Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
Nuestras emociones juegan un papel vital para llevar vidas alegres, saludables y exitosas. Todas las
emociones desde el amor al gozo, la ira al temor juegan una parte importante en la compresión de
nosotros mismos y de otros. Algunas emociones nos ayudan a descubrir las maravillas de la vida,
pero otras nos roban las bendiciones que Dios tiene para nosotros. Pero esta diversidad de
sentimientos está diseñada para completar nuestra vida, no para determinarla. En este libro
transformador, Joyce Meyer revela poderosas verdades de la Palabra que ayudarán al lector a
manejar todas sus emociones en la dirección correcta. A través de ilustraciones jocosas y
aplicaciones de la vida diaria, Joyce da las claves para mantener tus emociones en el lugar indicado
mientras le permites al Espíritu Santo que te dirija y guíe. Se incluyen escrituras dinámicas y
perceptivas en temas como: cómo no dejarte llevar por sentimientos; codependencia; cambios de
temperamentos; sanidad para emociones dañadas; y depresión. ¡No permitas que tus sentimientos
determinen tu destino! ¡Por el contrario, maneja tus emociones para complementar y realzar tu
actitud hacia una vida victoriosa y placentera!
Contenido:
Introducción
Lo más importante es comprender qué son las emociones y reconocer que las tenemos porque es
Dios quien nos las ha dado. Entonces debemos empezar a encararnos a ellas en vez de solo
ventilarlas y como resultado tener sentimientos de culpabilidad y condenación.
-Proverbios 1:5
Una persona que se deja llevar por las emociones es alguien que se ve fácilmente afectado o tocado
por las emociones. Es bueno que aprendamos a conocernos a nosotros mismos y a nuestra
personalidad.
Según una enseñanza que data de la antigüedad, existen cuatro personalidades que han sido
categorizadas de la siguiente manera. La primera categoría es la colérica, que da la casualidad que
es la mía. Los que tienen la personalidad colérica nacen siendo líderes. Tienen una personalidad
fuerte que siempre quiere llevar el control. Uno de los puntos fuertes de los coléricos es que por lo
general logran cumplir muchos objetivos. Uno de los puntos débiles es que tienen la tendencia a ser
mandones.
Los flemáticos. Comúnmente demuestran muy poca emoción, si es que muestran alguna. Lo que
resulta interesante es que por lo general un colérico se casa con un flemático.
Al principio no le resultará fácil controlar sus emociones. Nunca lo es. Cuando usted y yo intentamos
romper un mal hábito, siempre tendremos una lucha entre manos. Es necesario que batallemos en
nuestro interior, clamando a Dios: "¡Ayúdame Señor, socórreme!" Qué maravilloso es saber que el
Espíritu Santo siempre está con nosotros para ayudarnos.
Si usted se ha dejado dominar por un mal hábito, como comer por razones emocionales, cuando se
siente a comer diga en su interior, "Espíritu Santo, ayúdame a no comer de más".
Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la
vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la
ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; los cuales, después que perdieron toda
sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza.
-Efesios 4:17-19
Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino
uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
-Hebreos 4:15
¿Cómo aprenderemos a controlar nuestras emociones a menos que Dios permita que pasemos
momentos de prueba? Recuerde que la Biblia dice que Dios "no os dejará ser tentados más de lo
que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podamos
soportar", (la Corintios 10:13). Si el Señor no permite que pasemos por el momento de la prueba,
jamás aprenderemos cómo hacerle frente a Satanás cuando sea él quien nos traiga la prueba, cosa
que sucederá tarde o temprano.
Los tiempos de prueba son tiempos de instrucción.
Conforme Dios trata con cada uno de nosotros sobre un área específica por vez, es posible que tarde
entre una hora hasta varios años. En mi caso, el Señor obró en mí un año entero para hacerme
comprender que Él me ama de verdad.
Lo más importante que Dios pide o exige de nosotros para resolver nuestros problemas es creer y
seguir adelante. Estudie la Palabra de Dios y pase tiempo con Él.
Obedezca la Palabra
Pero sed hacedores de la Palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.
-Santiago 1:22
¿Quieres realmente ser sano? y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba
enfermo. Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo:
-Juan 5:5, 6
Hay algunas personas que a veces se tornan adictas a su problema. El problema se convierte en su
tarjeta de identidad, les afecta la vida entera. Define todo lo que piensan, dicen y hacen. Todo su
ser se centra en él.
