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JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

airo HE HECHO 10

Risnp

MADRID
Tipografía de Archivos. Olózaga, i.
1932
ÍNDICE
PAGS.

Dedicatoria...... 3
" S i en el mar de la m u r m u r a c i ó n " 5
Advertencia preliminar., 7
Introducción 11
Capítulo I. O R Í G E N E S B E LA GUERRA. Lope de Vega en 1617. Apari-
u
ción de la Spongia". El Maestro Pedro de Torres Rámila; su fa-
milia, su vida, sus estudios; sus relaciones en Madrid, Toledo
y Alcalá con literatos y otros personajes del siglo xvii. Amistad
de Torres Rámila y Sitares de Figueroa. El Certamen poético de
Nuestra Señora del Sagrario 60
Capítulo I I . L A " S P O N G I A " . Extraña desaparición de la obra y su
carácter. Intervención en ella de Sitares de Figueroa. ha tra-
ducción de la "Poética" de Aristóteles por Mártir Rizo. Datos
existentes y nuevos acerca del lugar de impresión y del conte-
nido probable de la "Spongia 1 '. Sus alusiones. Sus ataques a Gon-
zález de Salas, al padre Luis de la Cerda, a Tribuidos de Toledo,
a Pérez de Herrera y a Mariana, y respuesta de éste go
Capítulo I I I . P R I M E R A S RESPUESTAS A LA " S P O N G I A " . Efecto e im-
portancia del libelo de Torres Rámila. Actitud del "Fénix" y
los suyos ante el ataque. Dos sátiras meditas de Lope de Vega;
autenticidad de su atribución, su carácter, su contenido. Datos nue-
vos que aportan relativos a. Torres Rámila y a Suárcz de Fi-
gueroa. "El Triunfo de la Fe en los Reinos del Japón" : sus alu-
siones. Un cartel de desafío de "Franciscus Antididascalus" diri-
gido a Torres Rámila; rareza y descripción del mismo 134
Capítulo I V . L A "EXPOSTULATIO SPONGIAE". Carácter, mtores y enig-
ma bibliográfico de la "Expostulatio". Su contenido. Panegiristas
de Lope de Vega y detractores de Torres Rámila. La respuesta a la
"Spongia". Cruel difamación de Torres Rámila. El "Onciropacg-
nion" c interés de sus noticias. El "Appcndex Expostulationcm
Sponc/iae" de Sánchez de Moratalla. Otras alusiones de Lope re-
ferentes a la guerra en esta época. 163
Capítulo V. " L A FILOMENA." Estado de la guerra después de la "Ex-
postulatio Spongiae". Respuesta definitiva de Lope de Vega; la poé-
426 JOAQUÍN DE ENTRAMP.ASAGUAS Y PEÑA

PÁGS.

tica lucha del "Ruiseñor" y el "Tordo" y los partidarios de am-


bos. Victoria del "Fénix" sobre los preceptistas aristotélicos. "El
Jardín de Lope de Vega" y sus perros "Ramynto" y "Maya". Más
noticias de la guerra en el año 1621.... 233
Capítulo VI. RESULTADOS DE LA GUERRA. Últimos estudios de Torres Rá-
mila; sus oposiciones a Colegial Mayor de San Ildefonso de Alcalá.
Unas informaciones excepcionales y el mundo literario madrileño.
Torres Rámila aicansa la beca de colegial. Otras alusiones a la gue-
rra por esta época 253
Capítulo VIL E L FINAL DE LA GUERRA. La interferencia de don Juan,
de Jáuregui: su lucha con Lope de Vega. Alusiones de los "So-
liloquios Amorosos". Estudios y comisiones universitarias de To-
rres Rámila en esta época. El curato de Helechosa de los Montes.
El "Laurel de Apolo" y la "Expostulatio Spongiae". Ataque pos-
trero : "La Dorotea". Muerte de Lope de Vega y "Fama postu-
ma". Los últimos años de la vida de Torres Rámila y su muerte. 317
Apéndice. Dos sátiras inéditas de Lope de Vega 361
Erratas 425
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LOPE DE VEGA

.i
1

Edición especial de 250 ejemplares numerados.


Ejemplar núm
JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

UNA GUERRA LITERARIA DEL SIGLO DE ORO

LOPE DE VEGA
"Y" L.O!

PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS

IYO HE HECHO LO

icnvNnraoj

MADRID
"Tipografía de Archivos. Olózaga, i.
1932
A don Juan Hurtado y Jiménez de
la Serna y a don Ángel González
Palencia, con la más sincera admi-
ración y el mayor afecto,
Joaquín de Entrambasaguas.

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i^

" S i en el mar de la murmuración


se pierden bajeles de alto bordo, ane-
gúese mi pobre barquilla, tan miserable
que apenas se ve en las aguas, y a quien
por cosa inútil pudieran perdonar las
olas de la ociosidad y los vientos de la
envidia."
LOPE DE VEGA.
1617.
UNA GUERRA LITERARIA DEL SIGLO DE ORO

LOPE DE VEGA
Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS

ADVERTENCIA PRELIMINAR

i. Al decidirme a dar por terminado este trabajo y publicarlo


*LO se me oculta que, inmediatamente que esté impreso, ha de
-comenzar a sufrir adiciones y modificaciones conforme se vayan
utilizando y ampliando los nuevos elementos que aporta a la
investigación históricoliteraria del siglo de oro español.
2. Pero en la imposibilidad de agotar totalmente el tema,
me parece más útil que intentarlo, en vano, presentar ahora cuanto
he logrado reunir y hallar durante una paciente y pesadísima in-
vestigación, sólo estimable, con seguridad, para aquellos dedi-
cados por entero a tan ingratas labores.
3. Para ellos es al fin. Y así podremos completar entre to-
dos uno de los aspectos más interesantes de la vida intelectual
en la gran época de la literatura española: la lucha de Lope de
Vega contra los preceptistas de raigambre aristotélica, cuyo pa-
ladín vino a ser, por su desdicha, el doctor Pedro de Torres Rá-
nula, más famoso que conocido.
4. La falta misma de datos y la oscuridad impenetrable que
rodeaba a esta guerra, confusamente juzgada hasta el presen-
te 1, no hacían sospechar siquiera, ni con mucho, la excep-

1 Contra lo que era de esperar, no aludió a ella Juan Pérez de Mon-


talbán en la biografía del Fénix- de los Ingenios que puso al frente de la
8 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

donal importancia que adquirió y su extraordinaria trascenden-

Fama Postuma, Madrid, 1636, quizás no queriendo que empañara la glo-


ria de Lope una lucha que tanto le amargó la vida. El primero que lo hizo
fué Nicolás Antonio en su Bibliotheca hispana nova, Roma, 1672 (2." ed. Mar
drid, 1788, tomo II, pág. 243}; pero tan poco explícitamente, a pesar de
que pudiera haber aclarado bien los hechos, que apenas si indicó el medio de
poder allegar más noticias.
A Nic. Ant. siguieron, ampliando algunos puntos acertada o erróneamente,
Juan Antonio Pellicer en su Ensayo de una biblioteca de traductores españoles,
Madrid, 1778 (pág. 168) y en la Vida de Cervantes, impresa al frente de su
edición del Quijote, de Madrid, 1797 (tomo I) y luego por separado en Ma-
drid, 1800 (pág. 75); José Antonio Alvarez Baena en sus Hijos de Madrid
ilustres, Madrid, 1789-91 (tomo II, pág. 185); José de Rezabal y Ugarte e n
su Biblioteca de los escritores que han sido individuos de los seis colegios
mayores, Madrid, 1805 (pág. 362); Martín Fernández de Navarrete en su
Vida de Cervantes, Madrid, 1819 (pág. 441), y otros varios de menor interés
que aludieron al asunto.
El barón Adolfo Federico de Schaclr, e-a Geschichtc der dramatischen
Literatur und Kunst in Spanien, Berlín, 1845-46 (traducción de Eduardo
de Mier, Madrid, 1885-87, tomo III, pág. 328), aprovechó parte de lo preceden-
te y además, aunque no le cite, lo que había dicho antes que todos Juan An-
drés Dieze en sus notas a Velázquez {Geschichtc der Spanischen Dichtkeunst,
Gottbga, 1769), no conocidas en España. Y don Marcelino Menéndez y Pelayo,
en la Historia de las Ideas estéticas cn España, tomo II (siglos xvi y x v n ) ,
M'adrid, 1884 (2.a edición, tomo III, Madrid, 1896, págs. 412 y sigts.), se
ocupó principalmente de relacionar la guerra entre Lcxpe de Vega y Torres
Rámila con su época y logró ya indicar en cierto modo la cronología de los
acontecimientos.
Pero quien más ampliamente trató del asunto, sobre todo desde el punto
de vista histórico, fué don Cayetano Alberto de La Barrera en su Nueva bio-
grafía de Lope (Obras completas de Lope de Vega. Ed. de la Academia Es-
pañola, tomo I. Madrid, 1890, págs. 299-312)". En ella, aun cuando dejara
lagunas y errores de quienes le precedieron, procuró al menos aclarar mu-
chas encubiertas alusiones y documentar lo más posible cuanto se sabía; pero,
desgraciadamente, mezcló a Góngora y a los culteranos en la cuestión (*), y
si no adujo pruebas de su suposición, en cambio desvió por completo el valor de
la guerra en la literatura del siglo de oro, y embrolló aún más lo que ya de
por sí estaba oscuro, y su trabajo, por un exceso de celo, fracasó en parte.
No se tomó tanto interés don Manuel Martínez Añíbarro en su Intento de

(*) A lo largo de las páginas que siguen se verá cómo el autor de las
Soledades permaneció al margen de la guerra por entero. Con razón don Mi-
guel Artigas supone, en su magnifico estudio Don Luis de Góngora y Argote,
Madrid, 1925 (pág. 164), que el gran poeta cordobés "no necesitaba ayudas de
gramáticos pedantes para atacar a Lope ni a nadie". "He tenido opinión que
nadie hasta hoy me ha quedado a deber nada..." "Ese era su carácter y su
lema."

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LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 9

cía en la vida de Lope de Vega y de varios de los más célebres"


ingenios coetáneos suyos; pero, sin embargo, siempre se ha re-
conocido su estudio como del mayor interés 2, aun cuando, debi-
do, sin duda, a las dificultades que presentaba por la extensión

un Diccionario biográfico y bibliográfico de autores de la provincia de Burgos


(pág. 519), publicado cuando la obra de La Barrera, pues aunque el pie de
imprenta es de Madrid, 1889, el colofón indica que se acabó en 1890. Se limi-
tó a copiar a Rezabal y algún otro, haciendo caso omiso de Schack y Menéndez
Pelayo, y lo que faltaba lo suplió con su fantasía, sin saber siquiera p a r a qué.
E n cuanto a, los posteriores biógrafos del Fénix, no hicieron más que se-
guir a La Barrera, sin aportar nada nuevo, y a veces enturbiando más lo ya
conocido con suposiciones algo aventuradas, ya que investigar directamente hu-
biera requerido mucho tiempo. Así lo hicieron notar Rennert y Castro en su
Vida de Lope de Vega, Madrid, 1919 (pág. 263), si bien, a causa de seguir
a Schack, volvieron a deshacer la cronología de la guerra, ya aclarada, en ras-
gos generales, por Menéndez y Pelayo.
Otros rehusaron averiguar más, aun cuando debían haberlo hecho tam-
bién, como el padre Aicardo, que habiendo de tratar extensamente de la
citada lucha de Lope y sus enemigos, dice con desenfado: " D e T o r r e s y
los suyos no hay que hablar a h o r a " ( ! !) {Lope de Vega, sacerdote y poeta
(1615-1635). E n Razón y Fe, tomo X I V , pág. 438). Y conste que, como es d e
sospechar, no lo hizo en ninguna otra parte, por fortuna, pues en sus estu-
dios acerca del Fénix demuestra la más completa incomprensión de su vida,
que juzga con un criterio estrecho y seco, donde en vano quiere sujetar al
" M o n s t r u o de N a t u r a l e z a " .
De todos modos, el más obligado a tratar de la guerra entre Lope de Vega
y T o r r e s Rámila era don Francisco de Asís Icaza en su atrayente libro : Lope
de Vega, sus amores y sus odios (Madrid, "Renacimiento", sin .'ño), admira-
blemente escrito y lleno de amenidad y comprensión para el Fénix —el re-
verso del padre A i c a r d o — ; pero no lo hizo así, y iii mencionó siquiera al
enemigo de Lope, a pesar de que este odio es interesantísimo, pues ataca a la
gloria de escritor del autor de La Dorotea, es decir, al elemento más elevado
de su espíritu. No obstante, escribió un párrafo sugerentísimo:
" L a s amistades y los amores de Lope eran menos peligrosos que sus ren-
cores y sus odios: desahogábanse éstos, generalmente, en maledicencia lite-
raria epistolar, ya en prosa, ya rimada., y en esta o en aquella alusión de
sus comedias y escritos sueltos en las que nunca llegó ni al intencionado ata-
que de Ruiz de Alarcón, ni a la agria censura de Suárez de Figueroa, ni mu-
cho menos a la acerada o contundente sátira de Quevedo o al venenoso sar-
casmo de Góngora" (pág. 298).
Claro es que Icaza habría variado bastante su opinión respecto de la mode-
ración satírica de Lope si hubiera tenido noticia de algunos datos de los que
aparecen en este trabajo.
Finalmente, quiero advertir que cuando sea conveniente indicaré las apor-
taciones de cada uno de los autores y su acierto o error.
2 " P o r interesante que sea esta controversia, no podemos detenernos
aquí en ella." (Rennert y C a s t r o : Ob. cit., pág. 263, nota 1.)
10 JOAQUÍN DE ENTRAMBAS AGUAS Y PEÑA

•de asunto y el gran número de personajes relacionados con él,


nadie se decidiera a llevarlo a cabo.
5. En este trabajo lo he procurado en gran parte. Si no lo-
gré mi propósito, al menos he enriquecido con nuevas y curio-
sas aportaciones, no sólo la vida y la obra de Lope, sino también
las de Pedro de Torres Rámila, Cristóbal Suárez de Figueroa,
Juan Pablo Mártir Rizo, Francisco López de Aguilar, Tomás
Tamayo de Vargas, Luis Tribaldos de Toledo, Manuel Ponce,
Luis Vélez de Guevara, Vicente Espinel, fray Hortensio Félix
Paravicino, fray Lucas de Montoya, Alfonso Sánchez de Mora-
talla, Simón Chauvel, Juan de Pina, Elisio de Medinilla, Anasta-
sio Pantaleón de Ribera, José de Pellicer, etc., etc., que intervie-
nen más o menos directamente en la cuestión. Lo que haya de
nuevo o de valor ya se verá en cada caso, si no lo deslucen las
faltas mías.
6. Por último, debo advertir que solamente se estudiará en las
páginas que siguen el desenvolvimiento meramente histórico de la
guerra, excluyendo, de intento, cuantas observaciones críticas pu-
dieran suscitarse acerca de las tendencias ideológicas del uno o
del otro bando, lo cual será objeto de un estudio extenso, que
preparo, acerca de Lope de Vega y la preceptiva literaria de su
tiempo, donde se expondrán todas las discrepancias y afinidades
de la obra del Fénix con el pensamiento literario de su época y a
la vez con el suyo propio 3.
7. Por análogas razones quedan al margen de este trabajo
las relaciones literarias de Lope de Vega con cualquier otra evo-
lución literaria —culteranismo, conceptismo, e t c . . — , salvo cuan-
do tengan algún punto de interferencia con el asunto que voy a
tratar, y también los panegiristas del Fénix ajenos a esta guerra,
así como los enemigos que tuvo de carácter personal, no litera-
rios, el inmortal poeta madrileño.

3 Siempre será antecedente principalísimo, que debe consultarse, fea


•Historia de las Ideas estéticas en España (tomo III, págs. 301 y sigts.), del
insustituible maestro don Marcelino Menéndez y Pelayo, que en éste, como en
infinitos casos, dejó marcado con trazos firmes el camino a seguir.
INTRODUCCIÓN

i. Las tendencias literarias, derivadas del pensamiento re-


nacentista, que se difundieron en España durante la primera
mitad del siglo de oro, no tuvieron realmente cohesión y fuerza
ideológicas hasta finales del siglo xvi, cuando fueron asimilán-
dose a la psicología nacional y aparecieron los grandes renova-
dores de los géneros literarios: Cervantes, Lope de Vega, Que-
vedo y Góngora, a los cuales no es difícil asignar los restantes
valores de la literatura española durante los reinados de los tres
Felipes de Austria, cuyo centro de esplendor es próximamente
el año i6co.
2. Nunca se insistirá bastante sobre la inmensa influencia
ejercida en España por la literatura italiana del Renacimiento,
que debería estudiarse como introducción de la nuestra *. Ella
nos trajo, a la vez que su preceptiva propia, la retórica clásica
que había absorbido, y así pudo adentrarse en nuestras letras,

i Recientemente he indicado la necesidad ineludible de que se funde en


España una cátedra de Literatura Italiana comparada con la Española, y asi
se pueda estudiar ésta de modo completo y científico, para lo cual seria ex-
celente ayuda la creación de un Instituto Hispano-Italiano que facilitara, las
relaciones culturales entre "las dos privilegiadas penínsulas que, con Grecia,
constituyen las tres etapas decisivas de la cultura mediterránea y europea ; de
ellas irradiaron, cronológicamente, la seguridad clásica, la emotividad rena-
centista y la inquietud transoceánica moderna: el occidente spengleriano en-
tero". (Véase la Advertencia a mi traducción del precioso opúsculo El Islam
y el Cristianismo, del ilustre profesor italiano Ezio Levi d'Ancona. Ma-
drid, 1931, ¡pág. 3.) ¿Lograremos algún día que se realice este gran paso
en el estudio de nuestra cultura literaria?
12 JOAQUÍN DE ENTRAMBAS AGUAS Y TEÑA

después de que en vano habían intentado realizarlo directamente


los humanistas y renacientes hispanos quinientistas.
3. Así se explica que al comenzar la segunda mitad del sigla
de oro —época creadora y no de formación como la primera—
los escritores españoles siguieran la preceptiva aristotélica, in-
fluida o no por Horacio "; pero siempre vista a través de la
literatura italiana del Renacimiento, a diferencia de los precep-
tistas, que, más apegados a la tradición, glosaban eruditamente
la retórica grecolatina sobre los textos originales.
4. Cervantes, pese a sus vanos intentos de unirse a las nue-
vas tendencias % fué, ante todo, un hombre del Renacimien-
to 4 que siguió a través de éste la preceptiva clásica siempre
que pudo 5 ; de aquí que sea el escritor más representativo de
su época, el verdadero "hombre en su siglo" que concebía Bal-
tasar Gradan 6 ; por ello comprendió con evidencia el fraca-
so de la vida española que se avecinaba y presentó en don Qui-
jote y Sancho los dos aspectos de ella que debían equilibrarla.
5. Pero si Cervantes resume y sintetiza toda la evolución re-
nacentista española, de ésta también nacieron las tres tendencias
que la nacionalizaron y la dieron valor vivo, o la perfeccionaron
hasta agotarla: Lope de Vega, que la remozó con el elemento po-
pular; Góngora, que por la erudición llegó a depurarla plásti-
camente ("culteranismo"), y Ouevedo, que intentó aunar lo po-
pular y lo erudito en el "conceptismo" ', sin conseguirlo en rea-

2 Véase Menéndez y P e l a y o : Ob. cit., tomo I I I , págs. 301 y sigts.


3 Véase la magistral monografía de don Armando Cotarelo y Valledor:
El teatro de Cervantes. Madrid, 1915, pág. 43.
4 Así aparece claramente en El Pensamiento de Cebantes, de don A m é -
rico Castro (Madrid, 19^5), importante avance para el estudio del renaci-
miento español.
5 Véase Menéndez y Pelayo: Ob. y tom. cits., pág. 420.
6 ''Hombre en su siglo. Los sujetos eminentemente raros dependen de los
tiempos. No todos tuvieron el que merecían, y muchos, aunque le tuvieron,
110 acertaron a lograrle. Fueron dignos algunos de mejor siglo, que no todo lo
bueno triunfa s i e m p r e : tienen las cosas su v e z ; hasta las eminencias son al
uso ; pero lleva una ventaja lo sabio: que es eterno, y si éste no es su siglo,
muchos otros lo serán." {Oráculo Manual. Ed. Bibl. Aut. Esp., tomo L X V ,
página 572.)
7 Teniendo en cuenta que la técnica culterana es, como ha observado
muy bien Dámaso Alonso (véase su edición de las Soledades de Góngora„
Madrid [1927], pág. 15), formar una serie de elementos dispares " u n i d o s
por una sola designación", que sería "la clave —género próximo— para u n
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 13

lidad, como puede suceder siempre que se toma una posición


ecléctica excesivamente contradictoria.
6. Fué, pues, Lope de Vega quien primero se colocó frente
a la retórica clasicista italianizante H a causa del nuevo derrote-
ro nacional que imponía a la poesía épica y a la dramática princi-
palmente, y de ello nació una guerra entre él y los preceptistas
aristotélicos que duró hasta fundirse confusamente con todas las
evoluciones renovadoras en el período de indecisión ideológica
de finales del siglo xvn.
7. Entre los preceptistas aristotélicos coetáneos de Lope de
Vega se destaca en primera fila, como opuesto a las innovacio-
nes del gran dramático madrileño, Alonso López Pinciano 0 ,

tropel de conceptos", cuya "última diferencia se la dan el contexto o los


determinativos" • el conceptismo viene a ser, en cierto modo, desde este punto
de vista, una especie de culteranismo, en el cual por confusionismo popular se
hallan metáforas erróneas a causa de creerse ilógicamente que tienen género
próximo y última diferencia conceptos por completo distintos. Así a las se-
mejanzas morfológicas y cromáticas han sustituido falsas apariencias de analo-
gía entre ideas diferentes y a las palabras latinizantes o grecizantes las in-
ventadas ingeniosamente. La misma difusión del conceptismo y su superviven-
cia —nótese que el retruécano actual no es más que u n a degeneración suya—
prueban su carácter popular frente al culteranismo, sin perder la condición
de éste en la búsqueda de expresiones anfibológicas de toda clase de cono-
cimientos.
S Obsérvese que no sólo llevaba ya el Fénix publicadas muchas come-
dias, La Dragontca, y sobre todo La Jerusalén Conquistada, cuando apare-
cieron definidos el culteranismo y el conceptismo —descontemos la aparición
precedente de sus integrantes de modo esporádico—, sino que estas dos in-
novaciones literarias, por su fuerte raigambre renacentista, y su tono eru-
dito, no estaban, al fin, tan disociadas de la preceptiva clásica, como la obra
de Lope, completamente autodidáctica en muchos aspectos.
9 Alfonso López, denominado Pinciano por haber nacido en Vallado-
lid (Pincia), hacia 154", fué doctor en medicina y prestó sus servicios duran-
te más de veinte años a doña María, hermana de Felipe I I y viuda del
emperador Maximiliano I I de Austria, que vivió en el convento de las Des-
calzas Reales desde 1576 hasta 1603; y también a la infanta doña Margarita,
monja en el mismo convento.
Escribió, además de la Philosophia antigua poética, El Palay o (Madrid,
1615), poema castellano que compuso en su juventud y los Pronósticos de
Hipócrates (Madrid 1596), celebrados todos por el padre Juají Márquez en
su Vida de Fray Alonso de Horozco, Tradujo, además, Pinciano La peste de
Atenas, de Tucídides.
Se ignora la fecha en que m u r i ó ; pero en 1627 aún vivía, pues de este
año es una petición que hace al Rey para que libre de la carga de aposento
a cierta casa que poseía en la calle de las Urosas —hoy Vélez de Guevara—

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14 JOAQUÍN DE ENTRAMEASAGUAS Y PEÑA

cuya Philosophia Antigua Poética t 0 es un perfecto sistema filo-


sófico y original de preceptiva clásica, donde si no se ataca a Lope
concretamente —no se le nombra siquiera en ella—, en cambio
se dan como normas a seguir las más opuestas a las suyas y
éstas se censuran en general como inadmisibles. López Pinciano
es, sin duda, el más fiel y erudito comentarista de Aristóteles y
defiende con calor y energía, si bien rehuyendo toda pasión in-
justificada, las reglas y las unidades clásicas de la comedia y la
epopeya y se lamenta sinceramente del desprecio en que se tenían,
estas doctrinas, proclamando con entusiasmo la conveniencia de
volver a ellas.
8. Pero si el Pinciano se abstuvo de citar en su obra a Lope
de Vega, el público culto no fué tan discreto en su opinión y al
punto comprendió, y así debió de defenderlo, qué poeta dramá-
tico era el que menos seguía los consejos del ilustre preceptista,.
y contra quién iban sus tiros:
9. "La comedia —dice el Pinciano— se puede representar
como que la acción -della haya acontecido en tres días, y la de la

porque era muy estrecha y baja, y constituía la escasa hacienda que había de
heredar su hija única, entonces soltera. El Rey pa,rece ser que accedió a la
petición tras varias dudas. (Véase Pérez Pastor: Bibliografía Madrileña.
Parte III, pág. 421.)
10 Philosophia | Antigva poética | Del Doctor Alonso [ López Pincia-
no, Medico Cesáreo. | Dirigida al Conde Ihoannes Kevéhiler de Aichelberg,
¡ Conde de Fra,nkemburg, Barón absoluto de Landts- | cron y Wernsperg,.
Señor de Osteruiz y Caris- | perg, C'auallerizo Mayor perpetuo y hereditario
del Archiducado de Carinthia, Cauallero de la Orden del I Tusón del Rey
Nuestro Señor, y del Consejo y | de la Cámara del Emperador, y su | Em-
baxador en las | Españas. j (Gra.bado representando a la Virgen, con la le-
yenda "Ante torum huius Virginia frequentate nobis dulcia cántica drama—
tis".) I En Madrid, [ Por Thomas Itrati. [ M. D. XCVI.
Un vol. en 4.0 Portada + 3 hs. s. n. de Prels., 535 págs. de texto, 1
página de Tabla. En el reverso de la portada, el escudo del Mecenas. Preli-
minares: Summario del Privilegio (16 sept. 1595); Tassa (de a cinco blancas
el pliego) (10 feb. 1596); Erratas (del libro y certificado de estar conforme-
con su original); "Al Conde Ihoannes de Aichelberg". (Dedicatoria del autor)
y al lector (del autor).
Es la primera edición y muy rara.
Se editó esta obra con introducción y notas por don Pedro Muñoz Peña-
en Valladolid (1894).
Acerca del valor e interés general del libro del Pinciano para el estudio
de la preceptiva clasicista, debe consultarse el comentario de Menéndez y
Pelayo en su Historia de las Ideas Estéticas en España (tomo III, págs. 327-
a 350-
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 15

tragedia en cinco, a lo más largo"... " Y de aquí se puede cole-


gir cuáles son los poemas a do nasce un niño, y cresce, y tiene
barbas, y se casa y tiene hijos y nietos" 11.
10. Seguramente se criticó al Fénix entre los escritores y
los eruditos, y muchas de las críticas debieron de llegar a sus
oídos, ya que después se queja vagamente de objeciones hechas-
a sus obras:
11. En 1602 publicó Lope una Cuestión sobre el honor debido-
a la poesía, epístola dirigida a Arguijo 12 , que no tiende a
11 Aunque algo parecido sucede en. la comedia de Lope de Vega El'
Aldegüela y el Gran Prior de Costilla, no debe de referirse a ésta, como su-
pone el señor Rodríguez Marín (£d. Quijote, 1928, tomo III, pág. 404), por-
que seguramente es muy posterior. Me lo hace suponer así que no figura en
ninguna de las citas de El Peregrino en su patria (1604 y 1618) y que
las copias hechas de ella llevan fecha de 1622 y 1623 (jCfr. Rennert y Castro:
Ob. cu., pág. 459)- Claro es que no faltan comedias de Lope que pudiera
conocer López Pinciano y a las cuales sea lícito aplicar esto, como las de El'
Nacimiento de Ursón y Valentín y El hijo venturoso, que son anteriores
a 1604 (Cfr. Rennert y Castro: Ob, cit., págs. 487 y 522), y las cita también el.
erudito anotad or de Cervantes.
12 La I Hermosvra | de Angélica, I Con otras diuersas Rimas. | De Lope
de Vega Carpió. | A don luán de Arguijo, Veinti- ¡ quatro de Seuilla. | (Es-
cudo de Arguijo y a uno y otro lado de él las inscripciones: "Virtud y no-
bleza" y "Arte y Naturaleza.") | En Madrid, I En la emprenta de Pedro •
Madrigal. | Año 1602.
Colofón: "En Madrid, [ En casa de P. de Madrigal, | año de 160a."
Un vol. en 8.° de 8 hojas, s. n., de Prels. -f- 482 folios de texto (la nu-
meración salta del 288 al 299 y del 386 al 389, por error), -+-• 2 hojas, s. n.
Contiene: Portada (en el reverso la suma del privilegio por diez años: -
Valladolid, 20 de octubre de 1602); Dedicatoria del autor; Tasa: Valladolid, .
30 de noviembre de 1602; Erratas; Soneto de don Luis de Alvarado a don-
Juan de Arguijo; Dos quintillas de don Baltasar de Luzón y Bovadilla al
autor; Dos redondillas de don Francisco Niño del Carpió al autor; Prólo-
go • Dos quintillas del Príncipe de Fez al autor; Soneto del Marqués de la-
Adrada al autor; Octavilla del Conde de Villamar; Octavilla del Conde
de Adamar; Silva de don Lorenzo de Mendoza; Décima de doña Isabel de
Figueroa; Octavilla de Juan de Vergara; Octavilla de Juan de Pina; Octavilla
de Lucinda a Lope; Octavilla de Lope a Lucinda; Soneto de don Mateo Pé-
rez de Cárdenas; Dos redondillas de don Félix Arias Girón; Retrato de
Lope de Vega, grabado en madera • Texto; Lope de Vega a su Angélica, déci-
ma, y dísticos latinos; Portada de la "Segunda Parte de las Rimas de Lope
de Vega"; Dedicatoria del autor a Arguijo; Texto; Soneto de don Diego
de Agreda y Vargas a Lope de Vega • Soneto de Diego Ximénez de Cabredo :
Quintillas de Agustín de Castellanos; Discurso del autor a Arguijo, en ala-
banza de la Poesía; Portada de la "Tercera Parte de las Rimas de Lope de
Vega"; Dedicatoria del autor a Arguijo; Dedicatoria al Príncipe nuestro
señor; Prólogo de don Francisco de Borja, Comendador Mayor de Monte-
16 JOAQUÍN DE EXTRAMBASAGUAS Y PEÑA

•otra cosa sino a justificar tocio aquello que se le había critica-


do, relacionándolo con los poetas clásicos y buscándolo ante-
cedentes en ellos, para evitarse seguramente nuevas censuras
de ''los gramáticos (que Dios confunda)" como él dice.
12. Y esta opinión contraria a Lope de un núcleo reducido,
pero importante, por tratarse de gente de letras, docta preci-
samente, debió de perdurar cuando en 1604 dice el Fénix en el
prólogo de El Peregrino en su patria 1 3 :
13. "En España se tiene por sin duda que no ha nacido Poe-
ta en este siglo: ¿ pues cómo hay tantos que quieren serlo ? Los
que pretenden, trabajen; los que comienzan, imiten; los que ig-
noran, aprendan; los que saben, agradezcan; los que maldicen,
escriban, que 'hablando mal no se alcanza fama, sino escribien-
do bien." ''...quiero advertir a los que leen mis escritos con
aJición (que algunos hay, 110 en mi patria, en Italia, Francia,
y en las Indias, donde no se atrevió a pasar la envidia)"...
Todo lo cual corrobora esta clara alusión de Quevedo en el so-
neto suyo que figura entre los preliminares de la obra citada:

sa • Soneto del Duque de Osuna y Conde de Ureña al Príncipe nuestro señor;


Acrósticos latinos de Frey Miguel Cejudo; Dos quintillas del mismo; Déci-
ma del licenciado Carrillo Triviño; Soneto de Miguel de Cervantes; Soneto
de Andrés de Valmaseda; "Lo que se ha de advertir para la inteligencia
• deste libro" ; Retrato de Lope de Vega, grabado en madera (repetición del
anterior); Texto; Dos quintillas del doctor Maximiliano de Céspedes a la
"Angélica 7 ' de Lope; Cuatro quintillas de doña Catalina Zamudio al Autor;
Dos quintillas de Leonardo Méndez Nieto a Lope de Vega; Décima de Gil
Velázquez a la "Angélica" ; Dos quintillas de Frey Miguel Cejudo a la misma ;
Dos quintillas del Lie. Matías de Porras a la misma; Colofón; y dos hojas
• en blanco, sin num.
Es la primera edición de La Hermosura de Angélica y de las Rimas, y
la segunda de La Dragontca. Muy rara. Hay ejemplar en la Biblioteca Na-
cional.
13 El Peregrino en su patria. De Lope de Vega Carpió, dedicado a don
Pedro Fernández de Córdova, Marqués de Priego, Señor de la casa de
Aguilar.
Colofón; Impreso en Seuilla por Clemente Hidalgo. Año de 1604.
Un vol. en 4.0 de 12 hojs. de.Prels., s. n., -f* 264 fols. de texto.
Contiene: Portada grabada; Fe de erratas; Tasa; Suma del privilegio •
Aprobación de Tomás Gracián Dantisco: Valladolid, 25 de noviembre de 1603 ;
Dedicatoria del autor: Sevilla, último día del año de 1603; Retrato de Lope
y escudo suyo; Soneto de Arguijo; Soneto de Quevedo; Soneto de Camila
Lucinda; Prólogo,
Primera edición. Es muy rara y hay ejemplar de ella en la Biblioteca
Nacional.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS IJ

14. "La envidia su verdugo y su tormento


hace del nombre que cantando cobras,
y con tu gloria su martirio crece.
Mas yo disculpo tal atrevimiento,
si con lo que ella muerde de tus obras
la boca, lengua y dientes enriquece."

15. Lope de Vega mismo dice, refiriéndose a sus enemi-


gos,, en su Epístola a Gaspar de Barrionuevo 14 :
16. "Piensa esta pobre y mísera caterva
que leo yo sus sátiras, ¡ qué engaño !,
bien se el aljaba sin tocar la hierba."

"Y si quisiera hablar, ¿quién hay que el baño


vaya tan blanco, que desmido diga:
"Bien limpio estoy" y es todo mancha el paño?
Difícil es de ver la propia viga:
yo sé quién se pusiera colorado:
la paciencia ofendida, a mucho obliga.
Otros hay de blasón más levantado
que piensan que burlándose de todo
su ingenio ha de quedar calificado.
Y no imaginan que del propio modo
se burla dellos el mayor amigo,
cuando tuercen la boca y dan el codo.
Yo por lo menos desta gente digo
que malquistarse por hinchado un hombre
es de los hombres el mayor castigo.
Singularizan gusto; pero el nombre
bien sabe Dios la autoridad que pierde
aunque a ignorantes esta treta asombre.'"

"Murmura al elefante el vil conejo,


y el negro cuervo al ruiseñor suave.
El conocerse es celestial consejo.
No se puede ser docto hinchado y grave,
si dice Dios que la sabiduría
en los humildes y pequeños cabe.

14 Rimas I de Lope de Vega | Carpió. ¡ A Don Juan de Arguijo j (Gra-


bado.) I En Sevilla j Por Clemente Hidalgo. 1604.
Un vol. en 16.0 (8 X n mms.) de xvi fols., s. n., de Prels. +• 192 fols. de
texto. El único ejemplar conocido existe en la Biblioteca Comunal de Sie-
na (Italia) (sig. 39. Q. V.).
(Véase Restori: Reseña de los tomos I, II y III de las Obras de Lope
de Vega. Ed. Academia Española. En Zeitschrift für Romanische Philologie.
Halle, tomo XXII (1808), pág. 99.)
O
18 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

Pues si lo que Escalígero sabía


no saben estos cónsules de Apolo,
¿ que quieren a la sincera poesía ?
15
Tampoco es este mal que os cuento solo;
más plagas me persignen de poetas
que tiene arena el Po y oro Pactólo."

17. Y otros varios amigos del Fénix también creyeron ne-


cesario defender su fama en esta época, prueba indudable de
que se le atacaba. Juan de Pina, inseparable suyo 1(i, por ejem-
plo, comenta refiriéndose a la pluma del Fénix 17 :
"Atrévome a decir, si lo que digo
sufre la envidia, que es honor de España."

18. De modo análogo que el autor de la Philosophia Anti-


qua Poética manifestó su opinión en este sentido el humanista
murciano Francisco Cáscales 13 , en sus Tablas Poéticas1®, don-

15 Como puede verse por esto, Lope mismo diferenciaba perfectamente


las censuras que le hacían los preceptistas clásicos de las inevitables envi-
dias literarias que suscitaba en los demás poetas.
16- Don Emilio Cotarelo y Morí insertó un excelente y documentado es-
tudio biográfico y crítico acerca de Juan de Pina, en la edición que hizo de
sus Casos prodigiosos y cueva encantada (Madrid, 1907. "Colección selecta
de antiguas novelas españolas", tomo VI, págs. v a XLII), al cual remito al
lector.
17 Soneto dedicado a Lope, inserto en las Rimas, Sevilla, 1604, y publi-
cado luego en la edición de Sancha (tomo IV, pág. 181).
18 Para este autor consúltese el estudio de don Justo García: El hu-
manista Francisco Cáscales; su vida y sus obras. Madrid, 1925.
Lope de Vega debió de conocer a Cáscales hacia 1614 (pág. 50), tal vez
por mediación de Tribaldos de Toledo o de Tamayo de Vargas, que eran ami-
gos de ambos.
19 Las escribió Cáscales en 1604; fueron aprobadas por el padre Juan
Luis de la Cerda en 1614; pero no se imprimieron hasta 1617, aun cuando
debieron de ser muy conocidas mientras estuvieron inéditas. (Véase García:
Ob. cu., págs. 42 y sigs.) He aquí la primera edición, muy rara:
Tablas I Poéticas, [ del Licenciado I Francisco Cáscales. | Dirigidas al Ex-
celentissimo Señor Don Francisco | de Castro, Conde de Castro | Duque de
Taurisano, | Virrey, y Capitán general del | Reyno de Sicilia, j — [ Vt ex co-
lumba pax, I (grabado) I ita ex arte perfectio. j — I Con privilegio. | — | En
Murcia, Por Luis Beros. Año de | M.DCXVII.
Un vol. en S.° de 16 hojas s. n. + 448 págs. Contiene: Portada; Suma,
del privilegio: 18 de octubre de 1614; Erratas: Madrid, 10 de mayo de 1617-
Tassa: Madrid, 22 de mayo de 1617 ; Dedicatoria del autor; Del Autor, soneto;
Prólogo del autor- Del Licenciado Christoual de Mesa; D. Didaci Saauedra
ad Lectorem Epigramma; Del Licenciado Bartolomé Ferrer, soneto; Del Ca-

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LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 19

de censura duramente la epopeya y el teatro de su tiempo, cor*


razones parecidas a las de López Pinciano, aunque menos sóli-
das zo, al cual alaba, no obstante refutarle en alguna ocasión 2 \.
mas sin atacar tampoco a Lope de Vega personalmente, como
creía por error Mesonero Romanos 22, sino, por el contrario,
ensalzándole, a pesar de las censuras del teatro del Fénix conte-
nidas en sus preceptos retóricos; y llega hasta a afirmar, como-
si nada de lo que dice se opusiera a ello, que era Lope "el que
más ha ilustrado la poética cómica en España, dándole la gra-
cia, la elegancia, la valentía i ser que hoi tiene" 2S.
19. Además, poco antes de morir el gran poeta le dirigió
una epístola "En defensa de las comedias i representación de
ellas. Al Apolo de España Lope de Vega Carpió" 2 \ quizá

nónigo D. Francisco Faria, soneto; Texto ; Tabla y grabado con la leyen-


da "Tv Vnice loqvendo".
El mejor estudio crítico acerca de las Tablas Poéticas de Cáscales sigue
siendo el de don Marcelino Menéndez y Pelayo, contenido en su Historia de las
Ideas Estéticas en España (Ed. cit., tomo III, págs. 351-363).
20 Véase García: Ob. cit., págs. 129 y 117, respectivamente.
21 Véase García: Ob. cit., págs, 121 y sigs.
22 Discurso preliminar del primer tomo de Dramáticos contemporáneos
de Lope de Vega (Bibl. de Autores Españoles, tomo XLIII, pág. v n ) .
También creía Mesonero {Ob. y lugar cits.) que los A'rgensolas di-
rigieron censuras a Lope de Vega, tal vez suponiendo, con razón, que no sería pe-
queño golpe para las tres deplorables tragedias de Lupercio (1562-1613) —La
Filis (perdida), La Isabela y La Alejandra— que alababa Cervantes por estar
compuestas con arreglo a las estrechas reglas clásicas, la aparición del teatro
del Fénix de los Ingenios. Sin embargo, nada contra éste aparece en las obras
de ambos hermanos, y en cambio sabemos que Lope de Vega,, como el autor
del Quijote, no regateó sus alabanza? a los dos Horacios españoles, de quienes
era contertulio en la "Academia poética imitatoria" de Madrid y amigo parti-
cular. Además de dedicarles sendas alabanzas en el Laurel de Apolo, aprobó
en 10 de junio de 1634, con gran encomio, la edición de las Rimas de Luper-
cio i del doctor Bartolomé Leonardo de Argensola (*), publicadas por su hij:i
y sobrino, respectivamente, Gabriel Leonardo de Albión, en Madrid y en el
mismo año.
En estos mismos errores de Mesonero Romanos respecto a Cáscales y a
los Argensolas incurrieron La Barrera en su Nueva biografía y Rennert y
Castro en la Vida de Lope de Vega.
23 Véase García: Ob. cit., págs. 12S y 172.
24 Cartas Filológicas: Murcia, 1634. (Epístola III. Decada II.)

(*) Por cierto que también figuran, entre los preliminares, aprobaciones de
don Lorenzo Vander Hamen y del maestro José de Valdivielso, amigos de
Lope de Vega, como es sabido.
20 JOAOUÍJX DE EKTRAMBASAGUAS V PEÑA

agradeciendo que éste le había elogiado a su vez cálidamente


en el Laurel de Apolo (Madrid, 1630) 25. Ello viene a corro-
borar lo equivocado de la afirmación de Mesonero Romanos, y
hasta parece indicar que existió cierta amistad entre el docto
humanista y el autor de La Dorotea, aun cuando no coincidie-
ran en sus tendencias literarias.
20. Empero si los eruditos se oponían a las innovaciones
literarias de Lope, más disgustaba el éxito de éstas a los es-
critores de tendencia clasicista que además de ser contrarios a
ellas se sentían perjudicados por el éxito del Fénix. Poetas dra-
máticos y aun épicos, que gozaron hasta entonces de mayor o
menor fama, se veían ahora eclipsados totalmente por Lope de
Vega, cuyo impetuoso avance de victoria era imposible detener,
contando como contaba con el favor pleno del público.
21. Todos, en general, veían con latente disgusto y pro-
funda amargura —aunque muchos no se atreviesen a manifes-
tarlo por miedo al favor de que ya gozaba Lope— cómo el
Fénix de los Ingenios era el dueño de la popularidad y la es-
timación universales a que ellos habían aspirado sin alcanzarlas y
ya se alejaban de sus obras para siempre, y algunos no pudieron
por menos de manifestarlo, más o menos disimuladamente.
22. Julián de Armendáriz, poeta precoz, que prometió por
ello ponerse a la cabeza de las letras españolas, ensalzado por
escritores notables 26. no pudo, sin embargo, ni aproximarse a

25 Silva IV. (Ed. Bibl, Aut. Esp., tomo XXXVIII, pág. 203.) Cáscales, por
sr. parte, no olvidó este elogio, y colaboró además en la Fama Postuma con
una poesía.
26 Nació hacia 1585 en Salamanca, donde estudiaba Artes y Filosofía en
14 de diciembre de 1599. Debió de graduarse hacia 1603 ó 1604. Desde muy
joven se dedicó a cultivar la poesía y la dramática. Le cita Agustín de Rojas
Villa.ndrando en su Viaje entretenido (1603):
"Mesa, don Guillen de Castro,
Liñán, don Félix de Herrera,
Valdivielso y Armendáriz, e t c . " ,
y le alaba Cervantes {Viaje del Parnaso, cap. V I I ) :
"Julián de Almendáres no rehusa,
Puesto que llegó tarde, en dar socorro
Al rubio Delio con su ilustre musa."

Publicó en junio de 1602 unos versos esdrújulos, que son su primera obra,
y ganó con ellos el primer premio del Consistorio de Salamanca, y en 1603
el poema Patrón Salmantino, escrito en honor de San Juan de Sahagún,
•donde figura un soneto en alabanza del autor, por fray Juan de Armendáriz,
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 21

Lope, aunque lo intentó 2T, y comenzó por ser amigo suyo, pero
concluyó por. atacar su obra violentamente, ya que Lope dice
en una carta escrita en 14 de agosto de 1604 2S :
"cosa para mí más odiosa que mis librillos a Almendárez".

religioso franciscano y hermano suyo. Dos hermanas de ambos, llamadas


doña Jerónima y doña Polonia, eran monjas en el monasterio de la Madre
de Dios, de Piedrahita.
En el prólogo del citado poema indica las causas que le movieron a escri-
birle, muy interesantes para conocer qué desgraciada fué su vida y cómo pudo
compenetrarse bien con la poética italiana renacentista: "Fué, pues, que des-
de mi niñez, padecí una exquisita y penosa enfermedad que los médicos lla-
man Epilepsia." "Dieciocho viví padeciendo, unos días con el dolor del ve-
nenoso accidente, otros con el temor, sin bastar los más eficaces medios de
la medicina, así en España como en Italia, donde consulté mi enfermedad con
los más doctos y experimentados médicos."
"Viéndome, pues, desconfiado de todo remedio humano, procuré valerme
del favor divino, el cual imploré por medio de mi santo fray Juan de Saha-
gún, de cuya mano, sin duda, o por cuya intercesión fui sintiendo la deseada
y pretendida mejoría. En agradecimiento de la cual saqué fuerzas de flaqueza
inquiriendo archivos, revolviendo papeles, disputando historias, y al fin ave-
riguando antigüedades para emplear la vida que le debo en escribir la suya
milagrosa."
Pero esta mejoría aparente fué vana sugestión de su naturaleza nerviosa
e impresionable. La terrible epilepsia siguió causando estragos en él y por fin
dejó de padecer con la muerte en 27 de septiembre de 1614 y fué enterrado en
la iglesia de San Tiuste de Salamanca. Por el testamento que otorgó en el
mismo día de su muerte, se sabe que dejó todos sus bienes, excepto algunas
mandas poco cuantiosas, para fundar una capellanía en la misma iglesia donde
le sepultaron.
De sus obras dramáticas se conoce sólo Las burlas veras, asunto ya tratado
por Lope de Vega en una comedia de igual título. Más tarde Calderón, en La
Española de Florencia, expuso el mismo asunto, que tiene antecedentes en
Bandello {Gli Ingannati~) y en Los Engañados, de Lope de Rueda, y es parecido
a un episodio de la Diana, de Jorge de Montemayor. (Véase la introducción de
S. L. Millard Rosenberg a su cuidada edición de Las burlas veras. Filadelfia,
1917.)
Para el estudio de Armendáriz pueden consultarse además de las obras
citadas: García Boiza: El Poeta salmantino Armendáriz y San Juan de
Sahagún. (En Archivo Hispano Agustiniano, 10 julio-diciembre (1918), pági-
nas 127-133), y Huarte Echenique: Una edición olvidada del "Patrón Sal-
mantino", de Julián de Armendáriz. (En Basílica Teresiana, junio, 1923.)
27 En su única obra dramática conocida, Las burlas veras, sigue a Lope
de Vega en la técnica e intenta asimilarse su modalidad dramática, como lo
intentó también Cervantes, y su poema El Patrón Salmantino, en cuartetos,
trata de imitar El Isidro del Fénix, ya publicado antes.
28 La Barrera: Ob. cit., pág. 139. Conviene hacer notar para que se vea
la rapidez de la ruptura entre Lope de Vega y Armendáriz, que el año ante-
22 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PENA

23. No se sabe donde se publicaron los ataques de éste ni si


llegaron verdaderamente a imprimirse o quedaron manuscritos,
corriendo de mano en mano; pero por las obras que se conservan
de Armendáriz supongo que el poeta salmantino —seguidor de los
preceptistas clásicos e italianizantes 29— criticaría los libros de Lo-
pe —los librillos dice él, esto es, las obras dramáticas 30— desde
el mismo punto de vista y con idénticas razones, seguramente,
que el Pinciano y Cáscales, sólo que además con el despecho del
artista derrotado por otro.
24. Se conservan, por el contrario, los ataques de tres
censores más del Fénix: Cervantes, Rey de Artieda y Cristóbal
de Mesa.
25. El genial autor del Quijote fué indudablemente el ene-
migo más temible que tuvo Lope de Vega, después de Góngora,
y en algunos momentos no inferior a él en intención y crueldad,
aun cuando se mostrara generalmente más digno, o más disi-
mulado, que el "cisne del Betis".
26. Debieron de conocerse, seguramente, cuando Lope era
aún muy joven, y se sabe que de 1584 a 1600, aproximadamente,
hubo entre ellos muy buena amistad 33. que al poco tiempo se
trocó en odio implacable.

rior habían salido en El Patrón Salmantino, Salamanca, 1603, mías quintillas


del Fénix ensalzando a su autor.
Más tarde, en 1605, concurrieron Lope y Armendári?; con sendas com-
posiciones al certamen poético celebrado en Toledo con motivo del nacimien-
to de Felipe IV y ambos fueron premiados. (Véase San Román: Elisio de
Medinilla y su personalidad literaria. Toledo, 1921, pács. 18 y IQ.)
20 En los versos esdrújulos es imitador fiel de la escuela italiana rena-
centista, y el poema está concebido con arreglo a la preceptiva clasicista, aun-
que la versificación y el léxico tienden algo a lo popular, a la manera de
El Isidro, de Lope, según ya he dicho.
30 Por tanto, criticaría al Fénix como poeta épico, uno de los aspec-
tos que más censuras sufrió de todos los suyos. Lope tenia ya publicadas en esta
fecha La Dragontea (Valencia, 1S98) El Isidro (Madrid, 1599") y La hermosura
de Angélica (Madrid, 1602), poemas contra los cuales debió de arremeter de
alguna forma que fué patente al autor.
31 Juntos fi.oruran el poeta alcalaíno y el madrileño en los preliminares;
del Jardín Espiritual de fray Pedro de Padilla, con sendos poemas.
Cervantes alaba al Fénix en el Canto de Calíope de La Calatea (Alca-
lá 1585, Ed. Bibl. Aut. Esp., tomo I, pág. 88), con una octava real, más
forzada en la rima que en el deseo de agradarle:

"Muestra en un ingenio la experiencia


que en años verdes y en edad temprana
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 23

27. Dado que en 1604 aparece el primer ataque de Lope a


Cervantes, como ya veremos, supone el señor Rodríguez Ma-
rín 32, muy razonablemente, que en estos primeros años del
siglo XVII debió de ocurrir el rompimiento entre el Fénix y el
autor del Quijote.
28. Ahora bien: pudo ser en el mismo año de 1600, en que
Lope se trasladó a Sevilla, o, lo que es más probable, en 1602,
cuando, habiéndose partido Lope para Madrid de dicha ciudad,
regresó de nuevo a ella, para estar corto tiempo, en la fecha cita-
da 33, siendo recibido por los asistentes a la academia de Ochoa u

haze su habitación ansí la sciencia


como en la edad madura, antigua y cana.
No entraré con alguno en competencia
que contradiga una verdad tan llana,
y más si acaso a sus oydos llega
que lo dijo por vos Lope de Vega."

Además, posteriormente le escribió un soneto en alabanza de La Dragontea


(Madrid, 1598, Ed. Bibl. Aut. Esp., tomo I, pág. 308), que debió de darle el
año anterior (*) ; y Lope de Vega correspondió a estas atenciones citando a
Cervantes en La Dorotea, que escribió en parte hacia 1588, aunque se publicó
en 1632, y en La Arcadia (Madrid, Ed. Bibl. Aut. Esp., tomo XXXVIII,
página 130), entre los más notables poetas de aquel tiempo.
Asimismo cuando Lope vivía en Sevilla con Micaela Lujan (Camila Lu-
cinda), en 1600, supone con razón don Francisco Rodríguez Marín que con-
tinuó su amistad con Cervantes, avecindado en aquella ciudad a la sazón.
(Ed. de Rinconete y Cortadillo, Sevilla, 1905, págs. 164 y sigts.)
Finalmente, supuso La Barrera (Ob. cit., pág. 356, nota 1) que Lope de
Vega y Cervantes tuvieron cierto parentesco, pero es cuestión ésta que sin
negarla tan rotundamente como Rennert y Castro (Oí?, cit., pág. 96, nota 1
y 290) no tengo datos suficientes aún para poder esclarecerla de modo indu-
dable.
Lo que sí es cierto es que tuvieron protectores comunes: el Cardenal As-
•canio Colonna, alabado por Lope en la Égloga a Claudio y al cual dedicó Cer-
vantes La Galaica, y el Conde de Lemos, señor del autor del Quijote y antes
.del Fénix, cuando era Marqués de Sarria.
32 Ed. Rinconete y Cortadillo (págs. 164 y sigs.).
33 Cfr. Rennert y Castro: Ob. cit., págs. 144 a 149.
34 Se estableció en Sevilla esta Acadenra en 1598, y se cree fué fun-
dada por don Juan de Ochoa Ibáñez, poeta amicísimo de Cervantes, que le
elogia en su Viaje del Parnaso, y también Agustín de Rojas en su Viaje en-
tretenido y el italiano Fabio Franchi en el Ragguaglio dii Parnaso.
Fué Ochoa autor dramático y asistió a las fiestas de San Juan de Alfará-
che. Se conocen pocas poesías suyas. El señor Rodríguez Marín publica un

(*) Véase La Barrera, Ob. cit., pág. 72.

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t

24 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PENA

con unos cuantos sonetos, tan intencionados como mordaces, al-


guno de los cuales pudiera atribuirse justamente a Cervantes 85,.
o al menos así lo creyó Lope de Vega, y de aquí la enemistad de
ambos 36.

soneto que dicho poeta "escribió en 1598, cuando se prohibieron en toda Es-
paña las representaciones teatrales", que empieza: "Poetas graduados eu
sonetos", y es muy posible que sea autor de alguno de los dirigidos por
su Academia contra Lope de Vega. (Véase Rodríguez Marín: Rinconete y
Cortadillo, pág. 155.)
35 Publicados por los señores La Barrera (Nueva biografía, pág. 85,
nota 1): "Lope dicen que vino. No es posible..."; y Rodríguez Marín (Ed.
Rinconete y Cortadillo, págs. 72 y sigts.) : "Quién es este pastor que de
Castilla..." y "Vengas, Lope, con bien, Vega Apacible..."
Del primero de estos sonetos dice doctamente su descubridor, el señor
Asensio y Toledo, que es de Cervantes —y más se comprueba, añado yo, si se
le compara con el que va al frente del Quijote: "¿Cómo estáis, Rocinante, tan
delgado?", pues se evidencia así ser ambos de un mismo autor—. El señor
La Barrera reproduce la opinión de Asensio sin contradecirla, y lo mismo
el señor Rodríguez Marín, que supone además, con acierto, sea el tercero tam-
bién de Cervantes, teniendo en cuenta la alusión que el autor hace a su po-
breza. Por otra parte, repito lo dicho respecto al otro: el estilo es totalmente cer-
vantino y nada difiere de los dos sonetos que acabo de comparar.
En cuanto al primero, hay otro dato que no se ha advertido hasta ahora,
y confirma más su atribución a Cervantes. Dice el verso segundo :

"¡Vive Dios que pasó [Lope] por donde asisto!"

Y esto se escribe en 1602 probablemente, y al final de este año parece


ser que se encarceló a Cervantes por alcances en sus cuentas. ¿ No pudo
asistir durante este año a la Contaduría de la Real Hacienda, y ver pasar a
Lope por delante de ella ? Esto si no alude a la propia cárcel irónicamente.
36 También opina el señor Rodríguez Marín (Ed. de Rinconete y Corta-
dillo, pág. 116); pero me parece menos probable lo siguiente:
"Por ventura ocasionó el rompimiento del antiguo vínculo afectuoso al-
guna censura cervantina que desplaciese a Lope de Vega, especialmente si
se la abultaron y desnaturalizaron al pasar de boca en boca los chismecillos, que
siempre fueron algo más de media vida para poetas y faranduleros; ¿ acaso
provino la enemistad de alguna negativa, más o menos rotunda, por parte de
Lope, a favorecer de tal o cual manera al infortunado Cervantes?"
La hipótesis repito que me parece algo aventurada porque es descono-
cida semejante censura de Cervantes, y en cuanto a que acudiera éste a
Lope para que le favoreciera —sea cual fuere este auxilio—, de sobra sabía
el autor del Quijote, como todo el mundo, que bastante tenía Lope en aquella
época con ir saliendo adelante ayudado de unos y otros. Tampoco cabe supo-
ner que se le pidiera su intervención para alcanzar alguna influencia, pues-
sabido es lo escasas y secundarias que fueron siempre las del Fénix.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 2$

29. De todos modos, la causa que incitó a los académicos


de Ochoa a escribir contra Lope, permanece oculta, aunque no se-
ría extraño que fuera alguna comparación despectiva para ellos
que hiciera el Fénix —muy partidario de lo último que conocía—
con cualquiera de las entonces nacientes academias de Madrid,
o el despecho que les produjeran —incluso a Cervantes— los
triunfos crecientes del gran dramático.
30. Lo que puede considerarse indudable es que por enton-
ces se enemistaron, pues Lope de Vega escribe en 14 de agosto
de 1604 la carta ya aludida anteriormente 37, en que dice:
31. "De poetas no digo; ¡ buen año es éste!; muchos están en
ciernes para el año que viene; pero ninguno hay tan malo como
Cervantes, ni tan necio que alabe a Don Quijote... no más, por
no imitar a Garcilaso en aquella figura correctionis, cuando-
dijo:
A sátira me voy mi paso a paso,

cosa para mí más odiosa que mis librillos a Almendárez y mis


comedias a Cervantes".
32. Mas no se crea por lo dicho que éste fué mudo en
semejante ocasión. De la misma época, o quizás algo anterior 38 ,.
es un conocido soneto con estrambote, cuya importancia y sig-
nificado se han considerado poco acertadamente en la mayoría
de los casos. Lo reproduzco para tratar de aclarar su relación
con la guerra que voy a exponer 3 9 :

37 Véase el número 22 de esta Introducción.


38 La fecha ha podido fijarse aproximadamente hacia 1604 por las alu-
siones que contiene de las obras de Lope, ya publicadas o inéditas. Al escri-
birlo, se había ya impreso El Peregrino en su patria, que salió a principios.,
de 1604 —la tasa lleva fecha, de 27 de febrero de este año (Cfr. Rennert y
Castro: Ob. cit., pág. 156)— y estaba el Fénix acabando la Jesusalén Con-
quistada, que aunque no vio la luz hasta 1609 ya estaba concluida en 1605
(Cfr. Pellicer: Vida de Cervantes, pág. 35). El que fuera anterior el soneto
también es posible, ya que El Peregrino en su patria debió de terminarlo Lope
hacia finales de 1603, pues la dedicatoria de él a don Pedro Fernández de Cór-
doba lleva fecha de 30 de diciembre del citado año, y pudo conocerse manus-
crita la obra.
39 Fué descubierto por don Juan Antonio Pellicer en el códice M. 8. de
la Biblioteca Real, hoy en la Nacional (sig. 3919), en el cual se atribuye a;
Góngora.
También figuraba, sin atribuirse al poeta cordobés, en el códice M. 9 de la
Biblioteca Nacional, hoy desaparecido, y otra copia, atribuida al autor de las So-
ledades, había en un manuscrito perteneciente a La Barrera (Op. cit.. pági-
na 136).
26 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PENA

33. "Hermano Lope 40 , bórrame el sone-


De versos -de Ariosto y Garcila- iL
Y la Biblia no tomes en la ma-
Pues nunca de la Biblia dices le- 42
También me borrarás la Dragonte-
Y un librillo que llaman del Arca-
Con todo el Comedia je y Epita- 4;!
Y por ser mora quemarás la Angé-
Saibe Dios mi intención con San Isi-
Mas quíerole dejar por lo devo-
Bórrame en su lugar El Pcregri-
Y en cuatro lenguas no me escribas co-
Que supuesto que escribas boberí-
Las vendrán a entender cuatro nació- 44
Ni acabes de escribir la, Jcrusa-
Bástale a la cuitada su traba-." 45

34. Y véase a continuación otro, respondiendo a éste 4e ,


•que transcribo, a pesar de sus groseras expresiones, por las ra-
zones dichas al tratar del anterior:
35. "Yo que no sé de los, de li ni le,
Ni sé si eres Cervantes, co, ni cú, 47

40 Hermano, en el sentido de tratamiento. Lo corriente era posponerlo al


nombre; pero Cervantes lo emplea de igual forma: "No niego, hermano An-
drés —respondió el labrador...—" (Quijote, parte I, cap. IV. Cfr. Ed. Ro-
dríguez Marín, T, 164, 11; II, 413. 4. y 131, 8.)
41 "Es el 112 de las Rimas, primera parte, formado de versos de Horacio,
Ariosto, Petrarca, Camoens, Tasso, el Serafino, Boscán y Garcilaso" (La Ba-
rrera: Ob. cii., pág. 137).
42 Leo. Es decir: que Lope minea leía la Biblia, quizás por estar en
latín corrientemente, y tenerle a Lope sus enemigos por poco ducho en esta
lengua. (Véase el capítulo II, notas 28 y 53.)
43 Epitafios. Alude, sin duda, a la colección de ellos que publicó Lope
por primera vez en la edición de sus Rimas: Sevilla, 1604. (Véase Millé Gi-
ménez: Apuntes para una bibliografía de las obras no dramáticas atribuidas a
Lope de Vega. En Revue Hispanique, tomo LXXIV (1928), pág. 364.)
44 "Alude al soneto 195 de las Rimas, primera parte, escrito en latín,
portugués, italiano y castellano, y en que Lope celebra el casamiento del Du-
que de Saboya con doña Catalina de Austria, infanta de España." (La Ba-
rrera : Ob. cit., pág. 137.)
45 Según Pellicer (Ob- y lug. cits.) alude al trabajo que tenía Jerusalén de
•estar en poder de los turcos entonces.
46 Ms. M. 84 (fol. 129) de la Biblioteca Nacional. (Antes estuvo en la
Real, donde lo halló Pellicer.)
47 Se burla de las terminaciones de los versos 4 y 12 del soneto anterior.
LOPE PE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 2.J

Sólo digo que es Lape Apolo, y tú


Frisan de su carroza, 48 y puerco en pie
Para que no escribieres orden fué
Del cielo que mancases en Corfú; 4»
Hablaste buey, pero digiste mu.
¡ Oh mala quijotada que te dé!
I Honra a Lope, potrilla 50 , o guay de t i !
Que es sol, y si se enoja lloverá;
Y ese tu Don Quijote baladí
De culo en culo por el mundo va,
Vendiendo especias y azafrán romí, si
Y al fin en muladores parará."

36. Pellicer, teniendo en cuenta que se dice en éste ser de


'Cervantes el anterior, juzgaba con acierto que fuera así verda-
deramente; pero el segundo, por su bajeza y desenfado, du-

48 Esto es, caballo frisan. Dice Covarrubias: ''Los frisones son unos
caballos fuertes, de pies muy anchos y con muchas cernejas [cerdas que llevan
sobre los cascos] ; algunos son para silla y se huellan fuertemente; otros para
los coches y carrozas, y por traerlos de Frisia se llamaron frisones."
49 Cfr. con la alusión análoga del prólogo del Quijote de Avellaneda (Ed.
Biblioteca Aut. Esp., t. XVIII, pág. 1). Harto se sabe que, no en la isla de
Corfú, sino en el golfo de Corinto o Lepanto, con motivo de la gloriosa
batalla de este nombre (7 de octubre de 1571), perdió Cervantes el movimien-
to de la mano izquierda, sin quedar manco o falto de ella. A Corfú fué más
tarde, en los últimos días de abril de 1572, adscrito al tercio del famoso don
Lope de Figueroa, perteneciente a las galeras del Marqués de Santa Cruz, el
inmortal guerrero, cuyo epitafio escribió el Fénix,
50 "Potra, quasi pútrida, es cierta enfermedad que se cria en los testícu-
los y en la bolsa dellos. Cerca de los médicos tiene diferentes nombres por la
diversidad de especies de esta enfermedad, como es Hernia y Cirro, &c." (Co-
varrubias). El convertir términos médicos en insultos, comparando a las perso-
nas con determinadas medicinas o enfermedades, no es caso insólito en esta
época ni en Lope mismo. (Cfr. Apéndice, versos 417 y 422.)
51 Romí significa "perteneciente o propio de la raza cristiana", y aplicado
a.1 azafrán designa una de sus especies llamada también alazor y cártamo, pa-
labras las tres de origen árabe.
Cervantes empleó esta palabra en el Quijote (Parte I, cap. XLI), en la
graciosísima explicación de la palabra Cava: "porque cava en su lengua Cdc
los árabes] quiere decir mujer mala, y rumia, cristiana", y también en El
trato de Argel (jorn. I I ) :

"ZAHARA. Seáis, Izuf, bien llegado.


¿Cuya es la esclava rumia?
SIEEVA. Vuestra soy, señora mía.
IZUF. Verdad es, yo la he comprado."'

(Véase Rodríguez Marín: Ed. Quijote, t. III, pág. 258.)


1?S JOAQUÍN DE ENTRAMBAS AGUAS Y PEÑA

daba en atribuírselo a Lope de Vega. La Barrera *'2, por su


parte, muy sensatamente, nada opone a esta última atribución,
porque, como erudito biógrafo de Lope, sabía bien que precisa-
mente tales características son las propias de todas la sátiras
hechas por el gran poeta r'R, que cuando sentía herido su or-
gullo de artista nada le parecía excesivo para responder a sus
impugnadores, aunque éstos tuvieran razón. Y más tratándose,
como aquí, de disparatados insultos, sin justificación alguna.
Pero respecto a atribuir el primero de los sonetos aludidos a
Cervantes, se muestra La Barrera totalmente opuesto, suponien-
do que acaso pudiera ser de Armendáriz —enemigo, como se
ha dicho, de Lope—; aunque, teniendo en cuenta el que está
atribuido a Góngora en dos de los códices, se inclina a suponer-
lo, al fin. obra de éste r'4, pues en el códice que era propiedad
del erudito referido tenía otro soneto atribuido en el manus-
crito también a él —se ignora si fundadamente—, cuyo co-
mienzo era igual al de que nos ocupamos.
37. Sin embargo, no me parece bastante —dejando a un
lado las evidentes diferencias de estilos— el que figure atribuido'
a Góngora en dos de los textos para tenerlo por obra indubita-
ble del poeta cordobés, ni que se apoye con la existencia de otra.
composición parecida y atribuida al mismo autor en el mismo
manuscrito ",r\ Sabida es la indecisión que hay en los copistas de

52 Oh. cit, páií. 136.


53 Véase el capítulo III.
Además compárense, aparte de ciertas particularidades que revelan a Lope,,
las groseras alusiones de los versos 7 y 12 del soleto con algunas otras,
también del Fénix (Apéndice, versos 403 y 405 y 34S y 349, respectivamente).
Don Francisco Rodríguez Marín también lo considera de Lope decidida-
mente, con razón. (Cfr. Ed. Quijote, ya cit., tomo III, pág. 258.)
54 También lo creyeron de Góngora, siguiendo a La Barrera, el inolvi-
dable hispanista francés Foulché-Delbosc, que lo incluyó en su útilísima
edición de las obras del inmortal lírico cordobés (III, 2S) y el erudito
lopista señor Millé Giménez (Estudios de Literatura Española, La Plata,
1928, pág. 188, nota 14).
55 Precisamente esto indicaría que de ser el otro soneto a que alude
La Barrera realmente de Góngora —¿no podría ser el popularísimo "Por
tu vida Lopillo, que me borres"...1—, el vago parecido de ambos incitó al
copista a suponer lo que reproduzco, obra también del poeta cordobés; y de
no ser del autor de las Soledades, menos validez tendría aún la atribución.
Y esto sin tener en cuenta que si el soneto de Góngora a que alude vagamen-
te La Barrera es otro desconocido, habría que ver si acaso también era del:
mismo autor que el supuesto de Cervantes, y un error arrastró a otro..

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LOPE DE Y EGA Y LOS PRECEPTISTAS AR1STOTÉ] J CO-S 2i)

textos del siglo de oro en cuanto a autores —mayor aún en


este caso si no se conocía el otro soneto—, y en cambio es in-
dudable, pues esto es intrínseco a la obra, que en la respuesta
que supongo de Lope de Vega se indica como autor de dicho so-
neto a Cervantes. Y esto sin tener presente otras expresivas alu-
siones 3Ü, y el indiscutible parecido entre esta composición y otros
versos de Cervantes y los probabilísimos sonetos cervantinos de
Sevilla —pudo ser uno de aquéllos, además—, y el estilo del po-
sible autor.
38. Además, por la misma fecha ya andaba camino de im-
primirse la Primera Parte del Quijote, llena de dardos, tan disi-
mulados como agudos, contra Lope de Vega.
39. No menos que una verdadera sátira contra el Fénix
—muestra, por su finísima ironía, del inmenso genio de Cer-
vantes— es el prólogo de su obra inmortal, y no obstante se
tardó mucho tiempo en aclarar las innumerables alusiones que
contiene, y aún quién sabe si están completas.
40. Fué necesario confrontarle con la vida y las obras del
Fénix para desentrañar el sentido de los ataques que le dirige
el príncipe de los novelistas.
41. En toda la primera parte de su obra mezcla Cervan-

Vinalmente, también pudo Cervantes imitar algo el soneto de Góngova:


"Por tu vida, e t c . " , viendo el éxito que había obtenido ya, y de aquí
•el parecido y también el que se pudiera considerar asimismo de Cervantes
el otro, aludido por La Barrera sin determinarle, como atribuido a Góngora.
56 Nótese la inquina con que se cita el librillo de La Arcadia y el Co-
mediaje, los cuales habían oscurecido La Galatea y el teatro de Cervantes,
que se sentía herido en lo más íntimo, y defendió con extraño interés ambos
géneros de su producción literaria en el Quijote (Parte I, cap. VI), y en el
prólogo a sus Ocho Comedias. Además ninguno de los enemigos del Fénix
mejor que Cervantes podía conocer el estado en que se hallaba la Jerusalén,
ya que, a causa de haber tenido buena amistad con él hasta poco antes, durante
•el tiempo que estuvieron ambos en Sevilla, Cervantes se pudo enterar bien
de lo que escribía Lope. En fin, las circunstancias de recordarse en el soneto
a Ariosto y Garcilaso —tan citados por Cervantes— y no a los demás poetas,
cuyos versos tomó Lope, y más aún el empleo del estrambote en el soneto,
muy poco usado y muy del gusto del autor del Quijote (*), me inducen más
aún a atribuírselo a él.

(*) Recuérdense los que dedicó Al túmulo del Rey Felipe II en Sevilla y
.A un valentón metido a pordiosero. (Ed. Bibl. Aut. Esp., tomo I, págs. 709
:y f i o . ) .
30 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

tes las alusiones personales, ajenas al asunto de este trabajo 0 7 r


con otras críticas que creo ele interés grande recordar aquí, aun
cuando algunas sean conocidas, para que, así reunidas, puedan
compararse con las de los otros autores de tendencia claskista.
42. En el prólogo se burla muy agudamente de la osten-
tosa erudición demostrada por Lope de Vega en La Arcadia
(Madrid, 1598), El Isidro (Madrid, 1599) y El Peregrino en
su patria (Sevilla, 1604), acaso con idea de afianzar su obra con-
tra los ataques de que ya había sido objeto r,s. y también de

57 En la Primera Parto las alusiones están en los preliminares. En el


Prólogo se burla de las infinitas poesías de personajes ilustres que iban al
frente de las obras de Lope y alude a que muchas S2 las haría él mismo,
atribuyéndolas falsamente a quien quería, lo cual, en parte, era certísimo.
(Rodríguez Marin. Ed. del Quijote: Madrid, 1928, tomo I, págs. 27 y 32).
Casi todos los versos de cabo roto de la supuesta Urganda la Desconocida
van dirigidos contra Lope de Vega. En ellos se le censura el empleo de
"indiscreto jeroglíficos", como ya lo había hecho Góngora en el soneto cono-
cidísimo que comienza: "Por tu vida, Lopillo, que me borres", enderezado
contra el escudo que había puesto el Fénix al frente de La Arcadia (1598); y
el que se quejaba de la fortuna sin razón (Ed. Rodríguez Marín, tomo I, pági-
nas 47 a la 57).
58 "Para mostraros hombre erudito en letras humanas y cosmógrafo,
haced de modo como en vuestra historia se nombre el río Tajo, y veréisos lue-
go con otra famosa anotación poniendo: "El río Tajo fué así dicho por
un rey de las Españas; tiene su nacimiento en tal lugar y muere en el mar
Océano, besando los muros de la famosa ciudad de Lisboa, y es opinión que
tiene las arenas de oro."
Hartzenbusch hizo notar en sus notas al Quijote que en La Arcadia de
Lope de Vega hay un pasaje igual: "Tajo, río de Lusitania, nace en las sierras
de Cuenca y tuvo entre los antiguos fama de llevar como Pactólo arenas de
oro: así lo creyó Ausonio...; donde entra en el mar por la insigne Lisboa"
(Ed. Rodríguez Marín, t. I, pág. 38).
"Porque ¿cómo queréis vos que no me tenga confuso el qué dirá el
antiguo legislador que llaman vulgo cuando vea que, al cabo de tantos años
como ha que duermo en el silencio del olvido, salgo ahora, con todos mis
años a cuestas, con una leyenda seca como un esparto, ajena de invención,
menguada de estilo, pobre de concetos y falta de toda erudición y doctrina,
sin acotaciones en las márgenes y sin anotaciones en el fin del libro como veo
que están otros libros, aunque sean fabulosos y profanos, tan llenos de sen-
tencias de Aristóteles, de Platón y de toda la caterva de filósofos, que ad-
miran a los leyentes, y tienen a sus autores por hombres leído, eruditos y elo-
cuentes ?"
"En la obra intitulada El Peregrino en su patria —observa el señor Ro-
dríguez Marín— ...a cada paso se encajan los nombres de Aristóteles, Pla-
tón y toda la caterva de filósofos. Véase, por ejemplo, el comienzo del libro III
(fol. 109") de la edición príncipe: "Dice Boecio que ninguno es desdichado sino-
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 31

cierto "enamorado distraído" y de tal o cual "sermoncico cris-


tiano" perteneciente a la última de los tres c9 . Pero además hay

el que piensa que lo es. Y Séneca, que ninguna tierra es destierro, sino otra
diferente patria. Y Terencio, que conviene pensar en las desdichas, porque
cuando, vengan ninguna parezca nueva, Y A'dimanto, en Platón, que ninguna
cosa grande es fácil. Y Aristóteles, que más se ama lo que se alcanca con
mayor trabajo. Y Tulio... Y Demóstenes..." (Ed. cit., págs. 24 a la 26.)
"Vengamos ahora —continúa Cervantes— a la citación de autores que l o s
otros Hbros tienen, que en el vuestro os faltan (*). El remedio que esto tie-
ne es muy fácil, porque no habéis de hacer otra cosa que buscar un libro qiie
los acote todos, desde la A hasta la Z, como vos decís. Pues ese mismo abece-
dario pondréis vos en vuestro l i b r o ; que puesto que a la clara se vea la men-
tira, por la poca necesidad que vos teníades de aprovecharos dellos, no im-
porta n a d a ; y quizá alguno habrá tan simple que crea que de todos os habéis
aprovechado en la simple y sencilla historia v u e s t r a ; y cuando no sirva de otra
cosa, por lo menos, servirá aquel largo catálogo de autores a dar de impro-
viso autoridad al libro."
Clemencín advirtió, respecto de este pasaje del Quijote, que se alude al
Peregrino en su patria y a El Isidro, que llevan al final sendas tablas por
orden de A B C, donde cita el Fénix hasta ciento cuarenta y cinco y doscientos
sesenta y siete autores, respectivamente, en esta última, Aristóteles, San Ba-
silio y Cicerón entre otros, de lo cual también se burla Cervantes: "todo él
[Quijote] es una invectiva contra los libros de caballerías, de quien nunca se
acordó Aristóteles, ni dijo nada San Basilio ni alcanzó Cicerón." (Ed. Ro-
dríguez Marín, t. I, págs. 41 y 42.)
P o r último, en el intencionado trastrueque de autores latinos que se hace en
el prólogo del Quijote, quería ver don Julio Cejador otra burla de la erudi-
ción de Lope de Vega (La lengua de Cervantes, tomo I I , Madrid, 1906, pági-
na 59'S)-
59 " P u e s ¿ q u é cuando citan la Divina E s c r i t u r a ? No dirán sino que son
unos Santos Tomases y otros doctores de la Iglesia; guardando en esto u n
decoro tan ingenioso que en un renglón han pintado un enamorado distraído y
en otro hacen un sermoncico cristiano que es un contento y un regalo oílle o
leelle."
Lo cual también va contra El Peregrino en su patria. " L o del enamorado
distraído puede echarse de ver, por ejemplo, en la historia de Panfilo y Nise
(fols. 115 vto. y siguientes), y por lo que toca a sermoncicos cristianos hailos
acá y allá, tales, por ejemplo, como lo que dice el peregrino alemán acerca de

(*) Respóndese a lo que finge haber dicho el propio Cervantes anterior-


m e n t e : " N i tengo que acotar en el margen [del l i b r o ] , ni que anotar en el
fin, ni menos sé qué autores sigo en él para ponerlos al principio, como hacen
todos, por las letras del A B C , comenzando en Aristóteles y acabando en
Xenofonte y en Zoilo a Zeuxis, aunque fué maldiciente el uno y pintor el
o t r o . " (Ed. cit., t. I, pág. 26.)
32 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PENA

otras alusiones, como las que se refieren a la Astrologia y a la


mezcla de lo humano y lo divino, que van, sin duda, también con-
tra el Fénix, aunque no han sido señaladas todavía G0.
43. Menéndez y Pelayo, por su parte, tenía la burlesca
descripción de un ejército que hace Cervantes, por caricatura
de un pasaje de La Arcadia, y es muy posible que así fuera 61.
44. Pero donde Cervantes refleja claramente su filiación
clásica, conforme a la preceptiva aristotélica, es en los juicios
que emite acerca de las comedias de su tiempo, dedicados por
entero a combatir el teatro creado por Lope de Vega C2.
45. ''Estas que ahora se usan, así las imaginadas como las
de historia, todas o las más son conocidos disparates y cosas
que no llevan pies ni cabeza, y con todo eso, el vulgo las oye
con gusto, y las tiene y las aprueba por buenas, estando tan lejos
de serlo, y los autores que las componen y los actores que las re-
presentan dicen que así han de ser porque así las quiere el vul-
go y no de otra manera 63, y que las que llevan traza y siguen

. la devoción de las imágenes (fol. 58 vto.) y los milagros que se cuentan en


otro lugar (fols. 65 vto. y siguientes), e t c . . " (Rodríguez Marín. Ed. cit.,
tomo I. pág. 26.)
60 Dice refiriéndose a los libros do caballerías: "Ni caen debajo de la
cuenta de sus fabulosos disparates las puntualidades de la verdad, ni las ob-
servaciones de la Astrologia; ni le son de importancia las medidas geomé-
tricas...", "ni tiene para qué predicar a ninguno mezclando lo humano con Id
divino, que es un género de mezcla de quien no se ha de vestir ningún cris-
tiano entendimiento" (Ed. Rodríguez Marín, tomo I, pág. 42).
L?. extraordinaria afición de Lope por la Astrologia, que saca a relucir en
muchas de sus obras —La Dorotea entre ellas—-, ha sido estudiada admira-
blemente por el señor Millé y Giménez en su trabajo El Horóscopo de Lope
de Vega, Buenos Aires, 1927. En cuanto a la mezcla de lo humano y lo
divino es casi seguro que se refiere a El Peregrino en su patria (1604), donde
insertó el Fénix cuatro autos sacramentales: El Viaje del alma, Las bodas
del alma y el amor divino, La Maya y El hijo pródigo, que son los primeros
escritos por Lope y ninguna relación tienen con aquella obra profana.
61 Se trata del episodio en que don Quijote toma por ejércitos enemigos
dos rebaños de carneros y comienza a describir lo que cree ver. (Ed. Rodrí-
guez Marín, tomo II, págs. 42 a 46). El pasaje de La Arcadia caricaturizado
es aquel en que Dardanio va mostrando a Anfriso retratos de diversas perso-
nas. (Ed. de la Bib. Aut. Esp., tomo XXXVIII, pág. 85.) La semejanza es
evidente comparando los dos textos.
62 Ed. Rodríguez Marín, tomo III, págs. 400 a 411.
63 "Lope de Vega decíalo claramente en el prólogo de El peregrino en su
patria (1604): "...y adviertan los extranjeros de camino que las comedias en
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 33

la fábula como el arte pide no sirven sino para cuatro discretos


que las entienden, y todos los demás se quedan ayunos de enten-
der su artificio,' y que a ellos les está mejor ganar de comer con
los muchos que no opinión con los pocos..." "¿No os acordáis
que ha pocos años que se representaron en España tres trage-
dias que compuso un famoso poeta destos reinos, las cuales fue-
ron tales, que admiraron, alegraron y suspendieron a todos
cuantos las oyeron, así simples como prudentes, así del vulgo
como de los escogidos, y dieron más dineros a los representan-
tes ellas tres solas que treinta de las mejores que después acá se
han hecho?"... "debe de decir"... "por La Isabela, La Filis
y La Alejandra"... 6 4 ; "mirad si.guardaban bien los preceptos
del arte y si por guardarlos dejaron de parecer lo que eran y de
agradar a todo el mundo G5. Así que no está la falta en el vul-
go, que pide disparates, sino en aquellos que no saiben representar
otra cosa. Sí, que no fué disparate La ingratitud vengada, ni le
tuvo La Numanáa, ni se le halló en la de El Mercader amante,
ni menos en La Enemiga favorable GG, en otras algunas que de

España no guardan el arte, y que yo las proseguí en el estado que las hallé,
sin .atreverme a guardar los preceptos, porque con aquel rigor de ninguna ma-
nera, fueran oídas de los españoles." (Ed. Rodríguez Marín, tomo III, pági-
na 400.) Más adelante se verá cómo Cervantes cita las tragedias de Argen-
sola como alegato contra la afirmación de Lope de que en España las come-
dias "no guardan el arte".
El Fénix, por su parte, siguió opinando igual años después, cuando publi-
có el Nuevo Arte de hacer comedias (iGogí), donde están aquellos versos que,
sin embargo, se han tomado demasiado al pie de la letra, tal vez:
"Y escrito por el arte que inventaron '
los que el vulgar aplauso pretendieron;
porque como los paga el vulgo, es justo
hablarle en necio para darle gusto."

(Ed. Bibl. Aut. Esp., tomo XXXVIII, pág. 230.)


64 Véase la nota 22 de esta Introducción.
65 No hay más pruebas de tan extraordinario éxito de Lupercio Leonar-
do de Argensola que esta referencia cervantina y es muy posible, por no de-
cir seguro, que sea tal la hipérbole que raye en la fantasía. Nadie más, que
yo sepa, cita con elogio las tales tragedias, que, al parecer, cayeron pronto
en el olvido, en que continúan, aunque se publicaron por López de Sedaño
{Parnaso Español, tomo VI. Madrid, 1772), y se reimprimieron por el Con-
de de la Vinaza {Obras sueltas de Lupercio y Bartolomé Leonardo de Argen-
sola, tomo I. Madrid, 1889, "Col. de Escritores Castellanos", tomo LXIX).
66 La Ingratitud vengada es de Lope de Vega {Parte XIV. Madrid,
i6^o). y no tiene nada de extraordinario para que se la diferencie, en cuanto

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34 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

algunos entendidos poetas han sido compuestas para fama y re-


nombre suyo, y para ganancia de los que las han representado";
''porque habiendo de ser la comedia, según le parece a Tulio, es-
pejo de la vida humana, ejemplo de las costumbres e imagen de
la verdad, las que ahora se representan son espejos de disparates,
ejemplos de necedad e imágenes de lascivia. Porque ¿qué mayor
disparate puede ser en el sujeto que tratamos que salir un niño
en mantillas en la primera [sjcena del primer acto, y en la segun-
da salir ya hecho hombre barbado? ÜT. ¿ Qué mayor que pintarnos
un viejo valiente y un mozo cobarde, un lacayo rectórico, un paje
consejero, un rey ganapán y una princesa fregona? 6S. ¿Qué
diré, pues, de la observancia que guardan en los tiempos en que
pueden o podían suceder las acciones que representan, sino que
he visto comedias que la primera jornada comenzó en Europa,
la segunda en Asia, la tercera se acabó en África y aun, si fuera
de cuatro jornadas, la cuarta acababa en América, y así se hu-
biera hecho en todas las cuatro partes del mundo ? Y si es que la
imitación es lo principal que ha de tener la comedia, ¿cómo es
posible que satisfaga a ningún mediano entendimiento que, fin-
giendo una acción que pasa en tiempo del rey Pepino y Carlo-
magno, al mismo que en ella hace la persona principal le atribu-
yan que fué el emperador Heraclio, que entró con la Cruz en
Jerusalén, y el que ganó la Casa Santa, como Godofre de Bu-
llón, habiendo infinitos años de lo uno a lo otro, y fundándose
la comedia sobre cosa fingida, atribuirle verdades de historia y
mezclarle pedazos de otras sucedidas a diferentes personas y
tiempos, y esto no con trazas verisímiles sino con patentes erro-
res de todo punto inexcusables?... Pues ¿qué si venimos a las

a técnica, de las demás del Fénix, salvo el acierto, mayor o menor, demostra-
do en ella. Esto me hace pensar que o se cita por burla o se toma al azar,
para aminorar algo el ataque.
Las otras tres obras son la famosa tragedia de Cervantes y dos come-
dias de Gaspar de Aguilar y el canónigo Tárrega, respectivamente.
67 Menéndez Pelayo y Clemencín señalaron esta alusión como dirigida a
la comedia El nacimiento de Ursón, de Lope, y así debe de ser. El señor Ro-
dríguez Marín la hace extensiva a El hijo venturoso y El Aldegüela (ed. cit.,
tomo III, pág. 404), del mismo Fénix, y si la primera de éstas es, induda-
blemente, aludida también, no así la segunda, que parece posterior a la fe-
cha en que salió el Quijote. (Véase la nota 11 de esta Introducción.')
6S No pensaba Cervantes entonces en escribir La Ilustre Fregona, o
acaso no cayó en la cuenta, si la tenía escrita. En ella, como es sabido, si no
una princesa, es al menos una noble dama la que se rebaja a tal oficio.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 35

comedias divinas ? ¡ Qué de milagros falsos fingen en ellas, qué


de cosas apócrifas y mal entendidas, atribuyendo a un santo los
milagros de otro! Aun en las humanas se atreven a hacer milagros,
sin más respeto ni consideración que parecerles que allí estará
bien el tal milagro y apariencia, como ellos llaman, para que gente
ignorante se admire y venga a la comedia; que todo esto es en
perjuicio de la verdad y en menoscabo de las historias y aun en
oprobrio de los ingenios españoles 6 9 ; porque los estranjeros 70 ,
que con muoha puntualidad guardan las leyes de la comedia, nos
tienen por bárbaros e ignorantes". Y en lo que sigue del discur-
so, el autor del Quijote vitupera que el teatro sea puro entrete-
nimiento; aconseja cómo debían ser las comedias —enteramen-
te conforme con López Pinciano, Cáscales y demás preceptistas
aristotélicos—, cuyas representaciones sería conveniente que pasa-
ran por una censura especial, y concluye, entre ello, por hacer este
turbio elogio de Lope de Vega, con el cual era vano quitarle el
amargo de lo anterior 7 1 : " Y que esto sea verdad véase por
muchas e infinitas comedias que ha compuesto un felicísimo in-
genio destos reinos, con tanta gala, con tanto donaire, con tan
elegante verso, con tan buenas razones, con tan graves senten-
cias, y, finalmente, tan llenas de elocución y alteza de estilo, que
tiene lleno el mundo de su fama y, por querer acomodarse al
gusto de los representantes, no han llegado todas, como han lle-
gado algunas, al punto de la perfección que requieren."
46. En el Quijote de Avellaneda se contestó a las pullas
de Cervantes tan venenosa como ineficazmente, ya que los
insultos personales no pueden suplir nunca a la crítica. Mucho
tardó Lope, pues, en ciarse por aludido 72 ; pero así debe creerse

69 Bien se comprende el sentido hiperbólico y burlesco de estas alusio-


nes, cuyo fin es ridiculizar la dramática de Lope de Vega y su escueia,
en cuyas obras aparecen a menudo personajes que recuerdan vagamente al-
gunas de estas exageraciones.
70 Claro es que estos extranjeros eran para Cervantes los italianos, cuya
preceptiva renacentista procuraba él seguir, o, al menos, elogiarla.
71 Véase la nota 66 de esta Introducción.
72 Se imprimió en Tarragona en 1614. No he de mezclarme aquí, ni interesa
para este trabajo, en la ardua cuestión de descubrir a Avellaneda; pero
sí debo hacer constar que se escribió el falso Quijote desde luego con la
anuencia de Lope y en defensa suya, en parte. Es decir, que, a los efectos de
lo que vengo tratando, puede considerarse en este aspecto como respuesta de
Lope y Jos suyos contra las ofensas inferidas al Fénix en la Primo-a parte
del Quijote de Cervantes.
36 JOAQUÍN DE EXTRAMBASAGUAS Y PEXA

cuando no se conserva ninguna otra alusión al autor del Quijote


anterior a esta fedha 73.
47. De 1Ó12 hay una carta de \Lope de Vega al Duque de
Sessa "ti, en la que le da cuenta de su actuación en la "Academia
Selvaje" 75, y dice: "Yo leí unos versos con unos anteojos de
Cervantes que parecían huevos estrellados mal hechos."
48. De este manoseado texto se ha deducido —tal vez un
poco atropelladamente— que en esa fecha ya habían hecho las
paces los dos escritores TG. Pero el testimonio no me parece de-
finitivo. En primer lugar no se sabe hasta qué punto puede in-
terpretarse esto rectamente, ni qué encubierta alusión pueda ha-
ber en este pasaje, pues por de pronto en ninguna otra parte cons-
ta que Cervantes usase anteojos. Antes, en el retrato que hace de
sí mismo en el Prólogo de las Novelas Ejemplares 77 dice que
tiene "alegres ojos" y no añade nada respecto a que hubieren
menester de lentes, aunque allí era la ocasión mejor de hacerlo.
Y en segundo lugar, aun siendo verídicas de primera intención
las palabras de Lope, nada prueba que fuera Cervantes amigo
suyo nuevamente porque le prestara sus anteojos. Pudo ser muy
bien un acto de fría cortesía —sabido es que ésta y las demás
guerras de este género no se hacían francamente, sino en la som-
bra y el disimulo—, provocado por los concurrentes mismos, y no
de amistad, en el que no habría más relación seguramente que
la inevitable de los respetos sociales entre personas educadas.
Y no se olvide que la alusión misma de Lope nada tiene de amis-
tosa sino mucho de burlesca respecto de la pobreza de Cervantes,
en- caso de que deba interpretarse como exacta, a pesar de lo
dicho.

73 Otras alusiones de Lope intermedias entre 1605 y 1614 son de ca-


rácter general, y se verán más adelante.
74 La Barrera, Ob. cit,, pág. 187.
75 La fundó a principios de febrero de 1612 don Francisco de Silva y
Mendoza, hermano del Duque de Pastrana. Se llamó primeramente El Parna-
so, y luego Selvaje, por el apellido paterno del fundador. Concurrieron a ella
muchos ingenios, entre los cuales se contaban Cervantes, Lope de Vega, Vélez
de Guevara y Espinel. Consúltense los trabajos del señor Pérez de Guzmán
y Gallo: Las academias literarias del siglo de los Austrias (en La Ilustración
Española y Americam, 30 de agosto y 8 de septiembre de 1SS0) y Academias
literarias de ingenios y señores bajo los Austrias (en La España Moderna,
noviembre, 1894).
76 Cfr. La Barrera, Ob. cit., págs. 183 y 185,
77 Ed. Bibl. Aut. Esp. (tomo I, pág. 99).
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 37

49. Pudiera parecer favorable a estas supuestas y efímeras


paces la ostensible alabanza que hizo Cervantes de Lope en su
Viaje del Parnaso 7 8 ; pero las irónicas alusiones que se hacen
de la vid'a privada del Fénix en la Segunda Parte del Quijote 70
vienen a contradecirlo por su pésima intención, que no sua-
viza el enfático elogio de La Hermosura de Angélica inserto
también allí y equívoco por completo s0 .

;S Madrid, 1614 <ed. Bibl. Aut. Esp., tomo I, pág. 6S4). He aquí los ver-
sos en que el nombre del Fénix tiene igual consonancia que en los de La Ca-
latea, ya citados (véase la nota 31 de esta Introducción), aunque la sinceridad
del elogio fué muy distinta, seguramente:
"Llovió otra nube al gran Lope de Vega
poeta insigne a cuyo verso o prosa
ninguno le aventaja ni aun le llega."

79 Madrid, 1615. No podrá superarse jamás la finísima ironía, verda-


deramente genial, del siguiente párrafo, relativo al Fénix y escrito cuando
Lope de Vega estaba dedicado más que nunca a aquellos "negocios" amoro-
sos, que revelan sus cartas al Duque de Sessa y en los equívocos lances en
que se veía como secretario suyo:
"No tengo yo de perseguir a ningún sacerdote, y más si tiene por añadi-
dura ser familiar del Santo Oficio; y si él [Avellaneda] lo dijo por quien
parece (! !) que lo dijo, engañóse de todo en todo ; que del tal adoro el ingenio,
admiro las obras y la ocupación continua y virtuosa." (Ed. Rodríguez Marín,
tomo IV, pág. 30.)
Con recordar que el autor del Quijote vivía en la esquina de las calles del
León y de Francos (hoy Cervantes) y que Lope habitaba en "casas pro-
pias", situadas hacia la mitad de esta última calle, la cual había de seguir
el Fénix hasta dicha esquina para internarse en el centro de Madrid, se com-
prende toda la intención del pasaje copiado. Cervantes, desde su casa, mien-
tras escribía las cuartillas de sus últimas obras, vería pasar a Lope, acaso
más acompañado de lo que debiera y sorprendería sus idas y venidas con los
cómicos a horas musitadas, y a veces, en el coche del D*uque de Sessa, todo
lo cual vendrían a detallárselo las murmuraciones de la vecindad, que llegaran
hasta él o los suyos.
La otra alusión que aparece en la Segunda parte del Quijote se refiere a
los poetas que, cuando son desdeñados, tienen las poesías de amor por "sá-
tiras y libelos, venganza, por cierto, indigna de pechos generosos", y en ellos
debe reconocerse a Lope, primero galán d i Elena Orosio, a quien daba el
nombre de Filis en las poesías donde cantaba sus pasiones, y luego autor de
terribles sátiras contra ella y su familia. {Ed. cit., t. IV, págs. 63 y 64.)
So Dice, aludiendo a Angélica: "Un famoso poeta andaluz lloró y cantó
sus lágrimas, y otro famoso y único poeta castellano cantó su hermosura." Si
el primer elogio dedicado a Luis Barahona de Soto por Las lágrimas de Angé-
lica es sincero, en cambio en el de Lope hay una punzante ironía. Como
hace observar el señor Rodríguez Marín, en lo de único poeta castellano alude
38 JOAQUÍN DE EXTRAMBASAGUAS Y PEÑA

50. La respuesta con que siguió Lope la batalla no se conoce,


si es que existió, aunque más bien sospecho que fuera inútil,
muerto ya Cervantes al poco tiempo, cuando además se había dado
por vencido en el Prólogo de las Ocho comedias y ocho entre-
meses, reconociendo el triunfo del Fénix81, que no le perdonó
nunca.
51. Demostró guardarle rencor después de su muerte en
las alusiones, frías o despectivas, que hizo de las obras del prín-
cipe de la prosa española S2, y aun en los versos que le dedicó

la designación que se había dado a sí mismo Lope orgullosamente en los prin-


cipios de alguna de sus obras, de Únicas aiil pcrcgrintts'1. (Ed. cil., tomo IV,
págs. 63 y 64.)
Además, sí es de Lope de Vega, como parece, el célebre auto sacramental de
Las Cortes ~de ¡a Muerte (i.a ed. Acad. Esp., t. III, ¡pág. 592), cuya loa escri-
bió Mira de Araescua, el fingir Cervantes que lo iban representando los cómi-
cos de la legua que capitaneaba Ángulo el Malo (Véase cd. cit., tomo III, pá-
gina 233), parece aludir en sentido peyorativo a la popularidad del teatro del
Fénix.
81 Madrid, 1615: "Dexé la pluma y las comedias y entró luego el mons-
truo de naturaleza, el gran Lope de Vega, y aleóse con la monarquía cómica.
A'vassalló y puso debaxo de su juridioción a todos los farsantes; llenó el
mundo de comedias propias, felices y bien razonadas, y tantas que passan de
diez mil pliegos los que tiene escritos, y todas, que es una de las mayores cosas
que puede dezirse las ha visto representar o oydo dezir, por lo menos, que se
lian representado; y si algunos que ay muchos, han querido entrar a la /parte
y gloria de sus trabajos, todos juntos no llegan en lo que han escrito a la mi-
tad de lo que él solo." (Ed. Schewill y Bonilla, tomo I. Madrid. 1919, pági-
nas 7 y S.)
82 He aquí las más notables:
En la novela de Lope Las fortunas de Diana, publicada en La Filomena
(1612), se alude a las Novelas ejemplares'. "En España también hay libro
de novelas, dellas traducidas del italiano y dellas propias, en que no faltó
gracia y estilo a Miguel de Cervantes."
En cambio, en la comedia Amar sin saber a quién, que se publicó en
la parte XXII (Zaragoza, 1630, y Madrid, 1635), se burla así del primero
de los prosistas españoles, según hizo observar La Barrera (Ob. cif,„ pági-
na 127):

LEAXDRA. "Después que das en leer,


Inés, en el romancero,
lo que aquel pobre escudero
te podría suceder.
INÉS. Don Quijote de la Mancha
(perdone Dios a Cervantes)

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LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 39

en el Laurel de Apolo S3, tan falsos e hipócritas como se ha


supuesto Si, dictados acaso, más que por deber de justicia, por
remordimiento.
52. Micer Andrés Rey de Artieda 8r>, que quizás se había

fué de las extravagantes


que la corónica ensancha" (*)

"Y, finalmente —dice el prologuista—, hay un pasaje en que el gracioso


Simón pregunta por su muía desaparecida, y advierte: "O, si no, dirán que
fué olvido del escritor." Y añade poco más adelante:
"Heme holgado
que pareciese la muía,
tanto por cumplir con ella
como que al fin de la historia
110 nos pregunten por ella."

"Alusión chistosa que pudiera referirse a la inexplicable pérdida y ha-


llazgo del rucio de Sancho Panza." (**).
83 Madrid, 1630. Ed. Bibl. Aut, Esp., tomo XXXVIII, pág. 218.

"En la batalla donde el rayo austrino,


Hijo inmortal del águila famosa,
Ganó las hojas del laurel divino
Al Rey del Asia en la campaña undosa,
La fortuna insidiosa
Hirió la mano de Miguel Cervantes;
Pero su ingenio en versos de diamantes
Los del plomo volvió con tanta gloria,
Que por dulces, sonoras y elegantes,
Dieron eternidad a su memoria,
Porque se diga que una mano herida
Pudo dar a su dueño eterna vida."

84 Con razón han observado los señores Hurtado y González Palea-


da, en su Historia de la Literatura española, Madrid, 1922, 2.a. ed., pág. 639),
la frialdad de este elogio, en el que ni se cita el Quijote.
85 Hijo de Juan Rey de Artieda, infanzón de Tauste, y de Angela
de Alforna, de Valencia. Nació en esta ciudad en 1540, y en ella estudió
Artes, graduándose en 22 de octubre de 1563, a los catorce años de edad.
Cursó Derecho Civil y Canónico en Lérida y en Tolosa, y obtuvo certifi-
cado de ello, alcanzando en 3 de julio del 574 el título de Bachiller en Le-
yes, en Valencia, cuando acababa de cumplir veinticinco años. Además es-
tudió en Barcelona Astrología. Niño prodigio, descolló en poesía desde que

(*) Obras de Lope de Vega, publicadas por la Real Academia Española


(Nueva edición). Obras dramáticas, tomo XI. Madrid, 1929 (pág. 283). Edi-
ción y prólogo de don Justo García.
(**) Don Quijote. Parte II. cap. III.
40 JOAQUÍN DE EXTRAMBASAGUAS Y PEÑA

hecho cálculos parecidos a los del soldado de su famoso soneto

aprendió a escribir, como lo prueba el que le elogiase rendidamente Gil


Polo en el Canto del Turia de la Diana enamorada (Ed. de Nueva Bi-
blioteca de Autores Españoles, tomo II, pág. 375), cuando Rey de Artieda
tenía trece años escasos

"Los metros de Artieda y de Clemente


tales serán en años juveniles,
que los de quien presume de excelente
vendrán a parescer bajos y viles:
ambos tendrán entre la sabia gent?,
ingenios sosegados y subtiles,
y prometernos han sus tiernas flores
fructos entre los buenos los mejores."

Se doctoró después en ambos derechos, "con aplauso y pronósticos


extraños" {Epístola al Marqués de Cucllar), y acabados sus estudios em-
pezó a ejercer la abogacía; pero se le hicieron odiosas las "negras leyes''
y pasó a ser militar. Como capitán de Infantería quedó desde la primera
campaña, y en este grado siguió más ríe treinta años, tomando parte, como
Cervantes, en la batalla de Lepauto (15 7 r j , donde recibió tres heridas, y en
Novarín, socorro de Chipre y rota de Fin-den, y en otros hechos de armas,
en, que demostró su bravura.
En los ratos libres del servicio militar dedicábase a las Letras, y residió
en Valencia, Zaragoza y Barcelona. En esta última población estuvo, desde
1601, al servicio del Duque de Alburquerque, virrey de Aragón, que murió
en 1605,
Perteneció a la Academia de los Nocturnos con el nombre de "Centine-
la" —también usó en otras ocasiones ajenas a la Academia el de "Artemi-
doro"—, y leyó un Discurso de Armas y Timbras muy curioso. Tomó parte
además en numerosos certámenes, en los cuales dejó bien asentada su fama
de poeta.
Se casó, no se sabe en qué fecha, con Catalina de Monave, de la cual
tuvo cinco hijos: Miguel, José, Andrés Gregorio, Marcos, luego fraile en la
Orden de Santo Domingo con el nombre de Jacinto; Teodora y Andrea, que
heredó a su padre, por muerte de los anteriores.
Parece ser que se retiró del servicio militar a los cincuenta y seis años,
y pasó a vivir a Zaragoza, y luego a Valencia, donde se le concedió en 1611
un privilegio cuya naturaleza se ignora. Falleció en 16 de noviembre de
1613, siendo enterrado en San Esteban, delante del altar de Nuestra Señora
del Rosario.
Publicó Los Amantes, Tragedia, Valencia, 1581 ; Los encantos de Mer-
Un, comedia citada con encomio por Agustín de Rojas; Discurso de Artemi-
doro, Zaragoza, 1603, y varias poesías laudatorias en diversos libros. (Véase
Cejador: Historia de la lengua y literarura castellana. Madrid, 1615, pági-
na 165).
Dejó, además, inéditas, según La Barrera {Catálogo, pág. 322), las si-
guientes obras: Obra espiritual, en quintillas; libro de Sonetos a diferentes
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 41

sobre su fortuna en las letras, no podía perdonar a Lope la ra-


pidez de su consagración, que le dejaba "en cuerpo y con la pica
al hombro", y lo demostró en su Carta al ilustrísimo Marqués
de Cuéllar sobre la comedia, inserta en los Discursos, Epístolas y
Epigramas de Artemidoro SG, a la cual pertenecen estos versos
(fol. 90 vto.):

asuntos; libro La vanidad del mundo, en octavas; Tratado de cartas misi-


vas; el Discurso de Armas y Timbres, ya citado, y varias Comedias, que se
conocen, en parte, sólo por los títulos.
Alabaron a Rey de Artieda, Cervantes —su compañero de Lepanto—,
en el Canto de Calíope de La Galaica (ed. Bibl. Aut. Esp., tomo I, pág. 9°) :

"Si tuviera, cual tiene la Fortuna


La dulce Poesía, varia rueda,
Ligera y más movible que la luna,
Que ni estuvo, ni está, ni estará queda: 1
En ella, sin hacer mudanza alguna,
Pusiera sólo a Micer Rey de Artieda,
Y el más alto lugar siempre ocupara,
Por ciencias, por ingenio y virtud rara."

Y en el Viaje del Parnaso (ed. Bibl. Aut. Esp., tomo XXXVIII, pág. 6S5).

"En esto vióse con brioso paso


venir al magno Andrés Rey de Artieda,
no por la edad descaecido o laso.
Hicieron todos espaciosa rueda,
y cogiéndole en medio, le embarcaron,
más rico de valor que de moneda."

Y Lope de Vega, que le conoció en Valencia antes de que le censurase —y


a tiempo de que Rey de Artieda muriera de envidia al ver sus triunfos— en
el Laurel de Apolo (Ed. Bib. Aut. Esp., tomo XXXVIII, pág. 196).

"Y al capitán Artieda,


Aunque Valencia lamentarse pueda,
Pondrá en sus manos Zaragoza el día
Que de la numerosa monarquía
Apolo nombre un senador supremo,
Que como aquel celeste Polifemo
Único dé su luz a los dos; polos,
Pues 110 es un siglo para dos Apolos."

86 Discursos, / Epístolas y / Epigramas de Artemidoro. / Sacados a


luz por Micer Andrés Rey / de Artieda. / Dirigidas a don Martin Abarca,
/ de Castro, y de Bolea, Barón de Clamosa, Señor de la Villa / de Siétamo
y sus Baronías de Quarte / y Caderete. / . (Escudo del impresor.) Con licen-
cia y privilegio: En £aragoca: / — / Por Angelo Fananno, Año 1605. /
42 JOAQUÍN DE EN'TRAMBASAGUAS Y PEÑA

25. "Como las gotas que en verano llueven


con el ardiente Sol dando en el suelo
se transforman en ranas y se mueren,
Assí al calor del gran señor de Délo
se levantan del polvo poetillas
con t a n t a habilidad que es un consuelo.
Y es una de sus grandes maravillas
el ver que « n a comedia escriba u n triste
que ayer sacó Minerva de mantillas.
Y como en viento su invención consiste
en ocho días y en menor espacio
conforme su caudal la a d o r n a y viste.
O quien al vivo nos compara Horacio
a los sueños frenéticos de enfermo
lo que escribe en su triste cartapacio.
Galeras vi una, vez yr por el yermo,
y correr seys caballos por la posta,
de la isla del Gozo hasta P a l e r m o .
Poner dentro Vizcaya a Famagosta
y junto de los Alpes Persia y Media
y Alemania pintar larga y angosta. S7
Como estas cosas repiesenta Heredia &S,

Un vol. en 8.° Portada (v. en b.) — 7 h. s. n. de Prels. — 128 fols. de T e x -


to. Preliminares: Aprobación de Antonio Ximénez de Mora (Zaragoza, 14
octubre de 1604); Licencia por el doctor Izquierdo (15 octubre de 1604);
Aprobación del Cardenal A'scanio Colonna, "Cardenal de la Santa Iglesia de
Roma, del Título de Santa Pudenciana, Gran Prior de Venecia, P r o -
tector d e los Estados de Flandes, V i r r e y y Capitán General por su Mages-
tad en el Reyno de A r a g ó n " . (Zaragoza, 20 de octubre de 1604); Sone-
to de L'upercio Leonardo Argensoía al a u t o r ; Soneto de don M a r t í n de Cas-
tro y Bolea al a u t o r ; Soneto de don Miguel Rivellas de Villanova al a u t o r ;
Soneto del Alférez Francisco de Segura, entretenido por su Magestad, al
a u t o r ; Soneto de don Marcantonio Aldana al a u t o r ; Soneto del Alférez
Alonso Téllez de Guevara al a u t o r ; " A don Martín Abarca, Castro y de
Bolea" (dedicatoria del a u t o r ) ; T e x t o ; " T a b l a Alphabetica" (de los prime-
ros versos), y E r r a t a s .
Primera edición. Muy rara.
87 Más me parecen hipérboles con que se exageran los errores corrien-
tes en muchas comedias del siglo de oro que alusiones a obras determi-
nadas.
88 Alonso de Heredia, muy amigo de Lope, era " a u t o r de comedias" o
director de compañía en 1603. Su mujer se llamaba María de Rojas, y vi-
vía en 1604. E n 1614 estaban contratados en la compañía de Heredia Anto-
nio de Navarrete, P e d r o de Avila, Manuel Simón, Sebastián de la Fuente,
Gabriel D u a r t e , Luis Candau, P e d r o de España, Antonio Pinero y Santia-
go Valenciano. Dicha compañía seguía representando en 1619, y fué una
de las autorizadas por el Decreto de 1615. ( R e n n e r t : Spanish actors and
actrcsscs. En Revue HisPaniquc, tomo X V I , pág. 40S.)
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 43

a pedimento de un amigo suyo,


que en seis horas compone una comedia. S9
Por no cansarte, al fin, señor, concluyo
que como el argumento sea tan bueno
que corresponda al claro ingenio tuyo
El verso grave en su lugar y ameno
exaaninado quien lo tiene a cargo
lo mal sonante, bárbaro y obsceno.
Puedes oyr comedias a mi cargo
y más si una pasión al alma llega,
y el día sobra o te parece largo.
Que Tárrega, Aguilar, Lope de Vega, í>0
alig-erar con sus escritos pueden
la ansia y pasión que te desasosiega."

54. Este texto es muy interesante, pues revela cómo juz-


gaba Rey de Artieda la obra del Fénix, y la transparencia del
ataque, que no basta a cubrir, ni medianamente, la que no sé si
llamar alabanza final.
55. Las censuras casi simultáneas, y tan acordes, de Cer-
vantes y Rey de Artieda irían aumentando los murmullos que
las obras de Lope suscitaban en el mundo erudito y literario, a
la vez que triunfaban ante el público, y arreciaron aquéllos aún
más con la publicación de la Jerusalén Conquistada, en 1609, que
agitó grandemente la crítica.
56. Entonces Lope determinó hacer "una defensa de las irre-
gularidades de sus comedias y de la inobservancia de las reglas clá-

89. No hay necesidad de probar con muchas razones que aquí se alude
a Lope de Vega, quitándole dieciocho de las celebérrimas veinticuatro ho-
ras que en mala hora tomó como medida de tiempo para escribir una come-
dia, según se desprende de estos famosos versos de su égloga A Claudio
(ed. Bibl. Aut. Esp., tomo XXXVIII, pág. 431):

"Mil y quinientas fábulas admira,


Que la mayor el número parece;
Verdad que desmerece
Por parecer mentira,
Pues más de ciento, en horas veinticuatro,
Pasaron de las musas al teatro.'"

90 Es curioso y aun extraño que en este enfático elogio, cuyo fin es


amortiguar los golpes anteriores, se pongan como ejemplo de dramaturgos,
precisamente, los mismos que señaló Cervantes en el Quijote casi al mismo
tiempo (véase la nota 66 de esta Introducción). ¿ Se trata quizás de buscar
aquéllos que por alguna razón desconocida podían disgustar más al Fénix!'

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44 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

sicas" 91 y publicó el Nuevo Arte de hacer comedias deste tiem-


po fj2, escrito con premura y queriendo fundar inútilmente su
arte propio en la preceptiva clasicista ° 3 ; pero aunque su au-
tor dedicó el poema a la Academia de Madrid 9i, para hacer
más ostentación de su defensa, los ataques al Fénix continuaron,
y al poco tiempo tuvo Lope el disgusto de ver impresas nuevas
censuras satíricas de otro escritor.
57. Fué éste Cristóbal de Mesa 93, poeta de buen gusto,

91 Rennert y Castro: Ob. cit., pág. 187.


92. Rimas de Lope de Vega Carpió. Ahora de nuevo añadidas. Con el
nuevo Arte de hazer Comedias deste tiempo. Madrid. Alonso Martin, 1600.
Un vol. en 16.0 de 8 hojas de Prel. s. n. 4- 210 fols. de Texto + S ho-
ja.1! sin. de Tabla.
Es la primera edición del Nuevo arte de hacer comedias, y muy rara.
93 Véase Rennert y Castro: Ob. cit-, págs. 187 y 191.
94 Seguramente la misma que cita Lepe en el Laurel de Apolo, pro-
tegida por don Félix Arias Girón. En ella laurearon a Vicente Espinel como
"único poeta latino y .castellano de aquellos tiempos". (Véase Rennert y Cas-
tro: Ob. cit., pág. 1S6.)
95 Cristóbal de Mesa, Nació en Zafra hacia 1561. Era hijo de Pedro
de Mesa y bisnieto de Diego de Mesa, criado de la casa de Priego. Comen-
zó a estudiar Artes en la Universidad de Sevilla, en 26 de octubre de 1569.
En la de Salamanca, donde continuó sus estudios, fué discípulo del Bró-
cense, y comenzó la carrera de Leyes, que no llegó a acabar, por dedicarse
definitivamente al cultivo de la Literatura. Más adelante volvió a Sevilla,
cuya escuela poética estaba en todo su apogeo, y allí intimó con Fernando
de Herrera) Francisco Pacheco, Luis Barahona de Soto, el Maestro Francis-
co de Medina y otros poetas, de los cuales se consideró siempre discípulo.
Sin embargo, otras circunstancias habían de influir más que éstas en su
formación literaria., y fué que habiéndose trasladado a Italia por el año
158S, quizás en calidad de soldado, visitó Pavía, Bolonia y Roma, donde cono-
ció al gran poeta Torcuato Tasso, con quien tuvo estrecha amistad y continuo
trato durante cinco años. Las relaciones con el Tasso y otros poetas, como
Jerónimo Gagliardí, por ejemplo, le hicieron conocer la preceptiva de la es-
cuela poética italiana, que adoptó inmediatamente. Con estas tendencias re-
novadoras regresó a España hacia 1594, y se instaló en Madrid, donde vi-
vía, ya ordenado de clérigo y buscando protectores. Pero ya fuera por su
carácter franco y severo, ya por el amargo rencor que le producía la in-
diferencia de todos respecto a sus innovaciones literarias, ya por otra causa cual-
quiera, nadie le prestó apoyo. Solamente, y merced a la amistad que tenía con
Juan Ramírez de Arellano, secretario del Conde de Lemos, logró algunos
favores de este magnate. Empero, como el Conde no le llevara consigo cuan-
do marchó a Nápolés en 161 o, por manejos de los Argensolas igual su-
cedió con Cervantes—, se quejó a él en las Rimas, y desengañado pasó al
servicio del Duque de Béjar —esto es, hizo lo contrario que el autor del
Quijote, primero protegido de Béjar y luego de Lemos—, y residió con
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 45

pero de escasa imaginación, que se sentía amargado por la indi-

él en la villa de su nombre. También debió de protegerle algo el Duque de


Feria, quizás por su calidad de extremeño —Zafra formaba parte de los
estados de la casa del Duque— o .porque le conociera en la Corte. A am-
bos ded/icó sendas composiciones. También buscó con dedicatorias, inútil-
mente, el favor de Felipe III, que ni prestó atención a los Hendidos borne-
najes de su vasallo. Asistió a la "Academia Selvaje", donde conocería a
Lope de Vega —blanco por entonces de sus disimulados ataques—-, que no
debió de quedar muy satisfecho de este encuentro.
Siempre opuesto al Fénix, acudió al Certamen de Nuestra Señora del
Sagrario, celebrado en Toledo en 1616 y patrocinado por Góngora. Murió eu
Madrid, el 27 de septiembre de 1633, y casi de repente, "en el Barquillo,
junto a la comadre granadina", y se le enterró en la iglesia de San Luis.
(P. Pastor. Bibl. Mad., tomo III, pág. 426).
Sus tendencias literarias se resumen en el público a quien dedicaba sus
obras: escribía sólo "para los que en Italia sienten bien de ello y para los
que de España tienen entera noticia de la Poética del Philosopbo" [Aristó-
teles] .
Las obras conocidas de Cristóbal de Mesa son las siguientes: Las naves
de Tolosa, poema. Madrid, 1598; La Restauración de España. Madrid, 1607.
l'alle de lágrimas y diversas Rimas. Madrid, 1607. Rimas en estilo lírico.
Madrid, 1611. El Patrón de España, versos heroicos. Madrid. 1612; La
Eneida de Virgilio, en octavas. Madrid, 1615. Las Églogas y Geórgicas de
Virgilio y las Rimas y El Pompeyo, tragedia. Madrid, 1618. La litada de
Homero (Ms. que vio Nicolás Antonio t-n la biblioteca de Tamayo de Var-
gas); y versos laudatorios en el Libro de retratos, de Pacheco; Tablas poé-
ticas, de Cáscales; Descripción de la Capilla del Sagrario de Toledo, de He-
rrera ; Obras de Francisco de Figueroa, y Los pastores del Betis, de don
Gonzalo de Saavedra, y la aprobación de Las Eróticas, de Villegas, que a
su vez le dedicó la elegía V de su obra.
Fué amigo de Francisco de Figueroa, de Quevedo, del Conde de Sali-
nas y de don Juan de Fonseca y Figueroa, y le alabaron Cervantes, en el
Canto de Calíopc (ed. Bibl. Aut. Esp., tomo I, pág, S7).

"De Christóbal de Mesa os digo cierto


Qua puede honrar vuestro sagrado valle,
No sólo en vida, mas después de muerto
Podéis con justo título al aballe:
De sus heroicos versos el concierto.
Su grave y alto estilo pueden dalle
Alto y honroso nombre, aunque callara
La fama del (y) ya no me acordara."

Y en el Viaje del Parnaso (ed. Bibl. Aut. Esp., tomo I, pág. 6S5):

"A Cristóbal de Mesa vi allí junto


A los pies de Mercurio, dando fama
A Apolo, siendo del propio trasunto.
46 JOAQUÍN DE EXTRAMBASAGUAS Y PEÑA

ferencia del público ante sus lánguidas epopeyas y sus pulidas

Y también Lope de Vega en el Laurel de Apolo (ed. Bibl. Aut. Esp., to-
mo XXXVIII, pág. 215):
" Y a Cristóbal de Mesa,
Trípoda de las musas y las gracias,
¡ Oh letras, ganar veces sin desgracias,
Llama para ganar tan alta empresa;
Que cuando mires tanta copia impresa,
V tan alta virtud sin premio mires,
Imposible será que no suspires;
Qu& sigue pocas veces o ninguna
A la virtud la próspera fortuna!"

Confieso que los versos subrayados me parecen algo irónicos, y 110 poco
amargos para el poeta de Zafra.
A continuación reproduzco el lindo soneto que le dedicó Torcuato Tasso
con motivo de la publicación de Las Navas de Tolosa:

TORCUATO TASSO A CRISTÓBAL DE MESA.

Quei che con somno studio il mondo ammira


Trahean gl'alberi Orfeo, le pietre Amphione
Ei pesci fuor dale sais' onde Arione
Co la cetra, col canto, e con la lira:
Saggio Mesa casi gli huomini tira
L'alto vostro Poema, e due corone
D'valor l'una, lia l'altra di raggione
Ond'il suo nome a gloria eterna aspira:
Dal'harmonia qual, indi altrui réndete
Nascon piu degni effeti, alti e divini
Piu grato suon, voci piu dolci é Hete
Quelli selve, animai, sassi, e Delfini
Giungeano in sieme, euoi con quel giungete
Belli spirti; e ingegni pellegrini."

Y otro también muy bello :


"De Gerónimo Gagliardi.
Vivo essempio di gloria, honor di quelli
Che di Castaglia e d'Aganippe al onde
Cercan la sete trarsi, e da 3a fronde
Che Febo amo in Tessaglia ornarsi i velli:
Beato sete homai poscia che in belli
Fruti cogliete ove virru s'asconde
E con heroiche rime alte, e profonde,
Trábete avoi spirti vivaci e snelli:
Sgombri dagli occhi suoi tal patria altera
D'ignoranza lenebbie se la luce
Del vostro ingegno alto racoglie intera,
*•'¥-'

LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 47

poesías italianizantes, oscurecidas por las de Lope de Vega, y


mostró así su desprecio por la Jerusalén Conquistada —escrita
por Lope para rivalizar con Torcuato Tasso— en la Epístola
al Duque de Feria, publicada en sus Rimas 9 6 :
58. "Acá tan solamente ay quien presuma,
Y no vemos tun Taso, ni un Petrarca,
Cuya fama no ay tiempo que consuma
Sí en esta facultad heresiarca
Y critico y satírico me llaman
Los que'" esconden sus obras en su arca."

59. En cuanto al teatro del Fénix, también es atacado en los


siguientes versos del mismo autor 07, donde, para no ponerse
frente a él francamente, le alaba, como Rey de Artieda, pero con
enfatismo e ironía:
60. "No presta ya que el inmortal Apolo
Aspire, ni Calíope, ni Erato,
Ni tener nombre desde Polo a Polo,
O el aplauso gozar del vulgo ingrato,
Que pasa como viento y como sombra,
Ni seguir el estilo del Torquato.
Que el príncipe que más os precia y nombra
Ni os favorece ni las obráis premia,
Aunque dellas parezca que se asombra,
Si alguno dellos haze urna Academia
Ay retos, competencias y porfías
Mas que en Ingalaterra o en Bohemia,
Algunas hemos visto en nuestros días,
Que mandádoles han poner silencio,
Como si escuelas fueran de heregías.

Che questa aluer camin che al ciel conduce


Fida scorta glicia, per che non pera
Magiunga la dove é l'eterno duce."

96 Rimas / de Cristóbal / de Mesa. / A don Alonso de Guñiga y So-


tomayor, Duque de Béjar. Marqués de Gribaleón / Conde de Benálcacar,
Conde / de Bañares, Vizconde de la Puebla de Alcocer, / de la Orden del /
Tusson. / (Adornito.) / En Madrid, / — / Por Alonso Martín, Año 1611.
Un vol. en 8.0 Portada (v. en b.). 231 fols. de Texto. (El único ejemplar
que conozco, existente en la Biblioteca Nacional, es incompleto y empieza en
el folio 9'6, faltando los anteriores y los Preliminares, por lo cual no puedo
completar más estos datos.)
Es edición rarísima, y el ejemplar aludido perteneció a don Agustín Duran.
97 Rimas (fol. 218). Epístola al Canónigo Pedro Navarrctc, Capellán de
Su Magestad [Felipe I I I ] .
48 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEiXA

O venturoso un Español Terencio,


Que el popular favor se lleva todo,
Que yo también en su favor sentencio. OS
Pónganse todos los demás de lado,
Que Virgilio, ni Séneca, ni Homero,
No fueron de tal género o tal modo.
Si lleva sólo el cómico el dinero,
muera el épico y trágico de hambre
A' Júpiter cantando y Marte fiero.
Que aunque hilen sutil pulido estambre
Serán bastas las cuerdas de su plectro, 9;)
Aunque del más delgado y fino alambre
No quierejn alto, artificioso metro,
Ni oyr quien de la suma Monarquía
Tuvo en el mundo la corona y cetro.
Que enfada y causa gran melancolía
Si no dize un lacayo algún donayre,
Y como prosa suena la poesía.
Que la dama al galán hable al desgayre,
Y que rifen el rufo y la fregona,
Que todo lo demás es cosa de ayre. 100
Aquesso da el doblón y la corona,
Y el qtiartillo y el quarto y el ochavo,
Y no el sagrado monte de Helicona.
Sólo es poeta el que es cómico bravo,
Que haze gente y deshará la rueda,
Si a los pies se mirare como el pavo.
Quien no acierta a tomar esta vereda,
De su provecho perderá el camino,
Aunque escribir como el Petrarca pueda."

9'S Lope de Vega. Nótese cómo esto, que pudiera ser un elogio, se pun-
tualiza irónicamente en los versos que siguen.
99 Así, aunque, como es sabido, el plectro no es el instrumento musical,
sino la púa con que se tañen sus cuerdas. Nueva ocasión le habría podido
dar este error a Lope para tomar el desquite de algún modo, y es extraño que
nadie se lo censurase, pues no eran muy lejanos los versos de fray Luis de
León (Ed. Bibl. Aut. Esp., tomo XXXVII, pág. 3) :

"A la sombra tendido,


De hiedra y lauro eterno coronado,
Puesto el atento oído
Al son dulce, acordado,
Del plectro sabiamente meneado."

100 Debe observarse la analogía de estas censuras de Cristóbal de Mesa


con las de Cervantes (Véase el número 45 de esta Introducción), per-
fectamente aplicables, como aquéllos, a las comedias de Lope de Vega y sus
discípulos, salvo la burlesca hipérbole del poeta extremeño.

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LOPE DÉ VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 4Q

61. Algunas alusiones más hay de Lope y sus partidarios,


posteriores a las indicadas, que delantan cómo la lucha, aun-
que latente todavía, iba adquiriendo una fuerza y apasionamiento
que habrían de hacerla explotar más adelante.
62. En los Pastores de Belén l ü i inserta Juan de Pina, entre
los preliminares, unos cuartetos que comienzan por este faná-
tico elogio:
63, "Lope i vos sólo en el mundo,
y sólo en el cielo Apolo!,
so i:; el sol y vos el sólo
sin primero ni segundo."

64. Y acaban con esta clara referencia de la oposición que


le hacían a Lope determinados elementos literarios:
63. "Y ahora se dirá bien,
puen la envidia no lo niega,
que van de Lope de Vega
lo i Pastorea de Belén."

66. Pero.más expresivo aún es el famoso soneto de Balta-


sar Elisio de Medinilla 102 A Lope de Félix de Vega Carpió,

101 Pastores | de Belén, | prosas y versos diui- j nos de Lope de Vega


Carpió. I Dirigidos a Carlos Félix | su hijo. I (Grabado en madera.) I En Ma-
drid, por Jvan de la Cuesta, año de 1612. | Véndese en casa de Alonso Pérez
mercader d« libros.
Colofón.—En Madrid, | Por Jvan de la Cuesta. 1 Año M.DC.XII.
Un vol. en 8.° de 8 hs. sin num, de Prel. -}- 335 fols. de texto -f- 1 h.
en blanco.
Contiene: Portada, grabada; tasa de a cuatro maravedís cada pliego : Ma-
drid, 9 de febrero de 1612; Suma del privilegio dado al autor por diez años:
Madrid, 2 de diciembre de 1611"; Te de erratas: Madrid, S de febrero de 1612;
Aprobación del padre Juan Luis de la Cerda: Madrid, i"3 de noviembre de
1611; Décima de Fernando Bermúdez Carvajal; Redondillas de Leonardo
Méndez Brito; Redondillas de Juan de Pina; Décimas de don Tomás Tamayo de
Vargas; "Elisio [de Medinilla] por los Pastores de Belén'', décima; "Nes-
talvo, pastor de Belén", décima; de don Antonio Hurtado de Mendoza;
décima del doctor Frey Miguel Cejudo; décima del Licenciado Fernando de
Pantoja; Epigrama latino de Baltasar Elisio de Medinilla; Dos disticos lati-
nos de don Tomás Tamayo de Vargas; Epigrama latino de Vicente Mariner;
Dedicatoria del autor a su hijo; "El Rústico pastor de Belén a los lectores" ;
Retrato de Lope de Vega, grabado; Dístico latino del Marqués de Frómista;
Texto; Colofón.
Primera edición, muy rara. Hay ejemplar en la Biblioteca Nacional.
102 Acerca de este interesante escritor, amigo incondicional y discípulo
de Lope, debe verse el completo estudio de don Francisco de Borja San Ro-
mán: Elisio de Medinilla y su personalidad literaria. Toledo, 1921.
4
50 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PENA

su maestro, escrito por esta época y en el cual le aliejita a se-


guir su camino de renovación literaria 10:i:

67. "Si a la boca del tiempo, que devora


duros bronces y mármoles, la fama
robó tu nombre, y con ilustre llama
renace cada día con la aurora,
¿ q u é importa que la envidia finja ahora
niebla, o Lope, a tu gloria, que derrama
océanos de luz, donde se inflama,
y espléndida por ti más te decora?
Vence escribiendo, imítate a ti mismo 1 0 i
pues no has dejado a quien ; que a la serena
virtud la detracción en vano ofende.
¿ Mas cómo ya te ofenderá su abismo,
si como a sí la envidia se • condena
la verdad en sí propia se defiende?"

68. Otras dos ofensas que le infirieron a Lope de Vega


desde el campo de la retórica clasicista, aunque aparecieron en el
año mistao en que comenzó de firme la guerra del Fénix con los
preceptistas aristotélicos, se habían tramado y escrito mucho an-
tes, aunque no se publicaron hasta entonces, y pueden conside-
rarse la primera como un precedente más del gran ataque de
Torres Rámila y la segunda como antecedente inmediato y su-
geridor de éste.
69. El vanidosísimo y delicado poeta riojano don Esteban
Manuel de Villegas 105, que vio con acerbo dolor cómo pasaba en
breve tiempo a ser lema de Lope el Me sur gen te, quid istae? que
imaginara algún día para sí, no iba a olvidar al causante de sus

103 Ed. Sancha, tomo IV, pág. 181.


104 E s decir, que no prestara Lope de Vega atención a los ejemplos de
la preceptiva clásica, sino que continuara la suya original.
105 Acerca de este poeta, merecedor de que se le hubiese consagrado ya
una monografía, pueden consultarse las obras siguientes: H u r t a d o y G. Paten-
c i a : Historia de la Literatura Española. Madrid, 1926 (pág. 589'); Cejador:
Historia de la Lengua y Literatura castellanas, tomo I V . Madrid, 19'!6 (pá-
gina 35 O ; M. Peí a y o : Heterodoxos, tomo I I I (pág. 8 5 9 ) ; Ideas Estéticas,
Tomo I I I (pág. 416), y Bibliografía Hispanolatina clásica (pág. 2 5 9 ) ; Ríos
(Vicente de l o s ) : Memorias de la vida y escritos de don Esteban Manuel de
Villegas (publicados al frente de la edición de Las Eróticas, de Madrid, 1797,
Tomo I ) ; Don Esteban Manuel de Villegas (en el Semanario Pintoresco Es-
pañol, 1845), y estudio de N . Alonso Cortés sobre Villegas, al frente de la
edición suya de Las Eróticas. Madrid, La Lectura, 1913.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 51

desdichas en las sátiras incluidas en Las Eróticas i06 , y efecti-


vamente, en la séptima de ellas aparece este desaforado ataque
contra la popularidad que había logrado el Fénix con pocos mé-
ritos, según su detractor 1 0 7 :

106 Las Odas | qve es | el primero libro ] de la Primera parte de las ]


Eróticas | de Don Estevan | Manvel de ¡ Villegas, | Dedicado a la Mages-
tad I Católica de Philipe I I I . | Rei.
Colofón: "Con Privilegio Real. [ Impreso en Najera por J u a n | de Mon-
gaston. I año de 1617. | (Adomito.) ¡ — | A costa del autor, i por él corregida
lo ortographia. J . ¡.
U n vol. en 8.0 de 4 hojs. de Prels. s. 11. + 160 fols. de texto s. n. + 87
fols. de texto s. n.
Contiene: P o r t a d a ( r e v e r s o : " Summa de la licencia". Madrid, 19 de ene-
ro de 1617); un folio que dice: " E n | N a x e r a | por | Ivan de I Mongaston.
I Año de 1618. [ (Adomito.) I (El reverso en blanco.) Aprobación de don Je-
rónimo Alarcón. Madrid, 23 de diciembre de 1616 [Licencia del O r d i n a r i o ]
Gutierre de Cetina. Madrid, 19 de diciembre de 1618; Aprobación de Cris-
tóbal de Mesa. Madrid, 3 de enero de 1617; E r r a t a s . Madrid, 13 de m a r z o
de 1618; Tassa. Madrid, 5 de abril de 1618; T e x t o , y al fin de él el Colofón.
Primera edición. Muy rara. H a y ejemplares en la Biblioteca Nacional.
Como puede verse por la descripción precedente, el libro de Villegas esta-
ba totalmente escrito a fines del año 1616 —Cfr. la fecha de la Aprobación
de Alarcón—, aunque no se publicara hasta dos años después a causa de que
habiéndole puesto primeramente una portada donde aparecía un sol (Villegas)
oscureciendo con sus rayos las estrellas (Lope de Vega, Góngora, Quevedo y
los demás poetas), rodeado todo del orgulloso lema latino antes aludido, hubo
de retirar la edición por el mal efecto que causó entre los literatos t a n vani-
doso emblema y sustituir la portada con la que hoy tienen los ejemplares que
se conocen del libro. A ello alude Lope en estos versos de la silva I I I del
Laurel de Apolo (ed. Bibl. Aut. Esp., tomo X X X V I I I , pág. 198) :

"Aspire luego de Pegaso al monte


El dulce traductor de Anacrconte,
Cuyos estudios con perpetua gloria
Libraron del olvido su m e m o r i a ;
Aunque dijo que todos se escondiesen
Cuando los rayos de su ingenio viesen."

Como se ve, aunque Lope de Vega le citó en su obra, no lo hizo sin


cierta ironía, recuerdo de su enemistad.
107 Ed. Madrid, 1797, tomo I (págs. 325-336).
Villegas titula ésta y las demás sátiras del libro elegías, lo cual parecía,
con razón, un absurdo a Menéndez y Pelayo {Historia de las ideas estéticas
en España, tomo I I I , pág. 416). La sátira v a dirigida a un mozo de muías
llamado Bartolomé, a quien anima a escribir para el teatro en vista de lo-
ma! que lo hacían los poetas, en su opinión.
52 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PENA

70 "Romance a patallana es lo que pido,


que ensarte laconismos cada paso
y que abrevie la frasis y el sentido."

"Guisa como quisieres la m a r a ñ a


y transforma en guerreros las doncellas, IOS
que t u serás el cómico de E s p a ñ a
Verás que el histrión mímico en ellas
gasta más artificios que Juanelo
en el subir del agua con gamellas, 1 0 °
hasta que aparador hace del cielo
•el cénico tablado que ha servido
de obsceno lupanar o vil martelo, n o
Luego serás del vulgo conocido
en el cartel que d i g a : de Fulano
hoy lunes, a las dos; bravo sonido. 1 T 1
I r á s con el magnate mano a m a n o . . .

¿ Pues qué si un Señoría hace Museo,


donde se canonizan los Poetas?
mal año para Apolo Patareo. 1 l -

li:í
Má.i vale ver a U r s ó n hecho Silvano,
que llame a la muger ajiimal bello,
que quanto fiscaliza Quintiliano. •

108 Debe de aludirse aquí a la comedia de Lope Las Amazonas, cita-


da en la primera lista de El Peregrino en su Patria (1604), y probablemente
la misma que figura en la segunda (1618) con el título de Las mujeres sin
hombres. (Véase Rennert y C a s t r o : Ob. cit., págs. 460 y 499)- E n ella apare-
cen loa tipos referidos de doncellas guerreras.
109 P a r a las muchas alusiones que existen en la literatura del Siglo de
O r o relativas a Juanelo T u r r i a n o y sus obras de ingeniería, consúltese la útilísi-
ma obra de H e r r e r o G a r c í a : Ideas de los españoles del siglo xvii. Madrid,
1928 (pág. 358), donde figuran muchísimas, aunque no ésta de Villegas.
n o Alusión a las comedias " a lo divino" que Lope de Vega escribía
indistintamente de las demás, mezclando lo profano con lo religioso y es-
candalizando por ello a los retóricos clasicistas que habían de hallar
eco en los neoclásicos del siglo x v m , detractores de los autos sacramen-
tales.
ni Nadie ignora el carácter de poeta del vulgo de que se rodeó
a Lope de Vega por sus enemigos, y realmente había contribuido él mismo no
poco a semejante exclusivismo con aquellos versos tan manoseados del Nue-
vo arte de hacer comedias que cité antes (nota 63 de esta Introducción)-
112 Se refiere en estos cuatro versos al Duque de Sessa, que, como
es sabido, concedía a Lop- de Vega toda su confianza. (Véase el capítu-
lo IV, nota 12.)
113 Ursón, como yz o V ^ r v a r Menéndez Pelayo {Ob. y lug. cit.),
•es protagonista de una comedia de Lope de V e g a : El Nacimiento de Ursón
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 53

Miro que su oración toda se agacha,


no cual la tuya., Lope, que alza cresta,
hasta tocar del sol la ardiente hacha.

Deja el latinizar, que ya no vive


sino sólo en la pluma, del Germano,
por ser su idioma bárbaro y Caribe."

71. Entre los enemigos de Lope —como entre los de cual-


quier otro escritor de su tiempo— no podía faltar el envidioso
de todo lo ajeno, cuyo extraordinario orgullo no admitía com-
petencia que le sobrepujase; hombre insufrible, a pesar de su
singular talento, por la perversidad de su alma; el doctor don
Cristóbal Suárez de Figueroa " 4 , a quien el maestro Menéndez
y Pelayo marcó con una de sus frases más expresivas llamán-
dole "monstruosidad moral de aquellas que ni el ingenio redi-
me" 115.
y Valentín o Ursón y Valentín, hijos del Rey de Francia/ primera y segunda
partes, que se publicó en el tomo primero de las Comedias del Fénix, Ma-
drid, 1604. Efectivamente, en la jornada II puede leerse la siguiente es-
cena, a que alude Villegas :
"Deshágome de placer;
No tengo contento igual:
Por Dios, que es bello animal
Este que llaman mujer."
La crítica de esto, por otra parte, no puede ser más necia si se tiene en
cuenta el argumento de la comedia.
114 La mejor obra acerca de este interesante escritor es la de J. P. Wic-
kersham Crawford: The Life and works of Christobal Sitares de Figueroa.
Philadelphia, 1007, traducida por el señor Alonso Cortés (Vida y obras de
Cristóbal Suáres de Figueroa, Valladolid, 1911), con adiciones de gran valor.
Además contienen datos interesantes las obras siguientes: Menéndez Pelayo:
Historia de las Ideas estéticas en España, tomo III (págs. 419-421); Rennert:
Same docitntcnts in the Ufe Christobal Suáres de Figueroa (Modern Langttage
Notes, VII. 1802, col. 398-410); Crawford: Some on "La Constante Amari-
lis" of Cristóbal Suáres de Figueroa (Modern Lcmguagc Notes, XXI, 1906.
vol. 8-11); Alonso Cortés: Noticias de una corte literaria. Ma,drid, 1609; Ren-
nert: Spanish Pastoral Romances. Baltimore, 1892; Crawford: Sitares de Fi-
gueroa's "España Defendida" and Tasso's " Gcriisalemme liberata" (The Roma-
nic Revieiv), IV, 1913, págs. 207-220; Selden Rose: Introducción acerca de la
vida y obras de Suáres de Figueroa al frente de su edición de El Pasagero
(Madrid, 1914. Bibliófilos Españoles, tomo XXXVIII), y Rodríguez Momno:
Bibliografía inédita de Cristóbal Suáres de Figueroa (1571-1644) (Revista del
Centro de Estudios Extremeños, tomo III, págs. 265-285).
Por último, en diversos puntos de este trabajo se dan varios datos desco-
nocidos referentes a Suárez de Figueroa.
115 Historia de las Ideas Estéticas en España, tomo III, pág. 420.

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54 JOAQUÍN DE EXTRAMBASAGUAS Y" PEÑA

72. Erudito y elegantísimo escritor, pero eterno maldi-


ciente y difamador de todo lo creado, rebosaba inagotable amar-
gura. Su mayor castigo era la envidia, que le envenenaba al
contemplar los triunfos de Lope de Vega en géneros literarios
donde él había pasado casi inadvertido 116 y el oír su fama
extraordinaria de poeta dramático, cuya universalidad compro-
baría pesaroso durante sus viajes por Italia.
73. De este modo sintió crecer en su fuero interno el odio
a Lope y el deseo morboso de eclipsar su estrella 117 ; y para ello
comenzó por lanzarle unos cuantos dardos con finísima punte-
ría, en espera de encontrar ocasión propicia para realizar su pro-
pósito, la cual, para desgracia del Fénix, no tardó en presentarse,
como se verá más adelante.
74. No se ha señalado todavía, según creo, una transpa-
rente censura de las concesiones hechas por Lope al público
vulgar, que aparece en la Plaza Universal, donde dice el doctor
al tratar de los escritores:
y$. Muchos pecan en el fin, 'buscando sólo el aplauso de
la plebe, el honor del vulgo y el útil de la imprenta" (fol. 128).
76. Pero las más importantes alusiones a Lope o relaciona-
das con él están en el curioso libro de nuestro terrible personaje
titulado El Pasagero 11S, donde hay crueles burlas para el infor-

116 La novela pastoril, por ejemplo, a la cual pertenecía El Pastor Fido


(Ñapóles, 1602), deslavazada traducción hecha por Suárez de Figueroa de la
obra de Guarirá, que ni aun en su segunda edición (Valencia, 1609—. (refor-
mada completamente— logró éxito, y también La constante Amarilis (Valen-
cia, 1609), cuya difusión no llegó a ser un reflejo de la popularidad alcan-
zada por La Arcadia, a pesar de los ataques que la dirigieron. Otro tanto po-
dría decirse respecto a las obras épicas de ambos, aludiendo a la España De-
fendida (Madrid, 1612), La Dragontea, La Hermosura de Angélica y La Jeru-
salén Conquistada.
117 Claro es que esto no impidió a Suárez de Figueroa citar a Lope entre
los dramáticos más notables, junto con Cervantes, llamándole "famoso" en la
Plaza Universal (Madrid, 1615, fol. 32 vto.), y asimismo a dos de sus queri-
das : Mica,ela Lujan y Jerónima de Burgos, entre las cómicas más renombra-
das (fol. 322 vto.), y a su padre Felices de Vega, y a su cuñado Luis Rosi-
cler, al enumerar los bordadores principales (fol. 219).
118 El I Passagero. J Advertencias j vtilisimas a la | vida hvmana. [ Por
el Doctor Chris- j toual Suárez de Figueroa. [ A' la Excelentissima | República
de Luca. | {Grabado.) ! Con Privilegio, | En Madrid, Por Luys Sánchez.
Año 1617. I Véndese en a (sic) torre de Santa Cruz,
Colofón: "En Madrid, | Por Luis Sánchez Impre- [ sor del Rey N. S. 1
Año M.DC.XVII."
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 55

tunado Cervantes l l 9 , cuya desamparada muerte, ocurrida un año


antes, no fué bastante a conmover a aquel alma de cántaro, y son
censurados muchos escritores, pues casi ninguno de aquel tiempo
escapó de la cortante pluma del autor. Menudean allí los ataques
a Lope de Vega: unos contra su obra; otros contra su vida, tanto
pública como privada l19 —en ellos no olvida tampoco al Duque
de Sessa, a quien dirige justas diatribas—; todos con la inten-
ción más negra y solapada que pueda imaginar el mayor hipócrita
satírico.
yy. Censura el carácter autobiográfico de varías obras de
Lope 12° en estos secos párrafos, que no suaviza la perfección de
estilo:
78. "DOCTOR ...No falta quien ha historiado sucesos suyos,
dando a su corta calidad maravillosos realces y a su imaginada
discreción inauditas alabanzas; que como estaba el paño en su
poder con facilidad podía aplicar la tisera por donde le guiaba
el gusto.
79. MAESTRO. Y ¿ qué fruto sacó, con tan notable locura, de
tan desatinada osadía?
80. DOCTOR. El que suele producir lo que no se forja en el
crisol de la cordura: mofa, risa, mengua, escarnio" (pág. 56).

