hay determinismo en términos cual no somos dueños: de muchas determinacio-

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Dossier: Los unos y los otros Diana Sperling

nes no somos dueños, sin embargo estamos impli- entrar en conexión con otra que aparentemente está
cados en eso y debemos elegir en ese contexto. La muy alejada en tiempo y espacio o ámbitos y sin
alteridad es el carozo de la autonomía. Esa es la embargo se iluminan mutuamente y en ese contacto
paradoja en Kant. El imperativo categórico kantia- surge algo nuevo, en esa especie de chispa de ilumi-
no dice: “actúa de tal modo que puedas elevar tu nación que produce el roce de un texto con otro. En
máxima a ley universal”. Kant, como todo gran “Tesis para la filosofía de la historia”, Benjamin dice
filósofo preocupado por la ciencia, podría muy bien que esta noción de constelación produce la verdad
haber dicho “se debe actuar”, pero dice “actúa”, la como un rayo, algo que relumbra en un instante,
palabra viene de otro, la ley viene de otro que me que hay que atraparlo en ese momento de fugacidad
llama, me convoca a responder y actuar. y que cuando pasa no se va sino que queda resonan-
Pero ninguna máxima puede ser ley universal do. La única manera de que un texto nos haga pen-
porque la máxima sí tiene contenido y la ley univer- sar y nos mueva o produzca algún efecto interesante,
sal por definición no lo tiene. La relación entre la es no someternos a las lecturas consabidas. Es la lec-
máxima y la ley universal es asintótica, nunca se tura creadora la que da lugar a nuevas versiones, esto
pegan. La ley universal permanece otra y sin embar- se llama interpretación.
go, no puedo dejar de aspirar a ella. En “La huella Según Levinas, la huella es el pasaje de aquello
del otro” Levinas dice: “el otro es inapropiable, el que ha dejado un indicio, es la marca de lo total-
rostro del otro me exige, me demanda, me pone mente pasado. Huella de un pasado que nunca fue
frente a una responsabilidad ineludible, indelegable, presente. Un pasado inmemorial sería una metoni-
pero yo no puedo hacer del otro objeto”. Si hago del mia huérfana o, en un término que tomaremos de
otro objeto de conocimiento, de dominación, deja Levinas, “anarquista” en el sentido de anterior al
de ser otro. Por eso para Levinas, ese Dios del cual origen o quizá que niega ese principio o arjé. La
no se puede ver el rostro es pura huella, es decir, el palabra “an –arquía” es “sin arjé”, es decir, sin ori-
otro está frente a mí pero no puedo hacer de ese otro gen. Porque no refiere a ninguna totalidad de sen-
representación porque, si lo re-presento, lo traigo a tido original, es un mero efecto que no tiene causa
la presencia y me lo incorporo como contenido de alguna. La huella es la que interpela al ser humano
mi conciencia. Dios, dice Levinas, es simplemente en el instante del encuentro con el rostro del otro,
una huella, porque es su paso, no se lo puede con- así el primero se vuelve sujeto, ya que ese pasado
cebir bajo el modo de la presencia. Ese Dios es un inmemorial lo sujeta a una responsabilidad infinita
otro absolutamente otro, es decir, aquel del que no hacia el otro.
puedo hacer nombre, sustantivo, imagen, presen- Levinas dice: “el judaísmo es la religión del cielo
cia, ese es el modelo de la alteridad para Levinas. vacío”, porque no hay ningún Dios como personaje,
Con ese Dios que me llama para que yo responda: no hay representación, no tenemos ahí arriba un
“heme aquí”, se da la misma relación asintótica que señor que nos castiga y nos dice qué tenemos que
con la ley kantiana. Eso es la alteridad. hacer. ¿Qué es Dios para Levinas?: “huella”. Huella
quiere decir sustracción, ausencia en términos de lo
III que se sustrae, ¿a qué se sustrae? Al entendimiento,
La idea del pensamiento que trato de trabajar y esto es Kant, porque el entendimiento por defini-
transmitir es un poco a la manera de lo que ción es categorial. Kant dice: “el yo es una función
Benjamin llama constelaciones, concepto muy inte- de síntesis”, una función de síntesis implica una
resante y muy rico es éste de que un texto, un hecho, multiplicidad, de qué se va a hacer síntesis sino de
un decir, un discurso, una disciplina incluso, pueda lo múltiple, de lo complejo, de lo que aparece dis-

147
Diana Sperling Dossier: Los unos y los otros

yunto. ¿Qué es la síntesis? juntar cosas que no porque no puedo conocer aquello que no se enmar-
están juntas. Quiere decir que ya hay un múltiple ca en tiempo, espacio y categoría. En principio, hay
en el seno de ese yo; primera cuestión: el yo no es al menos dos aspectos en el conocer: uno receptivo,
un uno. Segunda cuestión: el yo tampoco es una lo que viene a mí, las impresiones sensibles, aquello
persona, es una función. Si el yo es una función de que mis sentidos perciben. Pero eso no hace cono-
síntesis y esa función de sintetizar consiste en cimiento, el conocimiento es el producto de las
poner en cuadritos lo que me viene como múltiple, impresiones sensibles pasadas por el tamiz del
incomprensible, caótico (la abigarrada selva de lo entendimiento, es decir, las categorías. Aquello que
real, dice Kant), que se presenta ante mí, ¿cómo hace que todo eso que bulle a mi alrededor yo lo
hago para manejarme en el mundo? Primero, pueda ordenar, separar, individuar. Kant dice: “el
haciendo un mundo. La palabra mundo para Kant conocimiento es un constructo”, no hay conoci-
es un concepto límite, es un horizonte, no tiene miento sensorial, pero tampoco conocimiento sin
ningún contenido, es nada más que un marco en el lo sensorial. Lo sensorial debe ser ordenado, catego-
cual se pueden incluir para poner en orden determi- rizado por lo que el entendimiento pone, esa es la
nadas cuestiones; para poder conocer yo tengo que parte activa. Hay un aspecto receptivo y un aspecto
meter las cosas dentro de lo que más modernamen- activo. El entendimiento crea ligazones entre ambos
te se va a llamar paradigma. La palabra paradigma aspectos, porque el ser humano en tanto ser com-
en Kant se llama mundo. Es un horizonte que me plejo como es, está a caballo entre dos ámbitos: el
permite hacer concepto. Saber que esto va acá, esto mundo de la naturaleza y el mundo de lo racional,
va allá, la relación entre los términos, eso es catego- somos seres sensibles / racionales/ naturales / lega-
rizar. La palabra categoría viene del griego katego- les. En ese hiato, en esa barra que une y separa, se
rein que quiere decir predicación. Categorizar quie- dirime lo humano. No somos solamente racionales,
re decir predicar, poder decir algo de algo, como el que eso sería ser Dios, eso sería tener una voluntad
predicado de la gramática. El vaso es transparente, absolutamente buena. Y no es nuestro caso, somos
la masita es rica, la casa está en la montaña. Hay seres ligados a la ley, pero al mismo tiempo confor-
un sujeto y hay un predicado; quiere decir que mados por las pasiones y lo que Kant llama lo pato-
determinadas cosas se le atribuyen al sujeto, eso se lógico, aquello de lo natural que implica ser afecta-
llama predicación atributiva, en gramática, en lógi- do. Nosotros somos afectados por las cosas que nos
ca y en filosofía. La predicación atributiva implica vienen no sólo de afuera sino de nuestro interior, de
que yo puedo pensar en términos de género, núme- las pasiones, de los afectos, los impulsos, los instin-
ro y relaciones: causa y efecto, delante y detrás, tos; las pulsiones en la terminología de la época
antes y después. Mundo entonces es el marco con- kantiana todavía se piensan en términos de impul-
ceptual lógico-lingüístico que me permite ubicar lo so, de instinto, como en Platón.
que viene a mí de manera desordenada e incom- Ahora bien, el entendimiento se maneja con
prensible, sino no habría ciencia. La ciencia es la objetos: ob-jectus, quiere decir lo que está parado
puesta al extremo de esta capacidad de síntesis, la frente a mí, gegenstand, eso que está presente fren-
taxonomía por ejemplo es pura categorización. Este te a mí yo lo puedo categorizar; el objeto es tempo-
es el aparato categorial del entendimiento humano, ral, espacial y categorial. El objeto es un producto
ese aparato categorial tiene sus límites: las categorí- de la sensación más el entendimiento, ahí se cons-
as son a priori, los límites del entendimiento huma- truye el objeto. Kant dice: ¿eso es todo lo que puede
no son tiempo, espacio y categorías. No puedo con- hacer la razón? No. Ése es uno de los usos de la
fundir pensamiento con conocimiento en Kant, razón, la razón es una sola pero tiene distintos

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Dossier: Los unos y los otros Diana Sperling

usos. Ése es el uso puro especulativo (crítica de la mundo físico; el mundo, agrego un término kantia-
razón pura especulativa). Puro quiere decir a priori, no, de lo fenoménico. La palabra fenómeno viene
es decir, el tiempo, el espacio y las categorías no del verbo phaino que comparte la raíz con physis,
son conceptos formados por la experiencia sino que esa “ph” es la misma letra y es la misma raíz, phai-
son condición de posibilidad de la experiencia. El no es el verbo que significa aparecer, salir a la luz,
concepto es un producto muy posterior del recorri- hacerse visible. El mundo fenoménico es el mundo
do de la mente, por eso Heidegger va a hablar de de la physis y es el mundo en el cual podemos
una comprensión pre-ontológica, hay cosas que se hacer experiencia, que significa conocimiento.
introducen en la comprensión como un término Experiencia y conocimiento para Kant en un senti-
vago, porque no son ni entendimiento ni conoci- do son lo mismo. Como las actividades del ser
miento, y que no necesariamente implican un con- humano ni se limitan ni se reducen al conocer,
cepto. Una cosa es la vivencia, otra cosa es la expe- ¿qué hacemos con el resto? O nos vamos a lo teo-
riencia. La vivencia puede quedar innominada, lógico-metafísico que era la postura habitual o
podríamos acercarla al trauma, porque es una de tomamos la vía que nos propone Kant, que es un
las formas de aparición de la alteridad. La experien- terreno en el que empezamos a ser verdaderamente
cia es comunicable. Benjamin tiene un artículo racionales, pero en un sentido práctico que implica
maravilloso que se llama “Experiencia y pobreza”: el terreno donde la razón no conoce a su objeto
empieza diciendo que los soldados que volvían de sino que lo crea. Eso es razón práctica. Crear el
la guerra –habla de la primer guerra mundial– vol- objeto quiere decir que se traduce en acto, entre
vían mudos, no podían contar lo que habían pasa- razón práctica y acto hay una ligazón inextricable.
do y lo que habían visto, no podían hacer experien- No es el científico con el microscopio conociendo
cia de esto, era demasiado traumático. La experien- en qué consiste la célula o el átomo o el corpúsculo;
cia es una llegada al lenguaje, ahí algo del trauma es el hombre frente a la necesidad de actuar sin
se disuelve. La experiencia es el producto de este saber. Nada ni nadie me dice a mí en qué consiste,
marco de tiempo, espacio y categorías a priori que cómo está compuesta la “célula” de la libertad.
permite nombrar, por lo tanto predicar; en la expe- ¿Qué es la libertad? La libertad no es un concepto,
riencia hay predicación, en la vivencia no. La es un acto: el acto libre es el objeto de la razón prác-
vivencia queda muda, es lo irrepresentable. tica. El acto libre no es un fenómeno, quiere decir
Los usos de la razón: hay un uso que es especu- que no lo puedo incorporar al conocimiento cientí-
lativo, el categorial, que es el del conocimiento, el fico porque de un acto libre se sabe que es un acto
de la ciencia, pero ese uso para Kant es el menos libre en el momento en que se actualiza, se hace, se
importante. El uso verdaderamente primero, prin- realiza. Esto es razón práctica. La razón práctica
cipal y predominante de la razón es el uso práctico, tiene dos conceptos que actúan a modo de princi-
es decir, la ética. El uso práctico no tiene que ver pios y que son equivalentes porque están ligados en
con el conocimiento, empieza donde termina el forma de co-implicación absoluta: libertad y volun-
conocimiento. ¿Quiere decir que nos movemos en tad. Libertad y voluntad quiere decir: actuamos en
el mundo de la nebulosa, de lo incognoscible? No. el terreno de lo indecidible, porque ninguna ciencia
Podemos conocer lo que pertenece al mundo de la me puede decir si lo que voy a hacer es efectiva-
physis, que mal se traduce como naturaleza; sim- mente un acto ético. Lamentablemente no hay nin-
plemente es lo que aparece, lo que se muestra, lo gún manual científico que me diga si ese acto va a
que está a la vista o a la mano; aquello que puedo ser ético o no; tengo principios que regulan mi
hacer entrar en tiempo, espacio y categorías, el acción y después aparece ahí lo singular, cada uno

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Diana Sperling Dossier: Los unos y los otros

se singulariza en su acto y es ese acto el que revier- rompe la totalidad: se llama muerte. ¿Cómo hago
te sobre el sujeto constituyéndolo. Estamos en el concepto de la muerte? Rosenzweig dice “por el
terreno de la ética kantiana. miedo a la muerte, así empieza la filosofía”.
El acto ético es trascendente, tras-cendente Después de volver de la guerra y ver morir a su
quiere decir “ir más allá del ente”. Lo ente hace mejor amigo en sus brazos en la trinchera –o sea
objeto, lo ente lo puedo abarcar categorialmente; que está hablando por la vivencia–, en vez de que-
los entes forman el mundo, la naturaleza, etc. Un dar en algo traumático, hace con esto algo maravi-
acto no es un ente, tiene otro carácter, tiene el lloso, entonces dice: “desde el origen de la filosofía,
carácter de la realización, no de lo cognoscible. Si la filosofía ha tratado de quitarle su aguijón vene-
es realizable y no cognoscible, ya estamos en un noso a la muerte”. Quitarle el aguijón venenoso a
terreno diferente, en un terreno que nos arroja la muerte quiere decir intentar hacer de la muerte
fuera de la inmanencia y ahí nos vamos a la tras- un contenido conceptual, intentar poner a la muer-
cendencia. Inmanencia en el sentido levinasiano. te bajo el microscopio. Hacer de la muerte un obje-
Levinas entiende el mundo como inmanencia, es to de la inmanencia y eso es imposible, porque la
decir, aquello que está adentro, abarcable en ese muerte hace agujero y no podemos hacer otra cosa
horizonte categorial o en ese paradigma de conoci- que bordearlo. Estamos asediados por la muerte,
mientos que llamamos mundo. Por más incomple- estamos prometidos a la muerte, la muerte es la
to que sea el conocimiento científico, sigue siendo trascendencia en un sentido, porque es lo que agu-
un paradigma de inmanencia al que aspira la cien- jerea la inmanencia, lo que hace fracasar, lo que
cia. Inmanencia quiere decir: es posible la totali- arruina la inmanencia. La inmanencia sería ese
dad. In-manente quiere decir dentro de lo ente. Si espíritu absoluto hegeliano que intenta dominar
lo ente es este marco del conocimiento que llama- conceptualmente todo, pero todo quiere decir lo
mos mundo con Kant, el que permite la aplicación otro, lo extranjero, lo incomprensible, lo siniestro,
de las categorías, supone que es algo totalizable lo raro, hacer representación de todo. Es omnis-
para el conocimiento. Por más que el conocimiento ciencia, omnipotencia. A eso se liga la inmanencia
siempre aspire a más, es un más que sigue estando en Levinas. La inmanencia sería, de algún modo,
dentro de ese marco. Esto es Hegel. Hegel lleva esto esa pretensión socrática de que todo el saber está
a su máxima expresión, critica a Kant y postula el dentro de uno, nada nos viene de fuera. La mayéu-
conocimiento absoluto; lo que él llama la marcha tica tiene este borde peligroso: la idea de que ya
de la razón a través de la historia, de los tiempos, sabemos todo, al nacer nos olvidamos porque el
hasta llegar al momento en que la razón lo conoce alma se cayó del mundo de las ideas, dice Platón,
todo, incluye la totalidad del mundo en su conoci- se cae en un cuerpo y el cuerpo hace que esto se
miento y entonces se transforma en lo que él llama olvide, pero después con un maestro adecuado se
espíritu absoluto. La idea de una inmanencia tota- va recordando, quiere decir que no hay exteriori-
lizadora es la ilusión de que el espíritu puede cono- dad. Y la exterioridad es otra palabra para la tras-
cerlo todo, puede abarcarlo todo y puede incluir a cendencia. Una exterioridad implica algo que no
lo otro de sí en su sí mismo. El espíritu absoluto de podemos abarcar, contener, es decir, no poder
Hegel va a ser fuertemente criticado y roto en peda- hacer de eso un contenido para mi conciencia. La
citos por el gran maestro de Levinas que es exterioridad hace trascendencia; la trascendencia
Rosenzweig. Rosenzweig escribe La estrella de la no es ningún lugar. No es un aquí ni un allá en tér-
redención para refutar a Hegel, él es un gran hege- minos de la metafísica, no es el mundo de las cosas
liano. Pero la totalidad es imposible, hay algo que sensibles y el mundo de las ideas, no es Platón.

