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LA VOZ DE DIOS

Apocalipsis 1:10-18
Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran
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voz como de trompeta,

que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en


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un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a
Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea.

Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete


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candeleros de oro,

y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del


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Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el
pecho con un cinto de oro.

Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como


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nieve;sus ojos como llama de fuego;

y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno;


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y su voz como estruendo de muchas aguas.


16Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía una espada aguda
de dos filos; y su rostro era como el sol cuando resplandece en su
fuerza.

Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre
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mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último;


18y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de
los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades.
Tentación de Jesús (la voz de Satanás)
(Mr. 1.12-13; Lc. 4.1-13) Mateo 4:1-11
4 Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser
tentado por el diablo.
2Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo
hambre.
3Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas
piedras se conviertan en pan.
4El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino
de toda palabra que sale de la boca de Dios.
5Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo
del templo,
6 y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está:
A sus ángeles mandará acerca de ti, m y,
En sus manos te sostendrán,
Para que no tropieces con tu pie en piedra. m
7 Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios.
8Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los
reinos del mundo y la gloria de ellos,
9 y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares.

Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu


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Dios adorarás, y a él sólo servirás.


11 El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían.

La voz familiares
Marcos 3:21 (RVR1960) - Hnos. y madre de Jesús

Cuando lo oyeron los suyos, vinieron para prenderle; porque decían:


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Está fuera de sí.


Juan 1:41-42 Dios Habla Hoy (DHH) Andrés hno. de Pedro
41 Al primero que Andrés se encontró fue a su hermano Simón, y le dijo:

—Hemos encontrado al Mesías (que significa: Cristo).


42Luego Andrés llevó a Simón a donde estaba Jesús; cuando Jesús lo vio,
le dijo:

—Tú eres Simón, hijo de Juan, pero tu nombre será Cefas (que significa:
Pedro).

La voz religiosa
Mateo 12:1-8 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

Los discípulos recogen espigas en el día de


reposo (Mr. 2.23-28; Lc. 6.1-5)
12 En aquel tiempo iba Jesús por los sembrados en un día de
reposo;[a]y sus discípulos tuvieron hambre, y comenzaron a arrancar
espigas y a comer.
2Viéndolo los fariseos, le dijeron: He aquí tus discípulos hacen lo que no
es lícito hacer en el día de reposo.[b]
3Pero él les dijo: ¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y los que
con él estaban tuvieron hambre;
4cómo entró en la casa de Dios, y comió los panes de la proposición,que
no les era lícito comer ni a él ni a los que con él estaban, sino solamente
a los sacerdotes?
5¿O no habéis leído en la ley, cómo en el día de reposo[c] los sacerdotes
en el templo profanan el día de reposo,[d] y son sin culpa?
6 Pues os digo que uno mayor que el templo está aquí.
7Y si supieseis qué significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no
condenaríais a los inocentes;
8 porque el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo.[e]
Juan 9 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Jesús sana a un ciego de nacimiento
9 Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento.

2Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste


o sus padres, para que haya nacido ciego?
3Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las
obras de Dios se manifiesten en él.
4Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el
día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar.
5 Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo.
6Dicho esto, escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó
con el lodo los ojos del ciego,
7y le dijo: Ve a lavarte en el estanque de Siloé (que traducido es,
Enviado). Fue entonces, y se lavó, y regresó viendo.
8Entonces los vecinos, y los que antes le habían visto que era ciego,
decían: ¿No es éste el que se sentaba y mendigaba?
9 Unos decían: El es; y otros: A él se parece. El decía: Yo soy.
10 Y le dijeron: ¿Cómo te fueron abiertos los ojos?
11Respondió él y dijo: Aquel hombre que se llama Jesús hizo lodo, me
untó los ojos, y me dijo: Ve al Siloé, y lávate; y fui, y me lavé, y recibí
la vista.
12 Entonces le dijeron: ¿Dónde está él? El dijo: No sé.

Los fariseos interrogan al ciego sanado


13 Llevaron ante los fariseos al que había sido ciego.

Y era día de reposo[a] cuando Jesús había hecho el lodo, y le había


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abierto los ojos.


