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Linguistic competence and cognitive style in institutionalized children

Article  in  Revista de Logopedia, Foniatria y Audiologia · April 2006

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Juan Manuel Moreno Manso Ma. Elena García-Baamonde Sánchez

Universidad de Extremadura Universidad de Extremadura
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Originales
J. M. Moreno Manso Competencia lingüística y estilo cognitivo
M. J. Rabazo Méndez
M. E. García-Baamonde en niños institucionalizados
Departamento de Psicología
y Sociología de la Educación
Universidad de Extremadura
Resumen
La investigación aporta datos relativos al desarrollo
lingüístico y al estilo cognitivo de 74 niños cuyas
edades oscilan entre 6 años y 18 años en situación
de desprotección institucionalizados en varios centros
de acogida pertenecientes a la Comunidad Autónoma
de Extremadura. El estudio nos permite determinar si
la competencia lingüística de los niños en los diferen-
tes componentes del lenguaje es la adecuada. Tam-
bién nos proporciona evidencia en relación al estilo
cognitivo reflexivo o impulsivo de los menores anali-
zados. Para evaluar el desarrollo lingüístico de los
niños, utilizamos el BLOCscreening y para determinar
el estilo cognitivo utilizamos el MFF-20. Los resulta-
dos constatan el impacto de maltrato infantil en el
desarrollo del lenguaje, así como la presencia de
mayores dificultades en el componente pragmático.
Los resultados indican la presencia de diferencias en
el funcionamiento social y en el estilo cognitivo refle-
xivo-impulsivo según la edad de los menores y el
sexo.
Palabras clave: Maltrato infantil, desarrollo del lenguaje, estilo cognitivo, refle-
xión-impulsividad
Linguistic competence and cognitive style
in institutionalized children
The investigation provides information relative to
the linguistic development and cognitive style of 74
children between 6 and 18 years old in situation of
lack of protection, institutionalized in several centers
of reception belonging to the Autonomous Region
Correspondencia:
Juan Manuel Moreno Manso
Avenida del Elvas s/n
06007-Badajoz
Correo electrónico: jmmanso@unex.es
55
Revista de Logopedia, Foniatría y Audiología
2006, Vol. 26, No. 2, 115-125
Copyright 2006 AELFA y
Grupo Ars XXI de Comunicación, S.L.
ISSN: 0214-4603
of Extremadura. The study allows us to determine if
the linguistic competence of the children in the dif-
ferent components of the language is the suitable
one. It also provides us the evidence in relation to
the reflexive or impulsive cognitive style of the ana-
lyzed minors. To evaluate the linguistic development
of the children we use the BLOC screening, and to
determine the cognitive style we use the MFF-20.
The results indicate the impact of child maltreatment
in the development of the language, and the pres-
ence of major difficulties in the pragmatic compo-
nent. The results indicate the presence of differences
in the social functioning and in the reflexive-impul-
sive cognitive style according to the age of the
minors and the sex.
Key words: Child maltreatment, language development, cognitive style,
reflection-impulsivity
Introducción
La población infantil se ve sujeta a situaciones de
riesgo que obligan o aconsejan poner en marcha una
serie de medidas de protección que pueden conllevar
la retirada del menor de su núcleo familiar o de con-
vivencia. Estas medidas de protección son la acogida
familiar o residencial y la adopción. El objetivo de un
centro de acogida es acoger temporalmente a niños y
jóvenes que se encuentran en situaciones de riesgo
social o desamparo (Ley Orgánica 21/1987, del 11 de
noviembre, por la que se modifican determinados
artículos del Código Civil y de la Ley de Enjuicia-
miento Civil en materia de adopción) y proporcionar
una atención integral a aquellos menores que por
determinadas circunstancias no puedan recibirla de
sus familiares. La Ley Orgánica 21/1987, delimita cuá-
les son las situaciones de desprotección objeto de ins-
115
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MORENO, RABAZO Y COMPETENCIA LINGÜÍSTICA Y ESTILO COGNITIVO EN NIÑOSINSTITUCIONALIZADOS
GARCÍA-BAAMONDE
titucionalización del menor: a) situaciones que se
producen por el imposible ejercicio de los deberes de
protección, circunstancias del niño (fallecimiento de
padres, prisión, enfermedades incapacitantes, etc.)
que hacen que éste no reciba ni cuidados ni atención;
b) situaciones que se producen por el incumplimiento
de los deberes de protección, en las que los respon-
sables del niño renuncian total y absolutamente a
cumplir sus deberes de protección (renuncian a la
paternidad, lo abandonan a terceros o lo dejan solo,
en completa desatención); c) y situaciones que se
producen por un inadecuado cumplimiento de los
deberes de protección, tales como el maltrato físico,
maltrato emocional, abandono físico, abandono
emocional, abuso sexual, etc.
Uno de los derechos primordiales de los menores
es el de tener una familia que se responsabilice de sus
necesidades, que le de afecto y apoyo social. No obs-
tante, si sucede alguna anomalía o se produce alguna
alteración en la interacción del niño con el medio
durante la primera infancia, pueden aparecer en el
menor una serie de trastornos de naturaleza e inten-
sidad diferentes.
Los estudios de Wolfe y Pierre (1993), Urquiza y
Winn (1994), López (1995) y Rycus y Hughes (1998)
destacan la necesidad de evaluar el desarrollo lingüís-
tico y el estilo cognitivo de niños que como conse-
cuencia de su situación de desprotección han sido
institucionalizados en centros de acogida.
Fernández y Fuertes (2000) señalan como conse-
cuencias del maltrato infantil en los niños de edades
comprendidas entre 6 años y 14 años: el retraso lin-
güístico y la dificultad en la capacidad para resolver
problemas y descentrar la percepción y el pensa-
