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EL MINISTRO Y LA FALTA DE ORACIÓN

1. Cómo afecta a su vida intima


La intimidad que el ministro tenga con Dios es indispensable, y la manera en la
que la tiene, además de la lectura y meditación bíblica, es la oración. Por tanto,
el descuido de la oración hará que el ministro no conozca verdaderamente a
Dios. Y un ministro que solo conoce a Dios verdaderamente, no será un ministro
que sea de bendición y ayuda para quienes ministra.

Así como un esposo pierde mucho de su esposa si este no tiene intimidad


constante con su pareja, un ministro que adolece de falta de oración ha perdido
lo más valioso que puede tener como cristiano: Dios mismo. El propósito
principal de la oración no es tanto pedir buenas cosas, sino estar en contacto con
Dios mismo. Lo mejor que nos puede dar la oración no son las peticiones que
tenemos, sino a Dios.
Por tanto, un cristiano que no tiene un hábito de oración, y está sirviendo en una
iglesia local, es un ministro pobre. No importa cuánto sepa, no importa cuán
elocuente sea al momento de hablar, no importa la apariencia que tenga, él es
pobre sino tiene a Dios, pues no ora u ora poco, y la oración nos hace tener más
de Dios.
2. Cómo afecta a su crecimiento
“Mientras no sepas que la vida cristiana es una guerra, no podrás saber la razón
de la oración” – John Piper

Lo que se pide de un ministro es que tenga un carácter intachable, un carácter


como el de Jesucristo. Sin embargo, con la oración ausente en la vida del
ministro, es imposible que éste reproduzca el carácter de Cristo, porque
separados de mí nada podéis hacer1. El crecimiento y desarrollo del ministro es
como la de cualquier cristiano “común”, incluso antes de ser un ministro es un
cristiano, antes de ser un pastor, es una oveja. Necesita de alimento para su
desarrollo.
El pecado, que es lo que impide nuestro crecimiento, no deja de ser un problema
por ser un ministro. Por el contrario, frecuentemente se encuentra con más

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Juan 15:5
tentaciones, más luchas, más presión, y más expuesto, por el hecho de ser un
ministro. Y eso no es todo, pues del ministro se espera que refleje más el carácter
de Jesús que los cristianos a quienes ministra. Por eso Charles Spurgeon decía:
“Ora más que los cristianos comunes, de lo contrario estaría incapacitado para
el desempeño de la tarea que ha emprendido”2.

3. Cómo afecta a la enseñanza y predicación


“Prefiero enseñar a un hombre a orar que a diez hombres a predicar”
– Charles Spurgeon

Ante la cita del príncipe de los predicadores, es justo preguntar: ¿Por qué
entonces hoy nos preocupamos más por enseñar a un hombre doctrina en vez
de a orar? Obviamente la doctrina es básica para el ministro, pero no lo es todo.

La predicación no solo trata de transmitir información (buena información), sino


también de hacer que los demás cristianos vean la belleza de Cristo. Martyn Lloyd
Jones, definió la predicación como “lógica en llamas”. Tristemente hoy, la
predicación en el mejor de los casos tiene mucha “lógica”, pero no “llamas”. Es
una predicación con mucha mente, pero con poco o nada de corazón.

Josué Barrios dice en un artículo que la oración sirve para bajar lo que se tiene
en la mente al corazón3. Y puesto que la predicación es más que la comunicación
de información, la falta de oración hace que la predicación no se cumpla en su
definición completa.

Timothy Keller, en su libro “La Predicación” dice:

“La otra cosa necesaria para predicar con afecto es una vida íntima de oración
que sea profunda y rica. Si tu corazón no se dedica habitualmente a alabar y
arrepentirse, si no estás de continúo sorprendido por la gracia de Dios cuando
estás solo, es imposible que esto pueda suceder en público. No tocarás los
corazones porque tu propio corazón no ha sido tocado.”

2
Charles Spurgeon – Discursos a mis Estudiantes
3
https://josuebarrios.com/aprender-a-orar/
La audiencia de aquellos que escuchan al ministro que predica pero que no ora
crecerá lentamente, y el ministro verá pocos resultados en el carácter de quienes
ministra.

He encontrado a algunos ministros que creen que la predicación solo consiste en


hacer una buena interpretación del texto, y luego hacen una buena transmisión
de éste. Constantemente encuentro que aquellos que creen esto se preguntan:
“¿Por qué no veo más resultados en el carácter de quienes ministro?” Es decir,
dirían ellos, mi audiencia ya sabe que deben vivir en santidad, pero no la
practican. Y, sin embargo, el día domingo su sermón durará más de lo que han
orado en toda la semana. Y aunque hayan hecho una excelente exégesis los
ministros que no oran deben entender que “hablamos solo en la medida que se
nos habla”4. En consecuencia, su buena exegesis solo afectará a la mente y no a
el corazón

El problema más grande con los ministros que no oran, es que su predicación y
enseñanza solo llegaran a la mente, y no a los afectos. Solo será un transmisor
de información, más no de la belleza de Cristo. Y para que la predicación se
cumpla como tal, debe existir ambas cosas: “lógica” y “llamas”. Ahora es más
fácil entender porque el príncipe de los predicadores decía lo que decía. Todo lo
que es el ministro en su vida de oración, lo será en la predicación.

