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INSTITUTO SUPERIOR “SAN MARTÍN”

2017
Análisis de “Escritores de la
Libertad”
En vinculación con los contenidos trabajados en el seminario
Sujetos de la Educación

Pereyra, Vanina
2° año Profesorado de Educación Secundaria en Historia
15 de junio de 2017
Tabla de contenido
1. Introducción .................................................................................................................................................3
2. Desarrollo del informe .................................................................................................................................4
2.1 CULTURAS JUVENILES Y CULTURA ESCOLAR ........................................................................................4
2.2 EL OTRO- EL LUGAR DEL DOCENTE.......................................................................................................6
2.3 PARTICULARIDADES DE UN ESTUDIANTE DE COLEGIO SECUNDARIO................................................11
2.4 PELIGROS A CONTROLAR ....................................................................................................................12
2.5 ADOLESCENCIA: IDENTIDAD, REBELDÍA Y PLAN DE VIDA ...................................................................13
3 Conclusiones...............................................................................................................................................19

“Sujetos de la Educación- Análisis de la Película: Escritores de la Libertad” 2


1. Introducción

El presente informe se encuentra dirigido al docente a cargo del espacio curricular: “Sujetos de
la Educación”: Jussepp, Luciana en el marco de la actividad propuesta de análisis de la película:
“Escritores de la Libertad”, en relación con los contenidos del seminario, a saber: adolescencia-
características, rebeldía, noción de fuga, identidad, elaboración de plan de vida-; “Culturas juveniles
y cultura escolar”, Emilio Tenti Fanfani- características cultura juvenil y lógica escolar, lugar de la
escuela en relación a los estudiantes, problemas de la educación secundaria-.

“Freedom Writers”, o “Escritores de la Libertad” es una película estadounidense del año 2007
basada en el libro The Freedom Writers Diary de la profesora Erin Gruwell. Está inspirada en una
historia real, y en los diarios de un grupo de adolescentes de Long Beach, California (Estados
Unidos), tras los disturbios de Los Ángeles en 1992 por conflictos interraciales. Se encuentra
ambientada en los alrededores del Instituto Wilson Classical en Long Beach, a mediados de los
años 90. La película comienza con imágenes de archivo de los disturbios en varios suburbios de
Los Ángeles, lo cual coloca la violencia racial y la discriminación como telón de fondo, y sirve para
enmarcar uno de los problemas principales que plantea la película.

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2. Desarrollo del informe

2.1 CULTURAS JUVENILES Y CULTURA ESCOLAR

Tomando los aportes de Emilio Tenti Fanfani en su escrito “Culturas juveniles y cultura escolar”
podemos empezar analizando el film, en cuánto al rol de la Escuela secundaria en función a dos
fenómenos de notable importancia que resalta éste: la masificación y un cambio profundo en la
morfología social de los nuevos inscriptos.

La escolarización, por una parte «crea juventud», contribuye fuertemente a la construcción de


estos nuevos sujetos sociales. Pero por otro lado, la masificación produce una serie de
transformaciones en las instituciones escolares. La vieja escuela media reservada a las élites hoy
debe responder a la demanda de nuevos contingentes de solicitantes. Y la fuerza de la cantidad no
puede no acarrear consecuencias de calidad. Las instituciones, en tanto que sistemas de reglas y
recursos que estructuran las prácticas sociales y educativas, cambian de forma y significado. Los
viejos dispositivos que regulaban la relación profesor-alumno, la relación con el conocimiento,
garantizaban la autoridad pedagógica y producían un orden institucional, se erosionan cuando no
saltan por los aires y dejan de ser eficientes y significativas en la vida de los actores implicados.

Partiendo entonces desde este enfoque, podemos dilucidar: que en la escuela media en
cuestión, Instituto Wilson Classical en Long Beach, a mediados de los 90, la directora afirma que
previo a la llegada de la docente (Erin Gruwell) , dos años antes de que la ley de Integración
Voluntaria entrara en vigor, el nivel educativo de la institución era más alto, hasta que el programa
de inclusión terminó influyendo directamente en la baja de calidad de los contenidos de la
enseñanza.

Siguiendo a Fanfani, ingresan los que tradicionalmente estaban excluidos, los hijos de los
grupos sociales subordinados, de áreas urbanas y rurales, y ésta es la justificación que el personal
directivo de la institución da a la baja de la calidad educativa. Estos jóvenes, de grupos recién
llegados al nivel medio, traen consigo todo lo que ellos son como clase y como cultura, todo su
bagaje cultural; y ponen en crisis la oferta tradicional del sistema escolar.

Al ir transcurriendo su trabajo en el establecimiento, la profesora Erin Gruwell comienza a notar


que el colegio repite los mismos prejuicios y estigmatizaciones con los cuales la sociedad margina
a esos alumnos. Las mismas faltas de oportunidades y posibilidades se reflejan en el trato
diferenciado que tienen las autoridades con respecto a los estudiantes “menos favorecidos”, desde

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la selección de material didáctico hasta las expectativas de logros de estos sujetos (casi nulas por
parte de los profesores).

Gruwell percibe que la institución, que debería darle herramientas para revertir los prejuicios
que condicionan su desarrollo tanto social como emocional, es precisamente la que los refuerza y
multiplica. Los profesores se niegan a enseñar, esperan que estos estudiantes se cansen y
abandonen la escuela (“lo van a hacer de todas maneras”); las autoridades no brindan materiales
didácticos para que “no los arruinen”: estos materiales son para el “resto de los alumnos”.

“Los síntomas más manifiestos y estridentes son la exclusión y el fracaso escolar, el


malestar, el conflicto y el desorden, la violencia y las dificultades de la integración en las
instituciones y, sobre todo, la ausencia de sentido de la experiencia escolar para proporciones
significativas de adolescentes y jóvenes”, manifiesta Tenti Fanfani.

