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Henry Roy Forbes Harrod (1900-1978) fue un economista inglés, amigo y seguidor

de John Maynard Keynes. Estudió las condiciones del crecimiento armonioso en una
economía capitalista y los posibles factores que condicionan su inestabilidad. Publicó una
amplia variedad de artículos de economía, muchos de los cuales se centraban en
el crecimiento económico, además de llevar a cabo investigaciones sobre divisas
e inflación. A través de sus obras destaca una visión dinámica de la economía, más
sofisticada y realista que la visión estática de la mayoría de los teóricos.

Nombrado, entre los años 1945 a 1961, director adjunto del Economic Journal, en el año
1948 publicó su primera obra de relieve, Towards a Dynamic Economics (Hacia una
economía dinámica), en la que afirmó, siguiendo la teoría keynesiana, que la cuestión
decisiva en el crecimiento económico de un país estriba en la tasa de aumento del
producto nacional, necesario para garantizar el uso pleno de una cantidad de capital
siempre creciente.

En 1952 fue nombrado asesor del Fondo Monetario Internacional. Desde este puesto, Roy
F. Harrod siguió haciendo notables aportaciones teóricas sobre el comercio internacional,
los problemas de la liquidez internacional, los problemas de crecimiento económico
superando las condiciones del equilibrio estacionario y los ciclos económicos; para ello se
basó en esquemas del tipo de "principio de aceleración".

El reconocimiento de Harrod como uno de los grandes economistas del siglo XX se debe
a sus aportes a las teorías del crecimiento económico, el análisis dinámico y la teoría del
comercio internacional, en los que se ha reconocido el carácter pionero de su trabajo. En
particular sus escritos "An Essay in Dynamic Theory" (1939) y "Second Essay in Dynamic
Theory" (1960) aparecidos en el Economic Journal y su libro “Economic Dynamics” (1973)
marcaron por un buen tiempo el desarrollo de la disciplina en este terreno. Harrod es
mejor conocido por su obra “The life of John Maynard Keynes” (La vida de John Maynard
Keynes) de 1951, una biografía de su compañero.

También es conocido por el desarrollo de lo que hoy se conoce como el modelo de


Harrod-Domar que fue propuesto inicialmente por él en 1939 y más tarde fue desarrollado
de forma independiente por Evsey Domar. Esta teoría fue un modelo matemático pionero
sobre la dinámica de crecimiento económico que sentaron las bases de la teoría del
crecimiento económico después de la Segunda Guerra Mundial. El modelo Harrod-Domar
expresa las condiciones que debe tener una economía capitalista o de mercado para
generar el volumen de demanda global necesario para permitir un desarrollo sostenido y
equilibrado. Sin abandonar nunca el sistema keynesiano, este modelo considera la
capacidad productiva como una variable a lo largo del tiempo. Para garantizar el equilibrio
a largo plazo no basta con el volumen de ahorro, sino que es preciso que en todo
momento se dé una total utilización de la capacidad productiva, incrementada a través de
las nuevas inversiones.

Se suele considerar que el principal mérito de Harrod es haber incorporado una


perspectiva de largo plazo al análisis de Keynes. Igualmente, en esa interpretación es
usual no hacer referencia a que Harrod se preocupó por dilucidar las razones de las
fluctuaciones cíclicas de la economía y de sus relaciones con la pauta de expansión de la
actividad productiva, lo que no es lo mismo que por el crecimiento de largo plazo.
Asimismo, el consenso es que las hipótesis asumidas por Harrod en su modelo de
crecimiento forzan un comportamiento agudamente inestable de la actividad económica,
con un equilibrio de "filo de navaja", en el cual cualquier desviación de la economía de su
senda de crecimiento de equilibrio tiende a magnificarse de manera explosiva. Harrod
negó reiteradamente que su análisis tuviese como exclusivo marco de referencia el largo
plazo. Por el contrario, explícitamente señaló que su foco de atención analítico era la
evolución dinámica de la economía en cada momento del tiempo. Es decir, el propósito de
su análisis fue examinar desde una perspectiva dinámica los determinantes de las
fluctuaciones y la tendencia de la actividad productiva.

Modelo de Crecimiento de Harrod-Domar.


