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Espacios, tiempos

y recursos en el aula
multigrado
Limber Santos | Maestro. Director del Departamento de Educación para el Medio Rural, CEIP.
Docente e Investigador del Instituto de Educación, FHCE, UdelaR.

La tríada espacios-tiempos-recursos ha esta- La tríada


do por décadas en el centro de las considera- Considerar los espacios educativos ha impli-
ciones didácticas acerca de la escuela rural y cado las posibilidades de expandir el aula tradi-
su estructura de grupos multigrado. Se trata de cional en función de las alternativas disponibles
elementos constituyentes de todas las prácticas en el medio rural. En nuestra construcción pe-
educativas, pero las manifestaciones singulares dagógica, y a partir de los aportes de Agustín
que adquieren en la escuela rural han justifica- Ferreiro en 1937, los espacios educativos se pre-
do un tratamiento diferencial y específico. Este sentaron como una de las mayores riquezas de
tratamiento ha sido parte de la formación per- la escuela rural, en tanto permitían cumplir con
manente de los maestros rurales, que en nuestro preceptos opuestos a la Escuela Tradicional y
país ha tenido, desde hace más de medio siglo, configurados en torno a las ideas escolanovistas.
una prolífica actividad desde el viejo Instituto De todos modos, el propio Ferreiro (ed. 2010),
Normal -en Estación González y, desde 1959, Jesualdo (1937) y, más tarde, la pléyade de pen-
en Cruz de los Caminos-, luego CENACMAR, sadores con la figura de Julio Castro (1944) a
y actualmente Centro “Agustín Ferreiro”. Las la cabeza, despreciarían la adopción acrítica de
prácticas en escuelas rurales, los talleres y la estas teorías, proponiendo un conjunto de ideas
EDUCACIÓN RURAL

producción teórica allí generada, fueron cons- “a la uruguaya” y construyendo un pensamiento


truyendo la especificidad didáctica de la escuela autóctono al respecto. En este marco, los espa-
rural uruguaya, que tuvo su materialización en cios educativos se visualizaban a partir del con-
términos prácticos, en la consideración de estos cepto de medio, tan relevante desde el punto de
tres elementos. La defensa pedagógica de aque- vista social como didáctico.
lla especificidad sumada a un sentido pragmáti- Sobre la base de esta noción de medio, se
co que buscaba formar un maestro que contara abordó profundamente la rica disponibilidad de
con herramientas para desenvolver su acción en recursos, constituyendo otro de los elementos
un medio y en unas circunstancias tan particu- identitarios de la escuela rural. El buen uso de
lares, justificaron el pensamiento y la acción en los recursos que el medio ofrece ha sido una
torno a ellos. de las claves didácticas más importantes, como
factor esencial del máximo aprovechamiento
del potencial de la escuela rural. El maestro
rural debía conocer el medio y sus recursos
humanos y materiales para fomentar un diálogo

