Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
CONCEPTO DE RESPONSABILIDAD
En el siglo XIX, el sustantivo se adopta del anglosajón “responsibility”, luego pasa al francés
“responsabilité”, al italiano y al castellano, que significa que un sujeto que ha causado un
daño y que puede estar expuesto a una desaprobación jurisdiccional. Los americanos lo
diferencian del “liability” que corresponde a un sujeto ya declarado responsable.
La raíz del término es latina, pero en la historia no se habla de responsabilidad civil, incluso
cuando se comienza a distinguir la responsabilidad civil de la penal, se habla de maleficio.
Etimológicamente, responsabilidad quiere decir que cuando se causa daño a otro se rompen
pactos sociales, por lo que la reparación del daño restaura dicho pacto. La responsabilidad,
desde este punto de vista, sería una cuestión de justicia conmutativa, puesto que es un
problema de relación interpersonal con el otro. En la medida que se dañe a otro se debe
recomponer la relación reparando, para restaurar un pacto.
Entonces, la responsabilidad civil se puede definir, en términos generales, como aquella que
pone al sujeto en la necesidad de reparar un daño.
1
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
2
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Aunque las consecuencias de los actos libres pueden ser positivas o negativas, usamos el
término responsabilidad para vincular al sujeto con las consecuencias gravosas o negativas
del acto.
Es efectiva cuando materialmente una persona realiza una conducta que produce
consecuencias gravosas. Es eventual puesto que en cierto evento la persona será
responsable, por ejemplo, el padre con su hijo.
TIPOS DE RESPONSABILIDAD
Dependiendo del sujeto responsable, de la actividad que se le imputa y de las consecuencias
gravosas que sufre puede ser moral, política y jurídica.
A) Responsabilidad moral o ética: Nos referimos a una forma correcta de actuar. El parámetro
de lo bueno o lo malo viene dado por la razón y por la influencia del cristianismo. La
innegable influencia del cristianismo nos permite ir construyendo un estándar de la sociedad
para discernir lo bueno de lo malo.
Esta responsabilidad moral o ética nace en el fuero interno y no necesariamente se manifiesta
hacia el exterior. Una persona puede ser moralmente responsable sin tener consecuencias
jurídicas, por ello se entiende que es la más profunda del ser.
Esta responsabilidad requiere la existencia de una valoración prescriptiva previa que permita
discernir qué actos son compatibles con el bien propio, ajeno y social y qué acciones en
cambio son destructivas de esos valores; criterios valorativos que tienen su fuente en la
observación racional de la naturaleza humana y su aspiración de plenitud e integridad
perfectiva.
3
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Existen casos en que pudieran concurrir los tres tipos de responsabilidades, como el cohecho.
La responsabilidad moral es personal, la política determina la destitución del cargo, y la
responsabilidad jurídica decanta en un delito.
Así, por ejemplo, si un Ministro de Estado, en el ejercicio de su cargo, se hace culpable de
malversación de caudales públicos: habrá responsabilidad moral (culpa personal), política
(desviación de poder) y jurídica (sanciones penales y civiles por el delito).
4
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Existe una relación entre la responsabilidad jurídica y la política, ya que en casos graves la
responsabilidad política podrá hacerse efectiva mediante mecanismos jurídicos que
permitirán la privación de las funciones públicas del sujeto políticamente responsable.
Las facultades disciplinarias para imponer este tipo de sanciones no sólo corresponden a los
órganos del Estado, sino también a instituciones de Derecho Privado que, de alguna manera,
cumplen una función de bien público. Así, los arts. 553 y 554 señala que los estatutos de una
corporación tienen sobre sus miembros el derecho de policía correccional que los estatutos le
confieran. Esto se aplica también a las fundaciones.
5
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Art. 20 CP. “No se reputan penas la separación de los empleos públicos acordada por las
autoridades en uso de sus atribuciones o por le tribunal durante el proceso o para instruirlo ni
las muletas y demás correcciones que los superiores impongan a sus subordinados y
administrados en uso de su jurisdicción disciplinaria o uso de sus atribuciones gobernativas.”
6
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
En definitiva, esta se provoca cuando existe una acción u omisión típica, antijurídica y
culpable.
c) R. Reparadora o civil: Aparece vinculada esencialmente al daño que sufre una o más
personas individualizables, y al deber que tiene alguien de repararlo o compensarlo con
medios equivalentes.
Existen ordenamientos jurídicos que a propósito de la responsabilidad civil instauran otro tipo
de función de la responsabilidad reparadora. Por ejemplo, en EEUU se establecen los daños
punitivos que en definitiva buscan no solamente reparar a la victima, sino que castigar al
sujeto que ha actuado de forma dolosa o culposa.
En Chile, la víctima puede solicitar la reparación del daño emergente, lucro cesante y
eventualmente daño moral, pero en EEUU la persona podría pedir daños punitivos, y por
ende, se condena a la persona a pagar más, sólo por el hecho de haberse equivocado.
Hernán Corral señala que existen algunos ordenamientos en que se define la responsabilidad
civil, a diferencia de nuestro sistema. Así, el Código Civil de Portugal señala que consiste en “la
7
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
La definición de los propósitos de la responsabilidad civil pasa por una concepción filosófica
del régimen. A continuación, analizaremos las funciones que el régimen debiera cumplir.
Luego, que un régimen sea principalmente resarcitorio y que tenga como fundamento la
justicia conmutativa, es decir, aquella que se produce en la interrelación de dos sujetos;
dañante y dañado, implica que la reparación supone la satisfacción del interés de la víctima.
8
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Por otro lado, no siempre la función de reparación es una que cumpla el sistema en términos
puros, pues en la reintegración, en el entendido de volver al estado anterior en que estaba la
víctima, dicha función no es posible si se piensa en el resarcimiento de intereses
extrapatrimoniales. En estos casos, el sistema de responsabilidad civil no puede cumplir una
función estrictamente reparatoria, pues el honor o la integridad psíquica, por ejemplo, no se
pueden reparar o restablecer al estado anterior, aunque se puede buscar una condena
denominada por la doctrina como satisfactoria. Se pueden ofrecer a la víctima ciertos
disfrutes o goces que permitan aminorar los perjuicios causados.
El hecho de que un régimen tenga función reparatoria no le priva de que pueda cumplir una
función preventiva, pero ello no forma parte de la labor del régimen. Un sistema de
responsabilidad civil no tiene por objeto la prevención del daño, y, a una norma, como
aquella de carácter general a propósito de las reglas de responsabilidad que establece un
sistema de tutela preventiva del daño, no se le puede denominar responsabilidad
extracontractual, pues la responsabilidad supone que hay un daño. Por lo tanto, no se debe
confundir la función preventiva con la tutela preventiva del daño.
La regla de tutela general preventiva que consiste en que cualquiera puede denunciar un
daño que pueda provocarse como una acción colectiva, no se puede insertar en un sistema
de responsabilidad civil, pues ésta supone que el daño ya ocurrió.
La función preventiva del régimen de responsabilidad civil hace referencia a que cuando se
repara el daño que ya se causó, con dicha reparación se permite prevenir reparación
conductas dañosas, y no que el sistema está diseñado para la prevención de los daños.
En este sentido, la pregunta que cabe realizar es; si se indemniza al sujeto A, ¿se previene que
la conducta dañosa se vuelva a repetir?
La doctrina mayoritaria entiende que esa no es una función del sistema de responsabilidad,
puesto que a este no le debe preocupar el problema de la prevención. Luego, si previene, lo
hace de modo reflejo, y no de modo directo. En otras palabras, el sistema no debe estar
diseñado para prevenir, sino para reparar, porque se fundamenta en la justicia conmutativa,
que supone resolver un conflicto interindividual.
9
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Ese régimen tiene naturalmente limitaciones que son extra-sistemas. Los problemas que tiene
una victima para que el daño se repare dice relación con la configuración del extra-sistema;
tiene que ver con el sistema procesal o de aseguramiento.
El sistema para cumplir con la reparación funciona bien, y en caso contrario, los problemas no
están asociados al sistema, sino que los procedimientos son caros, no son expeditos, hay una
injerencia económica importante, etc.
Respecto de los accidentes del trabajo, la primera reacción del ordenamiento fue consagrar
en favor del trabajador una responsabilidad objetiva para el empleador en 1924, de la cual
solo se podía librar probando caso fortuito. El problema era que al trabajador se le exponía de
todas formas a un sistema procesal que importaba un costo elevadísimo, pues él tenia que
soportar el costo de la tramitación del juicio. En definitiva, en accidentes del trabajo se
establece un sistema de seguro social, por ende, cuando falla el sistema, interviene un sistema
de seguro, el cual debe tener varias variables de riesgo. El que sea un sistema de seguro social
implica que el riesgo del accidente está socializado, a diferencia de la lógica del seguro
privado, es el último avance de protección en favor de alguien que está en una situación de
desequilibrio económico.
10
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
La herramienta que satisface mejor la función de resarcir es, por regla general, la culpa. Esto
justifica que la culpa constituya el elemento central de imputación del régimen común que
está en el Código Civil y que está llamado primordialmente a reparar.
2ª función) Algunos piensan que el sistema de responsabilidad civil tiene una función punitiva,
que se puede verificar según tres opiniones distintas.
Se ha pensado que la responsabilidad puede cumplir una función punitiva de tres maneras
distintas:
1.- Dado que el Derecho penal tiene un principio de intervención mínima, hay una zona gris
de conducta que debería ser reprimida por la responsabilidad civil, porque pueden ser figuras
reprochables desde el punto de vista cultural, social y jurídico, pero no configuran un tipo
penal. Entonces, lo que evitaría la perspectiva de la responsabilidad civil es una suerte de
invasión del Derecho Penal a zonas que tradicionalmente no invade, como actos
preparatorios transformados en tipos penales. Esas zonas se piensan que deberían estar
cubiertas por la responsabilidad civil, así lo señala Ramón Domínguez.
Esta una opinión muy aislada, porque el sistema de responsabilidad civil, a partir del siglo XVI,
se desgaja de un sistema penal, entonces, en general, ningún autor cree que debería cumplir
una función penal, desde esta perspectiva.
2.- Una segunda perspectiva tiene un dato normativo propio del derecho comparado que se
ha tratado de importar.
En el common law existen los “punitive damage” (daños punitivos). En el sistema del common
law las figuras dañosas están pseudo-tipificadas con una regla general, entonces hay figuras
típicas de daños y en ese contexto en la jurisprudencia norteamericana se desarrolló la idea
del daño punitivo, que busca unir una función punitiva, es decir, penar conductas en materia
de torts en las que aparece un daño dolosamente causado o con negligencia inexcusable,
especialmente la relación de producto defectuoso.
Por ejemplo, si una automotora fabrica un vehículo y tiene un desperfecto en los airbags y
aún sabiendo ello, lo comercializó, entonces la indemnización que se concede en favor de la
víctima estará muy por sobre la indemnización ordinaria y eso persigue penar la conducta.
11
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
En este caso el sistema queda desvirtuado, pues no sería un sistema de reparación, sino que
de punición, sería una herramienta ocupada para punir.
En Chile, no se ha aceptado la inclusión de los daños punitivos.
3.- Algunos creen que la reparación del daño moral cumple un papel punitivo encubierto. La
jurisprudencia lo usa no solo para reparar, sino también para sancionar conductas.
Por ejemplo, si el Jumbo está vendiendo la carne podrida de Brasil y un consumidor demanda
daños, ¿se daría más daño moral a la víctima por tratarse del Jumbo, y no de un comercio
menor? ¿Habría que considerar la capacidad económica del Jumbo?
Los tribunales cuando introducen consideraciones para la valoración del daño que tienen
que ver con la culpa o con la capacidad económica del autor están transformando un
régimen de reparación en uno de punición.
Un sistema de sanción que está graduado por la culpa es de punición. De hecho, un sistema
de reparación como el del Código Civil no distingue entre dolo y culpa para efectos del
daño.
Esto no quiere decir que no se pueda realizar una valoración del estándar que corresponde a
una empresa, pues este se valora de acuerdo a la actividad. El punto es si se debe considerar
dicho estándar en la valoración del daño, puesto que, en caso de usarse el estándar para
cualificar el daño, entonces es un sistema de pena.
Por último, algunos autores han propuesto que el sistema de responsabilidad civil debe
cumplir una función preventiva con independencia de la función punitiva, vale decir,
reconociendo que debe cumplir una función principalmente reparatoria, también entienden
que, para ser eficiente, debe prevenir la existencia del daño, sin punir. Un sistema preventivo
no asociado a una función punitiva, que, de hecho, se rechaza. Esta perspectiva pertenece a
la Escuela del análisis económico del Derecho, la cual entiende que el sistema de
responsabilidad civil debe estar diseñado pensando no sólo en la justicia conmutativa, sino
que en la justicia distributiva. Así, las reglas de responsabilidad no solo satisfacen un problema
12
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
interindividual, sino que suponen también una distribución del costo social, el cual se debe
distribuir en términos eficientes.
Las reglas de intercambio del mercado (property rules) establecen reglas de prevención a
costos muy altos. Por ejemplo, en el terremoto no funcionaron los celulares, por ende, si se
quisieran aparatos de celular que funcionen en terremotos de grado 10 se tendría que
implementar un sistema de costos muy altos.
En cambio, los analistas económicos del derecho, entienden que en las reglas de daños, los
sistemas de prevención funcionan a costos bajos y estos deben incentivar no sólo la
reparación, sino la prevención, puesto que de otra manera el costo social no se distribuye
eficientemente.
La premisa del análisis económico del derecho es que el daño supone un costo. Cuando se
repara un daño, se traslada el costo, y no lo debe soportar la víctima, sino el dañante. Se
entiende que el traslado del costo no impacta en la relación interindividual. La perspectiva es
de justicia distributiva, porque el traslado del costo no queda limitado a la relación
dañante/dañado.
Por ejemplo, si un señor va a comprar al Jumbo, deja su auto estacionado y cuando vuelve le
han robado del auto 2 millones de pesos, dos celulares y un notebook. Cuando demanda al
Jumbo, la Corte lo condena a pagar una indemnización. Supondremos que los tribunales
sistemáticamente, a partir de esa sentencia, le ordenan a los supermercados a pagar
indemnizaciones por todos los daños que ocurren en sus estacionamientos.
Desde el punto de vista de la justicia conmutativa está perfecto, pues se repara el daño que
la victima ha sufrido.
13
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Sin embargo, un analista económico sostiene que no solo debemos fijarnos en la justicia
conmutativa, sino además en la distribución del costo social.
Si una Corte sistemáticamente ordena al Jumbo a pagar la indemnización, entonces, como
consecuencia, el Jumbo pondrá guardias y cámaras de seguridad, lo cual implica mayores
costos para el supermercado. Sin embargo, ese costo social lo van a pagar los consumidores,
puesto que el supermercado va a trasladar el costo hacia los clientes. Luego, ¿quién va a
pagar la indemnización? Los clientes, e incluso, quien anda a pie va a financiar dicha
indemnización.
El análisis económico del Derecho propone fijarse en la distribución del costo social para
evitar que sea ineficiente. Algunas escuelas entienden que la mejor herramienta para la
distribución del costo es la responsabilidad objetiva, y otra entiende que para que no hayan
traslados indebidos del costo social es la culpa.
La perspectiva no es de justicia conmutativa, pues no importa solo lo que pasa entre dañante
y dañado, sino también lo que ocurre en la sociedad. Cualquier sistema de distribución de
costos, incluso el de seguros, impacta en la eficiencia del costo social.
El profesor Corral señala que hay un requisito general de responsabilidad civil, que es la
capacidad delictual, es decir, la aptitud que tiene una persona para contraer la obligación
de reparar un daño. Luego, enumera requisitos del hecho generador de responsabilidad,
estos son:
Un hecho o acto originado en la voluntad del ser humano.