Esto lo vemos retratado a lo largo de la película, una de las escenas dónde se encuentra
esta violencia como modo de habitar la situación es cuando Erin Gruwell ingresa al aula por
primera vez, estos chicos que son víctimas a diario de discriminación y segregación fuera del
ámbito escolar, reproducen los insultos que vehiculizan la violencia entre sí. Los jóvenes
comienzan a discutir, al punto de llegar a la violencia física y es una situación que en primera
instancia paraliza a la docente, pero la lleva a repensar su práctica y estrategias a futuro en este
curso que se le ha asignado.

La división entre alumnos es previa, y reforzada por la misma escuela. Están perdidos de
antemano. “Les pedimos que vengan a estudiar, les decimos que tienen una oportunidad, y luego
no los educamos”, dice la protagonista ante la negativa por parte de las autoridades de brindarle
libros para sus alumnos.

Una de las primeras dificultades con las que se encuentra entonces la docente Erin Gruwell es
ver que las diferencias y divisiones entre los alumnos están tan arraigadas en sus
comportamientos, que se repiten dentro del ámbito de la clase. Los distintos grupos que se arman
en el salón son reflejo de las segregaciones que se ven en las calles, esas calles violentas, teñidas
de prejuicios raciales.

El colegio no sólo enseña contenidos específicos de las diversas disciplinas, sino modos de
relacionarse y vincularse con los otros. Establece relaciones de poder que serán repetidas luego de
finalizada la educación formal. Erin ve que esta manera de vincularse con el otro es imposible de
modificar sin transformar la manera en que ella (y por ende la institución que representa) se
relaciona con sus estudiantes.

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En la primera entrevista que tiene con su supervisora, ésta le sugiere que baje un poco el nivel
(o las pretensiones) de su programa de estudios. Según las autoridades del colegio, sus alumnos
no van a poder entender el vocabulario de muchos de los textos. Habían decidido no brindar
herramientas para intentar modificar su condición de marginalidad tanto económica como étnica.
En definitiva, reforzaban aquello que los jóvenes vivían en sus diferentes contextos sociales. Al
notar esto, éstos sentían un desinterés difícil de desarraigar.

¿Para qué estudiar si no va a modificar nada? ¿Dónde encontrar motivación si aquellos que
deben inspirar confianza y estimularlos ya los condenaron de entrada? ¿Cómo reconciliarse con el
otro, si el otro refuerza de manera violenta esa distancia?

2.2 EL OTRO- EL LUGAR DEL DOCENTE

Lo primero que intenta la profesora al notar estas fronteras dentro del aula es romperlas, y lo
hace de un modo práctico: los cambia de lugar, hace que se sienten junto a compañeros que, por
propia decisión, no elegirían. Este sencillo acto de cambiar de lugar a los estudiantes, provoca un
primer movimiento entre los alumnos y pone en evidencia uno de los principales problemas con los
que trabaja la película: la falta de tolerancia hacia el otro.

La profesora Gruwell lejos de dar por sentado estas divisiones o de imponer una convivencia en
base a una autoridad irreflexiva, intenta que los estudiantes modifiquen su forma de pensar.

En un momento de la trama, Erin descubre que sus alumnos están haciendo circular un papel
entre ellos. El papel tiene dibujada la caricatura de uno de los alumnos, Yamal: el dibujo de un
joven negro con los labios hinchados, resaltando los típicos rasgos étnicos. En base a este
incidente Erin Gruwell se da cuenta de que sus estudiantes no son conscientes de las
consecuencias de este tipo de actos. Entiende cómo estas acciones estigmatizan a los
destinatarios de estas burlas, creando estereotipos que luego se fosilizan en el imaginario
colectivo, segregando a las distintas minorías, caricaturizando sus características tanto físicas
como socioeconómicas. Este tipo de acciones producidas por grupos sociales dominantes y
repetidas de manera natural por el resto de la sociedad, fomentan una serie de prejuicios que son
el fundamento de un tipo de violencia latente e invisible.

La discriminación, la segregación y estigmatización de ciertos grupos sociales y étnicos


arraigadas en la sociedad, genera determinadas conductas y prejuicios que elevan un telón de
fondo de “normalidad” ocultando la violencia necesaria para sostener dicha “normalidad” y genera
en algunos casos, incidentes que vemos claramente como violencia irracional y sin ningún tipo de

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causa. Retomando el análisis de Escritores de la libertad (y los hechos reales en los que se
enmarca) podemos ver un claro ejemplo de violencia en el contexto en que está situada la película:
los incidentes que tuvieron lugar en Los Ángeles en 1992. La golpiza recibida por Rodney King
desató una revuelta que sólo se entiende teniendo en cuenta los años de sometimiento y
discriminación de los que fueron víctima, durante décadas, los afroamericanos en los Estados
Unidos.

Los estudiantes con los que se encuentra Erin Gruwell en el Woodrow Wilson High School son
fruto de este contexto. Lo que hace la profesora Gruwell al reconocer esto es intentar modificarlo
dentro del ámbito escolar. Al intentarlo no sólo se encuentra con los obstáculos de un sistema
educativo que no contempla (ni desea) este tipo de alumnos sino también con la falta de
estrategias y materiales didácticos con los que encarar este cambio. En este sentido, decide
procurárselos.