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Dossier: Los unos y los otros Diana Sperling

Hablar de inmanencia y trascendencia en estos sino en la obligación, esa obligación se llama res-
autores no es una distinción dualista, no es un ponsabilidad. En La huella del otro Levinas dice:
concepto religioso, no es lo humano y lo divino en “la epifanía es una aparición que parece fenoméni-
los sentidos tradicionales. Tiene que ver con esa ca pero excede lo fenoménico”, por eso es epi-fanía.
caída de la ilusión narcisista, egocéntrica, caída que “La epifanía de lo absolutamente otro es el rostro,
ponen a funcionar los pensadores de la sospecha: en él el otro me interpela y me significa una orden
Nietzsche, Marx y Freud, quienes desarman esta por su misma desnudez, por su indigencia. Su pre-
ilusión autorreferencial del sujeto cartesiano. sencia es una intimación para responder, el yo no
Trascendencia en estos términos quiere decir: aque- toma conciencia de esta necesidad de responder
llo que irrumpe como inconceptualizable. Aquello como si se tratase de una obligación o de un deber
que irrumpe como lo que no se puede metabolizar, sobre el cual debiera decidir. El yo es, en su misma
no lo puedo incorporar, no lo puedo convertir en un posición y de un extremo al otro, responsabilidad o
contenido, permanece extranjero. Lo que permane- diaconía”. Diaconía quiere decir: cargar con el
ce extranjero en Levinas se dice huella, porque ni dolor del otro, yo en el lugar del otro, lo que él va a
siquiera lo puedo incorporar en una comprensión llamar ser rehén del otro, como en el capítulo 53 de
conceptual del tiempo; porque el pasado que fue Isaías, que es uno de los párrafos en los cuales se
presente “cuando yo era chica, iba al colegio, miro basa el cristianismo en el sentido de la llegada del
la foto”, es un contenido de mi memoria, de mi Mesías como aquel que carga sobre sí los pecados
conciencia, hace recuerdo: ahí aparece la famosa de todos. Ser yo significa entonces no poder sustra-
anamnesis o reminiscencia platónica. El pasado erse a la responsabilidad. Recordemos que “yo”
que nunca fue presente es huella y ausencia es lo para Kant es función de síntesis, para Levinas es
que ejemplifica ese capítulo 33 de Éxodo, es ese ser responsable para con el otro. Entre la función
paso de Dios que no puede ser visto, tocado, apre- de síntesis que implica un yo situado en la inma-
hendido, porque se lo ve ya habiendo pasado. Lo nencia en el concepto y el conocimiento y un yo de
único que hay de ese paso es una huella, ni siquiera una responsabilidad indelegable, hay en ciertos
un recuerdo, por eso no es lo mismo marca que aspectos un abismo y en otros no. Tengamos en
huella. No es lo mismo huella mnémica que hue- cuenta una situación epocal, Kant escribe en el sur-
lla, en términos levinasianos. No es lo mismo hue- gimiento de las ciencias del conocimiento científi-
lla en un pensador que en otro. Huella quiere decir co, Levinas escribe bajo el tremendo cimbronazo
algo que me saca de mí, que me lleva a otra cosa del nazismo. El yo no es el mismo, el yo se define
diferente de mi mismidad, ese otro, eso que llama- epocalmente. Hay que situar cada pensamiento y
mos alteridad. Si hacemos concepto de la alteridad, cada red conceptual de cada pensador en el contex-
entonces estamos en lo mismo. La alteridad es to histórico. Este es un yo ético. Yo significa no
mercurial, cada vez que me acerco se corre, no poder sustraerse a la responsabilidad, por eso la
puedo incorporarla a mis categorías conceptuales, responsabilidad es anterior a la libertad. No es que
sólo puedo bordearla. Se trata de lo insimbolizable yo soy libre para decidir si me hago responsable o
del otro, de lo irrepresentable; si lo puedo re-pre- no: la responsabilidad es un llamado, la responsa-
sentar, en vez de ausencia se convierte en una pre- bilidad me toma, me agarra. Este aumento del ser,
sencia, se reduplica la presencia; por eso el rostro quiere decir el yo como posición, es responsabili-
del otro, dice Levinas, no es una cara: el rostro del dad indelegable y por lo tanto se agranda. Este
otro es huella de ausencia, es incognoscible. Y mi aumento del ser, esa exageración que se llama ser
relación con el otro no consiste en el conocimiento yo –porque ya no es un yo encerrado en sí mismo

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Diana Sperling Dossier: Los unos y los otros

sino que es un yo que abunda en la responsabili- fluir. Permanece el modelo parmenidiano del ser
dad, se sale de sí, se excede–, esa emergencia de la como algo quieto, completo, cerrado en sí mismo;
ipseidad en el ser se realiza con una turgencia de volvemos a la inmanencia. Entonces dice: el proce-
la responsabilidad, con toda la carga erótica; es el so de individuación que da por resultado individuos
aumento del miembro viril o de los pezones con el en realidad no se detiene nunca, no es que se termi-
deseo, es turgencia provocada por algo otro. La na el proceso cuando está formado el individuo,
puesta en cuestión del yo es puesta en cuestión porque eso implicaría parar el tiempo; ese proceso
porque excede su límite; lo que rompe el límite, lo de individuación es permanente. Porque el proceso
que agujerea esa esfera de contención, es una de individuación es el desdoblamiento y desfasaje
puesta en cuestión y al mismo tiempo es una exce- permanente al interior del individuo. Las células se
dencia, las dos cosas, falta y excedencia al mismo forman por división. Quiere decir que lo múltiple es
tiempo. No son términos que se opongan. Dice: inherente al individuo. Lo cual es una paradoja por-
“la puesta en cuestión del yo por el otro me hace que individuo quiere decir indiviso, uno consigo
solidario con el otro, de una manera incomparable mismo, un uno entero. Como si dijéramos un uno
y única; no solidario como la materia solidaria con simple. No, es un uno complejo. De manera que el
el bloque del que forma parte, como un órgano proceso de individuación que es permanente, es un
solidario con el organismo en el que funciona; fluir de la vida, podríamos decir, tiene momentos,
aquí la solidaridad es responsabilidad, como si etapas, que no son un fin, sino el cumplimiento de
todo el edificio de la creación se mantuviera sobre un cierto momento del proceso. Entonces dice
mis espaldas”. La unicidad del yo es el hecho de Simondon: “cada uno de esos momentos es un equi-
que nadie puede responder en mi lugar, a eso librio meta estable, está en tránsito; pero se lo puede
Levinas lo llama responsabilidad como principio capturar momentáneamente y decir, éste es el esta-
de individuación. do de situación”. Lo cual no quiere decir que se haya
Gilbert Simondon, físico y filósofo francés, un convertido en una sustancia consistente, quieta, fija.
pensador muy original, en su libro La individuación Y agrega: “la identidad es sólo un momento de la
dice que generalmente los pensadores y los científi- individuación, el proceso sigue”. Nada ni nadie en el
cos han tratado de entender el proceso de individua- terreno de la vida humana es igual a sí mismo, sino
ción a partir del individuo y él propone que tiene salvo en pequeños y fugaces instantes en que uno
que ser al revés: entender el individuo como resul- puede reconocerse en algo para inmediatamente vol-
tado del proceso de individuación. Dice que los ver a desconocerse. La identidad es ilusoria. Es nece-
antiguos pensaban en términos de oposiciones; por sario crearla (y creerla), pero no es un estado real, no
ejemplo, materia y forma, estabilidad e inestabili- es el ser del ente. Individuación quiere decir separa-
dad, movimiento y reposo. Y no tenían la posibili- ción, discriminación de un todo pegajoso. Ahora
dad que da la ciencia moderna de pensar lo que se bien, Simondon agrega: “si nosotros pensamos,
llama el equilibrio metaestable. Un equilibrio meta- como pensaba Aristóteles, la individuación como la
estable no es ni estable ni inestable en el sentido forma que se imprime sobre la materia amorfa, hay
tradicional. Y dice que se ha pensado así, en estas un problema”. Porque en ese caso, “materia y forma
categorías de oposición tan rígidas porque siempre ya están individuados, ya son dos conceptos comple-
se ha pensado el ser como sustancia, como algo tos, terminados, y es al revés; la individuación no
consistente. Si se piensa al ser como sustancia, se consiste en cosas preformadas o prefiguradas, sino
piensa en términos de oposiciones: o está en movi- que consiste en una relación que va dándole a cada
miento o está en reposo. Lo que no se piensa es el uno de los elementos un carácter particular en los

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Dossier: Los unos y los otros Diana Sperling

distintos momentos del proceso”. Para decirlo de bíblico, (ese otro inapropiable, irrepresentable, eso
otro modo, los elementos que intervienen en el pro- es Dios; vamos a ponerle el nombre Dios a todo
ceso de individuación no preexisten al proceso, sino eso), otro que lo llama a Adán para que responda, es
que son conformados por el mismo proceso y por la decir, Adán se entera de que él es un Yo cuando es
relación entre ellos. llamado, cuando es nombrado como Tú. La expre-
El yo, este yo levinasiano, no preexiste al llama- sión en hebreo Aieka, ¿dónde estás?, es un vocativo,
do del otro, por eso la responsabilidad es principio es una de las funciones del lenguaje según la teoría
de individuación. Es esa convocatoria, ese llamado, de la comunicación, es decir, Tú. El imperativo es
el que me hace a mí salir de la nada amorfa, posi- un vocativo, se conjuga en segunda persona. Esa
cionarme frente a ese otro, del cual recibo pasiva- segunda persona, paradójicamente, es un Yo, quiere
mente el llamado; pero al posicionarme, estoy en decir que ya está desdoblado, ya es otro, porque
condiciones de realizar el acto. Cuando Sartre dice debe su posibilidad de aparecer a otro que lo llama,
“libertad es hacer con lo que hicieron de uno”, tam- está debido (en deuda con) a otro. Eso es el manda-
bién está diciendo: hay una instancia de pasividad miento para Levinas, y cuando Kant habla de impe-
y un hacer ¿Por qué se habla del trauma del naci- rativo no es casual que use ese modo. El imperativo
miento? Es algo que se recibe pasivamente, yo no se conjuga en segunda persona, “actúa de tal modo
lo busqué, yo no lo pedí, yo no lo creé, soy recepto- que puedas elevar tu máxima a ley universal”, dice
ra de algo que viene de otro. Sin embargo, con eso el imperativo categórico: actúa tú, singular; ese sin-
tengo que hacer. Esto no significa que la pasividad gularizar es principio de individuación.
se termina, significa que esta tensión entre lo pasi- Ese otro que me llama, me llama desde, podría-
vo y lo activo es inherente a la vida misma, igual mos decir, un no lugar. No me llama desde ahí para
que en el proceso de individuación. que yo vaya ahí. Por eso no es un “ser ahí”. Ni siquie-
Ahora bien, esa convocatoria del otro, que me ra es un ser. Ese otro que me llama, lo único que hace
exige a mí responder a su llamado, que me posicio- es darme un lugar, proponerme un lugar que yo tengo
na frente a ese otro de un modo indelegable que no que ocupar, siempre impropiamente. Quiere decir,
permite escapatoria, sin embargo, puede ser ignora- no apropiándome del lugar porque ningún lugar será
da por el sujeto. Ahí entramos en las definiciones de mío. Como dice Levinas, cuando cuestiona la noción
la ética: responder, no responder, cómo responder. de “ser ahí” de Heidegger: ¿quién te dice que ese ahí
El llamado del otro que me saca a mí del anonima- no estaba ocupado por otro? ¿Quién te dijo que no
to, muestra que lo que Buber llamó Yo-Tú, no es expulsaste o echaste a otro para ocupar vos ese lugar?
una estructura de un Yo que se dirige a un Tú, sino ¿De qué ahí se trata? Volvemos a la noción de autoc-
Tú es lo que ese otro me dice a mí. Yo soy Tú en el tonía. Como si un pedazo de tierra me perteneciera
sentido de que la primera experiencia, es decir, por derecho natural. No, no me pertenece nada.
experiencia ética y por eso es filosofía primera, es la Estoy arrojado al desamparo y a la intemperie del no
experiencia de la alteridad. Otro me llama: los lugar, que sin embargo exige que yo ocupe un lugar
padres ponen el nombre al niño, llamar es convocar responsablemente. Ese lugar es el de responder por el
y es nombrar. Si soy llamado por otro, soy Tú para otro. No es un lugar físico. Es un lugar ético. Por eso
ese otro, quiere decir que yo me veo a mí mismo o es una posición.
a mí misma en ese lugar de ser llamado. Este es el La idea de que hay algún otro del cual proviene
sentido que encuentra Rosenzweig (y que Levinas la vida, el lenguaje, la ley; la idea de que efectiva-
retoma) en el llamado de Dios a Adán. ¿Dónde mente hay algo más allá, por encima, algo de lo que
estás? Cuando Dios lo llama a Adán en el texto yo vengo, eso es una deuda. Caín hace un sacrificio:

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Diana Sperling Dossier: Los unos y los otros

sacrificar es devolver algo o negociar con esa poten- Levinas dice: “el nazismo saca a relucir senti-
cia a la cual se experimenta como dadora de vida. mientos elementales, pero aún los sentimientos
Esto está en todas las culturas, en todos los mitos. elementales implican una filosofía”. No es la bar-
Quiere decir que –Freud lo sabía– es inherente al barie contra la razón. La razón no deja de contener
pensamiento humano. La sensación de que hay núcleos horroríficos, mortíferos ¿Cuál es la filoso-
otro al cual le debo. Sin esto, no hay cultura. fía entrañada, implicada en ese espanto que ha sido
Entonces, Abel decide hacer también un sacrificio. el nazismo? La filosofía del ser, la ontología. La
Dios no le habla a Abel. La palabra Abel en hebreo ontología es este pensamiento de la totalidad que
es hebel. Hebel quiere decir lo que se disipa, el aire, excluye de sí toda exterioridad, toda alteridad. El
como evanescente, hebel habalim (vanidad de eurocentrismo, del cual Hegel es el ejemplar más
vanidades) es en hebreo, lo vano, lo que desaparece, elocuente, dice: o sos como yo o no existís. El ser y
como la bruma que se disipa al amanecer, eso es la nada, el ser y el no ser. Porque el ser es concebi-
Abel. Caín es llamado, es convocado. Como dice do como sustancia, como algo autoconsistente que
Freud, nosotros somos descendientes de Caín, no todo lo engloba y todo lo abarca. Esa es la ontología
de Abel. Somos descendientes del que quedó vivo, como pensamiento dominante de Occidente. Lo
el otro hermano es sin descendencia. Por eso dice extranjero al ser cae en el infierno del no ser y, o no
el texto bíblico: “las sangres de tu hermano claman es o lo hago no ser, lo elimino.
a mí desde la tierra”, en plural; todos los descen- La evasión de Levinas es un intento de encon-
dientes que pudo haber tenido te van a seguir acu- trar una salida a esta totalidad pegajosa, a esta masa
sando eternamente, son los otros que no pudieron informe del ser, a esto que, en obras posteriores,
advenir por tu crimen. Tu crimen no es para con Levinas va a llamar “el hay”. Heidegger, que tam-
Abel, es para toda su descendencia. bién está preocupado por la cuestión del ser, dice:
Caín es el humano que tiene impulsos asesi- todo el pensamiento occidental se ha tramitado
nos, que está marcado por la alteridad, que es un como un olvido del ser, se ha puesto al ente en lugar
exiliado y un extranjero perpetuo y sin embargo es del ser. Ente sería lo-que-es; cualquier cosa que es,
el primer fundador de ciudades. La primera cuidad es un ente. Lo que hace Heidegger es traer, como
la funda Caín en la Biblia. Es un errante, pero a la gran innovación, lo que él llama la diferencia onto-
vez se sedentariza temporariamente, quiere decir lógica. El dice: “el pensamiento, desde los albores
que la extranjería o lo exílico es la condición huma- del pensar griego, se transformó en ciencia. La cien-
na, no es una condición geográfica. cia trata con entes, con las cosas, las cosas que son.
El comienzo de la cultura está ligado a Caín. Lo que ha olvidado la ciencia es que lo que hace que
Entre hermano y asesino hay un vínculo inextrica- los entes sean es algo que no es un ente. No “el” ser,
ble, esta es la primera fraternidad. Los primeros porque ya cuando le pongo un artículo lo estoy enti-
hermanos que aparecen en la Biblia son Caín y ficando, sino “ser”, el valor verbal de la palabra ser”.
Abel y es el primer asesinato, lo cual nos lleva a Ese ser es aquello que hace que las cosas sean, es
considerar el famoso narcisismo de las pequeñas una cuestión gramatical. Ahora bien, dice
diferencias, muestra la problematicidad del vínculo Heidegger, “las cosas que son aparecen en el hori-
con el otro. Mi prójimo es mi enemigo; mi prójimo zonte del ser, dado que todas las cosas que son, son
está expuesto a mi impulso asesino, por eso la res- dentro de ese horizonte del ser”. La característica
ponsabilidad. Yo lo puedo matar, si no no existiría peculiar de este ser que somos los humanos es que
el mandamiento “no asesinarás”. Si yo no pudiera somos los únicos que sabemos de nuestro ser, sólo
asesinar, como podemos todos, ¿para qué la ley? los seres humanos tenemos idea, tenemos concien-

