La belleza es inmanente

La verdad de la obras de arte depende de si consiguen absorber en su necesidad

inmanente a lo no idéntico al concepto, a lo que de acuerdo con la medida del concepto
es lo contingente. P.140

Que es la belleza entonces si el arribo pasa por una cuestión de tiempo, es clave una
interpretación desde la percepción y la subjetividad. El poder y la belleza en la historia
de las convenciones culturales siempre estuvieron relacionadas pero eso solo la vuelve
mas incomprensible, inasible; la lucha es por que sobre este alo de dudas está la belleza.
Por encima, escapando. El alma y la belleza también se enlazan pero a modo de
purificación, para darle un espíritu noble. Y ese sentimiento atónito nos deja sin
palabras y abriendo la boca. Un instante de entrega, de soltura y es en ese instante en el
que la vida cobra sentido por contraste.
El espacio se habita desde la real vitalidad. Una experiencia diversa en su traducción. El
sentido de la obra de arte siempre está ligado a su apariencia.
“La verdad de las obras de arte depende de si consiguen
absorber en su necesidad inmanente a lo no-idéntico al
concepto” T. W. Adorno
Desde la práctica del hacedor de arte, para el intérprete de percepciones, la belleza se
vuelve un deseo, un momento de certeza ante lo buscado. Su mirada se compenetra con
el objeto y va llevando el viaje de decisiones en su realización existencial.
Una sensación indescriptible suele ser la expresión que naturalizamos ante el concepto,
pero esta sensación es sensibilidad y la sensibilidad se estrecha con el campo de la
emoción, con un suspiro tal vez. Cómo comprendemos entonces la posibilidad de
juicio? Qué esencia laza nuestro interrogante? La propia esencia.
Por necesidad de problematizar ante el concepto voy a tomar como puntapie el trabajo
de Kevin Carter, cronista gráfico de la Suráfrica del 'apartheid, su Foto ganadora del
Premio Pulitzer, es una niña sudanesa rendida por el hambre mientras un buitre acecha,
el mundo del arte, la ética, la política, muchas disciplinas abordaron esta imagen en sus
diversos dilemas, una obra que llevó unos 20 minutos de realización, además del oficio
del autor, de su instante de conexión con una esencia de humanidad extrema. Muchas
aristas dispara esta imagen perfecta en su tecnología, en su composición, en su sentido.
Esta fotografía en su textualidad, en su conceptualización, expresa con total precisión el
concepto de belleza como lo podemos insinuar teóricamente en estos días.
La belleza es orgánica, es un organismo en constante actividad y el entorno es su forma
de camuflaje. La belleza es lo que sigue en esencia desde el comienzo de todo lo
comprensible, una esencia que se conecta con nuestra esencia humana que nos conecta
nuevamente con el sentido, una esencia que da sentido y el sentido que se busca.
La belleza y el deseo, un deseo con aspiraciones multiplicadoras de emoción y de deseo.
Lo que nos colma es ese encuentro en una misma mirada hacia la realidad desde lo más
esencial, lo puramente humano.
“El arte no reproduce lo visible, lo hace visible” Paul Klee
Por eso a pesar de estar en intima relación con la subjetividad la trasciende, la belleza, el
momento estético de hallazgo, no es el único factor que define al sentido del arte, lo es
el mismo objeto o acto artístico que hace confluir en canales comunes, la emoción de
percibir un estado pletórico. Y no se limita a la felicidad, se acerca más bien a la verdad,
que nos vuelve a hacer felices cuando la saboreamos.
Y la cocina de esa verdad es lo que define en cierta forma la esencia del arte o su
sentido. El arte en cierto modo logra traducirnos, término acuñado de Antoni Muntadas,
el artista de la traducción, como el se nombra, vemos la verdad pero de manera
reconciliatoria con nuestra propia esencia, eso logra el artista, exponernos sin filtro al
encuentro con nuestra propia esencia de humanidad y naturaleza humana.
La trascendencia de una imagen, la trascendencia de la obra de arte, se traduce en esa
necesidad de volver a percibir esa sensación encontrada, ese momento inmanente que
nos da el arte de una manera que solo el arte adquiere al transformarse
permanentemente. Inmanencia y trascendencia, dos puntos temporales conexos por el
objeto que los atraviesa. Retomando la fotografía de Carter, su trascendencia temporal,
su relación con la belleza y su sentido artístico ponemos en discusión el tema de la
consideración ligada a la subjetividad. La obra de este autor, que lo llevo a él mismo a
una reflexión tan profunda que lo arrastro a su propia muerte, nos manifiesta como un
pensamiento actual, con nuevas sensibilidades es capaz de trascender el mensaje fáctico
para encubrir la naturaleza de dicha obra, la esencialidad y la inmanencia que le son
propias, ya sea para el espectador como para el autor. El acto artístico de esta fotografía
pudo mas que cualquier cuestionamiento ético, ya que por su traspaso del tiempo el
sentido aún hoy sigue develando verdades que nos constituyen humanamente.
La forma en el arte esta ligada al concepto, así se construye. Por eso su apariencia es
relativamente discutible, si es su visibilidad pero no su esencia. Y la visibilidad es
cultural, es subjetiva.
En mis clases para alumnos del tercer año de la carrera, licenciatura en teatro, suelo
mostrarles un video, que en lo personal sigue movilizandome, que es la obra llamada
Fear1 de Antoni Muntadas, dicho video trabaja el concepto del miedo y su formato,
forma es un video documental, realizado con todo los recursos que requiere el cine
documental, un trabajo colectivo por cierto. Este material, al igual, que el trabajo de
Carter generan en mi reflexión sobre la estética una conjunción profunda sobre los
conceptos de arte, percepción y belleza. Es como si estas obras tuvieran mas a flor de
piel el sentido del arte, en su forma, en su efecto y que de alguna manera su forma de
ser visible nos acerca mas a pensar en el concepto de humanidad como eje del dilema.
El contenido de estos trabajos esta solo velado por la forma. Y es esa capa delgada es la
que me intriga en su contextura, la que me problematiza. La reflexión sobre el sentido
del arte y su forma sobre todo. Su definición, su ser arte. Donde esta en estas obras el
carácter enigmático de la belleza natural, es la pregunta.
Naturaleza (utopía) virtualidad (realidad) mímesis
Cual es la mímesis en estas obras, como se conforma, y de que naturaleza nos hablan?
En el arte desde el mundo del hacedor, no hay fronteras ni límites, pero aun así la
mímesis no desaparece, se vuelve mas o menos delgada, juega con la visibilidad.
El espesor de la veladura y el espesor del contenido en relación con la forma y la
subjetividad. El niño y el cuervo, la frontera entre países, el suicidio del autor, la
traducción de la realidad… el arte y la verdad. Sin dudas la presencia de tres
componentes como forma, contenido e inmanencia del efecto hacen la capa velada de la
estética. “La percepción requiere participación” (Antoni Muntadas) cómo construye
nuestra subjetividad esa capa de veladura, porqué la reconoce como arte o acaso, no es
nuestra capacidad humana la que nos permite ver belleza en la miseria mas cruel o en
nuestros miedos mas profundos?

