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REVISTA TRIMESTRAL
DE LA ASOCIACIÓN
PROYECTO HOMBRE
Ofic. difusión: C/ Osa Mayor, 19.
28023 Aravaca. Madrid. España.
ADICCIÓN A COCAÍNA
Tel.: (91) 357 01 04. Fax: (91) 307 00 38
E-mail: prensa@proyectohombre.es Modelos de tratamiento
w w w. p ro y e c t o h o m b re.es
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1. PANORÁMICA SOBRE causó urgencias médicas durante este que la población general. El grupo de
LA EPIDEMIOLOGÍA DEL periodo (29% de las urgencias por dro- los socialmente integrados (sin trata-
CONSUMO DE COCAÍNA Y gas) (SAMHSA, 2004). miento) consumía cocaína esnifada en
LA ADICCIÓN A COCAÍNA el 95% de los casos. Los grupos mar-
Como buena parte de la informa- EUROPA ginales consumían con más frecuencia
ción relativa a la cocaína y la cocaino- En Europa, la prevalencia del consu- e intensidad cocaína, heroína y otras
manía procede de los EE.UU., convie- mo en población general y en subgru- sustancias, y utilizaban más las vías in-
ne re c o rdar que el consumo de cocaí- pos específicos varió bastante según los yectada y fumada, aunque había dife-
na reciente ha tenido unas característi- países, pero en todos ellos se encontró rencias notables según las ciudades. El
cas y un curso bastante diferente en un incremento notable en los últimos 96% había consumido además otras
América y en Europa: años. En el año 2000, el Reino Unido
tenía la tasa más alta de prevalencia-vida
EE.UU. de Europa (5,2%) (si bien, bastante por
En EE.UU. (Platt, 1997; SAMHSA, debajo del 18% alcanzado en la epide-
2004) tuvo lugar un gran incremento de mia americana de «crack» en 1985), y
consumo de clorhidrato de cocaína y Suecia tenía la tasa más baja (1%, pro-
de «crack» a principios de los años bablemente por las características del
1980 que tuvo su acmé en 1985. A par- m e rcado de cocaína y el consumo ele-
tir de ese año, el número de consumi- vado de anfetaminas en ese país). La es-
d o res descendió hasta 1994 (aunque tabilización de las tasas de consumo de
no el de cocainómanos, ni los indica- cocaína en Europa en torno al año 2000
d o res de problemas médicos asocia- ha coincidido con la discusión generali-
dos). A partir de 1995 y hasta el 2000 zada en los media de muchos países de
se incrementó de nuevo el consumo en los riesgos que conlleva (igual que pasó
la población general. La National Hou - en USA a partir de 1985).
selhold Survey on Drug Abuse mostró Por sorprendente que pare z c a ,
que en el año 2000 el 0,5% de la pobla- hasta hace poco no se habían publica-
ción norteamericana mayor de 12 años do estudios epidemiológicos relevantes
había consumido cocaína. Aunque la con ámbito europeo. En un estudio
tendencia general era levemente des- multimodal y multicéntrico reciente (Ha-
cendente, la población más joven man- asen y cols., 2004; Prinzleve y cols.,
tenía el consumo de años previos, lo 2004) se ha comprobado que el consu-
cual re p resentaba un problema de mo actual de cocaína en 10 grandes
salud pública muy considerable. La ciudades europeas de 9 países tiene
tasa de consumo en varones seguía características bastante diferentes del
siendo mayor que en mujeres, pero la americano, tal y como sostenían mu-
diferencia se había acortado en las 2 úl- chos observadores. El estudio se llevó
timas décadas (Van Etten y Anthony, a cabo sobre 1.855 consumidores per-
1999; SAMHSA, 2004). El consumo de tenecientes a tres grupos difere n t e s :
cocaína se daba en todos los estratos pacientes en tratamiento por adicción a sustancias en el último mes y aunque el
sociales y grupos de edad con un claro cocaína (sobre todo en programas de uso relativo de clorhidrato en polvo o de
p redominio en los más jóvenes. Con metadona), grupos marginales sin tra- «crack» variaba según las ciudades, el
frecuencia, el consumo de cocaína se tamiento y consumidores socialmente policonsumo era la norma. Las vías
asociaba al de otras drogas; por ejem- integrados sin tratamiento. Los tre s usadas más frecuentemente variaban
plo, en el Epidemiological Catchment subgrupos de población estudiados mucho también. Todo lo anterior mues-
Area Study llevado a cabo en población (jóvenes, especialmente en ámbitos de tra importantes diferencias en las po-
general, el 84% de los dependientes de diversión; grupos socialmente margi- blaciones de cocainómanos en Euro p a
cocaína lo eran también del alcohol nados como prostitutas y «sin hogar»; y y sugiere que son subsidiarias de dife-
(USDHHS, 1993). La cocaína fue tam- dependientes de opiáceos en manteni- rentes abordajes. En conjunto, la situa-
bién la droga que con más frecuencia miento con metadona) consumían más ción epidemiológica europea actual pa-
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rece de menor gravedad que la ameri- - El porcentaje de estudiantes entre neuronal en el cortex frontal (Kaufman y
cana de los años 1980, pero plantea 14-18 años que había consumido co- cols., 2001) y menos ansiedad derivadas
también importantes problemas asis- caína en el año previo, según la En- del consumo de cocaína (Kosten y cols.,
tenciales que son mayores en el caso cuesta Escolar sobre Drogas, pasó del 1996). Las cocainómanas suelen tener
del «crack» (Gossop y cols., 2003). 1,8% en 1996 al 6,8% en el 2004. más trastornos afectivos y menos tras-
- El porcentaje de adultos entre 15- t o rnos asociales de la personalidad que
ESPAÑA 64 años que había consumido cocaína los cocainómanos (Weis y cols., 1977;
En España la cocaína es hoy la se- en el año previo, según la Encuesta Do- Magura y cols., 1998). Algunos estudios
gunda droga ilegal en lo que respecta a miciliaria sobre Drogas, pasó del 1,8% sugieren que la adicción a cocaína podría
p roblemas socio-sanitarios (Barrio, en 1995 al 2,7% en 2004. d e s a r rollarse más rápidamente en la
- Las proporción de urgencias hos- mujer que en el hombre (McCance-Katz
pitalarias por reacción aguda a cocaína y cols., 1999) y generar mayor desajuste
f rente a otras drogas pasó del 26,1% psicosocial (Weiss y cols., 1997; Mc-
en 1992 al 49% en 2002. Cance-Katz y cols., 1999).
