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Caso
Mónica Alexandra Cañas escuchó por radio una promoción de una escuela de idiomas
que ofrecía un paquete educativo en Bogotá consistente en un curso de inglés
personalizado, en aulas de no más de ocho estudiantes. El plan incluía un paquete de
libros como material didáctico.
Cañas llamó al número del comercial y adquirió el curso. Pero, según dice, en las
primeras sesiones se dio cuenta de que los docentes solamente se dedicaban a revisar y
corregir las actividades de los libros. Esto, a pesar de que en el diálogo telefónico con la
vendedora del curso había quedado claro que los libros eran material de apoyo.
Propuestas y recomendaciones
Según el artículo 3 de la ley 1480 de 2011, “el consumidor tiene derecho a recibir
productos de calidad, a recibir información completa, veraz, transparente, oportuna,
verificable, comprensible, precisa e idónea respecto de los productos que se ofrezcan o
se pongan en circulación”, también tiene derecho a “recibir protección contra la
publicidad engañosa”. De acuerdo al artículo 3 de la misma ley, “todo productor debe
asegurar la idoneidad y seguridad de los bienes y servicios que ofrezca o ponga en el
mercado”, según el artículo 30, “el anunciante será responsable de los perjuicios que
cause la publicidad engañosa”. “el medio de comunicación será responsable
solidariamente solo si se comprueba dolo o culpa grave. En los casos en que el
anunciante no cumpla con las condiciones objetivas anunciadas en la publicidad, sin
perjuicio de las sanciones administrativas a que haya lugar, deberá responder frente al
consumidor por los daños y perjuicios causados”.
En este caso, no se hace necesario actuar por intermedio de un abogado, ya que se trata
de una mínima cuantía.
Después de haber radicado correctamente la demanda, el tercer paso para solucionar sus
problemas dentro del mundo comercial es estar pendiente del desarrollo del proceso.
Para ello, la SIC destinó una plataforma digital para que los consumidores puedan
atender el curso del litigio.
Si al final del proceso, la entidad decide ordenar el pago, lo importante es que las
empresas paguen lo más prontamente posible, porque podrían afrontar multas de $900
millones.