por el que no eres capaz de dejar de mirar el móvil La adicción al móvil no está tipificada como trastorno en las clasificaciones homologadas de enfermedades mentales VER IMÁGENES
ALEJANDRA SÁNCHEZ MATEOS
31/03/2017 00:05 | Actualizado a 31/03/2017 11:23
Al despertarnos, mientras desayunamos, mientras viajamos
en el transporte público, durante una comida y antes de dormir ¿Somos incapaces de vivir sin nuestros smartphones? Parecen haberse convertido en una extensión más de nuestro cuerpo y no tenerlos con nosotros puede llevarnos a un estado de nervios.
Para una gran mayoría es una adicción. Grupos de amigos
que quedan a cenar y nadie despega la vista del móvil, visitar lugares a través de la cámara del teléfono en vez de admirar el paisaje con nuestros ojos o la imposibilidad de realizar tareas cotidianas.
Esta dependencia extrema no es un trastorno tipificado,
como señala la Dra. Dominica Díez Marcet, psicóloga clínica responsable de la Unidad de Juego Patológico y Otras Adicciones No Tóxicas de la División de Salud Mental (Fundació Althaia) y miembro del Col·legi Oficial de Psicologia de Catalunya y esto dificulta su reconocimiento. A pesar de que suponga un obstáculo de cara a desarrollar terapias para aquellos que la sufren, la experta asegura que comparte una serie de características con otras adicciones.
La adicción al móvil no está tipificada como
trastorno en las clasificaciones homologadas de enfermedades mentales, al igual que sucede con la compra compulsiva, la realidad va por delante de la comunidad científica” DRA. DOMINICA DÍEZ MARCET Psicóloga clínica responsable de la Unidad de Juego Patológico y Otras Adicciones No Tóxicas de la División de Salud Mental (Fundació Althaia) y miembro del Col·legi Oficial de Psicologia de Catalunya
1.Dependencia psicológica. Cuando te quedas sin móvil o
estás en una reunión en el trabajo y no puedes mirarlo entonces, comienzas a experimentar ansiedad (también conocido como craving). No puedes soportarlo más y ya no eres capaz de pensar en otra cosa, hasta tal punto que estás de malhumor e irritado. En los casos más extremos incluso se puede llegar a perder el control.
2. Cada vez consume más tiempo. Díaz Marcet asegura que
la adicción no es tanto al teléfono en sí, sino a todas las aplicaciones que nos ofrece. “Si tuviéramos un móvil que únicamente sirviera para llamar, no estaríamos hablando ya del tema”, asegura. Todas estas prestaciones (juegos, redes sociales, información..) cada vez nos roban más tiempo de otras tareas como el trabajo o incluso prestar atención a quienes nos rodean.
3. Síndrome de abstinencia. Lo que toda la vida se ha
llamado “pasar el mono”. ¡Oh no! Te has dejado el smartphone en casa y sufres un estado emocional desagradable que incluso se puede manifestar con síntomas físicos. En este caso, existe un término anglosajón llamado nomofobia (no-mobil-phone phobia).
4. Distorsiones cognitivas. Lo niegas hasta la muerte, tu no
estás enganchado al móvil, ¿verdad? Se trata de toda esa sarta de autoengaños para no reconocer el problema.
5. Conflictos con tu entorno. Nuestra familia, amigos o jefe
se quejan del uso desmesurado y la atención obsesiva que dedicamos al móvil. 6. La recaída. Pueden existir épocas mejores, pero entonces volvemos a recaer en una dependencia igual o mayor que en el pasado.
La adicción no es tanto al teléfono en si,
sino a todas las aplicaciones que nos ofrece. Si tuviéramos un móvil sin aplicaciones, que únicamente sirviera para llamar, no estaríamos hablando ya del tema” DRA. DOMINICA DÍEZ MARCET Psicóloga clínica responsable de la Unidad de Juego Patológico y Otras Adicciones No Tóxicas de la División de Salud Mental (Fundació Althaia) y miembro del Col·legi Oficial de Psicologia de Catalunya
¿Por qué nos enganchamos al móvil?
Suena un zumbido, se enciende la luz y aparece una nueva
notificación en la pantalla, ¿será un email de trabajo o quizás uno de mis diez grupos de whatsapp? Si en ese momento no podemos “chequearlo” nos ponemos muy nerviosos, aunque a veces no es necesario que nos llegue un aviso para que lo miremos de forma incesante y compulsiva. Pero, ¿por qué sucede esto, de donde nace esta obsesión?
La curiosidad es uno de los puntos clave. “Es nuestra
motivación intrínseca que subyace al deseo de recibir un mensaje interesante o atractivo. Un proceso similar al que se da en el juego patológico. La expectativa de “premio” o “ganancia” mantiene la conducta de seguir apostando, al igual que comprobamos el móvil en busca de algún mensaje inesperado. Se activa el mecanismo de recompensa del cerebro”, opina la psicóloga clínica.
Por otro lado, está el refuerzo intermitente. El cerebro
segrega dopamina, neurotransmisor vinculado al placer, que nos genera mayor adicción o enganche. Esta liberación de dopamina ya se produce antes de que recibamos un whatsapp o email. Al final, automatizamos como un hábito el “mirar el móvil de manera compulsiva en busca de un nuevo estímulo”.
¿Existe un tratamiento a esta adicción?