- La identificación de cocaína entre - El 0,1% de las mujeres embaraza-
muertos por reacción aguda a dro g a s das americanas consume cocaína con
pasó del 19,3% de los casos en 1987 al regularidad y este consumo se asocia a
54,4% en 2002. mayor frecuencia de rotura placentaria,
- El número de adictos a cocaína parto pre m a t u ro y bajo peso al nacer
que solicitaron tratamiento por vez pri- (Franck y cols., 2001). No parece haber,
mera en los dispositivos públicos pasó sin embargo, más secuelas de enfer-
de 932 en 1992 a 7.125 en 2002. Este medad permanente en niños nacidos
año las demandas de tratamiento por de adictas a cocaína. No hay datos eu-
cocainomanía superaron en número a ropeos al respecto.
las de heroinomanía y desde entonces - No se ha encontrado un perfil de
se mantienen a la cabeza. personalidad en riesgo especial de
- Los adictos a cocaína que deman- adicción a cocaína. Los estudios re-
daron tratamiento en 2002 fueron mayo- cientes sugieren que los «buscadore s
ritariamente varones que consumían co- de sensaciones o de novedades» tie-
caína por vía intranasal (78%), pulmonar nen mayor probabilidad de iniciarse en
(20%) o IV (2%); además, tomaban alco- el consumo (Laviola y cols., 1999).
hol (65%), cánnabis (19%) heroína (12%) - El abuso de otras drogas (Wither y
o anfetaminas (6%) y eran HIV (+) en el cols., 1995; Birnbach y cols., 2001) y
4% de los casos. La edad media cuando o t ros trastornos psiquiátricos (trastor-
solicitaron tratamiento era de 28,7 años no depresivo mayor, trastorno bipolar,
y habían comenzado a consumir cocaí- esquizofrenia, trastorno de estrés pos-
na 7,4 años antes (a la edad promedio de traumático, trastorno por déficit de
21,3 años). atención e hiperactividad, trastorno de
- La cocaína es la tercera droga de ansiedad y trastorno de la personali-
1998; OED, 2004). En los últimos años abuso en la población de heroinómanos dad) coinciden con la adicción a cocaí-
hemos asistido a un incremento muy (después del cánnabis y los sedantes). na en muchas series clínicas (Volkow,
importante de diversos indicadores re- O t ros datos clínico-epidemiológi- 2001). Los trastornos bipolares, el tras-
lacionados con el consumo de cocaína, cos generales que tienen interés para el torno por déficit de atención e hiperac-
que sitúa a España a la cabeza de los clínico son los que siguen: tividad y el trastorno de personalidad
países consumidores del mundo; este - El consumo de cocaína difiere suelen preceder a la cocainomanía y la
i n c remento ha sido recogido por los según el género. Los hombres parecen d e p resión suele seguirla (McMahon y
medios de información general (Lázaro , tener respuestas más rápidas e intensas cols., 1999; Clure y cols., 1999) o for-
2005) con una alarma justificada. Des- a la cocaína (Lukas y cols., 1996), más mar parte del síndrome de abstinencia.
tacan entre dichos indicadores los si- anomalías de la perfusión cere b r a l Se han propuesto tipologías de con-
guientes: (Gottschalk y cols., 2001), más pérdida s u m i d o res de cocaína (Calafat y cols.
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2001), pero la validez y la relevancia clí- En cada caso, la indicación tera- . Potencial de recaída.
nica de las mismas no se han explorado péutica ha de realizarse sobre una base - ¿Qué tratamiento?
científicamente. Es indudable que el ri- individual que considere la existencia . Agudo frente crónico.
tual, el tiempo y el lugar del consumo, las de síntomas de abuso, dependencia y . Comorbilidad médica o psiquiátrica.
creencias y las expectativas acerca de la abstinencia y el examen del estado . Abuso de otras drogas.
cocaína, las consecuencias sociales y la mental. En la evaluación inicial se ha de - ¿Dónde tratar?
posible conducta ilegal asociada a la determinar cuál es el tratamiento más . Régimen de ingreso.
adicción a cocaína, están determinados adecuado, así como las condiciones . Régimen ambulatorio.
por variables culturales y subculturales médicas o psiquiátricas acompañantes - ¿Cómo asignar el tratamiento?
que tienen una importancia crítica para que condicionan el plan de tratamiento. . Severidad del abuso-vía y cantidad.
el abordaje clínico. No obstante, se ob- Una manera de perfeccionar la indica- . Fase de recuperación.
servan regularidades entre los distintos ción terapéutica en cocainomanía . Comorbilidad.
