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INSTITUTO SUPERIOR PEDAGÓGICO “SANTA ROSA” DEL CUSCO

FUNCION DEL CEREBRO HUMANO

En nuestro funcionamiento como ser humano, el cerebro constituye la central de manejo, por un
lado, y el centro de la memoria por el otro, donde toda la información que permitimos ingresar en
el pasado queda almacenada. En el nivel bajo de su estructura fractal, el cerebro está conformado
por aproximadamente 12 a 15 mil millones de células nerviosas. Esta cantidad es alcanzada desde
la edad de cinco meses en nuestro desarrollo y después no aumenta más, ya durante la gestación
las células cerebrales, (neuronas), inician la producción de cuantiosas fibras delgadas de conexión
con otras células. Cada neurona puede construir miles de conexiones, de tal manera que al final se
forma una red de trillones de conexiones. Solamente una cantidad limitada de éstas conexiones se
forman al usarse el cerebro; cuanto más son estimuladas más conexiones se construyen y más
grandes son las capacidades del hombre para pensar. La importancia que tiene el cerebro en
nuestro funcionamiento se deduce, por ejemplo: a partir de la cantidad de oxigeno requerido, un
20% del uso total de oxigeno para nuestro cuerpo es requerido para el cerebro, mientras éste
solamente conforma un 2% de la masa corporal.
Contrariamente a la mayoría de otras células corporales, las células cerebrales y nerviosas no se
pueden regenerar, sin embargo el sistema del cerebro es muy capaz de mantenerse funcionando,
aún cuando alguna de sus partes dejen de hacerlo. Ello se debe al hecho de que solamente
utilizamos una parte limitada de nuestro cerebro ya que las células contiguas a las que han sido
eliminadas se encargan de su función.
Para nuestra inteligencia esta ofrece perspectivas optimistas. A cerca de las funciones de nuestro
cerebro se pudieron esquematizar varios elementos. Por ejemplo podemos localizar con bastante
exactitud los centros del habla, la escritura, la percepción y la motricidad en el cerebro. Sin
embargo mucho permanece aún desconocido.
En el aprendizaje nuestro cerebro tiene una función crucial: no solamente como memoria de todo
aquello que hemos aprendido, sino sobre todo por la asimilación de la información que recibimos, a
continuación vamos a ver el papel que el cerebro juega en nuestro aprendizaje, para lo cual es
necesario conocer más sobre el cerebro, el sistema nervioso central y la neurofisiología humana.

EL CEREBRO

Cerebro, parte constitutiva del encéfalo, el cual a su vez es la porción del sistema nervioso central de
los vertebrados contenida dentro del cráneo. El cerebro está en íntima relación con el resto de las
partes del encéfalo, esto es, cerebelo y tronco cerebral. El cerebro en la especie humana pesa
aproximadamente 1,3 kg y es una masa de tejido gris-rosáceo que se estima está compuesta por
unos 100.000 millones de células nerviosas o neuronas, conectadas unas con otras y responsables
del control de todas las funciones mentales. Además de las neuronas, el cerebro contiene células de
la glía o neuroglia (células de soporte), vasos sanguíneos y órganos secretores. Es el centro de
control del movimiento, del sueño, del hambre, de la sed y de casi todas las actividades vitales
necesarias para la supervivencia. Todas las emociones humanas, como el amor, el odio, el miedo, la
ira, la alegría y la tristeza, están controladas por el cerebro. También se encarga de recibir e
interpretar las innumerables señales que le llegan desde el organismo y el exterior .

ANATOMÍA DEL ENCÉFALO

Desde el exterior el encéfalo aparece dividido en tres partes distintas pero conectadas: el cerebro, el
cerebelo y el tronco cerebral. El término tronco o tallo cerebral se refiere, en general, a todas las
estructuras que hay entre el cerebro y la médula espinal, esto es, el mesencéfalo o cerebro medio, el
puente de Varolio o protuberancia y el bulbo raquídeo o médula oblongada. El encéfalo está
protegido por el cráneo y además cubierto por tres membranas denominadas meninges. La más
externa, la duramadre, es dura, fibrosa y brillante, está adherida a los huesos del cráneo, por lo que
no aparece espacio epidural, como ocurre en la médula; emite prolongaciones que mantienen en su
lugar a las distintas partes del encéfalo y contiene los senos venosos, donde se recoge la sangre
venosa del cerebro. La intermedia, la aracnoides, cubre el encéfalo laxamente y no se introduce en
las circunvoluciones cerebrales. En la membrana interior, la piamadre, hay gran cantidad de
pequeños vasos sanguíneos y linfáticos y está unida íntimamente a la superficie cerebral.

CEREBRO

El cerebro se origina a partir del prosencéfalo o cerebro anterior, que después, en una nueva
división, dará lugar al telencéfalo y al diencéfalo.

El telencéfalo está formado principalmente por los hemisferios cerebrales (corteza cerebral y
ganglios basales). Los hemisferios cerebrales ocupan la mayor parte del cerebro humano y suponen
cerca del 85% del peso cerebral. Su gran superficie y su complejo desarrollo justifican el nivel
superior de inteligencia del hombre si se compara con el de otros animales. Una fisura longitudinal
los divide en hemisferio derecho y hemisferio izquierdo, que son simétricos, como una imagen vista
en un espejo. El cuerpo calloso es un conglomerado de fibras nerviosas blancas que conectan estos
dos hemisferios y transfieren información de uno a otro.

