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TRATA DE PERSONAS1

1. DEFINICIÒN DE LA TRATA DE PERSONAS

El Protocolo para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas, especialmente


Mujeres y Niños que complementa la Convención de las Naciones Unidas contra la
Delincuencia Organizada Transnacional fue aprobado el 15 de diciembre de 2000, el
Perú lo ratificó el 23 de enero de 2003.

Este tratado internacional define a la trata de personas en su artículo tercero, apartado


a):

Por trata de personas se entenderá la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la


recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de
coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de
vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el
consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación.
Esa explotación incluirá, como mínimo, la explotación de la prostitución ajena u otras
formas de explotación sexual, los trabajos o servicios forzados, la esclavitud o las
prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos.

Por su parte, en el Perú, la trata de personas fue regulada, en primer lugar, por la Ley
Nº 28950, Ley contra la Trata de Personas y el Tráfico Ilícito de Migrantes, que tipificó
la trata de personas en el Código Penal peruano. Sin embargo, en el 2014 se
promulgó la Ley Nº 30251, la cual modificó el tipo penal en los siguientes términos:

1. El que mediante violencia, amenaza u otras formas de coacción, privación de la libertad,


fraude, engaño, abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad, concesión o recepción
de pagos o de cualquier beneficio, capta, transporta, traslada, acoge, recibe o retiene a otro,
en el territorio de la República o para su salida o entrada del país con fines de explotación,
es reprimido con pena privativa de libertad no menor de ocho ni mayor de quince años.

De este modo, el tipo penal nacional se corrige y se adecúa a los estándares


internacionales. A continuación un cuadro comparativo entre ambos:

Ley N° 30251 Ley que perfecciona la


Ley N° 28950 Ley que tipifica el delito de
tipificación del delito de trata de personas
trata de personas (2007)
(2014)
El que promueve, favorece, financia o El que mediante violencia, amenaza u otras
facilita la captación, transporte, traslado, formas de coacción, privación de la libertad,
acogida, recepción o retención de otro, en fraude, engaño, abuso de poder o de una
el territorio de la República o para su salida situación de vulnerabilidad, concesión o
o entrada del país, recurriendo a: la recepción de pagos o de cualquier beneficio,
violencia, la amenaza u otras formas de capta, transporta, traslada, acoge, recibe o
coacción, la privación de libertad, el fraude, retiene a otro, en el territorio de la República
el engaño, el abuso del poder o de una o para su salida o entrada del país con fines
situación de vulnerabilidad, o la concesión de explotación, es reprimido con pena
o recepción de pagos o beneficios, con privativa de libertad no menor de ocho ni
fines de explotación [...] mayor de quince años.
Como puede observarse, en el tipo penal de la Ley Nº 28950, parecía perseguirse las
conductas de promoción, favorecimiento, financiamiento o facilitación de la trata de
personas. Sin embargo, estas son conductas de participación y no de autoría del
ilícito. Así, con la Ley Nº 30251 se corrige tal error y se establece, de forma adecuada,
que las conductas de la trata de personas son:

Captación: la captación es un concepto que se traduce en atracción. Es decir, atraer a una


persona, llamar su atención o incluso atraerla para un propósito definido. En lo que respecta
a la trata de personas tiene un significado muy similar. Presupone reclutamiento de la
víctima, atraerla para controlar su voluntad para fines de explotación. La captación se ubica
dentro de los verbos que definen las acciones sancionables dentro del tipo penal de trata de
personas. Algunas legislaciones han cambiado este concepto por “reclutamiento” o
“promoción” aunque no son sinónimos.

Traslado: dentro de las fases de la trata de personas, el traslado ocupa el segundo eslabón
de la actividad delictiva posterior a la captación o reclutamiento de la víctima. Por traslado
debe entenderse el mover a una persona de un lugar a otro utilizando cualquier medio
disponible (incluso a pie). A diferencia de “transportar”, otro término que define esta fase
delictiva, el traslado enfatiza el cambio que realiza una persona de comunidad o país. En
ese sentido este concepto se acerca con mucha precisión a la mecánica del “desarraigo”
que se analiza en forma separada. Para efectos jurídicos, el tipo penal de trata debe
especificar que esta actividad puede realizarse dentro del país o con cruce de fronteras. En
la mayor parte de los países, la legislación sobre trata de personas no toma en cuenta el
consentimiento de la víctima en la fase de traslado sea esta mayor o menor de edad.

Recepción: la recepción se enfoca en el recibimiento de personas, en este caso las


víctimas de trata de personas. El receptor las oculta en un escondite temporal en tanto se
reanuda el viaje hacia el destino final o las recibe y mantiene en el lugar de explotación. En
este caso, la normativa sanciona a quien recibe pero también al propietario del local o la
empresa o persona que arrienda el lugar sea este comercial o particular en tanto hayan
permitido la estadía temporal o permanente de las víctimas con conocimiento del propósito
para el que se les oculta o utiliza. Define una acción sancionable en la trata de personas.

Ahora bien, es importante comprender que la trata de personas se enmarca muchas


veces en estructuras criminales organizadas donde existe una especialización de las
tareas a ejecutar. De este modo, no es necesario que un solo grupo o sujeto haya
realizado todas las actividades comprendidas desde el reclutamiento hasta la
explotación final de la víctima, sino que resulta suficiente que haya cometido una de
ellas para que podamos perseguirlo por el delito de trata de personas. Lo indicado se
hace evidente con el análisis del texto legal donde se observa que los términos
utilizados se encuentran unidos por la conjunción disyuntiva o: “[...] la captación, el
transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas [...]”.