Una de las primeras cosas que hace la profesora es centrarse en las similitudes que comparten
los alumnos entre sí y no profundizar las diferencias. Para esto utiliza una estrategia simple pero
efectiva, propone un juego: traza una línea en el centro del salón e indica que se acerquen a ella
quienes hayan sufrido alguna de las cosas que ella va enunciando. Esto hace que los alumnos
vean de forma concreta que tienen muchas más cosas en común que las que ellos podrían
imaginar. Los hechos traumáticos y cotidianos que hasta ese momento eran secretos individuales,
(pertenecen a pandillas, viven en familias desintegradas o disfuncionales, han tenido contacto
directo con acciones violentas, han sido agredidos por sus condiciones, físicas, económicas y
culturales, tienen amigos o familiares que fueron asesinados, un gran número de ellos estuvieron
en la cárcel, reformatorios o campos de concentración., fueron obligados a asistir a la escuela
como parte de su sentencia); al ser compartidos por la mayoría dejan de ser obstáculos en el
desempeño escolar para convertirse en motores de desarrollo colectivo dentro del aula. Les
permite reconciliarse con su contexto y en consecuencia con sus compañeros. En definitiva,
encontrar un lugar de pertenencia dentro del colegio.

Otro de los problemas que tiene que enfrentar Erin Gruwell en el film, y que es común a
muchos docentes, es la falta de interés del alumnado frente a los contenidos de su materia. Los
estudiantes sentían una distancia irreconciliable entre los libros que les eran dados a leer y sus
realidades. Los contenidos eran para ellos ajenos, no podían encontrar relación con sus intereses
ni con sus mundos. “El problema es que hoy el maestro tiene que construir su propia legitimidad
entre los jóvenes y adolescentes; para ello, debe recurrir a otras técnicas y dispositivos de
seducción. Trabajar con adolescentes requiere una nueva profesionalidad que es preciso definir y

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construir”, manifiesta Fanfani, y es lo que la docente hace y demuestra durante toda la película, en
los años que acompaña a este grupo de alumnos.

Ante este problema de falta de interés, la protagonista intenta dos tipos de estrategias distintas:
por un lado, modificar la selección de textos, y por otro, modificar el enfoque.

Al suceder el mencionado incidente con el dibujo en donde se ridiculiza a un estudiante


afroamericano, lo que hace la profesora es ponerlo en relación con las prácticas de estigmatización
que usaban los nazis durante la primera mitad del siglo pasado. Mientras habla con sus alumnos
del tema, se da cuenta de que sólo uno de ellos sabe lo que es el Holocausto. Ante este
descubrimiento decide cambiar el enfoque y plantear una serie de actividades para poder generar
conciencia sobre los actos discriminatorios que ellos mismos reproducen con sus compañeros. Al
discriminar a sus pares, son víctimas y victimarios. Intenta que los estudiantes comprendan las
derivaciones de sus comportamientos.

Una de las actividades que hace es ir al Museo de la Tolerancia, un museo que muestra los
horrores del nazismo. Luego de la visita organiza una cena con los estudiantes y algunos
sobrevivientes de campos de concentración. Al finalizar, tanto la visita al museo como la cena con
los sobrevivientes, los estudiantes tienen una visión completamente distinta de las consecuencias
de la discriminación, ya sea racial o social.

Luego de esta actividad la profesora logra un contexto fértil en donde le es posible brindar
material literario. Sin este contexto le hubiera sido imposible plantear El diario de Ana Frank. Al
demostrar a sus estudiantes la relevancia histórica del nazismo y de los mecanismos simbólicos
que lo hicieron posible, los hace partícipes de la elección del material didáctico. Ellos reconocen un
tema que los interpela, que pueden vincular con sus realidades y por lo tanto hacerlo propio. Los
estudiantes se identifican con Ana Frank, sienten su mismo dolor al ser condenados de antemano
por condicionamientos ajenos. Pueden identificar valores y sentimientos que ellos mismos respetan
y sufren, como la valentía y el miedo cotidiano a una muerte violenta. Todo esto se logra
cambiando el enfoque con que es presentado El diario de Ana Frank, ya no es un texto
perteneciente a una cultura ajena sino que se transforma en un disparador para la reflexión de
temas que les son propios. Favoreciendo el desarrollo de los alumnos como actores participantes

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de la elección del material didáctico infunde en éstos el “amor al conocimiento”1 cómo disposición
para encontrar un sentido a la Educación, para ir a la escuela.

Otro de los momentos de Escritores de la libertad en donde se puede ver este tipo de
estrategias, es el pasaje en el que Gruwell selecciona un libro, en tensión con las autoridades del
colegio, que por la temática y el lenguaje utilizados, logra interesar a los alumnos. El libro relata la
vida de un pandillero que cae preso y cuenta su experiencia en la cárcel. Los estudiantes se
encuentran con una concepción nueva de la literatura. Una literatura que los incluye, con un
lenguaje y una problemática más cercana a ellos.

En otro momento significativo de Escritores de la libertad la profesora trae un CD de Tupac


Shakur, rapero estadounidense asesinado a la edad de veinticinco años y de origen humilde al
igual que sus alumnos. Tupac es conocido por sus largas letras en donde describe las
problemáticas de los barrios bajos de New York. Erin trae este disco e imprime las letras de este
rapero para poder analizar su poesía. Ella descubre en las letras del cantante afroamericano
construcciones estructurales que remiten a poetas clásicos tales como rimas internas dentro del
verso o construcciones semánticas complejas. En un principio los estudiantes le recriminan por qué
ella, “una maestra blanca,” les va a enseñar a ellos lo que significan las letras de uno de sus
artistas favoritos. En esta recriminación radica gran parte del problema. Los contenidos que se
daban en el aula, antes de la llegada de Gruwell, eran contenidos totalmente ajenos sin ningún tipo
de relación con ellos. No podían entender que aquellos saberes que les eran brindados podían
servir, entre otras cosas, a artistas que ellos admiraban, para construir sus obras.

