Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
DINA NARDONE IRIGOYEN HORACIO POGGIO MIGUEL DOMINGUEZ JUAN CARLOS FULINI
24 de marzo de 2010
Américo Schvartzman
Miguel Alejandro DOMINGUEZ meter miedo y evitar su continuidad y des- calle Carlos Pellegrini al 800, junto a Orlando
Desapareció el 03/02/1978 cendencia», concluye Enrique su mensaje. Luis Raffo, quien también trabajaba en la su-
Nro. legajo: 4666 cursal del Banco, y que permanece desapare-
Juan Alberto URIARTE cido hasta hoy. Juan Carlos tenía 25 años.
Estudiante de Ciencias Desapareció el 21/09/75 La Conadep no posee testimonios de su paso
Económicas en La Plata. Su No.Conadep: 9475 por centros clandestinos de detención. Su
padre es suboficial mayor mamá, Elena Leonor Brich de Fulini, se pre-
de la Prefectura (retirado). Tenía 28 años y era sentó ante la justicia, las fuerzas de seguri-
Aparece en una cárcel de albañil. Estaba viviendo dad y en las distintas organizaciones de de-
Azul (provincia de Buenos en Moreno, provincia de rechos humanos, pero nunca pudo tener res-
Aires) «de la nada –cuentan sus familiares–. Buenos Aires, pero viaja- puestas acerca del paradero de su hijo.
Así entran en contacto sus padres y lo em- ba seguido a Concepción
piezan a ir a visitar, van los fines de sema- del Uruguay. El 21 de sep- Alfredo Daniel Valente
na, mantienen correspondencia». Pasa a otra tiembre de 1975 llegó a su casa personal po- Desapareció en marzo de 1977
cárcel y luego vuelve a Azul, hasta telefonean licial que no se identificó. Lo detuvieron a Nro. de Legajo Conadep
a su padre para informarle que «lo iban a li- él y a su pareja, que luego fue liberada. A 5206, Decl.No:3709
berar. Fue una gran alegría, se pusieron a or- los tres días su hermana Angelica Uriarte de
ganizar el recibimiento con amigos y parien- Olguín, que también vivía en Moreno, trató El Zorro Valente, como
tes. El día que iba a salir en libertad su pa- de localizarlo y se enteró de que estaba en lo llamaban sus amigos y
dre llegó a las 6 de la mañana, estuvo espe- Devoto, donde lo negaron. Presentó un re- compañeros, nació en
rando en el auto, pero llegó la hora de la li- curso de hábeas corpus, pero sin resultados. 1952 en Lucas González
beración, que era a las 9, y no salía. Esperó Dos años despues y en Concepción del Uru- (departamento Nogoyá) pero vivió su infan-
un par de horas y nada, entonces entra y guay, durante una comida familiar en la casa cia en Colón. De familia radical, Valente era
pide explicaciones y le contestan que su hijo de la madre de Uriarte, personal de la Poli- estudiante de cuarto año de Medicina en La
ya salió en libertad. El padre le dice ‘no pue- cía Federal se llevó para tomar testimonios Plata, donde se sumó como militante a la or-
de ser, yo estoy acá desde las 6’, y le mues- a dos cuñados, al padre y al hermano, para ganización Montoneros. Desapareció cuando
tran el registro en donde estaba la firma y conocer qué sabían acerca de la desapari- había transcurrido un año del golpe de Esta-
decía que había salido a las dos de la maña- ción de Juan Alberto Uriarte. No se supo más do genocida. La última carta que habían re-
na». Desde entonces no supieron más de él. sobre él. cibido sus padres es del 5 de febrero de 1977,
Algún tiempo después, Hugo Domínguez –pri- y allí menciona dos ‘combates ‘ en los que
mo de Miguel, que viajaba seguido a la Capi- Juan Carlos FULINI participó. Para la Conadep, Alfredo desapare-
tal Federal– fue con la hermana de Miguel a Desapareció el 03/03/1977 ció en junio de 1978, siendo secuestrado en
la embajada de España, y el embajador tenía Nro. de Legajo Conadep 8898 el partido de General Madariaga. El Zorro fue
un mapa de la Argentina, de la ubicación de Decl. Nro.: 6275645 “el mejor número cinco que jamás haya co-
los centros clandestinos de detenidos. «Acá nocido Colón», según aseguran quienes lo vie-
hay 300 y en el otro 150, nos decía –cuenta Nacido en 1951, Juan ron lucirse en el Club Campito de esa ciudad.