Que el hecho sea injusto o ilegítimo, denominado como antijuridicidad objetiva.
Nocividad que engloba principalmente el daño.
14
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
En estos tres autores se apunta principalmente a los mismos requisitos. Luego, el profesor
Alessandri, que es de una corriente más clásica, no considera la manifestación de la voluntad,
pues es un elemento que en sus orígenes se analizaba a propósito de la culpa o el dolo. Sin
embargo, con el desarrollo de la doctrina ello se fue independizando, y entonces la
manifestación de la voluntad termina siendo un requisito independiente.
Los tres autores hablan de la necesidad del daño, en virtud de un fundamento legal, ya que
el art. 2314 señala que comete el delito aquel que ha inferido daño a otro.
Nos referimos a la imputabilidad personal, es decir, a la aptitud que tiene una persona para
contraer la obligación de reparar un daño.
La regla general es que toda persona es capaz de delito o cuasidelito, salvo aquellas que la
ley declara expresamente incapaces.
Art. 2319 CC. “No son capaces de delito o cuasidelito los menores de siete años ni los
dementes; pero serán responsables de los daños causados por ellos las personas a cuyo cargo
estén, si pudiere imputárseles negligencia.
15
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Queda a la prudencia del juez determinar si el menor de dieciséis años ha cometido el delito
o cuasidelito sin discernimiento; y en este caso se seguirá la regla del inciso anterior.”
ii.- Que la demencia sea actual: La discapacidad mental es una situación permanente, pero
lo importante es que al momento de ejecutarse el hecho el agente estuviera imposibilitado
de deliberar normalmente. Por eso se admite que la privación de juicio o enajenación sea
transitoria.
Igualmente, los autores coinciden en que no resulta aplicable el art. 465 a la responsabilidad
extracontractual, de manera que la interdicción por demencia no impediría la
responsabilidad si se prueba intervalo lúcido; el artículo 465 se aplica sólo a los actos y
contratos.
El decreto de interdicción tiene el efecto de que todos los actos celebrados por el demente
interdicto serán nulos, aunque se alegue haberse ejecutado en un intervalo lúcido, en virtud
del art. 465 CC. En cambio, si no existe interdicción, se deberá probar que quien ejecutó los
actos es demente. Sin embargo, este artículo se refiere a actos y contratos, por ende, apunta
a la teoría del acto jurídico, y no a un tema extracontractual, no siendo aplicable en esta
materia.
16
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
El profesor Barros señala que el decreto de interdicción podría servir de base para que el
tribunal considere que el sujeto estaba demente, pero no se aplica de forma absoluta como
lo señala la ley.
iii.- Que la demencia no sea imputable a la voluntad del sujeto: Este no es un requisito pasivo,
sin embargo, el profesor Corral Talciano si lo considera, no así el profesor Alessandri. Este ultimo
señala que, en el art. 10 Nº1 el Código Penal hace la aclaración de que el sujeto se privó de
razón por causas independientes a él, y no así en sede civil, por ende, se entiende que el
Código Civil tiene otra línea de entendimiento.
Art. 2318 CC. “El ebrio es responsable del daño causado por su delito o cuasidelito”
El art. 2318 del CC comprende una norma especial que señala que el ebrio es responsable del
daño causado por un delito o cuasidelito2. En virtud de ello, se establece que, aun cuando la
embriaguez puede suponer perder el uso de razón y quedar en calidad de demente, dicha
persona no deja de estar obligada a reparar el daño que ha causado, pues por su propia
responsabilidad y culpa se encuentra en tal deplorable estado. En esto se distingue una
persona ebria y un niño, aunque ambos digan la verdad, el ebrio se pone en esa situación, en
cambio el niño no se pone en la situación de incapacidad de forma voluntaria, sino que la ley
lo hace. Lo mismo ocurre con el demente.
Se trata de la aplicación del principio moral de las acciones liberae in causa, y que puede ser
aplicado en supuestos diversos de la ebriedad.
De todas formas, la ebriedad debe ser ocasional, ya que el alcoholismo puede ser
considerado una enfermedad permanente, que puede llegar a asimilarse a la demencia si
produce pérdida permanente de la capacidad de razonar.
El alcoholismo es una patología, una adicción, y si en un juicio, el abogado puede alegar que
un sujeto está privado de razón por el alcoholismo, podría un juez aguantar el fundamento
bajo el entendimiento de que esta enfermedad puede privar de razón a una persona. El art.
2318 se refiere a la embriaguez y al estar drogado, pero la drogadicción puede pasar a ser
una privación de razón para efectos de la incapacidad.
17
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
La minoría de edad: Para determinar la capacidad delictual hay que distinguir dos
situaciones.
Los infantes: Menores de 7 años (art. 26 CC)
Mayores de siete años y menores de dieciséis: En este caso, el CC ha dispuesto que la
inimputabilidad se determine judicialmente caso a caso.
La capacidad delictual comienza a los 16 años, por ende, en cuanto a los menores
que tienen entre 7 y 16 años y que cometen un hecho dañoso, la imputabilidad del
hecho la determina el juez caso a caso, es decir, si actuó o no con discernimiento. En
caso de que no actúe con discernimiento, serán responsables de los daños causados
por ellos las personas a cuyo cargo estén si pudiere imputarse de negligencia.
Art. 2319 CC. “No son capaces de delito o cuasidelito los menores de siete años ni los
dementes; pero serán responsables de los daños causados por ellos las personas a cuyo cargo
estén, si pudiere imputárseles negligencia.
Queda a la prudencia del juez determinar si el menor de dieciséis años ha cometido el delito
o cuasidelito sin discernimiento; y en este caso se seguirá la regla del inciso anterior.”
La interpretación lógica de la regla del art. 2319 CC en su parte final señala que si el sujeto de
7 a 16 años actuó sin discernimiento, se seguirá la regla del inciso anterior. Sin embargo, el
inciso anterior señala dos cosas:
a) Que los menores y los dementes no son capaces
b) Que las personas a cuyo cargo están serán responsables de los daños.
18
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Esta responsabilidad no solo se aplica a los padres, tutores o curadores, sino a cualquier
persona que tenga a su cargo el cuidado del incapaz, y puede tratarse, por tanto, de una
situación fáctica sin reconocimiento jurídico.
Además, el guardián no puede pretender ser reembolsado por lo que se vio obligado a pagar
en los bienes del incapaz. Así se deduce a contrario sensu del art. 2325 CC, que se refiere al
derecho que tienen las personas en la responsabilidad por hecho ajeno de solicitar el
reembolso. En virtud del mismo, para pedir el reembolso, es necesario que la persona que
perpetró el daño sea capaz de delito o cuasidelito.
Art. 2325 CC. “ Las personas obligadas a la reparación de los daños causados por las que de
ellas depende, tendrán derecho para ser indemnizadas sobre los bienes de éstas, si los
hubiere, y si el que perpetró el daño lo hizo sin orden de la persona a quien debía obediencia,
y era capaz de delito o cuasidelito, según el artículo 2319.”
Para que haya responsabilidad es necesario el acto humano, que suele llamarse en
nomenclatura civil como el hecho de un hombre voluntario. Puede consistir en una conducta
positiva (facere) u omisiva (non facere). Un ejemplo de responsabilidad por omisión la
encontramos en el art. 2333, por el que se concede acción popular en todos los casos de
daño contingente que, por imprudencia o negligencia de alguien, amenace a personas
indeterminadas.
19
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Art. 2333 CC. “Por la regla general, se concede acción popular en todos los casos de daño
contingente que por imprudencia o negligencia de alguien amenace a personas
indeterminadas; pero si el daño amenazare solamente a personas determinadas, sólo alguna
de éstas podrá intentar la acción.”
Este acto se puede manifestar en una conducta activa (hacer algo) u omisiva (no hacer
algo) y la comisión por omisión (no hacer algo, pudiendo y debiendo hacerlo para evitar un
resultado)
20
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
En Derecho Penal se tipifica que la omisión está penada, sea directamente o por vía
interpretativa del verbo rector. Sin embargo, en el Derecho Civil no contamos con la
tipificación ni tenemos verbos rectores, puesto que la responsabilidad civil se produce
simplemente cuando existe un daño. Por lo tanto, se entiende que al referirnos de la
manifestación de voluntad pensamos en la acción y la comisión por omisión.
En conclusión, la omisión del Código Penal no se aplica a la responsabilidad civil, sino una
comisión por omisión o, en otras palabras, la omisión cuando se esté en la obligación de evitar
un resultado, puesto que, en principio, el no hacer algo no genera resultados dañosos.
DEBER O POSICIÓN DE GARANTE: En Derecho Penal se dice que la posición de garante puede
estar en distintas fuentes.
El profesor Corral Talciani establece que la posición de garante debe estar fundamentada en
la ley en términos generales, porque, en caso contrario, se afectaría la esfera de libertad del
individuo. Para considerar una posición de garante que no esté fundamentada en la ley debe
ser un caso muy excepcional.
El profesor Alessandri señala que no solo se deben considerar las fuentes formales de posición
de garante, sino también las fuentes materiales, es decir, los hechos fácticos, por lo que cada
vez que una persona pueda evitar un resultado dañoso sin detrimento propio se está obligado
a actuar. Ello en virtud del principio de no dañar a otro consagrado en el art. 2314 CC. Cada
vez que se pueda actuar sin detrimento evitando un resultado dañoso, se está obligado a
hacerlo.
El profesor Aedo señala que existiría una norma expresa que determina cuándo está obligado
a actuar una persona y cuando no, que es el art. 2320 CC. En definitiva, estas serían las reglas
que podrían ser entendibles a otras situaciones similares de posición de garante.
No se puede admitir una solución única, puede ser –a veces- que establecer deber de
garante arrastre un exceso de responsabilidad; puede que no.
La doctrina suele asimilar a la demencia estados transitorios de pérdida del uso de la razón. Se
entiende, así, exonerado de responsabilidad el que actúa en estado de hipnosis o sonámbulo.
21
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
El profesor Orlando Tapia agrega que podría llegar a considerarse estado de demencia, si
bien transitoria, la ausencia de voluntad producida por una violencia física o moral.
A nuestro juicio, estos casos no deben asimilarse a la demencia que es una causal de falta de
capacidad delictual y que por lo tanto califica la situación de una persona de un modo
permanente. Los estados transitorios de falta de uso de razón son más bien causales de
exoneración por falta de voluntariedad de la acción.
A nuestro juicio, lo más propio es ubicarlo como causal de supresión de la voluntariedad del
hecho. Es efectivo que cuando el daño se produce por fuerza mayor o caso fortuito puede
decirse que no hay ni ilicitud, ni culpa ni tampoco causalidad. Pero no los hay porque
primeramente ha quedado suprimida la voluntariedad básica sobre la cual se edifica la
construcción de la responsabilidad. Cuando un daño se produce por caso fortuito, en rigor no
puede ser vinculado a una voluntad humana.
En el supuesto general del caso fortuito deben quedar incluidas algunas causales de exención
de responsabilidad penal (aplicables también en derecho civil), cuales son:
22
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
- Causar un mal por mero accidente mientras se realiza un acto lícito no negligente (Art.
10 Nº8 CP)
- Obrar violentado por una fuerza irresistible o impulsado por un miedo insuperable (Art.
10 Nº9 CP)
- Incurrir en una omisión hallándose impedido por causa legítima o insuperable (Art. 10
Nº12 CP)
Se ha pensado que también hay caso fortuito si los daños se producen por el cumplimiento
de una orden de una autoridad legítima. Se sostiene que la orden debe provenir de la ley o
de la autoridad pública, no de autoridades privadas. Pareciera que lo relevante no es la
fuente de autoridad, sino más bien el grado de coerción que conlleva, es decir, si es capaz
de suprimir la voluntariedad del agente en la producción del daño. Esto raramente sucederá,
ya que la mayor parte de las órdenes requieren de una obediencia reflexiva. No obstante, el
mandamiento del superior podría ser considerado como causal de exclusión de ilicitud por
aplicación del art. 10 Nº 10 del Código Penal, que exime de responsabilidad al que “obra en
cumplimiento de un deber”
La jurisprudencia a propósito del caso fortuito en general ha señalado que el caso fortuito sea
irresistible e imprevisto son condiciones que deben observarse objetivamente, es decir, la
imposibilidad de prever o resistir el hecho dañoso debe ser absoluta.
23
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
En otras palabras, las personas jurídicas están definidas en el art. 545 del CC, que consagra la
teoría de la ficción. Savigny estableció que la ley natural se ve modificada a través del
ordenamiento jurídico que crea un ente ficticio, ya que la voluntariedad radica sólo en la
persona natural, sin embargo, para otorgarle voluntariedad a la persona jurídica
necesariamente se creó dicha ficción legal.
Para la teoría de la realidad de la persona jurídica, esta sí tiene un espíritu y una voluntad
propia, y por lo tanto no puede excluirse que a la voluntad del ente colectivo, manifestada
de acuerdo con su forma de existir, le sea atribuido un daño ilícito que debe ser reparado con
cargo al patrimonio de la misma persona jurídica, y no al de sus integrantes individuales.
Art. 58 CPP. “Por las personas jurídicas responden los que hubieren intervenido en el acto
punible, sin perjuicio de la responsabilidad civil que les afectare”
El art. 58 está admitiendo que a propósito de la responsabilidad civil la persona jurídica debe
responder como tal.
Lo cierto es que la persona jurídica es más que una mera ficción legal, y aunque también sea
exagerado absolutizar la realidad de la personalidad técnica que se le atribuye, bien puede
identificarse la voluntad colectiva generadora de un daño que será imputable a la persona
como tal, en la medida en que esté manifestada a través de las personas naturales que
actúan como representantes u órganos de la misma. Incluso respecto de la responsabilidad
de la persona jurídica es posible hablar de hechos voluntarios, y se mantiene la exigencia de
la voluntariedad como elemento de responsabilidad civil extracontractual.
24
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
En nuestro país, esta teoría está más o menos sustentada por el profesor Pedro Zelaya, quien
señala que se podría basar en el art. 2160 del CC.
25
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Art. 2160 CC. “El mandante cumplirá las obligaciones que a su nombre ha contraído el
mandatario dentro de los límites del mandato.
Será, sin embargo, obligado el mandante si hubiere ratificado expresa o tácitamente
cualesquiera obligaciones contraídas a su nombre.”
- Teoría del órgano: Es sustentada en nuestro país por el profesor Alessandri, Zelaya y
Pablo Rodríguez Gerez. Esta teoría establece que podemos reconocer órganos en la
persona jurídica; de administración, dirección, supervigilancia, los cuales podrán ser
una persona natural u otra persona jurídica, pero lo importante es que dichos órganos
deben ser capaces de atribuir actos a la persona jurídica, sea a través de la ley o de
los estatutos.
Importante
Órgano: persona natural con competencia para representar a una persona jurídica. ¿Cuál es
el principio para determinar la competencia de un órgano? Principio de juridicidad.
El estado es una persona jurídica, por tanto, fue creada por el derecho y posterior a este; no
tiene fundamento natural, se debe sujetar al derecho.
El estado, como persona jurídica, se compone de órganos centralizados (sin pj ni patrimonio
propio) y descentralizados (son pj y patrimonio propio).
La alcaldesa es órgano, la municipalidad es un organismo descentralizado. *
Para identificar si estamos frente a un órgano, según el profesor Cabanellas, debemos verificar
ciertos requisitos:
i. Deben existir personas que integran dichos órganos.
ii. Deben existir un conjunto de reglas que determinen su formación, cómo se crean.
iii. Debe existir un conjunto de reglas que determinen la regla que rige a dichos órganos.
Dentro de las cuales encontraremos reglas que limiten su actuación, reglas sobre los
poderes de los órganos, y reglas que establezcan actos efectuados por los órganos y
que sean imputables a la sociedad.