Además, la definición no establece conductas específicas, sino que cada una de las
actividades enunciadas puede ser llevada a cabo de distintas maneras. Por ejemplo, el
transporte puede ser vía mar o tierra, en distintos vehículos e incluso caminando, no
importan cómo se transporte a la víctimas, basta con que ello ocurra para que la
conducta sea considerada un ilícito de trata de personas. Ello se debe a que la política
criminal contra la trata de personas es una política asegurativa que busca criminalizar
cualquier posible conducta relacionada con este crimen en cualquiera de sus
momentos o fases.

Por otro lado, es importante destacar que la trata de personas no requiere que el
traslado de las víctimas comprenda un cruce de fronteras internacionales, lo que sí
ocurre en el caso del tráfico ilícito de migrantes. La trata puede ocurrir dentro del
territorio de un solo Estado, entre distintas ciudades o al interior de una sola de estas.2

Por último, la definición dada por la Ley Nº 30251, incluye el inciso 5 que indica: “El
agente que promueve, favorece, financia o facilita la comisión del delito de trata de
personas, es reprimido con la misma pena prevista para el autor”. De este modo, para
la normativa peruana, todas aquellas conductas de participación en el delito de trata
de personas son penadas como si fueran autores. Estas conductas son:

Concepto Ejemplo
Promoción: implica cualquier conducta que
estimule, instigue, anime o induzca a la Una persona instiga a su vecino a que
captación, transporte, traslado, acogida, entregue a su hija a cambio de dinero para
recepción o retención de la víctima con fines de así poder alimentar a sus otros hijos.
explotación.
Favorecimiento: conlleva cualquier
Un grupos de adolescentes es transportado
comportamiento que permite que se desarrollen
desde Puno hasta Lima a fin de ser
los actos de captación, transporte, traslado,
explotados en fábricas. Un amigo del
acogida, recepción o retención de la víctima con
tratante le da la llave de su casa para que
fines de explotación por parte de otra persona
pueda acoger a las víctimas en el camino.
que no realizaba dichas conductas.
Una adolescente es captada para ser
transporta desde Iquitos a Pucallpa a fin de
Financiación: supone la subvención o apoyo
ser explota sexualmente. El tratante le pide
económico de las conductas de trata de
a un socio que le dé el dinero para el
personas.
trasporte y éste acepta a pesar de que
conoce su destino.
Facilitación: representa cualquier Una persona le alquila su auto a un tratante
comportamiento que coopere o ayude a quien para que pueda transportar a niños fuera de
realiza una conducta de trata de personas. la ciudad con el fin de ser luego explotados.

El segundo elemento de la definición de trata de personas es el medio a través del


cual, el tratante subyuga la voluntad de la víctima. Por medio debemos entender:

Los tratantes de personas utilizan medios muy diversos para lograr el reclutamiento o captura
de las víctimas y su posterior sometimiento. La amenaza, el uso de la fuerza u otras formas
de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de
vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el
consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, son algunos de ellos. Las
legislaciones penales que aplican el concepto del consentimiento viciado o irrelevante tanto
para personas mayores como menores de edad tienden a ubicar los medios como agravantes
con penas mayores a las del tipo penal simple. En otros países se estila no detallar la lista de
posibles medios ante la posibilidad de que aparezca uno nuevo que no haya sido
contemplado. En el derecho penal cuando se utiliza una lista de medios, tanto el fiscal como
el juzgado deben atenerse a ella cuando requieran aplicar el tipo penal, en este caso trata de
personas.

También en este caso, la definición criminaliza el uso de cualquier medio posible


incluyendo una gran variedad de supuestos: “[...] recurriendo a la amenaza o al uso de
la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder
o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o
beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre
otra [...]”.
A continuación, algunas definiciones del Manual UNODC:

Coacción: la coacción implica fuerza o violencia para que una persona diga o ejecute algo.
Los tratantes ejercen este medio sobre las víctimas al utilizar diferentes elementos
generadores: la posibilidad de ejercer un daño directo y personal o la amenaza de afectar a
otras personas. Esta afectación normalmente es física pero también puede dirigirse al
perjuicio de la imagen, el estado emocional o el patrimonio.

Concesión o recepción de pagos: dar y recibir un beneficio patrimonial (dinero o bienes)


es parte del modo de operación de las redes de trata. El tratante puede 10 Manual de
Capacitación ofrecer una cantidad de dinero u otro tipo de beneficio por la víctima, en
especial si son personas menores de edad y están sujetas por vínculo legal o parental.
También aplica cuando una persona recibe un pago por proporcionar información o crear
alguna ventaja específica para que el tratante tenga acceso a la víctima. En estos casos, de
acuerdo al tipo de legislación contra la trata que se esté aplicando, quien recibe el pago
puede ser autor del delito de trata de personas o recibir sanción por otros delitos que
contemplen estas conductas. La concesión o recepción de pagos es un medio para realizar
la captación de la víctima y se incluye frecuentemente en el tipo base que castiga esta
actividad delictiva.