En definitiva, esto plantea una concepción dinámica de la cultura en donde el valor cultural de
las obras producidas por una sociedad no tiene su anclaje únicamente en una pasada edad de oro
sino que puede ser resignificado en cada época sobre la base de las problemáticas que esta
manifiesta. En esta nueva concepción, los estudiantes son agentes activos de cultura y pueden
producir, con las herramientas brindadas por la institución escolar, productos culturales actuales.
Ellos mismos pueden responder a la pregunta: ¿para qué sirve todo esto que estoy aprendiendo?
Independientemente de que hagan uso o no de eso que aprenden, pueden entender que aquellos
artistas cuya imagen estampan muchas de sus remeras son una continuación del saber trasmitido
de generación en generación desde la época clásica hasta hoy. Son un eslabón más del bagaje
cultural de una sociedad.

1
Fanfani expresa que este emergente tiene que ver con la pasión, con la entrega incondicional al saber o a un
campo del saber. Esta inmersión en el juego, esta especie de illusio es una energía extremadamente
poderosa que se constituye en un recurso mayor para el éxito en la carrera escolar.

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La escuela media es claramente obligatoria y esto es asimilado desde diversas perspectivas de
los sujetos. A palabras de Eva, una de las estudiantes de la clase: “Si por mí fuera ni iría al
instituto, pero mi agente de la Correccional me ha dicho, el Instituto o el Reformatorio” Luego
prosigue diciendo que los problemas que posee en su vida personal persisten en el ámbito
educativo, y que en éste, la división en tribus, que existe en la ciudad, también permanece.
Desmitificando desde su lugar el hecho de una Escuela homogénea, sin desigualdades y
argumentando no hallar sentido a la escuela media, salvo el hecho de que es una obligación, el «ir
al colegio» no es objeto de deliberación y elección personal, sino una experiencia ligada a una
condición de edad, en la cual según su agente de la Correccional, la otra opción era “peor”.

Los sectores sociales más excluidos de los valores sociales más preciados no están en
condiciones objetivas de desarrollar una actitud estratégica entre las nuevas generaciones. Cuando
objetivamente «no se tiene futuro», porque el mismo presente es incierto y se vive en situaciones
límites, la simple idea de sacrificarse y esforzarse en función de recompensas diferidas en el futuro
aparece como algo absurdo y literalmente impensable. Incluso la idea misma de futuro como
tiempo «por venir» está ausente cuando no se dan ciertas condiciones sociales básicas. Si no hay
futuro, la lógica del cálculo y la relación entre medios y fines se agota en el tiempo corto del
presente y la acción estratégica, en el sentido fuerte de la expresión, no tiene un horizonte donde
explayarse. Por demás está decir que ésta es una característica típica de muchos sectores sociales
que viven situaciones extremas de exclusión social. Cuando éste es el caso, las condiciones de
«educabilidad» de los jóvenes se encuentran seriamente comprometidas, expresa Emilio Tenti
Fanfani en su escrito.

Gran parte de los alumnos de la clase vive una “lucha diaria”, como denota los casos de Eva,
Andre, Tito, Cindy; luchan por su vida y por la de sus seres cercanos, en un espacio invisibilizado
socialmente, en este cortoplacismo en el que viven no ven en la escuela un genuino sentido, ya
que la urgencia de su día a día los limita en tanto a una visión a largo plazo y una reflexión en la
que puedan vislumbrar los beneficios de la enseñanza.

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2.3 PARTICULARIDADES DE UN ESTUDIANTE DE COLEGIO SECUNDARIO

Más allá de las significativas determinaciones de género, clase social, etnia, hábitat, etc., un
estudiante del colegio secundario es diferente de un alumno de la escuela primaria, Tenti Fanfani
reconoce cuatro particularidades, que vincularé con la película en cuestión.

a. Diversidad de las «esferas de justicia». Mientras el mundo de la infancia y la


escuela está organizado alrededor de una gran «unidad normativa» que rige tanto en el ámbito
escolar, como en la familia, el mundo del «colegial» está regido por la percepción de que existen
diversos ámbitos de justicia. Una regla se aplica en el recreo, otra entre los amigos, otra en el
colegio, otra distinta en el ámbito familiar. Los alumnos de la clase 203 reconocen que las normas
de la Institución no son las mismas que las que rigen su vida diaria, aunque en ocasiones
reaccionen de manera no apropiada en el ámbito escolar.

b. Principio de reciprocidad. Mientras que en la escuela, el niño tiende a


representarse a la autoridad y al maestro como algo natural e indiscutido, el adolescente percibe
que las instituciones constituyen mundos complejos donde existen una diversidad de actores con
intereses y «capacidades» diferentes. La «omnipotencia» del maestro tiende a ser sustituida por la
visión más compleja y política de las relaciones y el juego (las alianzas, las estrategias, el uso del
tiempo, etc.). El principio de reciprocidad quiere decir que la relación profesor–alumno no es
unidireccional (el profesor tiene todo el poder y hace lo que quiere, mientras que el alumno sólo
tiene que obedecer). El adolescente tiende a considerar que el respeto, por ejemplo, debe ser una
actitud recíproca y no sólo una obligación de él hacia sus profesores. Este principio de reciprocidad
lo vemos cuando un alumno le cuestiona a la profesora por qué ha de respetarla, si por el simple
hecho de ser docente. En este momento es cuando manifiesta que considera que el respeto es un
valor que debe ser recíproco.

c. La emergencia de estrategias escolares. El niño en la escuela percibe que sólo


basta ser aplicado y obedecer las reglas y a sus superiores, para tener éxito en la escuela. En
cambio, en el colegio, los adolescentes perciben que «ser estudiante» es algo más complejo que
seguir ciertos automatismos. Por el contrario, el adolescente percibe que para tener éxito es
preciso desplegar una estrategia. En el caso de estos jóvenes se ve por ejemplo que asimilaron
que pese a que el sistema escolar los negó de antemano, “pasaron de curso” igualmente, porque
tenían que hacerlo, cómo manifiestan en una escena al comienzo del film.