26
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Órganos de administración: Fijan el marco de acción dentro del cual debe actuar la
persona jurídica.
Órganos de representación: Vincula la conducta de la persona jurídica con los
terceros.
El ámbito competencial de los órganos viene determinado por el giro social, por el
estatuto; el estatuto fija radios de competencia, además de establecer jerarquía.
Cuya función es actuar frente a terceros en función de las decisiones de los demás
órganos. Por ejemplo, si los órganos de administración creen que es necesario
contratar una auditoría externa, ello será efectuado por el órgano de representación.
Importante
Agente aparente: Sujeto que por disposición legal representa a otro no solo para ciertos actos,
sino que –especialmente- para hechos (pueden ser ambos o ser lo uno u otro). La ley del
consumidor, sin decirlo expresamente, contiene representante aparente en el proveedor, es
decir, si X se compra un auto este tratara con un vendedor que no es órgano de
representación, tampoco es mandatario, solo es empleado de la compañía. Sin embargo, si
el auto fallare la empresa automotriz no podrá alegar que X no trató con un representante.
Han existido ciertos problemas respecto de las representaciones de hecho, es decir, una
persona competente dentro de la administración que no pertenece a los órganos de
representación; ¿Los representantes de hecho hacen responsable a la persona jurídica?
Una postura podría basarse en el art. 2320 haciendo responsable a la persona jurídica, pues
tiene una relación de subordinación con el representante de hecho.
Art. 2320 inc. 1 CC. “Toda persona es responsable no sólo de sus propias acciones, sino del
hecho de aquellos que estuvieren a su cuidado.”
27
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
ii. El órgano de administración debe obrar dentro del ejercicio de sus funciones, es
decir, en los estatutos se debe señalar que está facultado a mandatar a otra
persona a realizar un hecho determinado.
Además, señala que deberían responder solidariamente las personas naturales que hayan
tomado la decisión de ejecutar el acto que se torna ilícito.
El profesor Carlos Ducci, desde un prisma más clásico, señala que la persona jurídica incurre
en responsabilidad siempre que el hecho sea realizado por cualquier de las personas que la
integran, tengan o no representación, utilizando el argumento del art. 2320. Dicho artículo se
refiere a “empresarios del hecho de sus aprendices o dependientes”. Por ende, si existe un
trabajador bajo el cuidado de la persona jurídica, entonces debe hacerse responsable de los
hechos que dicha persona comete, pues el art. 2320 lo señala así.
El profesor Aedo señala cuatro requisitos para que la persona jurídica se haga responsable de
los daños:
i. La persona que representa a la persona jurídica debe obrar cumpliendo el objeto
social de la sociedad. Es decir, si se tiene una empresa de construcción de edificios
y a propósito de ello se causa lesiones a un vecino por derribarle el muro, la
empresa debe responder. En cambio, si un trabajador le pega un combo al
28
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
vecino, no actúa dentro del objeto de la sociedad, por ende, se hace responsable
la persona natural.
ii. Siempre se debe actuar cumpliendo las instrucciones de los órganos de
administración y gobierno. En otras palabras, se debe actuar dentro de la esfera
de las atribuciones de dichos órganos.
iii. El profesor señala que puede haber una representación plural de la persona
jurídica, por ende, pueden ser varios órganos que la representan y que pueden
atribuir la responsabilidad a la misma.
iv. La contemplatio domini, es decir, se debe manifestar que se está actuando a
nombre de otro.
La Corte Suprema señala que no es efectivo que las personas jurídicas no tengan voluntad,
sino que esta se radica en sus órganos, por ende, es perfectamente posible que respondan
civil y extracontractualmente por hechos propios.
3. LA REPROCHABILIDAD, CULPABILIDAD O
IMPUTABILIDAD.
El hecho no sólo debe ser ilícito, sino también culpable, en el sentido de que ha de poderse
dirigir un juicio de reproche personal al autor. Este juicio de reprochabilidad puede fundarse
en la comisión dolosa o culposa.
La regla general es el sistema subjetivo que requiere, además de los tres requisitos vistos
anteriormente, la imputabilidad; culpa o dolo.
29
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Delito y cuaslidelito:
Delito civil es el hecho ilícito cometido con la intención de dañar, es decir, es
cometido con dolo, que produce injuria o daño a otra persona.
Cuasidelito civil es el hecho ilícito cometido sin intención de dañar, o sea, es un hecho
ilícito cometido con culpa o negligencia, que causa un daño a otra persona.
Puede apreciarse que el elemento propio y común del delito y del cuasidelito es que ambos
son hechos ilícitos y ambos comparten el daño, y por lo tanto, sin daño nunca va existirá
responsabilidad civil.
Tanto el delito como el cuasidelito son hechos ilícitos, perjudiciales (ya que causan daño) y
productivos de obligaciones que se van a diferenciar según la intención que haya tenido el
autor, es decir, si hubo dolo o culpa, o existió o no intención de dañar en el autor.
Semejanzas
1. Ambos son hechos ilícitos.
2. Ambos causan daño o perjuicio.
3. Producen las mismas consecuencias jurídicas, o sea, la obligación de indemnizar
perjuicios.
4. Ambos pueden ser de acción o de omisión.
Diferencias
30
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
DOLO: El Código Civil en su art. 44 lo define, señalando que el dolo consiste en la intención
positiva de inferir injuria a la persona o propiedad de otro.
El dolo es un concepto general de todo el sistema jurídico, pues no sólo se aplica en derecho
civil, sino en otras ramas o disciplinas jurídicas.
31
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Una doctrina, defendida por el profesor Alessandri, señala que el dolo eventual en sede civil
no da origen a la obligación de indemnizar, porque, en definitiva, el actor no ha querido
provocar el daño, sólo se lo ha representado. Entonces, como la definición del art. 44 se
refiere a una intención positiva de dañar, no constituiría dolo ni da nacimiento a la obligación
de indemnizar. No bastaría la consciencia de que se puede causar un daño, sino que es
necesario que exista la intención de dañar. Agrega además un aspecto lingüístico, señalando
que la intención, según su sentido natural y obvio, es la determinación de la voluntad hacia
un fin, el deseo de ver realizada una determinada consecuencia.
Modernamente, el profesor Pablo Rodríguez Grez señala que el dolo se satisface siempre que
el autor del daño se encuentre en la situación de prever el resultado dañoso, y dicha previsión
debe ser, a lo menos, probable. Y, como acepta tal posibilidad, no realiza ninguna conducta
que excluya el daño, sino por el contrario.
32
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
El dolo se debe apreciar desde un punto de vista subjetivo y en concreto, lo cual implica que
se deben tomar en consideración las circunstancias personales del autor y determinar si tenía
o no la intención de causar un daño. Es necesario apreciar las circunstancias personales del
sujeto y determinar si estaba en su intencionalidad actuar ilícitamente a sabiendas de que su
conducta podía causar un daño.
Prueba del dolo: Debe aplicarse el art. 1459 CC, y por ende, el que alega el dolo deberá
soportar la carga de la prueba, ya que el dolo no se presume, salvo los casos en que el propio
legislador ha establecido la presunción en contrario.
CULPA
33
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
no tenía modo de controlar eso por la forma en que se realiza la operación. En consecuencia,
el médico piensa que no hay culpa, pues en la medida que no puede prever el resultado, no
se puede atribuir culpa en la operación.
Ordinariamente, se dice que hay culpa por oposición al dolo, y, lo que opone a ambos es el
acto no intencional. Por ende, todo aquello que no supone intención implica culpa, y para
describir eso se utiliza la expresión “involuntario”. En consecuencia, en la culpa, a diferencia
del dolo, habría involuntariedad. Tanto así, que el art. 1 del Código Penal define al delito
como toda acción u omisión voluntaria penado por la ley, entendiendo por voluntario a lo
doloso.
La idea ética es que detrás de la culpa está la ausencia de voluntad, así la falta de
intencionalidad se equipara a la involuntariedad.
Remitiéndonos a la teoría del acto jurídico, para que exista acto jurídico debe haber
voluntad, y ello se resuelve en virtud de las reglas de la capacidad. En el caso, por ejemplo,
de la actuación del demente es como si no hubiera voluntad. Entonces, se entiende que el
capaz ha actuado con voluntad.
Por otra parte, podría pensarse que en la culpa hay una falla intelectiva. El error estaría en la
intelección. Esta es una vieja idea de la filosofía griega, que entendía que la falla moral se
produce por ignorancia.
Sin embargo, esta idea se puede descartar precisamente porque la culpa no supone
previsibilidad, no hay representación como en el dolo, no tiene por qué haber un elemento
cognitivo. Efectivamente hay culpa con representación, pero eso no describe la esencia de
34
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
la culpa, porque también hay una sin representación. Por lo tanto, técnicamente no es una
falla del proceso cognitivo.
35
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
torno a si pude o no pudo prever el médico en particular, sino qué debe prever el médico de
acuerdo a un estándar. Si se entiende que hay una desviación del modelo, entonces sería
culpa.
Entonces, la culpa presenta una relación de alteridad con otro, porque la diligencia envuelve
cuidado. La culpa revela también la idea del deber, el cual es constitutivo de relaciones
jurídicas. ¿Esto quiere decir que no hay auto deberes de cuidado? ¿Se puede hablar de
culpa con uno mismo?
Al menos, respecto de la responsabilidad civil, la culpa supone otro para que sea constitutivo
de reparación.
Fallo CS: Unos niños saltan una valla de una empresa eléctrica y mueren electrocutados. La
CS cuando razona sobre el juicio de culpa señala que hay una norma administrativa que
regula la altura de las vallas de protección, estableciendo que la altura mínima era de 2.05
metros y la altura de la valla era de 2.03, por ende, se entendió que había culpa, porque el
estándar de comportamiento estaba en la norma.
Se tendría que empezar a razonar si dicha infracción normativa debía tener conexión no solo
en términos de riesgo potencial; a qué riesgos apunta la culpa, un riesgo genérico o concreto.
¿Si la valla hubiese sido de 2.05 no se produce el accidente?
¿Esto significa que si se cumple la norma hay diligencia? No, puesto que, por ejemplo,
conducir a 50 kms/hr cuando esa es la máxima velocidad permitida no es diligente, pues la
Ley de Tránsito exige que uno debe conducir a una velocidad razonable y prudente.
36
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
El juez puede crear el estándar de conducta: Esto ocurre la mayor parte de las veces. El juez
crea el modelo de imputación de la culpa ex post, por lo tanto, crea un estándar del buen
padre de familia. Este no es un modelo único, abstracto ni general.
37
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
La doctrina chilena moderna, como Barros y Corral, están de acuerdo en que el estándar de
comportamiento exigido responde a la culpa leve definida en el art. 44 CC, por ende, se
aplica en materia extracontractual.
Lo curioso es que el título XXXIII que se dedica a la responsabilidad extracontractual no utiliza
la palabra “culpa”, sino negligencia o imprudencia.
Art. 44 inc. 3 CC. “Culpa leve, descuido leve, descuido ligero, es la falta de aquella diligencia
y cuidado que los hombres emplean ordinariamente en sus negocios propios. Culpa o
descuido, sin otra calificación, significa culpa o descuido leve. Esta especie de culpa se
opone a la diligencia o cuidado ordinario o mediano.”
A partir de discusiones relativas a los accidentes del trabajo y de consideraciones que estiman
a la culpa como insuficiente para reparar a la víctima, surgen casos de responsabilidad, la
cual hace que muchos autores hablen actualmente de “derecho de daños”, y no de
responsabilidad extracontractual, ni aquiliana, ni delitos o cuasidelitos, pues entienden que el
centro del sistema está en el daño y no en la culpa. La explicación histórica es que el sistema
codificado evoluciona desde un sistema de punición centrado en la culpa del agente,
pensando en la culpa como un reproche moral o pecado jurídico por una conducta
individual, hacia un sistema que comenzará a centrarse en la víctima. Esta es la explicación
tradicional. Se señala que la culpa era un instrumento diseñado para punir una conducta
individual, más que para reparar el daño de la víctima.
38
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Sin embargo, a juicio del profesor Aedo, el modelo codificado respeta la tradición romana
que describe a la culpa en términos de ser la infracción de un patrón de comportamiento, y
por ende, no sería un reproche moral.
El sistema evoluciona a partir de los accidentes del trabajo, que son una manifestación de la
industrialización y comienza a enfocarse en la protección de la víctima, porque se piensa que
los Códigos eran individualistas centrados en una sociedad fundamentalmente agraria, ajena
al proceso de masificación de daños posteriores. Cuando se produce este proceso, según la
visión tradicional, el elemento de la culpa perdería relevancia, pues el foco estaría en reparar
a la víctima.
En este cambio de paradigma se critica la culpa en particular, y no el dolo, pues este último
tiene una incidencia muy menor en un sistema de responsabilidad civil. Entonces, va ganando
terreno la idea de responsabilidad objetiva, pues además se piensa que ello favorece
procesalmente a la víctima que no se ve expuesta a la prueba de la culpa.
A partir del siglo XX empiezan a surgir ideas en orden a que la responsabilidad se debía
asentar, no en la idea de la culpa, sino en la idea del riesgo; sea del riesgo creado o del
riesgo que se aprovecha, o que la responsabilidad debe soportar como eje principal la
garantía1.
Estas ideas se mantuvieron hasta la primera mitad del siglo XX, en que se comenzó a generar
legislación tendiente a reparar a la víctima con prescindencia de la culpa. Luego, poco a
poco, se empiezan a replantear la idea de la culpa, particularmente en Francia se produce el
fenómeno de “reverdecimiento de la culpa”, porque los autores del Derecho civil se dan
cuenta de que es un factor que no se puede suprimir.
39
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Esta perspectiva de un rechazo de la idea de culpa y luego una vuelta al régimen de la culpa
se manifiesta en que actualmente tenemos un sistema régimen común y supletorio regulado
en el Código Civil, y, en el propio Código, aparecen atenuaciones serias a la regla de la
culpa; hay casos de presunción y casos de responsabilidad objetiva.
Como consecuencia de la discusión dogmática, además, aparecen régimen especial que
establecen sistemas que prescinden de la idea de culpa, como la Ley de Tránsito que
establece la responsabilidad objetiva del propietario del vehículo motorizado. Luego, hay
otras leyes que establecen sistemas especiales para actividades que comúnmente suponen
un riesgo inherente para las personas, por ejemplo, la responsabilidad por derrame de
hidrocarburo, por transporte aéreo, entre otras.
Al margen de lo dogmático, aún hay una discusión en la filosofía del derecho en orden a
saber cuál es la preeminencia del factor de imputación. Es decir, se discute si se debe
entender que sólo hay un sistema de culpa, o, si la culpa se debe desechar en favor de una
responsabilidad por resultado (Perry y Honoré).
1. El del propietario del vehículo motorizado cuando el vehículo causa daño (Art. 170 Ley de
Tránsito)
Debemos tener presente en relación a este tipo de responsabilidad que el propietario del
vehículo motorizado está regido por las reglas del Derecho común, por ende, no es
propietario necesariamente quien aparezca inscrito en el Registro, sino que se presume dueño
para efectos de oponibilidad a terceros. En consecuencia, la transferencia de un vehículo
motorizado no se realiza por la inscripción en el Registro de Vehículos Motorizados del Registro
Civil, sino por las reglas del art. 684 del CC.
40
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
2. En los accidentes del trabajo, hubo un sistema de responsabilidad objetiva en el art. 255 del
Código del Trabajo de 1931. Actualmente, los sistemas de responsabilidad por accidentes del
trabajo son complementarios a un sistema de seguro social. Por ende, hoy en día, no es cierto
que el régimen, como está regulado legalmente en el art. 69 de la Ley de Accidentes del
Trabajo, sea objetivo, sino que el riesgo social tiene una cobertura vía seguro social, y el
trabajador puede demandar, con arreglo a las normas del Derecho Común, las otras
indemnizaciones incluyendo el daño moral.
