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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD BICENTENARIA DE ARAGUA

ESCUELA DE PSICOLOGIA

INGENIUM COORPORACION

DIPLOMADO PSICOLOGIA CRIMINAL

Responsabilidad penal y trastornos mentales

Estudiante:

Luis Galíndez 25.213.551

11.11.2018
TRASTORNOS MENTALES Y LA RESPONSABILIDAD PENAL

En la presente investigación se comenzará dando un concepto de salud

mental con el objetivo de poder continuar con un tema tan importante en el

área penal como lo es el trastorno mental y la responsabilidad penal.

La Organización Mundial de Salud ( 2001) señalo que “la salud mental es

un estado sujeto a fluctuaciones provenientes de factores biológicos y sociales,

en que el individuo se encuentra en condiciones de conseguir una síntesis

satisfactoria de sus tendencias instintivas, potencialmente antagónicas, así

como de formar y mantener relaciones armoniosas con los demás y participar

constructivamente en los cambios que puedan introducirse en su medio físico y

social”. Al observar dicho concepto podemos decir que es una definición

extensa y compleja pero que resulta interesante para pensar justamente el

lugar de los trastornos de la personalidad, donde lo que se encuentra afectado

de manera fundamental es la relación “armoniosa con los demás” así como la

capacidad de adaptarse y de contar con relaciones interpersonales

constructivas en la sociedad por tal motivo se considera que antes de explicar

lo de trastornos mentales debemos conocer de donde se origina ese tipo de

conducta con la finalidad de poder comprender el porqué una persona tiene

conductas contrarias a las normativas de una sociedad que consideramos en

muchas oportunidades anormales. Cuando se hace mención de la anormalidad

de una persona siempre pensamos en una serie de circunstancia que rodea al

mismo, sin a veces analizar cuáles son las circunstancia porque la persona

tiene este tipo de conducta y muchas veces juzgamos sin conocer de la

situación, durante mucho tiempo se pensó que la salud y la enfermedad

mental en términos dicotómicos es decir una herramienta que permite


identificar organismos o caracteres morfológicos, pero de forma progresiva fue

adquiriendo importancia la noción de que no existe salud y enfermedad en

términos absolutos sino dentro de un continuo con diferentes niveles de

funcionamiento.

Hoy en día, la perspectiva de “normalidad adaptada” de Bergeret se ha

extendido a los trastornos de la personalidad ya que resulta claro que es muy

difícil establecer el punto en que lo “normal” se torna “patológico” y

que incluso sujetos que sufren un trastorno de la personalidad pueden

presentar aspectos relacionales, cognitivos y emocionales que resultan

adecuados y adaptativos.

Es difícil establecer un concepto de personalidad normal, pero

considerando o tomando en consideración algunos concepto por especialista

en el área podemos señalar que se trataría de “personalidades que están

integradas en la sociedad en la que viven, que pertenecen a ella no sólo

porque son habitantes de una región, sino porque sus comportamientos se

muestran adecuados a las pautas aceptadas por la mayoría sin que ello

implique sometimiento, y también porque la organización de sus psiquismos

supone cierta coherencia interna”.

Considerando lo antes expuesto, entonces nos hacemos la siguiente

pregunta si lo normal es un comportamiento adecuado a una sociedad y con

coherencia de una persona, entonces el trastorno de personalidad podemos

señalar que es aquella conducta anormal, es decir, contraria a las normativas

de la sociedad con comportamientos inapropiados y sin coherencia.


Especialista señalan el trastorno de personalidad como “un síndrome o un

patrón comportamiento mental o psicológico de significación clínica que

aparece asociado a malestar (por ej. dolor), discapacidad (por ej. deterioro en

una o más áreas de funcionamiento) o a un riesgo significativamente

aumentado de morir o de sufrir dolor, discapacidad o pérdida de libertad”.