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escuela-comunidad, que en nuestra pedagogía Espacio, tiempo y recursos didácticos no tie-
rural siempre se ha visto como imprescindible. nen existencia per se; por el contrario, su senti-
La enseñanza de los contenidos en la escuela do y legitimidad están dados por su pertenencia
rural ha girado en torno a estrategias y meca- a un dispositivo didáctico y, por lo tanto, nece-
nismos de integración, posibilitados por los sitan de las decisiones docentes para su configu-
recursos existentes, su conocimiento y su inte- ración y puesta en funcionamiento. A los efec-
gración a las actividades didácticas. tos de la investigación sobre la Didáctica Mul-
La organización de los tiempos ha sido un tigrado, toda observación y reflexión sobre las
elemento crítico en este marco, dado que de ella prácticas educativas en la escuela rural necesita
depende la viabilidad de una práctica educati- de este ejercicio de considerarlos por separado
va en un grupo multigrado. La correlación de que, aunque arbitrario, resulta necesario como
contenidos, la simultaneidad de actividades, técnica heurística.
la alternancia de trabajo dirigido con trabajo
autónomo, han sido siempre características ine- Los espacios
ludibles de la escuela rural y, a la vez, factor de La necesidad de referirse a este elemento
preocupación en los docentes. En este sentido, en plural refiere a la multiplicidad de espacios
la gestión de múltiples procesos de aprendizaje que intervienen en las situaciones didácticas
en el aula de forma paralela a lo largo de la jor- desarrolladas en la escuela rural. No hay uno,
nada escolar, ha implicado la instrumentación sino diversos espacios educativos que coexis-
de estrategias en las prácticas de aula y en su ten y se activan permanentemente. Histórica-
planificación. Los múltiples cruces entre disci- mente se ha abundado en el concepto de aula
plinas, grados y momentos de la jornada escolar, expandida para referirse a las posibilidades de
determinaron ciertos modelos de planificación desarrollar procesos de enseñanza y de apren-
propios y específicos de la escuela rural. dizaje fuera del salón de clase. Las actividades
Hoy podemos considerar que ninguno de desarrolladas en distintos ámbitos dentro y fue-
los elementos de la tríada se desarrolla con in- ra del edificio escolar determinan la expansión
dependencia de los demás en la complejidad del aula más allá de sus límites. Precisamente,
de una práctica educativa. También debemos la cuestión de los espacios nos lleva a repensar
tener en cuenta que existe una escena fundante el concepto de aula.
de lo didáctico y que se instala en la pregunta El aula no está definida por las cuatro pare-
del qué enseñar, a partir de la cual estos y otros des del salón. No hay espacio que por sí solo
elementos de la práctica educativa tienen lugar y constituya un aula. Esta es: todo espacio en el
sentido. En el multigrado, la organización de los que, a partir de una decisión docente, se pro-
contenidos adquiere, además, una complejidad y ducen acontecimientos del orden del enseñar y
una riqueza extraordinarias. Por lo tanto es claro del aprender. Este espacio es por excelencia el
que la consideración didáctica de los espacios, salón de clase, pero puede ser el salón auxi- EDUCACIÓN RURAL
los tiempos y los recursos dependerá de los con- liar, la cocina-comedor, el patio, el invernácu-
tenidos de enseñanza y su organización, por lo lo, el galpón, el monte o la cañada. Allí donde
que, en consecuencia, los elementos de la tríada opere un dispositivo didáctico se configurará
se moldearán y se relacionarán entre sí de una un aula, sin que las características materiales
forma dinámica y en permanente cambio. Sin sean determinantes para esa configuración. El
embargo, aun en la centralidad de los saberes, concepto de aula expandida hacía correspon-
la tríada no desaparece y sigue conformando la der el aula con el salón de clase, por lo cual
materialidad de lo que acontece en torno a la en- aquella en algunos momentos se expandía a
señanza y el aprendizaje. Allí ubicada, en su ca- otros territorios. A partir de esta nueva noción
rácter dependiente y a la vez determinante de la de aula, el concepto de aula expandida ya no
búsqueda de aprendizajes en un grupo multigra- es necesario. La importancia de este concepto
do, se hace necesario revisitar estos elementos, a de aula radica en que sus características varían
la luz de la riqueza conceptual que nos ha legado sustancialmente conforme varían las caracte-
la historia y de las reflexiones recientes emana- rísticas del espacio, los contenidos trabajados
das de la Didáctica Multigrado, en construcción. y las actividades didácticas desarrolladas. En

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función de donde se configure el aula, varia- abiertos, nunca dirigidos a un grado o nivel de-