4. En materia de producto defectuoso, Chile no cuenta con una normativa sobre producto
defectuoso ni se consagra estrictamente un régimen de responsabilidad objetiva, pero
algunos lo deducen de los arts. 20 y 23 de la Ley de Protección al Consumidor.
41
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Normalmente los casos de responsabilidad objetiva, según el tipo de actividad, pueden ser
hasta de garantía, es decir, ni siquiera el caso fortuito exoneraría la responsabilidad. Suele
acompañarse la responsabilidad objetiva de la técnica de responsabilidad tasada, es decir,
se indemniza a la víctima hasta un monto determinado. Esto es típico de un sistema tarifado
que puede ir acompañado de un sistema de responsabilidad objetiva.
Sin embargo, ello es erróneo, pues no son sistemas que están en puntos categoriales distintos,
porque cualquier sistema de responsabilidad, como dice Pantaleón y Diez Picaso, trata de
cumplir una función de demarcación. En este sentido, el daño supone un perjuicio social y
con el sistema de responsabilidad se distribuye dicho perjuicio.
La primera idea que se debe descartar es que el sistema objetivo obedece al riesgo, como si
eso fuera distinto a la responsabilidad por culpa.
Algunos autores señalan que existe la responsabilidad por culpa y paralelamente la
responsabilidad por riesgo creado o riesgo – provecho, en la medida que la pura causalidad
material no satisface una condición de responsabilidad, así que se debe suplir la culpa por
42
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
otro factor, que sería el riesgo. Esta manera de ver las cosas es falsa, pues el sistema de culpa
también es un sistema de riesgos.
Si se piensa en una actividad intrínsecamente peligrosa, lo que puede hacer la víctima frente
a ella es muy poco o las medidas de precaución se pueden adoptar a costos muy altos. Por
ejemplo, la víctima frente a un daño nuclear no puede hacer nada, salvo que construya un
bunker de millones de dólares, lo cual no es razonable para la sociedad.
Por lo tanto, cuando la actividad es intrínsecamente peligrosa se justificaría un régimen de
responsabilidad estricta, pues traslada todo el costo o riesgo de la actividad al potencial
dañante, porque la víctima no estaría en condiciones de asumir medidas de precaución. En
esta lógica, los casos de responsabilidad objetiva mencionados anteriormente comienzan a
cuadrar.
La mayor parte de las actividades sociales, si bien son riesgosas, no son de riesgo intrínseco o
inherente. Por ende, en este tipo de actividades, frente al potencial dañante, la potencial
víctima está en condiciones razonables de asumir medidas de cuidado. En consecuencia, el
sistema de culpa distribuye dicho riesgo, lo cual justifica que el estándar de comportamiento
exigido sea medio. Entonces, frente a la culpa propia del autor del daño, aparece un ámbito
en que la propia víctima debe adoptar medidas de precaución.
43
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Para que la culpa funcione como debería, debemos efectuar dos preguntas:
i. Si la actividad es de riesgo intrínseco
ii. Si no es de riesgo intrínseco, entonces el juez, para articular el sistema de riesgo,
debería operar con la lógica de la culpa, pero ello no significa trasladar el íntegro
riesgo de la actividad al potencial dañante, sino que un juez cuando decide un
asunto con un régimen de culpa debe entender que hay un ámbito de control
propio del potencial dañante y otro propio del potencial dañado.
CASO: Una señora va al Banco y pierde su libreta de ahorro y su carnet. Entonces, otra mujer
encuentra los documentos, va al Banco, se hace pasar por ella, la suplanta, le copia la firma,
se parece físicamente, y retira todos los fondos.
La señora demandó al Banco hace dos alegaciones que luego se reflejan en el fallo:
El estándar exigido de comportamiento al Banco tienen que ver con la función del cajero,
quienes no son peritos caligráficos, por ende, si la persona aparenta ser quien es, no tiene
forma el Banco de determinar que era otra persona. Más aún, si la víctima informó 30 días
después de la pérdida de la libreta.
Sin embargo, esta situación se debe resolver con un régimen de culpa, pues si la totalidad del
riesgo siempre se atribuye al potencial dañante, entonces el médico toma un seguro. Los
seguros encarecen los sistemas de salud, por lo tanto, si un juez interviene en un régimen de
44
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
responsabilidad y hace pesar sobre un médico todos los riesgos de la actividad, el costo social
puede ser peor que la reparación del daño que se busca.
En una buena parte de los casos de intervención médica, la víctima puede adoptar medidas
de precaución o el estándar de comportamiento exigido no tiene por qué trasladar todos los
riesgos al médico. Piénsese en un error de diagnóstico o de tratamiento.
El punto es que en una intervención, aunque la víctima no participe, siempre hay riesgos
propios de la actividad médica que no dependerán del control del médico, por ejemplo,
operar de corazón a una persona y ella tenía una falla genética no detectada y muere de
una hemorragia. Eso no sería un riesgo que corresponda al curso causal de la intervención,
todos esos riesgos son propios de cualquier intervención médica, por tanto, no parece
razonable que el médico cubra todos los riesgos, porque entonces sería responsabilidad
estricta.
En estos casos, una parte de la doctrina ha entendido que a partir del art. 2329 debe
establecerse un sistema general de presunción de culpa.
Art. 2329 CC. “Por regla general todo daño que pueda imputarse a malicia o negligencia de
otra persona, debe ser reparado por ésta.
Son especialmente obligados a esta reparación:
1º. El que dispara imprudentemente un arma de fuego;
2º. El que remueve las losas de una acequia o cañería en calle o camino, sin las precauciones
necesarias para que no caigan los que por allí transitan de día o de noche;
45
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
El autor de un daño responde por un estándar de comportamiento, porque asume una parte
del ámbito de control. En razón de la culpa, no se puede hacer que el potencial dañante
asuma todo el ámbito de control, puesto que entonces no sería régimen de culpa.
En la práctica, los tribunales construyen el deber de cuidado y pueden mover dicho estándar
hacia niveles cada vez más exigentes, hacia un sistema de responsabilidad objetiva.
Actualmente, respecto de accidentes del trabajo, la mayor parte de la doctrina señalan que
se trataría de una responsabilidad objetiva o que el empleador en la práctica responde de
culpa levísima. Ello es por obra jurisprudencial, y no dogmática, en la medida que la
jurisprudencia ha ido elevando el estándar, trasladando el riesgo al potencial dañante.
Concebir a la culpa como una infracción a un deber de cuidado es una afirmación unánime
en la doctrina, sin embargo, el profesor Aedo piensa que es un error.
Una respuesta del profesor Corral señala que la culpa supone infracción de un deber, por dos
razones:
Subyace una ilegalidad de base, es decir, hay una norma positiva que se infringe, de
la cual el juez desprende la infracción. El juez a partir de una vulneración de una
norma deduce el estándar exigido.
En virtud de la regla general de no dañar del art. 2314, el juez puede desprender el
deber que subyace en la culpa.
Art. 2314 CC. “El que ha cometido un delito o cuasidelito que ha inferido daño a otro, es
obligado a la indemnización; sin perjuicio de la pena que le impongan las leyes por el delito o
cuasidelito.”
46
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Barros entiende que pueden haber hipótesis en que el juez establezca como base una
ilegalidad o infracción normativa de la que se desprenda la infracción de un deber. Sin
embargo, hay hipótesis en que el juez crea un estándar en ausencia de una infracción
positiva, puesto que aún cumpliendo la norma, puede haber infracción de un estándar.
La opinión de Corral se critica pues, en filosofía del derecho, se distingue entre los deberes
generales de convivencia y el deber técnicamente configurado. El art. 2314 consagra un
deber general de convivencia de “no dañar a otro”, pero ello no puede ser constitutivo de un
deber de cuidado en una relación dañosa concreta.
Luego, respecto de la infracción de un deber de cuidado, los penalistas señalan que hay un
deber primario y uno secundario. El primario es el tipo penal y el deber secundario se
desprende de la figura típica, por ende, el juez cuando considera que se comete un
cuasidelito penal con culpa es deducir del tipo penal dicho deber secundario.
Esa situación no se puede trasladar al Derecho civil como lo hace Corral, puesto que en
responsabilidad civil no hay tipo. El tipo penal, por muy amplio que sea, describe una órbita
de bienes protegidos, en cambio, en responsabilidad civil no se reparan bienes ni derechos,
sino intereses, lo cual es mucho más amplio. Por lo tanto, reconducir una suerte de deber
primario el art. 2314 sería abrir una ventana vacía, puesto que dicha norma no configura
nada, no tiene sustancia propia, sino que es una norma que reconduce a otra. No tiene una
orientación en función de bienes protegidos.
47
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Lo sine iure viene determinado a priori, según la doctrina, por una norma positiva, y no a
posteriori como lo haría un juez. Por ende, si se reconoce que un juez establece un estándar
de comportamiento exigido, no podríamos decir que ello envuelve antijuridicidad.
El Código no utiliza esta expresión, sin perjuicio de que actualmente se ha hecho muy común
en el lenguaje de los juristas. El Código utiliza un término que parece similar, pero todo indica
que tiene un sentido más bien de licitud. De esta forma, algunos vinculan la ilicitud con la
antijuridicidad. En efecto, los delitos y cuasidelitos se caracterizan por ser hechos ilícitos.
b) Antijuridicidad con sentido sustantivo: No solo sería oposición formal a un texto legal,
sino también a las buenas costumbres, al orden público. Ello constituye un concepto
material o sustancial de antijuridicidad.
Existe otro sentido sustancial, dado por el Derecho Penal, que implica que no basta
con la simple oposición a una norma positiva, sino que se contradice una norma en la
medida que ella proteja un bien jurídico.
En otras palabras, hay antijuridicidad no porque el comportamiento del sujeto se
oponga a la norma – en realidad está efectuando la conducta que prescribe la
norma – sino porque vulnera un bien jurídico protegido por la norma.
Desde esta ultima perspectiva, la antijuridicidad presenta un problema en sede civil,
pues el elemento nuclear de la responsabilidad es el daño, y la idea general es que la
protección del mismo no está tipificada. Es decir, el daño o la lesión no es atentar
contra bienes determinados, como en el Derecho Penal, en que la conducta se
describe en la medida que sirve para la protección de determinados bienes jurídicos.
48
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Para los romanos la justificación del daño venía determinado por las causas de exclusión de
responsabilidad, las que determinan los límites de la responsabilidad: legítima defensa y
estado de necesidad.
La responsabilidad civil se excluiría por la legítima defensa, pues no puede ser justificante para
una rama del Derecho y no para la otra, y porque el daño es animado por la protección de la
persona. En esta excluyente el potencial agresor es en realidad la víctima. Por ende, no
podemos hacer que la víctima repare un daño que efectúa para proteger intereses
superiores.
El estado de necesidad puede eliminar la antijuridicidad cuando los bienes jurídicos son de
distinta entidad (justificante) o cuando los bienes jurídicos son de igual entidad (exculpante).
En sede civil, se ha pensado que el estado de necesidad exculpante no exonera de la
reparación del daño causado.
49
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
En definitiva, podemos entender por antijuridicidad “contra ius” o “sine iure”. Este es un
problema complejo que no está resuelto.
Algunos señalan que es un elemento distinto de la culpa, por lo tanto, habría juicio de
antijuridicidad completamente separado del juicio de culpa (Hernán Corral Talciani).
Entonces, en primer lugar, debemos determinar si la conducta es o no antijurídica, y en
caso de que no lo sea, no puede haber responsabilidad. Por lo tanto, un
comportamiento lícito no podría dar lugar a la responsabilidad civil, pues hay un
momento de antijuridicidad entendido como “contra ius”.
En cierto modo, el profesor Pablo Rodríguez, piensa lo mismo que el profesor Corral,
pero las dimensiones de la antijuridicidad que describe son más amplias, pues
distingue entre una antijuridicidad formal (contradicción con la norma directa) y una
antijuridicidad material (oposición a las buenas costumbres o al orden público).
Desprende la idea de antijuridicidad de la idea más amplia de ilicitud que el Código
Civil emplea a propósito de los actos jurídicos.
50
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Ello querría decir que la responsabilidad del Estado, al ser objetiva, no supone culpa, luego
tampoco supone antijuridicidad. Si la responsabilidad del Estado administrador (por falta de
servicio) es por culpa, supone antijuridicidad, luego; ¿El Estado tendría que responder por
conductas lícitas?
4. RELACIÓN DE CAUSALIDAD
51
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Otros creen que la distinción no tiene cabida, y que la causalidad natural cumpliría las dos
finalidades.
La física cuántica entiende que las personas no se pueden tocar, pues la composición
atómica es de un núcleo como una aguja en un estadio y lo que lo circunda es un electrón, y
por ende, abría un gran espacio entre un átomo y otro.
Luego, en virtud del principio de la incertidumbre (Heisenberg), no habría una causalidad
mecánica de las cosas e incluso los electrones pueden pasar del futuro al pasado.
En la cosmología, se han dado cuenta de que somos tan absurdamente pequeños que no
podemos dimensionar el espacio en que vivimos. Luego, se supone que vivimos en la cola de
una galaxia de miles de millones de galaxias y que el universo nació por un Big Bang, la cual
provocó el fenómeno de la “hiperinflación”, por la que el universo en segundos se expandió
uniformemente. Entonces, un científico señaló que si esta teoría era cierta, debía haber un
ruido de fondo en todo el universo.
52
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Así, Penzias y Wilson detectaron dicho ruido de fondo, entonces, el último satélite que
mandaron describen el radio del universo “bebé” (más pequeño).
Por ende, todos los conceptos de causalidad son conceptos que han sido puestos en
cuestión. La idea filosófica categoriales suponen que el sujeto está separado del acontecer, y
así opera la idea de causalidad.
Von Buri señala que son causas de un resultado indistintamente todas las condiciones que
contribuyen a su concreción.
Por lo tanto, esta teoría comenzó a funcionar a través de la supresión mental hipotética, la
cual implica que, si al eliminar una de las condiciones, el resultado no se produce, entonces
encontraremos la causa. Al contrario, si el resultado se sigue produciendo, entonces no se
causa.
Desde el punto de vista científico, se estima como la teoría más completa, porque resuelve la
causalidad conforme a las leyes de la naturaleza newtoniana.
Sin embargo, esta teoría falla para explicar determinados problemas de causalidad:
Causalidad hipotética: Roxin señala que fallaría la supresión mental en caso de que
haya una causa subyacente que hubiese operado en el resultado.
Por ejemplo, si a un sujeto lo van a fusilar, la víctima se adelanta al pelotón y le dan muerte
con una pistola. Cuando van a juzgar al que mató, señala que no es causa, puesto que si no
hubiese intervenido, se habría producido de igual forma el resultado. La condición hipotética
era el pelotón que lo iba a matar. A la supresión hipotética le importa que acorde a las reglas
53
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
de la probabilidad científica haya operado con certeza la causa hipotética. Esta solución es
absurda.
Si un médico opera a un paciente de bypass, cometiendo una negligencia a la lex artis,
muriendo el paciente. Luego, en la autopsia se revela que el paciente hubiese muerto al día
siguiente, pues tenía una falla congénita cardiaca. Entonces el médico no sería causa, puesto
que si no hubiese intervenido, el señor hubiese muerto de igual forma.
En definitiva, Roxin señala que en las causas hipotéticas la supresión mental no funciona.
Por ejemplo, la gente en Antofagasta hasta hace unos años atrás tomaba agua con
arsénico. Luego, las personas que tienen daños permanentes derivados del consumo de agua
con arsénico ¿podrían demandar al Estado?
En caso de que a una persona le robaren cosas de su auto dentro del estacionamiento del
Jumbo, si queremos imputar la responsabilidad desde el punto de vista de la causalidad al
Jumbo, ¿qué deberíamos establecer en un plano fáctico? ¿Qué hace el Jumbo en términos
causales?