Un vol. en 8.0 de 4 fols. de prels. s. n. + 492 fols. nums. de texto


Contiene: Portada; Tassa. Madrid, 16 de noviembre de 161S ; Suma del
privilegio por diez años. Madrid, 19 de agosto de 1617; Erratas; Licencia
del Ordinario. Madrid, 24 de julio de 1617; Aprobación de don Juan de Ca-
margo. Madrid, 24 de julio de 1617; Dedicatoria del autor; Al lector; Intro-
ducción ; Texto y Colofón.
Primera edición. Muy rara. Hay ejemplar en la Biblioteca Nacional.
Las citas que se hacen de esta obra más adelante se refieren a la edición
del señor Rodríguez Marín (Madrid, "Renacimiento", 1913), por ser más ase-
quible al lector.
119 Véase Wickersbam Crawford: Ob cit,, trad. de A. Cortés, pág. 68.
120 En realidad, casi toda su producción literaria, pues en ella dejó
siempre infinitos detalles de su vida, que van comprobándose cada vez que
se esclarece más ésta; pero especialmente se alude aqvtí a La Arcadia, donde
el Fénix reflejó aquellos años en que fué secretario del Duque de Alba don
Antonio Alvarez de Toledo, y figura con su peculiar seudónimo de Belardo.
La Dorotea, que, como es sabido, contiene más datos autobiográficos que
ninguna de sus obras, aunque fué escrita a finales del siglo xvi, estaba per-
dida por esta época, y no se imprimió hasta 1635.
Para que se tenga idea del doblez y disimulo del doctor Figueroa •—como
le solían llamar sus coetáneos—, creo interesante hacer constar que en El
Pasajero mismo (pág. 114) se cita La Arcadia, como modelo de "libro serra-
no o pastoril" en unión de La Galatea, de Cervantes.
56 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

81. El MAESTRO, por su parte, se burla de quienes se sirven


de varias lenguas ignorando la propia 12í, y alude, algo hiper-
bólicamente, a los favores que Lope recibía del Duque de Sessa.
82. "El que no es singular en la [lengua] de que participó
en la leche, en la que ha sido compañera de sus años, en la que
era comúnmente para exprimir sus concetos, ¿qué crédito de ele-
gante podrá pretender en la ajena, en la escura, en la no entendi-
da ? Es cosa digna de compasión ver la ceguedad de algunos, que
con seis palabras puestas en la memoria y dichas sin tiempo entre
ignorantes, pretenden grande opinión de eruditos, y lo que es-
más, pródigo sustento, vestido y casa" (pág. 59).
83. Más violento aún es el siguiente pasaje, donde se burla
del estilo epistolar de Lope, que debió preocupar a éste más que
todas las restantes censuras, a causa del temor de perder la pro-
tección del Duque de Sessa, aludido en él, pues dado el carácter
anormal y caprichoso del señor del Fénix y lo que dice Suárez
de Figueroa, no era injustificado realmente.
84. Comenta el DOCTOR (Figueroa), a propósito de los bille-
tes amorosos: "Ahora se me acuerda el estilo ridículo de un per-
sonaje más que señoría. Alióse del por mi medio para entablar
cierta afición; y así, aunque me divierta un poco del principal
intento, gustaré de referirlo. Buscóme con mucho cuidado, y de-
clarando el fin conque me ¡hacia merced, pidió emplease en su
servicio la pluma."
85. Para abreviar: este señor, que no representa a otro que
al Duque de Sessa 122, obliga al supuesto DOCTOR •—en este caso
pónese en el lugar de Lope de Vega— a redactarle sus billetes
amorosos, adoptando un lenguaje oscuro y conceptuoso, total-
mente distinto del estilo llano que empleaba antes.
86. A este punto contesta el MAESTRO: " ¿ E S posible no-
echase de ver ese señor ser finísimos chicolíos los que en el billete
iba pintando la pluma? Riesgo corríades notable sí, por suerte,
como se suele decir, os cayera en el chiste."
87. El cínico DOCTOR le tranquiliza afirmando que, por el

121 No hay que olvidar cómo Lope hizo a menudo ostentación de co-
nocer el latín y el italiano, y aun otros idiomas, como en el famoso soneto de
las Rimas (Madrid, 1602, núm. 195), escrito en aquella lengua y castellano y
portugués. (Véase la nota 44 de esta, Introducción.)
122 También pudiera referirse al Almirantazgo de Ñapóles, que ostentó
el Duque, otro párrafo de El Pasagero (pág. 29), donde se ataca a los gober-
nantes incapaces.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS S7

contrario, el señor alaba grandemente todo lo que hace, y aña-


de, señalando con humor las cualidades que, quizá en su opinión,
no tenia Lope:
88. ..."Mas os prometo que son rarísimos los que pueden
servir con satisfacción en tal ministerio. Conviene sean, sus partes
en estremo subidas de punto, científico (a lo menos, de letras hu-
manas), discursivo, cuerdo, platico, experto, fiel, y que, así con la
presencia como con la pluma, sea el honor de su dueño, conser-
vando su reputación y nombre con su prudencia y habilidad.
Muchos conocen a los señores no más que por cartas, midiendo
su talento y discreción sólo por el peso de las razones que ven
escritas..." "Es bien verdad que tan acrisolados méritos infun-
diéranle altivez..." "De forma, que sólo a virreyes y otros gran-
des ministros es acertado servir en tales puestos; porque coma
acompañan al oficio aprovechamientos copiosos, enriquecen con
brevedad, y no a costa de sus amos..." "Algunos, hallándose en
honrosas y lícitas conversaciones, han manifestado su pasión con
el medio de alguna novela, mudando los nombres y dándose a en-
tender del todo con cifras, con alusiones y cosas así 123. Tam-
bién requiere singular advertencia el modo de enviar el billete, re-
parando sea la persona a quien se cometiere el cargo leal, astu-
ta, prevenida, disimulada y suficiente para dar industriosa sali-
da y color en ocasión de cualquier peligro..." "Andar sobre avi-
so es importante, sobre todo sin fiar de persona el secreto de su
amor; ya que, descubierto a un amigo, aquél lo descubre a otro,
y así va de amigo en amigo haciéndose tan público, que peligra la
fama de la servida, con gran detrimento de su honra" (págs. 166
y siguientes).
89. Finalmente, no deja de dar Figueroa los zarpazos obli-
gados en todo enemigo de Lope, al teatro del gran poeta, que era
una verdadera preocupación de los escritores de su época.
90. No puede ser más claro y .directo el zahiriente sentido
de este pasaje, donde expone a su manera el estado del teatro
creado por el Fénix: "Plauto y Terencio fueran, si vivieran hoy,
la burla de los teatros, el escarnio de la plebe, por haber introdu-

123 Nueva alusión a La Arcadia, cuyos personajes pastoriles ocultan per-


sonas reales y verdaderas, entre las cuales está el propio Duque de Alba,
don Antonio, con el nombre de Anfriso. (Véase Rennert y Castro: Ob. cit>,
página 87.) Inútil creo decir que Suárez de Figueroa mezcla caprichosamente
los azares y servicios de Lope de Vega en las secretarías de ambos magna-
tes, Alba y Sessa, que desempeñó.
58 JOAQUÍN DE ENTRAMBAS AGUAS Y PEÑA

cido, quien presume saber más 124, cierto género de farsa menos
culta que gananciosa. Suceso de veinticuatro horas, o cuando mu-
cho de tres días, había de ser el argumento de cualquier come-
dia en quien asentara mejor propiedad y verisimilitud. Introdu-
cíanse personas ciudadanas, esto es, comunes; no Reyes ni Prín-
cipes, con quien se evitan las burlas, por el decoro que se les
debe. Ahora consta la comedia (o sea, como quieren, represen-
tación) de cierta miscelánea donde se halla de todo. Graceja el
lacayo con el señor, teniendo por donaire la desvergüenza. Piér-
dese el respeto a la honestidad, y rompen las leyes de buenas
costumbres el mal exemplo, la temeridad, la descortesía. Como
cuestan tan poco estudio, hacen muchos muchas, sobrando siem-
pre ánimo para más a los más tímidos. Allí, como gozques, gru-
ñen por invidia, ladran por odio y muerden por venganza. Todo
charla, paja todo, sin nervio, sin ciencia ni erudición. Sean los es-
critos hidalgos, esto es, de más calidad que cantidad que no con-
siste la opinión de sabio en lo mucho, sino en lo bueno,. Dos cami-
nos tendréis por donde enderezar los pasos cómicos en materia
de trazas. Al uno llaman comedia de cuerpo, que (sin las de Reyes
de Hungría o Príncipes de Transilvania) 12° suelen ser de vidas
de santos, intervienen varias tramoyas o apariencias, singulares
añagazas para que reincida el poblacho tres y quatro veces, con
crecido provecho del autor 12C. El que publica con acierto esta

124 Se alude a Lope de Vega, como es natural, que aunque 110 expuso
sistemáticamente su nueva técnica, dejó entrever algo de ella, no obstante,
en el Nuevo arte de hacer comedias, cuando contrapone a la preceptiva clásica
su verdadero modo de escribir: " Saco a Plauto y Terencio de mi es-
tudio", e t c . . (Ed. Bibl. Aut. Esp., tomo XXXVIII, pág. 230.)
125 Creo indudable que se alude aquí a la comedia de Lope El rey sin
reino, que figura en la lista de la segunda edición de El Peregrino en su
patria (Madrid, 1618), y, por tanto, es probable que se estrenara por esta
época y se publicó en la parte XX de Comedias del Fénix. En ella son
protagonistas tina reina viuda de Hungría y un príncipe de Polonia, que Suá-
rez de Figueroa transformaría en Transilvania, ya por confundirlo o por
buscar un nombre más exótico aún.
126 Obsérvese la analogía que existe entre este pasaje de Suárez de
Figueroa y uno del Quijote, al que ya he aludido. (Véase el número 45 de
esta Introducción.) Ambos se inspiran en la preceptiva aristotélica, y es de
lamentar que Suárez de Figueroa no llegara a realizar el propósito que
anuncia en El Pasagero : "pienso dar en breve a la emprenta una Poética Es-
pañola, que por lo menos saldrá con buenos deseos de acertar" (pág. 52).
Una poética del Siglo de Oro, por un espíritu tan finamente cultivado en la
preceptiva aristotélica y renacentista como Suárez de Figueroa, habría re-

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LOPE DI£ VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 59

que con propiedad se puede llamar espantavillanos, consigue en-


tero crédito de buen convocador, yéndose poco a poco estiman-
do y premiando sus papeles. Pénense las niñeces del Santo en
primer lugar; luego sus virtuosas acciones, y en la última jor-
nada, sus milagros y muerte, con que la comedia viene a cobrar
la perfeción que entre ellos se requiere." a2~ (Pág. 75.)
91. En ñn, no puede por menos de nombrar a Lope elogián-
dole burlonamente cuando se dice cómo suele ensalzar el padrino
de un autor novel a éste.
92. "No olvida la buena elección en los argumentos, y ha-
ciéndole en lo vivo, crespo y suave, un segundo Vega, pide se
le señale hora para manifestar las hazañas del novel batalla-
dor." (Pág. 83.)
93. Las alusiones precedentes, escritas, sin duda, por Suá-
rez de Figueroa bastante tiempo antes del año en que vieron la
luz 12S, no eran suficientes para el fin que se proponía, y al tiem-
po que preparaba la impresión de El Pasagero, urdió diabóli-
camente la publicación de algo definitivo contra Lope de Vega,
de modo directo que cristalizara todas las censuras expuestas an-
tes y obligara a poner en discusión ineludible el valor literario del
Monstruo de Naturaleza.
94. En este trabajo se verá de qué forma el agrio y erudito
doctor llevó a cabo su desalmado propósito, fomentando una lar-
guísima guerra cuya ferocidad debió de refocilar en extremo a
quien como él hallaba consuelo de su amargura con el mal ajeno.
95. Solamente no logró su fin: el infortunio de Lope de
Vega. El Fénix de los Ingenios triunfó de todos sus enemigos y la
fama de su arte siguió brillando deslumbradora, merced a su po-
pularidad extraordinaria.
suelto, sin duda, muchos problemas estéticos que históricamente permanecen
en la penumbra.
127 Más clara está todavía esta referencia. Se trata, de ridiculizar una
de las tres comedias que escribió Lope de Vega en honor del patrón de su
villa natal: la titulada San IsidrOj labrador de Madrid, que figura también
en la segunda lista de El Peregrino en su patria (1618). No obstante, Lope
recalcó más esto al escribir para las fiestas del Santo de 1622 otras dos:
La niñez de San Isidro y La juventud de San Isidro, publicadas en la Re-
lación de las fiestas del mismo año. También hay noticia (Catálogos de Me-
del y Huerta) de otra Jitulada La libertad de San Isidro, que suponen Rennert
y Castro (Ob. cit., pág. 491), que sea la primera de las dos últimas. Otro
tanto hubiera podido decir Suárez de Figueroa de La niñez del Padre Rojas,
también del Fénix, escrita en 1625. (Id., pág. 500.)
12S Véase el Capítulo I, nota 59.
CAPITULO I

ORÍGENES DE LA GUERRA

Lope de Vega en 1617. Aparición de la "Spongia". El Maes-


tro Pedro de Torres Rámila: su familia, su vida, sus eslu-
dios; sus relaciones en Madrid, Toledo y Alcalá con litera-
tos y otros personajes del siglo xvii. Amistad de Torres
Rámila y Suárez de Figueroa. El Certamen poético de Núes-
tra Señora del Sagrario.
1. El año 1617 tiene sin igual importancia en la biografía
de Lope de Vega, por ser la fecha de dos acontecimientos que
marcan una nueva etapa —la última y, sin du<la alguna, la más
interesante— de su extraordinaria existencia.
2. Uno fué de valor afectivo: el comienzo de sus famosos
amores con Amarilis —la desgraciada Marta de Nevares—•,
más comentados que comprendidos 1 . El otro, de interés litera-
rio : la llegada a Madrid de don Luis de Góngora, su odiado
rival, que venía a instalarse en la Corte definitivamente para
triunfar sobre el Fénix, con su nueva poesía 2.
3. Pero, por si esto fuera poco, sucedió además otro acon-
tecimiento, digno de igualarse a los dos ya dichos.
4. Y fué que en el mismo ano de 1617 apareció inopina-
damente un libelo contra Lope, con el extraño título de Spon-
gia, firmado por un tal Trepus Ruitauus Lamira, y en algunos
ejemplares por Juan Pablo Mártir Riso, que vino a proporcio-
narle nuevas preocupaciones.
5. De Mártir Rizo ya trataré más adelante ?'. En cuanto

1 Kcuuert y CasUO : Ob. c¡¡., púg. ::¿<j y ¡,\¿s.


2 A r t i g a s : Ob". cit., págs. 147 y sigs.
3 Véase el capítulo I I , núms. 7 y sigs.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 61

ÍI Trepas Ruitanus La-mira, nombre que trasciende a anagrama


a la legua, lo era efectivamente, de Petrus Turrianus Ramila 4 ;
xjsto es, Pedro de Torres Rámila °, latinizado.
6. Ahora bien; ¿quién era este Pedro de Torres Rámila,
ya aludido anteriormente, y qué motivos tenía para ponerse a
la cabeza de los enemigos de Lope de Vega, con una temeraria
franqueza, que todos habían cuidado siempre de esquivar? ¿Qué
le inducía a ello?
7. Hasta el presente apenas se sabía nada de quién fuera
Pedro de Torres Rámila. Una breve nota de Nicolás Antonio °,

4 Nicolás Antonio, en su Bibliothcca Nova (tomo I I , pág. 243), le llama


•Urepi Ruitani Lamirac, con evidente error, y Fellicer, en la Vida de Cervantes
(pág. 75), Drcpus Ruitanus Lauüra, inadmisible en la primera palabra. La
Barrera (Nueva biografía, pág. 300) corrigió a los anteriores basándose, con
razón, en la siguiente frase de la Expostulatio Spongiae con que se contestó
al libelo de Torres R á m i l a :
"Nisi me secjuens verboram nonitas ad se reperet Trepus Ruitanus La-
mira." (Fol. 9 vto.)
Y tan claro era el seudónimo, que inmediatamente se supo a quién encu-
bría, e incluso se hizo con este motivo un epigrama cuyo autor se i g n o r a :
•'Omnes te P E T R U M T U R R I A N U M RAMILA v n a voce pronuntiarunt, quod
;iiisi credis, hoc tibi Epygramma amonymi cuiusdam eius rei fidem faciat.

Adulterhium nomen inuehis chartis


Calumniarum tela clanculum vibrans,
Trepumque Petro subdis, & Ruitanum
P r o T u r r i a n o dicis hoc putas nesci ?
Times iocantum sibilos pusillorum. (Fol. 10,)

Por su parte. "Maxiriarth"' (seudónimo de Hartzenbusch, hijo), en Unos


.cuantos seudónimos de escritores españoles. Madrid, 1904 (pág. 132), aclara
éste, sirviéndose de lo que dice el señor P a z y Mélia (Advertencia a Sa-
les Españolas, 2A serie, pág. X I Í I ) , que sigue a La B a r r e r a , a su vez.
5 Así se firmó siempre, y no Pedro de la Torre Rámila, como le lla-
man -—tal vez siguiendo a Nicolás Antonio— algunos que a él se h a n re-
ferido, como, por ejemplo, Hartzenbusch. (Véase el capítulo I I I , nota 7.)
(Véase el grabado núm. 1.)
6 " P e t r u s de la T o r r e Rámila, Complutensis, aliquando granimaticae ar-
tis praeceptor, mox Madriti hoc j a m muñere vaciius sibi hanc curam t e -
meré imposuit, ut scripta quaeque laudatorum hominum contracto supercilio
expenderet. In his adversus Lupum Vegam virum hac aetate clarissimum
ac totius poeticae artis eximium decus calamum stringens, dedit f o r a s :
Spongiam Ulitis operum. cura sub nomine Urepi Ríiitani Lamirac, tum
sub Joannis Pauli Riccii. Sed ne impune ei cederet opportune curarunt F r a n -
ciscus Lopius Aquilarius Madriteusis E.vpostulationem Spongiae, Alphon-
isusque Santius Sacrae linguae Complutensis profesor Appendicem ejusdem
6.2 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

que siguieron todos los biógrafos posteriores de aquel persona-


je T, es lo único que se conocía sobre el particular, cuya obscuri-
dad continuaba.

i. Firma autógrafa de Torres Rámila. 1612.

8. No era tampoco nada fácil el ampliar estas sucintas no-


ticias de Nicolás Antonio; sobre todo si se advierte que, como
ya se verá, ningún escritor contemporáneo de Torres Rámila
alude a él de modo explícito, y sólo alguno vagamente; pero
una persistente búsqueda me ha proporcionado los datos ne-
cesarios para reconstruir la biografía de este pedantesco ene-

Expostnlationis eleganter conscribentes. Sodalis fuit in collegio S. Ilde-


phonsi, & Collegiatae ecclesiae Complutensis canonicus." (JBibl. Nov., to-
mo 2,0, pág. 243.) De algunas de las noticias que da aquí Nicolás Antonio-
se trata más adelante.
7 PelHcer (Ob. cit., pág. 75); Rezabal (Ob. cit., pág. 362), y La Ba-
rrera (Ob. cit., pág. 300), principalmente. Cada uno de ellos amplió con al-
gunos datos de escasa importancia —que señalaré a su tiempo— los de Ni-
colás Antonio.
Respecto a Ion autores que han tratado posteriormente este asunto, se
limitaron a repetir estas noticias, sin aportar nada nuevo.
LOPE DE VEGA Y EOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 63

migo de Pope, cuya persona moral y literaria queda ahora


suficientemente perfilada.
9. Nació Pedro de Torres Rámila en Villarcayo (Burgos),
y fué bautizado en su iglesia parroquial el día 22 de febrero
de 1583, por el cura propio de ella don Pedro de Salazar, ac-
tuando como padrinos Rodrigo Barahona y Angela de Ángulo s .
10. Suo1 padres fueron Pedro de Rámila, natural de Bi-
jueces (Burgos) <J, e hijo de Pedro de Rámila y María de Ro-
sales, nacidos en Bijueoes y Villanas (Burgos), respectivamen-
te, y vecinos de Bijueces, y más adelante de Villarcayo in ,

8 Estas y las demás noticias de Torres Rámila que siguen figuran en el


Archivo Histórico Nacional. Sección de Universidades y Colegios. Prue-
bas de Colegiales. Leg. 30. Letra T. Pruebas del Maestro Torres Rámila,
natural da Villarcayo, Diócesis de Burgos... Hecho en el año de mil seis-
cientos veinte y cinco (*). Un cuaderno, fol., de 100 hojas útiles -f- 15
en blanco + dos titiles + una en blanco + una útil, sin numerar. Esta
algo estropeado, pero el texto se conserva integro. Como a este legajo he
de aludir muy a menudo, por contenerse en él la mayoría de los datos que
existen acerca de Torres Rámila, lo indicaré, en adelante, abreviadamente:
Pruebas. 1622.
He aquí reproducido el texto de la partida de bautismo de Torres Rámi-
la, conservada en este cuaderno (fol. 4) por copia; pero no en el libro de
bautismos original, que se ha perdido, según me comunica amablemente
don Jacinto Calvo Casado, cura párroco de Villarcayo.
"Lunes, en veinte y dos días del mes de febrero del año de mili y qui-
nientos y ochenta y tres, bapticó P.° de salacar, cura de Villarcaio, a un
niño de Rámila y de María de Torres Vzos. de la dicha villa. Fueron padri-
nos Rodrigo Baraona, hixo del Licdo. Baraona, difunto, y Angela de Án-
gulo, inuger de Juan Pérez, escriuano, Vz.° de la dicha v.a Llámase el niño
Pedro. Dios le haga su siervo."
9 Vivió en esta población algún tiempo, y luego en Villarcayo, donde
muríó. {Pruebas. 1622, fols, 4 vto. y 5 vto.)
10 Este Pedro de Rámila (padre), siendo casado todavía, se entró frai-
le en la Cartuja de Medina de Pomar, ciudad próxima a Villarcayo, y allí
murió, de edad muy avanzada (Pruebas. 1622, fols. 13 vto. y 9, respectiva-
mente) (**). Su padre se llamó Bartolomé de Rámila (***), era de Remolino

(*) Dicha fecha es la de la conclusión del expediente; pero como las


informaciones genealógicas y los datos biográficos se tomaron en 1622, se-
gún indica el texto, a esta fecha haré siempre las referencias.
•(**) También se dice (Pruebas. 1622, fol. 17 vto.) que murió en Bijue-
ces ; pero creemos que equivocadamente.
(***) O Alonso de Rámila, según se indica también, no sabemos con qué
fundamento {Pruebas. 1622, fol. 20 vto.).

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64 JOAQUÍN DE ENTKAMBASAGUAS Y PEÑA

y María de Torres, natural de este último punto " e hija de


Lucas de Torres 13 de Villarcayo, y Juana Ruiz de Velas-

(Burgos), y casó con una dama cuyo nombre y apellidos se ignoran, si bien
sabemos que "siempre se dijo que era muy bien nacida y muy noble". Ade-
más parece ser que esta familia "era de los García de Bijueces, y también
de los de Soto (?), que está todo incorporado a una cassa de hixosdalgo no-
torios." (Pruebas. 1622, fol. 44.)
Respecto a María de Rosales, se duda si era hermana o sobrina de un
cura párroco de Villanas, de mediados del sjglo xvi, que se llamó don Gar-
cía de Rosales (*). {Pruebas. 1622, fols. 39 y 28, respectivamente); y
más en qué lugar murió: Villarcayo (Id., fol. 10 vto.), o Bijueces (Id.,
folios 12 y 19), o Villanas (.Id., fol. 28), aunque parece probable que en el
segundo de los citados, donde ya había vivido antes —tal vez tuvieran allí
alguna hacienda—• y al cual debió de retirarse cuando profesó su marido,
o al quedarse viuda, si es que le sobrevivió.
11 En él vivió siempre hasta su muerte (Pruebas. 1622, fol. 4 vto.),
ocurrida antes que la de su marido Pedro de Ramila (hijo). (Pruebas. 1622,
fol. 15). Como de éste, nada se sabe de María de Torres, si no es la par-
ticularidad de que era corcovada (Id., fol. 5 vto.).
De este matrimonio nació, además de Pedro, el enemigo de Lope, otro hijo
menor que aquél —nacido hacia 1588, puesto que tenía treinta y cinco años en
1622 (**) (Pruebas. 1622, fol. 4 vto.)—, de nombre Sebastián, que figura como
declarante en las Pruebas de 1622, de su hermano, donde se dice que no sabía
firmar, y demuestra estar poco enterado de sus ascendientes (fol. 4 vto. y sig.).
12 Hijo a su vez de Pedro de Torres, natural de Villarcayo, y de
su mujer Catalina González, nacida en San Miguel de Conezuelo (Bur-
gos) (***) (Pruebas. 1622, fols. 24 vto. y 55), que solían ir a menudo a aque-
lla población desde ésta —'donde vivían—• para visitar a sus hijos (Id.,
fol. 55). Lucas de Torres tuvo otros hermanos (Id., fol. 54), y murió de más
de setenta años, haciendo "algunos" en 1622 (Id., fol. 10 vto.). Fué Pro-
curador de las Merindades de Castilla (Id., fol. 13 vto.) y Escribano en Vi-
llarcayo (Id., fol. 25). En el Archivo del Ayuntamiento de Villarcayo, se-
gún me comunica el aludido señor Calvo Casado, existe un testimonio
de 9 de agosto de 1726 (inventariado en 1765 con el núm. 50) sobre el apeo
de bienes, derechos, privilegios y prerrogativas, e t c . , en el cual consta que
un tal don Rodrigo de Torres, seguramente ascendiente de estos parientes

(*) Quizás a esto se deba el que en otra ocasión denominen los de-
clarantes a su supuesta hermana o sobrina María García de Rosales (Prue-
bas. 1622, fol. 40 vto.).
(**) Ni su partida de bautismo ni las de sus hermanos se conservan, a
causa de estar en el mismo libro que la de Pedro de Torres Rámila, actual-
mente perdido y de no conocerse copia de ellas.
(***) En algunas ocasiones (Pruebas. 1622, fols. 34 vto. y 55) se la con-
funde erróneamente con María González —también natural del mismo pue-
blo—••, que era nuera de una hermana de Catalina.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 65

<co lS , de Población de Arriba (Santander), vecinos, como sus


suegros, de Villarcayo, donde murieron 14.
11. Estos ascendientes de Torres Rámila eran en su mayo-
ría labradores, y, como hemos visto, sólo algunos tenían otros
oficios. Pero todos eran cristianos viejos y "limpios" lü , con

de Rámila, hizo testamento en 1533 ante el escribano J u a n Alonso d e


Condado, declarando heredera Patronal a la villa de Quintanilla, donde
vivía, de todos sus dominios, consistentes en el Coto-Redondo de la Gran-
j a de Cjuintanilla-Socigüenza, con su iglesia, molinos, heredades, parrales,
huertas, eras, prados, árboles, e t c . ; tal como lo poseía y le pertenecía,
para que como tal P a t r o n a hiciese una Capellanía perpetua en la iglesia
de San Vicente, y se dijesen las misas y fiestas que estableció.
13 Su padre, Alonso Ruiz de Velasco, " e r a de la Casa del Señor Con-
destable" [de Castilla], y nacido en Población de A r r i b a (Santander), y
•casó con Catalina González (*), natural del mismo lugar. U n o de los de-
clarantes le confunde con un tal Francisco Ruiz, cuya hija se llamaba Ma-
ría, y no Juana, por lo cual afirma que no era apellido suyo el d e Velasco
{Pruebas. 1622, fol. 57). Otro afirma "que nunca a... M a r í a (**) Ruiz la
llamaron Velasco, aunque pudiera ser que la tocase el dicho apellido, por-
que le hay en A r i b a " (***) [Población de A r r i b a ] . {Pruebas. 1622, fol. 26
vuelto).
14 Respecto a los apellidos de los ascendientes de P e d r o de T o r r e s Rá-
mila, véase lo que dice su hermano Sebastián en su declaración {Pruebas.
1622, fol. 4 vto.) :
" E l apellido de Rámila es único en esta villa, y originario de bixueges; el
apellido Rosales es único en esta villa, y originario de b i l i a r i a s ; el apellido
de Torres dixo que el dicho apellido era vnico en esta v. a y orig.o de Ce-
receda, en el valle de Valdivielso : el apellido de Ruiz es vnico yendo [acom-
p a ñ a d o ] del apellido de Belasco el qual dicho apellido es de Arriba orig.o
y el de Velasco de a misma manera es vnico en esta v. a y orig.° de A r r i -
ba, el qual dicho apellido de Belasco que toca al oppor. y al Ruiz de mane-
ra que andan juntos, porque en este lugar hay otros Ruices de la peña distin-
tos de los Ruices del oppor., que son Ruices vélaseos."
15 T o d o s los declarantes, sin excepción, coinciden en reconocer l a
buena calidad de los parientes de Torres Rámila. {Pruebas. 1622, fol. 5 vto.
y sigs.):
"Son y an sido cristianos viexos, limpios, de limpia sangre, sin ra^a ni
mácula de judíos, moros herexes ni otra seta nuevamente convertidos, y que
no an sido condenados ni castigados por el santo oficio de la inquisición ni
por otra justicia eclesiástica ni secular, ni han tenido oficio vil baxo ni

(*) Aunque homónima de la madre de Lucas Torres, su consuegra,


no tenía ningún otro parentesco con ella.
•(**) P o r Juana, error al cual ya he aludido.
(***) Desde luego que le había. E r a el de don Alonso y su hija J u a -
'.na [Ruiz de Velasco] los verdaderos suegros y mujer de Lucas de T o r r e s .

o
66 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PENA

ciertos atisbos de hidalgos, según se ha indicado al tratar de


cada uno de ellos.
12. El padre de nuestro Torres Rámila, por su parte, era.
sastre, y sabemos que ejercía su profesión en Villarcayo. por-
que sus bienes no le producían lo necesario para vivir 1G.
13. En este ambiente humilde nació y se crió el futuro ene-
migo de Lope, hasta que sus padres, ya porque desde niño die-
ra aquél muestras de despejado, ya por su propia conveniencia
de tener una boca menos que mantener, decidieron enviarle &.
probar fortuna a la Corte 1T, como tantos otros que se dirigían
a ella para seguir un oficio determinado, o, sí tenían alguna reco-
mendación, ponerse al servicio de un gran señor que asegurara
su situación económica. Torres Rámila optó por esto último y
logró entrar como paje del Duque de Monteleón 18 a poco de
llegar a Madrid.
infame por derecho ni reputación, ni han sido bruxos hechiceros ni desespe-
rados ni descendientes de tales."
Y añaden además que nunca ha habido "fama, rumor, duda ni sospe-
cha" de lo contrario.
16 Véase el capítulo VI, núm. 115.
17 No se sabe la fecha en que partió Torres Rámila de su villa na-
tal; pero debió de abandonarla de corta edad —alrededor de 1590, segura-
mente—, pues varios de los declarantes de las Pruebas que le hicieron en
1622 (fols. 15 y otros) dicen que "a muchos años que falta desta tierra"
[Villarcayo], y uno de ellos añade que "se a criado [Torres Rámila] fuera
desta villa, en Madrid y otras partes" (*) (Pruebas. 1622, fol. 123), lo cual'
nos hace sospechar que acaso tuvieran los Torres Rámila algunos deudos
en la Corte y con ellos, o en forma análoga, le enviaran casi desde niño a
Madrid, en espera de una colocación conveniente, como la que alcanzó des-
pués.
18 Se llamaba don Héctor Pignatelli, y era cuarto Duque de Monteleón.
Sus padres fueron don Camilo Pignatelli, tercer duque y conde de Bonélo
y de Caronia, y doña Jerónima Coloma, hija de los Duques de Tallacoz.
Perteneció al Consejo de Guerra y Estado, y fué Capitán General y Virrey
del Principado de Cataluña. Su hija y heredera, doña Jerónima de Pignatelli,
quinta Duquesa de Monteleón, casó con su primo don Fabricio Pignatelli,
tercer Príncipe de Noya, y de este matrimonio nació don Héctor Pignate-
lli, sexto Duque de Monteleón y cuarto Príncipe de Noya, que fué Con-
destable de Sicilia y casó con doña Juana de Aragón, Duquesa de Fer-
namosa.
En 1621 fué nombrado Consejero de Estado, y concurrió a la vigilia y

(*) Aunque no indica cuáles sean, es indudable que entre ellas han de
contarse Toledo y Alcalá de Henares, ciudades ambas en las que sabemos,
residió, y también Italia, donde estuvo de mozo.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 61/

14. Nada sabemos de si abandonó su tierra natal ya con


.el propósito de estudiar —lo que no creemos probable, pues
hubiera seguido otro rumbo:—, o si, como parece más verosímil,
pensó en ello estando ya en la Corte. Ya se sabe qué corriente
era en aquel tiempo que muchachos sin bienes de fortuna, pero
deseosos de estudiar, entraran al servicio de nobles mancebos,
en calidad de pajes, y con ellos siguieran los cursos universita-
rios, simultaneando las funciones de criado y las de estudiante 19.

las honras fúnebres por la muerte del rey Felipe I I I , y, por cierto, en unión
del Duque de Sessa, protector de Lope de Vega (Góngora: Carta a D. Fran-
cisco del Corral, de Madrid, 11 de mayo de 1621. Ed. Foulché-Delbosc,
tomo III, pág. 194).
El título de Duque de Monteleón fué otorgado por los Reyes Católicos
a don Héctor Pignatelli, Conde de Burel, Virrey y Capitán General del
Reino de Sicilia, que descendía de nobilísima familia de sangre real, cuyos miem-
bros se habían distinguido en la política, en la guerra y como jurisconsultos.
Este primer Duque de Monteleón fundó en Palermo el convento de San Fran-
cisco de Paula. La grandeza de España le fué otorgada al ducado en 1527.
19 He aquí como describe Gustavo Reynier en su amenísimo y bien do-
cumentado libro, La vie universitaire dans l'ancienne Espagne, París, 1902 (pá-
ginas 42 y sigts.), esta costumbre, y el carácter especial que tenía, conforme
con lo dicho y enteramente aplicable a Torres Rámila:
"Au mois d'octobre, quelques jours avant l'overture des cours, sur les
routes qui vienent a Salamance (*), derriere les niules de louage qui por-
tent les écoliers et leur minee bagage enveloppé de serge verte, on voit,
trattant a pied dans la •poussiére, des jeunes gens pauvrement vétus. Us
accompagnent dans la grande cité universitaire des camarades plus fortunes
et vont les servir pendant tout la dureé de leurs études. Fils de petits mar-
chands ou de laboureurs, instruits, des premiers éléments par quelque curé
chariable, ils sont, eux aussi, attirés par la grande renommée des écoles, et
ils ont pris le seul moyen qui leur füt offert de tenter la fortune et d'essa-
yer de s'élever au-dessus de leur condition. Ils seront logés, habillés et nou-
rris, et leur métier ne sera pas bien pénible: aller aux provisions, balayer
le logis, brosser les bonnets et les manteaux, voilá quel sera a peu pres tout
leur office. Le temps ne leur manquera pas pour travailler, et ils pourront
suivre s'il leur plait, les mémes legons que leurs maitres. Ceux-ci, du reste,
les traiteront avec douceur: des études communes ont bien vite rapproché les
distances et le valet passe assez tót au rang de confident, quelquefois dte con-
selkr et presque d'ami. Mais aux heures de disette, que ne sont pas rares, la vie
devient presque insupportable pour ees malhereux: pendant les nuits d'hiver,
on grelotte dans les galetas mal clos, et, quand les maitres aux-mémes souf-
frent de la faim, les domestiques jeünent... On se décourage, ou cesse de fré-
quenter les écoles ou l'on n'y reparait qu'á de longs intervalles, allant d'un cours

(*) Claro es que lo mismo sucedía con respecto de Alcalá de Henares,


y otra universidad española de entonces.
68 JUAOUÍN DE EXTRAMBASAGUAS Y PEÑA

15. No faltan de ello ejemplos notables 20. Y Torres Rá-


nula, paje del Duque de Monteleón, pudo acompañar a éste a
la Universidad de Alcalá, y de allí pensar en seguir carrera
aprovechando su estancia en aquella famosa ciudad. Esto, si no
fué estudiar precisamente, el móvil que le impulsó a elegir al
Duque por señor y aun a venir a Madrid. Pero repito que el
decidirse Torres Rámila a comenzar los estudios parece pos-
terior a su viaje.
16. También pudo pensar en cursar la carrera indepen-
dientemente, o protegido por algún procer. Todo es posible, y
aun algunas hipótesis compatibles, sin duda.
17. El caso es que en 1600 estaba Torres Rámila estudian-
do en la Universidad de Alcalá —ya con el Duque de Monteleón,
si es que este aristócrata estudió allí 21, ya con sus propios re-
cursos o los ajenos que se proporcionara—, pues de 4 de abril
de 1601 hay una cédula de examen en la cual el maestro Ce-
rrato declara hábil para comenzar los estudios de Bachiller en
Artes a Torres Rámila, "de edad de diez y seis años" 22. Esto

a l'autre a u gré de sa fantaisie, passant de la théologie a la medicine ou au


droit canon, et recueillant ainsi, de droite et de gauche quelques bribes d'un
inutile savoir. P o u r quatre valets tombés dans u n e riche rnaison oü Ton peut
manger tous les j o u r s et dormir toutes les nuits, oú Pon proíite en raéme
teniips que le jeune maítre des lecons du répétiteur, ou Ton s'assure pour l'ave-
n i r de puissantes protections, il y en a cent que l'exces de misére finit par
détourner pour toujours les études."
20 El mismo Reynier señala dos, referentes a personalidades importan-
tísimas del g r a n siglo: "C'en est une que ce Juan Martínez Silíceo qui, venu
a Salamanque comme simple valet, arriva, a forcé d'intelligence et de zéle,
on peut diré heroique, a attirer sur lui l'attention du h a u t personnel des aco-
les, réussit a obtenir la beca si enviée du Gran Collége de San Bartolomé et
devint plus t a r d précepteur de Philippe I I , archevéque de Toléde et cardinal.
C'en est une autre que ce Gaspar de Quiroga qui, un peu aprés trouva le ano-
yen de poursuivre dans la méme Université le cours complet des études théo-
logiques, sans avoir pour exister d'autre pécule que le real quotidien que lui
avait assuré pour sa vie entiére la liberalité de la reine J e a n n e : en 1593 il
était, lui aussi, cardinal et archevéque de Toléde, ses rentes s'elevaieut a
deux cent mili ducats, et ils continuait tous les jours a" toucher son real,
^'qui lui était, disait-il plus précieux que tout le r e s t " (pág. 45).
21 Desde luego no he encontrado su nombre en los libros de m a t r í c u l a s ;
pero esto, al fin, nada implica, ya que faltan bastantes de aquellos documentos.
22 " P e d r o Tores Rámila, natural de Villa A'rcayo, diócesis de Burgos, de
edad de diez y seis años, pasa hábil a Artes en cuatro de Abril de año de
mili y seiscientos y uno = El M.° Cerrato IRúbrica']."
Esta curiosa cédula, equivalente a las actuales papeletas de examen, figu-

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LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 69

implicaba haber aprobado ya la Gramática, que debió de cursar en


el año anterior de 1600, a que me he referido.

Papeleta de examen de Torres Rámila. 1601,

18. No obstante, al poco tiempo —antes de empezar el cur-


so posterior— interrumpió sus estudios y se fué acompañando
al Duque de Monteleón —esto podría confirmar que estuviera
acompañándole también en Alcalá, pues es raro que siguiera a
su servicio sin estar con él en la Corte— en un viaje que aquel
noble hizo por Italia en los siguientes años, al parecer. Por esta
misma época estaba por allí también, en una de sus numerosas
andanzas por aquellas tierras, el famoso Suárez de Figueroa, de
quien ya he tratado detenidamente 23, el cual pudo y debió de
conocer entonces a Torres Rámila e intimar con él 24 .
19. Ignórase la duración de este viaje, que no pasaría con
seguridad de unos cinco años, y sirvió a Torres Rámik para
aprender la lengua toscana y familiarizarse con la preceptiva
clasicista y la poesía italiana del Renacimiento 25 .

ra entre los fols. 74 y 75, sin numerar, del libro de Pruebas de Curso de
1608 a 1612, de la Universidad de Alcalá {Archivo Histórico Nacional. Uni-
versidades. Lib. 486), y está extendida en una tira de papel, sin más requisi-
tos. (Véase el grabado núm. 2.)
23 En Ñapóles imprimió, en 1602, la primera traducción de El Pastor
Fido, de Guarini, y no regresó a España hasta 1604. Probablemente Torres
Rámila le conoció en aquella ciudad a poco de llegar.
24 Mucho tiempo después, en 1617, y aun posteriormente a esta fecha, la
amistad entre Torres Rámila y Suárez de Figueroa perduraba con gran intimi-
dad, según se verá. De las interesantísimas —y hasta ahora insospechadas—
relaciones entre ambos escritores, trataré a su tiempo con la debida exten-
sión.
25 Por lo que se verá más adelante se comprende que debió de ser así.
Hay pruebas de que Torres Rámila, conocía bien el italiano o toscano y la
preceptiva aristotélica y la poesía renacentista de Italia. (Véase el capítulo II.)
yo JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

20. Al regresar a Madrid, o acaso antes, dejó Torres Rá-


mila al Duque de Monteleón, y se colocó de pasante con un hijo
de la Duquesa de Bivona 20 , hasta que, siéndole fácil trasladarse
a Alcalá por haber alcanzado una plaza en el Colegio de la
Madre de Dios, -de Teólogos 27, volvió a sus interrumpidos es-
tudios —como deseaba, sin duda-— en aquella gloriosa Universi-
dad, y ya entonces con la intención de ser sacerdote seguramen-
te, pues desde este momento encauzó sus estudios en aquel sen-
tido.
21. Debió de instalarse en Alcalá desde 1609, porque en 27
de junio de 1612 rogaba que le examinaran de tres años de
bachiller en Artes, que había oído al maestro Jirico, para poder
graduarse de Bachiller en aquella Facultad, y a ello se negaba
don Luis de la Serna, secretario de la Universidad, a causa de
que no presentaba Torres Rámila la cédula, ya citada, de ha-

26 Véase el Capítulo VI, núm. 19. No se indica el nombre de este


personaje, y me hubiera sido imposible fijarlo con tan escasos datos si no
me hubiera facilitado otros, muy interesantes, mi querido amigo el marqués
del Saltillo, bien conocido y estimado como genealogista e historiador ilustre.
Según estas noticias, deduzco que el señor de Torres Rámila debió de ser
don Luis de Moneada y Aragón, cuyos padres fueron don Antonio de Ara-
gón y Moneada, cuarto duque de Bivona e hijo de don Francisco de Monea-
da y Luna, príncipe de Paterno, y de doña María de Aragón y de la Cerda, y
doña Juana de la Cerda y de la Cueva, hija de los duques de Medinaceli, na-
cida en su palacio de Cogolludo y bautizada el 8 de septiembre de 1591.
Don Antonio, de mucha más edad que su esposa, había sucedido en 1502
en el ducado de Bivona a su abuela doña Luisa de Luna —hija de don Pedro
de Luna, primer duque de Bivona, a quien concedió este título Carlos V en
1550—, casada en 1571 con don César de Moneada, príncipe de Paterno;
pero desengañado del mundo, ingresó en la Compañía de Jesús, a la vez que
su mujer doña Juana tomaba también estado religioso más tarde, y en 9 de
junio de 1627 renunció a todos sus títulos en la persona de su hijo, el citado
señor de Torres Rámila, don Luis de Moneada y Aragón, que vino a ser
quinto duque de Bivona, conde de Scláfani y barón de Misilcassimo. Don An-
tonio, nombrado caballero del Toisón de Oro en 1609, murió en Ñapóles en
1631.
27 Fué uno de los colegios menores fondados por el cardenal Cisneros en
Alcalá. Estaba situado en la calle de Roma, formando ángulo con el pasadizo
de ésta a la plaza Mayor, y enfrente del Colegio de San Agustín Calzado.
En él estudió el célebre filósofo doctor Juan Martínez. Había en él becas para
veinticuatro colegiales, y como éstas se proveían entre los estudiantes pobres,
es muy verosímil que Torres Rámila estudiara ya allí independientemente en
esta época, aun cuando se valiera acaso de las influencias de sus protectores
para alcanzar la plaza de colegía!.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS yl

ber aprobado el curso previo de Gramática 28, indispensable para


•examinarse del bachillerato de Artes 29.
22. Habiendo asegurado Torres al rector don Melchor Fer-
nández de Bolívar que la había perdido, y que el maestro Ce-
rrato, firmante de ella y único que podía repetirla, estaba au-
sente, y, por último, que había de examinarse en plazo de tres
días para poder aprobar los tres cursos —los exámenes eran en
1 de julio—, y que de no hacerlo así se le irrogarían graves
perjuicios en sus estudios, el Rector se ablandó y le dio autorí-

as " -f- Pedro Torres Ramila = Artes = Pedro de Torres Raraila, natu-
ral de Villarcayo, diócesis de Burgos, ante Vm. parezco y digo: quel Maes-
tro Qerato, examinador desta Vniversidad, me examino y aprouo en Gramma
tica oyr Artes; y me dio cédula de aprouacion y examen, en virtud de la
qnal he oydo los tres años de artes deuaio de la disciplina del Maestro Jirico,
y para prouar los dichos cursos, yendolos a prouar, el Secretario desta uni-
versidad no lo quiere haqer por no traer la cédula de Grammatica, la qual
se me a perdido, y el Maestro Cerrato, que me la auia de tornar a dar está
ausente, y en esta Vniversidad se ha de dar el grado de los bachilleres día
primero deste primero que viene ques de aquí a tres días, y si yo no me exa-
minase en este tiempo si no uiniese el dicho maestro Cerrato a darme la di-
cha cédula se me receueria muy gran daño y perjuicio (sic) y seria cortar el
ilo a mis estudios. A Vm. pido y supplico mande al dicho Secretario se me
prueben los dichos cursos hasta quel dicho Maestro Cerrato uenga, para que
entonces yo presente la dicha y me ualgan los dichos cursos questoy presto
de ager en ragon desto el resguardo que Vm. mandase = Pedro de Torres
Rámila {.Rúbrica].
{Archivo Histórico Nacional. Universidad de Alcalá. Pruebas de Curso de
2608 a 1612. Lib. 486, fol. 73-)
29 Véase a continuación la puntual e interesante explicación que da
Fernández-Guerra en su edición de las Obras de Quevedo (Bibl. Aut. Esp.,
tomo XLVIII, pág. 625, nota c) de las materias de estos estudios y la for-
ma en que se cursaban, muy útil para confirmar lo que expongo más adelante:
"El estudio de Artes se hacía en cuatro años, y eran objeto suyo constante
las obras del filósofo esfcagirita. Sus cuestiones, que llaman los comentadores
Lógica parva súmulas, estudiábanse (comúnmente por el libro de Pedro His-
pano) en todo el primer curso. Destinado el segundo a la Magna lógica de
Aristóteles, habían de leerse en él sus Antepredicamentos y Predicamentos, los
dos libros de Pcrihcrmcnias, los de Posteriores, cuatro de Tópicos y los dos
de Elencos, además de los de Predicables de Porfirio. Empleábase el tercer
año en la Filosofía natural, o sea los ocho libros de los Físicos del mismo Aris-
tóteles. Y a seis de los Mctafisícos estaba dedicado el último curso. Este
podía ganarse en el tiempo que media desde San Lucas a la Purificación
de Nuestra Señora, después de cuya fiesta comenzaban ya las tentativas y exá-
menes generales de todos los cuatro años. Aprobados los ejercicios entraban
los escolares al grado de Bachiller."
72
JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PENA

zación para que le examinaran, con tal de que jurara presentar


la repetición de la perdida cédula en cuanto llegara a Alcalá el
maestro Cerrato, que le había examinado y había de extendér-
sela de nuevo. Tampoco podría usar del examen ni se le daría
testimonio de grado mientras no cumpliese lo convenido 30.
23. En el mismo día se dio cuenta de la resolución del Rec-
tor a Torres Rámila "en su persona", y éste, sin perder tiem-
po, se examinó y aprobó los tres cursos en cuestión, que eran
Súmulas o Elementos de Lógica, Lógica y Física 31, correspon-
dientes a los tres años primeros del bachillerato en Artes.
24. Durante el curso de 1612 a 1613 estuvo matriculado-
en Metafísica, materia correspondiente al cuarto y último año,
que también aprobó en 10 de septiembre de este último año 32,.

30 "En la villa de Alcalá de Henares, en veinte y siete días del mes de


junio de 1612 años, a mí el señor don Melchor Fernández de volivar, Rec-
tor y Juez Apostólico y hordinario desta Vniversidad pareció presente el di-
cho Pedro de Torres Rámila y presentó la petición supra escrita y presen-
tada y leída, y por el dicho señor Rector uista, dijo que atento que le cons-
ta el dicho Maestro Cerrato está ausente y que faltan solo tres días para
que los bachilleres de este año reciban el grado, y que si se esperase al dicho
Maestro Cerrato y no viniese a tiempo, el susodicho estudiante perdería oca-
sión de examinarse y estaría en aventura de perder sus estudios y cortar el
ylo a sus estudios que mandaua y mandó ansí Luis de la Serna, Secretario-
desta dicha Vniversidad so pena de excomunión mayor late setentia y de-
cien ducados para el espital de Sant Lucas y San Nicolás, que luego admita,
y pruebe los tres cursos de Artes al dicho Pedro de Torres Rámila, no obs-
tante que por aora no trae la cédula de Grammatica con que primero y ante-
todas cosas el susodicho haga juramento en forma, que traerá y exiberá
ante el dicho Secretario, la dicha cédula de Gramática en tiempo deuido para
ganar los dichos cursos y mientras no se la diera y presentare la dicha cé-
dula de examen de Gramática, no usará de los dichos cursos, y aunque esté
examinado de uachiller no usará del dicho examen, y mando ansimismo no le
dé testimonio del grado hasta que yo el presente Secretario me contente de
la dicha cédula y presentada a el dicho señor Rector. Dijo que aprouaba y
aprouó la dicha prouanga de cursos. Y asi lo proueyo y mandó y firmo de su
nombre el Maestro Juan Martínez de Aguado y el Maestro Juan Rodríguez
de Uilla Sayas = : Doctor Melchor Fernandez de Bolivar, Rector [Rúbrica]"
{Archivo Histórico Nacional, & continuación del documento reproducido
en la nota 28 de este capítulo.)
31 Archivo Histórico Nacional. ídem.
32 Archivo Histórico Nacional. Universidad de Alcalá. Pruebas de
curso de 1613 a 1616: Bachilleres en Artes de 1613 (fol. 51. 10 septiembre).
Nótese que la fecha no está comprendida en el plazo corriente para
aprobar este curso: 18 de octubre, San Lucas, a 2 de febrero, la Purifi-
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 73

con lo cual pudo ya graduarse de bachiller en Artes inmediata-


mente, y así debió de hacerlo, aunque no consta en los libros de
exámenes 33.
25. Desde 1612 aparece de modo continuo en los registros
de la Universidad complutense. En el curso siguiente figura ma-
triculado como alumno de Teología 34} y en esta misma asigna-
tura y en la de Cánones en los años de 1613 35 y 1614 30.
26. En 1615 se matricula solamente en Teología 3T, y en
1616 y 1617 otra vez en esta asignatura, en la cual pensaba doc-
torarse, y, de nuevo, en Cánones, dándosele ya en la inscripción el
título de Maestro (en Artes) 38, lo cual indica que debió de ser

cación de Nuestra Señora (véase la nota 29 de este capítulo), lo cual indica


que Torres Rámila procuró adelantar unos días, quizás con el fin de poder
matricularse.
33 Es casi seguro que así fuera, y no esperara a después de febrero,
cuando eran los grados de bachiller en Artes corrientemente, pues ya hemos
visto que aprobó el último curso adelantando también. (Véase la nota 29 de-
este capítulo.)
34 "P.o de Torres de V." Arcayo Ds. ídiócesísl Burgos. 24 [años (*)].
(Arch. Histórico Nacional. Universidad de Alcalá. Matrículas de 1612^.
Teología. 23 de octubre.)
35 "P.o de Tore Ramiro (sic) de V. a Arcayo ds. Burgos 24."
(Archivo Histórico Nacional, Id. Id. 1613. Teología., 18 de octubre.)
"P.o de Torre Ramira (sic) de V.n Arcayo. Ds. Burgos. 24."
Id. Id. Id. 1613. Cánones. 21 de octubre.)
36 "P.o de Torres Ramila de V." Arcayo. Ds. Burgos. 25."
(íd. Id. Id. 1614. Teología. 18 octubre.)
"P.o de Torres Ramila de V.n Arcayo. Burgos. 25."
(Id. Id. Id. 1614. Cánones. 18 de octubre.)
37 "P.° Torres Ramila de V. Arcayo. Ds. Burgos. 30."
(Id. Id. Id. 1615. Teología. 20 de octubre.)
38 "M. [Maestro] P.o de Torres Ramila, de V.a Arcayo. Ds. Burgos 26.""
(Id. Id. Id. 1616. Teología. 24 octubre.)
"M. P.o de Torre Ramira de V-a Arcayo. Ds. Burgos. 26."
(Id. Id. Id. 1616. Cánones. 24 de octubre.)
"P.° de Torres Riamila de V." Arcayo. Ds. Burgos. 28."
(Id. Id. Id. 1617. Teología. 27 de octubre.)
"P.o de Torres Ramila de V.a Arcayo. Ds. Burgos. 28."
(Id. Id. Id. 1617. Cánones. 27 de octubre.)

(*) Edad equivocada —quizás en este caso intencionadamente, por pa-


recer más joven—, lo cual es común en esta clase de documentos, redac-
tados sin cuidado alguno. Tenía veintinueve años en esta fecha.
Análogas correcciones cabe hacer en las restantes matrículas, que se
reproducen más adelante.

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74 JOAQUÍN DE ENTRAMBAS AGUAS Y PENA

•en esta fecha (1616) cuando se le confirió por la Universidad el


•cargo para que diera clase de Gramática en calidad de profesor
repetidor 39.
27. Además, por entonces era ya sacerdote 40, y merced a las
retribuciones que percibía por su profesión y su cargo univer-
sitario, tendría una posición económica, si no desahogada, al
menos independiente, que le permitiría dedicarse por entero a
ocupaciones literarias, simultaneando sus estudios humanísticos
-con el cultivo de las bellas letras.
28. Ahora bien: durante los últimos años que mediaron
entre el regreso a España de Torres Rámila y el de 1617, en
que se publica la Spongia, el antiguo paje del Duque de Monte-
león conoció y trató a los más-notables escritores de Madrid y
de Toledo, donde debió de residir temporalmente, sin que pue-
dan precisarse las fechas.
29. Así se relacionó Torres Ramilla con Manuel Ponce 41 ,
fray Lucas de Montoya 42, Juan Pablo Mártir Rizo 43, Luis Vé-
lez de Guevara 44, fray Hortensio Félix Paravicino 45, Luis Tri-
baldos de Toledo 40, Tomás Tamayo de Vargas 4T, Vicente Es-
pinel quizá 4S, Baltasar Elisio de Medinilla 49, Francisco López de
Aguilar 50, Juan de Pina 51, e t c . . —cuyas relaciones con el
asunto de este trabajo expondré a su debido tiempo—, y desde
luego también con el amigo íntimo de estos últimos, el más po-

39 Los profesores universitarios entonces eran de tres clases: catedráti-


cos, encargados de la asignatura; regentes o auxiliares, que debían suplir-
les en caso necesario, y maestros o repetidores de la materia. Dichas tres
clases equivalían a las actuales de catedrático numerario, auxiliar temporal
y ayudante, respectivamente.
40 Véanse los versos 176 y 459.
41 Véanse los capítulos VI, núm. 19 y II, nota 76.
42 Véanse los capítulos VI, núm. 55 y 5V, nota 82.
43 Véanse los capítulos VI, núm. 64 y II, nota 7.
44 Véase el capítulo VI, núm. 94.
45 Véanse los capítulos VI, núm. 81 y IV, nota 65.
46 Véanse los capítulos VI, núm. 60 y II, nota 67.
47 Véanse los capítulos VI, núm. 29 y III, nota 11.
48 Véanse los capítulos VI, núm. 76 y IV, nota 92.
49 Véanse el capítulo VI, núm. 67 y la nota 102 de la Introducción.
50 Véanse el capítulo VI, núm. 24 y la nota 67 de éste.
51 Véanse el capítulo VI, núm. 90 y la nota 16 de la Introducción.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 75

pular y conocido de los escritores del siglo x v n , Lope de


Vega y¿, famosísimo como nunca en 1617.
30. Otras amistades de Torres Rámila eran independientes
•de sus relaciones literarias, o al menos no tenían las caracterís-
ticas de las anteriores; tales la que tuvo con don Jerónimo de
Medinilla y Porras 53, y la posible con el licenciado Pedro Blas-
co 54, por ejemplo, personajes los dos muy conocidos e influyen-
tes en la Corte por aquella época 55.
31. Por otra parte, al mismo tiempo venía a ser gran ami-
go de compañeros suyos de la Universidad de Alcalá, llamados
a ser célebres más tarde, como don José de Pellicer 56, Anasta-

52 Véase el capítulo VI, núm. 16.


53 Véase el capítulo VI, núm. 104.
54 Véase el capítulo VI, núm. 123.
55 Véase el capítulo VI, núms. 103 y 122.
56 Carecemos de un estudio acerca del famoso don José de Pellicer
de Salas Ossau y Tovar, que sería útilísimo, pues tendríamos así definida
la compleja personalidad de este escritor, verdadero •polígrafo, tan desigual
como fecundo. Sus numerosas obras, muy atacadas, pero muy ricas en noti-
cias curiosas, tratan de los más variados e interesantes temas, y fueron
catalogadas por él mismo en la Bibliotheca formada de los libros i obras
públicas de don Joseph Pellicer, Valencia, 1671. Nació en Zaragoza, el
22 de abril de 1602, de noble familia. Fué señor de las casas de Pellicer y
Ossau, y caballero del hábito de Santiago (*). Estudió en Alcalá de Hena-
res y en Salamanca, y desempeñó los cargos de consejero del rey Felipe IV
y de cronista de Castilla y de León (1629) y de Aragón (1636), viviendo
casi siempre en Madrid, de donde era natural su mujer, doña Sebastiana
de Ocáriz. Descolló sobremanera en estudios de Historia y Genealogía •—al-
gunos no poco fantásticos—, y dominó perfectamente el hebreo, el griego,
el latín, el francés y el italiano. Con Lope de Vega no hizo nunca amistad
verdadera, pues además de ser amigo de Torres Rámila lo era aún más
de Góngora, cuyas obras comentó tan eruditamente, que han sido sus notas
base principal de toda la crítica moderna suscitada en torno al poeta de
Córdoba. Así, cuando Lope le cita en el Laurel de Apolo (silva VIII,
ed. Bibl. Aut. Esp., tomo XXXVIII, pág. 216), lo hace de modo burlesco:

"Ya don Jusepe Pellicer de Salas


Con cinco lustros solo sube al monte;
Ya nuevo Anacreonte,
Fénix extiende las doradas alas,
Que el sol inmortalice,
Y pues él mismo dice

(*) Lo obtuvo conmutándolo por otro de la orden de Montesa, que


poseyó primero.
j6 JOAQUÍN DE EXTRAMBASAGUAS Y PEÑA

Que tantas lenguas sabe,


Busque entre tantas una que le alabe."

En cambio, tuvo estrecha amistad con Anastasio Pantaleón de Ribe-


ra (Véase \% nota 57 de este capítulo), cuyas obras publicó. Pantaleón,
por su parte, se burlaba del porte afeminado de Pellicer, muy blanco y
muy rubio —su "buen talle", como decían entonces, puede verse en los
retratos que de él nos quedan—, en un Vejamen leído ante la Academia de
Madrid, en casa de don Francisco de Mendoza, secretario del conde de
Monterrey. (Ed. de El Bachiller Montuano (don Adolfo Bonilla San Mar-
tin), en Colección "Oro Viejo" Doblón II, 1909, pág. 51), donde al pre-
guntar el autor quién es "un hombre asotanado como edificio, candeal de-
facciones, aguedejado a gustos y barbado apenas, rubio el pelo, el rostro de
aquello de frin, fron, y todo albor finalmente", se le responde:

"Don Lirofeo Zeligerpio (*)

Lunático candidísimo." "Sí, pero —repliqué yo (Pantaleón)—, ¿qué es


aquello que trae sobre los hombros? ¿Cabeza o alcarraza?" "Uno y otra
—me respondió mi guía—; y para que tengas más noticia suya, sábete que
son sus manos candidas como un letor; su catadura, aunque desde lejos
parece bien, está en la peor moneda que pudo buscar, porque todos la
tienen por blanca. Ha dado su gesto en creer que es camarín, i por eso le
verás lleno de barros. Suele usar de aquello vulgar: Médico, cúrate a ti, y
si se le amortigua el color, se sube en una muía y se cura la tez. Tiembla
como si padeciera el terror pánico de cualquier amago que le hagan; pero
como al fin es tan blanco, quien más le hace temer es cualquier piratería."'
"Con esto calló Trujamán, y yo, gustoso de saber algo más del, se lo
pregunté a él mismo, y alzando la cabeza, que no traía, sino llevaba 3
cuestas, dijo así:

"Con grandísimo trabajo


averiguarse ha podido
si, por la albura, he nacido
de alguna yerba de cuajo.
Que es tal la blancura mía,
que el seso más atinado
duda si soy Licenciado
de carne o de cotonía."

Y en un romance (Ob. cit., pág. 71, nota) dice así, presentando a Pe-
llicer bajo el nombre de Salicio:

"Dígaselo, pues, Salicio,


el estudiante de natas,
que tendrá en su barba pelo
cuando le tenga la rama.

(*) Don José de Pellicer.


LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 77
5T
sio Pantaleón de Ribera o don Luis Ramírez de Arella-

El lo sabrá, que es forzoso,


pues en una mesma casa
sois entrambos los arroces:
él de leche y tú de grasa •(*)."

Además, en otro Vejamen de Francisco de Rojas Zorrilla (ed. del señor Faz
y Melia en Sales españolas, serie 2.a, pág. 309), se le alude con motivo
•de sus comentarios a Góngora:
"Ultimo aventurero se descubrió don José de Salas Pellicer, cronista de
Castilla y de León, según él dice. Venía en un caballo de color obscuro y
sobre la crin un rótulo que decía: Yo LE COMENTARÉ. Traía el Polifemo de
don Luis de Góngora debajo del siniestro brazo; apuntábale con el dedo
segundo de la diestra mano, con una letra que decía: E L SE ENTIENDE. Llevaba
en la espalda siete lenguas pintadas, pero no hablaba ninguna, porque se
las debieron de poner por maza. Luego le tuvimos por Calepino; des-
pués por Sábado, y de allí a rato por secretario de lenguas; pero la letra y
divisa nos desengañaron presto. Traía un Fénix pintado en cenizas y una
letra sobre él, que decía:

"No he de volver a nacer,


a fe de Fénix honrado,
hasta que me hayan sacado
del libro de Pellicer."

Pellicer murió en Madrid en 16 de diciembre de 1679. Acerca de él pue-


den consultarse, entre otras obras: Nicolás Antonio: Bibliotkeca Nova (to-
mo I, pág. 811); Pellicer: Ensayo de una biblioteca de traductores españo-
les (pág. 101); La Barrera: Catálogo del teatro antiguo español (pág. 299) ;
Cejador: Historia de la lengua y literatura castellana (tomo V, pág. 13), y
Hurtado y González Falencia: Historia de la Literatura Española (2. a edi-
ción, pág. 756).
Finalmente, que fué Pellicer compañero de Torres Ráinila en la Universi-
dad de Alcalá, lo prueba la siguiente matrícula que he hallado:
"d [don] Josepe de pellicer y salas de Madrid (**) 17." (Archivo Histórico
Nacional. Universidad de Alcalá. Matrículas de 1619. Cañones, 26 de octubre),
porque precisamente en la misma asignatura y en la misma fecha estuvo ma-
triculado el autor de la Spongia (Véase el capítulo XI, núm. 3), lo cual in-
dica verosímilmente que fueron compañeros de carrera en años anteriores
también. El que fueran amigos aún es más probable, pues Anastasio Pan-
taleón de Ribera los pondría en relación.
57 Nació en Madrid el año 1600, y casi niño fué a estudiar leyes a la
Universidad de Alcalá, según demuestra esta matrícula suya, hasta 'el pre-

(*) Se dirige Pantaleón a Coriandro, don Gabriel del Corral, que tenía
fama de poco limpio.
(**) Téngase en cuenta que en muchos casos -—como en éste— en vez de
indicar el lugar de nacimiento se indicaba el de vecindad o procedencia.
y8 JOAQUÍN DE ENTK.AMBASAGUAS Y PEÑA

senté inédita: "Anastasio Pantaleón de Madrid. 16." (Archivo Histórico Na-


cional. Universidad de Alcalá. Matrículas de 1615. Cánones. 21 de octubre),
y asistió también a la Universidad de Salamanca.
Le protegieron el duque de Cea y el marqués de Velada y San Ro-
mán, que le asignó una pensión de 200 ducados anuales. Fué premiado en
la justa poética de la beatificación de San Isidro (1620), cuyo fiscal o
director fué Lope de Vega, y se distinguió en la Academia de Madrid, que
se reunía en casa de don Francisco de Mendoza, donde leyó un interesante
Vejamen (véase la nota 56 de este capítulo). Conocido es el romance auto-
biográfico suyo, donde habla desenfadadamente de cierta enfermedad "non
sancta" que le aquejaba y caso, junto con una herida que le hicieron en la,
calle del Prado dos franceses, fué la causa de su muerte (véase Bonilla San
Martín: Ob. cit., pág. 177), acaecida en febrero de 1629. Don Diego de Lu-
cena pintó su retrato, y se sabe que era muy moreno, y calvo, pues pide al-
duque de Lerma en una poesía "una receta para que naiciese el cabello".
(Obras. Madrid, 1634, fol. 131.) Partidario de Góngora, a quien dedicó su:
Fábula de Europa, y le llama "príncipe de los poetas españoles", se confe-
só culterano en los siguientes versos:

"Poeta soy gongorino,


imitador valeroso
del estilo que no entienden
en este siglo los tontos."

Por el contrario, a Lope de Vega le mencionó burlescamente en una


composición: "A clon Diego Gómez, conde de Saldaña, que le había ofre-
cido un corte de paño." (Ob. Ed. cit., fol 81):

"Válgame en esta ocasión


el licor que al Pindó riega
sin cesar,
y válgame, en conclusión,
el señor Lope de Vega,
Familiar (*)."

Y el Fénix, como es natural, correspondió citándole en el Laurel de Apolo


(silva VIL Ed. Bibl. Aut. Esp., tomo XXXVIII, pág. 214), con unos versos-
aparentemente fríos y cumplidos, pero, en mi opinión, de enrevesada y cruel
intención en el fondo :

"Para pintar las partes de Anastasio


Será corto pincel el de Parrasio ;
Y pues ya tiene del tantas premisas,
Más vale que se queden indecisas;
Apresuró sus días, mal contento
De que no ejecutó su entendimiento."

(*) Familiar del Santo Oficio de la Inquisición, cargo honorífico que-


ostentó Lope desde 1609.

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LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 79

DS
no , con quienes debió de conservar siempre buena amistad, y la-
A don José de Pellicer, que fué muy amigo suyo, le dedicó la Fábulas-
de Eco, y el comentarista de Góngora correspondió m á s t a r d e editándole
sus obras, que hablan quedado sin publicar y se salvaron de la orden q u e
dio de hacerlas desaparecer con todas a su muerte. A fray Hortensio Félix
Paravicino está dedicada la Fábula de Proserpina, y a P e d r o d e T o r r e s R á -
mila, con quien hizo g r a n amistad en Alcalá, le escribió la siguiente carta la-
tina {Obras, 1634, fol. 93 vto.), cuya elegancia y belleza de pensamientos mues-
tran con evidencia stis excelentes conocimientos de las humanidades.
"Epístola escrita al doctor Pedro de Torres Rámila, colegial Mayor de-
Alcalá, Catedrático de Artes y muy docto en Letras Humanas.
Magnum silentium, magnos dissolvit amicitiae nexus. M e tenet totum T u l -
lii gnoma. P a r c e precor, Magister doctissime, diutiae erga t e morae non obli-
vioni; distulit meam primum manum, nec alii commissa cura r u b o r inde dis-
t u l í t ; cum mala per longas convaluere moras. T u a m vero licet exulem, n o n
die, sed diu duraturam u r s u s inchoabo. Nunc tamen prius oneris quam u s u í
sum. Agit Criticorum turbam jocus ille Persii in p r o e m i o : Ad sacrae Vatum.
Carmen affero nostrnm: N a m vocis. Vatum pro suo quisque captu aetymon-
exponit. Memini interea Horatianii illius. Qui si me Lyricis Vatibus inseras,
in cuius explicatione Votes a fundo deduxisti cognatione consonantis V . &
F . protuli pro rostris dogmatuum ex Livio, u t credo, quii F a t e s A'ice V a t e s
usunpat: sed nec Gruteri erga Livium licet ubi animus index quidquam de u t r o -
que insinuad, si locum Historie! non dubitas, & te doctum, & nie v e r u m exprimí"
omnia nomina in Horatii scholiis infinita participia in itantis habere dixisti
Bilbilis Billinatus, [ J Í C ] Neapolis, Neapolitanus, & alia huiusmodi, ex eo quod
omnes feré ad Hispalis Hispalcnsis defectant. Docet Magnus Gregorius in
Epistolis ad Hispalitanum Episcopum in Breviario. D o c t u s Plinius in ejus
naturali Historia multa utriusque loca ignoro, in eorumque ero expectatione.
Et nunc rogo, cur nomina in es, in its, & in aniae habeant commune cum nomi-
nibus in is participium, ut ex Gadis Gaditanus, ex P a n o r m u s Panormitanus, e x
Lusitania Lusitanus, & alia m u l t a ? I t e r u m q u e rogo, cur Ptholemois vox is
finita habeat Ptholomaeus, & Ptolomaites, & alia multa participia contra t u a m
conclusionem. Haec sunt quae quasi obvia, nec immorata dudum loquela dis-
putabantur. Tu, prout soles, nos omnes e r u d i e s : heu Tubeat nunc, tuque nos-
ter Geius, t u noster Aedemon, tibí induhns, tibí cultus, debetus, & quidquid"
tui obsequii nobis commendaberis praestabimus. Vale, & vive, doctissime.

Non est viverc, sed valere vita"

Finalmente, acerca de Anastasio Pantaleón de Ribera, no t a n conocida -


como se merece, pueden consultarse las obras siguientes: Nicolás A n t o n i o :
Bibliothcca Nova (tomo I, pág. 68) ; Alvarez B a e n a : Hijos ilustres de Ma-
drid (tomo I, pág. 9 3 ) ; L a B a r r e r a : Catálogo del teatro español (pág. 2 9 2 ) ;
G a l l a r d o : Ensayo (tomo IV, col. 9 1 ) ; Pérez P a s t o r : Bibliografía Madri-
leña {tomos I I , pág. 558, y I I I , 101 y 131); C e j a d o r : Historia de la lengua y
literatura castellana (tomo IV, pág. 374), y H u r t a d o y González Palencia:
Historia de la literatura española (2.a edición, pág. 579')-
58 A pesar de que Alvarez Baena en sus Hijos ilustres (tomo I I I , pá-
gina 411) y Montalbán en el Para todos (índice, núm. 233) le hacen m a d r i l e -
80 JOAQUÍN DE EXTRAMBASAGUAS Y PEÑA

•que es más importante, reanudó la que probablemente 'había hecho

ño, nació en Villaescusa de Haro (Cuenca), y fué bautizado en 28 de noviem-


b r e de 1594. Sus padres fueron el doctor Luis Ramírez y su mujer doña Ma-
ría de Almoguer. Estudió en la Universidad de Alcalá, en la época que in-
dica la siguiente matrícula, hasta ahora inédita y hallada por m i :
"d. Luis Ramírez de Arellano, de Villaescusa ds. de quenca. 18." {Archivo
Histórico Nacional. Universidad de Alcalá. Matrículas de 1614. Cánones. 18 de
octubre.)
Por el tratamiento de don que precede a su nombre —caso insólito en esta
• clase de documentos— debe suponerse que su familia, si no noble, era al me-
nos hidalga.
Vino a Madrid hacia 1613, y se distinguió notablemente como poeta, y
más aún por su extraordinaria memoria, que le permitía recordar una comedia
entera a tres veces que la hubiera oído, según refiere por escrito el doctor Suá-
res de Figueroa en su Plaza Universal (fol. 237).
Esta cualidad le valió el apodo de "el de la gran memoria", y también un
disgusto con Lope de Vega, de quien había tomado así La dama boba, El prín-
cipe perfecto y La Arcadia, vendiéndoselos luego a los cómicos por su cuenta.
El Fénix se quejó violentamente de ello al alcalde López Madera, pero
diciendo que para un verso suyo había infinitos de Arellano, "llenos de locu-
ras, disparates e ignorancias bastantes a quitar la honra y opinión al mayor
ingenio de nuestra nación y las extranjeras, donde ya se lee con tanto gusto"
(Prólogo a la Tercera parte de sus comedias, Madrid, 1620), lo cual, aunque
algo exagerado, hace más verosímiles las proezas de "el de la gran memoria",
a quien ayudaba un Juan Ramírez de Arellano, llamado también "Memori-
11a", que se supone deudo y paisano suyo, aunque no hermano, pues no consta
que tuviese ninguno de este nombre.
Como lo que hizo Ramírez de Arellano no fué atacar a Lope de Vega, sino
aprovecharse de sus comedias y vino a ser un admirador del Fénix, éste no
tuvo inconveniente, según parece, en hacer las paces con él —quizás por me-
diación de Montalbán, que era buen amigo de ambos—, pues más adelante
hay datos de que cesó la enemistad que pudo haber habido entre ellos durante
algún tiempo. Así, cuando Ramírez de Arellano publicó la antología de poe-
tas del siglo xvii, Avisos para la muerte (Madrid, 1634), donde incluye una
poesía suya y otras de Valdivielso, Montalbán, Vélez de Guevara y Pellicer
y varias más, encabezó la colección con una de Lope de Vega; y en la
Fama Postuma (1636) figura un soneto "de don Luis Ramírez de Arellano
el de la Feliz memoria", titulado: "En la muerte de Frey Lope Félix de
Vega Carpió, Príncipe de la Poesía Española." No se conoce ninguna obra
de Ramírez de Arellano, salvo las dos poesías suyas citadas; otra que presen-
tó al certamen de Nuestra Señora del Sagrario de Toledo (1616) y un soneto
que escribió para las Lágrimas panegíricas a la muerte de Montalbán (Madrid,
1639), pero por éste sabemos {Para todos, lug. cit.) que era "poeta elegante,
bizarro y conceptuoso con muchísimo extremo" y "noticioso de muchas artes
y ciencias y de gran talento y juicio para todas".
Don Justo García ha reunido lo que se sabía de Ramírez de Arellano en
dos artículos, titulados: Un hurto literario: Las comedias de Lope de Vega y
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 8l

antes con Suárez -de Figueroa, que vino a convertirse en su me-


jor amigo, desde esta época también 59.

De nuestro antiguo teatro: Cómo le hurtaban a Lope de Vega sus comedias.


\(Bl Imparcial, i de diciembre de 1929 y 9 de febrero de 1930.)
59 Ya fuera en Italia, a principios del siglo x v n , como he supuesto (vea-
.se el número 18 de este capítulo), o durante los años que siguieron al regreso de
Suárez de Figueroa y Torres Rámila, la amistad entre ambos fué evidente
e íntima (Véanse el capítulo VI, núm. 30 y el Apéndice, versos 427 al 431),
y, acerca de ello, hay además interesantes particularidades, que creo ha
llegado el momento de señalar.
Sabido es que en El Pasagero relata parte de su vida Suárez de Figueroa
hasta 1605 (véase la Introducción de Selden-Rose a su edición de esta obra,
página vi), sin que por esto entendamos que en el citado año se escribiera
l n obra, sino mucho después, como es más verosímil y se trasluce en muchos
pasajes de ella. Cuando ya los recuerdos sedimentados permitían una visión
clara del contenido de la memoria y discernir una selección de los que mere-
cieran reavivarse. Y esto es más probable aún en un escritor como Figueroa,
lento y tardío en la producción y muy dado a la lima.
Suponiendo, pues, terminado 'El Pasagero poco antes de 1616 —aunque
parte se hubiera escrito antes—, lo cual no es contrario a ningún hecho feha-
ciente y, en cambio, aparece comprobado en muchos puntos de la obra (*), se
tendrán una serie de coincidencias entre Torres Rámila y uno de los interlo-
-cutores del Doctor —el propio Suárez de Figueroa— protagonista del relato,
que merecen anotarse, por si se tratara, como sospecho fundadamente, de
•.una misma persona.
Es este personaje de El Pasagero —uno de los cinco que intervienen en la
.obra— el que aparece con el título de Maestro en Artes y Teología •—Torres
Rámila ya lo era en 1612—, por boca del cual se lanzan siempre los más
crueles dardos contra el Fénix. Ninguno de los datos que de él se dan es
opuesto a que se trate del autor de la Spongia, antes concierta con la vida de
-éste en casi todos sus puntos y con las fechas, si bien se altera, como es na-
tural, en algunos detalles que convino variar en interés de Torres Rámila.
Es el Maestro hombre aficionado al latín y a los estudios filosóficos en
-general. Por razón de ellos, sin otros empleos, "no lo pasara mal en reli-
gión" (Ed. Rodríguez Marín, pág. 3). "Llevábanle a Roma satisfacción de
letras y deseos de valer, formando en sí un tribunal para conseguir sin di-
lación el premio de su virtud" (pág. xv). Véase la alabanza que hace de él
Tigueroa: "Mas cuando os faltara caudal de advertencias, ¿quién mejor que
el Maestro os pudiera enriquecer dellas, pues sus letras y virtud le habili-
tan en toda perfección?" (Pág. 34.) Es clérigo —y Torres Rámila también
•en esta fecha (1616), seguramente, pues ya estaba ordenado hacía tiempo, en

(*) Ténganse en cuenta, por ejemplo, los ataques que dirige a Ruiz de
Alarcón (págs. 36 y sigts.), inexplicables antes de 1614, cuando menos, que
•es la fecha aproximada en que se dio a conocer en Madrid el célebre dramá-
tico mejicano.
6
82 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

32. Había vuelto a España el perverso doctor hacia 1604 mr


y su carácter astuto y dominante debió de descubrir en seguida
en Pedro de Torres Rámila un inmejorable instrumento para

1617—-, y viaja por Italia —visita Milán y Roma (págs. 3 y 12)—-, para lo-
grar mejorar su situación y la de "dos sobrinos con una hermana moza, ne-
cesitada y virtuosa" (pág. xix), que tiene, lo cual bien pudiera ser cierto-
aplicado al viaje que Hizo Rámila por aquel país con el duque de Monteleón,
y aun esta hermana moza y estos sobrinos ser los presuntos deudos con quie-
nes vivió en Madrid recién venido de Villarcayo. (Véase el número 13 d e
este capítulo.)
He aquí lo que contesta el Maestro al Doctor (Figueroa) cuando éste se
asombra de oírle jurar por su grado (pág. 182) :
"De poco os espantáis. ¿Por qué consideráis sea lícito jurar a cada paso-
por fe de caballero, a fe de hidalgo, a fe de noble, a fe de soldado, por el há-
bito de San Pedro y otros tales, si os ha de hacer novedad que jure yo por
el grado de Maestro, título en que gasté estudio y dinero, cosa que no cuesta
ninguno de esotros juramentos?"
En el siguiente párrafo parece que el Maestro (Rámila) quiere justificarse
del vicio del juego que se le achaca en otra ocasión al enemigo de Lope
(Véase el capítulo III, núm. 33) y no lo niega, porque, sin duda, era
muy sabido de todos, contentándose con afirmar que no le tiene y a : "Antes-
de recebir sacras órdenes, también profesé la perdición del juego. Gracias
a Dios que me levanté desta caída, y, reconociendo cuan vil era aquel ejer-
cicio, le abominé y puse en perpetuo olvido. Acuérdaseme haber visto con-
currir en tales conversacioses algunos oficiales del bordado y sastrería, cuan-
to a liberalidad y silencio calificadísimos caballeros" (pág. 37).
Asimismo relata la vida de Alcalá como el que la conoce —claro es que-
Figueroa también la vivió—, y afirma haber estudiado Gramática, Artes y lue-
go Teología —exactamente igual que Torres Rámila—, por el seguro premio
que suele alcanzar su eminencia en las oposiciones, así de cátedras como de
dignidades (pág. 109'). Finalmente inserta Suárez de Figueroa en su libro al-
gunas poesías, que atribuye al Maestro, esto es, Torres Rámila, si es que
todo no es puro fingimiento y las poesías obra, del Doctor. Las poesías son
un romance: "En tu incomprensible idea" (pág. 111), y tres sonetos: "¡Oh,
tú, feliz, que el edificio humano" (pág. 114), "Mientras guardando el vir-
ginal tesoro" "pág. 212) y "Lince atalaya, amor, no errante y criga" (pág. 294},-
que no son de lo mejor del libro, realmente.
Por otra parte, creo conveniente y curioso indi-car que, a pesar de ser in-
dudable la amistad de Torres Rámila con Suárez de Figueroa, no le citó-
éste en su Plaza Universal (Madrid, 1612), aun cuando en ella tuvo oca-
siones de hacerlo: al hablar de los traductores y profesores de lenguas (fo-
lio 208), y al tratar de los gramáticos (folio 358 vto.), sin contar que pudo
incluir su nombre entre los de los humanistas (fol. 353 vto.), lo cual me hace
sospechar, y aun lo confirman los datos existentes, que se -procuró evitar toda*
relación aparente entre ambos.
60 Winckersham Crawford: Ob. cit,, trad. cits. (pág. 18).
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 83

satisfacer el odio que de antiguo profesaba a Lope de Vega, con


más envidia que razón.
33. Para el buen logro de sus propósitos estrechó con él
más su amistad, convirtiéndose en su amigo íntimo y ganando
la confianza de Torres Ráanila con adulaciones 01, que satisfa-
rían la vanidad personal del joven gramático.
34. La nefasta influencia del autor de El Pasajero se dejó
sentir pronto, san duda alguna, coadyuvando interesadamente a
que creciese el orgullo de Torres Ramilla, y sus consejos °2 le
fueron formando unos conceptos -del mundo y de la vida tan
amargos como los que entenebrecían su alma.
35. De este modo, el novel literato, cuyas buenas disposi-
ciones naturales para las Humanidades eran bien conocidas en
Madrid 63, se fué acostumbrando a ser maldiciente y satirizar
cuando le rodeaba C4, con lo cual vino pronto a formarse un am-
biente tan negativo y enrarecido como el padecido siempre por
su mentor Suárez de Fígueroa que hubo de exclamar más tarde,
con esa sinceridad que se tiene, por descuido, una vez sola en
la vida:
36. "Jamás experimenté propicio el favor humano, fuese
o por mi rígida condición o por mi escasa fortuna, y aunque
por este camino me hallé libre de reconocer particulares obliga-
ciones, no puedo negar que renunciaría de buena gana potencias
y sentidos en quien por algún modo fuese mi bienhechor." Gl\
37. No es extraño que en virtud de esta continua labor des-
tructora de Suárez de Figueroa llegara Torres Rámila a conven-
cerse por su palabra de que alcanzaría pronto fama y gloria ha-
ciendo la más cruda guerra al Fénix de los Ingenios, al poeta
tan amado del público, y también a sus amigos y admiradores
más exaltados. Y al punto, ni corto ni perezoso, tomó la plu-
ma y lanzó unas violentas sátiras contra Lope de Vega, Elisio

61 Véase el Apéndice, versos 151, 152, 430 y 431.


6a Véase el Apéndice, versos 151 y sigts.
63 Véase el capítulo VI.
64 Véase el capítulo VI, núms. 30, 62, etc.
65 Varias noticias importantes a la humana comunicación. Madrid, 1621,
fol. 213. Conociendo la dureza de carácter y la inmutabilidad psicológica del
desdichado Doctor, no puede por menos de conmover este lamento desesperado
de su alma cuando contemplaba el fracaso de su vida con la transparencia de
lo irremediable.

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84 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

66 6T
de Medinilla , Francisco López de Aguilar y Simón Chau-
, i - 4

66 Véase la Introducción, nota 102.


67 Su nombre entero era Francisco López de Aguilar Cautiño, según
lo transcriben Alvarez Baena (Hijos de Madrid, II, 186) y don Juan Agustín
López Morón, en su Noticia histórica de todos los señores individuos que
han compuesto la... Congregación del Apóstol San Pedro, de presbíteros secu-
lares naturales de Madrid desde su fundación hasta fin del 'año de 1808.
(Ms. inédito en el Archivo de la citada Congregación, tomo I, fol. 209). Pero
no Coutiño, como reprodujo La Barrera (Ob. cit., pág. 303, nota), ignoro
por qué causa. Sus padres fueron don Asensio López, abogado de los Con-
sejos de Su Majestad y famosísimo jurisconsulto, citado entre los más nota-
bles de su tiempo por Suárez de Figueroa (Plaza Universal, fol. S7)> y doña
Francisca de Aguilar. No una doña Francisca de Tobar y Montalbán, que
dijo Alvarez Baena y repitió La Barrera {Obras y lugares citados). El ver-
dadero nombre de la madre de Aguilar lo descubrió López Morón (Oí?, y
lugar cits.), y se ha corroborado con nuevas aportaciones del ilustre Pérez
Pastor (Bibliografía Madrileña, III, 416). Nació don Francisco en Madrid,
a finales del siglo xvi. Su madre hizo testamento en 14 de diciembre de i5&3>
ante Alonso Bautista Pérez Durango, y es de suponer que moriría en esa fe-
cha o poco después. De los primeros años de la vida de López de Aguilar
nada se sabe. Seguramente los pasaría en Alcalá o Salamanca, dedicado al
estudio, como hizo el resto de su vida, empleada casi por entero en trabajos
literarios. En 3 de enero de 1607 cedió al monasterio de San Jerónimo el
Real de Madrid el cobro de un juro para pagar cierta memoria dejada allí
por su padre.
Fué muy amigo de Lope de Vega, que le dedicó su comedia La Villana de
Getafe (Parte XIV, Madrid, 1620) y varias composiciones, y pensó dirigirle
también La Filomena, elogiándole así en el Laurel de Apolo (Silva VIL Edi-
ción Bibl. Aut., Bsp., tomo XXXVIII, pág. 312):

"Y si tienes deseo


De ver un grande y virtuoso empleo,
Que puede enriquecerte,
En don Francisco de Aguilar advierte
Tan varia erudición, tan grave estudio;
Porque dando libelo de repudio
A cuantas ocasiones
Divierten a los ínclitos varones,
En su rico museo,
Hermoso laberinto del deseo,
Sobre los libros yace
Desde que el fénix sol muriendo nace,
Pintando con solícito cuidado
L a historia del pirámide sagrado."

López de Aguilar, por su parte, contribuyó a la fama de Lope cuanto se


revela en esta guerra, y fué su continuo panegirista con Juan de Pina y
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 85

otros. A esta íntima amistad del Fénix y don Francisco alude malévolamen-
te tm soneto de Góngora (Ed. Foukhé-Delbosc, III, 15)-

"Si os faltase la casa de los locos


No os faltará \Aguilar, a cuyo canto
Salta Pan, Venus baila. Baco entona.
El se aprovechará de \aiestros cocos,
De su rabazo vos, que es todo cuanto
Se pueden dar un galgo y una mona."

También tuvo López de Aguilar gran amistad con don Francisco de


Quevedo (Alvarez Baena y López Moran: Obras y lugs. cits.) y con Ta-
mayo de Vargas, a quien facilitó versos de Garcilaso para la edición que
hizo de las obras del poeta toledano en 1622 (Pérez Pastor: Ob. cit,
III, 90) y fray Lucas de Montoya, en cuya Crónica General de la Orden
de los Menores de S. Francisco de Paula, su fundador (Madrid, 1619)
figuran versos latinos suyos.
De los versos del Laurel de Apolo, dedicados a López de Aguilar, vino
a deducir Alvarez Baena (Ob. y lug. cits.), y con él quienes le siguieron,
que tuvo aquél una rica colección de "libros, medallas y otras curiosida-
des", por tomar erróneamente la palabra museo en su acepción moderna y
no en la verdadera de la época: miuseo: 'lugar visitado por las musas',
es decir, el 'aposento de trabajo de un escritor' (*), con que allí se emplea.
Biblioteca sí que tuvo, y buena. Hay una obligación suya de 26 de
enero de 1611 comprometiéndose a pagar a Guillermo Bichou, mercader de
libros francés, 360 reales como resto del precio de unos libros que le ha-
bía comprado anteriormente, y en 16 de septiembre de 1620 vendió dos
partes de su biblioteca a Pedro Pablo Borgia, librero residente en Ma-
drid, en 2.600 y 3.300 reales, respectivamente.
Estuvo casado con doña Ana Espinóla, la cual, en 4 de noviembre de
1624, otorgó poder a su madre doña Francisca de Paz para cobrar todo
lo que le correspondía de su herencia paterna. Si hemos de creer lo que
se dice en la sátira publicada más adelante en este trabajo, López de Agui-
lar la maltrataba, como a todos los de la casa, y ella no le guardaba la fi-
delidad conyugal debida, tal vez a causa de no ser su marido apto física-
mente para el matrimonio. También parece deducirse de dicha composición,
en que se le trata a don Francisco de maldiciente, que eran pasteleros él
y los suyos.
Habiendo enviudado López de Aguilar en fecha que se ignora, í=e
ordenó de sacerdote, y en 22 de septiembre de 1634 solicitó entrar en la ve-
nerable Congregación del Apóstol San Pedro, de sacerdotes naturales de
Madrid, y juró en 2 de octubre de 1634. En 1637 I U ¿ elegido secretario
de gobierno y consiliario de la dicha Congregación, y en 20 de septiembre
del mismo año solicitó asimismo el hábito de la Venerable Orden Tercera
de San Francisco. Por entonces vivía en l a calle de la Sartén (hoy Navas

(*) Véase Millé y Giménez, Estudio?, pág. 1S7, nota 13.


86 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

vel os —a quien debió de conocer casualmente por entonces—,


insultándoles en ellos tan groseramente G0, que se ganó la ene-
mistad general, y tuvo que retraerse en Alcalá de Henares.
38. Tanto la sátira dirigida a Lope de Vega como las de-
dicadas a Medinilla y a Chauvel, se han perdido; pero existe
una sátira inédita, que se ha venido atribuyendo a Quevedo, por
constar así en la única capia que de ella se conserva ™, y pu-
diera ser muy verosímilmente la de Torres Rámila a don Fran-
cisco López de. Aguilar 71.

de Tolosa), en casas propias. Profesó, sin embargo, en 19 de abril de 1639,


y se le eligió "Discreto Eclesiástico" o consejero de su junta en 1647. Fué
caballero de la Orden de San Juan de Jerusalén, como Lope de Vega, y
murió en Madrid el día 6 de julio de 1665, celebrándose sus honras fúne-
bres el 11 del mismo mes en la parroquia de San Pedro el Real, a costa de
la Congregación de sacerdotes naturales de Madrid.
Descolló López de Aguilar extraordinariamente en los estudios huma-
nísticos, según probó en diversas ocasiones, y conocía a la perfección la-
tín, griego y hebreo, historias sagrada y profana y literaturas clásicas.
Además de las obras suyas, que se indicarán a lo largo de este trabajo, dejó
inéditas las siguientes, cuyos manuscritos me ha sido imposible determinar
si existen actualmente: una traducción de la Pericgesis de Pausanias, que en
opinión del maestro Menéndez y Pelayo debió de conocer Lope de Vega
antes de escribir su comedia Las mujeres sin hombres (Estudios sobre el
teatro de Lope de Vega, ed. Bonilla, tomo II, pág. 163); Los amores de.
Ismenc; El Cardenal Paleólo de las Imágenes; Vida de Augusto César; Com-
pendio de Historia Universal del Mundo, y El Juicio de París.
. El Fénix le dedicó además estos versos en La Filomena:

"De don Francisco López 110 consiente


Mi amor más alabanza que ser mío,
Porque en el alma retratarle intente."

68 Véase el Capítulo IV, nota 5-


69 Véase el Capítulo VI, núm. 30.
70 En el códice 142 de la Biblioteca Menéndez y Pelayo, de Santander,
fol. 42 r. Se titula "Don Francisco de Quevedo a Don Francisco López de
Aguilar." (Véase Artigas: Catálogo de los manuscritos de la Biblioteca Me-
néndez y Pelayo, Santander, s. a., pág. 217, y el grabado núm. 3, donde se
reproduce el manuscrito.)
71 La atribución que se hace de la sátira parece, desde luego, totalmente
infundada, aun cuando sea del siglo XVII. Ni el estilo ni la falta de verda-
dero sentido satírico es digno en ningún caso del genial autor de El Buscón.
No es suficiente que en el único manuscrito que existe —no autógrafo de
Quevedo—• se le atribuya, pues hay infinitos ejemplos, bien" conocidos, de
adjudicar a don Francisco de forma idéntica poesías indudables como de
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 87

otros autores. Tal era la fama de satírico que tenía. Tampoco habría más
prueba que ésta de su enemistad con López de Aguilar, y, en cambio, abun-
dan las indudables de que en toda ocasión fueron muy amigos, como dedica-
dos a análogos estudios humanísticos, hasta el punto de que López de Agui-
lar estuvo del lado de Quevedo y contra MorovelH de Puebla cuando las lu-
chas por el Patronato de Santiago. (Véase además La Barrera: Ob. cit-, pá-
gina 303.)
No conociéndose más que una poesía castellana indudable de Torres Rá-
nula, y, por añadidura, de asunto y estilo totalmente distinto, es difícil pre-
cisar la similitud de ésta y la sátira aludida; pero la referencia final relacio-
nando a Lope de Vega con la cuestión y señalando la intervención simultánea
de Suárez de Figueroa, me parece más que suficiente para sospechar que To-
rres fué el autor de tan violenta diatriba.
No consta que atacaran a López de Agüilar en sátiras más que el autor
de la Spongia —según estos nuevos datos— y el escritor sevillano don Fran-
cisco MorovelH de Puebla, porque tan vil y orgulloso individuo, que nada
tenía que envidiar al autor de El Pasagero, en el folleto contra Mártir Rizo,
donde "responde a algunas impugnaciones hechas a la muy noble y muy
leal ciudad de Sevilla, siempre cabeza de España", amenaza con hacerlo a
la mayor brevedad:
"De suerte que Juan Pablo [Mártir Rizo] no supo citar el lugar que le
convenía; pero a este autor, al maestro Gil González Dávila y a su amigo
Lope de Vega y a don Francisco de Aguilar, que ya sé que escribió contra
mí, yo les diré presto con agudeza y elegancia lo que ellos son."
Pero no hay prueba de que el modesto MorovelH llegara a cumplir
su palabra, ni la sátira ésta —cuyo manuscrito tampoco es autógrafo del es-
critor sevillano, ni está atribuida a él— parece de época posterior a 1629,
fecha en que se imprimió el citado folleto (Véase Rodríguez Marín: Pedro
Espinosa, Madrid, 1907, pág. 291), sino muy anterior, puesto que era de ac-
tualidad entonces un villancico de Figueroa contra López de Aguilar, escrito,
sin duda, hacia 1616, cuando se hacían populares los ataques dirigidos a los
amigos del Fénix por el malvado doctor, que ya luego se apartó de las letras
y se volvió a Italia (*), ni se alude en la sátira, como hubiera sido natu-
ral, a ninguna cuestión de la ciudad de Sevilla,- y, en -cambio, se citan cosas
de la vida de López de Aguilar en Madrid que era difícil supiera, quien no
viviese aquí, como vivió Torres Rámila durante mucho tiempo (**). Por
todo lo dicho creo que no puede atribuirse esta sátira a MorovelH, y lo más
probable es que sea de Torres Rámila, como dije. En fin, hasta la burla que
se hace en la primera cuarteta del nombre de Francisco no parece que pue-
da ser del citado MorovelH ni de Quevedo, que se llamaban así.

(*) Véase el capítulo VI, núm. 109.


(**) Véase el capítulo VI.
88 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS V PENA

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3. Sátira contra López de Aguilar.

39 "Al honrado don Francisco,


con su López de Aguilar,
el don le pueden rapar,
y el fran y dejalle el cisco.
Que a marido tan soez
y tan encendida casta
el cisco sólo le basta ;
y no abrevie más lo pez.

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LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 89

Que lo pez y lo resina


no es López ni es Aguilar "¡"2,
y en pasteles el solar
no es nobleza, sino harina.
i Qué notas tan absolutas
hace el picaro hojaldrado!
Es hombre que simepre ha estado
casado con sus disputas.
Alcanga letras solenes
y gasta pocas palabras
que ha sido padre de cabras
y es hoy paladín de bienes.
Y aunque tiene muy crueles
costumbres dentro de casa,
es hombre de buena masa,
escogida en sus pasteles.
Más le debemos que al Cid,
pues que a su ejemplo en su tierra
higo amigos de la guerra
a cuantos hubo en Madrid.
Tiene su mujer doncel .
¿ Y a que pasó tal estrago
sino al señor de Cornago ? ;
al señor Cornago en él.
Las literales barucas 7S ,
no sé por qué le provocan,
que libros sólo le tocan
por el atril de San Lucas 74.
Y si Lopillo no loa
estos versos que le aplico,
yo imprimiré el villancico
que os compuso Figueroa." 75

72 Se juega aquí equívocamente con los apellidos del satirizado y las


palabras cisco, pez y resina, que parecen aludir a quemas inquisitoriales, y
parece que se remata más el pensamiento aludiendo a "encendida casta", si
es que tiene el sentido que sospecho: que algún antepasado suyo fuera que-
mado por el Santo Oficio.
73 Esta palabra no figura en Covarrubias; pero baruca significa el en-
redo o añagaza que se emplea para impedir la realización de alguna cosa.
Alude a las discusiones literarias.
74 Con recordar que el toro es el animal con que siempre se represen-
ta a San Lucas evangelista, y tener en cuenta otras indirectas análogas de la
sátira, se comprenderá que ésta alude sangrientamente a la poca fortuna de
López de Aguilar en su matrimonio, según el autor de estos versos.
75 Creo inútil decir que este villancico de Suárez de Figueroa contra
López de Aguilar, que tanto podría aportar al conocimiento de este personaje
y a las intervenciones de ambos escritores en la guerra de que estoy tratan-
do, se ha perdido, y además no hay de él otra noticia que ésta.
90 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

40. Todo lo dicho revela claramente la situación de Torres


Rámila respecto de los más notables intelectuales madrileños
y toledanos del siglo x v n , y la forma en que se indispuso con
algunos de ellos a causa de la influencia que sobre él ejercía Suá-
rez de Figueroa, y también por su propia vanidad y por su ca-
rácter atrabiliario-y envidioso; pero confirma lo dicho la espe-
cial intervención del doctor y del gramático de Alcalá junto al
grupo enemigo de Lope por antonomasia: el gongorino 76, en
un acontecimiento de gran interés, cuya importancia para el

76 Adviértase, sin embargo, que no unió a Torres Rámila y a Suárez de


Figueroa con Góngora y los suyos más que el odio al Fénix. Unos y otros par-
ticipaban de distintas tendencias, y los preceptistas aristotélicos atacaban por
su parte a los culteranos, aunque condescendieran más con ellos, ya que
no se apartaban tanto de la retórica renacentista.
Creo interesante señalar las buenas relaciones que tenía Góngora poco an-
tes de esta fecha -con Baltasar Elisio de Medínilla y don Tomás Tamayo de
Vargas, Juego enemigos decididos de Torres Rámila y Suárez de Figueroa
(Véase el capítulo VI), y suyos también cuando ya se instaló en la Corte
el .poeta cordobés y descubrió sus tendencias contra Lape. Escribe Góngora
desde Córdoba a una ipersona de Madrid que no índica, con fecha 4 de
septiembre de 1614 (*) :

(*) Góngora: Obras poéticas. Ed. Foulché-Delbosc, tomo III, pág. 279.
La carta tiene fecha de 1624 en la edición citada, por figurar así en la ante-
rior de Linares García: Cartas y poesías de D. Luis de Góngora y Argote,
Granada, 1892; pero el señor Serrano y Sanz, en su interesante estudio
Pedro de Valencia (Rev. Arch. Bibl. y Museos, tomo III (1899), pági-
na 406), opina, con razón, que la fecha debe de ser 1614, porque cita "viviendo
á Medinilla y otros personajes que no vivían ya en 1624, y el error de leer
una cifra por otra se da en Linares alguna vez más (Cfr. Ed. Foulche,
tomo III, págs. 226 y 228). Y confirma esto más que precisamente hay una
carta de Góngora a Tamayo de Vargas de 18 de junio de 1614 (Ed. cit,
pág. 159), lo cual indica que en esta fecha sostenían correspondencia.
"Envióle a vuestra merced dos cartas: una de don Tomás de Vargas;
otra de Baltasar de Medinilla, grande amigo ha tiempo de Lope de Vega,
ingenio toledano que, si cumple lo que promete por su carta, será digno de
toda estimación. Yo le he respondido pidiéndole el Alt con del señor Mescua
[el poema de Acleon y Diana, de Antonio Mira de Amescua], que verá vues-
tra merced en llegando."
Además ha de observarse que en ninguna de las cartas de Góngora, co-
rrespondientes al período de la guerra de Lope de Vega y los preceptistas
aristotélicos, hay la menor alusión a esta cuestión, a pesar de que, como se
sabe, relata allí cuantos sucesos se refieren a él, por nimios que sean.
LOPE Di; VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 91

estudio de la evolución del culteranismo ha señalado el señor


Millé y Giménez con aguda perspicacia 7T.
41. Me refiero al certamen poético celebrado en Toledo, en
octubre de 1616, para conmemorar la inauguración de la capilla
de Nuestra Señora del Sagrario, de la Catedral Primada, cuyo
acontecimiento se detalla y describe cuidadosamente en un raro
libro de Pedro de Herrera 78, lleno de noticias interesantísimas
para la historia literaria de aquel tiempo.

77 Véase su bien documentado trabajo: El "Papel de la nueva poesía"


{Lope, Góngora y los orígenes del culteranismo), en Estudios de Literatura
española. La Plata, 1928 (pág. 19'S).
Claro es que satisficieron más tarde Lope y los suyos el despecho que
esto les causara con los dos certámenes en honor de San Isidro en 1620
y 1622, en Madrid, que fueron, sin duda, como la oposición al de Toledo.
78 Descripción j de la capilla de I N. a S. a del I Sagrario, que erigió en
la Sta. Iglesia de ] Toledo el Illmo. Sr. Cardenal D. Bernardo de Sandoval y
Rojas, I Arcobpo. de Toledo, Primado de las Españas, Chanciller Mayor |
de Castilla, Inquisidor General, y del Coris.o de Esta 0 del Rey D.- Fel.° 3
N. S. Y. Rel.on de la antigüedad de la Sta. Imagen: con las fiestas de
su traslación, j Al Exino. Sor. D. Francisco Gómez de Sando i ual y Ro-
jas, Grande antiguo de Castilla, Duque de Lerma y Cea, Marques [ de De-
nia y Villamigar, Códe de Ampudia, Capitán general de la gente [ de guerra
de España, Comendador Mayor de Cast." Sumiller de Corps, | Cauallerico
Ma.<>r de su Md. y de su Cons« de Esta.o Ayo, y Mayor 1 domo M.° r del
Príncipe N. S. | Por el Licdo. Pedro de Herrera.
Lo transcrito dentro de un óvalo apaisado. El resto de la portada graba-
do [en el ángulo inferior izquierdo la firma P. P. F. 1617]. En la parte
superior la imagen de la Virgen del Sagrario con la inscripción a los lados:
"Verdadero retrato | de Nra. Sra. del Sagrario." En la parte inferior el es-
cudo del duque de Lerma, y a los lados: "En Madrid, en Casa | de Luis Sán-
chez. 1617.
Un vol. en 4.0 marquilla. Portada (reverso en blanco); 4 h. sin num. de
Prels.; 9S folios de exto; 126 folios de "Sermones que se predicaron...;
28 folios de Sermones de la gloriosa asumpción de nuestra Señora..." (el fo-
lio 28 vto. en b . ) ; 141 folios de Certamen poético y 1 fol. de Colofón (el
reverso en b.). Contiene: Preliminares: Suma del Privilegio al Ldo. Pedro
de Herrera para reimprimir y vender el libro "por tiempo de diez años".
Despachado por Hernando de Vallejo, escribano de Cámara, y refrendado
por Pedro de Contreras, secretario de su Majestad. Julio, 1617; Tassa dada
por Hernando de Vallejo, siendo "cada pliego del dicho libro a quatro ma-
ravedís : el qual tiene cien pliegos, que al dicho precio monta cada volumen
quatrocientos maravedís en papel." Madrid, 7 junio 1617; Erratas en la
relación, en los sermones, en las Poesías, y certificado de que el libro corres-
ponde con su original por el Ldo. Murcia de la Llana: Madrid, 2$ junio 1617;
Aprovación de M. L'orenco de Aponte de los Clérigos Menores. Madrid.
1 marzo 1617; Aprovación del Ldo. Alonso de Illescas. Madrid, 13 marzo
92 JOAQUÍN DE EXTRAMBASAGUAS Y PEÑA

42. Se organizó bajo la alta protección del cardenal Sando-


val y Rojas, que hizo construir la capilla 79, publicándose en el
palacio arzobispal de Toledo y "en Madrid en sus casas [del
Cardenal]" 80 con un cartel de fray Hortensio Félix Paravi-
cino 81, que, capitanean-do a los partidarios de Góngora, preparó
aquella justa poética para lucimiento del gran lírico cordobés 82 .

1617; Aprovación del Obispo de Valladolid [que lo era entonces don Fran-
cisco Sobrino (*)]. Madrid, 10 marzo 1617; "Al Duque Marques de Denia",
dedicatoria del Lelo. Pedro de Herrera y Al Lector; Texto; " >%< Sermones
que se predicaron en la Santa Iglesia de Toledo, en los nueve d'ías de la so-
lenidad de la, translación y colocación de la santa Imagen de nuestra Señora
del Sagrario en la Capilla que fabricó el Ilustrísimo señor Don Bernardo-
de Sandoval y Rojas, Cardenal de la santa Iglesia de Roma, del título de
santa Anastasia; Arzobispo de Toledo, Primado de las Españas, Chanciller
mayor de Castilla, Inquisidor general y del Consejo de Estado de la Magestad
Católica del Rey Don Felipe III, nuestro señor, &c.; Sermón de la gloriosa
assvmption de nuestra Señora, que predicó el P. Gerónymo de Florencia,
Religioso de la Compañía de Jesvs, y Predicador de su Magestad, el vltimo
día del novenario que Hizo el Ilustrissimo Cardenal de Toledo D. Bernardo
de Sandoual y Rojas, a la dedicación del Sagrario de la santa Iglesia; 1 pá-
gina en b , ; Certamen Poético y Colofón: En Madrid, | Por Luis Sánchez, j
— I Año M. DC. XVII. (reverso en b.).
Cejador cita en su Historia de la Lengua y Literatura castellana (tomo IV,
Madrid, 1916, pág. 238) una Relación de las fiestas que hizo el doctor Euge-
nio de Narbona en la traslación de la Sacra Santa Imagen de N. S. del Sa-
grario. Toledo, 1616, "con el certamen poético" ; pero no he lorgado dar con
un ejemplar ni tampoco la hallo inserta en La Imprenta en Toledo (Madrid,
1887) de Pérez Pastor, aun cuando la utilizó Fernández Guerra en su obra
Don Juan Ruis de Alar con. Madrid, 1871 (págs. 495 y sigts.).
79 La gran figura de este interesantísimo personaje, verdadero cardenal
renacentista, ha sido estudiada de modo tan magistral como definitivo por don
Rafael Laínez Alcalá en su tesis doctoral, que pronto verá la luz.
So Herrera: Ob. cit., fol. 1.
81 No le reproduce Herrera por considerarle harto difundido entonce-?;
pero es el caso que actualmente no se conoce un ejemplar. Por él hubiera
podido verse el carácter singular que se dio al certamen, seguramente.
82 Sabido es que Góngora triunfó con sus afiligranadas octavas Al fa-
vor que San Ildefonso recibid de Nuestra Señora (Herrera, Ob. cit., fol. 40
vto.), y que Lope escribió por aquella fecha una comedia sobre el mismo
asunto, titulada El Capellán de la Virgen, San Ildefonso, donde insertó un
malintencionado soneto, burlándose de las valientes transposiciones y de los
nuevos latinismos introducidos por el autor de Polifemo en su composición
(Millé Giménez : Ob. cit., págs. 196 y sigts,).

(*) Véase La Fuente: Historia Eclesiástica de España. Tomo V. Ma-


drid, 1874 (pág. 532).
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 93

43. No concurrieron por ello ni Lope de Vega ni sus ami-


gos íntimos 8 3 ; pero sí, en cambio, Cristóbal Suárez de Figue-
roa y Pedro de Torres Rámik, junto con otros dos enemigos del
Fénix, de menor cuantía: Cristóbal de Mesa y don Esteban Ma-
nuel de Villegas 84.
44. Ninguno de ellos obtuvo premio; si bien es verdad que
se adjudicaron con poca equidad, según parece 85, y si publicó el
citado Pedro de Herrera las poesías que presentaron, fué por
suerte, y no por el mérito que pudieran tener 86 .
45. Véase a continuación la poesía presentada por Suárez
de Figueroa 8T, no reimpresa hasta el presente. Se refiere a una

S3 Véase Mulé Giménez: Ob. cif,. (pág. 195).


No obstante ser cierto esto, concurrieron de los afectos de Lope de
Vega, el maestro José de Valdivielso, que actuó además como secretario (He-
rrera : Ob. cit., fol. 20 vto.), obligado por su cargo de capellán mozárabe, y
el maestro Vicente Espinel {Id., fol. 118), cuyo prestigio de poeta latino no
podía sustraerse de un acto de esta clase: don Jusepe González de Salas
{Id., fol. 95), el maestro Vicente Maríner {Id., fol. 119 vto.), el doctor Peña
Castellanos {Id., fol. 120 vto.), el licenciado Francisco Gutiérrez {Id., fol. 122
vuelto) y el licenciado Luis Tribaldos de Toledo {Id., fol. 125 vto.), entonces
neutrales todavía.
También concurrieron don Juan de Jáuregui {Id., fol. 37 vto.) y don Luis
Ramírez de AreJlano, cuyas relaciones con el Fénix entonces no están bien
definidas.
No asistieron, por el contrario, ni Baltasar Elisio de Medinilla, ni Tomás
Tamayo de Vargas, a pesar de ser toledanos y aficionados a certámenes poé-
ticos ; ni Juan de Pifia ni otros partidarios de Lope de Vega, aunque solíau
presentarse a esta clase de fiestas literarias.
84 Presentaron, respectivamente, octavas, soneto y tercetos (Herrera:
Ob. cit., fols. 42 vto., 96 vto., y 111) y dos epigramas (fols. 118 y 120 vto.),
cuyos primeros versos son, en el orden que los he citado: "Desde el Reyno
inmortal del Rey eterno", "La máquina que da sublime altura" y "Si no te
dan las alabancas dignas" ; "Lucida quae ín fulvo radiant hic sydera cam-
po" "Singula si longe super vaga sydera terram".
85 Dedúcese de este párrafo de la aludida obra de Pedro de Herrera
•(fol. 20 vto.):
"El concurso de poesías fué tan grande y tan apremiado el tiempo de exa-
minarlos, que muchas no tuvieron lugar de ser vistas, y otras se premiaron
por congruencias a que no pudo perderse respeto."
86 Cfr. Herrera: Ob. cit, fol. 20 vto.
87 Herrera: Ob. cit., fol. 76. El tema para esta composición era:
"Un romance de veinte redondillas, en que bizarramente se refiriese la apa-
rición milagrosa de Santa Leocadia, desde las alabanzas de San Ilde-
fonso al cuchillo de Recesvinto, con que el Santo la cortó parte del velo que

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94 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PENA

bella y popular leyenda toledana ss , y es una de las mejores, se-


guramente, que salieron de la pluma del célebre doctor:
46. Ildefonso, los acentos
con que ensalzas la pureza
de la que es más que la aurora
luciente, candida y bella,
veloces, bien que suaves,
penetraron las esferas
hasta llegar a los tres,
única Deidad eterna.
Y aunque el divino pincel
en la soberana idea,
antes de criarla en tiempo,
meditó sus excelencias.
Aunque vistió resplandores,
galas de esposa y de sierva,
antes de verse distintos
fuego, aire, a g u a y tierra.
Aunque rindan a sus pies
los ángeles las cabezas
y la solemnice cuanto
mira el sol y el m a r rodea,
estima que en su favor
hagas t u s palabras flechas
contra pechos fementidos,
contra sacrilegas lenguas.
¡ O cuánto al discurso agravian,
cuánto ignoran, cuánto yerran
los que en exceso de luz
quieren suponer tinieblas!
Vibra tu pluma su honor,
remitiendo su defensa

había en la cabeza." El premio eran "joyas y otras preseas" en cada caso,


{Id., fols. 1 y 2.)
88 Según la tradición, el Arzobispo de Toledo San Ildefonso, que t a n t o
se distinguió por su defensa del dogma de la Inmaculada Concepción, fué
recompensado a causa de ello por el cielo, con que estando en la iglesia de
la Vega en unión del Rey godo Recesvinto y su corte para celebrar la fies-
ta de S a n t a Leocadia, patrona de Toledo, enterrada allí, surgiera ésta de su
sepulcro para felicitar al prelado por su amor a la Virgen, y el Monarca-
con su cuchillo cortó un trozo del velo que llevaba la S a n t a para conservar
un recuerdo de tan prodigioso hecho. Quizás la obra artística más notable
en que se representa el milagro citado sea u n magnífico cuadro del pintor
murciano del siglo x v n Pedro de Orrente, conservado en la Catedral de T o -
ledo. T r a t o de esto con la extensión debida en mi estudio El pintor Pedro de
Orrcntc, próximo a publicarse.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 95
más qtie a fulminantes rayos,
a sus nervios y a sus fuerzas.
Y así, más que armas celestes,
tus vivas razones dejan
opresos los alvedríos,
convencidas las potencias.
Que de intentos depravados
y de sofísticos temas
más alta vitoria alcanzan
celo pío y docta ciencia.
Con tu amparo la verdad
triunfa de la horrible fiera,
que corrida, cuanto falsa,
huye a sus hondas cavernas.
O valeroso caudillo,
cuan digna ocasión es ésta
para lucir con tu ingenio,
para ostentar con tus letras;
pues si los coros alados
(firmes del Empíreo estrellas)
fueran capaces de afectos,
envidiosos los tuvieras,
que excede a la mayor dicha
tener por cliente Aquella
que es abogada de todos,
que a todos gracias impetra.
Tus fatigas, tus desvelos,
fuertes héroes desta empresa,
de tu corona inmortal
serán refulgentes piedras.
Mas cuando vuele tu alma
por las regiones etéreas,
¡ qué aplausos se le previenen !,
¡ qué parabienes la esperan ! :
Entre el gozo del Señor
cantarán voces diversas
el domador de los monstruos,
el defensor de la Reina.
Esto, Leocadia gloriosa,
formaba en público apenas,
cuando devoto Ildefonso
adonde la ve se acerca.
Al velo que como sol
ciñe la sacra doncella
de Recisundo el cuchillo
aplica con pronta diestra.
Parte del osado usurpa,
y con tan preciosa prenda,
96 JOAQUÍN DE EXTRAMBASAGUAS Y PEÑA

tan rica cuanto feliz


quedó la Imperial Iglesia.

47. Pedro de Torres Rámila fué menos discreto, y envió al


certamen varias muestras de sus medianísimas dotes de poeta
castellano y latino, que reproduzco aquí por curiosidad y por ser
las únicas obras indudables del detractor de Lope de Vega.
48. Vaya en primer lugar el siguiente soneto 89, que con
razón le parecía a La Barrera "insípido y culto", pues su ma-
yor defecto es la excesiva lima que revela, no bastante, sin
embargo, para suavizar muchos de sus tópicos poéticos, cuya
profusión inútil acabó por echar a tierra la escuela de Góngora.
49 Quien las ardientes lumbres de la esfera
al blanco escudo trasladó valiente,
y el pardo leño con que osadamente
frenó de Libia la invasión primera.
Cuando capaz el O rite apenas era
para que triunfos a su nombre ostente,
breve de tierra espacio, blandamente
sella por prendas de la acción postrera.
Fuerza del tiempo sí, mas no vitoria,
que animando Bernardo generoso
está al cadáver, funeral memoria.
Tanta proeza inscribe en su reposo,
y en sombras libra deste horror historia,
que entre ofensas le aclama vitorioso.

50. Pero aún indican mayor vulgaridad los versos en latín


que tuvo la desenvoltura de presentar a un certamen como el
aludido, donde concurrían los extraordinarios poetas latinos Es-
pinel y Tribaldos de Toledo, entre otros. He aquí estas pobrísí-
mas composiciones, verdaderos ejemplos de frío ejercicio retó-
rico 9 0 :
5. Epigramas.
Arma patri fratri Remum hic Bernarde reponis
Pertica adest alii, qui tibí rubra Chlamys?
Hic Rojas stirpem generosa et pignora Sandi,
89 Herrera: Ob. cit.. fol. 99' vto. El tema dado por el jurado fué:
"Un soneto con muestras de estimación y tristeza atando la majestad del
edificio a un epitafio debido a los huesos de los padres y hermanos del Car-
denal, que ya están en las urnas." (Ed., fol. 1.) Más adelante puede verse la
forma extraña y vaga que tuvo de interpretarlo Torres Rámila. El premio
era semejante al del romance. (Véase la nota 87 de este capítulo.)
90 Herrera: Ob. cit., fols. 117 vto., 118 vto. y 121 vto. Los temas dados
fueron:
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 97

Bernardi proceres molliter urna tegit.


Quinqué; trabem Tyrio decorans siraul astra galero,
Hos sumptus ciñeres, hoc opus artis ope.
Ut sint arma Patri, remus, quem condidit unda,
Pertica, quem Lybies, sit Sibi rubra Chlamys.

Hac condit ciñeres Bemardus mole parentum,


Extrahat ut túmulo, quos Libytína dedit.

52. Versos heroicos,


Fert animus templum cantu celebrare Toleti,
Augustum superans orbis miracula septem:
Adsis, Diva, precor, coelesti invecta Cubili.
Pangere te Hemonia valeam inspirante Camena.
Urbe igitur media surgit miranda per auras,
Ex lapide haec rigido moles operossa Tonantis:
Ostentans regale decus, fulvumque metallum;
Sculta manu Fidiae; quae tándem viva putares;
Quo simulacra Deum fulgent interlita passim,
Invida ni linguae sonitum natura negaret,
Ne sibi dandi vocem esset sublata potestas:
Tanta mortales decorarunt arte figuras.
Ferratae obsistunt studente in cardine valvae,
(Quas dicunt veniae) domus interiora patescunt
Hinc súbito; et validus fornix asíante columna.
Indicat invicti Cisneros dextra sacellum,
Laeva aliud, quó signa pedum pia Virgo reliquit,
Dum lllephonse, tuos exornat vestibus artus;
Quod posuit nítido Bernardus cinxit et aere;
Hinc chorus ingenuis praestat subsellia tantum,
Ara simul, quá sacra facit, tenditque Sacerdos,
Hostiam et auratum calicem pro vértice Christi.
Cui Gazis inseruit Arabs, et thure Sabeus.
Ingentes alias celias Regumque Ducumque
Inscius obtutu, perlustrat utrinque viator
Nomina pastorum paries protendit in auro
Ordine sculta suo, Divae sacraria subter;
Cui dedit amplexus, Christum quae gessit In alvo;
Mole superba domus, Dominique superbior ipsa
Cum sileat Memphis, magni tumulusque Philippi.

"Un epigrama latino, que no excediese de tres dísticos ni mereciese menos


por limitarse en uno para servir de inscripción a las urnas" (Ed., fol. i)
y "Treinta versos heroicos con imitación de los antiguos, describiendo la
iglesia de Toledo, acompañados de alabanzas della." (Id., id.) Para los
premios véase la nota 87 de este capítulo.

7
98 JOAQUÍN DE ENTRAMBÁSAGUAS Y PENA

53. Con respecto a los escuálidos versos de Torres Rámila


que anteceden, comentaba La Barrera muy benévolamente 9 1 :
54. "Con perdón del Fénix y de la cacofonía del patri fra-
92
tri , no me parecen inelegantes los versos latinos de Torres Rá-
mila."
55. Pero aun dispensando éstos y algunas cosas más, como,
por ejemplo, lo trasnochado de la mayoría de los pensamientos
y las imágenes, basta leer. los pomposos Versos heroicos para
dar en seguida la razón a Lope de Vega, que por cuestión de riva-
lidades literarias nada hubiera tenido que temer de él, aunque no
hubiera estado retraído, el Maestro, como estaba, en las aulas de
la Universidad Complutense.
56. No obstante, por la influencia y los consejos de Suárez
de Figueroa vino a convertirse Torres Rámila en uno de los peo-
res enemigos del! Fénix. Había que concluir de una vez con la pre-
ponderancia de éste, y el medio que se les ocurrió —al doctor
indudablemente— fué la elaboración de la Spongia, que, publi-
cada por el vanidoso Torres Rámila con presunción de latinista y
retórico clásico, y- deseo latente de alcanzar celebridad, dio co-
mienzo a la guerra.

91 Ob. cit., pág. 301, nota.


92 Alude al primer verso del primero de los Epigramas,

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CAPITULO II

LA "SPONGIA".

Extraña desaparición de la obra, y su carácter. Intervención en


ella de Suárez de Figueroa. La traducción de la ''Poética" de
Aristóteles por Mártir Riso. Datos existentes y nuevos acerca
del lugar de impresión y del contenido probable de la "Spon-
gia". Sus alusiones. Sus ataques a González de Salas, al pa-
dre Luis de la Cerda, a Tribaldos de Toledo, a Pérez de He-
rrera y a Mariana, y respuesta de éste.

I. A causa de no conservarse ningún ejemplar de la Spon-


gia 1, cuya edición fué destruida, con perseverancia y rapidez
realmente únicas 2, por los admiradores y partidarios de Lope

i Spongia (del griego onoffía) en latín —aun cuando también tenía otros
significados—, era, por antonomasia, la esponja empleada para borrar o lim-
piar, cuya acción se expresaba también con el verbo posnominal spongio, as
are, y tal es la acepción con que empleó Torres Rámila esta palabra, sin duda
alguna, siendo lo que se limpiaba o borraba la obra entera de Lope de Vega.
2 No sólo carecemos hoy de la menor noticia acerca de la suerte de la
edición de la Spongia —no muy extensa, seguramente—, sino que no han que-
dado más que vaguísimas alusiones a ella en los escritores coetáneos de Lope de
Vega. Nadie la cita más que de pasada y sin detallar otra cosa que el título
—salvo las alusiones que pueden desentrañarse de las respuestas a dicha cen-
sura—, y el mismo Nicolás Antonio habla de ella como de oídas. Es muy po-
sible que apenas publicada fuera destruida por los mismos que la urdieron,
atemorizados del escándalo que provocó, como se verá, y, desde luego, por Lope
IOO JOAQUÍN DE ENTRAME ASAGUAS Y PENA

de Vega, se ha intentado siempre con hipótesis infinitas aclarar


los enigmas que presenta el estudio de esta cuestión; pero ha sido
en vano, la mayoría de las veces, por no haberse utilizado, como
era preciso, el conjunto de datos existentes.
2. Debo confesar que, como los anteriores biógrafos de Lope
de Vega, tampoco he conseguido descubrir la codiciada Spongia
de Torres Rámila :!; pero en cambio he hallado abundantes no-
ticias —unas desconocidas, otras desestimadas erróneamente—
que suplen en gran parte la existencia del famosísimo libelo.
3. Ya se han señalado anteriormente ios motivos concretos
de disgusto que pudo haber entre Torres Rámila y Lope de Vega
y sus amigos Baltasar Elisio de Mediuilla, Francisco López de
Aguilar y Simón Chauvel 4, y es indudable que bastaron éstos
para que el enemigo del Fénix se decidiera a publicar las oensu-

de Vega y sus partidarios, deseosos de evitar a toda costa que circulara un li-
belo tan contrario al Fénix.
Grandes dudas ofrece conjeturar su descripción bibliográfica. ¿ Fué un li-
bro más o menos grande, como se ha supuesto hasta ahora, o, por el contrario,
se trataba de unas cuantas hojas sueltas? A esto último pudieran parecer fa-
vorables dos pasajes de la Exposttilatio Spongiae, donde se responde al libelo
de Torres Rámila (véase el capitulo IV), que copio aquí: "Evulgatae passim per
folia nugae ínter tantam aulicae multitudini diuersitatem..." (fol. 51, {íiíim,)
(anv.). "In eundem, de stribilinginibus. Parisiis abstersis & pagellis emen-
datius ibidem excussis."' (Fol, 39 (núm.), (rev.)
3 A pesar de que nadie cita concreta ni vagamente la existencia de al-
gún ejemplar de ella, he insistido en buscarla en cuantas bibliotecas o archi-
vos me ha sido dable, y desde luego en todos los españoles y extranjeros de
alguna importancia. Ya he indicado las dudas bibliográficas que suscita en
cuanto a su forma, extensión e impresión, le cual dificulta más aún identifi-
carla.
Ignoro, por tanto, si la Spongia de Torres Rámila tendría relación con una
Esponja de la habla española, manuscrita en la Biblioteca Nacional (sign. i.ooo,
fol. 59) y fatalmente desaparecida hace ya tiempo, cuyo título parece indicar
que la palabra esponja se empleaba con igual acepción que la latina correspon-
diente en la censura contra Lope.
No quiero con esto parecer jactancioso: pero es ya difícil —salvo una de
esas favorables casualidades que presentan las cosas ante los ojos de quien
menos hizo por bucarlas— el descubrimiento de la Spongia de Pedro de Torres
Rámila; mas ¡ojalá apareciera, aunque otro llevara el triunfo y yo el trabajo!
Tan preciosísimo impreso podría confirmar o rectificar muchas de las suposi-
ciones de este estudio, que solamente pacientes inducciones o deducciones y
sincera compulsación de datos han podido fijar en fuerza de tiempo y de bús-
quedas, con frecuencia estériles.
4 Véase el cap. I, núm. 37.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS IOI

ras que a él, preceptista de filiación aristotélica, le merecían las


innovaciones introducidas por el autor de ha Dorotea en la lite-
ratura española.
4. En la Spongia habían de aparecer reunidas por primera
vez de un modo sistemático, y ampliadas extensamente, las críti-
cas contrarias a Lope, emitidas antes por los seguidores de la
Poética de Aristóteles, tan en boga entonces, y los italianizantes,
que también la seguían a través de la poesía renacentista.
5. Pero no hubiera acometido, indudablemente, esta temera-
ria empresa Torres Rámila sin el consejo y la amistad de Suárez
de Figueroa, su inseparable 5, que le impulsaba a hacerlo, ansioso
de arrojar al Fénix de su pedestal.
6. El doctor procuró que así, a la vez que salía su libro Él
Pasagero con las alusiones contra Lope que se saben a , apareciese
el libelo de Torres Rámíla que, confirmando sus juicios, lo hicie-
ra con la violencia y la franqueza que él tuvo cuidado de evitar.
7. No es, pues, aventurado afirmar que el angelical doctor
tomaría parte activa en esta tarea, gratísima para él, de roer los
versos del más grande poeta dramático del siglo de oro y que co-
laboraría activamente en la elaboración de la Spongia. Respecto
de la intervención de Juan Pablo Mártir Rizo 7, que aparecía du-
dosa hasta ahora, debe considerarse ya como innegable.

5 Véase el cap. I, núm. 31.


6 Véase la Introducción, núms. 76 y sigts.
7 Aun cuando Nicolás Antonio {Biblioteca Nova, tomo I, pág. 755) y
Cejador (Historia de la lengua y literatura castellana, tomo V, pág. 43) afir-
men que nació este escritor en Cuenca, era natural de Madrid, donde vino al
mundo en i$g'3 (*), si bien vivió muchos años en aquella ciudad comn ayo de
don Melchor Hurtado de Mendoza, hijo del Marqués de Cañete (véase Apén-
dice, verso 380 y su nota), que le protegía. Su abuelo fué el célebre Pedro
Mártir de Anglería, consejero de Carlos V y embajador suyo en la república
de Venecia y en la corte del Soldán de Egipto. Juan Pablo fué presbítero,
y como tal solicitó ingresar en la Congregación del Apóstol San Pedro, de
sacerdotes naturales de Madrid, en 4 de junio de 1636, y juró el 18 del mismo
mes. En 5 de julio de dicho año le nombró la Congregación citada enfer-
mero y diputado de Cárcel. Fué muy amigo de Quevedo, que le cita en la
Perinola, diciendo que Montalbán sacó su comedia El Mariscal de Virón
de una obra de Rizo, y éste se puso de su parte en la discusión del gran
satírico don Morovelli de Puebla, y escribió la Defensa de la verdad, lo

(*) En 1622 declara esto, y que tenía entonces veintinueve años. (Véase
el cap. VT, núm. 64.)
102 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

8, En la Expostulatio Spongiae, ya aludida s , se afirma que


publicó Torres Rámila algunos de los ejemplares de la Spongia
a nombre de Mártir >Rizo para ocultar el verdadero autor y aún
para dar autoridad al libelo, y se alaba decididamente a este úl-
timo escritor °; pero aunque también Lope de Vega mismo le
ensalza en diversas ocasiones l05 otra era la verdadera opinión

cual le valió que Morovelli le indispusiera con el Cabildo de Sevilla y se


enredaran ambos a su vez (véase Rodríguez Marín: Pedro Espinosa, pági-
nas 290 y sigts.). Cuando Juan Ruiz de A'larcón estrenó su comedia El Anti-
cristo, fué Juan Pablo Mártir Rizo quien bellacamente la hizo fracasar, se-
gún se relata en una carta de Góngora {Obras poéticas. Ed. Foulché-Delbosc,
tomo III, pág. 220. Carta Al maestro Hortensio (Félix Paravicino), Madrid,
19 de diciembre de 16213):
"La comedia, digo, el Anticristo, es de don Juan de Alarcón. Se estrenó
el miércoles pasado. Echáronselo a perder aquel día con cierta redomilla
que enterraron en medio del patio, de olor tan infernal, que desmaió a muchos
de los que no pudieron salirse tan aprisa. Don Miguel de Cárdenas hico di-
ligencias, y a voces invió un recado al Vicario para que prendiese a Lope de
Vega y a Mira de Mescua, que soltaron el domingo pasado, porque prendieron
a Juan Pablo Rico, en evio poder se encontraron materiales de la confes-
tion (sic)." De esto se deduce fácilmente que ni Mira de Amescua ni Lope fue-
ron ajenos por completo al asunto, y aun tal vez el Fénix indujera a ello a
Mártir Rizo, lo cual prueba que siguió la amistad entre ambos.
Entre las obras que publicó merecen citarse: El dichoso desdichado, Vida de
Elio Sejano. Madrid, 1625; Prosperidad infeliz de Felipa Catanca. Madrid,
1625; Muerte del Rey de Francia Henrique IV de Borbón. Madrid, 1625; His-
toria de la vida de Lucio Anneo Séneca. Madrid, 1625 ; Historia de la vida de
Mecenas. Madrid, 1626; Norte de Príncipes. Madrid, 1626; Historia trá-gica
de ¡a vida y muerte del Duque de Birón. Barcelona, 1629; Defensa de la ver-
dad que escribió D. Francisco de Qucvedo Villegas contra los errores que
imprimió D. Francisco Morovelli de Puebla. Madrid, 1628; Historia de la\
muy noble y leal ciudad de Cuenca. Madrid, 1629, e Historia de las guerras
de Flandcs contra el Conestaggio. Valencia, 1627. Dejó inéditas: Petri Mosty-
ris Dccadum Oceani y De las casas solariegas de España.
8 Véase la nota 2 de este Capítulo y el Capítulo IV, donde se trata de
ella detenidamente.
9 "Credidisti fortase, nos a quibusdam nugarum tuarum exemplaribus in
errorem inducios, quae atithoris IOANNIS PAULI R I C I I nomine circuntulisti ut
nobis tam pueriliter illuderes? Videbor tanto viro iniuriam faceré, si illum hic
insalutatum relinquam, quem optime omuino ut pote recenter a te in Critico-
rum álbum ascriptum spongiae tuae authorem fecisti, ut maius ex tanti viri
authorítate tibi nomen comparares." (Fol. 25,)
10 Hasta en el Laurel de Apolo (silva VII, ed. Bibl. Aut. Esp., to-
to XXXVIII, pág. 214), donde excluye a muchos de sus enemigos, o los
alaba fríamente, hay este elogio para Mártir Rizo:

"Y si su vivo ardor te satisfizo


LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS IO3

que les merecía, si es que no estaban realmente engañados, lo cual


parece poco probable. Más creo que rehusaran Lope y los suyos
enfrentarse con una opinión tan autorizada, más difícil de borrar
que la de Torres Rámi'la y se desentendieran de ello, a la vez
que Rizo, al ver la guerra que suscitaba la Spongia, se eliminara
por su parte, aprovechando que no aparecía como responsable di-
recto " . . '' ' : •'
12
9. Nicolás Antonio , y lo mismo sus seguidores, nada acla-
raron en este sentido y continuaron creyendo a Rizo ajeno a
la elaboración de la Spongia, y aun explotado inicuamente su nom-
bre por Torres Rámila para encubrirse 1 3 ; pues, en puridad, la
circunstancia sola ele que figurara como autor de un folleto difa-
matorio en la forma singularísima de este caso, no era suficiente
—serenamente juzgando— para suponerle autor de él y no vícti-
ma de los manejos de Torres Rámila, deseoso tal vez de indispo-
nerle con Lope de Vega.
10. Ahora bien: por fortuna existen más datos —unos des-
aprovechados por no haberse estimado como merecían y otros
hasta ahora desconocidos—, cuya consideración es muy favorable
a la intervención de Mártir Rizo en la Spongia- y a su amistad
indudable con Torres Rámila.
11. Se conserva inédita erí la Biblioteca Nacional una tra-
ducción libre de la Poética de Aristóteles, hecha por Juan Pablo
Mártir Rizo 14, en la cual se reproducen algunas de las censuras

Deste ilustre mancebo,


En el retrato de Juan Pablo Rizo
Mira la imagen del dorado Febo,
De quien sin las escritas
Te ofrezco maravillas inauditas.

11 Confirma esto, además de los citados elogios de Lope de Vega, el que


Mártir Rizo dejara inédita, más adelante, una! obra suya, de la que voy a
tratar inmediatamente, donde atacaba al Fénix a la manera de Torres Rámila,
12 Biblioteca Nova, tomo 2.0, pág. 243.
13 Excepto PelHcer, que no juzgaba a Rizo ajeno a la elaboración de
la Spongia (Vida de Cervantes, pág. 75), La Barrera, Martínez Añíbarro y
Rennert y Castro siguen a Nicolás Antonio (véanse sus obras y lugares cita-
dos), sin haber tenido en cuenta algunos de los datos que expongo a continua-
ción, a pesar de ser ya conocidos.
i.[ Ms. 602 (antiguo Ms. 105). Procede de la Real Biblioteca y lo re-
seña Gallardo en su Ensayo (tomo 3.0, col. 671) defectuosamente. He aquí su
descripción detallada:

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104 JOAQUÍN DE ENTRAME AS AGUAS Y PEÑA

que debieron de ser hechas a Lope de Vega en la Spongia, y se ala-


ba la crítica de Torres Rámila abiertamente, atacando al Fénix
con más circunspección que en aquel libelo, pero de modo duro,
aun cuando Pellicer opine que "censura doctamente sus obras" 15.
12. Dice al tratar de la epopeya 1G:
13. " Y pues habernos llegado a tratar de la perfection que
debe tener el Poema Heroico, sea bien hacer una breve censura
sobre La Jerusalen Conquistada, poema que ha salido en nues-
tros tiempos 17, para que los extranjeros no ignoren que hay
en España quien sabe conocer 'los yerros de la parte formal del
Epopeya Trágico, cuyo defecto ¡habernos de presuponer que qui-
so executar el Poeta no estimando los preceptos del arte (aun-

»i«. I Poética de Aristóteles. \ Traducida de Latín. ¡ Ilustrada y Comenta-


da por I Juan Pablo Mártir Rizzo. [Hay una rúbrica'].
Ms. original. Un volumen en 4.° marquilla (17 X 24 Vz cms.). Caja de
escritura 11 X 20 cms, aproximadamente. Lleva notas marginales. Contiene:
Portada (v. en b . ) ' + 2 hojas en blanco + 1 hoja de dedicatoria "A Duque
Adelantado Mayor", 17 de julio de 1623) (v. en b.) + 64 folios de texto y
2 hojas en blanco.
El texto comprende: "Introducción a este Arte Poética" (fol. 1.°, i.° vto.
y 2.a El reverso de éste en blanco); "*í* Primera Parte de la Poética", en
nueve caps. (fols. 3 al 25. El rev. de éste, en b.) "»}< Segunda Parte de la
Poética", en nueve caps. (fols. 26 al 45. El rev. de éste, en b.) ; "<i> Tercera
Parte de la poética", en ocho caps. (fols. 46 al 58. El rev. de éste, en b.);
"Epílogo de la Poética de Aristóteles, compuesta en latín por Daniel Heinsio.
a quien llamo Ordo Aristotelis, y traducida en castellano por Juan Pablo
Mártir Rizo", (fols. 59 al 64).
Al fin del texto (fol. 64 vto.) y con otra letra, lo siguiente: "He hecho
ver este libro: no tiene cosa contra la Fe : y buenas costumbres : y ansí, sien-
do servidos- los S. S. del Consejo de Su Mad. se podrá dar licencia para que
se imprima. En Md., a catorce de hebrero de mil y seiscientos y bte. y tres
años = Dor. Diego Vela [Hay una rúbrica']. Ante nú Simón Xiuiénez s.o (es-
cribano) [Hay una, rúbrica].
Empieza el texto: "Extraña cosa parece que nombrando Aristóteles..."
Acaba el texto: ... trata de la sentencia y de la diction &."
Se conserva bien el manuscrito, y está encuadernado en pergamino, algo
deteriorado.
15 Vida de Cervantes, pág. 35.
16 Fol. 29 y sígts. Reproduzco el texto modernizando la ortografía y la
puntuación, salvo en los casos que pudiera inducir a algún error.
17 Se imprimió, como es sabido, en Madrid, 1609, por Juan de la Cues-
ta : es decir, bastantes años antes, lo cual revela que tal vez escribió Juan
Pablo Mártir Rizo 'estas líneas mucho antes de 1623, fecha en que la prepa-
ró para imprimirla, y que luego pudo intercalar la alusión a Torres Rámila
que sigue más adelante,
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 105

que no ignorándolos), como no los observó Ovidio ni Lucano en


sus poemas, ni en nuestros tiempos Ludovico Ariosto, aunque
todos fueron varones tan doctos que pudieran con satisfacción
de todos disponer sus obras de modo que fuesen un verdadero
exemplo del arte más perfecto, y con este presupuesto diremos:
14. Que -en este poema, de ninguna manera se puede cono-
cer cuál es el principio, medio o fin, porque si el principio que-
remos decir que es desde que el Saladino 'Comenzó a hacer la
guerra a los cristianos, no conviene este principio a la action de
ir Ricardo a esta conquista, ni así se debe llamar, porque si éste
fuera principio forzosamente había de ser el medio el ir Ricar-
do con Alfonso y Felipe a esta conquista, siendo verdaderamente
el principio esta parte de la action a que iban, si ya no es que las
causas queramos atribuir por principio contra toda razón y arte,
porque diferente es la causa de una action al principio de esa ac-
tion, como es diferente el agravio de la disposición de la ven-
ganza y satisfación.
15. Pues si queremos decir, que desde que Ricardo y los
demás reyes van a esta conquista tiene principio esta action, ¿ de
qué sirven los seis libros antecedentes a este a donde tiene prin-
cipio la action?; pues en ellos no se incluye sino las batallas
campales que el rey Guido tuvo con el Saladino y como el empera-
dor Federico fué también a esta jornada donde se ahogó, lo cual
no conviene ni es parte de la action de los demás reyes. Por
esta razón yo no me atrevo a decir cuál parte de éstas es el prin-
cipio ; y no conociendo éste, menos se podrá manifestar el medio,
si ya no es que como tiene este libro veinte cantos queramos de-
cir que los diez son la mitad. Pues el fin no es menos dificulto-
so de entender porque acabándose la action al parecer del poe-
ta en el libro decimoctavo, que es cuando Ricardo vuelve a In-
glaterra como héroe de esta action se siguen luego otros dos
cantos, adonde se refiere, en el primero, cómo pasan en alar-
de los castellanos para embarcarse; que da el rey don Alfonso
la Cruz de Jerusalen por armas a los Gaylanes; cómo llega a
Sicilia y le recibe el rey Guillermo que parte de España; entra
en Toledo, donde por castigo del Cielo, al fin de algunos años
se enamora de una judía y se la matan sus vasallos provocados
de Ulan Pérez de Córdoba; y que le dice un ángel que no le
heredará hijo varón porque sentía su muerte, lo cual, quien con-
siderase el título de este poema, que es Jerusalen Conquistada,
verá que esto es fuera de propósito, como si en este discurso
IOÓ JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

tratase yo ahora de una cosa muy extraña. Y por éste se puede


inferir el último canto, no continiendo sin'o como después de ha-
berse ido todos los cristianos de la Tierra Sancta, se queda el
Saladillo con sutnina tranquilidad en Jerusalen; su muerte y en-
tierro, y otras .cosas, que desde que salió Ricardo de Judea
no importan, no convienen, ni son necesarias. Si el poeta fuera
historiador, era fuerza referir los sucesos subsecuentes, mas
tratando de una action o conquista solamente, en el punto que se
consiguió había de tener fin, pues llegaba al cumplimiento ne-
cesario y prometido, como tenemos por exemplo la Iliada de
Homero, y Eneida de Virgilio, que en dando la muerte a Turno
fenece toda la action, y el Tasso termina la suya luego que se
rindió Altamiro a Gofredo, y visita el Sancto Sepulcro."
16. "No es tampoco esta fábula de La Jerusalen una, ele
una persona sola, porque de ella misma se manifiesta que fueron
tres héroes, todos reyes iguales, como Alfonso, Felipe y Ricar-
do, el mismo poeta parece que lo sintió así en muchos lugares
y particularmente en el canto décimo, fol. 251, diciendo:
mas di al trifauce de ese inútil terno; :

de donde conocidamente se manifiesta que son tres cabezas, por-


que al Cancerbero le pinta Virgilio en su Eneida (lib. 6.01) con
tres cabezas, y la palabra trifauce lo declara, y en el fol. 252':
después, embaxador, que conquistada
quede Jerusalem por la quimera
de estos tres reyes.

17. También aquí se infiere que había tres cabezas, porque


como escribe Hesiodo hablando de la Equidua, dice luego, parió
a la fogosa Quimera, que tenía tres cabezas: la primera de león,
Ta segunda de cabra y la tercera de serpiente. Y en el duodéci-
mo dice también el poeta: el Gerión cristiano. A Gerión ya se
sabe que le atribuyeron tres cabezas, que por cosa común y co-
nocida no cansaré con autoridades que apoyen lo que es tan
cierto. Luego tres héroes, tres cabezas, fueron las de esta fábula
contra el precepto del Arte, pues querer defenderlo diciendo
que iban Alfonso y Felipe militando debaxo de las banderas
de Ricardo es ofender la nación española, y no es verisímil
(como lo mostró agudamente el doctísimo Maestro Pedro de
Torres Rámila, Colegial Teólogo de Alcalá en su Expongia [sic]
ni yo sé como llevarán esto los franceses, tan amigos de su hon-
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 107

ra y crédito. Menos inconveniente es decir que fué yerro contra


el arte con ir a esta conquista tres héroes, que no ofender la
reputación de la patria. Diferente es la fábula de la Iíiada de
Homero adonde el héroe es sólo Aquiles, en la Odisea, Uíises,
en la Eneida de Virgilio, Eneas, y en el poema del doctor Mi-
guel de Silveira, gallardo ingenio español, es el héroe de la ac-
tion sólo Judas Macabeo, cuya perfection se manifestará con
brevedad, por estar ya en estado de darse a la estampa" 18.
18. "...parte de maravillosa tiene la epopeya de nuestro
poeta, pero muy diferente de lo que debe ser conforme estos
preceptos; porque cosa maravillosa es que se moriese para esta
conquista de Jerusalen el rey de España don Alfonso el octavo,
el emperador Federico, rey de Francia y de Inglaterra, la Seño-
ría de Genova y Venecia, y todos los demás príncipes de Euro-
pa y se volviesen todos con nueva pérdida de su reputación y
gente, y que un hombre eligiere este sujeto para cantar. Cosa
maravillosa que habiendo de ser la fábula heroica ele buen ejemplo
sea esta tan al contrario que es un vivo ejemplo de la envidia en
la persona de Filipo, de la ambición en la de Ricardo, y de pasión
amorosa en la de Alfonso. Cosa maravillosa es que habiendo en
el principio propuesto cantar la conquista de Jerusalen por Ri-
cardo, no sólo vaya Ricardo a ella como héroe, sino otros reyes
y príncipes, los cuales se vuelvan, dejando a Saladino, señor de
Jerusalen, rico, vencedor y triunfante de los cristianos, a quien
había ganado con muerte de muchos la santa ciudad. Por esto
aconseja Horacio en su Poética que no se debe en la proposición
prometer tanto que después quede defectuoso el efecto y cumpli-
miento, con el ejemplo de Ciciclo, poeta que cometió este error
prometiendo tanto en la proposición que después no cumplió su
promesa, como se ve en nuestro poeta, que proponiéndonos una
Jerusalen conquistada, se quedó en el estado, que hoy la vemos,
por quien se puede decir lo que refiere Esopo en sus Fábulas:
que queriendo parir la tierra, habiéndose conmovido para ello
todas las naciones, vino a parir un ratón. No se olvidó de ello
Horacio cuando en su Poética dijo:
Parturient montes: nascetur riduculus mus.