cocainómanos en lo que se refiere al ren- puede hacerse mediante el uso siste- Dada la heterogeneidad de los co-
dimiento escolar, delincuencia, altera- mático de los EJES DE RAZONAMIENTO CLÍNI- cainómanos la manualización de la in-
ción de las relaciones familiares y pro- CO-TERAPÉUTICO DIFERENCIAL: dicación terapéutica no es fácil y es
blemas de salud en función de la forma - Selección de objetivo prioritario: aconsejable individualizar el tratamien-
de presentación de la cocaína que con- tratamiento de u na co mplicació n to en función de las peculiaridades clí-
sumen. En general, los consumidore s aguda, desintoxicación, deshabitua- nicas de cada caso (Carroll y cols.,
de «crack» presentan más problemas en ción, rehabilitación. 1994). La integración de la psicoterapia
todos los órdenes que los inhaladore s - Selección del ámbito asistencial: con la farmacoterapia es impre s c i n d i-
de clorhidrato (Kandel y Davies, 1996). hospitalización, residencial, programas ble (Ca-rroll, 1997; Carroll y Schotten-
Suele aceptarse (Calafat y cols., ambulatorios intensivos. feld, 1997) porque ambas técnicas son
2001) que el consumo actual de la co- - Selección del f o r m a t o: psicotera- diferentes en lo que se re f i e real modo
caína en nuestro medio es básicamente pia individual, terapia de pareja-familiar, de acción, al tiempo de efecto, a los
instrumental y que no se asocia a ningu- grupos de autoayuda. síntomas-objetivo a los que se dirigen y
na subcultura concreta. Los valores del - Selección de la orientación teórica: a la duración del efecto y la aplicabili-
individualismo, el placer o el éxito social . Consejo clínico. dad. El beneficio de la integración de la
(por lo demás bastante extendidos en . Tratamiento cognitivo-conductual. psicoterapia con la psicofarmacotera-
muchas culturas contemporáneas) se . Prevención de recaídas. pia es poder tratar un mayor rango de
asocian regularmente a una actitud fa- . Psicoterapia interpersonal. síntomas y de problemas, asociar pa-
vorable al consumo. Es probable que al- - Selección de la duración y fre- cientes y tratamientos más ajustada-
gunos valores de la cultura occidental li- cuencia del tratamiento. mente y cubrir más deficiencias tera-
miten la percepción del riesgo de la co- - Selección (en su caso) de f a r m a- péuticas. La prescripción de disulfiram
cainomanía; por ejemplo, el valor «éxito» coterapia. con psicoterapia (Carroll, 1997), que se
que se asocia a la cocaína podría contri- - Combinación de tratamientos. expondrá más adelante, es un ejemplo
buir a que cocainómanos, incluso gra- O t ro O R D E N D E R A Z O N A M I E N T O q u e de asociación afortunada.
ves y deteriorados, se sientan «legitima- puede aplicarse a la indicación tera- En la mayoría de los casos, EL TRATA-
dos» en el consumo. péutica es el propuesto por Costeen MIENTO AMBULATORIO es el más apropiado y
(1989) mediante los puntos que siguen: preferible porque cuando consigue la
2. INDICACIÓN - ¿Qué tratar? abstinencia, asegura un mejor contro l
TERAPÉUTICA . N e u roadaptación-grandes con- posterior (trata al paciente desde el prin-
DIFERENCIAL Y sumidores (p. ej., “crach”). cipio en el entorno en el que ha de vivir
PLANIFICACIÓN DEL . Vulnerabilidad psiquiátrica (p.ej., abstinente). El tratamiento ambulatorio
TRATAMIENTO trastorno afectivo). requiere múltiples contactos semanales
Los objetivos principales del trata- . Riesgo médico (p. ej., enferme- durante los primeros meses; una fre-
miento de la adicción a cocaína son: dad cardiopulmonar). cuencia baja de contactos clínicos no es
1. Lograr la abstinencia de cocaína - ¿Cuándo tratar? efectiva en la iniciación o en el manteni-
y de todo tipo de drogas e interrumpir el . Precipitantes. miento de la abstinencia (Weinstein y
ciclo de consumos compulsivos. . Fase de la adicción (“crash”, abs- cols 1997; Coviello y cols 2001). Las se-
2. Prevenir las recaídas. tinencia, extinción). siones incluyen una combinación de ac-
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3. PROBLEMAS
TERAPÉUTICOS
HABITUALES
INTERRUPCIÓN
PREMATURA
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p rogramas ambulatorios libres de dro- individual (Crits-Christoph y cols, 1999; los demás grupos en todas las media-
gas, pero algunos no son capaces de Crits-Christoph, 2001) han mostrado das de resultados utilizadas. Los resul-
mantenerse abstinentes en este régi- grados diferentes de eficacia en ensa- tados de este estudio sugieren la supe-
men y debe plantearse para ellos una yos clínicos controlados. rioridad del abordaje individual, centra-
indicación terapéutica más intensiva y Desde el punto de vista clínico, ade- do en el núcleo de la conducta cocai-
controlada y la posible prescripción de más, las psicoterapias proporcionan un nómana, sobre abordajes con otro s
psicofármacos. Algunos pacientes buen soporte a la relación médico-pa- objetivos u orientaciones teóricas.
pueden necesitar una desintoxicación ciente, al cual pueden añadirse trata- La capacidad de entender y de an-
inicial de alcohol u otras drogas que mientos biológicos específicos para ticiparse a los distintos pro b l e m a s
puede requerir semanas de tratamien- síntomas concretos, cuya evolución prácticos que se presentan en la cocai-
to hospitalario o el paso directo a un tra- natural sin tratamiento podría compro- nomanía, así como de persuadir a los
tamiento residencial meter los resultados. A continuación se pacientes de la necesidad de aplicar las
exponen con algún detalle las psicote- técnicas aprendidas son procedimien-
4. PSICOTERAPIAS rapias que han mostrado mayor utilidad tos con los que el clínico influye sobre
La inexistencia hasta la fecha de un en el tratamiento de la cocainomanía: los pacientes y les ayuda a ponerse en
tratamiento biológico eficaz para la co- el camino de la recuperación a través
cainomanía ha contribuido a la pro f u- CONSEJO INDIVIDUAL del consejo individual.
sión de abordajes psicoterapéuticos Y GRUPAL Dada su importancia, los siguientes
para el tratamiento de esta condición, El consejo individual y grupal se di- PUNTOS CLAVE DEL CONSEJO CLÍNICO EN CO-
algunos de los cuales han sido objeto rige directa y principalmente a reducir o CAINOMANÍA deben tenerse en cuenta en
de investigación científica (Higgins y parar el consumo de drogas pero, en la todas las entrevistas:
cols., 1993; Carroll y cols., 1994; y práctica, aborda también el deterioro - Control de la negación y la ambiva-
1995; Cris-Christoph y Siquelan, 1996; social y ocupacional asociados, así lencia ante el tratamiento. La ambivalen-
Barber y cols., 1997; Crits-Christoph y como la estructura y el contenido del cia y la negación pueden derivarse, re s-
cols., 1998, y 1999; Barber y cols., p rograma individual de recuperación pectivamente, de los efectos reforzantes
2001; Woody, 2003). A diferencia de las del paciente. Aunque pone el énfasis en de la cocaína y de su acción sobre el ló-
adicciones a alcohol y a opiáceos la objetivos conductuales a corto plazo, bulo frontal y los sistemas de memoria.
