Sie sind auf Seite 1von 1

El carbón bituminoso es un carbón relativamente duro que contiene betún, entre el

lignito y la antracita en la serie ligno-hullera. Suele ser de color negro, a veces


marrón oscuro, presentando a menudo una bandas bien definidas de material brillante
y mate. Las vetas de carbón bituminoso se identifican estratográficamente por la
distintiva secuencia de bandas brillantes y oscuras.
Es una roca sedimentaria orgánica formada por la compresión diagenética y
submetamórfica de material turboso, de forma que sus componentes principales son
macerales: vitrinita, exinita, etcétera. El carbón bituminoso contiene entre un 60
y un 80% de carbono, siendo el resto agua, aire, hidrógeno y azufre que no ha sido
repelido de los macerales.
El contenido calorífico del carbón bituminoso oscila entre los 21 a 30 millones
Btu/t (24 a 35 MJ/kg).

Usos Editar
Los carbones bajos o bituminosos se clasifican según su reflectancia, humedad,
contenido volátil, plasticidad y contenido de ceniza. Generalmente, los carbones
bituminosos de mayor valor tienen un grado mínimo de plasticidad, volatilidad y
bajo contenido en ceniza, especialmente con bajo contenido en carbonatos, fósforo y
azufre.
La plasticidad es vital para la fabricación de coque y acero, donde el carbón tiene
que comportarse de forma que permita la mezcla con óxidos de hierro durante la
fundición. El bajo contenido en fósforo es vital para estos carbones, dado que este
elemento es dañino en el proceso de elaboración de acero.
El coque es mejor si tiene un bajo margen de volatilidad y plasticidad. Esto se
mide mediante la evaluación del Índice de Dilatación Libre. El contenido en betún,
el contenido volátil y el índice de dilatación se usan para seleccionar carbones
aptos para la mezcla con coque.
La volatilidad también es crítica para la fabricación de acero y la generación de
energía, pues esto determina la tasa de combustión del carbón. Los carbones con
alto contenido volátil pueden ser fáciles de encender pero no tan baratos como los
carbones menos volátiles, y éstos a su vez pueden resultar más difíciles de
encender pero contendrán más energía por unidad de volumen. El fundidor debe
equilibrar el contenido volátil de los carbones para optimizar la facilidad de
ignición, la tasa de combustión y la energía producida.
Los carbones bajos en ceniza, azufre y carbonatos son apreciados para la generación
de energía porque no producen demasiada escoria y no exigen demasiado esfuerzo para
eliminar las partículas en suspensión de los gases de combustión. Los carbonatos
son dañinos pues tienden a adherirse a la caldera. El contenido sulfuroso también
es dañino en cierta medida por ser emitido a la atmósfera y contribuir a la
formación de smog y lluvia ácida. De nuevo, pueden eliminarse de los gases de
combustión filtrando estos.

Das könnte Ihnen auch gefallen