Espacios, tiempos y recursos en el aula multigrado


rá la organización de los niños, las relaciones terminado. Recordemos que los temas no per-
interactivas, la disponibilidad de recursos y la tenecen a una disciplina en particular, tampoco
dinámica de clase. La posibilidad de jugar con a un grado o nivel específicos; son estructuras
alternativas diversas de aula, cada una con ló- epistémicas amplias que albergan contenidos
gicas diferentes de movimientos e interaccio- disciplinares múltiples y curricularmente plan-
nes, resulta fundamental para las prácticas en teados en todos los grados.
grupos multigrado y el aprovechamiento de su Muchos maestros rurales han instrumentado
potencial para el aprendizaje. la idea de Comisiones de trabajo, como una for-
Por las características del grupo multigra- ma de imprimirle a los rincones una dinámica
do, cuando el aula es el salón de clase, tiene que lleve a definirlos como algo más que espa-
múltiples posibilidades de gestión en función cios educativos. Las Comisiones son grupos de
de la aplicación del criterio de simultaneidad trabajo de composición multigrado, caracteriza-
y complementariedad de actividades didácti- dos por el abordaje de una determinada temá-
cas. Hemos visto que, en la mayor parte de las tica. Cada Comisión actúa en un rincón como
escuelas rurales unidocentes, el salón de clase espacio de trabajo; allí tiene una serie de mate-
está acompañado de un segundo salón contiguo riales, una cartelera y un cuaderno de registro
que alguna vez fue utilizado como salón de cla- de actividades. Pero lo más importante es que
se y, hoy en día, en virtud del descenso de la cada Comisión tiene siempre una actividad a
matrícula, se ha convertido en salón auxiliar. ser desarrollada que, en el marco del concepto
Tanto en uno como en otro ámbito, la instru- de escuela productiva (CNEPyN, 1950), genera
mentación de rincones es, con frecuencia, una finalmente un producto con la doble utilidad so-
práctica habitual en la propuesta docente. Los cial y educativa. Esta actividad puede ser desa-
rincones temáticos permiten disponer de espa- rrollada de manera individual, por parte de cada
cios simultáneos y paralelos al escenario común niño cuando termina su tarea y autónomamente
donde están ubicados los niños, ya sea en mesas se desplaza al rincón, generando con esto una
colectivas o en bancos fijos (Castro, 1944). En estrategia de aprovechamiento significativo de
este escenario común, el mobiliario ayuda pero los tiempos que surgen del desfasaje entre lo
no determina las prácticas ni las entorpece de planificado y lo ejecutado, por un lado, y de los
manera irremediable. Una vez más, la clave está diferentes ritmos de trabajo de los niños, por el
en las decisiones docentes, de tal forma que se otro. También puede ser desarrollada de a pares
puede disponer de un escenario común abierto, o en grupo, cuando las Comisiones en pleno es-
flexible y sujeto a una dinámica importante de tán trabajando en sus rincones.
intercambio y movilidad, disponiendo de los Además del salón de clase y del salón auxi-
tradicionales bancos Varela. Del mismo modo liar que opera con frecuencia como una prolon-
nos podemos encontrar con un escenario común gación de aquel, los espacios educativos en la
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frontal al docente y al pizarrón, con una estruc- escuela rural van más allá, configurando el aula
tura inamovible, fija y escasamente proclive a en territorios diversos, tanto dentro como fuera
la interacción y el movimiento, disponiendo de del local escolar. Estos otros espacios de aula,
mesas y sillas. De todas maneras, siempre hay lejos de ser considerados como excepcionales,
un escenario común al cual regresar. El niño deben ser la regla en una escuela rural con una
tiene una referencia estable en el salón; un lu- propuesta de multigrado abierta. Pero cuando
gar en el mundo múltiple y dinámico del aula el aula es la cocina-comedor, el predio escolar,
multigrado. Los rincones se presentan como el el invernáculo, la huerta a campo abierto, el
motor de esa dinámica, en tanto el niño debe es- monte o la cañada, sus características son otras
tar habituado a disponer de una autonomía que, y otros son, por lo tanto, la organización de los
sujeta a ciertos acuerdos de clase, le permita en- niños, su dinámica y desplazamientos. En pri-
trar y salir del escenario común, actuando solo o mer lugar, en estos ámbitos no hay escenario
en grupo en los rincones que corresponda. Más común, no existe una referencia espacial a la
allá de las temáticas y materiales allí existentes, cual regresar. La autonomía de movimiento
los rincones deberían ser espacios educativos se ejerce en función de la actividad propuesta