18 Se trata'de El Macabeo, poema heroico en 20 cantos y en octavas rea-


les, que 110 se publicó hasta 1638, en Ñapóles, y luego se reimprimió en Ma-
drid, en 1731. Cejador (Ob. cít., tomo V, pág. 12) le juzga "de los mejores del
Parnaso español".
108 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

19. "¿Cómo puede ser esta acción digna de ser imitada de


hombres ilustres, virtuosa y de buen ejemplo, si la persona de
Ricardo es (como habernos dicho) ambiciosa? Hombre injusto,
cruel y enemigo de la cristiandad, que, aunque el ir a la conquis-
ta fué justo y santo, lo dependiente y resulta de ello fué acción
impía y escandalosa, porque estando el Saladino cercado en Je-
rusalen por el ejército católico, cuando debería entregarse y ren-
dir la ciudad, porque el Saladino le dio un gran tesoro, lo dejó,
alzó el cerco y se volvió a Inglaterra. Y porque no se entienda
que es opinión mía, lo refiere, aunque con palabras honestas, Po-
lidoro Virgilio en la Vida de Ricardo; y el Suplemento de las
Crónicas, en el libro tercero dice: "Viniendo después el invier-
"110, se compuso Ricardo con el Saladino, del cual recibió mucho
"dinero porque levantase el cerco, y así se fué." Illescas, en su
Historia Pontifical, hablando de este suceso refiere: no falta
quien diga que le dio el Saladino mucho dinero porque levan-
tase el cerco y se fuese, y del mismo Illescas tomó nuestro poeta
el argumento de su poema sin alterarle sino sólo en las cosas
que ni son posibles, verosímiles ni necesarias."
20. Sin embargo, Mártir Rizo llevó su disimulo hasta el pun-
to de alabar a Lope de Vega en la misma obra, fingiendo así que
era justo con él y le alababa, no obstante estas censuras, cuan-
do el Fénix lo merecía, según él. He aquí sus hipócritas pala-
bras 10:
19 Fol. 51. Tan extraño pareció esto con las anteriores alabanzas de
Torres Rámila, a Pellicer, que escribió de su puño y letra en la portaó*¡a del
manuscrito la siguiente nota:
"Creo que es el autor verdadero Pedro Torres Rámila, que escribió la
Sportc/ia contra las obras de Lope y de otros escritoras, y er. la Respuesta de
Francisco de Aguilar a esta Spongia se dice que Rámila se ocultó con el
nombre de Juan Pablo Mártir Rizo para escribir contra Lope. Y, en efecto,
para disimular se cita a sí mismo como si fuera otro, en fol. 31. Pellicer
[Rubricado']. 21 de Abril de I/95. |. " (*)
No obstante, y dejando aparte otras inexactitudes, como creer que en
esta obra y no en la Spongia es donde se ocultó Torres Rámila con el nom-
bre de Mártir Rizo, la atribución a éste de la Poética es indudable. Lo de-
muestran así su firma autógrafa en la portada, la censura oficial que va al
fin, y, sobre todo, que en esta fecba de 1623 estaba Torres Rámila muy ocu-
pado en cuestiones de primordial importancia para él y no para reavivar sus
odios literarios, que, por el contrario, procuraba borrar por todos los me-
dios. (Véase el cap. VT.)

{*) No 1791, como transcribe Gallardo, acaso por creer cifra 1 la rayita
vertical que hay entre los dos punto?, a modo de adorno,

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LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS IO9

2i¡. "Los ridículos, se traen del ambiguo y del engañar, de la


disimulación del hipérbole y de otros muchos lugares, los cua-
les porque son infinitos y 110 se pueden reducir fácilmente deba-
jo de la distinción del arte, me remito a lo que asi en universal
y confusamente han dado por precepto Marco Tullio el Cor-
tesano y lo que después ha seguido el Boccaccio en la sexta y
octava jornada de su Decamerón y Plauto y Terencio y muchos
hombres doctísimos de nuestros tiempos y particularmente nues-
tro insigne Lope Félix de Vega Carpió, único milagro en esta
parte de España."
22. Por otra parte, conocemos la gran amistad de Mártir
Rizo con los Marqueses de Cañete 20 y también la protección
que éstos dispensaban a Suárez de Figueroa 21, y acaso a To-
rres Rámila mismo, lo cual hace más que posible una continua
amistad entre los tres.
23. Finalmente, la actitud que más tarde tomó Rizo ante
la guerra entre Lope de Vega y Torres Rámila y sus juicios
respecto a ambos 22, vienen a confirmar aún más la interven-
ción del autor de la Historia de Cuenca en la Spongici, si bien
lo hizo disimuladamente y sin la virulencia de los otros dos
coautores de ella. Por lo cual, y acaso debido a otras razones
particulares, pero no desdeñables 23, se abstuvo el Fénix de
atacarle francamente como lo hizo con Suárez de Figueroa y
sobre todo con Torres Rámila.
24. Se imprimió la Spongia en el verano de 1617, en Al-

20 Véase la nota 7 de este Capítulo.


zi Véase el Apéndice, verso 380 y su nota.
En la Historia de Cuenca, de Mártir Rizo (pág. 229), se cita al "Doctor
Figueroa" (Cristóbal Suárez de Figueroa) como autor del primero y mejor
libro sobre las hazañas del IV Marqués de Cañete, "seguido por los que han
escrito después del".
2i Véase el cap. VI, núms. 63 y sigts.
23 Además de los indicados en las notas 7 y 11, no eran los menos im-
portantes que Mártir Rizo tenía grandes influencias en la Corte, y más aún la
amistad íntima que le unía a Quevedo, pues Lope de Vega ni podía contra-
rrestar las primeras, evitando que pudieran perjudicarle —y especialmente er;
aquellos momentos—, ni quería enemistarse con don Francisco, de quien fué
siempre amigo, como lo prueban las numerosas alabanzas que mutuamente
se hacen en sus obras, pues la sátira "En cas de Marta encerrado", atribuida
por error al autor del Buscón, que era la única prueba que había contra esta
amistad, parece indudable que no es de Quevedo. (Véase el cap. I, níun. 71.)
IIO JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

cala de Henares seguramente '¿i, a pesar ele que el pie de im-


prenta era otro, si nos atenemos a los datos que existen: Pa-
rís 25 o Lyón 20, aunque bien pudiera ser tamlbién que no lle-
vara ninguno de ellos 27.
24 Recuérdese que en esta ciudad tenía su habitual residencia Torres Ra-
nilla, no obstante la abandonara a menudo para ir a Madrid o a Toledo, se-
gún el caso, y allí dispondría seguramente de más medios que en la corte
para hacer una edición subrepticia, acaso utilizando la misma imprenta que es-
taba al servicio de la Universidad. Por otra parte, Torres Rámila no atra-
vesó la frontera española en estos años, según se ha visto, y aun cuando ello
no fuera preciso, es poco verosímil que confiara a manos ajenas el manus-
crito de su libelo. .
Para señalar la fecha aproximada me fundo en que uno de los escritos
contenidos en la Spongia aparece firmado en 2 de julio de 1617, (Véase el
núm. 47 de este capítulo.)
25 Hasta el presente era la única hipótesis que existia. Se funda en la
siguiente alusión, contenida en la Expostulatio Spongiae (Photyraeum, fo-
lio i.° vto.): "Fusa scripta quadem (quorum hic specimen videbis) fellís &
amarulentiae plena Lutctianis typis excudenda atque evulganda in optimum
quemquem", que siguieron sin otro esclarecimiento todos cuantos aludie-
ron a ello : Alvarez Baena, Pellicer, La Barrera, Martínez Añíbarro, Rennert
y Castro, e t c . . (Véanse las obras y lugares indicados.)
26 Nadie había tenido en cuenta, que yo sepa, una afirmación contra-
ria a la hipótesis de París, hecha por el propio Lope de Vega (*) y alusi-
va, sin duda alguna, a la Spongia de Torres Rámila. Dice el Fénix, dirigién-
dose a su público:
"Y digo que eres noble, docto, candido, limpio, sin envidia, que no dizes
mal de todo, que eres honesto en tus obras, circunspecto en tus palabras y
único en tus acciones, que no traduzes de Italiano en Español cada día mil li-
bros y que los tuyos no están llenos de tan domésticos hurtos que se hallan
en ellos todos los que escriben, como en el valle de Josaphat, sino que in-
ventas, que deleytas, que abogas, que enseñas, que eres mejor médico que
Hipócrates, más' Filósofo que Platón, más letrado que Bartulo y más teó-
logo que Jansenío; que hablas latín como un gramático y que eres floridísi-
mo poeta y te puedes rotular por las esquinas con amigos Que te ayuden a
poner tu nombre (**), y enviar a imprimir tus invectivas latinescas a León
de Francia."
27 De la contradicción de las dos hipótesis pudiera deducirse también

(*) Advertencia Al lector de la Décima parte de las comedias de Lope


de Vega. Madrid, 1621.
(**) Alusión a Góngora, ya conocida. Por eata época los culteranos, que
por su parte e independientemente también continuaban su guerra contra
Lope, escribieron con almagre en la pared de la casa de éste y durante la
noche un vítor al autor de Polifemo, que apareció a la mañana siguiente, para
ofensa del Fénix. Las curiosas circunstancias que rodean este suceso pueden
verse en el interesante libro de Millé y Giménez, Estudios de Literatura es-
pañola. La Plata, 1928 (págs. 203 y sigts.)
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS III

25. Pedro de Torres Rámila —que aunque Suárez de Fi-


gueroa y Mártir Rizo le ayudaran, redactó seguramente todo
el libelo— quiso patentizar por su parte, si no con modestia,
a lo menos claramente, que sus largos estudios universitarios
n¡o se habían cursado en balde, y tuvo la peregrina idea de es-
cribir todo aquel fárrago crítico de la obra del Fénix, en len-
gua latina 2S —110 tan perfecta, parece, como era de esperar en

que no llevaba explícito el pie de imprenta, y que sospechándose fuera im-


presa en Francia, opinaran unos que en París y «tros que en Lyon, o que
creyéndose la primera en un principio (1617), luego se averiguara (1621) que
el verdadero lugar de impresión fué Lyon.
Claro es que esto viene a su vez a debilitar eii cierto modo la hipótesis
de que realmente se imprimiera en Alcalá, pero no la deshace por completo,
ya que pudo ser cierto, y las dos suposiciones de París y Lyon meros fingi-
mientos de Torres Rámila, que engañaran a Lope y a los suyos.
Por otra parte, nada impide también que no tuviera pie de imprenta o tu-
viera otro distinto, ya que ello no se opone a que verdaderamente se diese
a la estampa en Alcalá de Henares, como sospecho, y el Fénix y sus partida-
rios por cualquier circunstancia creyesen la Spongia impresa en Francia: ya
en París, ya en Lyon.
La falta de un ejemplar del libro que resolvería esta curiosísima cuestión
bibliográfica impedirá siempre determinar su pie de imprenta con certeza, y
así he preferido exponer francamente todas las hipótesis sin inclinarme por
ninguna, salvo la de que se elaborara en Alcalá de Henares, que, a pesar de
todas las demás, me parece probabilísima, ípor las razones ya expuestas.
28 Ha de advertirse que para justificarlo en cierto modo y a la vez ofen-
der a Lope de Vega, sostenía que lo había hecho así para que, no entendiendo
el Fénix, según él, el idioma del Lacio, se abstuviera de contestar a sus cen-
suras : ; ; . '.;
"Quam ut tuac non sic expone nda censurae latine construit, quod te suspi-
cor latere." (Fol. 24 vto.)
De la opinión que merecían a Lope de Vega los que escribían en latín
pudiendo hacerlo en castellano, hay varios pasajes en sus obras muy interesan-
tes, pero más que ninguno este trozo de La Dorotea (ed. Castro, pág. 141),
donde vibra todo el sentimiento de lo popular y lo español del Fénix:

"JUL.—Ayer estábamos en el Soto, y a este propósito le escribí un epi-


grama en un libro de memoria.
LUD.—¿ Latino o castellano ?
JUL.—No, sino castellano; que latino ya no hay quien lo agradezca, que
es harta lástima.
LUD.—No es, por cierto; porque el poeta, a mi juicio, ha de escribir en
su lengua natural, que Homero no escribió en latín (!!!), ni Virgilio en
griego, y cada uno esta obligado a honrar su lengua, y así lo hicieron el
Camoens en Portugal y en Italia el Tasso."
Y en su epístola "Al excelentísimo señor Conde de Lemos, Presidente
de Indias", inserta en La Filomena (Madrid, 1921), elogia
112 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PENA

2!>
el famoso gramático —, lo cual, si bien reducía la lectura ele
"la lengua castellana
que las frasis latinas desafía."

En el siguiente pasaje de Los Melindres de Bclisa (jornada i.11, esce-


na XVII), comedia escrita poco antes de 1617 (*), se burla el Fénix de la
popularidad vulgar a que había llegado la falsa erudición latina:

''CARRILLO. Hanse dado a traducir


Tantos hombres que carecen
De ingenio, que ya sabemos
Los tontos lo que encarecen
Los sabios, y merecemos
Los nombres que ellos merecen.
Yo lo tengo traducido,
Y aun a Horacio y a Lucano.
Dox JUAN. ¿ESOS hombres han leído?
CARHILLO. Pues si están en castellano,
¿Qu(j dificultad ha sido?
Ya mi alazán latiniza.
Allá están.
DoH JUAN. —Huélgame al fin ;
Que éstos que el mundo eterniza,
Buscan a Horacio en latín,
Y está en la caballeriza.
¡ Que un lacayo te ha leído,
Divino Horacio!
CARRILLO. —Yo he sido ;
Mas en verdad que me espanto
Da que tú te estimes tanto
Por el latín aprendido.
Porque de cuantos es vista
Con ]a capa y con la espada
Tu persona latinista,
Siempre en libros ocupada,
Dicen que eres romanista."

Pasaje éste de Lope inspirado, a no dudar, en el siguiente de Quevedo, del


Sueño del Infierno {Las zahúrdas de Pintón. Ed. Bibl. Aur, Esp., tomo XXIII,
pág. 310) :
"Yo y algunos libreros nos condenamos por las obras malas que ha-
cen ios otros, y por lo que hicimos barato de los libros en romance y traduci-
dos de latín, sabiendo ya con ellos los tontos lo que merecían en otros tiem-
pos los sabios; que ya hasta el lacayo latiniza, y hallarán a Horacio en
castellano en la caballeriza."
2c, Cfr. el cap. III, núm. 23 y el Apéndice, versos 156 a 163.

(*) Se publicó en la Parte IX de Comedias de Lope de Vega, impresa


en Madrid dicho año, y no figura en la primera edición de ÍEí Peregrino en
su Patria, de 1604, y sí en la de 1618.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS Il3

la obra a un círculo culto —al fin a éste interesaba en cierto


modo únicamente—, por otra parte la dotaba de mayor univer-
salidad, por ser entonces aquel idioma clásico, en muchos casos,
internacional.
26. El contenido de la Spongia sería desconocido para
nosotros y sólo tendríamos un reflejo de él en la traducción de
la Poética de Aristóteles hedha por Mártir Rizo, según ya lie
señalado; pero afortunadamente los autores de la Expostulatio
Spongiae reprodujeron en su libro varios pasajes del de To-
rres Rámila para mejor rebatirlos, que permiten reconstruir
en parte el texto de la Spongia 30 y desde luego conocer la for-
ma en que fué enfocada la crítica contra Lope de Vega.
27. Según los datos todos que se 'Conservan, constituía el
texto de la desaparecida Spongia —y algo de ello ya hemos
esbozado— una crítica sistemática, siguiendo el canon aris-
totélico de las principales obras del Monstruo de Naturaleza.
28. Las censuras y ataques consistían; principalmente en
sujetar a las reglas clásicas las producciones del Fénix, señalan-
do además algunos errores que hoy nos parecen nimios 31, pero
que revestían excepcional importancia en aquella época de lu-
cha para alcanzar la fama entre diversísimas tendencias y mo-
dalidades siempre en pugna. Con razón Tikno'r 32 juzga la Spon-
gia como una "crítica sangrienta de los escritos de Lope".
29. Las opiniones de Torres Rámila que se conservan res-
pecto de las obras del Fénix, entonces en la cumbre de su glo-
ria, son realmente desconcertantes. Aunque él vanidosamente

30 Algo hizo ya en este Sentido La Barrera (Ob. cit., págs. 301 y si-
guientes) ; pero aprovechando únicamente una parte mínima de lo mucho
que con un examen cuidadoso puede extraerse del texto de la Expostulatio
Spongiae. Así, muchas de las noticias que inserto a continuación son ente-
ramente nuevas, ya que ni La Barrera ni sus seguidores —'Martínez Añíba-
rro y Rennert y Castro— las aprovecharon debidamente.
31 Oportunamente decía el ilustre erudito don Antonio Paz y Melia, refi-
riéndose a las pullas dirigidas contra Lope, que "al portentoso ingenio de
éste le sobra fuerza para disolver las nubéculas y lunares que los críticos
a] microscopio, como Rámila o Mártir Rizo, descubrieron y hoy ¡amentamos
en sus obras". (Advertencia a Sales Españolas, 2.a serie, pág. XIII.)
32 Historia de la Literatura Española, traducción de Gayangos y Ve-
dia. Madrid, 1851, tomo 2.0, pág. 555.
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114 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PENA

juzgaba su crítica como ''lámpara en las tinieblas" r¿, no puede


darse mayor incomprensión y sectarismo clasicista.
30. Comenzaba la Spongia por una diatriba "contra el me-
trificador" 34, que esto solamente era para Torres Rámila el
divino autor de Los Pastores de Belén, y luego seguía un examen
por separado de cada una de las obras principales de Lope.
31. De La Arcadia decía con ciega parcialidad —cerrando
los ojos malintencionadamente a toda la literatura pastoril exis-
tente, tanto española como italiana— que los pastores no lo
parecían por los conocimientos que mostraban a cada momen-
to de Física, de Astronomía y Astrología y de Ciencias Natura-
les 3r>.
32. La Hermosura de Angélica no salía mejor parada,
pues adolecía, según el furibundo teólogo en ciernes, de falta
de armonía y de mala disposición de las partes que la integraban,
lo cual achacaba a la falta de estudios filosóficos de Lope de
Vega a6. Añadía que se portó el Fénix con ella peor que Rol-
dan 37, y su conclusión era que debía tacharse todo el poema
con una raya 38. Y La Dragon-tea, poco más o menos, lo mismo.
Haibía, según él, que borrarla también toda —aquí de la Spongia
para tanto borrar— y la juzgaba malévolamente "deforme libelo"
dedicado a ensalzar a Drake, con detrimento de la ¡figura de Fe-
lipe II (!!), y "vergüenza de España" 39.

33 uNec minas Magister TURRIANUS in sua ¡ampade in terebras." (Fo-


lio 24.)
34 "In metrificatorem, inquis. Vulgi sententia primum Spongia & res-
ponsio naeniis quos inctat, tam in orchestra scdens quam in sipario ludens
preclarum sane prothyraeum, & encausto muriceo digntim, Metrificatorem
vocat VEGAM nostrum loquax Grammaticaster." (Fol. 8 vto.)
35 "Nam age, Et indicis gregis custodes, sydcrum cursus, rerum pri-
mordio, naturae vicissitudines, temporum ancipites eventus observantes, ut
Mis ingenti oachin non irrideres." (Fol. 14 vto.)
36 "Deest numerus, partium dispositio, ex quibus totum coalescit poe-
ma, sed haec a te aliena valde cum Pcripateticormn gymnasia mmqitam
presseris, ñeque eius ¡imina salutaveris." (Fol. 16 vto.)
37 "lAngelicam dico, quam magis crocitant gittture disernciasti quam
Roldanus illius tabescens cupudine persequi poterat." (Fol. 17.)
38 "Ad secundum comediae tuae actum venío in quo Angelicam, ut ais
una litura oceupas, cum plvrres tamen in íis, que adversus illam obiicis Htu-
rae quam literae reperiantur." (Fol. 16.)
3g "Draconteae Hispaniae dedecus opus obliteratur integrum. Informi
hiñe libello insuisti altcrum ineptiarum demore plenum, cum solum infesti
simnm Océano Pipatam & barathro cmersan belluam vastantem cuneta, &
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 115

33. Tocia la cuarta parte ele la Spongia la dedicaba Torres


Rámila a difamar a Lope como poeta épico 40, y la obra más de-
nigrada y tomada como base para el ataque era la Jerusalén Con-
quistada, impresa en 1609 y muy discutida desde su aparición 4 \
aun cuando nadie se había atrevido a hacerlo directa y abierta-
mente, y menos concretando eruditamente los defectos que pu-
dieran afearla. Llamábala "insípida epopeya mal limada" y "pe-
destre oración" en que Lope quiso en vano emular al Tasso r-
y más adelante la criticaba de forma análoga a como lo reprodu-
jo Rizo en su traducción de la Poética de Aristóteles y ya que-
da dicho anteriormente 43. A todos los elementos constructivos
del poema, a su desarrollo, a los personajes, episodios, e t c . , iba
oponiendo estrechas reglas de preceptiva clasicista y la conclu-
sión era considerarla como lo peor en su género.
34. Las comedias, contra lo que era de esperar, no las
censuró con tan rígidos preceptos, ni mudho menos. Ante la
imposibilidad de criticar eruditamente el teatro del Fénix, que
se le escapaba de la preceptiva literaria por su extensión —sólo
analizable tras mucho tiempo— y más aún a causa de la superio-
ridad - innovadora que presentaba sobre todo arte dramático
conocido, optó por asegurar con salvaje comentario que en sus
comedias Lope "solía decir tonterías" 44 solamente.
35. El Isidro, según Torres Rámila, había sido sobrepujado
fácilmente por un tal Pozo, que pudiera ser muy bien el licenciado

Occasus & Ortus preciosa sub Polo nauigantibus pericula ferro & incendio
subripientem insudaueris carmine celebrare quam inbellem sub Philippo Rc-
gttm potentissimo credideras." (Fol. 17.)
40 "Venio ad Epopeiam quartum funestae tuae tragedia actum (nam
soceum cothurno commutasti)." (Fol. 17 vto.)
41 Recuérdese, entre otros varios, el malicioso soneto de Góngora "Vinio
señora Lopa su epopeya" (Obras. Ed. Fotilché-DieLbosc, tom III, pág. 5), don-
de se imita con fina gracia el modo de hablar de los negros. Además, véase la
Introducción, núm. 55.
42 "Si non multo maiorem cachinnationem concitasses tita insípida Epo-
peia quam levigasse pmnice & ultima maccrasse lima iactitas impudenter."
"Stistinuissem eqttidem haec Italie lutnina, ct si aegre aemttlari auxiete
elaborasse, at vero pene divinum Tassum tita pedestri oratione siitüi ingenio
& balbnticnte lingtta praeire." (Fol. 18.)
43 Véanse los números 13 y sigts. de este capítulo.
44 "Cum tot comediarum acervos áspero nittnmo histrionibus recitandos
commiscris, in quipus plerunqitc ineptire soles." (Fol. ¿2.) ,
116 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PENA

Andrés del Pozo 45 ; y en fin, hasta las "feas cartas de Lope" y


45 "Quod venusto Poco, quippc doctissimus de tito nuper Isidoro pracs-
titit, atque de tuo Ricardo absolutnrum avide expectat Respublica literaria."
(FoL 24.)
Andrés del Pozo nació en Granada. Fué sacerdote y poeta notable, aun
cuando esto último no le sirviera para pasar a la posteridad. A él alude
Cervantes, según cree don José Toribio Medina, con razón (véase su Edición
crítica del Viaje del Parnaso, Santiago de Chile, 1924, tomo 2°, pág. 197), en
este pasaje de La Gitdnüla:
"Dio priesa a su partida por llegar presto a ver a sus hijos, y dentro
de veinte días ya estaba en Murcia, con cuya llegada se renovaron los
gustos, se hicieron las bodas, se contaron las vidas, y los poetas de la ciu-
dad, que hay algunos, y muy buenos, tomaron a cargo celebrar el extraño
caso, juntamente con la singular belleza de la Gitanilla. Y de tal manera es-
cribió el famoso licenciado Pozo, que en sus versos durará la fama de
Preciosa mientras los siglos duraren."
Y no al licenciado Francisco del Pozo, que en Murcia y en 22 de noviem-
bre de 1602 aprobaba la comedia de Lope de Vega El Veneno saludable, se-
gún la opinión de Rodríguez Marín (véase su edición de las Novelas ejempla-
res, "La Lectura". Madrid, 1928, tomo I, pág. 129), pues éste, además de
seí amigo del Fénix y, por tanto, probable enemigo de Cervantes, no hay prue-
ba de que compusiera versos.
Demuestra esta aseveración, además, que el mismo Cervantes le cita otra
vez para alabarle en unos versos del Viaje del Parnaso, por los cuales se
sabe que Pozo ya era doctor en 1614:

"Aquel que del rigor fiero de olvido


libra su nombre con eterno gozo,
y es de Apolo y las Musas bien querido,
anciano en el ingenio, y nunca mozo
humanista divino, es, según pienso,
el insigne doctor Andrés del Pozo."

Figura citado Andrés del Pozo en el anónimo manuscrito Granada o des-


cripción historial del insigne reino y ciudad ilustrísima de Granada, inser-
to por Gallardo en su Ensayo (tomo i.°, col. 869). Se le incluye entre los
poetas, juzgándosele muy grande, "con variedad, hermosura y propiedad."
Efectivamente, en el manuscrito Poética silva, dado a conocer por Gallardo
(Ob. cit., núm. 1.051), se citan una silva Al eletnento del agua, una oda
Al tiempo y otra A la noche, hechas por Andrés del Pozo, y una composición
en liras de Arjona, dedicada a él. Asimismo, según Schewill y Bonilla San
Martín, colaboró en las Poesías diversas publicadas en Roma en 1612 con
motivo de las exequias de doña Margarita de Austria, mujer de Felipe III,
por los españoles allí residentes (véase su edición del Viaje del Parnaso,
página 171). De esto pudiera deducirse que Pozo vivió algún tiempo en aque-
lla ciudad.
No se conoce el Isidro de Pozo; pero teniendo en cuenta la época, sus afi-
ciones poéticas bien demostradas y su amistad con Cervantes, se corrobora
su identificación con el autor alabado por Torres Ránula.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS H7

"los malolientes versos de Vega", en total, eran el "deshonor de


la elocuencia española" 40.
36. Así no debe extrañar, después de tanto exabrupto y de
tan imperdonables exclusivismos, que resumiera sus juicios
acerca de las obras de Lope diciendo, pedantescamente, que nin-
guna de ellas habría de subsistir después de leída sin que la cu-
briera un solo borrón desde la primera palabra a la última "que
los griegos llaman ziloc, '* 47 y que impediría la popularidad de
Lope aunque cuidando de no perder el tiempo con la lectura
de sus libros 48.
37. No quiso tener en cuenta Torres Rámila que toda com-
paración es odiosa, y señalaba en la Spongia que Lope de Vega
no podía m aun enfrentarse con los poetas italianos Accío Sin-
cero Sannazaro, Ariosto y Tasso 49, censurando asimismo que

46 "Si sapis, hospes, dbi miserttm nec tange libellum


Non Me Meonidem, Virgilium ve leges.
Sed foedas Lupi charlas, & olejitia Vegae
Carmina, Hispania dedecus eloquii." (Fol. 25 vto.)

47 "Si solum decrevissem his gerris insistere humanarum literarum post


habita conginitone, milla ex tuis stetisset schedula, a titulo usque ad ultimam
dictlonem, quam Graeci vocant xíkoc, quam una tanttim non oceupasset litura."
(Fol. 24.)
48 "Ultimum tándem quod te exhortan non dcsinam vilis plebeculae
vales eximio, ne amplius me existimes in tuis lectitandis libellis, oleum, & ope^
ram perderé." (Fol. 23 vto.)
49" "O caeca mens! quid Sinceri bucolicis maiusf quid Aríosti diuiti praes-
tanthu ingenio? quid Tassi animatde grauius tubae clangore? nil sane." (Fo-
lio 13.)
Lope de Vega, por su parte, alabó con ardor al famoso poeta italiano San-
nazaro, que influyó en él como en toda la literatura española del Siglo de
Oro. En la dedicatoria de El Ruiseñor de Sevilla al licenciado Francisco
Maldonado -—traductor de Sannazaro al español— dice: "dedico a v. m. un
Ruyseñor que cantando con voz humana y amoroso artificio le dio a mi
Fábula, que quien tan divinamente nos dio cantando en castellano al Rtiyse-
ñor de Italia Accio Sincero, justamente merece que se le consagre, alabo en
v. m, el auerle dvrigido donde no esperaba premio de intereses vilísimos." Y
en la de El Sol Parado cita al "docto y dulce poeta Actío Sincero San-
nazaro", en la dedicatoria de ella a don Andrés de Rosas, secretario del Ar-
zobispo de Burgos.
De algunas derivaciones de Ariosto en la obra de Lope de Vega he trata-
do en mi Introducción al Orlando Furioso del poeta ferrares (ed. Las cien
mejores obras de la Literatura universal, vol. 6T. Madrid, "Ciap." [1931],
página 29) ; pero aún se hallarán muchas más en el estudio que preparo sobre
Ariosto en España. Las relaciones de Lope de Vega y Torcuato Tasso han sido
señaladas en los trabajos siguientes: La ferusalcm Conquistada, de Lope de Vega
Il8 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y TEÑA

hubiera traducido mal el Fénix parte de un verso de Tito Strozzi:


"...¡Aurora tliorum formosa reliquit" co

en este pasaje de la Jerusalcn Conquistada'.

Langues Romanes, 1898, págs. 164-203), y Torquato Tasso c Lope Félix de


Vega Carpió, 1910, por U. Bucchioni.
50 Tito Vespasiano Strozzi nació en Ferrara en 1425, cuando se des-
arrollaba el renacimiento de los estudios clásicos bajo los auspicios de Leo-
nello. En 1443, Strozzi, poeta precoz, dedicaba a éste -sus dos libros <3e ele-
gías impresos aquel año, y en los cuales recogía las primeras que escribió.
La mayor parte de su vida se deslizó en la Corte, y ejerció varias veces
cargos de gobierno y diplomáticos. En sus poesías unió con éxito la perfección
clásica con la emotividad petrarquista, y dejó dos poemas, uno La Borscide
en honor de Borso, que le protegió, y otro II Lupo malvagio, sin cioncluír,
Murió el 30 de agosto de 1505, en Racano, y sus obras se publicaron comple-
tas en Venecia, 1513. (Véanse: La Vallée: Notice historique et bibliographi-
que sur Tito Vespasiano Stroszi et son fils Hcrcttlc (en Bullctin de biblio-
philc et dn bibliothécaire. París, 1874, pág. 441), y R. Albrecht: Tito Vespa-
siano Strozzi, Leipzig, 1891.)
El verso seguido por Lope es de la composición Latts Veris ad SyJviam,
perteneciente al Libro IV de sus Poesías Eróticas. He aquí el pasaje completo:

"Aereus aequoreis vbi sol caput exerit vudís,


Occeaniqu,e aurora tonim formosa reliquit,
Laetus in herbosos saltus amienta reclusis
Pastor agit stabulis annillatusque molossus
Prosequitur, qui bella lupum, insidiasque ferentem
Amat, & sacris latratibus vrgeat liostem",

el cual puede verse en el folio 144 de la edición siguiente de las obras de


Strozzi, que por su rareza creo interesante describir:
"(Adorno.) Strozíi Poetae | Pater et filivs | (Grabado en madera repre-
sentando un sátiro con alas y una guadaña en las manos y cintada la ins-
cripción: "Hanc aciem solaretumlc] dit virtus." Debajo: "Tempvs") | Pa-
risiis I Ex officina Simonis Colinaet. | 1530."
Un vol. en 8.0 de 8 fols. s. n. de Prels. + 259 íolzi num. Ulesi'e el 260
inclusive, s. n. por error de imprenta).
Contiene: Portada. (En el reverso comienzan los Prels. "Aldus Man. Ram.
Divae Lunetiae Borgiae Dvci Ferrariae. S. P. D." ; "ludex Eorvm qvae hinc
in libris habentvr." Texto y "Oratio Tvmvltvario habita a Coelio Colcaquino
in Fvnere Hercvlis Strozae."
La admiración del Fénix por Strozzi se manifiesta en este pasaje de El
Peregrino en su patria (ed. Sandia, tomo V, págs. 3¿ y 38) :
"En lo que había de distancia desde el marco de una ventana liasta el
lecho estalla pintado el pastor Argos con sus muchos ojos, y el lisonjero
Mercurio adormeciéndolos, con esta letra de un Epigrama de Vespasiano
Estroza. ¡
Amor sutil al más celoso engaña."

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LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS IIO,

38 "¡Tal vez en lo campano con la espuela,


rompiendo el Alba de su esposo el sueño,
la guerra exercitaba hasta aquel día 5 1 ,
que de Alfonso envidió Ja valentía!"

39. .Otros ataques iban contra la cultura de Lope. Decía


de él que no sabía latín y tenía que ayudarse de Baltasar Elisio
de Medinilla y de Miguel Cejudo 62 para que le explicasen los

51 Libro VIII. (Ed. Sancha, t. XIV, pág. 285.)


Ex tuis fideliter chartis aliquas describendas censui annotatiunculas tuae
amnino mentí contradicentis ut clarius cognosceret quisque te Latinitatis ex-
pertem, qua te máxime iactas dum suaviter leges, quodex Tito Sroza dé
prompsisti canta 8. fol. ipz.
—-Aurora thorum formosa reliquit,
quod sic Hispanice transUilisti:
Rompiendo el alba de su esposo el sueño.

Sam saepius te rigidum admodum censorem esse dixi, quod omnía ad ce-
rebri tui vertiginem tamquam ad Cristolai libram expendas, ñeque enim VEGA
Strozae versus rebgiosa observatione traducere intendit, sed tantummodo velut
in transítu imitari, & sic dum Htem máxime putas obtinuisse tune aperte
causa cadis." (Fol. 23.)
52 Más conocido por Frey Miguel Cejudo (no fray, como errónea-
mente consta en algunas obras), a causa de anteponer a su nombre aquel
tratamiento como caballero de Calatrava que fué desde antes de 1588 (*).
Nació en Valdepeñas, y era primo de don Bernardo de Balbuena, autor de
El Bernardo. Le unió gran amistad con Lope de Vega, para cuyas obras
hizo diversas poesías laudatorias, y esta clase de composiciones fueron su
especialidad. He aquí las que se conocen de él, con su fecha: 1598, versos
latinos y décima castellana en La Dragontea, de Lope; 1599, quintillas a
El Isidro del Fénix, donde por vez primera se le da este apelativo, y a
La Arcadia del mismo: 1602, dísticos latinos y quintillas castellanas en
La Hermosura de Angélica, de Lope; 1603, quintillas al Patrón Salmantino,
de Armendáriz ; 1607, un soneto para Las Selvas de Brifile, de Balbuena, y
otro para La Restauración de España, de Mesa; 1612, una décima en los
Pastores de Belén y un soneto en la Doctrina del Estado Filósofo Epitecto,
del maestro Francisco Sánchez, y en 1620 una aprobación de la Decente
colocación de la Cruz Santa, de Jiménez Patrón, lo cual prueba que vi-
vía todavía en esta fecha y no murió antes de 1609, como decía don Ca-
yetano Rosell en su edición del Laurel de Apolo (Bibl. Aut. Esp,, to-
mo XXXVIII, pág. 530).
Además, en el manuscrito 3920 de la Biblioteca Nacional hay varias
poesías del respetable caballero de Calatrava, no faltas de gracia, pero tan
desenvueltas, que sus asuntos y frases impiden aquí su publicación.
Elogiaron a Cejudo Lope de Vega, como es natural, en la Jerusalén
Conquistada (1609) (Libro XIX, ed. Sancha, tomo XV, pág. 286):

(*) Su expediente no está en el Archivo Histórico Nacional, lo cual


induce a suponer que debe de haberse perdido.
I20 JOAQUÍN DE ENTRAMÍ3ASAGUAS Y PENA

textos de dicha lengua 53, y esta calumniosa especie debió de ser


"Ya veo, Frey Miguel, con laureola
tu Musa felicísima Latina,
y del Doctor Ángulo la Española
desde sus tiernos años peregrina."

Y en el Laurel de Apolo (silva I. Bibl. Aut. Esp.j tomo XXXVIII, pág. 190):

"Pero en razón de pena tan notable,


Las justas suspender lágrimas pudo
De fray Miguel Cejudo,
El ingenio admirable
En una y otra lira,
Pues con latina y castellana aspira
A que por Valdepeñas Calatrava,
Si bien en la región del aire estaba,
Sea el deifico monte
Del alado Pegaso, que le debe
Por pizarras de plata el cristal puro,
Que en conchas de oro bebe;
Aquel por quien llegó Belerofonte
Hasta el celeste muro.
Vive, ingenio feliz, vive seguro,
Que a su templo te llama
El soplo en oro de la eterna fama,
Para que Guadiana en lauros vuelva
Las vías cuyas islas le hacen selva. ¡
Pero permita, pues se aprecia tanto
De galán de las Musas,
Que se celebre aquel heroico espanto
De nuestra patria ibero,
Pitagórico espíritu de Homero,
Pues todas nueve infusas
Pusieron en sus labios
La dulce elevación que a tantos sabios
Tuvo suspenso el grave entendimiento."

Cervantes, en el Viaje del Parnaso (ed. Bibl, Aut. Esp.} tomo I, pág. 683):
"Miguel Cejudo y Miguel Sánchez vienen
Junios aquí, ¡ oh par sin par! En éstos
Las sacras musas fuerte amparo tienen,
Que en los pies de sus versos, bien compuestos,
Llenos de erudición rara y doctrina,
Al ir al grave caso serán puestos."
Y, finalmente, Francisco de Herrera Maldonado, en su Sannazaro Español
(Madrid, 1620, fol. 57):
"Y de la fama al son que nunca cesa
Dulce canten Cejudo_, Mescua y Mesa."
53 Véase la nota 28 de este Capítulo.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 121

una de las más crueles saetas que recibió el Fénix, con razón or-
gulloso, muy a menudo, de sus estudios de aquel idioma clásico.
40. Sin embargo, más doloroso le sería aún que le recorda-
ra cierto divulgadísimo soneto de Góngora, su más odiado ene-
migo, en que se burlaba el "cisne del Betis" de su dramática 0 4 :
41. A D. Francisco de Quevcdo.
Anacreonte Hespañol, no ai quien os tope
Que no diga con mucha cortesía
Que ia que vuestros pies son de Elegía,
Que vuestras suavidades son de arrope.
No imitarais al Terenciano Lope,
Que al de Belerophonte cada día
Sobre cuecos de cómica Poesía
Se calía espuelas i le da un galope?
Con cuidado especial vuestros antojos
Dicen que quieren traducir al griego.
No aviendolo mirado vuestros ojos,
Prestádselos un rato a mi ojo ciego,
Porque a luz saque ciertos versos Floxos,
Y entenderéis qualquier gregüesco luego."

"Nec est enim quod silentíum in crimen obijcias, & quasi ignoratae ab
ipso latinitatis praetextu calumnias tuas in vulgus spargas." (Fol. 27.)
"Dolosis quotidie nos intercipis modis, cum áliquase offcrt occa-sio eru-
dis Medinillae & insignis. Cejudo anxilium exposere." (Fol. 24 vto.)
"Quod si responderé ignoras, ut costera quae studio comparari solent,
liceat acetre Medinillam, & Cejudo interesse ut haec & tibí valeant inter-
pretan, & spicula nostra retorquere." (Fol. 26.)
Por fortuna, ya ha sido reivindicado Lope de Vega por el señor Millé y
Giménez (*) de la afirmación hecha por tal o cual erudito de que el gran
poeta desconocía el latín, y se ha demostrado palmariamente que el Fénix
fué el maestro de Medinilla, y no su discípulo (San Román, Elisio de Mc-
dinilla, pág. 17).
Por lo que toca a la supuesta ayuda que le prestara fray Miguel Ceju-
do, es imposible determinar hasta qué punto sea verdadera. Nada tendría
de particular ni extraño si hemos de atenernos a la justa farrüa de gran la-
tinista que tenía el panegirista del Fénix y la amistad íntima de ambos.
54 Obras poéticas de Góngora. Ed. Foulché-Delbosc (tomo III, pá-
gina 3).
"At cum Bellerophonti quotidie admoveas soceos. & cursítando defati-
sari non cesses ut doctissimus in te scripserat Cordubenses, cuius admiranda
posteritati carmina canis, potius quam canus allatras, & mordes in thea-
tro." (Fol. 21 vto.)

(*) Estudios de Literatura española, La Plata, 1928 (págs. 247 y si-


mientes), y Lope de Vega traductor de Claudiano. (En Vcrbum, Buenos
Aires, núm. 60, año XVII.) ¡
122 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

42. Pero no fué sólo esto, sino que, siguiendo el método de


Góngora y Alarcón, desacreditó la fama de Lope; atacó a su
familia y se burló de su pobreza 05, amenazándole además con
que le apalearía cierto erudito varón que escribía por entonces
una elegante apología contra el Antídoto, de Jáuregui, divulgado
poco tiempo antes 6C.
43. Me inclino a creer que, aun cuando fueron muchos
los que publicaron respuestas defendiendo a Góngora contra las
las censuras de Jáuregui 5T, se alude aquí a don Francisco de
Amaya S8, pues aunque no llegó a publicar la citada apología con-

55 K L U P I scripta, moresque in quorum canclorem invasisti ab invidiae


tuaa fastu vindicarem." ''Sed ubi proborum famae detrahitur, & innoxiorum
capiti, & sanguini insultatur, ubi denique satyrica licentia necessitatem irri-
tat, quis calamum contineat." (Fol. 26 vto.)
56 "Sed vapnlabü forsan ab erudito viro inte & ineptum Iaurcgui an-
tidotum, elegantem, apologiam simal conscríbente." (Fol. 21 vto.)
57 Desde el punto en que don Juan de Jáuregui dio a conocer su vio-
lento Antídoto contra las Soledades1 de don Luis de Góngora. (Ms. Biblio-
teca Nacional. M. 107), fueron varios los defensores del culteranismo que
escribieron contra él. Don Miguel Artigas cita las siguientes respuestas al
Antídoto (Ob. cit., págs. 232 y 233):
a) Examen del Antídoto o Apología por las Soledades de Don Luis
de Góngora contra el autor del Antídoto, por don Francisco Fernández
de Córdoba, abad de Rute.
b) Contra el Antídoto y en fabor de don Litis de Góngora, por "Un
Curioso", paisano y condiscípulo de Jáuregui, que se ignora quién sea.
Lo publicó el señor Artigas (Ob. cit., pág. 395.)
c) Papel en defensa de don Luis de Góngora [contra el Antídoto
de Jáuregui], por el Alférez Estrada.
d) Contraantídoto, discurso que don Marcelino Menéndez y Pelayo cree
que pueda ser de Ángulo y Pulgar (Ideas estéticas, tomo III, págs. 504-
505). Estuvo en el Archivo del Duque de Gor (Granada) ;! pasó a. la Biblio-
teca del Marqués de Jerez de los Caballeros, y seguramente pasaría con
ésta a la Híspante Society de Nueva York.
58 Don Francisco de Amaya o Pérez de Amaya fué uno de los hombres
más eruditos en Humanidades y Leyes del siglo xvn, aun cuando no sea tan
conocido como se merece. Nació en Antequera (Málaga), y fué colegial de
la Universidad de Osuna, donde se matriculó el 1 de octubre de 1603 en pri-
mer curso de Cánones, que aprobó el 2 de abril de 1604. Pasó luego a Sala-
manca, en cuya Universidad alcanzó el título de bachiller en Cánones en 23 de
mayo de 1608; pero al poco tiempo regresó a Osuna, y en la Universidad
de esta ciudad se graduó de licenciado en la misma facultad, en 11 de di-
ciembre de 1608. En la Universidad de Osuna también se doctoró en Cáno-
nes el 16 de mayo de 1612, y fué nombrado Rector de ella en 19 de julio
de 1616. Desempeñó este cargo explicando a la vez Derecho civil, hasta el
14 de mayo de 1617, en que abandonó Osuna al ser nombrado Colegial Ma-
yor de Cuenca, en Salamanca, tomando posesión de la plaza el 22 de noviem-
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 123

tra el Antídoto, hay pruebas de que criticó éste c9 y además alu-


de a él Lope de Vega en otra ocasión 60 citándole entre sus peores
: :i
enemigos. '
44. Y puede señalarse otra interferencia más 01 de esta gue-
rra de Lope de Vega y los preceptistas aristotélicos con la cul-
terana, que precisamente sirve para distinguirlos con claridad:
decía Torres Rámila en la Spongia, según parece, que llamaría
en auxilio a Góngora, si era preciso, y a la vez criticaba el que
Lope de Vega se hubiera burlado de los versos del poeta cor-
dobés en una de sus comedias G2, lo cual por si mismo indica
una vez más que las relaciones de Torres Rámila y los suyos con
los culteranos no fueron sino intentos de alianza de fuerzas distin-
tas contra el Monstruo de Naturaleza, que debieron de rechazar
Góngora y sus partidarios, seguramente, porque comprendie-
ron el resultado posible de una lucha semejante.
45. Por último, Torres Rámila añadía que Lope se lamen-

bre e 1617. (Véase Rodríguez Marín, Nuevos datos para las biografías de
cien escritores célebres de los siglos xvi y xvii. Madrid, 1923, pág. 516.)
En Salamanca comentó a Justiniano, alcanzando celebridad por la cla-
ridad y firmeza de su doctrina y la elegancia con que la exponía. Ocupó, ade-
más, los cargos de Abogado del Fisco en la. Real Cnancillería de Granada y
de Oidor en la de Valladolid. Sus obras más famosas fueron los comentarios
y anotaciones de la Soledad Primera y al Polifemo, de Góngora, a quien admi-
raba con verdadera idolatría. Otros libros suyos son de carácter erudito:
In tres posteriores libros codicis Imperatoris Justiniani Commentarios (Lyon,
1639) y Apología pro Statuto Collegi Conchen-sis contra calumnia'»], Joamies
Escobar del Cano. De joven parece ser que también comentó el Ibis dte
Ovidio.
59 Sebastián de Herrera y Rojas, que no halló publicado el supuesto tra-
bajo de Amaya, vio, sin embargo, un ejemplar del Antídoto anotado al ¡mar-
gen por este escritor. De él sacó copia Gallardo, que hoy para en la biblioteca
partücular del señor Leguizamón. (Véase Artigas, Ob. cil., pág. 232.)
60 Véase el capítulo V, número 56.
6r Véase la Advertcnci-a Preliminar, nota i, y el capítulo I. núms. 40
y sigts.
62 "Cum iam nihil prorsus de victoria speres, & prope sit, ut digitum
tollas, stipposititium tibi Cordubensem advocas, qui in arenam descendat, ex
qua te ignavia gludiator obscene deiecit." "Nihilominus scisciteri parum a te
lubet, quando ullos GONGORAE versus LUPUS noster censoria virgula notaverit?"
To!. 21 vto.)
Se trata, couio es de suponer, de la comedia El Capellán de la Virgen,
San Ildefonso (1616), donde Lope de Vega atacó por primera vez públicamen-
te a Góngora, remedando en burla la poesía culterana con un soneto que
comienza. "Inés, tus bellos, ya me matan ojos." (Véase el capítulo I, nú-
meros 40 y sigts.)

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124 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

taba de no haber alcanzado un puesto elevado en su patria, y


que esto era a causa del peso de piedra que. tenía su ingenio C3.
En fin, que no hubo oprobio o vergüenza que no le atribuye-
ra 0i el terrible gramático de Alcalá.
46. Además se censuraba o aludía malvadamente en la
Spongia a don José Antonio González de Salas G5, al padre Juan

63 "Sed cum toties de patria tita querimonias detulcris, quod te ad digni-


tatis culmen non vexerit, ñeque ascenderis, industria volitans pennarum re-
migi-o lapídeo detentus pondere, non pedibus, sed ingenio, quibus' saepissi-
me repetitis, ad nauseam provocas." (Fol. 20.)
Claro es que Lope de Vega, si no en esta época, antes sí se había quejado
de su mala fortuna en la dedicatoria de El Peregrino en su patria (Sevilla,
1604). (Cfr, Rodríguez Marín. Ed. Quijote citada, tomo I, pág. 54.)
64 "Nulla est convitiandi libido ad cuius effraenem licentiam stylum non
coegeris, nullum probri gemís, nulla de decoris labes, quam poeticae L'UPI
facundiae non adsperseris," (Fol. 26 vio.)
65 Llamado también más comúnmente don Jusepe de Salas. Como dice
don Marcelino Menéndez y Pelayo, fué "el español que en su tiempo conocía
mejor las letras clásicas" (Ob. c'ü., tomo III, pág. 365), y además, a pesar
de ser excelente preceptista aristotélico, no se opuso a las innovaciones in-
troducidas por Lope de Vega, porque, según la acertada opinión del maes-
tro, "en él se aunaban y no se excluían la veneración por los clásicos y la
admiración por el arte nacional, que él juzgaba muy conforme a los princi-
pios de imitación y de verisimilitud, .que en el Stagirita encontraba, puesto
que era poético reflejo de las costumbres y modo de ser del pueblo espa-
ñol." (Menéndez y Pelayo, ob. y tom. cits., pág. 368.) Fué, pues, además del
primer humanista de sü tiempo, un espíritu ecléctico, que vivió y sintió con
su época, y de aquí que su obra tenga todavía el atractivo de lo nuevo y el
interés de lo viviente.
La familia de don Jusepe era noble. Sus padres fueron el contador don
Diego González de Salas, natural de Frondoso y señor de la antigua casa de
los González de Vadiella, heredada luego por don Jusepe, y doña Isabel de
Jibaja Pisa y Quiroga, natural de Madrid, donde nació nuestro humanista
en 1588. Luperclo Leonardo de A'rgensola fué su primer maestro, y habién-
dose dedicado durante toda su vida al estudio descolló extraordinariamente
en Hebreo, Griego y Latín y en Historia, Geografía antigua y Filología Clásica
y Española, materias sobre las que escribió varias é interesantes obras, cuya
lista consta en la Historia de la Lengua y Literatura castellana, de Cejado'r
(tomo V. Madrid, 1916, págs. 91 y 92).
Su vida fué austera, y no quiso ostentar cargo público alguno que le
apartara de su trabajo. Perteneció a la orden de Calatrava desde 1634, y man-
tuvo íntima amistad con Quevedo, cuyas poesías editó después de la muerte
de don Francisco; pero corrigiéndolas y arreglándolas —'"expungiéndolas",
según decía él—, con tan buena intención como infelices resultados. Gonzá-
lez de Salas murió repentinamente el 14 de marzo de 1651, cumplidos ya los
sesenta y tres años de edad, y Lope de Vega tiene este elogio suyo en el
Laurel de Upólo (silva VIII, ed. Bibl. Atit, Esp., tomo XXXVIII, pági-
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 125

Luis de la Cerda cc y a Luis Tribaldos de Toledo CT, aunque


na 216), donde las alusiones evidentes suplen la ausencia extraña de su
nombre:
"Pero si quieres ver del nombre mismo (*)
Un noble y elocuente caballero,
Honor de los laureles de tu orilla, (**)
Sucesor de los condes de Castilla,
Profundo a todas letras, docto abismo,
£u viva imagen enseñarte quiero;
Mira de Horacio el singular retrato,
Y con él, para firme testimonio,
Un docto suplemento de Petronio,
Que al sueño, al ocio ingrato,
Muestra de sus vigilias el efeto;
Esta es su luz, su norte,
Estudiante en la corte,
Y en su trato filósofo discreto.
66 Apenas se sabe nada de la vida de este famosísimo latinista y erudi-
to toledano. Nació en 1560. Su padre, don Juan de la Cerda, fué canónigo
de la Catedral de Toledo. Ingresó en la Compañía de Jesús en 4 de octubre de
1574) y pronto se hizo famoso, tanto por su virtud como por sus escritos,
hasta el punto de que el Papa Urbano VIII —el ilustre Mecenas de muchos
ingenios, entre los que figuró Lope de Vega— tenía en su cámara una ima-
gen del padre Juan Luis, y cuando vino el cardenal Francisco Barberino como
Nuncio de la Santa Sede a la Corte de Felipe IV, trajo el encargo de saludar-
le en nombre de Su Santidad. Explicó Retórica en Murcia, Oropesa y Madrid,
y toda-su vida la dedicó aí estudio, produciendo valiosísimas obras de Hu-
manidades, cuya lista formó Nicolás Antonio en su Bibliotheca Hispana Nova
(tomo I, pág. 722). Murió en 6 de mayo de 1643. Es extraño que, siendo tan
amigo de Lope, no le alabara éste en el Laurel de Apolo, donde figuran tan-
tos con menos motivos, y sólo a olvido puede, seguramente, achacarse, ya
que le dedica este elogio en El Peregrino en su patria (ed. cit., pág. 288):
"O estrella, y de las almas escudero,
Geronymo segundo en la escritura,
¡ O luz del gran Virgilio 1 ¡ O nuevo Homero I
Cerda en la crin del sol dorada y pura."
Y este otro en La Filomena (Fol. 157): >
"Tu mano formó la Arquitectura
De Juan Luis de la Cerda, honor de España,
Un pedestal a su inmortal figura."
También el célebre humanista Gaspar Barth le ensalzó extraordinaria-
mente en su obra Animadversionibus ad Gullielmi Brittonis Philippidos,
67 Nació Luis Tribaldos de Toledo en la fortaleza de Tébar, cerca de

(*) Es decir, el mismo nombre que el elogiado anteriormente: "don


Jitsepe Pellicer de Salas".
(**) Alude al Manzanares, aunque no lo parezca por los laureles. (Con-
fróntese ed. cit, pág. 210.)
I2Ó JOAQUÍN DE E T Í T R A M B A S A G Ü A S V PENA

a este último también se le mencionaba como consejero del cita-


do González de Salas en las traducciones latinas, y huma-
nista de autoridad 08.

San Clemente (Cuenca), en 1558. Estudió en la Universidad de Alcalá de


Henares, donde fué luego profesor de Retórica. El Conde de Villamediana
le nombró secretario suyo en 1605, para que le acompañara, además, a Ingla-
terra como intérprete de latín, idioma que dominaba completamente hasta
serle tan familiar como el castellano. Cuando el Conde-Duque de Olivares
alcanzó el favor de Felipe IV, Tribaldos, a quien protegía, fué nombrado
bibliotecario del valido. Desempeñó el cargo de cronista mayor desde la
muerte de Herrera, y a causa de ello le enqargó el Gobierno una relación
de las guerras de Chile: Vista general de las continuadas guerras; difí-
cil conquista del Gran Reyno y provincia de Chile (1625). Otras obras su-
yas las anota Nicolás Antonio en su Biblioteca Hispana Nova (tomo II,
página 67).
Tribaldos murió en Madrid, en 1634, o sea un año antes que Lope, quien
presenta en La Filomena "al gran Tribaldos de laurel ceñido" (fol. 113), y
más adelante dice:

"Posaron los buriles y cinceles


En el docto Tribaldos de Toledo,
Para quien fué Vicencio griego Apeles."

De lo cual parece deducirse que Vicencio Carducho (que es el aludido) le


hizo un retrato, hoy desconocido.
Además, en el Laurel de Apolo (Ed. cit., pág. 218, Silva VIII) hay es-
tos versos, donde el Fénix señaló las excelentes dotes intelectuales y morales:
"Tejed a Luis Tribaldos de Toledo,
Musas griegas, latinas y españolas,
Tres verdes laureolas;
Que aseguraros puedo
Que de ninguno más gloriosamente
Ciña la -docta frente;
Severo en el Parnaso,
Para todo difícil, grave caso,
Arbitro de las musas tiene asiento;
Sus letras celebrad, su entendimiento,
Su condición amable y generosa,
Su dulce verso y su fecunda prosa."

Y Herrera Maldonado en Sannasaro Español (fol. 57):


"Tribaldos de Toledo, al tiempo eleva
Con su ingenio y su peltro (sic) soberano,
Siendo maestro su saber divino
Al griego, al castellano y al latino."

68 Nondum Appollinem accesseras ex cortina sciscitanii, immo & osci-


tanti responsurum, & per invios calculorum tramites sub luce deviantit tna-
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 127

47. A González ele Salas le dedicaba una epístola entera 0!',


oscura de conceptos y firmada por "el Maestro Torres, nom-
brado de derecho", en su aposento de trabajo el 2 de julio
de i 6 i 7 7 ü ; pero parece que ya antes le había atacado de di-
versos modos, censurando con un "decreto denigrante" su es-
tudio sobre el antiguo uso de los cálculos, contenido en la Di-
sertación de la tierra descubierta, publicada al frente de la tra-
ducción que hizo de la obra: De situ orbis de Pomponio Mela 7 1 ;
y juzgando "con pluma rústica" las notas que puso al Satyri-
con de Petronio T2, tan deseadas por los eruditos "3.
48. En la citada epístola censura Torres Ránula, de nue-
vo, el discurso sobre el uso de los cálculos en la antigüedad 74

ligua auxiliaturum (Toletum dicó) quem varia Criticorum lectione diligen-


tem, sermonis puritate disertum." (Fol. 4.)
"Elige, selige, supplex tamen e.voro, ne ad Toletum consulendum recu-
rras, quia mihi exoptanti diem indixeris, suggillata demon-strabo, ni dedigneris,
mino alia, qitae ad Grammaticos spectant quippe devocibus sic Ethnicos Phi-
losophos illos describens, Grammaticus circa curam voris versatur, & ut ¡0-
gissime fines suos proferat circa carmina, circa historias hinc te ipsum col-
ligera potui & alicas, qui legiter humanioribus literis delibuti veram cuius-
que scientiae notitiam sibi vindicant arroganter." (Fol. 6 vto.)
69 Se reproduce en la Expostulatio Spongiae (fols. 4 a 7 vto.).
70 "Ex Museo, postridie Kalend. Iulii. lúij. ¡Addictus iure. Magister
Turrianus." (Vol. 7 vto.)
71 Seguramente lo leería manuscrito; la primera edición es muy pos-
terior: Compendio Geographico i Histórico de el orbe antiguo i descrip-
ción de el sitio de la tierra, scripta por Pomponio Mela... I ahora, con
nueva i varia Ilustración, restituido a la suia Española, por González de
Salas. Madrid, 1644. (Noticia segunda.)
72 Debió de conocerlo en manuscrito también, pues no se publicó has-
ta mucho después: Jn Petronium Arbitrtim notas. Frankfort, 1629.
73 ''testera hic IOSEFHUM SALAM advoco, virum in quo nobilitatem li-
teris parí vinculo sociatam veneror, quem tu toties ore tuo férreo indignia
modis lacerasti, cuius diatribam de calculorum vsu vetori, quam auafo
nimis sinu reconditam habet atramento sutorio cocutulasti, cuius denique
doctas in Petronium notas quas hianti ore cuncti musarum alumni exoptant,
Pastoritia fistula excepisti." (Fol. 4.)
74 Quod melius quisque sanae mentís iudicabit quam temer arte ex
poneré Criticorum immanitati. Expungunt literulam, dilacerant sensutn, &
subsannato vulneri cruentam adhibent manum, ñeque exhibent medicinam:
opugnas te, nec propugnas variis in locis, praesertim cum Scythicam &
Creticam calculorum consuetudinem Romanis inductam problematice affirmes,
iiec aliquod deducás assertum aptius ergo aligo siste paulis per gradum non
dotrinae, quam circumualíaiieras tot authorum farraginc obuersari cognoscis?
Si suecussanti numero, & Pedcstri dictione iocari liceat cálculos ipsis Ro-
tnanormn tumulis una cum cadaueribus obrutus asservisti. Indique in Hispae-
128 ' JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

y alude, coma se ha dicho, al auxilio que solía prestarle Tribal-


dos de Toledo a González de Salas para traducir latín 7".
49. Si hemos de creer a Torres .Rámila, don Jusepe se
había dedicado a averiguar cuanto pudo de las notas del autor
de la Spongia y de su amigo Manuel Ponce 7(i, "valiente defen-

mam proflu.visse. Cur Ubi mctipsi grauis solitm ad Scythas adstruis allusisse?
Quid clarius? Styhtm vcrtas." (Fol. 6 vto.)
"Deest Aristeneti locas tibi ipsi pngnans, maturiiis rem consideres, hace
supersint, nam si de Erithraeo Mari de Indica playa, qitam asseris gemines
esse affhíentcm, cuín hac in remtllus haeritaucris itnquam, ct tu lonyum te-
xis paregon." (Fol. 7.)
75 Véase la nota 63 de este Capítulo.
76 Solamente he logrado averiguar de este escritor que era natural de
Madrid, donde debió de nacer hacia 1581 (*), y que vivió en la Corte
casi siempre, siendo "criado de Su Majestad [Felipe IV] en los papeles
de su Hacienda". (Véase el capítulo VI, número 18.)
Fué crítico muy erudito, y estimado como tal por sus contemporáneos;
pero se conservan pocas obras suyas, y éstas de escasa importancia litera-
ria: Oración fúnebre en la muerte de don Rodrigo Calderón, que fué dego-
llado en la plaza Mayor de Madrid. Jueves, 21 de octubre de 1621 (véase
Pérez Pastor, Bibliografía madrileña, III, 37), la cual también está manus-
crita en la Biblioteca Nacional (Sig. 2g'o, fol. 22), y fué reimpresa por Va-
lladares en su Semanario erudito (tomo I), y Relación de las fiestas que se
han hecho en esta Corte a la Canonización de cinco Santos (1622), en cuyo
certamen poético presentó un soneto que no fué premiado. Asimismo escribió
un discurso titulado Cristal de la lengua castellana, obra titulada Del Genio
y tinos Comentos de algunos lugares de Virgilio, todos citados en la Perinola
de Quevedo, y cuyo paradero se ignora. Sospecho por la Oración citada que
acaso le protegió el Marqués de Siete Iglesias. Desde 1622 no he hallado no-
ticia alguna de Ponce, aunque supongo que viviría bastante tiempo después de
esta fecha, ya que en ella era joven.
He aquí un soneto suyo, que aparece inserto entre las obras de Lope de
Vega (ed. Sancha, tomo XII, pág. 257) :

Una Aurora, esplendor de siete Auroras,


Tu cuerpo fué sepulcro de tus acciones,
En cuanto ilustra el alma las regiones,
Que viven sin ofensa de las horas.
Muerto a la vida, el término mejoras,
Pues con enternecidas suspensiones
En abismo de luces te dispones
Glorias, que en inmortal seno atesoras.
A suprema deidad el alma unida

(*) Por nuevos datos que he hallado se sabe que tenía treinta y un años
en 1622. (Véase el capítulo VI, número 18.)

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LOPE DÉ VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 129

sor de las musas", a quien, sin embargo, había admirado en


sus disertaciones públicas. Y como lo que, al fin, llegó a sa-
ber González de Salas acerca de ambos amigos se disponía a
comentarlo malintencionadamente —prueba, dicho sea de paso,
de que no todo sería inatacable—, habían tenido que abandonar
la Universidad de Alcalá —es posible que Ponce estuviera en-
entonces allí temporalmente dedicado a sus estudios— para
arribar a "este puerto agitado", como llama a Madrid, adon-
de, por otra parte, tenía pensado Torres -Rámila venir a saludar
a González de Salas, y es de suponer que poco afectuosamente.
50. En Madrid no permitieron que a causa de cierta sen-
tencia, cuyo sentido no se aclara —acaso la de alguna acade-
mia o certamen literario—, se les escapara la ocasión de las
manos, y Ponce hizo pública una diatriba contra el tan traído
y llevado discurso de los cálculos; y si González de Salas mios-
tró luego en sus palabras cortesanía y buen carácter, no tardó,
como es natural, en trocarlas por otras bien distintas 77, a las
que Torres Rámila respondería, aunque no lo dice, con la ma-
ledicencia que le era peculiar T8, sin perjuicio del ataque que

En sí anticipa el premio suspendido


De su divino amor saora violencia.
Volviste a los umbrales de la vida,
Porque el orbe, a tu ejemplo reducido,
En más grados de Dios bebas tu esencia.

77 "Pracsentem tantum videris compelíate, cum ad me detulit illud


nescio quis, nec non mttltum te Mi [así] conquestum de nostro Emawucle,
strenuo Musarum propugnatorc, liaud itariis infidas, cuín expertas non
semel illius ingenium, vario literarum congressu tui admiratioiie, & astan-
iium progresso: ac de me simirt, qui una cum ipso itt p-rimum Compluten-
se decesissem palaestra, hunc que apcllcrcm portum aestuantcm, sane et
si in altum procederé nauigaturos temeré cius pcllici-at malacia te iré dc-
crcucram salutatum.
Accidit ex sentcntia nec per misi-mus quidem, vt opiata manibu-s elabe*
retur occasio, Post áulica tamen verba, tomitatem, bonamque; indolem reda-
lentia, fucato lenocinio, quibus callidior se insinuaret serpens, & virus letha-
le cuomerct." Inexpectatus deprompsit noster Emanucl tuormn cauculorum
diatribaeta fercula." (Fol. 4 vto.)
La identificación de "nuestro Manuel" —dicha por Torres Rámila—
con el dicho Manuel Ponce no ofrece dudas, si se tienen en cuenta las re-
laciones entre ambos y la tendencia de éste en la guerra literaria de Lope
de Vega y los aristotélicos. (Véase el capítulo VI, núms. 18 y sigts., y el
'Apéndice, verso 165.)
78 Véase el capítulo VI, núm. 62,

9
I3Ó JOAQUÍN DE ENTRAMBASAtíUAS Y PENA J

le hiciera más tarde en la epístola aludida, en la que acaso tam-


bién interviniera su amigo Ponce.
51. No obstante añade Torres Ránula que intentó abi-
tes varias veces hacer desistir a aquél de su empresa de cen-
surar la obra de González de Salas 70.
52,. Finalmente censura a éste su latín y le trata de igno-
rante 80.
53. Al padre Juan Luis de la Cerda parece que bajo "el
nombre aburridísimo de Didascalio" le censuró sus comentarios
a Virgilio S1, no haciéndolo descubiertamente por el peligro que
ofrecía S2, al tratarse de latinista de tan reconocida autoridad.
54. En cuanto a Luis Tribaldos de Toledo, no se dice en
qué consistió la ofensa, hecha sañudamente con pluma y hie-
rro 83, pero es de sospechar que también tendría carácter aná-
logo a las citadas.
55. Además, aunque no lo indicó Pellicer S4, y La Barrera
solamente de modo secundario S3, Torres Rámila había ataca-
do también al doctor Pérez de Herrera 8G, censurándole sus

79 "Recusatti non semel (Deum ipsum testor) verum elaboraui ut sita


tenaci desisteret sententia." (Fol. 5.)
80 "Nec íiostram infontem argueres molestiam, lege, perlege tita illa
sunt non nostra: quod si non occallueris quippe author turpi innrendus nota.
Expendas modo an merae nitgae sint, quod fatearis oportet, cum omne pror-
sus excludant vinculum orationis? an quod sine rubore nunquam audebo di-
cere solaecismusf" (Fol. 6.)
"Immemor quae etiam rudibus conspicua- suntj pars scilicet tópica, sic So-
phiae Princeps." (Fol. 7.)
81 Debe de tratarse, sin duda, de los que hizo a las Bucólicas y las
Geórgicas, y a los seis primeros libros de la Eneida, impresos en Madrid
en 1608, y en Lyon en 1612, respectivamente, pues los comentarios a todas
las obras de Virgilio no aparecieron hasta el mismo año que la Spongia,
lo cual fué tan buena como impremeditada respuesta a la critica de To-
rres Rámila:
Commentaria in omnia opera Publii Virgilii Maronis, tomo III, argumen-
tis, explicalionibus & notis illustrata. Lyon. 1617. Fol.
82 "Erupit in ipsam Religionem hic Ímpetus, nec ipsi Reuerendo pa-
tri Ioanni Ludouico Cerdae pepercit, quem vt supinae in Virgilio oscitantie
arqueret, ineptissimum sibi Didascali nomen assumpsit, ut quem publice, nisi
summo periodo non poterat e latebris securots infamaret." (Fol. 57 vto.)
83 "Quid Tribaldum loquar, quem iste etiam Tarquinius stylo, ferro,
cálamo aggressus est?" (Fol. 48.)
84 Vida de Cervantes (pág. 75).
85 Ob. cit, pág. 309.
86 Véase el capítulo IV, nota 173.
LOrE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS ^T ,

epigramas y enigmas y negándole sus conocimientos médicos 8 ',


y al autor de una Historia de España publicada poco antes,
tras de varios pesados libros y toda llena de mentiras, el cual.,
aunque se ha querido identificar con Luis Cabrera de Córdoba,
es el padre Juan de Mariana seguramente s s .
56. l'or esla causa, sin duda alguna, y no porque Torres
Rámila "hubiese puesto su lengua literariamente mordaz en los
escritos del Padre Juan Luis de la Cerda", como creía Pelli-
cer so, respondió en seguida el ilustre historiador con un epi-
grama griego, dirigido contra el autor de la Spongia, que lleva
fecha de 6 de diciembre de 1617 uo, y fué traducido al latín por
Vicente Mariner, muy partidario de Lope de Vega 91, de la
siguiente forma:

S7 Véase el capítulo IV, nota 173.


SS Véase el capítulo IV, nota 174.
89 Vida de Cervantes, pág. Si.
90 Se ignora el paradero del original griego del epigrama de Ma-
riana. Pellicer alude a él en su Vida de Cervantes (pag\ 81); pero segura-
mente sólo conoció su versión latina. Dice que es:
"un epigrama en griego, en que le trata de hijo de la ignorancia, de
vano, de plagiario, de que impedía que otros hiciesen lo que él no podía ha-
cer; de azote de los poetas, de digno del patíbulo."
91 Todavía está esperando el estudio monográfico que se merece el
insigne humanista Vicente Mariner de Alagón, a quien pudiera con justi-
cia llamarse el Lope de Vega de la erudición clásica, por su asombrosa
fecundidad. Nació en Valencia, a finales del siglo xvi, y en la Universi-
dad de su ciudad natal estudió, distinguiéndose extraordinariamente. Fue-
ron para él familiares el griego y el latín, idiomas en que escribió la mayoría
de sus obras. Se dice que llegaba a componer trescientos versos en latín
de un tirón, sin el menor esfuerzo, y es no sólo creíble, sino muy probable,
pues únicamente así se explica que escribiese más de trescientos cincuenta,
mil, entre griegos y latinos, y ochocientos epigramas. Su fama le granjeó la
envidia de la mayor parte de los ingenios de su tiempo, y tuvo amistad con
Quevedo, a quien escribía cartas en latín, contestadas en la misma lengua
por don Francisco, y con Lope de Vega, que le ensalza así en el Laurel de
Apolo (silva VII, ed. Bibl. Aut. Esp,, tomo XXXVIII, pág. 214), en agrade-
cimiento de las muchas veces que el gran humanista valenciano celebró sus
obras o atacó a sus enemigos, como aparece en el curso de este trabajo:

... "dorado Manzanares,


Del Tajo enojo, emulación de Henares:
Llama las ninfas de tu sacro coro,
Y de Vicente Mariner laurea
La sacra frente, pues a honrarte vino
Con el verso dulcísimo latino,
132 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PENA

37 "Ex graeco epigramata D. Joan Marianae ad Moraum.

Epigramma.
Pili stultitiae, sine dogmate, vane, superbe
dic nihii cum sapias, cum tibi tot tribuís?
Omnia novi, inquis, tu ignarus in ómnibus ipse
Oinnia, dum liba plurima saepe capis
Quae praestare nequis, obstas bona tradere quemque
Ut Saturoni astrum cuncto si tu maculas
si aufers dúo, {Mome, elementa priora
sex reliquis semper dignus ubique pater
at imponens dúo, scilicet as, quoque petre
quam pulchra titulus sic tua, teque manet."

58. Además, pareciéndole poco al traductor lo dicho, aña-

Porque inmortal en tus riberas sea;


Y provocando el dórico liceo,
Las musas griegas le darán trofeo.
Honre la tierra extraña
A quien nunca premió su madre España."

Y en La Filomena (fol. 157) dice también aludiendo a la falta de re-


compensa que siempre padeció:

Aquí el insigne Mariner versado


En cuan,to supo ya la escuela griega
Premiado en griego, porque no premiado."

Efectivamente, todos los merecimientos dichos de nada sirvieron a Ma-


riner para hallar la merecida recompensa. Solamente consiguió ser tesorero
de la Colegiata de Ampurias (Gerona) y luego jefe de la biblioteca del Mo-
nasterio de El Escorial, donde, teniendo abundantes materiales para sus
estudios, realizó muchas de sus obras, y escribió tanto, según propia con-
fesión, que ocupaban sus notas más de trescientas sesenta manos de papel, a
pesar de que su letra, era "muy menuda y apretada". Murió en Madrid,
el año 1636, y se le enterró en el convento de Trinitarios Descalzos, situa-
do donde el actual, en la plaza de Jesús. En este convento quedaron los
manuscritos dfe la mayor parte de sus obras, que no pudo publicar a
causa de su falta de recursos, y hoy andan desperdigados en diversas bi-
bliotecas, especialmente en la Nacional. La lista de todos sus escritos pue-
de verse en la Bibliotheca Hispana Nova, de Nicolás Antonio (tomo 2. 0 ,
pág. 326), y acerca del valor de ellos consúltese Menéndez y Pelayo: La
Ciencia Española (III, 260).
92 Ms. 9.813 de la Biblioteca Nacional; Vioentii Marineris Valentiiii,
Varia cpigrammata (fol. 678). Un vol. en 4.0, autógrafo. El epigrama va en-
cabezado así:
" E x graeco hoc fu[it] interpretatua epigrama de Joan Marianae, eius
airtoris. Gratia et amicitia 6 Decemb. 1617."
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 133

clió los siguientes versos, que imprimo como curiosidad, por


estar también inéditos o a ;

59" "In qnendam Zoilum


Elegía,
Etsi digna tuis non scribam nomina factis
norainibus scribam crimina digna tuis
Vappa erro mendax manduco flagellifer hostis
Qui niveam fugis turpis hirudo ensera.
Grammaticae normas tu vix vel mente notasti
Musarum atque audes currere prata celer
Ore venena tuo spumanti mixta phalerno
Effundit semper lingua trifalsia madens
ut sis saepe tuto noluis tua pectora turpi
Palladis et Coscas componis ipse genos...
ut canis ecce latras, nec te lupus impiger horret
nam quo dente queas membra ferire cares
(ut canis ecce latras nec te lupus impiger horret)
nam quo dente equeos membra ferire cares.)
Ut catulus nítidas qui nondum conspicit áureas
Ipse vides, ideo candida tu atra putas.
Non dum penna tuas infirmas vestisti alas.
Atque tuum vento vis daré pullus onus
Lacte fluit labrum gustatim et decidit humor,
Nan stomacho algenti pabula nulla roguis
Nec lac est niveum patulo quod suscipis ore,
sed dat quale undis sepia victa maris
Voce onager, vultuque onager pedibusque sinuque
Et nit non onagri nunc tua vita refert.
Fábula tu cunctis satis est quod fábula possis
Esse tuis cunctis dat tua scena nihil,"

93 Ms. 9.806 de la Biblioteca Nacional: Vicentii Marineris Valentini:


Opera poética (fol. 739). Un vol. en 4. 0 , autógrafo.

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CAPITULO III

PRIMERAS RESPUESTAS A LA " S P O N G I A " .

Efecto e importancia del libelo de Torres Rámila.—Actitud del


"Fénix" y los suyos ante el ataque.—Dos sátiras inéditas de
Lope de Vega: autenticidad de su atribución; su carácter, su
contenido.—Datos nuevos que aportan relativos u Torres Rá-
nula y a Suáres de Figueroa. "El Triunfo de la Fe en los
Reinos del Japón" : sus alusiones. Un cartel de desafío de
"Franciscas Antididascalus" dirigido a Torres Rámila: rare-
za y descripción del mismo,

i. Todo aquel que tenga presentes las especiales circuns-


tancias que rodean la vida de Lope hacia 1617; el complejo es-
tado de su alma, agitada por los más dispares sentimientos, e inde-
cisa ante el borroso horizonte que se le presentaba nuevamente 1 ;
y el carácter peligroso para su altísima fama de escritor que en-
volvían innegablemente las sistemáticas censuras de Torres Rá-
mila, según ya he señalado, comprenderá y juzgará el desconcier-
to que la aparición de la Spongia produjo en Lope de Vega, y la
camarilla de sus adictos.
2. Ya no se trataba de la opinión tácita, que encerraban las
obras de los preceptistas clásicos, ni de tales o cuales alusiones
contrarias de los escritores partidarios de éstos, que contempla-
ban con más despecho que escándalo las innovaciones del Fénix2.
Era algo más inquietante lo que significaba la Spongia: toda una
revisión de la obra de Lope, que fuera acertada o no —cuestión a
resolver más tarde— aparecía desde luego seria y ordenada, y
autorizada en cierto modo por la filiación universitaria de su au-

1 Véase el capítulo I, núms. 1 y sigts.


2 Véase la Introducción, núms. 20 y sigts.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 135

tor 3, distinta de las habituales querellas entre el Monstruo de


•Naturaleza y los escritores que intentaban solamente derribarle.
3. Pronto se verá la actitud defensiva y ofensiva que toma-
ron el Fénix y los suyos inmediatamente, pues no eran "niñerías",
estas cuestiones como supuso don Julio Cejador 4 sino de gran
trascendencia para la vida de Lope.
4. Sólo el desconocimiento de ello y aun de nuestra vida
intelectual del siglo de oro, pueden justificar opiniones acerca de
lo que venimos tratando, como ésta, y la expresada por el his-
panista Fitzmaurice.Kelly en este párrafo suyo 5 .
5. "Torres Rámila (que publicó sus ataques sirviéndose del
seudónimo de Trepus Ruitanus Lemira (sic) no gustaba de los
poemas ni de las comedias de Lope, y expresó su oposición con
perfecto derecho. Pero lo hizo, según parece, de una manera
tan violenta que erró el tiro por completo (!!!). ¿Por qué se
preocupó Lope de aquel pobre atrabiliario, simple maestro de
escuela en una población provinciana?"
6. Con recordar que la "población provinciana" era Alcalá
de Henares —icón Salamanca entonces los centros de cultura
más importantes de la cultísima España de aquella época—; y
que la "escuela" era nuestra inmortal Universidad Complutense
—bárbaramente trasladada a Madrid— donde estudiaron tantos
españoles ilustres que son las más altas glorias de su patria, pue-
den calcularse las firmes bases en que se asienta tan atolondra-
do juicio.
7. Pero ya he puesto en claro la situación de ambos bandos y
el interés e importancia de la cuestión. Y así lo sintió Lope mis-
mo, que no contestó descubiertamente, como se verá, hasta tener
la victoria de su parte de modo indudable.
8. Ahora bien, era realmente extraño, conociendo la violen-

3 No debe olvidarse cómo el seudónimo no sirvió para ocultarle, e in-


mediatamente se supo el verdadero nombre del autor de la Spongia. (Véase «1
capítulo I, nota 4.J
4 "Burlábase Rámila de los poemas y comedias de Lope; mas con tan
poco tino como lo tuvo todavía menos el mismo Lope en hacer caso de tales
niñerías." (Historia de la lengua y literatura castellana, tomo IV, pág. 71.)
5 Historia de la Literatura española. Segunda edición, corregida. Ma-
drid, 1916 (pág. 221).
Y es menos disculpable lo dicho por Fitzmaurice-Kelly, ya que anteriormen-
te el ilustre hispanista G. W. Ticknor, en su Historia de la Literatura Españo-
la (traducción de Gayangos y Vedia. Madrid, 1851, tomo 2.0. "pág. 558),
demuestra haber dado a la cuestión toda la importancia que se merece.
136 JOAQUÍN DE ENTKAMBASAGUAS Y PEÑA

cia de carácter del Fénix, que no podía sino amar o aborrecer G,


y su ya probada soltura de pluma para responder cruelmente a las
ofensas que le inferían, que se hubiera abstenido de hacerlo en
esta ocasión tan singular hasta la aparición de las protestas uná-
nimes de sus amigos y partidarios, objeto, más adelante, de es-
tudio en este trabajo.
9. Empero había de admitirse con extrañeza o 110, este si-
lencio de Lope, ante la evidencia de que no existía respuesta al-
guna anterior a la Expostulatio Spcngiae, ni la más vaga alusión a
ella.
10. Así, pues, ha sido ahora, cuando acuciado por el deseo de
agotar las pesquisas en lo posible, y siguiendo una lacónica refe-
rencia de Hartzenbusch 7, di con la inmediata respuesta de Lope a
la Spongia, cuya existencia sospechaba, descubriendo cerca de
quinientos versos inéditos del Fénix, doblemente interesantes,
aparte de su valor histórico, porque son satíricos, género éste

6 "Yo nací en dos extremos, que son amar y aborrecer: no he tenido


medio jamás..," (Últimos amores de Lope de Vega..., por "José Ibero Ribas
y Canfranc" (seud. cle Francisco Arenjo Barbieri), Madrid, 1876, pág. 45.)
7 "Grande hubo, en efecto, de ser la celebridad que gozaban en Madrid
las jorobas de Alarcón, pues en una sátira que hay en el códice mismo de que se
copian estas seguidillas (*), el último verso, la última expresión del poeta in-
dignado, es echar al licenciado Pedro de la Torro Rámila a quien la sátira se
dirige, esta maldición: "¡Mala corcova de Alarcón te nazca!" (Prólogo a las
Comedias, de Ruiz de Alarcón, Bibl. Aut. Esp., tomo XX. pág. xxiv (nota c).
Raro es que aquel ilustre erudito no profundizara más en esta cuestión,
intrigado ,por averiguar qué enemigo tan irreconciliable pudo tener Torres Rá-
mila. Ello le hubiera llevado a pensar en Lope de Vega, sin duda alguna. Pero
tampoco los biógrafos que ha tenido Lope posteriormente han reparado en la
sugerente alusión de Hartzenbusch.
Y también es bien raro que Pellicer, a pesar de haber tratado de Torres
Rámila, como es sabido, no leyera tampoco los primeros versos de las sá-
tiras, que conoció y citó antes que Hartzenbusch (**), pues de no ser asi
hubiera visto su interés e importancia.
Ahora bien: lo verdaderamente incomprensible, por la repetición del caso,
es que el señor Wickersham Crawford tampoco se diera cuenta de la utilidad
que habrían tenido para sus estudios sobre Suárez de Figueroa, ouyo nombre
aparece en ellas varias veces, y las considerara, como Pellicer, dirigidas a un
célebre sastre de Toledo, autor de comedias (***). (Véase su ya' citada obra.
Trad. A. Cortés, pág. 60, nota.)

(*) Las que comienzan "Don Juan Ruiz Corcova", contenidas en el ma-
nuscrito 3085 de la Biblioteca Nacional.
(**) Vida de Cervantes, pág. 169.
(***) Véase el Apéndice, verso 2 y su nota.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 137

del que se conservan poquísimas muestras en la obra del gran


poeta.
11. Se trata de dos largas composiciones en tercetos ende-
casílabos 3, donde se contesta directamente pero de modo vio-
lentísimo a todos los ataques de Torres Rámila, dirigidos contra
Lope de Vega, y a la vez se satiriza con igual ferocidad a Cris-
tóbal Suárez de Fígueroa como promotor de los escritos del agrio
gramático de Alcalá y consejero suyo en la contienda.
12. Que Lope de Vega es el autor de las citadas sátiras es
indudable, de todo punto, aunque él, más tarde, hiciera correr la
voz de que las babía hecho el desdichado Baltasar Elisio de Me-
dinilla, ya muerto entonces, y por tanto irresponsable ante la ley °,
y don Francisco López de Aguilar 10 dudara en atribuírsele a
este último, al Fénix o a don Tomás Tamayo de Vargas 1 1 ,

8 Véase el Apéndice de este trabajo, donde se publican por primera vez.


9 Véase el capítulo VI, núm. 16.
io Véase el capítulo I, nota 67.
11 Véase el capítulo VI, núm. 26.
Don Tomás Tamayo de Vargas era toledano. Nació el día 8 de enero de
1589; fueron sus padres Tomás Tamayo Martínez, •natural de Málaga, muerto
en 1598, y Catalina de Vargas, nacida en Toledo. Estudió primeramente en
Pamplona, donde era obispo su pariente Mateo de Burgos; luego se trasladó
a Segovia y por último a Toledo, donde siguió estudiando con notables maes-
tros, entre los que debe contarse el jesuíta Martín Antonio del Río, a quien Ta-
mayo cita a menudo como maestro suyo. Fué humanista de primer orden
y llegó a dominar el griego y el latín a la perfección, componiendo excelentes
poesías en esta lengua, a la vez que liacía interesantes y numerosos estudios de
historia, exégesis bíblica y'bibliográfica y cultivaba la poesía castellana. Una
de sus más famosas contiendas literarias ha sido estudiada por el señor Gon-
zález Falencia en su curioso trabajo: Disputa'entre Pedro Mantnano y Tomás
Tamayo de Vargas acerca de la "Historia" del padre Mariana (en Boletín de
la Academia de la Historia. Madrid, marzo, 19*24). Desempeñó los cargos de
Comisario del Santo Oficio, Cronista General de Castilla y de las Indias (8 de
enero de 1626), Canónigo doctoral de la Catedral de Toledo, y Consejero del
de Ordenes y del Supremo de la Inquisición, y fué nombrado Secretario del
embajador de España en la república de Venecia don Fernando Alvarez de
Toledo.
Escribió muchas e interesantes obras de diversos asuntos, cuya lista com-
pleta puede verse en Nicolás Antonio (Bibliotheca Hispana Nova, tomo II,
página 316), y fué partidario acérrimo de los falsos cronicones. Portilla, en
su Historia de Alcalá (t. i.°, pág. 352), alude a esta errónea afición del pre-
claro humanista:
"El Toledano Don Tomás Tamayo de Vargas, Doctor Theologo, Historia-
dor diestro, y así gran defensor de Lucio Dextro, tiene un Elogio al libro del
I38 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

que por su parte afirmaba no saber cuál era su autor a cau-


Doctor Juan Narbona, que es en 'cuarto; y en so!a9 tres hojas contrapesa a
los muchos del Flamenco Lipsio, del francés Brisson, y el italiano Petrarca." ¡
Murió Tamayo de Vargas en Madrid el día 3 de septiembre de 1641, en
la calle de la Sartén (hoy Navas de Tolosa), en las "casas de doña Francisca
de Paz". No hizo testamento por "la aceleración y gravedad" de su enfermedad;
pero dejó amplio poder ¡para testar a su amigo don Pascual de Robles Corba-
lán, "regidor y vecino de Toledo en banco de los caballeros, mayordomo y
pagador de los alcázares della, secretario y fiscal mayor del señor Infante
Cardenal", si bien dejando por heredero a su sobrino don Francisco Ortuño
de Vargas. Por dicho poder se sabe que indicó a sus albaceas que le enterra-
sen en la iglesia de San Martín, de donde era feligrés, o en la del Carmen
Calzado (en la actual calle de este nombre) y optaron por esto último, según
índica la partida de defunción (Véase Pérez Pastor: Bibliografía Madri-
leña, III, 53 y sigts.)
Con Lope de Vega tuvo extraordinaria amistad y estuvo siempre de parte
del Fénix en todas sus contiendas literarias. Este corresipondió a su apoyo
dedicándole la comedia El Cuerdo loco (Parte XIV, Madrid, 1620) y el si-
guiente elogio, inserto en el Laurel de Apolo (Silva VII, Ed. Bibl. Ato. Esp-
tomo XXXVIII, pág. 213):
"Pero si vuelves los dichosos ojos
A la escuela de Apolo, pretendiendo
Ricos laureles, de tu honor despojos,
Mira en prosa y en verso describiendo
Su mismo ingenio Don Tomás Tamayo,
Que sólo su discurso sabe el rayo,
¡Porque es incomprensible a nuestra vista.
Con él la gloria del laurel conquista,
Y a Toledo le di que te perdone,
Atinque de sus estudios se corone,
Pues dieron sus riberas
A su cuna floridas primaveras;
Que en este fértil suelo
Fué su dichoso horóscopo y la parte
Que le cupo del cielo,
De suerte que del arte
Reconoce la patria que le debe
Lo mismo que a la historia
Le deberá de España la memoria,
Que al tiempo más voraz la pluma atreve,
Haciendo las más largas de su pluma
Quien alabar sus méritos presuma."
Y Francisco Herrera Maldonado le alaba asi en su Sannasaro Español
(Madrid, 1620, fol. 57): !
"Si de Apolo el Oráculo hablara
(Sufra la envidia tan mortal desmayo)
Lo mismo que de Sócrates juzgara
Del ingenioso Don Tomás Tamayo..."

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LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 139

sa de que "no las vio escribir" 12. Todas estas declaraciones


contradictorias, en que se transparenta claramente el engaño al
fingirse tales inexplicables ignorancias, sólo pueden aceptarse en
su esencia: esto es; que fueron los autores, aquellos a quienes
Torres Rámila atacó 13, presididos o dirigidos por Lope de Vega
cuya intervención en todo salta a la vista, ya que las declaracio-
nes dichas conciertan en cierto modo con lo que él difundió para
esquivar la responsabilidad que pudiera caberle, sin importár-
sele un ardite echar toda la culpa sobre quien no podía defen-
derse y tanto cariño le mostró 14.
13. Efectivamente, lo demuestra así una afirmación de Ma-
nuel Ponce 15, crítico veraz y sincero que estaba bien al tanto de
la cuestión y sostiene que aunque Lope de Vega le había dicho
—como a los anteriores— que las sátiras se habían hecho en
Toledo por Medinilla y otros amigos suyos de allí, tenía "por
cierto que el mismo Lope de Vega las hizo" 16. Y así lo creía
también un caballero coetáneo llamado don Antonio de Hoces 17.
14. Es, pues, casi indudable que se escribirían verdadera-
mente en una de aquellas sugestivas tertulias de ingenios que se
celebraban en Toledo, en las cuales era Lope de Vega parte esen-
cialísima durante sus estancias en la maravillosa ciudad del Tajo.
Casi seguro, en la que solía reunir algunas tardes en su casa el
Conde de Mora 1S, amigo de Lope de Vega y señor de Balta-

12 Véase el capítulo VI, nútn. 26.


13 Véase el capítulo I, 'núms. $j y sigts,
14 Es interesante notar que ya anteriormente había realizado Lope algo
semejante, intentando atribuir algunos de los versos que él escribió contra
Elena Osorio, en 1587, al licenciado Alonso Ordóñez, abogado e hijo de Pedro
Ordónez, librero de Madrid, y de Ana Bernal. (Rennert y Castro: Ob. cit., pá-
gina 31.)
15 Véase el capítulo II, nota ¿6.
16 Véase el capítulo VI, núrn. 21. ;
17 Véase el capítulo XVI, núm. 115.
iS Muy certeramente le considera el señor San Román como "prototipo
del Mecenas español del siglo xvií, decidido protector de los hombres de le-
tras y al mismo tiempo cultivador de las Musas". Se llamó don Francisco de
Rojas y Guzmán, y además de segundo conde de Mora fué señor de la villa de
Layos y el Castañar, caballero de Santiago y mayordomo de la reina, Isa-
bel de Borbón. Su magnífica biblioteca, hoy repartida entre las del Palacio
de Oriente, Nacional y Academia de la Historia, era utilizada por los in-
genios que le trataban y contenía preciosísimos manuscritos toledanos. (San
Román: Elisio de Medinilla, pág. 23.)
140 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

sar Elisio de Medinilla, a la cual concurría también, entre otros,


Tamayo de Vargas 19.
15. Por tanto, pudieron ayudar al Fénix a componer las sá-
tiras los dos últimos y acaso además López de Aguilar 20, si bien
en facilitarle datos y asunto y la ocurrencia de algunas injurias
de las muchas que contienen 21 ; pero no en la redacción y versifi-
cación, que fué obra de Lope de Vega por entero, como lo evi-
denciará la simple lectura de e¡llas a quienes estén siquiera algo
familiarizados con el estilo del gran poeta y su singularísima
ideología.
16. Característicos del Fénix son: el tono, más que satírico,
desenfadado, y a menudo brutal, sin sujetarse como Quevedo o
Góngora a refinamientos de intencionada ironía, mostrando a cada
paso la cólera que en vano quiere aparentar desprecio; la versifi-
cación sueltísima y fácil; la rima, con muchos de los que pudié-
ramos llamar consonantes tópicos de Lope —existentes en él como
en todo poeta—; su léxico personalísimo-; las metáforas usua-
les, peculiares suyos; y en fin la serie infinita de puntos de con-
tacto que presentan con otras de sus obras, de los cuales he pro-
curado hacer resaltar los principales en las anotaciones al texto.
17. Pero aunque lo expuesto no dudo que convencería al es-
píritu más incrédulo a poco que meditara sobre ello, demuestra
por completo, afortunadamente, la paternidad de Lope de Vega
respecto de las sátiras aludidas el reproducirse parte de ellas en
la Epístola del Fénix a su amigo don Diego Félix de Quijada y
Riquelme, inserta en La Filomena 22, lo cual no hubiera hecho
Lope de no ser el autor de las composiciones, pues así como la
producción total del insigne dramaturgo fué utilizada como fuen-
te, más frecuentemente de lo que se cree, no se sabe en cambio

19 Véase San Román: Ob. cit. (pág. 39.) Precisamente en el valiosísi-


mo opúsculo El Vega de la Poética Española, de Baltasar Elisio de Medi-
nilla, son interlocutores éste, Lope, Tamayo de Vargas y el Conde ¿e Mora,
junto con don Jerónimo de Cevallos y don Francisco de Céspedes, regidor y
deán de Toledo, respectivamente, en aquella época.
20 Cfr. capítulo VI.
21 Principalmente Tamayo de Vargas —de Medinilla, que acaso cola-
boró más aún, no 1 hay pruebas—, según puede verse confrontando una decla-
ración suya (capítulo VI, núm. 30) con algunos pasajes de las sátiras de
Lope (Apéndice, versos 95 a 100; 427'a 429, 144 y 5), aunque también pu-
diera ser que no hiciera sino recordar lo dicho en las citadas composiciones
anteriormente.
22 Véase el Apéndice, versos 305 y sigts. y sus notas.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS I4I

que plagiara él a nadie de forma semejante, sino a sí mismo


como se ha visto alguna vez estudiando sus obras comparativa-
mente.
18. Creo, pues, que todas estas razones permiten afirmar,
sin temor a posibles errores y rectificaciones, que las sátiras pu-
blicadas ahora por vez primera son obra de Lope de Vega aún
cuando tal vez le sirvieran de ayuda para argumentar contra
Torres Rámila y Suárez de Figueroa, Elisio de Medinilla, Ta-
mayo de Vargas y acaso algún otro, como López de Aguilar.
19. No se prestaba la musa de Lope fácilmente para la sá-
tira, tal vez a causa del carácter impetuoso y violento del Mons-
truo de Naturaleza. Y asi no es extraño que en aquella clase
de composiciones suyas, a pesar de haber en ellas muchos ras-
gos de ingenio y de picante gracia, abunden también las expresio-
nes groseras y aun sucias, inadmisibles siempre en toda obra
literaria, sea cualquiera que fuere su género y carácter.
20. Mas no se crea por lo dicho que juzgo a Lope ajeno al
arte de la sátira. Bien demuestra lo contrario, algo paradójica-
mente en aquellos casos que no le tocan a lo vivo: donde puede
serenamente lucir su madrileñisima agudeza; pero en ocasiones
como ésta, cuando la ira y el despecho de su carácter inconteni-
ble y espontáneo movían su pluma —recuérdese también sus fe-
roces ataques a Elena Ossorio 23—, se desbordaba furioso, sin
freno alguno que le sujetara, rompiendo toda traba literaria y
social. Entonces se desataba en improperios y calumnias, mezclan-
do lo justo y lo injusto, lo verdadero y lo falso en el fuego de
su indignación; de modo tan confuso e irreflexivo, que solamen-
te la sin igual facilidad de versificar que poseyó le permitía po-
ner en rima aquella serie de invectivas, desnudas de todo adorno
literario e indiscutiblemente groseras y repugnantes,
21. En la primera sátira se comienza por aconsejar a To-
rres Rámila, con fina ironía, que vuelva al oficio de sastre y no
desdeñe su humilde origen, envanecido con sus estudios univer-
sitarios :

"Sastre fuiste y serás eternamente."

23 Véase la interesantísima monografía de Tomillo y Pérez Pastor:


Proceso de Lope de Vega por libelos contra unos cómicos. Madrid, 1901
(página 135).
143 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PENA . '

Añade a modo de estribillo para afirmar más la imposibilidad


de que separe su vida de este oficio, entonces tan vilipendiado ~\
22. Acúsale de ser gongorista 25, y acaso exacerbado por el
negro recuerdo de su eterno rival "el Cisne del Betis", abando-
na ya toda simulación irónica, y se va a la sátira no "paso a paso"
como habia dicho en otra ocasión 2C, sino de un salto. Y a una
sátira, feroz, irracional, que no podían justificar ni análogos ata-
ques anteriores en caso de que hubieran existido.
23. Se burla de los conocimientos que tenía Rámila del la-
tín -T y la teología, que no fueron bastantes para que pudiera
graduarse en esta ciencia 2S, a pesar de tener por mentores no
sólo la preceptiva clásica {didáscalo) 20 sino también a Bartolomé
Morlanes 30, a Cristóbal Suárez de Figueroa, que además* le li-
sonjeaba engañosamente 31, y a Manuel Ponce 32, cuyas defen-
sas serían inútiles. De ello pasa a tacharle de ignorante y vani-
doso a 3 ; pero en seguida convierte la sátira en una sucesión de
insultos versificados en los que ya desaparece a veces el tono bur-
lesco por la franca procacidad de la expresión.
¿24. Le llama entre otras lindezas, maldiciente Si —que si
bien era cierto, no podía de este modo corregirle con el ejem-
plo precisamente—; hereje 35, borracho 3(!, acaso monedero fal-

24 Apéndice, versos 4 al 12; 25 al 30; 38 y 39; 46 al 56, etc.


Respecto del mal concepto que se tenía de los sastres o alfayates en el
siglo de oro, basta recordar las terribles alusiones de los Sueños de Queve-
do, su mayor enemigo literario, y también el curioso trabajo de don Ricar-
do Monner Sans: De sastres (Buenos Aires, 1909), donde se recogen nume-
rosos datos.
Sin embargo, no todos pensaban así. Véase, si no, el elogio que de ellos
hace Suárez de Figueroa en su Plaza Universal (fol. 225), donde afirma que
para ser sastre era condición casi indispensable ser "sujeto virtuoso y bien
nacido", "¡impío y aseado".
Véa,se además Apéndice (versos 50 y sigts.).
25 Apéndice, versos 13 al 15. :
26 Véase la Introducción, núms. 1 y sigts.
27 Apéndice, versos 155 a 163.
28 Apéndice versos 45, 62 y 155.
29 Apéndice, versos 165 y 188.
30 Apéndice, verso 164.
31 Apéndice, versos 117, 152 y 165.
32 Apéndice, verso 165.
33 Apéndice, versos 17 y 18; 113, 117 y 217.
34 Apéndice, versos 31 al 36; 79 y 106.
35 [Apéndice, versos 99*, 100 y 131.
36 Apéndice, versos 97 y 146.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS I43.

so, aunque esta alusión ofrezca alguna duda 37, homosexual 38 , la-
drón 3y y pedante 40. Le amenaza con la persecución de Balta-
sar Elisio de Medinilla que le volvería loco a fuerza de sátiras
si se atreviera a imprimir el pobre diablo otra "dedicatoria la-
tines-ca" 41, y aún con romperle la cabeza 42, o darle de cuchi-
lladas 43 si hubiere lugar a ello, lo que no es para ponerlo muy en
duda según se las gastaban entonces. También le indica que aca-
so la Inquisición tuviera que ver con él 44, y acaba pidiéndole, que
deje "vivir al español Terencio" —fastuosa metáfora con que
el Fénix mismo gustaba designarse— y a su discípulo "el tole-
dano Apolo" ((Baltasar Elisio de Medinilla) i5.
25. Cruelmente dirige Lope sus ataques a los padres de su
enemigo, motejándoles de sastres, despectivamente 4C. Tíldale a
él de ladrón y de inoro 47, y a ella de soletera, prostituta y bruja 4S.
26. Hasta los defectos físicos de Torres Rámila —poco fa-
vorecido de la Naturaleza, en verdad— son motivos de punzantes
alusiones, que de ser ciertas como parece verosímil, retratan al
desdichado gramático de poco gallardo aspecto: Negro de rostro,
pequeño de estatura 40 y bizco 50, realmente no podía darse ma-
yor antítesis de la apuesta figura de Lope de Vega, que a pesar
de haber pasado, hacía años, la juventud, conservaba todavía en'
esta fecha aquel atractivo y simpatía singulares, que fueron sus
cualidades más características.
Algo más interesante que las curiosas particularidades indica-
das, nos aporta esta sátira de Lope de Vega. Y es cierto número
de noticias acerca de Torres Rámila, de evidente importancia
biográfica.

Z7 Apéndice, verso iocj.


38 Apéndice, verso 84.
39 Apéndice, versos 87 y 90.
40 Apéndice, verso 197.
41 Apéndice, versos 170 a 175 y 199.
42 Apéndice, versos 210 y 211.
43 Apéndice, versos 200 y 201.
44 Apéndice, verso 214.
45 Apéndice, versos 218 y 219.
46 Apéndice, verso 5.
47 Apéndice, versos 126, 127 y 183.
48 Apéndice, versos 143, 144 y 183.
49 Apéndice, versos 19, 269, 448 y 449.
50 Apéndice, versos 58 y 69.

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144 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

28. Parece ser que era ya sacerdote (1617) 51 y se preparaba


para lograr una plaza de Colegial 52 probablemente en el Mayor
de San Ildefonso. Iba a publicar algunas libros 53 que supongo
no llegaron a imprimirse 54. Se asegura también que durante su
viaje por Italia —con el Duque de Monteleón, según ya se dijo—
ejerció de sastre, e imitó a los de este oficio en algo que no se
especifica D5, asi como tampoco se aclara un cierto secreto que
Lope de Vega sabia de él 50.
29. Afirma el Fénix que habiendo Torres Rámila jurado
en la Universidad de Alcalá en 1617 la defensa del dogma de
la Inmaculada Concepción " , dijo luego que esto se había hecho

51 Apéndice, versos 176 y 459.


52 Apéndice, versos 86 al 93.
53 Apéndice, versos 134 al 136.
54 Al menos, ni en las muchas bibliotecas y numerosas bibliografías
donde las he buscado figuran. Además, no hay a ello más alusión que esta
de Lope de Vega, que pudo ser errónea.
55 Apéndice, versos 37 al 41
56 Apéndice, versos 126 al 130.
57 He aquí el documento original de este acuerdo de la Universidad
Complutense, publicado ahora por primera vez:
" Hh — En Alcalá en veynte y tres días del mes de Agosto de mili y
seiscientos y diez y siete años estando junta la Vniversidad en claustro
pleno llamada por Cédula del Señor Rector del dia de antes ipara leher
vna carta de Su Magestad estando juntos el señor Maestro don Diego de la
Fuente, Rector, y doctores Francisco Ximenez, Benauides, don Francisco
Pérez = Spinosa, Placa, Aguas, Merino, don Francisco Ximenez, don
Morales, Moreno, don Orejo, Torre, Sossa, Gamez, Murillo, don Cruz,
don Juan Alonso, don Urbano, fray Pedro Obiedo. Doctores en Theología.
Doctores Francisco Cogollo, Antequera, Cámara, Tapia, Doctores en Cáno-
nes, graduados por esta Universidad.
Don Bartolomé, don Saladar y Castro, don Muraya, doctores en Medi-
cina graduados por esta Universidad.
Estando ansi juntos se leyó vna Carta de Su Magestad que copio.

Por el Rey. = Al Benerable Rector y Claustro de la Vniuersidad de


Alcaja.

El Rey.

Benerable Rector y Claustro: ya abéis entendido las veras conque deseo


que Su Santidad declare el mysterio de la purissima concepción de la
Virgen Nuestra Señora, a cuya solicitud ase imbiado a Roma al Maestro
íray Placido de Tosantos, y aunque por mis cartas he significado a su Bd.
el general echo que en estos mis Reynos se tiene de verlo definido, toda-
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 145

lúa sera muy importante para mober su ánimo que mas en particular lo
entreuia por ottras vias y ansí os encargo que ,por vuestra parte manifestéis
a Su Santidad lo que cerca desto siente ssu escuela y el consuelo que cau-
sara vniuersalmente el verlo definido para que la aclamación de todos
obligue a Su Santidad a caminar en este negocio y la carta que en racort
desto scribierades me la imbiareis a manos de Jorge de Tobar mi secreta-
rio para que se encamine a Roma que en ello rescibiré de vos muy agra-
dable seruicio. De Sant Lorenco seis de jullio de 1617. Yo El Rey. Por
mandado del Rey Nuestro Señor: Jorge de Tobar.
En este claustro propuso el señor Rector como es nezesario: En estos
reinos hay auido variedad de pareceres acerca de si en la concepción de
Maria Santísima, Madre de Dios (tachado lo subrayado) de Jesucristo Dios
y Señor Nuestro, hubo mácula de pecado original y sobre ello a ávido
disputas de que se an causado muchos escándalos y (para evitarlos el
Rey don Felipe, Nuestro Señor, con su catholico y santo celo por carta
particular a mandado a la Unktersidad escriua a Su Santidad el sentimien-
to que en esta parte tiene, y (para cumplir con lo que Su Magestad manda,
-conbiene para la alteca y grabedad de la materia que Universidad a donde
con tantas ventajas se enseña la sagrada theologia declare y asiente en
ella el sentimyento y común sentengia que a tenido, tiene y enseña y lo de-
más que al bien uniuersal y deuocion christiana pareciere combeniente y
que sobre todo ello den sus pareceres = y abiendo tratado y conferido so-
bre ello, Botanlo como es costumbre (nemine descrepante (sic), dixeroh
que esta dicha Vniuersidad siempre a enseñado y deffendído que la Sé-
renissima Reyna de los Angeles Madre de Dios y Señora Mía fué conce-
bida sin mancha de pecado original, teniendo como an tenido y tienen la
dicha sentencia por mas .probable y por verdadera, y como tal todos vna-
nimes y coniformes protestaron y juraron en forma de la seguir enseñar y
defender siempre mientras no hubiese determinación de su santidad de lo
contrario y determinaron que en esta conformidad se escriua a su san-
tidad y se cumpla con lo que Su Magestad manda • y ansimismo determinó
y acordó el dicho claustro en confirmación de lo acordado y jurado por él,
la Uniuersidad haga vna fiesta a ocho de septiembre deste año dedicada a
la limpieza de la Concepción de Nuestra Señora yendo en procesión todos
los graduados con sus insignias a la Iglesia Mayor de San Justo y Pastor
y que se diga una misa solemne y sermón a donde se predique el acuerdo
de la Vniuersidad = en el dicho claustro fueron todos de parecer que la
dicha sentencia como mas piadosa, probable, verdadera, y común a toda
esta Vniuersidad es justo la tengan e guarden todas las personas della ansi
los que agora son como los que adelante fueren mentras Su Santidad no
decretare ottra cosa, y para su cumplimiento determinaren que todas las
personas que se graduaren en esta Vniuersidad de aqui en adelante de-
más de los juramentos que hacen antes de rescibir los grados, juren ansi
mismo de defender siempre que Nuestra Señora la Virgen María Madre
de Dios Nuestro Señor fué concebida sin mancha de pecado original y
que se pida a Su Magestad mande no se puedan dar grados a ningunos en
la Vniuersidad sin que se haga el dicho juramento y ansimismo para que
este acuerdo aya su perfección en todo se pida y suplique a su santidad
lo ratifique y confirme. = Todo lo qual acordó y determinó la dha. Vniuer-

10
I46 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

por la fuerza 38, lo cual no he podido comprobar hasta qué punto-


es cierto, ya que no hay prueba alguna de esta aseveración 50 ; y
acaba diciendo a su enemigo que vuelva a Madrid "con su sotana
corta" G0, y que todos se disponían a ir ya contra él C1, quizá esto
último aludiendo a la respuesta de otro género que le estaban
preparando G2.
30. Respecto de la Spongia dice que fué llevada por "dos
hombres doctos" —acaso López de Aguilar y Tamayo de Var-
gas— a "un secretario" —tal vez Lope de Vega, que lo era del
Duque de Sessa— para que la tradujesen G3, pero era tan pési-
mo su latín que parecía propio de espías o boticarios, y luego
quedó en un castellano entre gitano y morisco °4.
31. No pequeño éxito debió de alcanzar esta terrible sáti-
ra —como todo lo que aparezca siempre entre los literatos deso-

sidad en claustro pleno como dicho es y de común consentimiento cometie-


ren el firmar por todos al Sr. Rector = Mro. Dg.o Lafuente R.° r [Rú-
brica] = Passó ante mi = Luis de la Serna Secre." [Rúbrica]. (Archivo
Histórico NacionaJ: Libro de claustros hordinarios de la Universidad de
Alcalá de Henares, de la Rectoría del Señor Doctor don Melchor de Bolibar.
Empieca desde San Lucas del año de mili y seis cientos y once, folio 39.)
La, respuesta enviada a la Superioridad conforme a este acuerdo se
ha perdido; pero aparece registrada entre los papeles de la Junta de la-
Inmaculada Concepción, hoy desaparecidos:
" Parecer de la Universidad de Alcalá y estatuto de que nadie se gradué
sin jurar de defender la opinión pía y de hacer una fiesta dedicada a la Pu-
rísima Concepción a 8 de septiembre, yendo en procesión todos los gradua-
dos con sus insignias a la Iglesia Mayor de San Justo y Pasto". Hízose en
13 (*) de Agosto de 1617" {Archivo Histórico Nacional. índice de documen-
tos de la Junta de la Inmaculada Concepión, tomo I, núm. 24). El Rey lo'
confirmó en 17 de octubre del mismo año (Archivo Histórico Nacional. Li-
bro VI de claustros de la Universidad de Alcalá, sig. 1131, fol. 2). El maes-
tro Alfonso Sánchez de Moratalla (véase el capítulo IV, nota 183) escribió-
acerca de esto: Pro juramento Complutensis Academiae circa defensionem-
Inmacitlatae Conceptionis. Alcalá, 1617.
58 Apéndice, versos 95 a 100.
59 Nada he hallado que lo confirme o lo niegue en la bibliografía concep-
cionista que he podido consultar, y como se perdieron los importantísimos pa-
peles de la Junta de la Inmaculada Concepción, donde acaso hubiera algo re-
lacionado con ello, ha sido inútil todo otro intento. (Véase Apéndice, nota 54.)
60 Apéndice, versos 74 y 75.
61 Apéndice, versos 167 y 168.
62 Véase el capítulo IV.
63 Apéndice, versos 156 y 157.
64 Apéndice, versos 159 a 163.

(*) 23 según se ha visto. Es error de lectura de quien formó el índice.


LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 147

liando a alguno de ellos— contra quien tanto había murmura-


do de todo el mundo 65, pues Lope de Vega, alentado por él, es-
cribió otra composición en seguida 0G, más sangrienta aún que
la anterior, felicitándose de haber humillado al crítico de sus
obras con quien jugaba ya como el gato con el ratón 0T.
32. Parece imposible que pudiera afrentársele más a To-
rres Rámila después de las soeces injurias de que se halla pla-
gada la sátira anterior; pero esto podía hacer Lope de Vega
—que reflejaba su cerebro gigantesco hasta en las bellaquerías—•
encontrando todavía nuevos medios de mortificar al malhadado
dómine.
33. Se chancea de las amenazas que debió de hacerle Torres
Rámila por haberle compuesto la primera sátira y de lo que pu-
diera provocarle la musa del autor de Spongia c s ; le recuerda que
nadie quiere tener trato con él salvo cierta "nefanda trulla'" o
"cuadrilla capricornia'", integrada seguramente por Suárez de
Figueroa, Juan Pablo Mártir Rizo y Manuel Ponce, con la cual
se debía marchar a Argel, según el Fénix G9. Vuélvele a ta-
char de morisco T0, de ladrón 71 y de hereje 72 y le llama gita-
no 73, cobarde 7t y búfalo 75, acusándole de fingirse padres falsos
y antepasados nobles 7G, de ser jugador fullero 77 y de jurar en
falso —aludiendo a la cuestión del dogma de la Inmaculada Con-
cepción, ya citado 7S—, por lo cual merecía que le expulsaran de
la Universidad 79. En el estribillo le aconseja que simultanee
su oficio de sastre con las tareas literarias:
"¡Oh sastre de latín, cose y escribe!"

65 Véase el capítulo I, núm. 37.


66 Claro es que se forjaría en el mismo yunque que la anterior; la
tertulia del Conde de Mora y con ayuda de Medinilla, Tamayo de Vargas y
algún otro.
67 Apéndice, versos 237 al 250
68 Apéndice, versos 272 al 277 y 231.
6tJ Apéndice, versos 261 a 263; 265 y 292.
70 Apéndice, versos 285 al 289 y 291 y 292.
71 Apéndice, versos 251 al 253.
72 Apéndice, verso 334.
73 Apéndice, verso 328.
74 Apéndice, verso 267.
75 Apéndice, verso 470.
76 Apéndice, versos 290 y 291 y 293 a 298.
77 Apéndice, versos 275 al 282.
7S Véase el núm. 29 de este capítulo.
79 Apéndice, versos 437 al 447.
I48 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGÜAS Y PEÑA

34. Cree Lope, a diferencia de lo dicho en la sátira ante-


rior, que sería mejor apalear a Torres Rámila que acuchillar-
le 80 ; pero parece que ya le habían hecho al malhadado crítico
una señal en el rostro 81, acaso de una cuchillada; y llega a
juzgarle una molamatriz de Suárez de Figueroa "por la boca
de víbora engendrada" S2, y le llama "sacristán de trasgos" 83, in-
sultos en verdad tan complicados como nuevos y seguramente
unos de ios pocos que quedarían inéditos después de compuesto
lo antecedente de las sátiras.
3.5. Concluye Lope de Vega esta segunda sátira despi-
diéndose de Suárez de Figueroa y de Torres Rámila hasta su
regreso de Lisboa, adonde fué el Fénix por entonces 84, y pro-
metiendo una tercera, continuación de las otras dos, que se ha
perdido o no se llegó a escribir s5 . En ella había de presentar
UTL triunvirato —Torres Rámila, Suárez de Figueroa y Ponce o
Rizo sin duda alguna— que encubría "la fama de los buenos",
siendo ellos gato, perro y culebra 86, sin determinarse, claro es,
2. quien correspondía cada denominación.
36. Conviene advertir que parte de las sátiras va dedicada
a Suárez de Figueroa "infamia universal de cuanto vive" 8T, de
quien estaba Lope "codicioso por las continuas ofensas de que
le hacía objeto y su influencia sobre Torres Rámila. Y también
por lo que atañaría al Duque de Sessa, que no podía olvidar
ciertos párrafos de El Pasagero ya recogidos en este tra-
bajo ss .
37. Le bastaba a Lope —siguiendo una opinión de Tama-
yo de Vargas, seguramente—80 que Suárez de Figueroa fuese
amigo de Torres Rámila para tener el peor concepto de éste fl'\

80 Apéndice, verso 283.


81 Apéndice, versos 449 y 450.
82 Apéndice, versos 467 y 468.
83 Apéndice, verso 456.
S4 Apéndice, verso 471.
Ss Seguramente no llegó a componerse, porque el escándalo promovido por
las otras dos pudiera dar lugar a alguna intervención de la justicia si se
arrojaba más leña al fuego y también porque pronto iba a salir una respues-
ta más contundente a los ataques de Torres Rámila. (Véase el capítulo IV.)
86 Apéndice, versos 454 al 457 y 460 al 462.
87 Apéndice, verso 431.
88 Véase la Introducción, núm. j6 y sigts.
So Apéndice, versos 247 a 431.
90 Apéndice, versos 424 a 431.

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LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 149

Afirma que el insufrible doctor desconocía el latín y las leyes 91,


y estaba loco 02, y alude a su celebérrima calvicie 93. Le tacha

91 Apéndice, versos 192, 406 al 411.


92 Apéndice^ verso 193.
93 Ya he indicado que Torres Rámila también era calvo, Suárez de Fi-
gueroa les dedica este ingenioso y graciosísimo trozo de El Pasagero (ed. Ro-
dríguez Marín, pág. 174): "Dadme, pues, lugar que pase a los calvos..." "Si
fuera posible ir poniendo pelo en la cabeza al paso que se le quitaba el tiempo,
vaya con Dios; que, al fin, llegaba tal suplemento en no mala ocasión. Mas
después de haberse dado un pregón general, no sólo por la Corte, sino por el
mundo, que es calvo Juan o Pedro; después de haber llegado ya a noticia de
todos amanecer con pegote, con chapa, descarada acción, a fe de caballero. Es
indecible el gozo que resulta de tales consejos, del tocamiento de ajenas plu-
mas. Manéjatilas y no lo pueden creer: ta,n aborrecible es para ellos el natural
nombre de Pcláes. Buen pelo se traen, mas bvien trabajo les cuesta, por ser
insufribles las incomodidades y molestias que padecen, principalmente de ve-
rano, por el sudor impedido del estorbo, cuya ceguera les ocasiona limpieza
poca y menos salud. La donosidad consiste en las zarandajas que forman el
amado postizo, guedejitas encrespadas y empinados copeticos." "¿Cuánto peor
fuera haber nacido insensato, necio, torpe, majadero, de quienes hay en el
mundo infinitos, sin hallarse remedio con que se pueda cubrir la falta de su
bestialidad?" Y por si fuera poco, inserta entre estas razones tres chistosísimos
cuentos relativos a calvos y acaba diciendo: "Cese, que es justo ya, semejante
plática, y remítase el satirizar los calvos a algunos de los poetas burdos deste
siglo; a alguno de los que, enmedio de su engañosa presunción, es tenido y
juzgado de todos por machazo irracional de los muros; por centro de toda
ignorancia, de todo absurdo, de todo error."
En este pasaje último me parece que debe de aludir a Juan Ruiz de Alarcón,
que en su comedia La prueba de las promesas, escrita por esa fecha (1617),
se burlaba así de la calva de Suárez de Figueroa (acto III, escena II) :

"Carácter que puede hacer


Que un calvo no lo parezca.
—Bien habrá quien me agradezca
Que le enseñe el carácter.
i Que la magia da cabello ?
Por Dios, que he de denunciar
De cierto Manco, y vengar
Mil ofendidos con ello,
Puesto que la villa entera
Vio que calvo anocheció,
Abrigada la mollera."

'Por último, Quevedo también dedicó punzantes alusiones a los calvos


en varias de sus. obras y especialmente en el romance Varios linajes de cal-
vas (ed. Btbl. Aut. Esp., tomo LXIX, pág. 133).
150 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGÜAS Y PEÑA

de judío °4, maldiciente, envidioso oa, hereje 0G, hasta el punto


de que a causa de haber aconsejado a Torres Rámila que inter-
viniera en contra del dogma de la Inmaculada Concepción, de-
berían expulsarle de la Universidad de Alcalá como indigno de
estar allí °7; y por haber blasfemado de los católicos le debía
quemar la Inquisición 9S.
38. Otras alusiones se refieren a que en vez de abogar debía
mejor bogar en calidad de forzado en las galeras del Rey " ; a
El Pasagero, donde fué falúa de hombres graves y éstos fueron
personajes suyos sin licencia 100 ; a eme carecía de amigos 101
etcétera... En una academia que tenía recibía a Torres Rá-
mila como gozque de su industria o falsedad l ü -; y él mismo

$4 Apéndice, versos 191 y 196.


95 Apéndice, versos 400 al 402 y 365.
No se crea que el propio Suárez de Figueroa. atacaba menos que Lope
a los maldicientes y envidiosos, a pesar de que para él era j u g a r con fuego
el hacerlo. E n la Plaza Universal (Madrid, 1615, fol. 298) tiene este terrible
anatema contra ellos :
" E s t e vicio de decir mal unos de otros, aunque es bien antiguo entre todas
naciones, parece echó en España raíces más profundas. Aquí los más tienen
por importante m á x i m a para adquirir entera opinión de doctos, m o r d e r y
condenar a bulto ajenas letras y virtud. Testigo desta verdad pudiera ser
particularmente en Madrid, cierto puesto enfrente de San Felipe, donde en
varios concursos y jtintss sólo se t r a t a de supeditar el m á s ignorante, al más
científico, excluyendo la envidia (con solicitar descréditos), debidas entima-
ciones y alabanzas."
96 Apéndice, versos 397 a 399.
97 Apéndice, versos 443 a 444.
98 Apéndice, versos 330 al 334.
99 Apéndice, versos 406 al 408.
100 Apéndice, versos 335 y 336.
JO 1 Apéndice, versos 377 y 403 y 404.
102 Apéndice, versos 433 y 434.
Ya antes había expuesto Suárez de Figueroa, en su Plaza Universal (Ma-
drid, 1615, fol. 63 vto.), las ventajas de las a c a d e m i a s : "Siendo tan cono-
cida la agudeza de los ingenios españoles, felicísimos en todas facultades,
sólo podré decir en razón deste discurso ( X I V , De los Académicos') le sería
importantísimo para cultivarse y perfeccionarse del t o d o ; valerse deste gé-
nero de j u n t a s o Academias, al modo de I t a l i a ; donde concurriendo sujetos
insignes, no sólo en letras h u m a n a s , sino ta,mbién en varias ciencias, pudie-
se cualquiera dar lo que tuviere y recibir lo que le faltare, siendo discípulo
en una profesión el que en otra fuere maestro. Supuesto quedarían así todos
ricos, y las ciencias divididas por la flojedad de los hombres, se j u n t a r í a n
en una sola. E n esta conformidad descubrieron los años pasados algunos in-
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 151

esperaba laureles orgullosamente 103, si bien Lope, tratándole de


abubilla 104 y cabra 105, le dice que parta presto 10C, sin más, lo
cual era aviso de no desdeñar, puesto que alguien había ven-
gado a las víctimas de su desaforada lengua dándole una cu-
chillada.
39. Pero aún son más dignos de atención varios datos
nuevos acerca de la vida del autor de El Pasagero que se con-
tienen en algunos versos de las sátiras y tienen todos los visos
de ser verdaderos, al menos en lo fundamental.
40. De ellos se desprende que Suárez de Figueroa se había
casado entonces, noticia hasta ahora completamente desconoci-
da 107. Y si hemos de creer al Fénix, su mujer le era infiel sin
que él lo ignorase y además tenía los vicios de jugar y embria-
garse 10s. Su marido, por otra parte, engañaba al Marqués de
Cañete dedicándole versos por entonces 10<J, también a los libre-
ros con sus obras, como la España Defendida, que había publi-

genios de Madrid semejantes impulsos; juntándose con este intento en al-


gunas casas de señores, mas no consiguieron el fin. F u é la causa quizá p o r r
que- olvidados de lo principal, frecuentaban solamente los versos aplicados
a diferentes asuntos. Nacieron de las censuras, fiscalías y emulaciones no
pocas veces, y diferencias, pasando tan adelante las presunciones, arrogan-
cias y arrojamientos, que por instantes no sólo ocasionaron menosprecios y
demasías, sino también peligrosos enojos y pendencias, siendo causa de que
cesasen tales juntas con toda brevedad."
103 Apéndice, versos 451 al 453.
104 Apéndice, verso 415.
105 Apéndice, verso 479.
106 Apéndice, verso 451.
107 N o debe e x t r a ñ a r que se casara Suárez de Figueroa, porque ya
había expuesto con anterioridad a esta fecha (1617) su parecer respecto
del matrimonio en un largo y elogioso discurso acerca de él en los Hechos
del Marques de Cañete (Madrid, 1613, pág. 323), cuando ya estaba casado
seguramente.
Y no podemos decir que cometiendo semejante imprudencia pagara el
implacable doctor lo mucho que había hecho padecer a los demás, .porque en
1621, cuando publicó en Madrid las Varias noticias importantes a la huma-
na comunicación, seguía teniendo del matrimonio esta óptima opinión:
" Y a decir verdad, uno de los mayores bienes, abites u n a de las mayores fe-
licidades que en el mundo se puede hallar es, sin duda, el matrimonio bien
y debidamente observado. N a d a se opone a su quietud cuando temen a Dios
marido y mujer y se guardan fidelidad el uno al o t r o " (fol. 198 vto.).
108 Apéndice, versos 383 al 390.
109 Apéndice, verso 380.
15? JOAQUÍN DE ENTRAMlíASAGUAS Y PEÑA
uo
cado en 1612 y por lo visto no se vendía . Tampoco se ven»

110 Las traducciones del italiano hechas por el doctor Cristóbal Suárez
de Figueroa, y conocidas son El Pastor Fido, traducida de Juan Bautista Gua-
rini, Ñapóles, 1602, y Valencia, 1609 (véase el 'Apéndice, versos 366 al 376-
y sus notas); la Plaza Universal de todas Ciencias y Artes, traducida, sólo
en parte, de la Piassa Universale di tutti le profeswni del Monto, de Tomás
Grzoni, Madrid, 1615, y finalmente la siguiente obra, hoy desconcida, a que
se alude en los Hechos del Marqués de Cañete, Madrid, 1613 (prólogo del
capitán don Gabriel'Carvajal de Ulloa "al Lector").
"A ruegos del padre fray Juan Bautista, recoleto de la Orden de Nuestra
Señora de las Mercedes, varón de señalada virtud, y Comendador del Con-
vento de Santa Bárbara, situado en esta Corte, tradujo de Italiano en Español
el primer tomo de las Obras espirituales, que compuso la Madre Bautista de
Genova, santísima sierva de Dios y grandemente ilustrada; por cuya causa
se tienen sus divinos conceptos por revelaciones casi al modo de las de santa
Gertrudis. Imprimirase con toda brevedad para consuelo y regalo de los que
profesan espíritu."
Seguramente no se llegó a imprimir, o al menos no se conoce ejemplar. Eí
manuscrito y las copias, si las hubo, tampoco son conocidas.
Como traductor, se sintió ofendido Suárez de Figueroa en el siguiente
pasaje del Quijote: "El traducir de lenguas fáciles ni arguye ingenio ni elocu-
ción, como no le arguye el que traslada ni el que copia un papel de otro papel.
Y no por esto quiero inferir que no sea loable este ejercicio del traducir:
porque en otras cosas peores se podría ocupar el hombre y que menos pro-
vecho le trujeren." (Parte segunda, capítulo LXII.)
Y aunque Cervantes, a continuación del texto reproducido le ensalzaba,
hubo de contestar con esto en El Pasagero (pág. 58), además de ofenderle de
otra forma (véase la Introducción, número 76): "Ahora me ocurre que si
tuviérades noticia de la lengua latina, o italiana, era fácil traducir en ro-
mance algún librito curioso, con que se viniera a conseguir vuestro intento ;
que, al fin, en semejantes trabajos se lisonjea a la lengua natural con hacer-
le ipropias las buenas razones ajenas. Y aunque muchos ignorantes menos-
precian esta ocupación, es, con todo, digna de cualquier honra."
Pero esto no convenció a Ruiz de Alarcón, entre otros, que se vino a
burlar así en La Prueba de las promesas (acto I I I , escena IX), de Suárez de
Figueroa y de sus traducciones italianas:

"PRETENDIENTE 2.0

Para que una plaza alcance


O el uno destos oficios,
Me dad favor.

TRI'STÁN.

¿ Qué servicios ?

PRETENDIENTE 2 . 0

He escrito un libro en romance.


LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 153

dían ninguna de sus traducciones del italiano U 1 , que no sabía


bien, pues eran malas, y, como el latín de Torres Rámila, tenían

TRI'STÁN.
¿Qué?
PRETENDIENTE 2.°

En romance.
TRTSTÁN.

Bien está.
PRETENDIENTE 2.0
Y también fui traductor
De uno italiano, señor.

TRI'STÁN.

Señor, no negociará."
Y Lope de Vega, en La Dorotea (ed. Américo Castro, pág. 220), tiene este
dardo para las traducciones de clásicos griegos y latinos a través del italiano :
"Estos eran hombres de veras, que no aguardaron a que los passasse
a su lengua Italiana, que -primero que los viessemos en ella, fué su versión del
griego y del latino."
JUL.—Tocado auéis un punto que no ha causado poca risa entre los hom-
bres de buenas letras, digo humanas, que agora llaman pulidas, si bien no sé
la causa.
CÉS.—¿ Qué punto, Julio ?
JUL.—Algunas versiones del latino, francés y griego, que sacándolas del
toscano, nos las venden por legitimas.
CÉS.—Tan malo es esso como vender por propios los estudios ágenos, y
los libros que hurtaron a quien los escribió."
Y al fin, en otra ocasión juzgaba el traducir del italiano como un delito
o poco menos, muy humorísticamente, en el siguiente soneto, dirigido a su
gran amigo Claudio Conde (ed. Sancha, t. I, pág. 398):
''Claudio, si no inventé las vigoteras
n'¡ he traducido libros da Toscano;
si respeté severo el tiempo cano,
sin envidiar ajenas primaveras:
si arbitrios, si phantasticas quimeras,
no me han tenido pervertida y vano;
si hablé como mis padres castellano,
sin dar mohatras ni labrar esteras:
si siempre alabo a cuantos son versistas,
y no quiero que a mi nadie me alabe,
y confiesso que todos me prefieren, 1
l Que murmuran de mí los censuristas ?
Si sé, ¿por qué no estiman al que sabe?
y si soy ignorante ¿qué me quieren?
ni Apéndice, versos 381 y 382.

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154 JOAQUÍN DE ENTRAMUASAGUAS Y PEÑA

estilo gitano, parecido a morisco 112. Esto en opinión de Lope,


que los juzgaba hechos solamente con el fin de lucrarse 113.
41. El mismo Lope parece ser que vio un día a Suárez de 3
Figueroa, que iba montado en una muía coja, por la Vera de Pla-
sencia para llevar a cierta señoría —seguramente placentina—
una traducción de Petrarca que la dedicaba; pero tan desdicha-
da y falsa que paró en convertirse en cartones 114 para que asi
fuera útil, después de hacer con ella otros usos nada lim-
pios J1S.
42. Finalmente, hace Lope una graciosa genealogía del ape-
llido Figueroa, que como es sabido se aplicó al vanidoso doctor
Cristóbal Suárez, a secas, para pasar por noble socialmente, ya j
que no en lo moral 11C.
43. Ahora bien, el Fénix, pasados los primeros momentos
de ira; y muy conforme con su carácter tan predispuesto a los '
cambios repentinos, determinó contestar a Torres Rámila por sí
mismo, si bien adoptando una actitud despectiva, con la cual
creían inocentemente que podría quitar importancia al asunto, y,
en efecto, se dignó bajar a 3a arena para contender personalmen-
te con su detractor, cuando salió a luz, a principios de febrero
de 1618 117, su libro Triunfo de la Fcc en los Reinos del Japón l l f \

i i 2 Apéndice, versos 323 al 32S y 347 al 350.


i ] 3 Apéndice, verso 329.
114 Apéndice, versos 338 a 347.
115 Apéndice, versos 348 y 349.
116 Apéndice, versos 366 al 376.
117 La obra la escribía Lope de Vega en 1617, aun cuando no salió has-
ta aquella fecha. (Véase La B a r r e r a : Ob. cit., pág. 299 y la nota 118 de este
capítulo.)
118 " T r i u n f o f de la Fee ' en los Reynos del Japón | por los años 1614
y 1615. j Al Ilustrissimo y Reverendissimo Señor el Cardenal I de Sandoval,
Deán de Toledo, I por Lope de Vega Carpió, j Procurador Fiscal de la Cá-
mara I Apostólica en el Arzobispado | de Toledo. [ Año {Emblema) 1618.
j Con licencia. ¡ Madrid, j A' costa de Alonso Pérez, Mercader de Libros.
Colofón. En Madrid. [ por la viuda de Alonso I Martín de Balboa."
L'n vol. en 8." marquilla. 7 hojas de prels. _I_ 119 páginas de texto _1_ n
págs. s. n. de índice y Colofón.
Contiene: P o r t a d a ; Aprobación del señor doctor Gutierre de C e t i n a : Ma-
drid, 24 septiembre 1617; Aprobación del reverendo padre J u a n Camacho,
de la Compañía de J e s ú s : Madrid, 28 octubre, 1617; T a s a : Madrid, 29 ene-
ro 1618; Suma del privilegio dado al autor por diez años p a r a imprimir la
o b r a : El Pardo, 13 noviembre 1617; Fe de e r r a t a s : sin fecha; dedicatoria del
a u t o r al Deán de Toledo, Cardenal don Baltasar de S a n d o v a l ; Prólogo del
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 155

primera obra de Lope impresa después de haberse publicado la


Spongia de Torres Rámila 119 .

autor " A l Tito Libio Christiano, Luz de la Historia de España, el P . D.


Juan de Mariana, de la Compañía de J e s ú s " ; " D e J u a n de P i n a " , quintillas
" M U S Í S et apolline nato Hispaniae D'ecorti D . Lopaeo de Vega Carpió. Pe-
trus Nicolaus Mussaeus F l a n d r u s " , versos l a t i n o s ; "Vincentii Marinerii Va-
lentino del del Clarissimum Poetam et Musarum aiumnum Lopium de Vega.
E l e g í a " ; versos l a t i n o s ; T e x t o ; " D i v i martyris Adami Saponici Passio V i -
centii Marinerii Valentini. Melismatium", versos l a t i n o s ; " í n d i c e de las sen-
tencias más notables de este discurso" ; " í n d i c e de algunas cosas notables,
y Colofón.
Esta edición fué reimpresa, según dice La Barrera (*), por el Conde de
la Saceda en Madrid, de 1744 a 1747; pero imitando la primera de 1618
en todo, salvo los tipos, que son de la época.
119 Aunque Lope de Vega publicó en el mismo año de 1617 un pró-
logo y unas décimas al frente de la Limpia Concepción de la Virgen, de Me-
dinilla, y otro prólogo encabezando Doce comedias suyas, en ninguno de los
dos pudo dar una respuesta directa, pues por no venir a cuento hubiera
delatado toda la importancia que daba Lope a la cuestión, aunque trataba
d e disimularlo.
E n el prólogo a la Limpia Concepción (**) hay los siguientes párrafos, cuyo
significado y fin no creo que ofrezcan d u d a s :
" T e m a Baltasar Elisio a este linaje de hombres, que ellos se llaman crí-
ticos, y yo le desengañé del nombre y de la ocupación: margenan libros
a la t r a z a de las moscas, en lo negro blanco, y en lo blanco negro, juicios
apasionados, que pudiendo darse a conocer escribiendo bien, lo intentan di-
ciendo m a l ; mas que han de hacer, que no saben."
" A los ingenios piadosos, nobles y bien nacidos que no andan a d a r s e
a conocer en las puertas de los libreros, sino en los libros, ni intentam fama
con reprehensiones indignas, suplico le lean con atención y le honren como

(*) Ob. cii., pág. 608.


(**) Limpia Concepción de la Virgen Señora nuestra, por Baltasar Elisio de
Medinilla. Año 1617. Con privilegio. En Madrid, por la viuda de Alonso
Martín. A' costa de Alonso Pérez, mercader de libros.
Un vol. en S.° de 16 págs. s. n. de Prels. + 89 págs. -f- 8 págs s. «.
Contiene: Tortada con grabado de la Virgen M a r í a ; Aprobaciones del
Maestro Alonso de Loarte y del Maestro Hortensio [Félix P a r a v i c h i o ] . Ma-
drid, julio de 1617; Suma del privilegio por diez a ñ o s : San Lorenzo,
12 de agosto de 1617; Tasa de a cuatro maravedís el pliego: Madrid, 13 de
octubre de 1617; E r r a t a s ; " D o n Francisco de Rojas y Guzmán, Conde de
Mora a los deseosos de buena poesía" ; Prólogo de Lope de Vega al Conde
de M o r a ; T e x t o ; Soneto de Luis H u r t a d o de E c i j a ; Epigrama latino del
Lie. Jerónimo de Cevallos, regidor de T o l e d o : E p i g r a m a latino de F r a n -
cisco de Céspedes, secretario del Cardenal de S a n d o v a l ; Décima de Juan
de Pina, familiar del Sa:ito Oficio, e índice de A u t o r e s . — P r i m e r a edición,
rarísima.
I56 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

44. Allí, en el Prólogo que dedica "al Tito Livio cristia-


no, honor de la historia de España, el padre Juan de Maria-
na" 12°, se contienen estas transparentes y despectivas alu-
siones al pedante gramático de Alcalá:
45. "Has comenzado a usar de años a esta parte un gé-
nero de estudios en los hombres, con que les ha parecido, doc-
tísimo padre, que más fácilmente y con menos peligro podrán
ganar la opinión del pueblo; y pienso que 110 se engañan, pues
merece, para que tengamos de su autor las demás obras y nadie se persuada
que este siglo es estéril de ingenios, sino abundante de maliciosos."
Menos discreto es aún cierto pasaje del prólogo a las Doce comedias (*)
—único que hallo posiblemente alusivo a las censuras de Torres Rámila—,
donde promete imprimir desde entonces en adelante las comedias con arre-
glo a sus originales, <por no "ver la crueldad con que despedazan mi opi-
nión algunos intereses", a causa de lo malos que eran los textos publicados.
En cuanto a la Aprobación que puso Lope este mismo año a la obra de
Alonso de Bonilla, Nuevo Jardín de Flores Divinas, Baeza, 1617, nada contiene
ajeno a su misión.
Es verdaderamente extraño, en cambio, que no haga Lope alusiones a To-
rres Rámila en sus cartas íntimas de esta época. Así, en una al Duque de Sessa
(Cop. Rosell, t. 3, carta 123) se refiere a la conclusión del Triunfo de la Fe:
"mi estudio estos días ha sido una historia de unos mártires o digamos Rela-
ción a que me ha obligado haberme escrito unos padres desde el Japón. Serán
cinauenta ojas y voy ya en los fines" ; pero nadie dice de Rámila, aunque
era ocasión para ello.
120 Debió de ser esta dedicatoria como un desagravio al ilustre historia-
dor, a quien Torres Rámila había atacado violentamente. Se confirma en cierto
modo por lo dicho anteriormente (véase el capítulo II, núms. 55 y sigts.).

(*) Doze j comedias de Lope [ de Vega, sacadas de | sus originales por


el mismo. | Dirigidas al Excelentissi- [ mo señor ddn Luys Fernandez de
Cordoua y Aragón, [ Du- [ que de Sesa, Soma, y Baena, Marques de Poza,
Conde | de Cabra, | Palamos y Oliuito, Vizconde de Izna- | jar Varón de
Belpuche, Ciñóla y Calonje. | Novena par. j Año (Escudo del impresor) j
1617. 1 Con privilegio. ] En Madrid. Por la viuda de Alotoso Martín de
Balboa. | A costa de Alonso Pérez, mercader de libros.
Colofón: En Madrid, | En casa de la viuda de Alonso Martín. | Año
M.DC.XVII.
Un vol. en 4.0 de 4 hojas de Prels., s. n., + 300 folios de texto.
Contiene: Portada (en el reverso el índice de las comedias que contiene);
Licencia del Ordinario: Madrid, 1 de abril de 1617; Tasa de a cuatro mara-
vedís el pliego: Madrid, 13 de julio de 1617- Erratas: Madrid, 9 de julio
de 1617; Privilegio por diez años: Madrid, 27 de mayo de 1617; Dedicato-
ria del autor; Prólogo del autor; Aprobación de Juan de Pina: Madrid,
28 de abril de 1617; Texto y Colofón.
Primera edición, rarísima. Hay ejemplar en la Biblioteca de San Isidro,
de Madrid.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 157

no inventado, sino escribiendo contra los que inventan, se hacen


señores absolutos de la ciencia y de la opinión de los que ig-
noran ; que no estiman al que enseña sino al que reprehende, cual
se ve en muchos, que olvidados del mundo se dan a conocer
con latín bárbaro, preciados, sin ingenio, de la imitación anti-
.gua, y no sabiendo su lengua, califican sus papeles con grecis-
mos, valiéndose de los adagios de Polidoro, para que juzguen
los que los leen, que han pasado las columnas ciceronianas con
el peregrino Lipsio, en mayor gloria y honra del lusitano Oso-
rio."
46. í¿ Se atreven a la ancianidad venerable de los sabios en
todas facultades y lenguas, los que en sus reprehensiones se
precian de sus tiernos años."
47. "Bien se pudiera dar esta relación [El triunfo de la
Fce en los Reinos del Japón] a las Musas, y hacer a Clío me-
trificadora, como dijo el onagro Silenio en su ridicula Espon-
gia, no tan sabio como el que escribe Alexandrino, que oyó filo-
sofía, cuando Üuterpe y Melpómene, por su desigual compe-
tencia, sacaron a Tamiras los ojos 121 : Tamiras digo, el que
•compuso aquel miserable dístico que comienza:
Arme patri fratri. 322

Infelicísimo Latinizador, et lepidum caput. Pero no me pue-


de engañar tanto la amistad de Apolo, por más que me prometa
•desollar a Marsias 123, a quien ya comienzan a llorar et satyri-
fratres, como dijo Ovidio 124, y le cueste el juicio a Midas lo

121 Tamiris, poeta y músico de los tiempos legendarios de Grecia, fué


hijo y discípulo de Filemón ; y si ha de creerse a Pausanias venció en los Jue-
gos Píticos; pero como en su orgullo de artista intentase competir con las
musas de la poesía lírica y de la tragedia, éstas le sacaron los ojos, a lo cual
se refiere Lope de Vega aquí, aprovechando, además, la vaga semejanza de
Tamiris y Rámila para aludir a su enemigo más adelante.
122 Fragmento del primer verso de un epigrama de Torres Rámila.
(Véase el capítulo I, núm. 51.)
123 El legendario sátiro Marsias, hijo de Hiaquis y de Meandro, encon-
tró la doble flauta abandonada por Palas Atenea, y llegó a tocarla con tan
singular habilidad que en seguida logró extraordinaria fama. Entonces, ciego
de orgullo, desafió al propio Apolo para que celebrara con él un certamen en
que las Musas serían jueces. Estas dieron la victoria a su hermano, y Apolo,
desolló vivo a Marsias en castigo de su atrevimiento.
124 Efectivamente, en las Metamorfosis (libro VI, verso 39,3), dice:
"Et Satyri fratres, et tune quoque clarus Olympus
Et Nymphae flevunt..."
I58 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

que sonaron las cañas 12D, y más en este tiempo, que las musas
andan tan desconocidas, que en nuestra propria lengua pare-
cen extranjeras, que no conozca que la materia no requiere sus
exornaciones; porque la verdad siempre fué enemiga del arti-
ficio, alma de los colores poéticos, como ella de la historia, y
más en las cosas de la Iglesia y del aumento del patrimonio de
Jesucristo 1 3 V
48. Asimismo secundó a Lope de Vega Juan de Pina, su
fiel amigo, aludiendo en unas quintillas que publicó en los pre-
liminares, a los "Aristarcos encubiertos" y a los "Zoilos alti-
vos" envidiosos y celosos del Fénix.
49. Mucho ruido debió de hacer en toda la república dé-
las letras y aun entre buena parte de los habitantes de Madrid,
Toledo y Alcalá de Henares, la aparición de estas dos escan-
dalosísimas sátiras, de las cuales se multiplicaron copias hasta
la saciedad y la respuesta personal de Lope, coreado por su amigo
Pina 12T y otros; pero también es probable, y aun seguro, que al-
guien adujera en contra —como era verdad— que las tales sáti-
ras nada rebatían de las censuras formuladas seriamente en la
Spongla, y que los insultos a Torres Rámila y a Suárez de Fi-
gueroa, aun siendo justos —¡que ya era mucho admitir!— no

125 Midas, rey fabuloso de Frigia, a quien concedió Dionisios la virtud


de convertir en oro cuanto tocase, había sido discípulo de Orfeo y presidió
como juez un concurso musical celebrado entre Apolo y Pan. El fallo de Mi-
das fué favorable a este último, y por demostrar tan mal oído le condenó
Apolo a que las orejas le creciesen hasta igualarse a las de un asno. Midas,
lleno de vergüenza, las ocultaba con un gorro que llevaba continuamente; pero
su barbero, única persona enterada de ello, no pudiendo g u a r d a r el secreto
de la cómioa desgracia de su señor, abrió u n hoyo en la tierra, y después de
decir en su cavidad ''el rey Midas tiene orejas de asno"', lo cubrió de tierra
y quedó tranquilo.
Por desgracia, unas cañas que crecieron más t a r d e en aquel lugar, al ser
agitadas por el viento dieron en repetir sin descanso las (palabras que el
barbero creyó haber enterrado allí, y el rey Midas, por no escuchar tan poco
grato murmullo, se suicidó.
126 Parece aludir Lope de Vega en este pasaje a algo más de lo que
deja entrever. Apolo, que le promete, por su buena amistad, desollar a M a r -
sios, es, seguramente, López de Aguilar, cuyas respuestas a T o r r e s Rámiku
—el citado Marsias—• comenzaron a aparecer en seguida, como se verá. El
juicio de Midas, puede aludir, encubiertamente, al certamen de N u e s t r a Se-
ñora del Sagrario, adonde concurrió T o r r e s Rámila. (Véase el capítulo J.
miras. 41 y sigts.), y de aquí la referencia a " l a s cosas de la Iglesia" que
hace, equivocadamente, con el contenido del libro, tal vez.
127 Véase el capítulo V I .

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LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 159

evitaban que las obras de Lope de Vega tuvieran los lunares que
se les habían señalado.
50. Fuera cierto esto o no, de todos modos así debieron de
considerarlo el Fénix y sus partidarios, pues determinaron to-
mar la defensa por otro camino, contestando a Torres Rámila
con razones más sólidas y eruditas.
51. A fines del mismo ano de 1617 o a principios del si-
guiente, según las conjeturas más probables, se publicó en Ma-
drid un papel suelto a modo de cartel de desafío dirigido al ene-
migo de Lope de Vega con este encabezamiento: Petro de Torres
Ramilae, Grammaticae in Academia Complutensi Exmagistro,
Franciscus Antididascahis, bonam mentem.
52. Y este Francisco, enemigo de la preceptiva clásica, que
interpelaba al autor de la Spongia "con buena intención", era,
como es fácil suponer, el propio López de Aguilar 128> no sin
razón ofendido con Torres Rámila de tiempo atrás 12 °, que así
comenzaba la serie de ataques con que había de tomar el desqui-
te respecto de él.
Solamente don Pascual de Gayangos y don Enrique de Vedia
parece que vieron este precioso impreso 13° que no pudo hallar

12S Lo incluye " M a x i r i a r t h " en Unos cuantos seudónimos... (pág. n ) .