miento. Del mismo modo, a partir de la adolescencia,
destacan las dificultades a nivel cognitivo para alcan-
zar el pensamiento propio de las operaciones forma-
les, el desarrollo lógico y abstracto, y de nuevo la
capacidad para resolver problemas.
Rev Logop Fon Audiol 2006, Vol. 26, No. 2, 115-125
Amorós y Palacios (2004) recalcan que las dificul-
tades lingüísticas en niños institucionalizados que
sufrieron situaciones de malos tratos, pueden adoptar
formas muy diversas, destacando entre ellas: las gra-
ves deficiencias en las capacidades cognitivas y lin-
güísticas básicas (la atención, la imaginación, la
memoria, las destrezas para comprender y producir
el lenguaje, etc.), el retraso en la adquisición del len-
guaje, la dificultad para el uso del lenguaje interior
como medio para dirigir la acción (función autorre-
guladora) y el uso restringido del mismo (pobreza de
vocabulario, dificultades expresivas y receptivas en
la sintaxis de cierta complejidad, p. ej., el uso de ora-
ciones subordinadas).
116
Rogeness, Amrung, Macedo, Harris y Fisher (1986),
Allen y Tarnowski (1989), Ciccietti y Carlson (1989),
Milner (1990), Sandberg y Lynn (1992), Martínez y De
Paúl (1993), Gaudin, Polansky, Kilpatrick y Shilton
(1996), Pino, Herruzo y Moza (2000), González, Quin-
tana, Barajas, Linero, Goicoechea, Fuentes, Fernández
y De la Morena (2001), Ruiz y Gallardo (2002) y
Moreno (2003) mencionan, entre las consecuencias
psicológicas del maltrato infantil, aspectos tales
como: deficiencias importantes en el desarrollo del
lenguaje, falta de seguridad, retrasos en el desarrollo,
incompetencia en el funcionamiento social, impulsi-
vidad, deficiencias en el empleo del lenguaje común,
trastornos del habla, incapacidad para abstraer y
generalizar los conceptos, dificultad para refrenar los
impulsos ante el surgimiento de la mínima presión
ambiental o contrariedad, atención fluctuante, dis-
persa, inconstante y débil (principalmente por la gran
inestabilidad psicoafectiva), etc.
Con el estudio que presentamos a continuación
pretendemos aportar un mayor conocimiento sobre
las consecuencias de la desprotección infantil en el
desarrollo del lenguaje. Tratamos de identificar si la
competencia lingüística corresponde con la edad cro-
nológica de los menores, determinando el nivel lin-
güístico de cada uno de los niños a partir de los cua-
tro componentes analizados: morfología, sintaxis,
semántica y pragmática, así como establecer si el
componente pragmático es el más afectado en los
menores en situación de desprotección. Así mismo,
tratamos de determinar si existen diferencias signifi-
cativas en los componentes lingüísticos analizados y
en el estilo cognitivo reflexivo-impulsivo en los
menores según la edad y el sexo.
La investigación que planteamos se desarrolla en
el marco de los centros de acogida de menores de la
Comunidad Autónoma de Extremadura. La Comuni-
dad Autónoma de Extremadura, en su Ley 4/94, del 10
de noviembre de protección y atención a menores,
establece como situaciones de desamparo (y, por
tanto, de institucionalización del menor) las siguien-
tes: abandono voluntario del menor, malos tratos físi-
cos o psíquicos, trastorno mental grave de los cuida-
dores, que impida el adecuado ejercicio de la patria
potestad o del derecho de guarda y educación, dro-
gadicción o alcoholismo habitual de las personas que
forman parte de la unidad familiar, en especial de los
padres o guardadores de hecho de los menores, abu-
sos sexuales por parte de miembros de la unidad
familiar o de terceros con el consentimiento de éstos,
inducción a la mendicidad, delincuencia o prostitu-
ción; y cualquier situación de desprotección que
traiga su causa en el incumplimiento o el inadecuado
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MORENO, RABAZO Y COMPETENCIA LINGÜÍSTICA Y ESTILO COGNITIVO EN NIÑOSINSTITUCIONALIZADOS
GARCÍA-BAAMONDE
ejercicio de la patria potestad o de los deberes de
protección establecidos por las leyes, siempre que ello
incida en la privación de la necesaria asistencia moral
o material.
Las hipótesis que pretendemos verificar son las
siguientes: a) los niños en situación de desprotec-
ción manifiestan un desarrollo del lenguaje infe-
rior a lo esperado; b) los niños institucionalizados
manif iest an mayores dif icult ades en pragmát ica
que en el resto de componentes del lenguaje; c) el
estilo cognitivo impulsivo es más característico en
los niños de menor edad; d) existen diferencias en
la compet encia lingüíst ica según la edad de los
menores y el sexo.
Método
Sujetos
Los sujetos que forman parte de este estudio son
74 menores en situación de desprotección institucio-
nalizados en los centros de acogida de la Junta de
Extremadura. La muestra está compuesta por 41
varones y 33 mujeres. La edad de los menores oscila
entre 6 años y 18 años (tabla 1).
Los centros de protección donde se desarrolló la
investigación fueron los siguientes (todos ellos están
ubicados en la provincia de Badajoz): Antonio
Machado (Mérida), San Juan Bautista (Badajoz),
Pedro de Valdivia (Villanueva de la Serena), Ana Bola-
ños (Olivenza).
En la investigación se han considerado como
objeto de análisis la muestra global de menores (n =
74) en situación de desprotección, sin grupo de con-
trol. Sin embargo, dado que el propósito del estudio
es realizar un análisis comparativo, se han establecido
cuatro grupos diferenciados atendiendo al intervalo
de edad (6-8 años, 9-11 años, 12-14 años y 15-18
años) y dos grupos diferenciados atendiendo al sexo
de los menores.
Tabla 1 Distribución de los niños atendiendo a la edad y el sexo
6-8 años
Varón 16 (66,7 %)
Mujer 8 (33,3 %)
n 24
57
Instrumentos
Para evaluar el desarrollo lingüístico de los niños
(conocimientos del lenguaje y componentes defici-
tarios), teniendo en cuenta la edad de los menores,
utilizamos versión Screening de la Batería de Len-
