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apachetas?
Algo similar a los inukshuk del Círculo Polar Artico, las Apachetas son
características en la zona del altiplano que incluye sectores de Bolivia,
Chile, Argentina y Perú. Montículos de piedras, una sobre otra, a modo
de ofrenda.
Pero claro que, además de la explicación que indica que son los viajeros
quienes piden a sus dioses protección y fuerza para seguir adelante en su
camino, existen otras hipótesis acerca del nacimiento de las apachetas.
Pues bien, hoy en día son los viajeros locales quienes piden por un viaje
tranquilo y, muchos turistas ajenos al lugar, imitan esa acción y realizan
sus propias apachetas. Es por ello que, los lados de las carreteras y
caminos del altiplano, pueden verse cantidad de apachetas desafiando a
la gravedad.
Las apachetas también son denominadas apus o espacios sagrados donde habitan los
achachilas o los primigenios antepasados, junto a los uywiris que son las deidades
aymaras –según la cosmovisión andina– que alimentan y cuidan a los seres vivos de la
Pachamama.
Según la cultura andina los sitios rituales tienen una condición que por demás es sacro
–dijo Fernández– ya que también son los marcadores del pacha o tiempo-espacio,
además de definir los límites de jurisdicciones territoriales son sitios que se interceden
con el bienestar económico, el medio ambiente y la identidad social e individual de la
población.
También las apachetas son utilizadas para las ceremonias aymaras que se practican
dentro la medicina tradicional. Es así que muchos de los sitios pueden ser usados para
remediar determinadas afecciones que se relacionan con la terapia del ajayu o espíritu.
Los achachilas son lugares sagrados que generan energías positivas y son
reconocidos como "padres protectores” de la comunidad. Son montañas altas
e imponentes en las que moran los antepasados.
A las apachetas se les atribuye la protección de los viajeros. Por eso éstas
están en lomas elevadas cerca a los caminos. Muchas veces se encuentran
montículos de piedra donde los viajeros ofrecen coca y alcohol para pedir
permiso para continuar el viaje. En estos puntos también se sientan a
descansar para continuar.
Sin duda las más numerosas son las wak’as. Llegan a un total de 18, de las
cuales muchas se han convertido en miradores en los que conviven los ritos
tradicionales con la modernidad de la urbe paceña. Poseen una personalidad
propia que libera energía positiva o negativa mediante amautas y yatiris
que realizan ofrendas a la tierra.
Las últimas son las más conocidas y que por mucho tiempo han sido
reclamadas por amautas y yatiris para su liberación. Al ser miradores, algunas
están enrejadas, lo que impide el ingreso, sobre todo en las noches, para la
realización de los rituales ancestrales.
"Es un proceso que ya empezó pero aún no tenemos una fecha en la que
podamos promulgar la ley. Se trata de preservar no sólo los lugares sino toda
la espiritualidad que hay en el lugar.
Las waqas siempre han sido lugares importantes dentro de nuestras culturas y pese al
intenso proceso de extirpación de idolatrías que se implantó durante la colonia, éstas se
mantuvieron. El término waqa, también suele escribirse como wak´a, guaca o huaca
pero contiene un mismo significado: un lugar sagrado. Bertonio en 1612 lo define como
“Huaka; los cerros que adoraban ...”. Desde su llegada, la concepción de la iglesia en
relación a estos sitios sagrados fue de absoluto rechazo, motivo por el cual pusieron un
gran empeño en atribuirle características negativas. Las waqas o lugares sagrados han
estado dispersos en los territorios indígenas en varios lugares en el mundo. En varios
casos, quienes llegaron a estas tierras, de manera impuesta construyeron iglesias y
colocaron cruces sobre los sitios sagrados ancestrales. Por ejemplo, en Copacabana no
sólo se construyó un iglesia, sino también colocaron cruces católicas en una montaña
que la nombran calvario. Lo mismo sucedió en las poblaciones circundantes al Lago
Titicaca.
