Sie sind auf Seite 1von 5

RESEÑA:

El amor de la maternidad no se compara en su intensidad para la autora, con


ninguna otra sensación poética, valora los momentos que pasa junto a sus hijas
y procura estar en los momentos más significativos para ellas, pues dos ya están
casadas, pero, aun así, recuerda la realidad del tiempo en el que crecieron juntas
y sus circunstancias.

Una sensación brusca e indescriptible se apoderó de ella el día que su


hija Irene se encuentra en el hospital al ser herida en un secuestro de su esposo.
Ester, intenta comunicar a dos de sus hijas el incidente sin dejar de sentirse mal
por lo sucedido y entonces empieza a cuestionar la fortuna y felicidad que antes
percibía.

Después de reconocer enfrentarse a la muerte de su hija, se desmorona


todo a su alredor con respecto a su hija de una manera tan contundente que el
extremo de la dicha hace aparición e inunda de vacío su corazón.

El dolor se convierte en una nueva etapa en su vida, de la que siente algo


que ha sido arrancado y le provoca ahogamiento por el recuerdo de compasión
hacía Irene, pues representaba una luz que le daba sentido a su existencia. Es
por eso que incluso llega a sentirse culpable de no haber estado cerca en su
agonía o para evitar su pérdida.

El funeral fue un escenario en el que cayó más su agonía, al enterarse


sobre el asesinato de Fuoad, justo ahí se cuestiona la existencia misma de dios
frente a toda la crueldad de la cual un ser humano es capaz de hacer. Se siente
muerta porque sabe que no hay nada más en el mundo que pueda traer a su hija
de regreso y desea poder estar con sus hijas en ese momento de consuelo, sin
embargo, valora la compañía de los presentes en su entendimiento de
perplejidad.

Reconoce las virtudes de Irene hasta en los acontecimientos que le dieron


la muerte, como una mujer valiente, coherente y diferente desde cada persona
que compartió algo con ella, por eso no quiso su féretro abierto ese día de su
funeral. En vez de eso, provoca solidaridad entre los que acompañan el velatorio.

Arantza Monserrat García Durán Composición de textos


Después de su experiencia, la autora hace una contextualización sobre la
tensión de seguridad que se vivía en Xalapa en relación con balaceras,
secuestros e histeria colectiva para la cual todos los organismos policiacos no
han sido suficientes. Suceden crímenes en lugares concurrentes, a horas del día
activas, los afectados son todos.

Pensamientos recurrentes sobre el “hubiera” la invaden, pero para la


muerte, todo ya es imposible, se pierde la fe, la justicia o injusticia es consumada,
la valentía es lo único presente y pasado. Vive en una realidad onírica en la que
su hija aún está presente, para ella una resignación hubiera sido diferente de
encontrarse juntas al enfrentar el último suspiro con rumbo a lo desconocido,
pues no existe religión que la ayude a atravesar el trance.

El personaje es consiente por un lado de su posición social, sin embargo,


mostraba desconfianza del gobierno hacia una resolución de la tragedia (a causa
del alcance periodístico que obtuvo) y se sintió una más en común con todas las
familias de las victimas del crimen organizado o desapariciones. En ese mismo
sentido, la solidaridad es una gran acompañante en este camino de exigir justicia
y se representa a través de la colectividad indignada de una ciudad que se
desangra a través de varias fisuras, como muchas más en el mundo mientras el
estado sólo habla de “paz”.

Continuando con la obra en torno a su hija, la escritora comenta sobre el


efecto colateral del incidente (no haber cumplido con el deseo de tener nietos de
Irene) como parte de las sensaciones que se suman en el vacío de la real
fragilidad de las mujeres en un país inhóspito para la dignidad, sin embargo, la
fortaleza termina donde todo sentido de la vida comienza, en la familia y la
amistad.

La politización de los asesinatos es inevitable, en el contexto exterior la


sociedad reacciona, lanza alaridos que se visibilizan en la ciudad, “al pueblo pan
y circo” pero no por mucho tiempo.

Cansada de lo conocido, Ester recurre al budismo como alternativa para


encontrar un sentido de pertenencia a las dudas de la muerte, el alma y manera
de enfrentar lo que sigue después, para luchar a favor de un último impulso que

Arantza Monserrat García Durán Composición de textos


sea escuchado por el espíritu de su hija y yerno en un ritual al lado de sus amigos
más conocidos.

Día con día desde la muerte de Irene, se van oscureciendo cada vez más
las heridas y el acto de vivir sólo por vivir, mientras, otras cosas pasan, el mundo
sigue en movimiento, ni la religión es un refugio cuando esta sirve al mal, sólo
los rituales representan un consuelo para poder llorar lo que en sus sueños no
alcanza.