Hugo– pero el nombre de su hermano no fi- Carlos Fulini cursó la se- En 1966 ingresó a la Escuela Normal de Co-
gura... Tenemos que ver, por ahí está con otro cundaria en el Colegio del lón, con excelentes clasificaciones en histo-
nombre». El padre contrató en Buenos Aires Uruguay, con excelentes ria y educación física. Un accidente (lo atro-
una empresa de investigación privada, habló calificaciones, pero ade- pelló un camión) pospuso su ingreso a la Fa-
con distintas autoridades militares, pero tam- más, habitualmente era cultad de Medicina hasta 1972, en que se
poco tuvo resultados. Hugo recuerda a su pri- elegido ‘mejor compañero’. Sus familiares muda a esa ciudad donde ya vivía su herma-
mo como «un pibe bárbaro, era verdadera- cuentan que solía decir que era ésa ‘su me- no Carlos, quien influyó en su definición po-
mente un idealista». También cuenta que Mi- jor calificación’. Egresó del Colegio en 1969 lítica: ambos se sumaron al peronismo, en la
guel era peronista, «era un militante, partici- y trabajó en la conocida tienda “La Quema- llamada “Tendencia Revolucionaria”, y en ese
paba en el Centro de Estudiantes. Creía en zón Funcional”. Siempre, desde la adolescen- carácter el Zorro militó activamente en la Fe-
la justicia social, en el bienestar de los tra- cia, estuvieron en su conducta los valores deración Universitaria de la Revolución Nacio-
bajadores». Enrique nos aportó,a partir de la del compromiso y la solidaridad. En 1974 par- nal (FURN). Luego se integró a la estrategia
publicación de este informe, que Domínguez tió hacia la ciudad de Buenos Aires, donde montonera. Aunque no hay datos precisos
aparece mencionado en el libro del reconoci- comenzó a trabajar en la sucursal del Banco sobre el destino que tuvo Valente, distintos
do periodista Carlos Gabetta, Todos somos sub- de Entre Ríos, y también cursaba estudios testimonios lo ubican como uno de los dete-
versivos. «Yo lo vi en Rosario un par de ve- de Ciencias Económicas en la UBA. En sus nidos ilegalmente en el centro clandestino de
ces, militando, bastante lejos de La Plata, lo cartas a su familia cuenta su actividad coti- detención ‘La Cacha’ (en las inmediaciones de
que me hizo suponer que estaría en algún lu- diana sin hacer referencia a su militancia po- La Plata), donde fue visto entre el 29 de ju-
gar importante de la organización (Montone- lítica, pero ya desde sus años en su ciudad lio y el 1º de agosto de 1978. Su hermano
ros) para venirse de La Plata a Rosario. La natal, Juan Carlos estaba vinculado fuerte- Carlos vive y trabaja en Concepción del Uru-
historia de Miguelito es un clásico de la 'solu- mente a la militancia a través de la Juven- guay, y ésa es la razón por la cual Alfredo
ción final' imaginada por la dictadura: los li- tud Trabajadora Peronista (JTP). Fue secues- siempre fue incluido en la lista de desapare-
beraban para sacarse el problema legal de trado en la madrugada del 3 de marzo de cidos de la ciudad.
encima, pero los mataban en la calle para 1977, en la Capital, en su departamento de
pos, además, fue uno de los promotores de Agropecuaria (INTA), en la escuela que de la viado a la cárcel de Villa Devoto, en la ciu-
la conformación del primer sindicato de do- Unidad Penal Nº 6 de Rawson, en la Direc- dad de Buenos Aires.
centes de Chubut. También fue uno de los fun- ción de Estadísticas y Censos de la provincia, Luego de una pueblada en Trelew, recu-
dadores de un Instituto de Estudios Superio- como periodista y también como comercian- peró su libertad, al igual que sus compañeros
res en 1966, que comenzó a funcionar depen- te. Cuando se encontraba desarrollando esta de cautiverio, y volvió a su tierra adoptiva.