El modelo de crecimiento de Harrod-Domar, fue elaborado a finales de los años cuarenta
por dos economistas keynesianos (keynesianismo), Sir Roy Harrod de Gran Bretaña
y Evsey D. Domar de Estados Unidos, ambos desarrollaron de forma independiente un
análisis del crecimiento económico que es conocido como el modelo Harrod-Domar.
La historia económica lleva a concluir que los trabajos de crecimiento económico de
Harrod en 1939 y posteriormente de Domar en 1946, pueden ser considerados como los
precursores en el inicio del interés contemporáneo por las teorías modernas del
crecimiento económico hecho que, sin lugar a dudas, lleva a que el punto de partida del
estudio de los modelos de crecimiento económico, sea el análisis de lo que comúnmente
se conoce como el modelo de crecimiento del modelo Harrod-Domar.
El modelo de Harrod-Domar amplía las ideas de Keynes, a través de la macroeconomía
dinámica, es decir, el análisis de las fuerzas determinantes de las tasas de aumento de
las principales categorías de la demanda (bienes de capital, exportaciones, etc.). En este
sentido, el modelo plantea la importancia de las expectativas como factor que podría
influir sobre dichas variables. Dicho modelo pretende dar un enfoque dinámico al aporte
de Keynes y establece un modelo que iba a ser punto de base para desarrollos
posteriores, que intentaron mejorarlo a través de la introducción de nuevas hipótesis o
variables. El modelo de Harrod-Domar se realizó de forma paralela e independiente, pero
ambos planteamientos llegaron a conclusiones similares.
En el modelo económico se analizan los factores o razones que influyen en la velocidad
del crecimiento, a saber, la tasa de crecimiento del trabajo, la productividad del trabajo, la
tasa de crecimiento del capital o tasa de ahorro e inversión y la productividad del capital.
Para que haya un crecimiento económico equilibrado y con pleno empleo es necesario
que el producto y el capital productivo crezcan exactamente en esa misma proporción, la
tasa natural. Si el crecimiento del capital es menor del crecimiento del trabajo, habrá
desempleo. Si el crecimiento es superior se producirán distorsiones en la tasa de ahorro e
inversión que desequilibrarán el crecimiento.
El crecimiento del producto requiere crecimiento del capital existente y esto requiere
ahorro, es decir, destinar un porcentaje de la renta a la inversión en capital. En el modelo
de Harrod-Domar se llama tasa garantizada de crecimiento o tasa de crecimiento
requerido a "aquel ritmo general de avance que, si se consigue, dejará a los empresarios
en una actitud que les predispondrá a continuar un avance similar". En otras palabras, es
la tasa de crecimiento que hace que la tasa de ahorro e inversión permanezcan
constantes.
Al analizar Harrod y Domar esas variables y las relaciones entre ellas, se encontraron dos
graves problemas:
 Las razones del crecimiento de la población activa no tienen nada que ver con las
razones que determinan el ahorro, la inversión y las variaciones en la
productividad del trabajo y del capital. Por tanto, no hay ninguna razón por la que
podamos suponer que sus tasas de crecimiento coincidan.
 Cuando la tasa de crecimiento del producto difiere de la tasa natural, el
distanciamiento tiende a agravarse.
Por tanto sus previsiones de crecimiento resultaron muy pesimistas. El crecimiento
económico tiene tendencia a ser inestable e inevitablemente se producirán cambios
cíclicos en las tasas de crecimiento, de ahorro, inversión y empleo.
Como en todo modelo económico con inestabilidades fundamentales, el de Harrod se
enfrentó a un fuerte rechazo. En efecto, tal como está formulado no hay algún mecanismo
evidente que asegure la convergencia de la tasa garantizada, la tasa natural y la tasa real
de expansión de la actividad productiva. Este rechazo, en última instancia, motivó que
otros economistas buscaran introducir mecanismos endógenos capaces de corregir dicha
inestabilidad intrínseca del modelo. Dos soluciones cobraron particular relevancia. La
primera fue propuesta por Solow quien, en línea con el enfoque neoclásico, consideró
poco realista suponer constante el coeficiente capital-producto. Solow propuso revisar el
modelo de Harrod con base en la idea de una función de producción que en esencia
introduce un mecanismo de ajuste en el cociente capital-producto, de manera que se
corrija la inestabilidad en la senda de largo plazo de expansión de la economía.