Más allá de cualquier intento que es necesario realizar, lo normal y lo

anormal siguen siendo conceptos que se nos escapan pero de los cuales se ha

adquirido una progresiva conciencia de su complejidad y de la dificultad para

establecer parámetros universales. Tampoco es cuestión de llegar a los

extremos de la antipsiquiatría y postular que no existe ni una cosa ni la otra.

Como sostiene Bergeret (1980) solemos oscilar entre dos vertientes opuestas:

un imperialismo que se esmera en intentar conservar los privilegios de un

supuesto ideal de normalidad y un rechazo hacia este término por considerarlo

opresivo. Para este autor ¿1980, pág. 31? Como sostiene este autor, “este

movimiento pendular (…) presenta el riesgo no sólo de volver mudos a esos

profesionales, sino sobre todo, de hacerles perder todo coraje científico o toda

capacidad de investigación” .

En lo que respecta a la personalidad, pueden reconocerse desviaciones

extremas de los patrones normales sin demasiadas dificultades pero a falta de

criterios objetivos y estadísticos se toman criterios pragmáticos. Gelder y

colaboradores (2007, pág. 70) sostienen que “una personalidad está

trastornada si causa sufrimiento al sujeto o a los demás”. En esta definición,

quizás demasiado sencilla puede visualizarse la intención de avanzar hacia

criterios más prácticos que teóricos.


Una personalidad sana abarca muchas personalidades de las que se

describen como trastornos de la personalidad, aunque con un mayor grado de

flexibilidad y equilibrio. Por ejemplo, en el caso del trastorno de la personalidad

por evitación, Millon (2006, pág. 201) plantea variantes que se encuentran en

los límites de la normalidad. El sujeto con una “personalidad sensible” es una

variante que puede ser considerada normal con respecto a la personalidad

evitadora. Se trata de sujetos que tienden a sentirse cómodos en entornos

familiares y dentro de un grupo de confianza. Son muy sensibles a las

opiniones y sentimientos de los demás y buscan su aprobación, transmitiendo

sus sentimientos sólo cuando se sienten seguros. Muchos de estos sujetos son

artistas o escritores. En cambio los evitadotes propiamente dichos tienen pocos

o ningún amigo íntimo de confianza y evitan las relaciones interpersonales, son

demasiado sensibles a la crítica y tienden un rendimiento por debajo de la

media debido a su profunda ansiedad social.

Según Zanardelli, las enfermedad mental está definida como cualquier

perturbación morbosa, permanente o accidental, general o parcial de las

facultades psíquicas del hombre innatas o adquiridas, simples o compuestas,

de la memoria a la conciencia, de la inteligencia a la voluntad, de raciocinio al

sentido moral.

Pudiéramos agregar que el termino enfermedad mental empleador por el

legislador en el código Penal, abarca toda perturbación patológica de la

actividad mental, esto incluye las enfermedades clínicamente caracterizadas

como los retrasos del desarrollo, idiotismo ,invencibilidad ,los estados de

degeneración mental, las perturbaciones mentales derivadas de enfermedades

corporales(delirio febril, enfermedades nerviosas) y las perturbaciones

morbosas y transitorias de la actividad mental.


El trastorno Mental Transitorio.

Muchos tratadistas al hablar acerca del trastorno mental transitorio hacen

referencia a su evolución conceptual de las distintas legislaciones , para dar

una idea mas clara de esta perturbación. Alunas se remontaban, incluso, al

Código Penal soviético de 1926, pero partiremos del proyecto realizado por

Mendoza, Mendez y Jimenez de Asúa, donde señalan lo siguiente:

El enajenado y el que se halle en estado de trastorno mental transitorio,

cuando no pueda discriminar la naturaleza ética de sus actos o inhibir sus

impulsos delictivos.

En el proyecto de 1967, elaborado por Jimenez de Asúa y Jose Mendez

realizaron la siguiente propuesta.

No es imputable quien, a causa de las perturbaciones morbosas de su

mente, de su insuficiencia psíquica o de trastorno mental transitorio, no ha

podido, en el momento en que ejecuto el hecho, comprender la ilicitud de su

acción o regular su conducta conforme a las normas del derecho.