Volvieron, pues, a preguntarle también los fariseos cómo había
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recibido la vista. El les dijo: Me puso lodo sobre los ojos, y me lavé, y
veo.

Entonces algunos de los fariseos decían: Ese hombre no


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procede de Dios, porque no guarda el día de reposo. Otros [b]

decían: ¿Cómo puede un hombre pecador hacer estas señales?


Y había disensión entre ellos.
Entonces volvieron a decirle al ciego: ¿Qué dices tú del que te abrió los
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ojos? Y él dijo: Que es profeta.


18Pero los judíos no creían que él había sido ciego, y que había
recibido la vista, hasta que llamaron a los padres del que había recibido
la vista,

y les preguntaron, diciendo: ¿Es éste vuestro hijo, el que vosotros


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decís que nació ciego? ¿Cómo, pues, ve ahora?

Sus padres respondieron y les dijeron: Sabemos que éste es


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nuestro hijo, y que nació ciego;


21pero cómo vea ahora, no lo sabemos; o quién le haya abierto
los ojos, nosotros tampoco lo sabemos; edad tiene, preguntadle
a él; él hablará por sí mismo.

Esto dijeron sus padres, porque tenían miedo de los


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judíos, por cuanto los judíos ya habían acordado que,


si alguno confesase que Jesús era el Mesías, fuera
expulsado de la sinagoga.
23 Por eso dijeron sus padres: Edad tiene, preguntadle a él.

Entonces volvieron a llamar al hombre que había sido ciego,


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y le dijeron: Da gloria a Dios; nosotros sabemos que ese


hombre es pecador.
Entonces él respondió y dijo: Si es pecador, no lo sé; una cosa
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sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo.


26 Le volvieron a decir: ¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió los ojos?
El les respondió: Ya os lo he dicho, y no
27

habéis querido oír; ¿por qué lo queréis oír otra vez? ¿Queréis
también vosotros haceros sus discípulos?

Y le injuriaron, y dijeron: Tú eres su discípulo; pero nosotros,


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discípulos de Moisés somos.

Nosotros sabemos que Dios ha hablado a Moisés; pero respecto a ése,


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no sabemos de dónde sea.

Respondió el hombre, y les dijo: Pues esto es lo


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maravilloso, que vosotros no sepáis de dónde sea, y a


mí me abrió los ojos.
31Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es
temeroso de Dios, y hace su voluntad, a ése oye.

Desde el principio no se ha oído decir que alguno abriese los ojos a uno
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que nació ciego.


33 Si éste no viniera de Dios, nada podría hacer.

Respondieron y le dijeron: Tú naciste del todo en pecado, ¿y


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nos enseñas a nosotros? Y le expulsaron.

Ceguera espiritual
Oyó Jesús que le habían expulsado; y hallándole, le dijo:
35

¿Crees tú en el Hijo de Dios?


36 Respondió él y dijo: ¿Quién es, Señor, para que crea en él?
37 Le dijo Jesús: Pues le has visto, y el que habla contigo, él es.
38 Y él dijo: Creo, Señor; y le adoró.
39 Dijo Jesús: Para juicio he venido yo a este mundo; para que los
que no ven, vean, y los que ven, sean cegados.
Entonces algunos de los fariseos que estaban con él, al oír
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esto, le dijeron: ¿Acaso nosotros somos también ciegos?


Jesús les respondió: Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; mas ahora,
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porque decís: Vemos, vuestro pecado permanece.

Dios siempre no está hablando


Job 33:14 Dios Habla Hoy (DHH)
Dios habla de muchas maneras,
14

pero no nos damos cuenta.

La oración es el medio de oír a Dios

Job 33:26 Traducción en lenguaje actual (TLA)


Entonces orarás a Dios,
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y lo verás cara a cara;


Dios te brindará su favor
y te hará justicia.

La palabra de Dios para oír la voz de Dios

Josué 1:8 Reina-Valera 1960 (RVR1960)


8Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de
noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo
que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y
todo te saldrá bien.

2 Timoteo 3:16-17 Reina-Valera 1960 (RVR1960)


Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para
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redarg:uir, para corregir, para instruir en justicia,

a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado


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para toda buena obra.