guaje Objetiva y Criterial BLOC (Puyuelo, Renom,
Solanas y Wiig, 2002), y para la evaluación del estilo
cognitivo reflexivo-impulsivo, utilizamos la adapta-
ción española del Mat ching Familiar Figures Test
20 (MFFT20) de Cairns y Cammock (1978). La adap-
tación española, el test de emparejamiento de figu-
ras conocidas- 20 (MFF- 20) ha sido realizada por
Buela- Casal, Carretero- Dios y De los Santos- Roig
(2002).
Procedimiento
En primer lugar, aplicamos la batería BLOC-S des-
tinada a detectar si existen dificultades en alguno de
los cuatro componentes del lenguaje (morfología,
sintaxis, semántica y pragmática). Esta prueba nos
permite estimar el riesgo de que exista un problema
del lenguaje en cada una de las cuatro habilidades
comunicativas evaluadas. También nos informa de
forma global del nivel lingüístico y comunicativo del
niño en los cuatro módulos, reduce considerable-
mente el tiempo de aplicación respecto a otras prue-
bas y nos indica qué modulo de la batería completa
BLOC-C (Puyuelo, Wiig, Renom y Solanas, 1998)
debemos realizar al niño al completo para obtener
más datos y una puntuación más exacta.
El BLOCpuede aplicarse a partir de los 5 años. Esta
prueba nos permite evaluar la expresión y la com-
prensión de los niños en los cuatro componentes del
lenguaje, cuantitativa y cualitativamente. Es muy útil
para el diseño de planes de intervención individuali-
zados y grupales.
Rev Logop Fon Audiol 2006, Vol. 26, No. 2, 115-125
El módulo de morfología evalúa el uso de plurales,
formas verbales regulares e irregulares, reflexivos,
posesivos, etc. El módulo de sintaxis explora la estruc-
9-11 años 12-14 años 15-18 años n
7 (33,3 %) 6 (60 %) 12 (63,2 %) 41
14 (66,7 %) 4 (40 %) 7 (36,8 %) 33
21 10 19 74
117
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GARCÍA-BAAMONDE
tura de la oración, el sintagma nominal, el sintagma
verbal, el sintagma adjetivo, el objeto directo, el
objeto indirecto, etc. El módulo de semántica evalúa
el conocimiento que tiene el niño de la función sig-
nificativa de ciertos elementos de la oración: agente,
paciente, instrumental, nociones cualitativas y de
cantidad, etc. Por último, el módulo de pragmática
estudia el uso del lenguaje en diferentes contextos
comunicativos.
A lo largo de los cuatro módulos, las tareas que
deben llevarse a cabo para provocar la respuesta del
niño son las siguientes: denominar dibujos (objetos o
acciones), completar frases orales incompletas (gene-
ralmente en respuesta a dibujos), producción para-
lela (formular frases que, a nivel de estructura son
similares a las que le propone el evaluador, también
en respuesta a dibujos) y lenguaje inducido (el niño
debe expresar verbalmente una respuesta ante situa-
ciones que le presentamos en un dibujo).
En segundo lugar, utilizamos el MFF-20. La edad
de aplicación es a partir de los 6 años. Esta prueba
nos permite evaluar el estilo cognitivo reflexivo-
impulsivo mediante una prueba de emparejamiento
perceptivo. Los niños deben enfrentarse a tareas defi-
nidas por la incertidumbre (varias alternativas de res-
puesta entre las cuales una es la correcta).
Las pruebas se aplicaron individualmente, dedi-
cando 2 horas y media a la evaluación de cada uno de
los niños. El lugar de pasación de las pruebas fue el
centro de acogida donde se encontraba instituciona-
lizado cada menor.
Los análisis efectuados fueron los siguientes: en
primer lugar, realizamos un análisis de frecuencias, a
través de estadísticos descriptivos, con la finalidad
de determinar la competencia lingüística y el estilo
cognitivo reflexivo-impulsivo en los niños en situa-
ción de desprotección, atendiendo al sexo y a los
Rev Logop Fon Audiol 2006, Vol. 26, No. 2, 115-125
Tabla 2 Porcentaje de sujetos observados en la aplicación del BLOC-Sen los intervalos de 6-8 años y 9-11 años
6-8 años
Mo (%) Si (%) Se (%)
70-100: nivel superior 8,3 33,3 16,7
60-70: nivel de transición 25 41,7 50
30-60: nivel de emergencia 33,3 8,3 16,7
Inferior 25-30: nivel de alarma 33,3 16,7 16,7
Mo: morfología; Si: sintaxis; Se: semántica, Pra: pragmática.
118
diferentes intervalos de edad; y en segundo lugar, se
efectuó un análisis comparativo entre los distintos
intervalos de edad y el sexo de los menores, con la
finalidad de determinar si existen diferencias signifi-
cativas entre las muestras en función de los factores
estudiados. Para la segunda parte del análisis esta-
dístico, utilizamos la prueba t para muestras indepen-
dientes y la prueba de Kruskal-Wallis para varias
muestras independientes.
Resultados
A continuación mostramos los resultados relativos
a la aplicación del BLOC screening en los niños insti-
tucionalizados. Los módulos se han diseñado para
verificar el nivel de dominio a partir del 70 % de
aciertos (tablas 2-5).
El análisis de frecuencias indica lo siguiente. En
morfología, debemos señalar que en el intervalo de
los 6 años a los 8 años el 8,3 % de los niños se sitúan
entre los centiles 70-100 (nivel superior). Esto indica
que los niños dominan esta habilidad psicolingüís-
tica y pueden usarla correctamente. El 25 % de los
menores tienen puntuaciones que se sitúan entre los
centiles 60-70 (nivel de transición), lo que indica que
estos niños necesitan ayuda para dominar completa-
mente el componente del lenguaje evaluado. El
33,3 % de los niños muestran un dominio muy por
debajo de la competencia lingüística puesto que la
puntuación en morfología se sitúa entre los centiles
30-60 (nivel de emergencia). Por último, comproba-
mos que en el 33,3 % restante de los menores la com-
petencia del lenguaje es muy reducida, la puntua-
ción centil es inferior al 25-30 (nivel de alarma). En el
intervalo de los 9-11 años, el 14, 3 % de los niños se
9-11 años
Pra (%) Mo (%) Si (%) Se (%) Pra (%)
- 14,3 9,5 - -
25 28,6 33,3 52,4 4,8
41,7 9,5 23,8 47,6 71,4
33,3 47,6 33,3 - 23,8
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GARCÍA-BAAMONDE