129 Véase el capítulo I núms. 37 y sigts.
130 Así lo dicen en sus notas a la traducción que hicieron de la Historia
de [a Literatura Española, de Ticknor (tomo I I , pág. 560) ; pero sin des-
cribir tan curiosísimo papel, cuya papeleta bibliográfica se hace ahora por
primera vez :
" P e t r o de T o r r e s Ramilae, Grammaticae in | Academia Complutensi E x -
magistro, Franciscvs Afrtididascalus | bonam mentem."
U n a hoja de papel de hilo grueso, impresa solamente por el anverso, que
mide 500 X 355 mms. Caja de escritura 414 X 295 m m s .
Los tipos son los mismos con que se imprimió la Expostulatio Spongiae,
lo cual prueba que se hicieron en la misma imprenta. Las iniciales de los pá-
rrafos, grabados en madera.
Empieza; " A d te properat (Ludimagister illustrissime) pueritate meac Ty-
rocínium ingenii mei specimen, quod poli- I tiori quodam rudimentorum cul-
tur a excolebas..."
Acaba; " H a s cociclvsiones (Deo fájente) propvgnabit Franciscus Antidi-
dascalvs | Die Solis próximo, horis pomeridianis, in ludo literario Matritensi."
R a r í s i m o : U n ejemplar en la Biblioteca de la Academia de la Historia.
(Colección Salazar, letra N, tomo V, fol. 231.)
(Véase el grabado núm. 4.)
Los mismos Gayangos y Vedia (Ob. y lug. cits.) dicen asimismo que hubo
otro papel "también por el mismo estilo, dirigido al padre maestro fray H o r -
tcnsio Paravicino'' ; pero ni ellos lo vieron ni indican en qué se fundan para
i6o JOAOU1X DE EXTRAMDASAGUAS Y PEÑA

La Barrera l ü l y yo he tenido a la vista por una feliz casuali-


dad 132 que me ha permitido estudiarlo detenidamente, comple-
tándose así la bibliografía de la guerra literaria de que vengo
tratando, en la parte de Lope de Vega y ios suyos.

m
? ?

AcsJemi»CwiblocMi(i'E«m«!íftrti.liwn*:fcíft AfltítíiiLfcaíot - ^ * ,

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COKCLVSÍONES CRAI^ÍMATICAE.

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^^¿|K*^ : ? w MOnmMpaai<imini»»»aÍMS t i«i 1 i»iM><iiil6 SutmunuH

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^vfe'^EÍÍÍffiÍÍÍÍ"^^Sh^*'-"»^^¿"'^i""i" i .- •-••-

4. Cartel de desafío dirigido a Torres Rámila.

54. El contenido del citado impreso no es tan importante


como su rareza bibliográfica, y contiene pocos datos de interés,

dar esta noticia. Si existe, ha sido inútil cuanto he hecho por hallarlo, y
solamente cabe confiar en que el azar lo saque a luz alguna vez. La Barrera
(Ob. y hig. cits.) ni lo mienta siquiera.
Ob. cit., pág. 303.
132 Lo encontró, sin proponérselo, mi querido amigo don Antonio Ro-
dríguez Moñino en una de sus útiles investigaciones y lo puso generosa-
mente a mi disposición, por si podía interesarme.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS l6l

salvo aquellos referentes a las relaciones entre Torres Rámila


y López de Aguilar.
55. Este primeramente fué amigo del autor de la Spongia,
y, a lo que parece, hasta discípulo suyo, en cierto modo, ya que
luego procuró olvidar cuanto le había enseñado Torres Rámila
<ie Gramática, y así mejorar sus conocimientos 133.
56. Al fin, cuando se convenció Torres Rámila de su falta
de preparación para la enseñanza, dejó la Gramática y se dedicó
a la Teología con tal interés, que todo lo que no fuera esto le
desagradaba. Entonces dio en acusar a los teólogos de ignorantes
y a los filósofos de temerarios.
57. "Franciscus Antididascalus", le reta a discutir con él
•de Gramática, lo cual no habría de desagradar a la Universidad
de Alcalá, según dice, y sobre la base de que "Vtrum Petrus To-
rres Gramaticus sit censendus, cum ne latine nec Grammaticae
sciat?", presenta dos conclusiones a la manera como se hacía en
los certámenes académicos.
58. En la primera señala López de Aguilar varias faltas de
•sintaxis notadas en los escritos de Torres Rámila y le corrige los
solecismos y barbarismos que cometía, "algunos insufribles —co-
menta— hasta para los principiantes de Gramática latina".
59. En la segunda se burla de su falta de propiedad en el
«empleo de la lengua del Lacio y saca la deducción final afirman-
do que Torres Rámila "nec latine nec Grammatice sciat".
60. A continuación viene un párrafo en que, dirigiéndose
López de Aguilar a los jóvenes de la Universidad de Alcalá, se
disculpa de no indicarles más errores de Torres Rámila por fal-
ta de espacio; pero les desengaña de que puedan aprender nada
•de él y les recomienda que le expulsen de aquel centro de ense-
ñanza 13G. Y por remate un colofón que dice así: "Francisco An-

133 "nam exqito plañe tita exauctor atas m-ilitia ad alia castra transí!,
mihi non mediocriter auitcndiuit fuit, ut aliquid in Grammatica felicius tcn-
tarem & vitiosam pracceptorum, secuentem, quam animo meo in servaras
enterem."
"nisi forsan velit EXMAGISTER meus mendosum e praelo locum esse."
13.;. "Nac hand Acadcmiac Complntcnsi ingratum videbititr, si beliam Jiic
mecían pugnaitcris pitgnavi."
135 P l u r a habebam (Juventus Complutensis) quae in lias ludieras The-
ses conferrem, sed ea ob chartae angustian in aliud tempus differo. Tibí
lantum istius hominis supinos errores indicar volui, ne tuum ipsi ingenium
excolendum credas, sed potius brevied Academia tua amandes,"

11
162 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

tididáscalo defenderá (Dios mediante) estas conclusiones el pró-


ximo domingo después del mediodía en la palestra literaria ma-
drileña" 136. Sin determinar, de otro modo, qué día sucedió este
curioso desafío, en caso de que se realizara y fuese algo mas
que una zahiriente broma.
Nada parece que respondiera Torres Rámila a la mole de
respuestas y ataques que se le venía encima, y 'aún es muy creíble
fuera así, si no se olvida el enrarecido ambiente de que se había
rodeado por sus censuras contra el Fénix, -ídolo de las gentes.
Limitóse, pues, a continuar sus estudios teológicos en Alcalá de
Henares y a guardar silencio convencido al punto de su temeri-
dad,- Al mismo tiempo Lope de Vega y su camarilla preparaba
un libro en que no sólo se habían de criticar los conocimientos.
y los escritos de Torres Rámila, sino que a la vez aparecían en
él reunidos los elogios tributados al Monstruo de Naturaleza
por los ingenios y personas más notables de entonces, como se
verá en el capítulo siguiente. Solamente en una carta que lleva
fecha de 1617 137 muestra Lope en un párrafo el estado de su
alma:
"Si en el mar de la murmuración se pierden bajeles de alto
bordo, anegúese mi pobre barquilla, tan miserable que apenas
se ve en las aguas; y a quien, por cosa inútil, pudieran perdo-
donar las olas de la ociosidad y los vientos de la envidia."

136 Véase la nota 130 de este capítulo.


137 Véase Fernández Guerra: Don Juan Ruiz de Alarcón, Madrid, 1S71
(pág. 245).
CAPITULO IV

LA "EXPOSTULATIO SPONGIAE"

Carácter, autores y enigma bibliográfico de la "Expostulatio".


Su contenido. Panegiristas de Lope de Vega y detractores de
Torres Rámila. La respuesta a la "Spongia". Cruel difama-
ción de Torres Rámila. El "Oneiropaegnion" e interés de sus
noticias. El "Appendex Expostulationem Spongiae'" de Sán-
chez de Mor atolla. Otras alusiones de Lope referentes a la
guerra en esta época.

i. Había pasado cerca de un año desde la aparición de la te-


rrible Spongia de Torres Rámila y durante este espacio de tiempo
vieron la luz pública —unas manuscritas, otras impresas— las
respuestas a ella que acabo de reseñar en el capítulo anterior,
cuando fué repartido gratis y secretamente entre los literatos
más conocidos de Madrid, Toledo y Alcalá * —y acaso de otras
poblaciones, aunque no haya datos de ello— un librillo titulado
Expostulatio Spongiae a Petro Turriano Rámila Pro Lupo a Ve-
ga Carpió, escrito por un tal Julio Columbario y en el cual se
incluía otra obra llamada Oneiropaegnion y además Varia Mus-
trium virorum poemata iu laudum eiusdem Lupi a Vega.
2. Este libro, impreso al parecer en Troyes por Pedro^ Che-
villot en 1618 2, era, como por su título se advierte, una meditada

1 Cfr. el capítulo VI, núm. 57.


2 No fué muy larga la edición de la Expostulatio Spongiae, según
pareco (*); pero, sin embargo, se conservan algunos ejemplares de ella,
que, por las diferencias tipográficas que presentan, revelan claramente lo
irregular de la impresión.
Siete ejemplares se conocen de la obra, y de los seis que he podido ver

(*) Cfr. el capítulo VI, núms. So y 57,

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164 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

respuesta al libelo de Torres Rámila, que constituía un innega-


ble acierto por sus diferentes aspectos.

ninguno es igual, y aun sospecho que el otro tampoco lo sea, lo cual hace
más extraños estos libros, ya de por sí rarísimos.
Voy a hacer la descripción bibliográfica de ellos con el mayor detalle po-
sible y por separado, señalando cada uno con una letra, para evitar repeti-
ciones y facilitar la comparación e identificación de los que pudieran apa-
recer :
EJEMPLAR. A.—Biblioteca Nacional, Madrid, (Sig. 2/15.734) Portada, an-
verso.—"Expostulatio í Spongiae a Petro [ Tvrriaiio Ramila | nvper evvlga-
tae. I Pro j Lvpo a Vega Carpió, poetarvm | hispaniae principe. | Avotore [
JVÜG Colvmbario B. | M. D. L. P. ¡ ítem. Oneiropaegnion, ! et I Varia Illvs-
trivm virorvm j poemata. J In laivdem eivsdem j Lvpi a Vega. V. C, |
Tricassibvs I Svmptibvs Petri Chévillot j Anno I M. D. C. X. V. III. | Cuín
priuilegio Regís, j " (Véase el grabado núm. 5.)
Portada, reverso.—" Mendae Typographicae."
Folio I (s. n.), anv.—"Extraict du Priufilege du Roy."
Fol I, rev.—Escudo del Duque de Sessa, grabado, y debajo: "Lvpvs a
Vega Carpius. | Quid timeam hostilis..." (Véase el grabado núm. 6.)
Fol. II (s. n.), anv. y rev., y Fol. III (s. n.), anv. .y rev.—"Illvstrissi-
1110 et ¡ Excellentisimo Principi..."
Fo\. IV (s. n.), y rev.—"Lectori beneuolo. S."
Fol. V (s. n.), anv. y rev., y Fol. VI (s. n.), anv.—"Protyraeum." (El
título así y en caracteres pequeños. (Véase el grabado núm. i, izquierda.)
Fol. VI, rev. al Fol. XIV (s. n.), rev.—"Elogia Illvs- I trium Virorum
Pro Lupo I a Vega Carpió." (Tamayo de Vargas, Juan de Aguilar, Pe-
dro de Padilla, Conde de Mora, Juan Luis de la Cerda, Teodoro Marcilio,
Simón Chauvel, López de Aguilar, Serafín, de Freitas, Paravicino, Tomás
Roca, Lope de Vega, Francisco Pacheco, Juan Antonio de Vera, Francisco
"Gutiérrez, Diego de San José, Jiménez Patón, Luis Rosicler, Pedro Ni-
colás Museo, Antonio de Pinedo, Luis Arias Becerra, Príncipe de Esquilache,
Baltasar Porreño y Lucas de Montoya.)
Fol. XV (s. n.), anv.—En blanco.
Fol. XV, rev.—"Svo. se lvmime prodit", y debajo grabado representan-
do un escarabajo que avanza de izquierda a derecha con una velita encen-
dida, clavada en el dorso. (Véase el grabado núm. 8.)
Fol. XVI (s. n.), anv., al Fol. XIX <s. n.), rev.—"Ulvstrissimi et Excel-
lentissimj Marchionis de Sarria..." (Es continuación del Fol. XIV, re-
verso, añadido después de impreso el Fol. XV. Siguen al Marqués de Sa-
rria. Quevedo, Conde de Villamor, Conde de Adacuaz, Lorenzo Mendoza Fi-
gueroa, Marqués de la Adrada, Duque de Osuna, Conde de Salinas, el
Maestre de la Orden de Montesa, Espinel, Luis Mexía, Juan de Fonseca,
Juan Bautista Elgueta y Julio Columbario.)
Fol. XX (s. n.) t anv. y rev.—"Catalogus | virorum illvstrivm, qvi Lvpvm
a Vega Ca.rpivm..."
Fol. XXI (s. n.), anv.—En blanco.
Fol. XXII, rev.—Escudo del Duque de Sessa como el del Fol. I, rev., y
debajo: "Illvstrissimo et | Excellentissimo Principi..." (Véase el grabado
núm, 9.)
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 165
3. Nada mejor para refutar las censuras de aquel retori-
cista, casi -desconocido junto al Fénix, que presentar reunidos

Fol. J (num.), anv., al Fol. 291 (num.), a n v . — " E x p o s t u l a t i o | Spongiae a


Petro I T u r r i a n o R a m i l a . . . "
Fol. 29 (num.), rev.—En blanco.
Fol. 30 (num.), anv., al Fol. 42 (num.), a n v . — " V a r i a Illvstrivm | viro-
rum Poemata, Francisci | Lvpii A q u i l a r i i . . . "
Fol. 42, rev.—En blanco.
Fol. 43 (num.), anv. y rev.—"Nobilissimo | et illvstrissimo ad- j rao-
dum D. D. Sebastiano de Mendoza, | Comiti C l u n i a e . . . "
Fol. 44 (num.), anv., al Fol. 61 (num.), anv.—"Oneiropaegnion." (AI
final, en el mismo Fol. 61, anv., un grabado con un escarabajo muerto al
pie de u n rosal y la leyenda cintada " O d o r e enecat s v o " , y debajo " A u -
dax dum Vegae irrumpit scarabeus in h o r t o s . . . " (Véase el grabado núm. 10.)
Fol. 61, rev.—En blanco.
Fol. XXI (s. n.), anv., al XXVIII (s. n.), rev.—"Magistri Alphonsí |
Sanctii..."
Fol XXIX (s. n.) t anv.—"Operis colophon."
Fol. XXIX, rev.—En blanco.
U n vol. en 4. 0 marquilla de X X I fols. s. n. -f- 61 fols. num. •+• I X fo-
lios s. n. Caja de impresión, 160 X 91 cms.
E J E M P L A R B.—Biblioteca Nacional, Madrid (Sig. 3/52.677.) Tiene notas
manuscritas del siglo x v n al margen de los fols. 35 vto., 46 vto., 47 y 53 vto.,
a las cuales me referiré cuando convenga. Perteneció a La Barrera, que se
sirvió de él (Ob. cit., págs. 299-312).
Portada, anv. y rev.—Iguales a los del ejemplar A.
Fot. I (s. n.), anv. y rev.—"Corrector Typographicus, I Lectori, S. D . "
(Corrección de muchas erratas no anotadas en las " M e n d a e T y p o g r a p h i c a e "
del rev. de la Portada, que parecen como observadas después de impreso
el libro y añadidas después.)
Fol, II (s. n.), anv. y rev.—•Iguales a los Fols. XX (s. n.), anv. y rev. del
ejemplar A.
Fol. III (s. n.), anv.—'Como el Fol. I (s. n.), anv., del ejemplar A.
Fol. III, rev.—Como el Fol. I (s. n.), rev., del ejemplar A.
Fol. IV (s. n.), anv., al Fol. VI (s. n.), rev.—Iguales a los Fols. II
(s. n.), anv., al IV (s. n.), rev., del ejemplar A.
Fol VII (s. n.), anv., al Fol. VII (s. n.), a n v . — " P r o t h y r a e m n . " (El tí-
tulo así y en caracteres mayores que los empleados en el ejemplar A para
el m i s m o ; pero estampado en una tira de papel, por separado, que luego se
adhirió encima del título impreso primeramente en el folio, como el de di-
cho ejemplar A. (Véase el grabado núm. 7 derecha, y confróntese con el
mismo, izquierda.)
Fol. VIII, rev., al Fol. XX (s. n.), rev.—Iguales a los Fols. VI (s. n.),
reverso, al XIV (s. n.), rev. + los fols. XVI (s. n.) anv., al XIX ( s . n.) t
rev., del ejemplar A. (Aquí, unidos ya todos los Elopia.)
Fol XXI (s. n.), a n v . — E n blanco.
Fol. XXI, r e v . — " S v o se lvmine prodit" y el mismo grabado del Fo-
lio XV (s. n.), rev., del ejemplar A, y debajo, añadida en éste, l a leyenda
166 JOAQUÍN DE ENTRAMEASAGUAS Y PEÑA

al tiempo que un ataque a los conocimientos y teorías suyas, los


elogios tributados a Lope por los principales poetas y críticos de

"Cur pueri dono scarabei lumina figunt, ¡ Non-ne satis sese prodit odore
suo?", impresa.
Fól. i (nuin.), anv., al Fol. 29 (num.), rev.—Iguales a los fols. de la
misma numeración del ejemplar A.
Fol. XXII (s. n.), anv. y rev.—Como los Fols. XXI (s. n.), anv. y rev,,
del ejemplar A. (Parece intercalado aquí por error, pues los fols. ant. y
post. a él llevan, como se ve, su numeración correlativa.)
Fol. 30 (num.), anv., al Fol. 61 (num.), rev.—Como los folios de igual
numeración en el ejemplar A.
Fol. XXIII (s. n.), anv. y rev.—Igual que los Fols. XXX, anv. y rev.,
del ejemplar A.
Fol. XXIV (s. n.), anv. y rev.—En blanco.
Fol. XXV (s. -n.), anv., al Fol. XXXII (s. n.), rev.—'Lo mismo que los
Fols. XXI (s. n.), anv., al XXIX (s. n.), rev., 'del ejemplar A.
Un vol. en 4.0 marquilla de XXI fols. s. n. + 29 fols. num, + 1 fol. num.
+ 30 fols. num. + 10 fols. s. n. Caja de impresión, la misma del ejem-
plar A'.
EJEMPLAR C.—Biblioteca Nacional, Madrid, Sig. R/5.726). Portada, anv.,
al Fol. III (s. n.), rev.—Iguales a los de la misma numeración del ejem-
plar A.
Fol. IV (s. n.), anv., al Fol. V (s. n.)7 rev.—Como los Fols. I (s. n.),
anverso, al 77 (s. n.), rev., del ejemplar B.
Fol. VI (s. n.), anv. al Fol. VIII (s. n.), anv.—'Iguales a los fols. IV
(s. n.), anv., al VI (s. v.), anv., del ejemplar A,
Fol. VIII, rev., al Fol. XV (s. n.), rev.—Como los Fols, VI (s, n.), rev.,
al XIV (s. n.), rev., del ejemplar A.
Fol. XVI (s. n.), anv. y rev.—Iguales a los Fols XV (s. n.), rev. y anv,,
del ejemplar A.
Fol. I (num.), anv., al Fol. 61 (num.), rev.—Iguales que los fols. de
la misma numeración del ejemplar. B.
Fol. XVI (s. n.), anv. y rev,—Como los Fols. IX (s. n.), anv. y rev., del
ejemplar A.
Fol. XVII (s. n.), anv., al Fol. XXIV (s. n.), rev.—'Iguales a los Fo-
lios XXI (s. n.), anv., al XXIX (s. n.), rev. del ejemplar A.
Un vol. en 4. 0 marquilla, de XV fols. s. n. -f- 29 fols. num. + r fol. sin
numerar + 30 fols. num. + 17 fols. s. n. Caja de impresión, la misma del
ejemplar A.
EJEMPLAR D.—Biblioteca Nacional, Madrid (Sig. R/13.184). Perteneció
a don Pascual de Gayangos, cuyo sello, en rojo, lleva.
Portada, anv., al Fol. IV (s. n.), rev.—Iguales a los de la misma nume-
ración del ejemplar A. (En la parte inferior de la portada, con letra ma-
nuscrita del siglo XVIII : "de la librería del Col.0 de la Comp.* de J H S de
Alcalá. Año de 1705." En el reverso de la misma, debajo de los "Mendae
Typpographicae", con letra análoga a la citada: "Ay otras muchas erra-
tas que se quedan sacando." [Rúbrica.])
Fol. V (s. n.), anv. al Fol VI (s. n.), anv.—Iguales a los folios VI (s. n.),
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 167

•la época, proclamando así los incomparables méritos del renova-


dor de la poesía y creador del arte dramático en Kspaña.

anverso, al VII (s. n.), anv. del ejemplar B y con la misma corrección ti-
pográfica en el título Prothyraeum que él, respecto de los ejemplares A y C.
Fol. VI (s. n.), rev., al Fol. XIV (s. n.), rev.—Iguales a los fols. de la
misma numeración en el ejemplar A.
Fol. XV (s. n.), anv. y rev.—'Como el Fol. XXI (s. 11.), anv. y rev., del
ejemplar B.
Fol. 1 (íium.), anv., al Fol. 61 (num.), rev.—Iguales que los de la mis-
ma numeración del ejemplar C.
Fol XVI (s. n.), anv., al Fol. XXIV (s. n.), rev.—Como los folios
de la misma numeración del ejemplar C.
Un vol. en 4.0 marquilla, de los mismos folios y la misma caja de im-
presión que el ejemplar C.
EJEMPLAR Y,.—Biblioteca de la Facultad de Derecho de la Universidad
Central. Madrid (Sig. 235-5-35)- Procedente de la "Bibliotheca Complu-
tense Ildefonsina" de la Universidad de Alcalá de Henares, cuyo ex-libros y
super-libris lleva. Lo reseñó Pérez Pastor en su Bibliografía Madrileña
(II, núm. 1532).
Portada, anv., al Fol II (s. n.), rev.—Iguales a las de la misma nume-
ración del ejemplar B.
Fol. III (s. n.), anv. y rev.—Como los Fots. XXI (s. n.), anv. y rev.,
•del ejemplar A.
Fol. IV (s. n.), anv., al Fol. VII (s. n.), rev.—Iguales a los Fols. XVI
{s. n.), anv., al XIX (s. n.), rev., del ejemplar A.
Fol. VIII (s. n.), anv. y rev.—'Como los fols. I (s. n.), anv. y rev., del
ejemplar A.
Fol. VIII (s. n.), anv., al Fol. XXI (s. n.), rev.—Los mismos fols. que
llevan la numeración II (s. n.), anv., al XIV (s. n.), rev., del ejemplar A,
y como él y el C, sin la corrección tipográfica de los ejemplares B y D en el
título "Prothyraeum".
Fol. XXII (s. n.), anv. y rev.—Como los Fols. XV (s. n.), anv. y rev.,
del ejemplar A, salvo que debajo del grabado, que no llevaba la inscripción
"Cur pueri", e t c . . (como el ejemplar A), se puso manuscrita con letra del
siglo xvii, en la forma que aparece impresa en el ejemplar B.
Fol. I (num.), anv., al Fol. 61 (num.), rev.—Iguales a los de la misma
numeración en el ejemplar A.
Fol. XXIII (s. n.), anv., al Fol. XXXI (s. n.), rev.—Lo mismo que los
Fols. XXI (s. n.), anv., al XXX (s. n.), rev., del ejemplar A. (Debajo del
"Operis Colophon" (Fol. XXXI (s. n.), anv., y manuscrito con letra del
siglo XVIII : "Se reconoció tener 86 foxas útiles" Idos rúbricas]).
Un vol. en 4. 0 marquilla de XXII fols. s. n. + 61 fols. num. -f- X fo-
lios s. n. Caja de imprenta, como la del ejemplar A.
EJEMPLAR F.—Biblioteca de San Isidro (de la Facultad de Filosofía y
Letras), Madrid (Sig. 7. a /i.3o6). Perteció a la biblioteca del Colegio Impe-
rial de la Compañía de Jesús, cuyo sello ostenta.
Portada, anv., al Fol. VI (s. n.), rev.—Iguales a los de la misma nume-
ración del ejemplar B. (En la parte superior de la portada, con letra manus-
168 JOAQUÍN DE ENTRAMIiASAGUAS Y PEÑA

4. Bajo el seudónimo de Julio Columbario s-e ocultaban, no


sólo don Francisco López de Aguilar, como ha sido la común:

crita del siglo x v n : "De la librería del Collegio de la Comp.a de J H S . de


Madrid.")
Fol. VII (s. n.), anv., al Fol. VII (s. n.), anv.—Como los Fols. V (s. n.j,
anv. y rev., y Fol. VI (s. n.), anv., del ejemplar A.
Fol. VIII (s. n.), rev., al Fol. XX (s. n.), rev.—'Idénticos a los fols. de
la misma numeración del ejemplar B.
Fol. XXI (s. n.), anv. y rev.—Lo mismo que los Fols. XV, cuy. y rcv,r
del ejemplar A'.
Fol. 1 (nuni.), anv., al Fol. 61 (num.), rev.—Iguales que los de la mis-
ma numeración del ejemplar B, pero faltándole el fol. (s. n.) intercalado en-
tre los Fols. 2Q (num.), rev., y 30 (num.), anv., que en B es XXII (s. n.),
anv., y rev.
Fol. XXII (s. n., anv., al Fol. XXX (s. 11.), rev.^Como los Fols. XXI
(sin num.), anv., al XXIX (s. n.), rev., del ejemplar A.
Un vol. en 4.0 marquilla, de XXI fols. s. n. -f 61 fols. num. -f IX fols. s. IL
Caja de impresión, 160 X 91 mms.
EJEMPLAK G.—Biblioteca del British Museum, Londres.
No he podido ver este ejemplar, que quizás también difiera tipográficamente
de los anteriores. Dicen que existe en el centro indicado los señores Rennert y
Castro (Ob. cit., pág. 263, nota 1), y no hay referencia ninguna más de él.
Después de señaladas estas notables diferencias de impresión y de conte-
nido, hasta el presente no advertidas por nadie, entre los ejemplares existentes,
de la Expostulatio Spongiae, vengo a deducir de ellas lo siguiente:
La corta ipero bien difundida edición de la Expostulatio Spongiae fué hecha
en dos veces, y no en una, como se creía, aunque aprovechando la mayoría
de los moldes, y a veces haciendo quizás de tana sola tirada algunas partes
que aparecen independientes en el libro desde el punto de vista tipográfico.
Primeramente se imprimió el libro careciendo de los folios de parte de los
"Elogia" (B, fols. XVIII (s. n.), anv., al XX (s. n.), rev.), y de "Corrector Ty-
pographicus, Lectori, S. D." (B, fol. I (s. n.), anv. y rev.), y además el grabado
de! escarabajo con la velita (A, fol. XV (s. n.), rev.), sin inscripción debajo,
como en los ejemplares A, C y F (fols. XV (s. n,.), rev.; XVI (s. n.), rev., y
XXI (s. n.), rev., respectivamente, y el título "Prothyraeu'm", sin h y en carac-
teres pequeños, como en los ejemplares A, C, E y F (fols. V (s. n.), anv.; VII
(s, n.), anv.; XII (s. n.), anv., y VII (s. n.), anv., respectivamente.
Más tarde, y con seguridad a causa de haberse recogido más elogios de
Lope de Vega, se tiraron con ellos otros cuatro folios, para añadirlos a con-
tinuación de los "Elogia", ya impresos, y así se hizo en los ejemplares B
y F, donde figuran en su lugar {fols. XVII (s. n.), anv., al XX (s. n.), rev.);
pero en los ejemplares A y E se intercalaron mal, y en vez de estar des-
pués de los folios XX (s. n.), rev., y XX (s. n.), rev., aparecen detrás de los
folios XV (s. n.), rev., y III (s. 11.), rev., respectivamente, y no se inserta-
ron ni bien ni mal en los ejemplares C y D.
Entonces, al hacer estas adiciones, se aprovechó la ocasión también para
añadir las correcciones de las erratas observadas después de impresa la obra,
y se tiró otro folio con ellas, bajo el título, ya dicho, de "'Corrector Typogra-
phicus, Lectori, S. D.", el cual se había de intercalar a continuación de la

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LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 169

opinión hasta ahora 3, y Lope de Vega, según era fácil sospe-


char por varias razones 4, sino además cierto curioso persona-
je llamado Simón Chauvel G, Baltasar Elisio de Medinilla y

" P o r t a d a " , como en los ejemplares B, C, E y F (fols. I (s. n.), anv. y rev.^
de cada uno), si bien se olvidó el hacerlo en los ejemplares A y D, que
carecen de é l ; para sustituir el grabado aludido del escarabajo por otro
idéntico, salvo llevar, además, la inscripción " C u r pueri dorso", e t c . , de-
bajo, y de este modo se verificó en los ejemplares B y D (fols. X X I (s. n.),
reverso, y X V I (s. n.), rev., respectivamente, pero no en los ejemplares
A C o E y F, que conservaron el grabado primitivo (fols. X V ís. n.), rev..
X V I (s. n.), rev., X X I I (s. n.), rev.), y X X I (s. n.), rev., aunque en el
ejemplar E se añadiera, más tarde, la inscripción m a n u s c r i t a ; y, por último,
p a r a corregir el título " P r o t y r a e u m " , impreso así por error y en caracte-
res pequeños, como en los ejemplares A C o E F ( l u g a r e s ya dichos), cu-
briéndolo con u n a tira de papel igual al del libro, en la cual se había estam-
pado " P r o t y r a e u m " en caracteres mayores, tal como se halla en los ejem-
plares B y D (fols. V I I (s. n.), anv., y V (s. n.), anv., respectivamente).
E n fin, de la minuciosa y pesadísima confrontación bibliográfica reali-
zada en esta nota pacientemente, en gracia a su interés, se saca en conclusión
que el único ejemplar de la Expostulatio Spougiac, de entre los seis rese-
ñados, que está impreso completo y tal como lo pensaron sus autores, es el
designado con la letra B, y, por tanto, este será el que tome como base para
mi trabajo.
3 Véanse Nicolás Antonio, Pellicer, Alvarez Baena, La Barrera y otros,
en las obras y lugares ya citados. También aclara así este seudónimo " M a x
c r i a r t h " (Ob. cit., pág. 35), siguiendo a los anteriores.
Cfr. el capítulo V I .
La idea primordial de publicar la Expostulatio Spongiac no pudo partir,
como es natural, más que de Lope de Vega, cuyo amor propio, herido en lo
más íntimo, sólo pensaba en una pronta defensa y en una despiadada ven-
ganza. Ni nadie mejor que el Fénix podía tener reunidos y presentes los va-
riados y numerosos elementos con él relacionados que sirvieron para la
elaboración de parte del libro.
S Véase el capítulo V I .
Simón Chauvel, cuyo apellido se transformaba vulgarmente en Javel,
Xabel, Javelo, Xabelo, Chauvelo, era francés; acaso de Blesle, en el Alto Loira.
E r a noble, y muy docto en las lenguas clásicas; griego y latín, hasta el punto
de que persona tan autorizada como Tribaldos de Toledo le juzga elegante
en ellas. (Véase el capítulo V I , núm. 61.) Debió de tener gran amistad
con Lope de Vega, a quien admiraba extraordinariamente. El Fénix le dedicó
su comedia Los locos de Valencia, impresa en la parte trece de sus Comedias,
y allí, tras de alabar sus conocimientos humanísticos y agradecer su ayuda,
reproduce estos versos, de cierto amigo de ambos, que no se dice quién
fuera, y pudiera, acaso, ser López de A g u i l a r :

" H o n r a d , musas, a Simón,


Que ha peregrinado a E s p a ñ a
Como a Sicilia Platón."
Simón Chauvel estaba en Madrid todavía en 1620, pues concurrió a la
I70 JOAQUÍN DE ENTRAMP.ASAGUAS Y PEÑA

don Tomás Tamayo de Vargas, ya citados anteriormente como


mentores en la composición de las desalmadas sátiras de Lope
contra el atrevido Repetidor de Gramática de la Universidad de
Alcalá G.
5. Por lo que toca al lugar de impresión de la Expostulátio
Spongiae, a pesar de lo que se dice en la portada, no es Troyes
(Francia) 7, sino Madrid, como ya afirmaron Nicolás Antonio 8 y

justa poética celebrada con motivo de la beatificación de San Isidro, y pre-


sentó el siguiente
"Epigrama.
Dum fundís supero tua férvida vota tonanti,
Ei supplex dudum cessat in arva masus,
Angelici aetherea veníunt de sede coloni,
E í versant propria r u r a relicta manu.
Spargc licet tota votorum semina luce,
Non, I S I D R E , dies, nec tibi térra perit.
N a m q u e orando vides supero tibi culta labore
Iugera multa soli, iugera multa poli."

Y un Hieroglyphico, que d e c í a : " O fortunati nimium, sua si bona nouit,


Agricolae", y pintado Triptolemo con el arado.
Lope de Vega lo tradujo a s í :

" ¡ O h labradores dichosos


si sus bienes conocieran
a todos los p r e f i r i e r a n ! "

E n El jardín de Lope de Vega aparece este elogio de Simón Chauvel:


" H o n r a en puro metal resplandeciente
Como Simón Xabelo el lirio de oro
Corona de su ipatria y del Latino
Y Griego verso, Pasiteo decoro."

fi Véase el capítulo I I I , número 11.


Parece ser que Tamayo de V a r g a s hubo de dar una explicación a Torres
Rámila acerca de lo que se decía que había escrito contra é l ; pero ello no le
impedía afirmar con la mayor tranquilidad que no sabía quién fuera Julio
Columbario. (Véase el capítulo V I , núm. 52.)
7 Ni hay que decir lo inútil que ha sido la busca de datos en las bi-
bliografías tipográficas francesas que h e consultado. Tampoco aparece nada
en Rccherches sur l'établisscmcnt et Vexorcice de Timprimeric a Troyes
(1856), de Corrard de Brebam, e Histoire popnlairc de Troyes (Troyes, 1881),
d e Carré.
Sin embargo, los autores del libro insistieron mucho en tomar como bue-
no el pie de imprenta que llevaba, y su afirmación fué seguida por algunos
con sin igual credulidad, suponiéndole impreso en Francia y aun en P a r í s
mismo, aunque esto último no tuviera razón de ser. (Cfr. el capitulo VI.)
R Bibliotheca Hispana Nova, tomo I I , pá'g. 437.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 171

Alvarez Baena 9, y aprobó don Cayetano Alberto de la Barrera 1 0 .


Hoy queda esta hipótesis demostrada plenamente con los nuevos
-datos encontrados, que la resuelven de modo indudable, ya que
lo afirman personas tan opuestamente interesadas en la cuestión
como Manuel Ponce y Francisco López de Aguilar " .
6. Se hizo la edición de orden del Duque de Sessa 12, a
quien va dedicado el libro. Seguramente el Duque, ansioso de
enredar discusiones que le distrajeran de su aburrimiento, sufra-
garía en esta ocasión —o al menos prometería hacerlo, sin luego
cumplirlo, según costumbre suya 13— los gastos originados en
la defensa de su insustituible secretario.
7. A imitación de la Spongia de Torres Rámila, los auto-
res de la Expostulatio emplearon para escribir su obra la len-
gua latina que, a pesar de ser indudablemente excelentes lati-
nistas los principales colaboradores de ella, López de Aguilar
Chauvel y Tamayo de Vargas, deja bastante que desear algunas
veces en cuanto a claridad y elegancia.
8. El contenido de la Expostulatio Spongiae es variadísimo
y lo integran elementos muy diferentes y de diversos autores,
como ya se ha visto parcialmente por lo que llevo dicho. Voy
9 Ob. cit., tomo II, pág. 1S6.
10 Ob. y lug. cits. Hace observar, con razón, el ilustre biógrafo de Lope
de Vega que "lo descubren sus tipos, el escudo de armas del Duque de Sessa,
que lleva repetido y es el mismo que se estampó años después en las Rimas
de Burguillos (1634), en la Fama postuma, de Lope (1636), y en la Vega del
Parnaso (1637) ; libros todos impresos en Madrid, imprenta del Reino, y a
mayor abundamiento la marca de fábrica del papel".
También debe recordarse que otro de los grabados del libro se reprodujo,
asimismo en La. Dorotea (1633). (Véase el capítulo VII, núm. 74.)
Por otra parte, Martínez Añíbarro (Ob. y lug. cits.), que no se molestó ni
aun en utilizar los datos existentes, afirma que la Expostulatio Spongiae se
imprimió en París, sin fundamento alguno, pues algunas noticias que, a pri-
mera vista, pudieran ser favorables a esta hipótesis, se conocen ahora por
primera vez. (Véase la nota 7 de este capítulo.)
11 Véase el capítulo VI, núms. So y 73.
12 El propio López de Aguilar no tuvo inconveniente en afirmarlo así,
tal vez porque, a pesar de todo, sería ya del dominio público. (Véase el ca-
pítulo VI, núm. 73.)
De don Luis Fernández de Córdoba, duque de Sessa y amigo y protector
de Lope, da bastantes noticias acerca de sus títulos, ascendientes y vida La
Barrera (Ob. cit., pág. 141); pero su extraña psicología, verdaderamente pa-
tológica, no ha sido estudiada como debiera, ya que tan en contacto estuvo con
el Fénix durante muchos años.
13 Véase mi trabajo Nueva investigación sobre los restos de Lope de
Vega. Madrid. 1928 (pág. 17).
172 JOAQUÍN D E ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

ahora a tratar de cada una de estas partes con el detenimiento


que merezcan:
9. Se reproduce la portada Xi, que nada tiene de interés
si no es el estilo altisonante en que se redactó.

EXPOSTV1ATIO
SPONGIAE A P E T R O
TVRRIANO R A M I L A
NVPER E V V L G A T j C
PRO
LVPO A VEGA CARPIÓ, POETARVM
HISPAN!.* PRINCIPE.
^dVCTORE
JFL10 COLUMBARIO K
M. D. L. T.
1TEMONEIR.OPAEGNION,
ET
VARIA ILLVSTRrVM VIRpRVM
POEMATA.
IN LAVDEM EIVSDEM
LyPI A VEGA. r . C.
TRICASSIBVS
S7M7rrmy£TXl £HE7ILL0T
ANNO
M. D. C X . V. IIL
Qum TruBtpt Jlt¿ih

5. Portada de la "Expostulatio Spougiac". 1618.

10. La fe de erratas tiene la particularidad notable de que


se hizo en dos veces. Al principio solamente se advirtieron las
erratas más salientes que se señalaron con el título de Mendae
Typographicae 1 5 ; pero como luego se les indicaran otras mu-
chas a los autores por quienes leyeron él libro, fué preciso ano-
tarlas y formaron una extensa lista, como cuatro veces la ante-
rior, que titularon Corrector Typographicus, Lectori, S. D. 1G.
11. En el Catalogas virorum illustrium, qui Lupum a Vega
Carphtm suis scriptis commendarunt 17 figuran, efectivamente,
todos los colaboradores de la Expostitlatio Spongiae, cuyos es-

14 Véase el grabado núm. 5.


15 E n el reverso de la Portada.
16 Fols. I (s. n.), anv. y rev. ''Citm ad nos Lector amice3 innnmeris re-
fertas motáis libcllus hic venisset, necesse fnit errata curis secundis relegare
qua¿ hie tibí apponimus."
17 Fols. I I (s. n.), anv. y rev. El orden en que aparecen los nombres es
meramente caprichoso: ni va alfabéticamente ni sigue el orden que los atito-
rei en c! texto.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 173

critos indicaré más adelante, excepto los comprendidos en los


folios de los elogios añadidos más tarde 1S : Baltasar Porreño 19
y Sánchez de Moratalla 20. En cambio aparecen en el Catalogus,
como colaboradores, don Francisco Solórzano 2 \ Ambrosio
Ondériz, el maestro Córdoba, Juan Bautista Labaña, y el padre
Salabranca 22, de quienes seguramente esperaban elogios de Lope
de Vega, que al fin no llegaron, por alguna razón.
12 El Bxtraict du Privilege du Roy 23, única licencia o
autorización que aparece en el libro para su impresión, lleva
fecha de 5 de mayo de 1619 2i, la cual pudiera corresponder
a cuando se acordó imprimir la Expostulatio Spongiae; pero el
privilegio, naturalmente, es falso, a pesar de que aparenta estar
dado en París y "signé, par le Roy en son Conseil", en el octavo
año de su reinado 25.
13. Probablemente lo urdirían Simón Chauvel o el mismo
Lope de Vega, que sabía francés 26 y amoldaría además al suyo

18 Fols. XVII (s. n.), anv., al XX (s. n.), rev. Cuando se añadieron a
la edición estos folios de los Elogia ya se había impreso el Catalogas; por-
que si don Juan de Fonseca y Figueroa, que está en ellos, figura en éste, es
.a causa de que también aparece colaborando en otro lugar, como se dirá.
19 Seguramente, porque aunque se determinó imprimir su escrito estando
ya impreso el Catalogus, no se habían concluido de tirar los primeros pliegos
de los Elogia, en cuyo final aparece. Otro tanto pudo suceder con fray Lucas
de Montoya, que va después de él, pero figura en el Catalogus quizás por
haberse pensado con antelación en que colaboraría.
2c Véase el núm, 129 de este capítulo.
21 Véase el núm. 70 de este capítulo.
22 Los tres primeros habían sido maestros de Lope, y el último condis-
cípulo suyo. (Véanse los núms. 74 y 75 de este capítulo.)
23 Fol. III (s. n.), anv.
24 Ya hubo quien, observando esto, afirmaba como indudable que se hu-
biera impreso fuera de Castilla, por carecer de las licencias precisas. (Véase
el capítulo VI, núm. 24) ; pero el fundamento era tan inocente como erróneo.
25 No hubo error en esto, se tuvo buen cuidado de verificar la fecha.
Efectivamente, hacía ocho años que reinaba en Francia Luis XII, elevado
al trono en 161 o.
26 El mismo lo dijo en La Dorotea, por boca de Fernando, que es el
Fénix mismo: "Comencé a juntar libros de todas letras y lenguas, que después
de los principios de la griega y exercicio grande de la latina, supe bien la
toscana, y de la francesa tuve noticia." (Ed. Castro, pág. 184.) Y Fauriel casi
lo tradujo: "Quant aux idiomes modernes, il avait fait une étude approfondie
de l'italien et endendait pasablement le franeáis." (Lope de Vega. En Rcvuc
des Dcu.v Mondes, tomo XIX, 4." serie. (30 de 1839). Núm. 1 de sept., pá-
gina 539.) Además se sabe que Lope leía a Ronsardo (Ronsard), y que así le

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174 JOAQUÍN DE ENTRAMEASAGUAS Y TEÑA

el privilegio ele cualquier libro impreso en Francia por enton-


ces. En el privilegio se concede al fantástico Pedro Chevillot
"libraire juré de Troves en Champagne" licencia para impri-
mir, hacer imprimir y poner a la venta el libro, prohibiéndose a
la vez que durante diez años lo reimpriman o lo hagan reim-
primir, lo vendan o lo hagan vender, lo divulguen o lo distribuyan
en Francia otros libreros o impresores, bajo pena de "cinco
mil libras tornesas" 27 nada menos, a repartir entre el Rey y
Chevillot 2S.
14. Sigue a esto el escudo del Duque de Sessa, grabado, y
debajo esta inscripción, en latín —no tan sincera entonces como
hoy justa—, que aplica a Lope de Vega al ser defendido por
su protector:

nombra alguna vez, y también cita al francés Pierres Coustau {Rimas. Ma-
drid, 1602, fol. 334), aparte de otros datos que prueban su conocimiento de
la cultura francesa en general,
27 Como la libra tornesa ("Iivre tournais") equivalía próximamente a
0,987 francos, la cantidad equivaldría próximamente a unos 4.900.
2S " faisant deffences tres expresses a tous libraires & imprimeurs oír
outres de quelque qualit'é ou condition qu'ils soient d'imprimer ou faire im-
primer le dit liure, le vendré, faire vendré, debiter, ni distribuer par nostre
Royanme durát le téps, et le tenue de dix ans sur peine aux contrevenans de
cinq mil liures tournois d'amende, applicable, moitié a nous, & 1. autre moitié
au dict exposant."
Bastaría observar en este texto, que transcribo sin alteración ninguna, la falta
de acentos y apóstrofos, aparte de otras erratas, para comprender que no pudo ti-
rarse el libro en ninguna imprenta francesa, aun cuando faltaran otras pruebas
como las que vamos exponiendo.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 175

LVPVSAVEGA CARPIVS

Qtñl timeám-IjoJiiUiminittmtufpieuld Jextr*


Simen» Clypcuí,fi mthi Qtfaradtfi
6. Escudo del Duque de Sessa. 1618.

"LOPE DE VEGA CASPIO.


¿ Qué puedo temer del dardo amenazante del enemigo siendo tú mi escudo'
y mi César? 2 0

15. Y después la dedicatoria del complejo Julio Columbario-


ai misoio Duque 30, donde, imitando el estilo de Salustio, expli-
ca los motivos que tuvo para salir a la defensa de Lope 31. Dice
que el ardor de la alegre adolescencia le impulsó a ello "para
librarle de los dientes de un hombre impuro, que alejado re-
cientemente de la Universidad ele Alcalá a la Corte 32, conside-
rando a Lope de Vega como un rival suyo, no pudo sufrir los
destellos de tan grande estrella, y por todos los medios trató de-
valarlos con la negrura de su odio" 33.
16. Pide vagamente protección al Duque, añadiendo que si
no alcanzara gloria con su defensa del Fénix, al menos la bene-
volencia y el favor del Duque le compensarían con exceso, y que

29 Fol. III (s. n.), rev. (Véase grabado número 6.)


30 Fols. IV (s. n.), anv., al V (s. n.), rev.
31 Cfr. con los núms. 17 y 63 de este capítulo.
32 Cfr. con el núm. 124 de este capítulo.
33 "ut Lupi a Vega Carpii innocentiam ab impuri cuiusdam hominis denti-
btts liberaran, qui c Cotnplittensi miper Academia in hac Rcgiam Aiilam emer-
sus, ac velut alium in Vega expertus solcm cum tanti syderis radios ferro non
possei eos liuoris sui caliuiííc obnubcre conahis est," (Fol. IV (s. 11.), rev.)
176 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

si no le alaba es para no obscurecer la luz de Lope 3i. No obs-


tante dedica un cálido elogio a la figura del antepasado de Sessa,
el Gran Capitán, llevado al teatro por el Monstruo de Natu-
raleza 35. Esta dedicatoria va fechada humorísticamente en
Troves a 4 de junio 36 ; pero pudiera ser ésta la fecha en que
realmente se acabó el libro.
17, Los dos prólogos del mismo Columbario que van a con-
tinuación de la dedicatoria del Duque de Sessa, completan las
noticias indicadas en ella. En el primero: Lectori benévolo 37,
poco interesante, explica a los lectores la tardanza . habida en
contestar a Torres Rámila 38, achacándola solamente a vagan-
cia, pues apenas apareció la Spongia, infinitos amigos de Lope
acudieron a tomar a su cargo la respuesta, indignados de tamaña
osadía 3!). Ruega al lector que sea arbitro en la lucha, y vuelve
a repetir que si descendió a la arena lo hizo acuciado por las
calumnias de los mentirosos para defender de ellas la inocencia
de Lope de Vega -°. El segundo es mucho más importante. Se
34 "denique si non proprius causac, bcncuolentiae tuae fauor abunde
militaret. Patere quaeso Princeps potcntissime me hic de laudibus tuis silere,
ne Lttpi luminibus officere videar." (Fol. V (s. n.), anv.)
35 "Is projecto clapsis hiscc diebus tanto vulgi spectatiumque omnium.
favore, proaui tui qui sub Fcrdinando Rege Catholico florcbat, laudes in thca-
trttm produxit, ut nulliis non in socco co-lhurnum agnoscere dtibitarit." (Fo-
lio V (s. n.), anv.)
Parece que debiera referirse a la comedia de Lope Las cuentas del Gran
Capitán, publicada en la parte XXIII de sus Comedias (Madrid, 1638);
pero Menéndez y Pelayo la cree "de sus últimos años y trazada para halagar a
su patrono el Duque de Sessa". (Véase Rennert y Castro : Ob. cit., pág. 473.)
Efectivamente, no figura en "ninguna de las dos listas de El Peregrino en su
patria, de 1604 y 1618; pero todo ello no es razón suficiente mientras no haya
otros datos más concretos, y bien pudiera ser que la alusión de la Expostu-
latió fuera admisible, y la comedia estuviera escrita antes de 1618 y se ol-
vidara consignarla, pues por su técnica y características puede lo mismo ser
de una época que de otra de la producción del Fénix.
A ella pudiera aludirse en una carta de Lope, cuya fecha es anterior a
la citada. (Véase Apéndice, verso 310 y su nota.)
2,6 "Tricassibus, pridie nonas Junii. (Fol. V (s. n.), rev.)
37 Fols. VI (s. n.), anv. y rev.
38 No contaba, claro es, por conveniencia, las respuestas anteriores a
ésta señaladas en el capítulo anterior.
39 "Vix dum haec spongia dieculam, quasi per diffisas rimas viderat,
cum se turmatim amici Vegae obtulerant respondendi provinciam suscepturi,
quin inter hos olores anser obstreperet ?" (Fol. IV (s. n.), anv.)
40 "Adde, quod prouocata conuitiis veritas indigrtíitionem mouit, & te-
meratr. mendaciorum maculis, VEGAE inocentia me in hanc indiciorum are-
nam descenderé coegit." (Fol. VI (s. n.), rev.)
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 177

titula Protyraeum 41 y contiene curiosos datos acerca de To-


rres Rámila, que figura en él con el nombre de Ardelio 42. Pa-
rece ser que éste, a quien se tenía por varón docto y de ingenio,
incitó a las gentes contra él por sus costumbres 43

PROTHVRAVM. Protyfseum.
DBSDVM LtRtt,ftucuteW«* (
Htctnim firmpiiittUiihus \>¡ridiBi Mj& fficenim ^utmjóiicahñbui viriátSi
& in/toui mtñr i iepingitnt, ^4* itli'i *J&GS>* & míent/t Mfriri ¿efmpmt.^-deñ'»
qeiluifrdttrrA mmbut tu'mjt irritdutrii, titf- qattutfratrtAmmfas tu inft miraurrit, ntf-
*¡rt tttitilo, exinfntHtergipltUcttl* rumi, ntc ff- ^tt^tU^xmfinaergofUtteliU jwrn/, net &•
Itrdlvtrtducdtm íniinit tgneirtii ,in(igm imptf ¡HTtbtereiucttttsingmi» ig**Wi ,infyñ mpf ••
Jrntia.inriuiliduJdcid, rjrtctmum \*itntgr*m- Jcnti*,ñri*ilia»d4t'd,ijr»aMum btm*gr<tm-
m4ttctmitltnt»iftrt,nul(eUtncn prcftButft)- »dnt*m*ko*cmfm> mlh unten frrfe8»efu~
ritlii •fukuTiitsfetit, Httc málii duidui íartdri' riili) wltunusfetir. Hiñe métit tttiíui turiáñ»
ttl ¿UUñuirumfyUdí tmblvit, ptrtffléttit, ¡ju^ xaiiiútBtcntmfolutitmbvñii perrtftaiM, fto
ntlidre djfattmtml/Hiui, liicelcgU cptrdt» tuud- ntBdredffaiimimímtut, Tbtoltgi* iperain mtud-
vit.tum tdmen lUiin irriium ttcidtrint omma, ntc VU.tumtdmeniBünirritumutiddrint rmma.«eer
intcrid dtriteidlidmard grámmdtijücejfluditie iattrut ¿tiétuli imita ftjuanuaiftittifuiio ir
fluir,auin ¿iftufuUiitrMT* ruJwttiiYmJictilut Quit ¡atfin d*[irtfuUsi¿ndr<: rudttjmvinJmiba
luir, tándem intuionlruflra iut>Jtn¿s. Sed b>c
luti,eírd*mintv¿cmfr*fíTk foitJcndo. Sed he
etnmieáferitUctuí tduhx rxckfuí oifmptri-
etidmltnfctuLcctti caudex extintos itimftti*
lidm artogdwunHT, mintm'efertnddm ¡xfttt eue-
¿drnmtxptrtuut Mdtritvm rtpet-iiiit^oílertim- ttdie drrogdiuumf, mitmi>cf*rená¿m,ajlte qut*
<}ut Uífdltnduj M*{dd tigd tatdrii»duriii,cum ¿tm mtx-ptrtnuí Mdtritum reptiitñtJitBtrunf
thtnñro & tWtmdíirt ¿igmtr ejftr JuíJoPr per tjucidftdlendiM Mu¡*a ttg*TdUriinJ#ruj,tin*
luilrduit, tlidtu y]<m¿ti\netjuirjuc\trl¡¡prim» tUeriñr» & (himdífrt-dignitr ejfet ¡foí-dtli per
4pptlldti,<imtBÍcb«t tántifpcr deiode ilttíerdli Uflrdak, tlridw üaniu\ncffoutMtrL'uprim»
fermone cum t» de rtivi pUnrfullihlrui Je dpinis dfftllat*,tam<náehat tdntifptr.dtinit ilhíerdli
nmirum cr nugii.Qt-lUuddbdc tsnicm /¡uoifdlu- ftrmtnt cam e$ de rtíut fUnifuHiUbut J* dpinit
f 5 i mut- nimirum &• nttgii.CtlUuddht tdñiemftosfdlic
$5 i tdUf
7. Los dos "Prothyracum" de la "Expostulatio Spongiac". 1618.

18. Nacido de ínfima gente, sin buena crianza, de ingenio


perverso, impúdico y audaz, fué ''tirocinio de gramática latina"
mucho tiempo; pero su ambición nada logró, sin embargo 44

41 Fols. VII (s. n.), anv., al VIII (s. n.), anv. "Prothyrium: término de
arquitectura: designaba el espacio enrejado o pequeña plaza delante de utl
palacio)" (La Barrera. Ob. cit., pág. 304). Pero también equivale a diathyra,
o "techumbre que descansa sobre dos o cuatro columnas y que sale cubriendo
la portada de un edificio" (Miguel y Morante: Nuevo diccionario latino espa-
ñol etimológico. Madrid, 1893, pág. 287, b). El sentido se entiende con cla-
ridad. (Véase el grabado núm. 7.)
42 "De ardeo = estar lleno de celo, de actividad, e t c . . "El entrometido
que se mete en todo, que nada hace bien y de todo le parece que entiende."
(Miquel y Morante: Ob. cit.j pág. 76, c).
La Barrera opina que tales datos de la vida de Torres Rámila "110 mere-
cen gran crédito" {Ob. cit.} pág. 304) ; pero después de los sucesos que ahora
publico, la cuestión varía bastante.
43 "Bic ónifti quem suis coloribus viri docti & ingcnui mérito ddpingunt,
Ardelio, quibus praeterea tiióribits eos in se irritauCrit..." (Fol. VII (s. n.),
anverso.)
44 "ex ínfima crgo plcbccitla iialuS, Me txbcraVüet educatus ingenio igno-
1A
178 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

Entonces vino a rondar, harto de vino, "las selvas vírgenes de


los dialécticos" —la preceptiva clasicista— y a buscar obras de
Teología, inútiles, al fin, para él *5. Siguió el trivial estudio de
su amada gramática, aunque su ignorancia la atacaran sus discí-
pulos mismos y el propio Columbario (López de Aguilar en este
caso) 4G. Pero arrojado por ella, de entre los doctores, de Al-
calá de Henares, vino a Madrid, trocando la toga universitaria
por la toga de las censuras 4T, "como si fuese más digno con el
traje de verano que con el de invierno ", y procuró atraer a
unos y a otros con suaves palabras para acabar en discusiones
de bagatellas 48. Luego atacó violentamente a quienes había real-
zado antes, y acabó por lanzarse a la más desaforada crítica,
provocando así su propia ruina 4ü. Pero no contento con haber
injuriado a todos abandonó Madrid y publicó ciertos escritos
(la Spongiá) llenos de hiél y amargura, divulgados en tipos pa-
risinos 5°, y dirigidos contra Lope de Vega, "gloria de nuestra
España por su múltiple erudición y de su poesía cómica,
lírica y heroica" G1. Y en fin, ilustres varones, no tan ofendi-

bili, insigni imprudentia, inciuili audacia, tyrocinium latinae grammaticac


multo tempore, nullo tamen profectu esnrialis vulturius fecit," (Fol. VII
(s. n.), anv.)
45 "Hinc malis auibus barbáricas diálecticorum syluas ambiuit, perreptar
uil, quo nectare affatim imbutus, Theologi-ae operam nanauit, cum tamen
illi in irritum ceciderint omnia." (Fol. VII (s. n.). anv.)
46 "Nec interea a triniuiali notas gramatistices studio de stitit, quin dis-
cípulos ignare iuditatis vindicos habuit, codem incualen frustra fundando."
(Fol. VII (s. n.), anv.)
47 Cfr. con lo afirmado por Torres Rámila mismo. (Capítulo II, núm. 49.)
48 "Sed fwc etiam loci ferulacen-s caudex exclnsus ob imperitiam arro-
gantiamque minime ferendam, aestro quodam mox percitus Malritum repeti-
uil, doctorumque iactabendus Miisae toga talari indutus, cum theristro &
chimastro dignior esset, sub dolé perlustrauit, vbi din blandís vnoquoquc ver-
bís primo appcllato, contendebat fantisper deinde illiberali sermone cum co de
rebus plañe fuctilibus de apinis nimiarum & nugis." (Fol. VII (s. n.), anv.)
49 Cfr. con el capítulo I, núms. 35 y sigts.
49 uCollaudabat tándem quos salutancrat inde vero egressus eosdem apud
lília nefaria traducebat, subsannabat, infcctabatiir. His ergo fatalis amentiac
slimulis agitatuj aduentati suae cladi praelusit, & obuiam curante Nemesi
lauicnae incurrit. (Fol. VII (s. n.).
$a Véase el capítulo II, núm. 24.
Si Nec enim his se spatiis continuit, sed póst malcdicta in omnes co
niecta, conuitaque in singulos nil tale méritos fusa scripta quaedam (quorum
hic specimen videbis) fcllis & amarulentiae plena Lutetianis typis excu4
deuda atque euulganda in optinutm quemque & qui incorruptioribus 'mtspí-
ciis Muris literal, curanít, in planipedem scilicet istorum innocentiam fa-

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LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 179

dos por las injurias que recibieron de Torres Rámila, como por
las ofensas hechas por éste al Fénix, determinaron contestarle
con los mismos medios que él, y no concluir hasta que no se
retractase, para lo cual preparaban cosas más acerbas todavía
que reprimirían, tal vez, la falsedad y la rabia de su alma S2.
19. El resto de los preliminares de la Bxpostulatio Spon-
giae y la parte más extensa de ellos lo constituyen los Hlogia
illustrium Virorum Pro Lupo a Vega Carpió D3, integrados por
varios panegíricos de Lope de Vega, a los que se unieron muchos
ya publicados anteriormente, que se tradujeron al latín libremente
cuando el original era en castellano, indicando la obra donde
aparecieron por primera vez. Debieron de formar esta antología
apologética del Fénix su amigo don Francisco López de Aguilar,
que recopilaría los escritos y ayudaría a las traducciones, y, sobre
todo, Simón Chauvel y Tamayo de Vargas, que harían la ma-
yor parte de éstasi Respecto a Baltasar Elisio de Medinilla y
el propio Lope de Vega, asimismo señalados como elementos
del heterogéneo Julio Columbario G4, prestarían también el auxi
lio que requiriera tan complicada labor.
20; Los autores de los elogios a Lope de Vega y a su obra y
la indicación de éstos son los siguientes:
21. El Doctor don Tomás Tamayo de Vargas C5.—Un frag-
mento en prosa de "un libro de varios" cc, celebrando calurosa-

cinus aggressus cothurnatuin. Patissimum cnitn Lupum Vegam Carpium ctr


ius variac scriptioncs salibus nostrac aetati gratis & candíais conditae, omncs
números vrbanitatis atque leporís expleucrunt, carpcndum sibi destinattit, co-
natus frustra in c.vimium Hispaniae nostrac decus, ob nutltiplicemquc
cruditionem, & laudan poescos Comicac, Lyricae, Heroicas tota pridcm in
orbe notum impune debacchari" (Fol. (s. n.), rev.)
52 "Quando quidem viri doctrina alustres non pauci ab itnprudcnti & male
sano gramm-atiste indignis modis accepti, derisi nempe & probrís persummum
scclus verati, ne verterán iniuriam ferentes inuitarent nouam, non tam suo
quam Carpiac o nomini consulentcs, illi iuxta stultiam suam respondendum exis-
tima-rnnt, ut legem quam ipse tulit patiatur. & quod ab ipso allatum cst, id sibi
relatum putet, nec vero his contcnti cessabunt, in mafnre ipse sibi a malc-
dicendo temperarit. Multa cnim in cum ipsttm porantur, his acerbiora, quibus
cius improbictas & insolcntis animi sabia coercen jarte an possit.'" (Fol. VII
(s. n.), rev.)
53 Fols. VIII (s. n.), rev., al XX (s. n.), rev.
54 Véase el núm. 4 de este capítulo.
55 Fol. VIII (s. n.), rev. Véase el capítulo III, nota 11.
56 "libro variorum fragmentum." No he logrado identificarle. En los
de Tamayo de Vargas conocidos no aparece semejante elogio. ;
18o JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PENA

mente el ingenio sin rival de Lope de Vega y su erudición y


virtud.
22. El Maestro Juan de Aguilar C7.—Juicio sobre Lope
de Vega, en seis dísticos elegiacos latinos, comparándolo
con Virgilio, Planto, l e r e n d o y Séneca, ya publicado con
el título de Epigramma en los preliminares de las Rimas, Ma-
drid, 1Ó02.
23. El R. P. Pedro de Padilla c,s.—Un fragmento de la Apro-
57 Fol. IX (s. 11.), anv.
Aunque el maestro Juan de Aguilar nació en Rute (Córdoba), dentro del
señorío del Duque de Sessa, puede decirse que fué más su patria Antequera
(Málaga), pues allí se educó, y más tarde explicó gramática y retórica, al-
canzando celebridad no sólo por sus grandes conocimientos de las lenguas latina
y castellana, sino por su elocuencia y virtudes. Tuvo la inmensa desgracia de
nacer manco; pero dotado de voluntad e ingenio extraordinarios, logró escri-
bir con tal soltura, que no hubiera calígrafo que enmendara su letra, según
Nicolás Antonio. Sus obras se reseñan en la Bibliotheca Hispana Nova de
este (tomo I, pág. 628), y comprenden interesantes trabajos humanísticos y poe-
sías. La Barrera sospecha (Ob. cit., pág. 109, nota 1) que sea el Aguilar de
Antequera citado como poeta dramático en la Loa de la comedia de Rojas
Villandrando, y Lope de Vega, amigo suyo de mucho tiempo, le alaba así en
el Laurel de Apolo (Silva II. Ed. Bibl. Aut. Esp., tomo XXXVIII, pág. 194):
"Y en la misma ciudad Aguilar sea
Su fama y su esperanza,
Y sin haberle visto, nadie crea
Que sin manos escribe.
Escribe, ingenio, y vive;
Estorbos fueron vanos,
Pues el ingenio te sirvió de manos."
Murió en 1634.
58 Fol. IX (s. 11.), anv.
"Carmelita insigne y predicador de palabra divina", le llaman los au-
tores de la Expostulatio Spongiae a Padilla, y esta fama tuvo en su tiempo.
Nació en Linares (Jaén), y cultivó con éxito la poesía. Parece que fué caba-
llero del hábito de Santiago y amigo de Cervantes, que le escribió un soneto
para su obra Grandezas y Excelencias de la Virgen Nuestra Señora (1587), y
de Earahona de Soto, Gregorio Silvestre, Gaspar de Baeza, Juan Latino,
Pedro de Cáceres, Hernando de Acuña, Hurtado de Mendoza y Lope
de Vega, que aparece firmando un soneto en los preliminares del Romancero
espiritual de Padilla (1583). De edad avanzada profesó en la orden carmeli-
tana en su convento de Madrid, y desde este momento abandonó por completo
las letras profanas, y consagró su actividad por entero a la oratoria sagrada.
Su cultura fué extraordinaria, y dominó por completo el italiano, el francés,
ti flamenco y el latín, demostrando continuamente su gran erudición y -mila-
grosa memoria.
Cervantes le dedicó estos versos en La Galaica (libro VI, Canto de Cattope.
Ed. Bibl. Aut. Esp., t. I, pág. 87):
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS l8l

bación que dio de El Isidro, de Lope de Vega, en Madrid, a 22


de enero de 1599, traducido al latín.
24. El Conde de Mora 59.—Unas líneas ensalzando a Lope
de Vega como a único e invulnerable, que debió de escribir en
castellano y fueron luego traducidas al latín, según se indica.
25. El R. P. Juan Luis de la Cerda Oo .—Parte de su Aproba-
ción de los Pastores de Belén, de Lope, dada en Madrid a 15
de noviembre de 1611 y traducida al latín.
26. Teodoro Mar cilio 01.—Un pasaje de sus Cartas, inédi-
tas entonces y hoy desconocidas, donde se pone a Lope a la
altura de Plauto y Terencio, y se alaba su poema Jerusálén con-
quistada.
27. Simón Chanvel °2;—Epístola a Francisco Lopes de
Agilitar, donde ataca a Torres Rámila y alaba a Lope de Vega,
algo enfáticamente, hasta el punto de igualarle a Apolo mismo.
28. Francisco Lopes de Aguilar 68.—Epístola respondiendo
a la anterior y en igual tono apologético.

"Admíreos un ingenio, en quien se encierra


Todo cuanto pedir puede el deseo,
Ingenio que aunque viva acá en la tierra,
Del alto cielo es su caudal y arreo:
Ora trate de paz, ora de guerra,
Todo cuanto yo miro, escucho y leo
Del celebrado Pedro de Padilla,
Me causa nuevo gusto y maravilla."

Y Lope de Vega le agradeció asi su ayuda en el Laurel de Apolo (silva I.


Ed. Bibl. Aut. Esp.j tomo XXXVIII, pág. 191):

"Linares, arrogante prestamente,


A !a voz de la fama alzó la frente
Por Pedro de Padilla,
Padilla, de aquel siglo maravilla,
En que las musas, aunque hermosas damas,
Andaban en los brazos de sus amas."

59 Fol. IX (s. n.), rev. (Véase el capítulo TU, nota iS.)


60 Fol. IX (s. n.), rev. (Véase el capítulo II, nota 66.)
61 Fol. IX (s. n.), rev. Cuanto he hecho por buscar alguna noticia de
este personaje ha sido inútil. Solamente se puede asegurar que en esta fe-
cha (1618) había ya muerto, según indica la palabra griega \i.a.xap'.xoiJ (di-
funto) que sigue a su nombre en el texto.
62 Fol. X (s. n.), anv.
63 Fol. X (s. n.), rev. (Véase el capítulo I, nota 6y.)
182 JOAQUÍN DE ENTRAMBAS AGUAS Y PEÑA

29. Fray Serafín de Freitas 04.—Cuatro dísticos elegíalos


latinos, en los cuales juzga a Lope por encima de Homero y de
Virgilio, nada menos.
30. El R. Padre Hortensio Félix Paravicino 05.—Un frag-
64 Fol. XI (s. n.), anv.
Fray Serafín de Freitas era portugués. Estudió Derecho y Teología, ex-
plicando en Valladolid ambas materias, y por su sabiduría descolló en la or-
den de la Merced, donde había profesado. Desempeñó el cargo de Juez con-
servador de las Ordenes Militares de Portugal en Castilla, y dejó varías obras
de interés, cuya lista da Nicolás Antonio (Bibliotheca Hispana Nova, to-
mo II, pág. 286.)
65 Fol. XI (s. n.), anv. ,
No hay una monografía —que va siendo ineludible— sobre este importan-
tísimo literato y orador, cuyas relaciones con el culteranismo son tan inte-
resantes como poco conocidas. Intimo amigo de Góngora, no desdeñó tampo-
co serlo del Fénix, y su trato con todo el mundo literario madrileño de su
tiempo hizo que mantuviera una posición en cierto modo ecléctica e indepen-
diente en las luchas entre los escritores. Los datos principales acerca de
fray Hortensio Félix Paravicino aparecen en las obras siguientes —aparte
de los contenidos en este trabajo—: Antonio, Nicolás: Bibliotheca Hispana
Nova (t. I, pág. 612); Alvarez Baena: Hijos de Madrid ilustres (t. II, p. 389);
Pérez Pastor: Bibliografía Madrileña (ts. II y I I I ) ; Cejador: Historia de la
lengua y literatura castellana (t. IV, pág. 343), y Hurtado y G. Palencia: His-
toria de la Literatura (2.a ed., pág. 586).
Lope de Vega se mostró con él muy cortés en todo* tiempo. Le dedicó su
comedia El Cardenal de Belén, inserta en la parte trece de su's Comedias (Ma-
drid, 1620); estos versos en el Laurel de Apolo (silva VIL Ed. Bibl. Auto
res Españoles, tomo XXXVIII, pág. 292):
"Pero ya de mi amor las justas quejas
{Fama si tú las alabanzas dejas
Por infinita suma
Que no querrás fiarlas a otra pluma)
Al padre Hortensio Félix me proponen;
Los laureles perdonen
De Grecia y Roma en ocasión tan justa;
Que el cerco de oro de su frente augusta
Juzgo a pequeño premio y le consagro
Estos versos por único milagro;
Porque, como él lo es, también lo fuera
Mi amor, y no la pluma los hiciera."
Y este elogio en El Jardín de Lope de Vega:
"Hortensio celestial a quien Zoilo
Respeta el dulce, el casto, el alto ingenio
Crísóstomo español, nuevo Cirilo."
Finalmente, cuando murió Paravicino (12 de diciembre de 1633) le de-
dicó una bellísima églogas que contiene muchos datos biográficos del ilus-
tre trinitario. ¡
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 183

mentó muy elogioso para la Jerusalén conquistada (1609) perte-


neciente a la Aprobación suya de esta obra, redactada en Madrid
en 1608, seguramente, aunque no lleva fecha, y traducido al latín.
31. El R. Señor Maestro Tomás Rocam.—^Jn juicio acerca
de la Jerusalén conquistada, traducido al latín, que no salió, sin
embargo, al publicarse dicha obra. En él alaba el poema y la eru-
dición y ortodoxia de su autor.
32. "El propio Lope de Vega" °7.—-Nb alabándose a sí mis-
mo 6S; pero sí reproduciendo un párrafo del Prólogo que puso
al frente de la Jerusalén conquistada, donde declara estar el poe-
ma conforme con los preceptos de la Iglesia Católica y someter-
lo a éstos si no fuera así.
33. Francisco Pacheco os>.—Parte de la semblanza de Lope

66 Fol. XI (s. n.), rev.


Fray Tomás Roca era oriundo de Gerona. Estudió la Medicina, y parece
que llegó a ser médico del almirante de Castilla Federico Enríquez de Cabrera,
a quien Lope de Vega dedicó el Laurel de Apolo. Se dedicó además al cul-
tivo de la A'strología, tan en boga entonces, y llegó a considerarla necesaria
para determinar la curación de las enfermedades.
Lope de Vega, qxie quizá intimó con él a causa de estas aficiones astro-
lógicas, inseparables del Fénix en los momentos culminantes de s\\ vida, le
alabó así en La Filomena:

"Mezclados al laurel diversas flores,


Dieron al catalán fray Tomás Roca
Las artes liberales mil favores.
Y ya el nombre en una excelsa roca
Colocaron tan alto su retrato,
Que por laureles las estrellas toca."

67 Fol. XII (s. n.), anv.


68 Lo cual, por otra parte, no hubiera tenido nada de extraño, pues
basta recordar el buen número de poesías panegíricas de su's obras atribui-
das a sus queridas o a personas de su misma familia y hechas indiscuti-
blemente por él. O en otros casos ocultándose bajo un seudónimo, según ha
demostrado el señor Millé Giménez en su interesante trabajo La poetisa pe-
ruana ^Amarilis y Lope de Vega (Madrid, 1930), que ha tenido la amabilidad
de dedicar al autor de este otro. Reciba aquí mí gratitud por tan inmerecida
atención.
69 Fol. X I I (s. n.), rev.
Para lo que atañe al ilustre pintor y poeta sevillano, suegro de Veláz-
quez:, Francisco Pacheco, deben consultarse: Asensio, José María: Francis-
co Pacheco, sus obras artísticas y literarias, especialmente el libro de des-
cripción de verdaderos retratos de ilustres y memorables varones, que dejó
inédito. Sevilla, 1867; Rodríguez Marín: Una sátira sevillana (En Re-
vista de Archivos, Bibliotecas y Museos, tomo XVII (1907), págs. 1-25 y.

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184 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

de Vega inserta en el famoso Libro de descripción de verda-


deros retratos de ilustres y memorables varones, que comenzó a
formar aquel ingenio en Sevilla a finales del siglo xvi.
34, Don Juan Antonio de Vera 70.—La traducción de los

433-454) y Pedro Espinosa, Madrid, 1907 (págs. 25, 106 y 110); Cejador:
Historia de la lengua y literatura castellana (t. IV, pág. 148), etc., etc.
Lope de Vega debió de conocerle y tratarle durante su estancia en Se-
villa. Le dedicó su comedia La Gallarda Toledana, publicada en la parte trece
(Madrid, 1620), y le alabó así en la Jerusalén Conquistada (Ed. Sancha, pá-
gina 284):
"Si fueran tus pinceles esta pluma,
o de tu pluma estos pinceles fueran,
escribiera o pintara parte o suma
de las muchas que en ti se consideran.
Tu misma perspectiva, las resuma,
tu pluma y tus pinceles las refieran,
¡ oh gran Pacheco, en quien sin vicio vemos
pluma y pincel de tu virtud extremos!"

Y en el Laurel de Apolo (silva II. Ed. Bibl. Aut, Esp., tomo XXXVIII, pá-
gina 194) :
"De Francisco Pacheco los pinceles
Y la pluma famosa
Igualen con la talla verso y prosa.
Sea hético Apeles,
Y como rayo de su misma esfera
Sea el planeta con que nazca Herrera;
Que viviendo con él y dentro della,
Adonde Herrera es sol, Pacheco estrella."
70 Fol. XIII (s. n.), anv.
Don Juan Antonio de Vera y Zúñiga nació en Mérida (Badajoz), ha-
cia 1583. Sus padres fueron don Fernando de Vera y dtoña María de Zú-
ñiga; pero don Juan Antonio usó algluna vez, en vez de este último apellido,
el de Figueroa —por su abuela paterna, doña Teresa de Figueroa—•, o el
de Vargas —de su bisabuela paterna dona Blanca de Vargas:—f todos ellos
propios de nobles familias extremeñas. Se casó con doña Isabel de Men-
doza, y tuvo con ella dos hijos, llamados don Fernando —autor de un
Panegírico por la Poesía, Montilla, 1627— y don Pedro, enviudando en
1605. En segundas nupcias contrajo matrimonio con su prima hermana
doña María de Vera y Tobar, señora de Sierra Brava, a quien Lope de-
dicó La ventura sin buscalla, inserta en la parte XX de sus Comedias
(Madrid, 1625). Encumbrado al poder <lon Gaspar de Guzmán, conde-duque
de Olivares, don Juan Antonio de Vera y Zúñiga, que le había conocido estu-
diando en Sevilla, se vio favorecido fen seguida por el nefasto privado de
Felipe IV. Le hizo que se trasladara a Madrid, y en el áñfo mismo de 1621
tenía a bien concederle la encomienda de la Barra de la Orden de Santiagto.
Después fué nombrado Gentilhombre de la Boca de su Majestad, y se le
encomendó la embajada española en Venecia, que desempeñó durante mucho
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 185

cuatro primeros versos de su soneto al retrato de Lope de Vega

tiempo. Luego pasó a ser Embajador ordinario en Roma, y extraordinario


más tarde en Saboya. En gracia a estos servicios y las grandes molestias y
trabajos que le produjeron, le concedió el Rey, por influencia del Conde-
Duque seguramente, el título de Conde de la Roca, y le nombró Conseje-
ro Regio en el ramo de Guerra y de la Contaduría de Hacienda. Tuvo singu-
lar cultura y claro talento; pero su pasión por las genealogías y su afán
de ascendencia noble le arrastró a falsificar bastantes veces la historia, y
aun se sospecha su intervención en la superchería del Centón Epistolario
de Cibdarreal (Véanse; Gessner, E . : Die Cibdárcaí-Frage, Berlín, 1885;
Michaélis de Vasconcelos: Zur Cibdáreaí'Frage, en Romanische Forschungen,
tomo VII, págs. 123-137; Piñeyro, E . : El Centón epistolario y la 'critica
americana, en Hombres y glorias de América, París, 1903, págs. 333-348, y
Cotarelo: Revista Española, núms. VIII y sigts.) Compuso comedias y poe-
sías, además de varias obras notables, entre las que descuellan El Emba-
jador (Sevilla, 1620), traducida al francés en 1635 y al italiano en 1646,
Cuando fué desterrado el Conde-Duque de Olivares, su protector, en 1643,
se le atribuyeron varias sátiras, y hubjo de defenderse por escrito. (Véase
Cejador: Historia de la lengua y literatura castellana, tomo IV, pág. 309.)
Tal vez protegió a Lope de Vega, que buscaría, por medio de Vera
y Zúñiga, el favor del Conde-Duque, tan impasible siempre para el Fénix, a
pesar de sus deseos. (Véase el Apéndice, verso 145 y su nota.) El caso es que
éste le dedicó su comedia Los esclavos libres (Parte XIII, Madrid, 1620),
cuando aún no era Conde de la Roca, y al año siguiente, y dándole ya dicho
título, La Felisarda, inserta en la parte XVI (Madrid, 1621), donde también va
incluida El Laberinto de Creía, dedicada "a la señora Tisbe Fénix, en
Sevilla", que supone La Barrera fuena la misma dama a quien don Juan An-
tonio consagró su fábula Píramo y Tisbe (Ob. cit., pág. 362, nota 1). Además
habló así de él en la Jentsalén Conquistada, Madrid, 1609 (E. Sancha, to-
mo 15, pág. 285) :
"Don Juan de Vera escriba en los sombríos
sauces, de amor tan tierno, que se exceda,
y aquí ceñido de laurel y oliva
sacras historias Valdivieso escriba."

En El Jardín de Lope de Vega (1621): .


"Y Daphnes (ya de su desdén excusa)
El mármol Parió de don Juan de Vera
Enamorada coronó difusa."
Y en el Laurel de Apolo (silva, II. Ed. Bibl. Ant. Esp., tomo XXXVIIT,
págs. 196):
"Mas ya Mérida antigua, siempre ilustre,
Las dulces Hiprocrénides provoca,
Para que eternamente las ilustres
El Conde de la Roca.
Roca en el mar fundada,
Del viento y de las olas respetada,
Si a la envidia permite competencia
186 JOAQUÍN DE ENTRAMBAS AGUAS Y PEÑA

pintado por Pacheco ("los que el original no habéis gozado...''),,


en dos dísticos elegiacos latinos.
35. Tanto el elogio de Pacheco como el soneto de Vera
habían ya aparecido seguidos en los preliminares de la Jeru-
salén conquistada (1609).
35. Francisco Gutierres T1.—Diez dísticos elegiacos latinos

Su nobleza, virtud, ingenio y ciencia;


Porque cualquiera rasgo de su pluma
Será rayo mortal que la consuma.
Y siempre el nombre de don Juan de Vera,
Inmortal del Parnaso primavera,
Pensil, Tempe, Pangeo
Y florífero Hibleo,
O cante historias o lamente amores,
Será su Vera anticipada en flores."

Por último, también le ensalza Francisco de Herrera Maldonado en


Sannazaro Español (Madrid, 1620, fol. 57):

"Don Juan de Vera y Zúñiga limita


Hecho del Cielo voz, de Apolo labio.
De los tiempos los tomos infinitos,
Haciéndose inmortal en sus escritos,"

71 Fol. XII (s. n.), anv.


Escasísimos son los datos biográficos que he hallado relativos al licen-
ciado Francisco Gutiérrez, y además tan imprecisos como se verá: "Célebre
poeta toledano" le llama Lope de Vega en su Jcntsátén Conquistada (Ma-
drid, 1609, fol. 389), donde también hace su panegírico de esta forma:
"Miro en Esquivias de excelencias lleno
en cuerpo y alma un Cicerón Christiano;
y un Vidas, un Prudencio, un Damasceno
en Francisco Gutiérrez Toledano."
Debió de nacer, pues, en Toledo, y en su ciudad natal ejerció de presbítero,
según se indica en la E.vpostulatio; pero por los versos de Lbpe cabe de-
ducir que también vivió en Esquivias (Toledo), acaso siendo párroco. Se
presentó a la justa poética de la beatificación de Santa Teresa en 1615, y
presentó al segundo tema dos himnos en latín —el segundo en versos sá-
ficos—, publicados en el 'Compendio, de San José, y cuyos primeros versos
son: "Faecunda mater virginum" y "Ecce iam fortis mulier repecta" (fo-
lios 29 y 92).
Y también concurrió al certamen poético de k Capilla del Sagrario de
Toledo en 1616 con unos versos heroicos A la Descensión de la Virgen: "Sol
ubi hyperboreus pelago decumbit Ibero" y una oda: "Quem prius divium, pro-
cerumve Patrum." (Herrera: Descripción cit, fols. 121 vto. y 139.)
Durante las estancias de Lope en Toledo debió de hacer buena amis-
tad con él, y esto fué lo bastante para que el Fénix le ensalzara con su acos-
tumbrada perseverancia, aun cuando Gutiérrez no fué seguramente muy po-
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 187

que aparecieron antes entre los panegiristas de la Jerusalén con-


quistada (1609), y en los cuales metafóricamente cita y alaba
La Arcadia, La Dragontea, El Isidro, La hermosura de Angéli-
ca, y la variedad del teatro del Fénix.
37. El Padre Diego de 'San José ".—Traducción latina de
varias alabanzas que. tributó a Lope de Vega en su Compendio
de las solemnes fiestas que en toda España se hicieron en la bea-
tificación de N. B. M. Teresa de Jesús (Madrid, 1615), con mo-
tivo de haber concurrido aquél al certamen poético celebrado en
Madrid. Cree el padre San José que es imposible hallar rival
de Lope y que hubiera vencido a Píndaro mismo, por tener la
facundia de Demóstenes, la suavidad de Homero y la piedad
de Sannazaro.
38. Jiménez Patón 73.—El pasaje de su obra Elocuencia

pular en su época. Véase el elogio que le dedicó en La Filomena (Madrid,


1621, fol. 50 vto.) :
"Tú, pues que al docto Sanazaro heredas
(No sé si diga que es tu patria ingrata)
O Francisco Gutiérrez vive, y viva
La corona de flores,
Que entre laurel y oliva
Musas latinas a tu frente ofrecen,
Pues si las hay mayores,
Mayores tus virtudes las merecen."

72 Fol. XIII (s. n,), rev.


Es muy importante no confundir a este personaje con un homónimo
suyo, benedictino de Monserrat y autor de obras eclesiásticas (véase Nico-
lás Antonio: Bibliothcca Hispana Nova, I, 292). El panegirista de Lope,
también fraile, pero de los Carmelitas Reformados, nació en Valladolid.
'Anduvo muy metido entre los más famosos escritores del siglo x v n ;•
pero su única obra literaria es el Compendio de las solemnes fiestas que en
toda España se hicieron en la beatificación de N, B, M. Teresa de Jesús,
Madrid, 1615. En cambio, parece que descolló notablemente en pintura y
música, y si es suya, como se cree, la obra Facultades de las plantas, 1619
(Ms. de la Biblioteca de la Academia de la Historia), debió de cultivar el
estudio de las ciencias naturales. Murió ¡en el año 1621.
73 Fol. XIV (s. n.), anv. También se alude al elogio de Jiménez Patón
en el fol. 28 num., anv. Y a su persona y libros en numerosas obras, aun-
que sería útilísimo llevar a cabo un completo trabajo sobre este autor,
que estudiara de un modo definitivo su excepcional importancia en la evo-
lución literaria del siglo xvn. Las obras principales que pueden consul-
tarse acerca de él son: Antonio, Nicolás*: Bibliotheca Hispana Nova (t. T,
pág. 203); Maestre, Benito. Bartolomé Ximéncs Patón, en El siglo pintores-
co, Madrid, 1845 (t. I ) ; Pérez Pastor: Bibliografía Madrileña (ts. II y III),
y Cejador: Historia de la lengua y literatura castellana (t. IV, pág. 235).
188 JOAQUÍN DE ENTRAMBAS AGUAS Y PEÑA

española (Toledo, 1604), donde alaba las obras de Lope de Vega


en general y alude a que algunas de ellas fueron dedicadas a
don Juan de Arguijo.
39. Luis Rosicler 74.—Juicio astrológico del Fénix de los

Lope de Vega correspondió a la atención d'e Bartolomé Jiménez Patón elo-


giándole en la Jerusalén Conquistada (fol. 286).

"Y la nueva Rhetorica divina


de Ximénez Patón, a quien la fama
con nna letra más Platón le llama."

Y más aún en el Laurel de Apolo (Ed. ctt., pág. 203, silva I V ) :


"De hoy más, porque la envidia no se atreva
Pues Jiménez Patón enseña y prueba
Que están en su retórica difusas,
Llámese Viltanucva de las musas,
Y no de los Infantes Villanueva.
Las figuras confusas
Antes de su elocuencia,
Con el sol de su ingenio y de su ciencia
Tan claros manifiestan sus secretos,
Que le deben colores y concetos
Cuantas plumas escriben
Y en la docta región de Apolo viven.
La elocuencia española,
Que fluctuaba entre una y otra ola,
Presto agradezca a su valiente pluma,
Pues en cualquiera suma
Del que no sabe le bailará la nave,
Y para saber más el que más sabe."

Lo extraño es que Patón no colaborara en la Fama Postuma.


74 Fol. XIV (s. n.), rev.
Luis Rosicler o Rosiquel era cuñado de Lope por haberse casado con su
hermana Isabel del Carpió, que era mayor que el Fénix (pues fué confir
mada en 6 de julio de 1562), y murió en 1605, dejando fama de caritativa
y virtuosa. Nacido Rosicler en Francia e instalado en Madrid, ejerció el
oficio de bordador, como el padre de Lope de Vega, y además simultaneó
con esta profesión la de pintor, y se dedicó al estudio de la Astrología,
siendo discípulo de Labaña. No hay que olvidar además que Rosicler es el
César de La Dorotea. Con Lope vivió siempre estrechamente unido y le
representó en su accidentado matrimonio con Isabel de Urbína o Aldere-
tc (1588). En 1605 fué procesado Rosicler por la Inquisición de Toledo en
unión del licenciado González, "catedrático de mathematicas" en Salaman-
ca —acaso Bartolomé González, encargado del "partido de Astrología" des-
de 1587 a 1591, fen dicha Universidad—, por hacer horóscopos astrológi-
cos. Rosicler había levantado la figura de su nacimiento al Marqués de Vi-
llena, a Gaspar de Montemayor, a un hijo de éste y a otras personas. El
proceso quedó en suspenso, y por ello no trajo a Rosicler consecuencias

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LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 189

Ingenios, cuyo gran interés ha sido ya expuesto detalladamente


por el señor Millé y Giménez 7B, así como que debió de escri-
birse seguramente cuando Lope aún era niño —acaso recién
nacido—, ya que habla en futuro e indicando cómo será, inclu-
so en estatura.
40. Pedro Nicolás 70.—Cuatro dísticos latinos loando al
Fénix con entusiasmo y originalidad, que se publicaron antes
en los preliminares del Triunfo de la Fe en los Reinos del Japón,
en este mismo año de 1618.
41. Don Antonio de Pinedo y Padilla 77.—Un pasaje pane-
girista de Lope, perteneciente a la Fábula de Narciso, consagra-
da al Fénix 7S y traducido en hexámetros latinos.
42. Don Luis Arias Becerra, 70.—Diez versos falecios don-

desagradables. Por otra parte, el cuñado de Lope ejercía su Astrología sin


ocultarse, y "famoso astrólogo" le llama Lope en El Peregrino en su patria
(Ed. Sancha, t. V, pág, 345).
Un hijo del bordador astrólogo y homónimo suyo, llamado Luis Rosicler
del Carpió, fué pintor. Nació en Madrid, en 1576, y murió en la misma
población, en 1609. A éste o a su padre cree el señor Millé Giménez que
alude una carta de Lope, donde dice el Fénix:
"Bien decía Rosicler que todo lo que los amantes trataban en saliendo
de los brazos era celos." El Horóscopo de Lope de Vega, Buenos Aires,
1927 (págs. 14 a 15.)
75 El Horóscopo de Lope de Vega, ya citado (págs. 13-17),
76 Fol. XV (s. n.), anv.
Nadie, que yo sepa, alude a este personaje, de nación flamenca, cuyo
paso por España seria fugacísimo. Su amistad con Lope pudo venir a
través del humanista flamenco Emmanuel Sueyro, de Amberes, también amigo
del Fénix, como lo prueba la dedicatoria que le hizo de su comedia Lucinda Per-
seguida (parte XVII, Madrid, 1621), donde le da las gracias por unos tu-
lipanes que le remitió.
La palabra Museo que sigue a los nombres Pedro Nicolás —probables
nombre y apellido flamencos— me parece posible que no sea apellido del pa-
negirista de Lope, sino "que tenga otro significado: Mn-seus-a-um, en Apu-
leyo, se iemplea para designar al "inspirado por las Musas".; esto es, el poe-
ta generalmente (Véase Miguel y Morante: Diccionario latino español, pá-
gina S93-)
77 Fol. XV (s. n.), anv. Respecto de don Antonio de Pinedo y Pa-
dilla, ha sido inútil cuanto he hecho por esclarecer su personalidad.
78 No debió de llegar a imprimirse, porque ni la cita ningún bibliógra-
fo de los muchos que he consultado, ni aparece ejemplar alguno de la
edición. Si yace manuscrita la obra tampoco se sabe el paradero del original.
79 Fol, XV (s. n.), rey. No hallo citado el nombre de don Luis Arias
Becerra en parte alguna, e ignoro quién fué este personaje, que, a decir
por el tratamiento que precede a su nombre, debió de pertenecer a la clase
de caballeros, y no ser escritor solamente.
190 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

de se traduce libremente al latín la décima de este panegirista de


Lope que comienza: "Dulces Musas Heliconas", publicada an-
tes en los preliminares de las Rimas Sacras (1614).
43. El Príncipe de Esquiladle so.—Un pasaje de su Prólo-
/
80 Fol. XV (s. n.) ( rev.
Don Francisco de Borja y Acevedo, príncipe de Esquiladle y conde
de Mayaldo y de Ficalho, nació en Madrid en 1582. Sus padres fueron don
Juan de Borja, mayordomo mayor de la emperatriz doña María e hijo de
San Francisco de Borja, marqués de Llombay, y doña Francisca de Ara-
gón. Casó con doña Ana de Borja, y fué Gentilhombre de Cámara de Fe-
lipe IV y Caballero del Toisón de Oro. En 1615 fué nombrado Virrey y
Capitán general del Perú, cargo que desempeñó basta 1621. Allí guerreó en
el Marañón hasta someter a los indios marinos, y reformó la economía y
administración de aquel virreinato. Fundó la ciudad de San Francisco de
Borja, la Universidad de San Marcos de Lima y el tribunal del Consulado,
y llevó a cabo otras innovaciones de importancia. Al volver a España vi-
vió primero en sus estados de la provincia de Valencia, y luego en Ma-
drid, donde habitaba en la "casa del Rebeque", situada en el pretil de Palacio.
Cuando regresó el Príncipe de Esquiladle de sui Virreinato decía Góngora en
una carta dirigida a don Francisco del Corral y fechada en 26 de noviem-
bre de 1621 : "Acá no hay cosa de nuevo sino el embargo de la hacienda
del Príncipe de Esquiladle, que viene del Pirú, y la información del Con-
sejo de Hacienda, no sé en qué forma" (Obras poéticas. Ed. Foulché-Del-
bosc, t. III, pág. 203), lo cual indica que se le siguieron no pocos disgustos
a causa de su actuación gubernamental. El día 12 de febrero de 1658 hizo
testamento, y en 26 de octubre del mismo año murió. Su mujer había ya
muerto en 1644. (Pérez Pastor: Bibliografía Madrileña, III, pág. 335.)
El Príncipe de Esquiladle fué poeta famosísimo, cuya inmensa fama ha
ido rebajando razonablemente la crítica moderna. Sus relaciones con los
principales escritores de entonces le granjearon el respeto y la admiración de
la gente de letras, y dejó varias obras, de que da cuenta Nicolás Antonio
(Bibliothcca Hispana Nova, tomo I, pág. 410). Le elogiaron, entre otros,
Cervantes, en su Viaje del Parnaso (Ob, cit., pág. 683):

"Tú, el de Esquilache Príncipe, que cobras


De día en día crédito tamaño,
Que te adelantas a ti mismo y sobras:
Serás escudo fuerte al grave daño
Que tiene Apolo con ventajas tantas,
Que no te espere el escuadrón tacaño."

Lope de Vega le cita en El Jardín de Lope de Vega:


"Conoceréis de Borja, aquel que ha sido
De aquesta edad el más florido ingenio."

Y estuvo aún más explícito en el Laurel de Apolo (Ed. cit., pág. 208, sil-
va V I ) :
" ¡ Oh claro don Francisco,
Príncipe de Esquilache y del Parnaso,
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 191

logo a La Dragontea, de Lope de Vega, donde se ensalza a Lope


y a su poema con exaltación, diciendo que de un argumento de
escasa gloria logró una obra excelente con la majestad de lo
heroico, suavidad de lo épico, el arte de narrar de Lucano y
la perfección de Ariosto.
44. Baltasar Porreño 81.—Siete dísticos latinos que figura-
ban en su libro Los oráculos de las Sibilas, inédito todavía en
esta fecha, o traducción de algún pasaje suyo, que cuando
se imprimió la obra en Cuenca el año 1621, no se reproduje-
ron ni en latín ni en su forma primitiva, si es que fué otra.

Nuevo en España Tasso,


Ilustrísimo Borja,
Para quien ya laureles de oro forja,
Que los verdes admiten desengaños
De que los pueden marchitar los años!
¿Qué temes, si con él al premio aspiro,
Manzanares dichoso?
Que fuera injusta ofensa estar dudoso
Si el grave honor que ha dado a España miras,
Ya la que goza castellana lengua,
Que tantos ponen en afrenta y mengua,
Pensando que la adornan,
Pues a lo antiguo bárbaro la tornan.
Mira qué bien acuerda
la lira cuando dice lastimado,
Poniendo al arco tan divina cerda
De aquella Catalina,
Que la lloró mortal, siendo divina,
Y el lazo de oro de dolor bañado:
"Si lágrimas de amor, si dulces quejas."

81 Fol. XVI (s. n.), anv.


El licenciado Baltasar Porreño nació en Cuenca. Siguió la carrera
sacerdotal, y fué párroco de las villas de Sacedón y Corcales, en Guadalajara
y San Esteban de Huete (Cuenca). Le protegió el arzobispo de Toledo don
Pedro Portocarrero, que le solía dar su representación para visitar la dió-
cesis. Fué Vicario de Cuenca, y dejó escritas muchas obras, que enumera
Cejador en su Historia de la lengua y literatura castellana (tomo IV, pá-
gina 342). Lope de Vega le cita en et Laurel de Apolo <ed. cit., pág. 191,
silva I), alabando sus dotes literarias:

"Gloria de Cuenca Baltasar Porreño


En el verso latino y castellano
De tanta erudición se muestra lleno,
Cuanta puede alcanzar límite humano,
Tulio Español, Demóstenes cristiano."
I92 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

45. El R. P. Fray Lucas de Montoya82.—Un bello trozo de

82 Fol. XVI (s. n.), rev.


Fray Lucas de Montoya gozó fama de predicador extraordinario, que re-
fleja la alabanza suya escrita por Lope en su Laurel de Apolo (Ed. cit., pá-
gina 2 i i , silva VII) :
"... tres divinos
Insignes oradores
Del cielo estrellas, de la tierra flores;
Triángulo y firmeza soberana
De la nave católica romana,
Celestes filomenas,
Honra de tus riberas siempre amenas,
De pirámides altas y colinas,
Que a las oposiciones importunas
Del engañado error pongan el hombro;
Coa que sabrás que nombro
Al padre Herrera, Vélez y Montoya,
En quien parece que la piedra apoya
Fundamental del edificio eterno.
¡ Qué consonancia, qué divino terno !
Herrera, el gran Cirilo,
Vélez Bernardo en dulce y claro estilo,
Y Montoya, sagrado coronista,
Que al sol de su gran padre alzó la vista."

Fué madrileño y perteneció a la orden de Mínimos de San Francisco d$


Paula, en el Convento de la Victoria. Escribió, además de la Historia gene-
ral de su orden, varias obras de interés. (Véase Nicolás Antonio : Bibliotheca
Hispana Nova, tomo II, pág. 17.)
No hay que olvidar -cómo Lope de Vega fué vecino de Montoya, en cierta
época: cuando su madre Francisca Fernández Flores vivía, en 1588, en la
casa de la calle de Majaderitos, no vendida hasta 1611 por el Fénix, que es-
taba frente a la portería de los caritas del convento de la Victoria. (Véase
Rennert y Castro: Ob. cit., pág. 27.) Pudieron conocerse y tratarse desde en-
tonces.
Además, un hermano de Montoya tenía el mismo oficio que el padre de
Lope y que su cuñado Rosicler. (Véase la nota 74 de este capítulo.) Lo
demuestra su partida de defunción, que descubrí hace algún tiempo en el
archivo parroquial da San Ginés (libro 3 de Defunciones, fol. 84 vto.), y es
natural que ello contribuyera a mantener la amistad entre el poeta y el predi-
cador. Véase este curioso documento, hasta ahora inédito :
"Juan de Burgos — Montoya. Bordador de Su Magestad. Vivía en la
calle de las Hileras, casas del Relator Pedro Báez = Murió oy Martes 4 de
Otubrc de 1622 años. — Hizo testamento ante Diego Cerón, scribano, que
vive en la Puerta de Guadalaxara, casas de Gaspar Cortes. =• Mandóse ente-
rrar en la capilla de Nuestra Señora de la Soledad, en la Vitoria. = Mando
ducientas miss del alma y mil ochocyentas ordinarias. = Albaceas: el Pa-
dre Fray Lucas de Montoya, su hermano, en la Vitorya; y a su muger doña
Sebastiana de Palacios. Vive ally mesmo; y al Maestro Gregorio López y a
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 193

prosa latina, seguramente impreso aquí por vez primera, donde


ensalza a Lope con elegancia y felicita a España por ser patria
del Fénix.
46. El Marqués de Sarria 83 .—Ocho versos falecios, en que
se traducen al latín muy libremente sus cuartetas elogiando el
Isidro de Lope ("Tanto alzaste el vuelo") que figuran entre los
preliminares de dicho libro.
47. Don Francisco de Quevedo s*.—Los cuatro primeros

Luis de Montalvo y Pedro de la Cruz, escribanos de la Cámara de Rey. —


Recivió loa Santos Sacramentos ; adminístreselos _el Licenciado Francisco Ma-
Jiuel, Cura Teniente."
83 Fol. XVII (s. n.), anv.
Don Pedro de Castro llevaba el citado título cuando fué amo de Lope de
Vega, y escribió el elogio de éste. Luego fué Conde de Lemos (1601) y
protector de Cervantes. Para conocer el mundo literario que rodeó a tan
ilustre político, así como su vida y sus obras, véase el libro del Marqués de
Rafal: Un Mecenas español del siglo .vvii. El Conde de Lemos, Madrid,
1911.
Precisamente en el año que apareció la Expostulatio Spongiae (1618) era
desterrado el Conde a su villa de Monforte de Lemos (Lugo), con motivo de
la caída del Duque de Lerma, y allí permaneció hasta 1622.
84 Fol. XVII (s. n.), anv.
Las relaciones de Lope y de Quevedo no han sido estudiadas con el de-
tenimiento que se merecen; pero casi puede asegurarse que siempre fueron
excelentes, y no parecen aceptables en este sentido algunos datos contrarios
a ello. Se fundaba la creencia de la enemistad entre Lope y Quevedo en una
grotesca anécdota atribuida al famoso loco Burguillos, y seguramente inven-
ción de Pedro González de Godoy, escritor de fines del siglo x v n , que la
relata en el Segundo discurso jocoserio sobre la nueva invención del agua
de la vida. Madrid, 1682 (fol. 7). (Véase La Barrera: Ob. cit., pág. 472),
y más aún en la paternidad que se da a Quevedo de la sátira contra Lope
"en cas de Marta encerrado" en la única copia manuscrita que de ella se co-
noce (*) ; pero como ésta no es autógrafa de don Francisco y el estilo de la
poesía difiere totalmente del suyo, semejante atribución es inadmisible, y
más teniendo en cuenta lo fáciles que eran tales errores. (Véase lo dicho con
•motivo análogo en el capítulo I, nota 71.) Respecto de que Quevedo
no colaborara en la Fama Postuma de Lope, bien pudo ser por enemistad con
el colector Montalbán, como cree La Barrera (Ob. cit., pág. 106, nota 1), o
porque el autor del Buscón no hallara ocasión para ello a causa de las pre-
ocupaciones que agitaban su vida en 1635 por su desdichado matrimonio con
doña Esperanza de Aragón, celebrado en 1634, y el cual, tras continuos
•pleitos y disgustos, acabó con la separación de ambos cónyuges en 1636. Por
otra parte, tampoco colaboraron en la Fama Postuma amigos tan fieles del
Fénix como Quiñones de Benavente, Francisco Pacheco, Vicente Mariner,

(1) Biblioteca Menéndez y Pelayo. Dice: "Don Franco, de Quevedo


íi Lope de Vega Carpió." La fecha añadida después es la de 1627.
13

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194 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

versos del soneto que hizo a El peregrino en su patria ("Las.

Tamayo de Vargas, don Lorenzo y don Alonso Ramírez de Prado, Jiménez


Patón, el Conde de Coruña, etc., e t c . , y ello no basta para dudar de su
amistad a Lope.
En cambio abundan los datos que prueban amistad continuada entre el
Fénix y Quevedo. No sólo aprobó éste, con afecto y elogios fuera de lo co-
mún, las Rimas de "Tomé de Burguillos", en 27 de agosto de 1634, y la
parte XXII de las Comedias de Lope en 19 de mayo de 1635, sino que en
varias ocasiones alabó al autor de La Dorotea decididamente.
En el Buscón (1603-1626) cita las "comedias del famoso Lope de Vega"'
(ed. Castro, pág. 257); al frente de El Peregrino en su patria (1604) aparece
el soneto que cito más adelante, y en 1631 le elogia en estos términos: "Con
grande gloria de la virtud y buen exemplo se han escrito en España, con
nombre de comedias (fuera de las fábulas) historias y vidas que a la virtud y
al valor enseñan y mueven con más fuerza que otra alguna cosa ; como se ve
con admiración en las de Lope de Vega Carpió, tan dignas de alabanza en el
estilo y dulzura, afectos y sentencia, como de espanto en el número, demasiada
para un siglo de ingenios, cuanto más para uno solo, a quien en esto signen
dichosamente muchos que hoy escriben." (Prólogo a la traducción de la come-
día Eufrosina de Ferreira de Vasconcelos por el capitán don Fernando de
Ballesteros y Saavedra (Madrid, 1631). Y sin terminar dejó un soneto ("Pues
te nombra Marcial, Félix y Lope") en alabanza suya. (Véase Bibl. Aut. Esp.y
tomo LXIX, pág. 481.)
El Fénix tampoco fué parco en devolver a Quevedo sus alabanzas. En
las Rimas (Madrid, 1602) incluyó el soneto "Ya del Pisuerga nuevamente.
Anfriso", dedicado A don Francisco de Quevedo y estudiado finamente por
el señor Millé Giménez en Un soneto interesante para las biografías de Lope
y de Quevedo (en Helios, Buenos Aires. Número 2 (agosto, 1918), págs. 92-
110); en La Filomena (Madrid, 1621, fol. 113) le alaba a este subido tenor,,
después del elogio a Francisco de la Cueva y Silva:

"Veréis otro Francisco que renueva


Con más divino estilo que el de Estacio,
Las silvas donde ya vencerle prueba.
Si aquí tuviera ingenio, si aquí espacio,
Yo os pintara a Quevedo ; mas no puedo,
Que entre por el Euripo de Palacio,
Veréis a don Francisco de Quevedo.
No os quedará qué ver si con él viene
Elisio (*), honor y gloria de Toledo."

Y en el Laurel de Apolo (Ed. cit., pág. 213, silva VII), con o menor ido-
latría :
"Al docto don Francisco de Quevedo
Llama por luz de tu ribera hermosa,
Lepicio de España en prosa
Y Juvenal en verso,

(*) Baltasar Elisio de Medinilla, que era amigo suyo y de Lope.


LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 195

fuerzas, Peregrino celebrado"), traducidos en tres dísticos ele-


giacos latinos.
48. El Conde de Villamor 85.—Trece versos falecios, en los
cuales se glosan, más que se traducen, las dos cuartetas suyas
dedicadas a La Hermosura de Angélica, insertas en los prelimi-
nares de este poema.
49. El Conde de Adaquas 80.—La traducción y glosa lati-

Con quien las musas no tuvieron miedo


D e cuanto ingenio ilustra el Universo,
Ni en competencia a Píndaro y Petronio,
Como dan sus escritos testimonio;
Espíritu agudísimo y suave,
Dulce en la burlas y en las veras g r a v e ;
Príncipe de los líricos, que él solo
Pudiera serlo si faltara Apolo.
¡ Oh m u s a s ! , dadme versos, dadme flores,
Que a falta de conceptos y colores
A m a r su ingenio, y no alabarle supe,
Y no sean mundos que su fama ocupe."

Lo cual ya no deja lugar a dudas, pues ¡ bueno era Lope para haber t r a t a d o
así a quien hubiera sido su enemigo ! Se habría limitado a un vago elogio
como el tributado a Góngora en el mismo poema, porque era imposible moral-
mente suprimirle, como a otros.
Además tuvieron amigos comunes e íntimos, aparte de Medinilla, que con-
tribuirían a mantener la unión entre ambos, como, por ejemplo, Francisco de
Cueva y Silva y Francisco López de Aguilar,, que fué quien leyó a Lope,
apenas escrito, El Chitan de las Tarabillas, de Quevedo, " u n a t a r d e en un co-
che en el r i o " [ M a n z a n a r e s ] (La B a r r e r a : Ob. cit., pág. 303 notas 1 y 640).
85 Fol. X V I I (s. n.), rev.
Don Alfonso de Alvarado, Conde de Villamor, fué hijo de don García de
Alvarado, primer conde de dicho título y mayordomo de la E m p e r a t r i z . Casó
en 1601 con la hija del marqués de la Laguna don Sancho de la Cerda, y en
1602 heredó el título por muerte de don García. Habiendo enviudado, casó por
segunda vez con doña J u a n a Pacheco, hermana del Conde de la Puebla de
Montalbán, en abril de 1612, y "con esta ocasión le hizo el Rey merced de
prorrogarle por tres vidas la renta de que gozaba de encomiendas de indios,
que se valuaba en 20.000 ducados a n u a l e s " (La B a r r e r a : Ob. cit., pág. 104,
nota 1). E n este mismo año asistió a los preliminares del doble matrimonio de
Felipe I V y su hermana la infanta Ana de Austria, en la isla de los Faisanes.
N o tengo noticia de obras literarias del Conde de -Villamor, aparte de la
citada, que acaso fué obra del propio Lope, como las de otros panegiristas su-
yos, que nunca escribieron. (Véase la edición del Quijote de Rodríguez Ma-
rín, ya citada, tomo I, págs. 27, nota 5, y 32 nota 1.) El Fénix le dedicó su
tragicomedia El valiente Céspedes. ( P a r t e X X , Madrid, 1625.)
86 Fol. X V I I (s. n.), rev.
Se trata, sin duda, del c:nde de Alaquás —y no Adacuaz—, don Luis P a r -
do de la Casta y Aguilar, marqués de la Casta, a quien le fué concedido
196 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

ñas en once versos trocaicos de sus dos cuartetas "Aunque fué


tan celebrada", publicadas en los preliminares de La Hermosura
de Angélica, haciendo una semblanza de ésta no poco humo-
rística.
50. Don Lorenzo Mendosa y Figneroa ST.—Cuatro estrofas

aquel título por Felipe III en 1602, es decir, el mismo año de la publicación
de las Rimas de Lope, donde figuran los versos de que se trata más adelan-
te. Quizás por ser título nuevo y poco conocido se incurriera en el error de
nombre, ya expresado, que ha perdurado hasta ahora. Alacuás o Alaquás
•—-quizás también Alaquaz por indecisión de s y s— es una villa de la pro-
vincia de Valencia. Aunque el Conde era valenciano —y así figura en la E.r-
postulatio Spongiae—, descendía de una ilustre familia aragonesa. (Véase
Montemayor: Origen y Privilegios de los Ricos-Hombres de Aragón, fol. 293,
y Berní Cátala: Creación, antigüedad y privilegios de los títulos de Castilla,
pág. 252.)
De la obra poética o literaria del Conde de Alaquás no hay otra muestra
que la aludida, harto sospechosa, como las de otros proceres. (Véase la
nota 85 de este capítulo.)
No parece que se refieran a él estos versos del Laurel de Apolo, dirigi-
dos a un Luis Pardo que no identifica don Cayetano Rosell (Ed. cit., pági-
nas 193 y 536).
"Aquí Luis Pardo estuvo,
Ingenio felicísimo si diera
Más a la pluma y menos a la espada.
Y a continuación se relata que habiendo tenido en Flandes ''los cargos
más honrosos de la guerra", su tierra y el amor le apartaron de allí; pero
como una cierta dama, a quien cortejaba, diera también amores "a un hom-
bre poderoso", él le quitó violentamente de la reja por donde hablaban,
aunque iba con tres acompañantes o criados. De resultas de ello hubo de
huir a Tucumán (Méjico); pero al fin volvió, llamado por su infiel ama-
da, creyendo que todo fué un sueño.
El no citar los títulos nobiliarios de don Luis Pardo de la Casta y otras
circunstancias del relato indicado —la inferioridad del protagonista ante el
otro "hombre poderoso", por ejemplo— abonan bastante en contra de una
posible identificación del Conde de Alaquás y su homónimo.
87 Fol. XXVIII (s. n.), anv.
"Doctísimo y nobilísimo", según los autores de la Expostulatio. Sólo se
sabe de él lo que dijo Cervantes en el Viaje del Parnaso (Ed. Bibl. Aut. Esp.,
tomo I, pág. 692) al alabarle:
"Pero en aquel instante un gran ruido
Se oyó, con que la turba se alborota,
Y pone vista alerta y presto oído.
Y era quien le formaba una carroza
Rica, sobre la cual venía seníado
El grave don Lorenzo de Mendoza,
De su felice ingenio acompañado,
De su mucho valor y cortesía,
Joyas inestimables, adornado."
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS K)7

alcaicas donde se traduce al latín su silva que comienza: "Frutos


bien conocidos", dedicada a La Hermosura de Angélica y publi-
cada entre los versos panegíricos de este poema.
51. El Marqués de la Adrada 88.—Cinco hexámetros lati-
nos donde se imitan los primeros versos de La Eneida y se tra-
ducen a la vez muy libremente los tercetos del panegirista del
Fénix, que comienzan: "Lope segunda vez nos vuelve al mun-
do", dedicados a La Hermosura de Angélica e insertos en sus
preliminares. !
89
52. El Duque de Osuna .—Un fragmento de siete senarios
yámbicos, en que se traduce libremente al latín parte del soneto
que dedicó a La Dragontea: "Corrida de ofreceros plata y oro",
publicado en los preliminares del poema del Fénix.
53. El Conde de Salinas00.—El fragmento de una epístola

88 Fol. XVIII (s. m.), rev.


Se llamaba don Gonzalo de La Lama y de la Cerda, y era hermano del
Duque de Medinaceli. Poseyó los señoríos de Arteaga y Gamboa, y fué Gen-
tilhombre de la Boca del Rey desde 1599'. Casó en abril de 1603 con la
hija de don Pedro de Leiva, general de la Armada naval de Sicilia; pero
como no tuviera para ello la autorización debida, se le apresó en El Escorial
y se le condujo a Uclés. Con el Duque de Pastrana fué dte" embajada ex-
traordinaria a París, en 1612, y también concurrió a la jura del príncipe Bal-
tasar Carlos, celebrada el 7 de marzo de 1631.
Como no hay más muestra de sus dotes literarias que la presente, ni
nadie hace referencia a él en este senftido, cabría pensar de sus aficiones de
poeta lo que del Conde de Villamor. (Véase la nota 85 de eslje capítulo.)
80 Fol. XVIII (s. n.).
Aunque todavía no se ha hecho una monografía completa del gran duque
de Osuna, don Pedro Téllez Girón y Guzmán, íntimo amigo y protector de
Quevedo, pueden utilizarse con provecho las obras siguientes, donde se le
estudia parcialmente: Zazzera: Diario de Francisco Zazzera, napolitano, aca-
démico ocioso, en el felis gobierno del excelentísimo don Pedro Girón,
" duque de Osuna, Virrey del reino de Ñapóles; Schipa, M.: La presiesa
fellonia del dttea d1 Osuna (1619-20); La Lumia; Otario d'Aragona c il
duca d'Ossuna (1565-1623) (1855); Fernández Duro, Cesáreo: El gran duque
de Osuna y su marina. Jornadas contra turcos y venecianos (1602-1624),
Madrid, 1885; Rodríguez Marín, Francisco: El Gran Duque de Osuna, Ma-
drid, 1920; Vülard de Saint-Réal: Conjuration des cspagnols contra la ré~
publique de Venisc, París, 1674; Fernández-Guerra, Aureliano: Examen de la
conjuración de Vcnecia de 1618, Madrid, 1856; Zambler, A.: Contributo alia
storia della congiura spagmtola contra Vcne'zia (1896), y Raulich, J.: La con-
giura spagnuola contro Venezia (1896).
90 Fol. XIX (s. n.), anv.
Revelan la buena amistad que hubo entre el conde de Salinas don Diego
de Silva y Mendoza y Lope de Vega las numerosas alusiones al poeta aristó-
I98 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

suya dirigida al Duque de Alba, Condestable de Navarra, don-


de alude a Garcilaso como digno antecesor de Lope en ser poeta
de la casa de aquel aristócrata, traducido en tres hexámetros la-
tinos.
54. El Maestre de la Sagrada Orden Militar de Mantesa 01.
Trece versos glicónicos, en los cuales se traduce libremente
al latín la décima del mismo, "Por qué, Angélica, queréis", pu-
blicada en los preliminares de La Hermosura de Angélica, en
alabanza del autor de este poema.
$5. El Maestro Vicente Espinel ü2.—El conocido pasaje del

crata que pueden verse en las obras del Fénix. Todas ellas, además de cuamtos
datos se conocen del citado personaje, las ha reunido don Erasmo Buceta
en su documentado estudio La obra poética del Conde de Salinas en opinión
de grandes ingenios contemporáneos suyos (en la Revista de Filología Es-
pañola, tomo X I I (1925), págs. 16-29), adonde remito al lector, asi como a
otro trabajo —cuando esté publicado— que sobre el mismo escritor prepara
don Ramón E z q u e r r a Abadía,
91 Foí. X I X (s. n.), auv. E s el Príncipe de E s q u i l a d l e . (Véase la
nota 80 de este capítulo.)
92 Fol. X I X (s. n.), rev.
Grande y eterna fué la amistad entre Lope de Vega y Espinel, Ambos
figuran juntos como panegiristas con sendas poesías en el Cancionero de López
Maklonado (Madrid, 1586) y en la Dirección del Secretario de Señores, de Pé-
rez del Barrio (Madrid, 1613), Juntos concurrieron al certamen poético de
la beatificación de Santa Teresa de Jesús (1614), y casi a la vez ingresaron
en la Congregación del Olivar (Espinel en 1609 Y Lope en 1610). T a n t o
uno como otro se tuvieron el afecto de amigos y la deferencia de maestro y
discípulo. Porque muchas veces alude el Fénix a que fué maestro suyo Vi-
cente Espinel. E n 1620 se publicó la Justa Poética de San Isidro, donde se lee
lo siguiente :
" A mi maestro Espinel
Haced, musas, reverencia,
Que os ha enseñado a cantar
Y a mí escribir en dos lenguas."

Y en el mismo año salió la Parte catorce de comedias de Lope de


Vega, donde está El caballero de Illcscas, que va "dirigida al maestro Es-
pinel y su m a e s t r o " .
En La Filomena se leen estos afectuosos v e r s o s :

" Y a Vicente Espinel, al que Ypocrene


H a dado nuevo honor, y cuya fama
A Quivira llegó desde Pirene."
y
"Aquí Espinel la Lyra Castellana
Muestra depositar en el sagrado
Templo, aunque fué divina cuando humana."

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LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 199

Prólogo de las Relaciones de la vida del Escudero Marcos de


Obregón, publicadas aquel mismo año de 1618 °3, en que Espinel
alude a que fué mentor de Lope y luego tenía a éste por con-
sejero en asuntos literarios, traducido en prosa latina.

Además, al Fénix mismo se debió sin duda el llamar a la décima espinela,


según revela el siguiente pasaje de La Circe, Madrid, 1624:
" N o parece novedad llamar espinelas a las décimas, que este es su ver-
dadero nombre, derivado del Maestro Espinel, su primer inventor, como
los versos sáphicos de Sapho."
P o r su parte Espinel tiene esta cariñosísima alusión a Lope de Vega
en el prólogo de su inmortal Marcos de Obregón, donde expresó todo su
noble orgullo de maestro por el discípulo g e n i a l ; algo así como Francisco
Pacheco y el gran Velázquez:
""Con el divino ingenio de Lope de Vega, que, como se rindió a sujetar
sus versos a mi corrección en su mocedad, yo en mí vejez me rendí a pa-
sar por su censura y parecer."
Y de continuo hubo esta reciprocidad. Espinel censuró con el mismo en-
tusiasmo las partes V I , V I I , V I I I , X V , X V I , X V I I I y X I X de las Come-
dias del Fénix y La Filomena. Lope, a su vez, gustó de contar cómo le
coronaron a su maestro en la Academia d e Madrid, en el prólogo del
Arte nuevo de hacer comedias (1609) y en la dedicatoria del Laurel de
Apolo al almirante Enríquez de Cabrera, donde d i c e :
"laurearon con grande aplauso de señores y ingenios a Vicente Espinel,
único poeta latino y castellano de aquellos tiempos."
Y aludir a su arte de músico cuando en la dedicatoria de La viuda valen-
ciana ( P a r t e X I V , Madrid, 1620) alaba los méritos de Marcia L e o n a r d a "
(Marta de Nevares), a quien va d i r i g i d a :
"si toma en las manos un instrumento, a su divina voz en incompara-
ble destreza, el padre desta música, Vicente Espinel, se suspendiera ató-
nito."
Finalmente, en La Filomena se citó entre los mejores poetas (fol. 192
vuelto), y en La Dorotea entre los "poetas graves" (Acto IV, 'Esc. I I ) y
en otra ocasión llegó hasta disculparle y recomendarle al Duque de
Sessa, que era vecino del autor del Marcos de Obregón (véase el último
párrafo de esta obra), en una carta escrita en julio de 1617:
"Merece Espinel que V. ex.a le honre por ombre insigne en el verso
latino y castellano, fuera de haber sido único en la música, que su con-
dición ya no será áspera, pues la que más lo ha sido en el mundo se
tiempla con los años, o se disminuye con la flaqueza." (La Barrera, Ob, cit.,
pág. 274.)
Y muy mal le debía de parecer a Torres Rámila el maestro Vicente Espinel,
puen además de serlo de Lope y amigo tan incondicional del Fénix, había con-
sultado la publicación de su novela con Tribaldos de Toledo, " m u y gran poeta
latino y español", y con el padre Juan Luis de la Cerda, ambos amigos suyos y
satirizados en la Spongia.
93 El prólogo, sin embargo, ya estaría escrito en 1617, pues de 13 de
noviembre de este año es el Privilegio. {Véase P. P a s t o r : Bibliografía Madri-
leña, I I , 449.)
200 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

56, Don Luis Mexía Qi.—Un pasaje perteneciente a cierta


Tratado contra el Repetidor Torres, donde ataca a éste y alaba a
Lope, que escribió, sin llegar a publicarlo y se ha perdido °5. Co-
mo en él da a Lope el título de presbítero, es indudable que
fué compuesto después de 1614, fecha en que se ordenó de
sacerdote el1 Fénix fJü.
57. T)'on Juan de Fonseca y Figueroa aT.—Un párrafo en

94 Fol. XIX (s. n.)j rev.


El licenciado don Luis Mexia de la Cerda aparece elogiado algo impreci-
samente en el Viaje del Parnaso (Ed. cit., pág, 695).

"Hacer milagros en el trance piensa


Cepeda, y acompáñale Mejía,
poetas dinos de alabanza inmensa."

Le citan también el doctor Antonio Navarro en su Discurso a favor de


las comedias, y Rojas Villandrando en la Loa da la Comedia, publicada en
su Viaje entretenido (1603).
Pero de su vida no se sabe más sino que fué Relator de la Real Cnan-
cillería de Valladolid, y de su obra, que tal vez fué el autor de la Tragedia
de doña Inés da Castro, publicada en Valencia en 1612 en la Tercera Par-
te de las Comedias de Lope de Vega y otros autores, y digna de todo elo-
gio, y de un auto titulado El Juego del hombre, fechado en 16125 y ma-
nuscrito en la Biblioteca de Osuna (hoy en la Biblioteca Nacional). De ser
cierto esto último lo sería también que en 1611 tenía el grado de doctor,
y en 1614 residía en Valladolid, ya que esto se dice del autor.
95 Me hace suponer esto el que nadie lo cita ni se tiene noticia de
su paradero.
96 Véase Rennert y Castro: Ob. cit., pág. 218.
97 Fol. XX (s. n.), anv.
Don Juan de Fonseca y Figueroa era hermano del Marqués de Orella-
na. Estudió la carrera eclesiástica, descollando en el conocimiento de la
Retórica. Llegó a ser canónigo y maestrescuela de la Catedral de Sevilla, y
Felipe IV le nombró Sumiller de Cortina. Durante toda su vida cultivó
las humanidades, que poseía con solidez extraordinaria, siendo asombro de
cuantos le trataban. Nicolás Antonio dice que a pesar de estas buenas cua-
lidales, alabadas por Gundisalvo Correa, profesor de lenguap orientales
en la Universidad de Salamanca, nunca quiso Fonseca publicar ninguna de
sus obras, y así las que cita en su Bibliotheca Hispana Nova (I, 691) son
las que oyó alabar o vio por sí mismo como del ilustre canónigo.
E] Fénix le conocería acaso durante sus estancias en Sevilla o quizás
en Madrid. Le ensalza extraordinariamente en La Filomena:

"En don Juan de Fonseca el mármol niega


Que no pudo dar alma tan divina,
Si bien Lisipo al fin del arte llega."
Pero en el Laurel de Apolo ni le nombra, aunque en los preliminares
reproduce el elogio de Fonseca de la Expostulatio Spongiae, ¿ Terminaría
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 201

prosa latina, incompleto, cuya procedencia no se indica. En


él afirma que Lope es superior a toda envidia.
58. Juan Bautista Elgueta Ds.—Traducción en prosa latina
dé un fragmento de cierta carta que dirigió a Lope de Vega por
los días en que se imprimía la ExposHúatio, pues en ella dice que
se sintió cautivado por la lectura del Triunfo de la Fe en los
Reinos del Japón, publicado, como se sabe, poco tiempo antes
en el mismo año " .
59. Jiüio Columbario 10°.—Diez hexámetros latinos, frag-
mento de una composición A Lope de Vega, en que le alaba con
elegancia clásica.
60. Todos los elogios reseñados no aportan ningún darto
interesante para nuestro asunto, ni al conocimiento de la vida
y la obra de Lope, en general. Unos por ser ya conocidos, otros
por su artificiosa elaboración a base de autores clásicos, que per-
mite aplicarlos tanto a Lope como a cualquier otro escritor. Pero
son interesantes para dar idea una vez más de la común opinión
que tenían del Fénix la mayoría de sus contemporáneos, que ape-
nas discrepan, repitiendo los elogios casi sin variación. Revelan
todos la inmensísima fama de Lope y su fin era enfrentarla con
las críticas desfavorables de Torres Rámila.
61J A continuación de los citados panegíricos de Lope y
sus obras, hay una lámina con un grabado en madera curiosí-
simo y lleno de punzante intención 101 . Representa un escarabajo
(Torres Rámila) que avanza de izquierda a derecha del grabado,
llevando una velita clavada en el dorso. Encima y debajo se leen
las inscripciones siguientes, en latín: "Se delata por su luz", y
"¿Por qué los niños clavan velitas en el dorso del escarabajo?;
¿acaso no se delata bastante por su olor?"

la amistad entre ambos antes de esta fecha? Fonseca tampoco colaboró en


la Fama Postuma, de Montalbán.
98 Fol. XX (s. n.), rev. De Juan Bautista Elgueta consta en la Ex-
postidatio Spongiae que era profesor de Teología; pero no he logrado
averiguar dónde explicaba esta ciencia ni ninguna otra noticia relativa a él.
99 Se la envió seguramente a raíz de recibir el libro del Fénix, tal
vez porque éste le pidiera su opinión. El paradero de la carta lo ignoro.
100 Fol. XX (s. n.), rev.
101 Fol. XX (s. n.), rev. (Véase el grabado núm. 8.)
202 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

SVO SE LVMIttE PR0DI7.

Qu< pueritUrfo fatabelhmvná fgunt^


"üonnefatisfeft fro¿a «dotefuoí

8. Emblema de ¡a "E.vpostiilatio Spongiac"' 161S.

62. Lo que signe a la lámina dicha, es el verdadero texto:


la Reclamación a la "Spongia''', de Pedro Torres Ramilla, publi-
cada recientemente en honor de Lope de Vega, príncipe de los
poetas de España 103, cuyo fin fué contrarrestar el efecto de la
Spongia, atacando a ésta y a su autor y defendiendo al Fénix
de sus enemigos. Todo ello a vuelta de muchas citas eruditas e
infinitas disquisiciones, algunas nada claras, que hacen dificilí-
sima su inteligencia.
63. Comienza por justificar su posición frente a Torres Rá-
mila, de modo parecido ail del prólogo Lecíori benévolo, inserto
al principio, diciendo que no podrá sufrir la enorme injusticia
de los ataques dirigidos contra Lope cuando éste no había ofen-
dido al autor de la Spongia ni aun con una sola palabra 103, y
seguidamente va haciendo la crítüca del libro de Torres Rámila
por orden, y reproduce pasajes de él que, como se ha visto en> el
capítulo anterior, permiten reconstruirle en sus líneas ge-
nerales. Defiende las obras de Lope de las censuras defavora-
bles de Torres Rámila, y procura justificar las anomalías seña-
ladas, con otras semejantes de autores clásicos. Su afán domi-

102 Fols. 1 (num.), anv., al 20 (num.), anv.


T
03 "Qui ne verbo quidem tmquam a Lupo víolatus." (Fol. 1 (num.).
rev.)
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 203

nante es demostrar —aunque no lo logre—, que Lope de Vega


respetó en- sus obras 'la preceptiva clásica, derivada de Aristó-
teles y Horacio 104, única manera de acallar al autor de la Spon-
gia. Y a la vez que refuta los juicios de este libelo, se burla del
mal estilo del latín de Torres Rámila: "sin energía, lánguido,
variable, distinto de sí mismo en todas partes". "El confuso en-
cadenamiento de tus palabras, que abiertamente acusa tu inepti-
tud", le dice 105. Además, a continuación de cada pasaje de la
Spongia transcrito señala sus defectos gramaticales (solecismos,
empleo erróneo de paílabras, falta de léxico clásico, etc..) a la
manera que lo había hecho va Francisco Antididáscalo en su
famoso cartel de desafío dirigido a Torres Rámila 10C, y en todo
aparecen sin descanso injurias y ofensas más o menos disimu-
ladas.
64. Como en realidad Columbario concreta poco sus res-
puestas y éstas casi por entero pertenecen a la crítica estética,
apartada de este trabajo, a fin de no hacerlo más pesado toda-
vía, me referiré únicamente a aquello que aporte alguna noticia
ail desarrollo histórico de la guerra de Lope y los preceptistas
aristotélicos, o a los personajes relacionados con ella, excluyen-
do los datos ya utilizados por mí en capítulos anteriores y todo
aquello que sean críticas o disquisiciones meramente eruditas.
65. De entre la caótica Reclamación de Columbario pueden
extraerse algunos detalles o novedades que en parte nadie ha
señaJlado todavía.
66. La Spongia se escribió para satisfacer los deseos de los
envidiosos de Lope, lo cual confirma una vez más la presión que
ejerció en este sentido Suárez de Figueroa, sin duda el más
implacable. Columbario predice a Torres Rámila, sin embargo,
que alcanzaría solo el renombre de Heróstrato 10T, el bárbaro in-
cendiario del templo de Efeso, y en esto acertó.

104 Dice, refiriéndose a la Jerusalén Conquistada, objeto de la crítica


de Torres Rámila: "Nec est opus, ut partes poematis essentiales nobis ¡li-
geras, cura nihíl in hac Epopeia reperiatur, quod reí Aristotelis, poeticae,
vel arti Horatii." (Fol. 19 (num.), rev.)
105 lame lumbis stylus languens, varius, ubique sibi disímilis, &
confusa verborum tuorum series, qtiae inscitiam tuam palam arg-uit, a quo
non commiserationem deprecetur." (Fol. 8 (num.), rev.)
106 Véase el capítulo III, núms. 51 y sigts.)
107 "Insulsa quaedam hominum natío, quae animi liuore faucia, quos
prouocarc non audet, alienís armis nititur oppugnare: sed quicquid sit, siue

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204 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

67. Pero aunque Lope desde sus primeros pasos literarios


tuvo siempre enemigos —y eso sí lo demuestra el odio eterno que
le profesó Gongora—, no había de perder por ello su fama, que
le hacía merecer el nombre de Fénix. Sólo se extrañaba Colum-
bario de la enemistad de Torres Rámila, .fingiendo ignorar su
causa hipócritamente 10S.
68. En Madrid, las Academias literarias se quedaron, en va-
rias ocasiones asombradas de las calumnias de Torres Rámila,
según dice el defensor de Lope 10í\ y de otro oscuro pasaje pa-
rece posible deducir que el autor de la Spongia durante su es-
tancia en Italia intentó acabar de algún modo con "lo relativo
a Demócrito" 110, esto es, la risa, que en sentido vulgar y amplio
pudiera ser la alegría o satisfacción de alguien, que él coartó.
69. Respecto de que Lope se ayudara de Cejudo y de Me-
dinilla 11X, Columbario dice que precisamente nadie ignoraba eiir
tonces cómo fué el Fénix quien dio a ambos el fundamento de
toda erudición y les allanó el camino de la ciencia 112 ; y a Már-
tir Rizo, el supuesto coautor de la Spongia, prefiriendo acaso
desentenderse de su intervención, le llama "gran varón", y re-
conoce "la autoridad de tan importante hombre" 113.
tu illorum votis parasitari spongia tua volueris, siue tibi aliquod nomen
supra Herostrati facimus e mortalium memoria expungendum." (Fol. 2
(num.)» anv.)
108 "ídem de VEGA cogita, qui ex quo primis eruditionis suae initüs
sibi nominis & famae fastigium ex struxit, hostes semper habuit" ... "Om-
nium mihi sit dicere eum vnanimi totius Hispaniae suffragio Phoenicem
honoria causa nominatum". "Sed OsA.37Z'.;xs adesdum positis tantillum inui-
diac tuae ventis, quibus initüs aniabo inter te, & VEGAM tot odia creuerunt?"
(Fols. 2 (núm.), anv. y rev., y 3 (num.), rev.)
109 "Deus bone! quoties Matriti A'thenaea ad insanas ipsitis calum-
nia-i obstupuerut. (Fol. 8 (num.), anv.)
110 "Quis est etiam iste Marsias, qui audet in huc Apollinem tibiam?
An is qui nuper Democriticum in Italia regnare puterum tentauit? Sed
frustra plañe, cum nondum ipsi veritatis radius affulserit." (Fol. 24 (num.),
anv.)
n i Véase el capítulo II, núm. 39.
112 "Quis enim nesnit eos omnis eruditionis sue fundamenta a LUPO
accepis? Quis iis viam ad scíentias a LUPO stratam esse neget" (Fol. 24
(num.), rev.)
113 "Credidisti fortase, nos a quibusdam nugarum tuarum exemplaribus
in errorem inducios, quae authoris JOANNIS PAULI R í e n Nomine circuntulisti
ut nobis tam pueriliter illuderes? Videbor tanto vero iniuriam faceré, is
illum hic insalutatum relinquam, quem optime omnino utpote recenter a
te in Criticorum álbum ascriptum spongiae tuae authorem fecisti, ut maius
ex tanti viri authorita'te tibi nomem comparares." (Fol. 25 (num.), anv.)
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 20$

yo. Asimismo, para dar idea de la estimación de que gozaba


Lope como erudito, se alude a que muchas veces se pasaba el
día departiendo con Francisco Solórzano íli, entre otros ilustres
varones, cuyo trato frecuentaba el Fénix.
71. Casi al comienzo de la Reclamación se reproduce la
epístola de Torres Rámila a González de Salas, ya indicada an-
teriormente 115, y añade el partidario de Lope que pudiera pu-
blicar, además, otra del mismo autor, también difamando al alu-
dido humanista, a quien iba dirigida, si bien no lo hace por no
apartarse de su propósito. Esta carta dicha le fué enviada a Va-
lencia al indescifrable Columbario por el propio don Francisco
López de Agtiilar, "varón sobremanera instruido (para no decir
mucho de sus alabanzas)" 116.
J2, En el Epilogo con que concluye su libelo Columbario,
se le anuncia a Torres Rámila que otros defensores de Lope,
"preparados con las armas de Vulcano", lucharán con él 1 1 ? . Esto,
•que parece encubierta amenaza de agresión, no se aclnra más y
no se sabe si llegaría a realizarse, aunque no sería muy extraño.
73. El resto del Epílogo está dedicado a demostrar cómo el
Monstruo de Naturaleza no carecía de la falta de estudios
-que se le achacaba, ni desconocía el latín. Por el contrario, sos-
tenía a veces correspondencia latina con hombres eminentes de
Francia, Italia y otras naciones; hacia versos latinos, y en la
Universidad de Salamanca estudió y alcanzó aplausos y felicita-
ciones por su actuación 118.

114 " O quoties F R A N C I S C U S SOLORZANUS cum eo diem cálamo doctiore


í r e g i t . " (Vol. 18 (num.), rev.)
Be Francisco Solórzano no he hallado dato alguno, a pesar de haberlo in-
tentado por cuantos medios he tenido al alcance. Sospecho, por lo que se
dice antes del pasaje transcrito de la Expostulatio Spongiac, que sería ca-
tedrático o profesor de algún centro docente, o al menos se dedicaría a la
•enseñanza, pues se le cita entre los maestros amigos de Lope.
115 Véase el capítulo I I , núm. 47.
116 "Aliud epistolare fragmentum tibí tanquam lautius ferculum appo-
nerem, quod mihi a F R A N C I S C O L O P I O Aquilario viro admodum literato (ne
plura de laudibus ipsius dicam) Valentiam missum est, in quo dentes, in
mores acuit, & in Salam maledicentiae virus intimat." (Fol. 7 (num.), rev.)
117 "sed alii venient, qui Vulcanis armis instructi, infractis viribus
dimicabunt, ut saltem tibí constet, non deesse L U P I A N I honores vindices."
(Fol. 26 (num.), rev.)
118 " S e d o ineptam criminandi licentiam, & absurdum inuidie commentum,
•ei Romanae linguae inscitiam obiiscere, qui toties diuersis Galliae Italiae,
aliorumque nationum hominibus scrípsit, toties incredibili styli suauitate res-
20Ó JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

110
74. Fueron maestros suyos Juan Bautista Labaña , a

pondit. Qui toties non vulgati saporis versus Ibericae M u s a e intertexiut,


toties Heroum Hispanorum facta Latino carmine celebrauit. T e stes vos fa-
ció celebres tota Hispania Academice, quae alumnnum vestruin lucem palam
publicis honoribus decorastis quae tot honorariis illum stipendiis nobilitastis.
Meministis vos Salmanticenses schole plúteos vestros & subscelia, ad públi-
cos auditorum applaussus, ad vniuersas gratulationum voces toties concrepuisse
totiea vestra Athenea subsultasse? (Fol. 27 (num.), rev.)
119 El portugués Juan Bautista Labaña nació probablemente en Lis-
boa, en uno de los últimos años del siglo x v i , y cultivó indistintamente las
Matemáticas y la Historia, si bien descolló más en aquéllas. E s casi seguro
que le trajo Felipe I I a Madrid, con él, cuando conquistó Portugal (1581). D e s -
pués marchó a Roma para completar sus estudios, y al regresar fué nombra-
do por Felipe I I I Cronista d e P o r t u g a l , y más tarde Maestro de Cosmogra-
fía de Felipe IV, residiendo desde entonces en Madrid habitualmente. Se
sabe, no obstante, que se trasladó a los Países Bajos dtirante algún tiempo, a
fin de recoger materiales para una historia de la monarquía española. Escri-
bió varias obras, entre las que merecen c i t a r s e : Regimiento Náutico, Lisboa,
i595 ; Naufragio de la Nao San ¡Alberto c itinerario de la gente que de ella
se salvó (1597) ; La Jornada del Rey Don Felipe III a Portugal, Liisboa,
1622, y Nobiliario de Don Pedro, Conde de Barcelos, hijo del Rey Don Dioni-
sio de Portugal, ordenado c ilustrado con notas e índices (1640). L a b a ñ a vi-
vió en Madrid el resto de su vida, ejerciendo la enseñanza, y murió en 1624.
De él aprendieron la Astrología judiciaria Luis Rosicler y Lope de Vega,
que debió de ser discípulo suyo hacia 1586, y le dedica este soneto en las Rimas
(2. a parte, número 115). por el que se ve cómo aprovechó sus e n s e ñ a n z a s :

" M a e s t r o mío, ved si ha sido engaño


Regular por amor el movimiento,
Que hace en paralelos de su intento
El sol de Phyli, discurriendo el año.
T o m é su altura en este desengaño
Y en mi sospecha, que es cierto instrumento,
P o r coronas conté su pensamiento
Y señalóme el índice mi daño.
O no son estos arcos bien descritos
(Digo, estos ojos), o este limbo indicio
Que a aquella antigua oscuridad me torno.
O yo no observo bien v u e s t r o s escritos,
Que si hace Phyli en Géminis solsticio,
N o escapa mi Zenith de Capricornio."

Más tarde le citó en El Peregrino en su patria (Ed. Sancha, tomo V, pági-


na 344), como " M a t h e m a t i c o " .
Y también le recordó en la Jeritsalcn Conquistada (libro X I X , Ed. Sancha,,
tomo X I V , pág. 2 8 6 ) :
"Maestro mío, si la ethérea mides
o elementar región, o por la historia
Real de España despreciaste a Euclides,
no dejes en sus líneas mi memoria."
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 2QJ

quien alaba extraordinariamente, comparándoles a él y a Lope,


su discípulo, con Ouirón y Aquiles 120, y Ambrosio Ondériz 121 ,

A p a r t e de otras citas, como, por ejemplo, ésta de H e r r e r a Maldonado


en su Sannacaro Español (fol. 57), que prueba su fama de matemático:.

"Corónete de estrellas y de flores


o L a u a ñ a famoso nuevo Euclides,
Por dimensor de Ethereos explendores
L a elemental región, que docto mides."

120 Ac ne de ipsius magistres dubites dabo tibi Sénecas, & omnes a n -


tiquiorum principum Rectore in solo JOANNE B A P T I S T A LAVANNA quem Hispani
Principis velut Achillis alterius Chironem dicerem nisi fabulosum videretur
elogium". (Fol. 28 (num.), anv.)
121 En 25 de diciembre de 1582 fué nombrado P e d r o Ambrosio O n d é r i z
profesor de la Academia de Matemáticas fundada por Felipe I I . Su misión
liabia de consistir en " a y u d a r a leer matemáticas a J u a n Bautista L a b a ñ a " y
traducir " d e latín y otras lenguas algunas obras de matemáticas", y el sueldo
acordado 200 ducados desde 1 de Enero de 1583. P e r o tan bien se cumplió
lo dicho, que en 9 de noviembre del mismo año daba poder Ondériz a Juan"
Fernández d e Espinosa p a r a cobrar 50,000 m r s . que se le debían " d e los
tercios primero y segundo de este año de los 200 d u c a d o s " . Dedicado a los
estudios matemáticos y geográficos, fué nombrado cosmógrafo mayor, y en
razón de su cargo presentó al Consejo de Indias una Memoria acerca de
cómo los portugueses facilitaban datos falsos para que ciertos viajes y des-
cubrimientos fueran atribuíbles a su patria, de lo cual advenían notables
errores en las cartas de marear. D e resultas de esío se le ordenó que fuese a
Sevilla, y reunida la Universidad de mareantes y pilotos más diestros y per-
sonas inteligentes en presencia del Presidente y oficiales de la casa, " t r a t a -
ron de los errores que había en las cartas e instrumentos náuticos y lo que
se podría emendar, a ñ a d i r o reformar, y tomando los pareceres de todos los
llevó al Consejo, adonde vistos se consultó al Rey para proveer lo concer-
niente, en 2cj de octubre ele 1593". También fué nombrado Ondériz Cronista'
Mayor de Indias. D e 9 de noviembre de 1595 es su testamento, y debió de
morir al poco tiempo, porque en 15 de mayo de 159*6 le sucedían en el car-
go de Cosmógrafo mayor Andrés Garcia de Céspedes, y en el de Cronista ma-
yor Antonio de H e r r e r a . (Pérez P a s t o r : Bibliografía madrileña, I I I , 436).
Sus especialidades fueron, pues, las matemáticas y la geografía, y dejó escri-
tas las siguientes o b r a s : La perspectiva y especularía de Euclides, traduci-
das en vulgar castellano y dirigidas a la S. C. R. M. del rey don Felipe-
Nuestro Señor, Madrid, 1585, y u n discurso sobre el Uso de los globos, leí-
do en Madrid el ano 1592.
E s muy posible que Lope de Vega, con aquel ingénito afán de saber de
todo y ocuparse de todo que a cada momento se revela en su vida y en
su obra, asistiese a la Academia de Matemáticas o recibiese las lecciones de
Ondériz en otro centro docente o particularmente por algún medio. N a d a se
sabe, pero discípulo suyo fué, y encomiásticamente le cita en El Peregrino
en su patria (Ed. Sancha, tomo V, pág. 344) : "Ambrosio de Ondériz, claro-
geómetra."
208 JOAQUÍN DE ENTRAMIiASAGUAS Y PEÑA

• "
al cual aseguraría —dice— que deben los números, medidas y
(

círculos lo mismo que a Euclides o Crisipo" 122.


75. Asimismo fué adiestrado en la disciplina de las ar-
tes liberales por el Maestro Cordobés 123 , en cuya clase tuvo

122 "AMBROSIUM ONDERICIUM cui números mensuras, circinos idem


quod Euclidi vel Chrisippo deberé asseuerarím." (Fol. 28 (nura.), anv.)
123 "Iam ipsium Hberalium artium disciplinam a magístro- CORDUBENSI,
edoctum fuisse nemo nescit." (Fol. 28 (nura.), anv.)
El maestro Cordobés o Juan de Córdoba era clérigo, y en 5 de octubre
¡de 1590 vivía en Toledo y daba poder a Francisco Suárez, vecino de Illescas,
para que le cobrara un beneficio simple que tenía en la iglesia parroquial de
dicha villa, por concesión del cardenal d.on Gaspar de Quiroga, a cuyo
servicio estaba. En 1601 habitaba en Madrid, aunque cobrando 50.000 mrs.
al año como criado del Cardenal de Toledo, y al año siguiente figura como
Arcipreste de Buitrago (Pérez Pastor: Bibliografía madrileña, III, 365). Fué
el maestro Córdoba excelente poeta latino, y prueba de ello son sendas com-
posiciones que publicó al frente de los libros Tractato Elemosynae, de Al-
fonso Iñigo de Valdés (1588), y Diversas rimas, de Espinel (1591), y ade-
más aprobó la Gramática^ latina de fray D. de Carvajal (1582). Cervantes
le menciona así en el Canto de Calíope de La Galaica (Ed. Bibl. Aut. Esp.,
tomo I, pág. 87):

"Aquel ingenio que al mayor humano


Se dexa atrás y aspira al que es divino,
Y dexando a una parte el castellano
Sigue el heroico verso del latino;
Es nuevo Omero, el nuevo mantuano,
es el maestro ¡Córdova, que es diño
De celebrarse en la dichosa España
Y en cuanto el sol alumbra y el mar baña."

