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Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . XIII
Juan Manuel Sauceda García, Matilde Ruiz García
1. ¿Qué es el trastorno por déficit de atención con
hiperactividad? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1
Matilde Ruiz García
2. Etiología del trastorno por déficit de atención con
hiperactividad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
Eduardo Barragán Pérez
3. ¿Son iguales todos los niños con trastorno por déficit de
atención con hiperactividad? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
Matilde Ruiz García
4. ¿Cómo son los preescolares con trastorno por déficit de
atención con hiperactividad? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
Marisela Hernández Hernández
5. Cómo son los escolares con trastorno por déficit de atención
con hiperactividad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
Eduardo Barragán Pérez
6. ¿Cómo son los adolescentes con trastorno por déficit de
atención con hiperactividad? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
Marisela Hernández Hernández
IX
X Trastorno por déficit de atención a lo largo de la vida (Contenido)
Aunque es normal que los niños muestren mucha actividad física, algunos de
ellos lo hacen de tal manera que les genera problemas significativos a ellos mis-
mos y a quienes los rodean. La actividad excesiva en sí misma no es un diagnós-
tico y puede ser sólo la expresión normal de cierto temperamento o rasgo personal
con el que se nace. Sin embargo, cuando esa hiperactividad se acompaña de exce-
so de impulsividad, distracción y problemas para mantener la atención (lo cual
ocurre en aproximadamente 5% de los niños en edad escolar), entonces sí consti-
tuye un trastorno, el llamado TDAH o trastorno por déficit de atención con hipe-
ractividad. El TDAH es una condición crónica que puede persistir en la edad
adulta, se extiende a través de las etapas del desarrollo y presenta diferentes retos
en cada fase. En este manual, dirigido principalmente a padres, maestros y médi-
cos de primer contacto, tratamos de presentar una visión actualizada global de lo
que es el TDAH, lo que se sabe de sus causas, sus complicaciones posibles, sus
tratamientos y su evolución a lo largo de la vida.
Un puñado de expertos en el tema —médicos especializados en psiquiatría in-
fantil, neuropediatría y psicólogos—, integrantes del Grupo para el Estudio y
Tratamiento de TDAH (GENPEtdah), presentan en forma sencilla lo que se co-
noce de ese trastorno y lo recomendado para su detección y tratamiento.
Por ser el problema de conducta más común en la edad pediátrica, el TDAH
ha recibido diversos nombres y se le han atribuido múltiples causas a lo largo del
tiempo, y también, como ocurre frecuentemente con otros trastornos, ha sido ob-
jeto de suposiciones, prejuicios y mitos, algunos de los cuales aún se mantienen
a pesar de los avances de la medicina. En este manual se revisan esas ideas y se
XIII
XIV Trastorno por déficit de atención a lo largo de la vida (Introducción)
presentan los argumentos que justifican el llamarlas mitos. Es cierto que acerca del
TDAH, como de la inmensa mayoría de las enfermedades, no contamos con todas
las respuestas, pero el estado actual del conocimiento científico permite cuestionar
y desechar muchas ideas falsas y plantea los posibles mecanismos responsables del
TDAH, además de aclarar las expectativas sobre su tratamiento y su evolución.
En los siguientes capítulos se explican en forma más detallada muchos aspec-
tos relacionados con este trastorno; algunos de los más importantes se plantean
a continuación en forma sucinta.
A pesar de que la existencia del TDAH es plenamente aceptada por las principa-
les asociaciones de pediatras, psiquiatras, neurólogos y psicólogos del mundo,
no es raro escuchar opiniones en el sentido de que se trata de un trastorno falso
inventado por la industria farmacéutica, coludida con médicos inescrupulosos
para vender medicamentos y así lucrar. Quienes sufren TDAH según los criterios
planteados por la Organización Mundial de la Salud y la Asociación Psiquiátrica
Americana, entre otras entidades científicas, muestran, en comparación con indi-
viduos sanos, un deterioro significativo en sus principales actividades, relaciones
sociales, educación, funcionamiento familiar, funcionamiento ocupacional y
apego a las normas sociales. Son más proclives a experimentar intoxicaciones ac-
cidentales y lesiones físicas. Tienen más posibilidades de abandonar sus estudios,
tener pocos amigos, rendir menos en sus empleos, involucrarse en actividades
antisociales, consumir tabaco o drogas ilegales, experimentar durante la adoles-
cencia un embarazo no planeado y enfermedades de transmisión sexual, acciden-
tes automovilísticos, depresión y trastornos de personalidad en la edad adulta.