1
http://www.ofbridgesandborders.com/index.php?/on-translation-fearmiedo/
 “Las obras hablan como las como las hadas en los cuentos: quieres lo incondicionado, lo
tendrás pero irreconocible. El conocimiento discursivo tiene lo verdadero a la vista pero no lo
posee; el conocimiento artístico lo posee pero como algo inconmensurable a él” 2
El conocimiento artístico lo posee, posee a la verdad en su esencialidad y eso la
constituye en arte. El placer relacionado al arte sobre las espaldas de la belleza, es la
razón del arte. Ya que la verdad es la belleza que impacta nuestra percepción a partir de
la obra, por eso estas dos obras que he estado tratando al ser tan aparentemente
evidentes en su contenido, desprenden ese halo de misterio dado por la veladura de la
forma. Un formato realista, un arte como fue el movimiento pictórico que se dio en
Francia a mediados del siglo XIX, donde realidad y ficción se friccionan en un objeto de
arte generando una estética que aparentemente lejos del placer, nos emociona desde la
verdad expuesta, o traducida.
La obra de Carter, fue un impulso libido en su momento al impresionar con la realidad
que se hizo imagen, luego la imagen se fue transformando y llenado de contenido, tal
fue la carga que tuvo en su transformación la obra que de alguna manera llega a matar al
autor y a su vez este hecho trágico vuelve a potenciar la obra. La transitoriedad de la
obra misma, esas cosas que parecen adquirir significado en su estar ahí. Esto la vuelve
obra. El arte no es adoctrinador es solo revelador. El arte aquí se apropia como ente
sobre el objeto, supera la acción misma del autor, casi la deja de lado. Arte y vida, arte y
supervivencia.
No hay un goce estético como se planteaba antiguamente desde el placer de la
contemplación, hay un entendimiento, un aporte de opinión sobre la misma vida, un
acercamiento a la verdad, a la naturaleza de la verdad que nos hace gozar pero en una
nueva forma, tras un nuevo velo de misterio. Por eso hablamos de develar y de misterio
en el arte y es en este punto donde gravita esta reflexión, en pensar el momento
inmanente estético de goce por la evidencia aparentemente oculta.
El placer por lo tanto no puede ser aberrante, el placer que provoca el arte aunque cruel
no puede ser morboso ni puede estar desapegado de la ética y del amor mismo. Eso es
naturaleza. La naturaleza del arte es lo orgánico y vital. El arte ese expone desde
diversas caras pero su esencia es de supervivencia y cuando hablamos de supervivencia
hablamos de humanidad. La transgresión del arte esta en el limite del pensamiento,
cuanto mas transgresor mas humano. El arte llega a expresarse desde una segunda
reflexión, saltando a la razón objetiva, la exposición de la miseria, el hambre o el miedo