En el Código Penal Venezolano, no se refiere de modo expreso al trastorno

mental transitorio, ni siquiera hace referencia a el directamente, pero se

resuelve aplicando las reglas:

1. Si el trastorno tiene base patológica: estará exento de responsabilidad penal.

Queda protegido por la inimputabilidad según lo establecido en el articulo 62

del Código Penal.


2. Si el trastorno tiene base emocional, estará amparado por atenuaciones y no

la excepción consagrada por el artículo 67 del Código Penal.

El trastorno mental transitorio, es una entidad psiquiátrica forense que

puede considerarse como eximente de la responsabilidad penal, es de suma

importancia que el sistema de justica hablando de jueces, fiscales y defensores

conozcan del tema en virtud que al momento de juzga, acusar o defender a

una persona que tenga algunos de estos síntomas conozcan el por que una

persona tiene un trastorno mental transitorio, claro con diagnostico de un

especialista en el área que luego dará la información a los funcionarios

correspondientes para determinar su inimputabilidad si es el caso.

Gisbert Calabuig la define como “estado de perturbación mental pasajero

y curables, debido a causas ostensibles sobre una base patológica probada,

cuya intensidad llega a producir anulación del libre albedrio con su consiguiente

repercusión en la imputabilidad”.

Actualmente estos estados de perdida transitoria de la conciencia se

denominan trastornos transitorios de inadaptación a situaciones especiales,

según la clasificación Internacional de enfermedades de la Organización

Mundial de Salud.

El trastorno límite de la personalidad, o borderline, también llamado

limítrofe o fronterizo, como un trastorno de la personalidad que se caracteriza

primariamente por desregulación emocional, pensamiento extremadamente

polarizado y relaciones interpersonales caóticas. El perfil global del trastorno

también incluye típicamente una inestabilidad generalizada del estado de

ánimo, de la autoimagen y de la conducta, así como del sentido de identidad,


que puede llevar a periodos de disociación.] Se incluye dentro del grupo B de

trastornos de la personalidad, los llamados "dramático-emocionales". Es, con

mucho, el más común de los trastornos de la personalidad.

El concepto formal de Trastorno límite de la personalidad es

relativamente nuevo en el campo de la psicopatología. No apareció en el

Manual diagnóstico de los trastornos mentales (DSM) publicado por la

Asociación Norteamericana de Psiquiatría hasta el 1980 (DSM-III). Es a partir

de ahí, una vez logrado el estatus oficial de "trastorno de la personalidad",

cuando se dispara el interés por esta patología. Esto se logró tras grandes

controversias y disputas iniciadas en los años 1970. La nomenclatura oficial y

criterios diagnósticos se acordaron mediante compromisos entre los diferentes

modelos y atendiendo a datos empírico-descriptivos. Con esta definición se

dejó atrás definitivamente la idea anterior de la afección como un fenómeno

que fluctuaba entre la neurosis y la psicosis para constituir un cuadro con

entidad propia y no un límite de un continuo entre otros dos.

Considerando lo antes expuesto señalamos que el trastorno mental es

toda alteración intrínseca de la personalidad, toda desorganización interna de

sus estructuras, toda desviación progresiva de su devenir, que le impida al

sujeto su proceso de adaptación activa, armónica y lógica a la realidad o que le

ocasionase sufrimiento en el enfrentamiento con la realidad en cuanto

contradicción entre el yo y el mundo".

La inimputabilidad por causa de enfermedad mental.

En vista de lo anteriormente mencionado es importante señalar a unos de

los elementos negativos del delito como lo es la inimputabilidad, considerando


de gran importancia a los fines de fortalecer los conocimientos en el area penal

y en especifico en la maestría que estamos cursando la cual trata de penal y

criminología.

