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“La depresión en la adolescencia de 15 a 17 años”

LA DEPRESIÓN EN ADOLESCENTES
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
La Organización Mundial de la salud (OMS, 2017) indica que la depresión es una
enfermedad frecuente en todo el mundo, y se calcula que afecta a más de 300 millones de
personas. La depresión es distinta de las variaciones habituales del estado de ánimo y de
las respuestas emocionales breves a los problemas de la vida cotidiana. Puede convertirse
en un problema de salud serio, especialmente cuando es de larga duración e intensidad
moderada a grave, y puede causar gran sufrimiento y alterar las actividades laborales,
escolares y familiares. En el peor de los casos puede llevar al suicidio. Cada año se
suicidan cerca de 800 000 personas, y el suicidio es la segunda causa de muerte en el
grupo etario de 15 a 29 años.
Antecedentes.
“Durante la adolescencia (15 a 17 años) se presentan diversos cambios tanto a nivel
fisiológico, como a nivel psicológico, tales acontecimientos llevan al adolescente a
establecer otro tipo de relaciones en el medio en que se desenvuelve. Las relaciones con
el grupo de pares se hacen más estrechas y además, se produce el desprendimiento real de
la familia. No obstante, el papel de la familia es primordial en esta etapa, ya que las
estructuras familiares ponen en funcionamiento desde una edad muy temprana y de forma
definitiva tres aspectos de la conducta del individuo, que engloban la totalidad del
comportamiento: cómo pensar y enjuiciar, cómo actuar y experimentar y, cómo sentir y
gozar. Debido a la inestabilidad que caracteriza a los adolescentes, es frecuente que
presenten síntomas de diversos trastornos psicológicos que tienden a desaparecer con la
conclusión de esta etapa, la depresión es uno de ellos. Uno de los riesgos más importantes
al presentarse una sintomatología depresiva, es que muchos adolescentes pueden buscar
refugio en las drogas, como una medida para evadir su realidad, negarla o enfrentarla.”
García A. 2002

“la depresión como el síndrome en el que interactúan diversas modalidades: somática,


afectiva, conductual y cognitiva. Considerando que las distorsiones cognitivas en el
análisis y procesamiento de la información, son la causa principal del desorden a partir
del cual se desatan los componentes restantes” Hollon y Beck (1979)
Sin embargo, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2017 dio a conocer que
22 millones de personas tuvieron desordenes asociados a la depresión en 2015, un 18%
más que las cifras registradas en 2005.
Morales A. representante de la Organización Panamericana de la Salud informo en 2017
que la pobreza es el denominador común para que exista la depresión, pero el problema
de salud mental no es exclusivo del modelo de carencias socio- económico. La depresión
puede afectar a cualquier persona, sin importar estrato social, condición socio-económica
y no significa que el estado mental permanezca, pero se recomienda tratarlo.
“Ante estos acontecimientos, es importante señalar que a nivel mundial se ha reconocido
que la depresión ocupa el cuarto lugar en cuanto al peso de enfermedad (Bowlby, 1980,
citado por Lara, 1998), es responsable de uno de cada diez años de vida perdidos en la
población. En el año 2020, la depresión ocupará el segundo lugar, después de los
problemas cardiacos. En México, la Fundación Mexicana para la Salud, indica que sobre
la discapacidad y muerte prematura (AVIS) por trastornos depresivos mayores se
presenta un índice de 74.6 para los varones y de 148.6 para las mujeres por cada 100 000
habitantes. Los datos epidemiológicos nacionales e internacionales coinciden en señalar
una prevalencia de la depresión de 2:1 entre hombres y mujeres. En México la Encuesta
Nacional de Salud Mental reporta una prevalencia de los trastornos depresivos más
severos en 3.9% de las mujeres y 2.2% de los varones”. ( Caraveo-Anduaga, Medina-
Mora, Rascón, Villatoro, Martínez-Vélez y Gómez, 1996)
Un total de 2.408.700 españoles sufrieron en el año 2015 depresión, una enfermedad cuya
prevalencia está aumentando en el mundo y que en el caso de España representa el 5.2%
de la población. La OMS señalo en un nuevo informe que el número de personas que
vive con depresión ha aumentado un 18.4% entre los años 20005 y 2015. En la región
europea, Ucrania tiene la mayor tasa de personas con depresión en relación a la población
(un 6.3% o 28 millones) seguido por Portugal (5.7% o 578.234 lusos) y de Rusia (5.5% o
7.8 millones).
De acuerdo con la OMS cerca de 788.000 personas se quitan la vida por depresión al año.
Casi la mitad de las personas en el mundo que tienen depresión viven en la región del
sureste asiático y del Pacifico Occidental, lo que refleja las poblaciones relativamente más
grandes de estas dos zonas mundiales, que incluyen a la India y a China.
Organización Mundial de la Salud (OMS), 2015
El Instituto Nacional de Psiquiatría, en el 2017 mostro que, en México, se estima un 9.2%
de la población ha sufrido depresión, que una de cada cinco personas sufrirá depresión
antes de los 75 años y que los jóvenes presentan tasas mayores. En nuestro país, la
depresión ocupa el primer lugar de discapacidad para las mujeres y el noveno para los
hombres.
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS, 2016) describe que la depresión es una
enfermedad que puede afectar a cualquier persona y se manifiesta por cambios en el estado
de ánimo, en el comportamiento, los sentimientos y la forma de pensar. Siempre y cuando
estos cambios sean continuos y duren más de dos semanas.
De todo lo antes mencionado se elabora la siguiente pregunta de investigación:
¿Informar por qué la depresión es un problema social?
Objetivo general.
 Identificar cuáles son las causas y síntomas de la depresión en adolescentes de 15 a
17 años