diendo de la Universidad del Sur de Bahía actividad fue secuestrado por un grupo de ta- Tiempo después, instaló un comercio. El 5 de
Blanca y terminó convirtiéndose en la actual reas. Antes, por su militancia política, Bel ha- enero de 1975 se casó con Hilda Fredes y el
Universidad Nacional de la Patagonia San Juan bía estado detenido en el penal de Rawson 22 de febrero de 1976 nació su hijo, Pablo
Bosco (UNP). en 1970, en el mismo donde ejerció la do- Manuel Bel. El 5 de noviembre de 1976 fue
En tiempos duros, de persecuciones por sus cencia. En octubre de1972 volvieron a apre- secuestrado en su negocio, junto a su hijo de
ideas políticas, Bel ejerció varios oficios. Tra- sarlo, tras ser apoderado de Roberto Santu- ocho meses de edad. Tres horas más tarde,
bajó en el Instituto Nacional de Tecnología cho, junto a otros 15 ciudadanos, y fue en- el pequeño se reunió con su madre, tras ser
entregado por la brigada que ‘levantó’ a am-
bos a una familia de las afueras de esa loca-
lidad chubutense. De Ángel no se tuvieron
más noticias. Continúa desaparecido. Según
Claudia Emilia Monzón: un error sin explicaciones indica su legajo en la Comisión Nacional so-
En distintos listados figura, desde los da, y no en las nacionales, pero nunca bre la Desaparición de Personas (Conadep),
años 80, el nombre de Claudia Emilia Mon- le dieron importancia, porque «ella nunca no hay testimonio de su paso por un centros
zón. Sin embargo, debió pasar una déca- estuvo metida en política» y estaban se- clandestinos de detención.
da (desde que su nombre se incluyó en la guros de que no estaba «desaparecida por El 3 de noviembre de 2006, la UNP lo ho-
placa de la calle Nunca Más) para aclarar los militares».
que Claudia no está desaparecida. En in- menajeó llamando ‘Elvio Ángel Bel’ al aula Nº
formes anteriores de este semanario no La insólita situación genera bochorno 59 de la sede de Trelew. En su ciudad de
se habían podido obtener datos sobre ella. por la ligereza con la que se manejó el adopción también un centro cultural lleva su
Los testimonios orales en los inicios de los nombre en ciudad, pero no parece preocu- nombre, al igual que una de sus calles, por
años 80 consignaron que esta joven, par demasiado a Estela, la hermana de decisión unánime de sus concejales, que tam-
oriunda de Concepción del Uruguay, fuera Claudia. Dijo que una vez se enteraron de
incluida como una de las víctimas del te- que «alguien le quería poner el nombre bién, en 2006, el año en que se cumplieron
rrorismo de Estado implantado en 1976. de Claudia a una calle, pero como asumie- 30 años de su desaparición forzada, quiso
Su nombre no aparecía en el listado de la ron que primero les tenían que preguntar eternizar su memoria.