Engaño: se refiere a crear hechos total o parcialmente falsos para hacer creer a una
persona algo que no es cierto. En la trata de personas se refiere a la etapa de reclutamiento
donde el tratante establece un mecanismo de acercamiento directo o indirecto con la víctima
para lograr el “enganche” o aceptación de la propuesta. Esencialmente se traduce en
ofertas de trabajo, noviazgo, matrimonio y en general una mejor condición de vida. De igual
forma, el engaño es utilizado por el tratante para mantener a la víctima bajo su control
durante la fase de traslado y posteriormente en los lugares de explotación. La normativa
penal ha incorporado este concepto en los tipos que sancionan la trata como parte integral
del tipo base o de alguna de las agravaciones. Este es uno de los aspectos más importantes
para lograr que una víctima no sea culpada por delitos que haya cometido durante el
proceso de trata al que fue sometida.

Fraude: este término tiene diferentes significados. En el tema de trata de personas el fraude
es la consecuencia lógica del engaño. El tratante utiliza la manipulación y la mentira para
lograr que la víctima acepte sus ofertas. Usualmente el término fraude se refiere a burlar o
eludir la ley. Esto puede ajustarse, en trata de personas, al propósito del tratante de
controlar a víctima y lograr que bajo su dominio llegue a cometer delitos. El fraude se
incluye dentro del tipo de trata como uno de los medios para llegar a la víctima.

Fuerza: la fuerza se interpreta como una forma de violencia física. El tratante puede recurrir
en la fase de reclutamiento o captación a mecanismos de sustracción forzosa de la víctima
de su comunidad o país. Asimismo, la fuerza aplica en las fases de traslado y explotación.

Rapto: el rapto es una figura jurídica orientada a la sustracción y retención de una mujer
con fines deshonestos o de matrimonio. Es una figura penal que se mantenido en las
legislaciones a través de los siglos. En el Protocolo de Palermo, el término “rapto” tiene un
sentido más amplio, ajustado con mayor certeza a un secuestro sin objeto de lucro. No
obstante, en el mundo jurídico este concepto se refiere, exclusivamente, a la sustracción y
retención de mujeres.

Situación de vulnerabilidad: este concepto se basa en dos presupuestos básicos: i) que la


víctima no tenga capacidad para comprender el significado del hecho (persona menor de
edad, incapaz) y ii) que la víctima no tenga capacidad para resistirlo (discapacitado, estado
de necesidad económica, bajo nivel cultural, sometido o sometida a engaño, coerción o
violencia). La situación de vulnerabilidad de la víctima es un medio utilizado por el tratante
para el acercamiento y control y se incluye en el tipo penal base o como uno de los
agravantes del delito.
Violencia (formas de): la violencia tiene múltiples manifestaciones. Si analizamos los
principales medios utilizados por los tratantes para la captación, traslado y explotación de la
víctima, en cada una de ellas se manifiesta la manipulación o el forzamiento. La coacción,
engaño, amenaza y la fuerza, como las describe el Protocolo de Palermo en su definición
sobre trata de personas implican el ejercicio de formas de violencia que atacan la esfera
física o emocional de la persona afectada. No obstante, en la descripción típica de las
conductas que sanciona la trata, los legisladores han optado por detallar los medios de
violencia como parte de la taxatividad que requieren los tipos penales.

Es importante notar que esta es una lista abierta, pudiendo existir otras formas de
subyugación de la voluntad. Así, en el medio “situación de vulnerabilidad” pueden
incluirse todas aquellas situaciones o contextos donde el tratante aprovecha las
dificultades económicas, educativas y de proyecto de vida futuro que pudiera tener la
víctima para poder captarla. En ese sentido, el término abuso de una situación de
vulnerabilidad, ha sido definido por las notas interpretativas del Protocolo de Palermo
de la siguiente forma: “[…] [el] abuso de una situación de vulnerabilidad debe
entenderse como referida a toda situación en que la persona interesada no tiene más
opción verdadera ni aceptable que someterse al abuso de que se trata […]”.3

A través de esta apertura en relación a los medios de coerción, no solo se permite la


criminalización de un mayor número de casos, sino que se refuerza la idea de que la
lucha contra la trata de personas implica necesariamente una política de prevención a
través del aseguramiento de los derechos humanos de las posibles víctimas. Es
necesario, por tanto, identificar a los grupos poblacionales más vulnerables a la trata
de personas y asegurarles una serie de derechos civiles y económicos que les permita
resistir ante algunos de los medios de coerción descritos en la definición.
Finalmente, el tercer elemento de la definición de trata de personas son las formas de
explotación. Por explotación se entenderá la obtención de beneficios financieros,
comerciales o de otro tipo a través de la participación forzada de otra persona en actos
de prostitución, servidumbre sexual o laboral, incluidos los actos de pornografía y la
producción de materiales pornográficos. El artículo 153, inciso 1, del Código Penal no
incorpora un único tipo de explotación, sino que enumera alguna de ellas. La lista de
posibles formas de explotación queda abierta ante los cambios constantes de la
criminalidad.

El tipo penal señala que:

Para efectos del inciso 1, los fines de explotación de la trata de personas comprende, entre
otros, la venta de niños, niñas o adolescentes, la prostitución y cualquier forma de
explotación sexual, la esclavitud o prácticas análogas a la esclavitud, cualquier forma de
explotación laboral, la mendicidad, los trabajos o servicios forzados, la servidumbre, la
extracción o tráfico de órganos o tejidos somáticos o sus componentes humanos, así como
cualquier otra forma análoga de explotación.

Ahora bien, la explotación no es parte del delito de trata de personas, sino que basta
con la intención de someter a la víctima a una de dichas finalidades para que este se
considere consumado. En otras palabras, la relación entre trata y explotación es una
temporal, primero viene la trata donde la víctima es captada, transportada y acogida, y
luego viene la explotación en cualquiera de sus formas.