Los ventrículos son dos espacios bien definidos y llenos de líquido que se encuentran en cada uno de
los dos hemisferios. Los ventrículos laterales se conectan con un tercer ventrículo localizado entre
ambos hemisferios, a través de pequeños orificios que constituyen el agujero de Monro. El tercer
ventrículo desemboca en el cuarto ventrículo, que se localiza delante de la médula y el cerebelo, a
través de un canal fino llamado acueducto de Silvio. El líquido cefalorraquídeo que circula en el
interior de estos ventrículos y además rodea a la médula espinal sirve para proteger la parte interna
del cerebro de cambios bruscos de presión y para transportar sustancias químicas. Este líquido
cefalorraquídeo se forma en los ventrículos laterales, en unos entramados vasculares que
constituyen los plexos coloideos.

La corteza cerebral presenta una capa superficial denominada sustancia gris, de unos 2 o 3 mm de
espesor, formada por capas de células amielínicas (sin vaina de mielina que las recubra) que
envuelven una sustancia interior de fibras mielínicas (con vaina blanca) denominada sustancia
blanca. Las fibras mielínicas unen la corteza cerebral con otras partes del cerebro: la parte anterior
del cerebro con la posterior, las diferentes zonas de la misma cara de la corteza cerebral y un lado
del cerebro con el otro.

Los hemisferios cerebrales están divididos por una serie de cisuras en cinco lóbulos. Cuatro de los
lóbulos se denominan como los huesos del cráneo que los cubren: frontal, parietal, temporal y
occipital. El quinto lóbulo, la ínsula, no es visible desde fuera del cerebro y está localizado en el
fondo de la cisura de Silvio. Los lóbulos frontal y parietal están situados delante y detrás,
respectivamente, de la cisura de Rolando; la cisura parieto-occipital separa el lóbulo parietal del
occipital; y el lóbulo temporal se encuentra por debajo de la cisura de Silvio. “El diencéfalo origina
el tálamo y el hipotálamo.”

TALAMO

Esta parte del diencéfalo consiste en dos masas esféricas de tejido gris, situadas dentro de la zona
media del cerebro, entre los dos hemisferios cerebrales. Es un centro de integración de gran
importancia que recibe las señales sensoriales y donde las señales motoras de salida pasan hacia y
desde la corteza cerebral. Todas las entradas sensoriales al cerebro, excepto las olfativas, se asocian
con núcleos individuales (grupos de células nerviosas) del tálamo.

HIPOTÁLAMO

El hipotálamo está situado debajo del tálamo en la línea media en la base del cerebro. Está formado
por distintas áreas y núcleos. El hipotálamo regula o está relacionado de forma directa con el control
de muchas de las actividades vitales del organismo y dirige otras necesarias para sobrevivir: comer,
beber, regulación de la temperatura, dormir, comportamiento afectivo y actividad sexual. También
controla funciones viscerales a través del sistema nervioso autónomo, interactúa junto con la
hipófisis y actúa en coordinación con la formación reticular.

EL CEREBELO

El cerebelo (metencéfalo) se encuentra en la parte posterior del cráneo, por debajo de los
hemisferios cerebrales. Al igual que la corteza cerebral, está compuesto de sustancia gris con células
amielínicas en la parte exterior y de sustancia blanca con células mielínicas en el interior. Consta de
dos hemisferios (hemisferios cerebelosos), con numerosas circunvoluciones, conectados por fibras
blancas que constituyen el vermis. Tres bandas de fibras denominadas pedúnculos cerebelosos
conectan el cerebelo con el tronco cerebral. El cerebelo se une con el mesencéfalo por los
pedúnculos superiores, con el puente de Varolio o protuberancia anular por los pedúnculos medios y
con el bulbo raquídeo por los pedúnculos inferiores.

El cerebelo resulta esencial para coordinar los movimientos del cuerpo. Es un centro reflejo que
actúa en la coordinación y el mantenimiento del equilibrio. El tono del músculo voluntario, como el
relacionado con la postura y con el equilibrio, también es controlado por esta parte del encéfalo. Así,
toda actividad motora, desde jugar al fútbol hasta tocar el violín, depende del cerebelo.

TRONCO CEREBRAL

El tronco cerebral está dividido en varios componentes, que se describen a continuación.

- CEREBRO MEDIO O MESENCÉFALO

El mesencéfalo se compone de tres partes. La primera consiste en los pedúnculos cerebrales,


sistemas de fibras que conducen los impulsos hacia y desde la corteza cerebral. La segunda la
forman los tubérculos cuadrigéminos, cuatro cuerpos a los que llega información visual (dos
engrosamientos superiores) y auditiva (dos engrosamientos inferiores). La tercera parte es el canal
central, denominado acueducto de Silvio, alrededor del cual se localiza la materia gris. La sustancia
negra también aparece en el mesencéfalo, aunque no es exclusiva de él. Contiene células que
secretan dopamina y se cree que está implicada en la experiencia del dolor y quizá, en estados de
dependencia. Los núcleos de los pares de nervios craneales tercero y cuarto (III y IV) también se
sitúan en el mesencéfalo.

PROTUBERANCIA ANULAR O PUENTE DE VAROLIO

Situado entre la médula espinal y el mesencéfalo, esta protuberancia está localizada enfrente del
cerebelo. Consiste en fibras nerviosas blancas transversales y longitudinales entrelazadas, que
forman una red compleja unida al cerebelo por los pedúnculos cerebelosos medios. Este sistema
intrincado de fibras conecta el bulbo raquídeo con los hemisferios cerebrales. En la protuberancia se
localizan los núcleos para el quinto, sexto, séptimo y octavo (V, VI, VII y VIII) pares de nervios
craneales.

