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NATALIA SINDE
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ellos fue el jesuita Bernardo Bitti, pintor italiano que desde 1575 introdujo el manierismo
la norma cultural y religiosa. Dado que la trasmisión del conocimiento pictórico se llevaba
a cabo por medio del sistema de talleres, la mayoría de los artistas no firmaban sus obras
alguno pues no se veían como artistas sino como instrumentos de Dios formados en un
saber hacer devocional que brindaba sustento visual a las ideas trasmitidas por oradores
Lo cierto es que el arte pictórico barroco recurría a los cuatro pasos de la retórica para
trasmitir nobleza política, natural y moral, dominando la última sobre las anteriores a
través del desprecio de los vicios y la adulación a las virtudes. Las pinturas coloniales
─por regla general─ se basaba para su composición o inventio en estampas aprobadas por
el pintor adaptaba los elementos a la realidad local si así lo deseaba. Hallados los
la figura retórica que volvía a vincular la obra con discursos previos mediante la alusión
mestizaje denotaría tanto la cuestión racial como la hibridación cultural en una realidad
españolas se adaptaban al medio local. Esta adecuación generaba una estética nueva cuya
mixtura religaba en la Sudamérica colonial lo popular y lo culto, siendo este último más
religiosa no fuese tan ascética como la europea poniendo en escena personajes agradables
Cuzqueña, son un buen ejemplo de ello. Ataviados con las vestimentas de las clases más
escena. Antecesor del mosquete, el arcabuz reemplazaba a las espadas y lanzas de las
españoles, quienes habían llevado sus avances militares al otro lado del océano. Los
arcángeles arcabuceros retratados por la Escuela Cuzqueña lucían telas bordadas con
hilos de oro, excesivas cintas, delicadas putillas, formidables plumas y ostentosas joyas
sacra una suntuosidad que llevaba a pintarle arete a la mismísima madre del niño Jesús.
A su vez, las cuentas del rosario brotaban del pecho junto a la leche, siendo ambos vías
arabescos gozaban de un éxito tal que obligaba a los pintores no indígenas a adaptarse a
las demandas de una clientela local ávida de dorados (PIZARRO GÓMEZ, 2001, 199).
La actitud cotidiana, antes atribuida a los personajes de las obras cuzqueñas, también eran
Pérez de Holguín. En la obra, María lava una prenda sobre una tabla a la orilla del río
en un profundo sueño. José la ayuda en su labor igual que los ángeles. La Virgen viste
una prenda semejante a un poncho sobre un vestuario tan austero como el de José. El niño
Jesús yace desnudo con sus pudores cubiertos por una manta. Su desnudez, como la de
los ángeles, indica su infantil inocencia (STASTNY, 1999, 240). A diferencia de estos,
Jesús no participa de los quehaceres. Aves, fuente de agua viva (SCHENONE, 2008, 32)
Virgen de la leche. Ca. 1720.
las series Signos del Zodíaco de Quispe Tito y Evangelistas de Pérez de Holguín. Ubicada
Aries con San José y la Virgen buscando posada, Cáncer con la parábola del hombre que
edifica el granero, Leo con la del buen pastor, Libra con la de la higuera estéril, Escorpio
con la de los viñaderos infieles, Sagitario con la de los invitados a la boda, Capricornio
con la del sembrador, Acuario con la huida de la Sagrada Familia a Egipto y Piscis con la
Su autor, Diego Quispe Tito, probablemente uno de los más importantes exponentes de
obra, es menester decir que la advocación de la Inmaculada Concepción era otro de los
porque además, a mediados del siglo XVIII, Carlos III solicitaba su patronato sobre los
Reinos de España y dos décadas después creaba una orden con los colores de su manto y
Por su parte, la serie Evangelistas de Melchor Pérez de Holguín ponía en escena a los
ángel es utilizada cual simbología culta (STASTNY, 1999, 236) que torna económica y
comenzaba con la lista de los antepasados de Jesús. Marcos con un león pues su evangelio
iniciaba con la predicación del Bautista en el desierto, lugar en el que había animales
salvajes. Lucas mediante un buey o toro porque su evangelio empezaba con la visión de
Y Juan con un águila cuya mirada dirigida al sol, ya que su evangelio se abría con la
contemplación de Jesús-Dios.
En el caso de Marcos y Lucas, su animal era emparentado con un ser de las mitologías
griega y mesopotámica: la esfinge o león alado y el toro sagrado o buey alado. El primero,
postrados a los pies del niño Jesús en el pesebre y con el sufrimiento de María al ver a su
Culminadas hacia 1724, las tres series pictóricas de Pérez de Holguín vinculadas a los
San Lucas y San Marcos. Ca. 1724.