Tabla 3 Porcentaje de sujetos observados en la aplicación del BLOC-Sen los intervalos de 12-14 años y 15-18 años

12-14 años 15-18 años

Mo (%) Si (%) Se (%) Pra (%) Mo (%) Si (%) Se (%) Pra (%)
70-100: nivel superior - 10 - - - 5,3 - -
60-70: nivel de transición 10 10 60 - 26,3 42,1 57,9 10,5
30-60: nivel de emergencia 50 50 20 80 47,4 26,3 31,6 73,7
Inferior 25-30: nivel de alarma 40 30 20 20 26,3 26,3 10,5 15,8

Mo: morfología; Si: sintaxis; Se: semántica, Pra: pragmática.

Tabla 4 Medias y desviaciones típicas en el BLOCscreening atendiendo a la edad de los menores

6-8 años (n = 24) 9-11 años (n = 21) 12-14 años (n = 10) 15-18 años (n = 19)
X Sx X Sx X Sx X Sx
Morfología 2,92 0,97 2,90 1,18 3,30 0,67 3 0,75
Sintaxis 2,08 1,06 2,81 1,03 3 0,94 2,74 0,93
Semántica 2,33 0,96 2,48 0,51 2,60 0,84 2,53 0,70
Pragmática 3,08 0,78 3,19 0,51 3,20 0,42 3,05 0,52

X: media; Sx: desviación típica.

Tabla 5 Medias y desviaciones típicas en el BLOCscreening atendiendo al sexo de los menores

Mo Si Se Pra
Varón (n = 41) Media 3,22 2,56 2,46 3,17
Desviación típica 0,88 1,10 0,81 0,54
Mujer (n = 33) Media 2,70 2,61 2,45 3,06
Rev Logop Fon Audiol 2006, Vol. 26, No. 2, 115-125

Desviación tìpìca 0,95 1,00 0,71 0,66

Mo: morfología; Si: sintaxis; Se: semántica; Pra: pragmática.