MÉDULA OBLONGADA O BULBO RAQUIDEO

Situado entre la médula espinal y la protuberancia, el bubo raquídeo (mielencéfalo) constituye en


realidad una extensión, en forma de pirámide, de la médula espinal. El origen de la formación
reticular, importante red de células nerviosas, es parte primordial de esta estructura. El núcleo del
noveno, décimo, undécimo y duodécimo (IX, X, XI y XII) pares de nervios craneales se encuentra
también en el bulbo raquídeo. Los impulsos entre la médula espinal y el cerebro se conducen a
través del bulbo raquídeo por vías principales de fibras nerviosas tanto ascendentes como
descendentes. También se localizan los centros de control de las funciones cardiacas,
vasoconstrictoras y respiratorias, así como otras actividades reflejas, incluido el vómito. Las lesiones
de estas estructuras ocasionan la muerte inmediata.

SISTEMA LÍMBICO

Formado por partes del tálamo, hipotálamo, hipocampo, amígdala, cuerpo calloso, septum y
mesencéfalo, constituye una unidad funcional del encéfalo. Estas estructuras están integradas en un
mismo sistema que da como resultado el control de las múltiples facetas del comportamiento,
incluyendo las emociones, en situaciones de crisis, la memoria y los recuerdos.

NERVIOS CRANEALES

Hay doce pares de nervios craneales, simétricos entre sí, que salen de la base del encéfalo. Se
distribuyen a lo largo de las diferentes estructuras de la cabeza y cuello y se numeran, de adelante
hacia atrás, en el mismo orden en el que se originan. Todos contienen fibras sensitivas y motoras,
excepto los pares I, II y VIII, que son sólo sensitivos. Las fibras motoras controlan movimientos
musculares y las sensitivas recogen información del exterior o del interior del organismo.

VASCULARIZACIÓN

El oxígeno y la glucosa llegan a las células nerviosas por dos pares de arterias craneales. Justo
debajo del cuello, cada una de las dos arterias carótidas comunes se divide en una rama externa, la
carótida externa que lleva sangre a la parte externa craneal, y una rama interna, la carótida interna,
que lleva sangre al polo anterior del cerebro. Las dos arterias vertebrales, que se unen junto con las
dos carótidas internas en la base del cerebro formando una estructura llamada polígono de Willis,
irrigan la parte posterior del cerebro. Éste es un dispositivo que sirve como compensación si se
obstruyen algunas de las arterias. El 25% del gasto cardiaco llega a los tejidos cerebrales a partir de
una enorme red de arterias cerebrales y cerebelosas.

FUNCIONES DE LA CORTEZA CEREBRAL

Fisiólogos y neurólogos han cartografiado áreas de la corteza cerebral para localizar y definir las
regiones responsables de los movimientos motores, procesos sensoriales, la memoria y otras
funciones cognitivas.

La corteza se subdivide en distintas áreas funcionales que, en realidad, están interconectadas entre
sí. Por ejemplo, el área somatomotora, localizada justo delante de la cisura central, es responsable
de todos los movimientos voluntarios de los músculos del cuerpo. Las células nerviosas que
controlan el movimiento de los dedos del pie están en la parte superior de la cisura, mientras que los
movimientos faciales se controlan desde la parte inferior del girus angularis.

Justo detrás de la cisura central está el área somatosensorial que recibe impulsos desde la superficie
cutánea, así como de las estructuras que se encuentran debajo de la piel. Sensaciones como el tacto
y el gusto también se procesan aquí. Una vez más las células nerviosas que reciben la sensibilidad
de los dedos del pie están en la parte alta de esta región, mientras las provenientes de la cara están
en la base. La zona de la corteza relacionada con la audición, el área auditiva, se encuentra en la
parte superior del lóbulo temporal; el área relacionada con la vista, la corteza visual, se localiza en la
parte posterior o lóbulo occipital, y el área olfativa se localiza en la parte anterior, en la parte interna
del lóbulo temporal. Una sola zona controla el lenguaje, el área de Broca, situada justo debajo del
área motora; es la responsable de los movimientos musculares de la región faríngea y de la boca
implicados en el habla. El entendimiento del lenguaje, hablado y escrito, es delegado a regiones
situadas entre el área auditiva y el área visual.

Una parte importante de la corteza cerebral, el área frontal, interviene en el conocimiento, la


inteligencia y la memoria. Por ejemplo, después de un estímulo sensorial como la visualización de un
nuevo objeto, éste es archivado y almacenado por la memoria durante un corto periodo, o a veces
de forma más permanente en determinadas células nerviosas del cerebro. Cuando el objeto se ve de
nuevo, la memoria se activa y el objeto es reconocido. El que un anciano pueda recordar hechos de
la infancia es un ejemplo de la extraordinaria capacidad de almacenamiento del cerebro. Los
neurólogos estudian hoy el mecanismo celular por el cual las células nerviosas almacenan la
memoria. Una teoría para explicarlo se basa en los cambios que ocurren en el ácido ribonucleico
(ARN) de las células de la corteza, que codifican señales en forma de material proteico. Otra teoría
es que los neuropéptidos (sustancias proteicas que actúan como mensajeros, de igual forma que las
hormonas) del cerebro se activan cuando un suceso se almacena en forma de memoria. Una tercera
teoría supone que neurotransmisores (sustancias químicas que actúan en la transmisión de impulsos
nerviosos entre dos o más neuronas) se modifican cuando se almacenan impulsos.

