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Florián B, Víctor.

Filósofo y profesor titular de la Universidad Nacional de Colombia: “¿Qué es


filosofía?” Es la pregunta que se anticipa a cualquier texto de iniciación en el pensamiento
filosófico o a los manuales de enseñanza. Históricamente, para unos, es la experiencia de la
reflexión; para otros, el pensar por medio de conceptos; y desde una apreciación más amplia, es la
reflexión que el ser humano hace sobre el mundo, la ciencia y él mismo. Y se podría mencionar
otras tantas versiones, sobre todo en las diversas corrientes del siglo XX (positivismo lógico,
fenomenología, escuela de Francfort, filosofía analítica, filosofía moral, etcétera) y en los filósofos
cuando hablan de la filosofía misma. Son maneras diferentes de entenderla, se podría pensar, pero
que a su vez le están planteando dificultades al buen propósito de tener que asignarle un objeto y al
mismo tiempo trata de captarla de un modo general. Porque una de las características de esta
disciplina es precisamente que no tiene un objeto de estudio propio y por consiguiente siempre
estará en la búsqueda de nuevos objetos como se puede apreciar en la actividad filosófica
contemporánea. La prisión, la sexualidad, la droga, la diferencia de sexos, el medio ambiente, la
biotecnología, son en este momento objeto de una reflexión filosófica y seguramente vendrán otros
con nuevas formas de discurso. Paradójicamente, se practica una actividad pero en el momento de
definirla ni el filósofo mismo sabe precisar lo que ella es aunque cree saber de qué está hablando.
De ahí que prefiera entonces optar por definirla como una especie de juego, como el juego de la
puesta en movimiento y de la puesta en desorden (Desanti) para dar a entender que es una actividad
que nunca termina, que la búsqueda permanente no es posible sin la pasión, y que como instrumento
de pensamiento cuestiona al mundo y examina supuestos y creencias. Y por esto mismo se anuncia
como un pensamiento en tensión con lo que comúnmente se cree o se afirma, o como lo que se
desvía de un orden dentro de otro orden, o como “el acto de liberarse de las opiniones falsas”
(Erasmo). Hay ideas que circulan en una sociedad con una certeza y con una firmeza tal que su
justificación se da por sobreentendida. Esto es precisamente lo que se denomina supuesto. Y ahí la
filosofía cumple la función esencial de cuestionar. Desde esta perspectiva, el espíritu crítico aparece
como la característica esencial de la filosofía”.

Foucault M. (2013) ¿Qué es usted, profesor Foucault? Sobre la arqueología y su método. Siglo
XXI: Buenos Aires.
Es muy posible que lo que haga tenga algo que ver con la filosofía, sobre todo porque, al menos
desde Nietzsche, la filosofía tiene por tarea diagnosticar y ya no procura decir una verdad que
pueda valer para todo el mundo y todos los tiempos. Intento diagnosticar,hacer un diagnóstico del
presente: decir lo que somos hoy y lo que significa, hoy, decir lo que decimos. Ese trabajo de
excavación bajo nuestros pies caracteriza desde Nietzsche al pensamiento contemporáneo, y en
ese sentido puedo proclamarme filósofo.
[…] En el fondo ¿Qué significa hacer filosofía en nuestros días?
No construir un discurso sobre la totalidad, un discurso en el cual vuelva a estar contenida la
totalidad del mundo, sino más bien ejercer en realidad cierta actividad, cierta forma de actividad.
Diría para ser breve que la filosofía es hoy una forma de actividad que puede ejercerse en campos
diferentes.
Cuando Saussure distinguió la lengua y el habla y cuando, por tanto, puso de manifiesto un objeto
para la lingüística, realizó una operación de tipo filosófico.
Cuando, en el campo de la lógica, Russell puso de relieve la dificultad, la imposibilidad de
considerar la “existencia” como un atributo, o la proposición existencial como una proposición de
tipo sujeto-atributo, hizo obra de lógica, claro, pero la actividad que le permitió realizar este
descubrimiento de tipo lógico era una actividad filosófica.
Por eso diría que si la filosofía es menos un discurso que un tipo de actividad interna de un
dominio objetivo, ya no se le puede exigir una perspectiva totalizante. Y por eso Husserl, en cuanto
procuró repensar el conjunto de nuestro universo de conocimientos en función y en relación con un
sujeto trascendental, es en verdad el último de los filósofos que tuvo pretensiones absolutamente
universalistas. Me parece que hoy esa pretensión ha desaparecido. Sobre este punto diría además
que Sartre es un filósofo en el sentido más moderno de la palabra, porque en el fondo, para él, la
filosofía se reduce en esencia a una forma de actividad política. Para Sartre, filosofar es en
nuestros días un acto político. No creo que piense aún que el discurso filosófico es un discurso
sobre la totalidad.

Derrida J. Le droit à la philosophie du point de vue cosmpolitique. Paris. Edición UNESCO-


Verdier 1997, p.17.
Un filósofo es alguien para el cual la filosofía no es algo dado, es alguien para el cual lo esencial
es tener que interrogarse sobre la esencia y el destino de la filosofía. Y así re-inventarla.

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