Por ello, las definiciones de las formas de explotación no se encuentran en el tipo


penal del artículo 153, sino que pueden ubicarse en otros tratados internacionales o
normas nacionales. A continuación incluimos el cuadro de definiciones de la propuesta
de Protocolo de la Policía Nacional del Perú para la atención y protección de las
víctimas y testigos de la trata de personas:

- Esclavitud: comprende el ejercicio de los atributos del derecho de propiedad sobre otra
persona. Están incluidos la venta y el alquiler de la persona. Además del uso pleno y
absoluto de la capacidad de trabajo y el aprovechamiento de los frutos de dicha labor, entre
otros comportamientos4.

- Prácticas análogas a la esclavitud: Dentro este grupo se encuentran las siguientes


conductas:

Prácticas análogas a la esclavitud Concepto

Comprende los casos donde una mujer es


prometida o dada en matrimonio, sin que
Matrimonio forzado pueda oponerse, a cambio de dinero u otra
contraprestación que es entregada a un
familiar o cualquier otra persona5.

Implica la celebración de un matrimonio sin


el consentimiento pleno y libre de, al
menos, uno de los contrayentes (sea por
Matrimonio servil violencia, amenaza, coacción social o
cualquier otro medio idóneo) 6. También
incluye los casos en que las personas no
pueden separarse o poner fin a la unión7.

Consiste en que una persona se


compromete a prestar servicios personales,
o a que alguien bajo su autoridad los
realice, como garantía de pago de una
deuda. Sin embargo, estos servicios no son
utilizados para reducir el pago de dicha o no
se señala la duración del servicio que será
necesaria para pagar la deuda o no se
Servidumbre por deudas define la naturaleza de los servicios.

Por ejemplo: una mujer es transportada al


exterior para trabajar de modelo. Cuando
llega al país de destino le dicen que el
trabajo es de prostitución, ella se niega pero
le informan que tiene una deuda por el
costo del pasaje y el traslado. Ella se ve
obligada a ejercer la prostitución. Sin
embargo, su permanencia con los

.
Véase igualmente, Convención Suplementaria sobre la Abolición de la Esclavitud, la Trata de
Esclavos y las Instituciones y Prácticas Análogas a la Esclavitud, artículo 1. C. i), aprobada el 7
de setiembre de 1956 y en vigor desde el 30 de abril de 1957.
explotadores provoca que la deuda
aumente por el costo de alimentación y
hospedaje.

Implica que una persona está obligada por


ley, costumbre o acuerdo a vivir y a trabajar
sobre una tierra que pertenece a otra
Servidumbre de la gleba persona y a prestar a ella, de forma
remunerada o gratuita, determinados
servicios sin tener la libertad de cambiar su
condición8.

- Venta de niños, niñas y adolescentes: consiste en todo acto o transacción a partir


dela cual un niño, niña o adolescente es transferido por una persona o grupo a cambio
de un pago u otro beneficio9. Dentro de este supuesto también se encuentran los casos
de adopción irregular, donde el tratante induce a los padres o a quien tiene la custodia
a dar su consentimiento para una adopción ilegal 10.

- Explotación sexual y prostitución: es la forma más asociada a la trata y consiste en


el aprovechamiento de la prostitución ajena y otras formas como la explotación sexual
en el ámbito del turismo y la pornografía. Esta última consiste en toda representación
de una persona realizando actividades sexuales (explicitas, reales o simuladas) o de
una parte del cuerpo de la persona con fines primordialmente sexuales 11.

- Explotación laboral y trabajos forzados: es el aprovechamiento de la labor de una


persona para beneficio de otra de manera involuntaria y/o sin el respeto de los
derechos laborales de la víctima. Esto se produce cuando la labor realizada es
desproporcionada en relación al ingreso percibido; las horas de trabajo son excesivas;
las herramientas, equipo o formación son inadecuados para las tareas asignadas; el
trabajo se realiza en situaciones que no cumplen las normas de seguridad y salud en el
trabajo; entre otros.

Las actividades productivas asociadas a la explotación laboral en la trata de personas


son la agricultura, la tala ilegal de madera, la minería, el trabajo en fábricas y el trabajo
doméstico12. El trabajo forzoso es peligroso en la medida en que las actividades que la
víctima debe realizar interfieren o comprometen su integridad y seguridad.

- Mendicidad: Es la práctica consistente en obtener dinero y recursos materiales a


través de la caridad pública13, muchas veces a través de la humillación, persistencia o
generación de lástima. La relación con la trata se produce cuando un sujeto o grupo de
sujetos obliga a otra persona a realizar la acción.

- Extracción o tráfico de órganos, tejidos somáticos o sus componentes humanos:


la extracción es el proceso a través del cual se obtienen órganos, tejidos somáticos o
componentes humanos sin consentimiento de la víctima 14 o, habiendo dado su
consentimiento, este ha sido motivado por la fuerza, la coacción, engaño, abuso de
poder o aprovechamiento de su estado de vulnerabilidad. Por otro lado, el tráfico
implica el transporte de dichos órganos, tejidos o componentes humanos.

El tratado no establece quién debe servirse de dicha explotación, por lo que ello puede
recaer tanto en el sujeto activo como en un tercer sujeto. Asimismo, tampoco indica
que este fin deba efectivamente llevarse a cabo, de hecho puede que este nunca
ocurra: pensemos, por ejemplo, en las víctimas liberadas en el momento en que son
transportadas a su lugar de destino. La conducta punible de la trata de personas no
comprende la explotación final, el delito se considerará consumado siempre que el o
los tratantes hayan realizado alguna de las actividades antes indicadas con la
intención de que la víctima sea explotada, sin importar si ello ocurre o no.