Los dos hemisferios cerebrales suelen funcionar en conjunto, pero cada hemisferio está muy
especializado. Una característica notable es que el entorno que rodea a una persona se representa
de forma especular en la corteza. Una sensación en el lado derecho del cuerpo, por ejemplo, se
percibe en el área somatosensorial izquierda. De forma similar, el movimiento del brazo derecho
determina la activación de neuronas de la corteza motora izquierda. En la mayoría de los individuos
el hemisferio izquierdo es dominante; esto explica que la mayoría de la gente sea diestra. Si parte
del lóbulo temporal izquierdo se lesiona, la comprensión del habla se deteriora. Si la parte derecha
del lóbulo temporal se daña, los objetos no pueden reconocerse. En general, la lesión de un lado del
cerebro causa la pérdida de todas las funciones sensitivas y motoras del lado opuesto del cuerpo.

QUÍMICA Y FISIOLOGÍA

Los procesos metabólicos del cerebro dependen de un suministro continuo de glucosa y oxígeno a
cargo de la sangre arterial. Las células nerviosas requieren grandes cantidades de estas sustancias
para su continua actividad fisiológica, día y noche. Muchas sustancias que circulan en la sangre no
llegan al cerebro porque pequeños elementos actúan como filtro molecular e iónico; se cree que las
uniones entre las células de los capilares cerebrales son las responsables de este descenso de
permeabilidad. Este sistema de filtración recibe el nombre de barrera hematoencefálica. Muchos
componentes biológicos de alto peso molecular, como las hormonas de la corteza adrenal o los
aminoácidos, no pasan a través de esta barrera; las pequeñas moléculas tampoco atraviesan la
barrera debido a su polaridad (carga iónica). De esta manera, la composición química del cerebro se
mantiene en equilibrio y bien protegida de los cambios químicos relacionados con la alimentación.

Las células nerviosas o de glía de las distintas áreas del cerebro se clasifican no sólo por su forma
(piramidal o en estrella), sino también por su estructura química. Cada una de las neuronas contiene
un neurotransmisor diferente que interviene en la interrelación de unas células con otras. Por
ejemplo, la serotonina se encuentra en muchas células nerviosas del tronco cerebral; en conjunto,
estas neuronas constituyen la vía serotoninérgica. La noradrenalina se encuentra en otras células
nerviosas y el conjunto de ellas constituye la vía noradrenérgica. De forma similar, las células
nerviosas que contienen acetilcolina constituyen la vía colinérgica. Investigaciones recientes
constatan que la temperatura corporal, la dieta y quizá el sueño dependan de forma significativa del
equilibrio entre estas vías.

Ciertas enfermedades psiquiátricas pueden estar causadas por alteraciones en la producción y en la


actividad celular de los neurotransmisores del sistema límbico. La acción fundamental de un
tranquilizante o de otra droga que actúe sobre el cerebro es restaurar el equilibrio entre los distintos
neurotransmisores o la alteración de un determinado sistema neurotransmisor. Los aminoácidos y
otras sustancias hormonales encontradas en las células nerviosas, por ejemplo neuropéptidos,
desempeñan también un papel importante en la regulación de la actividad de las células nerviosas y
en la transmisión de sus impulsos.

Miles de neurólogos se dedican al estudio de estos sistemas químicos. Comprender el


funcionamiento del cerebro, desde su fisiología básica a su papel en el aprendizaje y en las
emociones, proporciona unos conocimientos cada vez mayores de la química cerebral en condiciones
tanto normales como anormales.

ENFERMEDADES CEREBRALES

Lesiones físicas o desequilibrios químicos complejos pueden producir diferentes tipos de


enfermedades cerebrales graves.

LESIONES CEREBRALES

Después de un golpe en la cabeza, una persona puede quedar aturdida o conmocionada o


permanecer inconsciente por un momento. Esta lesión recibe el nombre de contusión y no suele
provocar un daño permanente. Si el golpe es más fuerte y se produce una hemorragia o un edema,
puede dar lugar a un fuerte dolor de cabeza, vértigos, parálisis, convulsiones o una ceguera
temporal, según el área del cerebro afectada. En el encéfalo, una infección bacteriana o en las
membranas externas, tumefacción, o un crecimiento anormal del tejido cerebral sano pueden
ocasionar un incremento de la presión intracraneal originando un problema muy serio. Aunque hay
excepciones, un tumor localizado cerca de la superficie puede normalmente extirparse mediante
cirugía, mientras que uno situado a más profundidad, sólo es posible tratarlo por radiación o
crioterapia.

Una lesión que afecte al hipotálamo puede ocasionar síntomas muy diversos: pérdida de apetito
(anorexia) con gran pérdida de peso; incremento del apetito que conduce a la obesidad; sed muy
intensa con pérdida excesiva de líquido por la orina; fallo en el control de la temperatura corporal
que produce tanto una bajada de la temperatura como una subida de la misma y un estado de
mayor sensibilidad, así como explosiones incontroladas de ira. Si el mecanismo hipotálamo-hipófisis
sufre una lesión, otras funciones vitales del organismo pueden resultar alteradas; entre los efectos
posibles se incluyen alteraciones de la función sexual normal y de las actividades metabólicas y
cardiovasculares.

LESIONES DEL TRONCO CEREBRAL

Una lesión en el cerebro medio o mesencéfalo, la protuberancia anular o el bulbo raquídeo tiene
peor pronóstico. La extensión y el lugar del daño suelen determinar las posibilidades de una
recuperación.