Se podría efectuar una adición mental hipotética, sin embargo, esto es un juego
argumentativo y termina siendo valorativo, y no descriptivo o fáctico.
Luego, aplicando la supresión mental hipotética, podríamos decir que, dado que el Jumbo
construyó el estacionamiento, si no lo hubiese construido, no se habría provocado el robo.
54
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
En virtud de lo anterior, la teoría de la equivalencia de las condiciones sería inútil para resolver
los problemas de la omisión. No se puede hacer una reconstrucción fáctica y el juicio termina
siendo valorativo.
Teorías que vienen a solucionar los problemas de la teoría de equivalencia de las condiciones:
En la responsabilidad civil, se han propuesto como ideas de construcción causal; la teoría de
la causa adecuada y la teoría de la imputación objetiva, sin perjuicio de que existen más,
pero en Chile estas son las que se aplican con más fuerza.
En realidad, esta teoría utiliza como herramienta de causalidad la probabilidad, más que la
previsibilidad. Entendiendo como causa a aquel resultado que probablemente se produce de
acuerdo al conocimiento científico. Esto supone un juicio hipotético.
55
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Estos son supuestos que la dogmática anglosajona conoce como “la cáscara de huevo” y el
caso típico es el de un señor que tiene una debilidad craneana, alguien le golpea en la
cabeza y le provoca un derrame craneal. En este caso, con arreglo a esta teoría, como el
56
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
daño no aparece como previsible ex ante para un observador medio, entonces el autor no
tendría que responder de las consecuencias dañosas. Sin embargo, conforme al principio de
reparación integral y en la lógica de la dogmática anglosajona de acuerdo con la justicia
conmutativa, no parece justo que el autor no responda de las consecuencias dañosas
derivadas de su acción.
Desarrollo histórico: El primer autor que trata reglas de imputación es Pufendorff. Estas son
tratadas por la dogmática penal para construir un sistema penal distinto a la sistemática
tradicional que entiende que el delito es toda acción típica, antijurídica y culpable. En este
sentido, hay varios autores penalistas que desarrollan las teorías de la imputación objetiva;
Roxín, Jakobs, Wolfgang Frisch, entre otros.
Esta teoría se desarrolla con afanes preventivos y con una tendencia que ha ido
abandonando la idea clásica del acto y se encamina al derecho penal de autor destinado al
delincuente, distinto del derecho penal del ciudadano común.
En el año 1991, el profesor Fernando Pantaleón escribe un famoso artículo en España en que
propone, para la responsabilidad civil, la teoría de imputación objetiva, no estrictamente
como una teoría, sino como un conjunto de herramientas normativas que precisen la labor de
imputación. En lo sucesivo, hay una escuela que sigue la idea de imputación objetiva.
Recientemente, ello ha sido muy criticado por Ricardo Ángel en el año 2014.
El año 2001, el primero que se refiere al problema en Chile es el profesor Hernán Corral, quien,
siguiendo la línea de Pantaleón, propone los criterios de imputación con algunas correcciones
y, en lo sucesivo, varios autores han hablado del problema de la imputación objetiva.
Sin embargo, no es una teoría que haya calado consistentemente en el sistema chileno, y, de
hecho, la jurisprudencia civil no la ha incorporado, habiendo solo un par de sentencias que se
57
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
podría pensar que resuelven el problema con criterios de imputación objetiva, pero no la
mencionan.
Para esta teoría, se deben distinguir los problemas de causalidad de los problemas de
imputación. Según Pantaleón, la causalidad sería una cuestión fáctica que permite
determinar el vínculo de la conducta con el resultado y debe obedecer a leyes científicas, en
cambio, la imputación es una operación propia del quantum respondetum, es decir, para
cuantificar los daños existen las reglas de imputación.
Según Roxin, se entiende que se puede conectar una conducta con un resultado cuando el
sujeto ha creado un riesgo más allá del tolerado por el ordenamiento. Por lo tanto, un riesgo
general de la vida no configura ni puede configurar responsabilidad. Por ejemplo, si se
convence a un señor para que se suba a un vehículo con la esperanza fundada de que
choque y se muera, y ello ocurre. El subirse a un colectivo es un riesgo general de la vida, por
ende, lo importante es entender cuándo se crea un riesgo más allá del permitido.
58
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Roxin señala que se puede entender que se crea un riesgo más allá del tolerado cuando el
sujeto tiene un deber de garante que ha vulnerado. Con esta conclusión, volvemos al
problema que tratamos en la acción respecto de la determinación y alcance del deber de
garante.
Jakobs señala que los sujetos en una sociedad se deben comportar de conformidad al
principio de confianza en el sentido de que nadie tiene por qué asumir la tutela del interés
ajeno. El principio de confianza supone que los sujetos pueden tutelar por sí mismo su propio
interés.
La tutela del interés ajeno es una cuestión que queda rota por el deber de garante, en el
sentido de que no puede haber principio de confianza cuando existe un deber de garante
respecto de otro sujeto.
Hay dos criterios más que asoman como interesantes en la propuesta de Pantaleón y de
Corral en Chile; la prohibición de regreso y el fin de protección de la norma.
En el ejemplo del Jumbo, ¿este podría alegar la prohibición de regreso?. Considerando que el
Jumbo no robó, sino que un tercero interrumpe el curso causal y roba las especies.
Una señora va a Falabella y mirando ropa se cae sufriendo un esguince en el tobillo derecho.
La atienden, la llevan a enfermería y la conducen al hospital militar en que se diagnostica un
esguince de tobillo.
Luego de que la señora sigue presentando dolores, va al traumatólogo A, que diagnostica
esguince de tobillo, al igual que el traumatólogo B. Sigue agravándose el problema de la
señora, va a Santiago y el traumatólogo C le señala que tiene un daño irreparable en el
tobillo y que no podrá volver a caminar bien.
59
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
En cambio, en el caso del Jumbo, éste favorece la conducta del que robó y está dentro de la
órbita de interés cuidar los bienes de los clientes.
Suponiendo que en un cruce viene auto A y auto B, el primero supone que está despejado, y
aun habiendo un cede al paso, avanza, y el segundo, que viene a exceso de velocidad, no
alcanza a esquivarlo y lo golpea en el costado.
Pensando en el criterio de causalidad fáctica, ¿quién responde? ¿quién causó el daño? Los
criterios fácticos no nos permiten determinar la causalidad.
Luego, aplicando criterios normativos, y asumiendo que A iba sin licencia, ¿es responsable por
el solo hecho de ir sin licencia? No, porque dicha violación normativa no está asociada al
curso causal fáctico.
60
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Hasta el 26 de Enero del año 2004, la Corte Suprema había entendido sistemáticamente que
el problema de causalidad era una cuestión fáctica que debía resolverla los tribunales de
fondo.
Esto corresponde con la idea tradicional de la dogmática chilena, que implica la aplicación
de la teoría de la equivalencia de las condiciones. Alessandri proponía que entre las
condiciones que se deben rescatar para la determinación de la conexión causal con el daño
se debe efectuar una supresión mental con el comportamiento culposo, de forma que no
interesan todas las condiciones.
En general, la jurisprudencia siguió con la idea de que la causalidad es una cuestión fáctica
que se determina con la teoría de la equivalencia de las condiciones.
En la medida que la dogmática se ha desarrollado a partir del año 2001, la idea de que la
causalidad también supone un componente normativo que auxilie la causalidad fáctica es
unánime actualmente en la doctrina chilena.
Esta idea ha seguido la línea de Corral, en virtud de la cual la causalidad debe tener un test
factico con la teoría de la equivalencia y la supresión mental, lo cual permite descartar
condiciones que no son causas, y luego, el juicio factico se debe corregir con un criterio
normativo, que puede ser la causa adecuada (previsibilidad) u otro de la imputación
objetiva.
LA CULPA DE LA VÍCTIMA
61
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Ambos institutos tienen una fuente histórica en el Derecho Romano, puesto que, respecto de
la Lex Aquilia, la participación o intervención de la víctima siempre excluía automáticamente
la responsabilidad del dañante.
Por otra parte, la tesis moderna (Barros y Corral Talciani) entiende que no es un problema de
culpa, sino de causalidad. Dado que la culpa es la infracción de un deber de cuidado, los
deberes existen en relación a otro sujeto, pues supone una relación jurídica con otro, en virtud
de la que el autor del daño es el sujeto pasivo y hay otro que puede reclamar dicho estándar
de comportamiento. Entonces, como supone otro, no podemos señalar que existe un “auto-
deber de cuidarse” desde el punto de vista jurídico.
62
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
La profesora Lilian San Martín y Pablo Rodríguez Grez señalan que hay que distinguir, porque
aunque la compensación de culpa tiene una base causal, podríamos decir que es un
problema de culpa, técnicamente hablando, y la culpa exclusiva de la víctima sería un
problema eminentemente causal.
El profesor Aedo agrega un matiz a esta posición, señalando que pensar que los institutos
configuran un problema de causalidad en realidad no resuelve mucho, porque la causalidad
no tiene solo una dimensión fáctica sino también normativa, la cual complejiza el análisis de la
causalidad.
Piénsese en un paciente que se toma un medicamento prescrito por su doctor y muere; ¿hay
culpa de la víctima?
En este caso, el deber de garante incide poderosamente en este problema, pues está claro
que desde el punto de vista fáctico, no hay causalidad del médico, sino que la intervención
causal es de la víctima.
Luego, si unos alpinistas que toma un tour y el guía sabía que había probabilidad de
avalancha, pero no les advirtió. Ocurrió la avalancha y murieron. ¿Es responsable el guía
turístico? En este caso es más discutible el deber de garante, pues habría que configurarlo en
términos materiales.
63
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
En definitiva, decir que es un problema causal tampoco soluciona todo, puesto que a partir
del análisis causal, los elementos normativos lo complejizan.
Por último, es evidente que, por lo menos tratándose de la omisión, las cuestiones causales
quedan muy emparentadas con la culpa. En este sentido, al parecer la causalidad se
resuelve con la culpa cuando concurre una omisión, pues en esta la construcción causal es
normativa y se afirma a partir de la infracción de un deber de garante, el cual, a juicio del
profesor Aedo, es equivalente al deber de cuidado en la culpa.
Ámbito de aplicación del art. 2330 CC: Otro problema es que dado que la culpa de la
víctima está regulada en el art. 2330 CC no está claro si esta norma tiene aplicación general.
Por ejemplo, si en un accidente de trabajo en que sólo resulta lesionado el trabajador, la
jurisprudencia ha señalado que dicho régimen sería de responsabilidad contractual, por
ende, la indemnización de perjuicios se deberá demandar ante el Juez del Trabajo con
arreglo a este régimen. Luego, ¿la culpa de la víctima se aplica a la responsabilidad
contractual?
El profesor Aedo cree que sí, porque la ubicación geográfica de la norma nunca ha
determinado su ámbito de aplicación. Además, la situación de la víctima frente al potencial
daño es equivalente en el régimen contractual como en el aquiliano. El acreedor o víctima
también puede colaborar en su propio daño.
La peculiaridad en materia contractual es que, a diferencia del régimen extracontractual,
habría que separar la culpa de la víctima de la carga de mitigar daños, por lo que ya no se
trata de que la víctima participa en la producción del daño, sino que, producido el daño,
esta no hace nada para aminorar el resultado dañoso. En segundo lugar, una vez admitido
64
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
que la compensación de culpa rige en materia contractual, ¿esta rige con el mismo estándar
de comparación que se utiliza en ámbito extracontractual?
Respecto del accidente de trabajo, parece evidente en materia contractual que la
participación que debe tener el trabajador para efectos de la compensación de culpa y
sobre todo para la culpa exclusiva supone un estándar de participación mucho mayor que
en un régimen contractual común y uno extracontractual.
Algunos creen que en relación laboral la participación del trabajador debe ser cuasidolosa o
de culpa grave para admitir compensación de culpa. No obstante el empleador responde
de culpa leve, según el legislador.
Por último, lo cual podría conectar los dos regímenes, es que cuando muere un trabajador o
la víctima, los familiares directos, por regla general, o cualquier interesado, según la doctrina,
podría demandar un daño moral por rebote. La pregunta es; ¿El juez debe hacer aplicación
del art. 2330 o de la compensación de la culpa cuando las víctimas por rebote demandan su
daño? El régimen es extracontractual según la jurisprudencia, aunque la víctima hubiese
estado en régimen contractual. Los daños por rebote propios son extracontractuales.
La doctrina y la jurisprudencia está de acuerdo en que no sería justo que a la víctima por
rebote no se le apliquen los criterios de minoración de la indemnización que se le hubiesen
aplicado a la víctima directa.
5. DAÑO
El daño es la estimatio rei, es decir, el valor de la cosa afectada. Por lo tanto, la primera
aproximación hacia el daño es desde el punto de vista de las cosas. Históricamente, el daño
surge como afectación de cosas.
Una forma de estimar el perjuicio cuando se afecta a una cosa es atendiendo al valor
comercial de la misma.
65
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
que tenían relación con el valor comercial de la cosa, se fue incorporando en la idea del
delito la reparación admitiendo la valoración de la cosa.
El delito de damnum permite dar cuenta no solo de la estimatio rei, sino del id quot interest. Es
otras palabras, no solo el valor de la cosa sino el interés que se tiene sobre la misma. En
principio, lo que interesa de una cosa es su utilidad.
De esta forma, tanto en materia contractual como aquiliana, se fue perfilando la idea de que
no bastaba con la estimatio rei sino que además se debe observar lo que para la víctima
representaba dicha cosa desde el punto de vista patrimonial.
La idea de daño como eje central de la reparación es propia del iusnaturalismo racionalista y
de las codificaciones, las cuales consagran la idea de que todo daño se debe reparar. Por
ende, es evidente que en la lógica de la reparación de la víctima se admita que el daño
representa el interés.
Existen dos teorías que se formulan a partir de los artículos 2314 y 2329 CC:
1. La primera perspectiva entiende que el daño es la afectación a un derecho o a un
bien jurídico.
2. La segunda concibe al daño no como una lesión a derechos o bienes, sino a intereses.
3. Luego, hay un grupo que considera que el daño es lesión a cualquiera de las
alternativas anteriores. Dominguez Ávila, por ejemplo, entiende que puede haber
daño si hay lesión a derechos, bienes o intereses indistintamente, y una idea parecida
sostiene Pablo Rodriguez Grez.
El daño como lesión a derechos o bienes atiende a la naturaleza de la cosa lesionada. Esto
presenta una serie de problemas:
- Tipificación: La conducta dañosa debe recaer sobre un resultado tipificado para que
haya daños. La conducta no es tipificada sino el resultado.
Esta es la fórmula que siguió el Código Civil Alemán, pues la Pandectística recoge la
tradición romana (Art. 823 BGD)
La codificación anglosajona no tipifica el resultado, pero a la usanza del Derecho
Romano, tipifica las conductas, por lo que hay hipótesis típicas creadas
jurisprudencialmente que dan lugar a la responsabilidad.
En cambio, nuestro sistema no es típico ni en la conducta ni en el resultado.
66
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
- Formulación del concepto: La naturaleza del daño vendría dada por la naturaleza del
derecho, por lo tanto, para hablar de daño patrimonial deben afectarse derechos
patrimoniales, y lo mismo con el daño extra patrimonial.
Sin embargo, el daño opera en una órbita distinta al derecho o bien lesionado.
Por ejemplo, si se envenena el perro ajeno, el dueño del perro solo podría demandar
un derecho patrimonial, y no un daño moral. Frente a la muerte del perro, sólo se
podría reclamar un derecho patrimonial.
La afectación psíquica no tiene que ver con un derecho, sino con un interés.