Objetivos específicos.

 Mostrar los tipos de depresión que tienen los adolescentes.


 Examinar cómo afecta la depresión a los adolescentes.
 Identificar las posibles causas que produce la depresión en los adolescentes.
 Advertir sobre la gran taza de suicidio por causa de la depresión
 Dar a conocer en que genero se muestra con mayor frecuencia la depresión.
Justificación

Se realiza este estudio porque se tiene una razón social que atender desde el punto de
vista de la psicología ya que las cifras que nos arrojan los organismos internacionales y
nacionales está enfermedad mental va en aumento.
Así mismo se realiza para mostrar cómo afecta la depresión en la adolescencia, sus
características, así como también sus causas y sus consecuencias. La depresión es un
problema muy importante ya que afecta a muchos jóvenes a nivel mundial. Además, es
una de las problemáticas que la sociedad no le brinda la importancia necesaria, ya sea por
falta de interés o ignorancia.
La exposición de nuestro trabajo será útil para hacer reflexionar a los estudiantes y
adultos sobre las consecuencias de este trastorno y poder tomar medidas pertinentes con
respecto a este tipo de situaciones.
INDICE TENTATIVO
MARCO HISTORICO
PRIMEROS ANTECEDENTES DE LA DEPRESION
SURGIMIENTO DE LA DEPRESION EN ADOLESCENTES
MARCO CONCEPTUAL
DEPRESION
ADOLESCENCIA
DEPRESION EN LA ADOLESCENCIA
MARCO LEGAL
LEY DE LA SALUD
MARCO REFERENCIAL
TEORIAS
CARACTERISTICAS DE LA DEPRESION
SINTOMAS DE LA DEPRESION
CAUSAS DE DEPRESION
ETAPAS DE MANIFIESTO
NIVELES
DURACION
TRATAMIENTO
CONSECUENCIAS
CAPITULO DOS
Marco conceptual

Hollon y Beck (1979), definen la depresión como el síndrome en el que interactúan diversas modalidades:
somática, afectiva, conductual y cognitiva. Considerando que las distorsiones cognitivas en el análisis y
procesamiento de la información, son la causa principal del desorden a partir del cual se desatan los
componentes restantes.
Villafrade, M. (2013), define la depresión como un trastorno en el estado de ánimo, que se puede
manifestar de variadas formas: pérdida de interés en todas las actividades, desánimo, sentimientos de
tristeza, obsesión por la muerte con pensamientos suicidas o temores acerca de la muerte y del mismo
hecho de morir. Siempre se observan cambios en el apetito, calidad y ritmo del sueño y en las relaciones
interpersonales especialmente con familiares y amigos; en los niños y adolescentes se observa bajo
rendimiento a nivel escolar, mal carácter, comportamiento antisocial que puede llegar a la delincuencia,
consumo de alcohol y otras drogas