psicoterapia sola parece eficaz en al trata de enseñar estrategias y procedi- Las entrevistas motivacionales han de
considerar la alteración específica de las
Las recaídas obligan siempre a revisar el plan de trata- funciones ejecutivas y de la motivación,
habituales en estos pacientes.
miento y a considerar las modificaciones o intervencio-
- Auto-registros. Un registro utilizado
nes adicionales pertinentes, incluidos una atención y un por el autor de este manual se basa en la
p ropuesta neurobiológica de White
control más intensivos.
(1996) acerca de los sistemas de me-
menos algunas subpoblaciones clíni- mientos de afrontamiento para mante- moria implicados en la cocainomanía e
cas (Crits-Christoph 1997, 1998, nerse abstinente (McLellan y cols., incluye los datos clínicos que siguen:
1999), con un efecto clínico que va de 1993). En un ensayo clínico multicéntri- 1. Información sobre la cocainoma-
leve a moderado, según los distintos co bien diseñado y controlado (Crits- nía, el papel de los allegados y los re-
estudios (Wo o d y, 2003). La terapia Christoph y cols., 1999; 2001) se com- fuerzos alternativos (memoria declara-
cognitivo-conductual (Carroll, 1998), el p a r a ron 4 grupos de pacientes a los tiva o hipocampal «consciente»).
entrenamiento en el manejo de contin- que se aplicó respectivamente consejo 2. Información sobre los estímulos
gencias (Higgins y cols., 1991; Milby y en drogas grupal, consejo en dro g a s condicionados y el manejo de la expe-
cols., 2000; Jones y cols., 2001), la en- grupal + consejo en drogas individual, riencia del «craving» (memoria amigda-
t revista motivacional (Stotts y col., consejo en drogas grupal + terapia de lar «inconsciente»).
2001; Roh-senow y cols., 2004), el e x p resión y soporte, y consejo en dro- 3. Información sobre los hábitos y
contrato de contingencias e incentivos gas grupal + terapia cognitivo-conduc- las «decisiones aparentemente irre l e-
(Higgins y cols., 1994), los tratamientos tual; los pacientes que recibieron con- vantes» con las que se inician las con-
cognitivo-conductuales (Bell y cols, sejo en drogas individual y grupal con- ductas que derivan en consumos (me-
1998; Carroll, 1998; 2001) y el consejo juntamente, evolucionaron mejor que moria estriatal «inconsciente»).
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La información relativa a la cocaino- El consejo terapéutico en cocaino- evitar o manejar situaciones de alto
manía recopilada por el paciente puede manía puede ofrecerse como tratamien- riesgo. En el caso de estímulos condi-
solicitarse mediante el relato de las situa- to básico, acompañado o no de otros, o cionados inevitables los pacientes pue-
ciones o circunstancias en las que apa- en el contexto de programas multimo- den aprender un repertorio de habilida-
recen los recuerdos y/o el deseo del con- dales. Casi todos los clínicos coinciden des cognitivas mediante las cuales
sumir cocaína, o el propio consumo. La en el interés y la utilidad de los grupos de pueden interrumpir la sucesión de
medición mediante escalas analógicas autoayuda del tipo de Cocainómanos acontecimientos encadenados que
de la intensidad y duración del deseo y Anónimos, aunque en nuestro medio preceden a la recaída.
las conductas consiguientes a la apari- están poco desarrollados. Una revisión buena de la aplicación
ción de los mismos (ver más adelante) de los conceptos y principios conduc-
permite cuantificar la evolución de los EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA tuales al tratamiento de la adicción a
síntomas. El mero re g i s t ro diario de A ESTÍMULOS Y cocaína puede encontrarse en Higgins
todas estas experiencias por parte del ENTRENAMIENTO EN y cols. (1994). Las ventajas de este mo-
paciente tiene, probablemente, una im- HABILIDADES DE delo son la claridad conceptual, el em-
portante actividad rehabilitadora de las
AFRONTAMIENTO pirismo y la operatividad de sus proce-
funciones frontales alteradas en la cocai- Las respuestas condicionadas pro- dimientos, la compatibilidad con los fár-
nomanía. La confrontación de las creen- ducidas por la administración repetida macos, la eficacia demostrada y la apli-
cias y de las expectativas del paciente de cocaína en presencia de estímulos cabilidad clínica tras un entre n a m i e n t o
a c e rca de su control sobre la cocaína específicos han sido estudiadas en ani- profesional que no es difícil.
con el registro diario es un procedimien- males y humanos (O'Brien y cols.,
to de introspección barato, seguro y fia- 1993; Robbins y cols., 1997, 1999). Di- PREVENCIÓN DE RECAÍDAS
ble, y cuando se corrige y se enseña a versos estudios con neuroimagen han (PR) Y TERAPIA COGNITIVO-
hacer debidamente, personaliza el trata- mostrado la aparición de «craving» tras CONDUCTUAL (TCC)
miento sin perder información relevante. la activación por distintos métodos La prevención de recaídas y los tra-
En opinión de este autor, ese aspecto es (p.ej., ver videos de consumidores) de tamientos cognitivo-conductuales
crucial. La identificación de los estímulos regiones límbicas implicadas en la me- comparten muchos supuestos aunque
que evocan el «craving» de cocaína y de moria, el aprendizaje y actividades pla- han tenido un desarrollo y una aplica-
los hábitos que conducen al consumo centeras como el sexo (Childress y ción diferente en el campo de la cocai-
proporciona al paciente un procedimien- cols., 1997; Caravan y cols., 2000). Los nomanía. En la Tabla 1 se resumen las
to para explorar y controlar los mecanis- pacientes re f i e ren con frecuencia la aportaciones y las características dife-
mos de «memoria inconsciente» a través aparición de un «craving» intenso en renciales de estos dos abordajes tera-
de los cuales tiene lugar la recaída. presencia de objetos, personas o situa- péuticos.