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d. Desarrollo de una subjetividad no escolar. Mientras los niños en las escuelas
viven en «continuidad relativa» su estatuto de niño y su estatuto de alumno, los adolescentes en el
colegio viven la experiencia de una tensión entre el estudiante y el adolescente. «Con la
adolescencia se forma un ‘sí mismo no escolar’, una subjetividad y una vida colectiva
independientes de la escuela, que ‘afectan’ a la vida escolar misma». Así es como la vida cotidiana
extraescolar de los jóvenes influye también en su rendimiento académico, los retos que estos
enfrentan los llevan a prestar menos atención a lo académico, también por el hecho de no
encontrarle un sentido genuino a lo que puedan aprender en la institución. “Qué tiene usted para
mí?”, cuestiona el estudiante Marcus a su profesora; “Qué nos enseña usted qué pueda marcar la
diferencia en mi vida?”, pregunta Eva. En estas frases vemos retratado esta subjetividad no escolar
de los alumnos, donde se reconocen como personas aparte de estudiantes y dónde exigen que la
escuela les brinde contenido que pueda serles útil en su ámbito extraescolar también.

2.4 PELIGROS A CONTROLAR

Emilio Tenti Fanfani expresa que existen varios peligros en los que pueden caer los
docentes o los establecimientos educativos, por más buenas intenciones que éstos posean, es
visible en el film que el Instituto Wilson Classical recae en ellos.

La condescendencia, “que aconseja inventar escuelas pobres para jóvenes pobres”, esta
actitud es visible en la conducta de Margaret Campbell, directiva y de profesores que trabajan en la
institución. Se presenta en las políticas de enseñanza que éstos encaran, tales como enfatizar que
los alumnos en cuestión “no entienden” determinada bibliografía por ser superior a su nivel de
vocabulario, habían decidido de antemano no apostar al desarrollo educativo de estos sujetos
“problemáticos” provenientes de los programas de integración, sin escuchar previamente sus
problemas, ni intentar medir sus potencialidades reales (en caso de que fuera posible). Se mezcla
un sentimiento de superioridad con una amabilidad mal entendida hacia el alumnado, que se
debería beneficiar con las políticas educativas; en lugar de esto, se ve claramente perjudicado ya
que prácticamente no se le enseña, se baja la calidad de enseñanza y éstos a su vez, no hallan
sentido en la educación, puesto que los contenidos que le son transmitidos no están pensados para
ellos y en la institución en esta posición condescendiente, se refuerza la discriminación de la cual
son víctimas en el espacio extraescolar.

El negativismo. Asociar la adolescencia y la juventud a situaciones indeseables, de


peligrosidad social (delincuencia, enfermedad, drogadicción, embarazo adolescente, violencia,
etc.); en síntesis, a la pura negatividad que sólo induce a la intervención preventiva, expresa

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Tenti Fanfani. Esta postura la explicamos antes, en tanto la mirada descalificadora de la superior
de Erin, Margaret, así como el profesor que da en los cursos avanzados, que es notoria durante
todo el film, pero podemos ejemplificar escenas concretas donde se visualiza.

Por ejemplo, cuando la superior le dice a Erin que sería conveniente no ingresara a clases
con el collar que viste ésta, vislumbrando así la concepción negativa que posee del alumnado, o
cuando el profesor de cursos avanzados manifiesta que es él quien tiene miedo por las noches de
“estos chicos” que portan orgullosos armas de fuego, entre otras escenas que ya expliqué a lo
largo del informe, puesto que esta visión está en las raíces de toda la política que encara el
Instituto antes de la llegada de Erin Gruwell, que logra acabar con esto. En definitiva, poseen una
visión que desvaloriza a estos jóvenes provenientes del programa de Integración, y en lugar de
ofrecerles herramientas para que éstos puedan valerse en su vida y “equilibrar” la discriminación de
la que son objeto por su etnia o condición económica, refuerzan las desigualdades que padecen en
el ámbito extraescolar

El demagogismo juvenil y adolescente, que consiste en ofrecer comprensión, contención


afectiva, respeto a la cultura joven sin desarrollar conocimientos y actitudes complejas y necesarias
para la inserción social y política de los jóvenes en el mundo adulto. Desde este colegio,
entendiendo la proveniencia de estos jóvenes, no se esfuerzan en que puedan adquirir un
verdadero interés y encuentren sentido a la educación, en lugar de esto, los estigmatizan, total, en
sus palabras, “un día no vuelven más”, y terminan cayendo en la aplicación de una educación
pobre para jóvenes pobres, en lugar de una educación liberadora y que los empodere.

Y con respecto al facilismo, es un eje que atraviesa todas las políticas de la Institución
también, porque se vincula con la concepción negativa del grupo de jóvenes, con la posterior
condescendencia y demagogismo, y es visible en las acciones que lleva a cabo el Instituto como
selección del material didáctico o en el momento en que Margaret sugiere a la señorita Gruwell que
no les de tarea, porque hay chicos que toman tres colectivos y no la harían.

2.5 ADOLESCENCIA: IDENTIDAD, REBELDÍA Y PLAN DE VIDA

Si partimos del análisis del grupo de alumnos de la clase como adolescentes podemos llegar a
las siguientes conclusiones:

Como adolescentes, una de las tareas esenciales en esta etapa consiste en alcanzar su propia
identidad, una definición de sí mismos y una valoración personal, deben conquistar y arrogarse el

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nuevo lugar desde el cual desarrollarse como personas. Este nuevo lugar no debe ser sólo
reconocido por otros, asignado o dado, sino descubierto y apropiado desde sí.