Para Fierro (1995), la adolescencia constituye un período y un proceso: a) de activa desconstrucción de


un pasado personal; b) de proyecto y de construcción del futuro a partir de un enorme potencial y acervo
de posibilidades activas que el adolescente posee y tiene conciencia de poseer. De esta manera, afirma
que la adolescencia es una etapa psicosocial y, no sólo fisiológica o psicológica. El logro evolutivo
individual depende de circunstancias sociales e históricas, que pueden facilitar o dificultar adherirse a un
determinado estilo de vida e identidad personal.
Por otra parte, Delval (1994), considera que es durante la adolescencia cuando se alcanza la etapa final
del crecimiento, con el comienzo de la capacidad de reproducción, aunado a esto, se inicia la inserción
en el grupo de los adultos y en su mundo. El sujeto tiene que realizar una serie de ajustes según las
características de la sociedad y las facilidades o dificultades que proporciona para esa integración. De
ello dependerá que atravesar por esta etapa de la vida sea más o menos difícil y se realice de una forma
traumática o sin muchas dificultades.

En este periodo se marcan cambios muy importantes en tres áreas:


Físicamente, el adolescente experimenta todos los cambios corporales de la pubertad.
En cuanto al desarrollo cognoscitivo, los adolescentes inician el pensamiento operacional formal y los
primeros pasos hacia la construcción de una identidad ocupacional y sexual. Las primeras etapas de las
operaciones formales son visibles para muchos, pero no para todos los adolescentes en este periodo. Estas
etapas de los 14 años o más se caracterizan por un razonamiento moral convencional. A los 17 o 18 años,
algunos adolescentes han alcanzado operaciones formales consolidadas por un razonamiento moral.
En el desarrollo social estos cambios no sólo afectan a las relaciones con sus compañeros, también afectan
a las relaciones con sus padres. De hecho, es el periodo de desequilibrio social con mayores problemas en
las relaciones padre-hijo, influencia máxima de la presión de los compañeros y problemas de la conducta
y depresión. El adolescente empieza a cuestionar los antiguos valores, los viejos papeles, las viejas ideas
de la identidad. Las amistades individuales son importantes a lo largo de este periodo, aunque también se
inician las relaciones heterosexuales.
Brown y Harris (1978), Diener y Dweck (1980), Adam (1982), han confirmado que las
descompensaciones depresivas adolescentes prosiguen a eventos vividos como pérdidas (separaciones,
reales o amenazas, revelaciones que llevan a ver en forma negativa la imagen y la relación con una
persona significativa, enfermedades graves o pérdida de un ser querido, erradicaciones sociales o
cambio de residencia, fracaso escolar o laboral, problemas económicos, etc.).
Marco referencial