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Foto: Concurso Fotográfico QE / Isabel Álvarez
por el docente, y con frecuencia, esto no está de niños: se preocupa por mantener cierta fron-
pautado por la pertenencia de los niños a dife- talidad como ejercicio de control; itinera en el
rentes grados. Así como en el salón de clase, grupo y se mezcla con los niños de acuerdo a la
desde lo didáctico la estructura del multigrado actividad; acota y estructura el espacio a modo
se rompe con el funcionamiento de Comisio- de salón imaginario o ejerce la apertura que el
nes temáticas multigrado, en otros ámbitos ex- espacio permite.
ternos al salón, la estructura multigrado queda Pero este indicador no tendría validez sin la
totalmente abierta. consideración de los itinerarios que los niños
Para un observador externo o para el pro- realizan en el aula. Dentro del escenario común,
pio docente que reflexiona sobre sus prácticas, resulta interesante observar el desplazamiento
un potente indicador de esta dinámica son los de los niños hacia otros bancos o mesas que no
desplazamientos que efectúan los actores en el son los de su referencia, y la circulación hacia
aula, tanto dentro como fuera del salón de clase. y desde otros espacios, ya que ello indica las
El itinerario del docente a lo largo de la jornada posibilidades de interacción. De hecho, la orga-
podría ofrecernos un mapa con sus recorridos, nización de los espacios educativos nos lleva a
con lo que tendremos una interesante represen- considerar la organización del grupo -la cons-
tación de su propuesta docente. Este mapa nos titución y estructura del espacio común- y las EDUCACIÓN RURAL
indica cuánto tiempo el docente permanece en relaciones interactivas que esto implica. Los
el sector frontal del aula, próximo a su escri- itinerarios trazados por los niños dibujan un
torio o al pizarrón; cuánto tiempo recorre los mapa donde también puede caracterizarse la
caminos del escenario común, esto es, entre los propuesta didáctica del docente. Se observará
bancos o mesas; cuánto tiempo se detiene en los si prevalecen las relaciones interactivas de los
territorios del escenario común, propios de uno niños con el docente exclusivamente o si se fo-
u otro grado; cuánto tiempo se desplaza hacia mentan también relaciones interactivas entre los
los rincones o espacios de las Comisiones de niños. En tal caso, el mapa indicará si se fomen-
trabajo. Sin duda que cada una de las posibili- tan interacciones de niños pertenecientes a un
dades nos indica mucho acerca de la propuesta mismo grado o nivel, o si también son posibles
del docente y su abordaje del multigrado. De la y frecuentes las interacciones entre niños de di-
misma manera, cuando el aula se configura en ferentes grados. El mapa -que funciona como
otros ámbitos que carecen de escenario común, representación a modo de nota de campo- indi-
es interesante observar los desplazamientos del cará, asimismo, si la organización del grupo y
docente y su ubicación con respecto al grupo las relaciones que determina son estables y fijas,