sitúan en el nivel superior (centil 70-100), el 28,6 %
en el nivel de transición (centil 60-70), el 9,5 % en
situación de emergencia (centil 30-60) y el 47,6 %
en nivel de alarma (inferior al centil 25-30). Entre
los 12-14 años, el 10 % de los menores tienen una
puntuación centil 60-70 (nivel de transición), el 50 %
se encuentran en situación de emergencia y el 40 % se
59
sitúan por debajo del centil 25-30. Por tanto, com-
probamos que el 90 % de los menores muestran un
escaso dominio de esta habilidad psicolingüística.
Por último, en el intervalo de los 15-18 años, el 26,3 %
de los niños se encuentran en un nivel de transición,
el 47,4 % en situación de emergencia y el 26,3 % en
nivel de alarma. Tanto en este intervalo de edad como
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GARCÍA-BAAMONDE
en el anterior, debemos destacar que ningún menor
domina correctamente la competencia lingüística
evaluada.
Respecto al módulo de sintaxis, los resultados
indican que en el intervalo de los 6 años a los 8 años
el 33,3 % de los niños dominan esta habilidad psico-
lingüística y pueden usarla correctamente (centil 70-
100). El 41,7 % de los menores se encuentran en un
nivel de transición (centil 60-70) y, por tanto, necesi-
tan ayuda para dominar completamente esta compe-
tencia lingüística. El 8,3 % de los niños muestran un
dominio muy bajo (nivel de emergencia) y el 16,7 %
se encuentran en situación de alarma. En el intervalo
de los 9-11 años, el 9,5 % de los menores tienen una
puntuación centil igual o superior a 70 y el 33,3 % se
encuentran en proceso de transición. Debemos desta-
car que el 57,1 % de los niños tienen un escaso domi-
nio de la sintaxis puesto que sus puntuaciones son
inferiores al centil 60 (nivel de emergencia-alarma).
Entre los 12-14 años, debemos destacar que el 80 %
de los menores muestran un escaso dominio de esta
habilidad psicolingüística (50 % en situación de
emergencia y 30 % en el nivel de alarma). Finalmente,
en el intervalo de los 15-18 años, comprobamos que
el 42,1 % de los niños se encuentran en un nivel de
transición y el 52,6 % de los menores se distribuyen
homogéneamente entre los niveles de emergencia y
alarma.
En el componente semántico, comprobamos que
en el intervalo de los 6 años a los 8 años el 16,7 % de
los niños domina correctamente esta habilidad psicolin-
güística, el 50 % se encuentran en un nivel de transi-
ción, necesitando ayuda para dominar completamente
esta competencia lingüística y el 33,4 % restante se dis-
tribuye homogéneamente en los niveles de emergencia
y transición. En el intervalo de los 9-11 años, el 52,4 %
se encuentra en transición y el 47,6 % en un nivel de
alarma. Entre los 12-14 años, debemos destacar que el
60 % tienen una puntuación centil 60-70 (nivel de
Rev Logop Fon Audiol 2006, Vol. 26, No. 2, 115-125
transición), el 20 % se encuentran en situación de
emergencia y el 20 % se sitúan por debajo del centil
25-30. Finalmente, en el intervalo de los 15-18 años,
comprobamos que el 57,9 % de los niños se encuentran
en un nivel de transición, el 31,6 % muestran un domi-
nio muy bajo (centil 30-60) y el 10,5 % restante se
sitúan en nivel de alarma.
El análisis de frecuencias del componente prag-
mático, refleja claramente que esta habilidad psico-
lingüística es la de menor domino en los niños perte-
necientes a los diferentes intervalos de edad. En el
intervalo de los 6 años a los 8 años, ningún niño
domina esta competencia lingüística y el 75 % de los
niños se sitúan en los niveles de alarma y emergencia.
120
En el intervalo de los 9-11 años, el 95,2 % de los niños
se sitúan por debajo del centil 60. En el intervalo de
los 12-14 años, destacamos que la totalidad de los
menores se encuentran entre los niveles de emergen-
cia y alarma. Y por último, en el intervalo de los 15-
18 años, comprobamos el 89,5 % de los niños mues-
tran un dominio psicolingüístico muy bajo.
El análisis de las medias y desviaciones típicas de
los diferentes componentes del lenguaje indica que
en todos los intervalos de edad, destaca el escaso
dominio de la morfología y la pragmática en los niños
evaluados. Así mismo, entre los 9-11 años y los 15-
18 años constatamos un dominio psicolingüístico
inferior a lo esperado en el componente sintáctico.
En el análisis de las medias y desviaciones típicas
de las diferentes habilidades psicolingüísticas aten-
diendo al sexo, destaca el escaso dominio de la mor-
fología y la pragmática tanto en varones como en
mujeres. En las niñas también constatamos la presen-
cia de un bajo dominio de la sintaxis.
Concretando aún más, podemos decir que en los
varones de 6-8 años las habilidades psicolingüísticas
más deficitarias son la morfología y la pragmática,
mientras que en las mujeres se produce en la sintaxis
y en la pragmática. En los varones de 9-11 años es
donde constamos dificultades en los cuatro compo-
nentes del lenguaje, en cambio en las niñas predomi-
nan las dificultades en pragmática. En el intervalo de
los 12-14 años, predominan los déficit en morfología,
sintaxis y pragmática tanto en los varones como en
las mujeres. Por último, entre 14 años y 18 años des-
tacamos las dificultades en morfología, sintaxis y
semántica en el varón y los déficit en morfología y
pragmática en la mujer.
A continuación mostramos los resultados relativos
a la aplicación del MFF-20 en los niños institucionali-
zados (tablas 6 y 7).
El análisis de las medias y desviaciones típicas
relativo a la aplicación del MFF-20 en los niños insti-
tucionalizados refleja una mayor impulsividad en los
varones (Mdn = 77) que en las mujeres (Mdn = 55),
pero similitud en las puntuaciones de eficiencia-
ineficiencia (Mdn = 55).
El análisis de las medias y desviaciones típicas
correspondiente a los diferentes intervalos de edad,
muestra que son los niños más pequeños los que pun-
túan más alto en impulsividad. El intervalo donde
constatamos mayor impulsividad es a los 6-8 años
(Mdn = 89), seguido de los 9-11 años (Mdn = 70). En
relación a la eficiencia-ineficiencia, también verifica-
mos que a menor edad los niños puntúan más alto
en ineficiencia. De nuevo los niños de 6-8 años son
los más ineficientes (Mdn = 76).
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GARCÍA-BAAMONDE

Tabla 6 Medias y desviaciones típicas en el MFF-20 atendiendo al sexo de los menores

Varón (n = 41) Mujer (n = 33) Total (n = 74)

X Sx X Sx X Sx
Impulsividad 73,39 21,77 61,82 53,82 68,23 25,30
Ineficiencia 57,63 29,35 53,82 28,78 55,93 28,96

X: media; Sx: desviación típica.