Oír la voz a través de la predicación

1 Corintios 1:21 Reina-Valera 1960 (RVR1960)


Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios
21

mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura


de la predicación.

Oír la voz a través de la Conciencia


Hechos 24:16 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Y por esto procuro tener siempre una conciencia sin ofensa ante Dios y
16

ante los hombres.

Oír la voz a través del sentido Común y


Consejo
Proverbios 3:21 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Hijo mío, no se aparten estas cosas de tus ojos;
21

Guarda la ley y el consejo,

Proverbios 3:21 Nueva Traducción Viviente (NTV)


21 Hijo mío, no pierdas de vista el sentido común ni el discernimiento.
Aférrate a ellos,

Felipe y el etíope
Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve
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hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual


es desierto.
27Entonces él se levantó y fue. Y sucedió que un etíope, eunuco,
funcionario de Candace reina de los etíopes, el cual estaba sobre todos
sus tesoros, y había venido a Jerusalén para adorar,
28 volvía sentado en su carro, y leyendo al profeta Isaías.
29
Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro.
Acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: Pero
30

¿entiendes lo que lees?

El dijo: ¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare? Y rogó a Felipe que


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subiese y se sentara con él.


32 El pasaje de la Escritura que leía era este:
Como oveja a la muerte fue llevado;
Y como cordero mudo delante del que lo trasquila,
Así no abrió su boca.
33 En su humillación no se le hizo justicia;
Mas su generación, ¿quién la contará?
Porque fue quitada de la tierra su vida. m
34 Respondiendo el eunuco, dijo a Felipe: Te ruego que me digas: ¿de

quién dice el profeta esto; de sí mismo, o de algún otro?


35Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura,
le anunció el evangelio de Jesús.

Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí


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hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado?

Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo,


37

dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios.

Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el


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eunuco, y le bautizó.
39 Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a
Felipe; y el eunuco no le vio más, y siguió gozoso su camino.
Pero Felipe se encontró en Azoto; y pasando, anunciaba el evangelio
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en todas las ciudades, hasta que llegó a Cesarea.


Pedro y Cornelio
Hechos 10 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
10 Había en Cesarea un hombre llamado Cornelio, centurión de la
compañía llamada la Italiana,
2 piadoso y temeroso de Dios con toda su casa, y que hacía muchas
limosnas al pueblo, y oraba a Dios siempre.
3
Este vio claramente en una visión, como a la hora novena del
día, que un ángel de Dios entraba donde él estaba, y le decía:
Cornelio.
4
El, mirándole fijamente, y atemorizado, dijo: ¿Qué es, Señor? Y le dijo:
Tus oraciones y tus limosnas han subido para memoria
delante de Dios.
5Envía, pues, ahora hombres a Jope, y haz venir a Simón, el que tiene
por sobrenombre Pedro.

Este posa en casa de cierto Simón curtidor, que tiene su casa junto al
6

mar; él te dirá lo que es necesario que hagas.


7Ido el ángel que hablaba con Cornelio, éste llamó a dos de sus criados,
y a un devoto soldado de los que le asistían;
8 a los cuales envió a Jope, después de haberles contado todo.
9Al día siguiente, mientras ellos iban por el camino y se acercaban a la
ciudad, Pedro subió a la azotea para orar, cerca de la hora
sexta.
10 Y tuvo gran hambre, y quiso comer; pero mientras le preparaban algo,
le sobrevino un éxtasis;
y vio el cielo abierto, y que descendía algo semejante a un gran lienzo,
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que atado de las cuatro puntas era bajado a la tierra;

en el cual había de todos los cuadrúpedos terrestres y reptiles y aves


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del cielo.
13 Y le vino una voz: Levántate, Pedro, mata y come.
14Entonces Pedro dijo: Señor, no; porque ninguna cosa común o
inmunda he comido jamás.

Volvió la voz a él la segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo llames tú


15

común.
16 Esto se hizo tres veces; y aquel lienzo volvió a ser recogido en el cielo.
17Y mientras Pedro estaba perplejo dentro de sí sobre lo que significaría
la visión que había visto, he aquí los hombres que habían sido enviados
por Cornelio, los cuales, preguntando por la casa de Simón, llegaron a la
puerta.