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o están sujetas a modificaciones en función del
Espacios, tiempos y recursos en el aula multigrado
ámbito donde se configure el aula, los conteni-
dos trabajados y las actividades propuestas.
Sin dudas que una clave de lectura de los es-
pacios educativos no está en los espacios en sí,
sino en las dinámicas y movimientos que son
posibles en ellos. Esto supone, muchas veces,
cierta inseguridad en el docente por temor a que
se le vaya la clase de las manos. Sin embargo,
esto no está ligado a la movilidad de los niños, la
cual puede ejercerse con total autonomía, sujeta
a acuerdos de clase y con mecanismos estable-
cidos de funcionamiento: llamadas, respeto por
quien está realizando otras tareas, acuerdos de
interacción. Pero la autonomía no será impues-
ta; será ejercida a partir de una apropiación de
los espacios por parte de los niños y el docen-
te. Hay un lugar de referencia para cada uno y
múltiples posibilidades de viajar. Hay diversos
espacios de trabajo y todos se pueden utilizar de
acuerdo a los intereses, la actividad propuesta
por el docente y las circunstancias ofrecidas por
la interacción. planificación no están allí precisamente. Esta es
imprescindible pero se la debe ubicar en el lugar
Los tiempos que corresponde. Sin entrar en las consideracio-
También aquí es necesario mencionar el nes acerca de lo poco relevante que resulta el
término en plural. En el aula multigrado con- diseño de la planificación sobre el papel, es im-
fluyen distintas temporalidades que actúan si- portante destacar que las características de cual-
multáneamente, y distintas escalas temporales quier situación educativa, y mucho más de la que
son las que debe considerar el docente para su se desarrolla en un aula multigrado, provocan
planificación. que la planificación sea considerada como una
Lo primero refiere a la simultaneidad de pro- herramienta. Pero el respeto por la diversidad y
cesos que se desarrollan dentro del aula multi- la actuación sobre ella desde la enseñanza, hace
grado, en tanto no todos los niños están hacien- que esta herramienta no deba pretender contro-
do lo mismo siempre. Cuando hay actividades lar in totum el desarrollo de una realidad signa-
con grupo total, todos comparten un tiempo; da por la incertidumbre. En efecto, el carácter
EDUCACIÓN RURAL

pero cuando se desarrollan propuestas didácti- incierto es lo que caracteriza los tiempos de una
cas diversificadas, distintos tiempos conforman situación educativa, y la pretensión de control
una trama compleja. Estas distintas temporali- es una fantasía. Como expresa Miguel Fernán-
dades se desencadenan a partir de las diferentes dez Pérez (1994), no se puede normar hasta
actividades propuestas para los grados o niveles, el final una situación educativa, sin que esto
pero también a la interna de cada uno de ellos, la implique restar importancia a la planificación
diversidad en las formas de aprender determina como herramienta. Pero la planificación está
ritmos diferenciales. El respeto por estos ritmos, para no ser cumplida en tanto su cumplimiento
tipos y modos de aprendizaje, exige para el do- estricto implicaría excesivos forzamientos del
cente tener en cuenta algunas consideraciones transcurso de una práctica, con el consiguiente
importantes acerca de su planificación. Durante desconocimiento de lo que en ella surja bajo la
mucho tiempo se ha concebido a la planifica- forma de reacciones de los alumnos, caminos
ción como un mecanismo que permite prever y que se bifurcan, alternativas inesperadas que se
controlar los tiempos de la jornada escolar. Hoy presentan, intentos que fallan; todo lo cual es
podemos decir que el sentido y la utilidad de la del orden de lo imprevisible. En este sentido, el

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de su uso. Una planificación inmaculada igual
que un martillo impecable en un panel, puede
ser un adorno o una fachada formal, pero no es
una herramienta.
Lo segundo refiere a la distinción entre los
tiempos didácticos de corta duración y los tiem-
pos didácticos de larga duración. Los tiempos
de corta duración necesariamente deben ins-
cribirse en tiempos de larga duración para que
adquieran sentido y continuidad como forma de