La órbita de los intereses se mueve en un ámbito diferenciado a la de los derechos. En
principio, la naturaleza de la cosa o derecho afectado no incide en la naturaleza del
interés afectado. El ámbito de aplicación del interés es mucho más amplio en términos
de protección y no requiere de la tipificación que supone entender al daño como
lesión a derechos o bienes.
67
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
68
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Esta idea surge para descartar las demandas de indemnización que promovían los
convivientes, pensando que estos no tenían intereses legítimos, porque la convivencia
no estaba amparada por el ordenamiento, sino que sólo el matrimonio.
Evidentemente, esto rápidamente se corrigió a nivel jurisprudencial y actualmente es
una discusión que no tendría ningún sentido.
Sin embargo, este es un requisito que la ha mantenido la doctrina, sobre todo José Luis
Diez, y que podría tener aplicación para otras hipótesis. El profesor Aedo cree que es
un requisito cuestionable, pues podría generar problemas de injusticia.
Piénsese en un señor que va al supermercado y no compra nada, sale y los guardias
creen que habría hurtado algo y lo golpean. O incluso, pensemos que el señor
efectivamente hurtó algo. ¿Él podría demandar al supermercado? ¿Se podría
rechazar su demanda alegando que está en una situación de ilicitud?
Por otro lado, el requisito tiene algún sentido, pues permite no llegar a algunos
absurdos. Por ejemplo, en EEUU un ladrón subió al techo para entrar a una casa y
como el tejado estaba en mal estado se cayó, demandó a los propietarios y
acogieron la demanda.
En este sentido, serviría como limitación a alguna pretensión de responsabilidad, pero
es cuestionable si se puede plantear en términos absolutos.
69
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
4. Debe ser anormal: Es un requisito que se ha discutido poner una zona de delimitación
entre las simples molestias, en las relaciones vecinales especialmente, y el daño. Es un
criterio que exige una proporción a la molestia para que sea daño.
Hay una serie de actividades sociales que de acuerdo a las distintas sensibilidades
podrían provocar molestias, como el ruido en la ciudad o la basura, pero lo relevante
es determinar en qué punto dichas molestias de un sujeto pasan a configurar
técnicamente un daño.
En este sentido, la doctrina señala que debe ser anormal. La idea original de la
dogmática chilena es que el daño es la lesión a un simple interés, por tanto, cualquier
alegación de utilidad de una cosa configura daño. Luego, en los requisitos la doctrina
señala que no se refiere a todo interés, sino que este debe configurar un daño
anormal.
Este criterio sirve sobre todo para determinar el daño moral, puesto que todo daño
patrimonial es indemnizable y anormal. El problema de la anormalidad dice relación
con el daño moral.
Según la doctrina, la anormalidad del daño sería una cuestión de fondo que queda
entregada a la apreciación de los tribunales. Aunque pueden haber elementos que
permitan discriminar, como la intensidad, variación, periodicidad, aceptación social,
entre otros.
70
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
CLASIFICACIONES DE DAÑO
El daño futuro es cierto y tiene como base la ocurrencia de los hechos. Sin embargo,
tratándose de los daños futuros no se puede exigir una certeza completa como en el
daño presente (aquel que se materializa o la lesión a un interés que ha operado a la
época de la demanda), puesto que la futuridad evidentemente encierra cierto grado
de incerteza.
En este sentido, la doctrina en particular ha exigido para el daño futuro una razonable
probabilidad de ocurrencia, por lo que el criterio de la certeza está atemperado
tratándose de los daños futuros.
71
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Entre el daño presente y futuro, existe un daño denominado por la doctrina como
permanente que corresponde a las lesiones que se producen una vez ocurridos los hechos y
que acompañan al sujeto por el resto de sus días.
A su vez, debemos distinguir al daño permanente del daño continuado, siendo este ultimo
aquel que surge y se extingue con el paso del tiempo. Esta distinción tiene relevancia para la
discusión de la prescripción.
Por ejemplo, si una persona que tiene un accidente y sufre un estrés post traumático (daño
psíquico) estaríamos frente a un daño continuado en el sentido de que puede permitir en el
tiempo una variación. El estrés post traumático puede disminuir o desaparecer si tiene un
tratamiento adecuado, o viceversa. Por lo tanto, el daño continuado también puede tener
relación con el agravamiento del mismo, siendo atribuible a un sujeto siempre que provengan
de una misma conducta. Esto se debe diferencias de la situación de agravamiento
provocada por otra persona.
El ejemplo típico del daño permanente es el daño moral, especialmente aquel que se
produce como consecuencia de la pérdida de un familiar, puesto quea acompaña al sujeto
por el resto de su vida. La doctrina ha entendido que una buena caracterización del daño
permanente se refiere a un daño al proyecto de vida (Fernandez Cesarego).
72
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
herramienta de protección del propietario. Este sentido del delito romano se traslada a
la codificación. Dicha ampliación de la legitimación tiene una clara explicación
histórica y Alessandri utiliza esta clasificación para explicar la diferencia de
legitimación en ambos casos.
Algunos autores, con cierta impropiedad técnica, suelen referirse a este como daño
material por oposición a uno inmaterial constituido por el perjuicio moral. En esta
distinción habría una imprecisión técnica, porque cuando se habla de daño
patrimonial nos referimos a una cosa, y los daños no son lesiones a cosas, sino a
intereses. En segundo lugar, hay ciertas cosas que, aunque son materiales, tienen
naturaleza extra-patrimonial, como el cuerpo.
Por ende, técnicamente es correcto afirmar que el daño patrimonial es el daño a
intereses patrimoniales, y frente a este hay un daño extra-patrimonial entendido como
la lesión a intereses extra-patrimoniales.
DAÑO PATRIMONIAL
El daño patrimonial, trayendo al ámbito extracontractual la distinción del art. 1556 CC, puede
ser daño emergente o lucro cesante. El primero es la perdida efectiva en el patrimonio de la
persona y el segundo la pérdida de la legítima ganancia de un sujeto.
73
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
El lucro cesante presenta un problema respecto de la certeza del daño. A este respecto,
cabe señalar que tanto el daño emergente como el lucro cesante pueden ser presentes,
pasados o futuros. Sin perjuicio de que existe la idea generalizada y equivocada de que el
daño emergente es presente y el lucro cesante futuro.
Que sea presente o pasado quiere decir que el daño está al momento de demandar, y el
daño futuro implica un daño que se presentará con posterioridad a la demanda cuyas bases
aparecen al momento de demandar, por lo que el lucro cesante se podría pensar que es
futuro, pero al momento de demandar ya puede haber lucro cesante. Por ejemplo, un taxista
que lo chocan ha estado una semana sin trabajar puede demandar lucro cesante presente,
y un daño emergente futuro es la desvalorización de un vehículo.
Entonces, en relación al lucro cesante, cuando es futuro presenta problemas con la certeza
respecto de la pretensión indemnizatoria de la partida.
En general, la pretensión del lucro cesante está asociada a la muerte de una persona, es
decir, quienes lo demandan lo hacen porque han dejado de obtener aquello que hubieran
obtenido si la persona lesionada estuviera viva. Por lo tanto, el lucro cesante se calcula en
base a la remuneración que la persona hubiese obtenido multiplicada por el número de años
que hubiese vivido hasta la jubilación. A este método se le conoce como multiplicador.
Por ejemplo, si un sujeto tiene un accidente laboral y muere a los 40 años, entonces se
calcular su remuneración promedio multiplicada por 25 años.
Este método multiplicador ha sido tachado por la jurisprudencia como un daño incierto, lo
que ha conducido a menospreciar la partida indemnizatoria del lucro cesante. Por
contrapartida, la jurisprudencia suele aumentar la partida al daño moral.
74
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
DAÑO MORAL
El daño moral no está consagrado normativamente en el Código Civil, por lo que es una
creación jurisprudencial, según la profesora Carmen Domínguez, que surge sobre la base de
la idea de que en materia extracontractual se repara todo daño.
Un hito importante en la construcción doctrinaria del daño moral son los planteamientos del
profesor Lesli Tomaselo y del profesor Fernando Fueyo. Este último, pensando que el daño
moral es la lesión a derechos, plantea una visión más amplia para la comprensión del daño
moral.
La perspectiva del profesor Fueyo es que el daño moral supone una lesión a la persona y el
Código Civil dispensa la protección de intereses y derechos extra-patrimoniales, es decir, no
es un código puramente patrimonial, sino que también uno que está hecho para las personas.
Entonces, el profesor repasa varias normas que protegen derechos extra-patrimonial para
señalar que en el Código está consagrada la protección de los derechos extra-patrimoniales
y por ende no se debería negar esa tutela en materia extracontractual.
Esta perspectiva es adelantada, pues su visión dogmática viene a adelantar la mirada de la
constitucionalización del Cerecho Civil, lo cual quiere decir:
Que hay materias del derecho privado reguladas en la Constitución, por ejemplo,
todas las libertades.
Que la Constitución tiene una aplicación directa para la solución de problemas en el
derecho privado.
75
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Entonces, nuestra Constitución reconoce la reparación del daño moral a propósito del error
judicial en el art. 19 Nº7 letra i). Este reconocimiento, además del de los derechos extra-
patrimoniales, suponen una tutela de la persona que una ley inferior, como el Código Civil, no
puede negar.
Esta sería una lectura normativa a esta institución que es una creación jurisprudencial. Sin
perjuicio de ello, en el año 68’ la ley Nº16.744 consagraba la reparación del daño moral en el
art. 69 letra b)
Otro reconocimiento legal se encuentra en la ley Nº 19.496 sobre protección del consumidor
en el art. 3 letra e)
Hasta mediados de los años 2000 se podía advertir una dicotomía entre el planteamiento
jurisprudencial y el doctrinal.
El primer problema del daño moral es el alcance del concepto. Existen dos perspectivas:
En primer lugar, se señala que el daño moral equivale a un daño extra patrimonial. Por
ende, sería la lesión a cualquier interés extra patrimonial de la víctima.
Esta es la visión que, en definitiva, se ha impuesto, pues la nomenclatura es
virtualmente imposible de erradicar del lenguaje jurídico.
El hecho de que se le llame daño moral impacta en el concepto, pues la primera
acepción implica una concepción intrínsecamente ligada a una persona natural.
76
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
El profesor Fabián Elorriaga señala que el daño moral constituye una partida del daño
extra patrimonial que se tiene que independizar del daño corporal, por ende, este
ultimo sería una partida indemnizatoria autónoma distinta del daño patrimonial y del
daño moral, que podría quedar radicado así en la afectación psíquica del sujeto, y no
la corpórea, o en otros intereses extra patrimoniales que no sean el cuerpo. En síntesis,
se desgaja el daño corporal para configurar una partida fuera del daño moral.
Cuando se enfrentan las teorías sobre el daño moral comparándolas con el daño patrimonial
ocurre que siendo el daño moral una especie de daño, los conceptos de este son bastante
más numerosos que los conceptos de daño en general.
a) Se entiende que el daño moral está constituido por la lesión a derechos, bienes extra
patrimoniales, por lo que la naturaleza del derecho determinaría la naturaleza del
daño.
b) Una segunda idea se sustenta a partir de la obra de José Luis Diez en el año 98’ y
sostiene que el daño moral es la lesión a los intereses extra patrimoniales de la víctima,
con excepción del daño corporal, entendiendo que este último constituye una partida
autónoma.
c) Una tercera idea la sustenta la jurisprudencia tradicionalmente entendiendo que el
daño moral es el predium doloris. Según Alessandri, el daño moral es dolor, pesar o
angustia que se tiene por la muerte de una persona querida, la destrucción de una
cosa o una herida recibida. El daño moral está asociado al dolor humano y por ende
tiene una relación directa con la psiquis y la persona humana.
d) El profesor Fernando Cesarego, con poca influencia en la doctrina, señala que el
daño moral es la afectación psíquica y sobre él hay un daño extra patrimonial
entendido como el daño al proyecto de vida, es decir, determinadas lesiones pueden
afectar el desenvolvimiento normal del desarrollo de la vida del sujeto. Entonces,
alguna jurisprudencia entiende que por la muerte del padre, al hijo se le ha afectado
el proyecto de vida y lo traduce en daño moral.
Es relevante adherir a uno u otro concepto del daño en general por consideraciones
dogmáticas y prácticas. De igual forma es relevante considerar uno u otro concepto de daño
moral para enfrentarnos a ciertos casos críticos. Las zonas problemáticas de aplicación del
concepto de daño moral son:
77
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
En la doctrina chilena nunca nadie ha discutido que las personas jurídicas puedan ser
sujetos activos o legitimados para reclamar el daño moral.
78
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Entender el daño moral como lesión al interés extra patrimonial envuelve un matiz consistente
en que algunos bienes del sujeto constituyen intereses por sí mismos, es decir, el interés
coincide con la cosa lesionada. Por ejemplo, cuando se afecta la integridad psíquica o el
honor, a la vez se lesiona el interés que tiene la persona en aquellos.
El honor frente al artículo 2331 del Código Civil: Algunos autores en la doctrina describen tipos
de daño moral, sin embargo, el profesor Aedo no comparte esta idea. Se trata de tipologías
que se han incorporado en el derecho comparado, dentro de las cuales vale la pena
detenerse en el honor, porque hay un aparente conflicto con el art. 2331 CC
79
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Art. 2331 CC. “Las imputaciones injuriosas contra el honor o el crédito de una persona no dan
derecho para demandar una indemnización pecuniaria, a menos de probarse daño
emergente o lucro cesante, que pueda apreciarse en dinero; pero ni aun entonces tendrá
lugar la indemnización pecuniaria, si se probare la verdad de la imputación.”
La lectura tradicional ha señalado que esta norma restringe la reparación del daño al daño
patrimonial. En consecuencia, las lesiones al honor no permitirían demandar daños extra
patrimoniales.
En primer lugar, debemos precisar el alcance del art. 2331. En este sentido, la norma se refiere
a las imputaciones injuriosas y, por ende, otras lesiones al honor no quedan comprendida en
la misma. Por ejemplo, las publicaciones erróneas en registros comerciales no son
técnicamente imputaciones injuriosas y, consecuentemente, no quedarían comprendidas en
la norma.
Art. 2329 inc. 1 CC. “Por regla general todo daño que pueda imputarse a malicia o
negligencia de otra persona, debe ser reparado por ésta.”
Finalmente, el debate sobre el art. 2331 ha dado lugar a recursos de inaplicabilidad por
inconstitucionalidad. En algunos casos el Tribunal Constitucional lo ha declarado
inconstitucional, entendiendo que afecta a la CPR por la perspectiva que entiende al daño
moral como una categoría consagrada constitucionalmente y el artículo 2331 limita la
reparación del daño moral. El ejemplo más famoso es el de Camiroaga en contra de
Pasalaqcua.
80
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Daño patrimonial: Debemos distinguir entre el daño presente y el futuro, con especial
énfasis del lucro cesante como partida indemnizatoria del daño futuro.
Por otro lado, se debe probar no solo el daño, sino también el quantum. Esto quiere decir que
el juez no puede hacer una apreciación del daño que suponga una estimación discrecional si
no hay antecedentes probatorios que los justifiquen, ni puede hacer una justificación extra
proceso.
En general, la prueba del daño patrimonial no supone mayor problema y la principal prueba
es la documental, particularmente tratándose del daño emergente, pues implica una
pérdida patrimonial efectiva de la que generalmente existe un antecedente documental que
da cuenta de ella. Lo anterior no implica que, en materia extracontractual, el daño
patrimonial no pueda probarse por testigos.2
Si el tribunal tiene un concepto restringido del daño moral entendiéndolo como predium
doloris o como la afectación psíquica de un sujeto, el estándar probatorio se ve rebajado. De
hecho, hasta principios del siglo XXI, la jurisprudencia entendía que el daño moral no requería
2 Se refiere a la prueba tasada, pues estamos hablando de un hecho y no de actos, por lo que no se aplica la limitación de
la prueba testimonial.