- Control del riesgo que representan
los impulsos límbicos mal controlados
La prevención de recaídas y los tratamientos cognitivo-
por la corteza frontal del cocainómano.
La insuficiencia del control frontal obli- conductuales comparten muchos supuestos aunque
ga a establecer controles externos pro- han tenido un desarrollo y una aplicación diferente en el
longados que garanticen la inaccesibi-
lidad del paciente a la cocaína hasta
campo de la cocainomanía.
que re c u p e re esta función. Los fenó-
menos de tolerancia y de sensibiliza- ciones que asocian al consumo y como Prevención de Recaídas
ción son también motivo de descontrol esta experiencia les conduce a consu- La Prevención de Recaídas (PR) de
en la conducta que justifica la necesi- mir. La posibilidad de extinguir estos tipo cognitivo-conductual (Marlat y Cor-
dad del control externo. estímulos condicionados mediante una don 1985) es una psicoterapia a corto
- O t ros: C o n t rol del uso de las es- exposición sistemática se ha compro- plazo dirigida a ayudar a los pacientes
trategias de afrontamiento del «cra- bado experimentalmente (Ehrman y a mantener la abstinencia mediante
ving». Control de la participación y acti- cols., 1992; Monti y cols., 1997; Ros- técnicas derivadas de la teoría del
tud de los allegados. Desarrollo de re- henow y cols., 2000) y; desde el punto aprendizaje. La teoría básica que sus-
fuerzos alternativos al consumo de co- de vista práctico, apoya el aprendizaje tenta esta práctica es la de que el pro-
caína. Controles urinarios. de habilidades de afrontamiento para ceso de aprendizaje juega un papel im-
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- Control de los procesos cognitivos sumo, el «craving» y las situaciones de Tema 1. Afrontar el «craving»
relacionados con el consumo. riesgo, para escuchar y evaluar las pre- - Comprender la experiencia del
- Identificación y análisis de situa- ocupaciones y revisar la práctica referi- «craving» como una experiencia normal.
ciones de riesgo pasadas o futuras. da a la semana previa. Subrayar su duración limitada («como
- Aplicación de habilidades aprendi- - Los 20 minutos siguientes para in- una ola») y su extinción si no culmina en
das dentro y fuera de la sesión. troducir y comentar la nueva sesión, re- consumo, mediante ejemplos adecua-
El análisis funcional inicial incluye los lacionada con las preocupaciones del dos (p.ej., experiencias de condiciona-
siguientes epígrafes: paciente y comprobar que se ha enten- miento de Pavlov con animales).
- Déficit y obstáculos para el trata- dido (más tiempo del terapeuta). - Describir el «craving». ¿Qué es
miento. - Los 20 minutos finales para explo- para el paciente?, ¿cómo afecta a su
- Habilidades y recursos. rar la comprensión y reacciones del pa- conducta?, ¿cuánto tiempo dura?,
- Determinantes del uso de cocaína. ciente y asignar un ejercicio práctico ¿cómo lo afronta?
Las áreas relevantes de aplicación para la semana siguiente, revisar los - Identificar los desencadenantes en
de la TCC son: social, ambiental, emo- planes y anticipar riesgos posibles (más las últimas semanas (ejercicio práctico).
cional, cognitiva y física. Las técnicas tiempo del paciente).
que utiliza se resumen en la Tabla 2. El Los 8 temas en torno a los cuales se
entrenamiento en habilidades utiliza los organizan las sesiones en este progra-
principios del condicionamiento clási- ma son los siguientes:
co, operante y modelado adaptado a Inicio:
las necesidades de cada paciente me- - Historia Clínica: consumo; motiva-
diante una práctica repetida que se ex- ción para tratarse otros pro b l e m a s .
pone más abajo. Crear una relación terapéutica.
La utilización de auto-registros per- - Incrementar la motivación para el
mite también anticipar los obstáculos, tratamiento (afirmaciones automotiva-
ordenar el material de manera clínica- cionales, escucha empática; afro n t a r
mente abordable, analizar las resisten- las resistencias; señalar las incon-
cias y explicar y negociar los aspectos gruencias; apoyar la libertad de elec-
concretos de la intervención cognitivo- ción; revis ar consecu encias de la
conductual fomentando el auto contro l . inacción).
Un modelo habitual de registro cogniti- - Presentar el modelo de tratamien-
vo conductual del «craving» en la clíni- to de la TCC (consumo de cocaína
ca es el que sigue: como conducta aprendida; condicio-
a) El ansia de consumo (c r a v i n g) namiento de las emociones, pensa-
cuantificado de 0 a 100. mientos y conducta por la cocaína; es-
b) La duración del ansia de consu- tudio del proceso como facilitador del
mir (en segundos o minutos). cambio; sustitución de patrones de
c) El estímulo interno o externo aso- conducta por otros que fomentan la
ciado al craving, para detectar los hábi- abstinencia; necesidad de la práctica).
tos que habrán de modificarse y los es- - Introducir el procedimiento del
tímulos condicionados a los que habrá análisis funcional. Se pide al paciente
que desensibilizar al paciente. una matriz con desencadenantes, pen-
A continuación se resume el P RO - samientos y sensaciones, conducta,
GRAMA COGNITIVO-CONDUCTUAL DE CARROLL consecuencias positivas y consecuen-
( 1 9 9 8 ) (hay una edición española de cias negativas de, al menos, 3 episo- - Identificar y evitar los estímulos de-
2001) que está organizado en torno a 8 dios de consumo. sencadenantes.