4. Cómo afecta a otros creyentes


El ministro que es un hombre de oración no solo perjudica a su propia vida.
Puesto que es un hombre llamado a servir al pueblo de Dios, su falta de oración
afectará a otros creyentes.
Debido a que un ministro es llamado a servir a otros cristianos, y parte del
servicio que él da a una iglesia local, es la oración de intercesión, el ministro que
no intercede por los creyentes serán bastante afectados.
El apóstol Pablo oraba constantemente por los cristianos a quienes escribía
porque sabía que toda obra realizada en el ministerio sin oración, resultará vana.
Eso no quiere decir que cada vez que se ore por otros cristianos, ellos

4
Timothy Keller – La Oración
responderán positivamente al ministerio que se desarrolla. Pero sí quiere decir
que, cuando los cristianos respondan positivamente al ministerio que el siervo
de Dios desarrolla, no será sin oración. Para decirlo de otra forma: Si bien es
posible orar, por ejemplo, para que el día domingo en la predicación los
creyentes respondan de manera práctica y no ver respuesta alguna, es imposible
esperar respuesta de los cristianos a la predicación sin oración de intercesión.
5. ¿De qué manera puede luchar el ministro con la falta de oración?

Por todo lo dicho hasta el momento, es claro que es peligroso que un ministro
no tenga una vida de oración, ya sea para su propia vida espiritual como para el
ministerio que realiza. Por eso, es necesario respondernos está pregunta: ¿De
qué manera puede luchar el ministro con la falta de oración? Si la oración es tan
importante para el ministro, entonces responder esta pregunta es igual de
importante. A continuación, respondo esta pregunta en cinco puntos:

 Planifica
Para cualquier actividad importante se requiere planificación, más aún
cuando el ministro tiene tantas labores por realizar. De no planificar su
vida de oración, pronto se verá consumido por el activismo.
John Piper hace una excelente aclaración en cuanto a esto, que vale la
pena citar pese a su extensión:

“A menos que esté completamente equivocado, una de las principales


razones por la que los hijos de Dios no tienen una vida significativa de
oración no es tanto que no queramos, sino que no la planeamos. Si deseas
tomarte unas vacaciones de cuatro semanas, no puedes limitarte a
levantarte una mañana de verano y decir: ¡Vamos! No tendrás nada
preparado. No sabrás adónde ir. No has planeado nada.

Pero así es como muchos de nosotros tratamos la oración. Nos


levantamos día tras días y nos damos cuenta que deberían formar parte
de nuestra vida momentos importantes de oración, pero aún no hemos
preparado nada. No sabes adónde ir. No hemos planificado nada. Ni el
momento ni el procedimiento. Y todos sabemos que lo contrario a no
planificar no es un maravilloso fluir de experiencias profundas y
espontáneas en la oración. Lo contrario de la planificación es la rutina. Si
no planificas unas vacaciones, probablemente te quedarás en casa y verás
la TV. El flujo natural y sin planificar de la vida espiritual lleva a que
decaiga totalmente la vitalidad. Hay una carrera para correr y una pelea
que luchar. Si deseas una renovación en tu vida de oración tienes que
planificarla”5.

 Organizar prioridades
Uno de los grandes impedimentos para orar es que muchas veces no se
toma la oración con la debida seriedad. Hay muchas cosas tratan de
distraernos de esta disciplina espiritual tan importante. Es por eso, que
la oración debe ser una prioridad en la vida del ministro. A veces deberá
rechazar ciertos compromisos con tal de pasar tiempo en oración secreta
con Dios.
 Tener un tiempo de retiro cada cierto tiempo
Ésta sin duda es una manera en la cual muchos ministros usados por Dios
lo han practicado. Y creo que hoy, en medio de una cultura donde casi ya
nadie sabe lo que es pasar un día en “silencio”, buscando a Dios y nada
más, puede ser muy reconfortante y de bendición para el ministro.
 Orar de a pocos
La falta de oración en el ministro es algo real, y por lo general, el ministro
sabe que debe orar más. Sin embargo, cuando lo intenta, se encuentra
desanimado por el poco tiempo que es capaz de orar. Esto es así debido
a que mientras menos oremos, más difícil se no será a orar. Pero también
es verdad lo contrario: mientras más oremos, más fácil será orar. Es por
eso que sugiero que aquellos que se frustran con tener una vida rica y
extensa de oración, si no la han tenido o han perdido el hábito, puedan
empezar de a pocos. El primer día pueden orar 10 minutos, el segundo
20, y el tercer y cuarto día medía hora. Así poco a poco se irá haciendo la
oración cada vez más sencilla.
 Meditar en el evangelio

Pablo doblaba sus rodillas continuamente debido a que se encontraba


asombrado por el evangelio (Efesios 1:15-16). Lo mismo deben hacer los

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John Piper – Sed de Dios
ministros. Una de las mayores motivaciones para orar se encuentra en el
evangelio de Jesucristo. Es de gran ánimo y motivación saber que por
Jesucristo siempre somos bienvenidos en el trono de la gracia.

BIBLIOGRAFÍA:

Charles Spurgeon – Discursos a mis Estudiantes – (Mundo Hispano, 2017) -pg. 68

Timothy Keller - La predicación: Compartir la fe en tiempos de escepticismo - (B&H, 2017)


- pg. 156

John Piper - Sed de Dios - (Andamio, 2011), pg. 190-191

Timothy Keller – La Oración: Experimentando asombro e intimidad con Dios – (B&H,


2016)

Josué Barrios - Como aprender a orar - josuebarrios.com/aprender-a-orar/

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