Que Lope de Vega fué discípulo suyo, ya en Toledo, ya en Madrid, se


.desprende de estos versos del Laurel de Apolo (Ed. cit., pág. 200, silva I V ) :

"Hoy a las puertas de su templo llama


Una justa memoria,
Digna de honor y gloria,
Antes que pase el alto Guadarrama,
Que mi maestro Córdoba me ofrece,
Y las musas latinas me dan voces,
Pues con tan justa causa la merece.
¡ Oh ilustre ingenio! muchos siglos goces
El premio de tu nombre esclarecido,
Rebelde a las injurias del olvido;
Y el dignísimo padre Salablanca,
Elevado poeta,
Divina imitación del Real Profeta,
Señale piedra blanca
Aquel ilustre día

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LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 209

de condiscípulo al padre Salablanca" 12i , según afirma Co-


lumbario.
j6.t Continuamente emplea el autor de la Reclamación un
tono irónico y despectivo, con el que inútilmente trata de demos-
trar tranquilidad y despreocupación por los ataques de Torres
Rámila. Y aunque en varias ocasiones insiste mucho en que la
respuesta se da más por indignación que por la importancia de
la Spongia, se delata todo lo contrario en su afán por demostrar
la erudición de Lope —una de las cuestiones más debatidas— y
su conocimiento de la preceptiva aristotélica, aun cuando no la
respetara a veces. Es decir, algo parecido a lo que intentó el

Que a los dos nos leyó filosofía,


Con los demás discípulos que ahora
Laurel o mitra las cabezas dora."
Y en El Peregrino cu su patria (Ed. Sancha, tomo V, pág. 344) había di-
cho ya de él
"que ya el adagio se mudó de Plauto
y en verso heroico en el maestro Córdova."
124 Dice aludiendo a que Lope estudió con el maestro Córdoba: "hoc
certe semper testabitur reuerendus Pater SALABLANCA Carmelitarum, quos
Discalceatos vocant Ordinis Religiosus, qui tune temporis cum VEGA sub
iisdem militiae signis merebat." (Fol. 28 (num.), anv.)
El padre fray Diego de Jesús, de apellido Salablanca, nació en Vallado-
lid, si bien otros opinan que en Granada. Profesó en la orden del Carmen
Descalzo; estudió en la Universidad, de Alcalá, y escribió varias obras, que
pueden verse en Nicolás Antonio {Biblioiheca Hispana Nova, tomo I, pá-
gina 292). Lope de Vega, su condiscípulo, le dedicó los versos del Laurel de
Apolo ya citados (véase la nota 123), que continúan así:
"¡Con qué versos dulcísimos, sutiles,
Tocaste los perfiles
De los rayos seráficos hermosos
Con los labios fogosos,
Cuando tierno decías
Tales versos a Dios, que parecías,
De amores abrasado,
El carro ardiente de tu padre Elias!
Adonde transformado
Eras, divino Orfeo,
De tu1 Elisa Elíseo
Siguiendo la alta empresa
De tu madre santísima, Teresa,
Que así cantaba amores
Que a desmayos de amor sirven de flores;
Que son de amores tiernas circunstancias
Quejarse el alma en dulces consonancias."
14
210 JOAQUÍN D E ENTRAMBASAGUAS Y PENA

Fénix-'con la publicación del Nuevo arte de hacer comedias, años


antes.
7J. Y lo corroboran aún más la serie de amenazas que se le
hacen a Torres Rámila si siguiera atacando la obra.de Lope. Al
final mismo dice Julio Columbario que de continuar el autor de
la Spongia publicando otras cosas análogas, "ya no por oscuras
señales, sino abiertamente, y no sólo a ti, sino a toda la poste-
ridad, para eterna ignominia tuya, pondré mi nombre de mani-
fiesto por completo" 125.
78. Después hay en el libro una lámina donde aparece otra
vez el escudo del Duque de Sessa, grabado en madera, y debajo
tres dísticos latinos de López de Agui'lar, dedicados a él, invitán-
dole a presenciar la lucha entre Lope de Vega y Torres Rá-
mila 120.

ILLVSTRISSJMO E T
EXCELLENriSSDvíO PRINCIPI
D. D.Ludouico Fernandez de Cordoua,
Cardona,& Ar.ioon,DuciSucífejSo-
mi & Vaenx.&c.
*T>. Franafcut Lupias nAgutldrius
D.C.Q^
O /&{" ¿bt,guit ftit«iff'Btttt éremt,
JZccr liit f"gn* nohüc muñas dltü.
FaliirjitnpHjín* eíí,»dm Tentm Vtgt Utrf-it,
El turf 1 fttrnit mtrte, itiumfhni (>>>,
Site('jt.imular, foftr,fpt¡}átuU,munin,
ÍÍÍO tSlt pittrirtrjnuí :jsett¡/i,

g Escudo del Duque de Sessa. 161S.

79. A continuación vienen Varios poemas de hombres ilus-


tres coleccionados por el celo de Francisco Lopes de Aguilar, y

125 "Vicie tamen ne alias in LUPUM insurgas, & sordium tuarura sport-
idas Patroclanis sellis probandas euentiles, ne si forte pestilens illarum
odor nares meas affaueri.t iam non per obscuras notas'sed hxmc polam ad
sempiternam tui ignominiam meum non tibi nomen, sed etiam integre posteri-
tati prodam." (Fol. 29 (nura.), anv.)
126 Fol. XXI <s. n.), rev. (Véase el grabado níim. 9.)
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 211

en los cuales se contienen tantas alabanzas de Lope de Vega


como desprecios a Torres 127. Esto es, la guerra a que se in-
vita al Duque de Sessa.
80. De estos poemas., unos van firmados; otros, anónimos.
Los autores que aparecen y sus composiciones son éstos:
81. Luis Tribaldos de Toledo :2S .—Nueve dísticos latinos
dedicados a Lope de Vega, "aristofánico, virgiliano, pindárico,
halago de las Musas Españolas del teatro, vencedor de la gloria
desde hace tiempo, y feliz en la posteridad", en los cuales le elo-
gia con verdadera idolatría. Colócale a la altura de Virgilio, Plan-
to, Menanidro y Píndaro nuevamente, y añade que las obras del
Fénix se leían en todo el mundo. Le declara inmortal y que sus
cenizas mismas tendrían vida eterna 129.
82. El señor de Peña Castellano 130.—Un Juicio en cuatro
dísticos latinos dedicado "a su amigo Carlos Altino, varón erudi-

127 Fol. 30 (num.), anv.


12S Fol. 30 (num.), anv. (Véase el capítulo II, nota Gy.)
129 ¡ Qué lejos estaría Tribaldos de Toledo de pensar que algún día la
indiferencia y la tramposería del Duque de Sessa harían que las cenizas de
Lope se ¡perdieran para siempre! (Véase mi trabajo ya -citado Nueva inz'csti-
yación sobra los restos de Lope de Vega.)
130 Fols. 30 (num,), rev.; 31 (num.), anv. y rev.; 32 (num.), anv., y
35 (num.), anv.
Don Francisco Peña Castellano, natural de Toledo, fué médico de cámara
de Felipe III, y al mismo tiempo cultivó las letras clásicas con éxito. A él se
refieren, sin duda alguna, estos versos del Laurel de Apolo, y no al doctor
don Juan Antonio de la Peña, como creía don Cayetano Rosell (Ed. cit., pá-
ginas 536 y 216):

"Si la corona ilustre a los atletas


y latinos poetas,
En tan alta ocasión competidores,
Os parece pequeña,
Muertos laureles, mirtos,- hiedras, flores,
Oh muros, prevenid al doctor Peña,
Que a vuestro monte sube,
Peña tan alta que parece nube."

Y que el doctor Pena Castellano fué conocido en su tiempo como literato


lo prueba esta otra cita de Herrera, Maldonado en Sannazaro Español (fo-
lio 57):
"Doctissimo componga el Doctor Peña,
Quando don Juan de Xaurigui conozo
El Peltro ocupa en amorosas sumas
: \rg03 del tiempo y de la fama plumas."
212 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

tísimo", donde censura acremente a quienes ataquen a Lope. Y


además:
83. Símbolo de las Musas 13: , "en alabanza del ilustrísimo
poeta Lope de Vega Carpió".—En él cada una de las musas de-
dica su correspondiente elogio al Fénix y el no menos obligado
puntazo al asendereadísimo Torres Rámila.
84. Cito.—Dos dísticos panegíricos de Lope de Vega en los
que duda si habrá alguien capaz de alabar al Fénix en proporción
a sus méritos.
85. Erato.—Dos dísticos celebrando la grandeza de Lope
al ser atacado por Torres Rámila.
86. Talla.—Doce versos falecios en que pregunta a Torres
Rámila qué ha podido censurar de Lope, "deslumbrador de ele-
gancias".
87. Melpómene.—Dos dísticos al lector, aconsejándole que
mire a los maestros clásicos, y no haga caso de los doctores
modernos, causantes de toda esta angustia.
88. Terpsícore.—Cinco dísticos censurando la envidia de los
ignorantes, cuyas tinieblas sólo pueden ser disipadas por la luz
de Lope.
w

89. Euterpe.—Dos dísticos comparando a Lope con el Sol


y pidiendo que sus libros se respeten hasta ser examinados.
90. Polimnia.—Tres dísticos contra el detractor de Lope, a
quien compara con los gusanos que roen en la sombra y le lla-
ma "ciervo en la guerra" y "león en la paz".
91. Calió pe.—En quince versos falecios hace hablar a Lope,
que trata de perro a Torres Rámila y aconseja al lector que se
guarde de él.
92. Urania.—Un dístico afirmando que por mucho que se
ensalce a Lope siempre será menos de lo suficiente.
93. A Lope de Vega Carpió 132.—"Discípulo de las Musas,
y Oráculo de Apolo". Catorce dísticos llenos de incienso para
el Fénix y de insultos para Torres Rámila, como es de rigor.
94. Fama.—Esta, en tres dísticos, pide que expliquen la
grandeza del nombre de Lope de Vega los que cultivan el mun-
do, pues ella nada encuentra que se le pueda comparar.

131 Fol. 31 (num.), anv.


132 Fol. 3s (num.), anv.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 213

95. Don Felipe O'Sullivan Beare 133.—Epigrama en alaban-


za de Lope de Vega Carpió, "imstrísimo poeta". Ocho dísticos,
en que le iguala a Virgilio y le augura fama eterna.
96. Vicente Mariner 134.—Varios epigramas [nueve] al ilus-
tre poeta Lope de Vega, en dísticos (en total veintiuno), llenos
de alabanzas hiperbólicas y elegantemente escritos. Afirma que la
poesía podrá perecer, pero que Lope no.

133 Fol. 33 (num.), anv.


Don. Felipe O'Sullivan Beare fué un famoso historiador irlandés que
pasó su vida en España. Era hijo de Dermont O'Sullivan y sobrino de
Donall O'Sullivan Beare, Lord de Dunboy, y debió de nacer hacía 1590. En
1602, siendo niño, le trajeron a España, y se educó, probablemente, en el
Colegio de Irlandeses de Santiago de Compostela. Más tarde, cuando Lord
Dunboy perdió su influencia, la Familia O'Sullivan vino a España a re-
unirse con su hijo, y aquí se establecieron definitivamente. Felipe O'Sulli-
van siguió la carrera de las armas, y fué soldado en la Armada Española.
En 1619 estaba ten la escuadra para escoltar la flota de Indias, portadora de
los tributos coloniales y evitar, cerca del Cabo San Vicente, que fuera
atacada por los piratas berberiscos. Sin embargo, como militar tuvo escasa
importancia, pues dedicó su vida y su actividad a las letras completamente.
Escribió Hisloriae Catholicae Ibemiae compendium Domino Phüippo aus-
tríaco IV Hispaniarnm, Indixxrum, alionan regnorum, atque multarum dv-
tiotuim regí Catholico, monarchaque potentissimo dicatum a D. Philippo
Ossultevano Bcarro iberno, Lisboa, 1621, editada de nuevo en Dublín por
Matthew Kelly en 1850, y Decas Patriciana, Madrid, 1629, acerca de la
leyenda de San Patricio.
Webb, en su Compendium of Irish Biógraphy identifica a don Felipe
O'Sullivan Beare con el Conde de Bearhaven —título evidentemente to-
mado del segundo de sus apellidos; ¡laven significa "puerto"—•, que murió
en Madrid de 1659 a 1660, dejando una hija, de doce años y una fortuna
de ioo.ooo ducados. (Véase el artículo del profesor J. K. Ltanghton]
en el Dictionary of National Biógraphy, t. XVIT, Londres, 1895, pág. 320.)
Y este personaje, don Felipe O'Sullivan, conde de Bearhaven o Birabcn
—como se decía en España, acomodando a nuestra ortografía en cierto modo
la pronunciación inglesa—, estuvo casado don doña Mariana de Córdova y
Cardona, hija natural de dona 'Ana de la Serna y de don Antonio Fer-
nández de Córdoba Cardona y Requesens, quinto duque de Sessa, de Soma
y de Baena, que estuvo casado legítimamente con doña Juana Fernández de
Córdoba y Aragón, prima, segunda suya, con quien tuvo al sexto duque de
Sessa, don Luis Fernández de Córdova, protector de Lope de Vega. (Véa-
se Fernández de Béthencourt, Francisco: Historia Gccnalógica y Heráldica
de la Monarquía Española, Casa Real y Grandes de España, tomo VII,
Madrid, 1907, pág. 116.)
Es 1o más probable que por mediación del Duque de Sessa conociera
Lope a O'Sullivan. Lo que sí es seguro que con éste se llevaba bien el
Duque," pties si no el Fénix habría dejado la amistad del Conde de Biraben.
134 Fols. 33 (num.), rev., y 34 (num.), anv.

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214 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PENA

97. Don Juan de Fonseca y Figiieroa 135. — Dístico a la


"Spongia" de Torres, diciendo' que es inútil atacar a éste,
porque no puede perecer de muerte ninguna.
98. Don Francisco López de Aguüar 13°.—Ocho versos pa-
negíricos de Lope de Vega, "unido a él por estrechísima amis-
tad". Alude a las composiciones de Peña Castellano y a las de
Mariner, ya citados, y recomienda a Lope que no se preocupe
de sus enemigos, pues él estará vigilante como un lince.
99. Los poemas anónimos que siguen son, en su mayoría,
hermanos dignísimos de las sátiras compuestas- en castellano por
Lope de Vega 13T, si no más procaces y violentos todavía. Su
interés es muy escaso, aparte algunas noticias más o menos- fan-
tásticas que1 se contienen en ellos, relativas a Torres Rámila, y
el haberlos impreso, una bellaquería indisculpable de Lope y los
suyos. Están escritos "con una virulencia —dicen Gayangos y Ve-
día 138— de que afortunadamente hay pocos ejemplos en la crí-
tica literaria de nuestra patria".
100. Hay razones de importancia para suponer que el autor
de estas composiciones fué el propio don Francisco López de
Aguilar 13 °, que así se vengaba con creces de las ofensas que
pudo hacerle en otro tiempo el malhadado gramático de Alcalá.
Sus títulos, caracteres y noticias que aportan son los siguientes:
101. In Petrum a Torre, Scazon 140.—Sesenta y seis se-
narios yámbicos. En esta larga composición, que presenta bas-
tantes analogías con las. citadas sátiras de Lope, lo cual pudiera,
acaso, delatar la intervención mutua de los autores, se presenta
al Fénix radiante y poeta vencedor e invulnerable, frente a To-

135 Fol. 34 (num.), rev.


136 Fol. 34 (num.), rev.
137 Véase el capítulo O í . ' ' • !
138 Notas a la traducción de la Historia de la Literatura Española de
Ticknor (tomo II, pág. 560.)
139 Aparte de ir anónimos en el libro de que era principal autor en
el ejemplar B del mismo, que vengo utilizando, aparece una nota manus-
crita coetánea de él, en el margen del folio 35 (num.), rev., donde se indica
ser el autor de las composiciones allí insertas como anónimas don Francisco
López de Aguilar: "Huiusque don Fran¡ciscus¡ Lopuis Aquita.ri'us", dice
junto al título de la primera.
140 Fol. 35 (num.), rev. Scazon, significa cojo, y se refiere al verso
yámbico o escazonte. Equivale a quebrado en castellano, aplicado a los
versos.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 215

rres Rámila, oprobio de la humanidad, solamente útil para em-


puñar las disciplinas, propias del dómine. . -
lál
102. Exilium Torresii .—Diez dísticos, en. los cuales se
retlata cómo la reina de las aves, por antonomasia el Águila, o sea
López de Aguilar, reunió un consejo para doblegar la vacía ca-
beza del Buho (acaso Suárez de Figueroa), ensoberbecido so-
bre una alta torre (alusión, sin duda, a Rámila, que le_ servía de
pedestal en sus designios contra Lope). Sobreviene la guerra, y
un Gavilán (un partidario del Fénix que taíl vez fitera Simón
Chauvel o Tamayo de Vargas, que tomaron parte activa, con
López de Aguilar, en la ExposUdatió) le vence y le obliga a per-
manecer desterrado para siempre en la oscuridad. Como puede
verse por el argumento, se trata de una fábula, elegantemente
versificada, muy clásica y excepcional entre los demás poemas
que1 la acompañan.
103. Torres calwnniarum Turris Dirae t42.-—Seis estrofas
alcaicas dedicadas a vituperar el orgullo y la soberbia de Torres
Rámila, que quiso en vano competir con Lope de Vega.
104. In id, quod utatur Nomine suppodtitio Ruitani 143.—
Tres dísticos burlándose del anagrama con que publicó la Spon-
gia y diciendo que por su. confusión de ideas es Torre de Babel.
105. Alhid in nomen Hypobolimaenm 144.—Un dístico so-
bre lo mismo que el anterior.
106. In Ramilan Virulenlum Nebulunem, fetidwm atque
ineptissimum Grammatistam, Lo piáis Vegae Carpii Indigna--
tío 145.—Por este encabezamiento puede suponerse el tono de
la composición, donde en diez dísticos se le injuria por su os-
cura ascendencia, se le llama deshonor de España, y se le acusa
de mostrarse humilde con el poderoso y fuerte con el débil, anun-
ciándole su completa derrota.
107. In eimdem 14°.—Un dístico deseando que alcance To-^'
rres Rámila aquello que merece: el azote y la cruz.
108. In eundem soloecismorum colluuiem eructántem lél,—
Dos dísticos, según los cuales Torres Rámila., aun quitándose el

141 Fol. 37 (nura.), anv.


14 2 Fol. 37 (nutn.), rev.
143 Fol. 38 (num,), anv.
144 Fol. 38 (num.), anv.
145 Fol. 38 (num.), rev.
146 Fol. 3gf (num.), anv.
147 Fol. 39 (num.), anv.
2l6 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

nombre, siempre sería hijo de sastre, y al coser tan nial los


vestidos latinos no puede negar su linaje paterno.
109. In eundem de eodem 14S.—Veinticuatro dísticos, donde
muy groseramente se trata a Torres Rámila de rana murtmira-
dora y de repugnante, estuprador, chismoso, capaz sólo de en-
señar solecismos.
110. In eundem, de stribüinginibiis Parisiis abtersis & pagellís
emendatiuis ibidem excussis 149.-—Siete dísticos. Se dice en ellos
que los escritos de Torres Rámila, por sus solecismos disgustan
a los sabios literatos. Primeramente envió más allá de los Piri-
neos unas cartas violentas, que los franceses lanzaron al rio Sena,
donde se purificaron, y más elegantes, en virtud de las aguas
aquellas, fueron devueltas a su dueño 150. Así hubiera podido
engañar a todos; pero las prensas y los trabajos franceses no
sirven a un cualquiera.
n i . In eiasdem procacitatem 151.—Ocho dísticos implaca-
bles, según los cuales Torres Rámila no poseía más que envidia,
soberbia, ignorancia y malos pensamientos; su semblante recor-
daba el de un mono; su cuerpo enano y su aspecto negro como
el hollín, tan> negro que en Etiopía no se hallara uno igual. En
fin, jamás ninguna pluma podría embellecerle.
112. In eundem Sartoris pateraúi referentem moribus
1C2
opificium .—¡Nueve dísticos dedicados a señalar ingeniosa-
mente las analogías de Torres Ramilla y la aguja empleada por
su padre en el oficio: la aguja pincha en la tela y la lengua de
Rámila en las personas; aquélla cose vestidos, éste palabras lati-
nas! la aguja hiere al ignorante que la maneja, y Torres, como
el tordo, arroja desgracias sobre sí mismo; el autor de la Spon-
gia es más duro aún que el acero de la aguja, y si ésta es peque-
ña, aquél también. Finalmente, la picadura de ambos, con ser
insignificante, es muy molesta.
113. In Turrianum Vegete allatrantem 153 .—Epigrama en
dos dísticos diciendo a Torres Rámila que sus ladridos son inúti-
les contra Lope, pues no se excita por ellos.
148 Fol. 39 (num), anv.
149 Fol. 39 (num.), rev.
150 "Hinc ut Sequanicis excussas abhiit vndis Gallus" ... (Fol. 39
(num.), rev.)
151 Fol. 40 (num.), anv.
152 Fol. 40 (num.), rev.
153 Fol. 41 (num.), anv.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 21J

114. In id, quod Arcadiam invadat 15i.<—Un distico. Torres


hacía mal en acometer La Arcadia, porque como era un borri-
quillo, aquélla era su patria.
115. Aliud in idem.—Otro dístico. Se reía Torres Ranilla
de La Arcadia, como el asno acostumbra delante de la cítara.
116. Ad Liidimagistrum 15G.—Dos dísticos. Los mucha-
chos llaman a Torres Rámila maestro de juego; pero como
ofende a todos, mejor sería maestro de la ofensa 150.
117. Ad Epopeiam 157.—Un dístico, en que se juega, mal-
intencionadamente, con las palabras epopcia y cacapeia (de
Kazoc, malo, y üoistv, hacer = hacer daño), aplicado a lo es-
crito por Torres Rámila.
118. In id, quo comoedias Lupi explodat 1B8.—Tres dís-
ticos. Desaprobaba Torres Rámila las comedias de Lope por-
que en ellas sólo podía hacer el papel de bufón (gracioso).
119. De Lupi de Vega) Carpió Invidulum cárpante carpió-
rem 1B9.—'Seis dísticos sobre la tan gastada cuestión de la mur-
muración de Torres Ramilla y la invulnerabilidad de Lope.;
120. Ramilae tumidi ai que infclicis Gramaticuli. Tú-
160
midas .—Un grotesco epitafio de ocho dísticos, dedicado a
Torres Rámila, diciendo que, en realidad, aun viviendo, fué pol-
vo y nada. Como gramático, era hijo del solecismo, y juzgando
que nadie podía ser igual a él, acertó en ello, pues no pudo
hallarse ninguno tan holgazán, envidioso y mal pensado, que tu-
viera tanto veneno en el corazón y tanto orgullo como él en su
diminuto cuerpo. Pero todo acabó y quien atacó a los buenos
ahora sufrirá eternamente la misma molestia en las tinieblas.
121. Empero lo más interesante de la Expostnlatio Spon-
giae es un curiosísimo relato que se sigue a ella titulado Onei-
repaegnion, sive jocas (sueño jocoso, o juego) 101, y escrito por
154 Fol. 41 (num.), anv.
155 Fol. 41 (num.), anv.
156 "An non sic melius laedimagister eris?" (Fol. 41 (num.), anv.) Es
muy posible que, a pesar de la traducción latina, se diese aquí a la palabra
ofensa (laediis-i) el sentido obsceno que era común en la época. (Véase El Bus-
can, da Quevedo, Ed. Castro, pág. 229, nota 1.)
157 Fol. 41 (num.), anv.
158 Fol. 41 (núm.), rev.
159 Fol. 41 (num.), rev.
160 Fol. 42 (num.), anv.
161 Ya lo traducía así Pellicer (Vida de Cervantes, pág. 75), pues pro-
viene de Ovítpo<; y Ilfflifv'.o v como ha hecho observar el señor Alonso Cor-
2l8 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

el Julio Columbario indefinible, que en este caso parece que que-


dó reducido solamente a clon Francisco López de Aguilar. Lleva
dedicatoria de su autor a clon Sebastián de Mendoza, conde de
Corana, que por cierto en esta fecha de 1618 era quizá condis-
cípulo de Torres Rámila, si no alumno suyo, en la Universi-
dad de Alcalá 1C2.
122. Columbario se disculpa de ofrecerle una cosa tan
festiva, ya que le distraerá die las ocupaciones serias. Como
el Conde, según el autor del Oneiropaegnion, era hombre que
gustosamente se acomodaba a todo, no podría por menos de de-

tés {Vida y obras de Su ares do Figucroa, traducción, pág. 77, nota); pero
La Barrera {Ob. cit., pág. 306) creía, erróneamente, que significaba "la zu-
rra o la paliza del asno", lo cual, en realidad, no se compasaba mal con el
asunto.
162 Lo prueba el siguiente asiento de matrícula que he descubierto:
"d. Sebastián de Mendoca, Conde de Coruña."
{Archivo Histórico Nacional. Matriculas de la Universidad de Alcalá.
Cánones. 8 de enero de 1618.)
Don Sebastián Suárez de Mendoza, VII Conde de Coruña, Vizconde de
Torija y Grande de España, era hijo de don Bernardino Suárez de Men-
doza, V Conde de Coruña, Comendador del Bastimento de Castilla de la
orden de Santiago y Grande de España, y de su mujer doña Mariana de
Bazán, hija de don Alvaro de Bazán, Marqués de Santa Cruz. El sexto
Conde de Coruña lo fué don Lorenzo Suárez de Mendoza, hermano de don
Sebastián, que murió sin sucesión, en o de febrero de 1616. A don Sebastián,
que murió también sin hijos, en 1646, le sucedió su hermana doña Juana
. de Mendoza, octava condesa de Coruña y de Paredes, vizcondesa de Torija
y grande de España, que casó con don Pedro de la Cueva, primer marqués
de Flores Dávila. (Véase Gutiérrez Coronel, Diego: Historia genealógica de
la casa de Mendosa, tres tomos en folio, manuscritos en el Archivo Históri-
co Nacional, Osuna, Leg. 3408, tomo III, fol. 62 vto.)
Un soneto que hizo al toro que mató Felipe IV en la Priora, inserto, con
los restantes al mismo asunto, en el Anfiteatro de Felipe el Grande, de Pe-
llicer, es la única muestra conocida, según parece, de las dotes literarias del
Conde de Coruña. No obstante, Lope de Vega tuvo para él una mención no-
table en el Laurel de Apolo {Ed. cit., pág. 208, silva V I ) :

"Pues ¿qué no te asegura


La erudición, la gracia y la dulzura
Del Conde de Coruña, en quien hallaras
Letras ocultas y virtudes claras?
Que los ríos famosos
Van más callados cuanto más copiosos."

Y en una carta al Duque de Sessa, escrita hacia 1628, da el Féniv la


noticia de que por entonces estuvo en peligro la vida del Conde de Corti-
na en una capea a que asistió. (La Barrera, Ob. cit., pág. 644.)

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LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 219

leitarse can ello, "porque una ridiculísima escena habrá sido su


principal argumento loa . Se fecha, como la dedicatoria de la Ex-
postulatio al 'Duque de Sessa, ya citada, en 4 de junio- de 1618.
123. El argumento del Oneiropaegnion, escrito en latín con
iustiperable maestría y gracia inimitable, lo resume La Barre-
ra 164, con arte, de esta forma:
124. "Fingese el autor, en alas de su literario ensueño,
trasladado a las célebres gradas de San Felipe el Real, de Ma-
drid... Desde allí, observando que multitud de gentes entraban
en una espaciosa y surtida tienda de libros, enfrente situada, di-
rígese a ella 1C5 y penetrando en su recinto hállase entre una

x
<>3 "Quae eo maiorem tibi voluptatem afferet, quod ridiculus admo-
dum mimus praecipuum ehis argumentan fuerit." (Fol. 43 (nuni.), rev.)
164 Ob. cit., ipágs. 307-310. En caso necesario he suprimido algún pasa-
je de La Barrera, que daría lugar a inútiles repeticiones, por referirse a
temas ya estudiados en otro lugar de este trabajo. Asimismo hago en
nota las correcciones y aclaraciones precisas al ameno relato del citado eru-
dito, sin perjuicio de ampliarlo a continuación.
165 La Barrera cree que "puede referirse a la de Miguel Martínez,
editor que fué en el año de 1618 de la Segunda fiarte de comedias de Lope",
pero después de los nuevos datos que he hallado, ya no cabe dudar que se
refiere a la librería de Jerónimo de Curbes, francés avecindado en Madrid
e íntimo amigo de Cristóbal Suárez de Figueroa, la cual estaba situada
también enfrente de las famosas gradas de San Felipe. (Véase el capítu-
lo VI, núm. 109.) Debió de tomar parte activa el aludido librero' Curbes en
muchos de los asuntos del autor de El Pasagcro, y acaso no fuera tampoco
ajeno a la impresión de la Spongia y sugiriera la idea de imprimirla o fin-
gir imprimirla en Francia (véase el capítulo II, número 24), donde él ten-
dría familia o relaciones comerciales, que debió de perder más adelante, pues
por una carta de fray Juan Ponce de León, religioso del convento de la Vic-
toria, escrita en 17 de agosto de 1631, se sabe que no tenía crédito seguro
ni correspondencia fuera de España. (Véase Paz y Melia, Catálogo abre-
viado de papeles de Inquisición. Madrid, 1914, página 284.) Y esto último
no parecía arredrar a don Esteban Manuel de Villegas, que precisamente en
2 y 30 de marzo de 1618 sostenía negocios de venta de libros con él. (Cfr. Pé-
rez Pastor: Bibliografía madrileña, .III, 517), demostrando esto claramente
dónde se reunían y comunicaban, sin duda, los enemigos de Lope.
Es muy posible que fuera hermano de Jerónimo de Curbes un grabador,
también francés y vecino de Madrid, llamado Juan de Curbes, coetáneo del
librero, que grabó en 1626 la portada de la Historia de Cuenca-, de Rizo,
y nueve retratos de caballeros de la casa de Mendoza, allí insertos; en 1630
el retrato de Lope, del Laurel de Apolo, y en 1633 el de Góngora. (Véase en
Bermúdez: Diccionario histórico de los más 'célebres profesores de Bellas
Artes en España, Madrid, 1800, tomo 1.°)
A los grabados de Curbes citados por Ceán deben añadirse la portada de
la Relación de las Fiestas de la carnización de San Isidro, por Lope de
220 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

turba de silenciosos y meditabundos doctores 10G. Uno de ellos,


a cuyo lado tomó asiento, satisface su curiosidad. "Asederam
forte calvo cuidam, tubero si admodum vulhis, quem lacinia ves-
tís tractum, et in secretionem locum abductmn, submissa voce...
de silentii causa intcrrogavi." Este calvo del abultado rostro
era... nada menos que el insigne doctor Cristóbal Suárez de Fi-
gueroa... 107. El del Onciropaegnion le presenta confesando pa-
ladinamente su criticomanía, y que por ella había recibido el
nombre de Satyrion l o s , y pone en su boca un curioso relato (si

Vega, Madrid, 1622, el escudo que va al frente deLa Cintia de Aranjucs, de


Gabriel de Corral, impresa en Madrid por Alonso Pérez en 1629, y la portada
de la obra De Robus Hispanic (Alcalá, 1633), del maestro Alfonso Sánchez.
166 Fols. 44 (num), anv. y rev.; 45 (id.), y 46 (id.), anv. Con este
motivo inserta Columbario unos elegantes versos en elogio del sueño, y
hace una viva descripción del famoso Mentidero de San Felipe. (Folio 45
(num.), anv.)
167 Lo indica así una nota manuscrita al margen del folio 46 (num.),
reverso, del ejemplar B, según ya indicó La Barrera cuando era su poseedor.
Ahora, después de conocida la intervención de Suárez de Figueroa en la
lucha de Lope y Torres Rámila, la identificación es evidente. La aludida
nota dice: "loquitur Saturio* (sic) qui et (sic, por cst) figueroa." Del sobre-
nombre de Saturio, mejor dicho, Satyrion, trata la nota 168.
168 "Ita notum est (inquit) per omnes Hispaniae et Italiae partes
Satyrionis nomen" (Fol. 49 (num.), rev). Y se explica más adelante por
qué recibió este nombre, a causa de su maledicencia. "Primum quidem Are-
sius (*) ab ómnibus simpliciter vocabar, cum illud nomen niecum adoleuis-
set, sed labentibus sensim rebus, ut ad scribendas satyras animum inclina-
ui, & plerisque Principibus magnorum capitum detrimento risum satyrice con-
ciliaui; ita promptissimis cuiusque suffragiis ad SATYRIONIS nomen euectus
sum." (ídem.) Además se afirma que como no hizo más que traducir li-
bros, al menos si perdiera el nombre de SATYRION le quedaría el de traduc-
tor, como pensaba en Italia y en España, pues trasladó los libros escritos
en el idioma de aquel país al castellano: "ut inte vitae meae curriendo in
nullum aliud studiorum genus íncubuerim, quam vel in príuatorum mores,
vel in códices t r a d u c i d o s . Ex quo, si non mihi SATYRIONISJ traductoris certe,
quod idem esse existimo nomen remansisset. Nam Italia, cuius tantam libro-
rum farraginem, Hispana dictione donaui, mihi saltem in tanti laboris prae-
mium hunc titulum indulsisset si statuis, & monumentis indignum laboris
mei beneficium reputasset." (ídem.) Y, finalmente, decía llorando todo esto,
porque a unos por haberles satirizado y a otros por ensalzarles demasiado,
ya por odio, ya por ogullo les tenía como enemigos, y en cuanto a su rela-
ción con Torres Rámila afirma claramente que le sustituyó en agredir a Lope:

(*) Arcsius lo explica La Barrera como derivación de Suaresiits (de


Suárez) (Ob. cit., pág. 307, nota 2). Pero los pasajes y la nota manuscrita re-
producidos (véase la nota 167) demuestran sin más que Satyri-on, Arcsius y
Suárez de Figueroa eran una misma persona.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 221

bien ignoramos hasta qué punto exacto) de los sucesos de Rui-


tano, o sea Pedro de Torres Rámila. Cuenta de él que, desaira-
do por la Universidad de Alcalá, renunciando al magisterio de la-
tinidad que allí desempeñaba, había venido a la corte con inten-
ción de hacerse lugar en Palacio y de captarse la benevolencia
de magnates y príncipes, haciendo papel de nuevo Tarquino 10 °.
Al efecto, añade, viendo que Lope de Vega, como sol radiante,
a todos los demás luminares celestes eclipsaba, para obscurecer-
le escribió la Spongia, exprimiendo en ella todo su veneno y el
de los enemigos y émulos de tan famoso Ingenio. Que divul-
gado el libelo, halló entre la varia multitud de los áulicos quienes
le patrocinasen y aplaudiesen. Y, en fin, que para su resguardo
y apoyo, y para compartir la responsabilidad de sus calumnias y
acusaciones, había cuidado de asociarse dos fieles amigos y co-
laboradores llamados Philocalo y Curio 17 °. Al llegar la rela-

"Adde, quod emersus nuper a scholis Complutensibus Ruitanus is de quo


percontabaris, mihi hoc prouinciae onus eripuit ea lingua liunc seculi nostri
Phoenicem aggrediens." (Fol, 50 (num.), rev.)
169 Fol. 51 (num.), anv. Me parece más clara y verosímil esta explica-
ción del viaje de Torres Rámila a Madrid, dejando la cátedra de Alcalá, que
otras indicadas vagamente. Lo del destierro del autor de la Spongiae decre-
tado por la Universidad a que se alude en otro lugar (véase el núm. 18 de este
capítulo), y más adelante no tiene visos de probabilidad, pues ya se ve que
Torres Rámila siguió cursando sin interrupción sus estudios desde 1612 a 1613
(véase el capítulo I, núm. 25), años en que debía haber sucedido lo dicho,
y no hay dato alguno de ello. En cambio, es muy probable que tuviera afán
de conseguir el favor de algún procer, como tantos otros, para mejorar de
situación económica.
170 Ni el ejemplar B indica en nota manuscrita —como en otros casos—
quiénes fueran estos personajes, ni el antiguo poseedor del libro logró averi-
guarlo : "Nada parecen revelar sus fingidos nombres —dice La Barrera—',
uno y otro se encuentran en los diccionarios: Philocalo se traduce por su eti-
mología, amor bueno, honesto. Curio-onis tuvo varios significados: el prefecto
de la curia, el que trasmitía al pueblo la respuesta del Príncipe, el sacerdo-
te del templo de cada curia, el actor que recitaba el prólogo, el pregonero;
equivalía también a curioso, Agnus curio = cordero muy flaco." (Ob. cit., pá-
gina 308, nota 1.)
Sin embargo, en el mismo texto de la ExposUilatio se explica la razón del
nombro Curio: "Credo sic dictus, quod seum antiquam Coriorum gravitatem
natura efformaverit" (Fol. 51 (num.), rev.), y es raro que no lo tuviera en
cuenta La Barrera, según se ha visto. Es casi seguro que este hombre, gra,ve
como los Curios, fuera Manuel Ponce, que podía muy bien merecer este cali-
ficativo. Filocalo, aparte la equivalencia que le señaló La Barrera, con arre-
glo al valor semántico que se le da en el latín eclesiástico, podría significar
también "el que ama la elegancia", y en este caso es indudable la alusión JL
Mártir Rizo, que se preciaba de ello en sus críticas.
222 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PENA

cióh (que abreviamos) poco mas allá de este punto, óyese un


confuso rumor de voces y cánticos, entre los cuales s<e percibía
el de ciertos versos de Petronio. Penetra la turba en la librería;
el cicerone Figueroa, señalando a los recién venidos, muestra
al joven soñador los que a su frente venían, "los nuevos triunvi-
ros de la república literaria, Ruitano, Philacalo y Curio", y se-
guidamente se despide de él con grande atención y cortesía.
Mézclase entonces el joven Columbario entre la concurrencia
para observar de cerca al libelista y cofrades que pintan en los
siguientes párrafos: "Erat emim Kuitanus paludo milttt, lurido
exanqui, oculis ita leventibus ut reus aut sordidatus videretur.
Promissum ad talos antiguo tibicmum ritu syrma circa corpus
aptaverat, eo forte consilio ut suavior Ule cortex interioran me-
duliam polliceretur. Philocalus autem, tam lepide, ut decantata
Politiani Lamía, emissitis oculis nares instruxerat, ut pene
discusso stupore, in effusissimos risus solutus in. Peneveat ex
ipsius eolio, bullae instar tabella quaedam argéntea, in qua in-
cissupi legebatur ACERRIMUS MUSARUM PROPUGNATOR. Credo ut
ab aliis hac quasi tessera distinguere tur. Denique in Curio, tam-
frequentem agitati capitis motum natavi, ut in eo secretam Mercu-
ri vim latere crederem 1T1. Restablecido en la reunión el si-
lencio, toma la palabra el ex dómine Ránula, pronunciando con
rugiente voz un) estudiado discurso, cuyo imperfecto y débil
eco parece sonar así: "Venimos, amados contertulios, a pasar
en este agradable sitio, privilegiado lugar de las fábulas 172, con

171 Fol. 52 (num.), rev. Nótese la semejanza de este retrato con los ras-
gos fisonómicos de Torres Ránula que se dan en las sátiras. (Véase el capítu-
lo III, núm. 26.)
172 "In dulcissimura fabularum locum." (Fol. 53 (num.), anv.) Dice La
Barrera: "¿Se aludirá en esta frase a lo mucho que se mentiría en la tienda
del bibliófilo o a la circunstancia de hallarse situada enfrente del Mentidero
de San Felipe, o tal vez a ciertas especies de género que en ella se guardaba
y expendía?" (Ob. cit,} pág. 308, nota 2.)
Sin excluir el sentido recto de la frase indicado en esta observación final
de La Barrera —fábula, ampliamente, puede significar obra literaria—, me
inclino más, desde luego, a la interpretación primera. Hay un curioso pasaje
del propio Suárez de Figueroa en que alude claramente a la costumbre de con-
versar autores y libreros —tan corriente entonces como ahora—, lo cual trae-
ría como, consecuencia la formación de tertulias en las librerías, donde se co-
mentarían más o menos hiperbólicamente los sucesos literarios. Helo aquí:
"Puédese, pues, decir ser la profesión de los libreros por extremo noble,
respecto de estar siempre en compañía cíe personas virtuosas y doctas, como
teólogos, legistas, Médicos, Matemáticos, Humanistas y otros muchos cientí-
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 223

el sabroso entretenimiento de la conversación, las horas del es-


tival calor, y a excitar la sed con estas entradas de vianda li-
teraria, para los tragos vespertinos. ¡Pobre y miserable de ti,
Universidad Complutense, que, tan cruel, decretaste mi destie-
rro, y con el mío el de las musas todas! ¡ Ya llorarás arrepen-
tida; ya sentirán y deplorarán mi ausencia las bibliotecas^ los
ateneos, los doctos y eruditos de esa ciudad insigne! Pero no
se dirá, ciertamente, que de Scyla he venido a dar en Caribdis,
sino al sacro lugar de los estudios, donde multitud de ingenios
admiran el sutil mío, y los más poderosos rae rodean y hala-
gan, me aplauden y recomiendan. Sin embargo-, como nunca
faltan envidiosos, sé que muchos, mal presumidos de erudición
y ciencia, procuran mi difamación y descrédito. Poco temibles
son para mí sus débiles esfuerzos, pues no habrá uno solo de
ellos a quien, si me place, no obligue con mis versos a adoptar
el último y desesperado consuelo de ahorcarse. A muchos de
ellos he logrado ya poner de suerte que con dificultad hallarán
lugar entre los más mediocres eruditos. Poco fuera sólo el ha-
ber hecho mal coro y conifundido con mis epigramas a Xiro-
phoncio Thalasio, el que pretendió, bien a su costa, entretener-
nos con sus pueriles enigmas, después de haber sacado a luz
sus necios delirios médicos 173. No obstante, juro por Dios vivo
que hubiera dejado en paz a Egon, con el alma agobiada bajo
el peso de sus libros, si últimamente no nos hubiere revuelto con

íicos, con cuya conversación se vuelven más agudos, inteligentes y pláticos,


no sólo del arte, sino de las cosas de todo el mundo." (Plaza Universal fo-
lio 365.)
173 "Parum esset si Xyrophontio Thalassio, Actio tantuin occinissem
nisi & diuersis epigrammatis Sphalmatium exiploxisein qui nuper non feli-
ciora successu nobis pueriles Gryphos enodandos proposuit quarrt prius stul-
tissima medicine delizia vulgauerat.". (Fol. 5) (nuin), rev.)
"Alude, según la nota manuscrita marginal de mi ejemplar (*) (y aun sin
ella pudiera inferirse), al dootor Cristóbal Pérez de Herrera, médico de Cá-
mara del Rey y del reino, protomédico de las galeras de España (de aquí Thala-
sio el marino), que en Madrid, aquel mismo año de 161Í8, había publicado sus
Proverbios morales y consejos christianos... Enigmas filosóficos, naturales y
morales, con sus comentos.., (con otros opúsculos al fin), y antes su Compen-
dinm totis medicinae... (Anno 1614, Matriti), a cuyos dos libros hace refe-
rencia el crítico. No mereció elogio alguno de Lope, aunque sí de otros señalá-

i s Se trata del ejemplar B, como es natural. La nota está en el fol. 53


(num.), rev., y dice simplemente "doctor Pérez de Herrera", a la altura de
donde dice Xirophontio Thalasio en el texto.

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224 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA
t

la Historia de España tantas y tan grandes mentiras 17i. Un


Lobo (Lupus) 175 resta solamente a quien no he podido intimi-
dar con mis ladridos, que parece, como otro Aquiles, invulnera-
ble a los dardos más aguzados y más furiosos golpes. A pesar
de ello, echando el resto a las artes de mi refinada malicia, ilu-
minado por un rayo de maligna esperanza, he sacado del abun-
doso y prevenido repuesto de mi negra envidia la Spongia, cuyos
mefíticos y pestilentes vapores corromperán la fragancia de
sus escritos ¡Hola, pues, Curio! ¡Hola, Philocalo!"
125 "Date carminata socco,
Date dicta sub cothurno,
Date quid quid et poetae
Vario strepunt in actu."

126. Al llegar a este punto el orador y hacer ademán de


sacar del seno su libro, nuestro soñador Columbario se le acer-
ca, no pudiendo ya reprimir su indignación, le apostrofa du-
ramente, le abofetea y arroja en tierra. Sujetan al vengador de
Lope los satélites y parciales de Ruitano; acuden a las voces y
desaforado rumor alguaciles y corchetes; llegan Prisciano y Or-

dos ingenios." (La Barrera, Ob. cit., pág. 309", nota 1.) Pérez de Herrera fué
además médico de Colegio de Lérida, y a su influencia se debe la fundación
del Hospital General de Madrid. Sus obras pueden verse en la Historia de la
lengua y literatura castellana, de Cejador (tomo III, pág. 338).
174 "At Aegonem medius fidius sub librorum mole aegre spiritum ducen-
tem reliquissem nisi tot nobis in historia Hispánica mendacia nuper proti-
sisset." (Fol. 53 (num.), rev.)
Al margen del ejemplar B y junto a la linea donde se cita a Egon —que
se* subraya con tinta— dice "Ludovicus Cabrera", manuscrito como las demás
notas, y La Barrera, tomándolo como bueno, nada opuso a esta identifica-
ción (Ob. cit., pág. 309, nota 2.) Sin embargo, sospecho que el anónimo ano-
tador se equivocó esta vez, lo cual nada aiene de extraño tratándose de acla-
raciones fundadas en rumores más o menos verídicos. Creo que a quien se
alude no es a Luis Cabrera de Córdoba, que jamás escribió una Historia de
España, sino al padre Juan de Mariana, cuya obra de este título es harto
conocida. Precisamente en 1617 se imprimía en Madrid, por la viuda de Alon-
so Martín y a costa de Alonso Pérez, la edición más completa de las hechas en
vida del autor, de la traducción castellana. (Véase Pérez Pasitor: Bibliografía
•madrileña, II, 411.) Siendo así, se explica que el padre Mariana atacara tan
violentamente a Torres Rámila en un epigrama a que ya he aludido. (Véase el
capítulo II, núm. 56.) Además, tal vez esto contribuiría a exaltar más a Ta-
mayo de Vargas contra la Spongia, pues ya se sabe con cuánto calor defen-
dió la Historia de España del insigne jesuíta contra sus detractores. (Véase
ei capítulo III, nota 2.)
• 75 Lope de Vega, según es fácil de comprender.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 225

bilio, que saliendo a la sazón libres de la cárcel, en que les


sumieran las calumnias de Rámila, venían a tomarse por sí la
venganza 1TG. Entre todos sacan al libelista a la calle y azótanle
sin piedad. Agólpase inmenso gentío a presenciar el vapuleo;
aparece Lope entre la concurrencia y reconocido por Columbario,
mientras Philocalo y Curio, al verle, desaparecen, pronuncia, su-
plicando antes que se suspenda el castigo de su ofensor, un dis-
curso en vindicación propia, contestado por la multitud con
-^entusiásticos aplausos. Pídense diferentes penas, a grito herido,
para castigo del culpable: unos proponen la escarpia, otros la
cruz, cuál el potro; cuál, soñando con el romano Tíber, demanda
Jas escalas Gemonias. Por fin, un miembro del senado literario,
que estaba presente, impuesto silencio a la muchedumbre, pro-
nuncia la siguiente sentencia 1 7 r : uQnando quidem tu, Ruitane
.contra Reipublicae literariae leges nostrae Hispaniae Phoeni-
-.cem convitiis ausus es appetere, et Spongiae tuae calumniis
ipsius nomen infamare, cumque in id pericnlam Rempublicam lit-
.terariam adduxeris, ut ipsius quotidie leges impune a novitiis
quibusdam criiicis violentur: te potius plectendum esse cefisui-
mus, qiiam ut tantum Respublica detrimentum capiat. Triste
exemplum, sed in poslerum salubre calumniatoribus erimus. I liv-
tor, colliga mamis caput obnubilo, infelice arbori susp'endito."
127. Pero no hizo constar La Barrera en el relato reprodu-
cido, que refleja muy exactamente el contenido del Oneiropmg-
nion, dos alusiones importantes y de interés para nuestro tra-
bajo. La primera se refiere a la famosa crítica del discurso de
Jos cálculos de González de Salas hecha por Manuel Ponce 1TS,

176 Nada dice La Barrera acerca de quiénes fueran Prisciano y Orbilio.


Este era el nombre de cierto gramático latino de Benevento, maestro de Ho-
racio. Prisciano se llamó otro gramático cesariense del tiempo de Justiniano,
y Teodoro Prisciano un médico de la época de los emperadores Graciano y
Valentiniano. Más creo que se refiera al primero de éstos que a Teodoro el
médico. Se trata, sin duda, de dos gramáticos a quienes Torres Rámila de-
bió de atacar, y cuya identificación hoy es imposible, ya que en el ejem-
plar B faltan al tratar de ellos las acostumbradas notas marginales. Acaso se
trate de dos profesores de la Universidad de Alcalá que fueran compañeros
suyos y hoy se han olvidado enteramente.
177 Fol. 60 (num.), rev,
178 "qui tanquam in qurmtita'.um ratione quid quam noscet, Sydcra, pro-
-ducta penúltima, pronuntiandum esse praefacte contendit?" (Fol. 47 (num.),
anverso.) Al margen y a la altura de este párrafo manuscrito : "Ac Manuel
IPonce."

15
226 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

y la segunda, si realmente Curio es este personaje, revela cómo


le conoció Torres Rátnila, cuando Ponce celebraba su boda a
fines del mes de mayo del año 1610 179, en Madrid, el autor de
la Spongia, que se preciaba de poeta, le dedicó con dicho moti-
vo unas canciones, dadas a conocer con su nombre 180 y hoy
perdidas.
128. Al final del Oneiropaegnion 1S1 hay otro grabado* sim-
bólico tan punzante como el del principio. Representa un es-
carabajo (Torres Rámila) muerto al pie de un rosal (Lope de
Vega). En la parte superior del grabado la inscripción citada
en latín: "Con su aroma mata", y debajo, fuera del grabado y
también en latín: "Cuando el audaz escarabajo irrumpió en
los huertos de Vega, pereció vencido por el perfume de la fra-
gante rosa." Y después, en una hoja el Colofón de la obra, con-
sistente en tres dísticos defectuosos, dedicados a ridiculizar cruel-
mente el tan manoseado color negro de Torres Rámila, a quien
llama tordo, y recomienda se guarde de ofender a Lope.

179 El año no se indica —véase la nota siguiente—, pero lo calculo te-


niendo en cuenta que en 1622 dice Ponce que conocía a Torres Rámila des-
de doce años antes. (Véase el capítulo VI, núm. 19'.)
180 "in cuius notitiam Ruitatum ferunt deuenisset, quod cum elapso Maij
mense felici admodum (quis credat?) successu in uxoris manum conuenisset,
locata ipsius industria celebérrimas cantiones sub proprio nomine sparserit."
(Fol. 51 (num.), rev.)
181 Fol. 61 -(num.)) anv. Va a continuación de la palabra Finis con que
termina el texto y grabado en madera. (Véase el grabado núm. 10.) Se
nota que es de la misma mano que el del comienzo del libro, y quién sabe si
su autor fué el propio Lope, que cultivara el dibujo, como también cultiva-
ba, la música tocando el violín. (Véase Millé Giménez: Estudios, pág. 187.)
De los demás posibles colaboradores de la Expostulatio tampoco hay datos,,
al parecer, de que se dedicaran al dibujo.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 227

61
fuá ittm fUctt tfinfit futlín.
TJihjr mmina ¿uUixrftprt,
yjmfeitfai^iriftJtrtk'im-Utrertm,
£c turar f armar mtltfisrtr,
\Z»xt4tauM-iIlfiiftm¿mit4Í¡HÍii
W*x mtrinUtttt efl- aa'tcatevtúm,
O ¿ulci rt«Htttftf«re mixttu,
F IK r S.

^tt£tx ¿úrn. Urgí irrvmfit Stviraítut tn htrttl


fr*¡rtnthftr¡jt yiftundtrt Rifa.
10. Emblema de la "Expostitlatio Spongiae." 1618.

129. Por último, concluye el complejísimo libelo de defen-


sa del Fénix con un Appendix ad Expostulationem Spon-
ls2 183
giae , escrito por el maestro Alfonso Sánchez , donde se de-

183 Fols. X X V (s. n.), a n v , al X X X I I (s. n.), rev.


183 En sus notas al Laurel de Apolo, de Lope de Vega (Ed. cit., pá-
gina 537), identificó don Cayetano Rosell a este defensor-de Lope con el ce-
lebre "Alfonso Sánchez de la Ballesta" (seudónimo del p a d r e F r ó m i s t a de
San A g u s t í n ) ; pero con recordar que tan ilustre latinista no vivía ya en esta
fecha:, se comprende lo erróneo de semejante suposición, seguida por Fitz
Maurice-Kelly (Ob. y lug. cits.) y Cejador (Historia de la lengua y literatura
castellana, tomo IV, pág. 72), a pesar de que L a Barrera aclaró quién era
(Ob. cit., pág. 311).
Se trata, por tanto, del maestro Alfonso Sánchez de Moratalla, así llamado
por ser natural de esta población murciana. Portilla dice acerca de é l : " E l
maestro Alonso Sánchez, escritor del áureo An-acephaleosisj que sólo anda
impreso el de la historia de España, pero de Indias hay otro manuscrito, que
guarda nuestro Archivo, con otra obra, que es la Historia de H e r n á n Mén-
dez Pinto, que t r a d u x o en latín, y fué también catedrático de la lengua
santa [hebreo], y en la Latina tan diestro como lo muestra su libro. Equivocó-
lo nuestro Alegato con e! doctor Alonso Sánchez que éste fué Canónigo y no
Escritor, o, por lo menos, omitió el advertir que tenía grado de Doctor, como
consta en aquellos dos libros manuscritos, pero en el impreso se llama maes-
tro, cuyo grado era por esta Universidad." (Historia de Comphtio, tomo I,
pág. 207.) Y al hablar de los Colegios de Alcalá a ñ a d e : " E l Trilingüe o T r i -
228 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

tiende el teatro de Lope sosteniendo con gran erudición y ex-


quisito gusto que el Fénix no había de someterse a reglas nin-
gunas, pues creaba arte nuevo y aun era él mismo un arte vivo.
130. Rebosante este luminoso estudio —que de nada sir-
ve al presente trabajo— de interesantísimas opiniones acerca
de la preceptiva literaria del tiempo de Lope de Vega, fué tra-
ducido y publicado parcialmente, con oportunas observaciones,
por el maestro Menéndez y Pelayo 184 ; y constituye, sin duda al-
guna, uno de los documentos de crítica estética más importan-
tes para conocer la significación y el valor del Fénix de los In-
genios en la literatura del siglo de oro.
131. Pero mientras se preparaba Lope a dar respuesta más

corde: Maestro y Doctor Alfonso Sánchez, nuestro Racionero [de la Santa


Iglesia Magistral de los Santos Justo y Pastor], regentó la Cáthedra de He-
breo y la de Griego, acreditándole extremadamente en el idioma latino sus
tres libros de Historia, uno impreso y dos manuscritos." (Id., tomo II, pá-
gina 84.) Nicolás Antonio dice que además era muy docto en lengua caldea,
e indica todas sus obras. (Véase la Bibliotheca Hispana Nova, tomo I, pá-
gina 47.)
Los versos que le dedicó Lope de Vega en el Laurel de Apolo (Ed. di.,
pág. 201) son éstos:

"En la lengua sagrada


Mira también la musa celebrada
De Alonso Sánchez, cuyo ingenio incluye,
Entre otras ciencias, tal destreza en verso,
Que de David el arpa sustituye,
Sonora por el ámbito universo;
En dorado metal, en mármol terso
Fabrícale coluna en tu ribera,
Que a los siglos refiera
Las alabanzas que mi amor oculta;
Tales, que siendo amor las dificulta."

Y en los Diálogos de apadble entretenimiento (Barcelona, 1606), de Gas-


par Lucas Hidalgo (ed. Bibl. Aut. Esp., tomo XXVI, pág. 2183, dial, i,
capítulo II) se lee lo siguiente:
"GALLOS. Pues el maestro Sánchez dijo el retórico, el griego, el hebreo,
el músico, el médico y el filósofo, el prosista y el humanista.
FABRICIO. (Este maestro, aunque sabía mucho, tenía peregrinas opinio-
nes en todas estas facultades.)
GALLOS. Tiene una cabeza que en todas estas ciencias es como Gine-
bra, en la diversidad de profesiones."
Véanse además los núms. 140 y sigts. de este capítulo.
184 Véase Historia de las ideas estéticas en España (tomo III, pági-
nas 447-451.)

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LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 229

digna y definitiva a la Spongia, otras alusiones suyas seguían


dando continuidad a la guerra. En los años de 1618 a 1620, in-
clusives, vieron la luz las partes Once, Doce, Trece y Catorce
de sus Comedias, y en los prólogos y dedicatorias pueden verse
algunas referencias bien claras.
132. En la parte Diez 185 —que contiene otras importantes
noticias ya indicadas 186— insertó un prólogo donde El Teatro
se dirige al público, como Lope de Vega pudiera hablar a To-
rres Rá-mila:
133. "Por acá ya tú sabes mis trabajos, y a lo que me su-
jetó la influencia de algún planeta desatinado, que no debe de
andar en los Almanaques de los pronósticos por olvidado en
algún rincón celestial entre las lunas viejas que desechan los
meses por otras nuevas, como se usa en el mundo, que nadie
estima lo que pasa sino lo que viene."
134. "pues es mayor error llamar Disdascalo al discípulo,
siendo nombre del maestro, como quien llamase lo negro blanco."
135. "No te fatigues, pues, en quitar el nombre a los inge-
nios que me honran con sus escritos, que como todos los ele-
mentos se corrompen, si no es el fuego, tus palabras serán agua;
tus objeciones, aire; tus pensamientos, tierra, y la fama de mis
claros poetas, un vivo fuego que consuma tu envidia y no la
(sic) consuma el tiempo.'"
136. Y lo mismo en esencia, pero con distintas variaciones
dignas de atención, se repite en el prólogo semejante de la parte
Once 18T :

185 Véase su descripción en el capítulo II, nota 26.


186 Véase el capítulo II, núm. 24.
187 "Onzena | parte de | las comedias de | Lope de Vega Carpió, F:>
j miliar del Santo Oficio. | Dirigidas a Don Bernabé de Viuanco y Ve-
lasco Cauallero del Abito de San- | tiago, de la Cámara de su Magestad. |
Sacadas de sus originales. | Año (¡Emblema del impresor) 1618. | Con pri-
vilegio. I En Madrid, Por la viuda de Alonso Martín de Balboa I A costa de
Alonso Pérez, mercader de libros. | Véndese en la calle de Santiago."
Colofón: "En Madrid. | En casa de la viuda de Alonso | Martin de Bal-
bcja. ] Año M. DC. X V H I . "
Un vol. en 4.° de 6 hojas s. n. de Prel. + 295 fols. de texto -f- 1 hoja
sin numerar.
Contiene: Portada; Licencia del ordinario, Madrid, 4 de febrero de
1618; Suma del privilegio, El Pardo, 24 de febrero de 1618; Lista de las
comedias; Tassa, Madrid, 10 de mayo de 1618; Erratas, Madrid, 6 de mayo
de 1618; Dedicatoria del autor; Prólogo del Teatro a los lectores, "A la me-
230 JOAQUÍN. DE ENTRAMBASAGUAS Y PENA

137. " E n este siglo he visto vivir muchos de fingir cabe-


llos, de teñir barbas, de hacer pantorrillas, de rizar aladares con
moldes, de traducir libros en italiano 18S, de concretar cuchilla-
das, de dar a conocer mujeres, de fingirse bravos, de estudiar
flores y de socorrer necesidades..."
138. "De los que desprecian a los que lo son por favorecer
ignorantes no tengo que decirte más de que van haciendo ac-
tos para graduarse de bestias, y que si supiesen en la opinión
que están darían satisfacción al mundo de su engaño. Estos
días llegó a la tienda de un mercader de libros un hombre, cuya
persona estaba obligada, si no a letras, a buen gusto, y defen-
diendo a un amigo suyo, que ni tenía lo uno ni lo otro, despre-
ciaba atrevidamente el más docto sujeto de nuestra edad en
todas facultades y lenguas 1S0 : oyólo un estudiante, y admira-
do de que en aquella persona cupiese tan grande error consultó
un astrólogo, y halló que el ignorante y el defensor se miraban
de trino en su Oróscopo, y nacimiento, y el docto, y oíendido
con el que le ofendía tan adversamente, que era imposible
amarse."
139. Y si en el Prólogo de la parte Doce 10° se contenta
Lope con aludir únicamente a la necesidad de publicar las co-
medias por sus originales para evitar las erratas y no "ver la

moria eterna de nuestro insigne amigo Lope Félix de Vega Carpió por sus
scriptos", poema de dan Tamayo de Vargas; Texto y Colofón.
18S Alusión que creo va más contra Suárez de Figueroa que contra
Torres Rámila.
189 Ajpenas es necesario decir que aquí se repite una escena del Onei-
ropaegnion: el mercader de libros es Curbes, el defensor Suárez de Fi-
gueroa, el defendido Torres Rámila y "el más docto sujeto" el propio
Lope de Vega. En lo que sigue se ve cómo el Fénix había de reducir tam-
bién sus odios a cuestiones astrológicas, su continua obsesión. (Véase Millé
Giménez: El horóscopo de Lope de Vega, ya citado.)
190 "Dozena | Parte de | las Comedias de I Lope de Vega Carpió. |
A' Don Lorenzo de Cárdenas, | Conde de la Puebla, quarto nieto de don
Alonso de | Cárdenas, Gran Maestre de Santiago. | Año (Escudo del Conde
de la Puebla) 1619. | Con privilegio. | En Madrid, Por la viuda de Alon-
so Martín. | A costa de Alonso Pérez, mercader de libros."
Un vol. en 4.0 de 4 hojas s. n. de Prel. + 280 fols. de texto.
Contiene: Portada (en el reverso "Tabla de las Comedias de esta XII par-
t e " ; Erratas, Madrid, 14 de diciembre de 1618; Tasa, Madrid, 22 de di-
ciembre dé 1618; Suma del privilegio, San Lorenzo el Real, 6 de otítubre
de 1618; Dedicatoria del autor; Cuatro sextinas ofreciendo el libro al Con-
de de la Puebla; El Teatro, prólogo del autor y Texto.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 231

crueldad con que despedazan mi opinión algunos intereses", en


cambio en la parte Trece 191, cuyo prólogo es una queja de los
disgustos que le proporcionaban los Ramírez de Arellano (Gran
Memoria y Memorüla) 192, deja entrever bastante su estado de
ánimo en las dedicatorias de dos de las comedias que contiene:
El Desconfiado y Santiago el Verde.
140. Bl Desconfiado 193 va dedicada al maestro Alfonso
Sánchez, "catedrático de Prima de Hebreo en la insigne Univer-
sidad de Salamanca", para quien tiene frases de agradecimiento
por la defensa que hizo de él en el Appendix del Expostulatio-
nem Spongiae: "La mayor cosa que los hombres hacen unos por
otros, es la defensa, y así la mayor obligación que tienen es a
quien los defiende."
141. "El que estudia Teología, ¿para qué quiere parecer
poeta, señor maestro, no siéndolo como el doctor Garay, Mar-
co Antonio de la Vega y el doctor Cámara, laureados por esa
insigne Universidad cuando yo estudiaba en ella las primeras le-
tras, ni gastar el tiempo en reprehender poetas?"
142. "Como a la admiración debemos la Filosofía, a la en-
fermedad la medicina, a los delitos las leyes, y a la tiranía el
Reyno, debo la norma y defensa que V. M. hizo a mis escritos,
a su calumnia y embidia."
143. Dice que "un aficionado de sus grandes partes, letras y
virtudes", escribió el siguiente epigrama:
144 "La lengua Hebrea, Griega y la Latina
Por su elegancia competir quisieron
Como Venus y Juno y la divina

191 Trezena | parte de las | Comedias de Lope j de Vega Carpió,


Procurador j Fiscal de la Cámara Apostólica en el Arijo- | bispado de To-
ledo. I Dirigidas, cada vna de I por sí, a diferentes personas. I Año (Emble-
ma del impresor) 1620. ] Con privilegio. | En Madrid, Por la viuda de
Alonso I Martín. | A costa de Alonso Pérez, mercader de libros."
Un vol. en 4.0 de 4 hojs. s. n. de Prels. + 152 + 151 fols. de texto
(con errores de numeración.)
Contiene: Portada (en el reverso los "Títulos de las comedias"); Tasa,
Madrid, 18 de enero de 1620; Erratas, Madrid, 18 de enero de 1620;
Privilegio del autor, Lisboa, 7 de octubre de 1619; Aprobación del Dr. Juan
de Gomara y Mexía, Madrid, 18 de septiembre de 1619 ; Prólogo del autor;
Texto y Advertencia.
Pérez Pastor sospecha si esta edición tendría colofón además (Biblio-
grafía madrileña, II, 553).
192 Véase el capítulo I, nota 58.
193 Fol. 105 de la edición citada.
232 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

Palas, y al París de las letras fueron.


Y aunque la Hebrea pareció más dina,
En Sánchez, tan recíprocas se vieron,
Que como las tres Gracias se abracaron
Y a vivir en su lengua se quedaron."

145. La dedicatoria de Santiago el Verde 104 dirigida a


Baltasar Elisio de Medinilla, contiene, por el contrario, un
cuentecillo, que si aparentemente no alude a nadie, su negra ina-
tención se manifiesta pronto:
146. "Había en Alemania un catedrático maldiciente de
todo que se llamaba Lázaro, y como jamás imprimía y siempre
murmuraba, pusiéronle a la puerta de su escuela en letras gran-
des : Lasare, veni foras, porque basta dar a luz lo que se sabe
no es justo desestimar lo que saben los otros."
T
47- ¿Quién no había de reconocer en este Lázaro maldi-
ciente a Torres Rámila, al pesado crítico de Alcalá?
148. Finalmente, en la parte Catorce 195} e inserto en la de-
dicatoria a Tamayo de Vargas de la comedia Bl cuerdo loco lü0,
aparece este expresivo pasaje:
149. "Mi Jerusalén padece: algunos no tienen por poema
el que no sigue a Virgilio; digo yo que volver a escribir su his-
toria fuera acertado, pues no conocen que las imitaciones no son
el mismo contexto, sino la alteza de las locuciones, términos 3'
lugares felicemente escritos; las sentencias, el ornamento, pro-
piedad y hermosura exquisita de las voces."

19V1 Fol. 52 de la edición citada.


195 "Parte catorze ¡ de las Comedias de | Lope de Vega Carpió Pru-
] curador Fiscal de la Cámara Apostólica, y su No- | tario, descrito en el
Archiuo Romano, y Familiar del Santo Oficio de | la Inquisición. I A quien
van dirigidas dize | la siguiente página. ] Año (Emblema del impresor)
1620. I Con privilegio. | En Madrid, por Juan de la Cuesta. I A costa de
Miguel de Syles, mercader de libros. Véndese en su casa, en la | Calle
Real de las Descalzas."
Colofón: "En Madrid, | Por Juan de la Cuesta | Año M. DC. XX."
Un vol. en 4.a1 de 4 hojas s. n. de Prels. + 313 fols. ^291, pues hay
errores de foliación) + 1 hoja s. n.
Contiene: Portada (En el reverso la "Tabla de las comedias"); Suma
del privilegio del autor, Madrid, 26 de diciembre de 1619; Tasa, Madrid,
12 de junio de 1620; Erratas, Madrid, 7 de junio de 1620; Licencia deí
Vicario de Madrid, Dr. Andrés de Aresti, Madrid, 23 de octubre de 1619;
"El Teatro a los lectores", prólogo del autor; Texto y Colofón.
196 Fol. 267 de la edición citada.
CAPITULO V

" L A FILOMENA"

Estado de la guerra después de la "Expostulatio Spongiae".


Respuesta definitiva de Lope de Vega: la poética lucha del
"Ruiseñor" y el "Tordo" y los partidarios de ambos. Vic-
toria del "Fénix" sobre los preceptistas aristotélicos. "El
Jardín de Lope de Vega)" y- sus perros " Ramynto" y "Ma-
ya". Más noticias de la guerra en el año 1621.

1. Difundidas entre los literatos las crueles sátiras de Lope,


la Expostulatio Spongiae y todo el cortejo de alusiones contra
Torres Rámila y los suyos, de que se ha hecho mención, el re-
sultado 110 se hizo esperar.
2. Muy mal efecto había causado la agria censura de la
Spongia; pero la despiadada venganza de Lope de Vega y sus
partidarios rebasaba los límites admisibles en toda contienda li-
teraria y debió de producir tan pésimo efecto como los ataques
de Torres Rámila, su detractor, hasta el punto que la Expostu-
latio Spongiae hubo de mandarse recoger por el Consejo Real1 1,
lo cual, si no rehabilitó al enemigo del Fénix de las acusacio-
nes y calumnias que éste y su camarilla le lanzaron, sirvió al
menos para que no trascendiera a más, que bastante popular
era ya.
3. El imprudente Torres Rámila, aterrado de lo que se le
había venido encima, y sin el apoyo esta vez del principal pro-
motor de todo, el doctor Suárez de Figueroa, se refugió en la
Universidad de Alcalá, renunciando definitivamente a figurar en

1 Véase el capítulo VI, número 106.


No podría ni sospechar Pellicer el revuelo que armó la publicación de la
Expostulatio Spongiae cuando, refiriéndose a ella, decía que los partida-
rios de Lope defendieron a éste "débil y vagamente". {Ensayo de una bi-
blioteca de traductores españoles, pág. 167.)

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234 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

la corte literaria madrileña, y acaso prometiendo en su fuero


interno no aristotelizar más en su vida, y menos con poetas de
la talla de Lope.
4. Empero el orgullo del Fénix no podía perdonar a quien
desde su obscuridad había empañado, siquiera fuese momentá-
neamente, el sol esplendoroso de su gloria, ná satisfacer su ven-
ganza públicamente con las respuestas citadas. Era preciso ha-
cer un nuevo relato de la cuestión', en el cual el desdén sustitu-
yera a la ira, como convenía para dar idea a las gentes de su
invulnerable fama y de su superioridad. Y no sólo por satisfac-
ción propia, sino por el peligro que había de que otros enemi-
gos suyos, tan temibles como los aristotélicos o más, viendo la
impunidad de éstos y la beligerancia que los daba el Fénix,
acometieran también contra él y sus obras, como ya habían in-
tentado varias veces con disimulo y esporádicamente 2.
5. En 1621 publica Lope de Vega La Filomena con otras
diversas rimas 3, y dedica una gran parte del libro a acabar de
pulverizar a Torres Rámila, sin olvidar a los partidarios de
éste: Suárez de Figueroa, Manuel Ponce, e t c . . Los ataques di-

2 Eran éstos principalmente —aparte de otros de menor cuantía que


no pasaban de murmurar— Góngora y Alarcón, El primero oponía a la
poesía popular de Lope la poesía culta derivada del Renacimiento, como se
ha dicho. Acerca de la lucha entre ambos, más encubierta que pública,
véanse las obras ya citadas de los señores Millé y Artigas, principalmente.
En cuanto a la intervención de Góngora en esta guerra, sospechada por La
Barrera (Ob. cit., pág. 312), ya se ve que no existió, como es natural, pues
estaba igual de distanciado que Lope de la preceptiva clásica, aunque por dis-
tinto y contrario camino.
3 "La F'ilomena | con otras diuersas I Rimas, Prosas y Versos. | De
Lope de \ Vega Carpió. | A la Ill. ma Señora Doña | Leonor Pimentel. j Con
Privilegio I En Madrid. I En casa de la biuda de Alonso Martín, a costa
de Alonso Pérez: 1621."
Un vol. en 4.0 de 4 hojas de Prels. s. n. + 220 fols. (Son 212, porque
hay varias equivocaciones en su numeración.)
Contiene: Portada grabada (véase su descripción detallada en La Ba-
rrera: Ob. cit, págs. 347 y 358); Suma del privilegio por diez años. Ma-
drid, 13 de Junio de 1621 ; Suma de la Tassa. Madrid, 19 de Julio de 1621 ;
Erratas. Madrid, 7 de Julio de 1621 ; Aprobación del Maestro Vicente Espi-
nel. Madrid, 31 de Mayo de 1621 ; Dedicatoria del autor a doña Leonor Pi-
mentel; Prólogo del autor; "A la Ilustríssima Sra. D.tt Leonor Pimentel",
soneto del autor; "Stephanus Torcatulus", dístico en latín; Soneto del
autor, y Texto.
La descripción y comentario de todo el contenido de este libro, ajeno a
nuestro trabajo, puede verse en La Barrera (Ob. cit., págs. 347 a 358.)
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 235

rígidos por Lope son los mismos de las sátiras y la Expostula-


tio Spongiae, por lo que atañe a los temas, pero muy diferentes
en cuanto a la técnica empleada y la forma de desarrollarlos.
6. Es una finísima ironía llena de dignidad la que maneja
aquí el Fénix para confundir a sus adversarios. Sereno ya, y
dominando su carácter impulsivo y violento, logró hacer, al tiem-
po que su entera reivindicación literaria, una bellísima obra
poética.
7. ¡ Lástima grande que tan espiritual respuesta, ágil de
gracia, sutilidad y elegancia, apareciera precedida de las gro-
seras represalias anteriores! Algo debe culparse por ello a los
admiradores del Fénix, que se dejaron llevar de la ira e indu-
jeron a éste erróneamente a la venganza, sin permitirle dar de
primera intención una respuesta personal como la citada 4.
8. Aparecen alusiones a Torres Rámila en varios pasajes
de La Filomena, según veremos; pero las principales están en
la segunda parte del poema, que se añadió solamente con este
fin 5. En ella figura alegóricamente la guerra entre Lope y To-
rres Rámila, aunque para varios críticos y biógrafos del Fénix
haya pasado inadvertido (i. Viene a ser dicha parte del poema
4 El mismo Lope indica que se extrañaban de su tardanza en contestar
—no cuentan las respuestas anteriores—, pero ño dice la causa, aunque es
fácil sospechar que esperaría mejor ocasión, como he dicho.
5 Hace suponerlo así, no sólo su evidente independencia respecto del
argumento de la primera parte, sino la inclusión del nombre de doña Leo-
nor Pimentel, a quien se dedica el libro en los versos de la segunda, lo
cual indica ya claramente que ésta se escribió poco antes de publicarse, pues
precisamente Lope había pensado en otra ocasión —cuando tenía escrita, sin
duda, la primera parte—- dedicar La Filomena a López de Aguilar (véase
la dedicatoria dirigida a éste de la comedia La Villana de Gctafc, publicada
en la parte Catorce de sus Comedias, Madrid, 1620), considerando inme-
diata la impresión de la obra.
Además, el siguiente verso de la Primera parte:
"El grueso tordo, el perdigón primero",
donde se nombra al tordo indiferentemente entre las demás aves, expresa que
entonces no tenía esta palabra para Lope el especial significado que le dio en
la segunda parte (véase la nota 8 de este capítulo), y que los versos donde
aparece se escribieron mucho antes que los de ésta, cuando el Fcni.v no pen-
saba en respuesta alguna, o no había sido agraviado. Y para más seguridad
véase la nota 14 de este capítulo.
6 Don Francisco Cerda y Rico, en 1776, fué el primero que se percató
del sentido crítico de la segunda parte de La Filomena, pero no de su sig-
nificado, como revelan estas líneas que la dedicó:
"En la II parte [de la Philomena,] pone el Autor la contienda de Phi-
236 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

como la crónica poética de todo lo anterior, y asi se indica en


el prólogo dirigido a doña Leonor Pimentel:
9. "Aunque para vuestra señoría no sea necesario este
advertimiento 7, es argumento de la segunda parte de esta fá-

lomena y el Tordo, que, envidioso de que ella cantase tan dulcemente, la


desafía. Philomena, apadrinada de tres aves o hombres científicos, defiende
sus cantos, esto es, algunas obras de las que escribió Lope; y asi esta par-
te es muy instructiva y curiosa."
(Obras sueltas de Lope. Ed. Sancha, tomo II, Madrid, 1776, pág. vi.)
Lord Holland tampoco tuvo mejor fortuna en la lectura de La Filomena:
"and Philomena, a singular but tiresome allegory, in the second book
of which he vindicates himself in the person of the nightingale from the
accusation of his critics, who are there represented by the thurush."
(Some accottnt of the Ufe and writings of Lope Félix de Vega Carpió,
Londres, 1800", pág. 83.)
Pero, en cambio, la fantasía de Fauriel hubo de suplir con exceso a sus
predecesores, y he aquí la disparatada explicación que imaginó:
"II n'est pas douteux que toutes les aventures chantées par sa Phi-
lomelc nc soient le récit allégorique parfois suffisamment circonstancié, des
Lcennces propres, et ce que je viens de traduire touche díuis le vif á l'his-
toire de ses jeunes amours. La nymphe qu'il aime et qui le trahit ne peut
étre que Dorothée. Le loriot, cet autre oiseau de brillant plumage et qui
chante assez mal ses amours, lieu qu'il chante d'or, est la figure bien caracte-
risée de don Bela." (Les amours de Lope de Vega. En Revne des Deux
Mondes. 15 de septiembre de 1843.)
La Barrera fué quien dio con la verdadera clave, ahora ampliada.
7 Esto parece indicar que doña Leonor Pimentel estaba enterada de la
lucha de Torres Rámila y Lope más que el público en general. ¿ Por qué
medios ? ¿ Con motivo de qué ? Doña Leonor Pimentel y Monroy nació en Pla-
sencia, y procedía de la casa de los Duques de Benavente. Hacia 162S a 1630
tenía amores con don Micael de Solís y Ovando, también de Plasencia y no-
ble, que, además de ser militar famoso, y Caballero de San Juan de Jerusalén,
y legado de ella en España, cultivó la poesia, aunque no haya más prueba de
esto que el elogio con que le inmortalizó Lope de Vega —su compañero de
hábito, y amigo seguramente— en el Laurel de Apolo (silva III, ed. Bibl.
Apt. Esp., tomo XXXVIII, pág. IQ'8). Lope, además, insertó en esta misma
obra una interesante epístola dirigida a doña Leonor, en la cual cuenta di-
chos amores.
Fué hermano de la Mecenas del Fénix y amigo de éste el ilustre poeta don
Antonio de Monroy, que también aparece elogiado en el Laurel (ed. y lu-
gar citados), y era pariente suyo don Juan Antonio de Vera y Zúñiga, conde
de la Roca.
Así se comprende que, por medio de éste, o de Solís y de Monroy —ami-
gos de Lope de Vega—, estuviese al tanto de la cuestión; y tampoco hay que
olvidar la circunstancia de haber ido Suárez de Figueroa en cierta ocasión
por la Vera de Plasencia —tierra natal de todos ellos— en busca de un
protector para uno de sus libros. (Véase el capítulo III, núm. 41.)
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 237

bula la contienda del Tordo 8 y Filomena °, que afligido de ver-


la cantar suave y doctamente, se le opuso en desafío como Mar-
eias a Apolo con la flauta de Palas, y a risa de los dioses 10. Fi-
lomena trae por padrinos tres aves o tres hombres científicos ll;
defiende lo que ha cantado: El Isidro, La Arcadia, El Jerusalén,
Las rimas humanas y divinas, El Belén, El Triunfo de la Fe,
El Peregrino, La Angélica y ías Comedias. Vuestra señoría los
oiga y juzgue, que el Abubilla 12 que trae el Tordo a este duelo
y otras iguales aves que aún no merecen nombre, luego volverán
las espaldas, que el divino sol de su entendimiento les dé en
los ojos."

8 P e d r o de Torres Rámila. El Tordo era ya entonces sinónimo de ha-


blador, según demuestra este párrafo de El Pasagero, de S u á r e z de F i -
gueroa:
"¿ H a y donosidad como oír a un habladorcito con demasía satisfecho de
su gorgeo y prosodia, todo pausas, todo escucharse, y al cabo de parlar diez
horas para haber hecho ostentación de tordit'o, sin que de cuantas palabras
gastó se pueda sacar ni un a d a r m e de fruto? (Ed. Rodríguez Marín, pá-
gina 362.)
Y Góngora, además, j u e g a con la palabra, tan hábilmente como hubie-
ra podido hacerlo su enemigo Quevedo, en la comedia El Doctor Carlino
( j o r n a d a I) :
"GERARDO. Bien dijo que tordo es
un doctorcillo hablador
cierto ingenio Cordobés,
porque quien dijo Dotor
tordo dijo del r e v é s . "

9 Filomena o Filomela, en griego significa ruiseñor. Aquí está en lugar


de Lope de Vega. El elogio del ruiseñor lo hizo bellamente Suárez de Figue-
roa, bien lejos de pensar, con seguridad, que el Fénix se había de dar este
nombre en su poema: "Señálase entre todos [los pájaros] el ruiseñor, for-
mando contrapuntos sobre las otras voces. Ninguna sabe imitar aquella me-
lodía tan sabrosa, aquella entonación tan perfecta, aquellas fugas t a n suaves.
¿ Qué arte no cede a los pasos de su garganta tan concertados ? Ya sube, ya
baja, ya se encumbra. Hace quiebros admirables, y en compases espaciosos
forma elevaciones que suspenden. Apenas se oye regalar el cielo con la voz
cuando con suma velocidad la abate y despeña." {Varias noticias importan-
tes a la humana comunicación. Madrid, 1621 (*), fol. 8.)
P o r esto se ve cómo Lope supo elegir símbolo de sí propio.
10 Véase el capítulo I I I , núm, 47.
11 Francisco López de Aguilar, Simón Chauvel y Francisco Peña Cas-
tellano. (Véanse las notas 19, 20 y 21 de este capítulo.)
12 E l doctor Cristóbal Suárez de Figueroa. (Véase Apéndice, ver-
so 451.)

(*) P o r las licencias se sabe que ya estaba escrito en 1620.


238 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

10. Véase cómo el Fénix expresa las causas y principio de


la guerra:
i i " E s t a n d o Filomena agradecida
Al cielo que le dio dulce garganta
P a r a cantar la historia, que advertida;,
No menos que su voz al mundo espanta,
Soberbio un tordo, negra piel vestida,
Las alas viles a intentar levanta
Ser Faetón de su Sol en desafio;
Vos juzgaréis, Leonor, 13 su desvarío.
12. " N o es todo p a r a todos, vos, divina
Entro humanos ingenios, dad oído
Al Tordo, que la voz fingida inclina
A Filomena, a quien inquieta el n i d o " . . .
13 "Oíd la competencia,
Pues la desdicha oístes
De Filomena, Ruiseñor a g o r a ; 1 4
Veréis la envidia de su infusa ciencia
En pájaros que apenas conocistes,
Que más cantan de noche que al aurora.
14 ...Oíd el ave,
N o en verso forastero oculto y grave,
Con nudos como pino,
No feroz, no enigmático, mas p u r o . "
15 "Crióse un tordo negro y no lustroso
De plumas de otras aves envidioso,
Al son de la mecánica armonía
De quien j a m á s perdió la consonancia,
Si bien le despreció con arrogancia,
Con ser propio Chiron de tal Aquiles;
Y así, con engañada fantasía,
Acuchillando el aire las sutiles
Alas, pasó de Thetis las espumas,
Y fué a mudar las plumas
Desde las pajas de su pobre nido
A la academia ilustre que ha tenido
Mayor nombre en el m u n d o ; 1 5

13 Doña Leonor Pimentel y Monroy.


14 E s decir, que en la primera parte del poema Filomena o Filomela es
la hija de Pandión, rey de Atenas y hermana de Progne, violada por su cu-
ñado Tereo, rey de Tracia, que luego hizo que la c o r t a r a n la lengua y la en-
carceló. Como Filomela y Progne se vengaran de esta infamia matando a
Itis, hijo de Tereo y dándoselo a comer a su padre, hubieron de h u i r de las
tierras del Rey de Tracia, y fueron transformadas en ruiseñor y golondrina,
respectivamente. Lope alude a esto y a que en la segunda parte de su obra
Filomena solamente significa ruiseñor, y éste le simboliza a él.
15 L a Universidad de Alcalá de Henares, adonde Torres Ránula fué a
estudiar.

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LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 239

Y allí Platón segundo,


Perdone la ironía,
Que Pitágoras no, que no sabía
Callar sus propias faltas,
Cuanto más las ajenas,
El número añadió por las almenas
D e aquellos edificios,
A cuyos frontispicios
Grecia humilló sus célebres Liceos;
Dióle su lengua la divina escuela;
P o r lo menos principios y deseos,
Que es imposible al de Etiopia el baño,
Y allí después, con presunción y engaño ;
(Asi entre garzas, cuervo infausto vuela)
E n t r e fénices rojos y amarillos,
Blancos, azules, v e r d e s ; i<¡
¡ Oh vana presunción, a cuantos p i e r d e s !
Enseñaba ignorantes pajarillos,
Y p a r a hacer a los mayores mengua,
Decía que en secreto
Les daba los escritos desta luna,
Porque ignoraban todos su dialeto;
Y de lo que ignoraba,
Que es propio de ignorantes, blasonaba,
Y astuto, mas no sabio, como Ulises,
A cuestas su soberbia por Anchises,
Y por penates b á r b a r a Poesía,
Que ni en Latín ni en Español sabía,
Salió de las escuelas,
Y pensando valerse de cautelas
E n t r e pájaros legos cortesanos,
En cuya condición se prometía
Poder solicitar aplausos vanos,
Llegó a las puertas Áulicas un día.
Luego se le ofreció la protentosa (sic)
F á b r i c a de ignorantes, que la fama
Diciendo mal, presumen que se adquiere,
Y tiñendo la pluma Latinosa
E n el ajeno honor, lució la llama
Al torno de la débil mariposa,
Icaro de su luz, Sol en que muere.
Quedando más ardiente y vitoriosa ;
Que el invidioso ciego
De añadir combustible sirve al fuego.
Estaba en este tiempo Filomena

16 Alusión a los colores de las becas que llevaban los colegiales, según-
ya indicó L a B a r r e r a . (Ob. cit., pág. 352, nota 2.) Corresponden los colores
a las facultades de Derecho, Medicina, Teología, F'ilosofía y Cánones, respec-
240 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PENA

En una selva amena,


Trinando la garganta
Con tan suaves puntos y redobles,
Que la escuchaban álamos y robles,
Y el alma de la más ingrata planta"...
16 "No la historia cantaba de Tereo
Cuando con oro letras escribía
A la venganca en que el agravio para;
Sino del cielo el ínclito trofeo,
Que el Antartico polo le ofrecía
Con sangre viva calentando el Ara, 1 7
La envidia que declara
Presto su inclinación al miserable
Tordo infestó de suerte,
Que esforzando la voz para su muerte,
Desafió la dulce Filomena..."

17. Siguen a continuación los principales escritores que


integraban cada bando:
18 "Los Pilades, y Orestes
Que trajo el Tordo, fueron la Abubilla
Y el ave infelicísima a Castilla 1 8 .
Mas trajo Filomena
La que pronosticaba imperio en Roma,
Ave Cesárea, de esmeraldas llena
La frente, más serena
Que el Iris, que del Sol colores toma,
O esprimiendo la imagen de la luna,
Y siendo desde lejos
Espejo circular de sus reflejos; 1 9
Y el Gallo más valiente
Que en la Palestra coronó la frente,
Y que Marte pudiera,
20
No el carro, honrar con él su quinta esfera;
Y haciéndole vina Peña dulce sombra,
Traída por reliquias del Parnaso,
Y una ciudad que nunca tuvo miedo,
Que la primera nombra
Alta imperial Toledo 2 1
Propuso el nuevo caso,

17 Esto es, que no cantaba o escribía la primera parte de La Filome-


na (la historia de ésta y de Tereo), compuesta mucho antes, sino el Triunfo
de la Fe, a que aluden los versos.
18 ¿Aludirá a Manuel Ponce? Sería raro que no le citara. No obstante,
ni el significado de la alusión ni la identificación aparecen claros.
19 El Águila. Alusión a don Francisco López de Aguilar.
20 Simón Chauvel (francés = galo = gallo).
21 El doctor Francisco Peña Castellano, de Toledo.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 241

Pidiendo grata audiencia


A t a n t a celestial circunferencia,
Donde era el Tordo un punto
indivisible, aunque a la envidia j u n t o . "
19 " O í d mi voz, y escuche al Tordo, Midas,
Pues nacen cañas, que del viento heridas,
Descubren las orejas en castigo;
Vergüenza es ver tan flaco el e n e m i g o ;
Pero veréis que en este dulce canto
Su inútil voz condeno a eterno llanto."

20. Mas conociendo todos los circunstantes la malicia del


Tordo, apadrinan a Lope —la Expostulatio Spongiae—, que co-
menta agradecido y orgulloso:
21 " L o a r a los ingenios peregrinos
Que aquí me apadrinaron.
M a s ; i qué diré del Águila 2 2 gallarda
Q u e imprime en los del Sol rayos divinos
Si sus alas de sombra coronaron
Mi inocencia, a dos líneas retirada ?
Callar, y obedecer a la fortuna,
i Qué diré de aquel Gallo 23 q U e pudiera
F o r m a r espanto al animal que tiene
Más breve el corazón por la abrasada
Furia, que a dilación mayor repuna
Cuanto más al que nace en la ribera
Del Sardo m a r ?*- o por los montes viene
Del arcadio Partenio, 25

22 Véase la nota 19 de este capítulo.


23 Véase la nota 20 d e este capítulo.
24 En Cerdeña se criaba cierta especie de asnos característicos por su
escasa corpulencia, que solían emplear en Madrid los aguadores, según re-
velan estos versos de Lope de Vega.
" N o suele algún sardesco de mañana
De su chozuela pobre
Salir brioso dando mil carreras,
Repicando a su son como campana
Los abollados cántaros de cobre
E n t r e las sonadoras a g u a d e r a s . . . "
Y Cervantes, en el Quijote: "especialmente una que en un estandarte o
j i r ó n de raso blanco tenía, en el cual estaba pintado muy al vivo un
asno como un pequeño sardesco, la cabeza levantada, la boca abierta y la
lengua de fuera en alto y postura como si estuviera rebuznando." ( P a r -
t e I I , cap. X X V I I , ed. Rodríguez Marín, tomo V , pág. y y.) La alusión a
Torres Rámila se evidencia si se tiene presente lo dicho en el capítulo I I I ,
n ú m . 26.
25 Partenio = Ñapóles. Alusión a Suárez de Figueroa, que había es-
t a d o allí.

16
242 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

En cuya odiosa voz se ve su ingenio?


¿ Qué diré de la P e ñ a del Parnaso,
Archivo de Esculapio, que entre peñas,
Bañado de las aguas del Pegaso,
Depositó su médico tesoro, 2C
Con quien fueran pirámides peqiieñas
Y sin valor, aunque le diera el oro
Los que guardaron tantas diferencias,
Que a las artes y ciencias,
Que el Protoplasto reservó al incendio
De tantas iras y celestes fraguas,
;Sirvieron de defensa y de compendio,
Y de nave a la fiera
Inundación de las futuras a g u a s ? "

22. Lope de Vega increpa así a Torres Rá-mila, quejándose


de haber sido ofendido sin causa alguna y descubriendo quién
era su implacable enemigo. ¡ Aquí si que se le ve herido en la
más hondo!:
23 " Y tú que de mi dulce voz te enojas,
Oh ave para mi negra y infausta
La garganta inexhausta
De maldecir a quien jamás te ofende,
En tus pequeños músculos extiende
Y advierte que presentes las deidades
No has de mentir, sino cantar verdades,
Y perdona el apostrofe forcoso,
¡ Oh t ú negTo cantor! signo agorero
Que para responder descansar quiero,
Este escuchad, oh Numes celestiales,
Este es aquel que a Filomena infama,
Este es aquel que en desafíos tales
Al estudio inmortal niega la f a m a ;
Este es aquel Gramático y Retórico,
No por usar de término anafórico,
Este escuchad a h o r a . . . "
24 Así cantó la dulce Filomena,
Y así, Leonor ilustre, 27 engrandecía
La juventud del Águila, 23 que baña
Las alas en la fuente de Helicona;
Así al francés Simón, por quien la arena
De Mancanares oro y perlas cría,
Después que h o n r ó su dota pluma a España,
Y así del Doctor Peña la corona,
Con que Apolo Filósofo laurea

26 Véase la nota 21 de este capítulo


27 Véase la nota 13 de este capítulo.
28 Véase la nota 19 de este capítulo.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 243

Su digna frente, en quien m i r a r desea


E l árbol fugitivo
T a n amoroso ya, cuanto era esquivo;
Y así del gran Tribaldos de Toledo
El nombre, que a los tiempos causa m i e d o ;
Pues quedaron vencidos
El inmortal sobre mayor esfera,
Y ellos entonces de correr corridos."

25. Torres Rámila, a este punto, contesta con el siguien-


te discurso, maravilla de parodia y crítica burlesca de cómo ex-
plicaba aquél en su cátedra de Alcalá; que es, sin duda, la crí-
tica 'más sutil y graciosa que pueda oponerse jamás a los pre-
ceptistas retrógrados:
26 " E l tordo entonces con la voz remisa,
Que no le obedecieron
Valles, fuentes y prados,
Desató la garganta a los templados
Vientos, que algunos de su parte había,
P e r o no es sabio quien del viento fía,
Y mirando risueño la Abubilla
Que estaba ya cobarde y amarilla,
Aunque el eco se hacía mudo y sordo,
E'ijo con voz retórica de tordo.
Las partes son de la oración, Senado
Amplísimo, ilustrísimo
según. Antonio las describe...
17 " A f i r m a n los autores,
Y lo apruebo yo mismo,
Que de todas las lenguas, las mejores
Son la Hebrea, la Griega y la Latina.
D e aquestas tres prefiero
A la Hebrea 2 0 en razón de su dulcura,
Y ser la más sonora, hermosa y p u r a . . . "
.28..."Plauto, y Enio,
Virgilio, Nevio, Horacio, Hortensio, Ovidio,
Aunque no los envidio
Con mi divino ingenio,
Ni a Catón, Cicerón y Quintiliano."
29 " D e los griegos no quiero decir nada,
Que apenas sé leer la lengua Griega,
Y es hablar del color la vista ciega."

30. Y expresa así los méritos de él y Lope de Vega, que de-


muestra haber visto clara la cuestión el Fénix, aunque en un
principio su violencia la embrollara; es la eterna lucha entre el
preceptista y el escritor que crea arte propio:

29 Hábil medio empleado por Lope para tildarle de judío una vez más.

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244 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

31 " P e r o será materia indigna al Canto


D e un Ave como yo, de ciencia llena ;
Porque, si en voz rae gana Filomena,
Yo a ella en la T e o r i a . . . "
32 " N a t u r a l m e n t e Filomena canta,
Siempre Trágica a m a n t e ;
Y o con arte aprendido,
Que a quien me escucha espanta,
Pues hablo en lo que ignoro,
Dándome grato oído
Admirados de ver que tan pequeño
Intrépido me arroje
Y que a los dioses de la tierra e n o j e . . . "
33 " Q u e el Águila conmigo,
Ey tórtola cobarde,
Y el Gallo mi enemigo
Cantor entre mujeres,
Franco en la rubia Ceres.
E n t r e quien hace alarde
De las pintadas plumas
Pues Peñas son espumas
y Toledos, aldeas
Resto (como de más yerros Letheos)
Saldrá de mi Museo
Mi lámpara en tinieblas,
Que quitará las nieblas
A los ojos del vulgo y al d e s e o . . . " 3 0
34 . . . " D i j o , desvanecida, el Ave impura,
Funesta a nuestros o j o s ;
Que teme engaños de la noche oscura.
Quien causa envidias y sospecha enojos."

35. Empero, "conociendo del Tordo la malicia, y el odio:


los oyentes
A r r u g a r o n las frentes,
Al satírico T o r d o aborreciendo"

cuando comienza la defensa que hace Lope de sí mismo, tratan-


do de demostrar que procurará ser menos violento y más justo:
describe la actitud de Torres Rámila para con él;
36 " ¡ O h mísero Gramático,
Sólo en acentos y oraciones prático !"
37 " L a envidia me miraba,
Monstruo el m a y o r del m u n d o . . . "
"Con los ojos torcidos; si

30 Alude a esta frase de la Spongiae, reproducida en la Expostulatio:


"Nec minus magister T V R R I A N U S in sua lampade in tenebras." (Fol. 24
(num.), anv.)
31 Véase el capítulo I I I , núm. 26.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 245.

Yo, siempre con modestia,


Sufriendo su molestia,
Alegré los pastores bien nacidos"..

38. Pero inútil es que Lope escriba versos. El pedante


Tordo:
39 "Mas el que no penetra los dinteles
t>e las puertas, jamás en los escritos,
Todo lo llama errores,
Todo ignorancia y bárbaros delitos,
.Sin consultar los clásicos autores..."

40. Y el Fénix, aunque se rebela contra "la crítica seta'\


recuerda el ataque inmerecido que sufrió una de sus obras más
lozanas:
41 "Cayó mi dulce Isidro
En un villano Pozo, 3 2
Mas no perdiendo el gozo,
Que mal pueden romper langas de vidro
En arma de diamante."

42. Desafía a Torres Rámila a que emprenda algún poema


que honre a España:
43 "Pero el tomar la pluma
No se concede a todos..."

44. Defiende Lope su Jerusalén conquistada, rechazando


concretamente varias censuras que debió de hacerle Torres Rá-
mila con la afirmación de que siguió en su obra a los autores
clásicos y a los poetas italianos:
45 "Mas quien no ve la luz, tampoco siente."

46. Al fin justifica su defensa Lope, e implora el auxilio


de quienes le escuchan:
47 "Y así debe advertirse
Que esto no es alabarse,
A nadie preferirse,
A nadie aventajarse;
Es sólo defenderse,
Y a viles objeciones oponerse."
48 "Sufren los inocentes
Los agravios ocultos,
Mas no podrán los públicos insultos."
4<j "Murmura el blando zéfiro y las fuentes

32 Véase el capítulo il, núm. 35.


246 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

No haberme defendido;
Luego fué permitido
Dilatar mi defensa en versos cultos. 33
Si los Jurisconsultos 3 *
La acusación presumen por envidia
Por ella es bíen que reprobarse deba."
50 "Todos sabéis mi pena;
Defended vuestra dulce Filomena."

51. Los jueces que ven la causa deciden entonces senten-


ciar a favor de Filomena, con gran disgusto del Tordo, que com-
prende cuan inútiles fueron sus injustos ataques:
52 "Ya las aves también que al dulce canto
Estuvieron atentas, respondían
Con acordadas voces, y entre tanto
Las selvas la vitoria conferían;
Cuando teñido de envidioso espanto,
De ver que darle el premio proponían,
El Tordo quiso responder, haciendo
Con las'funestas alas ronco estruendo.
Pero los Dioses luego decretaron
La sentencia en favor de Filomena,
Y a su eterno silencio condenaron
El Tordo, que hoy con tal vergüenga suena;
Y que si hablase, por piedad mandaron
Que sólo sea, del delito en pena,
Lo que aprendiere con mortal fatiga,
Sin saber lo que dice, aunque lo diga."
53 "¿ Qué importa que Cornejas, que siniestra
Infame multitud de rudas Aves
Aniquile tu voz sonora y diestra
Si Seminimas son para tus claves?"

54. No le pareció a Lope suficiente esta autodefensa suya


a pesar de todo lo que la precedía, y en el mismo volumen de
La Filomena insertó otras severas alusiones a Torres Rámila
entre las diversas rimas con que completó el libro.
55. Aparecen las más conocidas —aunque poco aclaradas-—
en la Epístola al Licenciado Francisco de Rio ja, en Sevilla, ti-
tulada: El Jardín de Lope de Vega 35, donde éste alaba a mu-
chos escritores, y principalmente a sus panegiristas de la Ex-
pcstulatio Spongiae '(Tamayo de Vargas, Paravicino, don Juan
de Fonseca Figueroa, fray Tomás Roca, Tribaldos de Toledo,

33 Véase el número 7 de este capítulo.


34 Pudiera ser alusión a Suárez de Figueroa, que lo era.
35 Fol. 150 vto. Epístola VIII.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 247

fray Luis de la Cerda, el Conde de Lemos, el Conde de Sali-


nas, Simón Chauvel, don Juan Antonio de Vera, Espinel, Mari-
ner, 'López de Aguilar) o a otros partidarios suyos (Elisio de
Medinilla, Jáuregui —todavía frente a los culteranos—, Maria-
na, el Duque de Sessa), sin olvidarse, para mejor aparentar jus-
ticia, de algunos enemigos suyos que, por no habérsele enemis-
tado públicamente, como Torres Rámila, podía ensalzar sin des-
doro (Góngora, Manuel Ponce). Para sus enemigos declarados
tiene estas otras frases al describir el vergel fantástico de su
jardín ornado de estatuas alegóricas representando los persona-
jes citados:
56 "Aquí un famoso perro 3<5 es la figura
Más principal, a quien ladrando atajan,
Sin advertir en él descompostura,
Mil intrépidos gozques, que trabajan
Por inquietar su vida, con algunos
Que al Manzanares desde el Tormes bajan.
Nombres tienen allí los importunos,
Mas sólo diré dos: Ramyntho 27 y Maya,
Ahitos de ladrar, de ciencia ayunos.
No es este Maya aquel famoso Amaya,
De quien en tierna edad canté contento
La Dragontea, de la Indiana playa.
Es un cierto sabueso macilento,
Ingrato a las riberas del Corbones
Que no degeneró su nacimiento. 38

36 Lope de Vega, aunque parezca paradoja esta denominación, en-


tonces despectiva en grado sumo; pero lo que sigue no deja lugar a
dudas.
37 Pedro de Torres Rámila.
38 Decía La Barrera, refiriéndose a Maya: "No afirmaremos que sea
el Dr. D. Francisco Pérez de Amaya, jurisconsulto que escribió en defen-
sa de la Soledad primera de D. Luis de Góngora y comentó el Polifcmo de
este mismo ingenio." {Ob. cit., pág. 310, nota 1.) Hoy precisamente puede
afirmarse, sin duda alguna, que La Barrera anduvo acertado en su vaga
suposición. Maya es Amaya, que, como ya dije, siendo Rector en la
Universidad de Osuna, a orillas del Corbones o AJgámitas (*), se trasladó
a Salamanca para explicar en su Universidad.

(*) La misma metáfora emplea el propio Lope en los siguientes ver-


sos de La Dragontea (Canto VIII. Ed. Sancha, tomo III, pág. 334) :
"En altas esperanzas y florones,
Que en tierna edad su claro ingenio abona,
De aquel Pedro que adorna sus Girones,
De oro y laurel texiendo la corona:
Por quien el agua clara de Corbones
248 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

57. Las alusiones de las otras composiciones, sin señalar


hasta ahora, tampoco carecen de interés, y reflejan, a menudo,
pulcramente, las terribles diatribas de las sátiras de Lope contra
Torres Rámila.
58. En la epístola dirigida a don Francisco de la Cueva y
Silva, "insigne jurisconsulto" 30, se lamenta el Fénix de los crí-
ticos que atacan sus obras, y concretamente de Torres Rámila
:
y Amaya: '
59 "De hablaros esta vez tengo deseo
En ciertos envidiosos, Laberinto
De donde sale la virtud Teseo..."
60 "Hay en este lugar ciertas Arpías
Destas que estudian <¡ oh qué ciencia rara!)
Súmulas de Vilhan noches y días. 40
Y cuando algún ingenio se prepara

39 Fol. 108. Epístola I.


40 Vilhan, según algunos, creó los naipes. Juan de la Cueva lo indicó
así, entre otros, en el llamado por Moratín "fastidioso poema de Los in-
ventores de las cosas".

" Vilhan, nacido dentro en Barcelona,


De humildes padres y plebeya gente,
Según dice el autor que de él escribe,
Fué sólo el que en el mundo dio principio
A la invención de los dañosos naipes,
Y por ella acabó debidamente
En poder de unos fieros bandoleros,
En un pozo por ellos arrojado."

Y Cervantes, en Rinconete y Cortadillo: "que así como vuesa merced


se puede examinar en el corte de sus antiparas, así puedo yo ser maestro
en la ciencia vilhanesca." (Ed. Rod. Marín. Madrid, 1920, págs. 241 y 353.)
En cambio, Covarrubías en su Tesoro (fol. 119 vto.) atribuye a otro no
menos fantásticamente la invención del "libro del djablo": "Dixéronse
naipes de la cifra primera que tuvieron, en la qual se encerraba el nombre
del inventor. Eran una N, y P., y de allí les pareció llamarlos Naipes;
pero las dichas letras decían Nicolao Pepín."

Se humillan los cristales de Helicona,


Y allí la fama Duque, Marqués, Conde
de Osuna, Ureña y Peñafiel responde."

(Véase el capítulo III, nota 58.)


En cuanto al personaje dé La Dragontea, aparece citado en el poema en
los cantos IV, V, VI, VII y VIII (Ed. Sancha, tomo III, págs. 257, 266,
287, 306, 311, 314, 326 y 331), y en la Expostulatio Spongiae, (fol. 17
(num.), rev.)

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LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 249

Para escribir lo que estudiado tiene,


Dicen que cierto espíritu le ampara..."
61 "¡Oh qué contentos infinitos viven
Desto que llaman Crítica censura!
¡ Oh qué placer de Criticar reciben !
Gente pedante Faraonesca 4 1 y dura
De su opinión, y que poner presumen
En el mayor poder abreviatura,
En ceros su Aritmética resumen,
Y a pura destrucción de ajena fama,
De envidia de los sabios se consumen.
Aspiran a la verde inmortal rama
Por reprehensiones, no por propia pluma,
Que quiere tener fama porque infama. 4 2
Ya vistes la canción que en breve suma
Refirió las grandezas de Onosandro,
El mar Tirreno, y la celeste espuma.
Pues hubo cierto bárbaro Anaxandro,
Pintor de tentaciones y grutescos,
Que no de los selectos de Alexandro,
Que cual si fuera a remendar grigüescos,
De Colegial del líquido Corbones,
Se puso en los -chapines pedantescos. 4 3
A sus mal entendidas opiniones
Puso nombre de Crítico juicio,
Pero muestran tener tales razones,
Que importa del estudio el exercicio
Si falta el ente donde está fundado,
Y florece la borla con el vicio.
Quando yo veo un hombre Licenciado,
O se?. Doctor, picado de humanista,
De lego en leyes le confirmo el grado, 44
Eri siendo un escolar bufonicista,
Para sacarle solas cuatro leyes
Es menester llamar un exorcista.
Jamás a los consejos de los Reyes
Llegan estos bonetes Poeticidas,
Y de los libros vuelven a los bueyes.
Hombre que las estudias no reincidas
En ofender con detracción Poetas,
Si Crítico sus obras circuncidas."

41 Faraonesca era sinónimo de gitana, por creerse a esta raza ori-


ginaría de Egipto. (Cfr. con La Gitana de Menfis, Santa María Egipciaca,
comedia de Pérez de Montalbán.)
42 Alusión casi indudable a Torres Rámila, cuya fama de maldicien-
te es bien sabida.
43 Véase la nota1 38 de este capítulo.
44 Parece que va contra Suárez de Figueroa, que era jurisconsulto,
como se sabe, aunque también Pérez de Amaya ejercía esta profesión.
250 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PENA

62. De la epístola A don Diego Félix de Quijada y Riquel-


me, he dado noticia anteriormente 45, y un pasaje de ella, inte-
resantísimo para nuestro trabajo, se inserta en otro lugar 40.
63. En el siguiente soneto A Juan de Pina en defensa de
Apolo 41, trata Lope una vez más de la fábula de Apolo y Mar-
sias aplicada a sí mismo y a Torres Rámlia:

64. A JUAN DE *PIÑA EN DEFENSA DE APOLO


La dulce flauta de los dioses risa,
Y de Palas afrenta y menosprecio,
Marsias sátiro halló Critico necio
Que de arrogante las estrellas pisa.
Tañe con Febo (o Pina), aunque le avisa
De su castigo el inmortal desprecio,
Y con la flauta la ambición del precio
Imita su cornígera divisa.
Desuéllale vencido en un acebo
Lr. piel sangrienta, y los dorados bronces
De un templo su castigo inmortalizan.
Si algún flautista no respeta a Febo,
¿De qué te admiras tú?, pues desde entonces
Tan desolladamente critiquizan."

65. YA Juan de Pina, también, va dedicada una silva 4S,


donde Lope se queja de que le proponían como juez para una
justa 40 y tras otro golpe a la consabida cita del sátiro rival de
Apolo, arremete contra los malos poetas:
66 "En junta de poetas
Juez queréis hacerme:
Ingrato sois a amor de tantos años."
67 Siendo cosa del arte tan distinta
Donde los Cisnes cantan
Cantar el Ganso ronco,
Cual Marsias digno de cuchillo y tronco:
Y con sátiras necias vergonzosas
De versos tales que parecen prosas
Infaman a los jueces,
De serlo arrepentidos tantas veces."
68 "Versos sesquipedales,

45 Véase el capítulo III, núm. 17.


46 Véase el Apéndice, versos 305 a 339 y sus notas.
47 Fol. 216 vto.
48 Fol. 217.
49 Seguramente para la de la canonización de San Isidro, celebrada
en 1622, y de la cual fué presidente. (Véase Rennert y Castro: Ob. cit.,
pág. 289.)
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 251

Sastripedantes versos 50
Son los que aquí se infaman,
Desprecian y desaman,
Que, como los más candidos y tersos,
Se quexan de la justa,
Y la llaman injusta,
Líbreme Apolo, Pina, de juzgarlos,
Que aun leellos ofenden los sentidos,
Busquen a Midas, que podrá su ingenio
Oírlos y premiarlos."
69 "Que yo ni juzgaré, ni sé, ni puedo,
No porque tengo miedo
A frías invectivas escolares 5 1
Cuentos de viejas en los dioses Lares;
Pero por no leer concetos vanos
En versos chabacanos,
Que no hay cosa más digna de desprecio
Que un hablador en prosa, en verso un necio."

70. También me parece que se refiere al latín de la Spon-


gia, de Torres Rámila, este párrafo de la Respuesta de Lope de
Vega Carpió a un papel que escribió un señor de estos reinos
en razón de la nueva poesía 52 :
71. "Lipsio escribió aquel nuevo latín de que dicen los
que le saben que se han reído Cicerón y Quintiliano en el otro
mundo; y riendo tan doctos-, los que le han imitado se han per-
dido ; y yo conozco alguno que ha insertado otra lengua y estilo
tan diferente del que Lipsio enseña, que podía hacer un diccio-
nario, como los ciegos a la jerigonza."
72. Pero por si las repetidas y abundantes alusiones de La
Filomena fueran pocas, aún tuvo Lope la ocurrencia de añadir
algunas más en el Prólogo Dialogístico entre el teatro y un fo-
rastero inserto al frente de la parte Dieciséis de sus Come-
dias, publicada aquel mismo año 5 3 . El sentido y fin de tales

50 La alusión al sastre Torres Rámila creo que es bien manifiesta.


51 Alusión a la Spongia, sin duda.
52 Fol. 200 vto.
53 "Decima sexta [ Parte de I las Comedias de I Lope de Vega Car-
pió, procur- I rador Fiscal de la Cámara Apostólica. | Qvibvsdam enim
canibvs J sic innatum est vt non pro feritate, sed pro consuetu | diré latrent.
Séneca de Rem. Fort, j Año {Emblema del impresar) 1621. Con privilegio. [
En Madrid, Por la viuda de Alonso | Martín. | A costa de Alonso Pérez,
mercader de libros."
Un vol. en 4.0, de 6 hojas s. n. de Prel. + 284 de texto.
Contiene: Portada; Títulos de las comedias; Suma del Privilegio por
diez años. San Lorenzo, 24 de Octubre de 1620; Suma de la Tasa, Ma-
252 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

"sentencias", no creo que precisen aclaraciones, ni ofrezcan lu-


gar a dudas:
73. "Te. El arte de las comedias y de la poesía es la in-
vención de los poetas Príncipes, que los ingenios grandes no
están sujetos a preceptos."
74. Te. Tanto latín se yo quanto me basta para saber los
que no lo saben."
75. Te. Todos dizen mal del [de Lope] y él bien de to-
dos, no se quien miente."
76. For. La fama no se adquiere con arrogancias, sino con
obras."

drid, 27 de Septiembre de 1621; Erratas. Madrid, 15 de Diciembre de 1621 ;


Aprobación del Maestro Vicente Espinel. Madrid, 24 de Septiembre de 1620;
"Prólogo dialogístico" entre el Teatro y un Forastero, por el autor, y
texto.
CAPITULO VI

RESULTADOS DE LA GUERRA

Últimos estudios de Torres Rámila; sus oposiciones a Colegial


Mayor de San Ildefonso de Alcalá, Unas informaciones ex-
cepcionales y el mando literario madrileño. Torres Rámila
alcanza la beca de colegial.—Otras alusiones a la guerra por
esta época.

i. Mientras Lope de Vega lanzaba las respuestas definitivas


del capítulo anterior a los ataques de Torres Rámila y sus secua-
ces, ¿qué .era del inquieto retórico, autor de la Spongiaf ¿a qué
dedicaba su bien probada actividad?
2. Se recordará que le dejamos, en 1617, matriculado en la
Facultad de Teología de la Universidad de Alcalá —simultánea-
mente a la publicación de su escandaloso libelo— como lo había
estado en años anteriores \ Cursó éste, y en el siguiente de 1618,
aprobó cuatro cursos de Teología Escolástica 2, que había pre-
parado en los años anteriores en el colegio de Teólogos 3, según
parece 4.
3. En 18 de octubre de 1619 se le encuentra otra vez matricu-
lado en Cánones 5 y también en Teología de nuevo G, ciencia para
la que al fin y al cabo no debía de tener gran facilidad, como ya

1 Véase el Capítulo I, núm. 25.


2 Véase el Libro de prueban de curso de 1613 a 1630 de la Universi-
dad de Alcalá. (Archivo Histórico Nacional. Libro 487, fol. 26.)
3 Véase la nota 27 del Capítulo I.
4 Véase el Capítulo I, núm. 20.
5 "MCaestro] p.° torres Rámila de V,a arcayo d. Burgos.—30."
{Libros de matrículas de la Universidad de {Alcalá. 1619. Cánones. 18 de
octubre. 'Archivo Histórico Nacional.)
6 "M. p.° Torres Rámila de V.a arcayo de burgos. 26." (Id. 1619.
Teología. 14 noviembre. Id.)

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254 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

suponían Lope en sus sátiras y los autores de la Expostidatio


Spongiae T, pues sólo esto puede explicarnos tal repetición de
cursos, peculiar de -él y no del plan de estudios de aquella época;
pero desde esta fecha no he hallado su nombre en los libros de
la Universidad Complutense hasta el año de 1623, en que apa-
rece ya como maestro regente 8.
4. A principios del año 1622 se propuso alcanzar el ene-
migo del Fénix una de las becas entonces vacantes en el Cole-
gio Mayor de San Ildefonso, lo cual perseguía desde antiguo 9
aunque no lo hubiera intentado abiertamente hasta esta fecha,
tal vez a causa del ambiente poco favorable y el mal concepto en
que quedó después de la publicación de las sátiras y de la Ex-
postulatio Spongiae, por las imputaciones que en ambas obras
se le hacían respecto a su falta de limpieza de sangre y a su es-
candalosa conducta 10. A continuación se verá cómo estas afir-
maciones de sus enemigos le fueron de no poca dificultad para
conseguir su propósito, pero antes señalaré la errónea interpreta-
ción que se dio a la cuestión por no conocerse los datos des-
cubiertos ahora.
5. Don José de Rezabal y Ugarte X1 fué el primero .que
quiso justificar la tardanza de Torres Rámila en alcanzar la beca
de colegial de San Ildefonso, y fantaseó diciendo que el año
de 1624 lo intentó; ''pero habiéndosele atribuido ser autor de
unas sátiras publicadas contra el célebre Lope de Vega, bastó
esta circunstancia para demorar su recepción". Y añade que
"al fin logró vindicarse y pudo por este medio facilitarla, de-
puesta ya l=i aversión que se concibió contra él por haberse atre-
vido a censurar el fecundísimo ingenio de Lope, a quien miraba
la nación en aquel tiempo con una veneración casi supersticiosa;
sin reflexionar que la misma asombrosa facilidad de su pluma
le había hecho incurrir en muchos defectos, que no debía perdo-
nar la crítica, fuera de los que él mismo tenía reconocidos en
sus comedias, confesando ingenuamente que el deseo de agra-

7 Véase el Apéndice, versos 45, 62 y 155 y el capítulo IV, núm. 18.


8 ATéase el núm. 143 de este capítulo.
9 Parece ser que ya en 1617 había intentado algo en este sentido. (Véa-
se el capítulo IIT, núm. 28.)
10 V é a s e el capítulo I I I , miras. 24 y 33.
11 Biblioteca de los escritores que han sido individuos de los seis co-
htjios mayores, Madrid, Sancha, 1S0S (pág. 362).
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 2>55

dar al vulgo le había obligado a quebrantar frecuentemente las


reglas de la naturaleza, y a mirar con poca atención las respe-
tables leyes del teatro".
6. Perdónensele a Rezabal su estrecho criterio preceptista
y la errónea idea que tenía de la crítica en el siglo de oro, en
gracia a que escribía influido por el neoclasicismo de su época y
a no estar aún lejano entonces el recuerdo de un caso único en
la historia literaria española que pudiera hacer pensar en la vero-
similitud de las invenciones insertas 12.
7. Pero no se puede mostrar igual benevolencia con don
Manuel Martínez Añíbarro 13, que aumentó los falsos datos de
Rezabal con las suposiciones más absurdas e incoherentes que
se puedan imaginar. Véase la jocosa explicación que se forjó,
cuyos puntos principales merecen subrayarse: "Fué al Colegio
Trilingüe de Alcalá [Torres Rámila], conjeturo que de profe-
sor o repetidor de Humanidades, a pesar de ser a la sazón jo-
ven aún; desde allí pasó al de San Ildefonso de la misma villa,
no sin zanjar difícilmente grandes dificultades que se le opusie-
ron por haber escrito contra Lope de Vega (!!), ídolo de su épo-
ca, porque Rámila aparecía como reo de un delito de sacrile-
gio (!!!) que hubo de pagar mediante una gruesa multa (se-
tenas) lé."
8. Ignoro qué lejanos fundamentos pudo buscarse el señor
Martínez Añíbarro en lo que antecede y el resto de su pésimo
artículo acerca de Torres Rámila; mas tampoco merece que nos

12 Me refiero a la tiránica orden que dio Fernando V I en 1750 prohi-


biendo terminantemente que se escribiese en contra de las obras de Fei-
joó, libertando así a éste de una peligrosa crítica y amordazando a quie-
nes la ejercían. Pero en el siglo x v n corrían vientos más puros, y a na-
die se le ocurrió imposibilitar a Torres Rámila la vida oficialmente por-
que hubiese atacado a Lope de Veg'a, .pese a ser el ídolo de España entera.
O t r a s causas, hoy menos importantes pero entonces primordiales, fueron,
como se verá, las que retardaron los deseos de Torres Rámila, según ya
he dicho anteriormente.
13 Intento de un diccionario biográfico y bibliográfico de autores ch-
ía provincia de Burgos. Madrid, 1S81 (pág. 511).
14 Dejando aparte las inexactitudes que integran el pasaje de Mar-
tínez Añíbarro reproducido, que quedan invalidadas con la documentación
inédita de este trabajo, debe tenerse en cuenta que setenas, según Covarru-
bias, es la "pena en que uno era condenado en el siete t a n t o " , y no " u n a
gruesa multa", y que todo ello es pura invención, tan ridicula como inne-
cesaria.
256 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

detengamos en él, una vez indicada su carencia absoluta de ve-


racidad. Otras fueron las dificultades que encontró el censor de
Lope, como he dicho y voy a exponerlas a continuación, utili-
zando la nueva aportación documental, que hasta el presente ha
permanecido desconocida.
9. Según el "Interrogatorio del Colegio Mayor" de San
Ildefonso de Alcalá 15, eran condiciones indispensables para for-
mar parte de él las siguientes:
10. Probar limpieza de sangre; no estar "sujeto a matri-
monio"; ser "hombre sano y limpio, y que no ha tenido ni tie-
ne enfermedad de bubas, ni San Lázaro, ni lepra, ni otra en-
fermedad contagiosa"; ser "tan pobre que no tiene hacienda de
patrimonio secular ni renta eclesiástica que le pueda valer,
hasta cantidad de veynte y cinco florines 10 en cada un año,
para poderse alimentar, portados y puestos en Alcalá"; ser
"buen estudiante, honesto, recogido, de buena conciencia, con-
versación y costumbres";. no haber sido "distraído o inquieto,
revoltoso o murmurador, y tal persona que no conviene para
ser etegido en colegio y conversación de hombres doctos, como
•es el colegio de San Udephonso", y no haber tenido ni el opo-
sitor ni sus padres o ascendientes "algún oficio reputado co-
múnmente por infame".
11. A esta última condición se añade manuscrito al mar-
gen del documento —a causa de lo dicho en las sátiras y en la
Expostulatio Spongiae—: "en las preguntas se ha de preguntar
si han sido brujos, hechiceros o desesperados", lo cual demues-
tra con claridad qué clase de dificultades eran ]as que se oponían!
aparentemente.
12. A fin de comprobar si Torres Rámila reunía las parti-
cularidades dichas dio el poder a 26 de febrero de 1622 el Colegio
Mayor de San Ildefonso al doctor Miguel Ferrer 17, perteneciente
al mismo, para que en su nombre hiciera las informaciones de lim-
pieza de sangre del opositor, y demás necesarias, en Madrid prin-
cipalmente y en otros lugares que fuera preciso. También dieron
autorización al doctor Ferrer el "Rector y Capilla" 18 de la Uni-

15 Pruebas 1522, fol. 4.


16 El florín en esta fecha equivalía aproximadamente a 2,50 pts.
17 Pruebas. 1622, fol. 5, s. n.
18 Pruebas. 1622, fol. 5, s. n. El Rector lo era en esta fecha el li-
cenciado don Felipe de Villegas. La capilla o claustro estaba integrada por
los doctores La Fuente, Hernando, Quíjano y Ferrer, el elegido; los
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 257

versidad con el mismo fin, y Torres Rámila, por su parte, se lo


dio asimismo a éstos para que procedieran a ello libremente el
<día 19 de marzo de 1622 19.
13. Además, en virtud de una Bula del Papa Clemen-
.te VIII, ya concedida a la Universidad en 25 de mayo de
1600 ao, nombró ésta después (en 30 de octubre de 1622) 21,
para que continuara las informaciones de Ferrer, al doctor
Francisco Pérez Roy, según veremos, y tanto uno como otro
.cumplieron su cometido con arreglo al "Interrogatorio del Cole-
gio Mayor" de San Ildefonso.
14. El más grande interés de estas curiosísimas informa-
ciones —aparte de los datos innumerables que aportan a la bio-
grafía de Torres Rámila, ya aprovechados— consiste en que a
causa de las murmuraciones suscitadas por los escritos de Lope
de Vega y de sus amigos en torno a ía limpieza de sangre del
•opositor y a su conducta sospechosa en la Corte, se emprendió,
;además de las investigaciones genealógicas acostumbradas en ta-
les casos, una serie de pesquisas en Madrid, Toledo y Alcalá
•de Henares, interrogando a los escritores más notables que fué
posible. De ellas se derivan noticias dfe la mayor importancia, re-
ferentes a todos los declarantes y opiniones suyas acerca de
la poesía satírica totalmente inéditas y de excepcional valor, no
ya sólo para el estudio de aquel género literario en la edad de
oro, sino también para poder apreciar, sin engaño, el estado de
.ánimo general con que se recibían las sátiras, en un siglo como
el XVII, durante el cual alcanzaron su máximo desarrollo.
15. Para llevar a cabo estas informaciones —caso único
-conocido de tal carácter— se trasladó el doctor Ferrer a Ma-
'drid inmediatamente, y comenzó los interrogatorios en 24 de
marzo de 1622."
16. En este día vio el primero "al Señor Lope de Vega
'Carpió, el qual —dice Ferrer— auiendo jurado in verbo sacer-

licenciados Alvaro de Alcalá, Diego Rosales y Diego Rojo, y los maes-


tros Diego López y Alfaro (y seguramenfe el mismo Torres Rámila, aun
fCuando no figure en esta, reunión, por ser el interesado).
19 Pruebas. 1622, fol. 8 vto.
20 Pruebas. 1622, fol. 6.
21 Pruebas. 1622 (fol. 3). En esta fecha era rector el doctor don Juan
'Quij ano, y la capilla la formaban los doctores Bermejo, Felipe de Villegas,
Francisco García, el licenciado don Alvaro de Ayala y Diego Rojo, y los
•.maestros Diego 'López y Alfaro.

17
258 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

dotis y auiéndole puesto censuras, pena de excomunión mayor


late sententiae, reservada a mí la absolución, él dixo que conoce
al Maestro Torres Ramilla de quatro años a esta parte, del
qual no sabe de donde sea natural. Sólo a oydo decir que es
de sierra de Burgos 22, y que el conocimiento que del tiene fué
en esta Corte. Y preguntado si tiene noticia de los padres del
dicho opositor, dixo que no tiene noticia alguna de sus perso-
nas ni de sus ascendientes, ni de dónde sean naturales y oriji-
narios. Y preguntado si sabe o tiene noticia de que el dicho
oppositor tenga algún defecto de calidad como es de morisco o
judío y algún officio uil o baxo o penitenciado por el Santo
Oficio de la Inquisición, dixo que no sabe cosa alguna, antes
bien que a oydo decir a don Jerónimo de Medinilla, Caballe-
ro del hábito de Santiago y Caballerizo de Su Magestad que es
bien nacido el dicho oppositor, y que esto lo sabe por ser de
su tierra y de su mismo lugar, y que conocía a sus padres. Y
preguntado si tiene noticia de unas sátiras que ay contra el di-
cho oppositor, dixo que sí, y que la vna dellas sabe por el jura-
mento echo que lo higo Balthasar de Medinilla, difunto, natu-
ral de Toledo 23, que contenía lo mismo que la que yo leí al di-
cho declarante. Y preguntado si sabe las demás y la que yo en
mi poder tengo quien las higo, dixo que por el juramento y
censuras, que no lo sabe. Y preguntado qué concepto tiene de
todas essas sátyras y de la calidad del oppositor, dixo que a sá-
tyras no tiene crédito alguno, ni le da, ni sabe que fundamen-
to tuuieron los componedores destas satyras, ni de quien lle-
gasen a saber cosa contra la dicha calidad, y así mismo pregun-
tado si a oydo de palabra a alguna persona con contra a dicho
oppositor, dixo que no a oydo cosa ninguna, si no es por es-
crito a lo quel no da crédito, porque esse mismo oppositor dixo-
que algunas personas de quien tenia sospecha, que auian agota-
do a sus padres, y que sus mugeres estauan en.la casa pública,-

22 Solamente esta indicación era ya buena señal de la nobleza de To-


rres Rámila, según se prueba en el sigxüente pasaje de La Dorotea, de
Lope de v e g a :
''GF.R. Picaro, con torreznos me u n t o ; que soy de las montarías de-
Burgos.
LAU. Ahí es donde andan ellas.
GER. Y vos en las de Judea, mal nacido."
{Acto V. Escena II.)
23 Véase la Introducción, nota 102.

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LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 259

siendo Regidores sus padres con banco dé Caballeros 2i, y ellas


monjas en Santa Vrsula de la giudad de Toledo 25 , colige que
así sería lo demás; fundado en odio y no en verdad, como se vee
en algunas sátiras de las antiguas. Y preguntado si a perdido el
dicho oppositor de su opinión y honra con essas satyras, dixo
que eso dexa al Colegio y a su juyzio y que no sabe si esso im-
porta o no 20, por tener todas las satyras por cosas inciertas.
Y repreguntado si ese dicho oppositor viniese a ser Collegial

24 Refiérese al privilegio concedido a los hidalgos de sentarse en el


templo en un banco especial.
35 Se trata de la familia de Baltasar Elisio de Medinilla, a quien Torres
Rámila había calumniado, al parecer, anteriormente. Mi querido ami-
go don Francisco de Borja San Román, en su valiosísima monografía Eli-
sio de Medinilla y su personalidad literaria, ya citada, no pudo apor-
tar un dato concreto acerca de que el padre del ilustre poeta toledano, don
Alonso de Medinilla, fuera regidor, aunque hubo de suponerlo (.pág. 10), y
en ello acertó, pues aquí lo afirma Lope de Vega —el maestro y gran ami-
go de Baltasar Elisio— de modo indudable. Su abuelo Baltasar de Medina
sí lo había sido, y había heredado el cargo de su hermano Francisco de
Medina, y Baltasar Elisio de Medinilla no pudo heredarlo como su abue-
lo y su padre, por carecer de la edad necesaria para ello cuando murió
éste en 1590 (págs. 8 y 11). No se sabía nada hasta ahora de que los pa-
dres de Medinilla, el ya citado don Alonso y su mujer doña Ana de Arrie-
ta, tuvieran el privilegio de "banco de caballeros", pero sí que tanto uno
como otro eran de familia hidalga (págs. 7 a 11).
Al morir don Alonso quedaron doña Ana y sus hijos en angustiosa si-
tuación económica, y las dos hermanas de Baltasar Elisio de Medinilla, lla-
madas Gracia y Estefanía, hubieron de profesar en el convento de Santa
Úrsula, de Toledo. "La mayor profesó en el dicho monasterio cuando ape-
nas había cumplido los diez años (18 abril 1595)", por lo cual tuvo que
pedir licencia del padre Provincial y dispensa del Nuncio (pág. i r ) , y Es-
tefanía, aunque estaba recogida en el convento desde la misma fecha que su
hermana, no tomó el hábito hasta el 2 de julio de 1605 (pág. 19), en que ya
tenía más de la edad suficiente. De la falta de recursos que padecieron
puede dar idea el que a doña Ana de Arriera le fué preciso pedir algún
socorro a la Cofradía de la Caridad para "atender al mantenimiento de sus
hijas" (pág. 11).
Si Torres Rámila hizo constar sus calumnias por escrito no he logra-
do averiguarlo, aunque más bien creo que se tratara sólo de murmuraciones
oídas por Lope de Vega.
26 Al margen del manuscrito hay. una cruz para señalar esta frase,
con la que Lope de Vega esquiva hábilmente dar una opinión definida so-
bre su enemigo, y el anotarlo prueba que la opinión del Fénix- era harto
sospechosa para quienes tenían por sabido el verdadero juicio que le me-
recía Torres Rámila. Nótese cómo más adelante procura fijar la respues-
ta, temiendo acaso que si* verdadero sentir se hubiera transparentado con
exceso en lo anterior.
2ÓO JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

Mayor de Alcalá, qué concepto tendría del dicho colegio, y si


vernía a perder de su calidad y estimación, dixo que no, por la
dicha razón, y concluyó con que por las dichas sátiras no tiene
mal concepto del, y que por otros principios no sabe nada."

ii. Firma autógrafa de Lope de Vega. 1622.

iy. "Y asimismo, preguntado, dixo que de sus padres no


sabe que sean sastres más de lo que dicen las satyras; y en
quanto a si el dicho maestro Torres Rámila a seruido a alguna
persona, o tenido algún offiicio baxo o vil, él o sus padres, dixo
que sólo sabe a seruido en Italia al Duque de Monte-león por
auerlo así oydo decir; pero que no sabe aya tenido officio baxo
nunca y que si las satyras lo dan a entender, el dicho declaran-
te no las da crédito como tenie dicho; y preguntado si sabe qué
personas pueden dar noticia destas satyras o de su calidad en
contra o en su fauor en esta Corte, dixo que eli dicho don Je-
rónimo de Medinilla y don Francisco López de Aguilar y Ma-
nuel Ponge y el doctor Figueroa y Juan Pablo de Rico de los
quales algunos an tenido encuentros con el; y eso dixo ser
verdad y que no sabe otra cosa, así en esto como en sus cos-
tumbres; y lo firmó 3T.:M
18. No poco perplejo quedaría el doctor Ferrer ante aque-
lla declaración del que más sospechoso era en el asunto, y con
la cual quería Lope de Vega, sin duda, curar en lo posible el
daño que había causado con su ira anteriormente; pero nada

27 Pruebas. 1622 (fols. 11 y sigts.) Los textos de las informaciones re-


producidos y los que siguen los he transcrito con la ortografía del origi-
nal, salvo deshacer las abreviaturas y modernizar la puntuación y el em-
pleo de las mayúsculas, indispensables para facilitar la lectura.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 2ÓI

añadió por su parte el informador, y siguiendo las indicaciones


del Fénix fué a visitar al día siguiente, 25 de marzo de 1622,
a don Manuel Ponce 2S.
19. E-ste dijo que conocía a Torres Ráimila desde doce años
antes <£de trato y comunicación", que tenía con él todavía en la
fecha del interrogatorio. No obstante sabía de Torres únicamen-
te que era "de la Montaña", si bien le tenía por "hombre lim-
pio de limpia sangre, sin raga ni mácula alguna de moro, judío,
hereje ni conuerso ni otra mala seta, ni xitano, ni que aya sido
penitenciado ni castigado por el Santo Officio, e t c . " , según le
dijeron Medinilla y otros amigos del opositor. No había oído
nada contra su calidad ni que tuviera oficio vil o bajo, "antes
desde que le conoce le a visto andar decentemente y con título
de passante de un hijo de la duquesa de Bibona, y después de es-
tudiante en Alcalá, todo el tiempo que a que le conoce, en el
qual a tenido honrrados amigos y tratádose honradamente y con
estimación." " Y que lo que a sabido tocante a las satyras que a
auido contra él y otros por los encuentros que tuuo con Lope
de Vega sobre auer censurado sus escritos, lo ha tenido siempre
por fábula y falso, calumnias maliciosas, supuesto que a él no
se acomoda ni cabe defecto de los que le an imputado."

(^^¿cmx+Ctfon oc

12. Firma autógrafa de Manuel P&ncc. 1622.

20. No juzga que Torres Rámila haya perdido nada con


los ataques que le hicieron; "porque en satyras se sabe que pro-
cede la passión y no la verdad y más quando es en venganza",
por lo cual no les da crédito y afirma que "an sido muy culpados
los que escribieron cosas semejantes5'".

28 Véase el capítulo II, nota 76.


262 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y TEÑA

21. Preguntado si conocía al autor ele ellas, contestó que ha-


bió "oydo decir a Lope de Vega que se hicieron en Toledo, y que
las higo vn Balthasar Elisio de Medinilla, difunto, y otros ami-
gos suyos de Toledo que no sabe como se llaman; pero que tiene
por cierto que el mismo Lope de Vega las higo".
22. Sin embargo, disculpa a los enemigos de Torres dicien-
do que "no sienten mal del ni le tienen en la opinión que di-
cen sino que en venganza de lo que otros auian escrito por él
tratándolos mal, ellos se querían vengar diciendo mal del dicho
oppositor".
23. " Y preguntado si sabe que tenga algún otro enemigo
mas de a Lope de Vega el dicho Maestro, dixo que si alguno ha
tenido encuentro con el dicho oppositor fuera de Lope de Bega
a sido don Francisco López de Aguilar por lo que resul'tó de las
satyras que escrivieron, contra el dicho don Francisco, en de-
fensa del Maestro Torres, sin que entre ellos huuiese otra
causa .
24. El día 26 de marzo del mismo ano de 1622 verificó el
interrogatorio de don Francisco López de Aguilar, que en parte
siguió a Lope de Vega en sus respuestas, y en parte fué más con-
secuente en su opinión sobre Torres Rámila, expuesta con
franqueza.
25. Como el Fénix, afirma que nada sabe de Torres, más
de que sea paisano de don Jerónimo de Medinilla, e ignora todo
lo que se refiere a su familia. Le conocía desde 1Ó16 aproxima-
damente y sólo había hablado con él —según dice— "algunas
veces".
26. "Y preguntado si tiene noticias de unas satyras que sa-
lieron contra el dicho oppositor dixo que las a visto, y pregunta-
do si sabe o a oydo decir quien fuese el autor de ellas dixo que
no lo sabe pero que a oydo decir varias veces aunque no se acuer-
da a quienes que Baltasar de Medinilla, difunto; otras veces
Lope de Vega y otras don Tomás Tamayo de Bargas; pero que
no sabe determinadamente quien las hico y preguntado qué
concepto y sentimiento a formado de lo que se a dicho del oppo-
sitor, dixo que como no sabe de su genealojía no sabe determina-
damente que sea ni si es calificado o no; pero que por auerse

29 Pruebas, 1622, fol. 11 vto. Véase el capítulo I, núm. 37. Como


es natural, no se indica quién escribió defendiendo a Torres Rámila; pero
es de suponer que fuera él mismo.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 263

dicho del en las satyras cosas contra su calidad le pareze que


otros auran formado mal concepto del y que a perdido mucho en
su estimación, de tal suerte que le parece que aunque huuiera he-
cho el Colegio mayor todas sus diligencias y hallara y le hallaran
en sus orígenes calificado, que por auerse dicho lo que se ha dicho
del si le hiciera collegial perderá el dicho colegio mucho de su
autoridad y estimación, y preguntado si essas satyras se an es-
tendido mucho, dixo que entiende a llegado a hoídas (?) de mu-
cha parte del lugar 3o, por que sabe que an andado muchos tras-
lados y que a oydo a diferentes personas recitarlas, y asimismo
preguntado si a oydo o sabe el concepto que formaron los que
las tienen, dixo que sabe que todos juzgaron por lo menos exte-
riormente que incurrió en gran nota porque decían que le ponían
bueno y otras cosas semejantes y que no ay duda sino que todos
formarían mal concepto y que el hombre a perdido mucho de su
reputación. Y preguntado si sabe que el dicho oppositor aya te-
nido algún officio vil o baxo o tratádose servilmente, dixo que
solo a oydo decir a don Antonio de Oces que estando su padre
en el adelantamiento de campos, yva su padre a cortarle de ves-
tir, y que era sastre; pero que del no sabe que aya tratádose in-
famemente ni con trato fiero."

13, Firma autógrafa de López de Aguilar. 1622.

27. Menos mal que a pesar de todo lo dicho se dignó aña-


'dir que no sabía ni había oído que los, padres de Torres Rámi-
la hubieran ejercido algún oficio vil. " Y preguntado si el officio

30 Madrid, que es donde aparecieron las sátiras. Con análoga acep-


ción extensiva figura en Covarrubias. "Lugar significa muchas veces ciu-
dad, o villa, o aldea, y así decimos: en mi lugar, en el pueblo dfonde nací,
y fulano no está en el lugar; no está en la ciudad."

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264 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

de sastre es vil o baxo, dixo que sólo sabe que es mecánico, pero
no infame 31 ."
28. En vista de lo indicado por López de Aguilar respecto
a la complicidad de Tamayo de Vargas en la composición de las
sátiras, se trasladó Ferrer a Toledo, ciudad donde vivía el eru-
dito humanista, para entrevistarse con él.
29. Poco se entretuvo en preparar el viaje nuestro doctor,
pues al día siguiente, 27 de marzo de 1622, estaba ya en la im-
perial ciudad interrogando a Tamayo de Vargas, que le dijo
tenia noticia de los padres de Torres Rámila —al cual conocía
"de vista'"—y sabía "que eran sastres y gente humilde y baxa",
aun cuando ignoraba sus apellidos y naturaleza.
30. Además "dixo que no solo tiene noticia, pero que a vis-
to las satyras y vn libro que se llama Expostulatio Spongiae con-
tra el dicho maestro Torres en que le tratan de judío, moro y
otras cosas contra su calidad; y preguntado si sabe quienes ayan
sido los componedores destas satyras dixo que determinadamen-
te no lo sabe, pero que sabe que es fama cierta que él provocó
a diferentes personas con vnas satyras en latín, y en romanQe;
y preguntado qué personas fueron las que provocó, cfixo que a
Lope de Vega Carpió, don Francisco López de Aguilar y Bal-
tasar Elíseo de Medinilla, llamándolos a todos confessos, cor-
nudos, hijos de puta y otras palabras que por no ofender la
grauedad no es raQon decirles (??!!) y asimismo siendo pregun-
tado si por lo menos a oydo decir a algunas personas quienes fue-
sen los que hiciesen essas satyras, dixo que entiende que algu-
no dellos aunque no sabe determinadamente quien porque no las
vio escrebir; y preguntado si sabe a cuyo poder ayan llegado
essas satyras dixo que a poder de infinitos en cuya opinión el
nombre de dicho oppositor es tenido por maldiciente y por de
poca calidad por saber que se a encontrado con muchos sin pro-
vocación alguna y tan arrojadamente que se a querido dar dello
cuenta en el Tribunal de la Inquisición como por auer dicho que
era judío Lope de Vega,_ siendo ministro della S2 y lo otro por
la opinión de la Concepción que escribió en otra dedicatoria que
la Universidad de Alcalá auie jurado forjada 33 y asimismo dixo

31 Pruebas. 16,22, fol. 12.


32 Se refiere al cargo honorífico de "Familiar del Santo Oficio de la
Inquisición", ostentado por Lope de Vega desde 1609, cuando menos.
33 Cfr. con el Apéndice, versos 95 a 100.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 20$

que muchos an sospechado mal de su codicia entendiendo que a


de dar en algún error grande por la satisfacción grande que
tiene de sí y de que sabe, siendo su principal fundamento de mal
gramático, y preguntado si con essas satyras y lo que se a dicho-
contra su calidad a perdido mucho de su reputación, dixo que
le parece que sí porque quien no le conoce, juzga que es verdad
todo lo que se ha dicho contra él y quien le conoge lo confirma
con ver su soberbia y en particular siendo esto cosa tan exten-
dida y tan pública así en la Corte como en esta ciudad y en
otras partes, y que aun sabe de algún juez eclesiástico que por
estas cosas a estado para castigarle, el qual se llamaua don Juan
de Gomara, siendo Vicario de Madrid 3-, y preguntado si sabe
además desto de algunas personas de su tierra del oppositor y de
otras a quienes aya oydo decir algo contra su calidad, dixo que
no sabe mas que lo que tiene dicho; pero que puede decir en
Madrid el Licenciado Luis Tribaldos Toledo, maestro del Con-
de de Villamediana, y el padre fray Lucas de Montoya, predica-
dor y historiador de la Vitoria, y otros cuyos nombres se expre-
san en la Espongia 35 y que quando no tuuiera otro principio
mas de fauorecerle gente ruin y baxa y de mala calidad como es
Figueroa 3G sólo ésto bastaua a desacreditarle y a que se juzga-
se no tenerla el buena, además que lo que ofende son gente honra-
da y principal; y preguntado si este testigo si entiende que lo que
dixera Baltasar de Medinilla era cosa sin fundamento y ver-
dad, dixo que no porque era hombre de verdad, bien nacido y
muy gran xtiano y que como tan entendido que no dixera cosa

34 Don Juan de Gomara y Mexía, como Vicario de Madrid, aparece


firmando en 13 de mayo de 1619 la Aprobación del Lazarillo de Manzanares,
de Juan Cortes de Tolosa (Madrid, 1620), y se firma Licenciado; pero en
18 de septiembre del mismo año, al suscribir la Aprobación de la Par-
te XIII de Comedias de Lope de Vega se da el título de Doctor, lo cual
pairece indicar que recibiría el máximo grado universitario en el espacio
de tiempo comprendido entre ambas actuaciones. (Véase Pérez Pastor:
Bibliografía Madrileña, II, 522 y 553.)
35 Es error del escribano. Se trata, como es natural, de la Expostulatio
Spongiae, donde aparecen los citados personajes entre los panegiristas ríe Lope
de Vega. (Véase el capítulo IV, núms. 45 y 81.)
36 Lo subrayado aparece tachado en el original; pero fácilmente legible.
Quizás le pareció a Tamayo, más tarde, que era excesivo o peligroso citar
nombres. Alude, como es de suponer, al doctor don Cristóbal Suárez de Fi-
gueroa, tan mal conceptuado por todos. Además confróntese con lo dicho
en las sátiras, (¿Apéndice, versos 427 a 430.)
2Ó6 JOAQUÍN DE EXTRAMBASAGUAS Y PEÑA

graue sin saberla.'"' "Que en quanto al oficio a entendido que


fué repetidor de Gramática y muy malo, y que este oficio lo
tiene por vil y baxo y en quanto al tratar seruilmente que le a
visto muy roto y desarropado pero que1 no sabe que aya en cosa
alguna sentido humildemente 3T y de sus padres dixo que a oydo
decir a diferentes personas y a los mismos satyricados 38 que
sus padres fueron sastre y calcetera o soletera, gente humilde y
baxa, y preguntado este testigo qué concepto a formado destas
•satyras del pretendiente dixo que muy baxo y que llega a sos-
pechar lo que los demás." En conclusión: que si el Colegio Mayor
de San Ildefonso lo admitía, vendría a perder mucho de su pres-
tigio 39.