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Dossier: Los unos y los otros Diana Sperling

cia, estamos anoticiados de que somos. Una piedra “de otro modo que ser”, propone Levinas. Si el ser
no sabe que es, por lo tanto de algún modo no es. es aquello que aspira a la totalidad, a la fijeza, al
Entonces dice Heidegger: “el existente es el ser al arraigo y a la posesión –recuerden que las categorías
cual le va su ser, le incumbe su ser, tiene que ver del nazismo son, míticamente, “sangre y suelo”–, si
con su ser. El modo de ser del existente es este de el ser es aquello que me deja pegado a la naturaleza,
estar incumbido, concernido por el ser”. Levinas a la necesidad de la ley natural, es decir, a ese tiem-
dice: “aplaudo a Heidegger que ha dado un paso al po cíclico del mito, donde no hay ninguna posibili-
dirigir su mirada hacia algo más allá del ente, hay dad de ejercer una voluntad libre; diríamos en tér-
una cierta trascendencia en este más allá del ente, minos kantianos, porque ya todo está prefigurado y
pero se queda corto Heidegger, porque si seguimos preestablecido, ese es el tiempo mítico, que es un
pensando dentro del horizonte del ser, no estamos tiempo de la naturaleza. La situación ética del suje-
muy lejos del pensamiento hegeliano y del pameni- to humano exige despegarse, desprenderse de esa
diano”. Si el ser abarca la totalidad del ente, aquello naturaleza pegajosa y devoradora. Por eso en un
que no se condice o que no se conjuga con el ser, no momento Legendre, en su texto sobre el padre, dice:
es, no existe, lo eliminamos. ¿Desde dónde dice “las instituciones son los modos que hemos encon-
Levinas esto y por qué su última obra se llama De trado para separar al humano de su madre”, su
otro modo que ser? No dice: “ser de otro modo”, madre en un sentido simbólico. Este hiato, de
sino: no por la vía del ser. ¿Por qué lo dice? Porque nuevo volvemos al hiato, ¿por qué? Porque estamos
en hebreo no hay verbo “ser” (conjugado en presen- en el hiato. Entonces, si estamos en el hiato, es por-
te), el judaísmo no es un pensamiento del ser, no que no pertenecemos realmente a ese reino de lo
hay ontología, por eso no hay teología y eso no sig- natural, a veces nos lo hemos creído, eso es el mito.
nifica que sea inexistente. Levinas introduce la El mito ilusiona con estar en el origen. El hiato nos
extranjería de una lengua otra en el pensamiento muestra que ya estamos definitivamente en otro
griego. Esto es lo que hace Levinas para mostrar que lugar porque el origen está perdido, eso son las
hay otro principio de inteligibilidad que no pasa segundas tablas (de la Ley). El origen está perdido
necesariamente por el ser y por el horizonte dibuja- definitivamente, de una vez y para siempre porque
do por el ser, ese claro de luz del que habla nunca lo hubo, es una construcción. Si el origen
Heidegger, donde las cosas se muestran a mi mira- está perdido, esa sustracción del origen implica
da. No, dice Levinas, hay algo que escapa a mi mira- paradójicamente que no es que se retiró hacia algún
da, que escapa a mi entendimiento, y ese algo es la lugar ubicable, sino que es la retirada de aquello que
alteridad y eso es la trascendencia. Ahora bien, esa nunca estuvo, eso es lo que me llama, eso es “La
trascendencia es aquello que se me sustrae en su huella del otro” en Levinas. Y agrego, esta es una
propia excedencia, porque si fuera solamente una idea que está fuertemente en la cábala, que refor-
sustracción, no tendría noticias; pero aquello que se mula algo del gnosticismo. La cábala inventa una
me sustrae vuelve en la huella. Aquello que se me figura fantástica que es el tzim tzum, que es la
sustrae produce efectos en su excedencia, se me retracción de Dios. Una corriente de la Cábala dice:
sustrae a la posibilidad de aprehenderlo, de poseer- el tzim tzum es un Dios que se contrae, se sustrae,
lo, pero no me es completamente ajeno. se retira, se reduce a su mínima expresión para
Entonces la alteridad, pensada como inaprensi- crear el mundo, para dar lugar a lo otro de sí. Esta
ble, es la única vía de evasión del pegoteo del ser. Si figura del tzim tzum es una lectura del comienzo
el ser y el pensamiento del ser han dado por resul- del texto bíblico que empieza con la segunda letra
tado el nazismo, mejor que empecemos a pensar del alfabeto, con la bet. ¿Dónde está esa aleph que

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Diana Sperling Dossier: Los unos y los otros

sería el origen? Porque si empezamos desde el prin- do, Burkert dice que la primera experiencia del ani-
cipio tendría que estar el origen; pero no está. Que mal humano es el temor al depredador. Esto es una
no esté la aleph, tiene el mismo valor que las segun- huella, digamos, de la vida animal. El sacrificio
das tablas y tiene el mismo valor que el hecho de sería para él una de las maneras de apaciguar, de
que el Talmud empieza con la página 2. “No hay negociar con ese otro que amenaza (potencia divi-
origen” quiere decir: nunca hemos sido completos, na, tótem, etc.). El problema es que cuando el otro
ni inmortales, ni coincidentes con nosotros mis- no se sustrae, está demasiado cerca, es lo siniestro.
mos, sino que estamos ya en el terreno de algo que Heidegger toma esta idea y habla de la angustia del
se nos escapa, estamos arrojados a la existencia, a la roce del otro.
vida, y eso es precisamente lo que hace que el fun- Volvemos a la idea levinasiana de la evasión y
damento sea la falta de fundamento. a la idea de individuación, aquello que permite y
obliga a separarse, aquello que extrae al humano,
IV por ahora, de esa masa amorfa del pegoteo. A este
El “tú” es el llamado del otro y recién a partir de ese pegoteo los griegos lo llamaban apeiron, que viene
llamado el “yo” adviene. Recién después puedo de la palabra peras, que quiere decir límite, borde.
reconocerme como un “yo”. Esto es Levinas y es Lo apeiron, según Anaximandro, es lo sin límite, lo
Rosenzweig, es el modo de aparición de alguien que indeterminado, lo que no tiene ninguna definición.
se reconoce como puesto: la posición de ese yo es el La famosa sentencia de Anaximandro, tan analiza-
resultado o el efecto de un llamado. Dijimos: la pri- da por Heidegger, uno de los decires primeros del
mera experiencia es el otro. Entonces, si el sujeto se pensamiento filosófico, dice literalmente así: “…
constituye a partir de un llamado, es decir, primero allí, de donde todas las cosas vienen, y a la que
como pasivo y luego con eso puede hacer otras todas retornan, pagándose unas a otras sus culpas
cosas, eso es a lo que Levinas llama la ética como según el orden del tiempo”. Se le pueden dar
filosofía primera. Quiere decir, es estar frente a otro muchísimas interpretaciones porque es sumamen-
ya posicionado en una obligación, en un deberse al te enigmático. Nietzsche interpreta esto diciendo
otro. La relación al otro es anterior al conocimiento. que la vida es el horror a la individuación y eso es
La relación de deuda, de responsabilidad, de obliga- la tragedia. La tragedia sería una puesta en escena
ción, de estar debido a un otro, es primera en la de ese horror, de lo que significa separarse de lo
constitución del yo, del sujeto. Para Levinas es pri- uno, ese uno todo, completo, sin falla y sin falta.
mera en la constitución de la conciencia, no es la Salirse de lo uno es por un lado posibilidad de vida,
conciencia en el sentido psicológico. Es conciencia pero al mismo tiempo es tener que arreglárselas
en el sentido de aquello que caracteriza al humano solo. Nos arroja a esa intemperie de la que habla
como tal, es una conciencia responsable. Pero que Heidegger con el ser ahí, el ser arrojado, que impli-
se forma como conciencia a partir de ese llamado ca la soledad subjetiva. La individuación implica la
del otro. Ese otro, al mismo tiempo que llama, se pérdida del paraíso. Mircea Eliade dice que todas
sustrae. Si se quedara parado ahí, se convertiría en las culturas tienen algún mito con respecto a la
objeto para esa conciencia una vez ya conformada. pérdida del paraíso. La pérdida del paraíso es, efec-
Hay un autor que se llama Walter Burkert, es tivamente, la individuación. Y la individuación es
un historiador de la religión. Se ha ocupado mucho la salida de la naturaleza o del útero o del vientre
del tema del sacrificio en Grecia especialmente. Se materno o de ese pegoteo.
sitúa a sí mismo como un pensador de la huella de Si el otro es amenazante, si el otro me roza
la biología en la cultura. En La creación de lo sagra- como lo siniestro, estoy permanentemente a punto

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Dossier: Los unos y los otros Diana Sperling

de caer de nuevo en ese pegoteo informe del “hay” ligadura simultáneamente, es separar al hijo de sí
de Levinas. ¿Qué es lo que hace que efectivamente mismo, separar al hijo de la ambición del padre de
se pueda producir y sostener la separación? ¿Qué es tragárselo, de eliminarlo, porque el hijo presentifica
lo que hace que efectivamente haya sustracción, su propia muerte. Entonces, en todos los casos,
que yo sea llamado desde un lugar otro? Ese lugar alguien tiene que venir a separar. Esa es la imagen
otro, que hace agujero y que de algún modo llama del ángel con las espadas de fuego a la entrada del
desde ahí, que no es aprehensible, que no es repre- paraíso. Cuando son expulsados Adán y Eva, Dios
sentable, pero que sin embargo produce el efecto de dice: acá no se vuelve, y pone al ángel con la espada
la individuación, bajo el modo de la responsabili- de fuego que gira para cerrar el paso de vuelta a ese
dad ¿Qué es lo que hace que esto sea posible? Le lugar, eso se llama prohibición del incesto. La pri-
voy a poner un nombre: se llama ley. En principio, mera discriminación del otro es la prohibición del
ley simbólica. Vamos a llamar ley, por ahora, a lo incesto.
que produce separación, discriminación, y por lo La responsabilidad es eso que reclama Dios de
tanto, cultura. Adán, cuando le dice: ¿dónde estás? Y el hombre le
En La fábrica del hombre occidental Legendre dice: “fue ella, yo no fui”, esa es la no responsabili-
dice: “La humanidad, en Occidente y en todas par- zación. Toda la Torá es el intento de reparar esa res-
tes, siempre supo de esa extraña ley de la especie, puesta negativa. Hasta que llega Abraham, cuando
ley de la imagen que hace vivir la vida, la imagen del frente a la pregunta de Dios (y este es el análisis de
Padre. El animal humano aprende esa ley del Padre Rosenzweig seguido por Levinas), cuando Dios lo
a través de la palabra; ella le dice que, para vivir, él llama a Abraham, Abraham contesta “heme aquí”,
debe morir a algo; le dice que él debe: pero, ¿cómo acá estoy; eso es la responsabilidad, acudir al llama-
decirle lo que él debe? Para que el hombre no muera do de ese otro del cual yo no me puedo apropiar, lo
por quedarse pegado a su madre, a la imagen de su cual no quita que yo no le pueda discutir, pero lo
madre, o, lo que es igual, pegado a sí mismo, las primero es acudir y decir acá estoy. El sujeto se
sociedades levantaron los edificios de la Verdad, los constituye en el momento de decir “heme aquí”, no
monumentos de los textos escritos o de las palabras antes y no por el conocimiento; esto es previo a
transmitidas que separan al hombre de sí mismo, todo conocimiento, el conocimiento viene después.
que lo hieren, que lo marcan al fuego de los mitos, Levinas analiza esa institución extraordinaria-
de las religiones, de la poesía trágica con que se mente compleja que se llama Iom Kipur, lo que tra-
rodea la prohibición de matar. La humanización del dicionalmente se traduce como el Día del perdón,
hombre es eso: el andamiaje que construye la ima- pero que en realidad es “día de la expiación”. Hay
gen del Padre.” La imagen del padre es la ley. La ley un texto maravilloso de Theodor Reik: El ritual,
es lo que permite salirse de lo indiscriminado, per- donde él analiza el “Kol Nidré”, que es la melodía
mite que haya otro con el cual establecer algún tipo con la que comienza el Iom Kipur. Kol Nidré quiere
de relación que no implique el asesinato (real, pero decir “todos los votos”, todos los votos que yo hice,
sí simbólico), que no sea Caín y Abel. A Caín y Abel que queden anulados en este día. La tradición dice
alguien los tiene que separar, eso es lo que faltó. que en Kol Nidré se pide perdón o se expían las fal-
Legendre hace una hermosa interpretación del epi- tas cometidas en dos sentidos: las faltas para con
sodio de Abraham e Isaac, la famosa akedah, y no Dios y las faltas para con el otro, con mi otro
como se lo nombra habitualmente, “el sacrificio” humano. O sea, adam lamacom y adam lejaveró.
(akedah en hebreo quiere decir ligadura). La ligadu- Lamacom quiere decir: el hombre hacia el lugar.
ra de Isaac, que es la ligadura a la ley, ligadura y des- Macom (lugar) es uno de los nombres de Dios. Que

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Diana Sperling Dossier: Los unos y los otros

Dios se llame “el lugar” es de máxima importancia. esta división es artificial, es imposible transgredir
Quiere decir que es un tema de posiciones y no de los preceptos llamados religiosos y rituales, sin
sustancia. No hay ninguna sustancia en esto. estar al mismo tiempo afectando mi relación con
El “amarás a tu prójimo como a ti mismo”, que mi prójimo y viceversa. ¿Por qué? Porque en el
está en el libro de Levítico (de ahí lo toma el cris- momento en que yo olvido o desconozco aquello
tianismo), no tiene nada que ver con el sentimien- que la ley me indica (todo ritual en el judaísmo es
to “amoroso”. En el texto bíblico no hay amor exclusivamente un recordatorio de la ley), si yo
como sentimiento; hay amor como justicia, lo que olvido lo que la ley me indica y supongo que eso
se le debe al otro. Puesta en su contexto, esa frase solamente afecta mi relación con Dios, estoy equi-
quiere decir: con el otro tenés que ser justo, cuida- vocado, porque estoy minando la legalidad en la
doso, ecuánime, como querés que lo sean con vos. que se basa, se afecta mi relación con el otro (y esto
Es una ley, no un sentimiento. Si fuera un senti- es Kant). Levinas escribe: “Si Juan presta dinero a
miento, yo lo haría cuando quiero, y cuando no Pablo, y tú has garantizado que el préstamo será
quiero, no. Esto es una obligación. El judaísmo reembolsado, quedas desde luego prisionero de la
como legalidad no tiene que ver con lo que te gusta palabra que has dado. La palabra en su esencia ori-
o lo que no te gusta, con lo que sentís o lo que no ginal es un compromiso por nuestro prójimo delan-
sentís (tiene el mismo carácter que el imperativo te de un tercero, acto por excelencia, institución de
categórico kantiano). Por eso, el pasaje al cristia- la sociedad (volvemos a Legendre, lo que separa: un
nismo, de algún modo, es el debilitamiento de la tercero, la ley). La función original de la palabra no
ley para poner a la fe en su lugar. Es una especie de consiste en designar un objeto para entrar en
interiorización o privatización del mandamiento. comunicación con otro, en un juego que carece de
El Judaísmo es una preceptiva. Preceptiva quiere mayores consecuencias, sino en asumir respecto de
decir: esto es ley. Tenés que dar el 10% de lo que alguien una responsabilidad ante alguien. Hablar
ganás (el diezmo), te guste o no. Amar al prójimo es empeñar intereses humanos, la responsabilidad
como a ti mismo quiere decir exclusivamente esto. sería la esencia del lenguaje”.
Por eso, la relación con el otro, en Iom Kipur, está El otro sólo es otro, es decir, solo hay alteridad,
mediada por la ley. En esta concepción del amor si en vez de dos somos tres. La pura especularidad
como legalidad, como obligación al otro, indelega- no constituye alteridad, y por lo tanto, no es prin-
ble, inescapable, nos encontramos con Levinas. cipio de individuación y ahí no hay ningún sujeto,
Entonces, el Iom Kipur sería, en este sentido, una hay pegoteo. Eso es la tragedia, la tragedia es el
reparación de las faltas para con el otro y una repa- anoticiamiento de que la especularidad es mortífe-
ración de las faltas para con Dios. Levinas dice: la ra. El pasaje de la venganza a la justicia en todas las
tradición comenta que hay dos tipos de preceptos sociedades antiguas es el pasaje de la especularidad
(hay 613 preceptos en la tradición judía, estableci- a un tercero, a la posibilidad de delegar en otro, que
dos en el Talmud, que regulan la totalidad de la de algún modo garantiza la ecuanimidad, la justi-
vida cotidiana, aunque no todos los intérpretes cia, con todas las fallas que esto pueda tener. El
dicen lo mismo), preceptos para con Dios y para libro Deuteronomio dice: “justicia, justicia perse-
con el prójimo. Los preceptos rituales son para con guirás”, una justicia que nunca se alcanza porque,
Dios, o sea cumplir con la relación a Dios, y los de nuevo, es algo que se sustrae. Ahora bien, si la
preceptos de la vida cotidiana, por ejemplo, no ley es esa alteridad absoluta, inaprensible, inapro-
desear a la mujer del otro; son para con el otro, con piable, que se sustrae pero que al mismo tiempo
mi prójimo. Levinas dice: esta división no vale, me convoca, ese más allá que me vuelve al más

