del 25 al 31 de març de 2019 www.parroquialavilavella.

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S a g r a d a F a milia - La V ila vella

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CELEBRACIONES E INTENCIONES

Lunes 25 Martes Miércoles Jueves 28

La Anunciación 26 27 A las 9:30h Misa en Acc. de Gr.
del Señor A las 9:30h a Santa Rita
A las
A las 18:30h Misa en sfgr.
9:30h Exposición del Santisimo (de 10h a
Misa en sfrg. Misa en de José
19h)
de las almas Orenga,
sfgr. de
Rosario A las 18:30 Meditación
del Purgatorio María
Arnau; En Cuaresmal
y en Acc. de Dolores
Gr. a Sta. Acc. de Gr. a A las 19:00h Misa en sfgr. de
González
Genoveva S. Joaquín Y Manuel Vicent Roque y difuntos
del Valle
Torres. Sta. Ana . fam. Vilar - Martínez

Viernes 29 Sábado 30 Domingo 31

(Día de A las 19:00h IV Domingo de Cuaresma
abstinencia) Misa en sfgr. de A las 7:00 Canto y Rosario de la
Amparo Vicent Aurora.
A las 19:00h Misa
Darás (1er A las 8:00h Misa en sfgr. de José
en sfgr. de Sebastián
Aniversario) Dolores, Vicente, Dolores y Vicente.
Martínez Arnau.

A continuación Via A las 11:00h Santa Misa pro

Crucis. populo
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EL BAMBÚ Y LA ORACIÓN
No sé si es cierto, pero leí el otro día un dato curioso
sobre algunas variedades de bambú asiático. Siembras las
semilla, la abonas y te ocupas de regarlo constantemente.
Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En
realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros
siete años, a tal punto, que un agricultor inexperto estaría
convencido de haber comprado semillas estériles.

Sin embargo, en el séptimo año en un período de sólo seis

semanas, la planta de bambú crece más de 30 metros! ¿tardó solo seis
semanas crecer?. No. La verdad es que durante ese tiempo se ha estado
desarrollando. Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este
bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitían
sostener el crecimiento que iba a tener después.

Sin embargo, en la vida cotidiana, muchas tratan de encontrar soluciones

rápidas, triunfos apresurados sin comprender que lo importante pasa siempre
por un proceso de maduración profundo y que éste requiere tiempo. Quizás por
la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados en corto
plazo, abandonan súbitamente, justo cuando ya estaban a punto de conquistar
la meta.

“¡Mossèn, mossèn, llevo dos semanas de Cuaresma haciendo un poco de

oración y aún no he notado ningún cambio!”. Es tarea difícil convencer al
impaciente del valor de la oración perseverante y de saber esperar el
momento adecuado. Perseverante es la clave. Es necesario entender que en
muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creemos que
nuestra oración no sirve para nada. En esos momentos (que todos tenemos),
me parece un buen ejemplo la maduración del bambú. Saber aceptar que –si
perseveramos- aunque no veamos nada, por la fe
sabemos que nuestra petición no dejará de ser
escuchada.

Además esa perseverancia va gradual y

progresivamente creando los hábitos y el temple que
nos permitirá sostener el fruto y rendir la mayor gloria a
Dios que seamos capaces cuando llegue el momento
adecuado.