Es importante mencionar sobre la conciencia que hace Ester, respecto al


cáncer de violencia, crimen organizado, feminicidios, inseguridad y tierra sin ley
que se refleja en el país en las cuales, la moral o la ética parecen hacer actos de
ausencia extendidos por Latinoamérica, pero también por todo el mundo y como
el agua que se escurre entre las manos, el gobierno es cada vez más impotente
mientras que la sociedad experimenta cada vez más la incertidumbre.

. Los rituales cristianos son realizados con normalidad desde la partida


de Irene hasta los 9 días, pero el tiempo es cada vez más relativo, y estos
elementos se integran en el simbolismo de la ausencia inclusive al destacar que
el cuerpo ha sido reducido a cenizas en una alegoría de que no hay nada más
por ser devorado, pues el fuego ha consumido todo hasta el final.

Posterior a esto, Ester escucha sinfonías de réquiem para continuar con


los rituales de la fallecida al momento de expresar analogías en prosa sobre los
asesinatos, el crimen organizado y el impacto en las familias que sufren estos
acontecimientos. Ella necesita terapia. Realiza sesiones de meditación con sus
amigas para encontrar una guía, otra forma de vida espiritual. El consuelo se
puede encontrar de muchas maneras, una de ellas es a través de las fotografías
que inmortalizan memorias.

Las contextualizaciones con las acciones del gobierno respecto a la


violencia en el país continúan en los relatos posteriores, esto con la intención
supongo, de marcar un acento al daño que le han provocado las realidades de
nuestra sociedad, a modo de dolor, mismo que se expresa con los fragmentos
de poemas usados como epígrafe.

Arantza Monserrat García Durán Composición de textos


Lo que expresa Ester es un punto de catarsis para lo que, en la etapa de
duelo, implementa medios de los que ella misma no está segura si funcionan o
no, inclusive es apoyada por sus amistades en rituales espirituales, en su
búsqueda de una nueva realidad donde su hija no existe más y por medio de
recuerdos, sus seres queridos la continúan idealizando por medio de recuerdos
gratos.

La llegada de una amiga de España le plantea una nueva alternativa para


darse un descanso lejos de todo el caos y desesperanza, sin embargo, ella
continua firme ante su proceso de duelo y sólo pide la compañía de sus seres
queridos, de sus hijas principalmente. Los días pasan iguales, las rutinas de luto
también, la pérdida sigue encontrándose en un punto de suspenso entre la
aceptación y la negación de la realidad mientras que el crimen va quedando poco
a poco en el “olvido” del gobierno.

Para su cumpleaños, algunas de sus amistades se comunican con Ester


pero ella no piensa más que en los momentos en los cuales recibió la noticia
sobre el incidente de Irene y así mismo, revisa noticias para hacerse un poco de
que así es la vida en México, todos los días asesinan personas y todos los días
alguien lamenta una pérdida, siempre hay víctimas, victimarios, pero muy rara
vez justicia.

Día con día, la pesadez de la muerte de Irene va haciéndose más espesa


pero más dispersa, se difumina. Ahora intenta encontrar la manera de vivir con
el dolor hacerlo su aliado, sin embargo, su percepción sobre la política y la
religión han cambiado drásticamente, así como tampoco ya no hay ningún buen
deseo para nadie que no lo merezca pues el resentimiento hizo su nido en el
alma. Cada vez que llora, hay un desahogo, pero no la paz, hay una resolución
que es el principio del final.

Se muda a España para buscar tranquilidad y encontrar fuerzas por las


hijas que le quedan, aunque sigue conservando esa preocupación por saber lo
que sucede en el país, quizás por sus seres queridos; se pregunta si los asesinos
también piensan en sus familias o en alguien amado pues sólo el amor puede
proteger la vida en lugar de arrebatarla.

Arantza Monserrat García Durán Composición de textos


Finalmente, mi consideración sobre el libro es en relación con la realidad
que se vive en nuestro país y cuyas situaciones son tan anteriores que nos es
difícil distinguir cuando comenzó a existir inseguridad e incertidumbre de vivir
plenamente. Hay diversos elementos que configuran un crimen, todos tienen un
ángulo desgarrador, pero supongo que los que llegan a arrebatarle la vida a
alguien más no piensan en el daño irreversible que le hacen a la familia para la
que el tiempo sigue transcurriendo y los recuerdos quedan tan lastimados como
cuando una hoja es encendida por el fuego.

Arantza Monserrat García Durán Composición de textos

Das könnte Ihnen auch gefallen