temas aplicables en sesiones con un - Plantear y negociar los objetivos - Afrontar el «craving» con técnicas
formato de duración 20/20/20 minutos del tratamiento y el contrato tera- de control de sensaciones urgentes:
que se distinguen del modo siguiente: péutico. distracción con actividad física u otra,
- Los 20 minutos iniciales para iden- - Justificar teóricamente otros as- conversación con allegados «ad hoc»,
tificar y analizar funcionalmente el con- pectos del tratamiento. aceptación y espera hasta que desa-
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parezca, vivido de una forma difere n t e del paciente a la vez que la apuesta por ñales no verbales; la anticipación de
(como prestar atención, identificar el la abstinencia del terapeuta. Otros pro- consecuencias negativas.
lugar en el que aparecen, re c o rdar por blemas que limiten la abstinencia tienen Tema 4. Identificación y control
escrito las consecuencias negativas, que incluirse en esta discusión y sus de las «decisiones aparentemente
recordar autoinstrucciones para identi- soluciones han de ser priorizadas. irrelevantes»
ficar pensamientos automáticos y neu- - Afrontar la ambivalencia en el con- - Comprender la importancia de las
tralizados; p.ej., «enlentecer» el curso texto de la alianza de trabajo. Puede decisiones aparentemente irrelevantes y
del pensamiento, «desafiar» el pensa- a f rontarse con un re g i s t ro escrito en su relación con las situaciones de alto
miento, «normalizar» la experiencia de tarjetas de los beneficios y perjuicios riesgo. En pacientes con problemas cog-
«craving»). Ejercicios prácticos median- del consumo que suele terminar con nitivos (p.ej., pacientes con TDAH) puede
te auto-re g i s t ros en forma de matriz una valoración de la necesidad de abs- hacer falta un esfuerzo especial. Enseñar
con fecha y hora, situación, pensa- tinencia (ejercicio práctico). con una historia real cómo las decisiones
mientos, intensidad (de O a 100), dura- - Identificar los pensamientos de son más seguras y fáciles de mantener al
ción y tipo de afrontamiento. carácter distorsionado con los que se principio de la cadena de decisión.
justifica el consumo (p.ej., «no puedo - Identificar ejemplos personales de
divertirme sin cocaína», «me mere z c o decisiones aparentemente irrelevantes
esta recompensa», «no puedo afrontar (ejercicio práctico de auto-registro).
mi estado de ánimo de otro modo», - Practicar la toma de decisiones
etc.). Evitación y afrontamiento me- seguras (ejercicio práctico).
diante estrategias eficaces (pensar en Tema 5. Plan de afrontamiento
el «bajón» negativo que sigue al consu- general
mo, desafiar los pensamientos auto- - Anticipar situaciones futuras de
máticos, revisar las consecuencias ne- alto riesgo. Crisis, acontecimientos vi-
gativas, distraerse, hablar) (ejerc i c i o tales positivos y negativos que pueden
práctico). ocasionar recaídas (ejercicio práctico).
Tema 3. Entrenamiento en aser- - Desarrollar un plan de afro n t a-
tividad y en habilidades para re- miento personal genérico (teléfonos de
chazar el consumo urgencia, re c u e rdo de consecuencias
- Evaluar la disponibilidad de co- negativas del consumo, lista de acon-
caína y los pasos para reducirla de tecimientos positivos, pro c e d i m i e n t o s
una manera segura y eficaz (ejerc i c i o de distracción, lista de lugares seguro s )
práctico). (ejercicio práctico).
- Analizar las estrategias para inte- Tema 6. Solución de problemas
rrumpir los contactos con las personas - Introducir los pasos básicos de las
que suministran cocaína. Presentar las técnicas de solución de pro b l e m a s
ventajas de un rechazo claro y asertivo. como alternativa al consumo de coca-
A f rontar problemas especiales (p. ej., si ína. Identificar el problema y especificar.
la pareja es consumidora) (ejerc i c i o Considerar varios enfoques altern a t i-
práctico). vos (tormenta de ideas), seleccionar la
- Aprendizaje y práctica de habilida- solución aparentemente mejor y some-
des de rechazo de cocaína. Entre n a- terla a una evaluación crítica (ejerc i c i o
miento en respuesta rápida, con buen práctico).
contacto ocular, en un «no» claro, firme - Practicar habilidades de solución
Tema 2. Aumentar la motivación y sin excusas. Cambios de tema: peti- de problemas dentro de la sesión.
y el compromiso para dejar de con- ción de que no le vuelvan a ofrecer en el Tema 7. Manejo del caso
sumir f u t u r o ( e je rci ci o p rá c ti c o d e «ro l - Revisar y aplicar las habilidades de
- Aclarar y jerarquizar los objetivos. playing»). solución de problemas psicosociales
Muchos pacientes no contemplan la - Revisar la diferencia entre re s- que suponen una barrera para el trata-
abstinencia completa desde el princi- puesta pasiva, agresiva y asertiva; el miento (distinguir entre los que deben
pio. Comunicar la libertad de elección c o n t rol del lenguaje corporal y las se- suceder a la abstinencia y los que deben
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antecederla porque impiden el comien- de la toma de la medicación en su caso acerca del proceso terapéutico (ejerc i-
zo del tratamiento). Requiere el conoci- (práctica con contrato). cio práctico con cuestionario).
miento de recursos comunitarios. La sesión de finalización: - Proporciona retroinformación a los
- Desarrollar un plan de apoyo con- - Revisa el plan de tratamiento y sus terapeutas acerca de los ingre d i e n t e s
c reto para enfocar los problemas psi- objetivos. del tratamiento que los pacientes han
cosociales. Identificar el problema, de- - Proporciona re t roinformación a los valorado como más y menos útiles
finir el objetivo. Identificar los recursos, pacientes por parte de los terapeutas (ejercicio práctico con cuestionario).
especificar un plan y controlar cómo
progresa.
- Controlar y apoyar los esfuerzos
de los pacientes para llevar adelante el
plan (ejercicio práctico).
Tema 8. Reducir el riesgo de in-
fección por VIH
- Evaluar el riesgo de contraer infec-
ción por VIH y motivar para limitar el
riesgo. Pueden utilizarse inventarios es-
pecíficos de evaluación del riesgo.
