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TULIO HERNÁNDEZ
Sociólogo y periodista
RESUMEN
Relato del proceso de la feliz confluencia entre los aportes de las
ciencias sociales y de la teoría de la cultura, por una parte, y por la
otra, de la preocupación de las organizaciones intergubernamenta-
les, los centros financieros y las teorías del desarrollo, en torno a las
relaciones entre cultura y desarrollo. El enfoque sobre Desarrollo
Humano adoptado por el P N U D , siguiendo a Amartya Sen, ha sig-
nificado un profundo cambio conceptual, a partir del cual se pue-
den articular nuevas propuestas de políticas públicas, siempre expues-
tas al momento de su evaluación en la práctica gobernante. Dos
tentaciones a vencer: una, que desde la cultura se pueden resolver
todos los problemas y otra, la limitación de lo cultural a las expe-
riencias más folclóricas.
La idea de que la cultura es un componen- Esto no significa que en todos los casos los
te fundamental e insoslayable dentro de cual- alcances de esa relación hayan sido plena-
quier proyecto, programa o teoría del desarro- mente comprendidos o que las estrategias de
llo, ha tenido que ser repetida una y mil veces diseño de políticas públicas en el campo cul-
desde hace por lo menos cinco décadas, has- tural hayan sido correctamente concebidas y
ta que su aceptación y reconocimiento se ha aplicadas para lograr el esperado aporte de la
convertido en algo cada vez más común ya no cultura al desarrollo o, como lo conciben los
sólo en espacios académicos o interguberna- más adelantados, para hacer que el desarro-
mentales sino en las políticas públicas de mu- llo se exprese básicamente como una nueva
chos gobiernos y países. cultura.
UNA C;ONFI,UENC;iA FKIJZ Al dar este paso, el BID hacía suyo el cues-
tionamiento a la hegemonía del discurso eco-
Durante mucho tiempo, la preocupación por nómico en los debates sobre el desarrollo al
la relación entre cultura y desarrollo fue bá- tiempo que le daba un espaldarazo a la insis-
sicamente un tema casi exclusivo de los pro- tencia del pensamiento social de tos años pre-
fesionales e instituciones específicamente de- cedentes empeñado en demostrar que las di-
dicados a la investigación o a la gestión mensiones culturales de lo social, eran
cultural, pero en las últimas décadas del fundamentales para entender cualquiera de
siglo XX y los primeros años del XXI se ha sus dinámicas y para identificar más allá de
producido una confluencia feliz entre, de una la crisis del pensamiento económico conven-
parte, los aportes de las ciencias sociales y las cional, cuáles eran los grandes obstáculos co-
teorías de la cultura y, de la otra, las preocu- lectivos y los posibles alicientes, distintos a
paciones de las grandes organizaciones inter- lo económico y a lo político, que hasta aho-
gubernamentales, los grandes centros finan- ra habían sido soslayados al momento de de-
cieros y las teorías del desarrollo. finir las estrategias y los modos de interven-
ción en las distintas teorías del desarrollo.
Un acontecimiento, que deberíamos califi-
car mejor como un proceso, el cuestionamien- Bernardo Kliksberg y Luciano Tomassini,
to a la hegemonía de los enfoques economicis- compiladores de Capital social y cultura: cla-
tas en las teorías del desarrollo obligó a autores ves estratégicas para el desarrollo, el libro que
e instituciones a replantearse el sustento con- resultó de aquella reunión, hicieron excelen-
ceptual de dichas teorías y, por tanto, a buscar tes síntesis de lo debatido defendiendo dos
alternativas al fracaso de innumerables pro- ideas centrales: una, que la cultura no es sólo
gramas destinados a promover el desarrollo parte del desarrollo sino que el desarrollo de-
incorporando otras dimensiones de lo social pende de la visión cultural dominante, y, dos,
tradicionalmente soslayadas o incorporadas de que en definitiva son los valores culturales de
modo secundario, entre ellas las dimensiones una sociedad los que determinan su estilo de
subjetivas, simbólicas y culturales . desarrollo económico, político, social y per-
sonal, y no a la inversa.
Un ejemplo notable de esa confluencia lo
constituye la realización en 1998, en París, De allí el valor que se comenzó a conceder
del Foro sobre Desarrollo y Cultura, celebra- a conceptos como el de capital social creado
do en el marco de la Cuadragésima Reunión precisamente con el propósito de destacar
Anual de la Asamblea de Gobernadores del que el peso de factores distintos a los estric-
Banco Interamericano de Desarrollo (BID), tamente económicos —el tipo de confianza,
que de alguna manera representó la entrada el grado de asociacionismo y el comportamien-
definitiva del tema cultural en un espacio to cívico, para tomar sólo una de sus formu-
—el de los organismos financieros interna- laciones— es decisivo, más allá de los com-
cionales— en el que su presencia no era pre- ponentes propiamente económicos, para
cisamente algo común. alcanzar el desarrollo integral. Con el uso de
la categoría de capital social a las preguntas apariencia pequeño, el de definir los objetivos
sobre porqué unas sociedades logran alcanzar del desarrollo en fianción de lo que las perso-
mejores niveles de desarrollo que otras, se les nas «más valoran», es por el contrario uno de
busca respuesta en los factores de naturaleza los grandes aportes de la categoría Desarrollo
institucional, en la solidez de las relaciones humano por cuanto le confiere un papel pri-
de confianza, en los modos de asociarse, en vilegiado a las dimensiones subjetivas y remi-
los valores y las dimensiones intersubjetivas, te a la necesidad de valorar la diversidad cul-
esto es, en los referentes culturales. tural y las diferencias humanas.
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sas la necesidad de que sus relaciones no sean busquen salidas imaginativas a la tensión ex-
gestionadas sólo desde los ministerios de cul- trema entre el universalismo abstracto de los
tura (o sus análogos) sino que se apunte ha- discursos neoliberales que insiste en obviar o
cia políticas de Estado en donde lo cultural invisibilizar las diferencias y el de los nuevos
atraviese transversalmente los demás espacios populismos redentores que tratan de hacer
de gestión pública. Implica además un deba- de la diferencia una palanca del odio y un
te permanentemente reciclado, especialmen- nuevo instrumento autoritario y de control
te en América Latina, insistimos, en donde se social.
REFERENCIAS
1. PNUD (2002J. Desarrollo Humano. Chile: Nosotros 3. SEN, Amartya (1999). Desarrollo y libertad.
los chilenos: un desafio cultural 2002. Santiago: PNUD. Barcelona, Planeta.
2. PNUD (2004). Informe sobre desarrollo humano 4. YÚDICE, George (2003). El recurso de U
2004. La libertad cultural en el mundo diverso de hoy. cultura. Usos de la cultura en la era global. Barcelona,
Barcelona, Ediciones Mundiprensa. Editorial Gedisa.
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