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Somos lo que hay y la autofagia social

Carlos Gerardo Zermeño Vargas*

Se impresionaría de saber cuánta gente se come entre sí en esta ciudad


Tito, Somos lo que hay

Recepción: 19 de diciembre de 2012


Aceptación: 3 de octubre de 2013

Resumen. Se exploran las relaciones violentas que se van tejiendo entre los personajes para mos-
*Tecnológico de Monterrey, Campus Ciudad de
México, México. trar el desolador panorama social que presenta la cinta Somos lo que hay (Jorge Michel Grau, 2010)
Correo electrónico: cgz@gmx.com que, aunque no es propiamente una película de zombis, procura evocar estéticas e ideas subyacen-
Se agradecen los comentarios de los árbitros de la
tes de este subgénero, referencias que parecen mantener una cierta continuidad. A lo largo de la
revista.
película se propone, además del estrictamente alimenticio, distintos modos de canibalismo: econó-
mico, social, sexual. Si en el cine de zombis los personajes luchan contra centenares de personas
que han dejado su humanidad atrás, en esta película la batalla es campal y la deshumanización se
aplica sistemáticamente.
Palabras clave: cine, México, terror, zombis, canibalismo.

Somos lo que hay (We are what we are) and Social Autophagy
Abstract. Although not a zombie movie, We are what we are (Somos lo que hay, Jorge Michel
Grau, 2010) evokes aesthetics and references which seem to aim towards a certain continuity,
recalling ideas underlying this genre of films. Aside from the alimentary one, we are presented with
different kinds of cannibalism: economic, social, sexual. If in zombie cinema the characters fight
against hordes of people who left their humanity behind, in this film it is battle royal, and the de-
humanization is systematic. In this work we explore the violent relationships interwoven between
the characters to show the devastating panorama that the film offers.
Key words: cinema, Mexico, horror, zombies, cannibalism.

Introducción Aunque Somos lo que hay tiene como nómico, social, sexual. Si en el cine de
protagonista a un grupo de caníbales zombis los personajes luchan contra
La primera escena de Somos lo que hay urbanos y no a los sobrevivientes de centenares de personas que han dejado
(Grau, 2010) revela un cierto guiño que un apocalipsis zombi, algo habitual en su humanidad atrás, en esta cinta la ba-
difícilmente se puede pasar por alto: el el género, se conservan algunas estéticas talla es campal y la deshumanización se
cine de zombis. Un hombre moribun- y referencias que parecen mantener una aplica sistemáticamente. Por lo anterior,
do, tambaleante, camina en un centro cierta continuidad. Así pues, tal vínculo el objetivo es explorar las relaciones vio-
comercial; se acerca a un escaparate y no es casual y como se verá evoca ideas lentas que se tejen entre los personajes
acaricia, a través de una de una vitrina, subyacentes. Ver a los personajes como en Somos lo que hay para mostrar el
a un maniquí. Es imposible no recordar zombis permite adjudicarles caracterís- vínculo que tiene con el cine de zombis
Dawn of the Dead (Romero, 1978), ticas útiles para el análisis. y con ello explicitar el panorama social
donde se muestra una horda de zombis A lo largo de la película se presenta, que ofrece: todos parecen muertos y
que lidia con escaleras eléctricas, pistas de además del estrictamente alimenticio, sólo sobreviven los que logran pasarse
hielo y fuentes en un escenario análogo. distintos modos de canibalismo: eco- de vivos.

C I E N C I A e r g o -s u m , V o l . 21- 1, m a r z o- juni o 2 0 14. Un i v e r s i d a d A u t ó n o m a d e l E s t a d o d e M é x i c o , T o l u c a , M é x i c o . P p . 7 7 - 8 4 . 77