Foto: Concurso Fotográfico QE / Mariana de Mori


buscar aprendizajes. La corta duración didáctica
refiere, por excelencia, a la jornada escolar y, en
algunos casos, a la semana. Históricamente, la
consideración de la organización de la jornada
escolar en un grupo multigrado ha sido una te-
mática clave para el desempeño docente. Una
jornada, en la cual la simultaneidad de procesos
a partir de la diversificación de actividades exi-
ge una previsión de los tiempos por parte del
docente, que permita distribuir su presencia. El
resultado fue y sigue siendo la alternancia entre
trabajo dirigido y trabajo autónomo, en la que el
docente debería realizar dos movimientos sobre maestro alterna su presencia ante el grupo total,
la planificación en relación a su propio tiempo pequeños grupos, grados o niveles, y atención
de enseñanza. individual, según sean los casos. Aunque se re-
El primero es un movimiento a priori, esto es, gistran diversas formas de planificar esta alter-
todas las acciones de preparación de las prácticas nancia, la flexibilidad de una práctica educativa
y su registro, lo cual implica trazar un camino en el aula multigrado no parece necesitar de una
por el cual luego se intentará transitar. Se trata de planificación estricta de los tiempos de la jorna-
realizar el plan que luego no se cumplirá; pero su da con cuadros de doble entrada con distribución
realización se constituirá en una herramienta im- de horarios. Sí deben preverse actividades que
prescindible para moverse en la incertidumbre exijan de la presencia del maestro y actividades
de las prácticas. En ellas se tomarán decisiones que puedan desarrollarse por parte de los niños
previamente definidas, pero también será nece- de forma autónoma, para que luego la alternan-
sario tomar decisiones espontáneas, producto cia sea posible. Las estrategias complementa-
de las circunstancias siempre inesperadas. Estas rias del multigrado, como las ya mencionadas EDUCACIÓN RURAL
decisiones serán hijas de la improvisación, una Comisiones de trabajo o las viejas fichas -tan
improvisación fundamentada en el sentido co- actuales como se quiera-, harán el resto cuando
mún, en la formación, la experiencia y el camino los inevitables desfasajes se produzcan.
trazado en la planificación. Muchos maestros han considerado en lugar
El segundo es un movimiento a posteriori; de la unidad de tiempo jornada, la unidad de
esto es, una serie de registros ad hoc, al margen tiempo semana. Aunque estas decisiones tienen
o sobre el texto original, que se efectúa luego que ver con la modalidad de trabajo de cada do-
de haberse producido la práctica. Comentarios, cente, es claro que planificar la semana como
tachaduras, señalamientos realizados a la luz de un tiempo didáctico de corta duración permite
lo que realmente ocurrió, ayudan a replanificar, visualizar la correlación de actividades en el
ajustar y visualizar de nuevo la secuencia de ac- marco de una temporalidad más coherente. Con
tividades en la que se está trabajando. frecuencia, la jornada en el aula multigrado se
Estos dos movimientos convierten a la la puede planificar con mayor sentido si se la
planificación en una herramienta de trabajo y, visualiza con el antes y con el después que su-
como toda herramienta, esta debe tener marcas pone ver toda la semana. En estos casos, dicha

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modalidad permite tener una mejor perspectiva contenido nunca tiene un punto de partida sin