Conadep ni tampoco en otros testimonios a ellos, no hicieron nada». También dije-
de organismos de Derechos Humanos. Has- ron que Claudia, en realidad, hace rato que
ta el 30º aniversario no había información. sabe que acá la cuentan como una des-
Pero tras una serie de datos se pudo co- aparecida, pero no le ha preocupado mu-
rroborar que Claudia no está desapareci- cho, realmente. Un notable cruce de ac-
da, y si bien lo estuvo (para su familia, al
menos) ello nada tuvo que ver con el te-
tos de desidia (si cabe la calificación) de-
terminó que su nombre se siguiera inclu-
NO OLVIDAR
rrorismo de Estado de la dictadura. yendo, aún en la nueva placa que se des- Las palabras de Isabel Poggio resumen el
cubrió el año pasado. pensamiento de varios de los familiares con
En efecto, la mujer, que tiene 56 años, los que dialogó El Miércoles. «Me parece fun-
estuvo cerca de 20 alejada de sus familia- La historia, un bocado de cardenal para damental que se investigue lo que pasó, que
res, con quienes perdió todo contacto en la derecha argentina que siempre se negó se declare la nulidad de los indultos que de-
1977, aproximadamente. Tres años atrás a aceptar las cifras (reconocidas incluso por cretó Menem. Sobre todo por nuestros hijos,
la ubicaron por medio de una tía en Bue- los propios represores, que como publicó para que nunca jamás se olviden de lo que
nos Aires (donde vive ahora). Incluso acu- el año pasado La Nación, insospechable de pasó, y evitar que se vuelva a repetir». Tam-
dieron al programa Gente que busca gente 'progresismo', se atribuían haber asesina- bién cuando se agolpa el sentimiento al re-
para encontrarla. Los familiares de Clau- do al menos a 22.000 personas) no debe cordar al ser querido: «Cada vez que hablo
dia Monzón, que viven en calle Posadas ser ocultada por quienes responsablemente de mi hermano, lloro... Es un dolor que a uno
al 1800, contaron en 2006 a El Miércoles queremos verdad y justicia en la Argenti- le queda adentro. Siempre estuve orgullosa de
que a ellos «nunca nadie les preguntó so- na. Lo lamentable es que no se haya co- mi hermano, así que me gusta recordar su
bre Claudia, sobre si era o no desapareci- nocido antes y que durante tanto tiempo compromiso por un mundo mejor. Y la verdad
da». También dijeron saber que figuraba se incluyera ese nombre, en un error ex- que hoy se nota la ausencia de su genera-
en las listas de Uruguay como desapareci- tendido en el tiempo, sin explicación. ción. Hace tanta falta ese tipo de personas,
que hubieran sido quienes conducirían el país
en este momento».
Chilo Zaragoza:
primer uruguayense
víctima del terror
de Estado
Su nombre, Juan Ramón Chilo Zaragoza, forma parte de la
historia de la violencia política en la Argentina: en 1975 la
Triple A lo cosió a balazos. Fue entonces el primer entre-
rriano de la larga lista de víctimas –muertos o desapare-
cidos– de la derecha violenta y asesina de este país, esa
derecha que desde 1976 fue dueña de vidas y propiedades
de los argentinos. Como los estudiantes de la Noche de los
Lápices, su “crimen” fue pelear por la jerarquía de la educa-
ción. Era un militante pacífico y un estudiante destacado. Sus
perseguidores lo deshonraron incluso después de muerto: su tumba
en el cementerio local fue ultrajada por la Triple A. Un perfil del
militante y un pedido público por un lugar, una pared, un mural o
una calle, que lo recuerden.
Por Américo Schvartzman
L
a imagen tiene sus años. Todo en ella revela ese medio siglo
transcurrido. Todo: el niño, pulcro y concentrado, peinado a
la gomina, lee su papel. Está aún “con los cortos” –como co
rresponde a su edad, a su época, a su estampa–. El pizarrón, a
sus espaldas, trae en prolija caligrafía cursiva, la frase del Li-
bertador: “La ilustración y fomento de las letras es la llave maestra
que abre las puertas de la abundancia y hace felices a los pueblos”.
Sobre la pizarra, escalonadas hacia arriba, las letras góticas dicen “Con-
sejo General de Educación”. Detrás del gurí que lee, un hombre de tra-
je y bigotes, un funcionario del Consejo quizás, se inclina sobre el
escritorio pispeando la continuidad del acto protocolar. Faltan años
para que la tragedia final se desate sobre el país, pero sus mecanismos
de origen ya están en marcha desde hace rato. Entre otros, la salvaje
distancia entre la palabra y la acción, entre el discurso y los hechos.