2. DIFERENCIA CON EL TRÀFICO ILÌCITO DE MIGRANTES

La trata de personas muchas veces es confundida con el tráfico ilícito de migrantes,


aun cuando ambas figuras representan dos fenómenos distintos. De este modo,
mientras la trata implica la vulneración de los derechos humanos de una persona, el
tráfico de migrantes es un delito contra el Estado e implica el cruce ilegal de fronteras.
En este delito, es la persona quien voluntariamente solicita al sujeto activo que, a
cambio de una contraprestación, la ayude a trasladarse a otro Estado. Luego, para
que esta figura pueda ser penalizada, debe existir consentimiento por parte de la
víctima (de lo contrario ya nos encontraríamos en el campo de la trata de personas) y
se requiere un elemento de transnacionalidad no siempre presente en la trata.15

El tráfico ilícito de migrantes es definido por el Protocolo Contra el Tráfico Ilícito de


Migrantes por Tierra, Mar y Aire, que Complementa la Convención de las Naciones
Unidas Contra la Delincuencia Organizada Transnacional en el artículo 3:

Para los fines del presente Protocolo:


a) Por "tráfico ilícito de migrantes" se entenderá la facilitación de la entrada ilegal de una
persona en un Estado Parte del cual dicha persona no sea nacional o residente permanente
con el fin de obtener, directa o indirectamente, un beneficio financiero u otro beneficio de
orden material;

b) Por "entrada ilegal" se entenderá el paso de fronteras sin haber cumplido los requisitos
necesarios para entrar legalmente en el Estado receptor;

c) Por "documento de identidad o de viaje falso" se entenderá cualquier documento de viaje


o de identidad:
i) Elaborado o expedido de forma espuria o alterado materialmente por cualquiera
que no sea la persona o entidad legalmente autorizada para producir o expedir el
documento de viaje o de identidad en nombre de un Estado; o
ii) Expedido u obtenido indebidamente mediante declaración falsa, corrupción o
coacción o de cualquier otra forma ilegal; o
iii) Utilizado por una persona que no sea su titular legítimo;

d) Por "buque" se entenderá cualquier tipo de embarcación, con inclusión de las


embarcaciones sin desplazamiento y los hidroaviones, que se utilice o pueda
utilizarse como medio de transporte sobre el agua, excluidos los buques de
guerra, los buques auxiliares de la armada u otros buques que sean propiedad de
un Estado o explotados por éste y que en ese momento se empleen únicamente
en servicios oficiales no comerciales.

En la normativa nacional, a través de la Ley Nº 28950, se incorporó el tipo penal de


tráfico ilícito de migrantes, artículo 303-A:

El que promueve, favorece, financia o facilita la entrada o salida ilegal del país de
otra persona, con el fin de obtener directa o indirectamente, lucro o cualquier otro
beneficio para sí o para tercero, será reprimido con pena privativa de libertad no
menor de cuatro ni mayor de seis años.

A continuación reproducimos el cuadro del Manual UNODC donde se establecen las


diferencias entre ambas la trata y el tráfico de personas:

Elementos Trata de mayores de Trata de menores Tráfico ilícito de


edad de edad migrantes
Edad de la víctima Mayor de 18 Menor de 18 No hace al caso
Elemento subjetivo Intención Intención Intención
Elemento material • Acto • Acto • Acto: Facilitación de
• Medios • Medios la entrada ilegal
• Con fines de • Con fines de • Finalidad: la
explotación explotación obtención de un
beneficio financiero u
otro beneficio de
orden material
Consentimiento de la No hace al caso No hace al caso No es preciso
persona objeto de cuando ya se hayan establecer los
trata o de tráfico establecido los medios medios La persona
ilícito objeto de tráfico
ilícito da su
consentimiento a
dicho tráfico
Carácter No es necesario No es necesario Es necesario
transnacional
Participación de un No es necesaria No es necesaria No es necesaria
grupo delictivo
organizado

Sin embargo, cabe indicar que esta diferencia no siempre resulta tan clara y, muchas
veces, aquello que inició con un acuerdo voluntario puede devenir en un caso de trata
de personas. En ese mismo sentido se pronunció la antigua Comisión de Derechos
Humanos, al indicar que “[…] es importante notar que esta distinción es menos clara
en el terreno, donde existe una considerable fluctuación y superposición entre las dos
categorías […]”.16 De este modo, un migrante ilegal puede convertirse en víctima de
trata de personas al final de su viaje, usualmente por deudas contraídas con el
traficante por gastos de transporte y documentos.

3. NORMATIVA NACIONAL APLICABLE A LA TRATA DE PERSONAS 17

En el Perú, las obligaciones estatales de prevención y persecución del delito de trata


de personas, y de protección a las víctimas han sido recogidas por una serie de
instrumentos normativos de alcance nacional y regional que, además de desarrollar
dichos deberes, asignan competencias específicas a las diversas instituciones del
Estado. En primer lugar, se encuentra la Constitución Política que señala que toda
persona tiene derecho a la libertad y la seguridad personal, en ese sentido: “No se
permite forma alguna de restricción de la libertad personal, salvo en los casos
previstos por la ley. Están prohibidas la esclavitud, la servidumbre y la trata de seres
humanos en cualquiera de sus formas” (art. 2, inc. 24, literal b). Cabe indicar que esta
norma otorga a la PNP una serie de funciones, entre ellas: “[…] Presta protección y
ayuda a las personas y a la comunidad. [Y] previene, investiga y combate la
delincuencia […]” (artículo 166°).