Economía Internacional

En cuanto a su aportación al comercio internacional, su principal aportación publicada en


1933 como “International Economics”, presentó un enfoque originaldel tema, en particular
al introducir una nueva visión sobre la interrelación del balance comercial y el nivel de
ingreso nacional. Basado en el trabajo de Kahn, Harrod introdujo el concepto del
multiplicador del comercio exterior y concluyó que el incremento de las exportaciones
conduce a un aumento del ingreso nacional en términos reales tal que permite que las
importaciones inducidas aumenten lo suficiente para restablecer el balance comercial
inicial. Es precisamente esta noción del multiplicador del comercio exterior el que que
sirvió de base al desarrollo de la perspectiva keynesiana del crecimiento económico de
largo plazo. Dicha perspectiva interpreta a la demanda externa y más precisamente a la
disponibilidad de divisas, como el obstáculo fundamental al crecimiento económico de
largo plazo. Esta visión ha demostrado su utilidad para entender el desempeño
macroeconómico de las naciones semiindustrializadas, donde de manera recurrente las
fases de fuerte repunte de la actividad productiva desembocan más temprano que tarde
en crisis de divisas limitando la tasa de expansión económica de largo plazo.
La extensión del modelo del multiplicador de Harrod tiene su expositor principal en Kaldor,
y posteriormente en Anthony P. Thirlwall y sus colegas Nuraldin Hussein y John
McCombie, quienes han desarrollado lo que se ha denominado modelo de restricción de
balanza de pagos el crecimiento económico (RBPC).

Continuidad
El modelo de Harrod-Domar, amplia las ideas de Keynes, a través de la macroeconomía
dinámica, es decir, el análisis de las fuerzas determinantes de las tasas de aumento de
las principales categorías de la demanda.

Semejanzas
La tasa garantizada de crecimiento del modelo de Harrod está basada en la doctrina de la
demandad efectiva de Keynes.
El mérito del modelo de Harrod radica en no ser un esquema de equilibrio, sino más bien
una proyección hacia el largo plazo de algunos conceptos de la Teoría General de
Keynes.
Marco Harrod-Domar. Dicho marco se considera el punto de inicial de referencia, dada la
poca aceptación y difusión en el medio académico del esquema pionero implementado
por Ramsey (1928). Bajo esta consideración, el presente apartado del trabajo empezará
por exponer algunas ideas que se constituyeron en la base inspiradora de Harrod para el
desarrollo de su modelo, pues Domar tuvo tiempo para retomar aspectos de este autor y,
en consecuencia, de John Maynard Keynes quién, a su turno, incidió de forma notoria
sobre los planteamientos de Harrod. En efecto, el economista ingles Roy Harrod tuvo la
fortuna de interactuar con uno de sus colegas de mayor trascendencia en la historia de
esta ciencia, John Maynard Keynes, pues fue de los primeros pensadores del crecimiento
económico en analizar a profundidad la celebre Teoría General Keynesiana. De este
intercambio de ideas y planteamientos, sobre todo cuando Keynes fue director del
Economic Journal surgieron en primera instancia, algunos artículos en torno al
crecimiento económico por parte de Harrod y posteriormente su texto sobre este tópico de
la ciencia económica. Así pues, Harrod (1934-1939) aprovechó con gran lustre, la
interlocución keynesiana para publicar sus escritos de dinámica económica. El calificativo
de afortunado obedece al hecho según el cual, Keynes no solo cuestionó algunos de los
puntos de vista de Harrod, sino que le sugirió una serie de acciones y correctivos, que al
final fueron incorporados en el modelo de crecimiento de este autor. En tal sentido, es
posible aseverar que el enfoque dado por Harrod a su modelo de crecimiento, enfoque
similar tomado por Domar en el suyo, es eminentemente keynesiano pues fue este
planteamiento el que lo inspiró para tratar de dinamizar la macroeconomía, intento que en
el momento se constituía en la panacea de la teoría económica. A manera de ilustración,
es pertinente mencionar como elementos keynesianos en el trabajo de Harrod,
desarrollados en la siguiente sección del presente escrito, el ahorro y la inversión como
factores que determinan la senda de crecimiento equilibrado de las economías. En otras
palabras, al tener como soporte las ideas keynesianas de corto plazo, el enfoque de
Harrod tomó como eje central, las condiciones necesarias para el equilibrio entre el ahorro
y la inversión en una economía en crecimiento. En tal caso, una de las sugerencias finales
del modelo Harrod-Domar es la de insinuar la 133 Ecos de Economía No. 21 Medellín,
octubre 2005 acción del Estado para dirigir el ahorro y la inversión, de manera que se
garantice la inversión suficiente en pro de prevenir el excesivo desempleo, pues las
economías no son estables siendo necesario, entonces, acciones ajenas a ella para
reencaminarla por la senda del crecimiento sostenido y equilibrado, como alternativa para
hacerle frente al desempleo. A. El modelo El modelo Harrod-Domar establece que un
cambio en la tasa del flujo de inversión producirá un doble efecto. El primero se da a
través del acelerador al alterar la capacidad productiva de la economía, en tanto que el
segundo opera a través del multiplicador, y afecta a la demanda agregada