La justicia de Dios
En lugar de vuestra doble confusión y de vuestra deshonra, os alabarán en sus heredades; por lo
cual en sus tierras poseerán doble honra, y tendrán perpetuo gozo.
-Isaías 61:7
La Biblia dice en Romanos 12:19, "No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar
a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor". Uno de los
errores más graves que cometemos es intentar vengarnos, darle al otro su merecido, equilibrar la
balanza de la justicia, en vez de confiar en que Dios se encargará de hacerlo por nosotros. Si
intentamos hacerlo nosotros mismos, terminaremos en tremendo lío.
Si aprende a confiarle al Señor todo su pasado, El ha prometido recompensar a los que le han
causado desdicha y sufrimiento (aunque Dios recompensa de manera muy distinta a la que uno se
imagina), y le compensará el doble por las aflicciones vividas. ¿No le parece que vale la pena
renunciar a las heridas del pasado a cambio de obtener una recompensa y un galardón tal?
Jesús es el camino, y nos ha mostrado de qué manera debemos caminar. El Señor ha enviado a su
Espíritu Santo para guiarnos al camino por el cual estamos supuestos a andar, el camino angosto
que lleva a la vida y no el ancho que lleva a la destrucción.
Tenemos que seguir andando en los caminos del Señor: "No nos cansemos, pues, de hacer bien;
porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos" (Gálatas 6:9).
La Biblia no promete que cuando hagamos el bien vamos a cosechar de inmediato la recompensa,
pero sí nos asegura que si continuamos haciendo lo correcto, con el tiempo seremos
galardonados.
Los pasos por los cuales el Espíritu Santo nos guía para sanar las emociones dañadas:
Hágase una promesa en este instante que de ahora en adelante no va a malgastar ni un segundo
más de su precioso tiempo sintiendo lástima por sí mismo y por las cosas que no puede cambiar. En
vez, prométase que va a vivir cada día a cabalidad, esperando ansiosamente lo que Dios tiene para
usted según usted lo sigue, un paso a la vez.
Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed
benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os
perdonó a vosotros en Cristo.
-Efesios 4:31, 32
Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de
amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados.
-Hebreos 12:15
Para evitar que Satanás le saque ventaja, ¡perdone! Hágase un favor a usted mismo, y ¡deje a un
lado la ofensa. Perdone para que usted no terminar emponzoñado y aprisionado. Según el DRAE,
perdonar significa "remitir la deuda, ofensa, falta, delito y otra cosa el perjudicado por ello; eximirle
a uno de la obligación pendiente".
La regla número uno para perdonar pecados es recibir el Espíritu Santo quien nos da la fuerza y la
habilidad para poder perdonar. Ninguno de nosotros es capaz de hacerlo por cuenta propia.
Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para
airarse...
-Santiago 1:19
Cuando la gente nos maltrata se colocan en una situación muy precaria, así que tenemos que orar
por ellos. Tenemos que extenderles misericordia y seguir el ejemplo de Jesús, y pedirle a Dios que
los perdone porque no se dan cuenta de lo que están haciendo.
Bendiga y no maldiga
Ahora me gustaría citar tres Escrituras significativas que tienen que ver con el perdón para ver si
puede usted detectar en cada una un mismo tema que a veces obviamos cuando buscamos
perdonar a alguien que nos ha ofendido.
Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amada
vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen y orad por
los que os ultrajan y os persiguen...
-Mateo 5:43, 44
os calumnian.
-Lucas 6:28
-Romanos 12:14
Mientras que aprendemos a perdonar a los demás, tenemos que recordar que tenemos no sólo que
perdonar a los demás, sino también a nosotros mismos.
El perdón y la restauración
Creo que el engaño más grande que Satanás ha perpetuado dentro de la Iglesia es la idea de que si
los sentimientos de una persona no han cambiado, entonces esa persona no ha perdonado en
realidad.
Recuerde, decida perdonar, ore por sus enemigos, bendígalos en vez de maldecidos. Sea bueno con
los que lo han maltratado porque el mal se vence con el bien (Romanos 12:21). Y espere, sabiendo
que Dios se encargará de sus sentimientos.
Con la ayuda de Dios podemos aprender a dominar nuestras emociones, aunque sean sensibles y
nos duelan. Con el poder del Espíritu Santo ayudándonos, podemos aprender a no maltratar a los
que nos hicieron daño.
5. Altibajos emocionales
7. Él conforta mi alma
8. Enraizando en la vergüenza
Conclusión
Sobre la autora