Para acabar con este problema lo primero es “matar el hábito”. La experta propone como terapia escribir un texto en el que el paciente exponga y reflexione “en qué tareas le está interfiriendo en su vida diaria”. Después debemos “conectar con la intención de cambio” y tratar de restringir y controlar su uso a lo largo de una jornada sin que sea él el que nos controle.
La expectativa de “premio” o “ganancia”
mantiene la conducta de seguir apostando, al igual que comprobamos el móvil en busca de algún mensaje inesperado o interesante” DRA. DOMINICA DÍEZ MARCET Psicóloga clínica responsable de la Unidad de Juego Patológico y Otras Adicciones No Tóxicas de la División de Salud Mental (Fundació Althaia) y miembro del Col·legi Oficial de Psicologia de Catalunya
Es fundamental que aceptemos que no podemos disponer
del móvil en todo momento y crear un compromiso propio en la búsqueda de un uso saludable. En los casos más extremos deberemos acudir a un especialista
Díaz Marcet nos da algunas preguntas que nos pueden ser
útiles en nuestro escrito a la hora de responderlas.
- ¿Quiero estar disponible para otras personas de forma
continua?
- Y los demás, ¿tienen que estar disponibles siempre?
- ¿Cómo me siento cuando estoy con alguien que está
chateando con el móvil continuamente?
- ¿Mi uso del móvil me quita tiempo para hacer otras cosas?
- ¿En qué situaciones miro el móvil?
- ¿Soy consciente de qué emociones hacen que lo mire más?
- ¿Qué puedo hacer para cuidar más de mi mismo en vez de
mirarlo sin parar?
- ¿En qué situaciones cotidianas debo dejar de usarlo:
comidas, estar con hijos, familia, amigos?
- Por el contrario, ¿en qué momento si lo puedo usar?
Otros consejos para hacer un uso saludable del móvil
- Desinstalar algunas aplicaciones que consideremos que nos hacen perder el tiempo como juegos.
- No utilizarlo en las comidas.
- Silenciar las notificaciones.
- Establecer horas determinadas para consultarlo,
incluso podemos poner una alarma que nos avise.
- Nunca mirarlo si estamos charlando, comiendo,
compartiendo ocio con otras personas.
- No usarlo como despertador, ya que puede interferir en
nuestro ciclo de sueño.
- Cargarlo fuera del dormitorio.
- Por supuesto, no mirarlo cuando se conduce. Aunque
esté penado por ley, son muchas las personas que se saltan esta restricción.
Debemos desinstalar algunas aplicaciones
que consideremos que nos hacen perder el tiempo” DRA. DOMINICA DÍEZ MARCET Psicóloga clínica responsable de la Unidad de Juego Patológico y Otras Adicciones No Tóxicas de la División de Salud Mental (Fundació Althaia) y miembro del Col·legi Oficial de Psicologia de Catalunya
Niños y adolescentes: el grupo de mayor riesgo
Debido a que las generaciones más jóvenes ya han crecido
en una sociedad tecnológica, son nativos digitales y el grupo más susceptible de sufrir este tipo de patologías. Frases como “déjale, están todos igual”, no ayudan. Deben ser los propios adultos los que den un ejemplo de conducta y cuidar que no se excedan ciertos límites.
La experta da algunos consejos para que no derive en un
problema real:
- No disponer del móvil cuando realizan los deberes o
estudian.
- Comidas familiares sin móvil ni otras pantallas para
facilitar la comunicación.
- Garantizar que las aplicaciones sean adecuadas a la edad
del niño (juegos, código PEGI, aplicaciones…).
- Transmitir el concepto de privacidad y hacer reflexionar
sobre el uso de la cámara.
- Fijar una hora máxima de uso.
- Nunca usarlo una hora antes de ir a dormir. Ni móvil ni
tablets u ordenador para favorecer la buena conciliación del sueño.
- Cargarlo fuera de la habitación.
- Utilizar un despertador, no el móvil.
- Desconectar el WI-FI de noche para evitar la exposición a
campos electromagnéticos.
- Condicionar el coste del móvil y su mantenimiento al buen
cumplimiento de las tareas académicas y domésticas.
- Animarles y acompañarles a hacer actividades al aire
libre sin presencia del móvil.
- En general, no proporcionar un móvil a un niño menor de
12 años. El paso a ESO sería un momento oportuno.
- Durante los primeros años es mejor que sólo tenga
conexión a Internet si hay WI-FI.
- Es preferible un móvil de cuota fija para facilitar el
autocontrol.
Es importante que niños y adolescentes
estén en las comidas familiares sin móvil para facilitar la comunicación” DRA. DOMINICA DÍEZ MARCET Psicóloga clínica responsable de la Unidad de Juego Patológico y Otras Adicciones No Tóxicas de la División de Salud Mental (Fundació Althaia) y miembro del Col·legi Oficial de Psicologia de Catalunya
“La baja autoestima, la impulsividad y la introversión
pueden facilitar la pérdida de control sobre el juego o en el uso de las redes sociales. Buscan en el mundo virtual el reconocimiento y éxito no obtenidos en el real. En los Juegos de Rol, se entra a formar parte de una comunidad o guild donde se consigue una reputación, admiración o estatus social que genera efectos positivos a nivel de autoestima”, explica la experta.
Aunque las nuevas tecnologías representan un gran avance
en muchos niveles, es responsabilidad de los padres estar atentos a ciertas señales y restringir el uso de juegos o redes sociales. “De hecho, en algunos juegos el jugador pierde puntos si sobrepasa un cierto número de horas seguidas”, sentencia la psicóloga.
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