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Fornieles, Salvador
Que te conozcan a Ti. - 2a ed. - Rosario, 2014
176 p .; 20 x 14 cm
© Salvador Fornieles
4 E n aquel tiem po n o se p erm itía a los laicos to c ar la E ucaristía con las m anos.
Este acto de martirio heroico fue presenciado por el sacer
dote mientras, sumamente abatido, miraba desde la ventana de
su cuarto convertido en celda.
Cuando Dios nos llama, no nos fuerza, sino que nos invita,
porque respeta nuestra libertad. No se impone, sino que nos
propone: he aquí que estoy a la puerta de tu corazón y llamo, si
alguno escucha mi voz y abre la puerta entraré en él y cenaré con
él, y él conmigo. (Ap 3, 20)
Vinieron del cielo a la tierra, para anunciar algo que era su
blime; traían un mensaje a unos sencillos pastores de Palestina,
que dorm ían al raso, es decir, distantes de los palacios del Rey
Herodes. ¡Qué paradoja!
■ P l i''
•Mrí,.
18 E sta oració n es atribuida a M oro, sin em bargo, co nsultado u n esp ecialista en las
obras d e este autor, h a dicho que n o se encuentra n i en los quince v o lúm enes de sus
obras com pletas, n i en el P ray er B o o k de M oro, ni en su C orrespondencia. T am bién
es im portante a clarar que el p o em a n o sigue el estilo d e T om ás M oro.
¿DE QUÉ H ABLABAN
EN EL CAM INO?
28
http://encristiano.org/viewtopic.php?f=6&t=269
EL BU EN PASTOR
29
E l p asaje que a h o ra com entam os se lee en el ciclo C.
Que nadie intente arrebatarnos de las manos del Señor, mu-
i ho menos las cosas materiales.
'W m
N° 336.
conversación siguió por otros derroteros sin que hiciésemos
demasiado hincapié en esta “enorme minucia”.
32 Cfr.: h ttp ://p o rla fe c a to iic a .b lo g sp o t.c o m /2 0 0 8 /0 8 /lo s-o m a m e n to s-sa g ra d o s-e l-
c n g u lo -y -e l.h tm l
ces mi concupiscencia me inclina al mal; muchas veces descu
bro en mi interior fuerzas oscuras, malignas, un fuego que me
inclina al egoísmo y la sensualidad. Y todo eso me aparta de Ti,
y me impide amarte sobre todas las cosas, y amar a la Iglesia
con amor de pastor. Ahora que me preparo para celebrar el
sacramento de la Caridad, te pido: apaga en mí el fuego de las
pasiones desordenadas, y enciende el fuego de tu amor. Revís
teme de tu pureza, ordena mis fuerzas instintivas, concédeme
la auténtica libertad. Concédeme la verdadera castidad, para
que mi corazón te ame con amor indiviso, para que en la pate
na Tú y yo seamos una sola cosa ofrecida para gloria del Padre
y como alimento para el m undo hambriento.”33
De igual m odo vivo con ella como viví con la anterior: difí
cil es decir cuál de las dos me es más querida.
Y por eso pido al cielo que esta tumba nos cobije unidos,
concediéndonos así la muerte lo que no pudo la vida.”40
40
Idem ., p. 352.
No conforme con dicho juicio, al año siguiente fue nueva
mente juzgado por alta traición ya que no quiso reconocer una
nueva Acta por la cual el rey se convertía en el jefe supremo de
la Iglesia en Inglaterra. Moro fue condenado a la horca, pero el
rey conmutó magnánimo la pena por decapitación. Fue ejecu
tado el 6 de julio de 1535.
41 Idem ., p. 3 3 5 -3 3 6 .
tt iÉgQ'i.
EN U N DESIERTO
LUGAR DE LA M O NTAÑA
p.aÉtoi..
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esús, después de manifestar que ha venido a traer fuego a
la tierra, es decir, su Amor ardiente, y desear que ya arda,
advierte que su presencia no será pacífica.