Tanto el 24 de junio, que se celebra el Willka Kuti (la vuelta del sol) y el mes de agosto
(mes de la pachamama (madre tierra) se realizan rituales en las waqas. Últimamente,
mucha gente acude a estos eventos, aunque quizás algunos lo hagan solamente por
turismo y sin comprender el verdadero sentido que implica ingresar a un sitio sagrado.
LOS APUS
CEREMONIA REALIZADA EN EL CERRO SAN CRISTOBAL
La ceremonia nacio como un deseo de conectarse a los Apus para solicitar paz, amor y salud al
planeta. Escogimos el Cerro San Cristóbal, cerro que domina la ciudad de Lima, capital del
Perú, Apu tutelar.
Luego vimos que podíamos aprovechar en darle fuerza a la ceremonia Incaica con la ayuda del
Mantra Om Tryambakam, muy apropiado para estos fines (fuegos de Agnihotra).
No quisimos desaprovechar la visita a Perú de Drupon (Tibetan Meditation Center), nos
obsequio unas oraciones en tibetano y acompañamos con cueros para concretar en una
desconexion total....acercándonos a los seres superiores y cumplir nuestro cometido....
Gracias a cada uno de los integrantes....gracias Apu por recibirnos....gracias seres
magnificentes.....¡¡¡¡¡¡¡
APU es una palabra quechua (Idioma de los incas) que tiene dos conceptos en una sola
palabra:
Primero, significa MONTAÑA. Los Incas consideraban a las montañas como sus dioses.
Segundo, significa DIOS. El APU era el dios protector de cada pueblo en el imperio de
los Incas.
Apu es Señor, alto dignatario o un dios tutelar.
En la época inca y en la cultura quechua (entre otras más) se consideran a determinadas
montañas y nevados como lugares en donde reside el Apu (dios tutelar) de un determinado
lugar, siendo entonces esta montaña sagrada.
Los Apus de las montañas son espíritus superiores considerados protectores de los hombres y
pueblos.
Los Apus no hablan a los humanos, son los humanos, por medio de las invocaciones, los
pagos, los rituales y las oraciones, los que hablan a los Apus pidiéndoles protección.
Los Apus suelen ser locales. En los pueblos del Ande, el Apu recibe las oraciones sagradas y
las ofrendas de los habitantes de los lugares que protege, para dar a cambio abundancia de
ganado y mediación con Dioses mayores.
El rito es el medio de comunicación de los Apus, a través de él su silencio habla. Su rol tanto
como el de los humanos y los Dioses mayores, es asegurar la abundancia y equilibrio cósmico.
De hecho, hablar de los Apus como representativos de la religión andina es forzar su significado
dentro de un sistema religioso mucho más amplio. Si bien su presencia alternativa al
monoteísmo es saludable y abre el camino para pensar lo religioso más allá de las celdas del
dios único, los Apus son sólo una parte del complejo sistema multiético de los andes. Lo había
dicho el mismo Tayta Ciprián, los Apus son como dioses menores. Se hacen cargo
principalmente del ganado y residen en los cerros y en algunas lagunas y lugares especiales: su
sacralidad es mayormente geográfica. En algunas partes como en el Ausangate, que es un Apu
regional, las almas pasan por ellos camino al infierno o a Hanaq Pacha. José María Arguedas,
al mostrarnos que el Yawar Fiesta es un evento sagrado, sugiere que los cóndores son Apus
que representan a los Wamanis, que es el nombre que tendrían los cerros sagrados alrededor
de Ayacucho. Los Apus son lugares privilegiados de la Pachamama y desempeñan un rol
mediador entre los hombres y Hanaq Pacha, pero no son los únicos lugares sagrados. Hay en
los Andes ciertos sitios marcados por el asombro y acaso por el temor, que también son sacros:
ciénagas maléficas, rocas poderosas, lagunas encantadas, cuevas de gentiles. A ellos se les
puede sumar las saywas, que son más bien marcadores liminales del tránsito de un valle a otro.
Chaska Lu
El Grupo