APOPLEGIA

Una apoplejía se produce cuando un tronco arterial principal del cerebro se obstruye. Esta
obstrucción puede estar causada por un coágulo de sangre (trombo), la constricción de un vaso
sanguíneo o una ruptura del vaso acompañada de hemorragia. Una expansión de la pared del vaso
sanguíneo, llamada aneurisma, puede ceder y reventar durante un incidente, por ejemplo, de
presión sanguínea alta. Cuando se interrumpe el suministro de sangre a una pequeña parte del
cerebro (isquemia), las células de esa zona mueren (necrosis o infarto) y la función del área se
pierde. La parálisis de un lado del cuerpo (hemiplejia), acompañada de una pérdida sensorial, ocurre
en la parte opuesta al hemisferio cerebral afectado por la apoplejía. Un cirujano puede, a veces,
extraer un coágulo de sangre de una arteria ocluida o hacer un bypass con un vaso sanguíneo
artificial. Un anticoagulante consigue, a veces, disolver el coágulo y un vasodilatador facilitará su
paso por el vaso sanguíneo. La fisioterapia ayuda con frecuencia a pacientes apopléjicos a recobrar
muchas de las funciones perdidas.

OTRAS ENFERMEDADES IMPORTANTES

Existen otras enfermedades cerebrales que pueden aparecer como consecuencia de una lesión local,
de alguna sustancia química u otros productos tóxicos como el alcohol o el plomo, de una infección
bacteriana o de un defecto anatómico congénito. La enfermedad de Parkinson aparece en los
adultos, es una enfermedad degenerativa y se caracteriza por lesiones en áreas cerebrales que
coordinan los movimientos. En estas zonas disminuye el número de células nerviosas y, por tanto, la
cantidad de neurotransmisores (dopamina) que producen. Debido a ello aparecen temblores, rigidez
muscular y escasez de movimientos. La parálisis cerebral suele tener un origen congénito y es el
resultado de la falta de desarrollo o la degeneración de las vías motoras; los miembros se vuelven
rígidos y los movimientos son espasmódicos y poco coordinados.

La epilepsia puede originarse por un daño directo en el cerebro durante el nacimiento o por un fallo
metabólico del mismo. Cuando se produce una convulsión o una crisis tipo gran mal , la persona
pierde la consciencia mientras sufre rigidez y espasmos musculares. Otras veces se sufren crisis
menos graves, como la llamada pequeño mal u otras crisis parciales. Estos ataques pueden
registrarse en un electroencefalograma o EEG, mediante la colocación de electrodos sobre la piel;
éstos registran un patrón eléctrico específico que refleja la actividad eléctrica de las células nerviosas
cerebrales.

EVOLUCIÓN

La mayor parte de las formas de vida primitiva carecen de cerebro, pero la ameba más simple tiene
un sistema sensorial primitivo que le permite evitar estímulos dañinos. El desarrollo del cerebro en
los primates, grupo más evolucionado, en el que se incluyen los seres humanos, ha sufrido un gran
proceso de evolución. Sin embargo, todos los vertebrados (animales con columna vertebral),
incluidos peces, reptiles y aves, tienen un cerebro formado por las mismas tres subdivisiones básicas
encontradas en el cerebro humano: cerebro anterior, medio y posterior.

En los vertebrados más primitivos el cerebro es alargado y estrecho, con un tracto olfatorio muy
desarrollado. En los pájaros, los lóbulos olfatorios son más pequeños, pero los lóbulos ópticos son
muy grandes y están muy desarrollados. A medida que se asciende en la escala evolutiva, los
hemisferios cerebrales aumentan su tamaño, se cubren los tractos olfatorios y se repliegan en
recovecos y fisuras. Ciertas estructuras cerebrales de los animales más primitivos como el cerebelo
(que interviene en el equilibrio) y el bulbo raquídeo (que controla la respiración y la presión
sanguínea) tienen funciones casi idénticas a las que desempeñan en el ser humano.

El tamaño del cerebro no determina el grado de inteligencia; un deficiente psíquico puede tener un
cerebro de mayor tamaño que el de un genio. Se cree que el grado de inteligencia está determinado
por el número y tipo de neuronas en funcionamiento y el modo en que están conectadas unas con
otras.

INVESTIGACIÓN

Los científicos utilizan hoy multitud de técnicas para descubrir cómo funciona el cerebro: una técnica
llamada ablación (lesión) destruye distintos grupos celulares cerebrales con el objeto de determinar
para qué sirve esa región. La gran desventaja de esta técnica de investigación es que produce una
lesión irreversible. En las técnicas basadas en la estimulación química o eléctrica, se aplica una carga
eléctrica o una sustancia química a un área determinada del cerebro para excitar el tejido cerebral y
estudiar los efectos que produce. En los registros eléctricos se utiliza el EEG a gran escala para
obtener registros de los potenciales eléctricos cerebrales. Con mayor precisión se utilizan
microelectrodos para medir potenciales eléctricos de muy baja potencia registrados en las neuronas.
La técnica llamada perfusión cerebral se basa en múltiples procedimientos de intubación; los
científicos pueden localizar así el lugar de liberación de neurotransmisores de ciertas zonas o
introducir fármacos en el cerebro durante largos periodos. Por último, en los estudios anatómicos
con microscopio electrónico y con tinciones de neuronas se pueden identificar partes y funciones de
elementos individuales del cerebro.

A medida que la tecnología avance, se irán clarificando las funciones de las distintas partes del
cerebro. De esta manera se podrá llevar a cabo el tratamiento de las enfermedades más raras con
nuevas terapias químicas y procedimientos quirúrgicos cada vez más precisos.

SISTEMA NERVIOSOS CENTRAL

Sistema nervioso, conjunto de los elementos que en los organismos animales están relacionados con
la recepción de los estímulos, la transmisión de los impulsos nerviosos o la activación de los
mecanismos de los músculos.