En esta búsqueda de su propia identidad, los adolescentes pueden recurrir a alternativas


transitorias, por ejemplo en el caso de los chicos que pertenecen a pandillas se ve “identificación
masiva cruzada”, término aportado por Joel Zac, uniformidad en el vestir hablar y gesticular, dónde
en cierta forma es preferible disolver su identidad personal en la grupal antes de no poseer
identidad alguna. Otra alternativa es la “Identificación negativa” definida por E. Erickson, donde la
necesidad de adquirir una identidad sigue un curso patológico debido a que el joven no encuentra
en su medio familiar y social identificaciones positivas, recurriendo éste entonces a “modelos
negativos” pero definidos de su medio, es el caso de los alumnos que ante la falta de imágenes
fuertes en su entorno familiar y social a las cuales anclarse que sean positivas, recurren a
compañías de dudosa moral o así mismo, terminan perteneciendo a pandillas y cometiendo actos
delictivos.

Si hablamos de la adolescencia como etapa de búsqueda de la identidad, no podemos dejar de


lado una característica típica de esta edad, la rebeldía. Con el despertar de su personalidad, el
adolescente toma conciencia de ser alguien diferente a los demás y este afán de autoafirmación y
diferenciación lo lleva a rebelarse contra la autoridad y a desconfiar de lo que dicen los otros. Esta
rebeldía propiamente dicha cuestiona la idea de subordinación.

Mariano Yela establece cuatro tipos de rebeldía juvenil, en general a este grupo de alumnos
podemos enmarcarlo dentro de la rebeldía agresiva, como expresión violenta. La búsqueda de
autoafirmación mediante la violencia es síntoma de inseguridad; es propia de quienes por debilidad
y fragilidad yoica no soportan las dificultades que deben resolver diariamente, así intentan aliviar
sus problemas mediante el daño real o imaginario a otros. Podemos vincularlos con esta rebeldía
ya que entre sí se tratan de manera agresiva, en primera instancia a la docente también, además
de que pertenecen a pandillas que “solucionan” sus inconvenientes recurriendo a la violencia verbal
y física.

Esto lo vemos en la escena dónde un miembro de la pandilla a la cual pertenece la alumna Eva
Benitez termina asesinando a un joven de otro pandilla rival (a la cual pertenece la alumna Cindy,
que también concurre a la clase 203).

También se vislumbra esta rebeldía agresiva cuando uno de los alumnos ante el pedido de
respeto por parte de la profesora Gruwell responde: Por qué le tengo que ofrecer mi respeto,
porque da clases? No voy a ofrecerle mi respeto porque sea educadora, podría ser una farsante.

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Otra escena significativa es cuando un joven de la clase, Tito dibuja una caricatura de otro
compañero, Yamal, destacando de modo peyorativo sus rasgos afroamericanos y toda la clase
toma participación de esto, en tono de burla.

Muchos de los alumnos de la clase 203, padecen una fuga moral de su hogar, un tipo de
conducta evasiva en la que el adolescente no abandona físicamente su casa, pero si moralmente,
ya que no se identifica con quienes vive, el ambiente en el cual habita.

Esto podemos observarlo en el caso de Eva, dónde se siente presionada por el mandato
familiar de “proteger a los suyos”, crece con tal mandato de pertenecer a una familia por ende
seguir un patrón de conducta y amistades predefinido y recién cuando al final del film, toma la
decisión de romper con esto (en el momento que en el tribunal declara que quién había asesinado
a un joven en la tienda era parte de su pandilla), logra liberarse.

También lo observamos en otro de los jóvenes, que se siente desprotegido por su madre, una
mujer depresiva que según sus palabras: “no lo mira a los ojos, porque ve en él, la figura de su
padre”.

Con respecto a la elaboración de un plan de vida, la figura y tarea de Erin Gruwell fue esencial
en el desarrollo de este grupo de adolescentes.

Debido a su contexto familiar y social, estos jóvenes no poseían un lugar donde crear su propio
mundo, y fuera respetada su libertad y momento de transición que atravesaban. El papel de la
Institución antes de la llegada de la profesora, no se los otorgaba tampoco.

El joven necesita normas que le brinden una orientación y un medio propio, que le permitan
desarrollar sus sentimientos de pertenencia grupal para poder separarse psicológicamente de su
familia y lograr su autoafirmación. Necesita confiar en sí mismo, en sus capacidades así como
también reconocer sus límites, pero esto les era negado de antemano, por la sociedad, por su
grupo más cercano y por la propia Escuela, como expliqué anteriormente.

Esta postura del establecimiento educativo la podemos observar en frases de la superior de


Erin Gruwell tales como:

-“Con el tiempo ellos ya no vuelven”.- Que implícitamente revela falta de confianza en los
jóvenes y consecuentemente, falta de esfuerzo en promover su desarrollo integral.

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-“Yo no me pondría esas perlas” (cuando señala el collar de Erin Gruwell el primer día de ésta
en el Instituto).- Que desliza la desconfianza de la superior sobre este grupo, en cuanto a su
calidad humana.

-“No les des tarea, algunos toman tres colectivos, perderías tiempo corrigiendo trabajos
atrasados”.- Que demuestra una vez más la representación negativa que tiene, la cual influye en el
trabajo que pudiese hacer sobre los estudiantes, limitando sus posibilidades de progreso.

-“No van a poder leer esto”.- En razón a un libro sobre el cual preguntó Erin, el cual la superior
argumentó que la capacidad intelectual del grupo no alcanzaba para la lectura de tal libro,
subestimándolos.