Espacios, tiempos y recursos en el aula multigrado


del transcurso de las secuencias que se están antecedentes y nunca tiene un final sin conse-
desarrollando. cuentes. Una actividad siempre tiene un pasa-
Precisamente, las secuencias de enseñanza do y un futuro, y de eso debe ser consciente
constituyen los tiempos didácticos de larga du- el maestro, pero también los niños. Ahora bien,
ración. Nada se aprende de un momento para una secuencia de enseñanza para ser tal debe te-
otro, nada se aprende de la noche a la mañana; ner control sobre la temporalidad que implica.
aprender cuesta y lleva tiempo. Durante mu- La distribución de las actividades en el tiempo
chos años se nos trasmitieron algunas consig- debe hacer que entre actividad y actividad no
nas vinculadas con el aprendizaje, con el fin medie un tiempo tan corto que no permita la
de estructurar las prácticas de enseñanza en decantación, ni tan largo que la secuencia pier-
consecuencia. Ir de lo cercano a lo lejano, de da coherencia y lazos de continuidad. Además
lo simple a lo complejo, de lo concreto a lo de la planificación periódica del docente, esto
abstracto eran algunas de ellas. Hoy todo ello debe registrarse en el aula, en tanto también los
se ha relativizado. En ocasiones, para la ense- niños deben ser conscientes de la secuencia.
ñanza de un contenido tomamos como punto Deben registrarse referencias al final de cada
de partida, un tema instalado en las antípodas actividad no solo en el cuaderno, sino en otros
y desde ahí es trasladado a lo cercano y co- recursos colectivos, como un papelógrafo, que
nocido; muchas veces, una temática se insta- permitan retomar el tema en la próxima activi-
la en el aula en toda su complejidad y luego, dad. La pregunta: ¿qué estamos aprendiendo?,
por un mecanismo de análisis y no de síntesis, al término y al comienzo de cada actividad,
descomponemos el todo complejo para com- ayuda a seguir la secuencia. En este marco, el
prender sus partes; otras veces, un concepto uso del cuaderno como registro solamente ten-
abstracto no constituye el final del proceso, drá sentido si es habitual la práctica de volver
sino el comienzo, tras lo cual desandamos un sus páginas hacia atrás e incluso de escribir no
camino que nos permitirá volver al concepto solamente bajo la fecha de hoy.
para su comprensión. Pero lo que no se ha rela-
tivizado es el factor tiempo. Siempre aprender Los recursos didácticos
lleva tiempo y, en consecuencia, la enseñanza No hay recursos per se. Al igual que el
debe respetar esos tiempos. De ahí la necesi- concepto de aula, el concepto de recurso di-
dad de estructurar secuencias de enseñanza dáctico no debería estar ligado a la materiali-
como conjunto de actividades concatenadas y dad del objeto. Es particularmente importante
que podrán tener diversas relaciones lógicas tenerlo en cuenta en la escuela rural, una de
entre sí, pero siempre estarán distribuidas en cuyas mayores riquezas está, precisamente, en
una determinada e inevitable temporalidad. Si la existencia de múltiples y variados recursos
el aprendizaje lleva tiempo, entonces también en su medio. Esto comporta el desarrollo de es-
EDUCACIÓN RURAL

la enseñanza debe llevar tiempo. trategias didácticas que perfectamente pueden


El apresuramiento por el abordaje de los prescindir de objetos especialmente construi-
contenidos del Programa parece conspirar dos para la escuela, haciendo que la artificiosi-
contra esta lógica temporal. Pero si queremos dad de la enseñanza disminuya.
que los procesos de enseñanza redunden en El árbol que está frente a la escuela, el paisa-
aprendizajes, lo mínimo es evitar la deriva de je circundante, la cañada que pasa cerca no son
enseñanza, esto es, el pasar rápidamente de un recursos didácticos. Son elementos del mundo.
FORMACIÓN DOCENTE

contenido a otro, sin respetar secuencias ni pro- Se transforman en recursos didácticos a partir
cesos de larga duración. Poco queda de eso. Las de una decisión docente que incorpore esos ele-
decisiones docentes de selección y priorización mentos a un dispositivo didáctico. Ni siquiera
forman parte como condición sine qua non de el mapa, la lámina o los cuerpos geométricos
la organización de los contenidos de enseñanza. -objetos construidos especialmente para la en-
Evitar la deriva de enseñanza no implica limi- señanza- son recursos didácticos por sí mismos.
tar lo que se enseña, sino ensanchar las posi- Si no funcionan en un dispositivo didáctico,
bilidades de aprendizaje. La enseñanza de un pueden ser meros elementos decorativos.