Por otro lado, el 15 de enero de 2007 se promulgó la Ley contra la Trata de


Personas y el Tráfico Ilícito de Migrantes - Ley N° 28950 (Ley contra la Trata de
Personas) que tipifica el delito de trata de personas y sus agravantes18, e incluye al
tráfico ilícito de migrantes entre los delitos contra el orden migratorio. Esta norma,
además, incorpora a la trata de personas como uno de los posibles delitos fuente del
lavado de activos; establece la posibilidad de aplicar para este tipo de delito las
disposiciones sobre colaboración eficaz en el marco de la criminalidad organizada y
aquellas relativas a los beneficios penitenciarios; y, finalmente, determina que la trata
de personas será uno de los delitos por los que se puede disponer la intervención y
control de las comunicaciones y documentos privados. El 30 de noviembre de 2008 se
aprobó el Reglamento de la Ley contra la Trata de Personas – Decreto Supremos
N° 007-2008-IN (Reglamento) que precisa los alcances de la ley y regula las
obligaciones estatales antes enunciadas.

La Ley contra la Trata de Personas reviste especial importancia en relación a la labor


policial en la lucha contra este delito puesto que la segunda disposición
complementaria señala que “Las instituciones públicas competentes del sistema de
justicia penal precisan [...] unidades policiales especializadas para la investigación de
los delitos de trata de personas [...] para la realización de las diligencias de
investigación, comprobación y protección de colaboradores, víctimas, testigos y
peritos”. De este modo, habilita a la PNP a crear una unidad especial para la
persecución e investigación del delito de trata de personas, mandato que se cumplió
con la creación de la Dirección de Investigación de Delitos de Trata de Personas y
Tráfico Ilícito de Migrantes– DIRINTRAP (antes División).

El tercer instrumento normativo relevante a fin de determinas las obligaciones de la


PNP en la lucha contra la trata de personas es el primer Plan Nacional de Acción
contra la Trata de Personas en el Perú 2011 – 2016 - Decreto Supremo N° 004-
2011-IN (Plan Nacional contra la Trata de Personas) aprobado el 19 de octubre de
2011. Esta herramienta establece los objetivos estratégicos, metas y actividades para
la prevención, persecución, protección y atención a víctimas. El presente Protocolo se
enmarca en dos ejes de acción: la persecución del delito y la protección de las
víctimas y testigos. Ello, toda vez que a través de su elaboración e implementación, la
PNP posee un instrumento operativo que permite uniformizar la persecución de los
casos de trata de personas en todo el territorio nacional. De este modo, se crean una
serie de condiciones para la protección de las víctimas puesto que, al crearse una ruta
de rescate con pautas estandarizadas, se evita su re-victimización por el uso de
estereotipos o vulneración de sus derechos humanos durante los procesos policiales
de intervención e investigación de este delito.

Finalmente, el 23 de enero de 2015 se aprobó la Política Nacional contra a la Trata


de Personas y sus Formas de Explotación – Decreto Supremos N° 001-2015-JUS
(Política Nacional contra la Trata de Personas) que busca desarrollar una serie de
lineamientos técnicos para fortalecer la actuación estatal ante el fenómeno criminal
analizado. Esta norma crea pautas de actuación generales que luego serán
operativizadas a través de instrumentos de trabajo como, por ejemplo, este Protocolo.
Existen, por otro lado, otras normas nacionales que si bien no tienen una referencia
expresa a la trata de personas, incluyen funciones de la PNP que son necesarias en la
actuación institucional contra este delito. De este modo, el Nuevo Código Procesal
Penal (Decreto Legislativo N° 957) señala en su artículo 67° que la PNP:

[…] 1. […] en cumplimiento de sus funciones debe, inclusive por propia iniciativa, tomar
conocimiento de los delitos y dar cuenta inmediata al fiscal, sin perjuicio de realizar las
diligencias de urgencia e imprescindibles para impedir sus consecuencias, individualizar a
sus autores y partícipes, reunir y asegurar los elementos de prueba que puedan servir para
la aplicación de la ley penal. Similar función desarrollará tratándose de delitos dependientes
de instancia privada o sujetas a ejercicio privado de la acción penal.
1. Los policías que realicen funciones de investigación están obligados a apoyar al
Ministerio Público para llevar a cabo la investigación preparatoria.

El Protocolo permite concretizar estas funciones para el delito de trata de personas,


buscando que la actuación de los efectivos policiales se enmarque en las atribuciones
normativas otorgadas a su institución. Por ello, en el texto de este Protocolo se podrán
encontrar referencias al NCPP a efectos de que el efectivo policial reconozca el marco
normativo penal en el que se desarrolla cada disposición.

Finalmente, cabe mencionar la Ley de la Policía Nacional del Perú - Decreto


Legislativo N° 1148, en cuyo artículo 3° se señala que “[…] la PNP tiene por finalidad
garantizar, mantener y restablecer el orden interno; prevenir, investigar y combatir los
delitos y faltas […]”. Asimismo, el artículo 6° establece los principios y valores de la
institución, entre los que se incluye aquel de la defensa y protección de la persona
humana y el respeto a su dignidad y las garantías para el pleno ejercicio de sus
derechos fundamentales. Es además pertinente mencionar el 9° de la norma que
indica, entre las competencias de la PNP, aquella de proteger y ayuda a las personas
y a la comunidad, así como la relativa a la prevención, investigación y combate de los
delitos y faltas. Por último, el artículo 10 de la ley describe las funciones de esta
institución, haciendo especial énfasis en la investigación de la desaparición y la trata
de personas (inciso 10).