81
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
de prueba, porque como se trataba del precio del dolor, pesar, angustia o molestia, podía
deducirse claramente de los hechos o era inherente a la reclamación del sujeto.
Entonces, hasta el año 99’, cuando José Luis Diez escribe su libro del daño extracontractual,
en la jurisprudencia se ve una marcada tendencia a no exigir o rebajar el estándar probatorio
del daño moral, por ende, se advertía una dicotomía entre la visión doctrinaria que siempre
exigió la prueba de la partida indemnizatoria y la concepción restringida del daño moral de
la jurisprudencia que no exigía prueba o rebajaba el estándar probatorio, por ser un hecho
evidente o porque se desprendía de la naturaleza de los hechos.
o Si el daño moral es consecuencia de lesiones físicas se concibe como precio del dolor,
es decir, el dolo que experimenta una persona como consecuencia de la herida. En
este caso, no se prescinde de la prueba, sino que viene dada por los hechos,
cambiando la anterior matriz argumentativa. El daño moral no es evidente, como se
concebía antes, sino que la lesión física de la persona trae aparejado un dolor para la
misma; el dolor físico supone dolor psíquico. Por lo tanto, conforme a la racionalidad
de las cosas, si una persona tiene una herida se puede inferir lícitamente el daño para
efectos probatorios.
82
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Contra esta jurisprudencia, hay un par de fallos que han casado sentencias de la
Corte de Apelaciones de Santiago que han dado lugar a las demandas de daño
moral sólo con la acreditación del vínculo parental.
Estos fallos de casación son muy relevantes, porque rompen con la idea tradicional en
la doctrina consistente en que la apreciación del daño es una cuestión de hecho y
que, por ende, queda al margen del tribunal de casación que conoce la infracción
de derecho. Dichos fallos son una suerte de reconocimiento en orden a que el daño
moral envuelve cuestiones jurídicas.3
Además, señalan la razón dogmática de que no se pueda dar por acreditado un
daño moral solo con la comprobación del vinculo parental. Se establece que, en
virtud del art. 160 del CPC, los jueces deben fallar de acuerdo al mérito del proceso,
por lo tanto, al juez le está vedada la construcción de presunciones analógicas, es
decir, que el juez falle conforme a la regularidad de una situación que ocurre extra-
proceso que no está necesariamente comprobada en el proceso. Por ejemplo, la
regularidad de una situación es que exista una relación de amor entre padre e hijo,
por ende, aun probando el vínculo parental no se puede presumir que existe dicha
situación, que, en definitiva, es lo que configura el daño moral de la persona cuyo
pariente ha fallecido.
En definitiva, el art. 160 del CPC es una de las razones para exigir la prueba del daño
moral y para no poder inferirlo por presunción analógica.
3 Aunque debemos tener presente que el motivo de la casación dice relación con la valoración de la prueba.
83
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Fuera de los dos casos anteriores, la jurisprudencia ha debido ampliar el concepto, pues
aparecen nuevas figuras dañosas, como el daño moral de la persona jurídica o en el
contexto de la Ley de Protección del Consumidor. El concepto de daño debe cambiar, pues
no basta con decir que es el dolor, pesar, angustia o predium doloris, sino que debe admitirse
una concepción más amplia.
En la medida que los tribunales han adoptado una visión más amplia entienden al daño moral
como la lesión a un interés y el estándar probatorio es más exigente. Mientras más amplio sea
el concepto, más rigurosa será la prueba.
¿Por qué hay que probar el daño moral? Leer libro 2006 profesor Aedo
4En la práctica, en cualquier juicio de indemnización, la interlocutoria que recibe la causa a prueba señala al daño moral
aparece como un hecho de la causa, por ende, un hecho sustancial, pertinente y controvertido que debe probarse.
84
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Daño moral: Debemos señalar que el daño moral se puede reparar por equivalente
dinerario. Sin embargo, hay una suerte de discusión respecto de si se puede reparar in
natura; por ejemplo, ¿el atentado al honor se puede reparar con unas disculpas
públicas?5
El daño patrimonial presentaría menos problemas que el daño moral, al tener este ultimo una
naturaleza cualitativa.
5 Esta discusión es más bien teórica, pues en la práctica los abogados no demandan unas disculpas públicas sin
indemnización.
85
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Daño moral: El concepto del daño moral está íntimamente ligado con la prueba y la
presunción.
No parece posible hacer una cuantificación matemática del daño moral. Sin perjuicio de que
existe un estudio de la Universidad de Concepción con la Corte Suprema que señala
estimaciones generales de indemnización por daño moral, las cuales tratan de uniformar los
criterios de reparación. El problema es que la jurisprudencia suele no señalar los criterios, y
cuando se han dicho, estos son extremadamente heterogéneos, tanto en la doctrina como
en la jurisprudencia.
o Discrecionalidad del juez: Algunos autores, como Fueyo, entienden que la reparación
del daño moral debe quedar entregado a la discrecionalidad del juez.
Sin embargo, la valoración “prudencial” del daño moral no indica en qué se traduce dicha
prudencia, lo cual es un problema de argumentación. Es decir, la exigencia para un juez,
incluso en la sana crítica, es tener que señalar en qué basa la prudencia, en virtud de una
cuestión de debido proceso y de bilateralidad de la audiencia. El justiciable no puede
defenderse si no sabe qué criterio usa el juez.
En definitiva, señalar que los tribunales usan su prudencia para valorar el daño moral no
resuelve mucho si no señala los criterios que utiliza o cómo usa su sana crítica.
86
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Sin embargo, como se trata de un sistema de reparación, debemos hacer una distinción muy
clara entre requisitos de responsabilidad y el quantum que debe determinar el juez. En ese
sentido, el juez no debería emplear elementos propios de la determinación de la conducta
del autor, pues se transformaría el régimen en una pena cuando su función es reparar.
El criterio de la facultad económica del autor también transformaría la reparación del daño
moral en una pena.
o Circunstancias del hecho: Habría que considerarlas para medir el quantum del daño.
o Otros autores también creen que como el daño moral es una lesión al interés extra
patrimonial, el cual a veces coincide con el objeto lesionado, entonces también tiene
importancia el interés. Por supuesto que no es lo mismo, para la cuantificación del
daño, el honor, la libertad o la indemnidad sexual. Por lo tanto, no parece admitir una
cuantificación uniforme.
En definitiva, esta es una cuestión discutida, pues siguen habiendo indemnizaciones en globo
sin que el tribunal señale los criterios que toma en cuenta para la cuantificación del daño.
87
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
parece ser que el interés en materia extracontractual tiene naturaleza compensatoria, lo cual
es relevante para saber desde y hasta cuándo se cuenta el interés.
Daño patrimonial: Se cuenta el interés desde la ocurrencia del hecho hasta la
reparación del daño.
Daño moral: Se cuenta desde la sentencia que otorga la indemnización hasta la
reparación.
Según el profesor Aedo, la diferencia radica en que, cuando se otorga daño patrimonial, la
sentencia es meramente declarativa, es decir, reconoce una afectación patrimonial que ya
ocurrió. En cambio, en el daño moral, la sentencia que otorga la indemnización no es
puramente declarativa, sino también constitutiva y por ende la indemnización no puede
contarse de la ocurrencia de los hechos.
El profesor Jorge López Santa María crea una fórmula de cálculo para que el interés
comprenda el reajuste. Sin embargo, las reglas para la determinación de intereses no
reajustables comprenden ya la reajustabilidad.
Considerando que se exige al demandante o a la víctima, por regla general, probar la culpa
del demandado o autor, la ley, en diversas disposiciones, ha invertido tal principio general,
con el objeto de asegurar a la víctima una justa reparación del daño, reglamentando una
serie de presunciones de culpabilidad, en virtud de las cuales a la víctima le bastará con
probar la existencia del hecho y el daño causado, correspondiendo al demandado acreditar
que el perjuicio no proviene de sus actos, o que ha empleado la debida diligencia o cuidado,
o en fin, que no existe una relación de causalidad entre la culpa que se le imputa y el daño.
88
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
b) Responsabilidad por el hecho de las cosas (arts. 2323, 2324, 2326 y 2328 CC). Debemos
distinguir entre los daños causados por un animal, por la ruina de un edificio o por una
cosa que cae o se arroja desde la parte superior de un edificio.
c) Responsabilidad por el hecho propio (art. 2329 CC)
Art. 2320 CC. “Toda persona es responsable no sólo de sus propias acciones, sino del hecho
de aquellos que estuvieren a su cuidado.
Así el padre, y a falta de éste la madre, es responsable del hecho de los hijos menores que
habiten en la misma casa.
Así el tutor o curador es responsable de la conducta del pupilo que vive bajo su dependencia
y cuidado.
Así los jefes de colegios y escuelas responden del hecho de sus discípulos, mientras están bajo
su cuidado; y los artesanos y empresarios del hecho de sus aprendices o dependientes, en el
mismo caso.
Pero cesará la obligación de esas personas si con la autoridad y el cuidado que su respectiva
calidad les confiere y prescribe, no hubieren podido impedir el hecho.”
Se critica la denominación, puesto que no existe responsabilidad por el hecho ajeno, sino una
culpa propia por no haberse cumplido con el deber de cuidado respecto de ciertas personas
con las que se tiene un vínculo de derecho. La infracción de dicho deber justifica la
responsabilidad.
89
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
El fundamento del art. 2320 se encuentra en el deber de vigilancia que se tiene respecto de
determinadas personas. La persona que tiene a otra a su cuidado debe vigilarla para impedir
que cause daños y, si el daño se causa, quiere decir que no empleó la debida vigilancia. Por
ello, la doctrina entiende que no estamos ante un caso de responsabilidad por hecho ajeno,
sino por un hecho propio, que es la falta de cuidado o vigilancia.
Art. 2316 inc. 1 CC. “Es obligado a la indemnización el que hizo el daño, y sus herederos.”
En los casos de responsabilidad por hecho ajeno, la ley presume la culpa del tercero que
debe cuidar o vigilar a otro, por ende, el actor no debe soportar la carga probatoria del daño
cuya reparación solicita.
Según el profesor Orrego, la responsabilidad por hecho ajeno no excluye la del autor directo
del hecho ilícito. Además responsabilidades coexisten y la víctima puede accionar contra
ambos.
90
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Al respecto, el profesor Hernán Corral señala que no se trataría de una obligación solidaria,
sino de dos obligaciones tienen por objeto la satisfacción del mismo interés. Entonces, como
las acciones para exigirlas emanan de los mismos hechos, procede su acumulación, pero
acogida una necesariamente se deberá rechazar la otra, ya que obtenido el interés del
acreedor por el pago de una de las deudas se extingue por falta de objeto la segunda.
3. Comisión de un hecho ilícito civil por parte de la persona por cuyo acto se responde:
Es necesaria la comisión de un delito o cuasidelito civil por parte de la persona por
cuyos hechos se responde.
91
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Sin embargo, la doctrina moderna no está de acuerdo con lo anterior, y sostiene que
la norma es plenamente aplicable si la relación entre las partes es de Derecho Público
en la medida que el funcionario causante del daño lo haya producido dentro de la
esfera de sus atribuciones. Esta posición ha sido aceptada por la jurisprudencia.
Nuestra jurisprudencia ha establecido que no debe responder el Estado por los delitos
cometidos en horas de franco por funcionarios de Carabineros de Chile, no usando sus
uniformes ni armas fiscales. Además, ha establecido que los actos cometidos por un
funcionario público fuera de su horario de trabajo no tienen el carácter de actos de
servicio, aunque en ellos se hubiese empleado un arma fiscal.
Art. 2320 inc final. “Pero cesará la obligación de esas personas si con la autoridad y el cuidado
que su respectiva calidad les confiere y prescribe, no hubieren podido impedir el hecho.”
92
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
En el caso de los amos respecto de los hechos de sus criados, según el inc. 2º del art. 2322
“Pero no responderán de lo que hayan hecho sus criados o sirvientes en el ejercicio de sus
respectivas funciones, si se probare que las han ejercido de un modo impropio que los amos
no tenían medio de prever o impedir, empleando el cuidado ordinario, y la autoridad
competente. En este caso toda la responsabilidad recaerá sobre dichos criados o sirvientes”.
93
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Sin embargo, el art. 244 señala que la patria potestad será ejercida por el padre o la madre o
ambas conjuntamente. En este sentido, no se entiende la falta de armonía de ambas normas,
puesto que, si el cuidado personal corresponde a ambos padres, lo lógico sería que el art.
2320 señalare “los padres”.
Art. 2320 inc. 2 CC. “Así el padre, y a falta de éste la madre, es responsable del hecho de los
hijos menores que habiten en la misma casa.”
Es claro que la norma establece la responsabilidad del padre, y ante la falta de éste, de la
madre, por ende, de conformidad a los arts. 109 y 110 CC, la ausencia del padre se verifica
en los siguientes casos:
- Muerte del padre
- Demencia del padre
- Si se ha ausentado del territorio de la república y no se espera su pronto regreso o por
ignorarse el lugar de residencia
- Si la paternidad se ha determinado judicialmente con la oposición del padre
- Si, por sentencia judicial, se le ha privado de la patria potestad o que, por su mala
conducta, se encuentre inhabilitado para intervenir en la educación de sus hijos.
Para hacer efectiva la responsabilidad de los padres no es relevante la filiación del hijo
(matrimonial o no matrimonial) y deben cumplirse los siguientes requisitos:
El hijo debe ser menor de edad
Debe habitar en la misma casa que el padre o la madre, sin perjuicio del art. 2321
Art. 2321 CC. “Los padres serán siempre responsables de los delitos o cuasidelitos cometidos
por sus hijos menores, y que conocidamente provengan de la mala educación, o de los
hábitos viciosos que les han dejado adquirir.”
En virtud de dicha norma, se establece una presunción de derecho, bastando que los hijos
sean menores de edad. El hecho debe provenir “conocidamente” de la mala educación
94
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
dada al hijo o de los hábitos viciosos que le dejaron adquirir sus padres. Por lo tanto,
corresponderá a la víctima probar aquellas circunstancias.
Art. 2320 inc. 3 CC. “Así el tutor o curador es responsable de la conducta del pupilo que vive
bajo su dependencia y cuidado.”
En todo caso, como estamos ante una presunción simplemente legal, el guardador podrá
eximirse de la responsabilidad probando que no pudo impedir el hecho, pese a que ejercitó
la autoridad derivada de su cargo y empleó el cuidado a que estaba obligado.
Art. 2320 inc. 4 primera parte CC. “Así los jefes de colegios y escuelas responden del hecho de
los discípulos, mientras están bajo su cuidado.”
La edad del discípulo no es relevante, sino sólo se requiere que esté bajo el cuidado del jefe
de colegio o escuela, lo que ocurre, generalmente, mientras se está en dependencias del
colegio, sin perjuicio de que dicho cuidado podría ampliarse a actividades tales como paseos
o traslados en vehículos institucionales.
95
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
La responsabilidad del jefe de colegio o escuela no se extiende a los daños que a sí mismo
pueda causarse el discípulo.
Como en los casos anteriores, puede destruirse la presunción, probando el jefe de colegio o
escuela que no le fue posible evitar el hecho ilícito y que empleó toda la diligencia y
cuidados necesarios.
Art. 2320 inc. 4 segunda parte CC. “... y los artesanos y empresarios del hecho de sus
aprendices o dependientes, en el mismo caso.”
Es decir, mientras estén bajo su cuidado.
Como en los tres casos anteriores, cesa la responsabilidad del artesano o empresario,
acreditando que no pudo impedir el hecho ilícito, no obstante su cuidado y haber ejercitado
su autoridad.
Art. 2322 CC. “Los amos responderán de la conducta de sus criados o sirvientes, en el ejercicio
de sus respectivas funciones; y esto aunque el hecho de que se trate no se haya ejecutado a
su vista.