ANATOMÍA Y FUNCIÓN

En el sistema nervioso, la recepción de los estímulos es la función de unas células sensitivas


especiales, los receptores. Los elementos conductores son unas células llamadas neuronas que
pueden desarrollar una actividad lenta y generalizada o pueden ser unas unidades conductoras
rápidas, de gran eficiencia. La respuesta específica de la neurona se llama impulso nervioso; ésta y
su capacidad para ser estimulada, hacen de esta célula una unidad de recepción y emisión capaz de
transferir información de una parte a otra del organismo.

- CÉLULA NERVIOSA

Células nerviosas Esta fotomicrografía muestra algunas células nerviosas multipolares. El cuerpo
celular central se aprecia con claridad en cada célula, al igual que las dendritas, que son cortas
extensiones del cuerpo de la célula nerviosa, implicadas en la recepción de estímulos.Oxford
Scientific Films

Cada célula nerviosa o neurona consta de una porción central o cuerpo celular, que contiene el
núcleo y una o más estructuras denominadas axones y dendritas. Estas últimas son unas
extensiones bastante cortas del cuerpo neuronal y están implicadas en la recepción de los estímulos.
Por contraste, el axón suele ser una prolongación única y alargada, muy importante en la
transmisión de los impulsos desde la región del cuerpo neuronal hasta otras células.

- SISTEMAS SIMPLES

Organización neuronal Los sistemas nerviosos aumentan en complejidad desde la malla de células
nerviosas de la medusa hasta el sistema central y periférico de la especie humana. La estructura
nerviosa de la lombriz de tierra es común a muchos animales; consiste en un ganglio cerebral, un
cordón nervioso principal y pares de nervios laterales ramificados. En algunos casos, como en los
insectos, el ganglio cerebral actúa como un cerebro primitivo, ya que controla y coordina varias
funciones básicas.

Aunque todos los animales pluricelulares tienen alguna clase de sistema nervioso, la complejidad de
su organización varía de forma considerable entre los diferentes tipos de organismos. En los
animales simples, como los celentéreos, las células nerviosas forman una red capaz de mediar
respuestas estereotipadas. En los animales más complejos, como crustáceos, insectos y arañas, el
sistema nervioso es más complicado. Los cuerpos celulares de las neuronas están organizados en
grupos llamados ganglios, que se interconectan entre sí formando las cadenas ganglionares. Estas
cadenas están presentes en todos los vertebrados, en los que representan una parte especial del
sistema nervioso relacionada en especial con la regulación de la actividad del corazón, las glándulas
y los músculos involuntarios.

- SISTEMAS DE LOS VERTEBRADOS

Los animales vertebrados tienen una columna vertebral y un cráneo en los que se aloja el sistema
nervioso central, mientras que el sistema nervioso periférico se extiende a través del resto del
cuerpo. La parte del sistema nervioso localizada en el cráneo es el cerebro y la que se encuentra en
la columna vertebral es la médula espinal. El cerebro y la médula espinal se comunican por una
abertura situada en la base del cráneo y están también en contacto con las demás zonas del
organismo a través de los nervios. La distinción entre sistema nervioso central y periférico se basa
en la diferente localización de las dos partes, íntimamente relacionadas, que constituyen el primero.
Algunas de las vías de los cuerpos neuronales conducen señales sensitivas y otras vías conducen
respuestas musculares o reflejos, como los causados por el dolor.

En la piel se encuentran unas células especializadas, llamadas receptores, de diversos tipos,


sensibles a diferentes estímulos; captan la información (como por ejemplo, la temperatura, la
presencia de un compuesto químico, la presión sobre una zona del cuerpo), y la transforman en una
señal eléctrica que utiliza el sistema nervioso. Las terminaciones nerviosas libres también pueden
recibir estímulos: son sensibles al dolor y son directamente activadas por éste. Estas neuronas
sensitivas, cuando son activadas mandan los impulsos hacia el sistema nervioso central y transmiten
la información a otras neuronas, llamadas neuronas motoras, cuyos axones se extienden de nuevo
hacia la periferia. Por medio de estas últimas células, los impulsos se dirigen a las terminaciones
motoras de los músculos, los excitan y originan su contracción y el movimiento adecuado. Así, el
impulso nervioso sigue una trayectoria que empieza y acaba en la parte periférica del cuerpo.
Muchas de las acciones del sistema nervioso se pueden explicar basándonos en estas cadenas de
células nerviosas interconectadas que, al ser estimuladas en un extremo, son capaces de ocasionar
un movimiento o secreción glandular en el otro.

- LA RED NERVIOSA

Nervios craneales Mientras que la mayoría de los nervios mayores emergen de la espina dorsal, los
12 pares de nervios craneales se proyectan directamente desde el encéfalo. Todos estos pares de
nervios transmiten información motora o sensorial (o ambas); sin embargo, el décimo par, el nervio
vago, se relaciona con funciones viscerales como el ritmo cardiaco, la vasoconstricción y la
contracción de los músculos lisos que se encuentran en las paredes de la tráquea, del estómago y
del intestino.

Los nervios craneales se extienden desde la cabeza y el cuello hasta el cerebro pasando a través de
las aberturas del cráneo; los nervios espinales o medulares están asociados con la médula espinal y
atraviesan las aberturas de la columna vertebral. Ambos tipos de nervios se componen de un gran
número de axones que transportan los impulsos hacia el sistema nervioso central y llevan los
mensajes hacia el exterior. Las primeras vías se llaman aferentes y las últimas eferentes. En función
de la parte del cuerpo que alcanzan, a los impulsos nerviosos aferentes se les denomina sensitivos y
a los eferentes, somáticos o motores viscerales. La mayoría de los nervios son mixtos, es decir,
están constituidos por elementos motores y sensitivos.

