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TUTOR METODOLÓGICO:
Dr. José Núñez González.
DEDICATORIA
AGRADECIMIENTO
ÍNDICE DE CONTENIDO
Pág.
DEDICATORIA …………………………………………………………………………… 5
AGRADECIMIENTO ……………………………………………………………….…..... 6
ÍNDICE DE CONTENIDO ...…………………………………………………………..… 7
ÍNDICE DE TABLAS . ………………………………………………………………….… 9
RESUMEN……………….................................................................................... ...... 10
ABSTRACT ………………………………………………………………………………. 11
INTRODUCCIÓN ................................................................................................ ..... 12
CAPITULO I. EL PROBLEMA
Planteamiento del problema……………………………………………………………… 15
Formulación del problema………………………………………………………………... 16
Objetivos de la investigación…………………………………………………………….. 16
Justificación e importancia de la investigación ………………………………….…….. 17
Delimitación de la investigación ………………………………………………………… 18
Factibilidad y viabilidad de la investigación ……………………………………..…….. 18
Material y Métodos……………………………………………………………………..…. 43
Técnica de Recolección de los Datos....................................................................... 45
Técnica de Análisis de Datos ................................................................................... 45
ANEXOS ……………………………………………………………..………………….… 66
9
ÍNDICE DE TABLAS
Pág.
TABLA 1. Características generales según edad y género………………….. 49
Vélez Núñez, Martín (Autor). Ferrer Nelson (Tutor Académico). Núñez González, José.
(Tutor Metodológico). “Fracturas abiertas de tibia con fijador externo como
tratamiento definitivo”. Trabajo Especial de Grado presentado ante la División de
Estudios para Graduados, Facultad de Medicina, Universidad del Zulia para optar al
Título de Especialista en Traumatología y Ortopedia. Maracaibo, República Bolivariana
de Venezuela, 2015. 68 p.
RESUMEN
Vélez Núñez, Martín (Autor). Ferrer Nelson (Tutor Académico). Núñez González, José.
(Tutor Metodológico). “Complications of open tibia fracture treated with definitive
external fixation”. Trabajo Especial de Grado presentado ante la División de Estudios
para Graduados, Facultad de Medicina, Universidad del Zulia para optar al Título de
Especialista en Traumatología y Ortopedia. Maracaibo, República Bolivariana de
Venezuela, 2015. 68 p.
ABSTRACT
Objectives: To determine the complications in open tibial fractures with external fixator
as definitive treatment. Methods: An explanatory, prospective and longitudinal research
with a non experimental design was performed. We selected 60 adult patients, both
genders, attended at the Orthopedics and Traumatology South General Hospital "Dr.
Pedro Iturbe" diagnosed with open tibial fractures. The statistical analysis was
performed using descriptive statistics. The data were analyzed calculating the average
standard deviation for each variable. Results: The average age evaluated corresponded
to 13.3 years +/- 29.6 years, being the most affected (90%) males 53.3% had affected
the right limb, by 40%. left and 6.7% were bilateral. The time evolution of an accident on
arrival at the Department of Orthopedics and Traumatology was 1-14 hours, with a mean
of 10.5 ± 4.2 hours. The 43.3% of patients had open fracture type II, 30% type I, type
IIIA 13.3%, 6.7% and 6.7% type IIIB type IIIC, according to the Gustilo-Anderson
classification. The external fixator complications occurred in 53.3% of patients, the most
frequent delay consolidation (53.3%), infection (40%) and nonunion (26.7%). 50% of
patients had complications at 6 months and 31.4% presented them immediately to
placement of the external fixator. The type of fracture was correlated with the presence
of complications being the most significant correlations in those patients with open tibial
fractures type II, IIIB and IIIC (p˂0.05). Conclusions: The results presented above
demonstrate the frequency and severity of complications in open tibial fractures with
external fixator as definitive treatment.
Email: dr.martinvelez@hotmail.com
12
INTRODUCCIÓN
Las fracturas abiertas de tibia se han asociado muy comúnmente con un alto
índice de complicaciones y malos resultados en general. Se han utilizado varias
modalidades de tratamiento como la fijación externa o la fijación interna con placa DCP
o enclavado intramedular, sin embargo no hay un estándar o método ideal del
tratamiento ya que dependerá del tiempo de evolución, edad del paciente, grado de
exposición y las condiciones en que se encuentren las partes blandas al momento de
evaluar la lesión inicial (Patiño y cols., 2011). El uso del fijador externo como
tratamiento inicial y definitivo de las fracturas abiertas, constituye una de las armas que
tiene todo cirujano ortopedista para el manejo de este tipo de lesiones que en nuestra
especialidad conduce a grandes complicaciones y costos operativos (Holton y cols.,
2010).