Teorías conductuales de la depresión


Las aproximaciones conductuales al tratamiento de la depresión se caracterizan fundamentalmente por
utilizar una metodología científica más que una teoría específica o un conjunto de técnicas (Antonuccio,
Ward y Tearnan, 1989). Los tratamientos conductuales de la depresión tienden a confiar en los hallazgos
empíricos de la psicología experimental, centrándose en los determinantes actuales de la conducta más
que en la historia de aprendizaje. El modelo conductual sugiere que la depresión unipolar es
fundamentalmente un fenómeno aprendido relacionado con interacciones negativas entre la persona y su
entorno (p.ej., relaciones sociales negativas o baja tasa de refuerzo). Estas interacciones con el entorno
pueden influenciar y ser influidas por las cogniciones, las conductas y las emociones, y las relaciones entre
estos factores se entienden como recíprocas. Las estrategias conductuales se utilizan para cambiar los
patrones poco adaptativos de conducta, cognición y emoción (Antonuccio et al., 1989).
La disminución del refuerzo positivo
la depresión puede ser el resultado de la reducción del refuerzo positivo contingente a las conductas del
paciente. El total de refuerzo positivo que consigue un sujeto es función de: 1) el número de
acontecimientos que son potencialmente reforzadores para la persona; 2) el número de hechos
potencialmente reforzadores que tienen lugar; y 3) el conjunto de habilidades que posee una persona (p.ej.,
habilidades sociales) para provocar refuerzo para sus conductas proveniente del entorno.
Entrenamiento en autocontrol
Rehm (1977) propuso un modelo de autocontrol para la depresión en el que intentó integrar los aspectos
cognitivos y conductuales del trastorno. El entrenamiento en autocontrol para manejar la depresión hace
énfasis en una combinación de la consecución progresiva de la meta, autor refuerzo, manejo de
contingencias y rendimiento conductual.
El modelo de Nezu
Nezu y sus colaboradores (Nezu, 1987; Nezu, Nezu y Perri, 1989) desarrollaron una formulación de la
depresión donde la cuestión central para el comienzo y el mantenimiento de la depresión en un individuo
son los déficits o la ineficacia de sus habilidades de solución de problemas.
Las teorías cognitivas de la depresión
Las terapias cognitivas son el resultado de una tradición intelectual que se remonta al menos a la filosofía
estoica, y más recientemente a la psicopatología empírica, en cuanto que consideran que la interpretación
del sujeto sobre un suceso es más importante que el suceso en sí mismo. Esto es, las teorías cognitivas
hacen énfasis en que la percepción errónea de uno mismo, de los otros y de los sucesos puede dar lugar a
un trastorno depresivo.
La teoría de la indefensión aprendida y su reformulación
Seligman (1975) hipotetizó que la depresión se produce cuando el sujeto no es capaz de discriminar la
relación (contingencia) entre su comportamiento y las consecuencias que le siguen, ya sean positivas o
negativas. Como consecuencia de ello se produciría lo que Seligman denominó indefensión aprendida.
Este término se refiere al estado de pasividad, así como a otras actitudes que se generan en el sujeto cuando
se ha expuesto a un proceso en el que no existe contingencia entre la conducta y las consecuencias de la
misma.
La teoría cognitiva de Beck
Actualmente la mayoría de los trabajos empíricos sobre la depresión se basan en la teoría cognitiva que
propusieron Beck et al. (1979), según la cual la depresión es en gran medida el resultado de una
interpretación errónea de los acontecimientos y situaciones que tiene que afrontar el sujeto.
Esta formulación teórica gira en torno a tres conceptos básicos: la cognición, el contenido cognitivo y los
esquemas. La cognición se refiere al contenido, proceso y estructura de la percepción, del pensamiento y
de las representaciones mentales. El contenido cognitivo es el significado que el sujeto da a los
pensamientos e imágenes que tiene en su mente; para los terapeutas cognitivos la interpretación que haga
el sujeto sobre un hecho (contenido cognitivo) tendrá una influencia importante en lo que siente.
Teorías biológicas de la depresión
A pesar de la gran cantidad de investigación que se ha realizado en las últimas décadas acerca de la
biología de la depresión, todavía es escaso el conocimiento sobre el papel de los factores biológicos en la
etiología y patogénesis de la depresión mayor (Thase y Howland, 1995). La mayoría de las teorías de la
depresión hipotetizan alteraciones en uno o más de los sistemas neuroquímicos del cerebro.
Según la OMS, “la depresión es el resultado de interacciones complejas entre factores sociales,
psicológicos y biológicos”. A continuación, veremos algunos.

Factores biológicos. A veces, la depresión viene de familia, como le sucedió a Julia. Eso indica que puede
haber algún elemento genético que afecte el equilibrio químico del cerebro. Otros factores de riesgo son
las enfermedades cardiovasculares y los cambios en los niveles hormonales. Además, abusar del alcohol
o consumir drogas durante mucho tiempo puede provocar depresión o agravarla.

Estrés. Aunque un poco de estrés no es malo, estar sometido siempre a una tensión excesiva es muy
dañino para el cuerpo y la mente, y puede acabar hundiendo en la depresión a jóvenes más propensos a
deprimirse. Claro está, como se ha mencionado, aún se desconocen las causas específicas de la depresión,
que pueden abarcar varios factores.
Algunas situaciones que generan estrés a los adolescentes son la separación o el divorcio de los padres, la
muerte de un ser querido, el maltrato físico, el abuso sexual, un accidente grave o una enfermedad.
Los problemas de aprendizaje también provocan estrés, en especial si el joven se siente rechazado por
ello. A esto quizás se le sume que los padres esperen demasiado de él, por ejemplo, en lo relacionado con
logros académicos. Otras posibles causas de estrés son el bullying, la preocupación por el futuro, el
distanciamiento emocional de un padre deprimido o que el trato de los padres sea impredecible. Si debido
a alguno de estos factores el adolescente cae en depresión.

DEPRESIÓN LEVE
Presenta baja del estado de ánimo y dos o tres manifestaciones más, como fatiga, alteraciones del sueño,
del apetito, de la atención o concentración. Pero no afecta sus actividades de la vida diaria.