2
Adorno T. Teoría estética, Madrid 2011, ed. Akal, p 172
no se asemejan ni imitan a la naturaleza pero son si cuestiones pertenecientes a la
naturaleza humana y que no pueden separarse entre sí, ya que la esencialidad de la
mirada y su percepción es la que la vuelve existente.
En el arte lo esencial es la particularidad de su forma de exponer, la forma que cobra
para manifestarse. Su sustancia es su apariencia, su concepto y su contenido de verdad,
pero su verdad dicha al no ser discursiva sino justamente al ser formateada por el mismo
arte, resulta en una respuesta infinita en sus variables, por eso es tan complejo entender
al arte, el arte en su carácter interpretativo nos abre caminos pero estos no tienen línea
de llegada, ya que el autor en su trabajo de creación no parte de la verdad sino que parte
de la forma, y a esta forma no la aborda desde la lógica de la razón sino mas bien en
sentido contrario.
Por eso pensamos que la verdad que supuestamente postula la obra es real, justamente
por que su sola utópica intensión intrínseca la hacen posible, aun desde el mismo
misterio, porque no el engaño. Su manifestación basta por más absurda que sea e
incluso cuanto mas ilógica sea su confección, más afirma su lógica de sentido. En el arte
la verdad se traduce en deseo, el deseo del artista o el del espectador, ese deseo que por
ser tal no es alcanzado y por tanto es utópica.
Pero a su vez el arte no se ha embanderado con la verdad, el arte se postula como arte y
nada más. Por eso es mas difícil de discutir, el arte no promete, pero se compromete a si
misma en su solo hecho de ser.
La experiencia inmanente que no se pone en duda es la del autor, el autor y su valor de
verdad frente a su obra, pero luego de esto la obra es sujeta a la interpretación y a la
percepción. El otro, el espectador pondrá en juego la capacidad reflexiva del arte e
incluso su función.
Pero lo que es innegable es la densidad del concepto de arte no solo por su capacidad de
subjetivación sino por su expresión misma. Una expresión con intencionalidad artística,
es decir una expresión estética sobre el mundo, con su presencia inmanente.

Toda obra de arte es hija de su tiempo, muchas veces es madre de nuestros

sentimientos. Wassily Kandinsky

Lic. Lilian Mendizabal