Capítulo II, Marco Teórico, incluye los antecedentes de la investigación, las bases
teóricas que la sustentan, y el sistema de variables e indicadores.
13
CAPÍTULO I
EL PROBLEMA
15
Las fracturas de la tibia son las lesiones óseas que se presentan con mayor
frecuencia en todas las edades, con un predominio del 75% en la etapa productiva. Su
etiología es casi siempre un traumatismo indirecto (Whelan, 2012). La tibia está sujeta a
numerosos esfuerzos durante las actividades de la vida diaria o la práctica deportiva,
entre otras, de ahí la gran frecuencia con que se presentan sus lesiones. En las últimas
dos décadas se ha producido un aumento en la prevalencia e incidencia de estas
fracturas, tanto en pacientes jóvenes y activos como en ancianos (Picek, 2012; Vergara,
2013). También parece haber aumentado la frecuencia de lesiones complejas como
resultado del uso de dispositivos de seguridad en los automóviles, como los cinturones
de seguridad y los airbags, que disminuyen la mortalidad y protegen el tronco pero no
necesariamente las extremidades inferiores (Beltsios, 2010).
Las fracturas abiertas de tibia se han asociado muy comúnmente con un alto
índice de complicaciones y malos resultados en general (Pericic, 2007). Se han utilizado
varias modalidades de tratamiento como la fijación externa o la fijación interna con
placa DCP o enclavado intramedular, sin embargo no hay un estándar o método ideal
del tratamiento ya que dependerá del tiempo de evolución, edad del paciente, grado de
exposición y las condiciones en que se encuentren las partes blandas al momento de
evaluar la lesión inicial (Whelan, 2012; Wu, 2013). Sin embargo, en la actualidad se
desconoce con exactitud cuáles son las complicaciones en fracturas abiertas de tibia
tratadas con fijador externo de manera definitiva.
¿Cuáles son las complicaciones en fracturas abiertas de tibia tratadas con fijador
externo como tratamiento definitivo?
1.3.1. GENERAL
1.3.2. ESPECÍFICOS
Este trabajo se pudo realizar, puesto que el Hospital General del Sur “Dr. Pedro
Iturbe” constituye un centro importante de atención ortopédica de pacientes de todas las
edades en la región, de tal forma que se atienden gran cantidad de pacientes con
fracturas de tibia en sus diferentes tipos. El personal médico está entrenado para
atender este problema, por otro lado se conto con el equipo y suministros necesarios
para la atención.
CAPÍTULO II
MARCO TEÓRICO
20
Los pacientes que presentan lesiones vitales asociadas requieren una evaluación
y reanimación de acuerdo con los protocolos de Soporte Vital Traumático Avanzado
(Advanced Trauma Life Support). A continuación, es necesario explorar las
extremidades para identificar lesiones neurovasculares o síndrome compartimental. La
presencia de una fractura abierta no excluye que pueda desarrollarse en la extremidad
un síndrome compartimental (Blick, 1996) Además, la valoración por completo de la
fractura abierta incluye identificar el mecanismo de la lesión, el estado de las partes
blandas, el grado de contaminación bacteriana y las características de la fractura. El
estudio de estos factores ayudará a clasificar la fractura, determinar el régimen
terapéutico y establecer el pronóstico y posible resultado clínico. En concreto, resulta
importante establecer el grado de contaminación bacteriana y de lesión de partes
blandas para clasificar una fractura abierta.
El tipo III incluye tres subtipos. El tipo IIIA supone una lesión extensa de partes
blandas con una cobertura adecuada del hueso. Habitualmente, es resultado de
lesiones de alta energía con un componente de aplastamiento importante. El tipo IIIA
también incluye heridas gravemente contaminadas con conminución grave y fracturas
segmentarias. El tipo IIIB supone una lesión de partes blandas extensas, con
despegamiento perióstico y hueso expuesto.
Prevención de la infección
Antibióticos
Selección
pueden ayudar a elegir los mejores agentes a utilizar en una cirugía posterior o en caso
de infección precoz.