Además de estos hechos incontrovertibles, cada vez hay más datos aportados por
las imágenes cerebrales que muestran la base neurológica de este trastorno. El
TDAH existe, no se trata de un problema benigno, pero con los recursos actuales
es controlable las más de las veces con la ayuda de medicamentos y diversas me-
didas psicosociales.
el lóbulo frontal y sus conexiones con los ganglios basales y el cerebelo. Hay múl-
tiples factores causales conocidos, pero la evidencia más fuerte apunta a que la
predisposición genética o hereditaria en interacción con el medio ambiente pro-
duce los síntomas del TDAH mediante ciertos desbalances entre sustancias cere-
brales llamadas neurotransmisores. Tales desbalances dificultan la acción de los
sistemas inhibitorios neuronales y ante la falta de inhibición apropiada se generan
la hiperactividad, la impulsividad y la atención deficiente. La contribución gené-
tica para que se generen los síntomas del TDAH se encuentra entre las más eleva-
das para cualquier trastorno psiquiátrico; a ella se debe de 70 a 95% de los sínto-
mas, cercana a la contribución genética a la estatura humana.
Son múltiples los factores ambientales involucrados y los más comunes son:
agresiones al feto durante el embarazo por parte de la madre, como el consumo
de bebidas alcohólicas, las drogas ilegales y el fumar; el haber experimentado su-
frimiento fetal durante el parto, o haber sufrido traumas cerebrales como conse-
cuencia de golpes en la cabeza; bajo peso al nacer; que el niño esté expuesto a
sustancias como el plomo que se pueden encontrar en el aire o en algunas bebidas;
el presentar enfermedades neurológicas, sobre todo la epilepsia, etc.
En primer lugar hay que mencionar que algunos niños lactantes mayores y prees-
colares pueden ser muy activos como una variación temperamental normal, sin
que padezcan TDAH. También quienes padecen trastornos del lenguaje, trastor-
nos de aprendizaje, retraso mental o trastornos cromosómicos como el cromoso-
ma X frágil pueden simular un TDAH. Entre los trastornos emocionales sugesti-
vos de TDAH sin que realmente lo sean se encuentran la depresión, el trastorno
bipolar, la ansiedad y el trastorno obsesivo–compulsivo. Trastornos del compor-
tamiento como el negativista desafiante y el disocial, además del abuso de sustan-
XVI Trastorno por déficit de atención a lo largo de la vida (Introducción)
cias y los trastornos del sueño, también pueden simular un TDAH. Entre los tras-
tornos médicos hay que mencionar la anemia por deficiencia de hierro, los
problemas derivados de visión o audición deficientes, la desnutrición y los efec-
tos secundarios del empleo de medicamentos como antihistamínicos, benzodia-
cepinas, carbamazepina, teofilina y fenobarbital. Finalmente, algunos problemas
de origen ambiental se pueden confundir con TDAH, como maltrato al niño, am-
biente estresante, problemas en la crianza, psicopatología de los padres y am-
biente educativo inadecuado.
Ante tantos factores que pueden simular un TDAH se comprende la necesidad
de que el diagnóstico sea explorado y determinado por un médico, porque es éste
quien cuenta con los conocimientos necesarios para descartar entidades que no
son verdaderamente un TDAH, y así evitar confusiones. También hay que tener
presente que algunos de estos cuadros pueden coexistir con el TDAH.
Los menores con TDAH pueden ser tan inteligentes como aquellos que no padez-
can el trastorno, pues el TDAH se presenta independientemente del nivel de inte-
ligencia. Sí es posible que con una buena inteligencia se compensen algunas limi-
taciones en el aprendizaje de los niños con TDAH, pero esto es cada vez más
difícil a medida que se avanza en el nivel escolar.