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Dossier: Los unos y los otros Diana Sperling

acá, ¿de qué modo vuelve? Vuelve como interpreta- tar, es decir, fallando. Toda interpretación es fallida
ción, no hay posibilidad de relacionarme con esa porque ninguna interpretación da cuenta de la tota-
alteridad absoluta salvo a través de la interpreta- lidad de la ley; segundas tablas, nuevamente. Las
ción: las segundas tablas, la pérdida del origen. primeras tablas se han roto, ¿por qué se han roto?
“Ante la ley” de Kafka, cuenta: “ante las puertas Para no dejar la ilusión de que hay una ley comple-
de la ley hay un guardián; llega un campesino y pide ta, original, sagrada. La ley está ahí para ser profa-
entrar, se ve que sale alguna luz por la puerta entre- nada. Si la ley no se profana, no opera como ley, no
abierta, como que la ley emana una fuerte lumino- separa y no se yergue como ley, es ese advenir sujeto
sidad de la cual sólo se percibe a través del borde de en el sentido de asumir la tarea de interpretar sin
la puerta; el campesino pide entrar, entonces el garantía. Nadie me garantiza que mi interpretación
guardián le dice: sí, pero no ahora. Bueno, dice el de la ley es la correcta. Volvemos al Kant de la razón
campesino, espero. Se sienta y espera. Al rato le práctica. No puedo conocer la ley como un objeto de
vuelve a preguntar, ¿puedo entrar? Sí, pero no la ciencia, tengo que actuar, y en el acto estoy libra-
ahora. Pasan los días, los meses, los años, el cam- do a mi propia interpretación, por lo tanto eso es la
pesino va envejeciendo. Finalmente el campesino responsabilidad.
está a punto de morir, entonces lo llama al guar- Con Levinas, voy a poner en relación ley y
dián, el guardián se inclina para escuchar lo que el ritual. Levinas recuerda que, según la tradición,
otro dice ya en un susurro, y el campesino le dice: hay dos tipos de trasgresiones: para con el prójimo
tengo una pregunta para hacerte, si la ley es para y para con Dios. El Talmud dice: “las trasgresiones
todos, ¿cómo puede ser que en todos estos años no para con mi prójimo no las perdona Dios, las per-
haya llegado nadie a pedir entrar? Entonces el guar- dona el otro” (yo no puedo pedirle perdón a Dios si
dián le contesta: lo que pasa es que esta puerta era te estafé a vos, me tenés que perdonar vos, pero no
sólo para vos; ahora me voy y la cierro”. Así termi- sin que yo repare o intente reparar dentro de lo
na. ¿Qué enseñanza podemos sacar de esto? posible la ofensa, pero sos vos el dueño de mi per-
Muchas. Vamos a compararlo con Eva: el campesi- dón, Dios no tiene nada que ver con esto).
no podría llamarse Adán, pero no tuvo una Eva que Entonces –dice Levinas–, el problema es que cuan-
lo sacuda y lo empuje a entrar. ¿Qué hace Eva con do yo le pido perdón a Dios, como no hay cura ni
la ley? Se le anima, come para trasgredir y para Papa, ¿cómo sé si Dios me perdona? Lo único que
enterarse de qué es la trasgresión, porque sólo puedo hacer es pararme ahí y hacer y dar lo mejor
entrando a la ley se sabe de la trasgresión, eso es ley de mí para ser perdonado. Quedo a solas con la
simbólica. Si la ley es separación, hay que cruzar esa angustia de no saber si sí o si no, a diferencia del
frontera para enterarse qué es lo que separa. El cam- otro que me dice que sí o que no me perdona.
pesino míticamente, ilusoriamente, (paradójica- Entonces dice: “quizá los males que hay que curar
mente) cree que alguien lo tiene que autorizar para en el interior del alma, sin el auxilio del otro, sean
entrar en la ley y no se da cuenta de que ya está den- precisamente los males más profundos. Quizá
tro de la ley. El campesino supone que la ley lo dice entonces, por lo que hace a nuestras mismas faltas
todo, que él va a entrar ahí y se va a encontrar con sociales, una vez aplacado el prójimo, quede por
una ley completa, perfecta: con un becerro. No se da hacer lo más difícil. Al faltar para con Dios, ¿no
cuenta de que la ley es equívoca por definición, por- habremos minado la conciencia moral como tal?
que está hecha con palabras, la equivocidad del len- Queda por realizar la obra de teshuvá (que significa
guaje contamina la ley, de manera tal que la única “retorno a la ley, al camino”), retorno en el que
manera de entrar a la ley es animándose a interpre- nadie puede ser reemplazado”; justamente como

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Diana Sperling Dossier: Los unos y los otros

no tengo ninguna certeza, nada me calma y me la integridad que nadie puede reconquistar por ella.
tranquiliza, el esfuerzo para obtener ese perdón es Ésta que equivale al perdón de Dios. Esta dialéctica
infinitamente mayor, me compromete de una de lo colectivo y lo íntimo me parece muy impor-
manera extrema. Así, dice: “estar ante Dios equi- tante...” Este texto dice: ‘sin esto no hay perdón’,
valdría a la movilización total de sí. La ofensa a “hasta tal punto es importante en el pensamiento
Dios me destruiría más profundamente que la judío la condición comunitaria de la regeneración
ofensa al otro, porque tomada en sí misma y sepa- interior”. Es la tensión entre estos dos polos ine-
rada de la impiedad que oculta, está en las fuentes liminables de la ética, la interioridad y la alteri-
mismas de mi crueldad, de mi nocividad y de mi dad. Esta relación entre un yo que no se basta a sí
complacencia en mí mismo. Que un mal exija una mismo pero que tiene que soportar la responsabi-
reparación de sí por sí mismo es justamente lo que lidad de resolver por sí mismo. Quiere decir que
mide la profundidad de la lesión” (Primera de las es un sí mismo no para sí mismo. “Quizás –sigue
Cuatro lecturas talmúdicas). Este no es un Dios de Levinas– ofrece ello un indicio general acerca del
la religión: es pura ética. Y sigue: “El esfuerzo que sentido del rito judío y respecto al ritual de la pro-
hace la conciencia moral para reestablecerse como pia moralidad social: de origen comunitario, ley y
conciencia moral, el retorno, es, al mismo tiempo, mandamiento colectivo, el rito no es en absoluto
la relación con Dios y un acontecimiento absoluta- exterior a la conciencia, sino que la condiciona, le
mente interior”. Pero es un acontecimiento inte- permite entrar en sí misma y mantenerse despier-
rior mediado por otro. No es el guardián de “Ante ta, la conserva, prepara su reparación. ¿No habría
la ley”: es un otro con el que, como se me sustrae, que pensar que el sentido de la justicia que vive en
no puedo entrar en relación de confianza, de inti- la conciencia judía, se debe al hecho de que por
midad con él para pedirle o para lograr de él algún siglos han ayunado los judíos en Iom Kipur, han
beneficio. Tengo que soportar el silencio del otro. respetado el shabat y las prohibiciones sobre ali-
Eso es la huella del otro. mentos, han esperado al Mesías y han sentido el
“No habría más profunda interiorización de la amor al prójimo como un deber de piedad?”. Esto
noción de Dios que la que encontramos en la es el peso de lo comunitario, de la presencia abso-
Mishná (la Mishná es la primera parte del lutamente inextinguible de la alteridad, que no
Talmud), cuando afirma que mis faltas para con el sólo no me mina en mi subjetividad, sino que la
Eterno me son perdonadas en el día del perdón. En constituye.
mi más riguroso aislamiento obtengo el perdón. El ritual es una institución, los tribunales son
Pero ahora comprendemos por qué hace falta Iom una institución tanto como el Iom Kipur o como
Kipur para obtener ese perdón. ¿Cómo queréis que cualquier ritual de cualquier religión, de cualquier
una conciencia moral que ha sido alcanzada en su cultura. Pero las instituciones son puestas en esce-
médula, encuentre en ella misma los apoyos nece- na (como la tragedia). Eso es Legendre. La puesta
sarios para comenzar este camino hacia su propia en escena quiere decir la posibilidad de mirarse
interioridad y hacia la soledad? Para conseguir esta afuera. Es un tercero que opera separándome del
intimidad de la liberación, hay que recurrir al orden pegoteo de la mismidad. Me extrae de mí. Esa
objetivo de la comunidad. No soy sin el otro. extraña paradoja entre sustracción y exceso. Soy
Incluso cuando estoy solo. Se necesita un día fijo más que un uno cerrado sobre sí y, al mismo tiem-
del calendario y todo el ceremonial de la solemni- po, soy menos. Eso es la alteridad.
dad del Iom Kipur para que la conciencia moral Levinas dice: “el drama del perdón no implica
dañada pueda alcanzar su intimidad y reconquistar sólo a dos personajes, sino a tres”. Siempre tiene

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Dossier: Los unos y los otros Diana Sperling

que haber un tercero para que haya esta discrimina- esa causalidad por la cual puede ser eficiente; causa
ción, esta separación que permite que haya otro y eficiente, independientemente de extrañas causas
que haya un yo. Si no, es pura simbiosis. Entonces: que la determinen. Así como necesidad natural es
institución, ley, ritual, padre. Agregamos elementos la propiedad de la causalidad de todos los seres irra-
a esta serie y agrego la que es la articuladora y la cionales de ser determinados a la actividad por el
base de todas: lenguaje. En la medida en que somos flujo de causas extrañas”.
seres hablantes, estamos separados. Es decir, arroja- Aristóteles habla de cuatro tipos de causa: causa
dos del paraíso, ese origen perdido. material, causa formal, causa eficiente y causa final.
El lenguaje es el exilio del ser. Para Levinas, la Si hablamos de una mesa, la causa material es la
expresión “morada del ser” es pagana. Michel De madera, la causa formal es la forma mesa, la causa
Certeau dice, cuando analiza el Moisés de Freud, eficiente es el carpintero que pone en obra y hace
en La escritura de la historia, que el lenguaje no es existir la mesa, es decir, que produce la mesa, y la
la morada del ser, sino la salida del ser, del pegoteo. causa final es la idea que tiene el carpintero de
La morada del ser sigue siendo todavía el paraíso, amoblar una casa, el objetivo, etc. Nos vamos a
esa cosa cerrada, idílica. Y no, es la intemperie, el quedar con la causa eficiente. La causa eficiente es
exilio. El analiza el Moisés de Freud en términos de lo que produce el efecto, la obra, el acto. En los
huella. Moisés como un exiliado, lo analiza en base seres racionales, la voluntad es causa eficiente.
a la noción de desplazamiento, de desfasaje, de Esto va de la mano con la libertad, que es la posi-
corrimiento,(Entstellung) y la huella que esto va bilidad de no estar determinado por causas ajenas
dejando. Pero la huella no es para volver al mismo a la voluntad. Libertad significa la posibilidad de no
lugar, sino para seguir yendo. La huella es huella de estar determinado por otras causas ajenas o exte-
huella, un poco a la manera de Derrida. Quiere riores a la voluntad, por ejemplo, la naturaleza. Los
decir: la huella no es lo que nos permite recuperar seres irracionales no tienen ni libertad, ni volun-
una presencia sustancial, sino que es la marca de la tad, están determinados pasivamente. Están deter-
ausencia. Eso es la alteridad. Si el rostro del otro es minados a actuar o a hacer lo que hacen por causas
huella, es la huella de ese otro que se sustrae, no es ajenas a ellos (la genética, etc.). Quiere decir que no
para volver a pararnos ahí y hacer de eso un lugar pueden decidir ni eligir qué hacer ni dejar de hacer.
natural, sino justamente para mostrar que ese Eso es patrimonio de la libertad. La libertad es la
lugar natural se ha ido para siempre. Sería el ori- instancia de la decisión, pero hay instancia de
gen. No me lo puedo apropiar. Por eso es huella. decisión porque hay una causa eficiente llamada
En la Fundamentación de la metafísica de las voluntad. La voluntad es la encargada de realizar
costumbres Kant dice: “El concepto de la libertad un acto libre. La razón práctica no conoce su obje-
es la clave para explicar la autonomía de la volun- to, sino que lo crea. El objeto de la razón práctica
tad”. El complejo problema de la autonomía y la se llama acto libre. Libertad y voluntad son las dos
heteronomía. Levinas es un defensor de la hetero- caras de la misma moneda. La voluntad sólo es
nomía, quiere decir: la ley que viene del otro; Kant causa eficiente porque hay libertad de elegir. Si no,
es un defensor de la autonomía (que no es la ley seríamos seres predeterminados como los seres
que viene de uno). Dice: “voluntad (voluntad y irracionales.
libertad son dos nociones absoluta y totalmente La razón pura especulativa, o sea la ciencia,
inseparables y casi sinónimos para Kant) es una conoce el objeto, lo pone en observación: sabe qué
especie de causalidad de los seres vivos en cuanto color tiene, qué peso, las características, lo pone en
que son racionales. Y libertad sería la propiedad de una taxonomía, dice esto es una monocotiledónea,

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Diana Sperling Dossier: Los unos y los otros

la ciencia se conjuga en modo indicativo: “la célula toria del pensamiento del derecho y de la ética. La
es…”. Es un discurso asertivo. Eso es razón pura causalidad eficiente llamada voluntad pertenece al
especulativa. La razón pura práctica se conjuga en ámbito de lo inteligible. Pero, por otro lado, el
un modo imperativo. El imperativo categórico dice: hombre tiene conciencia de sí como parte también
actúa de tal modo que puedas elevar tu máxima a del mundo sensible. No somos sólo seres inteligi-
ley universal. El modo indicativo de la ciencia es el bles. Estamos a caballo entre lo sensible y lo inteli-
tiempo presente del verbo “ser”: el átomo “es” una gible, entre lo pasivo y lo activo. La sensibilidad es
estructura formada por tal y cual cosa. El imperati- receptiva, pasiva, donde se imprimen los estímu-
vo es un futuro, de modo que por lógica el futuro los, los datos de los sentidos. Yo, como ser sensi-
no lo puedo conocer, lo tengo que crear. Para leer ble, veo y experimento mis propias acciones como
Kant con ojos de Levinas diríamos: la ciencia es el efectos. O sea, soy causa y efecto al mismo tiempo.
terreno de la presencia, del objeto, lo que está pre- No soy uno, soy al menos dos.
sente ante mí, aquello que puedo manipular, pose- Y así son posibles los imperativos categóricos
er, etc. Si hablamos de un otro que se sustrae, de la porque la idea de la libertad (no la libertad todavía;
huella y de la ausencia, acá no hay ciencia. Sería la libertad la tengo que crear yo) hace de mí un
imposible conocer eso que por ahora llamamos, miembro de un mundo inteligible. Si yo no fuera
como Kant, objeto de la razón práctica. Lo único parte más que de este mundo inteligible, todas mis
que nos queda en el terreno de la razón práctica, acciones serían siempre conformes a la autonomía
que se conjuga en imperativo y, por lo tanto, en un de la voluntad. No estaría movida por ninguna otra
futuro, es crear eso para que advenga a la existen- causalidad más que por la voluntad. ¿Para qué
cia. Eso que se crea se llama acto libre o acto, por- necesito un imperativo categórico? La voluntad
que en tanto acto es libre. Es decir, no está deter- actuaría automáticamente de acuerdo a esa inteli-
minado por las leyes naturales, sino por otra causa gibilidad o a esa racionalidad. Sin embargo, no es
eficiente. Lo que hace que ese acto exista (igual que así. Este deber categórico representa una proposi-
lo que hace que la mesa exista es el carpintero, ción sintética a priori, porque sobre mi voluntad,
como causa eficiente) es la voluntad. El acto es cre- afectada por apetitos sensibles, sobreviene además
ación; esto es Kant. Y esto es Levinas: “la paradojal la idea de esa misma voluntad pero perteneciente
conjunción de libertad y mandamiento”. Libertad e al mundo inteligible. Dice: el deber moral es, pues,
imperativo. Soy ordenado desde otro y eso me hace un propio querer necesario, al ser miembro de un
libre. Es paradojal, pero esa es la estructura de la mundo inteligible. Y si es pensado por el hombre
ética. No habría ninguna libertad sin otro. Libertad como un deber es porque se considera, al mismo
es someterse a la ley, dice Kant. ¿Cómo es posible tiempo, como miembro del mundo sensible.
un imperativo categórico? El ser racional se consi- Hablábamos de la ley como separación, la ley como
dera perteneciente al mundo inteligible. Lo cual no posibilitadora de la aparición del otro y, por lo
significa que esto sea todo lo humano. Cuando él tanto, del yo. La ley como separación del pegoteo
dice el ser racional, está diciendo que el hombre es amorfo, del incesto, de la naturaleza, agrego ahora:
un caso del ser racional. No le importa el hombre del mundo de lo sensible en tanto puramente ins-
antropológicamente. Le importa el ser racional tintual. A esto Freud lo llamó renuncia pulsional.
como definición. Y si llama voluntad a su causali- Quiere decir, primero estamos motivados, causa-
dad es porque la considera sólo como una causa efi- dos simultáneamente por dos cosas que provienen
ciente que pertenece a ese mundo inteligible. Esto de ámbitos distintos. Esas dos cosas que provienen
es una definición técnica de gran alcance en la his- de ámbitos distintos las podríamos llamar, por un

