Sertateeony CiudadanosCAPITULO 6 LUIS EMILIO RECABARREN Pensador, politico, educador social, tejedor de soberania popular GasrteL SALAZAR cHemos sido, somos y seremas siempre antimilitaristas, porque estamos convencidos que el militarismo es la afrenta de toda civilizacién, es la carga ‘nds instil mds pesada que soportam les pueblos, es la amenaza permanente de todos los derechos. Tengan pues cuidado los obreros de no caer en la trampa de los visjos plitiqueros convertidos en antimilitaista sélo mientras estan fuera del gobierno. (En La Justicia, Sontag, septiembre 5 de 1924). 1. Liderazgo social y transicién ciudadana Chile ha sido un pats de Iideres politicos parlamentarios, no de lideres politicos sociales. Por eso, la ‘memoria oficial ha asinailado bien y administrado con esmero el recuerdo de los primeros, pero no de los segundos. Los héroes politicos en Chile han sido hombres de Estado (presidentes y fabricantes de presidentes) perono hombres o mujeres de sociedad civil. Bernardo O’Higgins, Manuel Montt, José Manuel! Balmaceda, ‘Arturo Alessandri P, Pedro Aguirre, Eduardo Frei M., Salvador Allende, son héroes cuya efigie se fragué ‘cuando alcanzaron la calidad de ‘jefes de Estado’. Y Diego Portales y numerosos generales de Ejército se convirtieron en héroes politicos cuando actuaron en calidad de ‘fabricantes de Estado o de jefes de Estado’ En Chile, de un modo u otro, el Estado heroifica a los que se ligan estrechamente con él, para bien o mal. Y permite que sus memorias respectivas se monumentalicen para la posteridad. Los lideres sociales, en cambio, o han sido escasos, o han hallado delante y sobre sila pesada lépida de los herofsmos de Estado. Que cay6 sobre ellos en vida, maténdolos (caso de Manuel Rodriguez y Julio202 CAPITULO 6 Rebosio, por ejemplo) o, después de muertos, ignorando o confundiendo su memoria (caso de Luis Basilio Recabarren y Clotario Blest, por ejemplo). El sobrepeso institucionalista del Estado ha impedido que en Cite broten y florezcan las semillas del liderazgo social, razén por la que la sociedad civil ha carecido de conductores orgénicos que le permitanejercer su soberania de modo directo y con naturalidad. El legalismo cestatista ha agostado los canales espontineos y directos de manifestacin ciudadana, presi6n sofocante que ha convertido los ejercicios de soberania en reventones episédicas de rabia e impotencia (siempre més cerca de la ira destructiva que del espiritu constructivo) y noen un ejercicio colectivo y soberano de proyeccién histérica. Y en manifestaciones de rebeldfa tendientes a erradicar la sobrepresisn estatista por medio de la ‘violencia informal u organizada (montoneras, vandalaje, anarquismo, guevarismo, | lautarismo) y no mediante un abierto ¢ informado didlogo constituyente de la ciudadania. La mayoria de los historiadores ¢ intelectuales que han ‘considerado’ la historia vivida por los héroes sociales se ha dejado arrastrar también por el vértigo de las épticas estatistas (o de la politica electoral y parlamentaria que orbita satelitalmente en tomo a ellas) y los han estudiado y narrado descargando sobre ellos todo el peso de las categorias ideol6gicas y partidistas propias de los “discursos de Estado’. De tanto irel céntaro al agua, se ha desembocado en algo asf como un miedo a asumirlaperspectiva, voz y accién de la sqberanta popular. Como si éstas fueran un ejercicio subversivo, peligroso, un asunto ppolicial, y no el mayor de los derechos sociales. Asf, sila Justicia puede ser ciega (para bien), la Sociedad Civil, en este caso, puede ser muda (para mal). O mejor dicho: puede haber sido, por décadas y aun siglos, amordazada. Primero, por el Estado. Segundo, por los (malos) habitos de historiadores e intelectuales y de los propios ciudadanos. ‘No hay duda (segin la informacién de que hoy se dispone) acerca de que Luis Emilio Recabarren fue un lider social que trabaj6 para desarrollar la soberania popular a efectos de reconstruir, sobre la base de la voluntad ¢ inteligencia de ella, el Estado, el Mercado y la Sociedad nacionales. En este sentido, podria decirse que Recabarren ha sido hasta hoy el nico lider social que actud consistentemente como portavoz y ‘conductor de esa soberanta. El tinico que trabajé incansablemente para ‘educar’ al pueblo en ese sentido, que privilegi6 Ja tribuna callejera mas que la tribuna parlamentaria, la comuna més que la nacién, la asociatividad local mas que el partido parlamentario y el tinico que plante6 la necesidad de que el pueblo dictara por sf mismo una nueva Constitucién Politica para la sociedad, la econom(a y el Estado. Sin embargo, ha sido profusamente recordado como «fundador» de partidos politicos (el Socialista y el Comunista), como gestor de «desviaciones ideolégicas», como «pionero» del movimiento politico popular del petiodo desarrollista (1938-1973), como encamacién viva de las tradiciones ideoldgicas de la izquierda mundial (Gemocratismo, anarquismo, socialismo, utopismo, etc.) 0 como un héroe precursor de los grandes héroes i 1 : i