1. Sustos locales El primer gran filme de terror mexi- de Taboada, la cinematografía mexi-
cano fue El vampiro (Méndez, 1957), cana, al igual que otras, ha buscado
La cinematografía en México da sus estelarizado por Germán Robles y Abel en los vampiros su principal fuente de
primeros pasos en los terrenos del Salazar, actor convertido en productor sustos. Por otra parte, y a propósito de
miedo fílmico con La Llorona (1933), gracias a su compañía cinematográfica otro tema terrorífico bien instalado en
dirigida por el cubano Ramón Peón; absa, quien si bien no se especializó del el imaginario del siglo xxi, hay una au-
resulta interesante que el primer filme todo en el cine de terror, con absa pro- sencia prácticamente total de zombis.1
nacional del género se haya centrado duciría El ataúd del vampiro (Méndez, Somos lo que hay se convierte en una
en una figura típicamente mexicana, 1958) –una secuela de baja calidad–, El auténtica novedad pues además consi-
recuperada en muchas cintas poste- mundo de los vampiros (Corona Blake, gue imprimir una visión muy particular
riores. Al año siguiente se estrenarían 1961) y un par más dirigido por Chano al cine de muertos vivientes.
El fantasma del convento (De Fuentes, Urueta, quien comienza su carrera en
1934) y Dos monjes (Miguel Zacarías, los treinta: El barón del terror (1962) y 2. La pérdida de la identidad
1934). Estos filmes de notable calidad La cabeza viviente (1963).
fueron dirigidos, y algunos de ellos La figura más notable del cine mexi- En sus primeros años, el cine de
escritos, por figuras prominentes del cano de terror fue Carlos Enrique zombis bebe del folclor haitiano y
cine nacional que dejarían películas Taboada, cuya tetralogía del terror presenta a las desafortunadas víctimas
trascendentes. Basta mencionar una de –Hasta el viento tiene miedo (1968), de ciertos rituales con reminiscencias
la Época Dorada del Cine Mexicano: El libro de piedra (1969), Más negro de la religión vudú (Kay, 2008). Los
Allá en el Rancho Grande (De Fuentes, que la noche (1975), Veneno para las primeros zombis del celuloide son es-
1936), cuyo éxito abrumador tanto en hadas (1984)– en su momento fue clavos de un maestro que los controla
el país como en el extranjero la colocan despreciada en comparación a la que para que realicen actos malignos en
como una pieza clave para entender se consideró su obra maestra: La gue- su nombre –estas historias invocan el
el cine nacional en esos años (Castro rra santa (1979), ahora olvidada. Otro tema de la pérdida de la voluntad y la
Ricalde y Mckee Irwin, 2011). director comprometido con los sustos individualidad–; son criaturas híbridas
fue Juan López Moctezuma. Él desde el que difuminan, como los hombres
1. Quizás valga la pena señalar que zombis y vampiros comienzo de su carrera quiso exportar lobo, los vampiros y las deformidades
comparten un ancestro común: los revinientes del sus películas al mercado norteamericano, monstruosas, los límites ontológicos
folclor medieval (Clute y Grant, 1999). Mientras con desastrosos resultados, las cuales entre lo humano y lo no humano.
que los primeros se transformarían en gules y eran extravagantes mezclas de terror, La forma “moderna” del zombi nace
posteriormente se encontrarían con una visión
gore y esoterismo que fracasaron. con The Night of the Living Dead (Ro-
Luego de varios años de silencio, el mero, 1968), en la cual aparece como
distorsionada de las religiones tradicionales
miedo en el cine de nuestro país volvería un conjunto cadáveres que vuelven de
haitianas, los segundos se fundirían con otros mitos
a la vida bajo la dirección de Guiller- la tumba para comer carne humana
como las lamias griegas y la Lilith hebrea (Siruela,
mo del Toro. La invención de Cronos actuando a partir de instintos animales.
2010). En la actualidad, ambos monstruos aparecen
(1993), su ópera prima, presentó una Aunque visualmente les tomará algún
como criaturas distintas por completo –en parte por visión novedosa de los vampiros que, tiempo alcanzar su forma definitiva
el profundo simbolismo de la sangre–, aunque gozan sin embargo, no fue suficiente para –desde verdes, grises y hasta azulados;
de gran popularidad. ganarse el favor del público. La me- ahora, se entiende que deben parecer
2. Lenne distingue entre fantástico y “fantástico”, para moria reciente registra el relativo éxito cuerpos en estado de putrefacción–,
referirse a dos fenómenos distintos. El primero,
de Kilómetro 31 (Castañeda, 2006) después de su abrumador éxito pocos
y de dos remakes de Carlos Enrique volverán a tocar el tema del vudú o
cercano a la noción que trabajamos aquí, se aproxima
Taboada: Hasta el viento tiene miedo el folclor haitiano (Kay, 2008). Para
a un modo narrativo donde lo posible y lo imposible
(Moheno, 2007) y El libro de piedra Gérard Lenne, el cine “fantástico”2
se superponen. El segundo refiere a un género
(Estrada, 2009), ambos despreciados es mitológico, de modo que engendra
cinematográfico específico de corte comercial y
por el público y la crítica. sus propios temas y obsesiones. Según
cercano a los intereses del terror. La cinta de Grau Como puede apreciarse, salvo los él, este género “revela la existencia,
(2010) toma elementos de ambos sin pertenecer a tópicos nacionales de los primeros años presentación, la evolución, hasta la des-
ninguno propiamente. y los motivos góticos-fantasmagóricos aparición, de mitos creados por y para