La imputabilidad es el conjunto de condiciones subjetivas que debe reunir

el perpetrador de un delito, suponiendo en él la capacidad de conocer y

comprender dicha ilicitud para que sea factible colocar en sus manos las

consecuencias de su acto.

La inimputabilidad es uno de los temas más difíciles y exquisitos en el

ámbito de las ciencias penales. La mayor parte de las legislaciones consideran

que existen cierto número de individuos que por su especial situación (trastorno

mental, sordomudez), deben recibir un trato diferente por parte de la ley al

cometer un hecho legalmente descrito. A estos individuos se los denomina

"inimputables" y al fenómeno que los cobija "inimputabilidad".

El Dr. Julio Andrés Sampedro Arrubia dice "La inimputabilidad es la

incapacidad del sujeto para ser culpable siendo determinante la falta de

conocimiento de la ilicitud y/o la alteración de la voluntad , siempre y cuando

ocurran en el sujeto al momento de ejecutar el hecho legalmente descrito".

La razón por la cual el inimputable no es capaz de actuar culpablemente es

que presenta fallas de carácter sicosomático o sociocultural que le impiden

valorar adecuadamente la juricidad y la antijuridicidad de sus acciones y

moderar sus acciones y moderar su conducta conforme tal valoración .


La calidad de inimputable se deriva del hecho de que el sujeto no puede,

en razón de tales diferencias, comprender la ilicitud de su actuar, o de que

pudiendo comprenderla no es capaz de comportarse diversamente.

Ahora bien este punto hablaremos de la responsabilidad penal, en virtud de

lo antes expuesto y la vinculación con los puntos antes mencionado podemos

señalar lo siguiente:

La responsabilidad penal es un fenómeno del cual el autor o el

participante que son juzgado a las consecuencias jurídicas del mismo, vale

decir, a la pena o medida de seguridad legalmente previstas.

El Dr. Luis Eduardo Mesa Velásquez la define como: "la obligación de

soportar las sanciones establecidas para el delito, por causa de su ejecución.

Para que surja se requieren de los presupuestos de imputabilidad, culpabilidad

y antijuricidad".

El Dr. Bernardo Gaitán : "Para que alguien deba responder penalmente es

necesario que haya realizado un acción, típica, antijurídica y culpable". De allí

el que sea impropia hablar de una responsabilidad penal por el hecho de vivir el

hombre en la sociedad .

Después de la investigación realizada podemos señala, que se ha

adquirido conocimientos importantes en el tema de trastorno mental

,inimputabilidad y responsabilidad penal que algunos puntos se desconocía

dejando claro que se considera de gran importancia el mismo y consientes de

la realidad que vivimos en una sociedad tan dinámica donde en muchas

oportunidades juzgamos o hacemos juicios de valor contra personas que tienen


conductas anormales o no se ajusta a esos lineamientos establecido por la

sociedad desconociendo del tema. En vista de que en la actualidad estamos

cursando una maestría en penal y criminología, debemos como futuros

magíster tener conocimientos en el tema y seguir investigando la materia de

psiquiatría y psicología que abordaremos en el trascurso del semestre, con el

objetivo de actuar en el momento que se tengan caso con trastornos mentales

se sepa cómo manejarlo y recordar como abogado que debemos defender los

derechos de la sociedad y de los particulares cooperando en la conservación y

perfeccionamiento del orden jurídico y en la realización de una recta y eficaz

administración de justicia.
Referencias Bibliográficas

 Código Penal de la Republica Bolivariana de Venezuela con su reforma parcial.

2006

 VARGAS A. Eduardo. Medicina Legal 1996. Editorial Trillas

 Jiménez de Asúa, Luis. Lecciones de Derecho Penal 1997, Clásico del Derecho

Volumen 7. Editorial Harla.

 Jaspers, K. 1946. Psicopatología General. 3ra edición en español. México,

Fondo de Cultura Económica.

 Millon T. 2006 Trastornos de la personalidad en la vida moderna. 2da edición.

Barcelona, Masson.

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