En relación a este último punto y teniendo en cuenta la función que realiza el progreso
técnico, Roy Harrod elaboró un modelo económico, quizá el más célebre de todos los
modelos de crecimiento, que expuso en su artículo Essay in Dinamic Theory. De una
manera totalmente independiente, el estadounidense Evsey D. Domar hizo el mismo
hallazgo en el año 1946, por lo que el modelo económico fue bautizado con el nombre de
Harrod-Domar.

En el modelo de Harrod-Domar se llama tasa natural de crecimiento al ritmo de


crecimiento de la oferta de trabajo. Por oferta de trabajo se entiende aquí no sólo el
aumento del número de trabajadores, o de horas que están dispuestos a trabajar, sino
también al aumento de su capacidad productiva y de su productividad. En otras palabras,
es la tasa de crecimiento de la población activa más la tasa de crecimiento de la
productividad del trabajo.
El famoso modelo de Harrod-Domar amplía las ideas de Keynes, a través de la
macroeconomía dinámica, es decir, el análisis de las fuerzas determinantes de las tasas
de aumento de las principales categorías de la demanda (bienes de capital,
exportaciones, etc.). En este sentido, el modelo plantea la importancia de las expectativas
como factor que podría influir sobre dichas variables. Este modelo pretende dar un
enfoque dinámico al aporte de Keynes y establece un modelo que iba a ser punto de base
para desarrollos posteriores, que intentaron mejorarlo a través de la introducción de
nuevas hipótesis o variables. El modelo de Harrod-Domar se realizó de forma paralela e
independiente, pero ambos planteamientos llegaron a conclusiones similares. El modelo
de Harrod se aproxima al problema del crecimiento económico con un tratamiento asumir
que el progreso técnico puede considerarse como una propensión interna del sistema
económico. La tasa de acumulación es una función de las decisiones empresariales
encaminadas a realizar ganancias, sin ninguna garantía de que el nivel de inversión se
ajustaría al requerido en una economía de libre mercado.
La tasa garantizada de crecimiento del modelo de Harrod está basada en la doctrina de la
demanda efectiva de Keynes, y visualiza la tasa de expansión económica como
determinada por la interacción del multiplicador y del acelerador. Hay que señalar que en
el marco analítico de Harrod, la trayectoria de crecimiento de la economía no
necesariamente conduce al pleno empleo.

En primer lugar, el crecimiento de la demanda a través del tiempo está determinado por
los incrementos de la inversión vía el multiplicador keynesiano de la inversión (1/s). Este
multiplicador se considera una constante determinado por la propensión marginal a
ahorrar (s) que también se considera constante. Por lo tanto, un incremento en la
inversión a través del tiempo (dI/dt) conducirá a un incremento en la demanda agregada
en tantas veces sea el valor 2 de 1/s. Si la propensión marginal a ahorrar no fuera
constante, entonces el multiplicador de la inversión (1/s) tampoco sería constante y de
acuerdo con esto, la demanda o renta aumentaría (disminuiría) si la propensión marginal
a ahorrar disminuyera (aumentara), o simplemente, los impactos sobre la renta derivados
del cambio en la inversión fueran inciertos.
El acelerador: Este principio señala que un aumento del capital necesario para
incrementar la capacidad productiva en una cuantía dada, es un valor constante, es decir,
la variación en la producción ante cambios en el capital se mantiene inalterada a través de
la trayectoria temporal de las variables en cuestión.
El hecho de que aparezca explícitamente sólo el factor productivo capital en el principio
del acelerador, no implica que la función de producción dependa únicamente de este
factor, sino que la relación implícita entre los factores productivos es complementaria
perfecta. La función de producción que recoge explícitamente este hecho es la función de
coeficientes fijos de Leontief. Debido a la existencia de esta proporción fija, todo aumento
de uno de los factores sin el consiguiente aumento del otro deja la producción inalterada.

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