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el cine” (1974: 21). El tránsito desde las desafía las categorías culturales estable- de obras estructuradas a partir de una
primeras cintas como White Zombie cidas. En el cine de zombis esto implica inversión de papeles que permite a
(Halperin, 1932) hasta el que inauguró un aire de inquietante familiaridad: no los seres anómalos “quejarse” de su
Romero es un excelente ejemplo de ello. debería sorprendernos encontrar en- situación. Por citar sólo tres ejemplos
Hablar de zombis, al menos los fermeras, policías, monjas o deportistas tomados de la literatura, en The Dracula
contemporáneos, admite disertar sobre entre las hordas hambrientas. En lugar Tape (Las cintas de Drácula) (Saberha-
un particular proceso de deshumaniza- de darle orden y certeza a nuestras vidas, gen, 1975) el vampiro se defiende de
ción. Estas personas no sólo parecen la cotidianidad nos asesina. las acusaciones esgrimidas por el Dr.
–o alguna vez parecieron– humanos, Van Helsing; en Grendel (Gardner,
sino que vienen desprovistos de las 3. Voces y gruñidos 1971) una madre troll defiende su
extravagancias o anacronismos de los hogar de la colonización y el temible
monstruos clásicos. El mal ya no surge Rob Zombie, estrella de rock y experto Beowulf; en Последний кольценосец
en algún país europeo o tropical, o de en cine de terror, quiso con House of (El último portador del anillo) (Eskov,
una monstruosidad excepcional, sino 1000 Corpses (2003) ofrecer su parti- 1999), Mordor, un país en proceso de
de una degradación contagiosa que se cular visión del género; el resultado, por industrialización, es invadido por un
asienta en los sujetos que componen la desgracia, fue una película demasiado grupo de naciones imperialistas guiadas
sociedad hundiéndolos en un anónimo clásica que, salvo el final –una extraña por Gandalf.
asesino. En oposición a aquella maldad adición de última hora–, tiene poco de Somos lo que hay dedica sus primeros
de origen exótico, los zombis modernos memorable. Para su segundo filme, The minutos a plantear una situación similar
son producto de la ciencia. Algunas Devil’s Rejects (2005), optó por cambiar evocando imágenes de Dawn of the
cintas más actuales, como 28 Days Later la focalización del relato al presentar el Dead y se establece un vínculo con los
(Boyle, 2002), buscan desligarse del gé- escape de la familia Firefly, los asesinos muertos vivientes imaginados por Romero
nero planteando una denominación más de House of 100 Corpses. La cinta está (1978). Como sabemos, salvo casos muy
ambigua: infectados. Este carácter cien- llena de persecuciones, balaceras y ase- específicos los zombis carecen de la
tífico acentuado, de violencia contra las sinatos violentos, pero no existe ni un capacidad de hablar,4 por lo que Grau
formas “naturales”, es indudablemente momento de tensión terrorífica. Noël elabora un desplazamiento ontológico
producto del tiempo en que vivimos: Carroll (2004) propone que el género dejando claves para una cierta lectura:
“Repetidas veces los críticos han hecho de terror recibe su nombre del efecto sus caníbales son zombis a los que se
notar la correspondencia entre los temas que pretende causar en el espectador. les ha dado voz. De allí, quizás, que en
desarrollados por la literatura fantástica Para ello, los personajes del filme “nos el título aparezca un verbo en primera
y el discurso científico correspondiente enseñan” a estar asustados, de modo persona: “somos”, que deja en claro la
a cada época” (Campra, 2008: 34). que nuestra reacción emotiva está ligada autoconsciencia de los personajes.
El zombi adquiere su carácter fantásti- a su actuación.
3. Categoría literaria que refiere a la superposición o
co al encarnar en su propio cuerpo, con Una consecuencia de cambiar el
traslapamiento dentro del texto, de dos estatutos
singular eficacia, la fractura del límite objeto de nuestra mirada fílmica, de
de realidad entre los que media una “antinomia
entre el reino de lo vivo y el reino de lo las víctimas a los victimarios, es que
muerto, que está en activa putrefacción, suele disolverse el efecto de miedo en el insuperable” (Campra, 2008: 28-29). Si bien el

pero se mueve. Parece terrible porque público. Rosalba Campra (2008) asigna terror se ha nutrido de lo fantástico para componer

habita la región paraxial entre la perso- al silencio la capacidad de “mostrar sin sus monstruos y situaciones, no es una condición

na y aquello que dejó de ser persona. mostrar”; allí donde el relato o la mirada necesaria.