- Establecer los cambios conduc-
tuales necesarios. Apoyar. Reformular.
- Manejar la resistencia, analizar las
consecuencias de actuar y no actuar,
comunicar la necesidad de una elec-
ción libre y auto-motivar.
- Identificar los obstáculos para el es-
tablecimiento de conductas para la dis-
minución del riesgo (ejercicio práctico).
- Directrices específicas para la re-
ducción del riesgo (información sobre
conductas de riesgo, limpieza de admi-
nículos para el consumo IV, uso de pre-
servativos, control serológico).
Las sesiones con familiares y allega-
dos al paciente tienen como objetivos:
- Brindar a los allegados la oportu-
nidad de conocer el tratamiento. Las
sesiones se han de planificar cuidado-
samente para evitar que se desvirtúe
su intención (¿quién va a acudir? ,
¿para qué?, ¿cómo puede colaborar
en el tratamiento?).
- Analizar los procedimientos a tra-
vés de los cuales pueden intervenir los
f a m i l i a res y allegados: acompañar al
tratamiento, contribuir a la reducción de
estímulos condicionados, participar en Muchos cocainómanos tienen una larga historia de pro b l e-
actividades placenteras libres de dro- mas interpersonales y de fracasos en sus intentos por im-
gas, apoyar al paciente en situaciones
de «craving», ayudar a afrontar otros plicarse en relaciones íntimas de adultos, incluso en re l a-
problemas y contribuir al cumplimiento ciones de amistad.
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O t ro programa terapéutico (Higgins cen al consumo) y entrenamiento en la población atendida y del régimen
y cols., 1991) de orientación cognitivo habilidades para afrontar situaciones asistencial.
conductual de la cocainomanía se de- de riesgo. Varios estudios recientes han mos-
sarrolla en 6 meses e incluye una mez- - Técnicas de prevención de re c a í- trado que el refuerzo comunitario con in-
cla de procedimientos de manejo de das (métodos específicos de evitación, centivos contingentes con la abstinencia
contingencias integrado en un aborda- alternativas al consumo, extinción de es más eficaz que sin ellos (Higgins y
je de refuerzo comunitario; está basado respuestas condicionadas). cols., 2003; Roozen y cols., 2004) pero
en los puntos que siguen: - Alianza terapéutica con re f u e r z o también se plantean dudas acerca de
- Detección de metabolitos de dro- positivo para mantener a los pacientes los límites de los incentivos económicos
gas 3 veces por semana. en tratamiento y motivados. (Petry y cols., 2004), la posible duración
- Refuerzo de la abstinencia me- - Estadías de orientación de la re c u- limitada de los efectos (sólo durante el
diante procedimientos de manejo de peración desde la abstinencia. tratamiento) y su variabilidad cultural. La
contingencias con vales económicos aplicación de estas técnicas en los me-
por la abstinencia. OTRAS TERAPIAS dios asistenciales públicos españoles
El consumo de drogas implica la CONDUCTUALES: BONOS Y parece menos viable.
pérdida de la contingencia. REFUERZOS
- Incremento de la densidad del re- COMUNITARIOS TERAPIA DE SOPORTE Y
fuerzo para actividades libres de drogas Derivada de la teoría del refuerzo al- EXPRESIÓN (TSE)
mediante: t e rnativo el abordaje terapéutico basado La terapia de soporte y expresión
. Cónyuge o pareja y allegados. en bonos es una terapia conductual que (TSE) es una terapia limitada en el tiem-
. Instrucciones en el reconocimien- también ha mostrado su eficacia en el po con 2 componentes principales:
to de los antecedentes y consecuen- tratamiento de los trastornos por consu- - Técnicas de soporte para pro p i-
cias del consumo de cocaína. mo de cocaína. Se extiende durante 24 ciar que el paciente exponga y discuta
. Asesoramiento laboral. semanas de tratamiento y tiene 2 objeti- sus experiencias con las drogas.
. Asesoramiento en nuevas activi- vos terapéuticos específicos: - Técnicas expresivas para ayudar
dades recreativas o recuperación de las 1. Abstinencia de cocaína durante al paciente a identificar y trabajar sus di-
perdidas. un periodo suficientemente largo como ficultades interpersonales.
Varios estudios abiertos y un ECC para permitir que los pacientes apre n- La TES tiene como aspectos básicos
avalan la eficacia de este procedimien- dan las habilidades que les permitan las sesiones psicoeducativas, el manejo
to durante el periodo de aplicación mantener la abstinencia. de la asertividad y la autoestima, la reno-
(Higgins y cols., 1993 y 1994). Este tra- 2. Reducción del consumo de al- vación de las actividades de ocio, el de-
tamiento puede asociarse a disulfiram y cohol en los que consumen cocaína y sarrollo o reanudación de contactos so-
también ha mostrado experimental- alcohol. ciales y, en general, los cambios que pro-
mente su utilidad en adicciones mixtas Se aplica en 1 ó 2 s esiones de mueven un estilo de vida sin cocaína.
a cocaína-cánnabis. consejo individual por semana que Presta una atención especial a la identifi-
Otras técnicas relacionadas con la están dirigidas a mejorar las re l a c i o- cación del papel de las drogas en re l a-
TCC que también se han ensayado en la nes familiares, aprender estrategias ción con los sentimientos y conductas
cocainomanía (Grawobski y cols.,1993) para minimizar el abuso de drogas, re- problemáticas y cómo solucionarlos sin
son la terapia cognitiva de Beck, otras cibir consejo vocacional y desarrollar drogas (Crits-Christophs y cols., 1999).
técnicas de prevención de recaídas y las nuevos contactos sociales y activida- Se ha comprobado experimentalmente
técnicas motivacionales. El modelo neu- des re c reativas sobrias. Los que abu- que la TSE es eficaz en pacientes adictos
roconductual de Rawson y cols. (1990) san de alcohol reciben también disul- a heroína que abusaban de cocaína en
proponía un abordaje muy estructurado firam y se realizan controles urinarios programas de mantenimiento con meta-
en 5 sesiones semanales individuales y contra los cuales reciben bonos con dona, añadida al consejo en drogas (Wo-
en grupo, durante 6 meses, basado en algún valor económico, que han fun- odyy cols., 1995).