4. LOS DEBERES DE PREVENCIÒN, PERSECUCIÒN Y PROTECCIÒN19


El Protocolo sobre Trata de Personas realiza dos grandes aportes a la lucha contra la
trata de personas: la definición y las obligaciones estatales para su erradicación. Este
instrumento normativo establece una definición de trata de personas que logra
concretizar toda la complejidad del fenómeno. En ese sentido, se aparta de la
definición utilizada en la segunda mitad del siglo XX, la cual había reducido la trata de
personas a un tema de favorecimiento de la prostitución, y más bien parece reflejar lo
instituido por el Convenio Internacional de 1910 respecto de una conducta tripartita.

En ese sentido entonces, uno de los grandes aportes del Protocolo sobre Trata de
Personas es, justamente, haber logrado un consenso mayoritario respecto de una
definición de trata de personas que resulta ser precisa y, al mismo tiempo, amplia y
flexible a fin de enfrentar los rápidos cambios del fenómeno.

El segundo aporte consiste en haber reunido en un solo documento una serie de


deberes estatales relacionados con los derechos de las víctimas, los cuales pueden
ser estudiados en función de tres fases o etapas: prevención, persecución y
protección. De esta manera, los deberes establecidos en el Protocolo sobre Trata de
Personas no solo tienen por finalidad la criminalización del fenómeno o su persecución
y judicialización penal, sino que crean obligaciones respecto a la etapa previa y
posterior al delito mismo, etapas donde la víctima es el actor central a proteger.

Además, el Protocolo sobre Trata de Personas no solo dedica la mayor parte de sus
disposiciones a estos deberes, sino que los incluye entre los objetivos finales del
tratado al indicar que:

Los fines del presente Protocolo son:


a) Prevenir y combatir la trata de personas, prestando especial atención a
las mujeres y los niños;
b) Proteger y ayudar a las víctimas de dicha trata, respetando plenamente
sus derechos humanos; y
c) Promover la cooperación entre los Estados Parte para lograr esos
fines.20

Ahora bien, las obligaciones establecidas por el protocolo pueden agruparse en tres
grandes rubros: prevención, persecución y protección, tres áreas que representan las
tres fases de lucha contra la trata de personas. A continuación, analizamos
brevemente cada una de ellos desde la disposición normativa del tratado,
integrándolos con el desarrollo existente a nivel de DIDH.21

4.1. DEBER DE PREVENCIÓN

El deber de prevención de la trata de personas se enmarca en el deber general de


prevención que todo Estado tiene en relación con los derechos humanos. Este ha sido
desarrollado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (en adelante, Corte
IDH) en los siguientes términos:
El deber de prevención abarca todas aquellas medidas de carácter jurídico, político,
administrativo y cultural que promuevan la salvaguarda de los derechos humanos y
que aseguren que las eventuales violaciones a los mismos sean efectivamente
consideradas y tratadas como un hecho ilícito que, como tal, es susceptible de
acarrear sanciones para quien las cometa, así como la obligación de indemnizar a
las víctimas por sus consecuencias perjudiciales. No es posible hacer una
enumeración detallada de esas medidas, que varían según el derecho de que se
trate y según las condiciones propias de cada Estado Parte, aunque es claro que la
obligación de prevenir es de medio o comportamiento y no se demuestra su
incumplimiento por el mero hecho de que un derecho haya sido violado.22

Esta obligación, entonces, no solo comprende la prevención del ilícito penal mediante,
por ejemplo, acciones de desarticulación de organizaciones criminales u operativos en
establecimientos sospechosos de captar a víctimas de trata de personas, sino que
además incluye una multiplicidad de medidas que conviertan al actuar policial en
última ratio. En el caso de la trata de personas, ello se reconduce a, por un lado,
cambiar las condiciones de vulnerabilidad que crean potenciales víctimas de trata de
personas y, por el otro, buscar eliminar la demanda de explotación que promueve la
dación del delito. En otras palabras, se deben actuar a fin de evitar actos de trata de
personas abordando, principalmente, las causas del fenómeno.23

En ese sentido, el Protocolo sobre Trata de Personas dispone que:

Artículo 9.- Prevención de la trata de personas


1. Los Estados Parte establecerán políticas, programas y otras medidas de carácter
amplio con miras a:
a) Prevenir y combatir la trata de personas; y
b) Proteger a las víctimas de trata de personas, especialmente las mujeres y los
niños, contra un nuevo riesgo de victimización.
2. Los Estados Parte procurarán aplicar medidas tales como actividades de
investigación y campañas de información y difusión, así como iniciativas sociales y
económicas, con miras a prevenir y combatir la trata de personas.
3. Las políticas, los programas y demás medidas que se adopten de conformidad
con el presente artículo incluirán, cuando proceda, la cooperación con
organizaciones no gubernamentales, otras organizaciones pertinentes y otros
sectores de la sociedad civil.
4. Los Estados Parte adoptarán medidas o reforzarán las ya existentes, recurriendo
en particular a la cooperación bilateral o multilateral, a fin de mitigar factores como
la pobreza, el subdesarrollo y la falta de oportunidades equitativas que hacen a las
personas, especialmente las mujeres y los niños, vulnerables a la trata.
5. Los Estados Parte adoptarán medidas legislativas o de otra índole, tales como
medidas educativas, sociales y culturales, o reforzarán las ya existentes,
recurriendo en particular a la cooperación bilateral y multilateral, a fin de desalentar
la demanda que propicia cualquier forma de explotación conducente a la trata de
personas, especialmente mujeres y niños.
Una de las medidas de prevención impuestas por el artículo 9 del Protocolo sobre
Trata de Personas es la investigación del fenómeno en la realidad concreta de cada
Estado. Este deber no se relaciona con la investigación policial sino con la recolección
de datos sobre la trata de personas por parte del Estado. Ello ya ha sido discutido y
propuesto en el ámbito de los derechos humanos entre las obligaciones estatales para
prevenir la violencia contra la mujer, donde se incluye a la trata de personas.24
Además, la propia Relatora Especial sobre Trata de Personas analizó este deber e
indicó que los datos recolectados no solo deben corresponder a la situación de la trata
de personas en un determinado Estado (por ejemplo, número de víctimas, edad, sexo,
etc.) sino también deberá recogerse información respecto de las medidas adoptadas
en relación a la lucha contra este crimen y los logros obtenidos.25