A lo que hay que agregar, además, la cinematográfica callan habita lo fantás- 4. Su gusto por los cerebros y el clásico grito Braaains!
difuminación de la frontera entre lo tico.3 Sin embargo, hace notar, como son invenciones de Dan O'Bannon, guionista y
vivo y lo muerto. La antropóloga Mary muchos otros, que hay otra forma de
director de The Return of the Living Dead (1985),
Douglas (2002) afirma que lo peligroso, silencio: el de la propia criatura fantás-
derivación en tono cómico de Night of the Living
lo impuro, es aquello que permanece en tica o monstruo. En otras palabras, su
Dead (Kay, 2008). Si bien la idea ha permeado la
lo culturalmente inarticulado o anómalo. discurso a-normal es ocultado de forma
Noël Carroll (2004) recupera el pen- sistemática por la cultura dominante. cultura popular, no ha sido muy explotada en el

samiento de Douglas y define al mons- Algunos relatos, como la segunda cinta cine y los zombis siguen siendo, en buena medida,

truo como una criatura amenazante que de Zombie, se inscriben en la tradición criaturas silenciadas.

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4. Hambre de muerte A lo largo de la cinta, los relojes van Como ya se explicó, Grau intenta bo-
dando una idea de la urgencia que su- rrar, al menos parcialmente, la frontera
Somos lo que hay sigue los pasos de pone para la familia realizar el ritual.5 entre caníbales y zombis con Somos lo
una familia que debe consumir carne Constantemente se alude a éste e in- que hay. Además de la primera escena,
humana como parte de un ritual. cluso se señala su extrema repercusión, que basta para establecer un puente con
Tras la muerte del padre, el director pero jamás hay una explicación clara la tradición de los muertos vivientes, en
de la morgue y Tito, un empleado, al respecto; sabemos, por una de las la cinta hay ciertos comportamientos y
encuentran un dedo en el estómago secuencias finales, que involucra velas, elementos estéticos que apuntan a la
de aquél; pensando que con ello pue- el manejo de los órganos internos de misma conclusión. Si bien el cine de
den volverse ricos, llaman a un par de una víctima y el consumo de carne hu- terror tiene la capacidad intrínseca de
policías judiciales, Owen y Octavio, mana, pero nunca se explica su función. aludir alegóricamente a los miedos de
para que resuelvan el caso. Mientras Mientras deciden el futuro de la familia, la sociedad (King, 2006), el subgénero
tanto, Alfredo, aconsejado por su Patricia, desesperada, regaña a sus hijos: de zombis hace de la propia sociedad
hermana Sabina, toma el control de “Lo que sigue es ponernos a temblar el origen del miedo. Por ejemplo, Dawn
la familia a pesar de las quejas de porque nos vamos a morir”.Queda esta- of the Dead “establece a los zombis
Patricia, su madre, y de su impulsivo blecido, pues, que es de vital importancia como consumidores sin consciencia ni
hermano Julián. Siguiendo la pista de y que posiblemente tenga un carácter voluntad que llevan su necesidad tan
una prostituta asesinada, los policías sobrenatural, que podría darle a la cinta lejos que deben consumir carne huma-
cierran el cerco a los caníbales. Tras una orientación fantástica. Ante la pre- na” (Kay, 2008: 91). Somos lo que hay
un tiroteo en el que mueren Alfredo mura y lo que está en juego, y a pesar convierte a cada sujeto en una amenaza
y Julián, Sabina finge ser una víctima de la violencia con que se conducen, los potencial, que lo empuja a sospechar de
y es rescatada; escapa del hospital y en miembros de la familia muestran una todo y de todos. Tal es su tema central:
la calle intercambia miradas seductoras amplia gama de emociones; a diferencia la sociedad devorándose a sí misma.
con un extraño, pues su hambre no ha de los ejemplos que se han citado, los Para visualizar mejor esta idea, quizás
sido saciada. personajes de Somos lo que hay admiten convenga observar el cuadro 1.7
que son anómalos y peligrosos: “Somos Si bien la cinta plantea un aparente
5. Un leitmotiv del género, especialmente cuando
unos monstruos, Julián”, dice Patricia estado de urgencia sobre la violencia
se trata de atmósferas góticas, es el de los relojes a su hijo mientras viajan en auto para subjetiva –visible, escandalosa, practi-
lanzando estruendosas campanadas en momentos deshacerse de un cadáver. Más adelante, cada por agentes que podemos señalar
de tensión. Algo similar se intenta en Somos los que Alfredo reniega de su situación porque directamente–, la presencia de ésta
hay durante la escena final, donde las alarmas de anhela una vida “normal”: “¿Por qué me parece ocultar una forma de violen-
todos los relojes de la casa se encienden a la vez
hicieron así? Yo no pedí nacer así”. Poco cia objetiva, abstracta, “normal”, que
antes del final, con el ruido de fondo de surge “de la nada” (Žižek, 2009: 9-10).
durante la redada policial luego de intentar hacer el
decenas de los relojes de alarmas y ante Sobre esta dicotomía, cabe distinguir
ritual, a la ya de por sí lúgubre casa. Por otra parte,
la presión de la policía, Patricia apura a la de agresión, que pertenece a la fuer-
los relojes adquieren un significado especial cuando
sus hijos: “Tenemos que continuar, es za vital, y violencia, exceso de agresión
los asociamos al aparente intento de los caníbales
la única manera de detenerlo. […] Si convertida en fuerza mortal (Žižek,
de perpetuarse por medio del consumo de carne hacemos el rito, todo se va a arreglar. 2009: 81). Como consecuencia, que-
humana. […] Comámonos a este tipo, es la úni- darse en el mero señalamiento de las
6. No es el objetivo de este trabajo discutirlas, pero el ca manera de detenerlo”. Hay un alto agresiones de los personajes –del mis-
ritual, en su indefinición, permite diversas lecturas grado de indefinición sobre el ritual6 mo modo en que los medios insisten
que supone la presencia sostenida de lo fantástico,
y sobre la urgencia de consumir carne tan sólo en las operaciones concretas
humana. Pareciera que Grau intenta de violencia subjetiva– parece distraer
que es un elemento alegórico que posibilita lo
igualar la necesidad de sus caníbales nuestra atención de formas ocultas de
extraño; lo “sobrenatural explicado”, según la
con la sed de los vampiros o el hambre violencia cuyo poder consiste precisa-
clasificación de Todorov (1981: 37).
de los zombis, aunque el ritual parece mente en poner las condiciones que
7. Aunque se intenta ser exhaustivos, es posible que
demasiado sofisticado, dejándonos con permiten la subjetiva. En este trabajo
existan pequeñas omisiones tanto de personajes una interrogante sobre su naturaleza y el canibalismo se entiende como ale-
como de acciones que no afectan, el análisis. la urgencia que suscita. goría del daño que se inflige a otros.

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Así, prácticamente todos los personajes natural de la sociedad. Si los zombis ne- la supervivencia de un miembro del gru-
son comidos por alguien y a su vez cesitan consumir a otro ser, los caníba- po basta para desencadenar de nuevo
comen a otro: todos están infectados les compulsivos de Grau proyectan ese una ola de violencia, ya que la vida de
del deseo irreprimible, instintivo, de consumo destructivo hacia la sociedad. unos está ligada a la destrucción de los
devorar. El asesinato, la violación, la Como grupo, la familia aparece des- demás. Incluso, la descomposición de
“transa”, la justicia por propia mano compuesta, sin cabeza; la lucha interna la familia puede leerse también como
son la materialización subjetiva de no sólo fragmenta sus relaciones, sino descomposición social, precisamente
una violencia profunda, transversal. que acaba causando daño al exterior: como si se tratara de un contagio. Si
Para la familia, el virus que detona su cada integrante buscará alimento por seguimos la metáfora que plantea el cine
necesidad criminal es ese misterioso sus propios medios, lo cual multiplica de zombis, cada víctima se convertirá en
ritual. En las referencias que hacen de la violencia. Como una hidra, la familia un muerto viviente que buscará saciar su
él es donde escuchamos los ecos de esa extiende sus agresiones a distintos sec- hambre, es decir, obtener alguna clase
voz que Grau da a los zombis: el deseo tores luego de que han recibido el pri- de beneficio o satisfacción. Se plantea
ilimitado que deviene en muerte. La mer golpe –en la cinta se insinúa que el por ello la idea de fagocitación como
promesa de redención queda frustrada papá fue envenenado–; a partir de esto, eje de lectura de la cinta, pues no se
por la justicia, que actúa en nombre de no sólo serán prostitutas las afectadas, trata únicamente de violencia, sino de
una sociedad depredadora. pues hay otra más, un joven homo- una necesidad (alimento, éxito, dinero,
Rastrear las instancias de violencia sexual y un taxista. En el final, Sabina sexo), que sólo puede ser saciada con
permite suponer que tal es el estado intercambia miradas con un extraño; violencia.