DEPRESIÓN MODERADA
Presenta baja del estado de ánimo de forma importante, asociado a llanto fácil, agotamiento, molestias
físicas, alteraciones del sueño, del apetito. Pensamientos de que "no vale nada", "todo le sale mal",
aislamiento familiar o social. También se puede asociar ansiedad, nerviosismo.
Se diferencia de la depresión leve porque afecta las actividades de la vida diaria.
DEPRESIÓN GRAVE
Presentan baja del estado de ánimo de forma severa, llanto, tristeza, aislamiento, pérdida del sueño, del
apetito, de interés en todas sus actividades. Piensan que no deben seguir viviendo porque afectan a los
demás, que no son capaces de hacer nada, que no valen nada. Por lo tanto, comienzan a planear como
podrían quitarse la vida.
Se diferencia de la depresión moderada porque se afectan por completo todas sus actividades de la vida
diaria. Les incapacita.

El DSM – III (1998), menciona los síntomas asociados más frecuentes incluyen llanto, ansiedad,
irritabilidad, rumiación obsesiva o repetitiva, excesiva preocupación por la salud física, crisis de
angustia o fobias.
Cuando hay alucinaciones o ideas delirantes su contenido concuerda normalmente de una forma clara
con el estado de ánimo predominante. Una idea delirante habitual es la de creerse perseguido a causa de
una transgresión moral o de incapacidad personal. Puede haber ideas delirantes nihilistas, de destrucción
personal o el mundo, sománticas (de cáncer u otra enfermedad grave) o de pobreza. Cuando hay
alucinaciones, son generalmente transitorias y no elaboradas y pueden consistir en voces que censuran al
sujeto por su maldad ó defectos. Es menos frecuente que el contenido de las alucinaciones ó ideas
delirantes no tengan relación con la alteración del estado de ánimo (no congruentes). En particular, este
es el caso de las ideas delirantes de la persecución, en las que el sujeto no puede explicar porque es parte
de ella. Los síntomas psicóticos no congruentes con el estado de ánimo que son menos habituales son:
inserción del pensamiento, difusión del ánimo e ideas delirantes de control.

Las modalidades no biológicas deberán ser parte integral del tratamiento ya que son esenciales para
obtener un mejor resultado clínico como lo son: mejorar la adherencia al tratamiento, disminución de los
pensamientos negativos y distorsiones cognoscitivas.
Entre las estrategias no-biológicas más utilizadas se encuentra la psicoterapia. A pesar de una gran
tradición y variedad en las opciones psicoterapéuticas. Entre las mejor estudiadas se encuentran la terapia
interpersonal y la terapia cognitiva-conductual.
Estas variantes psicoterapéuticas integran conceptos dinámicos, psicosociales y conductuales, entre otros.
Psicofarmacología: La intervención terapéutica más habitual en los últimos años han sido el uso de agentes
farmacológicos.
Mecanismo de acción antidepresiva: Existe una gran variedad de sustancias con diferente estructura
química y una variedad de mecanismos de acción, que enriquecen el arsenal terapéutico antidepresivo.
Selección de Antidepresivos: Como el número de medicamentos antidepresivos se ha multiplicado en
años recientes, nuevos parámetros deberán utilizarse en la selección del medicamento indicado a cada
paciente. Los usos en conjunto de otros medicamentos deberán ser considerados con sumo cuidado y sus
efectos.
Al inicio del tratamiento el paciente deberá ser educado de manera rutinaria acerca del curso natural en la
enfermedad, el consentimiento informado del paciente. Este lleva consigo una descripción de los riesgos
y beneficios anticipados con el uso del medicamento propuesto.
Monitoreo y continuidad: Es esencial mantener un monitoreo cercano y sistemático del progreso del
paciente.
El objetivo primordial del tratamiento antidepresivo deberá ser promover la remisión del cuadro clínico,
si lo anterior se logra, la decisión de extender el tratamiento a una fase de continuación este seis a nueve
meses. La terapia aumentativa se refiere al uso de sustancias no consideradas en particular antidepresivas.
La buspirona se utiliza con frecuencia para aumentar los efectos farmacológicos, el uso de combinación
farmacológica se ha vuelto bastante popular debido a la práctica de polifarmacia racional que apoya el uso
de dos o más agentes con efectos terapéuticos similares lo que común mente son llamados Antidepresivos.

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