Las metas del tratamiento deben ser realistas y medibles. Entre ellas cabe mencio-
nar las siguientes: además de incrementar la atención, mejorar las relaciones con
padres, hermanos, maestros y compañeros; disminuir los comportamientos inapro-
piados y disruptivos; mejorar el desempeño escolar; aumentar la independencia y
la realización completa de las actividades asignadas; mejorar la autoestima.
Cuando los síntomas de un niño son leves suele no ser necesario darles medica-
mentos. En tales casos puede ser suficiente la aplicación de medidas ambientales
basadas en principios de modificación de conducta. Los medicamentos sí son ne-
cesarios cuando los síntomas interfieren significativamente en el funcionamiento
del niño en casa, en la escuela o con sus iguales. Los planes de tratamiento deben
ser individualizados y considerar las fortalezas del paciente y los síntomas clave
identificados en la evaluación de cada caso.
Se deben considerar los posibles efectos adversos del medicamento, y su
administración debe continuarse sólo en el caso de que las ventajas superen a las
desventajas.
XVIII Trastorno por déficit de atención a lo largo de la vida (Introducción)
Los menores que presentan TDAH no complicado (es decir, sin otros trastornos
de conducta o emocionales concomitantes o comórbidos) suelen no requerir otro
tratamiento que no sea el medicamentoso y educación al paciente y sus padres.
Pero casi dos terceras partes de quienes sufren TDAH también presentan otro u
otros trastornos asociados o comórbidos y entonces es recomendable el empleo
de alguna forma de psicoterapia.
Definitivamente no, más bien ayudan a no caer en ese abuso. Se sabe que quienes
sufren TDAH no complicado presentan un riesgo un poco mayor que quienes no
lo sufren de abusar de sustancias, pero el principal factor que predispone marca-
damente a ese abuso es el presentar un trastorno disocial agregado al TDAH.
Tal predisposición aumenta si quien padece TDAH y también un trastorno
disocial no recibe el tratamiento adecuado, el cual incluye el empleo de medica-
mento.
Las más de las veces los medicamentos bien administrados mejoran el aprendi-
zaje del menor al aumentar su atención, disminuir la distracción y la impulsividad
y los problemas de conducta asociados. Pero hay niños que concomitantemente
con el TDAH padecen trastornos específicos de aprendizaje como la dislexia o
la discalculia, para corregir los cuales se requiere una rehabilitación específica
que pueden proporcionar pedagogos y psicólogos especializados en educación
especial.
XX Trastorno por déficit de atención a lo largo de la vida (Introducción)
REFERENCIAS
1. American Academy of Child and Adolescent Psychiatric: Practice Parameters for the
Assessment and treatment of children adolescents, and adults with attention–deficit/hyper-
activity disorder. J Am Acad Child Adolesc Psychiatry 2007;46:894–921.
2. Sauceda J: Trastornos del comportamiento en pediatría. PAC Pediatría 7. México, Intersis-
temas, 2010.
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¿Qué es el trastorno por déficit
de atención con hiperactividad?
Matilde Ruiz García
UN POCO DE HISTORIA
1
2 Trastorno por déficit de atención a lo largo de la vida (Capítulo 1)
Inatención
Hiperactividad
Esta inquietud motora se manifiesta por tener exceso de movimiento, ser incapaz
de permanecer sentado cuando la ocasión lo amerita, no poder guardar silencio
por tiempos prolongados. La hiperactividad se refiere al exceso de movimientos
(los niños no pueden permanecer sentados ni quietos por unos cuantos minutos).
Estos movimientos quizá se manifiesten de diferentes maneras:
Impulsividad
sidera que estos pacientes están severamente afectados; en general son preescola-
res y escolares pequeños.
Tipo combinado
Se observan seis o más de cada uno de los síntomas referidos. Es la variedad más
frecuente, representa a dos tercios de todos los pacientes con TDAH y predomina
en el varón.
REFERENCIAS
1. Frick PJ, Lahey BB, Christ MG: History of childhood behavior problems in biological
relatives of boys with attention deficit hyperactivity disorder and conduct disorder. J Clin
Child Psicol 1991;20:445–451.