Tanto los varones como las mujeres de 6-8 años se
muestran impulsivos, pero las niñas manifiestan una
mayor impulsividad (Mdn = 92,5). Los niveles de efi-
ciencia-ineficiencia son similares (Mdn = 77 en el varón
y Mdn = 70 en la mujer). En este intervalo de edad es
donde se constata una mayor ineficiencia en los resul-
tados de los niños. Debemos resaltar también las dife-
rencias existentes en la puntuación de impulsividad de
los varones y de las mujeres correspondientes al inter-
valo de edad de los 12-14 años. Mientras que los varo-
nes puntúan alto en impulsividad (Mdn = 89), las niñas
se muestran reflexivas (Mdn = 30).
La aplicación de la prueba t para la igualdad de
medias indica que existen diferencias en la variable
reflexión-impulsividad de los niños correspondientes
al intervalo de los 6-8 años y 9-11 años, y 6-8 años y
los 15-18 años. En el factor eficiencia-ineficiencia
constatamos la presencia de diferencias entre los 6-8
años y los 15-18 años. Entre los 6-8 años y los 9-11
años verificamos ligeras diferencias, pero no signifi-
cación (tabla 8).
En la aplicación de los módulos relativos al BLOC
screening confirmamos diferencias en morfología en
varones y mujeres, y en sintaxis en el intervalo de
edad de los 6-8 años con el resto de los intervalos.
Entre los varones y mujeres advertimos ligeras dife-
rencias en el factor reflexión-impulsividad.
La aplicación de la prueba de Kruskal-Wallis para
varias independientes hace constar la presencia de
diferencias significativas en sintaxis, reflexión-impul-
sividad y eficiencia-ineficiencia en los diferentes
intervalos de edad analizados.

Tabla 7 Medias y desviaciones típicas en el MFF-20 atendiendo a la edad de los menores

6-8 años (n = 24) 9-11 años (n = 21) 12-14 años (n = 10) 15-18 años (n = 19)
Varón (n = 41) X Sx X Sx X Sx X Sx

Impulsividad 77,69 21,06 78,43 13,93 80,17 19,55 61,33 24,74

Rev Logop Fon Audiol 2006, Vol. 26, No. 2, 115-125

Ineficiencia 68,50 26,99 68,14 26,67 68,33 24,33 31,67 21,02

Mujer (n = 33) X Sx X Sx X Sx X Sx

Impulsividad 92,25 4,92 59,07 19,25 32,50 15,00 49,29 35,64

Ineficiencia 72,50 15,81 47,14 27,22 38,75 14,36 54,43 41,18

Total (n = 74) X Sx X Sx X Sx X Sx

Impulsividad 82,54 18,59 65,52 19,66 61,10 29,89 56,89 28,86

Ineficiencia 69,83 23,56 54,14 28,25 56,50 25,12 40,05 31,02

X: media; Sx: desviación típica.

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GARCÍA-BAAMONDE

Tabla 8 Prueba t para muestras independientes en las diferentes muestras analizadas

6-8 años 6-8 años 6-8 años 9-11 años 9-11años 12-14 años Varón-
9-11años 12-14 años 15-18 años 12-14 años 15-18 años 15-18 años Mujer
p p p p p p p
Morfología 0,975 0,201 0,752 0,247 0,760 0,286 0,018
Sintaxis 0,021 0,022 0,038 0,616 0,816 0,483 0,854
Semántica 0,531 0,431 0,451 0,676 0,799 0,816 0,960
Pragmática 0,583 0,577 0,878 0,957 0,406 0,421 0,443
Impulsividad 0,005 0,057 0,002 0,677 0,282 0,720 0,057
Ineficiencia 0,052 0,170 0,001 0,817 0,143 0,137 0,576

Discusión «por qué», «cómo» o «de qué manera» y los requeri-

Los resultados confirman las hipótesis iniciales. Los
niños institucionalizados manifiestan un desarrollo
del lenguaje inferior a lo esperado, siendo mayores las
dificultades en pragmática que en el resto de compo-
nentes del lenguaje y constatándose diferencias en
la competencia lingüística según el sexo y la edad.
En el componente pragmático, destacamos las difi-
cultades de los niños para reclamar la atención, realizar
demandas de información específicas, usar pronombres
interrogativos y utilizar los adverbios interrogativos de
lugar «dónde»y de tiempo «cuándo».
Igualmente, recalcamos las dificultades en el uso
del «de quién», «para quién» y «a quién», en el uso del
Tabla 9 Prueba de Kruskal-Wallis para varias
muestras independientes (variable de
Rev Logop Fon Audiol 2006, Vol. 26, No. 2, 115-125
mientos directos e indirectos de acción. Los niños tie-
nen dificultad para dar respuesta cuando el enun-
ciado les resulta demasiado largo, no logran
mantener la atención y comprensión durante todo el
tiempo y les faltan recursos para responder ante
determinadas situaciones.
Estos datos pueden relacionarse en cierta medida
con los de Dodge, Bates y Pettit (1994). Según estos
autores, los niños que han sido objeto de situaciones
de desprotección durante la infancia, carecen de
estrategias competentes en la solución de problemas
interpersonales.
Cuando un niño no tiene habilidades verbales
apropiadas para relacionarse y expresar lo que desea,
no puede interaccionar socialmente, como lo hacen
los demás. Lo que a su vez puede derivar hacia con-
ductas disfuncionales tales como: frustración, impul-
sividad, oposicionismo, resistencia al control del
adulto, ansiedad, inseguridad, sentimientos de infe-

agrupación: intervalo de edad)