los principios que siguen: cionado en EE.UU. (Higgins y cols.,
- Tratamiento cognitivo-conductual 1994; Bickel y cols., 1995; Silverman TERAPIA INTERPERSONAL
con reestructuración cognitiva (identifi- y cols., 1996). La utilidad de estas téc- (TIP)
cación y modificación de patrones de nicas en nuestro medio dependería, Derivada de la teoría psicoanalítica,
pensamiento desadaptativos que indu- en todo caso, de las características de la psicoterapia interpersonal está sus-
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un régimen altruista de apoyo e igualdad. El desarrollo del trabajo de grupo in- nía que tiene un curso intermitente y
Los grupos abiertos de Terapia de los 12 cluye las tareas de introducción al traba- prolongado.
pasos consideran que la cocainomanía jo de grupo, la estabilización de los nue- - Cerrados o abiertos.
no tiene cura y buscan el autocontrol me- vos miembros, el control de sus crisis, el Los grupos abiertos suelen conside-
diante la asistencia a reuniones como es- fomento de la cohesión grupal, el traba- rarse más educativos y enriquecedores,
trategia de afrontamiento única. Aunque jo de grupo y el de la transición fuera del pero hay que controlar estrictamente el
no está suficientemente evaluada desde grupo. Todos los grupos, por otro lado, ritmo de entrada de pacientes y la confi-
el punto de vista científico, en el estado han de afrontar la tendencia a la nega- guración del grupo con cada incorpora-
actual de recursos y conocimientos, es ción y al engaño, utilizar debidamente la ción. El posible abandono del tratamien-
una estrategia que ha de considerarse in- coacción, evitar la designación de chi- to de alguno de los miembros es otra
cluso en ámbitos médicos (Wo o d y, vos expiatorios y, a la vez, afrontar el ries- razón que apoya la utilidad de los grupos
2003). En este tipo de grupos, los instru- go de la permisividad en las conductas abiertos, para dar continuidad al trabajo
mentos terapéuticos fundamentales son de sus miembros que podría ocasionar grupal y optimizar los recursos.
la vigilancia y la presión grupal a través de recaídas en los demás. - Configuración.
los cuales se estimula en los participantes Los aspectos básicos del control En función de sus componentes un
la construcción de defensas reactivas clínico en los grupos de cocainó- grupo puede ser homogéneo (sólo co-
para afrontar los deseos e impulsos de manos son los siguientes: cainómanos) o heterogéneo (otras
consumir cocaína. Los factores curativos - Liderazgo. adicciones). La edad, género y subgru-
de estos abordajes no están del todo Terapeutas y adictos recuperados pos culturales son también variables
identificados. Es posible que estos gru- pueden ejercer el papel de líderes. Los por las que pueden configurarse gru-
pos sean inadecuados para algunos pa- adictos recuperados pueden ofrecer a pos específicos. Los grupos de adoles-
cientes (p. ej., con psicopatología impor- los pacientes más proximidad, credibi- centes difícilmente admiten adultos y
tante asociada), pero no existe suficiente lidad y oportunidades de modelado de tienen aspectos dinámicos específicos
investigación al respecto. conducta. Los terapeutas pro f e s i o n a- como son el compañerismo, la acepta-
- Los grupos de psicoterapia a p l i- les suelen tener conocimientos teóricos ción por el grupo, los intereses y las
cados al tratamiento de la cocainoma- más extensos y estar mejor preparados p reocupaciones de la adolescencia
nía son de diversos tipos y formatos. para afrontar problemas no habituales compartida, la necesidad del control de
Por las características de los pacientes y para ofrecer modelos de autoridad. los límites, la construcción de la identi-
es necesaria la selección adecuada de En ocasiones el coliderazgo entre un dad del yo del adolescente, la cre a t i v i-
los miembros del grupo y la organiza- terapeuta profesional y un ex-cocainó- dad y la expresión emocional.
ción de un liderazgo activo en el mismo mano es una combinación ventajosa. - Control de miembros proble-
(Spitz y Rosecan, 1990). - Normas. máticos.
Los fines de los grupos de psicote- La abstinencia total de todos los Los pacientes que por sus caracte-
rapia son: participantes es una norma indiscuti- rísticas dan lugar a rechazo, quejas por
a) Individuales. ble. Otras normas varían según los conductas inadecuadas, monopolio de
1. Desintoxicación. grupos, pero en casi todos se incluye la conversación, agresividad o pasivi-
2. Estabilización emocional. la prohibición de contactos fuera del dad inadecuadas, han de ser objeto de
3. Autoobservación. grupo, la confidencialidad y la pro h i b i- control terapéutico. Los pacientes con
4. Fomento de la introspección y del ción de hábitos que impliquen riesgo ciertos trastornos psiquiátricos graves
cambio cognitivo. de recaídas. La asistencia a todas las o que se intoxican con frecuencia y
5. Enfoque de cuestiones vitales sesiones, la determinación de tóxicos hacen con ello peligrar el trabajo del
como el trabajo o la sexualidad. en orina, la conducta a seguir ante una grupo han de ser separados y se les
6. Solución de problemas. recaída y otras normas pueden variar debe ofrecer otras alternativas.
b) Grupales. según la composición y las caracterís- - Tratamientos coincidentes:
1. Educación sobre la cocainomanía. ticas del grupo. Los tratamientos psicoterapéuticos
2. Apoyo a otros miembros. - Duración. individuales, la medicación, la terapia
3. Confrontación como cuidado. Los grupos de larga duración sue- familiar o la participación en otros gru-
4. Fomento de la expresión emo- len tener mejores resultados porq u e pos coincidentes, deben formar parte
cional. o f recen un control más pro l o n g a d o de una estrategia terapéutica integra-
5. Compartir los fines. s o b re conductas como la cocainoma- da y dirigida en su conjunto.
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