Eran los días en que nos juntábamos todos, sin que nunca
faltáramos ni uno. Se dejaba todo, y se acudía, hubiera o no hu
biera dificultades. A modo de ejemplo, el P. Feliciano, de m a
drugada, salió de su Langa residencial, a pie como cada mes,
55 V A LERO , Sam uel, Yauyos. Una aventura en los Andes, E diciones R ialp, M a
drid, 1990, p. 9 4 -9 5 .
56 SA N JO S E M A R ÍA , Forja, N ro. 448.
podría decir con exactitud qué enfermedad tenía -y a me co
rregirán quienes lo sepan-, pero supongo que fue un cáncer lo
que acabó con su vida. Poco tiempo después, la familia editó
una estampa con sus propias palabras, las que usó para entre
garse más a Cristo, en medio del dolor de sus últimos mom en
tos de vida. El recordatorio lleva como título “APRENDIEN
DO A CRISTO”.
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61
FRA Y P E D R O D E L O S R E Y E S , Yo ¿para qué nací? Siglo X V I.
U N GESTO DE A M O R
»
JURO QUE N O HE DE SERVIR A
SEÑOR QUE SE H A DE M ORIR
74
Ibídem , p. 1751.
HIJOS DE D IO S
75
L A G O S, Ovidio, Argentinos de raza, EM ECE, Buenos Aires, 2003, p. 173.
duda, nuestra vida es una gran pirueta con un espectador de
lujo que es Él.
76
M isal R om ano. R ito d e la com unión.
sús es que Dios es nuestro Padre, y nosotros nos atrevemos a
llamarlo Padre.
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LOS PRIM EROS LUGARES
o?
MARTA LO RECIBIÓ EN SU CASA
Marcos dice que era una persona que había cumplido con
todos los mandamientos desde la juventud, pero, ¿eso es sufi
ciente para entrar en el reino de los cielos? Yo, ¿me estoy ganan
do el cielo o necesito hacer algo más de lo que estoy haciendo?
El hombre se le acercó a Jesús “corriendo” porque, se ve, tiene
prisa por preguntar. Movido por la ansiedad quería una respuesta
pronta, a una cuestión que le urgía. A nosotros también nos urge.
Una cosa tefalta: anda, vende todo lo que tienes y dáselo a los
pobres, y tendrás un tesoro en el cielo. Luego, ven y sígueme. (Me
10, 21) Él se fue insatisfecho. Lo que le han dicho no colma sus
expectativas porque poseía muchos bienes (Me 10,22), y se alejó
de Jesús. Cuando no me gusta lo que me dicen en la dirección
espiritual o acompañamiento, me voy, incluso lejos de aquel
ante quien hace un instante me arrodillé pidiendo confesión.
Quizá tengamos que pensar en la rectitud de intención, y no
esperar que Jesús nos diga lo que nosotros queremos oír.
"T" esús enseñó con esta y otras parábolas, que era necesario
I orar siempre, y perseverar, aunque algunas veces tengamos
I la sensación que no nos escuchan. No es así como pensa
mos, según explica el Señor.
95
G u errit van H on th o rst (1 5 9 2 -1 6 5 6 ), U trecht, H olanda.
dro “Cristo ante el Sumo Sacerdote” (c. 1617), que se conserva
en la National Gallery de Londres. Es una imagen impactante.
El sumo sacerdote, con el dedo levantado parece explicarle a
Jesús el significado de la Escritura. ¡Soberbia manifiesta!
“Querido Padre: Hace tres días recibí las líneas de Paco [Bo
tella] y la carta familiar de todos. Creo que es la vez que mejor
recibimiento y más oportunamente llegó. Me tomó en unos
días tristes, sin motivo alguno, y me animó extraordinariamen
te su lectura, sintiendo cómo trabajan los demás. Hago todos
los días el ratito, ¡si no es por él! -N o sé si es el aislamiento, lo
que deprime enormemente.”97
*
PADRE NUESTRO QUE
ESTÁS EN EL CIELO
Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando ter
minó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como
Juan enseñó a sus discípulos. (Le 11,1)
El buen pastor es el que reza por sus ovejas, por los que no
rezan y deberían hacerlo. Quizá haya mucha gente que necesi
taría alabar a Dios y no lo hace. Tenemos que suplir esa caren
cia con nuestra oración de sustitución. Nuestro prim er aposto
lado es ponernos en el lugar del “otro”, y rezar en “vez de”. ¿Qué
madre no está preocupada por la falta de piedad de algún hijo
suyo? ¿No podría rezar en su lugar? No cabe duda que el Señor
escucha esa oración como venida del “otro”.