Cuadro 1.
Personaje Se come a: Comido por:
- La autopsia revela que tenía un dedo en su estómago, - Muere envenenado en el centro comercial. Retiran su cadáver
Padre
probablemente de una prostituta. y limpian su sangre con total indiferencia.
- Se enfrenta a su madre y propone a Alfredo como cabeza de la - Se insinúa que se deja seducir por un hombre, posiblemente
Sabina
familia. para comérselo.
- Asume el control de la familia. - Es manipulado por Sabina en su lucha por el control de la
Alfredo - Secuestra a Gustavo. familia.
- Muerde a Sabina para hacerla pasar por víctima. - Julián le dispara.
- Golpea a un cliente, intenta violar a Sheila. Tiene celos de - Lo matan los policías cuando entran a la casa.
Julián
Alfredo.
- Mata a Sheila y a Owen. Lleva al taxista a su casa para el - Escapa del tiroteo, pero las prostitutas la matan a golpes.
Patricia
ritual.
Tito y el director de - Pretenden enriquecerse cuando se resuelva el caso del caníbal. - Owen intenta resolver el caso sin tomarlos en cuenta.
la morgue
- Intenta resolver el caso para hacerse rico. - Es insultado y menospreciado por sus compañeros.
Owen - Contempla la posibilidad de aceptar a una menor de edad a - Patricia lo mata cuando entra a la casa.
cambio de ayudar a las prostitutas.
- Se esconde de Owen para resolver el caso él solo. - Dos policías guiados por Gustavo lo matan cuando lo
Octavio
- Dispara a Julián y Alfredo, aunque falla. descubren apuntándole a Julián y Alfredo.
- Guía a Alfredo a una discoteca gay y lo seduce. - Alfredo lo lleva a su casa para alimentar a la familia.
Gustavo
- Escapa de la casa y los denuncia.
- Prostituta secuestrada y golpeada por Julián. Patricia la mata.
Sheila –
- La dejan en la calle metida en una bolsa.
- Viola a Patricia. - Patricia lo lleva a su casa para alimentar a la familia. Lo
Taxista
utilizan para el ritual.
Niños de la calle - Golpean y apedrean a Julián y Alfredo. - Julián y Alfredo intentan secuestrar a alguno, pero fallan.
- Confundidos, matan a Octavio. - Varios resultan heridos durante el tiroteo.
Policías
- Durante el peritaje en la casa, se roban algunos objetos.
Cliente - Insulta y amenaza a los muchachos porque no tienen su reloj. - Julián lo golpea.
- Corre a los muchachos del tianguis –el padre tenía un puesto
Lideresa del tianguis –
de relojes– por no pagar las cuotas atrasadas.