Y llamando, preguntaron si moraba allí un Simón que tenía por


18

sobrenombre Pedro.
19 Y mientras Pedro pensaba en la visión, le dijo el Espíritu: He
aquí, tres hombres te buscan.
Levántate, pues, y desciende y no dudes de ir con
20

ellos, porque yo los he enviado.


21
Entonces Pedro, descendiendo a donde estaban los hombres que
fueron enviados por Cornelio, les dijo: He aquí, yo soy el que buscáis;
¿cuál es la causa por la que habéis venido?
22Ellos dijeron: Cornelio el centurión, varón justo y temeroso de Dios, y
que tiene buen testimonio en toda la nación de los judíos, ha recibido
instrucciones de un santo ángel, de hacerte venir a su casa para oír tus
palabras.
23Entonces, haciéndoles entrar, los hospedó. Y al día siguiente,
levantándose, se fue con ellos; y le acompañaron algunos de los
hermanos de Jope.

Al otro día entraron en Cesarea. Y Cornelio los estaba esperando,


24

habiendo convocado a sus parientes y amigos más íntimos.

Cuando Pedro entró, salió Cornelio a recibirle, y


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postrándose a sus pies, adoró.


Mas Pedro le levantó, diciendo: Levántate, pues yo
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mismo también soy hombre.


27 Y hablando con él, entró, y halló a muchos que se habían reunido.
28Y les dijo: Vosotros sabéis cuán abominable es para un varón judío
juntarse o acercarse a un extranjero; pero a mí me ha mostrado Dios
que a ningún hombre llame común o inmundo;

por lo cual, al ser llamado, vine sin replicar. Así que pregunto: ¿Por
29

qué causa me habéis hecho venir?


30 Entonces Cornelio dijo: Hace cuatro días que a esta hora yo estaba en
ayunas; y a la hora novena, mientras oraba en mi casa, vi que se puso
delante de mí un varón con vestido resplandeciente,

y dijo: Cornelio, tu oración ha sido oída, y tus limosnas han sido


31

recordadas delante de Dios.

Envía, pues, a Jope, y haz venir a Simón el que tiene por sobrenombre
32

Pedro, el cual mora en casa de Simón, un curtidor, junto al mar; y


cuando llegue, él te hablará.
33Así que luego envié por ti; y tú has hecho bien en venir. Ahora, pues,
todos nosotros estamos aquí en la presencia de Dios, para oír todo lo
que Dios te ha mandado.

34 Entonces Pedro, En verdad


abriendo la boca, dijo:
comprendo que Dios no hace acepción de
personas,
35 sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia.

Dios envió mensaje a los hijos de Israel, anunciando el evangelio de la


36

paz por medio de Jesucristo; éste es Señor de todos.

Vosotros sabéis lo que se divulgó por toda Judea, comenzando desde


37

Galilea, después del bautismo que predicó Juan:

cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a


38

Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes


y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque
Dios estaba con él.
39Y nosotros somos testigos de todas las cosas que Jesús hizo en la
tierra de Judea y en Jerusalén; a quien mataron colgándole en un
madero.
40 A éste levantó Dios al tercer día, e hizo que se manifestase;

no a todo el pueblo, sino a los testigos que Dios había ordenado de


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antemano, a nosotros que comimos y bebimos con él después que


resucitó de los muertos.

Y nos mandó que predicásemos al pueblo, y testificásemos que él es el


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que Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos.

De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él
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creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre.

Mientras aún hablaba Pedro estas palabras, el Espíritu Santo


44

cayó sobre todos los que oían el discurso.


Y los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro se
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quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se


derramase el don del Espíritu Santo.
Porque los oían que hablaban en lenguas, y que
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magnificaban a Dios.
Entonces respondió Pedro: ¿Puede acaso alguno impedir el
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agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el


Espíritu Santo también como nosotros?
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Y mandó bautizarles en el nombre del Señor Jesús. Entonces
le rogaron que se quedase por algunos días.

La voz del Espíritu Santo


Ezequiel 36:26 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y
26

quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de


carne.

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