De este modo, la recolección y sistematización de información es una medida


importante de investigación desde una perspectiva de prevención del delito puesto que
permite conocer la realidad de la trata de personas en un determinado contexto. Por
ejemplo, las condiciones de las víctimas, los medios de captación, las rutas de
transporte, los fines de explotación, datos sobre revictimización, medidas de asistencia
y protección exitosas, entre otros indicadores. Esta data estadística permitirá a los
Estados adoptar políticas públicas específicas para cada región y conocer cuáles de
ellas producen efectos positivos y cuáles deben ser revisadas o replanteadas.

Cabe indicar que en el caso peruano nos encontramos aún lejos de lograr un
cumplimiento cabal de este deber. En efecto, únicamente existen dos sistemas
estadísticos que recogen información sobre trata de personas: el Sistema de Registro
y Estadística del Delito de Trata de Personas y Afines de la Policía Nacional del Perú –
RETA/PNP y el Sistema de Información Estratégica sobre Trata de Personas –
SISTRA del Ministerio Público. Estos sistemas recogen información sobre la
investigación policial y fiscal de trata de personas, respectivamente, pero la
información (i) no se encuentra actualizada, (ii) no comprende todo el territorio del
Estado y (iii) no incluye datos sobre las circunstancias de la víctima al momento de ser
captada ni de su situación después del proceso judicial contra sus victimarios.

Otra obligación importante en relación al deber de prevención incluye la adopción de


medidas que permitan mitigar los factores de vulnerabilidad de las víctimas. En ese
sentido, si bien es cierto que todos podemos ser víctimas de trata de personas, existen
contextos y situaciones que conllevan que una persona o grupo de personas sea
especialmente vulnerable a ello. De forma general, se considera que la pobreza, la
desigualdad económica y las situaciones de informalidad laboral, la discriminación y la
violencia de género, la falta de educación y la imposibilidad de desarrollar un proyecto
de vida personal, son situaciones que hacen que una persona sea más vulnerable a
este tipo de delitos.26

Es importante notar que todas estas situaciones tienen un denominador común: las
personas no se encuentran en condiciones de gozar y ejercer plenamente sus
derechos humanos. La vulnerabilidad a la trata de personas pasa por vivir en
contextos donde la potencial víctima no puede ejercer sus derechos y, por ende, es
más proclive a caer en los engaños de las redes de trata de personas que prometen
un futuro mejor. El deber de prevención, entonces, comprende la reversión de esta
situación mediante el aseguramiento de los derechos civiles, políticos, económicos,
sociales y culturales a la población y a aquellos grupos especialmente vulnerables a la
trata de personas.27

Algunos ejemplos de las acciones a emprender para cumplir con esta obligación,
pueden ser:

- Mejores oportunidades de educación, especialmente para las mujeres y los


niños;
- Mejor acceso al crédito, la financiación y los recursos productivos, especialmente
para las mujeres;
- Eliminación de cualquier barrera de jure o de facto al empleo para los grupos
vulnerables, incluidas las mujeres;
- Medidas legales y sociales para garantizar los derechos laborales, incluido un
salario mínimo que permita un nivel de vida adecuado, y
- Prestación de asistencia técnica y de otro tipo a los países de origen para que
puedan hacer frente a las desigualdades que contribuyen a las vulnerabilidades
relacionadas con la trata.

Este análisis nos conduce a concluir que la prevención de la trata de personas, no solo
es un tema que escapa al Derecho Penal, sino que implica fundamentalmente el
respeto de los Estados por los derechos humanos de las personas y el cumplimiento
cabal de sus obligaciones en el marco de los tratados generales de derechos
humanos. Existe, sin embargo, otra causa de la trata de personas que no se relaciona
con la situación de las potenciales víctimas; esto es: la demanda.

La demanda, en el caso de la trata de personas, incluye los destinatarios directos de


los beneficios de la explotación de la víctima, por ejemplo los clientes de los servicios
sexuales de una menor de edad víctima de trata de personas; los destinatarios
indirectos, por ejemplo los clientes de empresas textiles que explotan en sus fábricas a
víctimas de trata de personas; y, en general, cualquier situación que promueve la
explotación de víctimas y, por ende, la trata de personas.28 Los Estados se encuentran
obligados a identificar estas prácticas en su territorio y adoptar medidas para
contrarrestarlas.

En el Perú, se ha criminalizado la demanda en el Código Penal, donde se incluye el


delito de usuario-cliente:

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