Por lo tanto, en las fracturas abiertas tipo III, la ciprofloxacina debe utilizarse
únicamente en combinación con una cefalosporina en sustitución de los
aminoglucósidos. La ciprofloxacina oral puede utilizarse en las heridas de fracturas
abiertas producidas por lesiones de baja velocidad por arma de fuego, porque tiene la
misma eficacia que la administración intravenosa de cefalosporinas y gentamicina
27
(Knapp, 2006). Sin embargo, se necesitan más estudios para dilucidar los beneficios
clínicos de las quinolonas, porque su utilización se ha asociado con la inhibición de la
consolidación de fracturas en animales de experimentación y la inhibición de los
osteoblastos (Holtom, 2010; Huddlestom, 2010).
Los antibióticos deben comenzarse tan pronto como sea posible, una vez
producida la lesión, porque si se retrasa más de 3 horas, el riesgo de infección aumenta
(Patzakis, 1999). La duración de la antibioterapia es discutida. Dellinger y colaboradores
(1998) demostraron que un curso prolongado de antibioterapia de 5 días de duración no
es superior a un día de duración en la prevención de las infecciones de las fracturas. La
duración de la antibioterapia debe quedar limitada a 3 días, repitiendo un nuevo curso
de 3 días de duración en el momento del cierre de la herida, en el aporte de injerto o en
cualquier otro procedimiento quirúrgico importante (Patzakis, 1999; Templeman, 2008).
Administración local
Las ventajas de la técnica del bolsillo de esferas son (1) una concentración local
elevada de antibiótico, con frecuencia entre 10 y 20 veces superior que la que se
obtiene con su administración sistémica; (2) una concentración sistémica baja, que
protege frente a los efectos adversos de los aminoglucósidos (aunque cuando se utiliza
un bolsillo de esferas con tobramicina, la administración de aminoglucósidos por vía
sistémica no es necesaria); (3) una reducción de la necesidad de utilizar
aminoglucósidos por vía sistémica, y (4) el sellado de la herida frente al ambiente
externo con una película adhesiva. Esta técnica evita la contaminación bacteriana
secundaria por patógenos nosocomiales que han demostrado ser responsables de
muchas de las infecciones en heridas de fracturas abiertas tipo III (8,9). Además, esta
técnica permite prolongar con seguridad el período para la realización de transferencias
de partes blandas. Por otra parte, la película adherente establece un entorno aeróbico
en la herida, importante para evitar infecciones catastróficas por anaerobios, y es más
cómoda para el paciente al evitar curas dolorosas de la herida.
29
TRATAMIENTO DE LA HERIDA
Lavado y desbridamiento
El lavado es una parte esencial del manejo de las heridas; sin embargo, no se han
determinado el volumen óptimo, el método de administración y la solución para el
lavado (Anglen, 2011). Aunque el lavado a presión mejora la extracción de bacterias y
detritus, también puede lesionar el hueso (Bhadari, 2009). El flujo pulsátil de por sí no
mejora la eficacia del lavado. Las soluciones antisépticas pueden ser tóxicas para las
células del huésped y deben evitarse. En estudios experimentales en animales e in vitro
se ha demostrado que las soluciones con antibiótico son más eficaces que el suero
salino, pero no se dispone de información clínica en fracturas abiertas. Las soluciones
con detergente ayudan a extraer bacterias y parecen ser una alternativa prometedora
(Burd, 2009). Uno de los protocolos existentes consiste en lavar con 10 l de suero salino
la herida por gravedad, añadiendo 50.000 U de bacitracina y 100.000 U de polimixina
en el último litro de lavado.
Cierre de la herida
La herida puede cerrarse cuando las partes blandas disponibles son adecuadas;
de lo contrario, es necesaria una reconstrucción diferida de partes blandas. El momento
ideal para el cierre de la herida sigue siendo controvertido. El cierre primario de la
herida después de un desbridamiento profundo no se asocia con un aumento de la
incidencia de infección, puede prevenir una contaminación secundaria y reducir la
morbilidad quirúrgica, la estancia hospitalaria y el coste (De Long, 2009). No obstante,
conlleva la posibilidad de necrosis muscular por clostridios, que puede ocasionar no
sólo la pérdida del miembro sino también la pérdida de la vida (Patzakis, 1983). El
riesgo de este tipo de complicaciones aumenta cuando se realiza un cierre primario de
la herida, un desbridamiento insuficiente y una antibioterapia inadecuada (Patzakis,
1974).
