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Todos seremos

dependientes o la
importancia de los
Servicios Sociales
Desde los años 70, coincidiendo con el cuestionamiento del Estado de
Bienestar, se empezó a introducir el análisis económico en el estudio de los
servicios sociales.

Martin Knapp (The Economics of Social Care, 1983), lo justificaba porque la


necesidad rebasó la provisión disponible y exigió unas decisiones dolorosas
y discutibles respecto a la distribución de recursos y servicios.

No se llegó a crear un círculo virtuoso de investigación, que convirtiera a la


economía en parte de la solución a los problemas del mantenimiento del
Estado del Bienestar, pero algunas técnicas microeconómicas explicadas
fueron precursoras del protagonismo que hoy tienen las herramientas de
evaluación para la administración de los servicios sociales.

En el pasado reciente, en España, este sector ha tenido un desarrollo tan


rápido como desordenado, sin apenas contemplarse sus implicaciones
económicas. En plena expansión, con el optimismo que permitía un escaso
endeudamiento, se aprobó la Ley 39/2006 (conocida como "Ley de
Dependencia").
La politización de decisiones económicas

En realidad se produjo una politización de las decisiones económicas, lo cual


era asumido por unos y criticado por otros, a quienes los primeros
consideraban defensores de modelos "economicistas" del bienestar.

Además, las competencias eran confusas entre las distintas


administraciones, y la selección de destinatarios de ayudas muy deficiente.
La posterior caída de la economía redujo la capacidad recaudatoria y
aumentó el gasto en prestaciones por desempleo, en perjuicio de lo
destinado a servicios sociales.

Quizás por ello, vuelve a adquirir relevancia el análisis económico. Este


sector, encuadrado en los epígrafes 87 y 88 de la Clasificación Nacional de
Actividades Económicas, emplea miles de profesionales cada vez más
formados y está siendo seriamente afectado por las políticas de austeridad,
produciéndose cierres de pequeñas y medianas empresas que llevan
tiempo prestando servicios, donde, además, las economías de escala son
casi inexistentes.

"Todos seremos dependientes"

Hay quienes lo identifican con "gasto social", como si fuera a fondo perdido.
Quienes sostienen esta postura deberían conocer que su ámbito es la parte
más vulnerable de la población, los llamados "dependientes", que
comprenden un amplio grupo de colectivos.

Todos seremos dependientes; de ahí la justificación del progresivo carácter


universal de estos servicios, junto con sanidad, educación y seguridad social.
Por ello, los recursos asignados, más que gasto a fondo perdido, son una
inversión necesaria, no solo económica, sino también en bienestar.

Un rasgo contradictorio del sector es que en las crisis aumenta la demanda


y disminuye la oferta. Al reducirse la financiación pública, ya sea bajando
precios de conciertos, suprimiendo coberturas o retrasando pagos, se
complica la supervivencia de las empresas que ofrecen servicios sociales y,
por tanto, la vida de los dependientes, ya afectados por la crisis. Lejos de
una visión cortoplacista, estamos ante un sector con perspectivas de
crecimiento, debido tanto a su carácter universal como a la ampliación de
sus ámbitos.

Las reformas no deberían centrarse en la reducción rápida del gasto, con


cierres de empresas y destrucción de empleos, sino vislumbrando el largo
plazo, en un sector considerado como uno de los nuevos yacimientos de
empleo, más aún cuando su peso, un 1,5 por cien del PIB, es del orden de
la mitad respecto al entorno de países avanzados europeos. Eso sí, es
necesario incorporar las técnicas de evaluación económica como los análisis
coste-efectividad y coste-utilidad, elementos clave para el sostenimiento de
estos servicios.

No caigamos en otro error de graves consecuencias, como la llamada


"reconversión" industrial que dejó a España casi sin industria y a merced de
la evolución de nuestros vecinos. En este sentido, y dado que hay un exceso
de necesidades sobre recursos, el análisis económico debe contribuir
positivamente al desarrollo de un sector profesionalizado.
Juan Rubio Martín / Doctor en Economía por la Universidad Complutense

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