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Dossier: Los unos y los otros Diana Sperling

lado, lo patológico, que es lo sensible (patológico señor que tiene el poder es, como describe luego
viene de la palabra “pathos” en griego, que quiere Carl Schmitt, el soberano. El soberano es, dice Carl
decir “padecer”. Es decir, lo pasivo, lo que se pade- Schmitt, el que decide el estado de excepción.
ce, es aquello que recibo pasivamente. Eso es pato- Estado de excepción quiere decir: la ley rige para
logía para Kant, lo sensible). Y, por otro lado, lo todos menos para mí. Yo estoy por encima de la
activo que es la voluntad, la que crea el acto. Estas ley. Eso es el soberano. Contra eso escribe Kant.
dos causalidades se imbrican permanentemente, se Kant sistematiza un pensamiento que podríamos
superponen. No hay una que sea buena y otra que llamar democrático, es decir no monárquico, no
sea mala. No hay una condena a lo sensible en sometido a la voluntad omnímoda de un uno que
Kant. Lo que hay es una separación. La ley separa, se cree, además, descendiente de los dioses, porque
además, lo sensible de lo inteligible porque dice: los monarcas, hasta bastante entrada la época
“en la medida en que somos seres que pertenece- moderna, son divinos, están investidos divinamen-
mos al mundo sensible, tenemos una relación con te (esto es pensamiento mítico). ¿Cómo se hace
la ley en términos de deber”. Quiere decir: la ley del para desarmar este sometimiento, esta “servidum-
mundo inteligible, la ley ética, el imperativo cate- bre voluntaria”?
górico, no manda naturalmente, manda como Kant, como buen iluminista, sostiene: todos los
deber. En la ley natural no hay elección. En la ley seres humanos estamos dotados de razón. Razón
ética sí: yo puedo no cumplirla. Por eso es un quiere decir aquello que separa de la naturaleza, la
deber. Somos estos seres complejos y compuestos. posibilidad de elegir, de conocer. Si el uso de la
Como tenemos todo esto, la ética tiene que basarse razón más importante para Kant es el uso práctico,
exclusivamente en la voluntad como causa eficien- esto nos da una pista para entender qué significa
te. El sentimiento, la sensibilidad, los afectos, no razón para él. Si todos los seres humanos somos
están anulados ni ignorados; simplemente no son seres racionales, podemos tener, en esta razón,
ellos los que deben ser causa eficiente del acto. Esto algún punto que opere de causa eficiente de nues-
es Kant. “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” tros propios actos sin esperar que un soberano nos
no es un sentimiento, es una orden, es un deber. diga qué tenemos que hacer. A eso Kant lo llama
Lo que importa es el acto, no el sentimiento. La autonomía. Pero autonomía no quiere decir que yo
voluntad para Kant no es lo voluntario, es el deber me doy mi propia ley, sino que mi relación con la
regulado por la ley. El sentimiento, los afectos, las ley es autónoma, pero la ley es heterónoma.
pasiones (pasión y pathos son lo mismo) son toma- Recordemos el imperativo categórico: actúa de tal
dos en cuenta por Kant. Pero la distinción pasa por modo... “Actúa”: la ley viene de otro; habla un otro
cuál es la causalidad. No hay una jerarquía valora- a un “tú”: se dirige a mí, en singular y en imperati-
tiva. No hay, como en Descartes, una refutación de vo, me obliga a ser libre. Primera cuestión, ahí hay
lo sensible como desvío del alma. No hay, como en una heteronomía en el corazón mismo de la auto-
Platón, una condena a las pasiones porque me lle- nomía. Segundo punto, “actúa de tal modo que pue-
van por el mal camino o porque me hacen caer en das elevar tu máxima”: la máxima es individual,
el error. No hay una condena moral ni a los senti- cada uno tiene sus máxima de acción en la vida. Por
dos, ni a los afectos, ni a las pasiones. Kant escribe, ejemplo, no pagar nunca el sueldo después del día 5
en la época de la Revolución Francesa. La causa efi- o darle de comer a los chicos de la calle. Las máxi-
ciente de los actos humanos era, hasta ese momen- mas de cada uno son de cada uno. Pero, dice Kant,
to, el monarca, el soberano. Quien manda lo que “a ley universal”. Quiere decir que debe valer para
hay que hacer es el señor que tiene el poder. Ese todos y siempre. La ley, por definición, es universal.

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Diana Sperling Dossier: Los unos y los otros

Es inherente a la definición misma de ley la univer- está del lado de la ley. La ley es heterónoma; la
salidad. Porque si no, caemos en el estado de excep- interpretación es autónoma.
ción y en el nazismo. Leyes absolutamente particu- La interpretación es la responsabilidad del sujeto
lares que se agotan en su aplicación inmediata, no ante la ley. La ley viene del otro, pero yo tengo que
van más allá del decreto del día. Lo que dice la auto- ponerme en relación con ella. Interpretar autónoma-
nomía kantiana es que nadie está por encima de la mente algo que me es hétero, ya forma una estruc-
ley, no hay ningún soberano. tura sumamente compleja. Hay una tensión entre
Aristóteles afirma en su Política: “ni los dioses autonomía y heteronomía que es ineliminable y que
ni los animales tienen ley. El único que necesita ley no puede resolverse en una dialéctica. La dialéctica
es el hombre”. Lo mítico es esta pretensión de estar tiende a la síntesis resolutiva. Acá no hay síntesis
por encima de la ley, de ignorarla o de despreciarla. resolutiva. Esta tensión es lo constitutivo del sujeto,
A nivel de lo humano o de lo cultural, no hay nin- de la cultura y de la relación con la alteridad.
guna sociedad sin ley. Ley, como efecto separador, Heidegger dice que un pensador vale más no por
como un límite puramente formal. “... que puedas lo que piensa sino por lo que da que pensar, es decir,
elevar tu máxima a ley universal”, no nos informa por aquello que no sabe que dice. Entonces, desde
qué dice la ley universal, porque la ley universal, en este punto de vista podemos retomar y discutirle a
contra de lo que piensa el campesino kafkiano, no Levinas su noción de heteronomía, porque no hay
dice nada. Lo único que dice la ley es “no”. Lo único heteronomía pura. Levinas en este punto se equivo-
que dice la ley como pura forma es la prohibición, ca, él tiende a una noción de puridad de heterono-
es decir, la separación. Por lo tanto, la máxima, que mía: la ley viene de otro. Es cierto, pero yo llamo
siempre tiene contenido porque es individual y par- autonomía a lo que él llama responsabilidad, ahí
ticular, nunca puede ser ley universal. Entonces, estoy solo, y yo me hago cargo de esa ley, como
¿qué está diciendo Kant? Kant está diciendo: dado puedo. Por eso soy libre en el deber, soy libre a partir
que es imposible que tu máxima se superponga a la de la orden que no es una orden de sometimiento,
ley universal, (porque la ley universal para que valga hay una diferencia enorme entre mandamiento y
para todos y siempre, tendría que estar expurgada sometimiento. El mandamiento me ubica, me llama
de lo patológico, de lo sensible), dado que eso no es a interpretar. La genialidad quizás, siguiendo a
posible para los humanos, lo único que podemos Levinas, pero también agregando algún matiz a esto,
hacer es tender hacia. Entonces, como no se puede la genialidad de una ley escrita, como la ley bíblica,
pegar la máxima a la ley universal porque la máxi- y retomo acá la noción platónica del texto como
ma siempre va a tener algún contenido sensible, lo huérfano, es que efectivamente el texto es huérfano,
que él llama el interés propio, sólo se puede pensar y esa es su grandeza, no su miseria. Huérfano, dice
esta relación como un deber. La ley viene siempre Platón en Fedro, porque no está el padre para defen-
de otro, la ley es áltera. No podemos despojarnos de derlo y para explicar lo que realmente quiso decir.
esta alteridad, que se llama Dios en el texto bíblico ¿Qué importa lo que quiso decir el padre? (todo
o en Levinas, pero se puede llamar simplemente ley. intérprete, todo lector es un parricida). Por eso Dios
La ley no me pertenece. Yo estoy separada de la ley se ausenta y deja la ley. Esa es la sustracción. Ese es
por un abismo infranqueable y, sin embargo, tiendo el agujero del otro que me remite a él y, al mismo
hacia ella, la ley es la que me da a mí un lugar, la tiempo, me deja haciéndome cargo, sola y como
autonomía conlleva un núcleo absolutamente inex- puedo, de la huella que dejó ese Dios en su retiro.
purgable de heteronomía y viceversa. Porque la Quiere decir que el retiro de Dios, este tzim
autonomía está del lado del sujeto; la heteronomía tzum, es la única manera de poner a circular la ley

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Dossier: Los unos y los otros Diana Sperling

y de hacer advenir al sujeto. No hay manera de dad. No puedo ir a pedirle a Dios ni a ningún papá
acercarse a la ley sino interpretando. Discutamos, garantía. No hay ninguna garantía. Estoy arrojada
pensemos, démosle vuelta. Pero nadie nos va a al otro. Esto es la responsabilidad y esto es la cons-
decir qué es lo que dice la ley. Tenemos la letra: titución del sujeto. Lo único que tenemos es hue-
hagamos lo que podamos con ella. Esto es la alteri- lla. Y la huella es la escritura.

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Pensando al “otro”: en torno a
las ideologías de la alteridad
Teresa Porzecanski*

Un primer problema al pensar este tema es aquello baro”. Hay una cantidad de términos en los docu-
que las ciencias sociales contemporáneas han dado mentos de la Europa del siglo XV al XIX que ilus-
en llamar “el tema del “otro”, el tema de la alteri- tran sobre cómo los hombres han pensado esa
dad, pues la historia de las sociedades humanas se “otredad”.
ha ido tejiendo siempre por encuentros y desen- En una apretada síntesis, puede afirmarse que,
cuentros, enfrentamientos y confrontaciones, con así como, por un lado, hubo posiciones apologéti-
un “otro” o a partir de un “otro”. Éste ha podido ser cas de esa alteridad, como por ejemplo Rousseau o
el indio americano cuando el Descubrimiento y la Montaigne, cuando escribían que en ese “salvajis-
Conquista, ha podido ser el esclavo traído de mo” del “otro” se habrían conservado las maneras
África, ha podido ser aquel pueblo vecino al mío, inocentes e ingenuas del “hombre original”, no
pero diferente en su cultura y en su forma de pen- contaminado aún por lo que después se llamó
sar. En definitiva, “el otro” puede ser cualquier “civilización”; por otra parte, pensadores de la altu-
grupo que nosotros hayamos definido como un ra de Hegel, Voltaire y Buffon, integraron la pers-
“otro”, y que hayamos colocado a cierta distancia, pectiva opuesta, que consideró al hombre america-
en la categoría de “alteridad”. no inferior, lleno de “vicios” y “perversiones”,
Este tema de la alteridad aparece siempre a lo menos inteligente y apto que el hombre europeo
largo de la historia de las sociedades humanas. Si occidental.
analizamos los documentos que aparecen en las En ambos casos, ya sea en la visión del “otro”
bitácoras y los diarios de viaje que acompañaron como descendiente de los infiernos, o en la visión
los viajes de exploración y descubrimiento, vemos del “otro” como perfección y virtud, persiste el pro-
una serie de exageraciones, deformaciones y adjeti- blema del “otro”, de qué hacer con esa “otredad”
vos desmesurados respecto de ese “otro”: aquello del “otro”, cómo colocarla dentro de un sistema de
que se ha considerado “salvaje”, “primitivo” o “bár- categorías que “ordene” la realidad cotidiana.

*Antropóloga (Centro Latinoamericano de Economía Humana, Montevideo, Uruguay).

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Teresa Porzecanski Dossier: Los unos y los otros

Porque el desafío está en legitimar al otro tal como ciones en el siglo XX, algo así como la confirma-
es, como aparece, no como monstruo pero tampo- ción de lo que varios autores han denominado “el
co como un ser idealizado y puesto por encima de mal radical”, un mal que, como se ha dicho, lleva
nosotros. la política a los límites de la ética y la moral.
Esta ambigüedad y contradicción sintetiza lo Los prejuicios sociales pueden describirse como
que han sido tradicionalmente las formas de pen- conjuntos articulados de estereotipos que estable-
sar al “otro”, siempre en base a posiciones bipola- cen categorías y generalizaciones arbitrarias respec-
res dentro de la filosofía que va de los siglos XVI al to de un determinado grupo social, las que intentan
XIX, y la que, andando el tiempo, generó el etno- justificar las distancias sociales y las asimetrías en
centrismo, la discriminación y otras formas especí- la distribución de derechos y privilegios. Los prejui-
ficas de establecer fronteras y límites. Incluso en cios se apoyan en estereotipos elaborados a partir
las perspectivas más idealizadas de ese “otro”, se de una mirada simplificadora y generalizadora
establecieron fronteras muy claras. En este sentido, hacia ciertos grupos o personas. Su subjetividad
han sido tan peligrosas y discriminatorias las idea- colectiva está vinculada a experiencias emocionales
lizaciones como las diabolizaciones de “lo salvaje”. que tienen que ver con la inseguridad, el rechazo,
el miedo y la necesidad de exteriorizar la violencia
Auschwitz: y la agresividad. Los estereotipos que conforman
modelo paradigmático las categorías que componen los prejuicios sociales
La literatura antropológica sobre racismo ha proporcionan expectativas de roles y prescriben de
recurrido a un modelo extremo y paradigmático, el antemano el tipo de relación que el “discriminado”
del antisemitismo, modelo que se ha convertido debe mantener con el resto de la sociedad. La cul-
desde Auschwitz en adelante en el ejemplo más tura contemporánea ofrece múltiples ejemplos de
referido para estudiar las variadas formas de racis- estereotipos ya listos, que se mantienen codifica-
mo que existieron y existen sobre el planeta. Es dos en los repertorios lingüísticos y conceptuales y
tomado como tópico clásico en las temáticas que se transmiten por los procesos de enculturación,
exploran la alteridad, las relaciones con “el diferen- para moldear la interacción social y establecer
te”, las identidades étnicas, religiosas y nacionales, regulaciones. Basta hacer un relevamiento exhaus-
los regímenes totalitarios, los genocidios, el con- tivo de los “dichos” más comunes, los refranes, las
cepto moderno de “barbarie” y las problemáticas frases hechas, los chistes, los sobrenombres y los
relativas a los sistemas de valores, constituyéndose epítetos que utilizamos para referirnos a ciertos
así en un verdadero desafío teórico para las ciencias “otros” en el lenguaje coloquial corriente.
del hombre. Algunos estereotipos definen por ejemplo a los
Lo que ha llamado la atención del racismo indios como sucios y holgazanes, a las mujeres
extremo es la dimensión de sus consecuencias, su como inferiores y a los homosexuales como perver-
persistencia a través de la historia de las sociedades sos. Cuando alguna de estas personas no encaja
humanas y su reformulación y nueva apariencia en particularmente en el esquema, igualmente se la
cada época. Estamos frente a un fenómeno que subsume bajo el rótulo correspondiente como
atraviesa toda la historia del Occidente conocido, “excepción” a la regla, de manera que el panorama
aún en sus variados intentos por configurar y regla- queda siempre simplificado y “ordenado”. Allí están
mentar de manera menos conflictiva las relaciones “ellos” y aquí “nosotros”. Los rótulos elaborados
entre diversos grupos, etnias, naciones, religiones, socialmente operan como categorías ordenadoras y
y que termina siendo, en sus diversas manifesta- distanciadoras que regulan la interacción social.

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Dossier: Los unos y los otros Teresa Porzecanski

Aproximaciones interpretativas categoría que adelanta rasgos esenciales o nuclea-


En algunas hipótesis se ha querido encontrar el res como la única propiedad de un colectivo. Desde
origen de los prejuicios en los procesos de categori- esta perspectiva, cada comunidad se transforma en
zación y generalización que los sujetos construyen un artefacto social, una entidad moldeada, fabrica-
normalmente para “simplificar” el mundo real. La da y movilizada de acuerdo con los guiones cultu-
forma de “pensar el mundo” debe necesariamente rales predominantes en los centros de poder.
establecer “categorías” que agrupen conjuntos de En el análisis de los discursos Nazis que hace
experiencias bajo ciertas clases, de manera que el Baumann,2 encontramos por ejemplo, las categorí-
sujeto, en su vida diaria, pueda producir respuestas as degradatorias del extranjero, del judío, del
sociales más rápidas, automatizadas y habituales. homosexual, del gitano, del comunista, como algo
En otras hipótesis, se ha establecido la cone- perverso que amenaza y contamina el “cuerpo
xión entre aquello que los sujetos odian en sí mis- social” de la nación; la tarea del Estado es vista
mos, y por tanto reprimen, y aquello que odian en como la del que debe deshacerse de una suciedad o
los otros a quienes discriminan. enfermedad que contamina dicho cuerpo social. De
La antropología social ha incursionado en las ahí la idea de “limpieza de sangre”, antes utilizada
transformaciones radicales que presenta la conduc- por la Inquisición, muy vinculada al concepto de
ta individual cuando es influida por la conducta un “orden” impoluto. La base fundante de este tipo
colectiva masiva que opera en las sociedades urba- de construcción deriva de una tipología que vincu-
nas contemporáneas, como por ejemplo se muestra la sangre, raza, enfermedad e infección, marcas
en los estudios de Serge Moscovici. todas de una alteridad vista como patológica y que
B. Bettelheim señala relaciones estrechas entre debe ser expurgada a través de la violencia.
cambio social y prejuicio en situaciones en que la Una tesis bien importante, de tono hobbesiano,
movilidad vertical descendente perturba la tenden- es la de René Girard,3 que sostiene que las socieda-
cia general de la sociedad hacia la tolerancia, pues- des humanas a lo largo de la historia y prehistoria se
to que altera las relaciones internas del grupo pri- han valido de mecanismos socialmente aceptables
mario aumentando la tensión entre sus miembros. para vehiculizar la violencia intestina, ejercida al
E. Goffman describe los procesos de estigmati- interior de la propia sociedad, la que, dejada sin con-
zación ligados a los etiquetajes sociales que deter- troles, provocaría el conflicto permanente y, en defi-
minan la clasificación “desacreditados/desacredita- nitiva, la pura desintegración de la sociedad misma.
bles” y que sirve de base para la creación de identi- Uno de estos mecanismos habría sido inventar un
dades “estigmatizadas”. Los estudios sobre etnici- enemigo común externo, que se conoce bajo el tér-
dad deslizan la idea de que “existe una extendida mino “chivo expiatorio”, sobre el que se depositan
necesidad de tener un enemigo, y esa necesidad las frustraciones y los impulsos sociales agresivos.
prende allí donde la figura del perseguidor puede La emergencia de prejuicios raciales, xenofobia,
ser construida e instrumentalizada políticamente terrorismo o actos de violencia en masa, estimularía
del modo más convincente.” 1 la cohesión del grupo “nosotros” contra un “otro”
En acuerdo con las teorías de W. I. Thomas, inventado como el enemigo común que impedirá los
Peter Berger, Howard Becker y otros, la perspectiva conflictos internos. Las formas de vehiculización de
construccionista de la identidad rechaza cualquier la violencia intragrupal, para Girard,4 han estado

1. Richter, Horst-Eberhard. 1993. “Autocrítica y capacidad de reconciliación. La relación con los extranjeros: un problema para todos, y
en especial para los alemanes después del período nacionalsocialista”. En Aportes del Simposio Reflexiones sobre la xenofobia y el nacio-
nalsocialismo. Instituto Goethe, Montevideo/Comité Central Israelita, Ed. Trilce, Montevideo. pp.29.
2. Baumann, Zygmunt. 2000. Modernity and the Holocaust. Cornell University Press, N.Y.
3 Girard, René. 1972. La violence et le sacré. Grasset, París.

