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citan a continuación.
Uretritis. Consiste en la inflamación de las paredes de la uretra debido a una infección bacteriana o a
sustancias irritativas como jabones y detergentes. Provoca molestias o dolor al orinar (disuria) y
secreción uretral.
Los antibióticos son la primera línea de tratamiento para la cistitis causada por bacterias. Qué
medicamentos usar y durante cuánto tiempo depende de tu estado de salud general y de las bacterias
halladas en la orina.
Infecciones que aparecen por primera vez. Los síntomas suelen mejorar de forma significativa en un
día aproximadamente con un tratamiento con antibióticos. Sin embargo, es probable que tengas que
tomar antibióticos de tres días a una semana, según la gravedad de la infección.
Independientemente de la duración del tratamiento, complétalo con los antibióticos recetados por el
médico para asegurarte de que la infección haya desaparecido completamente.
Las mujeres posmenopáusicas pueden ser especialmente propensas a padecer cistitis. Como parte del
tratamiento, el médico podría recomendarte una crema vaginal con estrógeno, en caso de que puedas usar
este medicamento sin aumentar el riesgo de padecer otros problemas de salud.
Dado que es una enfermedad de causa infecciosa, el tratamiento fundamental de la pielonefritis aguda se
basa en la administración de antibióticos, bien por vía oral o bien por vía intravenosa, dependiendo de cada
caso. La duración del tratamiento debe ser de 14 días en las pielonefritis no complicadas, y de 14-21 días en
las complicadas.
La mayoría de las veces el tratamiento de la pielonefritis aguda es empírico; es decir, se inicia el tratamiento
con antibiótico a ciegas, sin conocer realmente qué germen es el causante de la infección. Los antibióticos
empleados de forma empírica deben tener las siguientes características: ser activos frente a más del 95% de
las cepas de Escherichia coli, alcanzar concentraciones elevadas y mantenidas en la vía urinaria y en la
sangre, y respetar la flora vaginal y rectal (si no lo hacen, aumenta el riesgo de que haya recurrencias).
Los antibióticos a elegir dependen de cada caso concreto. Por ejemplo, en aquellos pacientes con riesgo de
desarrollar pielonefritis por gérmenes resistentes se utilizan antibióticos más potentes que en pacientes que
no los tienen. Además, en cada zona del mundo, la resistencia de los gérmenes a los antibióticos es
diferente.
Cólico nefrítico. Es un intenso dolor en la zona de los riñones y de los órganos genitales que en
ocasiones va acompañado de pérdidas de sangre por la orina. Se debe a cálculos renales formados
por precipitados de distintas sales como fosfatos, uratos y oxalatos que obstruyen la vía urinara e
impiden el flujo normal de orina.
La intensidad del dolor del cólico nefrítico mueve al paciente a la búsqueda de atención sanitaria urgente
para calmarlo. Por ello, es prioritario el tratamiento para combatirlo más que ninguna prueba diagnóstica.
En la actualidad los pilares sobre los que asienta el tratamiento del cólico nefrítico o cólico renal son:
1. Los antiinflamatorios no esteroideos (AINES). Se consideran la primera elección del tratamiento analgésico,
destacando el dexketoprofeno, diclofenaco y naproxeno. Los dos primeros se suelen administrar por vía
intravenosa en casos urgentes. Tan solo estarán contraindicados si existe daño renal previo o alergia a ellos.
2. Analgésicos anticolinérgicos. Buscapina (bromuro de hioscina). Aunque presenta buena eficacia analgésica
para el dolor cólico, no es superior a los AINES, por lo que debe relegarse para complementar los anteriores
o sustituirlos en caso de contraindicación.
3. Analgésicos dipirónicos. Metamizol (Nolotil). Con buena potencia analgésica, tampoco superan a los AINES
aunque pueden complementarlos. Su uso prolongado debe vigilarse por los efectos secundarios sobre los
glóbulos blancos.
4. Opioides menores. Tramadol. Actualmente se considera la segunda línea de tratamiento cuando los
anteriormente descritos no consiguen mitigar totalmente el dolor. COmo efectos secundarios pueden
agravar las nauseas y los vómitos que acompañan al cólico nefrítico.
5. Antiinflamatorios esteroideos. Prednisona (urbason). En los últimos años se han añadido como parte del
tratamiento, consiguiendo aportar mayor grado de efecto antiinflamatorio y analgésico al tratamiento de
primera línea.
Todos estos tratamientos deben complementarse con medicamentos para evitar las náuseas y los
vómitos cuando estas están presentes. No está demostrado que un mayor aporte de líquidos mejore el
proceso, si bien incluso se puede incrementar el dolor por un aumento de la frecuencia miccional y por
tanto de la función del uréter.
En casos de cólico nefrítico complicado (fiebre alta, ausencia de micción espontánea, deterioro de la función
del riñón) puede ser necesario un tratamiento más agresivo, recurriendo a la derivación de la orina por otro
recorrido evitando la obstrucción. Esto se consigue mediante la nefrostomía (drenaje urinario desde el riñón
al exterior por un conducto hacia la piel) o la colocación de un catéter doble J (para realizar un puente sobre
la obstrucción).
Cálculo renal. Es un trozo de material sólido que se forma dentro del riñón a partir de sustancias que
están en la orina. El cálculo renal, llamado en ocasiones piedra, puede quedarse en el riñón o ir bajando
a través del tracto urinario. La intensidad de la sintomatología que provoca está generalmente
relacionada con el tamaño del cálculo. En ocasiones se produce su expulsión casi sin sintomatología.
Cálculos pequeños con síntomas mínimos
La mayoría de los cálculos renales pequeños no requieren un tratamiento invasivo. Es posible que puedas
expulsar un cálculo pequeño de las siguientes maneras:
Bebiendo agua. Tomar entre 2 y 3 cuartos de galón (1,9 a 2,8 litros) por día puede ayudarte a limpiar
el aparato urinario. A menos que tu médico te indique lo contrario, bebe suficiente líquido —sobre
todo agua— para producir una orina transparente o casi transparente.
Analgésicos. Expulsar un cálculo pequeño puede provocar cierta molestia. Para aliviar el dolor leve, el
médico puede recomendarte analgésicos, como el ibuprofeno (Advil, Motrin IB, otros), el paracetamol
(Tylenol, otros) o el naproxeno sódico (Aleve).
Terapia médica. El médico puede indicarte un medicamento para ayudarte a expulsar el cálculo renal.
Este tipo de medicamento, conocido como «alfabloqueante», relaja los músculos del uréter y te
ayuda a expulsar el cálculo renal más rápido y con menos dolor
Cálculos grandes
Los cálculos renales que no se pueden tratar con medidas conservadoras —ya sea porque son muy
grandes para expulsarlos solos o porque producen sangrado, daño en el riñón o infecciones
permanentes de las vías urinarias— pueden requerir un tratamiento más exhaustivo. Como Los
siguientes procedimientos: