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de John Maynard Keynes. Estudió las condiciones del crecimiento armonioso en una
economía capitalista y los posibles factores que condicionan su inestabilidad. Publicó una
amplia variedad de artículos de economía, muchos de los cuales se centraban en
el crecimiento económico, además de llevar a cabo investigaciones sobre divisas
e inflación. A través de sus obras destaca una visión dinámica de la economía, más
sofisticada y realista que la visión estática de la mayoría de los teóricos.
Nombrado, entre los años 1945 a 1961, director adjunto del Economic Journal, en el año
1948 publicó su primera obra de relieve, Towards a Dynamic Economics (Hacia una
economía dinámica), en la que afirmó, siguiendo la teoría keynesiana, que la cuestión
decisiva en el crecimiento económico de un país estriba en la tasa de aumento del
producto nacional, necesario para garantizar el uso pleno de una cantidad de capital
siempre creciente.
En 1952 fue nombrado asesor del Fondo Monetario Internacional. Desde este puesto, Roy
F. Harrod siguió haciendo notables aportaciones teóricas sobre el comercio internacional,
los problemas de la liquidez internacional, los problemas de crecimiento económico
superando las condiciones del equilibrio estacionario y los ciclos económicos; para ello se
basó en esquemas del tipo de "principio de aceleración".
El reconocimiento de Harrod como uno de los grandes economistas del siglo XX se debe
a sus aportes a las teorías del crecimiento económico, el análisis dinámico y la teoría del
comercio internacional, en los que se ha reconocido el carácter pionero de su trabajo. En
particular sus escritos "An Essay in Dynamic Theory" (1939) y "Second Essay in Dynamic
Theory" (1960) aparecidos en el Economic Journal y su libro “Economic Dynamics” (1973)
marcaron por un buen tiempo el desarrollo de la disciplina en este terreno. Harrod es
mejor conocido por su obra “The life of John Maynard Keynes” (La vida de John Maynard
Keynes) de 1951, una biografía de su compañero.
Economía Internacional
Continuidad
El modelo de Harrod-Domar, amplia las ideas de Keynes, a través de la macroeconomía
dinámica, es decir, el análisis de las fuerzas determinantes de las tasas de aumento de
las principales categorías de la demanda.
Semejanzas
La tasa garantizada de crecimiento del modelo de Harrod está basada en la doctrina de la
demandad efectiva de Keynes.
El mérito del modelo de Harrod radica en no ser un esquema de equilibrio, sino más bien
una proyección hacia el largo plazo de algunos conceptos de la Teoría General de
Keynes.
Marco Harrod-Domar. Dicho marco se considera el punto de inicial de referencia, dada la
poca aceptación y difusión en el medio académico del esquema pionero implementado
por Ramsey (1928). Bajo esta consideración, el presente apartado del trabajo empezará
por exponer algunas ideas que se constituyeron en la base inspiradora de Harrod para el
desarrollo de su modelo, pues Domar tuvo tiempo para retomar aspectos de este autor y,
en consecuencia, de John Maynard Keynes quién, a su turno, incidió de forma notoria
sobre los planteamientos de Harrod. En efecto, el economista ingles Roy Harrod tuvo la
fortuna de interactuar con uno de sus colegas de mayor trascendencia en la historia de
esta ciencia, John Maynard Keynes, pues fue de los primeros pensadores del crecimiento
económico en analizar a profundidad la celebre Teoría General Keynesiana. De este
intercambio de ideas y planteamientos, sobre todo cuando Keynes fue director del
Economic Journal surgieron en primera instancia, algunos artículos en torno al
crecimiento económico por parte de Harrod y posteriormente su texto sobre este tópico de
la ciencia económica. Así pues, Harrod (1934-1939) aprovechó con gran lustre, la
interlocución keynesiana para publicar sus escritos de dinámica económica. El calificativo
de afortunado obedece al hecho según el cual, Keynes no solo cuestionó algunos de los
puntos de vista de Harrod, sino que le sugirió una serie de acciones y correctivos, que al
final fueron incorporados en el modelo de crecimiento de este autor. En tal sentido, es
posible aseverar que el enfoque dado por Harrod a su modelo de crecimiento, enfoque
similar tomado por Domar en el suyo, es eminentemente keynesiano pues fue este
planteamiento el que lo inspiró para tratar de dinamizar la macroeconomía, intento que en
el momento se constituía en la panacea de la teoría económica. A manera de ilustración,
es pertinente mencionar como elementos keynesianos en el trabajo de Harrod,
desarrollados en la siguiente sección del presente escrito, el ahorro y la inversión como
factores que determinan la senda de crecimiento equilibrado de las economías. En otras
palabras, al tener como soporte las ideas keynesianas de corto plazo, el enfoque de
Harrod tomó como eje central, las condiciones necesarias para el equilibrio entre el ahorro
y la inversión en una economía en crecimiento. En tal caso, una de las sugerencias finales
del modelo Harrod-Domar es la de insinuar la 133 Ecos de Economía No. 21 Medellín,
octubre 2005 acción del Estado para dirigir el ahorro y la inversión, de manera que se
garantice la inversión suficiente en pro de prevenir el excesivo desempleo, pues las
economías no son estables siendo necesario, entonces, acciones ajenas a ella para
reencaminarla por la senda del crecimiento sostenido y equilibrado, como alternativa para
hacerle frente al desempleo. A. El modelo El modelo Harrod-Domar establece que un
cambio en la tasa del flujo de inversión producirá un doble efecto. El primero se da a
través del acelerador al alterar la capacidad productiva de la economía, en tanto que el
segundo opera a través del multiplicador, y afecta a la demanda agregada
En relación a este último punto y teniendo en cuenta la función que realiza el progreso
técnico, Roy Harrod elaboró un modelo económico, quizá el más célebre de todos los
modelos de crecimiento, que expuso en su artículo Essay in Dinamic Theory. De una
manera totalmente independiente, el estadounidense Evsey D. Domar hizo el mismo
hallazgo en el año 1946, por lo que el modelo económico fue bautizado con el nombre de
Harrod-Domar.
En primer lugar, el crecimiento de la demanda a través del tiempo está determinado por
los incrementos de la inversión vía el multiplicador keynesiano de la inversión (1/s). Este
multiplicador se considera una constante determinado por la propensión marginal a
ahorrar (s) que también se considera constante. Por lo tanto, un incremento en la
inversión a través del tiempo (dI/dt) conducirá a un incremento en la demanda agregada
en tantas veces sea el valor 2 de 1/s. Si la propensión marginal a ahorrar no fuera
constante, entonces el multiplicador de la inversión (1/s) tampoco sería constante y de
acuerdo con esto, la demanda o renta aumentaría (disminuiría) si la propensión marginal
a ahorrar disminuyera (aumentara), o simplemente, los impactos sobre la renta derivados
del cambio en la inversión fueran inciertos.
El acelerador: Este principio señala que un aumento del capital necesario para
incrementar la capacidad productiva en una cuantía dada, es un valor constante, es decir,
la variación en la producción ante cambios en el capital se mantiene inalterada a través de
la trayectoria temporal de las variables en cuestión.
El hecho de que aparezca explícitamente sólo el factor productivo capital en el principio
del acelerador, no implica que la función de producción dependa únicamente de este
factor, sino que la relación implícita entre los factores productivos es complementaria
perfecta. La función de producción que recoge explícitamente este hecho es la función de
coeficientes fijos de Leontief. Debido a la existencia de esta proporción fija, todo aumento
de uno de los factores sin el consiguiente aumento del otro deja la producción inalterada.