14. Firma autógrafa de Tamayo de Vargas. 1622

31. Como puede verse por lo copiado, el buen Tamayo de


Vargas no se andaba con miramientos ni hipocresías, ni tam-
poco carecía de soltura en la lengua, para exponer francamente,
quizás demasiado, sus opiniones acerca de Torres Rámila. Y el
doctor Ferrer, muy preocupado, sin duda, ante declaraciones tan
contradictorias y obscuras como las recogidas y las que sospe-
chaba, con fundamento, había de recoger en adelante, compren-
dió que mientras no se averiguase la genealogía de Torres Rá-
mila, todo interrogatorio en este sentido sería estéril, y así sus-
pendió sus indagaciones en la corte al llegar a este punto, hasta
siete meses después —cuando ya se habían realizado las infor-
maciones genealógicas de Villarcayo y otros lugares 4ot—, re-

37 Sabido el carácter soberbio y orgulloso de Pedro de Torres Rá-


mila, 110 se puede por menos de ver aquí una sangrienta ironía de Tantayo
de Vargas.
3<S Es decir, Lope de Vega, Francisco López de Aguilar y Baltasar Eli-
sio de Medinilla. (Véase el capítulo 37.)
39 Pruebas. 1622, fol. 12 vto.
40 Véase el cap. I, núm. 10 y siguientes.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 267

anudándolas el otro informante, don Francisco Pérez Roy, en


noviembre de 1622, según se verá inmediatamente.
32. Ahora bien: en este intervalo de tiempo acaeció un
acontecimiento en el que, por intervenir algunos de los principa-
les personajes de la guerra literaria de que vengo ocupándome,
creo interesante señalar, aunque sea brevemente.
33. En el mes de junio del año 1622 se celebraron en Ma-
drid las fiestas conmemorativas de la canonización de cinco san-
tos famosísimos: uno italiano, pero muy popular en España,
San Felipe Neri, y cuatro españoles: San Isidro de Madrid, San
Ignacio de Loyola, San Francisco Javier y Santa Teresa de Je-
sús. Y como toda fiesta popular de entonces solía llevar apare-
jado con ella un certamen poético, éstas, que fueron suntuosísi-
mas, dieron lugar a dos casi simultáneos: el celebrado por la
villa de Madrid y otro organizado por la Compañía de Jesús,
ya que entre los nuevos santos figuraba nada menos que su
fundador San Ignacio y el más amado discípulo de éste, San
Francisco Javier.
34. De la celebración del certamen poético de la Compañía
de Jesús hizo una relación puntual y detallada Fernando de
Monforte y Herrera 41 ; pero es todavía más importante y cu-
riosa para este trabajo la que se redactó utilizando una carta de
don Manuel Ponce 42 —obra seguramente de este mismo 43—,

41 "Relación de las fiestas que ha hecho el Colegio Imperial de la


Compañía d<e Jesús de Madrid en la canonización de San Ignacio de Lo-
yola y San Francisco Xavier. Por don Fernando de Monforte y Herrera.
Dirigida al mismo Colegio Imperial de la Compañía de Jesús. Con privilegio.
En Madrid, por Luis Sánchez, Impresor del Rey nuestro Señor. Año de 1622."
Un vol. en 4.°, 4 hojas s, n, de Prels. + 105 fols. de texto.
Otras relaciones de las fiestas, sin interés para nuestro trabajo y menos
extensas que esta de Monforte y Herrera, pueden verse en Alenda y Mira:
Relaciones de solemnidades y fiestas públicas de España. Madrid, 1903 (pá-
ginas 211-212),
42 Véase el capítulo II, núm. 76.
- 43 "Relación, de las | Fiestas, qve se han [ hecho en esta Corte a la
Canonizado de cinco Santos: copiada de vna I carta que escriuió Manuel |
Ponce en 28 de Junio. 622."
Comienza: "Domingo 19 de Junio deste año | se comento en esta J
Corte"...
Concluye: "y quanto es bien afecto, y in- | diñado a los varones in- |
signes."
Colofón: "Con Licencia, I En Madrid. Por la viuda de Alonso | Martín, I
Véndense más arriba de la Victoria, en casa | de Juan Pérez librero."
2Ó8 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

pues en ella, aunque se refieren más por encima los festejos ce-
lebrados, verdaderos alardes de lujo y de buen gusto la mayo-
ría 44, hay, en cambio, alusiones y noticias de los poetas que in-
tervinieron en los certámenes, muy interesantes para nosotros.
35. El secretario de los dos concursos poéticos fué Lope
de Vega; pero no obstante tomar parte tan importante el Fénix
en ellos, carecieron, en cuanto a la concurrencia de poetas, del
exclusivismo que caracterizó a las fiestas de la Capilla del Sa-
grario de Toledo (1617) dedicadas a Góngora y a los poetas cul-
teranos, y las de la beatificación y canonización de San Isidro de
Madrid (1620 y 1622), donde se glorificó a Lope y a los suyos,
frente a los anteriores; y por ello concurrieron escritores de uno
y otro bando, incluso Pedro de Torres Rámila, el odiado censor
de Lope, de Vega 4,\
36. De la camarilla de éste asistieron su incomparable ami-
go Juan de Pina 4C; Juan Pérez de Montalbán, que por entonces
vino a ser su discípulo favorito en sustitución del llorado Bal-

Un folleto, en 8.° marquilla. Sin portada. 1 hoja en blanco 4- 11 foliadas


+ 2 en blanco.
Rarísimo. Hay un ejemplar encuadernado con otros papeles en el ma-
nuscrito 2.353 (fol. 255) de la Biblioteca Nacional.
Fué reproducida por Foulché-Delboscl en lai Revue Hisptínique (to-
mo XLVI, págs. 583-606), sin comentario de ninguna clase.
44 Las fiestas empezaron el domingo 19 de junio de 1622. Hubo la vís-
pera una vistosísima procesión o cabalgata de todos los organismos oficiales
de la Villa, con carrozas, carros de triunfo, alegorías, gigantes y danzas. La
iglesia de San Andrés fué adornada por los clérigos menores con gusto y ri-
queza admirables para recibir a los dos santos de la Compañía de Jesús (San
Ignacio y San Francisco Javier), que fueron trasladados a ella en lujosa
carroza para que salieran con los otros tres en la procesión general. Todas
las .calles por donde hubo de pasar ésta se engalanaron y empavesaron de
sorprendente manera, con iluminaciones y reposteros magníficos y riquísimas
colgaduras, montándose altares de trecho en trecho. Para finalizar las fiestas,
además de los certámenes poéticos hubo fuegos artificiales y los inevitables
juegos de cañas, y concluyeron todas las diversiones y actos el lunes 26
del mismo mes y año. (Ponce. Ob cit. Fol r al 10.)
45 Ni Monforte ni Ponce, en sus dos obras citadas, publican las com-
posiciones que presentó Torres Rámila a este certamen, sin temor a la agria
censura con que pudiera desquitarse el Fénix en su cargo de secretario. Im-
posible es saber ahora si el no salir premiado el autor de la Spongia fué
injusto o no. Realmente, por sus otras composiciones que conocemos
puede afirmarse que no debió de ser una gran pérdida literaria la de
éstas o ésta, presentadas al certamen poético de los cinco santos.
46 Monforte. Ob. cit. (fol. 13): un soneto ("El Sagitario en nieve,
en yelo, en ¡ra.") Véase la Introducción, nota 16.

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LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 269

tasar Elisio de Medinilla -~; el licenciado 'Francisco de Quin-


tana, muy afecto también a Lope 4 8 ; el doctor Peña Castella-

47 Monforte. Ob. cit. (fol. 29 vto.). Tercetos ("Divino Ignacio, si al


amo?, sí al celo")-
Ya se sabe que Juan Pérez de Montalbán (1602-1638), paisano y dis-
cípulo de Lope de Vega, fué orientado por el Fénix en el cultivo de la
literatura durante las tertulias que organizaba éste en la librería de Alonso
Pérez, editor de sus comedias y padre del joven poeta. Educado Montalbán
en aquel ambiente literario que rodeaba al creador del teatro, se sintió influí-
•do por éste casi desde su niñez, y así no es extraño que a los diecisiete
años (1619') estrenara la comedia Morir y disimular, donde se delata conti-
nuamente la mano del Fénix.
Se trasladó Montalbán a Alcalá para seguir sus estudios en la Universi-
dad complutense; pero no por eso perdió el contacto con Lope, sino que
precisamente se constituyó en su discípulo predilecto, como antes lo había
sido Medinjlla, y poco después de esta fecha de 1622 se compuso el célebre
poema Orfco en lengua castellana, que se imprimió en 1624, a nombre de
Montalbán, si bien cada día parece más indudable que es obra del Fénix, lanza-
da contra el Orfco de don Juan de Jáuregui, aparecido poco antes y escrito por
el poeta sevillano cuando había entrado de lleno en la poesía culterana.
Acerca de la personalidad literaria de Montalbán, muy necesitada de una
monografía en que se fije definitivamente el valor y la extensión ele su
verdadera obra, puede consultarse, con preferencia, el estudio de G. W. Ba-
con: The Ufe and dramatic works of Dr. Juan Peres de Montalbán. (En
Revue Hi-spanique, tomo XXVI (1912), págs. 1 a la 474.)
48 Monforte, Ob. cit. (fol. 50): Romance ("Inspire ardor soberano").
El doctor don Francisco de Quintana nació en Madrid, y sus padres
fueron también madrileños. Se llamaron don Francisco de Quintana y doña
•Clara de las Cuevas —de aquí que el hijo usara en cierta ocasión el nombre
<Le Francisco de las Cuevas—, y en 25 de junio tomaron el hábito de la
Venerable Orden Tercera de San Francisco, y vivían en la calle de Mira
«1 Río, dependiente de la parroquia de los Santos Justo y Pastor. Otros
hijos, llamados Blas y Antonio de Quintana, fueron fraile franciscano y
•curtidor de pieles, respectivamente, —la tenería de Antonio de Quintana
estaba en casa de su propiedad, correspondiente a la misma parroquia que
las de sus padres, y él se hizo terciario franciscano en 23 de agosto de
1644—. Los abuelos paternos del amigo de Lope fueron don Juan de Quinta-
na y doña María de Durruza, madrileños, y don Miguel de las Cuevas
y doña Ana de Aranda, naturales el uno de Soria y la otra de Toledo.
Don Francisco de Quintana, el padre, casó en segundas nupcias con doña
!Ana de Barrientos, de cuyo matrimonio nació doña Ana de Quintana, que
al ingresar en la Orden Tercera de San Francisco, en 10 de marzo de 1648,
"estaba soltera y vivía a las Tabernillas, a espaldas de Castillo, panadero
•de Corte, feligresía de Sn. Andrés".
Estudió don Francisco de Quintana, hijo, la carrera eclesiástica, y
formó parte de la venerable Congregación del Apóstol San Pedro, de sacerdo-
tes naturales de Madrid, en 13 de mayo de 1625. En ella fué tesorero,
•contador y consiliario, y, por último-, capellán mayor en los años de 1634,
27O JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

no i0 , y Baltasar Porreño 50, panegiristas suyos en la Expostu-


latió Spongiae y Antonio López de Vega, que guardaba gran
amistad al Fénix B1.

1643 y 1649. Su elocuencia en el pulpito le granjeó fama extraordinaria.


E n 1641 sucedió a su primo el licenciado Jerónimo de la Quintana —el fa-
moso historiador madrileño, también amigo del Fénix—• en el Rectorado del
Hospital de la Latina, y a desaparecido, y en 15 de septiembre del mismo
año ingresó en la Orden Tercera, donde fué vocal de su J u n t a , enfermero
m a y o r en 1644 y coadjutor de ministro en 1647. D e resultas de ciertos
pleitos y enredos que surgieron con la testamentaría de su primo respecto-
a una capellanía que había de disfrutar él quedó "en la mayor pobreza y
suma necesidad, de suerte que la Congregación [de San P e d r o ] le socorrió
v a r i a s veces. F u é sujeto adornado de excelentes prendas, así de virtudes
como de sabiduría y d o c t r i n a ; gran teólogo, filósofo y predicador de los
más célebres de su tiempo." (López Moran : Ob. cit., tomo I, fols. 206 y si-
guientes.) Sus obras se citan en los Hijos de Madrid ilustres, de Alvarez
Baena, y entre ellas figura Experiencias de amor y fortuna (Madrid, 1626),
que publicó a nombre del licenciado Francisco de las Cuevas, y dedicó a
Lope de Vega. Este le nombró su albacea, después de haberle testimoniado
así su afecto en el Laurel de Apolo (Ed. cit., pág. 213, silva V I I ) :

" Y a del doctor Francisco de Quintana


Te propone la palma victoriosa
El dulce verso y p r o s a ;
Pero más en la ciencia soberana
La sacra Teología;
Que como suele ser de la mañana,
E n cuyos tiernos brazos nace el día,
El lucero preludio,
Así la luz de su incesable estudio
Resplandece en las dudas
De escuros argumentos,
Y la noche se va con plantas mudas
Desatada en las alas de los vientos."

Francisco de Quintana murió en Madrid en 24 de enero de 1658. Se le


sepultó en el convento de San Francisco el Grande, y sus honras fúnebres
las costeó la Congregación de Sacerdotes naturales de Madrid, en la pa-
rroquia de San Pedro el Real.
49 Monforte. Ob. cit. (fol. 52 vto) : Ad lectorem en Campcndium His-
ioriac S. Ignatii Loyolac.
Véase el capítulo IV, nota 130.
50 Hizo el cartel de las fiestas, y además veinticinco jeroglíficos
(Monforte, Ob. cit., fol. 100.)
Véase el capítulo IV, nota 81.
51 Antonio López de Vega, o da Veiga, era de Lisboa, donde nació
hacia el año de 1586. Vivió la mayor parte de su vida en Madrid, protegi-
do durante algún tiempo por don Fernando Alvarez de Toledo^ duque'
de Huesear. Ejerció la abogacía, pero se distinguió más como historiador,
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 2JI

27- Con Torres Rámila asistieron sus amigos don José -le
Pellicer 52 y Anastasio Pantaleón de Ribera 53, y su colabora.-
dor en la Spongia Juan Pablo Mártir Rizo 54.

filósofo y poeta. Escribió sus obras en castellano, portugués, italiano y


latín, idiomas que conocía admirablemente, y la lista de sus títulos p u e d e
verse en la Biblioteca Hispana Nova de Nicolás Antonio (tomo 'I, pág. 141).
López de Vega escribió una elegía, En la muerte de Lope Félix de Vega
Carpió, el insigne, el raro, el único. (Véase su obra El Perfecto Señor,
página 214), que comienza:
" ¿ Q u é blasonas de luz siendo humo vano,
presunción racional desvanecida?
Lope murió. Murió el Apolo h u m a n o . . . "
Y el Fénix le alabó en La Filomena (fol. 157):
" D e Antonio López, Portugués, la Vega
De su nombre encarece un verde jaspe
Que en arte y resplandor los ojos ciega."
Peo más aún en el Laurel de Apolo (Ed. cit., pág. 197, silva I I I ) :
" T a n confuso el Tajo,
A imaginar se puso
Con voz quejosa, aunque en acento bajo,
Porque de Antonio López se interpuso
La grave filomena;
Y la considerada y rica vena
Que del doctor Silveira le conduce
Adonde el sol con menos rayos luce,
Desde que de oro puro a Etonte enfrena;
Y viendo tales plumas,
Que cada cual pudiera
P o r tres veces heroicas graves sumas
Ser de la fama, si otro mundo hubiera,
Volando por las cortes de Castilla,
Aunque de entrambos reinos maravilla,
Quejoso de que al fin le desamparan,
El y sus ninfas candidas declaran
Que no vayan los dos ni sean opuestos."
Antonio López de Vega vivía aún en M a d r i d en 1656.
52 Monforte. Ob. cit., (fol. 67), Octavas ("Argos hecho volante seco
pino").
Véase el capítulo I, nota 56.
53 Monforte. Ob. cit. (fols. 60, 60 vto. y 76). Octavas ("Si al leño-
de Jason culto desvelo"), y Liras ("Mas frutos a t u m a n o " ) . Quedó en
segundo y. primer lugar, respectivamente, de estos géneros de composi-
ciones, a pesar de " t a n corta edad" como tenía entonces.
Véase el cap. I, nota 57.
54 Ni en la obra de Monforte ni en la" de Ponce, ya citadas, figuran
sus poesías, que se han perdido.
Véase el capítulo I I , nota 7.
272 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

38. También asistió, por último, Luis Tribaldos de Tole-


do, que había ensalzado entusiásticamente a Lope de Vega en la
Expostulatio Spongiae 55, y más adelante vino a dar su opinión
ecuánime de la lucha de Torres Ranilla con el Fénix, según
:se verá.
39. Manuel Pon-ce 5G describe así los dos certámenes:
40. "Sábado [25 de junio de 1622] se publicaron los pre-
mios del certamen de la Compañía, a que asistieron sus Ma-
jestades y Altezas. Hízose en la sala de la Congregación, donde
primero se representó un diálogo en alabanza de los santos ca-
nonizados ; los interlocutores fueron ricamente vestidos, como en
los demás actos antecedentes; luego se hizo el Certamen y en
acabando los versos de cada asunto se tañían chirimías y trom-
petas, y esta orden se guardó hasta el fin; fueron jueces los exce-
lentísimos señores Príncipe de Esquilache 57, y los Marqueses
•de Cerralbo y Velada, cuya suficiencia y ingenios son ornamen-
to ilustre de su grandeza y emulación de las edades antiguas. Los
•que salieron premiados tendrán su lugar debido en el libro que
se imprimirá desta fiesta 5S. Otros hombres eminentes, obligados
de la majestad de los asuntos y piadosos afectos de la Religión,
escribieron dignamente a los principales intentos del Certamen,
y los excelentísimos y rectos jueces pasaron en silencio sus
•obras persuadidos (en mi opinión) a que los premios señalados en
él eran corta satisfacción de lo que merecieron sus escritos; a
imitación de Timantes, que no pudiendo igualar con la perfec-
ción del arte la tristeza del paternal afecto de la muerte de
Ifigenia (aunque había retratado la de toda su familia) cubrió
el rostro con un velo manifestando que lo imposible a las fuer-
zas es acuerdo prudente no intentarlo 30. Entre muchos a quien

55 Monforte. Ob. cit., (fol. 55): Epigrama a San Francisco Javier


("Grata apud Engáñeos adoran! spectacula divis").
56 Ob. cit.} fols. 10 vtjo. y 11.
57 Véase el capítulo IV, nota 80.
58 Alude a la ya citada obra de Monforte Herrera (véase la nota 41),
donde se imprimieron algunas de las composiciones presentadas al certa-
-men de la Compañía de Jesús. Pero no fueron solamente las premiadas,
sino también algunas que aunque no alcanzaron premio se consideraron dig-
nas de imprimirse.
59 Bien claro se ve que Ponce, recordando una conocida anécdota del
famoso pintor griego y fingiendo suponer que los premios no eran dignos
de los desairados poetas que siguen, quiso a toda costa compensarlos del
fracaso que habían sufrido. No hay que ser un lince para apreciar,
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 273

cubrió el velo deste silencio fueron los que pudieron conseguir


la victoria, y el lauro si fuera la competencia con los venerados
sujetos de las escuelas de Grecia o las romanas. El doctísimo
maestro Luis TRIBALDOS DE TOLEDO, cuya erudición y doctrina
adquirida en cincuenta años de perpetuos estudios en todas le-
tras le ihan merecido opinión del más digno sujeto de nuestros
tiempos, y epílogo verdadero de la gloria de los antiguos. Quien
no ve su nombre niega las honras debidas a la virtud G V
41. "El doctor MIGUEL DE SILVERA, a quien deben las cien-
cias universales su mayor estimación y perfecto conocimiento,
pues no sólo es insigne en ellas, como lo fueron los que con
excelencia la alcanzaron, mas es eminente y capaz, no como un
particular, sino como todo un siglo de hombres ilustres: en él
la filosofía tuvo eminencia y la medicina enseñanza; la juris-
prudencia decoro, la Matemática, consumado maestro; la Lati-
nidad, elocuencia; la Poética, observancia, perfección y majes-
tad 01. El maestro PEDRO DE TORRES RÁMILA, colegial, en el in-

de una parte, el afán que demuestra por ensalzarlo exageradamente, y


de otra la ironía con que alaba la rectitud de los jueces, culminante en el
final, donde hay un buen pinchazo para Lope de Vega.
60 Véase la nota 55.
61 Nació en Celorrico de Beira (Portugal), en el año de 1576. Estudió,
según dice él mismo en el Prólogo de El Macabeo, "cuarenta, años con-
tinuos", en las Universidades de Coimbra y Salamanca, Filosofía, Juris-
prudencia, Medicina y Matemáticas, e instalado en Madrid leyó las mis-
mas materias durante veinte años. En 1608 se titulaba licenciado, y en
1620, a lo más, era ya doctor. Nombrado médico de la Casa de Castilla
(1626) parece ser que además daba clases de cosmografía a los caballeros
jóvenes de la corte. D'edicado también a la literatura, escribió poesías
panegíricas para muchas obras (*), y concurrió a las justas poéticas de
la beatificación y canonización de San Isidro, en 1620 y 1622. Más
tarde se trasladó a Ñapóles, sirviendo al virrey don Ramiro Felípez de
Guzmán, duque de Medina de las Torres, que le protegió, y luego al

(*) He aquí los principales: Vélez de Guevara: Elogio del Juramento


del Serenissimo Príncipe D. Felipe Domingo IV deste nombre (1608);
Ramírez: La Cruz (1612); Méndez de Vasconcelos: Liga deshecha por la
expulsión de los moriscos (1612); Rojas: Compendio y breve resolución
de fortificación (1613); Barrio Ángulo: Dirección de Secretarios de Se-
ñores (1613); Batello: Prosas y versos del Pastor de Cien-arda (1622);
Figueroa: Obras (1625); Castro Egas: Eternidad del Rey don Felipe III
(1629); Dávila: Compendio de la Ortografía (1631); Quiñones: El Monte
Vesubio (1632); Bocángel Unzueta: Retrato panegírico del Serenísimo
Señor Carlos de Austria (1633).
18

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274 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGÜAS Y PENA

signe Teólogo de Alcalá, de cuyos estudios sagrados goza pre-


mios de estimación, siendo accesorias en él tantas perfecciones
humanas, por su peregrino ingenio, por la noticia de las otras
artes y entero conocimiento de las lenguas latina y toscana, y
por la excelencia con que se iguala a lo perfecto de la antigüedad
en los versos latinos G2. ANTONIO LÓPEZ DE VEGA, que después
de diez y ocho años de continua y honrosa asistencia en las Uni-
versidades, donde consiguió la enseñanza de cánones y leyes, y
la suma perfección de la Retórica y Poética, nos ha dado con-
tinuas prendas en sus escritos en tantos años de comunicación.
Sea su mayor elogio el libro que tiene impreso de sus rimas, en
tres lenguas, que mi alabanza es ofensa de la que merecen sus
méritos 6S."
42. "Lunes [26 de junio de 1622]. Después del Octavario,
se publicaron en el segundo patio de Palacio, en presencia de
Sus Majestades, los premios del Certamen de la Villa, de que
fueron jueces don Juan de Castilla, su Corregidor; quatro Re-
gidores y el reverendísimo padre fray Antonio Pérez, guardan-

príncipe Slingliani. Allí hizo un soneto para la Oronga de Antonio Gual,


impresa en Ñapóles, en 1637.
De su regreso a España nada se sabe, porque no aparecen más datos.
Debió de morir hacia 1639, seguramente. Su obra más famosa es el ya
aludido poema 'El Macabeo (Ñapóles, 1638), y los restantes se citan en la
Bibliotheca Hispana Nova de Nicolás Antonio (tomo II, pág. 142).
Parece que fuera amigo de Lope, si se tienen en cuenta las alabanzas
que le hizo el Fénix en La Filomena (fols. 157 y 165).

"La envidia tantos áspides destroga


A los pies de Silveyra, Lusitano,
Cuantos laureles y coronas goza."
"Al docto Lusitano que ennoblece
Las castellanas musas al divino
Silveyra, en cuya silva amor florece."

Y en el Laurel de Apolo, según se ha visto (nota 51 de este capítulo).


Otros panegíricos de Silveria recoge Barbosa Machado en su Biblioteca
Lusitana.
62 En la citada obra de Mbnforte no se reproducen los versos que
presentó Torres Rámila al certamen. Tampoco se sabe su paradero. Pero
teniendo en cuenta las composiciones suyas que conocemos (véase el capí-
tulo I, núm. 47) cabe suponer que la desaparición de estos otros no debe de
haber sido una gran pérdida literaria.
63 Monforte no reproduce en su ya citada obra los versos presentados
por Antonio López de Vega al certamen, ni se sabe dónde paran.
LOPE DÉ VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 275

dose en todo la forma del primero C i : así en la música y osten-


tación, como en los que fueron premiados, y que daron satisfe-
chos por haber tenido el lugar que merecieron, o por haberse
elegido lo más digno de sus escritos. Los que pasaron en silen-
cio en la distribución, son los referidos arriba, a que se añade,
por haber escrito en, éste, JUAN PABLO MÁRTIR RIZO, que por
la asistencia de sus estudios, excelencia de su ingenio, noticia y
perfección del arte con que escribe, ha conseguido general esti-
mación. Apruebe nuestra limitada alabanza, lo que en la suya
está escrito en el libro intitulado Expoxstulatio Spongiae, fol. 25.
43. " Crcdidisti fortase, nos a quibusdam nugarum tuarum
exemplaribits in errore inducios, quae authoris JOANNIS PATJLI
MÁRTIR R I C I I nomine circunhdisti ut nobis tam puefiliter illu-
deres? (Vidcbor tanto viro iniuriam faceré) si illum hic in salu-
tatum relinquam, quem optime omicio utpore recenter a te in-
Criticorum álbum scriptum spongiae tuae authorem fecisti, ut
maius extantiviri authoritate tibi nornen comparares G5. De am-
bos juicios fué secretario Lope de Vega, a quien se ha reconoci-
do el acierto destas resultas, pues en ellas ha mostrado su elec-
ción y cuanto es bien afecto y inclinado a los varones insignes."
44. En las fiestas literarias indicadas que relata Ponce en
párrafos tan evocadores volvieron a encontrarse los principales
personajes de la guerra de Lope de Vega con los preceptistas
aristotélicos. Faltaron, no obstante, entre otros, dos elementos
contrarios, pero dignos de sí mismos mutuamente: don Fran-
cisco López de Aguilar, que no consta asistiera, y el doctor Cris-
tóbal Suárez de Figueroa, ausente, tal vez, entonces, de Ma-

64 Se refiere al certamen de la Compañía de Jesús, ya descrito. (Véa-


se el número 40 de este capítulo.)
65 No sólo aprovecha Ponce esta ocasión para alabar entusiásticamente
a Mártir Rizo, sino que llega su malicia a utilizar para ello, de intento,
el pasaje de la E.vposhtlaíio Spongiae, donde los autores de esta defensa de
Lope de Vega juzgaban a Rico, erróntea o intencionadamente, como ajeno a
la elaboración de la Spongia. (Véase el capítulo II.)
Por otra parte, el transmitir Ponce un trozo de la Expostulatio Spongiae
al pie de la letra, aun cuando difiera en algún punto, sün importancia algu-
na, del texto de aquélla —Cfr. con el reproducido en el capítulo II, nota 9—,
revela, sin duda, la falsedad de sus declaraciones al afirmar antes y des-
pués de escribir la. Relación, esto es, en 25 de marzo y en 8 de noviembre
de 1622 (véanse los números 19 y 50 de este capítulo), que apenas conocía
el libro, y que no lo conservaba ni sabía quién lo tuviera^
276 JOAQUÍN DE ENTRAMBAS AGUAS Y PENA

drid GC. Par lo demás, fué ésta buena ocasión para enfrentarse
personalmente todos, como se enfrentaban por escrito en las de-
claraciones.
45. Las últimas palabras de la Relación de Ponce que aca-
bamos de copiar concretan por completo las indirectas sembra-
das aquí y allá en el escrito y acusan encubiertamente a Lope
de Vega de parcialidad.
46. ¿Fué realmente injusto el Fénix en los juicios? Con sin-
ceridad ha de reconocerse que los poetas desdeñados que ensal-
za Ponce, no eran, a pesar de las alabanzas, tan indiscutiblemen-
te superiores; mas también se debe hacer constar que los pre-
miados eran en su mayoría menos conocidos que ellos y las poe-
sías suyas que publica Monforte y Herrera dejan bastante que
desear en general.
47. No hay, pues, en esto motivo para achacar al Fénix par-
cialidad, ni a Ponce suspicacia; pero una circunstancia de ma-
yor importancia delata que Lope de Vega se dejó llevar una vez
más de su vehemencia pasional; todos los poetas señala-
dos por Ponce como injustamente olvidados en los certámenes:
Luis Tribaldos de Toledo, Miguel de Silveira, Pedro de Torres
Rámila, Antonio López de Vega y Juan Pablo Mártir Rizo te-
nían una afinidad común, aunque sus relaciones con el Fénix
fueran muy distintas; eran partidarios de la preceptiva aristoté-
lica, y en sus escritos la observaron y la defendieron frente a
las innovaciones del creador del teatro español, y éste, como es
natural, aprovechaba todo momento para apartarlos del palen-
que literario.
48. Y no puede inhibirse a Lope de Vega de la responsa-
bilidad del resultado de los certámenes, aun cuando Ponce no
le acusara, porque es evidente que no habiendo entre los jueces
más hombre de letras, además de él, que el Príncipe de Esquila-
che, éste, por ser amigo suyo, le dejaría la iniciativa en todo,
aparte de que sus ideas literarias coincidían bastante en este as-
pecto con las del Fénix.
49. Pero volvamos a las informaciones. Si actividad inne-
gable había desarrollado Ferrer en sus indagaciones, aún todavía
le superó en mucho el doctor don Francisco Pérez Roy, al lle-
nar —dice— 'ios puntos que faltan en la información". Era Pé-

66 Cfr. lo dicho en el núm. 109 de este capítulo.


LOPE I>E VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 2.J7

rez Roy un tipo curioso, muy hombre de bien e inteligente, que


cayó en la Corte, como en un infierno, desde la tranquila vida
de Alcalá; viviendo, para su desgracia, entre poetas y críticos
—que en verdad lo es de las mayores— a fin de informarse,
con más extensión, de los ya interrogados por su predecesor en
las pesquisas que había realizado antes, y de otros muchos que
se tenían por enterados de la guerra entre Lope de Vega y To-
rres Rániila.

15. Firma autógrafa de Peres Roy, 1622.

50. Empezó el día 8 de noviembre de 1622 visitando a Ma-


nuel Ponce, "criado de Su Majestad en los papeles de su Ha-
zienda", que tenía en esta fecha treinta y un años, y ya había
sido interrogado por Ferrer, como se ha visto anteriormente. Se
ratificó en lo dicho, aunque habiéndole "preguntado si tiene no-
ticia de un libro que se imprimió en Francia contra el dicho
Maestro Torres Ránula, dijo que sí i que a oído dezir i entien-
de que se imprimió aquí en Madrid, de secreto i que aunque a
uisto parte del no le a visto todo ni le tiene, ni sabe quien le
tiene, ni este libro se uendió ni le tuuieron sino mu pocas per-
sonas a quien le dio de secreto, i que por lo que uió en él i lo
que le an dicho otros que contiene, sabe que casi todo el libro
es de alabanzas i elojios de Lope de Vega, hasta aber puesto en
latín las aprouaziones i zensuras de los libros de romanze que
tiene impresos Lope de Vega, porque él motivo del libro fué
su alabanza más que la oposizión ni injuria del Maestro Torres
Rámila dicho, porque tenía algunos epigramas i discursos bur-
lescos de mucha menos consideración que las sátiras i diferente
estilo".
51. También repitió que se "ha tratado con él más de doce
años continuamente estando aquí [en Madrid] i con correspon-
denzía estando en Alcalá", Torres Rámila.
52. "Dijo que le tiene i siempre le a tenido por onbre lira-
278 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

pió, de limpia sangre sin raza mala de judío, moro, ni converso


nuevamente a la Ley de Dios, ni castigado por la Inquisición, ni
por otra justicia eclesiástica ni seglar, i questo a oído siempre a
todos los que le conozen i a los mismos con qui (&c) estuuo en-
contrado i que escriuieron las sátiras i libro diziéndole muchas
vezes ai susodicho [Manuel Ponce] quan mal echo auía sido el
escriuir nada contra el Maestro Torres dicho, i que esta razón
dicha se la dijeron a este testigo Lope de Vega i don Francis-
co de Aguilar i don Tomás Tamayo de Bargas, el qual dicho
don Tomás Tamayo de Uargas dio muchas satisfaziones a este
testigo de lo que se auía presumido de quél auía escrito algo de
lo que se di-bulgó contra el dicho Torres Rámila. I preguntado
por qué o a qué propósito le daua satisfazión a este testigo el
dicho don Tomás, dijo que tratando de la controversia que te-
nían con Lope de Vega Carpió, el dicho opositor- dijo las di-
chas razones el dicho don Tomás diziendo quera (sic) cosa cul-
pable por controuersias de letras auer escrito semejantes cosas
contra un onbre tan onrado y uirtuoso como el dicho Torres Rá-
miía i quél no auía tenido parte en ello i que así le tiene en la
posesión dicha i siempre lo a tenido el dicho Torres Rámila i
que jamás a oído lo contrario a nadie."
53. Por último, a las preguntas de fórmula que hace Pérez
Roy a todos los interesados sobre si el Colegio de San Ildefonso
perdería o no su prestigio admitiendo a Torres Rámila, y si el
declarante tendría inconveniente en emparentar con éste o "con
sus cosas", Ponce respondió negativamente 07.
54. Ya Tamayo de Vargas había insinuado en su declara-
ción hecha a Ferrer anteriormente la conveniencia de interro-
gar a fray Lucas de Montoya, predicador mayor de la Victo-
ria c s ; y eso hizo Pérez Roy al día siguiente, 9 de noviembre
de 1622.
55. Tenía Montoya en esta fecha sesenta años, "pocos más. o
menos", y conocía a Torres desde 1612 próximamente, "de tra-
to y comunicación en materia de letras humanas i sabe ques (s'ic)
el dicho oppositor, opositor al dicho Colegio Mayor, y lo sabe
porque se lo dijo el dicho Maestro Torres Rámila".
56. En cuanto a su vida y familia, sólo sabía que era de
Castilla la Vieja.

67 Pruebas. 1622, fols. 13 vto. y sigts.


68 Vea.se el capítulo IV, nota 82.

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LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 279

57. "Preguntado que si tiene noticia de un libro que está in-


preso contra el dicho Torres Rámüs1, dijo que sí, i le ha uisto
i leído algunas cosas del; pero no todo, i que no sab.e quien le
compuso, ni donde se imprimió, ni sabe que este libro se uen-
diese públicamente ni secretamente. Preguntado si le tiene, dijo
que sí i que no se acuerda quién se le dio i que aura dos años
que le tiene en su poder i que no sabe quien tenga otros libros
como el dicho. Preguntado sí sabe si se imprimieron muchos i
si se a diuulgado mucho e (sic) dicho libro, dijo que sí, que se
imprimieron alguna cantidad i se dieron a muchas personas, i
que a este declarante se le dieron de balde, i este testigo pre-
guntó algunos libreros si se uendía tal libro, nombrándole por
su título, i no le supieron dar noticia del, donde infiere que Tos
dichos libros se darían de secreto i no se vendían; y pregunta-
do si me quiere dar el dicho libro [a Pérez Roy] para presen-
talle a mi colejio, dijo que sí, por servir al Colejio, y así me lo
entregó con la condizión que no haga mal a nadie, el qual tengo
en mi poder para que V. S.a le uea = Preguntado si tiene noti-
zia de unas sátiras que, días a, salieron contra el dicho Torres
Rámila; dijo que sí i que a oído dezir i no a quien que el dicho To-
rres Rámila auía echo vnas sátiras a Lope de Vega i a don Fran-
cisco de Aguilar contra los dichas, y ellos íe auían echo otra?
mucho peores cointra el dicho Rámila 69 ; pero que no la uió ni
quiso uer ni oír, antes les reprendió a los unos i a los otros, i
que no sabe en particular lo que contenían, y sólo oyó dezir que
eran muy infames, i tocantes en la onra ansí de una parte como
de otra, i sabe que las dichas sátiras fueron públicas entre jente
que trata deso i de umanidad i jente crítica; que no sabe quién
las tenga ni tampoco sabe ni a oído dezir quién las conpuso y
que particular no tiene notizia de cosa en particular de las di-
chas sátiras más de lo que dicho tiene, y que no tiene sátira
alguna de las dichas = . "

69 Una de las primeras puede ser —con los fundamentos que se indi-
can en su lugar— la que comienza: "Al honrado don Francisco..." (Véase
lo dicho en el capítulo I, núm. 38. Las segundas son las estudiadas en
el capítulo III, e insertas en el Apéndice,
28o JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

16. Firma autógrafa de Montoya. 1622.

5:8. Nada había oído Montoya contra Rámila, ni de que él


ni los suyos tuvieran oficios viles o bajos. Le tenía en el) buen
concepto que todos —según dice—, y no dudaría en emparentar
con él si hubiere ocasión, juzgándote "por muy capaz de la
ueca". "No sólo él .Colegio no perderá si le elije —añade—, an-
tes usará de su nobleza tan antigua en no azer caso de cosas se-
mejantes corno las poesías dichas, por ser fictiones de poetas i
cosas sin sustanzia i ynútites, y así, antes ganará que perderá."
59. "Después de lo dicho —añade Pérez Roy—• se acordó
este testigo arriba dicho que el padre maestro Ortensio tiene no-
tizia de las dichas poesías i que podrá dezir acerca de los dichos;
i que no se acuerda de otra persona fuera de los críticos, que
son don Francisco de Aguilar, don Tomás Tamajo de Bargas,
que uiue en Toledo, doctor Fígueroa, e)l Licenciado Luis Tri-
baldos, Lope de Veca (sic) Carpió, !Manuel Ponce, Juan Pablo
Rizo, Balthasar Elíseo, difunta; Juan de Pina, Secretario de
Prouincia; Maestro Espinel; Luis Retes i otros muchos poetas
i críticos que ay que no se acuerda como se llaman 7o ."
60. Siguiendo las indicaciones de Montoya, fué este mismo
día Pérez Roy a interrogar a "Luis Tribaldos de Toledo, natu-

70 Pruebas. 1622, fols. 14 vto. y sigts. No he logrado identificar la


personalidad del citado Luis de Retes, cuyo nombre acaso esté equivocado,
pues ya dice el declarante que no recordaba bien otros. Es curioso notar
que en el siglo xix hubo un autor dramático casi homónimo suyo: Francis-
co Luis de Retes (1822-1301}, hoy olvidado1, pero no falto de mérito.
(Véase Cejador: Historia de la lengua y literatura castellana, tomo VII,
Madrid, 1917, pág. 331.)
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 28l

ral de San. 'Gemente, diócesis de Quenca" n , "y maestro del


Conde de Villamediana, de todas lenguas", según se indica al
margen derecho de la declaración, que tenia entonces sesenta y
cuatro años y conocía a Torres desde la misma época que Mon-
toya y sabía de él y su familia lo que éste.
61. Tocante al libro de (la Exposhüatio Spongiae, respondió
con toda sinceridad "que le a leído todo i que se imprimió fue-
ra de aquí, según entiende, i que se compuso en esta Corte, en-
tre particulares en esta razón: que como él [Torres Rámila] te-
nía ofendido a muchos en esta Corte, le parece a este testigo
que ellos lo arían y conpondrían. Preguntado a quien tenía ofen-
dido el dicho Rámila, dijo que a Lope de Vega Carpió i asimis-
mo 'Chauela, franzés de nazión que estimo en esta Corte dos
u tres años i quera (sic) natural de Paris i quera elegante en
las lenguas de latín, ebreo i griego, el qual ya no está aquí sino
en su tierra, que aura un año que se fué 72, i a otras personas
que no se aquerda ofendió el dicho Rámila con sus poesías, i
prosa i que le presume i presume este testigo que ellos compu-
sieron el dicho libro i ansí lo a oído dezir a diferentes personas
en esta Corte que aora no se aquerda determinadamente a quién,
i quel dicho libro no le tiene este testigo ni sabe quién le tiene,
y quel dicho libro le darían de secreto a particulares, personas
los dichos a quien auía ofendido el dicho Rámila, que no le
vendían públicamente.—Preguntado si el dicho libro se a di-
vulgado mucho, dijo que lo que sabe es que en esta Corte i en
Alcalá de Enares fué muy público; pero no sabe que lo sea en
otras partes. Preguntado qué contenía el dicho libro, dijo que
todo era apodos y dichos contra el dicho Rámila, i que no se
aquerda que uuiese cosa contra la calidad del dicho Rámila i que
se remite al libro porque determinadamente no se aquerda.=
Preguntado si tiene noticia de unas sátiras contra el dicho Rá-
mila, dijo que sí i que los a itisto i leído las que le izieron al
dicho Rámila, todas en romanze castellano i que no las t ; ene
ni sabe quien las tenga, i que anduuieron muy públicas en la
Corte, i que oyó dezir que el dicho Rámila auía dado ocasión
por escrito, y de palabra a que le hiziesen las dichas sátiras, i
que no está zierto se aquerda bien de las palabras que dezían
tocantes a su calidad del dicho Rámila.=Preguntado qué con-

71 Véase el capítulo II, nota 67.


72 Véase el capítulo IV, nota 5.
282 JOAQUÍN DE ENTRAMBAS AGUAS Y PEÑA

cepto tiene de la calidad del dicho Rámila, dijo que avnque a


uisto i a oído lo que a dicho de libro y sátiras, no por eso a
perdido en su reputación y crédito, en quanto a su calidad, por-
que ni el libro ni las sátiras dan fe, antes se izieron en venga
de lo que él auía echo contra los dichos, y así tiene buen con-
cepto de! dicho Rámila, i que las faltas quel dicho Ranilla tie-
ne, i este testigo a conocido son personales en materia de mal-
diciente y ablador, i..." 73.

17. Firma autógrafa de Tribaldos de Toledo. 1622.

62. Con igual sinceridad y transparencia declara que nada


perderá el Colegio si admite a Torres Rámila, pero "con con-
dizión que él no uiua como uiuió en Madrid, con su maldezir y
ablar i satirizar ganando tantos enemigos como aquí ganó; pero
que enmendándose en su maldezir pareze que prozederá de ma-
nera quel Colegio no perderá en elegille, ni por eso este testigo
tendrá mal concepto del dicho Cole.gio.=Preguntado si quando
uiuió en esta Corte, diziendo mal izo alguna cosa uil i baja o
uiuió de suerte que causase escándalos í mal ejemplo o si agra-
mó alguno con diferente estilo que lo dicho; dijo que no, ni
tal a oído dezir jamás. Que sólo fué notado por maldezir 1 110
de otra cosa, i que lo que le dizen en el libro i sátiras no sabe este
testigo ni a oído dezir que tenga fundamento, antes entiende
que fué ficzión para uengarse, porque a nadie a oído ablar mal
de su calidad", ni de que tuviesen sus padres oficio vil o bajo,
"que sólo oyó dezir en las sátiras que su padre era sastre i no
otra cosa, ni dio este testigo crédito a ello, por ser cosa de sá-
tiras" y que emparentaría con el opositor 7i.
63. E n el mismo día visitó Pérez Roy "al señor Juan Pa-
blo Mártir Rizo, clérigo de menores órdenes, natural i vezino de
esta Corte" 76, señalado por Montoya como uno de los que en-
tendían en el asunto perseguido por el informante.

73 Ilegible en el manuscrito original.


74 Pruebas. 1622, fols. 16 vto. y sigts.
75 Véase el capítulo II, nota 7.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 283

64. Rizo, que tenía en esta fecha veintinueve años, era ami-
go de Torres Rámila desde hacía doce, "poco más o menos";
pero, o no debió de seguir en comunicación continua con él en
años posteriores ya que no sabía que era "pretendiente del Co-
legio Mayor de Alcalá", o lo dijo así para mejor disimular las
relaciones de ambos.
65. Nada tan pintoresco como la declaración de Rizo, por
la cual es difícil averiguar si su autor fué un gran ingenuo, o un
finísimo socarrón, lleno de malicia. Pero quizá debemos' incli-
narnos más por lo primero después de conocer algunas de sus
obras. ¡
66. He aquí la estupenda relación con que responde cuan-
do Pérez Roy le pregunta simplemente si conoce el libelo titu-
lado Expostülatio Spongme:
67. "Que le a leído, i no se acuerdo (sic) si todo o parte
del; pero que tiene noticia que Lope de Vega Carpió era mortal
enemigo del dicho Rámila i ques común opinión quel dicho Lope
de Vega i don Francisco de Aguilar hizieron conponer el díchoi
libro contra el dicho Rámila a un franzés llamado por sobre-
nombre Jauelo, el qual tenía opinión de ereje 78, y este testigo
da crédito a esta opinió, pues leuantó tantos testimonios al di-
cho Rámila, estando obligado en conzienzia según el precepto
de justizia de restituillq su onra y los cónplizes que fueron cau-
sa de que lescruiese (sic) tienen la misma obligación, pena de
que están condenados a los infiernos', i que no tiene este decla-
rante el dicho libro ni sabe quién le tiene, ni sabe dónde se im-
primió, antes este testigo tiene por zierto y asentado que los
que le izieron imprimir para descargo de sus conzienzias le uan
recogiendo de los pocos que se imprimieron, i esto lo sabe este
testigo porque Lope de Vega Carpió le dijo a este testigo que ya
no auía ninguno, i que la sustancia deil libro era llamalle ino-
rante pobre, i que estudiase i otras cosas semejantes a estas i
que no auía en el dicho libro cosa contra su calidad según se
aquerda.=Preguntado por las sátiras, dijo que a uisto unas
sátiras en uerso castellano, en terzetos, contra el dicho Torres
Rámila. Preguntado qué contenían las dichas sátiras, dijo que
un uerso dellas que se glosaba muchas ueces dezía: "Sastre fuis-

76 Véase el capítulo IV, nota 5.

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284 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

te i serás eternamente" " , y si otras cosas estaban inclusas en


las dichas sátiras, es maldad. Y preguntado quera lo que es mal-
dad, dijo que no se aquerda. .•(!!!!). Y repreguntado como sabe
que fuese maldad si no se aquerda lo queran, dijo que cualquiera
cosa que se dijese contra el dicho Rámila, que sea contra su
calidad es testimonio [falso], porque este testigo a oído decir
públicamente por cosa llana y asentada a muchos caualleros ques
el dicho Rámila ijodalgo notorio, limpio de todo j enero de raza
mala.=sPreguntado si tiene las sátiras o sabe quién las tenga i
quién las compuso, dijo que no las tiene ni sabe quién las ten-
ga; pero que Lope de Vega le dije» a este testigo que. las auía
compuesto Baltasar Elíseo de Medinilla, estante en Toledo en-
tonces i ya difunto porque le mataron en Toledo, i tiene por
zierto que la causa porque le mataron fué un castigo, de Dios,
por auer compuesto las sátiras dichas contra el dicho Rámila" 7S.
68. Claro es que tenía a éste en bonísimo concepto y no le
importaba emparentar con él, "de tal suerte, que si tuviera una
hermana se la daría en casamiento a él u algún hermano suyo, sin
duda alguna''".

18. Firma autógrafa de Mártir Riso. 1622.

77. Es el estribillo puesto por Lope de Vega a la sátira primera que


hizo contra Torres Rámila. (Véase el capítulo III, núm. 31 y el Apéndice.
Sátira I.)
78 He aquí cómo, si no se hubieran descubierto el asesino y las verda-
deras circunstancias que causaron la muerte de Baltasar Eliseo de Me-
dinilla, se hubiera podido suponer suspicazmente que su matador podía haber
sido Pedro de Torres Rámila o Cristóbal Suárez de Figueroa, por ven-
ganza de las ofensas que habían recibido en las sátiras de Lope de Vega
contra ellos. Y lo mismo que la más dislocada fantasía atribuyó al buen
Agustín Moreto este asesinato en otra ocasión, las ambiguas palabras de
Rizo habrían podido impulsar a suposiciones tan falsas como esa.
Por fortuna, después de los descubrimientos hechos por el padre carine-
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 285

69. Empero véase cómo, a pesar de su ñoña ingenuidad,


sabía tirar de firme contra Lope de Vega:
70. "Dijo qvel fundamento que tuuo Lope de Vega en azer
las dichas sátiras o en azellas componer, fué respeto de la en-
emistad que tenía con el dicho Rámila( porque el dicho Ránula
censuró un libro del dicho Lope de Vega que se llama La Jeru-
salén, en la qual censura le notó grandísimos desatinos i igno-
rancias, por lo qual en j enero de venganza se izo lo dicho por
orden del dicho Lope de Uega i que jamás dio ni se deue dar
crédito a cosas semejantes más que a la Lei de ¡Maoma; i a
estas sátiras menos 7 V
71. Muy oscuro debía de ver el bueno de Pérez Roy, el re-
sultado de sus pesquisas, cuando, sin seguir interrogando a los
demás personajes, indicados por Montoya, optó por visitar al día
siguiente, 10 de noviembre de 1622, a don Francisco López de
Aguilar, ya incluido, como se recordará, en las informaciones
de Ferrer.
y2. Ignoramos los motivos que ejercieron su influencia so-
bre el autor del Oneiropaegnion en el espacio comprendido entre
su primera declaración y ésta; pero es el caso que tuvo a bien
rectificarse en todo lo dicho, afirmando con la mayor desapren-
sión que tenía- a Torres Rámilá en buen concepto "ansí de su
limpieza y calidad como de su persona"; y que nada perdería el
Colegio en elegirle, pues ni sátiras ni libro tienen fundamento,
"ni se les deue dar crédito por ser fiziones de poetas; i que a
muchas personas de mucha calidad en uersos y prosa se les a
dicho muchas razones contra su calidad i ser mentira, como es
notorio, i por ello no añ perdido ábitos ni iglesias destatutos (sic)

lita fray Gerardo de San Juan de la Cruz, de que da cuenta en su intere-


santísimo estudio Nueva luz sobre la familia del insigne poeta toledano Bal-
tasar \Elisio de Medinilla, y particularmente sobre su muerte y matador
(en el Boletín de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas
de Toledo. Enero a marzo de 1920), no puede ya admitirse otra cosa sino
que el delicadísimo poeta toledano murió el 30 de agosto de 1620, a manos
de don Jerónimo de Andrada y Rívadeneyra, "tipo del ocioso o vagabundo
rico, tan frecuente en aquella época calamitosa de la decadencia espa r
ñola", como ha hecho observar agudamente el señor San Román (Ob. cit.,
pág. 41). Y las causas fueron otras bien distintas a las que supone la ri-
diculez de Rizo: le mató Andrada furioso porque cuando intentaba asesinar
a su propia hermana Inés por cuestiones de herencias, Medinilla le impidió
cometer el atroz fratricidio.
79 Pruebas. 1622, fols. 18 y sigts.
2§6 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGÜAS Y PENA

de suerte que las dichas poesías y prosa con modo satírico no


se deue dar crédito, i que por auer dicho contra este declarante
algunas cosas satíricas el dicho Rámila 8o estando en cólera, i i
arrojo contra el dicho Rámila, entonzes como no le conozía ni
había lo que aora tuvo el sentimiento que dijo eni su primer
dicho; pero aora del todo le muda por auer sabido lo que a sa-
bido i auer aliado la verdad de raíz 81 ; i le depone i quiere
queste sea el verdadero i el que valga i que estando como está
sin pasión, ni enojo, en ley de buen caballero i cristiano, teme-
roso de Dios, dize questo que actualmente dice es la verdad i lo
contrario es pasión, cólera i enojo i traza de poetas."
y3. Por lo que atañe ai libro, afirma sin el mayor empa>
cho que "no sabe quién la compuso, ni quién le tenga, i que
piensa que se imprimió en Madrid por orden del Duque de Sesa,
i quel dicho libro no contenía cosa contra su calidad, sino con-
tra su injenio y estilo descriuir del dicho Rámila, i cosas burles-
cas que entrauan en cosa de calidad".
74. En fin, acaba por confesar que nada sabe ni ha oído en
contra de Rámila, y que emparentaría con él "i sus cosas siendo
como es" (!ü).
75. Tenía en esta fecha López de Aguilar "más de treinta
y nueve años" 82.
76. Más serio y más digno anduvo el Maestro Vicente
Espinel vecino de Madrid "veinticuatro años a" 8S, en la de-
claración que prestó en el mismo día ante Pérez Roy. Responde,
por lo que toca a Torres Rámila, que "no le conoce, ni lo a
oído dczir ni sabe nada del ni quien es", lo cual no sería im- <
posible aunque sí muy extraño.
yy. Y más dudoso me parece, viendo cómo falta claramente
a la verdad fingiendo desconocer las injurias hechas a Torres
rres Rámila en la Expostulatio Spongiae, ¡ donde él mismo ha-
bía colaborado en cierto modo!
78. "Ni tal a oído a nadie, aunque conoce a todos los ti-
tulados por critos (sic: críticos) desta Corte, i que Lope de Vega
Carpió es su dizípulo en poesía como él lo confiesa en sus escri-
80 Véase el capítulo I, núm. 37.
81 Debe de referirse en todo esto al perjuicio que su declaración po-
dría causarle, siendo desfavorable, por impedirle entrar en el Colegio Mayor
de San Ildefonso de Alcalá.
83 Pruebas. 1622, fols. 19 y sigts.
83 Pruebas. 1622, fols. 19 y sigts.
LOPE DÉ VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 2&J

tos ai, y que jamás a oído al dicho Lope de Vega nada del di-
cho Rámila ni a otros críticos desta dicha Corte."
79. Lo que es realmente interesante en la declaración de Es-
pinel, es esta opinión suya acerca de las sátiras en general, des-
conocida hasta el presente, como todos los datos de estas informa-
ciones:
80. "Dijo que las sátiras son como un ladrido de un perro
que ladra y no más, i no se ha caso del, i que jamás entre jente
cristiana dan fe ni crédito las dichas sátiras, ni se ace caso de-
llas aunque digan lo que quisieren ellos, por ser todo fictizio y
mentiroso, i aunque no las acen algún caso, por lo menos por
lo que toca la dicha sátira, nadie puede perder nada de su repu-
tazión i crédito, ni perder pretensión alguna ni ser incapaz a
ella, aunque sea de la inquisición, colegios i ábitos i que para
reputación común no puede perder ni es justo que pierda, por-
que el que aze una sátira sólo la aze por vomitar su ponzoña o
por mostrar su injenio, i no porque diga uerdad, i que sobre la
concienzia siente lo que dize ser verdad i toma a su cargo lo
dicho i lo defenderá siempre, i dize que la sátira propiamente es
reprensión de un uicio; y por ser el uicio insensible lo repren-
de en quien lo tiene como lo izo Orazio i otros autores anti-
gos (sic); pero entre cristianos no se usa eso ni deue usar ni ad-
mitir ni creer, i que quando viera quen la sátira dijeran a una
persona qualquiera palabra mayor i de agrauio, por ello no de-
jaría de emparentar con el dicho 8V'*

19. Firma autógrafa de Vicente Espinel. 1622.

81. Antes de concluir el día 10 de noviembre de 1622, visi-


tó Pérez Roy "al padre fray Ortensio Palauezino, natural de
Madrid; siempre residente en ella, de catorce años a esta parte
sin salir della" 86, que conoció a Torres Rámila hacia 1612. Aho-
ra tenía fray Hortensio Félix Paravicino treinta y nueve años.

84 Véase la nota 92 del capítulo IV.


85 Pruebas. 1622, fols. 20 y sigts.
86 Véase el capítulo IV, nota 65.
288 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

82. Sabe que Torres Rámila es Colegial Teólogo y oposi-


tor al Mayor de San Ildefonso; pero no conoce a su familia:
"sólo a oído dezir a don Lorenzo Ramírez, Consejero de Azien-
da 8T quel dicho Rámila es bien nacido i de buenos padres".

87 Don Lorenzo Ramírez de Prado nació en Zafra el 16 de agosto de


1583. Fué hijo del famoso hacendista don Alonso Ramírez de Prado y de
doña María Velázquez, su mujer. Estudió en Salamanca con el Brócense.
En 1612 fué procesado, con el impresor madrileño Alonso Martin, a causa
de un librillo que publicó, sin licencias, contra el jesuíta alemán Mateo Ro-
dero. Con motivo de las informaciones genealógicas a que hubo de some-
terse para ser Familiar del Santo Oficio de la Inquisición, cargo que
alcanzó en 1626, y para pertenecer a la orden de Santiago, cuyo hábito se
le concedió en 1631, tuvo grandes disgustos y luchas con los enemigos de su
familia y de él, que intentaban, por medio de toda clase de falsedades, im-
pedirle demostrar su limpieza de sangre. En 1628 fué nombrado emba-
jador especial en la corte de Luis X I I I de Francia para entender de di-
versos asuntos de política internacional, y más tarde solicitó el cargo de
Oficial de la Inquisición, que disfrutó desde 1638. Se casó don Lorenzo el
3 de septiembre de 1639 o o n doña Lorenza de Cárdenas y Váida, herma-
na del Conde de la Puebla del Maestre y perteneciente a una de las fa-
milias más linajudas de Castilla, que había estado casada primero con su tío
materno don Francisco de Orense y luego se divorció de él, a pesar de
que ya tenía un hijo de doce años. Cuando en 1649/ recibió la villa de Ma-
drid a la reina doña Mariana de Austria, segunda esposa de Felipe IV, fué
don Lorenzo el encargado de preparar todas las fiestas, lo cual realizó con
el mayor éxito. Desempeñó además otros varios cargos importantes: miem-
bro de los Consejos de Ñapóles, Castilla, Hacienda, Indias y Santa Cruzada,
encargado de la "Comisión de millones", Caballero Veinticuatro de Jaén
Abad de la Hermandad de hijosdalgo de Zafra, Juez del Consejo dp la
Mesa y de la Cabana Real, miembro de la Junta de Obras y Bos-
ques y asesor del Bureo de la Reina. Murió el 22 de octubre de 1658, y
fué enterrado en la iglesia de la Orden Tercera de Madrid, que fundó su
mujer doña Lorenza de Cárdenas.
Fué humanista notabilísimo, y estuvo relacionado con. los hombres de
letras más célebres de su tiempo: Góngora, cuya poesía defendió; Jáuregui,
que pintó un retrato de don Lorenzo; Lope de Vega, panegirista suyo en
la Epístola a Rioja (1621) y en el Laurel de Apolo (1630); Pellicer de Os-
sau, a quien en una ocasión pidió parecer sobre asuntos literarios, y Fran-
cisco Cáscales; y Nierenberg, Juan Pablo Mártir Rizo y otros, que le de-
dicaron obras suyas. Don Lorenzo, por su parte,reunió una riquísima bi-
blioteca, cuyo catálogo y demás pormenores pienso publicar en breve, y
además dejó escritas, entre otras las siguientes obras: Martialis Epigram-
matum. París, 1607; Pentecontarcos. Amberes, 1612; Tessera legum. Ma-
drid, 1616; Consejo y Consejero de Príncipes. Madrid, 1617, y Schediasma.
Amberes, 1644; y publicó con notas los falsos cronicones de Julián Pérez
(1628) y de Luitprando (1640), que aunque labor inútil, demuestra bien
su gran erudición.
Para ampliar estas noticias véase el trabajo Una familia de ingenios.

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LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 289

83. En cuanto al libro de la ILxpostulatio Spongiae, "dijo


<que tiene notizia del i que le a uisto i leído algo del, i que no
le tiene ni sabe quién le tiene, i que a oído dezir que se imprimió
.supretiziamenté aquí, aunque dándole título de impreso en Fran-
cia. Preguntado quién compuso el dicho libro, dijo que a oído
,dezir que como Lope de Uega Carpió y don Francisco López de
Aguilar i don Tomás Tamayo de Vargas i Elisio de Medi-
nilla estaban ofendidos de una apolojía que el dicho Rámila izo
contra ellos i contra Simón Jauelo, se decía i murmuraua quel
.dicho libro se auía echo entre los dichos i que no sabe determi-
nadamente qué contenía".
84. Ni vio las sátiras, ni sabía de qué trataban siquiera.
'".Sólo oyó dezir que andauan encontrados unos con otros."

20. Firma autógrafa de Paravicino. 1622.

85. A Torres Rámila le tiene por "hombre de bien", con-


tra cuya calidad nada ha oído. Y añade para mayor desorienta-
ción del desdichado Pérez Roy: "dijo que a Lope de Vega en
•particular le a oído ablar con mucha estimación ddl Maestro
¿Rámila después a la del libro y sátiras, y pesante de lo que en-
:tre ellos auía pasado".
86. No da crédito a las sátiras, "pues en el echo se venía a
•poner de la parte del que izo la sátira con tanto mayor daño
quanto ua de azerlo a desearlo. En especial que en la república
"ordinariamente an padezido este jenero de trabajo los ombres
ilustres o en sangre o en prendas o en fortuna, porque como este
jénero de odio suele nazer de queja de inuidia, los que están
en mejor estado están más sujetos a él, en especial en este SÍ-
Lo.? Ramírez de Prado (parte II), por Joaquín de Entrambasaguas y Peña,
publicado con tantas erratas como lentitud en la Revista del Centro de Es-
tudios Extremeños, de Badajoz (tomo III (ig'29), págs. 241-257 y 327-343,
y tomo IV (1930), págs, 17-34), y en vías de reimprimirse, considerable-
-.mente aumentado.

19
29O JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

glo donde no sólo a los Reyes, a los privados, i a los ministros


menores; pero ni a los predicadores del Evangelio, aun en la
mesma materia de su doctrina no a perdonado i el ver en tiempo
de tantas sátiras tan poco remedio en ellas, le parece a este tes-
tigo que no es descuido de la justizia, sino desestimazión de los
que las izieron" ss .
87. Termina diciendo que nada perdería el Colegio Mayor
de San Ildefonso con admitirle, porque es "virtuoso y muy buen
estudiante s0.
88. Al otro día, 11 de noviembre de 1622, siguiendo las in-
dicaciones de Montoya, tomó Pérez Roy una de las declaracio-
nes más interesantes de toda la información hecha.
89. Era ésta la del mayor amigo de Lope de Vega, Juan
Izquierdo de Pina 50, que demostró, en verdad, su gran admira-
ción por el Fénix y la gran amistad que con él tuvo.
90. No conocía a Rámila, según dice, más que de dos> o
tres años antes "de vista i auelle ablado algunas vezes", ni sabe
nada de él ni de su familia si no es que nació en la Montaña, y
"ha oído decir que es ombre noble ijodalgo y cristiano viejo", y
lo cree así.
91. El libro contra Torres "no le tiene ni sabe quién le ten-
ga, ni sabe quién le izo i que oyó decir que se i?o en París i allí
se imprimió i que no se aquerda aora [a] quién lo oyó"; "que
oyó dezir que sólo contenía tratar de inorante al dicho Rámila
i no otra cosa en ofensa suya i que este declarante le leyó". Dé-
las sátiras "dijo que las a uisto i oido i que no las tiene ni sabe
ahora quién las tenga i que dezía que las auía compuesto o par-

8S No parece sino que presentía fray Hortensio Félix Paravicino los


disgustos que iba a tener más tarde con el inmortal dramaturgo don P e -
dro Calderón de la Barca, cuando con motivo de haber violado el asilo-
eclesiástico del famoso convento de las Trinitarias de Madrid, el autor de
La vida es sueño y otras gentes, predicó contra ellos en el sermón de las
honras de Felipe I I I y doña Margarita de Austria en 11 de enero de i 6 2 y r
y Calderón le contestó burlonamente en El Príncipe Constante. Paravici-
no en esta ocasión presentó a Felipe IV un memorial tan hipócrita como en-
venenado, que, por fortuna, no lo tuvo en cuenta el cardenal don Gabriel
de Trejo y Paniagua, presidente de Castilla,, que intervino. (Véase el
Ensayo sobre la vida y obras de don Pedro Calderón de la Barca, de doiv
F,milio Cotnrclo, publicado en el Boletín de la Academia Española, to-
mo IX (1922), pág. s i . )
Sg Pruebas. 1622, fols. 21 y sigts.
90 Véase la Introducción, nota 16.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 20,1

te de ellas una persona que no sabe de cierto quién es para po-


dello dezir"; "que lo que contenían no se puede acordar de-
terminadamente mas de que no todo era contra el dicho Rámila
sino contra otros que no se acuerda quién son"; "qué attían con-
tra el muchas cosas tocante a su calidad, motejándole de judío,
morisco i sastre i otras cosas semejantes"; pero que "fué men-
tira i falsedad porque.se hizieron en venganza de otras muchas
quel dicho Rámila izo sin causa i con mentira i falsedad contra
Lope de Vega Carpió, clérigo presbítero i familiar y notario del
Santo Oficio i el mas insigne onbre que ay en el mundo i que
duda este declarante que aya de auer ni ay otro como él, leuan-
tándole testimonios a él i a su familia 01 i sabe que lo conteni-
do en las sátiras echas contra el dicho Rámila no era ni es ver-
dad como dicho tiene en todo quanto se dezía contra él porque
sólo se buscó sin saber quien eran sus padres las majores in-
jurias que pide dezir contra él su pasión, enojo y venganza";
"y así lo supo de quien las auía echo para desonranle i afren-
tarle."

21. Firma autógrafa de Juan de Pina. 1622.

92. Es irónica la larga y graciosísima respuesta —delatora


de su agudo ingenio— que da a la ridicula y consabida pregun-
ta de si tendría inconveniente en emparentar con Torres Ránu-
la y "con sus cosas". Ella nos prueba cómo estaba Pina muy
lejos de sentir lo que había declarado favoreciendo al enemigo
de Lope, y así dio en tierra con todo disimulo a causa de los
escuetos dilemas que le planteaba Pérez Roy.
93. "Dijo que al presente 110 tiene quien pueda emparentar

91 Véase el capítulo I, núm. 37.


292 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PENA

con él ni piensa emparentar con nadie por aora y asi no tiene


que responder por aora a la dicha pregunta.==Preguntado que
supuesto que tuviese una ermana o ermano, este declarante, si
emparentaría con un hermano o hermana que tuviese el dicho
Rámila: dijo que no tiene ermano ni ermana i quando la tuuiera
la auía de casar en Madrid i no en otra parte i no siendo de Ma-
drid el dicho Rámila ni sus parientes no podrá emparentar con
él.=Preguntado que si el dicho Rámila tuviera sus hermanos
naturales de esta Corte i muido siempre en ella, si emparentaría
con ellos con igual azienda i supuesto que le costa ser califica-
dos, dijo que los señores Colegiales del Colegio Mayor uerán
las pruebas y diligenzias echas en este negocio i si conforme
a. ellas tuuiera por bien de contraer parentesco con el dicho Rá-
mila en el caso que se le pregunta pudiera ser que emparenta-
ran otros; pero que este declarante no quiere emparentar con na-
uie.=Preguntado si le uiere al dicho Rámila con la ueca de San
Ildefonso, si emparentaría con los enríanos y parientes del dicho
Rámila, dijo que si le uiese con la ueca dicha le temía en la opi-
nión que tiene dicha i que aora no sabe determinadamente lo
que aria si le viera con la beca en quanto a emparentar.=Pre-
guntado que supuesto que la ueca de San Ildefonso es la cosa
mas notoria de Spaña i del mundo en materia de limpieza, que
supuesto, que la tuuiese, ¿en que duda o repara para decir que
emparentaría con el dicho Rámila y sus cosas, Dijo que sabe
que la veca de San Ildefonso es mas calificada de lo que le pre-
guntan aún, i que la nobleza del dicho Rámila, este declarante
no la a menester porque es ijodalgo de padre i madre, familiar i
notario del Santo Oficio con quatro ábitos de Santiago i San
Juan dentro del 4.0 grado, comisarios i familiares del San-
to Oficio i como se supone si tuviere azienda el dicho Rámila
i su familia que al presente ni tiene lo uno ni lo otro, que sepa
este declarante 92, con este supuesto se le pregunta si emparen-
taría con él, dize que no tiene que responder a lo dicho ni res-
ponderá aunque le pregunten todo el día, quel Colegio estime
i juzgue lo que le pareziere; qtiesta es la verdad i no sabe otra
cosa ni tiene que dezir más." Tenía Pina en esta fecha cua-
renta y cuatro años de edad, y declara ser "natural de la villa de

92 Recuérdese que, según el Interrogatorio del Colegio Mayor de San


Ildefonso, de Alcalá, había de acreditar pobreza el Colegial entrante.
(Véase el núm. 10 de este capítulo.)
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 293

Buendía, diócesis de Quenca". Desempeñaba a la sazón los car-


gos de "Escribano de Su Magestad i de Prouinzia, de su Casa
y Corte y Familiar y Notario de la Santa Inquisición" y se firma
"Joan de Pina Izquierdo" S3.
94. No se sabe qué motivos tendría Pérez Roy para ir a
interrogar, en el mismo día que a Pina — u de noviembre de
1622—, a Luis Vélez de Guevara, "natural de la ciudad de Ezi-
ja i residente en esta Corte diez i seis años a" 04, sobre la lucha

93 Pruebas. 1622, fols. 22 y sigts.


94 Consúltese el estudio de don Emilio Cotarelo Vélez de Guevara
y sus obras dramáticas. ( E n el Boletín de la Academia Española, tomos I I I ,
páginas 137, 269 y 414.)
Vélez cree el señor Cotarelo (tomo III 3 pág. 634) que debió de hacer
amistad con Lope cuando éste fué a Valencia en 1599 con el Marqués
de S a r r i a para recibir a los prometidos de Felipe I I I y la infanta M a r g a -
rita de Austria, su hermana, que venían de Italia, pues entonces también
estaba allí el poeta ecijano. Más tarde, en Sevilla en 1604, seguía esta
buena amistad, como prueba el qtie Vélez entregara un soneto a Lope
para la edición de sus Rimas, publicada aquel mismo año.
En 160S hubo de pedir la ayuda de Lope de Vega para que éste le pu-
siera a 'bien con el Conde de Safldaña, que se había disgustado por entonces
con su servidor. Lope escribió al Conde y logró apaciguarle y devolver a
Vélez el favor de que gozaba (tomo I I I , pág. 644).
La amistad entre Lope y Vélez siguió sin alterarse en a ñ o s sucesivos.
El Fénix se acordó del poeta ecijano en este pasaje de La Dama boba
(Acto I I I , Escena I I I ) al citar las obras m á s conocidas u n a : "Canción que
Luis Vélez dijo en la academia, del D u q u e de P a s t r a n a . "
E n La Filomena le ensalza afectuosamente dos veces :
" D e Luis Vélez florido y elocuente
La lira que ya fué del dulce O r f e o . "
" Y al famoso L u i s Vélez, que tenía
En éxtasis las Musas, que a sus labios
Iban por dulce néctor y ambrosía."

Y más aún en el Laurel de Apolo (Ed. cit., pág. 195, silva I I ) :

" N i en Ecija dejara


El florido Luis Vélez de Guevara
De ser su nuevo Apolo,
Que pudo darle sólo,
Y sólo en sus escritos,
Con flores de conceptos inauditos
Lo que los tres que f a l t a n ;
Así en versos de oro
Con blanco estilo la materia esmaltan."

N o obstante, en u n a carta al D u q u e de Sessa se burlaba Lope de la pedi-


güeñería de Vélez de G u e v a r a ; pero sin t r a t a r de herirle. Pide al Duque, en

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JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA
294
de Lope de Vega y Torres Ránula, pues según dice el ilustre
poeta andaluz mismo, que tenía entonces "más de treinta años",
nada sabía de los padres del enemigo del Fériix, ni de su lim-
pieza, ni de si era opositor al Colegio Mayor de San Ildefonso.
Solamente le había hablado y comunicado algunas veces desde
que le conoció hacia 1618, esto es, cuando se publicó la Expos-
tulatio Spongiae.
95. Tampoco estaba al tanto de los ataques a Ránula conte-
nidos en esta obra, pues sintiéndose moralista —siquiera fuese
una sola vez en su vicia— "no vio el libro ni le quiso ver, ni ie
tiene ni sabe quien le tenga; ni sabe quién le compuso, ni sabe
dónde se imprimió i que no sabe lo que contenía el dicho libro
ni lo a oido dezir porque antes estapa ocupado en otras cosas.
= 1 en quanto a las sátiras oió una vez leer una sátira, digo
dizir i referir a otro algunos fracmentos i que no se aquerda
quién era el que se lo refirió i que no sabe determinadamente
quién ico esta sátira i las demás, i que no las tiene ni jamás la
ico contra nadie, ni la timo ni la quiso acabar de oir a nadie i
que antes ha pedido a los que tienen poesías deste jenero que las
rompan i no las agan ni traygan consigo ni se las lean i muestren
que no se aquerda determinadamente qué dijesen las dichas sáti-
ras y que no sabe qué contenía las dichas sátiras."
96. Y aún remachó más el clavo diciendo: "no solamente se
deite dar crédito ni puede dar, pero siente que aún peca mortal-
mente contra justicia el que tal aze."

22. Firma autógrafa de Vélez de Guevara, 1622.

97. Como es natural, después de lo dicho, tenía a Torres


Rámila "por limpio y bien nacido", con cuya admisión nada per-
dería el Colegio, pues es "hombre de muchas partes i que lo

unos versos, una sotana, y comenta: "Parece cosa de Luis Vélez." (La Ba-
rrera, Ob. cit., -pág. 616.)
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 295

mismo siente si fuera para el Colegio de los Cardenales por su


virtud i calidad i las de sus partes que tiene i que de muy gana
emparentara con él i sus cosas con ser este declarante ijodalgo
notorio y de la reputación que se sabe" 95.
98. Al dia siguiente, 12 de noviembre de 1622, Pérez Roy,
ya algo más impuesto en el asunto, si no enterado por completo
de él, se atrevió ya a hacer su visita a Lope de Vega, "Familiar
y Notario del Santo Oficio i natural de Madrid y vecino en esta
Corte desde que nazió en ella", que por las declaraciones de to-
dos aparecía el más culpado en la composición de las sátiras y la
Expostulatio Spongiae.
99. Del libro aludido dice: "que no le tiene i que a uisto
algo del i que no sabe quien le tiene i que le an dicho que le com-
puso un cavallero francés llamado Simón Jauelo, que está aora
en Bles de Francia 0G, donde era natural i que a que se fué
desta Corte aura un año i que se imprimió el dicho libro en Fran-
cia í quel dicho libro contenía defensas délas obras deste testigo
sin ablar en sus costumbres i calidad del dicho Rámila" 97.
100. Añade que a éste no le tiene en mala opinión según
"siempre ha dicho"; "i que se engañó el señor doctor Ferrer
quando escriuió que lo desaua al juicio del Colegio la dicha pre-
gunta i que por poesías satíricas i prosas se perdiera [la repu-
tación] no auria ojnra segura de Reyes ni príncipes, ca no se
a uisto en las sátiras que contra todo el mundo se a echo i por
eso no an perdido los dichos, ni es justo que piérdala nadie por-

95 Pruebas. 6122, fols. 24 vto. y sigts. No sólo se ignoraba seme-


jante hidalguía aunque él intentara siempre aparentarlo, sino que se sos-
pechaba lo contrario. En primer lugar, la familia de Vélez pertenecía a la
clase media y era de profesión liberal, y en segundo, un ecijano llamado Luis
de Santander fué relajado por la Inquisición en 1554, y acaso era ascendiente
suyo, ya que el verdadero apellido del "hidalgo" era Vélez de Santander, que
por evitar sospechas y satisfacer su afán de nobleza cambió pronto por el de
Vélez de Guevara, propio de la ilustre casa de los Condes de Oñate.
No obstante lo dicho, en 1629 pedía Vélez un hábito al rtey Felipe IV en
un memorial en verso; pero no fué atendido. (Véase Cotarelo: Ob. cit.,
tomo III, pág. 637.)
96 Acaso Blesle, en el Alto Loira. Bles es un río pequeño del Estado
de Luxemburgo.
97 Es realmente extraño cómo Lope de Vega se atrevía a sostener ta-
maña falsedad, ya que Pérez Roy tenía un ejemplar de la Expostulatio
Spongiae que le había dado Montoya (véase el núm. 57 de este capítulo)
y podía inmediatamente comprobarlo.
296 JOAQUÍN DE ENTEAMBASAGUAS Y PEÑA

que las sátiras son mentiras i fábulas i jenero de venganza i sin:


fundamento i asi quel dicho oppositor no se a perdido nada de
su calidad i reputación por lo dicho que contra él a salido5'".
101. Acaba diciendo que nada perderá el Colegio con admi-
tirlo, pues no tuvieron ni él ni sus ascendientes oficios viles a
bajos y que "sin dificultad alguna supuesto quel Colegio* le a
aueriguado ser calificado i limpio en todo", emparentaría con él.
102. Por último, Lope —que declara tener en esta fecha cin-
cuenta años 9S— afirma haber conocido a Torres Rámila en Ma-
drid "aura seis años", o sea hacia 1618; pero no creemos que esto
sea cierto, sino que, como ya dijimos, le conoció bastante antes,,
aun cuando en esta ocasión dijera el Fénix eso seguramente para
rehuir la paternidad de las sátiras y de la Expostulatio Spongiae,
escritas con anterioridad a esa fecha üS.
103. No debieron de parecer bastantes estas declaraciones al
doctor Pérez Roy cuando, continuando sus indagaciones, fué a
visitar a don Jerónimo de Medinilla y Porras, "caballero del há-
bito de Santiago, natural de Bocos, diócesis de Burgos, asistente
en esta Corte onze años a" 10°, el cual, después de jurar "en
ley de caballero i del abito que traen (sic) los pechos de dezir
verdad a lo que fuere preguntado", respondió a las preguntas
de Pérez Roy lo siguiente:
104. Que conoce a Torres Rámila "de algunos años a esta
parte de trato y comunicación", y sabe que es opositor al Co-
legio Mayor de San Ildefonso de Alcalá de Henares."
105. "Que sabe que es cristiano viejo, de limpia sangre, sin
raza mala de judío moro ni conuerso nuevamente a la fe cató-
lica, ni brujo, ni echizero ni otra cosa tocante a los dichos que
impida ni pueda impedir a la pretensión dicha que tiene del di-
cho Colegio Mayor," "Que esto lo sabe por ser de su tierra el

98 No tenía sino diez años más —nació, como es sabido, en 1562—, que
se quitaría acaso por aparentar ser más joven, pues para ser error parece
excesivo.
99 Pruebas. 1622, fols. 25 vto. y sigts.
100 Por el expediente <le pruebas para su ingreso en la Orden de San-
tiago, incoado en Madrid a 16 de julio de 1614 (Archivo Histórico Nacional.
Santiago. Leg. 5.061), se confirma que nació en Bocos, lugar de la provincia
de Burgos, próximo a Villarcayo; pero, en cambio, hay que rectificar su
nombre. El verdadero era Jerónimo de Medinilla y de Velasco, siendo el que
se da en la declaración «1 de su padre. Su madre fué doña Petronila de
Velasco y Salinas. (Véase la nota 101 de este capitulo.)
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 297

dicho Rámila i por auérselo oído decir a su padre de este decla-


rante muchas ueces; que es el señor don Jerónimo de Medinilla
del Consejo Real de Su Magestad 101 i todos los de aquella tie-
rra i acá oído lo mesrno y jamás lo contrario a nadie."
106. Por lo que atañe al libro titulado Expostulatio Spon-
giae, "vio algo del i no le tiene ni sabe quien le tenga i que oyó
decir que se auían impreso en Franzia y no sabe quén le compuso
y que su padre deste declarante dio quenta al Consejo Real desta
uellaquería de auer sacado un libro supretizíamente contra un
onbre de bien i bien nazido, y el Consejo Real de Su Magestad
le mandó recoger i se hizieron diligencias para celo y castigar a
los culpados si parecieran i así que no sabe donde aya estos li-
bros i que lo que contenía el dicho libro era tratalle de defec-
tuoso en Latín y Gramática con algunos fragmentos contra el
dicho, en esta materia; pero que no auían cosa contra la calidad
del dicho Rámila, i que demás desto a uisto i leído una sátira no
mas, i a oído que auía otras contra el dicho Rámila y que no la
tiene ni sabe quien la compuso ní quien las tenga i que lo que
contenía la que uió era apodarle al dicho Rámila i no otra cosa,
ni sabe que dijeren otra cosa ansí la sátira que uió como las de-
más que no uió ni leyó ni oyó leer".
107. Medinilla tiene en buen concepto a Ránula y achaca a
venganza "por controuersias de letras e injenio" los ataques
que le hicieron y él no tiene en crédito alguno. Recomienda al
Colegio Mayor que le elija, y declara además que él por su par-
te "de imuy buena gana, sin jenero de dificultad emparentara
con las cosas del dicho Rámila por uia de matrimonio, auiendo

ior En el Supremo de Castilla, y también Caballero de Santiago desde


1604. (Véase su expediente en el Archivo Histórico Nacional. Santiago, le-
gajo 5.060.) Nació en Bocos .(Burgos), y sus padres fueron don Juan Ló-
pez de Medinilla, señor de Bocos, de donde era natural, y doña María de
Porras, nacida en la villa y valle de este nombre. Casó don Jerónimo de
Medinilla y Porras con doña Petronila de Velasco, natural de San Lló-
rente, en él valle de Losa, e hija de don Pedro de Velasco, señor de la casa
de la Revilla de Valdeporres, caballero de Santiago y capitán de la Guardia
Española de Felipe II,, y de doña Juana de Salinas, natural de San Llóren-
te de Losa, "donde está enterrada, en su capilla".
De la intervención de don Jerónimo respecto de la recogida de la E.vpos-
tutatio Spongiae por él Consejo, a que se alude más adelante, nada más
que lo dicho allí Iré podido encontrar.
29§ JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

ocasión porque sabe ques muy limpio i ijodalgo notorio". Tenía


Medinilla en esta fecha treinta años de edad 102.

23. Firma autógrafa de Medinilla y Porras. 1622.

108. Aún quiso Pérez Roy, después de esto, ver a los res-
tantes personajes que aparecían mezclados en la guerra de Lope
y de Rámila; pero fué inútil cuanto hizo por echar la vista en-
cima al doctor Cristóbal Suárez de Figueroa —cuya declaración
habría sido importantísima—, según se desprende de este pasaje
de las informaciones en el cual confiesa Pérez Roy:
109. "Tce diligencia para buscar al doctor Figueroa, testigo
zitado i uine a topar con su casa ques o era en la calle de Juanelo
en una casa pequeña linde de la casa del capitán Rafael. Romena
i aziendo ligencia (sic) en toda la vezindad supe i fui informado
de los de la uezindad como se auía ido a Ñapóles con el señor
Duque de Alba i03, i que de zierto no estaua en esta Corte i esto
mesmo supe de un gran corresponsal y amigo suyo que se llama
Curbes, estranjero, librero ques enfrente de San Felipe donde
uiue 1 0 V
110. Inútiles fueron también sus primeras pesquisas para
ver a don Antonio de Hoces, que había sido indicado como uno
de los enterados del asunto que él perseguía; pero ello se debió

102 Pruebas. 1622, fol. 27.


103 Efectivamente, en febrero de 1623 ya estaba en Ñapóles el duque
de Alba, don Antonio Alvarez de Toledo, que había sido nombrado virrey
de allí, y concedía a Suárez de Figueroa una plaza de auditor en la Audien-
cia de Lecce. (Véase Solden Rose: Introducción a El Pasagcro. Ed. Biblió-
filos Españoles, pág. xv.)
Para el Duque de Alba véase La Barrera. Ob. cit., (pág. 40, nota 1), y
para siis relaciones con Lope esta misma obra y la ya citada de Rennert y
Castro en los lugares que indican sus índices.
104 Pruebas. 1622, fol. 28. (Véase el capítulo IV, nota 165.)

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LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 299

a haberle confundido Pérez Roy con un homónimo suyo 105, que


se había ausentado de Madrid.
n i . Todos estos pesados trabajos que se tomó, sin fruto,
pusieron del peor humor al mesurado doctor de Alcalá, más
acostumbrado a la ordenada vida universitaria que a los ajetreos
cortesanos; y harto al fin de andar inútilmente de la Ceca a la
Meca, y desesperado de no esclarecer ni un punto lo que en mal
hora le trajo a Madrid, escribió este sincero párrafo, inaprecia-
ble documento lleno de evocadora expresión, y valiosísimo para
el estudio de la vida intelectual de la Corte en el siglo x v n , no
muy distinta, al parecer, de la de ahora en ciertos aspectos:
112. "Estos son todos los testigos zitados en la informazión
del señor doctor Ferrer i la mia i lo que ay en esta Corte, en
la seta, junta i ermandad de los críticos poetas, umanistas i pu-
liticos, entre los quales an andado las dichas sátiras i libro im-
preso contra el dicho Rámila; i los farautes de semejantes co-
sas, arto dificultólos de os aliar y topar porque uiuen y andan
como brujos; que me a castado los ojos- de la cara i muy gran
pesadumbre i tiempo el poderlos aliar i tomar sus dichos. Don
Tomás de Tamajo i Bargas uiue en Toledo i está allá según es-
toy informado, y así auré de ir allá por mandarme este Colegio
expresamente tome su dicho, i por ser todo lo dicho verdad, lo
firmé de mi mano fecha el día mes i año ut supra escritos (no
está, y por eso añadió quisa lo que sigue) ques en 13 de noviem-
bre de 1622 años.=Doctor Francisco Pérez Roy (rubricado) 106 ."

105 "Don Antonio de Ozes, Cavallero cordobés i testigo zitado i 110 le


pude descubrir i ize la dilijenzia posible para aliar su casa i posada i aziendo
toda la posible diligencia la alié, que fué en la calle del Principe, en la
de Francisco Núñez i supe allí en la uecindad como aura quinze dias quel i
dos ermanos suyos del abito de Santiago i Calatrava se auiíin ido a Cordoua
donde son naturales (*), y asi no ize mas diligencia ultra, que de algunos
amigos suyos supe lo mesmo." {Pruebas. 1622, fol. 28.)
106 Pruebas. 1622, fol. 28 vto.

(*) Se llamaban don Lope y don Pedro de Hoces y Góngora, respecti-


vamente, y sus pruebas de limpieza de sangre están en el Archivo Histórico
Nacional (Santiago. Legajo 3942, y Calatrava. Legajo 1226.)
Otro caballero cordobés del hábito de Calatrava, llamado don Fernando
de Hoces y Aguayo, Cárcamo e Hinestrosa Argote (leg. 1.225), debía de
pertenecer a la familia de los anteriores, y todos ellos eran parientes segu-
ramente, de don Luis de Góngora y Argote, el excelso autor de las Soleda-
des, seguramente.
30O JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PENA

113. Menos mal que al fin se le arregló ver al verdadero don


Antonio de Hozes según él mismo declara a continuación del
párrafo anterior:
114. "Después de lo dicho, supe como en esta Corte auia
un cauallero llamado don Antonio de Ozes i luego ice diligenzia
por aliarle y alié sus casas que. son en la calle de las Aguas, en
la carrera de San Francisco. Supe que estaua en esta Corte i
boluí a buscar a su merced oy lunes 14 de noviembre de 1622
años i le alié i recibí su dicho; el qual dijo que se llamaba don
Antonio de Ozes Sarmiento, natural de Ziudad Real del Ar-
zobispado de Toledo, i residente en esta Corte años a." Era ca-
ballero de Santiago 10T.
115. Al hablarle Pérez Roy de Toares Rámila dijo en un
principio que "no le conoce ni tiene noticia del ni sabe quién es" ;
pero "preguntado si a estado alguna vez en Castilla la Vieja i
en la villa de Arcajo, digo- de Villarcayo, dijo que aura doze
años poco más o menos que el padre de este testigo estuuo por
Alcalde i Justicia Mayor por Su Magestad en las Siete Merin-
dades de Castilla la Vieja i que el dicho oficio tiene su asiento y
gobierno en la uilla de Villarcayo 10S i que así entonzes todo el
tiempo que duró el dicho óficjo estuuo con su padre en la di-
cha uilla.—Preguntado si estando en la dicha uilla conozió a
Pedro de Torres Rámila, dijo que sí, que le conozió y le tuuo por
107 No existe su expediente de pruebas de limpieza de sangre para
Caballero de Santiago en el Archivo Histórico Nacional, pero sí en cam-
bio el de don Antonio de Hoces Sarmiento y López de Anaya, natural tam-
bién de Ciudad Real, caballerizo del infante cardenal don Fernando de
Austria y corregidor de Talavera, que recibió el hábito de la misma orden
en 1641, y debió de ser padre seguramente del interrogado por Pérez Roy.
Desgraciadamente, nada puedo afirmar rotundamente, porque no me ha
sido posible consultar el legajo correspondiente a causa de que está, no
en el Archivo Histórico Nacional, sino en el Consejo de Ordenes Militares.
108 Acerca de esta clase de cargos dicen las Partidas -(Part. 2, tít. 9,
ley 23) que "Merino es nome antiguo de España, que quiere decir tanto
como orne que ha maioria pora faser justicia sobre algún lugar señalado,
así como villa o tierra. Y éstos son en dos maneras. Ca unos hai que pone
el Rey de su mano en lugar de Adelantado, a que llaman Merino mayor, y
éste a tan grande poder como el Adelantado. E otros ay que son puestos
por mano del Adelantado, o de los merinos mayores. Pero éstos a tales no
pueden fazer justicia, si non sobre cosas señaladas."
Estos territorios administrativos que fueron desapareciendo, se cono-
cían con el nombre de mcrindadcs, y ya en esta fecha las siete de Castilla
la Vieja estaba unidas, como se ve, bajo un solo mando, que comprendía
casi todo el Norte de la provincia de Burgos.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 301

un onbre muy onrado, cristiano viejo i ijadalgo linpio de toda


raza, mácula de moro, judío ni ensambenitado ni penitenziado
por el Santo Oficio, y si uuiera otra cosa le pareze a este lesti-
go lo supiera por auer sido el dicho su padre Justicia Mayor i
ser aquella tierra tan corta que se supiera qualquiera cosa como
supo otras, demás que a la Justizia nunca les ay cosa oculta".
*'Y al dicho Pedro de Torres Rámila le comunicó i trató todo el
tiempo que estimo este testigo en la dicha villa.=Pregun,tado
qué oficio tenía el dicho Pedro Rámila o en qué se entretenía
i questado tenía; dijo que era casado i pasaba con su azien;da
sustentando sus ijos i casa on<radamente.=Preguntado si supo
o sabe quel dicho Torres Rámila tuuiese algún ijo llamado el
Maestro Torres Rámila: dijo quel tiempo questuuo en la dicha
villa de Uillarcayo, oyó dezir quel dicho Pedro de Torres Rá-
mila, casado, tenía un hijo estudiante en Alcalá de Enares demás
de los que tenía en su casa, i después le uino a conocer en esta
uilla de Madrid i le a ablado o do<s vezes i que no le conozía
ni se acordaua de tal nombre quando yo le pregunté por el Maes-
tro Torres Rámila porque por el dicho nombre no le conocía ni
sabía que era Colegial Teólogo ni a tenido comunciación con él;
y así estaua trascordado de -su nombre.=Preguntado si dijo a
don Francisco López de Aguilar aquel padre del dicho Maestro
Torres Rámila era sastre o auía echo de uestir a su padre deste
declarante, dijo que aura ocho u nueue años a su parezer que
al salir de la comedía tratando de poesía el dicho don Francis-
co López de Aguilar con este testigo, en conpetenzia de Lope de
Vega Carpió con el dicho Maestro Torres Rámila, quanto i este
le dio a conocer a este testigo, el dicho don Francisco López de
Aguilar, -le dijo este testigo al dicho don Francisco de Agui-
lar que era ijo de un sastre que azía de uestir en su casa en
la dicha villa de Uillarcayo i que así es verdad porque el dicho
Pedro Rámila no embargante quera onbre de las partes dichas en
las preguntas antes desta tenía este oficio.=Preguntado en qué po-
sesión i estimación se tiene el dicho ofigio en aquella tierra di-
cha de la uilla de Arcayo, dijo que por cosa onrada ese oficio i
•otro respecto de ser tierra pobre i que los arriendos son tan cor-
tos que tiene este testigo por imposible el poderse sustentar sólo
con ellos." Añade que los Torres Rámila no han ejercido oficio
vil ni bajo y en cambio tienen "deudos muy principales y bien
nacidos".
302 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

116. De la Expostulatio Spongiae no tiene ni noticias, y de


las sátiras ''no las a uisto, aunque a oído que sele izieron i que
no sabía lo que contenían ni sabe quién las izo, ni lo a oído dezir
determinadamente si fué Lope de Vega o no, i que no sabe quién
las tenga"; pero que desde luego no les da autoridad alguna, pues
tiene en buen concepto a Rámila y cree que debe ser elegido Co-
legial Mayor de San Ildefonso de Alcalá 10 °.
117. Cerca de un mes dedicó Pérez Roy a descansar de sus
fatigosas tareas de informador; pero sin olvidar la necesidad de
que declarara de nuevo Tamayo de Vargas —y así lo hizo al fin-—
según lo demuestra este pasaje de las informaciones, escrito en
Madrid a 9 de diciembre de 1622:
118. "Estando jo [Pérez Roy] calzadas las espuelas para
ir a Toledo, tune auiso como su merced [Tamayo de Vargas] es-
taua en esta uilla de Madrid, i luego fui a buscalle i le topé en casa
de don Bernabé de Bíbanco; Caballero del ábi'to de Santiago, ques
junto a San Miguel, en la Casa de los Salvajes 110 y aquí, después

109 Pruebas. 1622, fol. 28 vto. y sis"ts.


110 Don Bernabé de Vivanco y Velasco nació en Madrid, y se le
bautizó en la parroquia de S a n t a María el 28 de junio de 1573. E r a hijo
del caballerizo mayor del rey Feüipe I I don H e r n a n d o Ortiz de Vivanco y
de su legítima esposa doña Isabel de Velasco. Educado en el ambiente de
Palacio, sobresalió pronto entre los servidores reales, y fué nombrado Re-
gidor de Toledo. Hombre de confianza de Felipe I I I , consiguió ser su ayuda
de Cámara y también montero de Espinosa, aunque este último cargo era
ilegal, pues ya hemos visto que era madrileño Vivanco y no de Espinosa de
los Monteros (Burgos), como se requería para desempeñar dicho empleo,
Luego pasó a ser secretario de la Real Estampilla, y al fin secretario del
Rey, en septiembre de 1612. A esto se opuso el Duque de L e r m a inútilmente,
ya que Vivanco siguió ejerciendo el destino, y hasta consiguió al poco tiempo un
hábito de la Orden de Santiago, con la encomienda de Dos-Barrios, y, por
último, la secretaría general del Consejo Supremo de la Inquisición. Murió
en Madrid.
D u r a n t e mucho tiempo se estuvo confundiendo a Vivanco con el historiador
Matías de Novoa, atribuyéndole las obras de é s t e ; pero aunque ya La Ba-
rrerr. 00 opuso a semejante suposición (Ob. cxt., pág. 31S, nota i ) , quien ver-
daderamente lo aclaró fué don Antonio Cánovas del Castillo en su Monogra-
fía de un historiador español desconocido. Madrid, 1871.
For otra parte, la amistad de Vivanco y Tamayo de Vargas, ahora de-
mostrada, pudiera hacer pensar que aquél fué tal vez aficionado también
a los estudios históricos, pues Tamayo dedicó su vida entera a ellos,
Lope de Vega también fué amigo de Vivanco, quizás por medio de T a -
mayo de Vargas, y le dedicó la paa'te X I de sus Comedias (Madrid, 1618).
En cuanto a la "casa de los Salvajes", donde Vivanco habitaba, se lla-
maba así a c;uisa de que tenía las figuras de dos salvajes a los lados del
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 303

de auer jurado a Dios i a la Cruz de dezir la verdad a lo que io


le preguntare, en ley de cavallero", dijo:
119. "Que a uisto i leído el dicho libro contra el dicho Rá-
mila, inpreso en Francia según dize el libro y que no sabe quién
le conpuso i que aqui no tiene el dicho libro aunque puede ser
tenelle entre sus libros en Toledo i quel autor del libro se dize
ques Julio Columbario i que no sabe quién es, i que no sabe
quién le tiene el dicho libro ni a uisto otro más que uno que le
dieron i que no le costó nada ni sabe que se uendiese pública ni
secretamente en ninguna parte."
120. Por lo que se refiere a las sátiras, se remite a lo dicho

balcón principal. F u é esta casa perteneciente al mayorazgo que fundó en el


siglo x v don J u a n Zapata y Cárdenas, primer conde de Barajas, y está,
situada en la actual plaza del Conde de Miranda cerca de la d e S a n Mi-
guel (donde antes estuvo la iglesia de San Miguel de los Octoes), si bien
ya no ostenta la ornamentación escultórica que le dio nombre.
" T a l vez aludía a esta casa, aunque había otras muchas en E s p a ñ a con
estaa estatuas, Lope de Vega cuando decía a s í :

" ¡ Q u e tenga un bufón poder


P a r a entrarse de rondón
E n palacio, sin tener
Quien le haga contradición,
Cuando quedamos a ser
Salvajes de esta portada !"

(Lope, Lanza por lanza> la de don Luis de Almansa, act. I I I , R. Acad.,


tomo IX, pág. 310-b.)
También existían las figuras de salvajes a los lados del escudo de ar-
man que adornaban las f a c h a d a s ; a esto aludió La picara Justina., diciendo:
"Con este ademán nos quedamos ambos hechos estatuas de salvajes de
armas."
(Rivad., pág. 142.)
Finalmente, en la Mogiganga de las Casas de Madrid, de don Juan,
Francisco de Tejera, se l e e :

"(Salen dos salvajes


con sus masas.)
ALCALDE. ¿ Q u é veo?
¿ Qué casa es ésta ?
Los DOS. La Casa
de los dos salvajes.
ALCALDE. ¡ Qué buena
pareja de mogiganca !
ASTRÓL. No es malo que los salvajes
hagan para serlo g r a c i a . . . "

(Véase H e r r e r o G a r c í a : El Madrid de Calderón. Textos y comentarios.


Madrid, 1926, pág. 122.)

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304 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

en la primera declaración, y añade: "no opstante que sabe quin-


to suele aumentar la indignación y ponderazión satírica i que
las dichas sátiras no las izo no sabe quien las izo ni las uió azer
a nadie ni las tiene, ni sabe quién las tenga aunque las a oído mu-
chas veces i no se aquerda a quién las uió i que no se aquerda
determinadamente lo que contenían las dichas sátiras; i que no
sabe la uerdad que tengan las dichas sátiras'".
121. Sin embargo, "dijo que por ningún caso quisiera ver
cosas suyas ni así estar sujeto a ellas ní ser sujeto de ellas", y
•en cuanto a darlas crédito "que se remite a la latitud que tienen
las constituciones del dicho -Colegio, i a todo lo que el Colegio
iciese i suele azer en casos semejantes queso (sic) le parezerá ques
bien echo i azertado.=Preguntado si en algún tiempo enparentara
•o cosas suyas con el dicho Rámila o los suyos = dijo que ni aora
ni después trata de azer casamiento con nadie que quando trate de
azello, la ocurrencia de las cosas le dirá lo que a de azer pero que
aora no trata de casamientos.—Preguntado i si tratase de acellos,
los casamientos o casamiento de alguna deuda suya, si la casaría
con deudo del dicho Rámila = dijo que se remite a la pregunta
antecedente i a su respuesta i que no tiene más que dezir ni dirá
más.=Preguntado que en qué posesión tiene el oficio de sastre
i al de calzetero i calzetera i al arte de Repetidor de Gramáti-
ca = dijo que no le tiene por infame pero que le tiene por bajo
ques lo mesmo a su parezer que umilde.=PreguntadO' si depone
de lo que dicho tiene, en razón de que el Colegio perderá de su
estimación y Reputazión si eligiere por su Colegal al dicho Rá-
mila = dijo que se remite otra vez al juicio quel Colegio iziere
desta deposizión i de las que fueren deste mismo jaez i questo
tendrá por azertado; i que no tiene más que dezir ni dirá más,
antes juzga según lo que ordinariamente a uisto platicar en las
iglesias de Estatuto, Inquisiziones, donde solamente requieren la
limpieza, que las demás preguntas fuera de las que tocan a ella
de ordinario le escusan como sin prouecho y sin daño". Tamayo
•de Vargas tenía en esta fecha treinta años de edad ll1.
122. En el mismo día visitó Pérez Roy al último de los de-
clarantes de Madrid, el "Licenciado Pedro Blasco, Beneficiado
<le San Salvador desta uilla, i natural de Granada i residente en
esta Corte veinte años a; i Comisario del Santo Oficio de la ciu-

iii Pruebas. 1632, fols. 31 y sigts.


LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 305

•dad de Granada 112, al qual examino —explica Pérez Roy— por


.auerme dicho el señor doctor Lucas García, nuestro Colegial que
le auía oído ablar priuadamente del Maestro Rámila".
123. Empero no debía de estar muy al tanto de quién era
cuando sólo le conocía "de vista". Sabía que era "Colegial) Teó-
logo de Alcalá y opositor al Mayor de Alcalá".
124. Más enterado parece de su lucha con Lope de Vega,
pues "sabe que contra el dicho Rámila an salido unas sátiras en
iierso español i un libro en latín que se llama la Spongia, impre-
so, todo contra el dicho Rámila; i dijo que le parece quel dicho
libro se imiprimió fuera del Reyno de Castilla e lo supusieron
porque no estaua con las lizenzias i aprobaziones que piden las
premátícas d'estos Reinos 113 ; i que no tiene el dicho libro, ni
las sátiras porque nunca tuuo dello más conzepto que ser un
jénero de uenganza de los autores que icieroin fes dichas poe-
sías.=Preguntado dijo que no vio sátira ninguna ni la oyó leer
-.ni dezir, sino de oídas supo le auían echo contra el dicho Rámi-
la i quel libro le abrió, vio el principio y medio i luego le arrojó
por azer dello el concepto que tiene dicho; i que no se aquerda
quién se lo mostró, ni sabe quién le compuso ni quién Le tenga,
ni sabe que se uendiese en ninguna parte pública ni secreta-
mente, i quelo que contenia el libro a lo que se acuerda eran elo-
jios en fauor de Lope de Uega i que no se aquerda que uuiese
cosa contra el dicho Rámila sino sólo quel libro se izo a fin de
juntar en él muchas alabanzas de Lope de Vega para azer com-
parazión de que no podía llegar el talento del dicho Rámila. a un
onbre tal como Lope de Vega Carpió con lo qual quedase ani-
quilado el diclio Rámila; y que de lo que sabe de lo escrito de
mano, que oyó eran sátiras; pero no sabe lo que contenían; i
-que solo uió i leyó unas conclusiones impresas que contenían de-

112 Aparte de los datos contenidos en la declaración, sólo he hallado


relativo al licenciado Pedro Blasco que en 13 de septiembre de 1637 censu-
ró los Remedios de cualquier fortuna, de Quevedo, favorablemente (véase
ed. Astrana Marín, tomo I, pág. 733), lo cual confirma su fama de crítico
literario. Su expediente de Familiar del Santo Oficio, que debía conservarse
entre los papeles de Inquisición del Archivo Histórico Nacional, no exis-
te, y por esta causa ha sido imposible ampliar más lo dicho,
113 Efectivamente es así; pero si legalmente no podía imprimirse en
España la Expostulatio Spongiac, de modo subrepticio sí, y eso es lo que
sucedió, aunque el licenciado Pedro Blasco no lo supusiera. (Véase el ca-
pítulo LV, núm. 5.)
30Ó JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS .Y PEÑA

fectos gramaticales que oponían avía cometido el dicho Rámi-


la i que no sabe quién las compuso ni quién las tenga ni las tiene
este testigo 114 .=Preguntado, dijo que a todo jenero de sátiras,
él no le da crédito si no es que le conste que aya actos positivos
de la materia que contienen; i que en jeneral así por la razón
del fuero interior como por lo político que siempre a sido i visto
practicar que no azen fe ni se la da más crédito que la verdad
quellas en sí tuuieren i que a uisto muchos casos en personas
muy niueladas questo no les a opstado por ser contra la verdad
lo que las sátiras, porquel entiende que si las azen poetas i están
con pasión o con necesidad de acomodar su concepto al conso-
nante a sí mismos no se perdonan; i si los poetas se las mandan
azer escriuen bien pagados lo que el interesado les pide'".

24. Firma autógrafa de Blasco. 1623.

125. En cuanto al concepto que le merece Torres Rámila r


"dijo que por lo que a visto i observado en todo el discurso de
su vida que si se aliara este testigo con uoto de si si no en la.
capilla de San Ildefonso i en la Iglesia Major de Toledo y en
todos los Colegios Majores de España i en qualquier otro lu-
gar donde los estatutos estén lo más apretados que se pueda,
considerar no costándole en su limpieza de padres i agüelos i
más acendientes por línea recta alguna nota por el dicho Rá-
mila i costándole coraio le costa por la relazión quel informante
le a echo de la calidad i limpieza del dicho Rámila i echa por
tan insigne Colegio, dijo que le daría el uoto como tiene dicho",
y que el Colegio no perderá nada en hacerlo así.
12Ó. Como se ve, la opinión que tenía de Torres Rámila era
magnífica; pero aún lo es más su respuesta a la estupenda pre-

114 Se refiere, sin duda, al papel que publicó López de Aguilar con-
tra Torres Rámila, bajo el seudónimo de Franciscus Antididascalus. (Véase
el capitulo I I I , núin. 51.)
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 2>°7

gunía ele si le era grato emparentar con el detractor de I.ope


de Vega:
127. "Que si el dicho Rámila fuera jurista le diera una
ermana que tiene con razonable dote para mujer suya i questo
no dudara 115 ."
128. Verdaderamente que tenía gracia y ganas de casar a
su hermana —ya no muy tierna, si se tienen en cuenta los cuaren-
ta años del declarante— el ingenuo beneficiado de San Salvador.
¡(Lástima que Torres Rámila no lo hubiera presentido al elegir
carrera!
129. En fin, todas estas encontradas declaraciones, que sin
embargo coincidían en algunos puntos y especialmente en el inte-
resantísimo de tener a Torres Rámila en buen concepto los de-
clarantes —téngase presente, entre otras, la óptima respuesta del
padre Blasco en este sentido—, no tan sinceros, por otra parte,
como fuera de desear, le convencieron seguramente a Pérez
Roy de la inutilidad de continuar las informaciones, pues si bien
es verdad que nada en limpio se sacaba de quiénes fueron los
autores de las Sátiras y de la Exp.o)shtlatio Spongiae, en cambio
todos los declarantes estaban conformes —al menos aparente-
mente— en no dar crédito alguno a obras de difamación que,
según se ve, tenían en la edad de oro menos prestigio del que
muchos eruditos suponen.
130. Así pues, Pérez Roy hace el siguiente resumen cte sus
indagaciones, confirmando lo dicho:
131. " E n esta información e andado con el cuydado i vi-
gilancia quera razón i e procurado examinar a todos los que tie-
nen fama de críticos en esta Corte entre quien an andado las sá-
tiras i libro impreso, que salió contra el Maestro Rámila; i se-
gún e visto i e oído i conforme lo que va escrito en esta infor-
mación, las sátiras que an salido y libro dicho contra Rámila fué
todo i es por jenero de venganza, sin saber lo que se dezían ni
tener fundamento en nada de lo que se dezía ni an dicho y así
mi parecer es quel Colegio no debe reparar en nada para dar por
buena, calificada i acabada esta información sin accr más dili-
gencia ni en Alcalá ni en otra parte alguna, supuesto la calidad
que yo e visto en la dicha información i que a las sátiras de
qualquier jénero que sean no se deue dar crédito,, En este caso
porque consta manifiestamente lo contrario con lo que el Cole-

115 Pruebas. 1622, fols. 32 vto. y sigts.


3o8
JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

gio a prouado en sus origines y yo escrito en esta Corte; i esta


es mi parecer y asi la doi por acabada i concluyente i calificada
en todo i por todo conforme pide el Colegio i esto rrecibo en
Dios i mi conzienzia i para descargo de ella i cunplir con mi
obligación digo esto; i por ser ansí verdad lo firmé en esta villa
de Madrid en diez días del mes de diziembre de 1622 a ñ o s . =
Doctor Francisco Pérez Roy {rúbrica) llfJ ."
132. No opinó el Colegio Mayor de San Ildefonso lo mis-
mo que su paciente representante el doctor Pérez Roy respecto
a la conclusión de las informaciones de Torres Rámila, y dis-
puso que se interrogara, además, a algunos vecinos de Alcalá
de Henares acerca de lo mismo que a los de Madrid 117.
133. Hubo, pues, de volver Pérez Roy a tomar declaracio-
nes, y la primera que recogió fué la del sacerdote don Benito
Sánchez de Herrera, en 27 de diciembre de 1622.
134. Dijo éste que conocía a Rámlia como opositor que
era al Colegio Mayor de San Ildefonso: "que tiene notizia que
contra el dicho Rámila an salido unas sátiras, no sabe en qué
lengua eran i que no sabe lo [que] contenían ní quién las izo, ni
quien las tenga; que lo que más sabe es en este particular es que
contra un tratado que sacó [Torres Rámila] contra Lope de
Vega Carpió 118 escriuió el Maestro Sánchez, racionero' i ca-
tedrático desta Uniuersidad 110, y no sabe en qué lengua porque
no llegó a sus manos 1 2 0 .=Preguntado dijo que no sabe que aya
auido libro impreso contra el dicho Rámila.=Preguntado, dijo,
que el nombre de sátira, consigo trae mucho de malizia i da-
ñada intenzión en el sujeto que la escriue, muchos arrojadamente,
como mozos, en ellas an ablado y ablan; pero malo es que en
ésta u en la otra materia de un sujeto ahlen". Además, "dijo
que si las tales sátiras estuiesen impresas con la autoridad y fa-
cultad Real que los demás libros que comunmente se imprimen

116 Pruebas. 1622, fol. 34.


117 Esto indica cómo se difundieron las sátiras y la Expostulatio
Spongiac casi exclusivamente en estas dos poblaciones. En Toledo quizá
no trascendió más allá del grupo de la tertulia del Conde de Mora. (Véase
el capítulo III, núm. 14.)
11S La Spongia. (Véase el capítulo II.)
119 Véase el capítulo IV, nota 183.
120 Appcndix ad c-vpostulationcm Spongiac, (Véase el capítulo TV,
núm. 129.)

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LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 309

lo entiende questos tales libros llegan a manos de muchos... 1Z1


i ignorantes que dauan i en ellas reparan azerca de los quales
puede estar oculta la limpieza; pero si son fracmentos o libros
subreticiamente impresos no fueran causa para que cosas suyas
no casaran con el dicho dicho i sus cosas por quanto los di-
chos tales f racmentos i libros subreptizios consigo traen la mali-
cia i odto del autor contra quien escriben".
135. Además dijo que el Colegio debe admitir a Torres, y
"que de buena gana i entera voluntad emparentara por casa-
miento con el dicho Rámila". Sánchez de Herrera tenía treinta
años de edad en la fecha del interrogatorio 122.
136. Al día siguiente, 28 de diciembre de 1622, interrogó al
Maestro Francisco Fernández de Montemayor, colegial teólo-
go de la Universidad de Alcalá, de veintitrés años de edad, que
conocía a Rámila y sabía que las sátiras contra éste "fueron
en lengua española, pero que no las leyó ni sabe qué contenían
ni quién las tenga ni quién las hi^o i que también tiene notizia
de un libro que se imprimió contra el Maestro Rámila i que le
leyó y es apodo contra Rámila i dezille que no sabía latín y que
no contiene otra cosa contra Rámila".
137. Opina, como el anterior, que nada pierde el Colegio
con admitir a Torres, pues es digno "de cualquier premio y
honra" 123.
138. Después de estas declaraciones debió ya de agotarse
la paciencia de Pérez Roy, que pensaba no concluiría nunca con
tan ingrata tarea de preguntar y escribir declaraciones, que de
sobra sabía cuan convencionales y faltas de sinceridad eran; y
las informaciones quedaron en suspenso hasta el 20 de enero
de 1623, en que el doctor Francisco García 124 hace el postrer
interrogatorio en la persona del doctor Gregorio de Tamayo, co-
legial de León y sacerdote 123, que declara haber visto y oído

121 Sigue una palabra ilegible en el manuscrito original.


122 Pruebas. 1622, fol. 34 vto.
123 Pruebas. 1622, fol. 35 vto.
124 Era colegial de San Ildefonso de Alcalá, y fué nombrado informa-
dor para sustituir a Pérez Roy.
125 El doctor don Gregorio Tamayo y Mendoza nació en Madrid
y fué canónigo de la Santa Iglesia Magistral de Alcalá y catedrático de
Sagrada Teología en, la de Prima de Escritura. Escribió un tratado que
llamó Memorial de los cinco Santos de Alcalá, y según Alvarez Baena fué
varón grande y erudito en todas materias, y no menos venerado por su
virtud." (Hijos de Madrid ilustres, tomo II, pág. 371.)
310 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

"algunas poesías y sátiras echas contra el Maestro Rámila", cu-


yos autores y paradero ignora, y que por ser cristiano viejo y
"muy hidalgo" debe el Colegio "darle el manto" 12 °.

25. Firma autógrafa de Tamayo. 1622.

139. En cuanto a las informaciones genealógicas llevadas a


cabo en Villarcayo y otros lugares de Castilla —ya aprovechadas
al trazar la biografía de Torres Rámila 127, se encomendaron con
idénticas formalidades que las otras y con arreglo al "Interro-
gatorio del Colegio Mayor" de San Ildefonso 12S, al doctor Ni-
colás Cano Arco, Se le habían otorgado poderes en los días 27
y 30 de junio de 1622 12° y también con arreglo a la bula de Cle-

En la Relación de las fiestas al Santísimo Sacramento (*) celebradas


•en Alcalá con asistencia de los infantes don Carlos y don Fernando de Aus-
tria, hijos de Felipe III, aparece aludido el doctor Gregorio Tamayo como
autor de un Vejamen, que se ha perdido:
"Mostró el Dotor Tamayo su agudeca
El Cric) eí bejamen, como tan cursado.
•Reciuió mucho gusto en el su Altega;
Y de todo di Coleg/Io acompañado,
Y del Retor, cuya sin par nobleza
Aragón la confiesa y la a estimado:
Don Dionisio Manrique es su apellido ;
Del Justicia mayor, hijo querido."

126 Pruebas. 1622, fol. 36 vio.


127 Véase el capítulo I, nums. 9 y sigts.
128 Véase el núm. 9 de este capítulo.
129 Era rector entonces don Miguel Alonso de Tamayo, y la ca-
pilla la integraban los doctores Bermejo, Francisco García —el informan-

(*) Ms. en la ¡Biblioteca de la 'Academia de la Historia. Signatura


:6-6-J43. En lo que copio modernizo la puntuación.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 311

mente VIII, ya aludida anteriormente 130. Torres Rámila, por su


parte había suscrito carta de poder mucho antes, en 19 de marzo
de 1622 131, quizás porque ya entonces veía la necesidad de empe-
zar los interrogatorios en su tierra natal para poder sacar algo en
limpio de las informaciones de Madrid.
140. Comenzó Cano Arco los interrogatorios en 11 de sep-
tiembre de 1622 132 y estuvo en Villar cayo, donde examinó cer-
ca de veinte personas. Entre ellas a Sebastián Torres Rámila,
hermano del opositor, como ya se dijo 333, y a don Diego Huido-
bro, escribano del Rey y de la Audiencia y Juzgado de las
Siete Merindades de Castilla la Vieja y familiar del Santo Ofi-
cio, con residencia en Villaín (Burgos) m ; Alonso Inignaj, te-
niente corregidor de las Merindades 135 ; Pascual de Linares Sa-
lazar, procurador de Villarcayo y vecino de Quintanilla de Qi-
guenza 13 °, Juan Rodríguez, procurador de la Audiencia de Vi-
llarcayo y Corregidor de esta población 137 ; Juana de Dios de
Isla, "muger del primer familiar que hubo en esta tierra d"e Bi-
jueces, Burgos) 13s ; etc., etc.
141. Visitó además los pueblos de Bijueces 139, Villerías 14 °,
San Miguel de Cornezuelo 141, Población cié Arriba 142 y Cere-
ceda 143, donde interrogó también a numerosas personas, que le
proporcionaron algunos datos acerca del origen de los apellidos
de Torres Rámila, que ya he indicado 144.
142. Reunidas estas informaciones con las interesantísimas
llevadas a cabo en Madrid, Toledo v Alcalá de Henares, v exami-
nadas todas detenidamente, el Colegio Mayor de San Ildefonso de

te que sustituyó a Pérez Roy— y el maestro Alfaro, entre otros, que no


asistieron el día de la concesión de los poderes. {Pruebas. 1622, fol. 3.)
130 Véase el núm. 13 de este capítulo.
131 Pruebas. 1622, fol. 4.
132 Pruebas. 1622, fol. 4.
133 Véase el capítulo I, nota 11.
134 Pruebas. 1622, fol. 5 vto.
135 Pruebas. 1622, fol. 13 vto.
136 Pruebas. 1622, fol. 22.
137 Pruebas. 1622, fol. 25.
138 Pruebas. 1622, fol. 44.
138 Pruebas. 1622, fol. 39.
140 Pruebas. 1622, fol. 45.
141 Pruebas. 1622, foü. 55.
342 Pruebas. 1622, fol. 57.
143 Pruebas. 1622, fol. 53 vto.
144 Véase el capítulo I, núm. 14. ' '
312 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

esta última ciudad acordó en 14 de febrero de 1623 declararlas-


suficientes para que Pedro de Torres Rámila pudiese opositar a
una de las plazas de Colegial vacantes en dicho Colegio 14B.
143 Ya dije que el autor de la Spongia no figura en los li-
bros de matrículas de la Universidad de Alcalá desde 1619 has-
ta el de 1623 li0, en que aparece citado entre los maestros re-
gentes 147.
144. Por cierto que en este mismo año está matriculado'
en Cánones el genial dramaturgo don Pedro Calderón de la Bar-
ca 14s, que acaso fué discípulo, entonces, de Torres Rámila, en
Gramática.
145. Por fin el día 24 de septiembre de 1624 se cumplieron
por entero los deseos del autor de la Spongia, pues en esa fecha
fué recibido como Colegial Mayor de San Ildefonso, tomando po-
sesión de la beca que tanto anhelaba 149, y en el mismo año apa-

145 Pruebas. 1622, fol. 3S vto. *


146 Véase el núm, 3 de este capítulo.
147 " D r . Rámila."
(Id. 1623. Maestros regentes. 17 de octubre. Id.)
148 "d p.° Calderón, de Madrid. 24."
(Id. 1623. Cánones. 18 de octubre. Id.)
Y anterior es esta o t r a :
" P . ° Calderón, de Madrid. 2 1 . "
(Id. 1621. Súmula. 24 octubre. Id.)
149 A continuación copiamos, deshaciendo las abreviaturas, la nota
de la recepción de Colegial de T o r r e s Rámila, que se encuentra en el
Libro de Grados de la Universidad de Alcalá (fol. 281), conservado en la
Biblioteca del Palacio de Oriente y el resumen de la misma, inserto en el
libro 1.233 (fol. 50 vto.) de la Sección de Universidades y Colegios del
Archivo Histórico Nacional, Ambos documentos están inéditos, y son
muestra del pésimo latín de la burocracia universitaria de aquella é p o c a :
"403 Doctor P e t r u s T o r r e s Rámila Maior huius collegii.
In dei nomine Amen Anno a Nativitate Domini millessimo sexacentessi-
mo vígessimo quarto, die vigessimo quarto, mensis Septembris ego D o c t o r
Petrus T o r r e s Rámila fui electus in Collegan huáus florentissimj divi
Ildephonsi Collegii oppidi de Alcalá de Henares per Ulustrem Dominum Li-
centiatum D. Alvarum. de Ayala (*) eiüsdem Collegis nec non totius uni-
v e r s í t a t i s . . . " (**)

(*) Don Alvaro de Ayala fué el primer Colegial J u r i s t a . H i j o de los


quintos Condes de Fuensalida. Desempeñó la cátedra de Cánones y alcan-
zó el cargo de Rector en 1624, muriendo a los quince días de tomar po-
sesión de él. Su recepción de Colegial Mayor se verificó en 16 de octubre
de 1617. (Véase el Libro de grados, existente en la Biblioteca del Palacio
de Oriente, fol. 259.)
(**) Queda así, incompleto, sin haberse acabado de copiar, y el resto
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS ST3

rece ya entre los colegiales mayores inscritos en las matrículas


el 18 de octubre 150.
146. No obstante, Lope aún aludió a su enemigo, a pesar
de todo, durante el período de las informaciones dichas, en la
Relación de las Fiestas de la Canonización de San Isidro 151, con
los pasajes que siguen, cuya intención creo que no ha menester
interpretaciones:
147. "Para qué se cansan los que se oponen a los estudios
ajenos con principios viles?... La venganza de este género de
gente es la sátira... Allí se libra su sabiduría, y ignorantes de la
lengua Latina, y aun de los nombres de las ciencias, confían
tanto en lo traducido de la Toscana, que les parece que trasla-

Al margen: "Fué Cura de la Lechosa; fué Canónigo de S. Justo el


ana de M. 648; fué varón merítissime."
"575 Recepción del E>.or Pedro Torres Ramila = Fué electo Colegial
en veinte y quatro de Setiembre de mil seiscientos veinte y cuatro, siendo
Rector el Licenciado don Alvaro de Ayala. = Fué Cura de la Lechosa
(sic) ; Canónigo de San Justo y Pastor, y varón ilustre."
150 Matrículas de la Universidad de Alcalá de Hen-a<res, 1624 (fo-
lio 3) (Archivo Histórico Nacional).
151 "Relación | de las Fiestas | que la insigne Villa de Madrid f
hizo en la Canonicacion de su [ Bienaventurado Hijo y Patrón | San Isi-
dro, con las Comedias j que se representaron y los Versos | que en la
Justa Poética se escriu- | ieron. ¡ Dirigida I A la misma Insigne Villa |
Por Lope de Vega Carpió. I Año de 1622."
Colofón. "En Madrid 1 Por la viuda de Alonso Martín. I Año de 1622.''
Un vol. en 4° de 28 hojas s. n. de PreLs. -f' 156 fols. de texto.
Contiene: Portada grabada por J. de Courbes: Suma del privilegio,,
por cuatro años. Madrid, 30 de agosto de 1622; Suma de la tasa. Madrid,.
1 de septiembre de 1622; Certificado de que concuerda con el original, por
Murcia de la Llama. Madrid, 30 de agosto de 1622; Aprobación del maestro
Vicente Espinel. Madrid (s. f,) ; Aprobación de fray Pedro Mozo, del Co-
legio de la Encarnación, de doña Maria de Aragón, Madrid, 7 de agosto
de 1622; Licencia del Vicario de Madrid, don Diego Veüa. Madrid, 16 de
agosto de 1622; "A la insigne villa de Madrid", dedicatoria del autor; "A
los poetas", por fray Ángel Manrique; "Luis de Belmonte Bermúdcz a
Lope de Vega Carpió", décima; "Don Pedro Calderón a Lope de Vega
Carpió", id.; "El licenciado Juan Pérez de Montalbán a Lope de Vega
Carpió", id; "Advertencia"; Prólogo; Texto, y Colofón.
(Véase la descripción de su contenido en La Barrera: Ob. cit., pági-
na 371.)

de la hoja cruzada de rayas de tinta. Es caso que se repite rara vez en el


libro, y quizá se deba a que se desistió luego de ponerlo allí, en limpio,
por cualquier causa.

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314 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PENA

ciar es inventar y mover a risa solicitar aplauso 152, como otros


que escriben, y no clan a luz, a quien podríamos decir con Juve-
nal: Ncc dum finitus O restes.
148. A tiempo llega la osadía bárbara, ambiciosa de contras-
tar imposibles, que procurando inquirir vicios ajenos, se olvida
de los suyos, no permitidos de la naturaleza ni de la honra. Por
eso dijo la divina verdad: Eíice primiim tralem de oculo tuo:
mas como algunas hierbas maltratadas dan más suave olor; así
la envidia a lo que piensa que destruye, añade fama."
149. Y lo mismo puede entenderse respecto de estos versos,
pertenecientes al romance de los Premios de la fiesta, inserto al
final de la misma obra:

150 " D a s en alabar a algunos


Tan indignos en t u s versos,
Que no permites distancias
D¿ filomenas a cuervos"...
" ¡ O h miserable Burgu'illos,
Pceta jamás soberbio
Aunque parece imposible!
¿ Adonde te lleva el tiempo ?
¿ Qué es de tus años pasados,
O tu paciencia a lo menos?
¿ Q u é has hecho? ¿ A quién has servido?
¿ Qué aguardan tus pensamientos ?
¿ Nada pides, nada intentas ?
¿ Siempre has de estar pobre y necio,
Filósofo de ti mismo
E n t r e dos libros y un huerto?
Tú ya no de la fortuna,
De mil locos estafermo,
Que tienen por valentía
Quebrar lanzas en tu pecho:
¿ C o n qué les haces pesar?
Dime, por Dios te lo ruego,
¿ En qué esfinge depositas
Este público secreto ?
E n razón de lo demás,
¿Cómo vives tan contento?
Mira que te quieren triste,
Mira que te quieren muerto.
Paréceme que respondes
Que se lo pregunte al lienzo

152 La alusión va esta vez contra. Suárez de Figueroa, muy conocido


como traductor del italiano, y no contra T o r r e s Rámila, que era. menos
popular.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 315

Donde tantos perros ladran,


A quien no repara en ellos
Muchas honras, muchas honras,
Provechos, nunca provechos.
Dios te consuele, Burguillos,
Mientras reparto los premios.
Muchas sátiras me esperan,
Mas sírvame de consuelo
Que me faltan muchas faltas,
Que sobran en muchos de ellos."

151. Además en el Prólogo dialogístico entre un Poeta y el


Teatro, publicado en los preliminares de la Parte XIX de sus Co-
medias 153 se leen estas alusiones, que completan las declaraciones
del Fénix con más sinceridad que ellas, y la lucha de Lope y sus
enemigos en esta época :
152. "Po.—Preguntó Cisneros, representando vn Alcalde
•que por qué estaua preso vn estudiante que entre otros salió a
visita? Díxole el escriuano, que por vna sátira. Qué es sátira,
replicó Cisneros? Sátira es, dixo el escriuano, dezir las faltas
de los del lugar, y respondió Cisneros: Pues no sería mejor
prender a los que tienen las faltas?
153. Te.—>Yo no apruevo, aunque Cisneros lo aya dicho,
hambre cuyo donayre no tuuo igual en el mundo.'"
154. i(Po.—Házoste simple, pues yo te he dicho, Teatro
hablar como Filósofo muchas veces, y no pocas en algunas cien-
cias, si no eres como vn Cortesano que alabándose de que sabía

153 "Parte decinveve | y la meíor [ parte de las Comedias 1 de Lope


•de Vega Carpió Pro- [ curador Fiscal de la Cámara Apostólica, y su I
Notario, descrito en el Archiuo I Romano. | Dirigido a diver- I sas perso-
nas. I Pedibus concvlcabitvr corona | superbiae ebriorum Ephraim. Isai.,
•cap. 28, I Año {Emblema del impresor) 1624. 1 Con privilegio. |i En Madrid.
Por Juan Goncalez. j A costa de Alonso Pérez, mercader de libros. Vende-
se en sus I casas en la calle de Santiago."
Colofón: "En Madrid. | Por Juan Goncalez [ Año M . D C . X X I i n . '
Un vol. en 4.0 de 6 hojas s. n. de Prels. + 2&° fols. de texto.
Contiene: Portada; Tabla de las Comedias de esta parte X I X ; Tasa.
Madrid, 22 de febrero de 1624; Suma del privilegio por diez años. Ma-
drid, 25 de junio de 1622; Fe de erratas. Madrid, 20 de febrero de 1624;
Aprobación de esta parte y de la XVIII, por Vicente Espinel. Madrid,
22 de junio de 1622; Licencia del Vicario de Madrid, don Diego Vela.
Madrid, 16 de junio de 1622; "Epigramma Vincentii Slaualati Ragusini Lopo
•de Vega Carpió" ; "Ad Licenciatura Ironiam de Conculcabis Pseudopoetans
clariss." ; "Prólogo Dialogístico" entre un poeta y el Teatro, por el autor;
Texto y Colofón.
316 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

Latín, pidió a vn maestro de Alcalá le escriuiesse vna sátira que


salió con su nombre y con su vergüenza."
155. "Te.—Nunca os inquieten hombres que solo simen de
zaguanes a los libros de los otros.
Pa.—Esso no entiendo.
Te.—Escriuiendo cartas y prólogos con no mayor limpieza,
donde a su modo de saber, alaban, vituperan, censuran, gradúan,
aprueuan y reprueuan, dándonos que reír con su ignorancia y
que llorar con su soberbia.
156. Po.—Calla, Teatro, no busquen algún Maestro de Al-
calá, o alguna fantasma de Lusitania, que nos hagan algunas
anotaciones que salgan en su nombre, aunque ellos blasonan de
auer hallado vna copiosa enciclopedia de todas las ciencias."
157. "Po.—Yo te daré un azeyte de memoria que les dará
la vida a tus representantes, puesto en las sienes.
Te.—Qual era esse para muchos que la han perdido de sus
cosas, o piensan que los otros no la tienen..."
CAPITULO VII

E L FINAL DE LA GUERRA.

La interferencia de don Juan de Jáuregui: su lucha con Lope de


Vega. Alusiones de los "Soliloquios amorosos". Estudios y
comisiones universitarias de Torres Rámila en esta época.
El curato de Helechosa de los Montes.—El "Laurel de Apo-
lo" y la "Expostulatio Spongiae".—Ataque postrero: "La
Dorotea". Muerte de Lope de Vega y "Fama postuma".
Los últimos años de la vida de Torres Rámila y su muerte.

i. Después de las acontecimientos que acabo de narrar en


el capítulo anterior, y cuando ya parecía que la guerra entre
Lope y Torres Rámila —abandonado de todos y único responsa-
ble aparente de lo que tantos habían urdido— llevaba trazas de
concluir por el prudente silencio del autor de la Spongia y la am-
plia satisfacción que el Fénix había dado a su venganza, vino a
tomar la lucha nuevos bríos a causa de un acontecimiento1 im-
previsto, el cual reavivó la ira de Lope contra Rámila, como
origen que era, más o ¿menos directo, de tantos males.
2. El desarrollo de los sucesos que acaecieron se sigue al
detalle en un libelo de Lope de Vega titulado Anti jáuregui, que
corrió manuscrito por entonces x y debió de componerse aproxi-
madamente a principios del año 1625 2.

1 Esta interesantísima obra de Lope permaneció inédita hasta que la


publicó el ilustre agustino padre Zarco Cuevas: Las contiendas literarias en el
siglo xvl 1. III. Una réplica de Lope de Vega contra don Juan de Jáu-
regui (en La Ciudad de Dios} vol. CXLII (1925, mes de noviembre), pági-
nas 272-290). El artículo lleva al final la fecha de 17 de agosto de 1925.
Y casi simultáneamente el erudito director de la Biblioteca Nacional,
don Miguel Artigas: Un opúsculo inédito de Lope de Vega. El Anti Jáuregui
del Lis. D. Lilis de la Carrera (en el Boletín de la Academia Española,
tomo XII (1925, mes de diciembre), págs. 587-605), que acompañó el texto
318 JOAQUÍN DE ENTRAME ASAGUAS Y PEÑA

3. Ataca Lope en el escrito aludido —y se deduce fácilmen-


te del título— al elegante poeta sevillano don Juan de Jáuregui %
que había sido tan excelente amigo suyo como implacable crí-
tico de Góngora 4 ; pero según su costumbre no le difundió a su
nombre, sino con el seudónimo de "El Licenciado don Luis de
la Carrera" 5, que no obstante debió de ser bien clairo para el
mundillo literario madrileño.
4. De cómo llegó el Fénix a tomar esta determinación con
su amigo da abundantes noticias el texto del Antijáuregui. £1
origen de ello lo explica don Miguel Artigas c, tan sucinta y

de un excelente estudio, donde se dan valor y significado exactos al li-


belo de Lope.
Conviene advertir que habiendo utilizado el señor Artigas una copia he-
cha por Gallardo de un original que se desconoce, propiedad del señor L e -
zama Leguizamón, y el señor Zarco u n manuscrito del siglo x v n , que se
conserva en la Biblioteca de El Escorial (Sig. L-. I. 15, fols. 222, anv., a
230, rev.), se notan algunas diferencias entre los dos textos, y parece más
correcto el segundo, que seguiré en mi trabajo y acaso sea autógrafo.
2 (pág. 317) Así lo cree el señor A r t i g a s más razonablemente, y t u v o
que ser en el tiempo dicho, por lo que más adelante se verá.
3 Consúltese la obra de don José J o r d á n de U r r í e s y Azara, Biogra-
fía y estudio critico de Jáuregui, Madrid, 1899, para todo lo referente a este-
escritor.
4 E l señor Millé y Giménez ha estudiado minuciosamente la. amis-
tad y enemistad entre los tres escritores en su interesante trabajo Jáuregui
y Lope, publicado en sus Estudios de Literatura Española, La Plata, 1928
(páginas 229-245), y de él se deduce que hasta los sucesos que voy a referir
estuvieron en perfecta amistad el poeta sevillano y el madrileño, fren-
te a don Luis de Góngora.
5 La Barrera ya le identificó con Lope (Ob. cit., pág. 390, nota) ;
" M a x i r i a r t h " , sin embargo, no le citó siquiera en Unos cuentos seudónimos
de escritores españoles (Madrid, 19*04), y Artigas lo aclaró más aún en su
obra Don Luis de Góngora y Argote, Madrid, ig'25 (pág. 231). L a lectura
del Anlijáurcgiti no deja ya lugar a dudas respecto de semejante identifica-
ción. Su primer editor, el padre Zarco, opina en este sentido:
"Así parece que debe de ser realmente, pues aparte de que nadie ha
logrado dar con el supuesto Licenciado, la copiosa y selecta lectura que
descubren los pasajes aducidos y la adecuación exacta entre algunas teo-
rías de Ltrpe d? Vega y las d e los clásicos, que sin esfuerzo y en abundan-
cia fluyen de los puntos de la pluma del excelso poeta español, indican clara-
mente, a mi parecer, que el autor del Antijáurcgui no fué otro que el propio
Lope."
Y el señor Artigas, en su comentario ya citado, mantiene idéntico pa-
recer.
6 Un opúsculo inédito de Lope de Vega, pág. 58S.

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LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 319

claramente, que creo lo más oportuno repetir sus propias pa-


labras, aclarando lo que convenga al fin que me propongo:
5. "En el año de gracia de 1624 seguía, violenta, la lucha
entre los cultos y los claros 7. Jáuregui había sido alférez mayor
de las huestes antigongorinas. El Antídoto s estaba en la memoria
de todos y en los bufetes de muchos. El Discurso poético había
corrido también seguramente en copias, y acaso para borrar el
mal paso del Orfeo lo hizo imprimir su autor en el niismo año
de 1624 °, En el Orfeo 10 quisieron ver los contemporáneos una*
apostasía por algunas voces y giros que trascendían a cultismo..
Todos cayeron sobre él; los enemigos con natural alborozo y los
amigos malhumorados; porque la deserción de adalid tan cora-
judo amenazaba con la desbandada y la derrota 11. Lope, que se-

7 Para el estudio de esta guerra que mantenía Lope paralelamente


a la que nos ocupa, aunque sin más puntos de unión que algunos fortuitos,
ya señalados, debe utilizarse, además del aludido estudio del señor Artigas
sobre Don Luis de Góngora y Argotc, un trabajo del señor Millé y Giménez, de
gran valor para aclarar la oscura cronología de la cuestión, titulado El "Papel'
de la nueva poesía" {Lope, Góngora y los orígenes del culteranismo), in>
preso en sus citados Estudios de Literatura Española (págs. 181-228).
8 El Antídoto contra las Soledades no se imprimió, seguramente, en-
tonces, porque en él se censura a Góngora sin disimular su nombre, y aun-
que conocido, estuvo inédito en la Biblioteca Nacional (Ms. M. 107) hasta
que lo publicó el señor Jordán de Urríes (Ob. cit., págs. 149 a 170). De las
muchas respuestas que suscitó ya he tratado anteriormente. (Véase el ca-
pítulo II, nota 57.)
9 Discurso poético de don Juan de Jáuregui. Al Excelentissimo Señor
Don Gaspar de Guzmán, Conde de Olivares,.., Madrid, Juan Goncalez. Año
M. DC. XXIIII. (Véase Pérez Pastor: Bibliografía Madrileña, III, 204.)
10 "Orfeo j de Don Jvan | de Jáuregui. I Al Excelentissimo Señor [
don Gaspar de Guzmán, Conde Buque de Olivares. I Sumiller de Corps.
Cavallerizo mayor del I Consejo de Estado i Guerra de su Magestad, j
Gran Canciller de las Indias, Alcaide | perpetuo de los alcácares I de Se-
villa. I {Adorno.) | Con privilegio. 1 En Madrid. Por Juan Goncalez. ]
Año M. DC. X I I I I . "
Colofón: "En Madrid. | Por Juan Goncalez. | Año M. DC. XXIIII."'
Un vol. en 4.0 de 4 hojs. s. n. de Prel. + 34 fols.
Contiene: Portada; "AI Marqués de Montesclaros", por don Lorenzo
Ramírez de Prado; Suma del privilegio por diez años. Madrid, 26 de
junio de 1624; Suma de la Tassa. Madrid, 12 de agosto de 1624; Erra-
tas. Madrid, 1 de agosto de 1624; Censura del DT. Francisco Sánchez de
Villamreva. Madrid, 5 de junio de 1624; Censura por el maestro José de
Valdivielso. Madrid, 17 de junio de 1624; Dedicatoria del autor; Texto-
y Colofón.
11 El señor Jordán de Urríes recoge las principales alusiones bur-
320 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

•creía y a quien creían todos el pontífice y maestro del estilo tra-


dicional y claro, debió sufrir un grave desencanto con la lectura
del manuscrito del Orfeo, de Jáuregui, y excitada aquella su fie-
bre poética, en cuatro días compuso el Orfeo en lengua caste-
llana 12. Es indudable que Lope conoció el Orfeo de Jáuregui
antes de que saliera de molde, porque la Tassa del de Jáuregui
se firmó el día 12 de agosto de 1624, y la censura del de Lope,
suscrita por fray Lucas de Montoya, es del 13 de agosto del
mismo año 13 ."
6. Y en el Orfeo en lengua castellana se contienen alusio-
nes transparentes y ofensivas para el Orfeo del poeta sevillano.
7. El título mismo, con su irónica aclaración de "en len-
,gua castellana'", era una amarga reticencia para dar a entender

leseas y críticas crueles suscitadas a raíz de la publicación del Orfeo (,0b.


xit., págs. 36 y sigts.).
Hoy debe considerarse a Jáuregui, con justicia, como un hombre de cabe-
za clara, que no dudó en desechar falsos prejuicios cuando se dio cuenta
de que la poesía de su época, de raigambre renacentista, no tenía más po-
sibilidades de avance, después de Lope de Vega, que el barroquismo gon-
gorino con que había de alcanzar su límite evolutivo; pero durante mucho
tiempo ha perdurado para el poeta sevillano el partidismo exaltado de sui
tiempo, entonces natural e indisculpable "a posteriori", que debe ser recha-
zado por la crítica moderna si qvtiere emitir juicios perdurables y eficientes.
12 Se trata, como es natural, del Orfeo, publicado por Lope de Vega
3. nombre de su discípulo Montalbán, que justamente atribuye el señor Ar-
tigas al Fénix, como otros muchos eruditos:
"Orfeo I en lengva | Castellana. 1 A la décima Mvsa. I Por el licen-
ciado I Juan Pérez de Montaluan, natural I de Madrid. I Año (Adorno.)
1624. I Con privilegio. I En Madrid. Por la viuda de Alonso Martín j A
costa de Alonso Pérez mercader de libros."
Un vol. en 4.0 de 8 hojs. s. n. de Prel. + 40 fols. de texto. '
Contiene: Portada; Suma del privilegio. Madrid, 27 de agosto de 1624;
Certificado de estar conforme con su original. Madrid, 1 de septiembre
de 1624; Suma de la Tasa. Madrid, 3 de septiembre de 1624; Censura de
fray Lucas de Montoya. Madrid, 13 de agosto de 1624; Aprobación de
Lope de Vega. Madrid, 21 de agosto de 1624; Poesías laudatorias de don
Gabriel del Corral (dísticos latinos), Tirso de Molina, López de Zarate, Je-
rónimo de Villaizán, Francisco de Francia y Acosta. y doña María de Zayas;
"Al Autor", por Lope de Vega (prosa y una poesía); "Al Autor", por "la
décima Musa" ; Prólogo del autor; Retrato del autor (véase descrito y re-
producido por Pérez Pastor: Bibliografía Madrileña, III, 232) y Texto.
•Espero demostrar pronto la veracidad de la atribución a Lope de
Vega de este poema con datos no aprovechados hasta ahora y otros nue-
vos conducentes ai una solución definitiva.
13 Véanse las notas 10 y 12 de este capítulo.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 321

que se callaba cómo el otro poema, por su estilo, no debía con-


siderarse escrito en dicho idioma.
8< En los preliminares, fray Lucas de Montoya remacha el
clavo diciendo en su Censura al indicar las características del
.autor: "fidelidad en la limpieza del lenguaje, que como, caste-
llano habla como se deue, ageno de impuridad de los que adul-
teran la mejor lengua de Europa, y con llamarse cultos la des-
autorizan, y sacan de su esplendor".
9. Y sobre todo Lope de Vega en la Aprobación: "El verso
es dulce, grave, sonoroso y adornado de admirables conceptos y
locuciones, y de aquella claridad que es una de las generales
formas que pide Hermógenes, sin humillarse un átomo de la
grandeza heroica, cosa que tan pocos alcanzan, porque lo son los
que con natural escriuen, aunque muchos, los engañados de su
presunción, que por desvanecerse a singulares, han hecho nues-
tra lengua como los trajes, que cada día son diferentes."
10. Y en la Carta Al Autor, de donde son estos párrafos:
"El título (a mi modo de sentir) es estremado: con él, por lo
menos, no se enojarán con v. m. estos señores que se llaman cul-
tos, pues ya confiesa que escriue en la lengua castellana, con
cuyo advertimiento se abstrahe de toda voz y locución peregri-
na, menos los recibidos, y que blandamente sirven de ornamento
al estilo grande.'' Y continúan a este tenor, burlándose de la "ter-
cera lengua'"" de los cultos, mezcla de latín y castellano, para ter-
minar con una silva de la que reproduzco algunos de los versos
más punzantes:
"Canta, segundo Orfeo"... i*
"Canta, pues ya conoces
E] systema divino de las voces,,
Canta y la embidia llore,
Que quiere hazer Euridice tu pluma...
"La oscuridad es propia
De las cosas ocultas,

14 Este verso no sólo prueba que ya era conocido de su autor el poe-


ma de Jáuregui cuando lo compuso, sino que esta alusión clarísima al poeta,
sevillano debió de inspirar seguramente a Góngora los sangrientos versos
>de un soneto (ed. Foulché, III, 20):

"Es el Orfeo del señor don Juan


El primero, porque hay otro segundo.
Espantado han sus números al mundo
con el horror que algunas voces dan..."
21
322 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PENA

Estas que llaman cultas


Son musas de Etiopía;
Tú los candidos ama,
Hijos de la verdad y de la Fama,
Que en la sentencia tienen la hermosura
Con alta locución en lengua pura;
Que su inventor divino
Es sólo peregrino,
No piense imperio humano
seguir aquel camino en Castellano:
Vn Fénix huuo solo, *5
Y assí no más de vn Góngora, vn Apolo,
Los demás desvarían,
Que en pensar que le imitan se confían."

12. Por último, el dudoso autor a cuyo nombre está impre-


so, dice, delatando una vez más el orgullo del Fénix, cuando se
disculpa en el Prólogo de haber escrito el poema por mandato'
de Lope, su maestro: "Atreuimíento ha sido, donde estos días se
han ley do la Filomena, la Andrómeda y la Circe de nuestro Poe-
ta Castellano: pero lo mismo me defiende, pues los he tenido»
por exemplares para escriuir mi Orfeo, aunque su claridad cie-
gue los ojos de tantos, que escriuen en tinieblas: mas no es mu-
cho, que bien puede en mí y en ellos mostrar sus dos efectos la.
luz, pues si a ellos ciega a mí me guía."
13. Hasta aquí, se comprende fácilmente, esta discusión cul-
terana de Jáuregui y Lope y los suyos no interesa a la guerra
que venimos relatando; pero vino a caer por entero dentro de
ella —y esta es la razón de exponer sus preliminares—, porque
Jáuregui, demostrando una vez más su sutil ingenio a la vez
que su pésima intención, en vez de seguir por el camino que le
marcaba Lope y continuar con él, como Góngora, una polémica
acerca del culteranismo y la "llaneza' 1 , optó por desviarse de la
ruta, y acordándose de cuánto había padecido Lope con el ataque
de Torres Rámila, imitar el método de éste para exacerbar más
al Fénix, abriéndole las heridas que apenas comenzaban a cica-
trizársele.
14. Al efecto, escogió la obra de Lope que había sido más
favorecida con las censuras de los preceptistas aristotélicos: la
Jcrusaíén Conquistada, cuyas vicisitudes críticas ya expuse a
su tiempo; rebuscó en ella con habilidad singular cuantas pala-

15 No tendría nada de insólito el que Lope se aludiera a sí misma-


en este verso disimuladamente.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 323

bras de las empleadas por Lope le parecían poco castellanas, a


más de otros defectos que habían pasado inadvertidos a los an-
teriores críticos, y adobándolos con indiscutible gracia y desen-
fado, se los espetó a la luz del sol, reunidos ordenadamente en
una Carta del Licenciado Claros de la Plaza al maestro Lisarte
de la Llana 10, y aun tal vez se dejó buena parte de censuras por
incluir en ella, según sospecho 17.
15 La ira que desató en Lope fué inmensa, y su prueba, el
violento libelo titulado Antijáuregiii, con el cual contestó, defen-
diéndose de las acusaciones que le hacía, y tratando en vano de
desgraciar los chistes del poeta sevillano, que según él, no sabía
latín. Descubre allí que Jáuregui es Claros de la Plaza, "cuyo
papel llegó a mis manos tarde", dice el Fénix, y en defensa pro-
pia cita las alabanzas que le hicieron en la Expostulatio Spongiae
Tribaldos de Toledo y Francisco Gutiérrez 18. Asegura que el
Orfeo en lengua castellana es de Pérez de Montalbán y no suyo,
como ya se susurraba; pero como en líneas anteriores afirma
también que la Expostulatio se imprimió en Francia, no es muy de
fiar aquella aseveración, que parece tan falsa como ésta. Y aun-
que el Fénix dice, henchido de vanidad, que los ataques a su Je-
rusalén Conquistada imitaban solamente los que recibía el Tasso-
por su poema, tiene buen cuidado de amenazar así a Jáuregui

16 Fué publicada como anónima por el insigne bibliógrafo y erudita


don Antonio Paz y Melia en su colección Sales Españolas (serie 2.a, to-
mo 121 de la Colección de Escritores Castellanos, páginas 277 y sigts.):;
pero sospechada en la Advertencia preliminar, que pudiera ser de Torres
Rámila o de Mártir Rizo, teniendo en cuenta su carácter, conforme con
las opiniones de estos enemigos del Fénix (página xiri). El verdadero autor
lo ha revelado la publicación del Antijáurcgui, según se verá.
17 En la Biblioteca Nacional hay un códice formado de varios pa-
peles (Ms. 3.888), donde se incluye un borrador de notas, tomadas leyen-
do la Jerusalén Conquistada, de Lope, para, sobre los errores que se van
señalando en ellas, desarrollar una crítica. Están muy confusas y comien-
zan en el fol. 142, continuando en dos trozos de papel insertos entre los
folios 149 y 150 y 153 y 158. Se atribuyen a Francisco de Rioja en el
Catálogo de la Biblioteca —quizás porque en el códice abundan las poe-
sías de este autor—, mas no en el manuscrito, que está encabezado so-
lamente: "A la Gerusalén de Lope."
18 Véase el capítulo IV, núms. 81 y 35, respectivamente.
De Tribaldos reproduce solamente el epígrafe de sus versos, en que le
compara con Aristófanes, Virgilio y Píndaro, a más de otras alabanzas, y
de Gutiérrez uno de sus versos, en que llama al ingenio del Fénix inago-
table y pródigo.