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Por otra parte, y como se ha señalado, solución de los conflictos –es decir, es cia de monstruos anormales y amena-
el discurso fantástico en sí mismo la no-violencia prototípica–, se erige zadores. Estas criaturas, anomalías en
parece tener una función reveladora como medida oculta de la violencia8 el orden social, cultural y científico
de aquello que la cultura dominante haciéndola invisible, de modo que “el representan una forma de violencia
relega a una región paraxial: un espacio lenguaje mismo, el auténtico medio de simbólica contra la normalidad y el
indeterminado en que lo real y lo irreal no violencia, de reconocimiento mutuo, establishment: “no es la aberración
parecen coincidir (Jackson, 2003). implica la violencia incondicional” física o mental la que nos provoca
El desplazamiento ontológico de los (Žižek, 2009: 83). terror, sino la falta de orden que estas
personajes de la cinta –de zombis a En otras palabras, la focalización aberraciones parecen implicar” (King,
caníbales– también permite descubrir centrada en las criaturas fantásticas, 2006: 55-56). Para algunos autores,
que hay formas ocultas de violencia aquella que les da voz y por lo tanto los monstruos son una forma vicaria
directamente asociadas al contacto debería aparecer como más democrá- de cumplir nuestros deseos de trans-
con los otros. Como otros recursos tica, deja ver las relaciones problemáti- gresión (Lenne, 1974), mientras que
fantásticos, vinculados al mundo ex- cas que establecen con lo que Carroll otros ven en ellos el mal necesario para
tratextual que los ha gestado, el de la llama los personajes positivos de la representar en pantalla la destrucción
focalización ha sido permeado por las narración. Si la criatura fantástica es y posterior restauración del orden
condiciones socioculturales; de este inadmisible para nuestro paradigma de (Gubern y Prat Carós, 1979). Estos
modo, el gusto por insistir sobre el mundo, es preciso notar que es igual- seres fascinantes y sus historias nos
discurso que sale a la luz es una forma mente a la inversa. Sea cual sea la mirada proveen de un extraño entretenimiento
de “conectar con la variación de actitud que adoptemos, sigue siendo cierto que que atrae y repele a la vez: Carroll lo
frente al problema más general de la “por momentos han convivido dos llama paradoja del terror.
otredad” (Campra, 2008: 147). Si bien códigos excluyentes de realidad y que Los zombis modernos, populari-
Campra ve en estos desplazamientos tal convivencia no ha sido del todo zados tras el éxito de las cintas de
un intento contemporáneo de reno- pacífica” (Morales, 2008: xvi). En el cine Romero, convierten a la sociedad en
vación en la literatura fantástica, un tradicional de zombis, la masa anónima el monstruo. Se trata de un momento
ejemplo paradigmático está encarnado de muertos vivientes ejerce su violencia más del tránsito desde el mal exótico
en la criatura de Frankenstein, mons- contra el mundo humano al que ha –desviaciones ajenas a nosotros, atri-
truo que al exponer los motivos de su dejado de pertenecer. La inversión de buibles a la otredad– hacia la instaura-
venganza, su herida y soledad aparece este esquema demuestra que el mundo ción del mal intrínseco. Según Andrew
plenamente subjetivizado (Žižek, humano –vivo– es intrínsecamente Tudor, superado el clasicismo estético
2009). Este carácter dual sugiere que la agresivo para el no-muerto. Al atacar, y a partir de la década de 1960 –nótese
otredad es interna, que “lo demoníaco los zombis devuelven la agresión. So- que The Night of the Living Dead se
no es sobrenatural, sino un aspecto de mos lo que hay posibilita ponernos en estrena por esos años– comenzamos
la vida personal e interpersonal, una el lugar de la masa anónima para des- a tener “miedo de nosotros mismos
manifestación de deseo inconsciente” cubrir que el deseo del otro –es decir, y de las incomprensibles y peligrosas
[la traducción es mía] (Jackson, 2003: nosotros, la sociedad “normal”– es fuerzas que se agitan en nuestro inte-
55). Además, se evidencia que “sólo ilimitado y, por lo tanto, violento, pues rior” (Andrew Tudor, citado en Losilla,
habla quien puede ser escuchado y “los individuos buscan el poder para no 1993: 193). Con Somos lo que hay,
sólo puede ser escuchado quien utiliza ser dominados por otros” (Žižek, 2009: Jorge Michel Grau parece buscar un
la misma lengua que el oyente” (Cam- 82). El conflicto central en este cine es puente entre sus caníbales y la figura
pra, 2008: 152). Esta posibilidad de el enfrentamiento con la otredad, la del zombi: vivos que parecen muertos,
diálogo, a diferencia de lo que podría negociación violenta entre dos deseos monstruos que comen monstruos.
pensarse, no anula la violencia. Muy al irreconciliables. Como se ha indicado, si intentamos
contrario, el lenguaje, supuesta vía de trazar la genealogía de los zombis y los
Conclusiones vampiros, llegaremos a un ancestro
8. Una de las formas de violencia objetiva que Žižek
común. De allí que los protagonistas
distingue es la simbólica, provocada por el propio
Noël Carroll (2004) afirma que el rasgo de la cinta de Grau hereden completa-
lenguaje, que en su existencia impone un “cierto definitorio del terror, además de su mente una de las consecuencias obvias
universo de sentido” (2009: 10). pretensión de asustarnos, es la presen- de estas criaturas: la destrucción de