También es elocuente el comentario de un colega de la misma Institución, que ante el pedido


de ayuda de Gruwell para que los jóvenes pudieran acceder a la lectura de Anna Frank, argumentó
que estos nunca se identificarían con este personaje, asegurando que las historias de vida no
tenían comparación y que estos solo eran unos delincuentes, orgullosos de exhibir sus armas y por
ende, desinados al fracaso.

Entonces vemos como desde el establecimiento educativo se concebía una representación


negativa del alumnado, dónde se los incluía por ley, y no había esfuerzo real por su crecimiento y
desarrollo íntegro como persona y estudiantes.

La docente, a través de sus diversas actividades, conexión con el grupo, orienta a los alumnos
en la elaboración de su plan de vida.

Las medidas que toma la señorita Gruwell se dan en la cotidianeidad de su trabajo con ellas y
se visibilizan concretamente en:

o Cuando tras ver la caricatura del alumno Yamal, les explica lo grave que resulta esta
actitud, en apariencia cómica, comparándola con lo que sucedió en el Holocausto,
donde los grupos nazis retrataban a los judíos resaltando sus rasgos. Y lo que
terminó sucediendo con estos grupos considerados inferiores por la raza aria
(negros, judíos). Esta situación es un momento bizagra, ya que oficia como
disparador de la serie de acciones que realiza después.
o Tras haber explicado de manera concisa lo que significó el Holocausto, debido a que
la mayoría del grupo lo ignoraba, propuso que sería pertinente leyeran “El Diario de
Anna Frank”, así como también los llevó al Museo de la Tolerancia, para que a
través de estos recursos conocieran este hecho histórico de gran relevancia y fueran

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construyendo el conocimiento no sólo a través de escuchar lo que ella como docente
podía exponerles en clase.
o Los libros que les compra para que lean, de un joven que era pandillero para que
puedan identificarse y sentirse atraídos por la lectura.
o Los diarios que les regala para que ellos escriban sobre sí mismos en su vida diaria,
para poder conocerlos personalmente y de una manera más profunda.
o La confianza que les brinda en su trato cotidiano.

La elaboración del plan de vida supone por parte del adolescente:

Autoconocerse y aceptarse. Conocer y aceptar sus capacidades y límites, así como el


momento histórico en el cual se encuentran. Esta aceptación no implica conformismo o renuncia al
perfeccionamiento, sino dejar de lado las idealizaciones.

Una escena que denota esta guía de Erin es cuando tras una tarea en la cual los alumnos se
debían autoevaluar, uno de ellos, Andre, se coloca un F (la más baja calificación) y ella lo
intercepta y le dice: sé quién eres y que no eres un fracaso, se que pasas situaciones duras en tu
vida, pero debes calmarte, poner tus ideas en orden y luego rehacer tu tarea, mereces más que
esto y lo sabes, es un insulto a ti y tus compañeros.

Querer realizarse. Al autoconocerse y aceptación de sí mismo, corresponde la tarea de


hacerse “dueño” de sí mismo, alcanzar un orden interior y disciplina y así poder enfrentarse
consigo mismo y el mundo.

La docente, con su trabajo, logra que los jóvenes tras conocerse a sí mismos y entre sí,
mejoren su relación y se vuelvan más unidos, sepan superar sus disensos, respetarse con sus
diferencias y semejanzas. Esto se visibiliza cuando tras enterarse de que en tercer año no los
acompañaría ella en Literatura, los alumnos se angustian, argumentando que con ella, habían
hecho de la clase un segundo hogar, dónde eran ellos mismos y se apoyaban, era “su lugar”

Elegir y afrontar. El joven elige por sí mismo, en el contexto cultural social e histórico en el
cual se encuentra. La adolescencia es una etapa de sucesivas elecciones, y siempre elegir una
alternativa, significa dejar otras de lado, así como también afrontar las consecuencias de sus
elecciones.

Muchos de estos jóvenes habían elegido ser parte de una pandilla, o habían, por su medio
social, llegado a formar parte de una, en búsqueda de identificación que en la familia no
encontraban. La docente les muestra que pueden optar por otras opciones menos nocivas,

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mostrándoles de lo que son capaces, desde su asignatura demostrándoles que son buenos en sus
producciones literarias y que tienen mucho potencial, así como también les hace ver que las
consecuencias extremas a las cuales los puede llevar esa elección de pertenencia a grupos
peligrosos no son motivo de orgullo

Una escena elocuente es en la que ella les dice: -“creen que serán recordados cuando
mueran? Cuando mueran se pudrirán y los demás seguirán viviendo, y se olvidarán de ustedes”. Y
mediante su apoyo, compañía y ejemplo, les demuestra que la vida es digna de ser valorada y que
perder la vida en peleas entre bandas no tiene el menor sentido, que están hechos para mucho
más.

Vemos en la escena antes retratada de Eva, cuando decide declarar la verdad en el


tribunal, que elige una opción, el ser honesta, y rompe con los vínculos que la ataban a la pandilla y
afronta las consecuencias de tal elección, sabiendo que es lo mejor para su vida. (Una de las
consecuencias, tal como le cuenta a Erin posteriormente, es ir a vivir lejos de Long Beach, en el
hogar de su tía, por temor a las represalias de la banda).

Afrontar la elección implica también poder integrarse a la comunidad, ser uno mismo cuando
se elige, reconocer que necesitamos de los demás para poder conformarnos como persona. Este
cambio es notorio en el alumnado, al principio de la película se encuentran todos enfrentados entre
sí, no pueden resolver sus disensos sin recurrir a conductas agresivas, ya sea de índole verbal o
física, y van aprendiendo a llevarse mejor, a apoyarse entre sí pese a sus diferencias.