El Señor armó todo, a unos los puso más cerca que a otros,
cada cual ocupando su lugar, pero todos “siguiendo” al Corde
ro que se pasea por las calles de nuestra ciudad, o por todo el
mundo. La infinita misericordia de Dios que se pasea por nues
tras calles, contrasta con nuestra incomprensible indiferencia.
“Ante todo, nos hemos reunido alrededor del altar del Señor
para estar juntos en su presencia; luego tendrá lugar la proce
sión, es decir, caminar con el Señor; y, por último, arrodillar
se ante el Señor, la adoración, que comienza ya en la Misa y
acompaña toda la procesión, pero que culmina en el m om en
to final de la bendición eucarística, cuando todos nos postre
mos ante Aquel que se inclinó hasta nosotros y dio la vida por
nosotros.”103
104
Sal 15.
su lengua a nadie desprestigia. En definitiva son agradables a
Dios los puros de corazón, los que cumplen con las exigencias
de la moral, no sólo con los signos externos.
107
C A N A L S , Salvador, Ascética meditada, R ialp, M adrid, 1962, p. 143.
QUÉ O PIN A LA GENTE DE MÍ
108 Cfr. M e 1 0 ,3 2 .
109 SA N JO S E M A R IA , Vía Crucis, V I estación.
¿QUIÉN ES MI PRÓJIMO?
“-H ijo: ¿dónde está el Cristo que las almas buscan en ti?:
¿en tu soberbia?, ¿en tus deseos de imponerte a los otros?, ¿en
esas pequeñeces de carácter en las que no te quieres vencer?,
¿en esa tozudez?... ¿Está ahí Cristo? -¡¡No!!”112
113
SA N JO S E M A R IA , Camino, N ro. 2.
LA LEYENDA DE 1900
- que el mejor lugar para vivir es allí donde nos puso Él, y
asumirlo es un paso de madurez muy importante;
- que contamos con su gracia para hacer frente a lo que Él
dispuso;
117
http://www.anecdonet.a)rrVmodules.php?name=News&file=article&sid= 117
USTEDES SO N
TESTIGOS DE T O D O ESTO
¿Pero ustedes quién dicen que soy yo? (Le 9,20) Cuál es nuestra
opinión de Jesús, nos pregunta el Evangelio. A veces no consegui
mos salir del círculo de nosotros mismos, por eso pensamos que
Jesús es el que nos da algo -paz-, o calma nuestras angustias y
ansiedades, o soluciona nuestros problemas, pero aún no hemos
dado un paso adelante en esta relación: amar al otro, desearle el
bien, hacerle el bien, sin pensar en el beneficio que me reporta.
****
Alvaro
IN D IC E
IN T R O D U C C IÓ N ............................................................................................................. 3
IV D O M IN G O DE CUARESM A, D O M IN G O LAETARE, D O M IN G O DE
LAS ROSA S........................................................................................................................... 29
D O N D E L Á G R IM A S ....................................................................................................... 31
EL BU EN P A S T O R ............................................................................................................ 35
EL C ÍN G U L O Y LA P U R E Z A ....................................................................................... 39
EL M A N D A M IE N T O DEL A M O R ............................................................................. 43
EL H IJO M E N O R , EL P R Ó D IG O .......................................... 57
ESTEN P R E P A R A D O S .................................................................................................... 67
EL A D E M IN IST R A D O IN F IE L .................................................................................... 71
H E V E N ID O A TRA ER F U E G O A LA T IE R R A .................................................... 75
SA B ID U RÍA ......................................................................................................................... 83
U N G ESTO D E A M O R .................................................................................................... 87
N T R A . SEÑO RA DE LA SALETTE............................................................................. 99
LA M U JE R P E C A D O R A ................................................................................................ 107
LA V IU D A DE N A IM ...................................................................................................... 111
PO R Q U E V ER Á N A D IO S ............................................................................................. 133
D O S C A R T A S .................................................................................................