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Teresa Porzecanski Dossier: Los unos y los otros

institucionalizadas hasta la Modernidad por siste- la disolución misma de la víctima como entidad
mas religiosos. Los procesos de secularización han corporal. El cuerpo aceptable era el cuerpo endure-
aflojado, sin embargo, estos sistemas, los que deben cido por su pose militar rígida, el cuerpo masculi-
rehacerse a través de órdenes políticos totalitarios nizado y uniformado del soldado visto como arma-
que den salida a la violencia colectiva sofocada a tra- dura que protegería a los hombres sanos de la ame-
vés de una víctima propiciatoria.5 naza de los otros, contaminantes.
Según Norbert Elías, algo de esta actitud de
Disolviendo al “otro” autocontrol creciente del cuerpo se hace gradual-
Estudiando los archivos de testimonios, un mente presente en la Modernidad: supone “una
sobreviviente de Auschwitz cuya tarea había sido la privatización cada vez más intensa y más comple-
de cavar fosas para llenarlas de cadáveres, relata que ta de todas las funciones corporales, el confina-
los nazis SS prohibían usar la palabra “cadáveres” o miento de éstas en enclaves determinados, su
la palabra “cuerpos”. En su lugar había que usar una reclusión tras las “puerta cerrada de la sociedad”.6
palabra que significaba “muñecos” o “trapos”. Las Ello implica la supresión de ciertas emociones y la
órdenes que daban los Nazis a quienes cavaban las construcción de un adulto “expurgado” de debili-
fosas eran: “mover esos muñecos”, “quitar de allí dades, separado de la enfermedad y la muerte, de
esos trapos”. toda falibilidad. Por esto, para Todorov, los totali-
Los procesos de cosificación de los cuerpos, tarismos funcionan como utopías, como aspira-
junto a los procesos de feminización de las víctimas ción a una perfección absoluta y a un “hombre
(entendidas, en muchos estudios semánticos del nuevo”, ambos, conceptos provenientes de la esfe-
discurso Nazi, como degenerados, inferiores, conta- ra religiosa (la que, dentro de un mundo secular,
minados, débiles) son capitales en la plataforma refiere a formas de religiosidad sin Dios) puesto
ideológica que inspira el racismo como valor colec- que es una de las características del pensamiento
tivo y lo lleva a política de Estado. utópico, que debe anularse la imperfección de lo
El propósito es, en el discurso y en los hechos, diferente y lograrse la trascendencia y el contacto
lograr la disolución del cuerpo de la víctima, o sea con lo absoluto y eterno.

4. Girard, René. 1997. Literarura, mímesis y antropología. Gedisa, Barcelona.


5. Girard, René. 1972. La violence et le sacré. Ëditions Bernard Grasset, París.
6. Elias, N. 1990. La sociedad de los individuos. Ediciones Península, Barcelona, 1990. pp. 228.

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Enfoque antropológico
de las escarificaciones deliberadas
David Le Breton*

La existencia es una cuestión de piel Su confusión viene de su propia historia y/o de


El proceso de separación-individuación, que sus relaciones iniciales con la madre. Un joven está
marca la etapa de la adolescencia, implica una rela- “a flor de piel” sobre todo porque él intenta, a tra-
ción privilegiada con la piel, especialmente la piel vés del pasaje de la adolescencia, “cambiar de piel”.
como un significante de uno mismo, frontera sim- La piel es una puerta entre el mundo y uno
bólica bajo una forma real o simbólica, envoltorio mismo, encierra el cuerpo, establece los límites de
de cuidados, de ternura, de calor, que la madre da sí mismo, marca la frontera entre el adentro y el
al niño y le procura una matriz narcisista y, por afuera de manera viviente, porque la piel es apertu-
consiguiente, una confianza en él que favorece sus ra al mundo, lugar esencial del intercambio con el
relaciones con el mundo exterior. medio ambiente, inscripción de una memoria.
Inversamente, una madre ausente, indiferente, Ella envuelve y encarna la persona diferencián-
poco contenedora, imprevisible, deja vacíos de senti- dola de otras. La piel conserva, como un archivo,
do en el sentimiento y la coherencia de uno mismo. las huellas de la historia individual como un
Ella no le da al niño la confianza suficiente para palimpsesto en donde sólo el individuo es detentor
investir el mundo e inscribirse en él en una recipro- de la llave: rastros de quemaduras, de heridas, de
cidad de relación al otro. Los sufrimientos adoles- operaciones, de vacunas, de fracturas, signos grava-
centes son, a veces, un legado de estas falencias. dos, etc. Tanto es así que marcas hechas delibera-
Estas brechas en el sentimiento de uno mismo, damente son vividas como signos de identidad
esta piel disociada o dañada, pueden venir a veces expuestos sobre uno mismo: tatuajes, piercings,
del no reconocimiento del joven en su familia, de implantes, escarificaciones, burnings…
maltratos, de falta de amor o también de abusos Envoltorio narcisista, ella nos separa del otro,
sexuales de los que pudo haber sido objeto. distingue el yo psíquico del yo corporal. La piel es

* Sociólogo (Universidad de Estrasburgo).

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Dossier: Los unos y los otros David Le Breton

doblemente órgano de contacto. Si bien ella condi- dez o no de la función contenedora. Podemos tener
ciona de entrada la tactilidad, ella modera también la “piel dura” y soportar muchas cosas, gracias a
la calidad de la relación con los otros. En el lenguaje una fuerza particular de resiliencia. Podemos que-
corriente se habla de buen o mal contacto. Nos sen- rer “cambiar de piel” en todos los sentidos de la
timos bien o mal en nuestra piel, una palabra nos palabra. Las marcas corporales son tropiezos iden-
acaricia o nos rasguña. El vocabulario de la tactilidad titarios, maneras de inscribir límites en la piel
nombra la calidad del contacto con los otros (Le misma y no solamente de manera metafórica (Le
Breton, 2006). La piel es el sismógrafo de la historia Breton, 2002b).2 Voluntad de encontrarse con el
personal. Ella es el punto de encuentro del sentido mundo de una manera lúdica, lo más cerca de uno,
en la relación con el mundo. Ella es más que una con su propio cuerpo.
superficie, ella es la profundidad de la auto-represen- Para “salvar nuestro pellejo” (piel), cambiamos
tación, ella encarna la interioridad. Tocándola toca- de piel. Para el adolescente, la búsqueda de uno
mos al sujeto en sentido propio como figurado. mismo pasa a través de la apropiación de su cuer-
Pantalla donde proyectamos una identidad ide- po, percibido en un primer momento como “un
alizada, como en los tatuajes, los piercings o las otro”, en donde él no se reconoce pero a quien está,
innombrables formas de puesta en escena de la al mismo tiempo, fijado.
apariencia que rige nuestras sociedades, ella repre- La adolescencia es una existencia “a flor de
senta una herramienta de regulación de la relación piel” en sentido figurado, pero también real, porque
con el mundo con la disposición del individuo. las fronteras de sentido no están todavía bien esta-
A veces, ella nos encierra en una identidad blecidas. Lugar sensible de la interacción con el
insoportable de la que quisiéramos deshacernos y otro, la piel es una frontera “despellejada viva”,
dan testimonio de esto las heridas corporales deli- porque las fronteras simbólicas entre uno mismo y
beradas. La piel es una instancia de soporte del psi- los otros, entre el mundo interno y la realidad
quismo, es decir, de arraigamiento del sentimiento social, están en profunda metamorfosis.
de sí mismo al interior de una carne que individua- El adolescente se siente enredado dentro de un
liza. Ella ejerce una función de contenedor, al cuerpo que no es el suyo y que le pertenece, pegotea-
amortiguar las tensiones provenientes tanto del do a una “carne rebelde”, que él fracasa, por el
exterior como del interior. Instancia frontera que momento, a integrar como propia. Se siente torpe,
protege de las agresiones exteriores o de las tensio- irrisorio, feo, otro que él mismo, sin lograr elucidar
nes íntimas, ella da al individuo el sentimiento de quién es realmente, asustado por el miedo de no
límites de sentido, que lo autorizan a sentirse apo- poder nunca encontrarse, de nunca poder rellenar el
yado por su existencia o presa del caos y la vulne- vacío de sentido entre él y él mismo. Lugar de regu-
rabilidad. “La piel, escribe D. Anzieu, proporciona lación con el mundo, espacio de reconquista, materia
al aparato psíquico las representaciones constituti- prima para construirse un personaje finalmente pro-
vas del yo y de sus principales funciones”.1 picio; el cuerpo es también un lugar de encierro en sí
A veces, a través de preocupaciones dermatoló- que el joven (mal en su piel), incómodo consigo
gicas, enrojecimientos, palidez, granos, etc., la piel mismo, tiene ganas a veces de arrancar, de romper.
nos habla de las tensiones con los otros. La adolescencia es un campo de batalla de la identi-
La relación con el mundo de toda persona se dad. La piel, que es el lugar visible, es el recurso más
vuelve entonces una “cuestión de piel” y de la soli- inmediato para cambiar su relación con el mundo.

1. Anzieu, 1985: 95.


2. He abordado ampliamente este tema en Signos de identidad. Tatouages, piercings et otras marcas corporales, París, Métailié, 2008
(2002).

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David Le Breton Dossier: Los unos y los otros

Revisando las fronteras, él busca inscribirse en tuaciones del medio. La insuficiencia de su yo, a la
otra dimensión de la realidad. Cambiando su cuer- luz de la angustia vivida, fragiliza sus relaciones
po pretende, antes que nada, cambiar su vida. con el mundo y crea desollados vivos, es decir,
Ofrecida a la apreciación de los demás, soporte desollados de sentido, sin defensa contra las heri-
de la apariencia mostrada a los otros, la piel es das narcicísticas impuestas por los otros o por la
objeto de una reivindicación estética a través de las indiferencia frente a sus esperas. Toda decepción es
marcas corporales socialmente valorizadas como vivida con intensidad, sin distancia.
son el tatuaje o el piercing, pero también, en las Ellos tienen el sentimiento de no ser completa-
generaciones mas jóvenes, a través de los ataques mente reales, de no habitar ni su cuerpo ni su exis-
al cuerpo como son las escarificaciones; la piel tencia.
encarna el lugar sensible de la identidad contempo- Las escarificaciones, como la mayoría de con-
ránea y traduce al mismo tiempo su ambivalencia, ductas de riesgo de los jóvenes, son tentativas de
la frontera ambigua y difícil que hay entre yo y el separación, de diferenciación de sí, ligado a una
otro, que implica una movilización y una preocu- voluntad de independencia por no haber construi-
pación permanente. do la buena distancia con los otros. El incesto o los
La piel está saturada de inconsciente y de cultu- abusos sexuales son otra razón mayor de escarifica-
ra, ella da a conocer la psiquis del sujeto, pero tam- ciones y del rechazo de sí mismos, sentimiento de
bién la parte que él ocupa dentro del vínculo social, estar entorpecido para siempre con un cuerpo
la historia en la que está inmerso. Lo privado y lo sucio, manchado.
público se encuentran en ella. Siempre materia de
sentido, la piel es el punto de contacto con el Recurso al cuerpo
mundo y los otros. Lugar de salvación a través de en situaciones de sufrimiento
una identidad afirmada y fuertemente investida, el Un hombre de unos treinta años consulta por
cuerpo es para otros (o para él mismo) lugar de per- cansancio. El médico le pide desvestirse. Cuando lo
dición, de encierro en sí mismo, del que sólo pode- hace, deja ver sobre el tórax marcas de largas cica-
mos escapar excluyéndolo o eliminándolo, transfor- trices. El médico confundido le pregunta ¿qué es lo
mando la forma, para acceder finalmente a sí. que le pasó?
El cuerpo, y en particular la piel, es el refugio En los días precedentes, él cuenta que tuvo un
para poder aferrarse a la realidad y no hundirse. conflicto con su mujer. Ella, cuenta él, no lo
El desollado vivo se desolla la piel en una espe- entiende. No pudiendo soportar su indiferencia, él
cie de homeopatía. Para retomar el control, él busca agarró un cuchillo, arrancó su camisa y se cortó.
hacerse mal, pero para estar mejor. A veces hay que Haciendo esto le dijo a su mujer: “ves lo que me
sacrificar una parte de nuestro cuerpo para salvar hago, esto no es nada comparado a lo que tú me
algo de sí. Los ataques al cuerpo son en primer lugar haces”. El dolor, la herida, la sangre, encauzan el
ataques contra los significados que se ligan, una exceso de sufrimiento que desborda y aplasta.
voluntad simbólica de volverse otro que uno Frente a la parálisis de toda posibilidad de acción,
mismo. Al igual que las tentativas de suicidio, a el recurso a la lesión restaura una línea de orienta-
otro nivel, ellas son tentativas de deshacerse de una ción, ella devuelve al individuo el sentimiento de
piel que se nos pega a la piel con un sentimiento de su presencia. El hervor de tensiones y de impoten-
sí insoportable, son en realidad tentativas de vivir. cia debe “salir”, y la sangre saliendo de la herida
Sufriendo de un déficit narcisístico, son jóvenes materializa el sufrimiento. La confrontación con la
vulnerables a la mirada de los demás o a las fluc- realidad lo hace de nuevo sentirse vivo, concreto,

174
Dossier: Los unos y los otros David Le Breton

a través de la brutal sensación de existencia que uno mismo, entre el afuera y el adentro, entre la
firma la efracción cutánea. presencia en el mundo y el desencadenamiento de
La imposibilidad de salir de la situación a través afectos. La salvación es toparse con el mundo, en
de la palabra fuerza el paso a través del cuerpo para búsqueda de contención. La herida es testigo de la
descargar la tensión. tentativa de reconstruir el contacto interior-exterior
El ataque al cuerpo está precedido del senti- a través de la manipulación de los límites de sí. Ella
miento de pérdida de sí, de perder toda sustancia es una restauración provisoria de la envoltura nar-
en una especie de hemorragia de sufrimiento. Esta cisista. El ataque psíquico se resuelve sobre una piel
caída al interior de sí evoca una pérdida de control que no es completamente suya, porque el cuerpo no
y de lucidez como si la base del pensamiento se es aceptado por encerrar una existencia no autoriza-
derrumbara, momento de ruptura con la realidad. da, pero al mismo tiempo él es el lugar ineluctable
Ella participa del vértigo que caracteriza todas las de la presencia en el mundo. El alivio es provisorio
conductas de riesgo (Le Breton, 2002b). El rol de y el acto se reproduce para repeler una vez más la
para-excitación de la piel es desbordado por la viru- angustia y así poder soportar. La falta de una rela-
lencia del afecto y la cortadura es la única oposi- ción sólida y de confianza con el mundo exterior
ción al sentimiento de estar en un estado desastro- provoca el ataque contra sí mismo en un tipo de
so. La persona que se corta resiente la “angustia cirugía brutal pero significante, para encontrar lo
primitiva” o la “angustia impensable” descripta por más cerca de sí las señales que faltan. El ataque al
Winnicott. Sin duda, para muchos adolescentes, cuerpo cesa cuando el gusto de vivir se recupera,
las circunstancias que motivan el ataque corporal el individuo queda asustado de su gesto o recurre
son reviviscencias del “temor de un colapso que ya a otras formas de control de sí. Para otros, se vuel-
ha sido vivido”.3 La falta de un medio de conten- ve una manera regular de existir, de tener a raya
ción dentro y fuera de sí lleva a la búsqueda de un las heridas afectivas del cotidiano, en ese caso, se
freno al derrumbe a través de la incisión corporal. vuelve una ceremonia secreta realizada como una
El joven presiente la subida de afecto como una liturgia íntima. En este caso el dolor dura más allá
sofocación. Experimenta una intrusión mortífera, de la adolescencia, la fractura de sí es demasiado
vive un hundimiento del sentido, el despliegue de viva y exige un compromiso para seguir existien-
un afecto que parece que nunca termina, se “arroja do (Le Breton, 2003).
contra su cuerpo” para inscribir un límite sobre su Aunque se produzca sin premeditación, el ata-
piel, frenar el vértigo. Actuando de esta forma, él que al cuerpo tiene siempre un estado de concien-
tiene la impresión de ser nuevamente actor de su cia residual. La persona no se derrumba en cual-
propia existencia. Cortarse es una manera paradóji- quier lado ni de cualquier manera. Hay una (antro-
ca, pero provisoriamente eficaz, de luchar contra el po) lógica del acto, una coherencia, una búsqueda
vértigo tomando la iniciativa de “saltar al vacío”, de calma y no de destrucción personal. La profun-
pero controlando las condiciones. “La primera vez didad de los cortes y a dónde se hacen no son
que me corté, tenía once años, pensaba en mi padre nunca fortuitos. Nunca se hacen sobre el rostro ni
y en la manera en cómo murió. Lo que sentía era sobre los órganos genitales (salvo excepciones que
demasiado fuerte. Entonces me corté. Mi madre tra- son muy graves). La vista ejerce un efecto de con-
taba a veces de impedírmelo, pero realmente me trol del acto. Pero sobre todo materializa el sufri-
aliviaba. No sé por qué” (Carole, 19 años). Cuando miento en forma de herida y sangre. La impresión
el sufrimiento ahoga, se borran los límites entre de la mirada aumenta el efecto de las sensaciones y

3. Winnicott, 1975 : 38-39.

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David Le Breton Dossier: Los unos y los otros

agrega eficacia al alivio experimentado. Son cortes de haber pagado la deuda de un momento. La sangre
que dejan más o menos huellas cutáneas, salvo en no es cualquier sustancia, viene del cuerpo, esta aso-
los momentos de dificultades personales agudas en ciada a la vida y a la muerte, a la salud y a la herida,
donde son más profundas. La incisión es un ritual in verterla deliberadamente es el equivalente de una
extremis de lo insoportable porque no hay otra sali- potente trasgresión. Sustancia de vida al interior del
da. Ella se vuelve el elemento central de un rito pri- cuerpo y al mismo tiempo sustancia de muerte
vado para atenuar la aspereza resentida del mundo. cuando es vertida, esta revestida de un poderoso
Después de la primera incisión Carolina dice poder simbólico, sobre todo si el responsable que la
que nunca tuvo la intención de parar ya que ese vierte es la persona misma. Cuando ella surge, es un
gesto ponía en orden su caos interior, le daba una influjo de realidad para la persona que se corta,
paz no conseguida de ninguna otra manera. Ella se materializa la puesta fuera de sí de la tensión.
corta cada día o dos o tres veces por semana: “cortar Cortarse es un signo de identidad para purgarse
era una solución a todo”, decepción, lamento, de la “mala sangre”, de la “pus”, de lo “sucio”,
culpa, inseguridad, frustración, incertidumbre, etc. expulsarlo de sí es encontrar provisoriamente un
El ataque al cuerpo es una especie de balancín para cuerpo limpio y no invadido por el otro. La escarifi-
aguantar sobre la cuerda floja de la existencia. Es cación realiza un tipo de homeopatía simbólica:
una incisión de realidad, un freno que funciona “quiero sacar lo malo, lo que me roe por dentro y
como contención, pero también un remedio para no me destruye, quiero expulsarlo, que se frene”
morir, para no desaparecer. Al momento de empe- (Vanesa, 19 años, estudiante). Martina, hoy de 38
zar a cortarse, la persona encuentra una calma pro- años, se cortó durante mucho tiempo cuando tenía
visoria. Dejando salir lo que lo ahoga, él recupera el 20 años: “era como una mentalidad, una especie de
aliento y encuentra, entre el mundo y él, un espacio desbordamiento de no sé qué. Tenía que hacerlo
de simbolización que restaurar su posición de actor. salir, como si fuera pus. Algo destructor. Como una
La capa de sufrimiento se libera a través de una energía negra, yo tenía que eliminarla y la hacía
agresión contra sí mismo, ya que solamente así ella salir físicamente de mí, tal vez por que no podía
es controlable. El cuerpo es materia de cura, es decirlo”. Despojado de todo valor por representar
materia de identidad, es soporte de una medicina, una existencia dolorosa, el cuerpo expresa el asco.
severa pero eficaz. La herida corporal es un tope. La desvalorización de sí mismo se traduce en forma
Después del corte la calma vuelve, el mundo es de de imágenes negativas. La sangre que corre es una
nuevo pensable, incluso si sigue siendo doloroso. El especie de “drenaje” de sufrimiento y suciedad. Es
choque de lo real que ella induce, el dolor que se una tentativa, simbólicamente fuerte, de “salir de sí
siente, la sangre que corre, reanudan los fragmentos mismo”. Si para Martina, ver la sangre era algo
esparcidos de sí. La herida deliberada permite jun- insoportable, cuando ella se cortaba tenía sensacio-
tarse, ella tapona la brecha de sentido. Ella dice el nes bien distintas: “sentía como un vértigo, un
despecho dando golpes sobre el lugar del cuerpo, la dolor, un malestar y al mismo tiempo un júbilo al
piel, que simboliza mejor que nada la interfase con ver la sangre. Me acuerdo una vez en donde me
el mundo, el hecho de ser uno mismo y de no reco- corté más de lo que hubiera querido. Sentía un júbi-
nocerse en lo que uno es. lo de ver la sangre correr, la sangre corría mucho y
era una gran excitación. Pero también tenía mucho
Un sangrado simbólico miedo por que estaba en desequilibrio, en realidad,
El dolor purifica al sujeto de sus “humores” des- estaba en grave peligro”. La sangre que corre evoca
graciados, lo pone de nuevo en el camino, después una frontera tranquilizadora.

176
Dossier: Los unos y los otros David Le Breton

El cuerpo es el espacio “transicional” que distin- nes un proceso experimental sobre nuestro cuerpo
gue de manera radical el interior y el exterior, es el con el objetivo de agarrar nuestra realidad y encon-
péndulo de la existencia usado como objeto transi- trar la unidad perdida”. La escarificación es una
cional para soportar la aspereza de las circunstan- tentativa de controlar las sensaciones corporales,
cias: “mientras alguien tenga sangre, tiene al recuperando la mano, por el hecho de que las heri-
mismo tiempo la capacidad de darse un envoltorio das necesitan ser curadas para no llamar la aten-
tibio y protector”, dice una paciente de J. Kafka ción; o inversamente, ser mantenidas como focos
(1969, 209). Muriel se marca, con un pedazo de íntimos de sensaciones.4 En los dos casos, que pue-
vidrio, las iniciales de su novio, que está en la cár- den alternarse, el sujeto siente que existe, experi-
cel, ella dice cuánto la tranquiliza ver la sangre: “ves menta la consistencia de su relación con el mundo
la sangre, es parte de vos, está adentro tuyo, te hace poniendo un límite en carne propia.
vivir y vos ves cómo corre. Entonces sabés que estás Chloé, víctima de incesto, dice con finura que
vivo. Cuando te cortás sentís cosas, te sentís vivo. estas cortaduras no solamente permiten “pasar”
Es como si sabés que la vida te pertenece. Yo sé que los episodios de sufrimiento, si no que producen
mi sangre la puedo hacer salir cuando quiero, mi también un tipo de conocimiento sobre la adversi-
cuerpo es mío, me puedo abrir las venas, puedo dad encontrada: “encuentro que uno aprende a
morir, soy realmente dueño de mi cuerpo, siento entender y aceptar su dolor. Para mí, en ese
que existo. Es un poco eso lo que se siente cuando momento, es para eso que servía”. Lucie, víctima
ves correr tu propia sangre”. también de incesto, explica: “es un poco como si
El ejercicio de cortarse es algo así como un san- uno llega por sí mismo a manejar su sufrimiento.
grado de identidad, un derrame metódico de sangre No es alguien de afuera que nos va a hacer mal,
para conseguir una relación más armoniosa consigo como en el caso del incesto o del abuso sexual, ese
mismo y con el mundo. Un rito personal de conju- mal lo hacemos nosotros mismos. Así tenemos un
ración del malestar de estar vivo con el objetivo de control sobre el sufrimiento sufrido. Otras cosas
purificarse. La sensación de distensión que se vive intervienen, y podemos decir entre comillas que es
tiene que ver con sentir como una purificación de los un mal por un bien. Es dejar salir cierto sufrimien-
sentimientos, nos permite hacer pie, no ser arrastra- to que podría ser dicho con palabras y que pasa a
dos por el caos. A los trece años, Emmanuel se corta: través de un maltrato del cuerpo”. Hablar de un
“esas mutilaciones con tijeras, cuchillo, hoja de afei- incesto no alcanza para desactivar la carga del
tar o cutre sobre mis antebrazos los hacía de manera sufrimiento. Esos comportamientos son intentos
brusca, rápida, frenética, como si yo no controlara de controlar un universo interno que nos escapa y
más mi cuerpo, era excitante, la sangre corriendo y de poder elaborar una relación menos confusa
yo viendo la pus de mi sufrimiento, de mi malestar. entre sí mismo y el otro en uno. Pero más allá, en
Pienso que tenía algún significado o que detrás de esas situaciones de incesto o de abuso sexual, las
esos actos se perfilaba inconscientemente un senti- escarificaciones funcionan también como un rito
miento de absolución de un pecado original. Me sen- privado de purificación.
tía culpable de haber nacido para sufrir, esos cortes
eran a la vez un castigo y una liberación que llevaba Un envoltorio de dolor
hacia un renacimiento”. El dolor físico es un tope simbólico que se opone
Con la distancia de muchos años él se pregun- al sufrimiento, una manera de frenar la hemorragia
ta: “por qué no ver en esas heridas y escarificacio- y transferirla a un espacio donde ella se vuelve un

4. Cf. La pellicule conmovedora de Marina de Van, Dans ma peau (2001).

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David Le Breton Dossier: Los unos y los otros

instante controlable. Intento desesperado de man- go un cortaplumas y también con el cortaplumas


tenerse en el mundo, de encontrar de dónde aferrar- me cortaba por encima de las heridas, se volvió algo
se. Es un dolor homeopático que previene un sufri- sistemático. Cuando algo no andaba bien, me cor-
miento indescriptible y abrumador. La huella corpo- taba de nuevo por encima. Después empecé a cor-
ral lleva el sufrimiento a la superficie del cuerpo, tarme en el tobillo, y debe ser que estaba menos
lugar a donde es visible y controlable. enamorada, por que sentía más el dolor…Sabés que
Se lo erradica de un interior vivido como un estás vivo, cuando te cortás sentís sensaciones, te
pozo sin fondo. El tope del dolor físico deja afuera el sentís vivo y después cuando ves la sangre, sentís
caos y da el sentimiento de controlar la situación. que tu vida te pertenece, puedo hacer lo que quiero,
De ahí que muchos adolescentes den tanto valor al puedo hacerme sangrar, mi cuerpo es mío. Si quiero
instrumento con el que se cortan: la hoja de afeitar, me puedo abrir las venas, puedo morir, soy dueño
el cutre, el cuchillo, el pedazo de vidrio, son objetos de mi cuerpo, existo, es un poco lo que se siente
de salvación que proveen el apaciguamiento. Los cuando vez correr tu sangre” (Muriel).
ataques al cuerpo son tentativas de devolver a la piel Mary, una paciente de J. Kafka, dice que no se
su capacidad de contener. No de un envoltorio de trata de agravar el sufrimiento, sino más bien de
sufrimiento, como dice D. Anzieu (1985, 109), sino combatirlo. Ella se corta con una hoja de afeitar,
más bien de un envoltorio de dolor (Le Breton, pero se para en cuanto el dolor se hace demasiado
2003; 2010). El sufrimiento es precisamente lo que fuerte y se esfuerza de mantenerse en la línea en
se intenta controlar con el ataque al cuerpo. Es inso- donde se siente al fin “viva”. El dolor es buscado
portable, devorador, destructor, escapa a toda tenta- como un límite, como un tope identitario que ali-
tiva de suprimirlo, nos vuelve impotentes. A través menta el sentimiento de existir. Si el dolor desbor-
de la herida deliberada enfrentamos el dolor al sufri- da y se vuelve sufrimiento, Mary deja de cortarse y
miento: “Te sentís tan desgraciada adentro tuyo, es mira la sangre correr con apaciguamiento, casi feliz
como una pena de amor, ¿ves? Te sentís tan desgra- (Kafka, 1969, 207). La falta de control sobre su
ciada dentro de tu corazón que te cortás, te hacés entorno, el sentimiento de insignificancia perso-
mal para tener un dolor en el cuerpo más fuerte, nal, no le da otra opción. Existo cuando siento
para no sentir más el dolor en el corazón, ¿ves un dolor. El dolor es el del momento de la incisión o
poco cómo funciona?”, dice Muriel. Esto explica por sino el de la cicatrización. El derrame de sangre es
qué tantos adolescentes dicen que las heridas que se un certificado de existencia, una prueba de estar
hacen no les duelen. Claro que sienten la lastima- vivo: “atravieso fases en donde me siento vacía, en
dura, pero no la asocian a un sufrimiento, sino más donde tengo la impresión de no existir” (Stephanie,
bien a un alivio. 18 años). Cuando ella se corta, se siente por fin
El dolor desactiva el sufrimiento. Restablece una “profundamente viva”. La herida corporal delibera-
función defectuosa de la manera de agarrarse a la da es la búsqueda a tientas de un entreacto de dolor
vida: “Me cortaba y me cortaba y veía la sangre o una apertura de la piel que da la sensación de
correr, ni sentía que podía doler, me acuerdo que existir. Una vez alcanzado esto, la presión psicoló-
me picaba, eso sí…Creo que me sentía tan mal, que gica disminuye.
me dolía tanto el alma, que no sentía el dolor…La El envoltorio de dolor es el precio que se paga
primera vez lo hice con un pedazo de vidrio que para poder asegurar la continuidad del yo. No se
encontré y después, como una loca, dos o tres días trata de ninguna manera de masoquismo, ya que el
después, le pasé por encima de la herida con una objetivo no es gozar de eso sino más bien padecer y
hoja de afeitar, en esa época llevaba siempre conmi- asegurarse a través de ello de una existencia menos

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Dossier: Los unos y los otros David Le Breton

incierta. Esta necesidad de hacerse sufrir para sen- imponer su estatus es una actitud masculina.
tir menos dolor, de poner a prueba las fronteras Numerosas quemaduras de cigarrillo se efectúan
personales para asegurarse de su existencia, se pre- así bajo la mirada de otros a los que se quiere
senta en un sinnúmero de variaciones individuales impresionar. Slim, de 17 años, está en un café con
y el significado íntimo del acto tiene una sorpren- amigos de su edad que se burlan amablemente. El
dente polisemia (Le Breton, 2003). tono de la discusión sube. Las mesas están cubier-
La herida es superficial o profunda según la tas de vasos de cerveza vacíos. Slim, que viene acu-
intensidad del sufrimiento sentido, está limitada en mulando fracasos personales, se excita de golpe por
un punto del cuerpo o dispersada. Cambiamos nues- una palabra de más. Se levanta la remera, saca un
tro cuerpo al no poder cambiar un entorno nefasto, cuchillo que tiene en el bolsillo y se corta varias
amortiguamos sobre nosotros mismos una ofensiva veces el tórax, desafiante. El proclama delante de
del exterior o del interior, amenazadora para nuestra sus amigos sorprendidos “váyanse todos a la mier-
identidad. La incisión es antes que nada una cirugía da”. Slim ha proclamado su virilidad, aunque su
del sentido. Ella permite que “salga”. La conversión existencia no le ha sonreído últimamente.
del sufrimiento en dolor físico restaura provisoria- Durante un momento de fuerte oposición a su
mente el arraigamiento a la vida. madre, Jerome muestra que él no es más un niño:
El apaciguamiento, que se obtiene puede variar “quise mostrarle a mi madre que no tenía miedo de
según las circunstancias y el tipo de persona que se nada. Agarré un par de tijeras y me hice un corte
corta. Algunas se dicen “calmadas” por el simple en la muñeca. Así nomás, para mostrarle que yo no
hecho de cortarse, otros por el dolor sentido en el tengo miedo de nada y que ver sangre no me hace
momento, otros más bien al ver la sangre que nada. Ella estaba furiosa y no dejaba de gritarme,
corre. En principio, el alivio es siempre provisorio. como de costumbre. Debo decir que me hizo bien.
No resuelve en nada las circunstancias que provo- Me sentía tan seguro de mí por una vez. Le mostré
caron la tensión, pero proporciona un respiro. que soy capaz de hacer lo que digo (amenazas de
Que las lesiones corporales sean significativa- suicidio) y que no soy un “jetón” como le dice mi
mente más elevadas en número en las chicas con- padre a todo el mundo”. Las heridas deliberadas
firma el hecho de que en ellas el sufrimiento se son a veces una demostración de excelencia viril,
interioriza y en los varones toma la forma de una ellas son también una puesta en evidencia del
agresión contra el mundo externo (Le Breton, sufrimiento interior.
2007). La mujer toma sobre sí la angustia, el hom-
bre con fuerza contra el mundo. Esta manera dife- Actos de paso
rente de investir la piel en el hombre o la mujer, se El joven exterioriza algo de su caos interno con
traduce también por el estatus respectivo de los el fin de verlo más claro, él transforma en acto la
cortes. La mujer actúa en general de manera discre- imposibilidad de decir las cosas o de transformar-
ta y solitaria, el varón es más frecuente que lo haga las. El recurso al cuerpo toma la palabra para rees-
bajo la mirada de otros en una demostración de tablecer una frontera coherente con el mundo
“virilidad”. En una situación donde él está en difi- externo. Es a veces la única salida. Forma paradó-
cultades, quiere demostrar “que él tiene” y que no jica de comunicación, si bien no traduce un pensa-
hay que juzgarlo por las apariencias. Si el acto redu- miento consciente y claro, revela una actividad de
ce un sufrimiento, la incisión es magnificada y pensamiento propia al instante vivido. Las escari-
orientada hacia una significación que lo valorice. El ficaciones son una tentativa de redefinir su exis-
hecho de mostrar su valor y de hacerse daño para tencia después que el sufrimiento lo golpeó. Ellas