Melchor Pérez de Holguín, uno de los exponentes más destacados de la Escuela Potosiana
había nacido en Cochabamba en 1660 y, siendo muy joven, su familia se había trasladado
Herrera y Velarde, éste último habría influido en el carácter tenebrista de sus primeras
obras, pasando luego a un período más colorido y plano. A sus 27 años de edad, nueve
años después de firmar su primera obra, ya contaba con taller propio. Franciscanos,
Su obra de gran formato y carácter profano Entrada en Potosí del Virrey Diego Morcillo
Rubio y Auñón de 1716 era testimonio vivo de la cultura festiva, cortesana y popular
practicada en los ámbitos más importantes del Virreinato del Perú. En ella se destacaban
Entrada en Potosí del Virrey Diego Morcillo Rubio y Auñón. Ca. 1716.
de cuerpo entero el virrey, su séquito y sus invitados, incluyendo en la parte superior dos
el otro una mascarada celebradas ambas en la Iglesia matriz de la Plaza Mayor de Potosí.
Antes de fallecer en 1732, entre sus últimas obras pintaba La huida a Egipto y
nueve retratos de la Sagrada Familia. Entre sus discípulos se destacarían los pintores
argumentos relatados por San Mateo (Mateo 2, 13-15) acerca de que, habiéndose
aparecido un ángel a José, este cumplía la orden de huir a Egipto con María y Jesús para
pintor tomaba el primer motivo y, al ordenar los elementos en la dispositio, no sólo bajaba
a la Virgen y a Jesús del burro, sino que además pasaba el niño de los brazos de su madre
a los de José y los retrataba cruzando un río. José presentaba un gesto protector al cargar
La huida a Egipto. Ca. 1716.
original y las composiciones precedentes, las cuales retrataban a María en el lomo del
José y agrega uno colgando del cuello de María. En la elocutio, pintaba una palmera en
alegoría a aquella a la que Jesús había ordenado inclinar sus ramas para saciar con sus
zancuda, un pájaro y un pato cuales aves exóticas, símbolos de unión entre lo divino y lo
profano (PIZARRO GÓMEZ, 2001, 204). Así lo confirma la torre en el fondo del paisaje,
símbolo celeste que, junto a las demás construcciones, aludían a la ciudad ideal en la que
El carácter autóctono figurado por Pérez de Holguín contrastaba con la estética flamenca
de la versión de Quispe Tito. Además de la huida, Quispe Tito elegía el motivo menos
retratado del tópico: el retorno, con Jesús ya niño, la familia llevando el burro o sin burro
acompañada por un perro sobre un paisaje amplio y con mayor profundidad de campo.
Pintaba a María meditativa, Jesús la contemplaba tomándole la mano con gran ternura y
José la animaba a avanzar. Nuevamente, una palmera destacaba entre la fauna cual
Una presentación menos mundana del retorno de Egipto y muy frecuente en el siglo XVII
Jerusalén, era figurada la Sagrada Familia sobre el eje horizontal ─con María, el niño y
José portando tres lirios blancos florecidos y un pimpollo cual símbolo de pureza e índice
de bienaventuranza─ y la Santísima Trinidad sobre el eje vertical ─con dios Padre, Hijo
un eje horizontal superior presentaba tres torsos de querubines custodiando a dios Padre
ANÓNIMO
ESCUELA CUZQUEÑA
En el otro extremo de la abstracción triádica se encontraba la sacralidad telúrica de la
manto con el Cerro Potosí, inmenso seno capaz de albergar a todos los mortales. Se
poder femenino, bello y regenerador, índice de luz prestada e ícono de claridad en medio
en sus venas sobre la ladera siena tostada, laicos y religiosos desclasados continuaban su
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BIBLIOGRAFÍA
BORJA GÓMEZ, Jaime Humberto. 2018. Unidades 1 a 8, seminario Iconografía y Cultura en el mundo colonial
sudamericano, Maestría en Patrimonio Artístico y Cultura en Sudamérica Colonial, Universidad de Buenos Aires.
PIZARRO, Francisco Javier. 2001. Identidad y mestizaje en el arte barroco andino. La iconografía, Porto: Congreso
Internacional Barroco.
SCHENONE, Héctor. 2008. “La inmaculada concepción”, Iconografía del arte colonial. Santa María, Buenos Aires:
EDUCA, Pontificia Universidad Católica Argentina Santa María de los Buenos Aires.
STASTNY, Francisco. 1999. “Temas clásicos en el arte colonial hispanoamericano”, en HAMPE, Teodoro
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CARDAILLAC, Louis. 2013. “Erotismo y santidad”, Cahiers d’études romanes, consultado en noviembre de 2018 en
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AA. VV. 2018. “Diego Quispe Tito”, Enciclopedia Libre Wikipedia, consultado el 8/11/2018 en
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Virgen-Cerro. Ca. 1730.
ANÓNIMO
ESCUELA POTOSIANA