rioridad, baja autoestima, reducción de las interaccio-
nes sociales, dificultades en la interacción con las
p personas de su entorno y mala adaptación, pudiendo
Morfología 0,788
inducir a su vez un desarrollo afectivo anómalo, con
alteraciones emocionales y comportamentales.
Sintaxis 0,033 Vemos que los menores evaluados son parcos en
Semántica 0,706 palabras, en ocasiones saltan de unos temas a otros,
les cuesta ponerse en el lugar de los adultos e imagi-
Pragmática 0,878 nar lo que dirán, sienten dificultad para pedir algo
Impulsividad 0,006 como favor, sobre todo en aquellas situaciones en las
que el niño representado en las escenas pide a su
Ineficiencia 0,015 madre u otro adulto algún objeto. Tienen dificultad
para solicitar más información sobre algún aconteci-
miento o para aclarar aspectos, para mostrar des-
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GARCÍA-BAAMONDE
agrado o disgusto acerca de algo, para formular
demandas explícitas, para requerimientos indirectos
de acción, limitaciones tanto para expresar cómo
para mostrar desacuerdo con niños y adultos, tenden-
cia a realizar grandes rodeos, escasa habilidad para
mostrar desacuerdo ante una figura de autoridad:
padre, madre, profesora, etc.
En morfología, destacan las dificultades para uti-
lizar formas verbales irregulares pasadas y futuras,
pronombres personales de primera, segunda y ter-
cera persona, reflexivos y posesivos. En sintaxis, la
capacidad para realizar una determinada estructura
lingüística a partir de un enunciado no es la ade-
cuada, los niños manifiestan dificultades para utili-
zar la voz pasiva, oraciones más complejas como las
subordinadas causales, temporales, adversativas y de
relativo. Y en semántica los resultados no son tan
bajos, aunque los niños tienen dificultad para utilizar
el dativo, usan inadecuadamente los locativos, las
nociones de cantidad con adverbios cuantificadores y
pronombres y los modificadores de tiempo y sucesión.
Las dificultades en la competencia pragmática
asociadas al escaso dominio de la morfología, pueden
estar relacionadas con el hecho de que algunas cons-
trucciones sintácticas organizan el valor pragmático
de los enunciados, como en el caso de las formas
imperativas y las oraciones condicionales y la posibi-
lidad pragmática (Clemente, 2000). Tal y como señala
esta autora, las características pragmáticas de un
enunciado intentan describir las intenciones que
tiene el niño para comunicarse, características muy
relacionadas con las sintácticas y las semánticas.
En relación al estilo cognitivo reflexivo-impulsivo,
los datos indican que los niños de menor edad se
muestran más impulsivos, destacando el intervalo de
edad de los 6 años a los 8 años. Estos niños se carac-
terizan por una latencia baja de respuesta y un ele-
vado número de errores. En los niños institucionaliza-
dos se refleja una mayor impulsividad en los varones
que en las mujeres, sobre todo entre 12 años y 14 años.
Las niñas son más reflexivas (emplean mayor tiempo
en contestar, pero cometen un menor número de
errores), excepto las de 6-8 años que puntúan más
alto en impulsividad que los varones. De ahí que Ste-
venson (1996) señale que la impulsividad es la dimen-
sión que se asocia con mayor frecuencia con los défi-
cit comunicativos.
La impulsividad cognitiva dificulta la capacidad de
los niños para pararse a reflexionar antes de actuar y
preveer los errores antes de cometerlos.
Los trastornos emocionales derivados de situacio-
nes de desprotección infantil pueden estar interfi-
riendo en la eficacia de los niños para la resolución de
63
tareas de carácter cognitivo. En esta misma línea,
Amorós y Palacios (2004) señalan que la impulsivi-
dad es una de las características más habituales en los
niños objeto de pobre estimulación y maltrato. Los
niños manifiestan dificultad para utilizar sus capaci-
dades de análisis, de resolución de problemas, de eva-
luación de situaciones, etc., a consecuencia de la
impulsividad que manifiestan.
Varios de los niños presentan dificultad para man-
tener la atención necesaria para funcionar cognitiva-
mente de manera apropiada durante la aplicación de
las pruebas.
Conclusiones
Los datos reflejan cómo el ambiente familiar en el
que viven estos niños y la pobre estimulación que
reciben, inciden sobre el desarrollo evolutivo (Ruiz y
Gallardo, 2002). Al igual que el estudio realizado por
Pino y cols. (2000) con menores en situación de negli-
gencia familiar vemos que los niños institucionaliza-
dos manifiestan dificultades en el plano cognitivo y
lingüístico.
Hemos podido comprobar que entre los habituales
retrasos que presentan los niños que se encuentran
en residencias de acogida destacan los relacionados
con el lenguaje.
Tal y como señalan Cantwell y Baker (1991),
Cohen, Barwick, Horodezky y Isaacson (1996) y
Sineiro, Juanatey, Iglesias y Lodeiro (2000), las dificul-
tades comunicativas suponen un obstáculo para la
adaptación personal, social y escolar de los niños. De
ahí la necesidad en nuestro caso, de implantar en las
edades tempranas un programa de intervención diri-
gido a estimular y reorganizar el lenguaje oral de los
menores institucionalizados con actividades que
favorezcan un estilo cognitivo más reflexivo.
Rev Logop Fon Audiol 2006, Vol. 26, No. 2, 115-125
La dificultad en la competencia lingüística es
habitual en menores institucionalizados en centros de
acogida, a consecuencia de condiciones de crianza
inadecuadas. Cualquier circunstancia en la que los
niños estén sometidos a condiciones de aislamiento,
soledad, inadecuada atención, pobre o ausente esti-
mulación, implica un déficit evolutivo. La escasa o
inadecuada estimulación recibida por los niños en el
contexto familiar, limita el desarrollo cognitivo y lin-
güístico de los niños (Amorós y Palacios, 2004).
Cuando la estimulación socioafectiva que recibe