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David Le Breton Dossier: Los unos y los otros

“pueden reorganizar y estabilizar el traumatismo también un eco más amplio, como es el restableci-
del mundo de la víctima, procurándole una voz miento eventual de su relación social.
sobre la piel a donde la voz real está prohibida”.5 Fijando el sufrimiento al cuerpo, en un lugar
La palabra no puede contener la inmensidad y la determinado, las escarificaciones traducen la
voz es impotente. La marca hecha sobre la piel impostura con el mundo esperando que las pala-
habla para poder decir el abismo y no ser tragado. bras puedan aparecer o que una definición de sí
El trauma es un fracaso del lenguaje, provisoria- mismo más apropiada pueda, con el tiempo, ser
mente en todo caso. Y para no enquistarse, busca construida. Ellas permiten seguir existiendo a tra-
otras vías de escape. La ambivalencia hacia el cuer- vés de la transformación del sujeto en actor del
po hace de él un objeto transicional destinado a dolor que él mismo se inflige y no ya en víctima de
amortiguar los golpes que el adolescente cree venir sufrimientos que lo asaltan. La gran mayoría de las
de su dificultad de integración en la vida. Él lo pro- adolescentes que se cortan son lúcidas sobre su
tege y lo lastima, lo cura y lo maltrata, lo ama y lo acto, ellas hablan sin que por ello dejen de hacerlo.
odia, según las circunstancias y con una intensi- Decir la mayor parte del tiempo no es suficiente
dad variable relacionada a su historia personal y a para calmar el dolor. Lejos de ser un acting-out, la
la capacidad de su entorno de poder contenerlo. escarificación tiene un valor “acto de paso” (Le
Cuando los límites faltan, el joven los busca en la Breton, 2007). Ella permite paso a paso sobreponer
superficie de su cuerpo, se lanza simbólicamente los desbordes de sufrimiento. Ella limita la virulen-
(y también realmente) contra el mundo, para esta- cia y permite de esta forma ganar tiempo. La actua-
blecer su soberanía personal, diferenciarse de los ción (acting-out) no es una manera de resolver la
otros, dar nacimiento a un yo enterrado en el tensión interna, más bien la mantiene en el centro
sufrimiento, separar por fin entre el afuera y el del sujeto como si él estuviera luchando en una
adentro, establecer una zona propicia entre afuera red. Inversamente, el acto de paso (pasar por el
y adentro. El cuerpo es un material de identidad acto) permite superar la tensión y transformarse en
que permite encontrar su lugar en el tejido del actor de su propia existencia. Esas puestas en peli-
mundo, pero no sin dificultades. La piel es a veces gro son tentativas de forzar el paso para existir.
desvío caótico que lleva a una inserción propicia El ataque al cuerpo es una manera paradójica de
dentro del tejido social. comunicación que no está claramente conciente,
Las escarificaciones son una transformación en pero que está pidiendo ayuda: “Yo me cortaba el
lenguaje cutáneo, no opuesto a la palabra, pero brazo. No iba hasta las venas, ¿ves? Agarraba las
dentro de una conjugación de la palabra que se tijeras, era para que mamá me preste atención. Era
encarna y de una carne que se transforma en len- más bien un pedido de ayuda, yo no tenía realmen-
guaje. No es la elección del cuerpo a falta de pala- te ganas de morirme”, dice Helene de 16 años, que
bra, ellas conjugan una y otra en la unidad del tiene padres divorciados. Vanesa se corta cuando
sufrimiento. El adolescente que se corta es capaz de está deprimida y se levanta las mangas cuando
hablar de su gesto. Cuado él se hiere, no está en la llega al colegio en busca de reconocimiento de sus
ceguera de la palabra, sino más bien en su alter- problemas. Incluso si la herida no es mostrada
nancia, ya que la palabra no es suficiente. La herida intencionalmente, la joven hace, sin darse cuenta,
voluntaria absorbe el resto que las palabras no cap- que la vean: “Cuando lo hago, no quiero que me
tan, este más allá que las palabras no pueden con- vean. Pero creo que inconcientemente, hago de
tener. Ella imprime el grito en la carne, dándole manera que se vea un poco. Cuando tengo un

5. Mc. Lane, 1996:107.

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Dossier: Los unos y los otros David Le Breton

pañuelo lleno de sangre, no lo escondo al fondo del es un acto deliberado para sobrepasar un desborda-
basurero. Lo dejo arriba, para que se vea. Debe miento del afecto. Acción sobre sí mismo que fun-
querer decir que quiero que me vean” (Anais, 16 ciona como un apoyo para extirparse de una situa-
años). Puesta en escena de un comportamiento que ción sin salida, el acto de pasaje, incluso si se repi-
indirectamente trae otro. te, es un camino trazado en el cuerpo, pagando el
La herida deliberada es a veces una tentativa de precio, para encontrarse y unirse al vínculo social.
retener al otro. Marina, por ejemplo, se corta cuan- Las escarificaciones son soluciones de compro-
do su novio no es cariñoso con ella. Si no lo hago, miso destinadas en principio a asegurarse una tran-
dice, él no me escucha. Por otra parte, es él quien sición, un pasaje difícil de la existencia, pero ellas
la cuida: “por otro lado estoy contenta, porque así pueden fracasar a contener el sufrimiento y llevar a
mi novio va a compadecerse de mí. Además no me una escalada.
hace nada, no es más que un poco de sangre, no Clemencia, que se tiró de un precipicio con una
me voy a morir por eso” (Marina, 16 años). A veces amiga en enero 2005, escribió unos días antes de
las escarificaciones tienen como objetivo atacarse suicidarse, dos meses antes de una precedente ten-
para atacar al otro, único medio de tocarlo. El ado- tativa de suicidio: “Al principio era sólo por diver-
lescente luce sus heridas delante del padre inces- sión. Una hoja de afeitar, era muy suave y me
tuoso o indiferente o provoca la madre ausente. hacía bien. Después se fue agravando, para evacuar
Estar en “carne viva” habla de un sufrimiento que toda mi tristeza tenía que hacer más fuerte, tenía
el otro no oye. que tocar más de cerca la muerte”. En su blog, a
Secretas en la vida de todos los días, las heridas fines de diciembre, describía lo que ella detestaba:
se muestran si el joven está tomado a cargo en una “yo, mi vida, el camino lamentable que toma mi
institución, separado de su familia. La lastimadura destino” (Le Monde, 29-01-2005).
es en este caso una forma de test de la capacidad
del equipo médico o educativo para darle reconoci- No patologías
miento. Al mismo tiempo los cuidados son Sin duda sería tranquilizador pensar que los que
momentos privilegiados para la palabra, una mane- atentan contra su cuerpo son locos, enfermos, pero
ra de decirse en vez de recurrir al cuerpo y que a es imposible no ver que una gran mayoría de los que
menudo lleva al joven a rechazar el médico o al actúan así tienen una apariencia de perfecta integra-
hospital para que sea una educadora la que se ción social. Son personas cuyos familiares están
ocupe o un psicólogo, una figura considerada como lejos de imaginarse que recurren a tales gestos para
susceptible de entender la queja más que los otros mantener un control sobre sus vidas. Las heridas
(Le Breton, 2003).6 corporales deliberadas no son más graves, ni signos
En todo caso, con diferentes grados más o de locura, que las tentativas de suicidio, las fugas,
menos pronunciados, el acto autoriza un pasaje, los trastornos alimentarios u otra forma de conduc-
una transición hacia la otra orilla. Es una tentativa tas de riesgo de las jóvenes generaciones, son más
de restaurar la relación, el pasaje al acto (acting- bien tentativas de forzar el paso para existir. Toca a
out) una manera de escaparse. El pasaje al acto eli- jóvenes “normales” confrontados a tensiones gran-
mina en parte el sujeto de la escena. Pero incluso des de su existencia. Única posibilidad de esos jóve-
este último es potencialmente un acto de pasaje si nes que han perdido la elección de los medios, para
es que se vuelve después un motivo de comunica- no desaparecer. La resolución de sus problemas inte-
ción. De manera más inmediata, el acto de pasaje rrumpe inmediatamente esos comportamientos.

6. Los ataques corporales son numerosos dentro de las instituciones totalitarias: hospitales psiquiátricos, cárceles, instituciones cerradas
que reciben adolescentes, etc. (Frigon, 2001; Gonin, 1991; Favazza, 1987).

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David Le Breton Dossier: Los unos y los otros

Martine lo dice con fuerza: “Las cortaduras era la La violencia en la denominación y de las actitu-
única manera de soportar este sufrimiento. Es la des acerca de las escarificaciones o de otras lasti-
única manera que encontré en ese momento para maduras voluntarias, se suma al sufrimiento de
no querer morir”. tener que actuar así para poder seguir viviendo.
En la gran mayoría de los casos, esos comporta- Más que los otros comportamientos de riesgo, las
mientos de juego con la muerte o de alteración del escarificaciones son consideradas a partir de un
cuerpo no son, en absoluto, índices de patologías discurso moralista: ¿cómo se puede llegar a eso?
mentales o el anuncio de un pronóstico desfavora- ¿Cómo se puede haber hecho eso? Allí, donde un
ble para el futuro. sujeto, después de una tentativa de suicidio,
Entonces estudiante, Martine lo dice claramen- encuentra compasión y escucha, la persona que se
te, veinte años después de haber parado: “Cortarme corta encuentra más bien incomprensión en cóle-
era la única manera de soportar este sufrimiento. Es ra.8 Ross y McKay lo dicen: “nosotros evitamos cui-
la única manera que encontré en ese momento para dadosamente hablar de los comportamientos de
no querer morir”. “Hubiese querido no hacerlo, pero nuestros pacientes en términos de patología o en
no sé qué otra cosa hacer para aliviarme”, dice tam- términos de deficiencia”.9 Los ataques al cuerpo no
bién Carole. Para Laufer: “sería un grave error de son auto mutilaciones, como se dice muy a menu-
evaluación considerar las manifestaciones de la ado- do, no son de ninguna manera daños definitivos a
lescencia como equivalentes de las de la edad adul- la funcionalidad del cuerpo (que relevan de la psi-
ta, porque no tendrían en cuenta distorsiones del cosis), más bien son alteraciones de la superficie de
proceso de desarrollo, es decir, la naturaleza y la cali- la piel, dejando en el peor de los casos una cicatriz.
dad de la experiencia de la angustia que resulta de la El término de auto mutilación es un abuso de len-
confrontación con un cuerpo sexualmente funcional guaje que dramatiza la situación y paraliza a menu-
como hombre o mujer, ni de la posibilidad de inver- do la acción del personal hospitalario o de trabaja-
tir el proceso patológico que existía entonces. En el dores sociales, marca una estigmatización que se
terreno de la patología, los riesgos de un error de agrega al sentimiento de ser incomprendido.
diagnóstico son importantes”.7
Todo concepto es una elección moral. Los tér- Una lógica de sacrificio
minos empleados para nombrar esas conductas son Remedio contra la desintegración personal, la
muy a menudo estigmatizantes: auto mutilación, herida es la parte del fuego que salva la existencia.
auto agresión, masoquismo, etc. Cargan una con- Rito privado hecho para poder volver al mundo des-
notación peyorativa asociada a la locura, a la enfer- pués de haber corrido el riesgo de perder su lugar,
medad mental. La publicación de La peau et la pagando un alto precio, libera de tensiones intolera-
trace (La piel y la huella, 2003) me valió en la bles que amenazan con destruir el yo. A través de
época una serie de cartas, de correos electrónicos o las heridas que él se inflige el individuo busca rede-
de observaciones al final de alguna conferencia, finirse. El sacrificio de una parte de sí lo arranca de
hechas por adolescentes o mujeres diciéndome lo ordinario y, sobre todo, lo arranca de la rutina de
todo el reconocimiento, porque mis análisis en su sufrimiento, proyectándolo lejos, sobre otra esce-
ningún momento juzgaban esos comportamientos na de la existencia, pero a donde él mismo ha abier-
sino que intentaba comprenderlos subrayando pri- to esa posibilidad a través de la escarificación. El
mero el sufrimiento que les producía. sacrificio no es aquí un intercambio interesado, él

7. Laufer, 1989: 223.


8. Favazza, 1987: 14.
9. Ross y McKay, 1979: 147.

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Dossier: Los unos y los otros David Le Breton

ignora lo que busca, se le impone al individuo, pero de forma deliberada. Cortarse es un juego simbólico
es activo, ya que restaura el sentimiento de identi- con la muerte, en el sentido de que mima el homi-
dad dañada. Esto se traduce en un dolor conscien- cidio de sí mismo, juega con el dolor, la sangre, la
te, una huella sobre la piel, pero deseada, que carga mutilación (Le Breton, 2003). Pero la trasgresión
sobre ella un sufrimiento más grande y permite cir- crea al mismo tiempo poder. De allí la eficiencia de
cunscribirla y superarla. La iniciativa de cortarse es la escarificaciones en el alivio de las tensiones inter-
una respuesta inconsciente pero poderosa frente al nas. Ellas ponen el sentido en movimiento, disuel-
sentimiento de caos que amenaza arrastrar con ven el sentimiento de impotencia y a través de esto
todo. La herida es el precio que el individuo paga mismo reactivan el tiempo.
para aliviarse. Si el arraigamiento en la existencia no está sos-
Estamos lejos del sacrificio religioso, utilitario, tenido en un gusto de vivir suficiente, no queda más
que tiene como objetivo obligar a los dioses, volver- que provocar el mundo entero poniéndose en peli-
los conciliadores a través de rituales comunes. La gro o en situaciones difíciles para encontrar final-
eliminación de una parte de sí es una prenda para mente los límites que faltan y sobre todo poner a
no perderse. El sacrificio de una parte maldita es prueba su legitimidad personal.
un seguro de vida. Lo que él abandona en el univer- Arrojándose contra el mundo, lastimándose, él
so profano de su existencia se transforma en sagra- busca seguridad, pone a prueba su existencia, su
do, es decir, en fuerza, en intensidad de ser. El indi- valor personal. La confrontación al mundo se impo-
viduo hace como si el orden del mundo se jugase ne a través de la invención de ritos íntimos de con-
en él y el hecho de que él cree, confiere a su acto trabando. A través del sacrificio de una parte de sí en
una cierta eficiencia. Modificándose, él piensa el dolor, la sangre, él se esfuerza en salvar lo esen-
modificar el orden de las cosas, la trama confusa de cial. Infligiéndose un dolor controlado, él lucha con-
las relaciones en las que él se interesa sin encontrar tra un sufrimiento infinitamente más difícil de lle-
el reconocimiento esperado. El sacrificio procura var. Salvar el bosque implica sacrificar una parte.
potencia con la mediación tangible del otro, de un Tal es la parte del fuego. Para seguir viviendo a veces
Dios, de los dioses; la circulación de la energía va hay que hacerse mal para sentir menos dolor.
de sí mismo a sí mismo.
Las cortaduras perturban mucho más que las Bibliografía
otras conductas de riesgo de los jóvenes que mues- Ahmed S., Stacey J. (ed.): Thinking through the skin, London,
Routledge, 2001.
tran, sin embargo de manera menos aguda, la hipó-
Anzieu D.: Le moi-peau, París, Dunod, 1985.
tesis de morir. Una persona que se corta está, sin
Favazza A.: Bodies under siege. Self-mutilation in culture and
embargo, lejos de poner su vida en peligro. Pero la
psychiatry, The John Hopkins University Press, 1987.
herida deliberada conmociona fuertemente porque
Kafka J. S.: “The body as transitional object: a psychoanalytic
demuestra una serie de trasgresiones insoportables study of a self-mutilating patient”. British Journal of Medical
para nuestras sociedades. Cortándose se rompe el Psychology, n°42, 1969.
carácter sagrado del cuerpo. La piel es un recinto Kettlewell C.: Skin game, New York, St Martin’s Griffin, 1999.
sagrado, penetrarlo provoca horror. Es impensable Kilby J.: Carved in skin. Bearing witness to self-harm, in
Ahmed S., Stacey J., 2001.
herirse de manera consciente sin pensar en la locu-
Laufer M. et E.: Rupture de développement et traitement psy-
ra, el masoquismo o la perversión. Hacer correr san-
chanalytique à l’adolescence, París, PUF, 1989.
gre es otro tabú transgredido y para muchos de
Le Breton D.:
nuestros contemporáneos, simplemente ver sangre
—————— Expériences de la douleur. Entre destruction et
provoca desvanecimiento o pavor. Sin embargo, corre renaissance, Paris, Métailié, 2010.

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David Le Breton Dossier: Los unos y los otros

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Trabajos de David Le Bretón


traducidos al castellano
Rostros (Buenos Aires, Letra Viva), La sociología del cuerpo (Buenos Aires, Nueva Visión), Antro-
pología del cuerpo y modernidad (Buenos Aires, Nueva Visión), Las pasiones ordinarias. Antropología
de las emociones (Buenos Aires, Nueva Visión), El silencio (Madrid, Sequitur), Antropología del dolor
(Madrid, Seix Barral), El sabor el mundo. Una antropología de los sentidos (Buenos Aires, Nueva
Visión), Adiós al cuerpo. Una teoría del cuerpo en el extremo contemporáneo (México, La Cifra).

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