Los nervios craneales y espinales aparecen por parejas y, en la especie humana, su número es 12 y
31 respectivamente. Los pares de nervios craneales se distribuyen por las regiones de la cabeza y el
cuello, con una notable excepción: el par X o nervio vago, que además de inervar órganos situados
en el cuello, alcanza otros del tórax y el abdomen. La visión, la audición, el sentido del equilibrio y el
gusto están mediados por los pares de nervios craneales II, VIII y VII, respectivamente. De los
nervios craneales también dependen las funciones motoras de la cabeza, los ojos, la cara, la lengua,
la laringe y los músculos que funcionan en la masticación y la deglución. Los nervios espinales salen
desde las vértebras y se distribuyen por las regiones del tronco y las extremidades. Están
interconectados, formando dos plexos: el braquial, que se dirige a las extremidades superiores, y el
lumbar que alcanza las inferiores.
- SISTEMA NERVIOSO VEGETATIVO

Sistema nervioso autónomo o vegetativo El sistema nervioso autónomo dirige las actividades
corporales sobre las que el individuo no tiene un control consciente, como la respiración o la
digestión. Consta de dos partes: el sistema simpático y el parasimpático.
Existen grupos de fibras motoras que llevan los impulsos nerviosos a los órganos que se encuentran
en las cavidades del cuerpo, como el estómago y los intestinos (vísceras). Estas fibras constituyen el
sistema nervioso vegetativo que se divide en dos secciones con una función más o menos
antagónica y con unos puntos de origen diferentes en el sistema nervioso central. Las fibras del
sistema nervioso vegetativo simpático se originan en la región media de la médula espinal, unen la
cadena ganglionar simpática y penetran en los nervios espinales, desde donde se distribuyen de
forma amplia por todo el cuerpo. Las fibras del sistema nervioso vegetativo parasimpático se
originan por encima y por debajo de las simpáticas, es decir, en el cerebro y en la parte inferior de la
médula espinal. Estas dos secciones controlan las funciones de los sistemas respiratorio, circulatorio,
digestivo y urogenital.

ALTERACIONES DEL SISTEMA NERVIOSO

La neurología se encarga del estudio y el tratamiento de las alteraciones del sistema nervioso y la
psiquiatría de las perturbaciones de la conducta de naturaleza funcional. La división entre estas dos
especialidades médicas no está definida con claridad debido a que las alteraciones neurológicas
muestran con frecuencia síntomas orgánicos y mentales. Para la discusión de enfermedad mental
funcional.
Las alteraciones del sistema nervioso comprenden malformaciones genéticas, intoxicaciones,
defectos metabólicos, alteraciones vasculares, inflamaciones, degeneración y tumores, y están
relacionadas con las células nerviosas o sus elementos de sostén. Entre las causas más comunes de
la parálisis y de otras complicaciones neurológicas se encuentran las alteraciones vasculares, tales
como la hemorragia cerebral y otras formas de apoplejía. Algunas enfermedades manifiestan una
distribución por edad y geográfica peculiar; por ejemplo, la esclerosis múltiple degenerativa del
sistema nervioso es común en las zonas templadas, pero rara en los trópicos.

El sistema nervioso es susceptible a las infecciones provocadas por una gran variedad de bacterias,
parásitos y virus. Por ejemplo, la meningitis o la inflamación de las meninges (las membranas que
recubren el cerebro y la médula espinal) puede originarse por numerosos agentes; sin embargo, la
infección por un virus específico causa la rabia. Algunos virus que provocan dolencias neurológicas
afectan sólo a ciertas partes del sistema nervioso; es el caso del virus que origina la poliomielitis que
suele atacar a la médula espinal; el que causa la encefalitis afecta al cerebro.

LA NEUROFISIOLOGÍA

Neurofisiología, estudio de cómo las células nerviosas o neuronas reciben o trasmiten información.
En el procesamiento de las señales nerviosas están implicados dos tipos de fenómenos: eléctricos y
químicos. El proceso eléctrico propaga una señal en el interior de la neurona, y el proceso químico
trasmite la señal desde una neurona a otra, o a una célula muscular.

Una neurona es una célula de gran longitud formada por un área central engrosada que contiene el
núcleo, una prolongación larga llamada axón, y unas prolongaciones arborescentes más cortas
llamadas dentritas. Las dentritas reciben los impulsos procedentes de otras neuronas. (Las
excepciones son las neuronas sensitivas, como las que trasmiten información sobre la temperatura o
el tacto, en las que la señal es generada por receptores cutáneos especializados). Estos impulsos se
propagan eléctricamente a lo largo de la membrana celular hasta el final del axón. En el extremo del
axón la señal se trasmite de forma química a una neurona adyacente o a una célula muscular.

TRANSMISIÓN ELÉCTRICA
Una neurona está polarizada, es decir, tiene una carga eléctrica negativa en el interior de la
membrana celular respecto al exterior. Esto se debe a la libre circulación de iones potasio con carga
positiva a través de la membrana celular, y al mismo tiempo, a la retención de moléculas grandes
con carga negativa dentro de la célula. Los iones de sodio con carga positiva se mantienen en el
exterior de la célula mediante un proceso activo. Todas las células tienen esta diferencia de
potencial, pero cuando se aplica a una célula nerviosa una corriente estimuladora se produce un
suceso único. Primero, los iones de potasio penetran en la célula, reduciendo su carga negativa
(despolarización). En un cierto momento las propiedades de la membrana cambian y la célula se
hace permeable al sodio, que entra en ella con rapidez y origina una carga neta positiva en el
interior de la neurona. Esto se denomina el potencial de acción.