Se recomienda dejar todas las heridas asociadas a fractura abierta sin cerrar
inicialmente. El cierre diferido de la herida (entre 3 y 7 días) previene el desarrollo de
infecciones por anaerobios en la herida, facilita el drenaje, permite la realización de
desbridamientos seriados en intervalos de 24 a 48 horas, ofrece la oportunidad de
revisar los tejidos de viabilidad cuestionable y permite la utilización de la técnica del
bolsillo de esferas. El sellado de la herida con película adherente previene la
contaminación secundaria y hace que el cierre diferido de la herida sea incluso
preferible. No se cambian los apósitos en planta, sino que la herida permanece sellada
con la película adherente. Se aplican injertos cutáneos de espesor parcial sobre tejido
de granulación bien vascularizado. Las heridas de pequeño tamaño, especialmente las
de fracturas abiertas tipo I, pueden dejarse cicatrizar por segunda intención.
31
Una lesión grave de partes blandas, como la que existe en las fracturas abiertas
tipo IIIB, limita una adecuada cobertura del hueso, y la reconstrucción de partes blandas
es necesaria. Resulta de importancia clínica que exista una envoltura de partes blandas
bien vascularizada, porque facilita la irrigación del foco de fractura, promueve su
consolidación, permite que lleguen los antibióticos y facilita la acción de los mecanismos
de defensa del huésped. La cobertura de partes blandas previene la contaminación
secundaria de la herida, su desecación y el daño óseo, del cartílago articular, los
tendones y los nervios.
Estabilización de la fractura
Una estabilización adecuada protege las partes blandas de lesión adicional por
parte de los fragmentos fracturados y facilita la respuesta del huésped frente a las
bacterias a pesar de la presencia de implantes. Además, la fijación estable facilita las
curas de las heridas y la movilización del paciente y permite la movilidad precoz de las
articulaciones adyacentes, lo que contribuye a una rehabilitación funcional.
La elección del tipo de fijación depende del hueso que esté fracturado, de la
localización de la fractura (intraarticular, metafisaria o diafisaria) y de la extensión de la
lesión de partes blandas. Las técnicas disponibles para la estabilización de la fractura
33
Enclavado intramedular
Fijación externa
La fijación externa puede ser útil en fracturas con lesión de partes blandas y
contaminación extensas porque evita la introducción de material y no perjudica la
vascularización de la fractura. La fijación externa requiere poco tiempo de cirugía y
produce una pérdida sanguínea muy escasa. Se aplica a distancia de la zona de lesión
y, por lo tanto, no interfiere con el manejo de la herida. La fijación externa es una buena
alternativa para las fracturas de diáfisis tibial, porque este hueso presenta una cortical
subcutánea, y resulta todavía más atractiva cuando las fracturas se sitúan más cerca de
la extremidad proximal o distal de la tibia, especialmente en situaciones en las que el
fragmento proximal o distal no permite su estabilización con un clavo. Los fijadores con
anillo o transarticulares son útiles en el caso de fracturas periarticulares. La fijación
36
externa puenteando la articulación es una técnica cada vez más popular y puede
convertirse de forma segura en cualquier otro método si se ha aplicado a distancia de la
zona de lesión.
Muchos autores (Behrens, 1996; Marsch, 2001; Edwards, 2008) han informado
sobre la eficacia de la fijación externa como tratamiento definitivo así como sobre el
valor del aporte precoz de injerto en lesiones graves (Behrens, 1996; Marsch, 2001;
Edwards, 2008). Marsh y colaboladiores (2001) en un estudio prospectivo de 101
fracturas tipos II y III, encontraron que 96 de éstas (95%) consolidaron, un 95% de las
mismas con una angulación menor de 10º en cualquier plano e infección en 6 trayectos
(6%) de los clavos de fractura. Para evitar complicaciones del proceso de consolidación,
se debe considerar el aporte precoz de injerto en las fracturas conminutas que no
tengan contacto cortical y para aquellas fracturas con defectos óseos tratados con
fijación externa.
La fijación externa puede verse complicada por la infección del trayecto de los
clavos y la mala alineación de la fractura. Estas complicaciones pueden evitarse
seleccionando pacientes cumplidores con el tratamiento; utilizando un buen protocolo
de fijación externa, con inserción de los clavos no transfixiantes después de brocar la
cortical para evitar la necrosis térmica del hueso, y cuidando de forma meticulosa las
zonas de inserción de los clavos.