2. American Psychiatric Association: Diagnostic and statistical manual of mental disorders.
4ª ed. (DSM–IV). Washington, American Psychiatric Publishers, 1994.
3. Sánchez GO, Ruiz GM: Antecedentes históricos y efecto epidemiológico. En: Ruiz GM:
Actualidades en el diagnóstico y tratamiento de trastorno por déficit de atención. México,
Editores de Textos Mexicanos, 2007:1–14.
4. Barragán E: El niño y el adolescente con trastorno por déficit de atención: su mundo y sus
soluciones. México, Altius, 2002.
2
Etiología del trastorno por déficit
de atención con hiperactividad
Eduardo Barragán Pérez
Es muy probable que la base etiológica del trastorno por déficit de atención con
hiperactividad (TDAH) resida en un desbalance de sustancias producidas por el
cerebro, los llamados neurotransmisores. Entre ellos los más conocidos hasta el
momento son la norepinefrina y la dopamina, aunque también pueden estar invo-
lucrados otros, como la serotonina. Cabe mencionar, en apoyo de esta teoría, que
los medicamentos más útiles en el tratamiento del TDAH corrigen en alguna me-
dida los síntomas del trastorno mediante la restauración de tal desbalance bioquí-
mico. En otras palabras, el TDAH es la expresión de un funcionamiento bioquí-
mico cerebral alterado, las más de las veces como consecuencia de la herencia.
Pero también intervienen factores no biológicos, de naturaleza ambiental, en la
etiología del TDAH, de manera que hay que considerar dos diferentes áreas prin-
cipales: las biológicas y las ambientales.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
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8 Trastorno por déficit de atención a lo largo de la vida (Capítulo 2)
Entre las causas ambientales que pueden intervenir en la etiología del TDAH es-
tán tabaquismo y consumo de alcohol durante el embarazo, problemas durante
el nacimiento y niveles elevados de plomo en la sangre de los niños. Estos facto-
res ambientales pueden contribuir al desarrollo del trastorno o empeorar los sín-
tomas. Hace algunos años se creía que los aditivos presentes en ciertos alimentos
generaban hiperactividad, pero tal teoría no fue comprobada. Tampoco hay evi-
dencia clara de que este síntoma se produzca por consumir alimentos azucarados.
Investigaciones recientes han identificado factores ambientales importantes
que incrementan el riesgo para TDAH, y cada vez es más evidente que condicio-
nes complejas como este trastorno resultan de la interacción de factores de riesgo
tanto genéticos como ambientales.
Etiología del trastorno por déficit de atención con hiperactividad 9
ALTERACIONES ESTRUCTURALES
Aunque los niños con epilepsia y otros trastornos cerebrales son proclives a la
hiperactividad (y a otros problemas psiquiátricos), la mayoría de los niños con
10 Trastorno por déficit de atención a lo largo de la vida (Capítulo 2)
REFERENCIAS
1. Acosta MT: Aspectos genéticos y moleculares en el trastorno por déficit de atención con
hiperactividad: búsqueda de los genes implicados en el diagnóstico clínico. Rev Neurol
2007;44(Supl 2):37–47.
2. American Academy of Pediatrics, Committee on Quality Improvement, Subcommittee on
attention–deficit/hyperactivity disorder. Clinical practice guidelines: Diagnosis and evalua-
tion of the child with attention deficit/hyperactivity disorder. Pediatrics 2000;105:1158–
1170.
3. Barragán E, Garza S et al.: Attention deficit disorder and low birth weight in term chil-
dren: their association and the neuropsychological implications. J Neurol Sci 2001;187:34–
39.
4. Barragán Pérez E: El niño y el adolescente con trastorno por déficit de atención: su mundo
y sus soluciones. Altius, 2001.
5. Barragán E, Garza S, Hernández J: El TDAH y la epilepsia. Epilepsia 2004;45(Supl
3):4–9.
6. Biederman J, Faraone SV, Mick E, Spencer T et al.: High risk for attention deficit hyper-
activity disorder among children of parents with childhood onset of the disorder: a pilot stu-
dy. Am J Psychiatry 1995;152:431–435.
Etiología del trastorno por déficit de atención con hiperactividad 11