Una vez alcanzado este potencial en una zona de la neurona, éste se propaga a lo largo del axón
mediante un intercambio de iones en unos puntos específicos llamados nódulos de Ranvier. La
amplitud del potencial de acción es autolimitado, debido a que una concentración elevada de sodio
en el interior origina la expulsión de la célula primero de iones potasio, y después de sodio,
restableciendo la carga negativa en el interior de la membrana celular, es decir la neurona se
repolariza. El proceso completo dura menos de una milésima de segundo. Después de un breve
lapso, llamado periodo refractario, la neurona está en condiciones de repetir este proceso.

TRANSMISIÓN QUÍMICA

Cuando la señal eléctrica alcanza el extremo del axón, éste estimula en la célula unas pequeñas
vesículas presinápticas. Estas vesículas contienen sustancias químicas llamadas neurotrasmisores, y
son liberadas en el espacio submicroscópico que existe entre las neuronas (hendidura sináptica). El
neurotrasmisor se une a receptores especializados sobre la superficie de la neurona adyacente. Este
estímulo provoca la despolarización de la célula adyacente y la propagación de su propio potencial
de acción. La duración de un estímulo procedente de un neurotrasmisor está limitado por su
degradación en la hendidura sináptica y su recaptación por la neurona que lo había elaborado. Antes
se pensaba que cada neurona elaboraba sólo un neurotrasmisor, pero estudios recientes han
demostrado que algunas células elaboran dos o más.

ACTIVIDADES NRO - 04

- Investiga más sobre el tema


- Realiza un resumen de acuerdo a tu comprensión a través de esquemas.
- ¿Por qué es importante el estudio del cerebro en el proceso de aprendizaje y desarrollo físico del
niño?

Cusco , 16 de séptiembre del 2004

Ruth Núñez Medina


EL CEREBRO

El encéfalo humano tiene tres componentes estructurales principales: los grandes hemisferios
cerebrales (parte integrante del cerebro) con forma de bóveda (arriba), el cerebelo, más pequeño y
con cierta forma esférica (más abajo a la derecha), y el tronco cerebral (centro). En el tronco
cerebral, destaca el puente de Varolio (el ensanchamiento central) y la médula oblongada o bulbo
raquídeo (justo debajo del anterior). Los hemisferios cerebrales son responsables de la inteligencia y
del razonamiento. El cerebelo ayuda a mantener el equilibrio y la postura. El bulbo raquídeo está
implicado en el mantenimiento de las funciones involuntarias, tales como la respiración. El tálamo,
situado entre el tronco cerebral y los hemisferios cerebrales, actúa como centro de retransmisión de
los impulsos eléctricos que viajan hacia y desde la corteza cerebral.
CEREBRO MEDIO O MESENCÉFALO

ESTRUCTURA DEL TRONCO CEREBRAL

El tronco cerebral, del que se muestra aquí un corte transversal coloreado, es la parte más inferior
del cerebro. Sirve de camino para las señales que viajan entre el cerebro y la médula espinal y es
también la sede de funciones vitales y básicas como la respiración, la presión sanguínea o el ritmo
cardiaco, y de actos reflejos como el movimiento ocular y el vómito. El tronco cerebral tiene tres
partes principales: el bulbo raquídeo o médula oblongada, el puente de Varolio o protuberancia
anular y el cerebro medio o mesencéfalo. Un canal recorre en el plano longitudinal estas estructuras
transportando fluido cerebroespinal. También distribuida por toda su longitud, hay una red de
células, conocidas como formación reticular, que gobierna los estados de alerta.
FUNCIONES DE LA CORTEZA CEREBRAL

FUNCIONES DE LOS HEMISFERIOS CEREBRALES IZQUIERDO Y DERECHO

Aunque los hemisferios cerebrales tienen una estructura simétrica, con los dos lóbulos que emergen
desde el tronco cerebral y con zonas sensoriales y motoras en ambos, ciertas funciones intelectuales
son desempeñadas por un único hemisferio. El hemisferio dominante de una persona se suele ocupar
del lenguaje y de las operaciones lógicas, mientras que el otro hemisferio controla las emociones y las
capacidades artísticas y espaciales. En casi todas las personas diestras y en muchas personas zurdas, el
hemisferio dominante es el izquierdo.
FUNCIONES DE LA CORTEZA CEREBRAL

FUNCIONES DE LA CORTEZA CEREBRAL

Funciones de la corteza cerebral Muchas funciones motoras y sensoriales han sido asociadas a zonas
específicas de la corteza cerebral, algunas de las cuales se indican aquí. En general, estas áreas
aparecen en ambos hemisferios cerebrales y están al servicio del lado opuesto del cuerpo. Las áreas de
asociación no están bien definidas y se localizan sobre todo en la parte frontal de la corteza. Están
involucradas en funciones del pensamiento y emocionales y relacionan los estímulos recibidos desde los
diferentes sentidos. Las áreas del lenguaje son una excepción: tanto el área de Wernicke, que está
relacionada con la comprensión del lenguaje hablado, como el área de Broca, que gobierna la
producción del habla, han sido localizadas de forma precisa en la corteza.

SEMINARIO SAN ANTONIO ABAD

Cusco, 07 de séptiembre del 2004

Ruth Núñez Medina

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