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JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA
324
para cortar por lo sano otras posibles censuras que siguieran re-
moviendo tan desagradable asunto. Sus palabras recuerdan las
dirigidas tiempo antes a Torres Rámila:
16. "Ahora, señor, Vm., pues ha leydo el Jerusalén, se en-
miende de aquí adelante, y sepa aprovechar en buen hora lo
que ha leydo, aprendiendo de aquel estilo assí el artificio como
la hermosura de los versos."
16. "Vm. hable y escriva cuerdamente, que si no le pro-
meto que le esperan grandes trabajos, fuera de que maledictis
provocatus vi maledícü, por Consejo de Ulises a Thermo en el
griego Trágico; y cuando censure las obras escuse las palabras;
que fuera de que virorum ut magna admiratio ita censura difi-
cilis est: mientras más ocasiones diere tendrá más pesadumbres,
que Lope no teme porqués, y avergüéncese de traer tan fuera
de propósito ante portam latinam, que le podrán decir que es
verbum fortem."
17. Pero pasado el primer impulso, como siempre, Lope de
Vega tomó venganza de Jáuregui más afortunadamente, con iro-
nía más sutil, y sin ocultar su nombre.
18. Habiéndose difundido el Antijáuregui, publicó Lope de
Vega sus Triunfos divinos 10, y como dice el señor Artigas 20, "se
•dio la imaligna satisfacción de poner a los pocos días delante de

19 "Trivnfos I divinos | con otras Rimas I sacras. I A la Excelen-


t í s i m a I Señora Doña Inés de Zvñiga, Condesa I de Olivares. I Por
Lope de Vega Carpió, I Procvrador Fiscal de la i Cámara Apostólica. ]
Año (Lema.) 1625 | Con privilegio. I En Madrid, Por la Vivda de Alonso
Martin, I A costa de Alonso Pérez mercader de libros."
Colofón: "En Madrid | Por Pedro Tazo, | Año 1635."
Un vol. en 4.0 de 8 hojas s. n. de Prals. + 127 fols. de texto '+ l hoja
s. n. del colofón.
Contiene: Portada; Dedicatoria del autor; Suma del privilegio. Ma-
drid, 19 de agosto de 1625 ; Suma de la Tasa. Madrid, 3 de septiembre de
1625; Erratas. Madrid, 2 de septiembre de 1625; Censura de fray Hor-
Jtensio Félix Paravicino; Licencia del vicario don Juan de Mendieta;
Aprobación de don Juan de Jáuregui. Madrid, 27 de julio de 1625; Dos
décimas de Juan Pérez de Montalbán al autor; Una décima del licencia-
do Francisco de Quintana al mismo; Otra de fray Gaspar Manuel de
Silva al mismo; Soneto de Lope a Felipe I V ; Id. al Conde de Olivares;
Id. a la Condesa de Olivares; Otro soneto a ésta por doña Feliciana Fé-
lix ; Id. por doña Antonia de Nevares Santoyo (ambos de Lope, sin duda
alguna); "El Licenciado don Luis de la Carrera a los desapasionados y
doctos'' (por Lope); Texto; Pág. en blanco; Texto; Colofón y página
-en blanco.
20 Un opúsculo inédito de Lope de Vega, pág. 588.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 325

su enemigo, convertido en censor oficial de los Triunfos, el


nombre del mentido licenciado don Luis de la Carrera, pues en-
tre los preliminares de dicha obra figura una especie de carta
dirigida "a los desapasionados y doctos'", firmada por él, don-
de se elogia al Fénix y se ataca a sus enemigos en general, ha-
ciendo alarde de erudición y especialmente de lecturas aristoté-
licas. He aquí dos párrafos significativos para nuestro objeto:
19. "Qué acción humana se libró de la detracción?, ¿qué
virtud de la censura vulgar?, ¿qué obra de la reprehensión) y
qué fama de la envidia?
20. "Fácil cosa es reprehender: luego desestimación es de
un hombre docto ocuparse en lo que es fácil, y querer fama los
que se precian de saber, por lo que es vicio de los que no sa-
ben."
21. Y más el siguiente, que me parece, por lo que subrayo,
una finísima burla muy de Lope, fríamente tranquilo después
de la exaltación de su ira:
22. "Muy docto caballero en todas letras y lenguas don Juan
de Jáuregui, cuyo raro ingenio y erudición no está en la opinión
de sus amigos, sino en el testimonio de sus obras." pág. x x n i ) .
23. Jáuregui, por su parte, se mostró sumamente frío en su
obligada Aprobación. Don Miguel Artigas hace observar muy bien
que "no tiene para Lope ni una lisonja, ni una frase de fervor
ni de admiración; porque todo lo que dice de Lope podía y te-
nía que decirlo el mayor de sus enemigos" 21.
24. Pero además anduvo no menos ingenioso que el Fénix,
empleando frases de doble sentido indudablemente. Véase, si no,
lo subrayado en el texto:
25. "Visto he con cuidado, porque V. A. lo manda, las com-
posiciones diversas deste libro, que trahen seguro mérito de ser
impressas, no sólo sin ofensa de costumbres, sino con exemplo.
Los "Tniumphos", como más divinos que los del Petrarca 22, in-

21 Un opúsculo inédito de Lope de Vega, pág. 590.


Según Rennert y Castro (Ob. cit., págs. 307 y 318), Jáuregui repitió casi
al pie de la letra su aprobación en una edición del Romance Espiritual
de Lope, publicado en el mismo año de 1625 ; pero debe de ser error, como
cree Millé y Giménez {Jáuregui y Lope, pág. 244).
22 Inútil creo decir que estaba Jáuregui muy lejos de reconocer a
Lope superioridad sobre Petrarca. La divinidad se refiere exclusivamen-
te, a pesar de la anfibología de la frase, al título "Triunfos divinos" de la
obra del Fénix.
326 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

cluyen también mayor alarde de historias sacras y morales, y en


estos y las demás Rimas vemos siempre piadosos assuntos con
variedad grande de conceptos, elegancia y destreza de versos, y
si el Autor necessitara de elogios, quando tantos le sobran, con
mucho gusto me dilatara en sus alabanzas. Puede V. A. servirse
de darle licencia, y es mi parecer y deseo que al amparo de los
que valen reciba mayores premios y acrecentamientos."
26. Menos mal que la lucha entre Jáuregui y Lope quedó
así, y ellos muy amigos de nuevo al poco tiempo 23, con lo cual

23 Lope se queja aún vagamente de los que atacaron su Jcrusalén


Conquistada y otras obras suyas en una carta publicada en los prelimi-
nares de la obra de "Francisco de las Cuevas" {Francisco de Q u i n t a n a ) :
Experiencias de amor y fortuna, Madrid, 1626; pero al año siguiente,
cuando imprime el Fénix la Corona Trágica (Madrid, 1627), J á u r e g u i fir-
ma su Aprobación ensalzando a Lope verdaderamente, y éste le dedica en
los preliminares de la misma obra un soneto ("Si en alegre color, si en
negra t i n t a " ) , que titula A la pintura y poesía de don Juan de Jáuregui,
caballerizo de la Reina Nuestra Señora.
Desde esta fecha perduró la amistad de ambos. Lope a]abó a Jáuregui
largamente en el Laurel de Apolo {Ed. cit., pág. 194, silva I I ) , que a p r u e -
ba el poeta sevillano con e n c o m i o :

" L a virtud, el estudio y la nobleza


Que de don Juan de J á u r e g u i se admira,
Si en el pincel la singular destreza,
Si en la pluma el ingenio, si en la lira
La mano, que permite solamente
(Cuando su propia estimación lo intente)
Dudosa competencia de sí mismo,
Que en musas y pinceles no le hubiera
Si él propio de sí mismo no lo fuera.
Y no sufriendo sondas el abismo
De ciencias en su espíritu difusas,
Término mudo soy; silencio, musas,
Que cuando pluma os pida
P a r a una línea d¡el pincel valiente,
¿ Q u é pensamiento habrá que la divida?
Y cuando r e t r a t a r la pluma intente,
l Con qué pincel teñido en oro y grana,
Dándome sus colores
La tabla celestial de la m a ñ a n a ?
Mas pues que sus virtudes son mayores
Que plumas y pinceles,
Divida su laurel en dos laureles."

Y si Jáuregui no colaboró en la Fama Postuma f.ué, sin duda, por ene-


mistad con Montalbán, como Quevedo, y no con Lope, según cree el se-
ñor Millé y Giménez {Jáuregui y Lope, págs. 244 y 245).
LOPE DE VEGA Y LOS' PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 327

el Fénix respiraría viendo alejarse de nuevo la nube formada,


principalmente por los públicos ataques contenidos en la Spon-
gxa} y este mismo peligro pasado vendría a confirmarle lo cier-
to de su temor cuando supuso que iniciada la crítica preceptis-
tista por Torres Rámila sin el disimulo de sus antecesores, mu-
chos podrían seguiría.
27. Esto, que no se había apartado en ningún momento de
la mente del Fénix, llegó a ser en él una verdadera obsesión, que
le dominó ya siempre con ligeros intervalos de indiferencia.
28. Así, cuando en 1627 publicó los Soliloquios amorosos a
nombre de "Grabiel (sic) Padecopeo" 24, en el Prólogo que puso a
ellos recordó una vez más su lucha con Torres Rámila, que tan-
to le preocupaba, aun cuando el autor de la Spongia ni había
vuelto a romper su silencio, ni pensaba en ello. Claramente se
delata en este párrafo dedicado a la murmuración:
29. "El abominable pecado de la lengua (a quien con tanta
razón llaman muerte, porque a ninguno perdona), ¡qué fácil-
mente, como ganzúa de las ajenas famas, roba las honras!"
30. Y en la serie de citas tomadas de la Biblia y de los
Santos Padres con que recalca esta opinión.
31. Más adelante, después de exponer la fantástica genea-
logía de "Gabriel Padecopeo" (Lope de Vega) dice cómo éste,
"desengañado de las cortes y de sus tres enemigos, servir, amar
y pretender", fué a buscar al rey Luis VII de Francia a Bles 25,

24 "Soliloqvios I amorosos de vn I alma a Dios. | Escritos, en Iengva


I Latina por el muy R. P. Gra- I biel Padecopeo. I Y en la Castellana. I
por F. Lope Félix de Vega I Carpió del habito de S. Juan. I Dirigidos
a la Excelentissima Se- I ñora D. Inés de Zuñiga Condesa | de Oliuares,
y Duquesa de [ San Lucar. | Año {Adoniifo.) 1627 | Con priuilegio en
Madrid. Por | la viuda de Luis Sánchez. I A costa de Alonso Pérez li-
brero de su Mag. 1
Un vol. en 8.° menor de 15 hojs. s. n. de Preís. + 12S fols. de texto.
Contiene: Portada: "A la Ex.™11 S.Ta doña Ynes Zuñiga, Condesa de
Oliuares y Duquesa de Sanlucar" ; Dedicatoria d|el autor; Suma del pri-
vilegio. Madrid, 16 de junio de 1626; Suma de la Tassa. Madrid, 7 de
julio de 1626; Fe de erratas., Alcalá, 6 de julio de 1626; Aprobación del
licenciado Joseph de Valdivielso. Madrid, 24 de mayo de 1626 í licen-
cia del Ordinario don Juan de Mendieta, vicario de Madrid. Madrid, 26
de mayo de 1626; "Muy poderoso señor"; aprobación del Doctor Juan
Pérez de Montalbán. Madrid, 3 de junio de 1626; "Prólogo" del autor y
Texto.
25 Blois, en el departamento de Loire et Cher. Lope de Vega aña-
de: "En el palacio de esta ciudad, fundado sobre una peña, donde el
328
JOAQUÍN DE EXTRAJIBASAGUAS Y PENA

donde por sus excelentes dotes provocó la enividia de los corte-


sanos, perdiendo "la gracia de aquel principe; pero no la de una
hermosa dama a quien servía, que con determinación rigorosa de
amante fácil siguió los pasos de su destino. Entonces el inexis-
tente Padecopeo, viendo "en el discurso de algunos años que,
vencido de esta pasión dejó dormir los sentidos", la inminente
pérdida de la salvación de su alma, decidió retirarse a la vida re-
ligiosa, en cuya calma escribió los Soliloquios.
32. Don Vicente Barrantes, en el Discurso preliminar que
escribió para su edición de esta obra 2G, supuso que Lope de Vega
se refería en estas diatribas contra los maldicientes al mismo per-
sonaje aludido en el prólogo y preliminares del Triunfo de la Fe
en los reinos del Japón 2T, y en eso no se equivocó; pero en cam-
bio no le identificó con Torres Rámila, como hizo La Barrera 2S
más tarde. El resto del prólogo extractado es autobiográfico y pa-
rece aludir a hechos de su vida fácilmente identificables: Luis VII
pudiera representar al Duque de Alba, cuyo favor perdió Lope,
acaso por manejos envidiosos de Suárez de Figueroa 20 ; la dama
bien pudiera ser cualquiera de los amores de Lope, que sólo ha-
brían de puntualizarse sabiendo la fecha exacta de los aconte-
cimientos: tal vez se tratara de Micaela Lujan {"Camila Lucin-
da") 30, que le acompañó en sus estancias en Toledo, Madrid,
Sevilla y Granada, pues el arrepentimiento que muestra después
corresponde al período de exaltación crítica del Fénix que le im-
pulsó a escribir los Cuatro soliloquios y al fin al sacerdocio, y
duró de 1612 a 1613 próximamente 31. La certeza de todas estas

duque de Guisa y el Cardenal su hermano mandó quitar la vida aquel


tercero Henrique, a quien quitó la suya con atrevida mano Jaime Cle-
mente." Cfr, no obstante con lo dicho en la nota 5 del capitulo IV, pues
es muy posible que Lope trastrueque aquí la nomenclatura geográfica.
26 Soliloquios amorosos de un alma a Dios, escritos en latín por Ga-
briel Padecopeo y traducidos en castellano por Lope de Vega Carpió, con
un prólogo y votas de D. Vicente Barrantes. Madrid, 1S63.
Reproduce el texto de lía, edición de Madrid, 1627, y las Aprobaciones
de Valdivielso y Montalbán; pero no el resto de los preliminares, salvo el
Prólogo de Lope.
Esta reimpresión va siendo ya muy rara.
27 Véase el capítulo III, núm. 43.
28 Ob. cit., pág. 399.
29 Véase la nota 103 del capítulo VI.
30 Rennert y Castro: Ob. cit., págs. 104, 105 y 160.
31 Rennert y Castro: Ob. cit., pág. 209.

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LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 329

conjeturas por ahora es imposible de probar mientras no aparez-


can nuevos ciatos que sean más explícitos.
33. Pero creo interesante exponer algunos sucesos de la
vida de Pedro de Torres Rámila, acontecidos después de su in-
vestidura de colegial mayor de San Ildefonso, ya relatada en el
capítulo anterior 32, antes de seguir adelante la exposición del
final de la guerra entre él y el Fénix de los Ingenios.
34. No sabemos por qué causa —tal vez por olvido— na
figura Torres Rámila como colegial mayor en el año de 1625,
y en cambio aparece inscrito el 3 de noviembre entre los Maes-
tros 33, pues no dejó de pertenecer al Colegio Mayor de San Il-
defonso, ya que se halla otra vez de colegial suyo en 1626 3 i
—y también como maestro, inscrito en 18 de octubre 35— en
1627 3a y en 1628 37.
35. Por otra parte, en 1625 figura matriculado en Cáno-
nes 38 con otros colegiales mayores que, como él quizá, desea-
ban completar sus estudios en esta materia para doctorarse en
ella. En años sucesivos no aparece ya entre los matriculados, aca-
so porque desistió de su empresa.
36. En el año de 1626 aparece el nombre de Rámila encabe-
zando una lista de Sinetos 3£>, si bien tachado, como si más tar-
de se hubiese visto en ello equivocación por alguna causa. No
se indica el nombre del maestro a quien correspondían estos
alumnos, inscritos como examinados por Rámila.
37. En este mismo año de 1626, el proceso de canoniza-
ción del Cardenal Cisneros, detenido durante un buen espacio
de tiempo 40 comenzó a activarse y entró en su período princi-
pal de formalización.

33 Véanse los núms. 145 y sigts.


33 Matrículas de Alcalá. 1625 (fol. 6, s. n.). (Id.)
34 Matrículas de Alcalá. 1626 (fol. 3). (Id.)
35 Matrículas de Alcalá. 1626 (fol. 4). (Id.)
36 Matrículas de Alcalá, 1627 (fol. 3). (Id.)
37 Matrículas de Alcalá, 1628 (fol. 4). (Id.)
3S "d[octor] p.° torres Rámila."
Matrículas de Alcalá, 1625. (Cánones.) (Id.).
39 Matrículas de Alcalá. 1626 (fol. 76}. (Id.) "Sincto, imperativo de
sino (vale "dejad, permitid que Fulano tome tal grado")-" (Fernández Gue-
rra. Ed. de las Obras de Qucvedo, tomo 2.° Bibl. Aut. Esp'., tomo XLVIII,
pág. 626, nota.)
40 El primer intento de canonizar a fray Francisco Jiménez de Cisne-
ros, el gran Cardenal fundador de nuestra Universidad renacentista, se
330 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PENA

38. La Universidad de Alcalá de Henares, en pleno, pre-


sidida por el doctor don Pedro Yagüe, comisionó al maestro
Miguel Prada, capellán mayor del Colegio Mayor de San Ilde-
fonso para solicitar del cardenal don Antonio Zapata, arzobispo
de Toledo, la autorización precisa y proceder inmediatamente al
examen de las virtudes y fama de santidad de Cisneros.
39. El cardenal Zapata accedió a ello, y en 18 de julio
de 1626 dio el decreto correspondiente y otorgó su representa-
ción en el proceso a don Bernardino Avila de Vera, Abad de San
justo, de Toledo.
40. Entonces la Universidad nombró fiscal del proceso
que comenzaba a Pedro de Torres Rámila, el cual redactó un
Interrogatorio i l , de setenta y tres preguntas, acerca de la vida

debió al Rector del Colegio Mayor de San Ildefonso de Alcalá, que en-
cargó a Alvar Gómez de Castro la recopilación de todos los documentos
relativos al ilustre prelado para redactar su historia y biografía.. Así lo hizo
el famoso humanista toledano escribiendo su obra De rebits gesfis a Fran-
cisco Ximcnio Cisucrio, Archiepiscopo Tolctano, libri octo (Aloalá, 1569)',
"que le dio verdadera fama", según opinión autorizada de su biógrafo el
señor San Román. (Véase su estudio El testamento del humanista Alvar
Gómez de Castro. Madrid, 192S, pág. S.)
Publicada la obra de Gómez de Castro d u r a n t e el rectorado del doc-
t o r Miguel Agorreta, siguió el asunto planeándose en su tramitación, y el
rector y doctor Lizarazun llegó a escribir a Felipe I I solicitando su
apoyo para comenzar el proceso de canonización de Cisneros; pero ha-
biendo muerto antes de que el Rey accediese a su ruego, quedó todo parali-
zado, y aun casi se olvidó hasta el año dicho de 1626.
Consúltese, para ampliar estos datos, la obra del padre Luis Fernán-
dez de Rctana, Cisneros y su siglo (Madrid, 1930, tomo I I , págs. 522 y
siguientes.)
41 " I H S . I n t e r r o g a t o r i o de las preguntas p a r a la información que
por autoridad ordinaria se pretende hacer de la vida, virtudes, santidad y
milagros del sieruo de Dios Don F r a y Francisco Ximenez de Cisneros, Car-
denal de España, Arzobispo de Toledo, Inquisidor general y Gouernador
desta Corona dos vezes, vnico Fundador de la Universidad de Alcalá, que
se haze por el insigne Mayor e santo Ilefonso." (Este título al frente del
texto.)
Texto.—índice de los autores, donde se podrán comprobar las pre-
guntas del interrogatorio,
14 páginas y una hoja del índice, en folio, sin lugar ni año.
V a firmado el interrogatorio por el doctor P e d r o de T o r r e s Rámila.
Biblioteca Nacional.
(Catalina García: Tipografía complutense, pág. 412.)
En este raro impreso, como es de suponer, nada hay que interese di-
rectamente al tema de este trabajo.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 33 I

<Jel cardenal Cisneros, que habían de satisfacer bajo juramento


los testigos a quienes se hiciera comparecer con este fin.
41. El autor de la Spongia continuó desempeñando su co-
metido durante el desarrollo del proceso, y quiso la fatalidad que
el Fénix volviera a enfrentarse personalmente con su enemigo, si
bien por 'motivos muy distintos de las luchas literarias, y sin otras
consecuencias que el efecto consiguiente de disgusto en ambos.
42. Fué en Madrid, el día 6 de octubre de 1627, cuando, para
efectuar en la Corte el interrogatorio citado, fué constituido un
tribunal donde desempeñaron el cargo de juez instructor el vica-
rio de la villa don Juan de Mendieta y don Juan de Velasco, prior
de Roncesvalles, sucesivamente, y el de ponente el doctor Pe-
dro de Torres Rámila; hubo de desfilar ante éstos, entre varias
personas tan notables como Quevedo, González Dávila, el más
famoso aún en aquella época de su gloria, fray Lope Félix de
Vega Carpió, "clérigo y presbítero, de cincuenta y siete años de
edad'' 42, que declaró, como se le requería, en las preguntas for-
muladas por su enemigo, caso curioso éste que no se les ocurriría
prever a ninguno de los dos después de la guerra sostenida.
43. El proceso de canonización de Cisneros siguió su mar-
cha. De 1629 a 1630 se efectuaron los interrogatorios de Alca-
lá de Henares, Torrelaguna, Toledo y Oran. El año de 1632 es-
taba informándose en Roma, cuando en el verano de 1633 5 e
activó su desenvolvimiento y se comisionó a Torres Rámila —ha-
bía seguido adscrito al proceso aunque no tomó parte en los in-
terrogatorios dichos -—para que en unión de don Luis de Velas-
co fuese de Alcalá a Madrid a pedir cartas del rey Felipe IV,
del Consejo, de los prelados y de los magnates solicitando del
Papa la introducción de la causa y el título de beatificación.
Y debieron de alcanzar sus propósitos, aunque falte prueba de
ello, cuando en Roma siguieron las negociaciones su curso nor-
mal 43. Acerca de otras posibles intervenciones de Torres Rámila

42 Una vez más podemos comprobar aquí cómo Lope de Vega gustaba
de quitarse los años que podía. En realidad, su edad en esta fecha era de
sesenta y cinco, esto es, ocho más que los declarados, error francamente
intencionado que confirma lo dicho antes. (Véase la nota 98 del capitulo VI.)
43 Fernández Retana: Ob. y lug. cits. En esta obra que he utilizado
en las líneas precedentes puede verse cómo siguió tramitándose el proceso
de Cisneros, que tras muchas vicisitudes vino a ser abandonado, sin re-
solverse nada, a finales del siglo XVIII.
332 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

en el proceso de canonización de Cisneros no hay datos, y es


de suponer que acabaría —fuera ya de España la tramitación—
por ser innecesario su concurso, como el de los demás que ha-
bían tomado parte en la investigación anteriormente, salvo quie-
nes mantenían las relaciones con Roma y procuraban, en vano,
su conclusión satisfactoria.
44. De mediadas de abril del año 1627 es, según parece 44 ,
cierta misión delicada que el rector de la Universidad de Al-
calá, don Gaspar Alfar o, encomendó a Torres Rámila, como
consecuencia de algunas diferencias habidas entre la máxima
autoridad académica complutense y el arzobispo de Toledo don
Antonio Zapata, ya aludido antes.
45. Los sucesos que motivaron la cuestión, y con ella la in-
tromisión de Torres Rámila, que simultanearía esta delegación
del Rector con su labor de fiscal y ponente en el proceso del
cardenal Cisneros, se explican en la exposición impresa que hizo
del asunto el propio don Gaspar Alíaro 45, de la siguiente ma-
nera :
46. "El jueves santo, primero de abril deste año, mandé
que ningún estudiante ni subdito saliesse en las processiones, ni
fuera dellas, di apunándose con túnica profana, ni señal que
lo hiziesse conocido, y que 110 pudiesse lleuar más de dos alum-
brantes, y el Vicario general desta villa de Alcalá mandó lo mis-
mo; con lo qual se hizo la processión de día con toda decencia.
Después de acabada, salí con mis alguaziles a visitar las Igle-
sias ; encontré dos dioiplinantes con túnicas azuladas; descubrí-
los para reconocerlos, reprehendíles su excesso, quítelos las ha-
chas y embiélos a curar, sin ruido ni alborotos. Y parece que
a la misma hora (que serían las diez de la noche), en una calle
de la dicha villa, el Vicario encontró vn diciplinante con vna

44 A esta fecha lo remite mi querido amigo el docto archivero don


Martín de la Torre, quien trata de ello en una extensa biografía del car-
denal Zapata, que prepara y pronto verá la luz.
45 " (Escudete con el monograma de Jesús.) Por el doctor don Gaspar
de Alfaro Zapata, rector del Colegio mayor y Vniuersidad de Alcalá, en
la competencia con el Ilustrissimo Cardenal Zapata, como coadministrador
y ordinario del Arcobispado de Toledo. (Al frente del texto.)
12 hojas numeradas en folio, sin nota de la impresión.
Firma esta indagación jurídica el Dr. Don Pedro de Quiroga y Moya."
(Véase J. Catalina García: Tipografía complutense, pág. 412.)
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 333

túnica de cáñamo, que era el maestro Medina, estudiante, con


quatro alumbrantes descubiertos, que fueron el licenciado Moez
don Diego de Agramorute, ansimismo estudiantes, y don Pe-
dro de Castro y Gerónimo García Duque, seglares. Y reprehen-
diéndoles el exceso de las hachas contra el orden que se abía
dado, y mandándolos apagar las dos, respondieron que pues
yuan descubiertos, y con abito decente (que era el que traen
hordinario) y no yendo en procesión, ni estando en Iglesia (dis-
trito breue a la juridicíón de el Vicario), no se deuía vsar con
ellos aquel rigor; y finalmente dixeron despechados que no
auían de dar las hachas, ni las auían de apagar, sobre lo qua]¡
se llegó a sacar las espadas.Y estando en esto, parece que el
doctor Manuel Fernández, colegial médico del Colegio Teólogo
desta Vniversidad, se puso de por medio y sacó vn pistolete, y
apuntando azia el Vicario y sus ministros, les dixo que, si no
se tenían, auía de matar a vno; y auiendose llegado mucha gen-
te a este alboroto cada vno se fué por su parte y cessó el
ruydo."
47. "Los estudiantes —comenta don Adolfo Bonilla y San
Martín, que estudió esta competencia 40— fueron procesados por
el Rector, y a la vez por el Ordinario de Toledo; el cardenal
Zapata, coadministrador del Arzobispado, ordenó al Rector que
se inhibiese del conocimiento de la causa; el Rector alegó su ju-
risdicción plenaria y privativa, y dio a su vez letras de inhibición
•contra el Ordinario, con excomunión. Pero el Ordinario era al
mismo tiempo Inquisidor general, y de aquí que, ofendida su
dignidad, el Consejo de la Inquisición dictó auto mandando al
Rector que compareciese personalmente "para cosas tocantes al
"servicio de Dios y de la santa Inquisición". El Rector se ame-
drentó ante "medio tan terrible, que tiene atemorizados a los
"más aduertidos", y protesta de que el temido Tribunal "ya riñe
"'otras pendencias que las de la fee y clama y compele a los que

46 Discurso leído en la solemne inauguración del curso académico


de 1914 a 1915 [en la Universidad Central.] {La vida corporativa de los
estudiantes españoles en sus relaciones con la historia de las Universidades.)
Madrid, 1914 (pág. 95).
El señor Bonilla poseía, según indica, un ejemplar del impreso dicho,
ya escrito (véase la nota 45 de este capítulo) ; pero con la diferencia
—acaso error— de que dice es un "pliego suelto de dos hojas en folio",
en vez de las doce que poseía el ejemplar descrito por don Juan Catalina
García.

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334 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PENA

"justamente defienden sus indultos apostólicos y reales", aña-


diendo que "coracones no muy couardes han juzgado por licito
"el dexar perder los indultos y priuilegios de la Vniversidad, por
"no llegar nadie a padecer en sus personas semejantes riesgos."
48. La misión de Torres Ráimila acerca de todos estos di-
mes y diretes, fué ir a visitar en un principio al cardenal Za-
pata en nombre del rector Al faro "para que puesto a sus pies
le representase las obligaciones que tenía de mirar por la auto-
ridad y privilegios" del Colegio Mayor y de la Universidad.
49. Pero aunque el señor Bonilla afirma que ignoraba el
resultado del proceso, se sabe que el Cardenal no accedió a la
súplica 4T, y por tanto, los trabajos y viajes que se tomó el
autor de la Sponrfia fueron inútiles.
50. No obstante su continua actuación en las tareas univer-
sitarias, Torres Rámila debía de percibir escasos emolumentos
por sus trabajos de profesor, fiscal y delegado, porque en cuanto
tuvo ocasión se procuró otro cargo más sólido, como fué el cu-
rato de Helechosa de los Montes 4S, que ya estaba desempe-
ñando por noviembre de 162o.
51. Allí siguió hasta diciembre de 1646 49, salvo alguna
temporada que pasó en Alcalá de Henares dedicado a otros
asuntos 5°, y acaso preparando el modo de regresar a aquella ciu-
dad, donde tenía sus únicas amistades, sin duda para instalarse
allí definitivamente con empleo de mayor categoría, pues al fin
lo logró, como se verá.
52. Y sin embargo, Lope de Vega era rencorosamente fiel a

47 Así me lo comunica don Martín de la Torre, según datos que


insertara en su obra ya aludida.
48 Martínez Añíbarro {Obra y lugar citados), para no acertar ni en
esto, creía que era Lechan (Zaragoza), erróneamente. Lechosa se le llama
en un documento (véase la nota 33 del capítulo VI), pero de época posterior.
Es Helechosa de los Montes, villa de la provincia de Badajoz, correspon-
diente al partido judicial de Herrera del Duque actualmente, y entonces a
los estados del Duque de Béjar, Mandas y Villanueva, así como sus anejos
Bahonal, Villarta de los Montes, Agujón y otros.
49 Me ha facilitado estos datos muy amablemente el señor cura pá-
rroco de Helechosa de los Montes, don Laureano Sánchez Santiago, a quien
testimonio públicamente mi gratitud. Y asimismo me comunica que nada
particular consta de la actuación de su antecesor del siglo x v n fuera de la
firma suya en los libros sacramentales, que aparece indistintamente, "Dr. Pe-
dro de Torres Rámila" y "Dr. Rámila".
50 Allí estaba por lo menos en 1633, cuando le comisionaron para ve-
nir a Madrid, según se ha dicho. (Véase el núm. 42 de este capítulo.)
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS T>35

sus odios, y no olvidaba a Torres Rámila aun cuando estuviera.


alejado definitivamente de toda controversia literaria, y más por
satisfacción propia que por necesidad de evitar ataques, al
publicar en 1630 su Laurel d¡e Apolo 51 reprodujo en sus preli-
minares varios fragmentos de la Expostulatio Spongiae, al par
que alguna alusión encubierta. Creo verla claramente en este co-
nocido pasaje de la dedicatoria a Enríquez de Cabrera, que
comienza irónicamente y acaba en serio:
53. "Apolo, excelentísimo señor, deseó laurear en España,
algún poeta, con justo sentimiento de que la Universidad de
Alcalá hubiese olvidado este género de premio entre las dife-
rencias de sus grados, pues le tenía con notables circunstancias'
y honores cuando yo estudiaba las primeras letras; por cuyo ol-
vido la academia de Madrid y su protector, don Félix Arias
Girón, laurearon con grande aplauso de señores y ingenios a

, 51 "Lavrel I de Apolo, j Con otras Rimas, j Al Excel. mo Señor Don


j Jvan Alfonso Enriqvez I de Cabrera, | Almirante de Castilla. I Por
Lope Félix de I Vega Carpió, del Abito de I San Juan. | Año (Lema.) 1630 I
Con Privilegio. I — I En Madrid, Por Juan González.
Un vol. en 8.° mayor de 7 hojas de Prels. + 129 fols. de texto.
Contiene: Portada, con orla; Erratas. Madrid, 30 de enero de ¡630;
Suma de la Tassa. Madrid, 4 de febrero de 1630; Suma del privilegio. Ma-
drid, 26 de diciembre de 1629; "M. P. S." ; Aprobación de don Juan de
Jáuregui. Madrid, 22 de noviembre de 1629; "Al Excelentísimo Señor
D. Juan Alfonso Enríquez de Cabrera, Almirante de Castilla". Madrid,.
31 de enero de 1630; "Quid timeam, e t c . . " (un dístico latino); "El Pró-
logo" del autor; "Don Francisco López de Aguilar. A los lectores bien
intencionados." (Textos panegíricos de Lope de Vega por el cardenal Bar-
berino; Don Rodrigo de Acuña, arzobispo y señor de Braga; Don Pedro
Pantoja de Aragón del Consejo de Su Magestad y Alcalde de Sevilla; Don
Tomás Tamayo de Vargas, cronista de Su Magestad; Teodoro Marsilio;
fray Diego de San José; Jiménez Patón; Don Juan de Fonseca y Figue-
roa, Sumiller de Cortina de Su Magestad, Maestrescuela y Canónigo de
Sevilla; el Doctor Don Vicente Mariner; el Doctor Fray Serafín de Freí-
tas, Catedrático de Cánones; el Conde de Mora; don Luis Tribaldos de To-
ledo, Conmista Mayor de las Indias, y el Doctor don Pedro Millán, juriscon-
sulto) ; Retrato de Lope de Vega, grabado por J. de C'ourbes con las ins-
cripciones "Et urbi et orbi", encima; " F . Lopio Felici de Vega Carpió Mv-
sarvm non alvmno sed parenti, D. Fvs. Aqvilarivs. D.", alrededor, y "Nota
fuit Lopio Musarum Sacra Poesis | illa perire potest, iste perire nequit' ;
debajo: " D . Thoinae Tamaio de Vargas, Historíographi RegÜ", Epigramma;
"D. Gabrielis de Henao, Militiae Jacobeae Equitis", un distico latino;
"D. Francisci Lopii Aquilani", dos dísticos latinos; Aprobación del maes-
tro José de Valdivielso. Madrid, 14 de octubre de 1629, y Texto.
336 JOAQUÍN DE EXTRAMBASAGUAS Y PENA

Vicente Espinel, tínico poeta latino v castellano de aquellos tiem-


pos."
54. Poco más o menos cuando Torres Rámila presentaba
.sus epigramas y sus versos heroicos en latín al certamen de la
capilla del Sagrario 52 y el autor del Marcos de Obregón pre-
paraba la impresión de sus Rimas que salieron en 1618.
55. Al final de la dedicatoria figura el dístico "Quid timeam
hostili"... etc. ... publicado debajo del escudo del Duque de
Sessa en la Expostulatio Spongiae, y ahora dirigido a otro Me-
cenas: no al almirante de Ñapóles, como entonces, sino al de
Castilla, Enríquez de Cabrera. Y en el Prólogo, esta frase que
delata un curioso estado de alma en Lope: "San Agustín! dixo
que la cosa más admirable en la naturaleza era amar los enemi-
gos, y esto pienso hacer yo, por hacer alguna cosa admirable."
56. Y, naturalmente, nada dijo por sí en esta ocasión;
pero su inseparable atmigo López de Aguilar le sustituyó una
vez más en esta tarea de tener a raya a los enemigos del Fénix,
recordándoles de nuevo cuánto le estimaban los hombres eminen-
tes. A este fin, en los preliminares del Laurel de Apolo se dirige
"a los lectores bien intencionados'", y a pesar de que, según él,
Lope tenía aversión "a todo género de honras", inserta varios
cálidos elogios de diversos personajes 53 y reproduce los si-
guientes de la Expostulatio Spongiae:
57. Don Tomás Tamayo de Vargas 5i.—Algo más de la
mitad del texto allí inserto, dedicado a alabar a Lope de Vega,
y un Epigrama latino sobre el mismo asunto nrs.
58. Teodoro Marcilio G5.—El fragmento de sus Cartas ya
indicado.
59. El padre Diego de San José D0.—Las primeras líneas
del elogio inserto en la Expostulatio Spongiae.
60. Jiménez Patón 57.—La mayor parte del texto reprodu-
cido en la defensa de Lope.
61. Don Juan de Fonseca y Figueroa 5S .—Un fragmento
'del elogio publicado por López de Aguilar anteriormente.

52 Véase el capítulo I, núm. 50.


53 Véase la nota 51 de este capítulo.
54 Véase el capítulo IV, numeró 21 •
55 Véase el capítulo IV, número 26.
56 Véase el capítulo IV, número 37.
57 Véase el capítulo IV, número 38.
5S Véase el capítulo IV, número 57.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 337

62. El doctor Vicente Mariner 50.—El texto de los Epi-


gramas publicados en la Expostulatio Spongiae.
63. El doctor fray Serafín de Freitas 6o.—'Los dos últimos
-versos de sus dísticos ensalzando a Lope, ya citados.
64. El Conde de Mora 61.—El elogio del Fénix que figura
en la Expostulatio Spongiae.
65. Luis Tribaldos de Toledo 02.—El rimbombante título
de los dísticos que escribió para la Expostulatio en alabanza de
Lope de Vega.
66. "Pero por no proceder en esto con fastidio —dice Ló-
pez de AguiJar al fin de los elogios indicados— y no pequeño
disgusto de la condición del sujeto, aunque en esto no podía cul-
parme pues no soy yo quien lo dice, daré fin con el principio
de un largo hypérbole del maestro Alonso Sánchez, catedrático
complutense de la lengua sacra, en aquel discurso que se intitula:
appendix ad expostulationem spongiae"
67. Y, efectivamente, reimprime a continuación uno de
los más entusiastas pasajes del aludido panegírico de Lope de
Vega C3, donde alaba la facilidad y la suavidad de la versifica-
ción del Fénix.
68. Para concluir, y pese a lo dicho, el propio López de
Aguilar toma la pluma y en tres dísticos latinos loa nuevamen-
te a su buen amigo Lope de Vega.
69. De los elogios que éste hizo de sus defensores y las
burlas que dedicó a sus enemigos en el Laurel de Apolo, ya se
,da noticia en cada caso, durante «1 curso de este estudio.
70. El último ataque a Torres Rámila aparece en La Do-
rotea, de Lope de Vega Gi, donde figura una especie de prólo-

59 Véase el capítulo IV, número 96.


60 Véase el capítulo IV, número 29.
61 Véase el capítulo IV, número 24.
62 Véase el capítulo IV, número 81.
63 Véase la Expostulatio Spongiae, fol. XXXI (s. n.)> rev.
64 "La Dorotea I Acción en prosa. I De Frey Lope Felíx de I Vega
Carpió, del Habito I de San Jvan. I Al Ilvstrissimo y I Excelentissimo se-
ñor I don Gaspar Alfonso Pérez | de Gvzman ai Bveno, Conde I de Niebla,
Primogénito I del Excelentissimo Señor I el Gran Dvque de I Medina Si-
•doiiia. I Año (Cartela con la inscripción: "Exi de Theatro Cato, I Adhibe
mentum Cicero.") 1632 I En Madrid, 1 En la Imprenta del Reyno. j — |
A costa de Aloso Pérez Librero de su Majestad."
Un vol. en S.° menor, de 7 hojas s. n. de Prels. + 276 fols. de Texto.
Contiene: Portada con orla; Suma de Privilegio. Madrid, 14 de septiem-

71
338 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

go dedicado Al Teatro firmado por López de Aguilar y compues-


to seguramente por el Fénix CQ. Está escrito en tono muy afec-
tado, y de él reproduzco, por su interés, el siguiente fragmento:
71. "Suplica (Lope) a los ingenios bien nacidos y b k n ha-
blados, en cuyas lenguas vive la alabanza, y cuya pluma jamás
se vio manchada del vituperio, que no crean a estos hombres a
quien la codicia obliga a tanta insolencia, y sólo lean a Dorotea
por suya, sin reparar asimismo en aquellos ignorantes que trasla-
da sátiras de sus costumbres no perdonando edades, noblezas,
religiones, honras ni lugares altos, hombres que no saben de Ios-
libros más que los títulos, y que al fin los dexan como a cosa,
que compraron para engañar, y la venden porque no la han me-
nester, aborrecidos del mundo, la escoria del, la embidia de la.
virtud, émulos carcomidos de la gloria de los estudios ágenos,.
a quien compara San Agustín a las lagunas en cuyo seno se crían
serpientes y animales inmundos, de quien ya queda esperado que
entretengan la risa de los príncipes soberanos con las lágrimas-
de la honra, aunque no es posible que sus divinos entendimientos

bre de 1632; Suma de la Tasa. Madrid, 14 de septiembre de 1632; Fe de-


erratas. Madrid, 7 de septiembre de 1632; "Al Ilustrissimo y Excelentis-
simo Señor don Gaspar Alfonso Pérez de Guzman el Bueno, Conde de-
Niebla); dedicatoria del autor; "Al Teatro, de don Francisco de Aguilar";
"Don Francisco de Quevedo y Villegas, Cauallero del Habito de Santiago,,
señor de la Torre de Juan Abad. En el Prólogo de la Comedia Eufrosina",
panegírico de Lope; Aprobación del maestro José de Valdivielso, Capellán-
del Cardenal Infante. Madrid, 6 de mayo de 1632; Aprobación de don
Francisco López de Aguilar. Madrid, 6 de mayo de 1632; Grabado en
madera representando un escarabajo muerto al pie de un rosal, con las
inscripciones "Odore enecat svo", y encima y cintada "Audax dum Vegae
irrumpit Scarabeus in hortos, I Fragrantis periit victus odore Rosae" ; "Las.
personas que se introducen", y Texto.
65 Así lo afirma el insigne maestro don Marcelino Menéndez y Pela-
yo, añadiendo: "He visto el borrador autógrafo, de su letra" (Historia de
las Ideas Estéticas en España. Ed. cit., tomo III, pág. 441, nota); pero no-
dice dónde se hallaba tan precioso documento ni he logrado averiguarlo.
Tampoco aparece citado en el Catálogo de los manuscritos de la Biblioteca
Menéndez y Pclayo, de don Miguel Artigas.
Por otra parte, Lope había ya compuesto varios prólogos sobre el tea-
tro, que aparecen en los preliminares de las partes de sus comedias, y pre-
cisamente por esta época preparaba un Tratado del Arte Dramático, y ha-
bría sido, sin duda, la más valiosa de las aportaciones del Fénix a la pre-
ceptiva literaria de su tiempo, y se ha perdido, al parecer, para siempre,
(Véase Millé y Giménez: 'Apuntes para un-a bibliografía de las obras no
dramáticas atribuidas a Lope de Vega. (En Revue Hispaniquc, tomo LXXIV,.
pág. 416.)

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LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 339

crean (en agravio a los estudios de la virtud) la bárbara lengua


y pluma de la ignorante envidia, fiera a quien doran los dientes
las heridas de la gloriosa fama cuando piensan que los tiñen en
la inocente sangre."
72. Y además añade, insinuando más a quién van diri-
gidos los tiros:
" Y hallé en ella [en La Dorotea] estilo elegante y puro y
tal, que se puede dezir justissimamente lo que en otra ocasión
escribió un sabio por él:
Vsque adeo ut Plauti non sit cultine Menandri
Carpiaco eloqui pulchríus aloquium. co

Gusté de sabrosísimos y agudos donaires, quadrándole muy


bien lo que por él se contó contra un infausto gramático:
Quid dignum férula tua notasti
In Vega nítido elegantiaram
Párente omniurn et omnium leporum
Omnium quoque calculís perito ? °"

Noté, finalmente, no común erudición en las materias y cien-


cias que toca con. grande y clara noticia dellas, mereciendo en
todo rigor de justicia el grande, aunque breue, elogio deste
verso:
Scientiarum Vega Carpius Phoenix." GS

73. No puede dudarse lo más mínimo que dicho prólogo,


aunque dirigido en apariencia Al Teatro, va, en la intención, a
los enemigos de Lope, y sobre todo contra Torres Rámila, y
que alude especialmente a éste con citas sacadas de la Expostu-
latio Spongiae.
74. No obstante, para que hubiera la certeza absoluta se
reprodujo en esta primera edición de la Dorotea 69 uno de los

66 Son dos de los versos latinos de Luis Tribaldos de Toledo inser-


tos en la Expostulatio Spongiae. (Véase el capítulo IV, número 81.)
67 Versos latinos pertenecientes a Thalia en Musarum Symbolum, in
laudem clarissimi poctae Lupi a Vega Carpii, del doctor Peña Castella-
no, publicados en la Expostulatio Spongiae. (Véase él capítulo IV, nú-
mero 86.)
68 Figura en una de las poesías anónimas —seguramente de López de
Aguilar, como ya dije—, impresas en la Expostulatio Spongiae. (Véase
el capítulo IV, número 101.)
69 También se reimprimió en ediciones posteriores, y puede verse
en la más asequible, en general, al lector: la de don Américo Castro, Madrid.
"Renacimiento", 1913.
340 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PENA

dos hirientes grabados incluidos en el libro famosísimo de Ju-


lio Columbario: el alusivo a la victoria del rosal (Lope) sobre
el escarabajo (Rámila), a que ya hice referencia 70 y muy apro-
piado como epílogo de todos los ataques de Lope y los suyos
contra el autor de la Spongia.
75. Empero Torres Rámila continuó sustrayéndose a nue-
vas intervenciones literarias que le arrastraran a sinsabores y
preocupaciones como las pasadas. Otros asuntos que le atañían
bien de cerca ocupaban su actividad, según ya indiqué 71 y le
retenían apartado de la Corte.
76. A los tres años de publicarse La Dorotea, el 27 de agos-
to de 1635, moría Lope de Vega, sin que se empañara ni por un
momento la luz resplandeciente de su fama. Sabido es que su
entierro constituyó un verdadero acontecimiento T2, y consecuen-
cia de la admiración de España por el gran dramático que ha-
bía sabido dar nuevo valor épico en su teatro a las más bellas
leyendas populares, fué la publicación de la Fama Postuma for-
mada por Pérez de Montalbán T3 con los homenajes literarios

70 Véase el capítulo IV, número 128.


71 Véase el número 50 de este capítulo.
72 Cfr. Rennert y Castro, Ob. cit., págs. 358-366.
73 "Fama I Posthuma I a I La vida y mverte I del Doctor Frey Lope
Félix I de Vega Carpió. I y Elogios panegíricos a la I inmortalidad de sv
nombre. I Escritos I por los más esclarecidos ingenios. I Solicitados I por
el Doctor Jvan Pérez de Montalvan I qve 1 al Excelentissimo Señor I Du-
que de Sessa, Heroyco, Magnifico, y Soberano 1 Mecenas del que Yaze. I
Ofrece, presenta, sacrifica y consagra. I 56 I En Madrid, en la Imprenta
del Reyno. Año 1636. I — I A costa de Alonso Pérez de Montaluan, Li-
brero de Su Magestad."
Colofón: "En Madrid. I En la Imprenta del Reyno. | Año 1636."
Un vol. en 8.° mayor de 11 hojas s. n. de Prels. + 231 fols. de texto +
1 hoja s. n. de Colofón.
Contiene: Portada; "índice de todos los ingenios que han escrito en
la Fama Posthuma del Doctor Frey Lope de Vega Carpió" ; Suma del Pri-
vilegio. Madrid, 22 de diciembre de 1635; F'e de erratas. Madrid, 14 de
febrero de 1636; Suma de la Tassa. Madrid, 20 de febrero de 1636.
"Censura panegírica" del Maestro José de Valdivielso. Madrid, 2 de diciem-
bre de 1635 ; Aprobación del Padre Maestro Fray Ignacio de Vitoria del
Orden de San Agustín. Madrid, 20 de febrero de 1636; Escudo del D'uque
de Sessa, grabado en madera y "Al Excelentissimo Señor don Luis Fer-
nández de Cordova Cardona y Aragón, Duque de Sessa de Baena y de
Sarria, Conde de Cabra, &c." ; dedicatoria del autor; "Al que ha de leer.
Prólogo del Doctor Juan Jerez de Montalvan" ; Texto y Colofón,
También se publicaron en Italia Esscqute poetiche, ovvcro lamento dellc
muse italiano in movte del signor Lope de Vega, Vcnecia, 1636; pe>'ro
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 34I

tributados a Lope por los principales poetas, si bien se echan de


menos algunos cuya ausencia no se ha explicado en varios ca-
sos satisfactoriamente 7é.
yy. De los personajes que directa o indirectamente se re-
lacionan con la guerra literaria que vengo exponiendo colabo-
raron el Duque de Sessa 75, el Príncipe de Esquilache 76, Vélez
de Guevara "'', Antonio López de Vega 7S, Francisco Cáscales 70,
Alfonso Sánchez de Moratalla 80, Luís Ramírez de Arellano s \
don José de Pellicer 823 Juan de. Pina 83 y algún otro. Y aun
cuando en algunas de las poesías laudatorias que hicieron a Lo-
pe de Vega se alude a los envidiosos de su fama y a sus ene-
migos, no es de suponer que tengan un fin concreto, sino que si-
guen la costumbre de entonces en estos casos, y menos que se
refieran a los autores de la Spongia y sus partidarios, pues en
esta fecha puede darse la guerra literaria acaecida entre los
preceptistas aristotélicos y Lope por enteramente terminada
con la muerte de éste.
78. Pero vamos a seguir, en lo que me ha sido posible ave-
riguar, la vida de Torres Rámila en los años posteriores para
acabar de conocer a este enemigo del Fénix.
79. Ya indiqué anteriormente Sí que en diciembre de 1646
abandonó Torres Rámila Helechosa de los Montes, pero no
el curato, como se verá, que le proporcionaba un beneficio anual
como reservatario suyo 85 y se trasladó a Alcalá de Henares,

nada interesa para este trabajo, y además espero publicar pronto un estu-
dio que estoy acabando, acerca de ello.
74 Véase La Barrera, Ob. cit., pág. 506.
75 Pág. 61. Epigrama (soneto): "O Lope, ingenio, todo admiraciones,"
76 Pág. 62 (Soneto): "Nymphas del Tajo, que en quietud serena."
Tj Pág. 95 (Soneto) : "Aquel cysne Español que dio a Menandro."
De su hijo Juan Vélez también hay otra composición (pág. 317).
78 Pág. 96. Elegía.
79 Pág. 12S {Soneto) : "Morir es ley forzosa en el que nace."
80 Pág. 130 (Versos latinos): "Ab rupit pennas, abrujit fama sonora"
y "Haec postrema dedit Lopius moribundus & hallans.
81 Pág. 142 (Soneto): "Vive inmortal milagro peregrino."
82 Págs. 142 (Soneto): "Águila generosa, que en el cielo" y 238:
Urna sacra, composición dedicada al Duque de Sessa.
83 Pág. 215 (Romance): "Renace el Phenix de Arabia", y (Soneto)
"Cinco mil años ha que alumbra y dora."
84 Véase el número 51 de este capítulo.
85 Este beneficio venía a constituir una especie de renta fija que que-
daba a favor de Torres Rámila.
342 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PENA

adscribiéndose de nuevo a la Universidad Complutense, donde


aparece ya formando parte del claustro en el año de 1647.
80. En 5 de octubre de este año mismo, la Facultad de
Teología le eligió tesorero suyo porque el doctor Francisco Ruiz
de Arellano que ejercía el cargo, se hallaba "viejo y cansado", y
"no podía ejercer el dicho oficio de tesorero".
81. La elección se verificó por votación secreta y regula-
da entre todos los doctores en Teología, y alcanzó Torres Rá-
mi'la mayoría de votos sc, lo cual prueba la -estimación induda-
ble de que gozaba en la Universidad, a pesar de la situación vio-
lenta a que le había conducido su lengua mordaz entre los es-
critores de la Corte.
8,2. Empero a los cuatro días de su elección (9 de octubre
de 1647) hubo de comunicar el Rector al Claustro que Torres
Rámila no aceptaba su cargo, y verificada nueva votación que-
dó ncimbrado, y aceptó, el doctor Martín García, colegial' de San
Ildefonso 8T. La causa porque Rámila renunció a ser tesorero,

86 "Elección- de Tesorero de Teología. En la villa de Alcalá de Hena-


res, en zinco días del mes de octubre de mil y seiscientos y quarenta y siete
años, estando junta la Facultad de Theologia, llamada por cédula del señor
Doctor don Pedro Díaz de Maurga, Rector; i los Doctores Diego Fernández,
Deán de la dicha facultad; Francisco Ruiz de Arellano; Adriano Lucon;
Juan Martínez; Nicolás Cano Arco; Aranda; Padre Fray Chrisóstomo Ca-
vero ; Nauarro ; Bernaué Gutiérrez ; Tamaio ; Buendía ; Francisco Martínez ;
don Juan Zafrilla; Crespo; don uan de la Plaza; Juan Sánchez, Marcebalero;
don Juan Ibáñez; don Juan de la Plaza (sic); don Juan Montiel; Mar-
tín García, i Pedro Muñoz Acero, dotores teólogos y todos graduados por
esta Vniversidad, y estando ansí juntos el Dotor Francisco Ruiz de
'Arellano, Tesorero, de la dicha facultad, dixo que él se aliaba biexo y can-
sado; que no podía exercer el dicho oficio de tesorero; que suplicaua a el
señor Rector y a la Facultad se sirva de nombrar otro ; porque él querría
descansar; i bisto, mandó el señor Rector se proceda a botar i elexir tesorero ;
i botando, por botos secretos i regulados pareció quedar electo el Doctor
Pedro de Torres Rámila, por lo qual el dicho señor Rector le publicó por
tal tesorero, ansí lo botasen y remitieran las firmas a el señor Rector. Y
su merged lo firmó = El Rector de Alcalá (Rúbrica) = Ante mí. D. Luis
de la Serna y Anuncibai (Rúbrica.) Secretario."
(Arcliivo Histórico Nacional. Facultad de Teología de Alcalá. Libro de
Juntas (Claustros) desde el año de 1635 hasta el de 1704. Lib. 421, fo-
lio 167 vto.)
87 "Elección de Tesorero en Teología. En la villa de Alcalá de Hena-
res, en nueve días de el mes de otubre de mil y seiscientos y quarenta y
siete años, estando junta la facultad de Theologia en la Cámara Rectoral
de el Colegio Maior de San Ylefonso, especialmente, el señor Doctor don
Pedro Díaz Maurga, Rector; y los doctores Diego Fernández, Deán;
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 343

se ignora. Acaso fué porque pesaran sobre él varias ocupacio-


nes de carácter universitario o privado, de que no hay referen-
cia, o porque esperara ocuparse en algo más lucrativo, como
aconteció.
83. En 1648 estaba vacante en la Santa Iglesia Magistral
de San Justo y San Pastor una canonjía de las llamadas "nue-
vas" S8, correspondiente al "coro del señor Arzobispo", que ha-
bía poseído hasta entonces el doctor don Adriano Gutiérrez
de Luzán, que ascendió a tesorero.
84. Torres Rámila logró que le fuera concedida, y en 30
de noviembre del mismo año tomó posesión de la prebenda S9,
con las formalidades debidas.

Francisco Ruiz de Arellano, Adriano Lucón, Juan Martínez, Nicolás Cano


Arco, Alonso de Tamaio, Crespo, Francisco García, Pedro Roxo, frai Chri-
sostome Cauero, Francisco Martínez, Nieto, don Juan de Buendía, don
Juan Zafrilla, don Luis Berdugo, don Luis de Antequera, frai Juan Mar-
tines, don Juan de la Plaza, don Juan Montiel, Juan Marcebalero, clon Juan
Ibáñez, don Joseph Galán, don Diego Erdas, Martín García y Pedro
Muñoz, dotores todos en Theología. Estando ansí juntos, su merced del
•dicho señor Rector, propuso que en zinco de este presente mes la facultad
abía nombrado por tesorero ele ella a el doctor Pedro de Torres Rámila,
que no abía querido azetar la elección, que la facultad proceda a elegir otro
= i bisto por la dicha facultad, procedieron a la dicha elección por bo-
tos secretos, reculados por el dicho señor Retor, pronunció por tesorero
electo a el Doctor Martín García Colegial de el dicho Colegio Maior y
el la (sic) presencia de la facultad, dixo que azetaba, y azetó el dicho nom-
bramiento, y todos remitieron las firmas al señor Rector, y su merced lo
firmó — El Rector de Alcalá (Rúbrica.) — Ante mí: Dbn Luis de la Ser-
na y Anuncibai (Rúbrica.) Secretario."
(Archivo Histórico Nacional. A continuación del documento anterior.)
88 Se denominaron "nuevas" las diecisiete canonjías añadidas en 1519
a la Iglesia Magistral sobre las doce "antiguas", fundadas en 1479. Unas
y otras eran provistas por la Universidad de Aleada entre sus doctores, y
constituían dos grupos: el "coro del señor Arzobispo" y el "coro del señor
Abad". Para todo lo que atañe a las atribuciones y deberes de los canó-
nigos y demás particularidades que pudieran interesar, consúltese la docu-
mentada monografía de mi querido amigo el M. I, 'S. Abad Dr. D. Ju-
lián Fernández Díaz, tituilada Noticia histórica de la Santa Iglesia Magis-
tral de Alcalá de Henares. Alcalá de Henares, 1929 (págs. 11 y sigts.).
89" "Dr. üy. Pedro de Torres Rámila. 30 de noviembre de 1648. Mu-
rió en 2 de febrero de 1657. Fué muy erudito." (Archivo de la Santa
Iglesia Magistral de Alcalá de Henares. Libro de las posesiones y vacantes
de los señores prebendados... [desde] 1497. Fol. 26. Coro del señor
Arzobispo. Canonjía nueva.)
En este lugar debo hacer patente mi gratitud al M. I. S. licenciado don
José Utrera Martínez, canónigo archivero del citado templo, por el auxi-

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JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA
344
85. Reunido en plleno el Cabildo, los canónigos informan-
tes de la propuesta de Torres Rámila, doctores Madrid y Pedro*
López Solano, aseguraron la perfecta legalidad documental de
ella. El autor de la Spongia juró "en verbo sacerdotes" cumplir
las leyes de las instituciones de la Iglesia Magistral "y de-
fender que la madre de Dios fué concebida sin pecado origi-
nal" D0, e t c . , y después tomó posesión de su silla "quieta y
pacíficamente, sin contradicción alguna, y se sentó en dicha su
silla y se derramaron dineros entre los circunstantes, y el dicho-
señor doctor Rámila lo pidió por testimonio''", ocupando a con-
tinuación su lugar en el coro 01.
lio valioso que me prestó en mis investigaciones allí, facilitándome la con-
sulta de éste y los demás documentos del archivo de la Iglesia Magistral
que van en este capítulo.
90 Véase el capítulo III, núm. 29.
91 Copio el documento íntegro, hasta ahora inédito, como los demás
procedentes del mismo archivo:
"30 de noviembre de 1648.
En Alcalá, en treinta de nobiembre de mili y seiscientos y quarenta y
ocho años, estando juntos en cabildo los señores Abad, Arcediano, Teso-
rero, doctor Madrid, doctor Arco, doctor Francisco García, doctor Solano,
doctor Crespo, doctor Portillo, doctor Pozo, doctor Roxo, doctor Velasco,
doctor Martínez, doctor Ríos, doctor Nieto, doctor Buendía y doctor Za-
frilla. = .
"Los señores doctores Madrid y Pedro López Solano, canónigos a quien
por acuerdo del cabildo de 2S de noviembre deste año fué remitido el ver
los recados presentados por parte del señor doctor Pedro de Torres Rá-
mila = hizieron relación de cómo los dichos recados venían buenos y des-
pachados en la forma ordinaria, que eran una presentación de Su Ma-
gestad, firmada de su real mano, sellada con su sello y firmada del señor
presidente y oidores de cámara y refrendada de Antonio de Losa Rodarte,
su secretario, su fecha en Madrid, a 22 deste presente mes de noviembre,
por la cual presenta al dicho señor doctor Rámila en una de las canongías
de las nuevas del coro del señor Arzobispo, que está baca por promoción
que se hizo al señor Adriano Gutiérrez de Luzán a la dignidad de teso-
rero, y una colación y canónica institución del Ilustrísimo Señor Cardenal
don Baltasar de Moscoso y Sandoval, Arzobispo de Toledo, mi señor,
escrita en latín y refrendada de Juan Isidro Pacheco, su secretario,
su data en Madrid a veintiséis días deste presente mes, por la cual su
Eminencia haze colación de la dicha canongía al dicho doctor Rámila. Y
oída la dicha relación determinaron se le dé la dicha posesión de dicha
canongía, haciendo primero el juramento acostumbrado.
Y el dicho señor doctor Pedro de Torres Rámila, antes de hacer el
dicho juramento, estando en el dicho cabildo, puesta la mano en el pecho,
juró \n verbo sacerdotis de guardar todas las leyes y loables costumbres
desta santa iglesia y la concordia tomada entre el eminentísimo Cardenal
Tabera, Arzobispo de Toledo, y esta Santa Iglesia y Colegio Mayor que
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 345

86. El resto de su vida lo pasó en Alcalá, según demues-


tran algunos datos. Asistió con regularidad a los cabildos, sin
intervenir -en ningún asunto, salvo rara vez. En 19 de febrero
de 1649 fué nombrado informante en las pruebas de limpieza
de sangre de don Juan Romero Panto ja, que deseaba una beca
del Colegio Mayor de San Ildefonso G2, y en el año- siguiente
de 1650 tuvo dos pleitos casi simultáneamente y por causas dis-
tintas., que revelan algunos aspectos, no muy gallardos, del ca-
rácter del enemigo de Lope de Vega, poco compasivo y me-
nos escrupuloso de conciencia, aun, en ciertos casos.
87. El primero 93 se ocasionó porque habiendo quedado
está confirmado por los señores Reyes doña Juana y emperador don Car-
los, su hijo, en razón de la nominación y presentación de los prebendados
desta Santa Iglesia y todas las demás concordias fechas así con esta villa
como con otras personas, y defender que la madre de Dios fué concebida
sin pecado original y en todas las cosas tocantes a esta 'Santa Iglesia será
en su defensa, y siendo nombrado por el cabildo para ello obedecerá, aun-
que sea necesario salir fuera desta villa o destos reinos = y dirá dos misas
por cada señor prebendado de los desta Santa Iglesia que mueren en su
tiempo, y guardará todos los cabildos y votos que están fechos por sus
antecesores y en los derechos desta posesión no excederá de lo que el ca-
bildo tiene ordenado.
Y habiendo fecho el dicho juramento fué llevado al coro donde se can-
tan los divinos oficios, y habiendo hecho oración a la imagen de nuestra
señora, que está en el altar de Prima, subió a la silla que le tocaba en el di-
cho coro del señor Arzobispo el dicho señor doctor Rámila, y se le dio
la dicha posesión quieta y pacíficamente, sin contradicción alguna, y se
sentó en dicha su silla y se derramaron dineros entre los circunstantes, y
el dicho doctor Rámila lo pidió por testimonio. Y de allí fué vuelto
al dicho cabildo, donde los dichos señores Abbad y capitulares estaban,
donde fué recibido con la ceremonia acostumbrada, y se sentó en la silla
que le tocaba. Y determinaron que desde hoy día le acuda al dicho señor
doctor Rámila con los derechos, aprovechamientos y demás que como a
tal capitular le sean debidos. A todo lo cual fueron presentes Diego Ro-
dríguez y Joseph Martínez, uezinos desta villa, y Manuel de Torres, pres-
bítero desta santa iglesia." (Archivo de la Santa Iglesia Magistral de
Alcalá de Henares. Capitulares desde 1624 a 1653. Libro 14, fol. 583.)
92 "Y procediendo a dar informante a don Juan Romero Pantoxa, sa-
lieron los doctores D. Juan Maree y Bolero, don Juan Fuertes, Pedro de
Torres Rámila y don Andrés de Belasco, y salió el doctor Rámila." (Archivo
Histórico Nacional. Facultad de Teología de Alcalá. Libro de Juntas desdé el
año de 1635 hasta el de 1704. Libro 421, fol. 177.)
93 Archivo Histórico Nacional. Universidad de Alcalá. Judicial. Plei-
tos ordinarios, civiles, criminales y contenciosos. (Leg. 19c/ (1649-1653),
30 fols. s. n.: Pleito ordinario del Ldo. Marco Antonio Cortés, Cura de
la Elechosa con el doctor don Pedro de Torres Rámila, cura reservataria
de la dicha villa. El escribano es Diego Bueno. Se trata de segunda de-
346 JOAQUÍN DE ENTRAMBAS AGUAS Y PEÑA

Torres Rámila, según dije, de cura reservatario de Helechosa de


los Montes y sus anejos °4, el que se lo tenía subarrendado', que
era el licenciado Marco Antonio Cortés, no le pagaba el benefi-
cio correspondiente.
88. Carecía Cortés para ello de bienes de ninguna clase,
pues lo que poseía no podían realmente llamarse así 95 , y llegó su
deuda con Torres Rámila a más de 4.000 reales, aparte de otras
que había contraído con varias personas 0G.
89. No obstante, Cortés aparece más desgraciado que cul-

manda. La primera se lia perdido, y comenzó a fines del año 1649, se-
gún se deduce de las declaraciones de los pleiteantes, que dieron poder
para ello a procuradores, Torres Rámila, a Juan de Loranca y Cortés y a
Manuel Sánchez.
94 Véase la nota 48 de este capítulo.
95 "Memoria de los bienes del licenciado don Marco Antonio Cortés,
Cura Titular de la Villa de La Elechossa Isicl.
Primeramente los frutos y réditos del dicho benefficio de que hace
coiüsieínación en la forma y con la reserua contenida en este pedimento (*).
Mas vna cama, sillas y bufete y alguna ropa blanca de poco valor y
adrezo de cosina, que por ser todo de poca importancia y valor y precissa-
mente necesario para el uso y serbicio de su persona de mi parte no se
declara mas por menor puesto que se le debe reserbar por congrua neces-
saria para sus alimentos, y congrua sustentación."
Memoria de los acreedores del dicho licenciado don Marco Antonio
Cortes =
Primeramente es deudor al dicho Doctor Rámila Cura Reserbatario del
dicho beneficio de quatro mili reales contenidos en una zedula reconosida
por el dicho licenciado don Marco Antonio que la dicha deuda progede
ilc las diuersas de pensión del dicho benefficio =
Mas las deuersas que an corrido de la dicha penssion después del día
de la fecha de la dicha ged-ula =
Mas debe al Padre Pacheco, Clérigo de la villa de Guadalupe sesenta
reales de a ocho =
Mas a Baltasar Cabezón vecino de Truxillo, treinta y dos reales de a
ocho.
Mas trecientos reales de a ocho a frai Juan de Santa María, relixiosso
del orden de San Gerónimo de la villa de Guadalupe =
Mas quinientos reales o lo que montase la media anata del dioho be-
nefficio =
Otrosí pido que este pedimento se entienda sin perjuizio de otro qual-
quier remedio o benefficio de que mi parte pueda valerse por derecho por
quanto la dicha penssion es de tres mil y ducientos reales del valor del
dicho benefficio de trecientos ducados siendo assi que a Su Santidad se
le hizo relación que habia nobecientos, y sobre todo pido juaticia en
suplica ffecha. = t Sánchez [Rúbrica]."

(*) No consta. Tal vez fuera en la primera demanda.


LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 347

j>able, pues la causa de que no cumpliese sus compromisos era,


evidentemente, la gran disminución de las rentas del beneficio
curado producidas por las malas cosechas de la región y otras
causas 0T.
90. Por las declaraciones prestadas viene a deducirse que
Torres Rámila usó, y aun abusó, de los derechos que le con-
cedían las leyes. Cortés llegó a deberle hasta 10.528 reales en-
tre las deudas, siempre crecientes y las costas del pleito, y su
contrincante, solicitaba el embargo y dejación de cuantos bie-
nes tenía para cobrarse, ya que, al parecer, los vecinos de He-
lechosa y contribuyentes estuvieron de parte del deudor a cau-
sa de haber hecho éste solicitudes en el Gobierno de Toledo
que Torres Rámila juzgaba equívocas 08.

97 Véase la nota 100 de este capítulo.


98 " t = Juan de Loranca, en nombre del Doctor Pedro de Torres Rámi-
la, graduado en esta vniuersidad, Canónigo de la Magistral desta villa,
Cura Reservatario de la uilla de la Lechosa [sicl en el pleito con el li-
cenciado Marco Antonio Cortés pensonario del dicho curato y sus anejos
en la forma que mas conbenga y derecho lugar haya sin perjuicio de otra
qualquiera hagción zibil o criminal que pueda o deba yntentar = digo que
como a Vm. le es notorio, en ocho de margo deste pressente año se des-
pachó en fabor de mi parte mandamiento de pago contra la parte contra-
ria por diez mili quinientos y veinte y ocho reales que debe de la pensión
del dicho curato y sus anejos, y por mas las costas, y en birtud del dicho
mandamiento de pago se procedió contra él por cuia parte se pareció ante
Vmd. por la parte contraria y ico dexasion de bienes. Jurada la dicha
dexasion y se despacho y en bista dello se dio comisión a el juez executor
del dicho mandamiento de pago para que abiendo entregado todos los bie-
nes executados, embargados y depositados y los demás de que hacia dexacion
le absolbiese y surrecticiamente el juez subdelegado le absolbió debaxo de
la dicha condición solo con aber entregado los bienes executados y enbar-
gados y es bisto estar en censuras la parte contraría por no aber entregado
todos los demás bienes de que tenía echa dexacion y otros muchos bienes
que ocultó; según todo consta en los autos y mandamiento de pago de que
ago demostración. Por tanto a Vmd. pido y suplico en bista dellos mande
despachar su nueba comisión a otro qualquiera clérigo que desapasionada-
mente proceda execución del mandamiento de pago y de las comisiones
dada a el lizenciado lucas Jiménez y que con las nuebas diligencias por el
echas y aberiguación y ocultación de más bienes asta que con efecto se aga
el pago de principal, costas y salarios todo en execución de un auto dado
por el dicho lizenciado Lucas Jiménez, con el acuerdo del lizenciado Ja-
cinto Madroñero en diez y nuebe deste presente mes y año. Pido justi-
cia, e t c . .
Otrosí, digo, que con siniestra relación, aliando la ystancia deste juicio
el dicho Marco Antonio Cortés acudió a el Consejo de la Gobernación,
de Toledo, de donde ganó letras para que los vezinos de la dicha uilla y
348 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

91. Asimismo se declaraba por Cortés que ya la pensión


se había fijado desde un principio considerando mayores los in-
gresos del curato de lo que en realidad eran, y que él estaba "su-
mamente pobre", y Torres Rámila era "persona de mucha ma-
no", y apenas podría defenderse. Y como se negara débilmente
el deudor a hacer dejación de todos sus bienes, el Rector de
la Universidad de Alcalá, acuciado seguramente por Rámila, le
excomulgó hasta que accediera a ello y fuera allí a recibir la
absolución 90.

26. Firma autógrafa de Cortés. 1650.

sus anejos le acudieran con los diezmos maiores y menores y primicias y


otros derechos de que abia echo dexacion y de que estaba requerido y
embargado por los becinos en birtud de los dichos mandamientos deste tribu-
nal de que como dicho es no higo relazion en el dicho tribunal de la gober-
nazión = y rreconoziendo los ynquilinos su poca justificación depositaron
y se depositó por mandado de la justicia los dichos frutos asta que por
Vmd. se mande otra cosa = a quien pido y supplico mande que la dicha
comisión que ora se librare sea para que se proceda contra el depositario o
depositarios y demás personas a quien tocare para que entreguen los dichos
frutos para hacer el dicho pago. Pido vtt supra =
Otrosí, atento se a de nombrar nuebo juez de Comisión, baya la que
se diese con declaración de que el dicho lisenciado Lucas Jiménez no pida
los autos por el causador en birtud de los mandamientos de Vmd. de
que así ba fecha menzion atento de le anparar por poder de mi parte
orixinales y a el no le toca dexando de continuar la dicha comisión ni
aun tener traslado dellos sino quando mucho vn recibo de la parte. Pido
Vt supra =
Otrosi, atento que el dicho juez de comisión de su officio y autoridad
se a tasado para él y al escribano los salarios y costas que le a parecido
y por quel deseo de mi parte es no se causen más costa y salarios de lo
que justo fuere suplico a Vmd. mande se rrebean y tasen, ajusten y mo-
deren los echos y las dichas diligencia y todo haia ragon en la comisión
para que sobre lo que tiene recibido se ajuste lo demás que se debiere.
Pido vt supra, e t c . . = Doctor Pedro de Torres Rámila. [Rubrica (Au-
tógrafo)] = Juan de Loranca [Rúbrica'].
93 "Manuel Sánchez, en nombre del Licenciado don Marco Antonio
Cortés, Cura Propio de la parroquial de la villa de La Lechossa ísiel

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LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 349

92. En 23 de mayo de 1650, a la vez que se indican cier-


tos manejos extralegales de Torres Rámila para retardar el con-
curso de acreedores de Cortés, le acabaron de embargar a éste
cuanto poseía, incluso la cama. El procurador pedía que no se
hiciera igual con la muía que tenía para visitar los anejos, pues
no podría ir a ellos, lo cual sería en detrimento de la reli-

y sus anexos, como mejor proceda y haciendo como ago abastamiento en


nombre de mi parte, del concurso y rebalidagion nueba dé], que ten-
go intentado en su nombre ante Vmd. y en virtud de su poder especial que
presento = Digo que por aber llegado a tam grande diminución los fru-
tos del dicho veneficio no le es posible a mi parte pagar al Doctor don
Pedro de Torres Ramila. Canónigo de la Magistral de San Justo y Pas-
tor de esta villa, Reservataria del dicho beneficio las decursas de su pen-
sión assi las caídas como las que en cada un año van corriendo, que impor-
tan trecientos ducados, porque los frutos siertos del dicho beneficio sobre
que se cargó la dicha pensión ni los inciertos aún no llegan a esta can-
tada, de que ha resultado aberse hecho gran carga, y débito de las dichas
decursas == Y por ello se le han hecho y hagen particulares molestias y
bejaciones excomulgándole y haciéndole parecer personalmente en este tri-
"bunal. = Y no puede proceder a la defensa de ello porque se halla suma-
mente pobre, y imposibilitado, y litiga con persona de mucha mano y po-
der, que aunque ha procurado por su parte mediarlo y ajustarse con el
dicho Doctor Rámila, poniendo en sus manos los frutos del dicho bene-
ficio y que le acuda con lo necesario para sus elementos por el serbício
del dicho beneficio no lo ha querido hacer aunque han intervenido muchas
personas y sólo pretende el que mi parte le sirba el beneficio, lleuándose
enteramente todos los frutos del, el dicho Doctor = Y aunque r,econoce
que conforme a derecho le pertenece el Centum pro Rectore, por el serbi-
cio del dicho beneficio, d/i^e que no ha de permitir se le dé sin que le acud^i
con vna porción mui considerable del con que se paguen las decursas caí-
das — Y no tiene fundamento esta pretensión, porque además de ser cier-
to que desde el tiempo en que tubo principio la deuda han sido, cortos y mi-
serables los frutos del beneficio con que las decursas no han podido ser
tantas; también es cierto el que mi parte ha debido comer y sustentarse por
aber serbido = y como quiera que oi se halla pobre y las decursas están
por cobrar, no se le puede negar el Centum pro Rectore, para su sustento,
porque también sirbe y ha de serbir el beneficio; y conforme a la huella
de reserba, siempre se le ha de dexar a mi parte lo que importa, cjen es-
cudos de oro, de cámara, cuia computación se extiende hasta dos mili
Reales de bellón, poco mas o menos. = Y assí habiendo como ago en
nombre de mi parte sesión y dexa^ion de los frutos de dicho beneficio so-
bre que caio la pensión fuera del pie de altar y lo demás que le pertene-
ce fuera del dicho Zcntum pro Rectore =• Pido y supplico a Vmd. sea
serbido de mandársele dar y que se acuda con él al dicho licenciado Mar-
co Antonio Cortés mandando poner en administración los dichos frutos,
y que luego el administrador como en materia probisional de ali-
mentos que es breue y sumaria y no admite dilación le acuda de mes en
mes y siempre vno adelantado con lo que correspondiese a cada vno de
35° JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

10
gión °. Y en cuanto al viaje a Alcalá, solicitaba el infeliz que

los dhos. meses rata por cantidad = por quanto tampoco zessa en el ser-
bijgio del dicho beneficio = Y también se le mande acudir con quinientos
reales por aora para litis expensas porque no quede indefenso respecto de
distar tanto de esta villa el dicho beneficio y aber venido desde él a este
pleito y imbiado muchas personas a la soligitud, y necesitar de boluer en
otras ocasiones, pues es justicia que pido y juro lo necessario, e t c . . =
t Sánchez IRiíbrica] = Don Antonio M. y aceñero." ÍRúbrica.']
ioo "En 23 de mayo de 1650 = f = Manuel Sánchez en nombre del
Ldo. Marco Antonio Cortés, Cura de la Villa de la Lechosa y sus anejos, =
di^o que estando procediendo por mandamiento de este tribunal el doctor
don Pedro de Torres Ramila, Reserbatario del dicho beneficio y enejos con-
tra mi parte por las decu>rsas de su pensión; y hallándose imposibilitado
de poderlas pagar por aber baxado excesibamente los frutos del dicho be-
neficio de muchos años a esta parte por esterilidad, falta de vecinos y per-
sonas que siembren y cultiben la tierra le fue precisso hacer pleito y con-
curso de hacrehedores con hallanamiento de frutos y presentación de memo-
rial de bienes y deudas pidiendo se le diesse el centum pro Rectore, que de
derecho le pertenece por el serbigio del dicho veneficio y sus anejos =
y abiendo ganado absolución con suspensión de todas y qualesquiera gensu-
ras y citándose al dicho doctor Ramila que efectibamente salió a la causa y
contestó la dexacion de los bienes del dicho beneficio = y abiéndose dada
autto para que en manera alguna se pudiesse proceder contra la persona de
mi parte por Censuras, si no es que se procediesse al embargo de los
ÍTutos porque estubiesen enteros y asegurados para los acrehedores por
su antelación; y ansí que ha faltado del oficio el dicho pleito y concurso
de acrehedores desde la nabidad pasada del año de sseiscientos y quarenta
y nuebe que fué quando se empego y desde la primera vez que la parte
contraria tomó los papeles para alegar de su justicia, y se le dieron en
confianza sin recibo = y aunque la presunción está manifiestamente con-
tra el dicho doctor Ramila, y su procurador porque no ai quien sea mas
perjudicado en la dexacion de los bienes no es fundamento legal para que
mi parte se balga del para la restitución y buelta del dicho concurso =
y tampoco halla información de testigos con que justificar esta relagión si
bien con la seguridad de que el dicho concurso está retirado y oculto se han
sacado muchos mandamientos por parte del dicho doctor Ramila con que
esta excomulgado el dicho Licenciado Marco Antonio Cortés comparege
del testimonio qne presentó y juró y el nuebo poder que aora se me ha sus-
tituido a mi también supone estar pendiente el concurso = de que todo esto
no tengo lugar para que a mi parte se le dé absolución, vsando del reme-
dio que el derecho congede y siendo necessario de nuebo ago en su nom-
bre en debida forma pleito y concurso de hacrehedores con dejación de los
bienes del beneficio y sus anejos; y presento memorial de bienes y deudas
por aber llegado mi parte a estado que aun la cama en que dormía se le ha
embargado y quitado por el dicho doctor Ramila con todos los demás frutos
del benefigio y los bienes que independientemente eran de mi parte; todo
lo qual ha procedido de aber bajado tanto la renta y frutos del dicho vene-
íigio por la esterilidad de los tiempos y falta de quien labre y cultibe. "
Pido a Vmd. mande admitir la dicha gesion y dejagion de bienes haciendo
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 351

se le dispensara de hacerle, pues "el camino es largo y peligroso-


—dice su procurador— por ser muchos los soldados y ladro-
nes que andan por los caminos". El Rector atendió esta sú-
plica, razonabilísima en aquella época y concedió que le absolvie-
ra un sacerdote cualquiera en término de quince días, y así se
hizo al fin.
93. El final del pleito no se conserva, pero es fácil de sos-
pechar sabiendo que Torres Rámila accedía a dar a Cortés so-
lamente el "centum pro Rectore" de ioo ducados, y él gozar di-
rectamente de los beneficios del curato, incluso 210 colmenas
pertenecientes a él 1 0 \ y Cortés convenía con el ma'yor de sus

que desde luego se le acuda a mi parte con el centum pro Rectore que le
pertenece por ser materia de probision y para sus alimentos en cuia distri-
bución no permite dilación el derecho, y que se cite de nuebo a los acre-
hedores presentes, se despachen requisitorias para los ausentes y se fixen
edictos para los inciertos, mandando suspender qualesquiera execuciones y
mandamientos, y que todas se reduzcan a este concurso, sacando a bender
lo bienes y en defecto de no aber poseedor en lo que sea justo se les aga
pago por su antelación y tasación con ellos a los acrehedores y se nombre
administrador que dé 'fianza y no acuda con los dhos. vienes y frutos a
persona alguna sin orden de Vmd. y consiguientemente se nombre persona
ques los defienda = y pido justicia y que se libren gensuras por escusar las
costas y gastos que se reconoce para que se restituía el concurso antiguo que
se ha quitado del oficio en la forma y manera que estaba y juro lo nece-
sario e ffecho. =
=¡ Otrosí digo que el dho. mi parte tiene vna muía con que acude todos
los días a la administración de los sacramentos de los anejos del dicho
beneficio, y si esso hubiera de entrar en concurso y se diera permisión a
que los acrehedores la embargaran, cesara cosa tan necesaria como la
dicha administración distando dos leguas los anejos del dicho beneficio =
Pido a Vmd. declare por la dicha ragon que la dicha muía no puede ser
embargada y que se le ha de dejar libremente ael dicho Ldo. don Marco
Antonio Cortés y juró lo necesario e ffirma = t Sánchez [Rúbrica] =r
don Antonio M. Aceñero [Rúbrica].
101 t = Juan de Loranca en nombre del Doctor don Pedro de Tores
de Ramila, Canónigo de la magistral desta uilla. respondiendo a una peti-
ción del licenciado don Marco Antonio Cortés, presentada en beinte y cinco
de junio = digo que dicho mi parte está llano a cumplir todo aquello que
consta por la bulla ante Vm. presentada, en la qual se manda que le dé
solamente centum pro Rectore que son cien ducados y no más entregando
ante todas cosas la contraria a el dicho mi parte todos los frutos, derechos
y actiones tocantes a el dicho curato según se espresa y manda por dicha
bulla, de la qual se infiere constantemente quedar escluida la administra-
ción que en contrario se pretende, y entre los dichos bienes tocantes a di-
cho curato asimismo se. a de entregar a el dicho mi parte por el contrario
ducientos y diez colmenas que le entregó por auto de don Juan Chacón Nar-
352 JOAQUÍN DE ENTRAMBAS AGUAS Y PEÑA

-acreedores a reunir junta de éstos y hacer dejación total de sus


beneficios, como se solicitaba 102, excepto "la muía con que acu-
cie a los anexos, que son cinco o seis, a dos y tres leguas distan-
tes, y la cama, mesa y libros por tocarle por derecho". Por esto
se comprenderá también la 'mísera situación en que dejó Ránu-
la a su deudor.

27 y 28. Firmas autógrafas de Torres Rámila. 1650.

baez, bisitador de aquel partido de las quales y de los demás bienes* pertene-
cientes a el dicho curato le mando diere fianzas con personas llanas y abo-
nadas de tener en pie dichas colmenas, y demás bienes, y no estando1 a siem-
pre y en ser como se le entregaron según es notorio se deue retardar el centum
pro Retore y de lo que del fuero satisfacer la, falta de los dichos bienes y
proceder contra sus fiadores asta que den entera satisfacción de dichos bienes
y que en el ínterin corran los mandamientos probeydos así en los frutos del di-
cho beneficio como contra los arendadores en cuyo poder pasaron — a VID.
supplico asi lo probea y mande pues todo lo rreferido consta de la bulla de Su
Santidad cuyo traslado está en los autos executibos justicia y costas y
para ello etc. = D.or Pedro de Torres Ramila {.Rúbrica (autógrafo)'] =
Juan de Loranca [Rúbrica]."
ios "Manuel Sánchez en nombre del Licenciado don Marco Anttonio
-Cortes, Cura Titular de la Parrochial de la Villa de La Elechossa ísk],
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 353

94. El segundo pleito 103, menos importante, pero curioso,


fué casi a un mismo tiempo que el anterior —empezó en 29 de
agosto de 1650—, y lo tuvo Torres Rámila con Clemente Sán-
chez, vecino de Alcalá de Henares, por las razones siguientes:
95. El antiguo censor del Fénix de los Ingenios había al-
quilado, a su parte contraria, una casa situada en la calle de San
tiago (hoy de don José Canalejas), de Alcalá de Henares, por
dos años, a contar desde el día de San Juan de 1648 hasta el
mismo día de 1650. El importe del alquiler, que era de 26 du-
cados anuales, debía pagarse en el día que cumplían los doce
meses.
96. Pues bien, Torres Rámila, antes de pagar el alquiler
correspondiente al primer año, rogó a Clemente Sánchez que le
prolongara el contrato un año más, a lo cual accedió éste; pero
después del día de San Juan de 1649 s e mudó a otra casa de la
callejuela de Santiago 1C-, no lejos de la que habitaba antes, y

en el pleito con el doctor Rámila, Canónigo de la Santa Iglessia Magistral


Ae esta villa = digo que mi parte está descomulgado de pedimento del
dho. doctor Rámila por los maravedís die que se dice ser deudor = y al
pressente no se halla con bienes de que poder pagar la cantidad que se le
pide y otras que está debiendo a otros acreedores, y está presto de hacer
dejación de todos sus bienes bastando solamente con la congrua que fuere
necessaria para su sustento con protesta y juramento en forma de satisfa-
cer enteramente a los dichos sus acreedores viniendo a mexor fortuna; y para
el dho. efecto hago pressentacion de la memoria de bienes y acreedores con
la solemnidad y juramento necessario = a V. Md. supplico mande admitir
la dicha dexacion de bienes, reseruando a mi parie la dicha congrua, con-
forme a su calidad y estado, y que se junten y acumulen a este pleito todos
los demás ordinarios y executibos que estubieren pendientes y que se dé
traslado al dicho doctor Rámila y a los demás acreedores de este pedimen-
to y se le de a mi parte absolución de qualesquier zensuras que contra
él se aian promulgado por ragon de las dichas deudas, declarando que
debe gocar del pribilejio del capítulo... (*) y los demás que le tocan y
pertenecen por derecho y sobre todo pido entero cumplimiento de justicia
y costas y en lo necessario ffecho."
103 Archivo Histórico Nacional. Universidad de Alcalá. Judicial. Plei-
tos ordinarios, civiles, criminales y contenciosos. Leg. 299 (1649-1653),
18 fols. s. n. Pleito ordinario de Clemente Sánchez v.° de Alcalá con el doc-
tor don Pedro de Torres Rámila Canónigo de la magl. Imagistral} desta
uilla y graduado en esta Vniversidad. El escribano es Francisco Ortiz, y
representó como procurador a Clemente Sánchez Manuel Sánchez, que
lo había sido también de Cortés en el pleito anterior.
104 Estaba en la calle de su nombre, y actualmente ya no existe, por

(*) Ilegible en el origina,!.


23

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354 JOAQUÍN DE ENTRAMBAS AGUAS Y PEÑA

subarrendó ésta a un tal Francisco Sánchez de Estrada, vecino


de Alcalá, que vivía en casa propia junto a ella. Todo sin la
anuencia del dueño, Clemente Sánchez, y además negándose a
pagarle Torres Rámila cuando se lo solicitó 105.
97. En 31 de agosto de 1650 declaró el autor de la Spongia
no sólo negando lo dicho, sino diciendo que antes debía pagarle
Clemente Sánchez una cantidad que le había entregado de "cien
reales con calidad de que le auía de blanquear la sala y aposen-
to de dormitorio y otro tanto en el quarto de arriba correspon-
diente; y no lo hizo más de la sala", habiéndose negado asi-
mismo a arreglar una pared caída, lo que l'e obligó a mudarse
a la otra casa 106.
haberse edificado el espacio que comprendía. También parece que se lla-
maba "calle del Medio celemín". (Véase la nota 108 de este capítulo.)
105 t = Manuel Sánchez, en nombre de Clemente Sánchez, vecino
desta uilla en la forma que mas conbenga parezco ante Vmd. y digo que el
Doctor don Pedro T o r r e s Ramila, Canónigo de la Magistral desta uilla
y graduado en esta Uniuersidad, es deudor a mi parte de beinte y seis
ducados del arrendamiento del segundo año, de dos que mi parte le a r r e n -
dó, v n a cassa que mi p a r t e le arrendó en la calle de Santiago desta uilla,
que cumplió a San J u a n de junio deste presente año, el qual dicho arren-
damiento vltimo, resultó de llegar a mi parte el dicho doctor Rámila an-
tes de cumplir el primero, y le pidió se la dejase por el dicho segundo año,
por el dicho prezio, y auiendoselo dejado, estando bibiendo en ella des-
pués del dia de San J u a n de quarenta y nuebe, se paso a bibir de la dicha
cassa a otra en que al presente biue en la callejuela de Santiago y siendo
que era fuerza pagar a mi parte y como dueño de la dicha cassa por aquel
año la a r r e n d ó a Francisco Sánchez destrada vesino desta uilla, que alinda
con dicha cassa, y llegando mi p a r t e al dicho Doctor Ramila a pedirle se
pague dicho arrendamiento no lo ase, antes lo a puesto en tela y contien-
da de juizio, a que no es justo dar l u g a r porque pido y supplicoi a V m d . le
conpela y apremie a la paga por zensuras y todo rigor que es justicia q u e
pido y costas, e t c . . = :
Otrosí para relebar a mi parte de prueba, supplico a Vmd. mande com-
peler por zensuras y todo rigor al dicho Doctor Rámila a que j u r e y decla-
r e ym berbus sazerdotis al tenor desta petticion, si es berdad lo en ella
contenido, negando o confesando conforme a la lei y so la pena della, que
si lo negare me ofrezco a probar lor nezessario vt supra : = t Manuel Sán-
chez [Rúbrica]."
106 " E n la uilla de Alcalá de Henares, a treinta y un días del mes de
agosto de mili y seiscientos y cinquenta años, yo, el notario, notifiqué la
petición y auto antes desto contenido, librado por el señor Rector de la
Universidad desta dicha uilla al Doctor Pedro Torres Rámila, Canónigo de
la Magistral delia, en su persona, el qual auiendo primero jurado yn berbo
sacerdotis puesta la mano en el pecho = D i x o que niega dever este decla-
rante ninguna cossa al dicho Clemente Sánchez, y que el arrendamiento que-
higo de la dicha casa fué por vn año, por beinte y quatro ducados y no>
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 355

98. Como Clemente Sánchez, ante estas afirmaciones, pedía


justicia, se hizo declarar, en 2 de septiembre del mismo año, a
Francisco Sánchez de Estrada, que confirmó lo dicho por el
dueño de la casa y la falsedad de la declaración de Torres Rá-
mila, demostrando además que las obras de reparación las hizo
con sus propios dineros y no con los de éste ni Clemente Sán-
chez 107. Declaraciones análogas a ésta prestaron los vecinos in-

mas, y en ella no estubo mas del d'cho año, y luego salió deüa dexandola
desierta para que su dueño la arrendase a quien quisiese y este declarante
no Ja arrendó a nayde. Solo oyó a Francisco Sánchez de Estrada de su
boca, como vecinos que auían sido, que sería como por doce de ju'lio, que
en las heras de los Mártires se le 'auía pedido el dicho Clemente Sánchez,
y que consta Hgencia. Se auía entrado en ella el dicho Francisco Sánchez-
como se entró y la auító asta San Juan deste pressente año = y antes
el dicho Clemente le debe a este declarante muchos reales, porque le dio
antes que entrara en la cassa, en doblones cien reales, con calidad de que le
auía de lanquear Isic] la sala y aposento de dormitorio, y otro tanto en el
quarto de arriba correspondiente, y no lo hico de lo qaal [lo subrayado,
tachado'] mas de la sala, de lo qual se le deve dar refacción, y ansimismo
se cayo de la dicha casa vn Heneo de tapias y no estaua segura la casa le
pidió este declarante lo aderecasse y no quiso, ocasionándole para que se sa-
liera della, lo qual aderezó para entrar en ella como constara del dicho re-
paro y esto es lo que puede declarar y no tra cossa y la verdad para el jura-
mento que tiene fecho y lo firmo = Va tachado : de lo qual. No valga =
Doctor Pedro de Torres Rámila {Rúbrica. (Autógrafo)'] = Ante m í : Juan Ló-
pez Mogro [Rúbrica]. Escribano."
107 " t = En la villa de Alcalá en dos días del mes de septiembre de
mil y seiscientos y cinquenta años, yo el notario, notifiqué el auto del
S. r Rretor a Francisco Sánchez de Estrada, vezino de esta villa, en su per-
sona, y abiendo jurado por Dios y vna señal de cruz "Prometo decir ver-
dad", y leídole el pedimento y demanda para que a su tenor declarasse,
dixo lo siguiente: que el Doctor Ramila viuiendo en la cassa que se re-
fiere la petición, desde San Juan de quarenta y ocho a San Juan de qua-
renta y nuebe y cuatro o cinco meses después = el dicho Doctor Ramilla
llegó a este declarante y le dixo si quería que le traspasase la dicha cassa
los meses que faltauan asta San Juan de cinquenta, por viuir en otra pared
en medio della. = Este declarante le respondió a dicho Doctor Rámila que
supuesto que el se mudaua a otra parte que por los siete v ocho meses que
faltauan asta el dicho San Juan deste presente año la tomaría y pagaría al
dicho Doctor Ramil los dichos meses y rata por cantidad de veinte y seis
ducados que pagaua al año y esto con calidad y condición que se abian de
hacer en la dicha cassa ciertos reparos nescesarios y en esta conformidad se
executó el dicho trato entre los dos, vocalmente, sin ager instrumento nin-
guno de papel, y luego este declarante tomó la dicha cassa, gastó en ella
en dichos reparos ochenta y tantos reales como parecerá por la carta de
pago del maestro de obras que quando ajuste la quenta con el dicho Doctor
Rámila, con quien debe ajustaría, la exibirá y no con otra persona la exi-
356 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

108
terrogados como testigos el mismo día a continuación de
Francisco Sánchez de Estrada.

29. Firma autógrafa de Sánchez de Estrada. 1650.

zirá para que se le rebaxen dichos reparos de lo que le deuiere pagar de


los dichos siete meses al dicho respeto de los veinte y seis ducados al año, y
esto respondió so cargo del dicho juramento y lo firmo y dixo ser de edad
de quarenta y nuebe años = Francisco Sánchez de Estrada {Rúbrica] —
Anle mi Manuel J. de Mogaña [Rúbrica]."
108 Son curiosas y expresivas las declaraciones siguientes:
Jerónima Pérez, viuda: "Lo que saue esta testigo es que el doctor Rá-
mila viuió la cassa que se refiere la petición todo el año pasado de seis-
cientos y quarenta y ocho, y estubo en ella asta dicho San Juan del año
de quarenta y nuebe y saue que algunos meses después entregó la llave a
Francisco Sánchez de Estrada el dicho doctor Rámila para que la viuiesse
como es cierto que la viuió y dicho doctor Rámila saue esta testigo se mudó
a otra cassa y saue por auérselo oydo decir al dicho doctor Rámila que,
pagana de renta en cada vn año veinte y seis ducados y esto se lo oyó
decir al dicho Francisco Sánchez de Estrada y que de ello abía de descontar
lo que faltaua del año y esto lo saue esta testigo por viuir y ser vecina de
pared en medio de la dicha cassa y entrar y salir en ella mui continua-
mente."
Francisco de Bueno, "Escribano público del Rey Nuestro Señor": "El
doctor Rámila, canónigo de la maxistral desta villa viuió vna cassa en la
calle de Santiago, frontero de la Madre de Dios, que es de Clemente Sán-
chez, todo el año pasado de mil y seis cientos y quarenta y ocho que cumplió
a San Juan, y también saue que viuió después de San Juan del dicho año
cossa de cuatro o cinco meses pocos mas o menos y que se la traspass-ó a
Francisco Sánchez de Estrada y le entregó las llabes y este testigo lo saue
por que como Maiordomo del ospetal de Santa María la Rica, de esta villa,
fué a cobrar del doctor Pedro de Rámila vn censo que pagaba dicha cassa
al dicho hospital con libranza de Clemente Sánchez y se la pagó el doctor
Rámila = y asimiesmo saue este testigo que por auerla arrendado el dicho
doctor Rámila al dicho Francisco Sánchez de Estrada la dicha cassa se passó
a otra en la calle del Medio celemín, junto a Santiago, donde al presen-
te viuc el dicho doctor Rámila."
Antonio Rodríguez, vecino de Alcalá: "El doctor Rámila alquiló vna
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 357

99. También falta el final de este pleito; pero aún aparece


más claro que el del anterior. Torres Rámila no contradijo las
declaraciones dichas al notificarlas en 7 de noviembre de 1650,
y seguramente perdería el pleito a pesar de que, para evitarlo,
procuró retardarlo no devolviéndole cuando se le entregó, se-
gún las quejas que en este sentido hace Clemente Sánchez los
días 9, 17 y 28 del mismo mes y año en las declaraciones de los
últimos folios deí expediente.
100. Hay que reconocer que tanto un pleito como otro re-
velan bien la psicología de Torres Rámila y corroboran muchos
de los aspectos de ello, que ya se soslayaban antes en su com-
portamiento con el Fénix.
101. Otra vez, en 17 de noviembre de 1652, fué nombra-
do por el claustro de la Facultad de Teología para unas infor-
maciones de limpieza de sangre. Se trataba del licenciado An-
tonio Sanz, que aspiraba a ser colegial del Mayor de San Ilde-
fonso, y la suerte designó a Torres Rámila 109.
102. Al año siguiente, el cabildo de la Santa Iglesia Ma-
gistral le escogió entre sus miembros para sacar los pobres de
la cárcel 110 ; pero no desempeñó en él otro cargo más.
103. Quizás en esta época su salud se había resentido ya
algo y no le permitía intervenir en esta clase de asuntos, pues
al poco tiempo murió.
104. El último cabildo de la Santa Iglesia Magistral a

cassa a Francisco Sánchez de Estrada en la calle de Santiago el qual la


abía uiuido un año y cuatro meses pocos mas o menos y saue se la tras-
passo al dicho Francisco Sánchez de Estrada y que luego el dicho la bibió
y siempre entendió que era dueño de ella."
109 "Y luego el señor Rector propuso se nombrase informante al Li-
cenciado Antonio Sanz, i después de aber botado el primero lugar después
de regulado se aliaron quatro cédulas que decían doctor Gueruela, y lue-
go se botó el tercero lugar i ubo quatro cédulas que decían doctor Francis-
co García, i otras quatro que decían doctor Grialde, i los quatro doctores
entraron en suertes y salió el Doctor Pedro de Torres Rámila y el señor
Rector le publicó por informante del dicho licenciado Antonio Sanz." (Ar-
chivo Histórico Nacional. Facultad de Teología de Alcalá. Libro de Jun-
tas desde el año de 1635 hasta el de 1704. Lib. 421, fol. 217 vto.)
La elección, dicho sea de paso, aparece poco clara en el documento trans-
crito.
110 Archivo de la Santa Iglesia Magistral de Alcalá de Henares. Ca-
pitulares. Libro 16, fol. 51 vto.
35§ JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

que asistió fué el de iy de noviembre de 1656 111, y en 20 de


diciembre del mismo año dejó en depósito a dicho templo 500
ducados 112, que acaso quedaran en él definitivamente como man-
da piadosa o algo semejante 113.
105. Más de un mes vivió todavía, pero sin duda ya muy en-
fermo y retirado de toda actividad. Su muerte sobrevino el día 2
de febrero de 1657, después de haber hecho testamento 114 y
recibido los santos Sacramentos. Sus albaceas fueron el canóni-
go Francisco Alonso, compañero suyo de cabildo y el maestro
Antonio Villalobos, que recibieron por su cometido unos or-
namentos completos de damasco blanco y un cabrito, respec-
tivamente. A Torres Rámila se le enterró en la Santa Iglesia •
Magistral, "detrás de los Santos Mártires" Justo y Pastor 115 ;

111 Archivo de la Santa Iglesia Magistral de Alcalá de Henares. Ca-


pitulares. Libro. 16, fol. 181 vto.
112 "20 de Diz. 1657." (*) = "En veinte de Diciembre de mil y seis-
cientos y cinquenta y siete años"... "determinaron se reciban en las arcas
desta Santa Iglesia los quinientos ducados que el señor doctor Rámila quie-
re se depositen en ella por vía de depósito. Los señores claveros los reci-
ben contándolos en las monedas que los entrega. Doy fe." (Archivo de la
Santa Iglesia Magistral de Alcalá de Henares. Capitulares. Libro 16, fo-
lio 1S5 vto.) Es curioso notar que el Cabildo se reunió exclusivamente
para este asunto.
113 Me induce a conjeturar esto que no aparecen en los libros noti-
cias de que se retirara más adelante.
114 Tan vagos son los datos que se dan acerca de él (véase la nota 115
de este capítulo), que me ha sido imposible hallarlo. No obstante, seria
documento curioso para conocer el estado de su fortuna y la familia que
entonces tenía, no citada, sin embargo, en ningún caso.
115 Reproduzco a continuación la partida de defunción de Torres
Rámila, hasta el presente inédita, y donde constan los datos antes expuestos.
Pude sacar copia de ella merced a las facilidades que me dio para ello el
M. I. S. Abad de Alcalá, doctor don Julián Fernández Díaz, a quien
expreso aquí mi agradecimiento y mi amistad.
Al margen izquierdo :
"el doctor rámila = una pedraca (sic) diez ducados, casulla de damasco
blanca."
"en dos de febrero murió el señor doctor pedro de torres rámila canó-
nigo desta santa yglesia. recibió los santos sacramentos, enterróse con se-

(*) La fecha está equivocada. Se trata de 1656, según se ve por el


contexto del año del documento y también por el lugar que ocupa el ori-
ginal entre los demás anteriores y posteriores. Además basta confrontar
este dato con los que siguen relativos a la muerte de Torres Rámila para
que sea evidente el error dicho.

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LQPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 359

pero hoy no hay ni huella de su sepulcro a causa de las diver-


sas reformas que desde entonces ha sufrido el pavimento de la
iglesia. Su sucesor en la canonjía fué el doctor don Francisco
Rodríguez Muñoz, que tomó posesión en 14 de marzo de 1657-
ioó. Así de obscuramente acabó su vida el principal ene-
migo de Lope de Vega en esa guerra que he relatado, sosteni-
da entre el Fénix y los preceptistas aristotélicos 116. Nadie se
ocupó de conservar memoria de él 11T, y a su pesar, si pasó a la
historia fué arrastrándole el carro triunfal del Monstruo de
Naturaleza y no por sus méritos intelectuales o morales, que
bien escasos fueron. Tal vez no debe culparse de todo a él. No
había sido jamás un talento extraordinario, pero con su espíritu
de trabajo y sus estudios, y sin la nefasta influencia del' doctor
don Cristóbal Suárez de Figueroa, la negra sombra de la crítica
del siglo XVII, tal vez hoy figuraría entre los latinistas y teólogos
de su tiempo en lugar aceptable. Le perdieron el orgullo y el
afán de popularidad injustificada, que motivaron su propia en-
vidia y la inagotable del autor de El Pasagero, como perdieron,
pierden y perderán siempre a todos los Torres Rámilas que se
opongan a los Lope de Vega de antes, ahora y después, merced
a la gran justicia del tiempo.
ñores canónigos, enterróse detras de los santos mártires, monta la sepul-
tura setenta y seis reales, hizo testamento, albacea el señor doctor fran-
cisco Alonso canónigo de dicha santa yglesia y el maestro Antonio de Vi-
llalobos, y al rracionero diosele ornamento entero: la casulla con estolas
eran de damasco blanco e alba con puntos, amito y cingulo. cabrito Villa-
lobos."
Al margen derecha: 22,12, (Archivo de la Parroquia de San Justo y
Pastor (hoy de San Pedro). Libro de entierros del año 1655 asta el de
1669. Fol. S vto.
116 Todos los demás ya se ha visto que fueron apartándose por di-
versas causas. Suárez de Figueroa mismo, consejero de Torres Ránula,
hacía ya mucho tiempo que, ayudado seguramente por el Duque de Alba,
había logrado ocupaciones más productivas que encender guerras literarias.
En diciembre de 1627 se le nombró auditor de la Regia Audiencia de Ca-
tanzaro, en la provincia de Calabria y en 21 de enero de 1630 juez de
Laguna. Y aunque aparece preso en Roma en septiembre de 1630, luego
quedó libre, y en primeros de enero de 1633 se le nombró abogado fiscal
de la Audiencia de Trani. Además se supone que no debió de vivir más
allá de 1639. (Véase Galden Rose: Introducción a su ed. El Pasajero, pá-
ginas xv y sigts.)
117 En el transcurso de este trabajo han podido comprobarse qué es-
casas referencias impresas quedaron de Torres Rámila, y éstas por sus
relaciones con Lope, o por investigaciones históricas, como Pellicer, que
lleva la primacía en este sentido. (Véase la Advertencia preliminar, nota 1.)
APÉNDICE
1
DOS SÁTIRAS INÉDITAS DE LOPE DE VEGA .

Sátira I 2.
i Yo Juan Martínez, oficial de Olmedo,

i Acerca de la atribución al Fénix de los Ingenios de estas sátiras y


de su importancia y contenido ya he tratado por extenso en el capítulo I I I .
Se conservan en una copia del siglo x v n , integrada por doce hojas en 4. 0 ,
que lia sido encuadernada posteriormente con otros papeles análogos para
formar un volumen (M.s. 3.985 de la Biblioteca Nacional), donde ocupa los
folios 58 al 69 vuelto. Antes constituyó, sin duda, un cuadernillo independiente,
falto ahora de la portada, como lo hace suponer que tiene su numeración pro-
pia, distinta de la del códice, y comienza por el folio 2. La citada copia
—•única que conozco—• abunda en erratas, debidas al amanuense, que compli-
can aún más lo extraordinariamente confuso de la letra y lo borroso de la
tinta en la mayoría de los pasajes. Del ímprobo y pesadísimo trabajo de lec-
tura que supone el transcribir semejante texto, sólo puede dar alguna idea
la consulta del original.
Al publicarlo ahora por vez primera he creído oportuno librar de estas di-
ficultades al lector —nótese que se trata de una copia, y por añadidura pé-
sima—, y he deshecho las abreviaturas y restaurado la puntuación correcta,
modernizando la ortografía, salvo en aquellos casos que hubiera podido alte-
rar esto algún aspecto interesante del texto o del manuscrito. Además se
subsanan los patentes errores del copista y se añaden las palabras o letras que
faltan evidentemente.
No obstante, a fin de evitar cualquier equivocación o malas interpretacio-
nes, aclaro con notas en cada caso todas las correcciones hechas al manuscrito,
así como los pasajes o conceptos obscuros y las palabras que requieren ex-
plicación y también las alusiones que aparecen encubiertas, sin perjuicio de
haberlas señalado en el capítulo correspondiente, ya aludido.
Por último, en el citado cuadernillo de las sátiras va copiada delante de
las de Lope y con numeración correlativa a ellas otra, que comienza: "Ten-
ga Dios en el cielo al toledano", y nada tiene que ver con nuestro tra-
bajo, aunque va dirigida también contr^. un sastre llamado Martín, a quien
se ataca grosera y ferozmente, así como a su mujer Leonor y a la hija de
ambos, Francisca. Probablemente, sólo la similitud de asuntos indujo al co-
pista a unirla con las otras y numerarlas correlativamente. En otra copia de
ella que existe en la Biblioteca Nacional (Ms. 3.670, fol. 16) se le atiibuye
362 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

por la gracia ele Dios poeta sastre s,

a Quevedo, y unos versos de la misma se citan en este pasaje de la Casa


de locos de amor, del sevillano Antonio Ortiz de Melgarejo, dedicada "a don
Joan de Arguijo" en "8 de Marco de 1608" {Cfr. Gallardo, Ensayo, torno III,
col. 1.032), lo cual prueba ser la tal sátira de época muy anterior a las del
Fénix: "La madre llamaba y la hija escogía, y muy pocas destas guardaban
la ley de amor, que o las corrompía el interés o el vicio. Díjolo galanamen-
te un lucido poeta desta edad y no poco conocido de todos:

"Ella dice que es virgen y no miente,


Que el deleite de amor aún no ha probado,
Y si recuerda el gusto, no lo siente;
Que el interés de un alma apoderado
Adormece del cuerpo las acciones
Y tiene al apetito encarcelado."

(Ed. Biblioteca de Autores Españoles, tomo XXIII, pág. 353.)


Respecto a quién sea el poeta "conocido de todos", nada se sabe; pero
en 1608 parece que a nadie mejor que a Quevedo, y sobre todo a Lope
de Vega, se podía considerar dueño de semejante popularidad. En favor
del primero está la atribución de la aludida copia de la Biblioteca Nacio-
nal ; en el de Lope de Vega el figurar copiada junto a otras sátiras de él
y notables coincidencias de estilo. Nada puede asegurarse fuera del mo-
vedizo terreno de las conjeturas; pero tal vez un estudio detenido del asun-
to, que no desisto de hacer algún día, pueda resolver la cuestión que aho-
ra sólo puede suscitarse.
2 Ms. Sátira 2, a causa de la numeración correlativa adoptada
por el copista (véase la nota 1); pero por el texto se ve claramente que ésta es
la sátira primera de las dos de Lope que contiene el códice. Véase además
el verso 228.
3 El caso de dedicarse un sastre a la poesía debió de repetirse más
de una vez en el siglo de oro del teatro, cuando los éxitos alcanzados
por los grandes dramáticos hacían soñar a cerebros poco sólidos con un
triunfo análogo para ellos. Hay alusiones a poetas sastres en varias obras
literarias. Francisco Pacheco, en su Sátira apologética en defensa del divi-
no Dueñas (Ed. Rodríguez Marín en la Revista de Archivos, Bibliotecas y
Museos, 1907), se queja ya de ello cuando se refiere a las musas en estos
versos:
"Pues ¡ya de oficíale jos baja raza!
No hay quien pueda sufrir que del aguja
Salten a darles por detrás la caza."

Y Cervantes aún tiene más alusiones. En el prólogo del Quijote dice que
éste llevaría sonetos de ala'banza suya en los preliminares si "los pidiese
a dos o tres oficiales amigos" (Ed. Rodríguez Marín, 1927, tomo ifi, pá-
gina 27), y en el Pcrsilcs (lib. I, cap. XVIII) les defiende humorísti-
camente con estas palabras: "Posible cosa es que un oficial sea poeta, por-
que la poesía no está en las manos, sino en el entendimiento, y tan capaz
es el alma del sastre para ser poeta como la de un maese de campo."
El más famoso, sin duda, de esta especie de poetas fué "el sastre de
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS ¿fiZ

Toledo", aquí aludido, a quien se cita en otras obras notables de la litera-


tura del siglo XVII.
Don Esteban Manuel de Villegas dice en su Elegía VII (Las Eróticas.
Ed. Sancha, 1797, tomo i.°, pág. 328), donde hay también no pocos zarpa-
zos pa.ra Cervantes y Lope de Vega:
"Que si bien consideras, en Toledo
hubo sastre que pudo hacer comedias
y parar de las musas el denuedo:
mozo de muías eres, haz tragedias
y el hilo de una historia desentraña,
pues es cosa más fácil que hacer medias."

El doctor Cristóbal Suárez de Figueroa parece aludir al sastre de To-


ledo, según Schack (Historia de la Literatura y del Arte dramático en Es-
paña, Traducción de Eduardo de Mier. Madrid, 18S7, tomo 3.°, págs. 342-46),
en este trozo de El Pasagero (Ed. Rodríguez Marín, pág. 76)* "Sastre co-
nocí que entre diversas representaciones que compuso duraron algunas quin-
ce o veinte días." Y desde luego demuestra la mala opinión que tenía de él
en el siguiente párrafo de su Plaza Universal (Ed. de Perpiñán, 1630, fo-
lio 336 vto.): "Mas al contrario descubren los más Poetas Cómicos inge-
nio poco sutil y limitada maestría; siendo lícito a cualquiera elegir el ar-
gumento a su gusto, sin regla o concierto. Así se atreven a escribir far-
sas los que apenas saben leer, pudiendo servir de testigos el Sastre de To-
ledo, el Sayalero de Sevilla y otros pajecillos y faranduleros incapaces y
menguados."
No ha llegado hasta nosotros ninguna obra del tan traído y llevado sas-
tre de Toledo, aunque si hemos de* creerle a Quevedo tenemos en La Peri-
nola una valiosa muestra de tan delicado entendimiento: "yo me acuerdo
de haber leído en una comedia del Sastre de Toledo esta copla al pecho de
una dama:
"Si de aquese pecho apelo
Pelícano vendré a ser
La piel del diablo, Riselo;
Y pues tercio en tu querer
Quiero ser tu terciopelo."
(Ed. de la Biblioteca de Autores Españoles, tomo XLVIII. pág. 471.)
Pero aun cuando Schack (obra y lugar citados) cree que los ridículos ver-
sos reproducidos son "los únicos restos que han llegado hasta nosotros de
esta poesía singular de sastres", se me hace muy dudosa su autentici-
dad, teniendo en cuenta que el inmortal autor del Buscón fué siempre muy
aficionado á los cubileteos de palabras, y pudo ser ésta tina invención más
de su buen humor.
El maestro sastre Olmedo que aquí se cita, y también en el verso 173,
es sin duda el propio sastre de Toledo de las alusiones reproducidas, famo-
sísimo entonces, como se ha visto, y cuyo verdadero nombre se ignoraba.
En cambio, no creo que se pueda identificar a este Olmedo, sastre, con un
Hipólito Olmedo, autor del entremés Los ladrones y el alfamjc (Ms. 15.589
de la Biblioteca Nacional), su única obra dramática conocida (véase La Ba-
rrera, Catálogo, pág. 287), pues en ella no carece de gracia, y el argumento
está bien urdido y resuelto, no como obra del sastre de Toledo, que ade-

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364 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

más sólo hacía "comedias de cuerpo", esto es, d e santos. P o r otra parte,
parece muy posterior a la época de las sátiras, y figura en el Vejamen de
D. Francisco de Rojas, publicado por don Antonio Paz y Melia en Sales
Españolas (serie 2. a , pág. 317).
Respecto de J u a n Martínez, oficial de Olmedo y fingido a u t o r de las
sátiras, considero de interés advertir que aunque personaje inventado por
Lope de Vega para encubrirse, lleva, no (obstante, el n o m b r e de uno real y
verdadero, tal vez p a r a ridiculizarle por el favor que dispensaba acaso a T o -
rres Rámila. Pudiera ser casualidad, no lo niego, pero sería t a n e x t r a ñ a ,
que no puede menos de consignarse.
F r a y J u a n Martínez (muerto en 1656), doctor en Teología por la U n i -
versidad Complutense y profesor de los más célebres de su tiempo en dicha
ciencia, siendo catedrático de P r i m a en Alcalá, fué conminado en 1635 p a r a
asistir en Madrid a la j u n t a de teólogos que se reunió a fin de dictami-
n a r sobre la causa de la m a d r e Luisa de la Ascensión, el Monasterio de
Carrión. (Véase la Relación de lo más particular sucedido en España-, Ita-
lia, Francia, Flandos, Alemania y otros países desde Abril del año pasado
de 635 hasta fin de Febrero de 636. Ms. de la Biblioteca Nacional 2.366,
folio 79). F u é canónigo de la Magistral de los Santos J u s t o y P a s t o r y
autor de las obras Artium cursum, explicada durante mucho tiempo en las
cátedras (véase Nicolás Antonio, Bibliothcca Hispana Nova, t. I, pág. 735) y
De Trinitate. Cuando creó el Duque de Lerma la cátedra de P r i m a de S a n t o
Tomás en la Universidad de Alcalá se propuso por el claustro de la mis-
ma en 16 d e junio de 1644 que la> ocupara fray J u a n Martínez, y a u n q u e
el fundador parece ser que prefería para ella otro religioso, se le dijo el
agravio que se le hacía con ello al famoso teólogo, ya que antes había opo-
sitado a o t r a s cátedras, y se le dio por fin en 2 de noviembre de 1647.
(Véase el Libro de Juntas (Claustros) desde el año de 1635 hasta el de
1704 de la Universidad de Alcalá. Archivo Histórico Nacional. Libro 421.)
Desempeñó fray Juan Martínez además el cargo de confesor del rey F e -
lipe IV, y en virtud de él dijo, en 4 de abril d e 1656, es decir, poco tiempo
antes de su muerte, "los inconvenientes que se siguen de que las comedian-
tas se vistan de hombres en las representaciones de comedias que hacen en
los corrales, y asimismo suplica se sirva Su Magestad m a n d a r al N u n c i o n o
permita que se hagan comedias ni otro género de representaciones en las
iglesias y lugares sagrados." (Ms. del British Musctim. Sign. Add. 26.850.
Véase Gayangos: Catálogo, tomo IV, pág. 11.)

P u d o , pues, fray Juan Martinez tener amistad con Torres Rámila y


hasta prestarle ayuda en sus manejos —nótese que ambos se dedicaron al
estudio de la Teología en la misma Universidad con poco tiempo de dife-
rencia, o acaso en parte simultáneamente—, ya que además fué compañe-
ro suyo de canonjía en la Magistral de Alcalá de Henares.
Por otra parte, conviene advertir también que a las ya aludidas fies-
tas del Sagrario de la Catedral de Toledo, a las que concurrió como poeta
T o r r e s Rámila en 1617 (véase el capitulo I, núm. 41) también asistió otro
Juan Martinez, que era racionero de la iglesia primada (véase H e r r e r a , Ob. cit.,
fol. 53 de la Relación); pero creo que de aludir intencionadamente Lope
dq' Vega en las sátiras a algún personaje existentt ha de ser al anterior
—cuya posibilidad de relación con T o r r e s es evidente— y no a éste, que
acaso ni conoció.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 365
natural de La Sagra, de Toledo 4,
a ti Torres, que tienes 5 por desastre
5 ser hijo 6 de dos sastres burgaleses,
casta, salud y soga que te arrastre.
Corridos cuatro sastres montañeses 7

4 Creo interesante reproducir a continuación la noticia que da Ponz


•en su Viaje de España (tomo I, Madrid, 1787, pág. "14) acerca de esta re-
gión toledana, como aclaración del verso de la sátira:
"Desde cierto parage de este camino [de Madrid] hasta Toledo, que a mi
me parece ser desde Illescas, con poca diferencia, se llama toda la campiña
con el nombre de la Sagra, y así la puerta de Toledo, por donde se sale a
ella, que es acia Madrid, llaman la puerta de Visagra, y aunque algunos se
han empeñado, no sin visos de razón, que el origen de esta palabra es
Via Sacra, habiéndola en Toledo, como la había en Roma, en donde era una
de las urbanas, que desde el Clivio Capitolio, o subida de Capitolio, atra-
vesaba por el Foro Boario al Anfiteatro de Vespasiano, yo sigo el parecer de
los que fundan su etymología en el árabe Bab Sahra, que se interpreta Puer-
ta del Campo; siendo ésta la que con más propiedad puede llamarse así.
por conducir directamente a lo más llano y más cultivado de sus contornos,
y por eso parecen insubsistentes ciertas opiniones, que alega el Doctor Pisa
en su Historia de Toledo, hablando de esta puerta y camino, que son, la
primera, de llamarse Via Sacra, a imitación de la Via Sacra, de Roma, pues
aquélla estaba dentro de las murallas de la ciudad, y ésta no. La Romana
tuvo tal nombre por los sacrificios que en ella se celebraron en ocasión de
las paces establecidas entre Rómulo, primer rey de Roma, y Tacio, rey de
los sabinos, según el parecer común."
"Con la Vía Sacra de Toledo de 'ninguna manera corre esta seme-
janza, y los que pretenden haberse llamado así, porque guiaba a un terri-
torio conocido baxo el nombre de Sacra Cereris, diosa de las Mieses, por el
mucho trigo que en él se cogía, no sé en qué lo fundan; esto es, de que
quel territorio se llamase Sacra Cereris: su abudancia también se experi-
menta hoy, principalmente en los años lluviosos, por ser tierra gredosa y
fuerte, y aunque las aguas caygan con exceso, no la dañan; antes la ha-
cen mucho provecho, y por eso hay el proverbio que lo que la Sagra
desea, nadie lo vea; pero esta razón sola no basta para que se llamase Sa-
cra Cereris, pues con el mismo nombre se hubiera podido llamar infi-
nitas tierras de España y otras muchas de los mismos contornos de To-
ledo."
"La otro opinión de que Via Sacra viene del árabe Bab, puerta y
chacra color bermejo, por la tierra bermeja, que hacia aquella parte se
descubre, puede ser buena; pero también en otros parajes fuera de Toledo
se ven pedazos de tierra del mismo color, y así más me agrada el parecer de
que Via Sacra viene de Bab Sahra, Puerta del Campo, y de este sentir es
una que entiende bien el árabe."
5 Ms. teneys.
6 Ms. y jos.
7 Se burla aquí Lope de la tan traída y llevada nobleza montañesa,
a la cual pretendían pertenecer quienes no tenían apellidos aristocráticos e
366 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

8
de que desprecies el paterno ° oficio,

intentaban pasar ante las gentes por hidalgos de buena ley, dando lugar con
ello casi siempre a risa y chacota, en vez d e lograr su deseo.
Vélez de Guevara, entre otros, les dedicó en El Diablo Cojudo (tomo V )
un pasaje breve pero sangriento que pertenece a un diálogo de don Cleofás
y su c o m p a ñ e r o : " ¡ C ó m o le ha ido por esos m u n d o s ? " " H i c e todo a lo que
fui y mucho más —respondió el genizaro recién venido— [esto es, el
Cojuelo], y si quisiera m e j u r a r a por gran turco aquella buena gente, que a
fe que alguna guarda mejor su palabra, y saben decir v e r d a d y ' h a c e r amis-
tades, m á s que vosotros los cristianos." " ¡ Q u é presto te p a g a s t e ! —dijo don
Cleofás; algún cuarto debes de tener de demonio villano." " E s imposible
•—respondió el Cojuelo—, porque descendemos todos de la m á s noble y m á s
alta m o n t a ñ a de la tierra y del cielo, y aunque seamos zapateros de viejo,
en siendo montañeses todos somos hidalgos, que muchos de ellos nacen
como los escarabajos y ratones de la putrefacción."
Lope de Vega no sólo se burló de ellos en esta sátira, sino también en
otros lugares de sus obras. E n Amar sin saber a quien (acto I I , escena 11)
se lee este pasaje donde se indica su oficio predilecto:
"D. JUAN. P u e s ¿ a quién hidalgos llamas?
SIMÓN. A dos mil esportilleros
Hidalgos de la M o n t a ñ a
Que pueden d a r sangre y vino
A cien ciudades de E s p a ñ a . "

Y en La Dorotea (acto I I , escena V I ) se les hace a g u a d o r e s :


" G E R . ...Tosilio d i j o : "Montañés será tu marido.
G E R . Pues ¿ q u é querías? ¿ Q u e tuviese solar, pendón y caldera?
C E L . ¿Cosa que sea destos que venden a g u a ?

No obstante, sabido es que el Fénix ensalzó a veces también la hidalguía


montañesa y gustó de hacer, constar en muchísimos casos la dudosísima de
sus ascendientes, según indicó Morel-Fatio {Les origines de Lope de Vega.
En Bulletin Hispanique, V I I (1905), págs. 38-53).
Quizás a esto aludía malévolamente el d r a m a t u r g o S a l u d o del Poyo al
t r a t a r de Bernardo del Carpió:
" P e r o no quiero ser t a n rigoroso como los de esta o p i n i ó n ; . quiero seguir
la más piadosa, por no espantar con esta novedad a n u e s t r o Lope de Vega
Carpió y a tantos hidalgos montañeses que pretenden haberle sucedido"
[a Bernardo del Carpió], (Véase R e s t o r i : Prólogo a la ed. suya de Los
Gucmancs de Toral, de Lope, 1899, pág. iv.)
8 Ms. despreciéis.
9 Ms. paternal. H a g o esta corrección por pedirla la medida del verso
y el sentido del texto, aun cuando Lope de Vega era acaso m á s aficionado
a emplear la palabra del manuscrito, como lo demuestra este verso suyo :
" y a vueltas de él tu paternal decoro"
perteneciente a su possía A un avaro, exhortándole a ser liberal. (Obras
sueltas. Ed. Sancha, tomo I I I , pág, 437.)
Véase además el verso 43, donde se emplea también paternal con pre-
ferencia a paterno.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 36/

desvanecido en teologales 10 teses,


10 me mandan por hacerte beneficio
que te aconseje, nuevamente X1 insistas,
a honrar tu originario sastrificio 12.
¡Oh quien tuviera estilo gongorista,
que es el que más te agrada, para darte
15 un churrete 13, calvete, a 14 letra vista! 15.
Perdona, tú, que yo no sé qué es arte,
y bien podrás. Tú dello 16 sabes menos
que supo de ribetes Durandarte 1T.
Dicende 1S con relámpagos y truenos
20 e infúndeme, «astrífera Talía 19.

10 Ms. eneteologales.
11 Ms. nneba.
12 Palabra formada por Lope de Vega humorísticamente de sastre
y oficio, esto es, oficio de sastre.
13 N o he hallado en ninguno de los diccionarios que he consultado
(Covarrubias, Autoridades, etc.) el significado que esta palabra tiene aquí,
equivalente a " g o l p e " .
14 Ms. a la.
15 " P a g a r a letra vista, dice Covarrubias, es dar luego el dinero, sin
ninguna t a r d a n z a " , y en la misma acepción de " d a r sin t a r d a n z a " emplea
Lope de Vega esta frase, de técnica comercial, traslaticiamente.
16 Ms. d... lo.
17 Durandarte, Durindana, Durendal, D u r a n d a l o D u r e n d a r t fué en
un principio el nombre de la espada de Roldan, que luego vino a transfor-
marse en el de un inexistente caballero, como ya se ve en los romances
" M u e r t o queda D u r a n d a r t e " . " ¡ O h Belerma, oh Belerma!", e t c . . Lope si-
guió dándole esta aplicación errónea, que perduró en muchos casos.
P o r otra parte, los juegos de palabras análogos no eran r a r o s entonces.
E n La Pícara Justina se d i c e : "y se derrite, aunque sea diirandarta"... Y
comenta el editor de la obra, don Julio Puyol y A l o n s o : " E s t á usada la
palabra en significación de d u r a . " Con igual sentido se usaba Diirango.
(Véase su edición, tomos I I , 104, y I I , pág. 161.)
18 Anticuado, dcscieiulc. (Véase también el verso 59.)
19 Talía, musa de la comedia, había venido a ser ¿astrífera, o sea pro-
pia d e los sastres, con la invasión de tanto poeta de este oficio.
La predilección de Lope de Vega por los adjetivos despectivos en ífero,
{jera, que tanto enriquecen el idioma castellano, puede verse en el siguiente
graciosísimo soneto de su comedia Los Comendadores de Córdoba ( J o r n a -
da i ° ) :
Si en el poyo más limpio o más pestífero
de tu cozina fresca y aromática
duermes, por no escuchar la dulce plática
deste cautivo pobre lacayífero.
Despierta de mi pena al son mortífero,
368 - JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

mitolóxicos no, versos sastrenos 20.


Salga de mi dedal la pluma mía,
y pues va de tixeras a tixeras,
anegúese el barril de mi poesía.
.25 Torres, si tus principios consideras,
no desprecies tu carne, Dios lo dice,
mira si es bien que obedecerle quieras.
De carne son los sastres; contradice
al divino consejo tu desprecio;
30 permite que tu carne se auturice.
El arte de cortar no tiene precio
y en tu lengua de víbora insolente
verá un ciego y juzgará un necio 21
borracha la fortuna te acreciente,
35 que aunque le añadas cuernos a la luna
sastre fuiste y serás eternamente.
Si adversa a la ragón tienes fortuna
acuérdate que es sastre oficio honroso
y que fué tu embrión, tu parto y cuna;
40 tú paje por Italia 22, y aún, sarnoso,
alguna vez los sastres imitaste.
De tus carnes de gapa -3 cuidadoso,
el paternal dedal comunicaste
al dedo de la pluma con que agora

Medea pucheril, Circe fregática,


pues eres la Picina y la Probática
Que me ha de dar remedio salutífero.
Buelve los pernizarcos ojos rígidos
A este oxizambo amante en mil recámaras,
El alma llena de éticas y tíficas.
Mira que de tener los pies tan frígidos
Podrá, señora, ser que me den cámaras,
que para ti serán crueldades físicas.

20 Otro curioso adjetivo, creado por Lope de Vega y no recopilado


todavía, cuyo significado viene a ser "digno o propio de sastre",
21 Verso mal acentuado, que no parece haya sido alterado por el
copista.
22 Alude al viaje que hizo Torres Rámila con el Duque de Monteleón.
(Véase el capítulo I, núm. 18.)
23 Alusión a la grosería de Torres Rámila. La zapa o lija es un pez
•de piel muy áspera, que se utilizaba para pulir los objetos por frotamiento.

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LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 369

45 en furioso latín barbarizaste 2i.


Ningún cristiano tu principio ignora,
pues ¿por qué vanidad, sastre pedante,
la aguja infamas de tu vida autora?
Aunque llegues a ser pulpo arrogante
25

50 oficio tan antiguo e importante.


Adán fué el primer sastre, Adán26 te advierte.
De aquellas piriconas 2T medio brogas,
mortaja vil de la primera 2S muerte,
túnicas hizo Dios, luego no hagas
55 desprecio del oficio más antiguo
ni la grandeza de coser deshagas.
Si alguna vez te encuentro me santiguo
y en viéndote la cara anfibológica 29

24 Se refiere a la Spongia, que vio la luz inmediatamente antes que


estas sátiras.
25 Falta aquí un verso que debiera rimar con el 51 y el 53.
26 Ms. ada.
27 Periconas. De pericón, abanico muy grande. Designa así Lope de
Vega cómicamente, por su forma de abanico, las tradicionales hojas de
higuera con que se vistieron por primera vez Adán y Eva. Creo curioso in-
dicar que modernamente se han cambiado las famosas hojas de higuera
;por hojas de parra, a pesar de que en alusiones literarias y obras de arte
antiguas siempre salen a relucir las primeras, y no las segundas, más pro-
pias de Baco en la flora de las mitologías y los símbolos. Véase en prueba
de ello los versos 368 a 373 de estas 'sátiras y las pinturas de Durero, Ti-
rziano, e t c . , en que aparecen Adán y Eva.
La ingeniosa genealogía que hace Lope del oficio de sastre en estos
versos burlescamente, debió de inspirárselo, sin duda, cierto pasaje de la
Plaza Universal de Suárez de Figueroa, donde se expone lo mismo, sólo que
•muy en serio:
"Cansándose de la antigüedad de las cosas muchas veces su mollera,
•es fuerza se diga ser nobilísima el arte de los sastres, por ser tan antigua
como usada desde el principio del mundo. Los primeros, pues, que se lee
haberlos puesto en uso fueron Adán y Eva tras el pecado cometido; por-
que viéndose desnudos tuvieron vergüenza en la presencia de Dios; y así
luego, con una vestidura de hojas de higuera cubrieron aquellos miembros,
que la misma naturaleza, inocente y virgen, sentía ver tan despojados y
desnudos." (Fol. 225.)
28 Ms. primer.
29 Ms. ampibológica. Esto es, que tiene doble interpretación: la de
teólogo y la de sastre, se supone. Con igual acepción aparece en un verso
idel Arte nuevo de hacer comedias en este tiempo, dirigido a la Academia
24
2>jO JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PENA

que degiendas de sastres averiguo 30.


6o Sin figura, sin máquina astrológica 81
traes scripto el so 32 sastre por la frente,
que no pudo cubrir borla teológica 33.
34

las frásis 35 del estilo en 3G que deliras.


Sastre fuiste y serás eternamente.
65 Si lo pareces, tú, ¿de qué te admiras,
que a 3" no saberlo yo de tus iguales,
lo supiera mejor de tus mentiras.
Dejemos conclusiones teologales;
no me mires a gurdas, basilisco 38,
de Madrid. (Ed. Biblioteca de Autores Españoles, tomo XXXVIII, pági-
na 232):
"Y aquella incertidumbre anfibológica,"
y en la Epístola a Rioja (Id., pág. 425.)
"En las sentencias ser amphibológico."
30 Ms. Aberuguo.
31 El antiguo astrolabio que se utilizaba en la astrología llamada ju-
diciaria para determinar el horóscopo y carácter de las personas por me-
dio de cálculos determinados. Est"a misma acepción le día Bances Candamo
en El esclavo en Grillos de oro {Jornada I, Escena I I ) :
"Mentirá todo primero
que mienta su indiciaría.'"
Respecto de la difusión de esta 'discutible ciencia en el siglo xvi, véase
el interesante estudio de don Juan Millé y Giménez El Horóscopo de Lope y
Vega, ya citado, donde hay además valiosas noticias acerca de las relacio-
nes del Fénix con la Astrología y con su cuñado Luis Rosicler, también as-
trólogo. (Véase el cap. IV, núm. 39.)
Pero, a pesar de todo, Lope de Vega se burló algo de su eficacia cuando-
cita en La Dorotea (acto IV, escena I) los siguientes versos, "que escri-
bieron a una dama que consultaba astrólogos para saber si la querría a quien
ella amaba" :
"Toma un espejo al apuntar del día,
Y si no has menester jazmín ni rosa,
No quieras más segura astrología."
32 Soy.
33 Ms. theología. Alude a la borla de Doctor en Teología a que aspi-
raba Torres Rámila.
34 Falta un verso, que debiera rimar con el 61 y el 64.
35 Ms. fasis.
36 Falta en el ms.
37 Falta en el ms.
38 Al basilisco, animal fabuloso, se le atribuía legendariamente la pro-
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 371

70 y inrístremos agujas y dedales.


No se te dé por tal 39 prencipio un prisco.
Si estudias para diablo ¿qué te importa?
pues menos es ser sastre que morisco.
Vente a Madrid con tu sotana corta
75 y arrastra rabos 40, picaro bergante,
y finge en Alcalá 41 la Gata Morta 42,
que no hay dedicatoria que me espante
de esas que imprimes tú, donde amenazas,
como negro ratón, tanto allefante 43.
80 un pobre sastre soy, ¿qué? ¿te embargas? 4i.
Sal aquí con dedal, toma la aguja,
que no tengo corogas *5 ni coracas;

piedad de matar con la mirada, lo cual sirvió también para alabanza de los
ojos de las damas, según se ve en unos versos de la poetisa extremeña Cata-
lina Clara Ramírez de Guzmán (1611—después de 1663), donde da. a en-
tender que con sólo mirar mataba las almas. (Véase mí edición de sus Poe-
sías. Badajoz, 1930, pág. 71.) Covarrubias dice en su Tesoro del origen del
basilisco así: "Del gallo cuentan que suele poner un güevo, y que deste
nace el basilisco, y así se le parece en la cresta y en el pico."
39 Ms. ta.
40 Ms. ras ira ranos. "Arrastrar rabos" es llevar la sotana, u otro
traje talar, deshilacliado por su borde inferior.
41 Ms. alcalad.
42 "Fingir la gata morta" equivale "disimular hipócritamente". Lo
mismo aparece en La Gatomaquia, el precioso poemita de Lope, lleno de
gracia y delicadeza (Silva IV).
"Quedaron desmayadas sin sentido
haciendo cada cual la gata morta."

Además véase el gracioso e interesante Refranero gatuno de don Ri-


cardo Monner Sans, inserto en los Estudios eruditos "in memoriam" de Don
Adolfo Bonilla San Martín, tomo I. Madrid, 1928 (página 333), donde se
relaciona esta expresión de "fingir o hacer la Gata Morta" con otras se-
mejantes.
43 Parece deducirse de estos versos que Torres Rámila escribió algu-
nas otras obras de crítica furibunda además de la Spongia, que permanecen
tan desconocidas como ella.
44 Ms. embaraza.
45 Covarrubias en su Tesoro da una completa explicación de la coroza
que voy a reproducir aquí, en parte, por su interés de coetaneidad con el
texto. Dice que es "al rocadero ["castillejo que está en la mesa alrededor del
cual se pone a el lino o el estambre"], hecho en punta, que por infamia y
nota ponen a los reos de diversos delitos. El Santo Oficio saca con corocas
a los que han de ser relaxados. A los casados dos veces, a los hechiceros, y
a otros reos, conforme a la gravedad de sus delitos. Los demás vezes a los
372 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

pasa de tu pelota, negra cuja 4e,


4T
la lanza en ristre, ¡ oh sabio hermnafrodita! ,
85 o tu gramatical ingenio 48 estruja.
No temas del colegio la conquista
que rámila 40 es alto privilegio
y entonces yo seré tu coronista.
cornudos, a los alcahuetes y a otros delinquentes. Por no tener nombre se-
ñalado la llamaron los Doctores mitra. Antonio de Nebrija la llama mitra,
scelerata, vocablo nuevo, a distinción de la mitra de los Prelados, que en to-
do es diferente, por ser mitra de honor y ser partida." "A estos miserables
les ponen las corolas para, que sean mejor vistos y se distingan de los demás.
Di jóse corola, quasi coculosa a cucullo, que es el papelón con que los con-
fiteros, boticarios, especieros y otros drogueros envuelven sus mercaderías."
El insulto a Torres Rámila es tan transparente como múltiple.
4.6 Ms. cuya. Cuja es el nombre del aparato qua sirve .para sujetar la
lanza cuando no se empuña yendo a caballo. Véase este pasaje de la come-
dia de Lope de Vega La Condesa Matilde (jornada I I ) :
"Es un bridón de Frisa,
armando el fuerte pecho, fraje y anca
Con la antigua divisa
Sobre las armas de la banda blanca,
Aplicando la espuela
Saca la lanza de la cuja y vuela."
47 Ms. mafrodita, aun cuando la rima sea imperfecta, lo cual ha.ee su-
poner con sobrado motivo que faltan versos, en este trozo o está profunda-
mente alterado, pue9 además no parece claro el sentido del texto.
Por el siguiente pasaje de La Dorotea (acto II, escena IV) puede verse
con qué sentido solía emplear Lope de Vega esta palabra corrientemente:
"Tiene la yerba que dijo la raíz hermafrodita, y como cae la diferencia a
hombre o mujer, así hace el efeto; pero vaya esta mentira con las demás
fábulas."
48 Ms. yngno,
49 Dejo con minúscula esta palabra, como está en el texto, porque
aquí no se trata del segundo apellido de Torres, sino del significado que tie-
ne, el cual utiliza Lope de Vega para zaherir cruelmente a su enemigo.
En Asturias y Santander —no hay que olvidar que de esta última región
eran los padres del Fénix— rámila equivale a comadreja o garduña, y por
extensión a ladrón (véase el Tesoro de Covarrubias), y por si queda alguna
duda respecto de tal significado, Lope lo aclara suficientemente en los ver-
sos posteriores.
Claro es que si Lope de Vega hubiera sabido que la palabra rámila es de
origen árabe, lo hubiera aprovechado muy bien para afirmar más la presun-
ta ascendencia morisca de su enemigo. En árabe rámila ( gj¡^ ) significa

playa o arenal.
Por otra parte, el pintor montañés Ricardo Bernardo Pérez presentó en el
Ateneo de Santander el año 1917 un cuadro titulado La Rámila, que no he
podido ver y acaso confirme algo de lo dicho.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 373

Sube de sastre a colegial 60 egregio,


90 toma la bolsa ül tú, que brevemente
venderás al Rector de tu Colegio 52.
Más delante de tanto pretendiente
por becallero GS llevarás esquila.
Sastre fuiste y serás eternamente.
95 Dicen agora tu ingenio se afila
contra la Concjcjón inmaculada 54.