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Estas decisiones docentes implican visuali- cercanías y la cotidianidad deben complemen-
zar el potencial de los recursos del medio para tarse también con el aporte de recursos extraños
su aprovechamiento didáctico, para lo cual es al medio que, como las nuevas tecnologías de la
necesaria una formación específica. Agustín información y la comunicación, la escuela debe
Ferreiro centraba aquí sus críticas a la forma- acercar. Porque gran parte del sentido de lo que
ción excesivamente urbanizada de los maestros se enseña y cómo se lo enseña en la escuela,
quienes, según su apreciación, no estaban capa- tiene que ver con su ajenidad, con el extraña-
citados para percibir los procesos químicos y miento del saber que cautiva.
físicos que se producían en la naturaleza, como
sí los podían visualizar en el gabinete de labo- Reflexiones finales
ratorio. Por lo tanto, los recursos didácticos se Revisitar esta tríada de elementos de la prác-
construyen y para ello se necesita de una serie tica educativa supone volver a unas bases didác-
de decisiones que no pueden desligarse de la ticas ineludibles, con una mirada enriquecida
organización de los tiempos y de los espacios. por los avances que se han logrado en los últi-
Pero antes que nada, esas decisiones deben de- mos años en la construcción teórica de la Didác-
rivarse siempre de la escena fundante vinculada tica Multigrado. Esta no comienza ni se agota en
a la organización de los contenidos, antes referi- esta tríada, pero los espacios, los tiempos y los
da. Los contenidos a enseñar son, en definitiva, recursos forman parte de los acontecimientos
los que justifican el uso de uno u otro recurso. El didácticos en grupos multigrado, de manera in-
proceso inverso surgido por la falsa convicción tensa y múltiple. La diversidad particular de los
de tener que usar necesariamente y a priori el grupos multigrado desencadena una forma de
invernáculo, el árbol o la XO, termina viciando pensar estos tres elementos que viene a enrique-
la práctica educativa y quitando el potencial que cer profundamente su manifestación práctica.
esos recursos podrían tener. En el marco del máximo aprovechamiento del
En la escuela rural, un mismo recurso puede potencial del grupo multigrado, esta manifesta-
ser utilizado para trabajar diversos contenidos ción viene a caracterizarse por una diversidad
y no está ligado a un grado o nivel en particu- de posibilidades que actúan bajo el criterio de
lar, en tanto su naturaleza está indisolublemente la simultaneidad y la complementariedad. Esta
vinculada al dispositivo didáctico del que forma diversidad didáctica exige un gran esfuerzo del
parte. Su constitución depende del dispositivo maestro, compensado por los efectos que estas
didáctico, por lo que poco importa su grado de dinámicas tienen sobre los niños y sus procesos
sofisticación material. En la escuela rural se de aprendizaje. Procesos identificados con la in-
aprende a partir de los elementos más sencillos teracción, el respeto por los tiempos, la gestión
y cotidianos, siempre y cuando se posibiliten autónoma de los espacios y el deseo de aprender
nuevas miradas a lo que ya se dispone todo el provocado por el saber y las materialidades que
tiempo. Estos puntos de partida obtenidos de las permiten su circulación. EDUCACIÓN RURAL
FORMACIÓN DOCENTE

Bibliografía citada y consultada


CASTRO, Julio (1944): La Escuela Rural en el Uruguay. Montevideo: Talleres Gráficos 33.
CONSEJO NACIONAL DE ENSEÑANZA PRIMARIA Y NORMAL. República Oriental del Uruguay (1950): Programa para Escuelas
Rurales. Montevideo: Imprenta Nacional.
FERNÁNDEZ PÉREZ, Miguel (1994): Las tareas de la profesión de enseñar. Madrid: Siglo XXI editores.
FERREIRO, Agustín (2010): La enseñanza primaria en el medio rural. Montevideo: Ministerio de Relaciones Exteriores. Consejo de
Educación Inicial y Primaria. Consejo de Educación Técnico Profesional. 5ª edición.
SOSA, Jesualdo (1937): Vida de un maestro. Buenos Aires: Editorial Claridad.

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