CAPÍTULO III
MARCO METODOLÓGICO
42
3.3.1. POBLACIÓN
El universo escogido fue representado por todos los pacientes que acudieron al
Hospital General del Sur “Dr. Pedro Iturbe”, ubicado en el Municipio Maracaibo del
estado Zulia. La población de estudio fueron todos los pacientes que acudieron al
43
3.3.2. MUESTRA
3.3. MÉTODO
Las lesiones de partes blandas fueron tratadas con lavado quirúrgico con 10 litros
de solución fisiológica y excisión de tejidos desvitalizados, no se utilizó injertos óseos,
se colocó un fijador externo uniplanar no transfictivo con la técnica universal de fijación
externa utilizando de 4 a 5 clavos de Schanz de 4.5 mm y 2 barras; en todos los casos
se realizó el cierre primario de herida únicamente afrontando piel y dejando un drenaje
tipo Penrose, el cual fue retirado a las 24 horas del postoperatorio.
No se emplearon férulas ni algún otro tipo de dispositivo externo aparte del fijador,
se inicio la movilización precoz de tobillo y rodilla al día siguiente para evitar rigideces
articulares. Se clasifico el trazo de fractura de acuerdo a la clasificación modificado por
Gustilo y colaboradores (1984) con las siguientes configuraciones: IIIA, IIIB y IIIC. La
dinamización del fijador se realizó de las 9 a las 13 semanas. Se hará un seguimiento
de 6 meses.
CAPÍTULO IV
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
47
TABLA 1.
CARACTERISTICAS n=60
TABLA 2.
Derecho 32 53.3
Izquierdo 24 40.0
Bilateral 4 6.7
TOTAL 60 100.0
Fuente: Vélez (2015).
51
TABLA 3.
L. Mínimo 1 hora
L. Máximo 14 horas
TABLA 4.
TIPO I 18 30.0
TIPO II 26 43.3
TIPO IIIA 8 13.3
TIPO IIIB 4 6.7
TIPO IIIC 4 6.7
TOTAL 60 100.0
Fuente: Vélez (2015).
53
TABLA 5.
COMPLICACIONES n=60
TABLA 6.
Inmediato 10 31.4
2 meses 2 6.2
3 meses 2 6.2
4 meses 2 6.2
6 meses 16 50
TOTAL 32 100.0
Fuente: Vélez (2015).
55
TABLA 7.
TIPO I 18 2 16 NS
TIPO II 26 16 10 *
TIPO IIIA 8 6 2 NS
TIPO IIIB 4 4 - *
TIPO IIIC 4 4 - *
TOTAL 60 32 28
*p˂0,05= Estadísticamente significativo; NS: No significativo.
Fuente: Vélez (2015).
56
Las fracturas abiertas o expuestas constituyen una de las más series lesiones
traumáticas de los miembros. Su tratamiento, a través de la historia, ha provocado
diversas polémicas en torno a la utilización de los distintos medios de estabilización
oséa que se ha ideado. Esto se debe fundamentalmente a la severidad de las lesiones,
a la aparición frecuente de complicaciones y a la gran complejidad que presenta la
aplicación de algunos de estos dispositivos. Dentro de los métodos de tratamiento de
urgencia a utilizar en el Hospital General del Sur del estado Zulia donde existe una alta
incidencia de la lesión debido a los accidentes automovilísticos y por armas de fuego se
encuentra la fijación externa de la fractura. El uso del Fijador Externo como tratamiento
inicial y definitivo de las fracturas abiertas, constituye el arma que tiene todo cirujano
ortopedista para el manejo de este tipo de lesiones que en nuestra especialidad
conduce a grandes complicaciones y costos operativos.
Por otra parte, al correlacionar el tipo de fractura abierta de tibia con la presencia
de complicaciones, se mostro en la presente investigación que los pacientes que
presentaron una fractura de tibia tipo II, IIIB y IIIC presentaron más complicaciones que
el resto e los pacientes con otros tipos de fractura. Sin embargo, esta variable no fue
evaluada en los autores consultados. En conclusión, se considera que las fracturas de
tibia abiertas tipo I y IIIA, pueden ser tratadas en forma definitiva con un fijador externo,
ya que técnicamente es un procedimiento fácil, seguro, disminuye costos y no requiere
cirugía para su retiro.
59
CAPÍTULO V
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
60
5.1. CONCLUSIONES
5.2. RECOMENDACIONES
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ANEXOS
67
CUESTIONARIO
Complicaciones
G Infección. G Alteraciones de la G Apertura de la herida
consolidación. quirúrgica.
Tiempo de aparición de
las complicaciones
68
CONSENTIMIENTO INFORMADO
_________________________________
MC. Martin Velez Nuñez
Médico Cirujano