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Departamento de Ciencias

Daniela Arcos – Amilcar Castillo – Geraldine Quezada – Nicole Sanhueza

GUIA Nº 1

Tercero Medio Electivo

Unidad N°1: Teorías evolutivas y origen de las especies

(Origen de la tierra y vida)

Objetivo: Determinar los hitos relevantes del surgimiento de la tierra y la vida

Aprendizaje esperado: Los alumnos comprenden el desarrollo de la tierra y


surgimiento de nuevas especies a partir de la evolución de una atmosfera primitiva.

Contenido: Origen de la tierra – Atmosfera Primitiva – Teoría de la endosimbiosis

Tiempo:2 horas pedagógicas

Instrucciones: Leer cuidadosamente y destacar los conceptos claves

Actividades: Cuestionario.

Origen de la tierra

El Universo comenzó con una gran explosión o “Big Bang”, la energía contenida es
liberada y cada partícula de materia formada posteriormente se alejó de manera violenta,
aumentando la temperatura. Hace unos 5.000 millones de años surge nuestro sol luego,
mientras que la tierra se formó hace 4.500 millones de años. En la actualidad los
científicos sostienen que el origen de la Luna (3.500 millones de años) que producto de un
impacto gigante entre dos protoplanetas que chocaron: La tierra en formación y un objeto
del mismo tamaño de Marte llamado Theia, generándose una gran cantidad de
escombros formando anillos constituyendo la Luna.

Estrellaban numerosos meteoritos los cuales contenían unos cristales con grandes
cantidades de sodio y agua, en la Tierra por la cercanía que se producía con la luna, y la
energía cinética de estas rocas se convertía en calor al producirse el impacto, los
elementos más pesados como el hierro y el níquel se hundieron hacia el centro del
planeta más los vientos fuertes que se producían, contribuyeron al surgimiento de los
océanos y pequeñas islas (provocado por el nacimiento de volcanes), liberando
aminoácidos, proteínas y minerales.

La atmosfera primitiva no estaba formada por la misma mezcla de gases que


actualmente respiramos, la atmosfera hoy está formada mayoritariamente por nitrógeno y
oxígeno. La mayoría de los científicos piensan que la atmosfera primitiva consistía

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principalmente de amoniaco y metano. Según Oparin, las condiciones existentes
en los primeros tiempos de la historia de la Tierra, una atmósfera rica en
hidrógeno, metano, amoníaco y vapor de agua, bombardeada
constantemente por los rayos solares ricos en ultravioleta (entonces aún no
existía la capa de ozono) y por las descargas eléctricas producidas durante
las tormentas, hicieron posible la síntesis de multitud de moléculas
orgánicas que cayeron en los océanos formando un “caldo” o “sopa
nutritiva”, donde se fue acumulando. La mayor o menor afinidad entre estas
moléculas hizo que se fuesen asociando para crear estructuras más
complejas en forma de esferas microscópicas huecas llamadas
estromatolitos (coacervados) Con el tiempo, se fueron autoseleccionando y
sobrevivieron las que tenían capacidad autorreplicativa, que constituirían
las primeras bacterias. En 1953 el bioquímico Stanley Miller aporto las
primeras evidencias experimentales, mostrando que casi cualquier fuente
de energía puede convertir las moléculas simples, posiblemente presentes
sobre la superficie terrestre, en una variedad de compuestos complejos.

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Origen de la vida

El comienzo de la vida surge en la era precámbrica hace 3.900 – 3.500


millones de años, las primeras células eran procariontes, obtenían
nutrientes y energía probablemente absorbiendo moléculas orgánicas de su
entorno ya que no había oxigeno libre en la atmosfera. Algunas células con
el tiempo adquirieron la facultad de utilizar energía solar para llevar a cabo
la síntesis de moléculas complejas de alta energía, a partir de moléculas
más simples, realizando el proceso de fotosíntesis. Este proceso ayudo a
generar oxígeno en las aguas y atmosfera.

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Las células eucariontes son muy diferentes a las células procariontes
por la presencia de organelos, esto se explica a través de la teoría
endosimbiotica postulada por Lynn Margulis, proponiendo que las células
primitivas se hicieron de los precursores de mitocondrias y cloroplastos
englobando ciertos tipos de bacterias.

Según el registro fósil, los primeros organismos multicelulares aparecieron hace


apenas 750 millones de año. Se considera que los principales grupos de multicelulares
(protistas pluricelulares, algas, hongos, plantas u animales) evolucionaron a partir de
diferentes eucariontes unicelulares.

Generación espontanea

El fundador de esta teoría fue Aristóteles, que, hacia mediados del siglo IV a. C.,
se dedicó al estudio de las ciencias naturales. El filósofo sostenía que algunas formas de
vida, como los gusanos y los renacuajos, se originaban en el barro calentado por el sol,
mientras que las moscas nacían en la carne descompuesta de las carroñas de animales.

El biólogo italiano Francesco Redi demostró que las larvas de mosca se


originaban en la carne tan sólo si las moscas vivas habían puesto previamente sus
huevos allí, sostenía que ninguna forma de vida había podido nacer de la materia
inanimada. Redi preparó algunos recipientes de vidrio que contenían carne del mismo
origen; entonces cubrió la mitad de estos recipientes con gasa, de modo que pudieran
transpirar y dejó abiertos los restantes contenedores. Después de algunos días observó
que la carne contenida en los recipientes cubiertos, aun cuando estaba en putrefacción no
contenía traza alguna de larvas, al contrario de lo que sucedía con la carne de los
recipientes descubiertos, en la que las moscas adultas habían podido poner sus huevos.

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Este experimento habría podido demostrar definitivamente que la vida sólo podía
originarse en otra forma de vida preexistente, pero no fue así: la teoría de la generación
espontánea sobrevivió dos siglos más.

En el mismo período, el fisiólogo inglés William Harvey, tras su estudio sobre la


reproducción y el desarrollo de los ciervos, descubrió que la vida de todo animal se inicia
efectivamente en un huevo, y un siglo después el sacerdote italiano Lazzaro Spallanzani
comprendió la importancia de los espermatozoides en el proceso reproductor de los
mamíferos. Aunque estos descubrimientos demostraron la validez de las tesis de Harvey y
Spallanzani, durante mucho tiempo se continuó sosteniendo la teoría de la generación
espontánea, por lo menos en el caso de los animales muy pequeños, como los
microorganismos hasta que, en 1861, gracias a Louis Pasteur y a sus experimentos
sobre las bacterias, fue definitivamente refutada.

Pasteur cultivó bacterias en una solución nutritiva contenida en unos cuantos


balones de vidrio; los balones estaban provistos de un cuello largo en forma de S,
desprovisto de tapón, que impedía el paso de los microorganismos externos. Después de
una prolongada ebullición, observó que la solución estaba desprovista de toda forma de
vida y que estas condiciones se mantenían durante varios meses. Con esta experiencia,
Pasteur descubrió el principio de la esterilización, además de otros procedimientos que
todavía se utilizan hoy para destruir los microorganismos, y demostró así que ninguna
forma de vida puede originarse espontáneamente de la materia inorgánica, sino
únicamente de la vida preexistente éste es el denominado proceso de la biogénesis.

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