Corre el año 1962 cuando se toma esta fotografía. Illia está en el
gobierno, digno pero débil. Débil, porque está allí sobre la base de la
proscripción del movimiento político de masas que fue derrocado hace
poco tiempo y hasta cuyo nombre fue prohibido. Digno, porque orienta
sus esfuerzos a que –algún día– haya en efecto democracia, e inde-
pendencia como país. Es en ese año, 1962, en el que el niño lee. Aun-
que no se lo ve en la foto, un público atento acompaña y escucha. La
ceremonia es organizada por el CGE y transcurre en el Teatro San Mar-
tín de Concepción del Uruguay. En el papel que sostienen con firmeza
Horacio Poggio
y la otra verdad
Había nacido en Concepción del Uruguay, pero la vida lo llevó
a radicarse en Córdoba, donde se casó dos veces y tuvo cuatro
hijos. La última nació poco después de la desaparición forzada
por parte de un grupo comando de la dictadura. Viviana, su
hija mayor, rescata la historia que durante tantos años necesi-
tó revelar pero a la que no se animó hasta juntar el coraje
suficiente y recuperar su propia memoria. En ese ca-
mino encontró a quienes estuvieron en el último mi-
nuto cuando su padre fue secuestrado y que doblega-
ron el dolor en palabras.
Por Sandra Míguez
E
n 1976 Estela trabajaba en el Sindicato de Prensa de Se dirigieron hacia las escaleras, donde encontraron a Hora-
Córdoba, donde se encargaba de la Tesorería. Horacio cio, que subía hacia el despacho del interventor, y lo esposaron
Poggio era, desde hacía un año, empleado administra por la espalda. Dos integrantes del grupo comando subieron al
tivo a su cargo y juntos cobraban las cuotas sindicales. primer piso y le manifestaron al teniente coronel que se queda-
El 23 de julio habían ido a pie hasta el diario La Voz del ra tranquilo, pues «la cosa no es con usted», tal como lo seña-
Interior, por ese entonces en pleno centro de Córdoba, a pocas lan los testimonios registrados en el Informe de la Comisión Na-
cuadras del Sindicato. cional sobre la Desaparición de Personas (Conadep).
Desde el golpe de Estado, los sindicatos, gremios y organiza- «Fui la última en ver a Horacio, un hombre sumamente inte-
ciones políticas y sociales eran controlados de cerca. Por eso, ligente, que siempre estaba alegre, que era inquieto y contagia-
no era novedad que a cada paso sintieran el repique de los pa- ba con su espíritu entusiasta», dice Estela, aunque las lágrimas
sos de quienes venían tras ellos. inunden esos ojos traslúcidos que buscan desconcertados, des-
«Ese día fue muy particular, porque eran muchos los que se pués de 30 años, algún sentido a la última expresión en la mi-
movilizaban, más de 15, y nos cruzaban en cada esquina, sin rada de Horacio. «Sabía lo que le esperaba, pero no sé qué me
ningún tipo de reserva», reconoce Estela. No era la primera vez quiso decir», agrega.
que sentían pasos detrás, al costado, por delante. Aún así, al- El grupo armado también intentó llevarse a Estela, pensando
canzaron a regresar al Sindicato, donde ya había un interventor que era su mujer, pero finalmente se fueron. A Horacio lo arro-
militar por resolución del Ministerio de Trabajo de la Nación, el jaron sobre el piso de la caja de la camioneta, cubierta con una
teniente coronel Roberto Gozálvez, y como de costumbre Hora- lona verde. La segunda mujer de Horacio, embarazada de ocho
cio se dirigía hacia su oficina para avisarle que ya estaban de meses, lo aguardó en vano junto a sus dos hijos pequeños y a
vuelta. En ese mismo instante irrumpió en el local un grupo de Viviana, hija del primer matrimonio, que solía estar con ellos.
hombres armados vestidos de civil que habían llegado en varios Pero no volvió.
vehículos, uno de los cuales era una camioneta de color oscuro. Fueron los mismos compañeros de Poggio quienes realizaron
Amenazaron a punta de pistola a quienes se encontraban en el las primeras gestiones ante el interventor para tratar de saber
lugar, entre ellos dos afiliados, la encargada de la Proveeduría y dónde lo habían llevado. Sin embargo, Gozálvez sólo pudo in-
a Estela, que fue increpada directamente: «¿Dónde está el tipo formar que la detención la realizó «personal de seguridad».
que venía con vos?», le preguntaron. CONTÍNUA EN LA PÁGINA SIGUIENTE
Estimados periodistas:
Juan Wolmy
8.374.544
tecnor@cooperlib.com.ar