50 Ms. colegial,
51 Téngase en cuenta que "tomar la bolsa" equivale a robar; pero tam-
bién puede tener un sentido comparativo con ía acción de Judas, que por una
bolsa de treinta dineros vendió a Jesús, su Maestro.
52 Ms. Colexio.
53 Becallero, o más corrientemente becario, se dice del que disfruta una
beca en un colegio. Alude aquí Lope a la franja de una cuarta de ancho
—llamada también beca—, del color correspondiente al colegio, que llevaban
atravesada los becarios por delante del pecho, pasando del hombro izquierdo
al derecho para terminar a la espalda, junto a los talones.
La beca lleva también una especie de rosca de la misma tela que en un
principio —cuando la beca era signo distintivo de los nobles—• se llevaba
¡puesta en la cabeza y colgando la franja,. Covarrubias, en su Tesoro, dice, re-
firiéndose a los colegiales, a quienes en esta época quedó reducido el uso
de la beca: "pienso que antiguamente en los entierros de qualquier Colega
que moría en el Colegio llevavan las roscas encaxadas en la cabeza y rebuel-
ta la chía [franja] por los hombros, en señal de tristeza." Hoy se con-
serva solamente en los seminarios de sacerdotes.
54 Como ha dicho, con razón, don Nazario Pérez: "la edad de oro de
la literatura concepcionista española comienza poco antes del año 1617, fe-
cha importante en la historia de la devoción de la Inmaculada." (La Inmacu-
lada en la literatura española. En Razón y Fe, tomos IX, pág. 493, y X, pá-
gina 369.) Pero esto no era sino consecuencia del creciente desarrollo que ha-
bía ido adquiriendo esta devoción desde mucho tiempo antes, y en especial
durante los últimos años precedentes.
España ya celebraba la fiesta de la Concepción en el siglo v n , según pa-
rece ; es decir, antes que ningún otro país. En el siglo x n comienza a com-
batirse, y se decide admitir la, santificación "a posteriori". Uno de los de-
fensores más exaltados que tuvo el naciente dogma por esta época fué Rai-
mundo Lulio (1235-1315), al cual debió gran impulso. Durante el siglo xv la
lucha se enciende, y atacan la Concepción los dominicos Juan de Montene-
gro y Juan de Torquemada —cardenal más tarde—. Contra ambos se alzó
la voz del glorioso Juan de Contreras, de Segovia, que venció brillantemente
las objeciones que se le oponían. Por otra parte y a pesar de estas luchas en
las Cortes de Cataluña de 1454 a 1458, se decretó la pena de destierro perpe-
tuo a quien combatiese la Inmaculada, como si se tratara de asunto resuelto,
y desde el siglo xiv Barcelona y todo el reino de Aragón celebraban la fies-
ta, como acordada también. Por ello no es de extrañar ante este entusiasmo
que, siguiendo el ejemplo de las universidades de París, Oxford, Cambridge,

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374 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

Colonia y Maguncia fuera la de Valencia la primera de España que en 1530


juró defender el dogma de la Inmaculada.
Y España siguió distinguiéndose durante el siglo xvr como la más abne-
gada defensora de la Concepción, porque en el Concilio de Trento ( I 545- I 5f¡3)
fueron dos españoles sus partidarios más ardientes: uno el cardenal don
Pedro Pacheco, obispo de Jaén, y el otro el Obispo de Astorga, y además por
entonces se declaró también defensora de la Inmaculada la Compañía de
Jesús.
San Pío V en 1567 favoreció aún más el dogma extendiendo por toda la
Iglesia el rezo de la Inmaculada, que quedó totalmente afirmado en 1570 y de-
fendido con la prohibición de disputarse este privilegio, hecha por el mismo
Papa al año siguiente de 1571.
En los años sucesivos la defensa de la Inmaculada fué creciendo en parti-
darios y en entusiasmo de modo extraordinario, y al comenzar el siglo x v n
llego a tomar proporciones de verdadero debate de política internacional y
en contra de las disposiciones dadas las disputas públicas y privadas arre-
ciaron y se multiplicó la aparición de obras impresas sobre el mismo tema.
Una de las más notables fueron Dos discursos Thcológicos en- defensa de la
Inmaculada Concepción por el doctor Gonzalo Sánchez Lucero, que vieron la
luz en Madrid en 1614, y luego en Sevilla en 1617.
Desde 1615 fué raro el español que no tomó parte más o menos activa
en la cuestión. El rey Felipe III, que había trocado la prudencia de su in-
signe padre por la piedad, dio pruebas de ella, en su aspecto religioso, supli-
cando por entonces al Papa que definiera el dogma de la Inmaculada Concep-
ción (véase L. Frías: Felipe III y la Inmaculada Concepción en Razón y Fe,
tomo X, pág. 21), y el deseo regio fué bastante para que España entera, ro-
mánticamente y a pesar de los infinitos y angustiosos problemas de urgente
necesidad que se le avecinaban, dedicara su actividad a defender uno de los
más bellos símbolos del catolicismo. Todos se apaciguaron por la titánica lu-
cha que mantenían difícilmente los dominicos contra la opinión general espa-
ñola y aun extranjera, y los años de 1615 a 1625 constituyen la época más
activa y fecunda de la disputa, cuya cumbre fué el año de 1617, como se lia
dicho. Las Universidades —Alcalá, Salamanca, Granada, Sevilla, etc.—, si-
guiendo el ejemplo de la de Valencia, pensaban en pleno defender el dogma y
sus graduandos no recibían la toga sin emitir antes juramento individual
análogo; la nobleza prestaba a la causa su ayuda moral y material intervi-
niendo activamente en la resolución favorable a la Purísima, según lo demues-
tra el extraordinario número de cartas cambiadas entre ella, el alto clero es-
pañol y el Vaticano. Este, en general, defendía con tesón la limpieza de la
Virgen por todos los medios, y gran parte de las dignidades eclesiásticas mos-
traron talento no vulgar én su cometido. Tal estado de cosas, que influía en
la literatura y en el arte españoles, no podía menos de trascender al pueblo,
que en masa se unió a los dogmáticos y se familiarizó con> el asunto, tomán-
dolo como cosa propia a sus necesidades, tal vez como un punto de guía alen-
tador en el triste estado de pobreza en que se hallaban por los dispendios de
la nación y las clases altas. Para compenetrarse con este ambiente basta con-
sultar el índice de documentos de la Junta de la Inmaculada Concepción,
conservado en el Archivo Histórico Nacional, donde se anotan todas las co-
municaciones y papeles, por desgracia perdidos, que recibió este organismo
durante su funcionamiento para entender en la evolución del dogma en Es-
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 375

paña. También son curiosos Varios papeles, conclusiones e informes relativos


JJ la Concepción contra los Dominicos de Sevilla desde el año 1615 (Ma-
nuscrito Biblioteca Nacional, 4011), que contienen también documentos de
1612 y autógrafos y originales importantísimos hasta 1625, y Papeles, con-
sultas y dictámenes sobre la Concepción, interesantísimos (Ms. Biblioteca Na-
cional, 18.728, 4 y 6). Por último, las obras indicadas a continuación, que
.•son algunas de las principales publicadas en aquellos años, pueden ampliar lo
-dicho anteriormente: Aznar y Embid, fray Jerónimo: De la Concepción de
Nuestra Señora. Murcia, 1620; Bonilla, Alonso de: Glosas a la Inmaculada
y pura Concepción. Baeza, 1615, y Nombres y atributos de la impecable siem-
pre Virgen María. Baeza, 1624; Calderón, Antonio: Las fiestas que la Insig-
ne Universidad de Baeza celebró a la Inmaculada Concepción. Baeza, 1618;
Castillo, Licenciado Felipe Bernardo del: Concepción de Nuestra Señora.
Madrid, i6igf; Castro, Diego de: Coloquio en defensa y alabanza de la lim-
pia Concepción. Granada, 1616, y Sevilla, 1616; Cepeda, Baltasar de: Testa-
mento y última voluntad de un fiel devoto acerca del misterio de la Inmacu-
lada Concepción. Sevilla, 1617; Cervantes, fray Gonzalo de: Parecer de San
Agustín en favor de la Concepción de Nuestra Señora. Sevilla, 1618; Chirino
de Salazar, P. Fernando: Pro Immaculata Conceptione. París, 1618; Clara-
monte y Corroy, Andrés de: Fracmento a la Purísima Concepción. Sevilla,
1617; Creuhades, Juan Nicolás: Solenes y grandiosas fiestas que... Valencia
ha hecho... en favor de la Inmaculada Concepción. Valencia, 1623; Cueva y
Silva, Francisco de l a : Información de derecho divino y humano, Por la pu-
rissima Concepción de la soberana Virgen Nuestra Señora. Madrid, 1625;
Daza, fray Antonio de: Discurso de la Purísima Concepción. Valladolid, 1617;
Díaz Alonso: Conceptos nuevos a la Inmaculada Concepción. Valladolid, 1615;
Díaz de Agüero, Pedro: Demonstración claríssima de la Inmaculada y pu-
ríssima Concepción. Madrid, 1618; Escobar, P. Bartolomé de: Sermones de
la Concepción de Nuestra Señora. Lisboa, 1622; Fernández de 'Ribera, Ro-
drigo : Esquadrón humilde levantado a devoción de la Inmaculada Concepción
de la Virgen Nuestra Señora, Sevilla, 1616; Ferrol y Caycedo, Alonso de:
Libro de las fiestas que en honor de la Inmaculada Concepción de la Vir-
gen María nuestra Señora celebró su devota y antigua Hermandad, en San
Francisco de Granada. Granada, 1616; Fiesta poética de la Concepción de Ma-
ría. Sevilla, 1617 (¿Acaso obra de José de Rivas Tafur?); García, Juan Jeró-
nimo: El Rayo del Ciclo y la limpia Concepción, comedia ms., firmada en 14
mayo 1624. (Véase Gayangos, Catálogo, tomo I, pág. 93). Granada; P. Diego:
De Inmaculata Conceptione, Sevilla, 1617; Guzmán, Enrique de: De Inmaculata
Virginis Conceptione. 1616; León Pinelo, Antonio de: Relación de las fiestas
de la Congregación de Lima a la limpia Concepción de Nuestra Señora.
Lima, 1618; Medinilla, Baltasar Elisio de: La limpia Concepción de la Vir-
gen Nuestra Señora. Madrid, 1617 y 1618; Méndez, J u a n : Carta sobre la
Concepción, 1622 (Ms. en la Biblioteca de la Academia de la Historia. Pa-
peles de Jesuítas, tomo 31, fol. 11); Miranda, Luis de: De la Concepción
purísima de Nuestra Señora. Salamanca, 1621 y 1626; Monsalve, Licenciado
Pedro de: Canciones a la Inmaculada Concepción. Sevilla, 1615; Navarro
de la Peña, Dr.: Relación de las... fiestas que se hicieron en la Universi-
dad de Alcalá de Henares, después de haber hecho voto de guardar y tener
en ella el... misterio de la Inmaculada Concepción. Alcalá, 1617; Pacheco,
Francisco: Apacible coloquio entre un congregado y un tomista tratando
376 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

de la Concepción Inmaculada de la Virgen. Sevilla, 1620; Pérez, Alonso:


Glossas de diferentes autores a la Inmaculada Concepción, etc. Málaga,
1616; Pizaño de Palacios, Doctor Alvaro: Discurso Primero en confirma-
ción de la Puríssima Concepción. Sevilla, 1615, y Segundo Discurso, etc.
Sevilla, 1616; Primer certamen poético... en honor de la Purísima Con-
cepción de María, publicado por Pérez de Guzmán y Gallo. Madrid, 1904.
[El certamen es de 26 de abril de 1615, en Sevilla]; Porreño, Baltasarr
Libro de la limpia Concepción de la Virgen María. Cuenca, 1620; Reino-
so, fray Manuel de: Prueba de la Concepción. Toledo, 1616; Relación de
las fiestas que la Universidad de Salamanca celebró... el juramento... de que
todos sus graduados defenderán la... 'Concepción de la Virgen. Salamanca.
1618; Sal, Juan de la: Carta "sobre impugnar y defender la limpieza vir-
ginal de la Virgen". 1615. Ms. en la Biblioteca del Palacio de Oriente
(véase Cejador, Historia de la lengua, y literatura castellana, tomo IV, pá-
gina 339); Sobrino, fray Alonso: Tratado de la Inmaculada Concepción.
Sevilla, 1615; Solemnísimas fiestas que... Toledo hizo a la Inmaculada
Concepción. Toledo, 1616; Suárez de Cstilla. Pedro: Diálogo entre un
Maestro y un Discípulo, en que se trata de la Purísima Concepción. Al-
calá, 1616; Torres, fray Juan de: Consuelo de los devotos de la Concepción
de la Virgen. Zaragoza, 1620; Vaca de Alfaro, licenciado Enrique: Justa
poética a la pureza de la Virgen... celebrada en la parroquia de San An-
drés... de Córdoba. Sevilla, 1617; Vega Carpió, Lope de: Coloquio pastoril
en alabanza de la Concepción. Málaga, 1615, y Segundo coloquio... en defensa
y alabanza de la Limpia Concepción. Málaga, 1615; Vega, Tomás de la: Dis-
curso en alabanza de la Inmaculada Concepción. Sevilla, 1616; Vergara, fray
Gaspar de: Discursos de la Congregación de Nuestra Señora. Córdoba, 1624;
Vigachoaga, fray Gaspar d e : Sermones de la Congregación. Salamanca,
1619; Ximénez, fray Antonio: Tratado de la Purísima Concepción. Se-
villa, 1616, y Zambrano, Melchor: Diálogo de la Inmaculada Concepción.
Sevilla, 1616.

Así, pues, nada tendría de particular que Torres Rámila, en pleno am-
biente universitario y en esta época de máximo desarrollo de la lucha
entre dogmáticos y tomistas, interviniera en la cuestión. Sin embargo,
falta una prueba de ello, y acaso no pasó de proyecto, a pesar de que
don Tomás Tamayo de Vargas declaró también según se ha dicho "que [To-
rres Rámila] escribió en otra dedicatoria que la Universidad de Alcalá auia ju-
rado forcada". Porque ya sabemos que no fué ajeno a la redacción de las sátiras
y al fin no hace más que repetir al pie de la letra lo que se dice en ellas en
este y otros lugares de su declaración, y otros datos no existen por aho-
ra. De este mismo año de 1617 son los acuerdos tomados por la Universi-
dad de Alcalá de Henares (véase el capítulo III, nota 57) y el decreto de
Paulo V de que nadie se atreviera a afirmar en público que la Virgen tuvo
pecado original, lo cual confirmó y amplió en 1622 Gregorio V, prohibien-
do que la fiesta de la Concepción se llamase de Santificación, como hacían
los dominicos, y que se impugnase de palabra o por escrito el dogma de la
Inmaculada.
Fácil sería deducir de lo que va indicado la animadversión general que
habría asimismo contra aquellos opuestos o indiferentes a la Concepción;
pero lo confirman plenamente estas palabras del licenciado Francisco de
Rojas, escritas en la copia que hizo del auto del maestro José de Valdi-
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 377

vielso La Devoción de Nuestra Señora en la iglesia de Toledo cuando tru-


jo la castilla al gloriosísimo San Ildefonso (1617) "para mayor honra y
gloria de Dios y de su benditísima madre virgen antes del parto, en el
parto y después del parto, y siempre virgen, virgen concebida sin pecado
original, a pesar de los herejes traidores". (Leo Rouanet: Un auto inédito
de Valdivielso, en Homenaje a Menéndez y Pelayo, tomo I, pág. 58.) Si
los que aparecían contra el dogma de la Concepción eran para la gente
herejes traidores^ no iba a desaprovechar Lope de Vega el poder lanzar en las
sátira^ esta injuria más a Torres Rámila.
Por otra parte, teniendo en cuenta los versos que siguen, parece dar a
entender que Torres Rámila imprimía alguna obra en la que trataba de
demostrar que la Universidad de Alcalá había hecho su juramento, ya alu-
dido, a la fuerza; pero repito que nada he podido encontrar referente a esto
más de lo dicho en la infinidad de libros y papeles consultados, y me
inclino a suponerlo o un proyecto de Torres Rámila no realizado al fin,
b, mejor aún, pura maquinación de Lope y Tamayo de Vargas para ofen-
derle.
En los años posteriores, como ía discusión se serenó por la parte de los
dogmáticos con los decretos de los papas y la opinión general, la lucha fué
casi nula, y las obras relativas a la Inmaculada Concepción disminuyeron
de tal manera en número e interés, que apenas merecen citarse las siguien-
tes. Calderón, Antonio: Pro titulo inmaculata Conccptionis. Madrid, 1650;
Cornejo de Pedrosa, fray Pedro: De Inmaculata Virginis Mariae Conceptio-
ne, sin lugar ni año [de hacia 1630]; Herrera, padre Pedro de: De Concep-
tione Deiparae Virginis. 1627; Juramento de Alcalá por la defensa de la
Inmaculada Concepción. 1653. Ms. en la Biblioteca de la Academia de la
Historia (Papeles de Jesuítas, tomo 26, fol. 75); Juramento de Madrid por
la defensa de la Inmaculada Concepción. Impreso sin fecha pero de la mis-
ma época que el anterior, también en la Biblioteca de la Academia de la
Historia (Papeles de Jesuítas, tomo 47, fol. 57) ; León, fray Bernardo d e :
Opúsculos a la Concepción de Nuestra Señora. Monasterio de la Vid, 1626,
dos tomos; Sánchez, Luis. Regla e instrucción de la Congregación de Nues-
tra Señora de la Concepción. Madrid, 1630, y Velázquez, Juan Antonio:
María inmaculata concepta. Vall'a.dolid, 1653.
Durante el resto del siglo x v n y el x v í n , en que aparece la obra de
Ramírez, Historia de los hechos y escritos del clero secular en honor 'de la
Inmaculada, Madrid, 1776, libre ya de toda lucha, y los primeros años del
xiXj poco o nada se alteró la indiferencia que había por un tema tan apa-
sionadamente discutido en otro tiempo, y entonces ya salvaguardado por so-
ciedades y patronatos que lo alejaron de lo popular, hasta el punto de ser
preocupación puramente del organismo eclesiástico —para los fieles tenía
la misma existencia y reconocimiento que hoy—, cuando, en 1854, Pío IX
proclamó el dogma de la Inmaculada Concepción, confirmando oficialmente
una devoción, más que instaurándola.
Para el estudio de este interesantísimo debate religioso, que no he hecho
más que esbozar lo más brevemente que he podido, pueden consultarse, ade-
más de las obras citadas, los importantes estudios insertos en el año 1004
en la revita Razón y Fe, con motivo del cincuentenario de la Inmaculada
Concepción, el Cancionero de la Inmaculada, dispuesto y ordenado por
Francisco Rodríguez Zapata, Sevilla, 1875, y los numerosos y variados
37& JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

(¡oh ramo de la casa de Ramila!) 55


que la Uuíversidad juró forjada,
imprimes. Es 56 vergüenza, cosa impía
IOO digna de ser con fuego castigada.
¡Bien entra el bellacón, por vida mía,
descortés, indecoro 57 y enfadoso,
a estudiar la sagrada Teología!
mas, ¿quién vio que estudíase, religioso,
105 materia de los ángeles el diablo
de hurtar salud y fama 5S deseoso? 59.
¡A ti digo Pasquín 60, contigo hablo,
maestro en desvergüenza, sastre indino 01
que hiciste la academia secastablo! c2.

trabajos insertos en la revista La Inmaculada, que se publicó durante el


año jubilar de 1904. Tanto unos como otros han sido utilizados aquí. En
cambio, el artículo del padre Pedro Rodríguez El Quincuagésimo aniversario
de la definición dogmática de la Inmaculada Concepción, publicado en España
y América (tomo I {1903), núm. 22 (15 de noviembre), poco o nada intere-
sante aporta.
55 En este inciso burlesco supone Lope de Vega que la casa o familia
de Rámila tendría un ramo como emblema nobiliario, con lo cual venía a
decirle que era una taberna, ya que en éstas es donde se colocaban, para
indicar lo que allí se vendía, ramos de oliva si el vino era blanco, o ber-
zas si era negro, según costumbre que aún perdura en algunos pueblos de
Castilla la Nueva, principalmente.
En cuanto a la errónea relación etimológica de Rámila y ramo, ténga-
se en cuenta lo dicho en la nota 49.
56 Ms. Son.
57 Así y no indecoroso aparece también en una carta, sin fecha, de
Lope de Vega al Duque de Sessa (copia de Rosell. Ms. Bibl. Nac. 1.200-
202, tomo 2.a, carta 20):
"La carta de don lorenzo tengo sola de vex. a y assi va inserta en estos
renglones en oyendo decir indecoro vi que era suya, porq. es el mas affi-
cionado a vocablos nuebos de cuantos archidiscretos tiene la Corte."
58 Ms. forma.
59 Ms. Deseo.
60 Sabido es que Pasquín (ejemplo típico de los muchos personajes
que han pasado a la Historia por casualidad) fué, según Mazoechi (1509)
y otros autores, vin maestro de escuela ignorante y mordaz (véase Le ori-
gini di maestro Pasquino, por Domingo Gnoli, 1890), cuyo nombre pasó
luego a designar toda suerte de escritos satíricos, generalmente anónimos,
que se exponen en (público. Lope de Vega lo emplea aquí con la primera
acepción, que era la corriente en su tiempo.
61 Ms. y.n.diffito.
62 Ms. Sacastablo; pero es error del copista, que no comprendió el

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LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 379

no No. eres maestro tú por el camino


que los demás, a quien honró la escuela
con verde honor de su laurel devino.
Tu vana, de cabrito, cabeguela G3,
no se viera jamás en aquel trono
115 si supieran tu baja parentela.
Humilla inorantón el grave tono;
advierte que te dieron por burlarse
borla de gaita y capirote mono G*.

sentido de esta palabra, inventada por Lope de Vega para injuriar a Torres
Rámila. Las siguientes líneas de C'ovarrubía.s, en su Tesoro, la explicarán
perfectamente:
"Seca, es la casa donde se bate la moneda, vulgarmente entienden ha-
berse dicho a secando, porque se corta y cercena, hasta dexarla en su
justo peso. El padre Guadix tiene por cosa cierta ser arábigo, y que vale
tanto como moneda, y se había de pronunciar con c, ceca."
Lope, que debía de conocer esta definición de Covarrubias, formó de seca
y de establo, ingeniosamente, la palabra secastablo para designar el lugar don-
de se fabricaba la moneda —aparte de la clara alusión que encierra, la segun-
da de las dos palabras unidas—, lo cual, refiriéndose a Torres Rámila.,
que, como los demás españoles, carecía de privilegio para hacerla, era tanto
como llamarle monedero falso.
Respecto a lo que abundaban por entonces estas gentes hay varios pape-
les en el Museo Británico (véase el Catálogo de Gayangos, tomo 3. 0 , págs. 743
y sigts.), y un pasaje muy expresivo de Suárez de Figueroa en su Plaza
Universal (Perpiñán, 1630, fol. 340), inserto en el Discurso 100 "De la casa
de la moneda y de sus artífices", que creo deí interés reproducir aquí:
"Por zozobra deste discurso podrían entrar en él los monetarios falsos;
mas por consistir su malicia en pocas tretas como en falsificar lo fino y
verdadero, los dejaremos pasar, sólo con advertir se deberían buscar con
grandísima vigilancia, y ponerlos con mayor en grandes hogueras, propia
pena de su delito. Todas las provincias están llenas déstos, y nace, sin duda,
de la floxedad y piedad que se usa con ellos. Fuera de que en muchas partes
son fomentados y encubiertos de los más ricos y principales, por ir a la
parte con los mismos delincuentes."
Por otra parte, análogo equívoco de palabra que el de Lope puede verse
en La Picara Justina (Ed. Puyol, tomo II, pág. 96):
"Deuiólas de encontrar algún condestablo (que es preuanda de gitanos)."
La aclara el señor Puyol (tomo 3. 0 , pág. 145): "Juega aquí de las pala-
bras conde, establo y condestable,"
63 Cabezuela es, según Covarrubias, "la cabeza pequeña o de poco seso",
y en este último sentido lo emplea Lope de Vega, indudablemente.
64 La borla aludida es la de Maestro en Artes y Teología, que poseía
Torres Rámila desde 1612, según se ha dicho. El Capirote mono encierra,
sin duda, varias alusiones a Torres Rámila de pésima intención. Había
entonces dos clases de capirotes universitarios: uno los de doctor, "que se
los ponen en los actos públicos —dice Covarrubias—, con las borlas en loe
380 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

¿ N o has visto c5 alguna vez, para excusarse


120 a la gente de houlgar en procesiones
que suele 6,í una tarasca fabricarse? 67.
Pues la escuela en iguales ocasiones
te lleva por tarasca y vas gercado
de mil gramaticales cjmflones 6S.

bonetes". Otros los de colegiales, "que algunos los traen en lugar de be-
cas." A ellos aludía el maestro León Marchante (Obras poéticas, pági-
na 143) con estos versos:
"Entrarán en la iglesia que contemplo
De tanto Salomón humilde templo,
Siendo con capirotes y bonetes
D'e rosicler hilados ramilletes."
Cerno Torres Rámila no era aún doctor en este tiempo, parece más bien
que se trate de un capirote de los segundos; pero a la vez se refiere
Lope de Vega malignamente a los capirotes infamantes que ponían a los
condenados por el Santo Oficio, como antes había aludido a las corozas,
(Véase la nota 45.)
A esta clase de capirotes y a los que se ponía a los halcones mientras
no cazaban se refiere también un cuentecillo inserto por el citado Covarru-
bias, que copio aquí, pese a su grosero desenfado, porque aclara más lo
dicho e indica que la alusión era frecuente en la época: "Motejáronse un
capón y un confeso. Este le dijo: "¿Cómo le va a su pájaro de V. M. sin
cascabeles?" El capón le respondió: "Como al vuestro sin capirote", mo-
tejándole de relajado."
Respecto de la palabra mono y de la total significación de la alusión, en
La Pícara Justina aparece en dos pasajes. "Y a guisa del rey Mono, hizo
su trono", e "Hizo de las capas un trono imperial, poniendo por respaldar
dos desaforados cuernos, parecía rey Mono puramente."
El editor de esta obra, don Julio Puyol, aclara: "La repetición de la
palabra Mono hace creer que no se trata de una errata por Momo, cual pudie-
ra juzgarse a primera vista; pero en ambos pasajes se refiere el autor a Momo,
sobre todo en el segundo, en que parece hacer una alusión a los cuernos del
toro, que Momo supuso que no estaban en su lugar, sino que debían estar más
cerca de los ojos o de las espaldas, a fin de dar golpes más violentos." (Véa-
se su edición, tomos I, págs. 183 y 184, y III, pág. 232.) Así, pues, debía de
ser un capirote con cuernos el que el Fénix atribuía a Torres Rámila.
65 Ms. bestido.
66 Ms. suelen.
67 Don Julio Puyol explica en su edición de La Picara Justina (to-
mo III, pág. 286): "La Tarasca es una manera de sierpe —dice Co-
rreas (*)— que hacen en días de gran fiesta, como el Corpus Christi, para
quitar caperuzas a los que se cubren en la ¡procesión del Santísimo, en que
caben dentro ocho o diez hombres que la llevan, y con la boca de ella a
manera de tenaza cogen las caperuzas a los rústicos que se las ponen ; des-

(*) Vocabulario. Ed. Acad. Esp., pág. 527.


LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 381

125 Este ha sido tu honor; este tu. grado.


Si al que corta también llaman maestro,
tu padre fué primero graduado.
Tú, lasgivo en cortar, pero no diestro,
(y en un secreto que yo sé me fundo)
130 ¡que presto harás laurel de tu cabestro!... 69.
Mas, 1 para qué me canso, Arrio 70 segundo ? T1
Bien es que vivas 72 con nosotros, locos.
Complisión de universos es el mundo.

pues se las devuelven, y como en ella caben tantos, tómase1 por refrán:
"es como echar caperuzas a la tarasca", dar algo a quien nada le basta".
Con igual acepción se emplea la frase "echarle guindas a la tarasca", co-
rriente en León."
Y Lope de Vega mismo alude a ello en La Dorotea. (Ed Castro, pá-
gina 217}:
"Lu DOVICO.—Hame hecho Julio reír y acordar de vna comedia de San
Cristóbal, donde descubriendo una procesión, el poeta hizo vno de los gi-
gantes al santo y la tarasca al demonio, cuyos dos versos, paralelos de vna
estancia, decían:
"Y con estos azeros
Tragaré querubines por sombreros."

68 Castellanización hecha por Lope de Vega de ciniflo, ciniflonis, que


en latín significaba el siervo peluquero, encargado del tocado de los seño-
res. Se les llamaba así de cims = ceniza y de fio = soplar, porque sopla-
t a n la ceniza de los hierros de rizar "antes de emplearlos. Asimismo se
d*a¡ba es¡te nombre despectivamente a los cristianos por la veneración que
hacían de las cenizas de los muertos.
Aqui lo emplea Lope peyorativamente también para designar a quienes se-
guían a Torres Rámila para retocar y perfeccionar su gramática.
6$ Imposible me ha sido determinar a qué se refiere Lope de Vega
en este pasaje, donde se da al verbo cortar, además de su acepción corrien-
te en el oficio de sastre (versos 126 y 127), otra diferente, que, relacionada
con los adjetivos lascivos y diestro, no tiene sentido general. Indudablemente
debe de tratarse de algún secreto, como se dice más adelante, entonces com-
prensible pero hoy ininteligible, que con mayor o menor fundamento achacaba
•el Fénix a su enemigo.
Nótese, sin embargo, que cortar bolsas era robarlas, y cortabolsas se
llamaba al que tenía este delito por oficio. Lope de Vega pudo emplearlo
en igual sentido.
70 Ms. ario.
71 El nombre de Arrio, el famoso heresiarca, que unos hacen de Ale-
jandría y otros de Libia, se empleó como insulto, juzgándole el prototipo
de la herejía, es decir, que Lope trataba de hereje a Torres Rámila, y ade-
más le achacaba todas las cualidades de hipocresía y orgullo con que se
presenta a Arrio en los libros de la época.
72 Ms. vivas tú.
382 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

Los libros con que agora me haces cocos,


J va
35 sabes para donde los espero,
que siendo tuyos me parecen pocos.
Sólo avisarte como sastre quiero
que ya que no los honras con ser nada,
no te desprecies del coser primero.
140 Nadie sacó de tu 78 linaje espada,
pues bien; ¿ qué quieres ser ?, ¿ qué gusto tienes
qué pulpito, qué catreda 74 te enfada?
Tu madre entre braguetas y sartenes
complutinaba 75 soletero paño.
145 ¿ De qué Guzmanes o Mendosas vienes ? 70,
73 Esto es, que nadie de su linaje usó espada, arma propia de los ca-
balleros.
74 Lo dejo así porque en la misma forma aparece en una carta de
Lope de Vega al Duque de Sessa, sin fecha (copia de Rosell, ya citada,
tomo 2.0, carta 82): "sustituye su cátreda", y en la Epístola a Rio ja (La
Filomen-a 1621 : De duplica cátreda dotrina."
75 De Compluto, el antiguo nombre de Alcalá de Henares, Lope de
Vega forma esta palabra para indicar acaso que la madre de Torres Ránu-
la potií'a soletas de paño en acuella población. Crea inútil decir que no hay
la menor prueba de que María de Torres viviera en Alcalá, suposición poco
probable, y menos que ejerciera allí el oficio de sastra.
76 Cita Lope de Vega estos apellidos como prototipos de nobleza, con
intención, seguramente, de halagar a sus poseedores.
En el de Guzmán debe reconocerse al Conde-Duque de Olivares, don
Gaspar de Guzmán, con el cual tuvo Lope deseo marcado de estar a bien.
Varias veces intentó inútilmente el Fénix aproximarse al poderoso fa-
vorito, deseando gozar de su protección. En 1621 le dedicó su comedia
El Premio de la hermosura (ed. Acad. Esp., tomo XIII), y en. 1624
La Circe con otras rimas y prosas. Más adelante, quizá teniendo en cuen-
ta que por la peana se adora al santo, dedicó los Triunfos divinos con otras
rimas raras (1625) "A la Excma. Sra. D. a Inés de Zúñiga, condesa de
Olivares, y en el poemita Isogoge a los reales estudios de la Compañía de
Jesús (1629), elogió al infame valido de esta suerte:
"Al Guzmán generoso...
Al verde tronco asidas
Dirán las letras siempre agradecidas
Para que el tiempo su grandeza alabe,
Que sólo les ayuda quien las sabe."
No menos el alabó en el Laurel de Apolo (silva II, ed. cit., Aut. Esp.r
tomo XXXVIII, pág. 193), con estos versos, tan bellos como inmerecidos:
"Mas bien sé yo quién fuera
Digno de este siglo de inmortal corona,
Tal Betis olivífero trujera
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 383

Los laureles del monte de Helicona;


Porque naciendo por su verde orilla
Laureles coronaron a Sevilla,
Y los laureles y olivares fueran
La paz, con que las letras florecieran;
Que no fué de los cielos sin auxilio
Que naciese otra vez Guzmán Virgilio
En la sagrada Roma,
De donde el nombre y la influencia toma
Para igualar después el suyo eterno;
Mas reservado al español gobierno
Y a tan altas ciudades ofrecido,
Sin poner los estudios en olvido,
Que un tiempo hicieron tan glorioso al Tormes,
Y a los principios de su edad conformes,
'Rasgó los versos que en sus tiernos años
Pintaron del amor dulces engaños.
Con gran sentimiento de las musas,
Que no quisieron admitir excusas,
Lloró el Amor, que fué de aquel efeto
Causa esencial; sintiólo el claro objeto,
Perdiendo tanta gloria su hermosura,
Y otra fuente más pura
Formaron las parnásides deidades
De su llanto en las verdes soledades
Del monte donde habitan,
Y buscar los fragmentos solicitan.
Que, como por su edad, versos de amores
Donde cayeron se volvieron flores,
En hojas esperanza en verdes velos,
Claveles el favor, lirios los celos."
Empero, ni aun en estos últimos años de su vida logró Lope la protec-
ción del Conde-Duque. Todavía le ensalzó, sin embargo, en un libro pos-
tumo. En La Vega del Parnaso, publicada después de su muerte, hay es-
toa versos (pág. 238):
"Iba a su lado el Conde
', . Que méritos y amor igualan tanto,
Porque llegara donde
A la misma fortuna causa espanto,
Es virtud, es valor, que no hay estrella
de más felicidad que merecella."
Y para que se sepa! cómo Lope de Vega no desaprovechó nunca ocasión:
de glorificar al Cofnde-Duque y a los1 Guzmanes, véase cómo hasta, en la intimi-
dad de una carta suya al Duque de Sessa desde Granada, al contarle cómo sien-
do peligroso para la salud beber agua, de allí, rogó a su huésped don Alvaro'
de Guzmán que le librara de ello, halla medio de hacerlo escribiendo: "y
el buen caballero, que todos los Guzmanes son buenos, mandó que me die-
ran siempre vino." (2 de julio de 1611. Copia de Rosell.)
En cuanto al apellido Mendoza, también citado como ejemplo de noble-

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384 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PENA

¡ Oh fraile de haba! 77, ¡ oh culi<;e ermitaño! ia


,
¡oh aquilón menor de Torrecillas! 79,

za, a pesar de que correspondía a la casa del Infantado (López de Men-


dosa), pudo Lope citarlo por el recuerdo de gratitud que tenía a don Juan
Andrés Hurtado de Mendosa, marqués de Cañete, que fué padrino en 1607
de Lopito, hijo del Fénix y de Micaela Lujan, y al cual dedicó el poeta
su comedia Arauco doma-do, en 1625. (Cfr. Rennert Castro, Ob. cit., pá-
gina 103.) (Véase además en este Apéndice la nota 226.)
y y En el Quijote, hay una clara alusión a los frailes da haba. "Por
Dios, ahora habría vuestra merced de leer lo que oí yo de Felixmarte de
Hircania: que de un revés sólo partió cinco gigantes por la cintura, como si
fueran hechos de habas, como los frailecillos que hacen los niños." (Parte
primera, capítulo XXXII.) Pero aún se especifica más en el Diccionario
da Autoridades, donde en la palabra Frailecito se dice que "cortando la
parte superior de un haba y sacándole el grano queda el hollejo de modo
que semeja a la capilla de un fraile". También alude a ellos Juan Rufo en
Los Seiscientos apotegmas (fol. 230 vto.) :
"Hacer de la haba verde
capilludos frailecillos."
78 De culc.v-icis, mosquito. Emplea Lope de Vega la palabra latina
acaso burlándose de los conocimientos de Torres Rámila en esta lengua;
pero más que por lo molesto y punzante que es el mosquito, por su afi-
ción al vino. Nótese que esta última alusión se repite en la literatura es-
pañola, y hasta ha dado lugar a varias obras, de las cuales ocupa el primer
puesto la graciosísima de Cristóbal de Castillejo, Transfiguración de un
vizcaíno, gran bebedor de vino, que "mudó la figura humana — y quedó
liecho un mosquito."
Covarrubias, en su Tesoro, explica ampliamente la afición del mosquito
al vino, y corrobora en parte lo que digo con el siguiente pasaje: "Del
•mosquito hay una enigma que dice:
Es muy amigo del vino,
Y da aviso con trompeta
Se guarden de su lanceta.
El que tiene bueno el tino,
Le mata en su misma treta.
Bien se sabe cuántos mosquitos se crían en las bodegas, aficionados
al vino dellas, y así, para dar a entender que una persona es amiga deste
licor, suelen llamarle mosquito, por el amor que unos y otros le tienen. Con
el ruido que hace, que es más grande que se puede esperar de cosa tan
pequeña, parece que avisa que se guarden del, y si tiene buen tino y le
guarda la persona al tiempo que pica, le mata con mucha facilidad."
En cuanto a lo de llamarle ermitaño, no parece que tenga otro fin qué
contraponerlo al "fraile de haba", citado antes.
79 Aquilón es el viento del norte, y, por tanto, el más dañino. Pu-
diera ser, recordando el lugar de nacimiento de Torres Rámila —alu-
dido también en la palabra "torrecillas", despectivamente—, situado al
norte de España.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 385

¡oh pardo rostro de pichel de estaño! 80,


¡ oh ingenio de palillos y rosquillas! 81
150 ¡oh frente de Alcalá honor de España! 82,
¡otava de las siete maravillas
que necio amigo lisonjero engaña! ss.
Tu loco error, tu ingenio sumergido
en círculos de enredos como araña;
155 ese latín que te ha desvanecido.
A que lo desgifrara S4 un secretario 85,
fué de dos hombres doctos conducido 8C.
¡Prevente! 87, dixo que era negesario
porque le paregió latín de espía
160 o de algún ofigial de boticario 88 ;

80 El pichel era un vaso de estaño, pequeño y con pico, de origen in-


glés, según se cree, que se empleaba para beber el vino. Recuérdense estos
versos de La cena jocosa de Baltasar del Alcázar:
"Probemos lo del pichel,
Alto licor celestial;
No es el aloquillo tal,
ni tiene que ver con él..."

81 "Obra de palillos" se dice de aquella cuya consistencia es muy


poca. Ingenio de palillos es, por tanto, ingenio poco sólido, y lo de llamarle
también de rosquillas tal vez sea porque esta clase de pastas de|jan en me-
dio un hueco a veces mayor que el espacio que ocupa su masa, y, por
tanto, aparentan más de lo que son.
82 Ms. desengaño.
83 Alusión encubierta pero indudable al doctor Cristóbal Suárez de
Eigueroa, consejero de Torres Rámíla en su guerra con. Lope de Vega.
84 Ms. descifro.
85 Puede referirse al propio Lope de Vega, que lo era del Duque de
'Sessa.
86 Quizás se trate de don Francisco López de Aguilar y don Tomás
Tamayo de Vargas, si, como la anterior, son alusiones a personas determi-
nadas y no mero fingimiento.
87 Ms. prente,
88 En la Jtista poética de Alcalá en el nacimiento del infante Felipe
Próspero, del maestro don Manuel de León Marchante (Obras poéticas pós-
tufas. Madrid, 1722, pág. 134), hay una clara alusión al pésimo latín, em-
pleado por los espías con carácter de idioma internacional:
"A un poeta ultramarino le ha cogido en mal latín, porque es espía
en buen romance oficio con que a sus poetas, que son unos indios, les hace
avisados."
El empleado por los boticarios y también por los médicos no era más
clásico, y como el anterior, estaba plagado de palabras romances o medio"
latinizadas.

25
3§6 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PENA

y disueltq que fué ese m algarabía,


dijeron un morisco y dos xitanqs
que de la lengua de los dos tenía.
Déjate de morlacoá190 o 91 mírlanos 9%
93 4 95
165 Figueroas , did^scalos ° y Ponces ,
puesto que finges, defensores vanos.
Ya se arman contra ti. Verás entonces
sepultada 9C en ti mismo tu memoria.
La suya en jaspes y dorados 9T hlonces.
170 Guárdate °'8 de imprimir dedicatoria,
Torres, que si otra ves pierdes el miedo,
el claro Apolo de estos montes gloria " ,
no ha de parar con mi maestro Olmedo
hasta 101 que a puras sátiras te lleve
102
175 a profesar al Nuncio de Toledo .

89 Ms. se.
90 Morlaco se llama al que afecta ignorancia o tontería, aludiendo a
los antiguos habitantes de Morlaquia (Austria). También se llama morlaco al",
toro de lidia.
91 M s . a. < '•
92 Debe de aludirse aquí burlescamente al famoso Bartolomé Morla-
nes, eminente latinista zaragozano que se mezcló en las luchas literarias
suscitadas por la Historia de España del padre Juan de Mariana, y al cual
citaría Torres Rámila en la Spoivgia como autoridad. Véase Sánchez: Bi-
bliografía Aragonesa del siglo xvi (tomo 2°, pág. 415).
93 El Doctor Cristóbal Suárez de Figueroa.
94 Del griego moiay.akoQ-00 (ó, r¡), el que enseña y también el maestro de'
canto y director de coro y el doctor de la iglesia griega. Más que referirse
a persona determinada parece aludir a los autores clásicos, con cuyos
textos adujera Torres Rámila para autorizar sus críticas; es decir, a. los
preceptistas aristoiélico9 que colocaba frente a Lope de Vega.
95 Don Manuel Ponce.
96 Ms. sepultado.
g7 Ms. doradores. [
98 Ms. guar... te.
99 Baltasar Elisio de Medinilla.
100 Véase la nota 3 de este Apéndice.
101 Ms. has.
102 'El Nuncio era el nombre popular de la casa de Locos de Toledo..
Su denominación provenía de que la fundó un canónigo llamado don Fran-
cisco Ortiz, a finales del siglo xv, el cual era Nuncio Apostólico. Se cita
muy a menudo en las obras literarias del siglo X \ I I , y en ella se alojó el
cardenal Farnesio cuando vino a cumplimentar a Carlos I de parte del
Papa. Asimismo en la casa frontera al Nuncio nació el padre Pedro de-
Rivadeneyra.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 387

Tu sacro estado a 103 compasión me mueve 104 ;


mas porque niegas tú la sastrería
a tus tixeras mi dedal se atreve.
'Estudia y dexa tanta fantasía,
180 que no des de naranjos 105 de la aguja
los puntos de la sacra Teología.
Tu padre es moro, y tu madre bruja;
¿de qué te corres, tú? Vuelve 10c en tu acuerdo,
y si sabes andar, ¿quién t e rempuja?
185 Pues si agora te ladro y no te muerdo,
no me des ocasión, que de impaciente 10T
te perderás conmigo 10S si me pierdo.
Didáscalo tendrás que te aposente,
que por más que te avise disparates,
190 sastre fuiste y serás eternamente 109.
Poncio Pilato, aquel tu dulce Acates,
que sin latín por tu latín aboga
y es vicecanciller de tus orates n o
también ha de llevar larga 11X la soga 112 ;

103 Falta en el ms.


104 Torres Rámila estaba ya ordenado de sacerdote cuando se escri-
bieron las sátiras. Lo confirma además el verso 459.
105 Dar de naranjos de una cosa es equivalente a "darle de lado" o
dejarla olvidada.
106 Ms. buélbete.
107 Ms. impedente.
108 Ms. contigo.
109 Véase la nota 93.
110 En estos versos y los que siguen (191 al 196) se alude al doctor
Cristóbal Suárez de Figueroa, que fué un Poncio Pilato en laj guerra de
Torres Rámila y Lope de Vega, según éste, aunque ya hemos visto que hizo
bastante más que inhibirse de intervenir en ella. Claro es que lo que trataba
el Fénix era. llamarle judío con parecido equívoco, que Pablos el Buscón a.
aquel Poncio de Aguirre^ "el cual tenía fama de confeso", graciosísimo epi-
sodio que debió de tomar Quevedo de los Diálogos de apacible entretenimien-
to (1605) de Gaspar Lucas de Hidalgo, donde se lee un cuento semejante.
(Véase El Buscón. Ed. de Américo Castro, 1927, pág. 27.) En cuanto a que
guardara Suárez de Figueroa a Torres Rámila la misma fidelidad que Acates a
Eneas, parece más exacto, así como que fuera el vicecanciller o seguidor
en este caso de sus lanzas, designadas aquí traslaticiamente por la palabra
orates, aunque orate es el loco, y no la locura.
n i Ms. lago.
112 La frase llevar larga la soga significa "aguantar mucho una bur-
388 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

195 su poquito de sátira burlesca


aunque vuelva a juntar la sinagoga 11S.
Tú, pues, ¡oh musaraña pendantesca!
no vibres 114 ya la lengua serpentina;
no más dedicatoria latinesca.
200 No sabes a qué 115 sabe trementina
estopa y huevo, y neciamente corres
donde ha de ser tu lengua tu ruina 11Q.
No me conoces, ni te canses, Torres,
que no sabrás quien soy, aunque consultes
205 Figueroas 11T, morlacos 11S y Vinorres 119

la", esto es, "tener mucha, correa", según otra expresión popular, porque
tanto la correa como la soga resisten alargarse sin romperse. Covarrubias
no recoge la primera frase, pero escribe esto, que corrobora lo dicho: "Al
que es socarrón llamamos soga, por la paciencia que tiene en sufrir a true-
que de hacer un negocio, y es porque la soga, aunque alarga no quiebra."
También significa lo mismo que llevar larga la soga y "tener mucha co-
rrea" la frase "ser del palacio", fundada en las muohas impertinencias que
suelen aguantar los cortesanos. Se deduce de lo que dice el mismo Cova-
rrubias en la palabra correa: "Tener uno correa es ser del palacio, que no
•quiebra, sino sufre."
113 Dice Covarrubias en su Tesoro, tratando de la palabra sinagoga,
lo siguiente, que declara la alusión de las sátiras: "Los judíos dieron este
nombre a sus congregaciones, el cual es también común a los brutos cuan-
do se juntan o los recogen en algún lugar,"
Si hemos de creer lo que se dice en los versos, dejando a un lado el
sentido ingenioso de la palabra, sinagoga, Suárez de Figueroa debió de
reunir en otra ocasión a quienes fueran partidarios suyos —dado su es-
pecial carácter, no serían muchos— para defenderse acaso de las represa-
lias que tomaron contra él sus enemigos.
La amenaza que se hace de atacarle se cumple en la sátira siguiente;
si bien se le dirigen otras alusiones sueltas que voy señalando en estas notas
cuando aparecen.
114 Ms bribas.
115 Ms. qui.
116 Por una de las cartas de Lope de Vega al Duque de Sessa (La
Barrera,, Ob cit,, pág. 643) puede aclararse el significado de estos versos:
"Dios vaya con la hacienda destos amantes, que, como los que no se han
acuchillado, no saben cómo escuece la trementina."
Efectivamente, esta sustancia, la estopa y el huevo solían emplearse para
curar las heridas que producían mucha pérdida de sangre, y, por tanto,
a Torres Rámila se le amenazaba con acuchillarle si seguía murmurando.
117 El doctor Suárez de Figueroa.
118 Véase la nota 89.
119 Don Pascual de la Corte, Vinorres o Vinarra, era un loco continua-
mente borracho —lo cual motivó sus sobrenombres— y hazmerreír de

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LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 389

Sastre soy aunque tú lo dificultes.


Consejos son de 120 amigo consastriota 121,
no es bien que temerario' los sepultes.
Si puedes sosegar, ¿quién te alborota?
210 Debajo de capillos 122 y bonetes 12S

muchachos, desocupados y maleantes, que gozaba en Madrid de triste po-


pularidad cuando Lope escribía estos versos.
El Fénix alude a él en La Prueba de los amigos (Ed. Acad. Esp. t
tomo XI, Madrid, 1929, pág. 112):
"Mal año para mí si tú los vieses,
que tantos ascos de Vinorre hicieses."

El editor de esta comedia, don Justo García, supone que la locura de


Vinorres "hubo de consistir en hacer de todo arcos", y le cree toledano.
Dejando aparte esto último —nótese lo favorable de su primera deno-
minación, a que fuera de la corte madrileña, según indicó ya Fernández
Guerra (*)—, los ascos se explican porque Vinorres vino a ser sinónimo de
borracho, como se ve en el pasaje de Lope, y más todavía en este de la co-
media de Tirso de Molina Desde Toledo a Madrid (acto I I I ) :
CARRETERO I . ° Ballenato.
ÍDEM.2° Berengena.
0
ÍDEM 3. Zupia.
0
ÍDEM 4. Mienten los Vinorres.
ÍDEM. I . ° Echa ese estiércol-, borracho.
ÍDEM. 2.a ¡ Ah, muía ! Dalas, muchacho. .
(Muchas voces:)
¡ Que te corres, que te corres!"

También la cita Lope, como prototipo de loco, en una de sus cartas al


Duque de Sessa, escrita precisamente hacia jimio de 1617, para insultar
a Mantuano, que pretendía con él entonces el cargo de cronista: "Acer-
cándoseme aora de besar a V. Ex.a las manos por esta merced y adivinanza,
porque cierto que estaba más pobre de dinero que Mantuano de juicio, de
quien hay opiniones que hurtó el libro de los borradores de Vinorra." (Véa-
se Pérez Pastor: Proceso..., pág. 292.) Finalmente, Quevedo le cita, en
La Perinola junto con otros locos análogos, y Góngora le nombra en aque-
llos dos crueles sonetos que lanzó contra Lope, y comienzan: "Por tu vida,
Lopillo, que me borres", y "Aquí del Conde Claros, dijo, y luego".
120 Ms. que de.
121 Palabra formada humorísticamente por Lope, análoga a compatriota,
para indicar que ambos eran sastres.
122 Capillo se llamaba también el capirote que llevaban en las universi-
dades y colegios los doctores. (Véase la nota 63.)
123 Se refiere Lope de Vega a los que llevaban los doctores y maestros
con borla o sin ella, análogos a los birretes universitarios actuales de doc-
tor y licenciado.

•(*) Biblioteca de Autores Españoles, tomo XLVIII, pág. 463.


390 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

yo he visto más de una cabeza rota.


Si por matriculado 124 te prometes
la libertad que piensas ¿ quién te engaña ?
La verde cruz tiene secretos bretes 125.
215 Olvida tu latín de tiritaña 12e ;
mira que siempre fué sancto 12T el silencio 128
.

124 Se trata de la matrícula que tenía Torres Rámila hecha por enton-
ces en las facultades de Teología y Cánones. (Véase el capítulo I, núm. 26.)
125 Esta verde cruz tiene doble sentido: se alude con ella al emblema
del Santo Oficio de la Inquisición, y también al color de la Facultad de
Cánones, ya desaparecida, donde estaba matriculado Torres Rámila por esta
época, según se ha dicho en la nota 124" y en el capítulo I, núm. 2.6.
126 Tiritaña era una tela de seda muy fina y muy frágil, y con ello
quiere aludir Lope de Vega a la poca solidez del latín que sabía Torres
Rámila. Las formas derivadas de tiritaña- lo fueron seguramente cuando ya
Be había perdido el valor semántico de la palabra, y son las familiares ti-
ritaina y titiritaina, con que se designan las cosas de poca importancia e
impertinentes.
127 Ms. sonecto.
128 Se refiere al conocido refrán "Al buen callar llaman santo", mu-
chas veces aludido. El señor Rodríguez Marín explica detalladamente en su
edición del Quijote (tomo V, pág. 372) el origen y vicisitudes de este re-
frán, y cita varios textos donde se alude a él. Pueden agregarse a aquéllos
estos otros que he hallado yo :
"CLARÍN. Si llaman santo al callar,
Como en calendario nuevo,
Gran secreto es para mí,
Pues le ayuno y no le huelgo;
Aunque está bien merecido
El castigo que padezco,
Pues callé siendo criado,
Que es el mayor sacrilegio."
(Calderón: La vida es sueño, jornada III, escena I ) :
"Si al buen callar llaman santo,
Oiga niña celestial
Que hablando con ella pudo
Llamarse santo el hablar..."
(Anónimo: Romance escrito hacia 1637. Ms. Bibl. N.ac. Sig. 3798, fo-
lio 41.)
"Al buen callar llaman santo, al mal callar llámanle diablo." (Gracián:
El Criticón. Ed. Cejador, tomo 2.0, pág. 55.)
" ¡ Oh bendito silencio ! Como calle
Por su propia virtud, Gaspar, un hombre,
No hay bajo en todo el mar a donde encalle."
(Lope de Vega: Epístola Al cantador Gaspar de Barionuevo. Ed. Sancha,
tomo IV, pág. 387.)
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 39I

Humíllate a los vientos débil cáñá 129 ;


deja vivir al español Teréh^ió 1S0
y al toledano Apolo cuya früehte
200 a todos en laureles diferencio 181.
Sastre fuiste y serás eternamente.

Sátira 2*1S2
Tú, que para lá sátira primera
sastrino señor oído 133.
¡ Gran menesttal de la cortante espera!
225 ¡ Maestro enjerto en sastre que has sabido
cosiendo y despuntando a lo flandesco 134
gurcjr la borla 135 al paño mal nacido.
Oye, de la segunda el picaresco
estilo de mi musa en tu alabanza,
230 que viene la bellaca de refresco 136

129 Ms. cana. t


130 El propio Lope de Vega, aficionadísimo muchas veces a ensal-
zarse por sí mismo, como yá le satirizó Cervantes en el prólogo del Quijote
y han comprobado primero don, Francisco Rodríguez ¿Marín (véase sit
edición del Quijote, 1927, tomo I, .pág. 32) y luego don Juan Millé y Giménez en
su interesante estudio Lope de Vega y la supuesta poetisa Amarilis. (Véase
el capítulo IV, núm. 68), demostrando que son de él varias poesías pane-
gíricas que van al frente de otras suyas atribuidas a diversas personas,
unas reales y otras imaginadas.
131 Baltasar Elisio de Medinilla, ya citado con análoga metáfora ante-
riormente. (Véase el verso 172.)
132 Ms. Sátira 3; pero confirma ser ésta la segunda, lo que se dice
en los versos 222, 228 y 415. (Véanse además las notas 1 y 2.)
133 Verso incompleto. Acaso fuera: "¡Oh sastrino señor, has dado
oído!" Sastrino es un adjetivo más, creado por el humorismo de Lope
de Vega para calificar de sastre a Torres Rámila.
134 Despuntar es "soltar los puntos de una cosa". En este caso equi-
valente a descoser; pero aquí Lope le da doble sentido, aludiendo a las
llamadas "puntas de Flandes" o picos de encaje que remataban los cuellos;
totalmente burlesco, ya que fabricar estos adornos no era ocupación de los
sastres.
135 No se trata aquí de la borla de doctor —grado al que no pertene-
cía Torres Rámila aún—, sino de la que llevaban los maestros, también
del color de la facultad —en este caso blanca, por ser Teología—, según
dice Portilla en su Historia de Compluto (tomo i.°,i pág. 232).
136 De refresco es una locución adverbial equivalente a "de nuevo",
que se empleaba especialmente refiriéndose a los caballos que se cambiaban
392 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PENA

y tu ninfa Tagide 137 si me alcanga,


aquella que Platón llamó Manía 13S
enfurece los tercios de mi lan^a;
que supuesto que va 13° de valentía
^35 contra una aguja de cortar soletas 14°
disculpa la arrogancia mía 141.
Cual suele 142 el diestro gato fingir tretas,
al vivo ratoncillo que ha pescado,
ya públicas las uñas ya secretas,
240 lo blanco de la panza levantado
pelotear 143 su miserable vida,
y el triste Senalarchas 144 cae helado
pidiendo al desigual ratonicida

de los coches en las casas de posta para continuar el viaje: "caballos de


refresco." Al caer en desuso estos medios de comunicación la frase perdió
también en el uso, y hoy apenas se emplea.
137 Ninfa del Tajo. Véanse en prueba de ello estos versos de la Elegía
a la muerte de Baltasar Elisio de Mediniüa, de Lope de Vega mismo,
que aluden al tiempo en que vivían ambos esritores en Toledo:
«
"Pues que nos vistes ya, musas tagides,
En vuestras selvas alternar el canto
Entre los olmos y casadas vides."
(Ed. de la Bibl. Aut. Esp., tomo XXXVIII, pág. 365.)
Con lo de ninfa Tagide debe de aludir a alguien que conociera Torres
Rámila en Toledo, la ciudad del Tajo por excelencia. Tal vez alguno de los
que le invitaron al concurrir al certamen de 1616 en honor de la Virgen del
Sagrario. (Véase el capítulo I, núm. 4.)
138 Ms. maña. El siguiente pasaje, en que habla de la abundancia de
poetas, explicará claramente la oscura interpretación platónica del texto:
"Mas pues V. M. es médico, me holgaría de saber: ¿por qué, o cómo se
llama esta manera de escribir Manía] si no es nombre genérico ? y ¿ por qué
idice Platón que sin ella no puede auer ingenio grande si su definición es
Infectio anteríoris partís, cerebri, cuín privationi imaginationis? Siendo la
imaginativa la essencial parte del Poeta, la ofkina de sus conceptos y pen-
samientos." (Dedicatoria al doctor Matías de Porres, capitán de la Real
Sala de las Armas, Parte XVIII de sus Comedias. Madrid, 1623, fol. 285.)
139 Ms. boj a.
140 Así en el manuscrito; pero Lope de Vega debió de escribir pro-
bablemente "coser soletas", que es lo que tiene sentido.
141 Verso incompleto, al vez fuera "disculpar puede la arrogancia mía".
142 Ms. suela.
143 Pelotear es jugar con algo como si fuera una pelota, esto es,
como los gatos con los ratones antes de matarlos.
144 Debo confesar que cuantos esfuerzos he hecho para aclarar el
sentido peculiar de esta palabra han sido inútiles.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 393

piedad con los gestíferos 145 pucheros 14B


con esa imitación sirrelamida 14T,
245 pues con martelos 148 blandos y ojos fieros,
la victoriosa 149 cola meneando
entretiene en la vaina los aceros,
tal contigo jugando y retogando
te doy estos gatescos 150 bofetones
250 victorioso de verte agonizando.
Agora entre tus hurtos y centones 151

145 Gestíferos. Ya he señalado en la nota 19 la predilección de Lope


de Vega por esta clase) de despectivos. Gestífero es "lo propio de los gestos".
146 Ms. pechuros.
147 Sirrelamida, palabra compuesta por Lope de la palabra relamida
caprichosamente. Relamido dice Covarrubias que se aplica al "que trae el
rostro muy luciente, o habla melifluo, comparación tomada del gato que
se lame las manos y con ellas se lava y unta el rostro".
148 Martelo, del italiano " martello", antiguamente martel, significa
tanto como enamoramiento o galanteo. En este caso lo que trata el ra-
tón es de conmover al gato, y viene a ser una súplica o algo semejante. Hoy
han quedado solamente en uso el verbo postnominal "amartelarse", enamo-
rarse, y sus derivados "amartelamiento" y "amarteladamente".
149 Ms. victoria.
150 Es muy corriente en Lope de Vega el empleo familiar burlesco de
adjetivos despectivos con esta terminación:
"Algunos amantes en figura gatesca por los tejados. {Carta al Duque de
Sessa. Madrid, 6 de julio de 161 r. Copia de Rosell, tomo 1.°, carta 1.*)
" N a quiero pendencias froííwcíw" (ídem. Sin fecha. ídem, tomo 1.°,
carta 48.)
(Véase además el verso 226.)
Nótese, por último, en el Quijote: "¡Oh tobosescas tinajas, que me ha-
béis traído a la memoria la dulce prenda de mi mayor amargura!" (Parte
segunda, capítulo XVIII), en sentido humorístico. Lo corriente era tobo'
señó.
151 Centones, según Covarrubias, "en su rigurosa significación eran
unas mantas groseras, como de rázago [harpillera], con que cubrían las
máquinas militares, y porque era necesario echarles uno y otro remiendo por
los golpes que recibían y estaban todas llenas de tafallos [remiendos]". Pero
no añade que recibieron dichas mantas el nombre de centones seguramente
por el parecido que llegaban al tener, en fuerza de remendarlas, con cierta
clase de cobertores de igual nombre, que aún perduran en algunos lugares
y se hacen de gran número de piececitas de paño de diferentes clases y
colores, para lo cual se utilizan las recortaduras dejadas por los sastres,
Más creo que Lope de Vega aluda a esta clase de centones que a los
de "un cierto género de poesía remendado de diversos pedacos de uno o de
diferentes autores, haciendo de todos ellos un cuerpo y una contextura",
pues no se sabe que Torres Rámila preparara nada en este sentido. A ellos
alude Suárez de Figueroa en El' Pasagero {pág. 131):

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394 JOAQUÍN DE ENTRAMBAS AGUAS Y PEÑA

estés, í oli desdichado Torrecillas


sastre! o lopuigando 162 coücrusiones
o ensuciando de Henares las orillas;
255 dejando de remiendos más retales
que ha dicho Benávente seguidillas 153.

"¿Hasta cuándo pretendéis dure el amontonar sentencias de amistad?


Bien sabéis cuánto entre discretos son aborrecidos los centones."
En cuanto a los hurtos, pudieran referirse a la tela Que, según Lope,
quitara el sastre a los parroquianos para hacer los centones.
152 Quizás mejor lopeizando, y erró el copista por no entenderlo. Se
trata de una palabra inventada por Lope de Vega de su propio nombre,
—ya de Lope, ya de Lopus, latinizado como en la Expostulatio Spongiae—
para indicar que Torres Rámila estaba de continuo preparando ataques crí-
ticos {conclusiones') a sus obras.
153 Se trata de Luis Quiñones de Ben&vente, muy amigo de Lope de
Vega y equivalente a éste en el entremés, ya que le renovó y constituyó
por completo, dándole carácter popular y nacional. Nació en Toledo a fina-
les del siglo xvi, y murió en Madrid el 25 de agosto de 1651. De sus es-
tudios nada se sabe, y de su vida casi lo mismo. Tomó parte muy activa
en las fiestas dramáticas que organizaba Felipe IV, componiendo loas, en-
tremeses y bailes, entre éstos los tres que se estrenaron la noche de San
Juan de 1631. En 1637, con motivo de la llegada a Madrid de la princesa
dé Carinan se representó también otra loa suya. Llevaba ya algún tiempo
apartado de las letras dramáticas cuando su amigo don Manuel Antonio de
Vargas publicó una parte pequeña de sus obras con el titulo de Jocoseria
(Madrid, 1645). Finalmente, como hubiera pertenecido Quiñones de Bená-
vente en los últimos años de su vida, lo mismo que Lope de Vega, Cer-
vantes y otros escritores de entonces a la Congregación de Esclavos del San-
tísimo Sacramento, se leyó en cierta fiesta organizada f>or la aludida her-
mandad en 3 de noviembre de 1652, una poesía postuma del insigne en-
tremesista. Elogios coetáneos de Quiñones de Benávente abundan. En 1618
decía don Antonio Hurtado de Mendoza en su entremés de Miser Palomo:

"Vaya un baile con tono de Juan López,


o ser. por mi amor, el excelente,
metrópoli de bailes, Benávente.
y más adelante:
Vays una letra, buena cortesana,
Que sea de lo bueno y excelente,
Como Joannes, "me fecit Benávente'11.

Tirso de Molina le ajaba y enumera algunas de sus obras- en la comedia


Tanto es lo demás cómo lo de menos (1620) (jornada II, escena 7. a ), y
en los Cigatrales de Toledo (1624) le llama "sazón del alma, deleite dé lá
naturaleza y, en fin, prodigio de nuestro Tajo". No menos le ensalza Pé-
rez de Montalbán en su Para todos (Madrid, 1632), y Vélez de Guevara,
en la déoima que compuso .para» la edición de la Jocoseria, yá citada:
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 395

¡ Que vuelvas esos ojos funerales,


a un sastre, condiscípulo, que vive
honrando humildemente sus iguales!;
260 ¿qué mandamiento al remendar prohibe?
Trate el cíclope herrero su bigornia 154.

"Dulcísimo Benavente,
Nuevo Terencio español" ;
alusión, ¡por cierto, con la cual, según se ha visto en estas sátiras (ver-
so 218), gustaba también de engalanarse el Fénix de los Ingenios.
Por un pasaje de la comedia La culpa busca la pena (jornada II, es-
cena 7.a), de don Juan Ruiz de Alarcón, se sabe que era corriente represen-
tar comedias de Lope junto con bailes de Quiñones de Benavente, lo que,
dicho sea de paso, se compasaría muy bien:

La comedia felizmente
Aplaudida al puerto llega,
Que era de Lope de Vega,
y el baile de Benavente.
Y el propio Lope de Vega, en el Laurel de Apolo (Madrid, 1630, silva VII),
le dedica estos versos:
"Miró Venus festiva
Al niño Amor y dijo:
—D'olor alegre de los cielos, hijo,
¿ Adonde están las gracias, que ninguna
De todas tres parece?
Y el niño respondió, como ya crece:
—Madre, no busque ya de tantas una;
Porque sepa que están, y justamente
Todas juntas en Luis de Benavente.'"

Respecto a la alusión contenida en las sátiras dirigidas contra Torres Rá-


nula, no es en verdad tan delicada, y aun peca de exageración, ya que no abuii*
dan las seguidillas de tal modo en los entremeses de Quiñones que véngári a
caracterizarle.
Acerca de Quiñones de Benavente pueden consultarse como principales
las siguientes obras: Quiñones de Benavente: Entremeses, loas y jácaras.
Ed. de Cayetano Rosell en Libros de antaño, tomos I y I I ; Rouanet Leo:
Interme'des espagnols du xvne siécle. París, 1897, y especialmente Cota-
relo, Emilio: Colección de entremeses. (En Nueva Biblioteca de Autores
Españolest tomo 17, págs. LXXIV-LXXVIII.)
rS4 He aquí lo que dice don Julio Puyol en su edición de La Pícara
Justina (tomo III, pág. 253) respecto a la palabra bigornia, que aparece en
dicha obra varias veces (tomo I, págs. 164, 165, 167, 168, 171, 175, 179, í8i
y 202):
"Parece a primera vista que el nombre de vigornia o bigornia fué palabra
caprichosamente aplicada por el autor de La Pícara a la pandilla de estu-
diantes de Salamanca. Sin embargo, Correas escribe que la frase "Es dé la
396 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

¡Oh sastre.de latín, cose y escribe!


Si vas desde Getafe a California
no has de hallar un amigo ni le tienes
265 sacando la cuadrilla capricornia 155 :
pues dime por tus ojos ¿a qué vienes?
¿Derramas valentía? ¡mientes mandria!

bigornia se dice del valentón que lo presume (pág. 528). En el Dic. Aut. díce-
se también: "los de la bigornia. Metaphórícamente se llaman así algunos
guapos que andan en quadrilla y agabillados para hacerse temer", sin que en
apoyo de esta acepción se alegue más texto que el de la Picara. En el entre-
més de El Ángulo, de Quiñones de Benavente, hallamos un pasaje en que
aparece la palabra; trátase en dicha pieza escénica de un galán que, de
acuerdo con varios amigos, se propone raptar a una doncella, y para este
fin uno de ellos, con pretexto de descubrir la enfermedad que aquélla pa-
dece, fíngese médico y astrólogo, y por medio de un astrolabio que sostiene
el padre de la chica, hace la farsa de que consulta las constelaciones:

PANTUFLAZO. Bocina, estrellái de Venus.


VEJETE. Ángulo.
PANTUFLAZO. El chischás de la bigornia.

Después de lo cual, burlando al padre, a quien dejan teniendo del astrolabio,


huyen todos con la muchacha.
La frase del entremés de Benavente se usaba, por lo visto, en el si-
glo xvi, con diferentes formas:
El Niquelme de la bigornia. Xiquelme es quillotro (Voc. Corr., pág. 521).
Chisgaravis de la bigornia. Por los golpes de herrero* y por valentía" (Id., pá-
gina 624)". Covarrubias, al tratar de bigornia y vigornia, dice lo siguiente,
de acuerdo enteramente con lo anterior, si bien lo amplía en cierto modo:
"A los valientes suelan llamarse los de la bigornia, o bigornia los soldados
que en el escuadrón van en la bicornia; conviene, a saber, en los dos cuer-
nos en que se divide. En Inglaterra hay un lugar dicho Bigornia y
dice que en ella se inventó el instrumento dicho asi, y tomó el nombre de
lugar, y juntamente los soldados de esta tierra son valientes y se ayudan
unos a otros en las ocasiones." "Cuando algunos valentones se juntan sue-
len llamarlos los de la vigornia, porque, andando siempre en gavilla, acrecien-
tan su fuerza y su vigor. Otros dicen haber tomado nombre de cierto lugar
de Inglaterra, de donde vino la invención primera de la vigornia."
El pasaje de la sátira concierta con lo dicho —nótese, para mayor evi-
dencia, la alusión al falso valor del verso 267—, pero además contiene -un
equívoco entré bigornia (de bicorruia) ; los dos extremos de la formación mi-
litar, y por extensión cualquier pandilla de gentes, y bigornia o yunque el
instrumento donde el herrero forja los metales, llamada así también por
asemejarse a dos cuernos en forma.
Claro ea que la bigornia o pandilla de Torres Rámila eran sus amigos y
defensores: Suárez de Figueroa, Ponce, Mártir Rizo, e t c . .
155 Nueva alusión a los partidarios de Torres Rámila, ya citados. (Véase
la nota 154.)
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 397

Cuando tixeras de cortar previenes


cuervo pareces tú, que no calandria.
270 Lo que es de 156 aborrecido el desempeño,
¡qué bien lo dixo el cómico en el "Andria" 157 !
¡ no cortes vidas, tú, ¡ no tanto daño!,
pues que tu padre (que buen siglo tenga),
más honrado que tú, cortaba paño.
275 Mata la caga que a tus manos venga
(pues que te sobra tanta cada día) 138
y en eso tu venganza se entretenga,
que un discípulo tuyo me decía
que traías la suñas coloradas
280 de tanto "pido" en l s 9 la carnicería 160,
en barajas tan mal encuadernadas
donde te vales de fulleros 161 fríos.
Más queremos jugar bastos que espadas 162,
deja de hablar con tantos desvarios.
285 Cristianos viejos hay, tú no eres viejo 16S ;
mas ¿quién me 10* mete en selogismos fríos? W5
Si yo creyera a un cierto Alí Bermejo l e o

156 Falta en el manuscrito.


157 Quizás se refiera a las primeras palabras del prólogo del Andria,
Ja famosa comedia de Terencio, cuyo sentido puede ser éste. Literalmente
JIO la encuentro en la citada obra. También pudo ser confusión de Lope..
158 La casa a que se refiere es, sin duda, a lo que podía conseguir por
malas artes en el juego, según se desprende de lo que sigue.
159 Ms. que a.
160 No da más acepciones Covarrubias de carnicería que "el lugar adon-
de se mata y pesa la carne. Algunas veces significa la mortandad de hom-
bres, que decimos hacer carnicería dellos". Tal vez se llamara así metafó-
ricamente la casa de juego donde pedía cartas para hacer partida.
161 Ms. Furlleros.
162 Es decir, que preferían apalear a Torres Rámila como a villano
mejor que tratarle como a caballero batiéndose con él.
163 En este verso y en los que siguen se alude al posible origen morisco
•o judío de Torres Rámila. Alusiones análogas aparecen en los versos 73, 162,
y 163 y 182.
164 Falta en el manuscrito.
165 Ms. fltos.
166 Creo inútil advertir que no se trata de un personaje real y ver-
dadero, sino simplemente de fingir que un individuo llamado Ali Bermejo
—nombre muy expresivamente morisco, elegido de intento— había dado estas
noticias de Torres Rámila a Lope de Vega.
398 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

trujeras almaizal 167 y no casulla;


mas llega siempre tarde el buen consejo.
2Cp Fingiste siempre padres, bien sé grulla.
Confiesa los que tienes Qulemilla 168,
y vete a Argel con la nefanda trulla 169.
Ya sé que proveerás 170 que en 171 cierta villa
hubo un Rámila hidalgo de un costado
172
295 que vino desde Asturias a Castilla .
Esas ramas son tretas de tu agrado 1T3 ;
pero pues andas por laa ramas vive,
y no te dé mi información cuidado.
Ya sobre posisión tu amor prescribe 174,

167 Aimaigal o almaizar, según Covarrubias, "es toca morisca o velo a


manera de sabanilla con que se cubren los moriscos; es de seda delgada y
listado de muchos colores, con rapacejos [flecos] en los extremos..." "y los
moros se rodean a las caberas estos almazares, dejando colgar las puntas
de los rapacejos sobre las espaldas." Más tarde, la palabra almaizar pasó a
designar el humeral en la liturgia católica de América.
168 Diminutivo peyorativo de Enlama, el nombre moro por antonoma-
sia en la literatura del siglo de oro. Un precedente importante de su em-
pleo es el de la Leyenda del \Abad don Juan de Montcmayor, donde Don
Zulema, el renegado, personifica la ingratitud y la perfidia. El Fénix mismo
aludió a lo que se prodigaba el nombre de Zulema entre los galanes de los
romances moriscos: "cuando más medrada salga, quedará celebrada en un
libro de pastores o la cantarán en algún romance, si de cristianos,, Amari-
lis ; si de moros, Jarifa, y el galán, Zulema." {La Dorotea, acto I, esce-
na II), y en otra ocasión: "Mira tú si yo fuera agora Jarifa Rodríguez o Da-
raja González, mujer de Zulema Pérez o de Zacatín Hernández." (Id,r
acto V, esc. X.)
169 Argel, como ciudad mora popularísima entonces, "conocida* por
el daño que de sus cosarios recibe la costa de España". (Covarrubias.)
El sentido de cautiverio cristiano que encerraba esta palabra fué expresado
por Cervantes como por nadie en muchos lugares de sus obras, harto co-
nocidos.
La "nefanda trulla" es donde luego la misma cuadrilla capricornia ya
aludida. (Véase la nota 155.)
170 Ms, proueras.
171 Ms, quen.
172 Este ascendiente de Torres Rámila parece fingido por Lope de Vega
sin ningún fundamento. Ni la familia del autor de la Spongia era de origen
asturiano (véase el capítulo I, núm. 10), ni aparece ningún Rámila en
las obras de genealogía que he consultado. Más bien parece que supone Lope
lo que Torres Rámila sería capaz de inventar en caso necesario, según se
desprende de los versos que siguen,
173 Ms. ajaado.
174 Ms. péscribe.

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LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 399

300 y puesto que tu casa lo declara,


¡ oh sastre de latín, cose y escribe! 175
Mas, ¿cómo tienes, di, tan maja cara?
Si alli tuviera lo que llaman culo
donde nadie me viera me cagara.
305 Los soles de Marcial y de Catulo 176

175 Más claro: Torres Rámila aspiraba a poseer, falsamente, una as-
cendencia noble, y Lope de Vega le recomienda que, cojijo por su casa o fa-
milia ya tiene declaración' de nobleza —la de sastre, satirizándole—, debe
coser y escribir conforme a ello, sin buscar más genealogías.
176 Este verso y los que siguen, hasta el 328, los reprodujo Lope con im-
portantes variaciones en la Epístola a D. Diego Félix Quijada y Riquelme,
publicada en La Filomena (Madrid, 1621) y reproducida en la edición de
Obras sueltas de Lope, hecha por' Sancha. (Madrid, 1776, tomo i.°, pág. 437.)
Véanse a continuación las palabras y frases comunes a ambos textos
subrayados en el pasaje de la Epístola, y al margen el número del verso co-
rrespondiente en las sátiras, encerrado entre paréntesis. Además, anótase en
cada caso las variantes, dando en el texto la más probablemente original.
"Con esto yo tal vez, no sé si es treta,
(307) donaires de Ganosa y de Trastulo-
les dixo que me traxo la estafeta.
(305) Los soles de Marcial y de Catulo
(306) allá los hurten Pathicos Cinedos
que yo por limpio exemplo me regulo.
(30S) El vulgo a las acciones llama enredos:
(309) tiene razón, y quien mejor los hace
(310) enriquece Riquelmes y Pinedos
{311) La urbanidad civil no. me desplace;
(312) ¡no sé qué es criticar, aunque podría
(313) por lo que a la ignorancia satisface.
(314) Barbiponiente he visto a la poesía
(315) hablando de Dramáticos Poemas:
(316) temo que es Helicón Fucnterrabía
(317) El mundo tuvo siempre algunas temas:
{318) bien haya el inventor de las tortillas,
(319) que asi méselo las claras con las yemas.
(320) ¡ Oh cómo os escribiera maravillas,
si fuera yo de aquestos nadadores
que van a mariscar por las orillas.
(323) En ajenos trabajos inventores,
pasan a nuestra lengua la extranjera,
(325) destruyendo libreros e impresores
(326) Trasladan al librazo como quiera
y dirigido a un príncipe le venden
el nombre de la página primera.
Tras esto con la lengua y pluma ofenden
los estudios y márgenes de aquéllos,
400 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

allá los hurten páticos 17T cin-edos 1T8,


pues ya se fué Ganasa 17° con Trastulo 180.
Si el vulgo a las actiones llama enredos
tiene racón y 181 quien mejor los hace
310 más gana que Riquelmes 182 y Pinedos 183.

de quien después secretamente aprenden.


Pues escribir de historiadores bellos,
(124) que como los antiguos CinifIones
se usan los vrgotes y cabellos,
es defender con bajas locuciones
vuestros oídos, hechos a la fama
de tan heroicos y ínclitos varones."

177 De pathicus-a-um (del griego iraoixo; ) hombre libertino y licencio-


so. Catulo emplea esta palabra con igual sentido en Ad Aurelium et Furinm.
{Coment. XVI.)
178 De cinaedus-a-um. Bailarín afeminado y deshonesto que ejecu-
taba danzas inmorales durante los banquetes romanos. Por antonomasia
se llamó así a los invertidos sexuales, según demuestra el epigrama de
Marcial, que comienza:
"Rideto multum, qui te, Sextille, cinaedum...
<Lib. II, ep. 28.)
179 Acerca de este célebre cómico italiajio consúltese el estudio de don
Emilio Cotarelo. Noticias biográficas de Alberto Ganasa (cómico, famoso
del siglo xvi). Madrid, 1908.
18a Trastulo es lo mismo que pasatiempo, juguete; pero también el
nombre de un comediante italiano que aparece citado con el anterior (Cota-
Telo: Ob. cit., pág. 19).
181 Ms, que. Quijada y.
182 Alonso de Riquelme era de Sevilla y vecino de esta ciudad en
1602, aunque residente en Madrid con su compañía, en la cual figuraban
actores tan notables como Antonio de Olivares, Pedro de Zorita, Damián
Carrillo y Diego Monserrate, Su mujer fué la célebre cómica Micaela de
Gadea. En 8 de julio de 1665 estaba preso en Madrid por deuda de 900
reales a Miguel López, y en la Corte representó los autos de 1607, 1611
y 1616. El 13 de agosto de este año se quejaron el Arzobispo y otros
señores, a petición de las monjas Trinitarias de la calle de Cantarranas
(hoy Lope de Vega), porque Riquelme, que vivía al lado, "ha hecho casa
de parador —dicen— donde posan ordinariamente representantes, y en la
piega que venía a dar con el altar del Santísimo Sacramento, sin haber
más que un tabique en medio, probaban los bayles, comedias y dangas para
el tablado, inquietando los sacerdotes que estaban diciendo misa en el
altar mayor y colaterales, teniendo muchas veces pendencias y voces que
•estorbaban poderse hacer los demás oficios." (Véase La sepultura de Cer-
vantes, por el Marqués de Molins, Madrid, 1870, pág. 69.)
Estrenó muchas comedias de Lope de Vega: La buena guarda, 1610:
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 401

La urbanidad civil no me desplage


No sé qué es criticar 184, aunque podría,
porque no como a ti me satisface.

La madre de lo mejor; La Arcadia, El Halcón de Federico, El Alcalde


Mayor, Los Españoles de Flandes; La mal casada, Querer la prúpiá desdi-
cha, Santiago el Verde, La Historia de Tobías, etc..., y tuvo con el Fénix-
íntima mistad, como lo confirman, entre otras cosas, los siguientes pasajes
dé unas cartas del poeta al Duque de Sessa. En la primera —escrita des-
•de Toledo— le ruega al Duque que le mande escribir para Riquelme, y
no para el cómico Sánchez, con quien el Fénix andaba enemistado: "Alon-
so de Riquelme ha venido aquí, señor excelentísimo, esta mañana con
pena de que Sánchez, por última diligencia, ha hablado a vuestra exce-
lencia para que me mande que le escriba." "Sánchez me ha hecho a mí
notables pesadumbres, y Riquelme buenas obras; elija aora vuestra ex-
celencia el que le parece más a propósito para ynclinar las musas, que
como, en fin, mugeres, no ay remedio de hazerles fuerza donde no tienen
gusto ; yo el de obedezer el de vuestra excelencia en todo; pero quedo sa-
tisfecho de que le tendrá de lo que es razón, y assí le supplico lo mues-
tre en faborezer a quien también lo mereze, que también sabrá Riquelme
representar la historia del gran Capitán, antecessor -de su Illüstrísima
casa." La segunda refleja, más aún, la intimidad de Lope y el famoso repre-
sentante: "Lleba esta noche la música y bayles de Riquelme al caballe-
a r a . Es lexos y ay lodo; si pudiera venir el coche a las diez para sólo
llebarlos y bolberse a servir a vuestra excelencia; que después a las dos
¡podría bolber por ellos." (Copia Rosell, tomo 2.°) cartas 41 (sin fecha) y
•55 (id.))-
183 Este célebre autor de comedias ha sido estudiado por el señor
Díaz de Escovar en sui excelente trabajo Comedíanles del siglo xvii: Bal-
tasar de Pinedo (en Bol. de la Acad. de la Hist., tomo XCII, cuaderno I
(enero-marzo^ 1928), pág. 162), al cual remito al lector. Con Lope tuvo
buena amistad. Estrenó sus comedias La Sania Liga, en la que hacía de
" S e l í n famosamente", y Lope le ensalza en ¡E7 Peregrino en su patria, pri-
:mero con estos versos:
"Baltasar de Pinedo tendrá fama,
Pues hace, siendo Príncipe en su arte,
Altas metamorfosis de su rostro,
Color, ojos, sentidos, voz y afectos,
Transformando a la gente. Mas no es justo
Que os diga lo que aquí veréis tan presto,
Recitando esta tarde un hombre pródigo,
Ya rico y fuerte, ya perdido y mísero."

Y al final, en el pasaje siguiente: "Pinedo, maravilloso entre los que en


España han tenido este título." (Ed. Sancha, tomo V, pág. 462.)
También en una carta al Duque de Sessa dice que Pinedo estaba en
El Escorial para celebrar "las honras de don Alonso Pimentel y setecien-
t o s españoles muertos." (Copia Rosell, tomo 3.0, carta 127, sin fecha.)
184 Ms. cristicar.
26
402 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

Barbiponiente 185 he visto a 18c la poesía


315 hablando de 18T cimáticos 188 poemas:
temo que es 1S9 Helicón 190 Fuenterrabía 181.

185 Ms. Barbipotente. Quijada. Barbiponiente. Se dice barbiponiente


a aquel que empieza a salirle la barba, es decir, al que comienza a entrar
en la juventud. Parece aludir aquí a la nueva poesía de entonces, esto esf
la culterana, a la que ya hemos visto pertenecían algunas de (las obras de
Torres Rámila. Para* barbiponiente véase Rodríguez Marín: Ed. Quijote, ya cit.
(tomo IV, pág. 61).
1S6 Falta en el manuscrito; pero está en Quijada.
187 Ms. de dar.
188 Quijada, dramáticos; pero pudiera ser lo que dice el manuscrito:
cismáticos, y aludir injuriosamente a la presunta herejía de Torres Rámila,
como en otros pasajes de las sátiras. (Véanse los versos 100, y 131.)
l8<J Ms. ques.
190 Ms. el licon.
191 Indica aquí Lope de Vega que en Fuenterrabía abundaban los
poetas, ya que parecía Helicón, o sea el monte de las musas o helicónides,
adonde iban los vates a inspirarse para 'componer versos.
Voy a aclarar la alusión, insertando además algunos datos que juzgo de
interés.
Se trata, claro es, de los celebérrimos casamientos del príncipe don Fe-
lipe (luego Felipe IV) con Isabel de Borbón o de la Paz, y de Luis XIII
de Francia con la infanta española Ana Mauricia de Austria, acordados
en 1615, y, por tanto, a suceso anterior a las sátiras que Lope recordó aquí
de modo algo anfibológico. Se sabe por una carta de Quevedo que fué
muy de notar el gran número de poetas que acompañaron al séquito de 3os
nobles: "Llevó [el Rey] al Duque de Sesas (síc) que vino con gran casa,
caballeriza y recámara, y hizo entrada de Zaluco en el pueblo: trajo consi-
go a Lope de Vega, cosa que el Conde de Olivares imitó de suerte que,,
hiñiendo en el propio acompañaminto, trujo un par de poetas sobre apues-
ta, amenazando con su relación; io estube por escribir un romance en esta
guisa, mas trapezé en la envajada.
A la orilla de un Marqués
Sentado estaba vn poeta
que andan con reyes y condes
los que andavan con obejas

El Duque de Maquéela vino con mucha jente, mui luzido, acompañando


a su Ex.a [Serma], mas no trujo poeta, cosa que se notó." (Madrid, 21 de
noviembre de 1615. (Véase Quevedo: Dos cartas inéditas. En Rev. Arch.,
Bib. y Mus., t. IX (1903), pág. 177).
Del séquito del Duque de Sessa —entre el cual iba Lope, como se ha
visto— habla Pedro Mantuano en sus Casamientos de España y Francia y
Viaje del Duque de herma, llevando la Reyna Christianissima Doña Ana
de Austria al passo de Bcobia y trayendo la Princesa de Asturias nuestra
scñorA. (Madrid, 1618, pág. 158):
"Lleuaua veynte y quatro pages, doze lacayos de librea acul celeste, con
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 403

El mundo tuvo siempre algunas temas:


bien haya el m inventor de las tortillas
que así megcló las claras con las yemas.

calcas; los vestidos guarnecidos con passamanos de oro, quarenta y ocho


azémilas, las veynte y quatro con reposteros de terciopelo carmesí, con sus
armas, cercadas por orla de las vanderas ganadas del zogoui, Rey de Gra-
nada, siendo deshecho y preso por el Conde de Cabra y Marqués de Camares,
ambos abuelos suyos. En otras eran de lana de Salamanca. Con él venía don
Juan de Córdoua, varón de la casa de Baena, Gentilhombre de la boca de
su Magestad, señor de la villa del Colmenar, con ocho pages y quatro la-
cayos, con librea de terciopelo negro, guarnecida de verde y leonada."
Y si Mantuano no especifica si iba el Fénix se indita, en cambio, con
elogio, en la anónima Relación de la jomada de las entregas de las serenísi-
mas señoras doña An-a, reina de Francia, y doña Isabel, primera de Espa-
ña, hechas en los meses de otubre y noviembre de este amo de 1615 (Ma-
nuscrito Bib. Nac. 2.348, fol. 193 a 385), cuyo final copio:
"En la jornada ha andado el famoso poeta Lope de Vega, Pedro Mantua-
no y otros dos tomando por memoria todo lo que pasaba para hacer historia
dello: dello se sabrá muy extensamente lo sucedido."
Efectivamente, también Lope de Vega aludió a ello en la comedia Los
Ramilletes de Madrid, e indicaba haberse roto un brazo:

"También he visto a Belardo,


Que decían que por medio
se había quebrado un brazo."

Ahora bien : también fué en la jornada el Duque de Monteleón (véase el


capítulo I, nota 18), cuyo tren describe también Mantuano (,0b. cit., pá-
gina 160):
"El Duque de Monteleón con doze pages, quatro lacayos, con calcas de
carmesí bohemios y ropillas de terciopelo negro, aforrados, jubones de
raso con trencillas, gorras guarnecidas con plumas y cordoncillos de oro.
Otra librea lleuaua de paño leonado rosaseca, bordado todo de hilo de oro, los
ferreruelos con seys guarniciones, doze azémilas con reposteros de terciopelo
carmesí, bordados de sus armas, con guarniciones, chapas y garrotes de
plata, y cuerdas de seda: sin esta otros doze con reposteros de Salaman-
ca : dos carrozas, vna de seys muías y otra de qvatro: vna litera, con quatro
azémilas, y cinco carros."
¿Iría con él Pedro de Torres Rámila? Nada se dice, y en esta época no
estaba, al parecer, a su servicio, pero pudo ser.
Lo mismo es difícil conjeturar si estuvo allí Suárez de Figueroa, que tal
vez fuera con el Marqués de Cañete o algún otro noble de los que le prote-
gían. Al menos él parece ser que compuso una Relación de la curiosísima
jornada que la Magestad del Rey D. Felipe JV. .9. a hecho aora con nuestro
Príncipe y la Reyna de Francia, sus hijos, para efectuar sus reales bodas...
Madrid, 1615; pero no he podido hallar un ejemplar de este impreso, si es
que existe.
102 Ms. ay el. Quijada, haya.

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4Ó4 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

320 Aquí contara yo las 193 maravillas


de unos ciertos cuitados scriptores
si apostrophies sufrieras, TorrescÜlas.
En ajenos trabajos, hay doctores 194,
gente que sabe mal el italiano,
325 destrucción de libreros e impresores 195.
Trasladan al idioma castellano
unos como librazos, en estilo
que parece morisco y es gitano.
¡Qué graciosa versión de argirofilo 190
330 de los aristelicos 19T de las 10a cremas! 199 ;
mas ya de sastre se me quiebra le hilo
¡ oh, tú, doctor que en tu papel te quemas!
si aquí se cifra todo lo que sabes,
¿por qué de los católicos blasfemas?
335 Falúa 200 fuiste de los hombres graves
y esos 201 tus pasajeros sin licencia 202.

193 Falta en el manuscrito.


194 En este verso y los que siguen, hasta el 414 inclusive, se ataca al
doctor Cristóbal Suárez de Figueroa, ya zaherido en otros pasajes (véanse
loa versos 165, 190 al 196, 205, 265, 292) como consejero: de Torres Rámila.
Desde el verso 424, según se verá, también se satiriza a Suárez de Figueroa
a la vez que a Torres Rámila.
195 Ms. ynpresores.
196 Palabra compuesta de «pyupo^-oo plata y cp[),.0(;-T¡-o'J, amigo ama-
d o ; es decir, "el que ama la plata"; o sea que la versión la hacía solamente
po¡ interés pecuniario, sin propósitos literarios.
197 Aristelico no consta en ninguno de los diccionarios y glosarios
que he consultado, ni recuerdo haber dado con esta palabra en ninguno de
los textos del siglo de oro que conozco. Tal vez pueda tratarse de un diminuti-
vo de arista o pajilla de la espiga tan conocida como muy combustible.
198 Falta en el manuscrito.
199 Quemas. Se refiere a las de los autos de fe, sin duda alguna, como
Covarrubias considera el quemar, por antonomasia, la "pena de herejes so-
meticos [sodomitas] y falsarios de moneda".
Se alude en éste y los versos anteriores a las traducciones hechas del
italiano por Suáre¿ de Figueroa.
200 Ms. faida. Covarrubias define la falúa como "cierta especie de
navichuelo pequeño, quasi farlúa, de phaselus", y hasta le busca etimología
griega.
201 Ms. esotros.
202 Se alude aquí al famoso libro de Suárez de Figueroa El Pasagcro
(Madrid, 1617), sobre cuyos personajes he tratado anteriormente.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 405

(i Sastre que sirve a las cabegas-naves 203!)


Acuérdate que a toda diligencia 204
ibas en una muía coja un día
340 no lejos de la Vera de Plasencia 205
para llevar a cierta señoría 208
la ditigión 20T de un libro; ¡ oh buen Petrarca!
"Povera e- nuda vai Philosophia" 20S

203 Alusión a El Pasagero, donde la cabeza de Suárez de Figueroa


hizo de nave transportando imaginativamente de España a Italia a los per-
sonajes del libro. Torres Rámila servía a la cabeza-nave de Figueroa, por-
que seguía sus consejos en su actitud contra Lope. Y si no es mucho suti-
lizar todo esto, el que servía en una nave era por antonomasia el forzado,
y es posible que con ello quisiera Lope llamar a Rámila delincuente.
204 Ms. ligencia.
205 La Vera de Plasencia es un territorio situado era el Noreste de la,
provincia de Cáceres, cuya población principal es Plasencia, donde debía de
habitar la señoría a que se alude. La región es famosa, y sus excelencias
pueden verse en la curiosa obra de fray Alonso Fernández, Historia y anales
de la ciudad y obispado de Plasencia. Madrid, 1627 (pág. 18).
206 Con tan escasos datos como tenemos de ello es imposible deter-
minar quién fuera este personaje, y no he logrado hallar una posible rela-
ción —que indujera a alguna suposición razonable— entre Suárez de Fi-
gueroa y los muchos personajes que aparecen en el Catálogo de los varones
ilustres del Obispado de Plasencia. (Por las armas, empleos políticos, Mi-
nistros togados, Cardenales,, Obispos, Dignidades eclesiásticas, Fundador, Es-
critores, Santos.) (Ms. en la Biblioteca de la Academia de la Historia, Sig-
natura 9-25, 1.a C. 7.)
207 Distinción. Esto es la dedicatoria. Respecto de semejante costum-
bre de llevar los libros a los "Mecenas", véase lo que dice Suárez de Figueroa
en El Pasagero (ed. Rodríguez Marín, pág. 283) por boca del Maestro —pro-
bablemente Torres Rámila, según ya dije—, revelador de su hábito en llevar
a cabo lo que le dice Lope: "¿Qué causa pudo impedir la común deligencia
de dar al señor en mano propia el libro que se le dedica, si se sabe la obli-
gación que le corre de agradecer y premiar tan gran servicio?"
Efectivamente, ninguno de los libros de Suárez de Figueroa deja de
estar dedicado a algún alto personaje, entre ellos el Duque de Lerma, el
Duque de Mantua, el Duque de Arezo, el Duque de Alcalá, el Conde de
Cocentaina, el Marqués de Cañete, e t c . , y aun El Pasagero va dirigido-
"A la Excelentísima República de Luca", natía menos. (Véase Winckershatrt
Crawford. Ob. y trad. cits.)
208 Verso perteneciente al séptimo de los sonetos de Francisco Pe-
trarca :
"La gola e '1 sonno e 1' oziose piume
Hanno del mondo ogni vertú sbandita,
Oud'é dal corso suo quasi smarrita
Nostra natura vinta dal costume:
406 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PENA

E t é si spento ogni benigno lume


Del ciel, per cui s'informa umana vita,
Che per cosa mirabile s'addita
Chi vol far d' Elicona nascer fiume.
Qual vaghezza di l a u r o ? qual di mirto?
—Povera e nuda vai filosofía;—
Dice la turba al vil guadagno intesa.
Pochi compagni avrai per l'altra v i a :
T a n t o ti prego pié gentile spirto,
Non lassar la magnánima tua impresa."

Mucho agradaba a Lope este verso, y muy presente lo tenía cuando lo re-
pitió en sus obras varias veces, ya en italiano ya en español.
Compuso un soneto inspirado en él, que se publicó en las Rimas de
"Burguillos". ( E d . Sancha, tomo X I X , pág. 8 8 ) :

"Al corto premio de un amigo suyo, que le merecía.


"Pobre y desmida vas, Filosofía",
dtjo el P e t r a r c a ; luego siempre h a sido,
Fab:o, la ciencia en miserable olvido,
desprecio de la humana M o n a r q u í a : .
Llorad la vuestra, que l*a, inútil mía. >
ni aun el nombre merece que ha tenido,
olio, tiempo y estudio habéis p e r d i d o :
tales efectos la esperanza cría.
Dicen, cuando en los males no hay mudanza,
que la paciencia es premio de la ciencia.
¿ Q u é hará quien, por ser premio, no la alcanza?
Aforismo cruel, cruel sentencia,
recipe para estíptica esperanza
ayudas de silencio y de paciencia."

En la dedicatoria de su comedia El Caballero del Milagro, a P e d r o de


H e r r e r a (parte X V . Madrid, 1621, fol. 272 vto.), d i c e :
"si la multitud más juzga por los lugares que los m é r i t o s :

Ponera e nuda vai Philosophia,

dixo el P e t r a r c a . "
Y en el Laurel de Apolo (silva V I I I , ed. Bibt. Aut. Esp., tomo X X X V I I I ,
página 2 1 5 ) :
" L a queja universal de los que llegan
A la difícil cumbre de Helicona
N o consiste en el tiempo ni el olvido,
Pues éstos n u n c a niegan
A sus estudios inmortal corona,
Ni el premio dignamente merecido,
Sino de haber tenido
Tan poca estimación mientras v i v i e r o n ;
No porque todos fueron
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS áffj

¡ A fe que era el libraco de la marca 20°


345 y q u e s e han hecho de él 210 hartos cartones!
A los engrudos le obligó la Parca.
Así yacen tus falsas traducciones,
si bien con justo miedo se han limpiado
con papel en que tú la mano pones.
350 Camina pues 211 traducidor cuitado,
y España de tu pruma 212 se difienda 21S
que de tu lengua yo tendré cuidado.
Adorna el frontispicio a toda tienda
con rotulado de tu libro infame,
355 q u e n o hayas miedo que mi cuatrín 211' se venda.
Maestro no se pese que disfame 215
otro que a ti no seas, envidioso.
Tiempo también habrá donde te llame.
Estoy deste letrado cudicjoso
360 pueses tu amigo, ayúdame 21° a su loa
que 217 me lo manda un gusto poderoso 21S.

Por quien Petrarca, sin razón, decáa:


Povera e nuda va-i, philosophia.

Pero el tal verso petrarquesco debía de estar al uso, pues no es sólo Lope
el que lo reproduce. También Pacheco, en el Arte de la Pintura (Madrid,
1866, tomo I, pág. 212).
209 Quiere decirse que era extenso si se atiende a lo que dice Co-
varrubias de marca: "en otra significación vale largura y medida cierta,
como espadas de la marca, paños de marca, y en el papel decimos de mar-
ca mayor y marca menor."
210 Ms. del.
211 Ms. puesta.
212 Pluma.
213 Pudiera referirse malintencionadamente a la España defendida
(Madrid, 1612), de Suárez de Figueroa, aludida más adelante. (Versos 280
y 381.)
214. Cuatrín se llamaba una moneda de Italia de ínfimo valor —un
real estaba integrado por cuarenta cuatrines—, cuyo nombre tomó carta de
naturaleza en España, designándose con él el mínimo de dineros hiperbólica-
mente y a veces el mínimo de cantidad o valor de una cosa.
215 En éste y los dos versos que siguen se dirige a Torres Rámila,
como disculpándose burlonamente de no satirizarle. Desde el verso 315 con-
tinúa atacando a Suárez de Figueroa.
216 Ms. alíndame.
217 Ms. quelo.
218 El Duque de Sessa.
4Q8 JQAQUÍN DE ENTRAME AS AGUAS Y PENA

¡ Oh letrado mentol! ¡ Oh Figueroa!,


hombre sin ley cari-glorioso 210 y tonto,
seso de cuervo en calva de Gamboa 220.
365 ¡ Oh, roejn mordedor ligero y pronto!
¿de dónde te ha venido el apellido
que no lo sé, por más que me 221 remonto?
Mas todo Figueroa bien nacido
hojas de higueras por blasones tiene,
37° del padre Adán original vestido,
pues mira tú como de Adán te viene,
que si con hojas se tapó de higuera
por hijo de tus bragas te conviene 222.
¡ Oh hidalgo desde Adán! ¡ E quien creyera
375 que de las verdes hojas de sus higos
tu venerable calva procediera! 223

219 Aun cuando esta palabra carece hoy de un exacto significado, no


parece que sea errata del copista, porque ha de advertirse que "glorioso"
se aplicaba también —aparte de las acepciones corrientes— al "que se ala-
ba demasiado y habla de sí con jactancia", lo cual puede aplicarse muy bien
a Suárez de Figueroa.
220 No hay datos para determinar a qué Gamboa se pueda aludir cuya
calva fuera popular. Muy conocido entonces era don Pedro de Gamboa y
Leiva, que gobernaba en Venecia una armada hacia 1615. (Cfr.Ms. Bibl.
Nacional, Sig. 2.348, fol. 521.) De su actuación corrió una Relación de lo que
sucedió en el golfo de Venecia a D. Pedro de Gamboa y Leyba con la
armada que gobernaba, año 1615 (M.S. Bibl. N a c , ya cit.). Su retrato puede
verse en la obra de Parrino: Teatro eroico c político de governi de Vicere
del Regno di Napoli.
221 Falta en el manuscrito.
222 Así dice el manuscrito; pero el copista debió de interpretar mal
el verso original, que sería, probablemente: "ser hijo de sus bragas te
conviene", o algo semejante, en consonancia con el pensamiento del texto.
323 Véase la nota 27. Efectivamente, el apellido Figueroa tiene por
armas "Un escudo de oro con cinco hojas de higuera, verdes", y "Defien-
den de los condes de Trastamara". (Véase Algunos linajes de España, ma-
nuscrito de autor anónimo, compuesto hacia 1593, y existente en la Bi-
blioteca Nacional. Sig. 6.001, fol. 65.)
Covarubias, en su Tesoro, para explicar sus orígenes sigue a Ambrosio
de Morales en su Historia, (III parte, cap. XXVII), y dice "que el año de
setecientos y noventa y uno, llevando los moros el vergonzoso tributo de las
cien doncellas, an tiempo del Rey don Bermudo, ciertos caballeros christia-
rios salieron a ellos, y acometiéndoles los vencieron y se los quitaron, y
acaeció que en aquel campo donde pelearon había muchas higueras, y por
memoria del hecho tomaron por armas las cinco hojas de higueras y que-
daron con el nombre de Figueroas".

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LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 409

Tribaldos de Toledo, en su Discurso a las obras de Francisco de Fi-


gueroa (Lisboa, 1626), da todavía más datos genealógicos de los Figueroas,
si bien no alude al doctor Cristóbal Suárez:
"Esta denominación es muy ilustre en toda España después que los cin-
co hermanos Gallegos entre la Coruña y Betancos quitaron por fuerza de
armas junto a unas higueras que en gallego llamamos figueiras las donze-
llas, que indignamente se llevaran por parias al árabe Abderrahman el se-
gundo, Rei de la mayor parte de España, y fueron causa de que el Reí Ra-
miro de León, cerca del año de Christo nuestro Señor de 844, con tal exem-
plp se moviese a negar semejante tributo, como lo hizo, dexando libres sus
Reinos de tan infame gabela, o peaje; desde entonces tomó aquella casa
que allí es solariega el renombre de F'igueroa, i por blasón cinco hojas ver-
des de higuera en campo de Oro, de la qual desciende por línea femenina la
mayor parte de la nobleza de España; mas por varonía no interrumpida en
estos ochooientos años 3a ilustríssinra, casa de Feria, que oi posee el exce-
lentísimo Príncipe y señor don Gómez Suárez de Figueroa, i Córdova, ter-
cer Dtoque de Feria, Marqués de Villalva, Virrei antes del Reyno de Va-
lencia, i agora en 1625. Governador de Milán, i Capitán general en Italia,
adonde con raro valor i prudencia felicísimamente administra, maneja i rige
las armas de nuestro Monarcha Philíppe I I I . . . "
Otros nobles, pertenecientes, según Tribaldos, a la casa de Figueroa,
fueron los Marqueses de Priego y Celada y los Condes de Arcos y Añover.
El propio don Cristóbal, aludiendo en su España Defendida. Libro II.
Octavas 85 a 87 al duque de Feria, don Lorenzo Suárez de Figueroa, apro-
vechó la ocasión para hacer el elogio de este apellido:

"En premio, pues, los ínclitos llevaron


El destinado pasto de dragones,
Y porque la batalla terminaron
Como tú lo miraste, con bastones,
En tanto que al lugar se enderezaron
Cinco hojas de higuera por blasones,
De quien está, qual vez, llena la tierra,
Tomó el autor primero de la guerra.
Y de allí derivando su apellido,
Rico el tronco quedó de nobles ramas:
Mas lo futuro excede lo que ha sido,
El ciprés hará las que eran gramas.
Sabrás, o tú, que de sudor ceñido,
Las letras sigues, las historias amas,
Que a semejante estirpe quiere el Cielo
vestir de honrosas galas en el suelo.
Duques, Marqueses, Condes, sus ornatos
Han de ser en edades prolongadas,
^Sacará de marciales aparatos
Sua sienes de proezas coronadas:
Siempre la mirará con ojos gratos
El autor de riquezas estrelladas;
Mas rica sumamente de una Feria
Ha de salir en l'abundante Iberia."
4io JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

22i
¿Dime, capigorrón. : tienes amigos?

Lope de Vega además se burlaba del apellido Figueroa, sabiendo que don
Cristóbal lo había adoptado sin ser suyo, porque pertenecía también a
una de las casas ducales más famosas de España, según hemos visto, y con
ello se buscaba el buen doctor ascendencia y parentesco nobles, imprescindi-
bles entonces para lograr altos puestos o cargos beneficiosos.
Cuando Suárez de Figueroa tradujo El pastor Fido, del italiano Juan
Bautista Guarini, lo publicó en Ñapóles en 1602 a nombre de Cristóbal
Suárez. Versión mediocre que luego rehizo por completo, imprimiéndola de
nuevo en Valencia en 1609, y añadiendo ya su segundo apellido Figueroa,
unido al primero.
El señor Alonso Cortés, con su proverbial acierto y razonadamente, su-
pone que la primera edición no la mencionó Suárez de Figueroa como suya,
más tarde (aun cuando se la atribuye indubitablemente Ceíliero Bonatti en
carta al Duque de Mantua), acaso para que no "aumentaran las sospechas
sobre la legitimidad de su segundo apellido", lo cual corrobora la alusión
satírica del Fénix,
Wickersham Crawford, en cambio, basándose únicamente en que difieren
ambas traducciones entre sí, niega, sin otro fundamento más sólido, que la pri-
mera de ellas (Ñapóles, 1602) sea de Figueroa. (Véase Vida y obras de Cris-
tóbal Su&rcs de Figueroa, traducción y notas de N. Alonso 'Cortés. Valla-
dolid, 1911.)
Y no fué sólo Suárez de Figueroa quien trató de ennoblecer su apelli-
do. El insigne dramaturgo ecijano Luis Vélez, siendo su apellido Vélez de
Santander, adoptó el de Vélez de Guevara, porque era, éste el de la nobilísi-
ma casa de los Condes de Oñate, y algún otro caso pudiera citarse como
el del mismo Lope de Vega, que cambió el de Fernández que le correspon-
día por el de Carpió, ajeno a su familia, para fingirse descendiente del fa-
mosísimo Bernardo e inspirar s-in querer la (punzante e implacable musa sa-
tírica de Góngora en el conocido soneto:
"Por tu vida, Lopillo, que me borres..."
y también otra poesía contra el Fénix, probablemente de Torres Rámila.
(Véase el capítulo IV, nota 84.)
224. En la época en que se escriben estos versos los estudiantes españoles
se clasificaban, según su posición social y económica, en tres clases : Camaris-
tas, que tenían casa puesta y eran los de clase más elevada. Nobles, por
regla general, mostraban su riqueza viviendo con todo el lujo y esplendor
que podían proporcionarse. Pupilos, huéspedes en pensiones, cuyo ejemplo
era en no pocos casos la del licenciado Cabra, descrita por Quevedo, equi-
valían a la clase media del mundo estudiantil, eran los más numerosos y
vivían mejor o peor, según los recursos de que disponían.
Los camaristas y los pupilos no se diferenciaban, en cambio, en el tra-
je, e integraban unos y otros, merced a esta circunstancia, el grupo co-
mún de manteistas, llamados así por el gran manteo que siempre llevaban
sobre los hombros.
Por último, los capigorrones o capigorristas, a quienes se hace referen-
cia en lias sátiras, constituían la clase más inferior, y su vida era muy dura
y despreciada.
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 411

¿qué oficjalejo 226 te dio aquella Herida


con la mano de tantos enemigos?

He aquí lo que dice de estos infelices el ilustre hispanista Gustavo Rey-


nier: (Ob, cit, págs. 41, 45, 62 y 64):
"Leur nom leur vient de leur costume qui n'est ¡pas tou)": á fait pareil á
celui des autres écoliers: ils ont comme eux la soutane de laine noire, mais
ils portent sur les épaules, au lieu de l'&jnple manteo, une cape d'étoffe-
grossiére (capa ou bernia), et sur la tete, au lieu du bonet carré, la. gorra,
qui est une espéce de casquette. On les reconnait aussi á leurs gros souliers
ferrés, qui leur font la démarche lourde, et c'est pourquoi les latinistes les
appellent dédaigneusement la bande de calceo ferrato."
"Ce sont les valets d'étudiants, étudiants eux aussi, ¿nscrits comme leurs
maitr,es sur les registres de l'Université, mais qui ne sont pas naturelle-
ment traites avec les mémes égards."
"II fallait pour réussir de la sorte, avec des mérites extraordinaires,
une chance miraculeuse. Les pauvres capigorristas n'en demandaient pas
tant: um office d'avocat ou queJque prebende eüt abondamment comblé leurs
désirs; mais, pour presque tous, cette ambition méme était chimérique. Les
uns, Iassés de lutter contre la misére, s'eloignaient tristement de l'Univer-
sité et regagnaient le pueblo natal a peu prés comme ils en étaient venus;
quant aux autres, les plus nombreux, incapables de se détacher de Salaman-
que, mais dégoütés pour tou'jours d'une domesticité qui ne leur rapportait
ríen, aimant mieux, pusqu'il fallait ne pas manger, souffrir la faim en li-
berté qu'en servage, ils reprenaient leur indépendance et allaient se perdre
dans la bande tumultueuse qu'on voyait grouiller de jour et de nuit sur
les places et dans les rúes de la ville, la bande des étudiants qui avaient
mal tourné."
"Ces étudiants faméliques et vagabonds, gorrones ou chevaliers de la
Tuna, forment comme une vaste corporation, ou régne l'égalité la plus par-
fait, oü s'efface toute distinction sociale et dont tous les membres sont
itidissolublement unis par les souvenirs de leurs communes miseres et de la
complicitc de cent méfaits."
"On les voit dé le matin attendant sur le le seuil des couvents la dis-
tribution des acuelles de soupe, et c'est de la que leur vient leur surnom de
sopistas." (Véase, además, el capítulo I, nota, 19.)
Finalmente, de los párrafos reproducidos puede deducirse sin dificul-
tad cómo luego capigorrón vino a significar 'ocioso que lleva capa y gorra',
vagabundo, y en otro sentido —porque los capigorrones solían a veces
no concluir la carrera a causa de no vencer las dificultades que hallaban—
'el que tiene órdenes menores, sin pasar nunca a mayores'.
Análogo es el origen del epíteto gorrón con que se designa al que vive a
costa de los demás, y la frase ir de gorra a un lugar, o sea sin pagar nada
y dejándose invitar por aquellos a quienes se acompaña.
225 Oficialejo alude despectivamente a los oficiales de los sastres
(véase la nota 3), y quizá se refiera a alguno de los escritores que compo-
nían la corte de Lope de Vega, que en nombre de éste y los demás tomara
venganza cruenta de Suárez de Figueroa, como parece indicar lo que sigue.
412 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

226
380 Dasle a Cañete versos por comida .

226 Es el quinto Marqués dp Cañete, don Juan Andrés Hurtado de


Mendoza, hijo de don García el de las Hazañas y de su1 primera mujer
doña Teresa Fernández de Castro, hija del Conde de Lemos, don Pedro, me-
cenas de muchos ingenios del siglo de oro, entre ellos Cervantes y Lope
mismo. Casó don Juan Andrés muy joven, con doña María Pacheco y Bo-
badilla, hija del Conde de Chinchón, y acompañé a su padre don García al
Perú cuamdo fué nombrado Virrey. Entonces tenía unos veinticinco años.
En 1596, a poco de regresar a España, quedó viudo. De este primer ma-
trimonio nació don García. Contrajo matrimonio en segundas nupcias con
doña María de la Cerda, hija del Duque de Medinaceli, que murió poco
después, sin dejarle descendencia, y, por último, se casó por tercera vez en
1609 con doña María de Cárdenas y Manrique de Lara, hija del Duque de
Maqueda y de la Duquesa' de Nájera, y al mismo tiempo heredó el título y
los estados de su padre don García al morir éste. Según López de Haro
(Nobiliario, 1622), tuvo de su última unión cinco hijos: don Gaspar, doña
Juana Antonia, doña Teresa Antonia, don Francisco Dionís- (que murió
niño) y don Melchor.
Ambos marqueses, don Juan y doña María, vivían aún en 1629', y sus
bodas fueron celebradas por Suárez de Figuproa —que era protegido por
ellos—• en el matrimonio de La constante Amarilis (1614), cuyos protago-
nistas identificó así Wickersham Crawford en su trabajo Somc notes on
"La Constante Amarilis" of C. S. de F. (En Modern Language Notes,
toma XXI (1906), Cois. 8-11.)
Juan Pablo Mártir Rizo, también muy afecto al citado Marqués de Ca-
ñete, le dedicó su Historia de la muy noble y leal ciudad de Cuenca (Ma-
drid, 1629), donde incluye datos muy interesantes acerca de él y de sus
ascendientes. Describe su enterramiento y capilla de la catedral (II Parte,
Cap. I I ) ; inserta el escudo y los retratos de todos los Marqueses de Cañete
grabados ¡por J. de Courbes. Hablando del famoso don García, "el de las
Hazañas" —a quien dedica la obra—, dice que "hay historia particular de
sus hechos y victorias escrita por el doctor Figueroa, y las que se han es-
crita dignas del refieren sus hazañas", con lo cual zahería la memoria del
gran Alonso de Ercilla, que le ensalzó fríamente en La Araucana, y, por
último, hace el panegírico de "don Juan Andrés Hurtado de Mendoza,
quinto Marqués de Cañete, Guarda Mayor de Cuenca, Montero Mayor del
Rey don Felipe I I I " , en estos términos:
"La vida deste príncipe merece historia particular, yo la ofrezco al
mundo por dechado de la perfección, de un exemplo de tolerancia contra
la fortuna y por demostración del sufrimiento opuesto a los rigores de los
tiempos, que quando espeíaua alcancar las recompensas que se deuían a
los merecimientos de los mayores y a los adquiridos con la propia virtud
se halla reducido a términos contrarios, para que se conozca que la proui-
dencia diuina encamina a los humanos a aquellos fines que no pueden
percibir los talentos de los hombres, para conduzillos desta forma a nueuas
y mayores felicidades, porque sus virtudes son generales, sus defectos
(si algunos tiene como hombre) particulares, que parecen no de otra ma-
nera que átomos invisibles en la grandeza de su reputación, y las ideas de
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 4I3

¿A qué librero engañas la inocencia


con aquella Españaga Defendida? 22T

mejor vassallo se han quedado en el Cielo, que es su origen. La verdad será


eternamente victoriosa, inmutable, y como el oro el vidrio, que no se
pueden convertir en otra sustancia, porque el uno es la última obra del
sol y el otro del fuego, así es firme como oro y clara como vidro. Lo que
sus enemigos (si es posible que sujeto de tanta integridad tenga algunos)
.dirán en secreto, no será diferente de lo que sus fieles criados dirán pú-
blicamente. Está casado con doña. M.a de Cárdenas, hija mayor de don
Bernardino de Cárdenas, Duque de Maqueda, y de doña Luisa Manrique, Du-
quesa propietaria de Nájera, en quien, como en el centro assisten las líneas
se ha reduzido en su casa la sangre de nuestros antiguios Reyes, de
.quien tiene dilatada sucesión."

30. Firma autógrafa del Marqués de Cañete. 1617.

Los versos que, según Lope de Vega, daba por comida Suárez de Fi-
gueroa al Marqués de Cañete serían algunos dedicados a él o a sus ascen-
dientes. Anteriormente había escrito los Hechos de D. García Hurtado de
Mendosa (1613).
A pesar del odio que el Fénix profesaba a Suárez de Figueroa, utilizó no
pocas veces este último libro del maldiciente doctor para su comedia Arau-
co Domado, "hecha como otras muchas obras de aquel tiempo para can-
car las victorias de don García sobre los araucanos e impetrar el favor del
Marqués, su hijo". (Véanse los Preliminares de don Marcelino Menéndez
•y Pelayo a las Obras de Lope de Vega. Ed. Academia Española, tomo XII,
p á g . CLXXII.)
Finalmente, Lope de Vega mismo citó al Marqués de Cañete en La
.Dragontea (1598, canto III) en estos versos:
"Treinta leguas de Lima, o treinta y siete,
el General del gran Marqués cuñado,
junto a la fortaleza de Cañete,
lugar que de su padre fué fundado,
mira al Inglés Ricardo, que promete
rendir el mundo de soberbia armado;
pero tuvo el aviso ¡por novela,
que siguiendo una armada, halló una vela."
227 Se trata de la España Defendida, poema heroico. Madrid, 1612,
.de Suárez de Figueroa, que por lo visto don Cristóbal trataba de vender

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414 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

¿Qué hiciste a 228 tu mujer? Dame licencia


para que te pregunte qué se ha hecho,
385 puesto que ti parezca impertinencia.
Matástela de hambre no sospecho
porque 229 quien tanta carne desechaba
no se pudo quejar de tu buen pecho 230.
Jugando dicen que estaba 231 a la taba;
390 pregúntale si dic,e carne o vino 232.
Pues todas fueron flechas de tu aljaba
233

¡ Oh, calavera de planeta mudo!


234:

en alguna librería. Por cierto que fué Lope de Vega quien hubo de apro-
barla. Creo de interés reproducir aquí dicha aprobación en gracia a su
brevedad :
"Aprovación.—He visto, por mandado de V. A. la España defendida,
Autor Christoval Suárez de Fígueroa. No ay en ella cosa en ofensa de
nuestra Fe y buenas costumbres. Es lección agradable en estilo grandemen-
te favorecido de la naturaleza (! !) y del arte. Muestra erudición copiosa y
desseo de la honra de nuestra, nación, porque se merece que V. A. se la haga
de la licencia que pide. En Madrid, a seys de Abril de mil y seyscientos y
doze.—Lope de Vega Carpió."
Téngase en cuenta, como justificación de este elogio de Lope de Vega,
que no le había atacado aún Suárez de Figueroa. También aprobó el Fénix'
la Plasa Universal en 1615.
228 Falta en el manuscrito.
229 Falta en el manuscrito.
230 Tener buen pecho es mostrarse bien intencionado y peyorativamente
'ser ridiculamente crédulo y bobo'. Inútil es decir que la palabra carne
tiene aquí y en el verso 390 un sentido totalmente injurioso para la virtud
d« la mujer de Suárez de Figu'eroa.
231 Ms. questora.
232 El llamado juego de la taba consiste en lanzar al aire una taba
de carnero, cuyos dos lados reciben los nombres de carne y vino, respectiva-
mente, y se gana si queda hacia arriba el primero. La intención de Lope
es volver sobre lo dicho en los versos anteriores (véase la nota 230), y
acaso acusar también a la mujer de Suárez de Figueroa de aficionada al
vino, dando a esta palabra doble sentido como a carne.
233 Faltan varios versos, lo cual hace ininteligible el sentido de este
pasaje.
23.) Véase la nota 233.
Respecto de la oscura fiuse "¡oh calavera de planeta mudo!", ininte-
ligible sin los versos que debían precederla y seguirla, anotaré estos otros
de Lope de Vega, pertenecientes al conocido soneto contra Góngora, que co-
mienza :
"Pues en tu terror impertinente espiras,
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 415

395 ¿tu rostro infame, a Judas, qué le ha dicho?;


235

¿quién como tú más priesto trasladara


del alma calvenista a la cabeza,
la cabeza que tu seso ampara? 230.
400 La envidia de tu vil naturaleza,
¿ cuándo piensa enfrenar la lengua infame
sin respetar valor, ciengia y nobleza?
Dirásme que el buey suelto bi-en se lame 237.
Tienes razón, sentencia fué de bueyes.
405 El fiero tuyo en el de bronce brame 238.
¿Adonde abogas, di?, ¿qué es de tus leyes?
Bogar fuera mejor, que es 239 desvarío
no seruir esos tercjos a los Reyes 240.

zabullóme de pato, por 110 verte,


Oh calabera Cisne, que en la muerte
Quieres cantar, y por detrás respiras..."
(Véase Pérez Pastor: Bibliografía Madrileña, tomo III, pág. 235.)
235 Véase la nota 233.
236 Verso incompleto. Tal vez dijera "esa cabeza que tu seso ampara",
"/a cabeza que el seso desampara", o aigo semejante más de acuerdo con lo
anterior.
237 Covarrubias indica con razón que se dice "El buey suelto bien se
lame, de los que son libres y no sirven a nadie, con que hacen su volun-
tad sin estar obligados a la de otro" ; pero Lope de Vega da a este refrán
un sentido menos sano : se puede no atacar a las gentes y tampoco servirlas.
Una vez más aparecen aquí los extremismos tan característicos del Fénix.
238 Opino que alude aquí Lope de Vega a la entonces muy recordada
leyenda del toro de Falaris, tirano de Ajgrigento, notable por su crueldad,
a, quien el escultor Perüo, para satisfacer sus infames instintos, le ofreció
un toro de bronce, en cuyo interior podía encerrarse un infeliz, que al gri-
tar de dolor cuando ardía fuego debajo del vientre de la escultura aseme-
jaba el bramido de aquel animal. Falaris, encantado del invento, premió a
Perilo con que lo estrenara él, y esta decisión, en cierto modo justa e in-
geniosa, inspiró a don Armando Palacios Valdés uno de sus graciosos cuen-
tos, en que el tirano es un maestro de escuela y el toro una varita de
fresno que le ofrece uno de sus discípulos, ansioso de hacérsele agradable.
233 Ms. ques.
240 La alusión 110 puede ser más sangrienta. El bogar se refiere a las
galeras donde remaban los condenados a ellas, y significaba llevarlas con
los remos. Covarrubias dice al tratar de ellas: "Sólo quiero ponderar lo que
importa la disciplina, que la mayor parte de la chusma de los que están al
remo son hombres facinerosos, que cada uno por sí traía alborotado un
pueblo, sin poderse averiguar con él, y docientos destos en una galera es-
tén tan domésticos y disciplinados, que a sólo un silvo del cómitrc ponen
416 JOAQUÍN DE ENTRAME AS AGUAS Y PEÑA

¿qué es de tus letras, bravo engaño mío?


241
410 De mí mismo ratio 2 ",
pregunto si es verdad... 2i3 ¿la ley "sgio?" 244.
Mas ¿cómo estoy contigo tan despacio?
Perdóname esta vez, juris-demonio,
y aguárdame en los patios de Palacio 245.
415 Torres, cara de falso testimonio,
chorizo teologal, vencejo humano,
sabroso más que purgas de entimonio 248,
monstruo del semen de feroz Vulcano,
pensando en algún sastre, no en Minerva.
420 Xigante en lengua y en 247 ingenio' enano,
ya vuelvo a verte, víbora entre hierba;
parche de pez en sabañón 24S apriaño 2 4 °;

con tan gran presteza por obra lo que les manda, que parecen con un pen-
samiento, sin discrepar uno de otro, como si todos ellos fuesen miembros de
una sola persona y se gobernasen por ella."
Tercios se llamaban no sólo los que constituían el ejército de tierra, en-
tre los que descollaron los inmortales de Flahdes, sino también los que
constituían los galeotes o forzados.
241 Hay unas palabras ininteligibles por error del copista.
242 De ratio-cmis, razón. Pronunciada la t como c, según se hacía en-
tonces, la rima es perfecta. El sentido del texto se ha perdido por la lagu-
na precedente.
243 Hay una palabra ininteligible, que es probablemente una errata, del
•copista, no tachada por olvido y desde luego inútil.
244 De scio, is, ivi o scii, scitwn, scire, saber. ¿Sé la ley? debía ¡pre-
guntar Suárez de Figueroa para que le desengañasen, según Lope de Vega.
245 En los patios del Palacio Real, donde se celebraban, a veces, cer-
támenes poéticos, se reunían los desocupados y murmuradores para estar al
tanto de todas las nuevas que vinieran. Lope de Vega alude a la costumbre
de que se pasearan por sus baldosas, punto de cita y reunión de los preten-
dientes en Corte:

..."Buena será la vida Cortesana


Para quien no visita, ni contenta,
Ni va a medir las losas de Palacio."

(Epístola Al doctor Gregorio de Ángulo, regidor de Toledo. En La Filome-


na, Madrid, 1621.)
246 Alude aquí Lope a los amargos derivados del antimonio, que se
empleaban mucho entonces en medicina.
247 Falta en el manuscrito.
248 Ms. sábano.
249 Sabañones apriaños llaman en algunas comarcas castellanas los que
LQPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 417

cagajón filosófico 2G0 en conserva.


Detúvome el amor, el dulce engaño
425 de aquel tu gran mentor, tu entelequía 2S1 ;
pero quiérote dar un desengaño.
Si no te conociera, infame arpía,
con saber que te amaba Figueroa
supiera tu bajeca y cobardía,
430 que tal debes de ser, pues que te loa
la infamia universal d ecuanto vive 252.
Y siendo inorantón de popa a proa 253,
ya pues que en su academia te recibe
por gozque de su industria cavilosa 25i,
435 ¡ oh sastre de latín, cose y escribe!
¿ Cuánto va que su lengua ponzoñosa

suelen nacer al comienzo del invierno, y se caracterizan por su picor y du-


ración.
250 Ms. pilosopho.
251 Ms. entichia. El que como entclequia de Torres Rámila tendía
únicamente a su propio fin, no es otro que Suárez de Figueroa, según indi-
ca el texto, con el cual se había detenido Lope para satirizarle en los ver-
son precedentes.
252 Nótese la analogía evidente entre el concepto que tiene Lope de
Vega de los amigos de Suárez de Figueroa y lo que declara años más tarde
Tomás Tamayo de Vargas al referirse a la fama de Torres Rámila, "que
cuando no tuviera otro principio más de favorecerle gente ruin y baja y de
mala calidad como es Figueroa, sólo esto bastaba a desacreditarle" (véase el
capítulo VI, núm. 30), lo cual me hace sospechar que este pasaje de las sátiras
aun cuando lo versificara Lope de Vega, debió de inspirárselo el ilustre biblió-
filo y humanista toledano.
253 De popa a proa, o por entero, es frase que empleaba a menudo
Lope de Vega: "Yo sé que él tíassa donde todo es ámbar de popa- a proa.'1''
{Carta al Duque de Sessa, sin fecha. Copia de Rosell, tomo i.°, carta 30.)
254 Ms. cauilosso. No he logrado averiguar qué academia tenía Suárez
•de Figueroa donde era recibido Torres Rámila como los perros gozques,
•definidos por Covarrubias como "perrillos que crían gente pobre y baja" y
"son cortos de piernas, largos de cuerpo y de hocico, importunos a los ve-
cinos, molestos a los galanes, odiados de los ladrones, duermen todo el día
y con esto velan y ladran toda la noche, y menos siente un oficial —[pol-
lo visto éstos solían tenerlos!— que deis un bofetón a su hijo que una
coz a su perro".
Cavilosa equivale a engañosa, malicia y doblez, según el mismo lexicó-
grafo. Por tanto, la tal academia de Suárez áj Figueroa adonde concurría
Torres Rámila —seguramente una de aquellas academias literarias de par-
ticulares del siglo de oro— era engañosa y malintencionada en su industria
11 ocupaciones.
Ti
4l8 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

253
i
te dio el consejo de escrebir locuras
de la Concepta 250 en la opinión piadosa ?
Tú, si por fuerga lo que niegas juras,
440 dexa esa escuela y academia santa 25T
que con tu lengua deshonrar procuras 25S.
Atenas nueva, que a 250 la antigua espanta,
¿por qué sufres en dos 260 monstruos tan fieros,
siendo baja lempieza y virtud tanta? 2f>1.
445 ¡ Retores, colegiales, caballeros
por el divino cisne toledano
que jontó 2B2 con las letras los aceros! 203.
255 Ms. descriuir.
256 Ms. concopa. E s indudable que se t r a t a de la Inmaculada Concep-
ción. (Véase la nota 54.)
257 Ms. sancta.
258 La "escuela y academia s a n t a " es la Universidad de Alcalá de H e -
nares, que, como ya dije (nota 54), en 13 de agosto de 1617, j u r ó defender
el dogma de la Inmaculada Concepción, y, p o r tanto, T o r r e s Rámila corr
ella. Lope le acusa, como en otro pasaje de las sátiras (versos 95 al 100), de
negar lo que j u r ó y haber atacado a los dogmáticos.
259 Falta en el manuscrito.
260 Ms. los; pero es dos, ya que se alude a T o r r e s Rámila y a Suárez-
da Figueroa.
261 E s decir, siendo tanta la virtud de la Universidad de Alcalá de-
Henares, " A t e n a s nueva", y tan baja la limpieza de T o r r e s Rámila y Suá-
rez de Figueroa, los "dos monstruos tan fieros". .
262 Ms. ponto,
263 Se alude a Garcilaso de la Vega que, como es harto sabido, fue
tan excelente poeta como valiente guerrero.
El mismo autor de La flor de Gnido lo dijo de sí en la Égloga III
(versos 37 al 4 0 ) :

" E n t r e las armas del sangriento Marte,


E'o epenas hay quien su furor contraste,
H u r t é del tiempo aquesta breve suma,
Tomando ora la espada^ ora la pluma.

Lope tenía verdadero agrado en introducir este contraste en sus versos l


en Los melindres de Bclisa (jorn. I, esc. X V I I ) , se l e e :

" ¡ O h tú, que por los ojos te a d e l a n t a s !


Si Apolo tiene pluma y Marte acero,
J u n t a a los dos en experiencias t a n t a s . "

Y en el Laurel de Apolo (silva V I I , ed. Bibl. Aut. Esp., tomo XXXVIIL


pág. 1-14):
"La exterior gentileza,
La fuerza y valentía,

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LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 419

¡ Qué arrogante sonido soberano


este negro cucrillo! ¿ Qué os ha puesto
450 en 26i la cara falaz ajena mano?
Y tú, Abobilla, parte en fuga presto,
que diversos laureles y pelasgos
espera tu celebro descompuesto 205.
Estos, ahora, son pequeños rasgos,
455 aguárdame a la sátira tercera 2C0,

Las letras y la espada,


Lr, singular destreza,
L3 música armonía " '
En tantos instrumentos celebrada,
Que tuvo el mundo atento
Igualó con el claro entendimiento
Y el arte de escribir de Félix Arias.

Y casi copiando el verso de Garcilaso de la Vega: en otro lugar del mismo


poema (Silva IV, cd. cit., pág. 202):

. "Celebradas tragedias escribiste,


Sacro Parnaso a Monserrate hiciste
Tomando ya la espada, ya la pluma."
Escribiendo en la guerra aquella suma:

Y Francisco Miracles de Sotomayor reprodujo el mismo verso, con idéntica


variación que el Fénix, en su Elegía a Lope de Vega, inserta en la Fama>
postuma (Ed. Sancha, tomo XX, pág. 348):

"A la más de este siglo aventurada


Facción britana se condujo Homero,
Tomando ya la pluma, ya la espada."

264 Ms. can.


265 Se trata del doctor Suárez de Figueroa. Nótese que en La Filomena
(1621) le designa Lope de Vega de la misma forma. (Véase el capítulo V,
núm. 9.) La palabra pelasgos,, con que se designa a los primitivos habitan-
tes de Grecia, no tiene sentido en el texto e ignoro a qué pueda aludir.
266 La que debía seguir a ésta y cuyo paradero es desconocido, supo-
niendo que se escribiera. Lo que únicamente pudiera aducir algo en .pro de
su existencia es la declaración, de Vélez de Guevara (Véase el capítulo VI,
núm. 95), que habla de una sátira de éstas, que le leyeron y no sabe quién la
hizo, y tampoco "las demás" ; pero como no vio más de una y el informante
preguntaba siempre por "las sátiras", pudo dar por sentado el inmortal dra-
mático que había más de dos sin conocerlas.
Loa demás declarantes hablan siempre de "las sátiras", pero sin indicar
su número. Pablo Mártir Rizo cita expresamente la primera por su estri-
billo: "Sastre fuiste y serás etenamente" (Véase el capítulo VI, núm. 67) y
Juan Izquierdo de Pina alude, sin duda, a la segunda —dirigida en gran parte
420 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PENA

verás tu vida sacristán de trasgos 207


Amolándose queda la tixera,
l oh cara de almorrana de mulato!
es, a saber, de la corona afuera 268.
460 Allí te diré yo, del triunvirato
con que encubáis la fama de los buenos,
juntándose culebra, perro y gato 2G0.
Tú, di lo que quisieres, que a lo menos
soy sastre como tú. No pierdo nada.
465 Mis oficiales tengo de obras llenos;
¿a qué regañarás borla cagada,
molamatris 2T0 del cuervo Figueroa,
por la boca de víbora engendrada?
Dejemos, pues, la cabra la ley roa,
470 y al búfalo español que rumie y pazca 271
Adiós, hasta la vuelta de Lisboa 272.

contra Suárez de Figueroa— al indicar que " n o todo era contra el dicho
Rámila, sino contra otros que no se acuerda quién son." (Véase el ca-
pítulo V I , núm. 91.)
Seguramente el escándalo producido por las dos sátiras conocidas no da-
ría lugar a escribir otra.
267 Por la definición que hace Covarrubias de la palabra trasgo puede
verse que en la época de estas sátiras no tenía la corriente acepción que
s e la da hoy de "espíritu que el vulgo cree que habita en algunas casas y
que travesea'' (Dic. de la Acad, Esp.), sino otra que Lope conocería, como
es natural, y aprovechó para ofender a T o r r e s Rámila. H e aqui lo que dice
el citado l i n g ü i s t a ' t o l e d a n o : "Trasgo, el espíritu malo que toma alguna fi-
gura humana, o la de algún bruto, como es el Cabrón, y así pienso auerse
dicho de tragos hircus, o se dijo trasgo, a transvertiendo, porque dicen que
suele revolver las casas y los cachivaches de casa, particularmente los vasa-
Tes y espeteras."
268 Véase la nota 103.
269 El triunvirato lo formarían, desde luego, Torres Rámila y Suárez de
Figueroa y otro de los partidarios de éstos: Manuel Ponce o Pablo Már-
tir Rizo, seguramente.
270 Ms. Ma>ia»ititriz. "Molamairiz (dice Covarrubias) es un pedago de
carne que se forma en el vientre de la mujer, casi con los mismos acciden-
tes y sospechas que si fuese preñado. Es nombre griego, mili, mola."
->-1 Alusión injuriosa a Suárez de Figueroa y a T o r r e s Rámila, res-
pectivamente.
272 Alude al viaje que realizó Felipe I I I a Lisboa en 1619, que ya
se estaba preparando por entonces. Salieron de Madrid el 20 de abril de
161 o y de Lisboa para regresar el 29 de septiembre del mismo año. N o
fue i-I Duque de Sessa y tampoco Lope (Véase Jornada del católico Rey
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 421
273
¡ Mala corcova de Alarcón te nazca! .

Felipe Tercero a Portugal. Ms. Bibl. Nac. Sig. 2.350, fols. 1, So, 288, 2go,
292, 316, 317, 319, 321, 323.
Suárez de Figueroa iría con algún mecenas, quizás con el M a r q u é s de
Cañete, a cuyo servicio estaba aqnellos años. (Cfr. el verso 380 de este Apén-
dice.)
273 Alusión cruel al conocido defecto físico del inmortal dramaturgo don
Juan Ruiz de Alarcón, con quien Lope de IVega rompió toda amistad defi-
nitivamente en esta época.
F u é en 1611, según supone Fernández Guerra (*), cuando pudo cono-
cer el joven mejicano al y a entonces gran poeta dramático madrileño, con
motivo de la inauguración de la "Academia del Conde de Saldaña", de la
cual fué secretario el Fénix. Don J u a n Ruiz de Alarcón iría acompañando
seguramente al Conde de Salinas, que le prestó su apoyo.
Quizás también fuera a visitar a Lope, como tantos otros escritores de
entonces, cuando aquél, en el mismo año de 1611, fué acuchillado por unos
desconocidos en la calle de Francos, donde vivía (**).
El caso es que en la citada fecha ya se conocían, y estaban unidos por
indudable amistad,
"Ruiz de Alarcón —dice el señor Fernández Guerra en su amenísimo
estudio sobre el poeta americano—, estudiante de Salamanca, poeta en Se-
villa, literato en Méjico, tuvo por deleitable lectura las poesías y come-
dias de Lope, tomándole por modelo y pauta desde sus primeros y secre-
tos ensayos. La idea de venir a Madrid hacíase más dulce en su corazón con
la, esperanza de ver al Fénix de los Ingenios, oírle, conocerle y t r a t a r l e ; que-
dando fascinado con su apuesta y gallarda presencia, con el fuego de sus
ojos, conversación afable, distinguido porte, presteza y vivacidad de ingenio
y atractivo de sirena."
La amistad aludida no p e r d u r a b a ya seguramente en 1616, pues antes
de esta fecha, debió de escribir Alarcón la, comedia Las paredes oyen (***).,
a que me referiré en seguida y en la cual ya hay un ataque claro al Fénix.
Empero en 1617 todavía "consagra un recuerdo de estimación al Fénix
de los Ingenios, que empezaba a mostrársele despegado" (****j, en la comedia

(*) Don Juan Ruis de Alarcón y Mendoza. Madrid, 1871 (pág. 150).
.(**) Véase L a B a r r e r a : Nueva biografía de Lope de Vega. Madrid,
1890 (págs. 553-554)-
(***) E l señor Fernández Guerra da como año aproximado de su estreno
—si hay error es en retraso de fecha— el de 1617, a sus principios, y sabida
es la lenta laboriosidad que revela el teatro de Alarcón y su timidez e in-
decisión para estrenar •—recuérdense, como ejemplo de lo que eran sus es-
trenos, el de El Anchicrísto—, a causa del temor a las i n h u m a n a s burlas que
dedicaban a su contrahecha persona.
(****) Fernández Guerra, Ob. cit., pág. 236. No sé en qué se fundó
este erudito para afirmar que en esta fecha era ya Lope enemigo de Alar-
c ó n ; pero creo, desde luego, de un año, cuando menos, anterior a ella el r o m -
pimiento entre el Fénix y Alarcón, por las razones indicadas anteriormente,
que afirma ahora la alusión de las sátiras.
422 JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

La culpa busca la pena y el agravio la venganza (*), donde le ensalza en


unos versos que he reproducido en la nota 153 de es l e Apéndice.
De nada sirvió el deseo mostrado por Alarcón para conservar la amis-
tad del Fénix. El rompimiento sobrevino al fin entre ambos. ¿ Qué causas
lo motivaron ? Nada se sabe de ello; pero debe suponerse que partiría de
Lope, no muy satisfecho de los éxitos de su discípulo —éxitos innegables,
pese a las mil trastadas de que era objeto el infeliz Alarcón—, los cuales,
si bien no obscurecían la fama imponderable del maestro, prometían para
más adelante hacerle perder algo de su preeminencia.
Tampoco sabemos cómo comenzó Lope de Vega esta lucha, de la cual fué
indudable promotor; pero sus ataques debieron de ser rápidos, violentos —muy
de Lope, al fin— y tan crueles para el pobre poeta contrahecho, que éste, rom-
piendo por encima de su mesura y de su recta conciencia, y hasta de la ad-
miración patente que senda por el Fénix de los Ingenios, hubo de contestarle
públicamente por primera vez en Las paredes oyen (**) :

"CELIA. ¿ Declarástele tu amor?


DOÑA ANA. ¿Tan liviana me has hallado?
¿ No bastaba haberle mostrado
Resplandores de favor?
CELIA. ¡ Liviana dices, después
De dos años que por ti
Ha andado fuera de sí !
Bien parece que no ves
Lo que en las comedias hacen
Las infantas de León.
DOÑA ANA. ¿ Cómo ?
CELIA. Con tal condición
O con tal desdicha nacen,
Que en viendo un hombre, al momento
Le ruegan, y mudan traje,
Y sirviéndole de paje
Van con las piernas al viento." (***)

Por cierto que Lope, demostrando una vez más su afición a no contestar
por sí mismo a los ataques que recibía, hizo que respondiera en su nombre

(*) Ya advierte el señor Fernández Guerra (Ob. cit., pág. 236) que
esta comedia no fué coleccionada entre las de Alaroón en las ediciones an-
tiguas. No obstante, fué incluida con razón en el tomo XX de la Biblio-
teca de Autores Españoles, dedicado a sus Comedias, coleccionado y prolo-
gado por don Juan Eugenio Hartzenbusch. La comedia está en la pág. 195
y los versos a que aludo en la 202.
(**) Acto III, esc. VI. Véase Fernández Guerra: Ob. cit., págs. 258 y
siguientes.
(***) "Era una de estas andantes doncellitas —aclara Fernández Guerra—
el alma de la famosa comedia de Lope que lleva por nombre Los donaires de
Matico, desde 1609 coleccionada y puesta al frente de todas las del incom-
parable dramaturgo."' {Ob. cit., pág. 259).
LOPE DE VEGA Y LOS PRECEPTISTAS ARISTOTÉLICOS 423

•don Antonio Hurtado de Mendoza, en su comedia Más merece quien más


.ama (*), donde se censura, además, a Tirso de Molina, amigo de Alarcón.
Con esto vino a hacerse público el encuentro acaecido entre los dos dra-
maturgos, y desde entonces y declarado el odio entre ambos —más violento
en Lope y más jusío en Alarcón— no cesó el Fénix de zaherir al poeta
mejicano —que se defendía como le era posible, acertando siempre en el
blanco (**), para desahogar con ello la amargura que le producían las san-
grientas sátiras de Góngora y las severas censuras de Torres Ránula y sus
partidarios.

(*) Jornada II, escena II. La comedia de Mendoza se representó des-


pués de 1619. (Véase Fernández Guerra, Ob. cit,, pág. 261.)
(**) Véanse, en prueba de ello, los capítulos XI, XIV y XVI de la ci-
tada obra de Fernández Guerra, donde se describe detalladamente la lucha en-
tre Lope de Vega y Juan Ruiz de Alarcón desde 1617 en adelante.

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ÍNDICE
PAGS.

Dedicatoria...... 3
" S i en el mar de la m u r m u r a c i ó n " 5
Advertencia preliminar., 7
Introducción 11
Capítulo I. O R Í G E N E S B E LA GUERRA. Lope de Vega en 1617. Apari-
u
ción de la Spongia". El Maestro Pedro de Torres Rámila; su fa-
milia, su vida, sus estudios; sus relaciones en Madrid, Toledo
y Alcalá con literatos y otros personajes del siglo xvii. Amistad
de Torres Rámila y Sitares de Figueroa. El Certamen poético de
Nuestra Señora del Sagrario 60
Capítulo I I . L A " S P O N G I A " . Extraña desaparición de la obra y su
carácter. Intervención en ella de Sitares de Figueroa. ha tra-
ducción de la "Poética" de Aristóteles por Mártir Rizo. Datos
existentes y nuevos acerca del lugar de impresión y del conte-
nido probable de la "Spongia 1 '. Sus alusiones. Sus ataques a Gon-
zález de Salas, al padre Luis de la Cerda, a Tribuidos de Toledo,
a Pérez de Herrera y a Mariana, y respuesta de éste go
Capítulo I I I . P R I M E R A S RESPUESTAS A LA " S P O N G I A " . Efecto e im-
portancia del libelo de Torres Rámila. Actitud del "Fénix" y
los suyos ante el ataque. Dos sátiras meditas de Lope de Vega;
autenticidad de su atribución, su carácter, su contenido. Datos nue-
vos que aportan relativos a. Torres Rámila y a Suárcz de Fi-
gueroa. "El Triunfo de la Fe en los Reinos del Japón" : sus alu-
siones. Un cartel de desafío de "Franciscus Antididascalus" diri-
gido a Torres Rámila; rareza y descripción del mismo 134
Capítulo I V . L A "EXPOSTULATIO SPONGIAE". Carácter, mtores y enig-
ma bibliográfico de la "Expostulatio". Su contenido. Panegiristas
de Lope de Vega y detractores de Torres Rámila. La respuesta a la
"Spongia". Cruel difamación de Torres Rámila. El "Onciropacg-
nion" c interés de sus noticias. El "Appcndex Expostulationcm
Sponc/iae" de Sánchez de Moratalla. Otras alusiones de Lope re-
ferentes a la guerra en esta época. 163
Capítulo V. " L A FILOMENA." Estado de la guerra después de la "Ex-
postulatio Spongiae". Respuesta definitiva de Lope de Vega; la poé-
426 JOAQUÍN DE ENTRAMP.ASAGUAS Y PEÑA

PÁGS.

tica lucha del "Ruiseñor" y el "Tordo" y los partidarios de am-


bos. Victoria del "Fénix" sobre los preceptistas aristotélicos. "El
Jardín de Lope de Vega" y sus perros "Ramynto" y "Maya". Más
noticias de la guerra en el año 1621.... 233
Capítulo VI. RESULTADOS DE LA GUERRA. Últimos estudios de Torres Rá-
mila; sus oposiciones a Colegial Mayor de San Ildefonso de Alcalá.
Unas informaciones excepcionales y el mundo literario madrileño.
Torres Rámila aicansa la beca de colegial. Otras alusiones a la gue-
rra por esta época 253
Capítulo VIL E L FINAL DE LA GUERRA. La interferencia de don Juan,
de Jáuregui: su lucha con Lope de Vega. Alusiones de los "So-
liloquios Amorosos". Estudios y comisiones universitarias de To-
rres Rámila en esta época. El curato de Helechosa de los Montes.
El "Laurel de Apolo" y la "Expostulatio Spongiae". Ataque pos-
trero : "La Dorotea". Muerte de Lope de Vega y "Fama postu-
ma". Los últimos años de la vida de Torres Rámila y su muerte. 317
Apéndice. Dos sátiras inéditas de Lope de Vega 361
Erratas 425
PUBLICACIONES
DE

JOAQUÍN DE ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA

IMPRESAS:
i. El Doctor Don Cristóbal Lozano. Madrid, 1927. (Obra declarada de mé-
rito .por la Academia Española.) 6 pesetas,
2. Antología Poética de Rubén Darío. Prólogo de don Juan Hurtado, ca-
tedrático de Lengua y Literatura Españolas en la Universidad Central.
Madrid, 1927. 8 pesetas.
3. Nueva Investigación sobre los restos de Lope de Vega. Madrid, 1928.
(Obra declarada de mérito por la Academia, Española.) 3 pesetas.
4. Tres notas para la Historia del Arte. Madrid, 1929. Agotada.
5. Prólogo a Dubrovsky, el bandido ruso, de Alejandro Puchkin. [Madrid,
1929.] (Las Cien Mejores Obras de la Literatura Universal, vol. 28.)
2,50 pesetas.
6. Edición, prólogo y notas de El Villano en su rincón-, de Lope de Vega.
[Madrid, 1929.] (Las Cien Mejores Obras de la Literatura Española,
vol. 74.) 3,50 pesetas.
7. Estudio preliminar, edición y notas de las Poesías de doña Catalina
Clara Ramírez de Guzmán. Badajoz, 1930. (Biblioteca del Centro de
Estudios Extremeños, vol. II.) 5 pesetas.
8. Un Breve de Pío VI, referente a "La Florida", y traducido por Mo-
ratín. Madrid, 1930. (Edición de 100 ejemplares numerados.) 5 pesetas.
9. El padre Seto de San Miguel, obispo de Segovia. Madrid, 1930. Agotada.
10. Doce documentos inéditos, relacionados con Moreto, y dos poesías suyas
desconocidas. Madrid, 1930. 4 pesetas.
11. Varios datos referentes al Inquisidor Juan Adam de la Parra. Madrid,
1930. 10 pesetas.
12. Introducción a Orlando Furioso, de Ludovico Ariosío. [Madrid, 1929.]
(Las Cien Mejores Obras de la Literatura Universal, vols. 61, 63 y 64.)
2,50 pesetas cada uno.
13. Noticias de algunos entalladores, doradores y ensambladores que tra-
bajaron en Madrid desde finales del siglo xvi hasta mediados del si-
glo xviJ. Madrid, 1931. Agotada.
14. Un memorial autobiográfico de don Diego de Torres y Villarroel.
Ma,drid, 1931. (Edición de 50 ejemplares numerados.)
15. Traducción de El Islam y el Cristianismo en los documentos de Toledo,
de Ezío Levi, profesor de la Real Universidad de Ñapóles. Madrid,
1931. No se vende.
16. Reliquias Románticas. Madrid, 1932. 4 pesetas.
ij. Don Manuel Fermín de Laviano y unas composiciones suyas inéditas:
Madrid, 1932. 3 pesetas.
18. Una guerra literaria del siglo de oro. Lope de Vega y los preceptistas
aristotélicos. Madrid, 1932. 50 pesetas.

EN PRENSA:

19. Una familia de ingenios. Los Ramírez de Prado. (En Revista del Cen-
tro de' Estudios Extremeños^)
20. Selección, edición y prólogo de Historias y Leyendas del doctor don
Cristóbal Lozano. Dos tomos. (En Los Clásicos Olvidados.)
21. Colecciones madrileñas de libros: La Biblioteca de don Lorenzo Ra-
mírez de Prado. (Anejo de la Revista de la¡ Biblioteca, Archivo y Musco
del Ayuntamiento de Madrid.)
22. Traducción de El Goethe público y el Goethe secreto, conferencia pro-
nunciada por el profesor de la Universidad de Bonn D. E. R. Curtius,
en la Facultad de Filosofía y Letras de Madrid. (En Anales de la Univer-
sidad de Madrid.)
23. El paisaje inexistente.

EN PREPARACIÓN:

Una orgía en el reinado de Felipe IV.


Don Juan de España, caballero y poeta.
Bordadores, pasamaneros y cordoneros de Madrid en los siglos xvi
y xvii.
El pintor Pedro de Orrente.
Algunos datos nuevos referentes a pintores de Cámara de los Reyes
de España.
Edición, prólogo y notas de la Historia del Gran Tamorlán, de Ruy-
González de Gavijo.
Lope de Vega y la preceptiva literaria de su tiempo.

Librería de Victoriano Suárez,


Preciados, 4 8 .

LOS PEDIDOS A NOMBRE DEL AUTOR:

ATENEO DE MADRID
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