Escenas como la de Marcus saludando a Ben (el chico rubio de la clase) en el festival de
recaudación de fondos del Instituto para costear el traslado de Miep Gibs, la señora que había
escondido a Anna Frank en su casa de los nazis, sin ningún tipo ya de animosidad entre sí; cuando
Cindy se sienta junto a Eva, eternamente enfrenadas por pertenecer a bandas opuestas, le sonríe y
le ofrece su maquillaje, cuando en el brindis por el cambio de fin de curso reconocen haber
encontrado su lugar, así como también en la publicación del libro “Diario de los escritores de la
Libertad” dan voz a sus vivencias y aúnan esfuerzos para confluir todos los testimonios, reconocen
que en la colaboración y el respeto mutuo está la salida a sus problemas y su desarrollo humano.

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3 Conclusiones

A modo de conclusión, es pertinente establecer la importancia del labor de la docente Erin


Gruwell, en función de revertir las políticas educativas que perjudicaban a los estudiantes del
programa de Integración, con el fin de brindarles una calidad de vida sustantiva y un desarrollo
integral, como guía también en la elaboración de cada uno de su plan de vida.

La docente no sólo les transmite conocimiento de su disciplina, Literatura, mediante la


lectura de textos clásicos, como la Odisea, hasta textos alternativos como el que les regala a sus
estudiantes, sino también de carácter afectivo y valorativo, mediante el interés que muestra por
ellos, en las actividades de las que los hace formar parte (visita al museo de la Tolerancia, cena
con sobrevivientes del Holocausto, recaudación de fondos para financiar la llegada de Miep Gibs,
etc.), y en la confianza que deposita en las potencialidades de cada uno.

Los estimula a que cada joven, desde su lugar, se apropie de los contenidos de la disciplina,
siendo éstos no transmitidos en una autoridad arbitraria y de modo unidireccional por la profesora,
sino de una manera en que los estudiantes puedan participar de la construcción del conocimiento,
modificando los enfoques para que encuentren un sentido, un significado personal en cada
concepto que ella les ofrece, de este modo respeta los contenidos que le demanda el curriculum
oficial, pero no los transmite de manera despersonalizada, sino que los adapta a quién tiene en
frente y así, puede desarrollar en su grupo de alumnos un aprendizaje duradero, ligado a la
memoria de largo plazo, que es a lo que se apunta a la hora de educar. Crea un puente entre los
libros que debe enseñar en su asignatura y la formación vital de los jóvenes, siendo este un modo
para que puedan apropiarse de los beneficios de la escolarización y de la lectura. Y surge en ella
también la idea de darles cuadernos para que se expresaran como quisieran, con un dibujo, un
poema, o un diario escrito. Los resultados fueron asombrosos: por primera vez los chicos del aula
203 comprendieron el lugar que ocupaban en el mundo viendo que había alguien dispuesto a
escuchar lo que tenían que decir.

Erin Gruwell deja de lado los métodos rigurosos y despersonalizados (como le manifiesta
Margaret en una escena al final de la película, donde le recrimina que sus métodos son difíciles,
imposibles de volver a aplicar, y que la Educación necesita de modos de hacer fáciles de ser
implementados con regularidad, formas de trabajo para enseñar a mayor cantidad de alumnos);
vemos que gracias a esta reflexión permanente que realiza de su práctica, en la cotidianeidad de
trabajo con su grupo, implementa políticas educativas acordes al contexto de sus estudiantes y
éstas rinden fruto, puesto que al contrario de lo que se esperaría mucho de los jóvenes no sólo se

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gradúan de la preparatoria sino que ingresan a la Universidad, además del cambio favorable que
en éstos obró durante todo el transcurso de su labor, en cuanto a su formación cognitiva y afectiva.

La película logra mostrar una visión distinta de este grupo de chicos, que suelen ser
marginados en diversos ámbitos, tendemos a desvalorizarlos por no asistir a clases o suspender, o
que se confiesan incapaces de aprender. No damos el paso que Erin Gruwell supo dar: averiguar el
por qué y conocer el tipo de vida que llevan en las calles, la pobreza y la violencia que sufren a
diario. Tras leer sus diarios y escuchar sus historias te das cuenta de que es imposible que se
preocupen por hacer sus deberes o por llegar puntuales a clase. Ahí es cuando es necesaria la
intervención del docente desde su espacio de trabajo, ayudarlos, brindarles herramientas para que
puedan enfrentarse a sí mismos y al mundo de la forma más sana y potenciadora de sus
cualidades y aptitudes.

La empatía, el esfuerzo, el respeto por el otro entonces, así como la perseverancia; como
valores que debe trabajar y desarrollar el docente para llevar a cabo su labor, en el contexto de
atención personalizada a sus estudiantes, revisionando permanentemente su propia práctica en
búsqueda de métodos, modos de trasmitir los contenidos en pos de un desarrollo integral del
alumnado.

Erin Gruwell en su trabajo como docente demuestra escapar de los cuatro peligros que
enuncia Tenti Fanfani (condescendencia, demagogismo, negativismo y facilismo), así como
favorece el desarrollo de la escuela para jóvenes que plantea el autor, valorizando y teniendo en
cuenta los conocimientos, expectativas e intereses de sus alumnos; fomentando y dando lugar al
protagonismo de los jóvenes y donde los derechos de la adolescencia se expresan en prácticas (de
participación, expresión, comunicación), no limitándose sólo a enseñar, sino que se propone
motivar, interesar, movilizar y desarrollar conocimientos significativos en la vida del grupo de
chicos; se muestra flexible en tiempos, secuencias, metodologías, modelos de evaluación,
sistemas de convivencia; y toma en cuenta la diversidad de sus alumnos; acompaña y facilita la
construcción de un proyecto de vida para los jóvenes; otorgándoles a estos un lugar de
pertenencia.

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