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otros para asegurar la subsistencia. busque alimento para la familia: “Haz En este trabajo se le ha hecho a una
Pareciera que todo esfuerzo de comu- trampa, engaña a la gente”. cinta cercana, inscrita en nuestro mismo
nidad está surcada por la violencia, lo tiempo y sociedad. ¿Qué nos dice
cual obliga a preguntarnos: ¿en quién El miedo hoy: análisis prospectivo Somos lo que hay del presente? Es,
podemos confiar en un mundo auto- sin duda, la pregunta que ha motivado
destructivo? Este desplazamiento nos El estudio del cine de terror, tal como y a la que se ha intentado responder.
enfrenta a la otredad. Para Žižek, el se concibe en la actualidad, se mueve Afirma Stephen King que el cine de
respeto al otro se complementa con indiscutiblemente hacia indagaciones terror es alegórico “por su naturaleza
un miedo a ser acosados. Tolerar es que conciben las películas como liga- misma, que es simbólica”. No se trata,
no acercarnos demasiado a los otros y das a sus condiciones de producción, al empero, de afirmar una conciencia
es evitar que invadan nuestro espacio. orden sociohistórico imperante y a los alegórica, una voluntad constante del
“Lo que emerge a pasos agigantados hechos de relevancia cuyo eco puede cine de terror por hablar de su tiempo;
en la sociedad tardocapitalista como sentirse en las cintas. A propósito de en cambio, “el elemento alegórico está
el derecho humano central es el de- esto, Rosalba Campra (2008) insiste en allí porque es intrínseco, es algo dado
recho a no ser acosado” [cursivas en que esta perspectiva historicista permite y es imposible escapar de él” (King,
el original] (2009: 57). En Somos lo “dar cuenta de ciertas exaltaciones y 2006: 47). En otras palabras, cualquier
que hay, tal noción aparece exagerada de ciertos olvidos” entrelazados, por perspectiva vinculada a lo real está
dado que las agresiones son mortales; supuesto, con formas específicas y más bien oculta dentro del filme; no
así, queda suspendida toda posibilidad condiciones de supervivencia; por podemos acceder a ella sino a través
de convivencia, pues la supervivencia ejemplo, “los vampiros, además de del tipo de reflexión que, consciente
pasa necesariamente por consumir al víctimas, cosechan hoy admiradores, o inconscientemente, los creadores de
otro. De este modo, Grau elige caní- mientras los fantasmas, que en otros la cinta han hecho y plasmado. Si se
bales en lugar de zombis o vampiros tiempos se asomaban a cada vuelo de parte de estos supuestos, deberíamos
no para fundar una nueva mitología página, se han vuelto una mercadería entonces confiar en nuestra capacidad
fantástica o para instalarse en un re- más bien escasa” (Campra, 2008: 188). de articular la visión de la realidad que
gistro que podría parecer superado, Empiezan a abundar los estudios que los autores figuran por medio de me-
sino para cargar de sentido a sus pro- vinculan películas específicas con táforas y artificios cinematográficos.
tagonistas al tiempo que problematiza momentos históricos significativos; Le queda al estudio del cine de terror,
las nociones de normalidad y mons- se refiere, entre otros, a aquellos que de este modo, un trabajo doble. Por
truosidad: al tratarse de humanos muestran cómo es que las amenazas, una parte, necesita una consolidación
sin rasgos sobrenaturales, el peligro reales o exageradas del comunismo se teórica, una base sólida de categorías
queda instalado en todos y no sólo plasmaron en el cine de terror de los no autocontenidas, sino vinculadas
en unos cuantos. cincuenta bajo la forma de invasiones plenamente con lo que sabemos acerca
Stephen King atribuye al terror la extraterrestres u hordas innaturales de de la ficción en general y de aquellos
capacidad de presionar los “puntos de ratas, arañas y bichos varios, y a los géneros y modos narrativos afines.
presión fóbica” de la sociedad (King, que ven, como ya se ha mencionado, Acaso sea lo fantástico literario el te-
2006: 18), aquellos miedos colectivos críticas a la manipulación informativa rreno más cercano, aunque los cruces
que exorcizamos a través de la pan- en las cintas de Romero (1968) (The teóricos entre ambos campos de estudio
talla. Es así que el terror alcanza un Night of the Living Dead) o al con- son todavía precarios. Por otra parte, es
nivel alegórico, obligándonos a mirar, sumismo (Dawn of the Dead). Estos imprescindible seguir realizando análisis
encarnado en los monstruos de celu- análisis concretos ayudan a validar puntuales en tres vertientes: histórica,
loide, aquello que preferiríamos no aquello que los teóricos anunciaban genealógica y contemporánea. De
mirar. Resulta pertinente la pregunta y a refinar la habilidad para asociar amplia aceptación entre el público, el
¿Qué nos muestra Somos lo que hay lo cinematográfico con lo social: ante cine de terror fascina y obliga a mirar
sobre el México contemporáneo? el terror y lo fantástico, y acaso ante aquello que preferiríamos mantener
Autofagia social, desconfianza, miedo, cualquier ficción comprometida con oculto. Es significativo, entonces, seguir
violencia subjetiva y objetiva, todo la imaginación. Debemos cuestionar explorando los mecanismos y perver-
ello nos hace evocar el consejo que ¿qué me dice?, ¿por qué me lo dice de siones de esa gran máquina de exorcizar
Sabina da a Alfredo cuando le pide que este modo? sociedades.

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