un niño de su entorno no es la apropiada, su desarro-
llo se retrasa en las diferentes esferas, siendo el len-
guaje uno de los aspectos con mayor repercusión
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MORENO, RABAZO Y COMPETENCIA LINGÜÍSTICA Y ESTILO COGNITIVO EN NIÑOSINSTITUCIONALIZADOS
GARCÍA-BAAMONDE
(Domènech, 2001). Lógicamente, si la dificultad del
lenguaje no es muy grave y la estimulación/reorgani-
zación lingüística se introduce precozmente, la recu-
peración de muchos de estos niños será excelente. En
cambio, si la alteración del lenguaje es grave, el riesgo
de que subsista será elevado.
Nuestra propuesta metodológica se centra en la
estimulación, reorganización y reestructuración del
lenguaje de los niños, sin olvidar la necesidad de
favorecer el desarrollo emocional y afectivo de los
menores. Para el desarrollo normal y armónico, el
niño necesitará del trato confiado y frecuente por
parte de algún familiar o adulto significativo.
Comprobamos que det erminadas act it udes
familiares tales como la carencia de afecto, la falta
de cuidados físicos, la indiferencia a las demandas e
iniciat ivas de int eracción del niño, la f alt a de
comunicación, la host ilidad, los menosprecios o
comentarios negativos, la intolerancia, el rechazo,
el abandono y el bloqueo del desarrollo autónomo
(físico, emocional e intelectual) inciden considera-
blement e sobre la adquisición y el desarrollo del
lenguaje del niño.
Los niños criados impersonalmente son propensos
a desarrollar ciertos rasgos patológicos, tales como
retrasos globales en el desarrollo y dificultades en las
relaciones sociales.
En la misma línea de Domènech (2001), conside-
ramos que los vínculos emocionales positivos con
adultos pueden favorecer la adaptación del niño y
acelerar la recuperación del trastorno lingüístico de
éste.
En relación a la competencia lingüística, vistas
las dificultades que manifiestan los menores, cen-
t raremos la int ervención en consolidar las reglas
gramat icales conocidas por los niños y enseñar
estructuras gramaticales más útiles y funcionales.
Es necesario que los niños practiquen cada estruc-
tura gramatical aprendida con diferentes elementos
Rev Logop Fon Audiol 2006, Vol. 26, No. 2, 115-125
léxicos y en dif erent es cont ext os y pot encien la
comprensión de oraciones complejas. Debemos
incrementar el vocabulario de los niños, desarrollar
habilidades f uncionales que les permit an una
comunicación efectiva, fomentar la iniciativa y la
espont aneidad en la conversación y pot enciar el
establecimiento de turnos, a través de actividades
de int eracción verbal y no verbal, y enseñarles a
introducir eficazmente temas nuevos de conversa-
ción e incorporar los recursos lingüísticos trabaja-
dos a contextos naturales.
Al igual que Clemente (2000), insistimos en la
necesidad de centrar la intervención pragmática en
actividades que sean fácilmente generalizables a
124
ambientes reales, siendo fundamental el adiestra-
miento en el uso social en situaciones sociales con-
cretas (el niño debe saber cuándo, dónde, y cómo
hacer los diversos tipos de enunciados).
Así mismo, apreciamos que las dificultades en la
competencia lingüística varían, en cierta medida, en
función de la edad de los niños. De ahí que inicial-
mente nos planteáramos realizar un análisis diferen-
cial en lo relativo al lenguaje y al estilo cognitivo,
atendiendo a los diferentes intervalos de edad.
Nuestra principal aportación al estudio se centra
en la estimación cualitativa y cuantitativa de la
expresión y en la comprensión de niños en los cuatro
componentes del lenguaje (morfología, sintaxis,
semántica y pragmática), lo que nos ha permitido
identificar diferencias en cada una de las cuatro habi-
lidades comunicativas evaluadas y diseñar planes de
intervención individualizados y grupales.
Inicialmente el estudio era aún más ambicioso, en
el sentido de pretender analizar las diferencias en la
competencia lingüística y en el estilo cognitivo en
función de la edad de los niños, la modalidad de mal-
trato infantil que sufrieron y el tiempo de permanen-
cia en los centros de acogida, pero la administración
competente en materia de protección a la infancia
sigue siendo reticente a proporcionar este tipo de
información. De ahí que consideremos el estudio
como preliminar a futuras actuaciones que nos per-
mitan analizar las características de la personalidad
de los niños, el grado de adaptación personal, social,
familiar y escolar, la forma de desprotección infantil,
todo ello sin olvidar el tema esencial de nuestro estu-
dio, la competencia lingüística de los niños. Así
mismo, consideramos esencial un estudio más
exhaustivo del componente pragmático.
De los diferentes tipos de maltrato infantil, to-
do parece indicar que es el abandono emocional el
que más agudament e compromet e el adecuado
desarrollo de todos estos aspectos, aunque tipos de
maltrato tales como el emocional también pueden
repercutir notablemente sobre el desarrollo lingüís-
tico y cognitivo de los niños en situación de des-
prot ección. En un est udio realizado en niños en
situación de maltrato y abandono emocional, tras
la aplicación de la batería completa del BLOC, cons-
t at amos un desarrollo del lenguaje inf erior a lo
esperado en las diferentes habilidades psicolingüís-
ticas analizadas, predominando los déficit en prag-
mática en los niños que fueron objeto de maltrato
emocional (Moreno, 2003).
Consideramos que siguen siendo escasos los estu-
dios que relacionan los malos tratos a la infancia y las
dificultades del lenguaje.
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GARCÍA-BAAMONDE
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Recibido: 14/02/06
Modificado: 24/04/06
Rev Logop Fon Audiol 2006, Vol. 26, No. 2, 115-125
Aceptado: 15/05/06
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