Pero no responderán de lo que hayan hecho sus criados o sirvientes en el ejercicio de sus
respectivas funciones, si se probare que las han ejercido de un modo impropio que los amos
no tenían medio de prever o impedir, empleando el cuidado ordinario, y la autoridad
competente. En este caso toda la responsabilidad recaerá sobre dichos criados o sirvientes.”
96
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
No cabe al amo responsabilidad por los actos ajenos a las funciones del criado o que
importan un abuso de las mismas, por ejemplo, si el chofer sustraer el automóvil de su patrón,
contraviniendo sus órdenes y atropella a un transeúnte.
Por último, el profesor Ramos Pazos señala que “si estas personas se accidenten, se aplicarán
las reglas de la responsabilidad contractual si hay contrato de trabajo o las de
responsabilidad extracontractual directa (no compleja)”, por ende, la responsabilidad no
cubre los daños que el aprendiz o dependiente se cause a sí mismo.
El profesor Orrego señala que el dueño de un vehículo será solidariamente responsable con el
conductor, por los daños que ocasione. La responsabilidad del dueño del vehículo es sin
perjuicio de la que quepa a otras personas, en virtud del derecho común. En otras palabras,
puede coexistir con la que establece el artículo 2320. La víctima, por tanto, podrá accionar, a
su arbitrio, contra la persona que tenga al conductor a su cuidado, o contra le dueño del
vehículo.
Sin embargo, el propietario del vehículo puede eximirse de responsabilidad, si acredita que le
fue tomado contra su voluntad o sin autorización expresa o tácita.
97
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Se es responsable también del hecho de las cosas de que una persona es dueña o que están
a su servicio. El propietario o la persona que se sirve de la cosa debe vigilarla y mantenerla en
el estado de que no cause daño. De tal forma, el daño que produzca la cosa denotaría falta
de cuidado y por ello la ley presume la culpabilidad de quien tenía a su cargo la cosa.
A diferencia de lo que ocurre con la presunción general de culpabilidad por el hecho ajeno,
es decir, de una persona que se encuentra bajo vigilancia o cuidado, tratándose de las
cosas, la ley se limita a señalar algunos casos en los cuales se presume culpabilidad del que
las tiene a su cuidado. Por tanto, sólo en ellos pueden presumirse culpabilidad y en cualquiera
otro, deberá probarse por la víctima.
Art. 2323 CC. “El dueño de un edificio es responsable a terceros (que no se hallen en el caso
del artículo 934), de los daños que ocasione su ruina acaecida por haber omitido las
necesarias reparaciones, o por haber faltado de otra manera al cuidado de un buen padre
de familia.
Si el edificio perteneciere a dos o más personas proindiviso, se dividirá entre ellas la
indemnización a prorrata de sus cuotas de dominio.”
98
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
De conformidad a los artículos 932 a 934 CC, y particularmente el inc. segundo del último, el
vecino, para reclamar indemnización, deberá haber interpuesto previamente una querella
posesoria de denuncia de obra ruinosa. De lo contrario, no tiene derecho a indemnización,
porque se parte del supuesto que el daño se produjo, en cierta forma, por su negligencia en
acudir a la justicia para evitarlo.
El artículo 932 otorga al vecino dos acciones, cuando tema que la ruina de un edificio pueda
provocarle un perjuicio:
- Demandar para que el juez mande al dueño derribar el edificio, si estuviere tan
deteriorado que no admite reparación.
- Demandar para que el juez mande inmediatamente a reparar el edificio, si no
estuviere tan deteriorado.
En uno u otro caso, si el querellado no cumple el fallo judicial, se derribará el edificio o
se hará la reparación a su costa.
Si el daño del edificio no fuere grave, bastará que el demandado rinda caución de
resarcir todo perjuicio que por el mal estado del edificio sobrevenga.
99
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
habrá indemnización, salvo si se prueba por el afectado que el caso fortuito, sin el mal estado
del edificio, no lo hubiera derribado.
Ruina de un edificio por defectos de construcción: Esta materia se vincula con el contrato de
empresa, consistente en una modalidad del contrato de arrendamiento de obra, y que está
regulada en el artículo 2003 CC. Se puede definir como aquél por el cual una persona
llamada empresario toma a su cargo la construcción de un edificio por un precio prefijado.
Si el edificio perece o amenaza ruina, en todo o en parte, en los cinco años subsiguientes a su
entrega, por vicio de construcción, del suelo, de los materiales, debemos distinguir para
determinar quién es responsable:
a) Vicios de construcción: Será responsable el empresario
b) Vicios del suelo: Será responsable en principio el dueño, a menos que el empresario o
las personas empleadas por él hayan debido conocer el vicio en razón de su oficio.
c) Vicio de los materiales: Será responsable el empresario, si él los proporcionó. Si los
proporcionó el dueño, él responderá, salvo que el vicio sea de aquellos que el
empresario, por su oficio, haya debido conocer, o que conociéndolo, no haya dado
aviso oportuno.
Art. 2328 CC. “El daño causado por una cosa que cae o se arroja de la parte superior de un
edificio, es imputable a todas las personas que habitan la misma parte del edificio, y la
indemnización se dividirá entre todas ellas; a menos que se pruebe que el hecho se debe a la
culpa o mala intención de alguna persona exclusivamente, en cuyo caso será responsable
esta sola.
Si hubiere alguna cosa que, de la parte superior del edificio o de otro paraje elevado,
amenace caída y daño, podrá ser obligado a removerla el dueño del edificio o del sitio, o su
inquilino, o la persona a quien perteneciere la cosa o que se sirviere de ella; y cualquiera del
pueblo tendrá derecho a pedir la remoción.”
Tratándose de cosas que se arrojan en realidad no se responde por el hecho de las cosas, sino
por el hecho ajeno, puesto que siempre una persona debe arrojar la cosa en cuestión. La
responsabilidad recae sobre todas las personas que habiten la misma parte del edificio desde
100
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
la que cayó o se arrojó la cosa, por ende, podría tratarse del dueño, arrendatario,
comodatario, usufructuario, entre otros. Los responsables dividirán entre sí la indemnización.
Según el profesor Orrego, en este caso, el legislador privilegia la situación de la víctima, que
de otra manera se habría visto privada de toda reparación posible. Esta responsabilidad
objetiva, muy excepcionalmente, no exige ni siquiera una vinculación material con el daño.
Basta que la cosa haya caído o haya sido arrojada de una parte del edificio para que la
responsabilidad afecte a todos quienes moran o residen en él. Se podría decir que el riesgo es
inherente a los edificios en altura. La responsabilidad no tiene otro fundamento que el interés
social y el amparo a quienes sufren el daño. Por lo mismo, no se aceptará probar por alguno
de los moradores que él adoptó las medidas de seguridad de tal naturaleza que excluían
absolutamente la posibilidad de ser autor del daño. Este es un caso típico de responsabilidad
objetiva.
El art. 2328 concede una acción popular, es decir, que cualquier persona puede interponer,
destinada a evitar la caída de la cosa.
Art. 2326 CC. “El dueño de un animal es responsable de los daños causados por el mismo
animal, aun después que se haya soltado o extraviado; salvo que la soltura, extravío o daño
no pueda imputarse a culpa del dueño o del dependiente encargado de la guarda o servicio
del animal.
Lo que se dice del dueño se aplica a toda persona que se sirva de un animal ajeno; salva su
acción contra el dueño, si el daño ha sobrevenido por una calidad o vicio del animal, que el
dueño con mediano cuidado o prudencia debió conocer o prever, y de que no le dio
conocimiento.”
101
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Art. 2327 CC. “El daño causado por un animal fiero, de que no se reporta utilidad para la
guarda o servicio de un predio, será siempre imputable al que lo tenga, y si alegare que no le
fue posible evitar el daño, no será oído.”
El artículo 2326 contiene dos reglas, una aplicable al dueño y la otra al mero tenedor:
1. Responde el dueño del animal, aún por los daños ocasionados por éste después de
haberse soltado o extraviado. Con todo, su responsabilidad cesará, si acredita que
adoptó todas las providencias para impedir el daño
2. La misma responsabilidad recae sobre el que se sirve de un animal ajeno. Tal persona
tiene derecho a repetir contra el dueño, si el daño fue producto de un vicio del animal
que el dueño, con mediano cuidado, debió conocer o prever. Sin embargo, si el
dueño informó al usuario del animal del vicio, éste no tendrá derecho a repetir contra
el primero.
El art. 2327 contempla dos reglas; una referida al animal fiero que no reporte utilidad para un
predio y la segunda relativa al animal que reporta utilidad:
1. Siempre se responderá por el daño causado por un animal fiero, cuando de éste no se
reporte utilidad para la guarda o servicio de un predio. De los daños responderá quien
tenga el animal, sea o no dueño, y se sirva o no de él.
El profesor Orrego señala que la disposición establece una presunción de derecho,
pues no se admite probar que fue imposible evitar el daño. Se trata, por ende, de un
caso de responsabilidad objetiva. En efecto, como señala Rodríguez Grez, en esta
hipótesis, es la mantención de un animal fiero, creando una situación de riesgo de la
que no se obtiene beneficio alguno, la que justifica la responsabilidad que se le
impone al tenedor del animal.
Art. 2329 CC. “Por regla general todo daño que pueda imputarse a malicia o negligencia de
otra persona, debe ser reparado por ésta.
Son especialmente obligados a esta reparación:
1º. El que dispara imprudentemente un arma de fuego;
2º. El que remueve las losas de una acequia o cañería en calle o camino, sin las precauciones
necesarias para que no caigan los que por allí transitan de día o de noche;
102
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
La jurisprudencia en algunos fallos ha señalado que sería una repetición de la regla del art.
2314 CC
El profesor Orrego señala que se ha entendido que el inciso 1º no hace sino reiterar el principio
general del art. 2314, por ende, se exige probar culpa o dolo del autor del hecho.
En cambio, los tres casos del inciso 2º constituyen presunciones de culpabilidad, basándose
en la expresión “especialmente obligados”. La víctima, entonces, no requiere probar la culpa,
sino sólo debe acreditar la comisión del hecho, presumiéndose la culpa del autor.
Estas presunciones se justifican, puesto que describen situaciones de riesgo en que la víctima
queda expuesta a un daño inminente como consecuencia de hechos excepcionales que
conllevan a un peligro objetivo. En estos casos, se sustituye la regla general del inc. 1 propia
de la responsabilidad subjetiva, por una presunción de responsabilidad por el riesgo creado o
provocad, propio de actividades riesgosas.
103
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Por ello, para la doctrina más moderna, las presunciones de responsabilidad por el hecho
propio señaladas en el inciso 2º son meramente ejemplares. De esta manera, toda otra
conducta que objetivamente se estime riesgosa, podría quedar comprendida dentro de la
presunción de culpa por hecho propio.
LEGITIMACIÓN ACTIVA
La legitimación procesal activa es la titularidad que el sistema jurídico reconoce para ejercer
una acción judicial. Es menester que quienes actúen ante los tribunales tengan capacidad
para comparecer ante ellos o, en caso contrario, lo hagan debidamente representados.
Los legitimados para ejercer la acción de responsabilidad pueden ser titulares por derecho
propio (como el mismo perjudicado) o por derecho derivado, como sucede con los que
adquieren por sucesión la facultad de reclamar la indemnización. A su vez, los titulares de
derecho propio pueden ser víctimas directas del daño o perjudicados indirectos que sufren un
perjuicio que directamente ha recaído en otra persona (víctimas por repercusión).
Finalmente, se deben considerar algunos problemas especiales, como la legitimación para
demandar de las personas jurídicas y de los grupos masivos de perjudicados por accidentes
catastróficos o de efectos generalizados.
son directamente lesionados por el actuar del autor del ilícito y los que son afectados
como consecuencia del daño producido a la víctima directa.
104
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
a) Lesionados directos
Si se trata de daños causados a las cosas (patrimonial), pueden interponer la
acción para hacer valer la responsabilidad:
o El dueño de la cosa (Art. 2315 CC)
o El poseedor, aun cuando no sea dueño (art. 2315 CC)
o El titular de un derecho real de goce distinto del dominio, es decir, como
señala el art. 2315, el usufructuario, habitador o usuario, si el daño irroga
perjuicio a su derecho de usufructo, de habitación o uso. Esta mención no es
taxativa, por lo que se incluyen los derechos reales de garantía, estando
legitimados también el acreedor hipotecario y el prendario.
o El que tiene la cosa con obligación de responder por ella, por ejemplo, un
comodatario, depositario o arrendatario.
En general, cualquiera de los mencionados puede interponer la acción, pero
deberá pedir indemnización por los daños que personalmente sufre por la
destrucción o deterioro de la cosa. Excepcionalmente, el que tiene la cosa con
obligación de responder de ella, pero sin que posea un derecho real (mero
tenedor), sólo es admitido a interponer la acción en ausencia del dueño, de
conformidad al art. 2315 CC. No obstante, para el arrendatario existe una regla
especial en el art. 1930 CC que señala que si el arrendatario es turbado en su goce
por vías de hecho de terceros, que no pretenden derecho a la cosa arrendada, el
arrendatario a su propio nombre perseguirá la reparación del daño.
105
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Las víctimas de daño patrimonial pueden ser personas que han experimentado un
perjuicio en su patrimonio, al verse privadas de todo o parte del auxilio pecuniario
o de los beneficios que el físicamente ofendido les proporcionaba. Por ejemplo, las
personas que tenían derecho a reclamar alimentos de la víctima directa; las
personas que, sin tener derecho a alimentos, vivían a expensas del ofendido; las
personas que sufren daño con la muerte o incapacidad de la víctima directa por
tener con él una relación profesional o laboral o que están de alguna manera
vinculadas económicamente a él.
Los lesionados indirectos con daño extra patrimonial se miran con más cautela. En
principio, todas aquellas personas que por la muerte o lesión de la víctima directa
sufran un perjuicio moral estarán habilitadas para solicitar su reparación. No
obstante, como un criterio amplio sobre la materia podría multiplicar las demandas
indemnizatorias y hacer inoperante el sistema, se buscan límites que den
racionalidad a las pretensiones.
106
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
De todas formas, sin ocupar un orden fijo de prelación, lo cierto es que frente a las
demandas de familiares más próximos se tiene a presumir con más facilidad la
existencia del daño, mientras que para otros parientes así como para personas que
sólo tienen lazos de afecto con el ofendido se exige la presentación de pruebas
más contundentes.
107
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
a.- Sucesores por causa de muerte: Pueden interponer la acción los sucesores a título
universal, es decir, los herederos de los legitimados por derecho propio. El Código Civil sólo lo
señala expresamente respecto el daño en las cosas en el art. 2325, pero lo mismo debemos
sostener respecto de los daños personales y concretamente del daño moral, pues se aplican
los principios generales de transmisibilidad de los derechos.
Art. 2315 inc. 1 CC. ““Puede pedir esta indemnización no sólo el que es dueño o poseedor de
la cosa que ha sufrido el daño, o su heredero, sino el usufructuario, el habitador o el usuario, si
el daño irroga perjuicio a su derecho de usufructo o de habitación o uso.”
¿Pueden los herederos intentar la acción para pedir reparación del perjuicio causado a la
víctima cuando el hecho ilícito ha provocado su muerte?
Se trata del caso en que la muerte se produce inmediatamente como consecuencia del
hecho dañoso, y no del evento de lesiones que producen la muerte a corto plazo, ya que en
esta misma situación parece claro que el derecho a la indemnización, incluidos los daños
morales, ha ingresado al patrimonio del causante y es transmitido a su sucesión.
Respecto de la muerte instantánea, según una posición, los herederos no podrían reclamar
dicha reparación, porque el ofendido, al morir, no habría alcanzado a ingresar a su
patrimonio el derecho a pedir la indemnización y por ende no ha podido transmitirlo a sus
sucesores.
Para otros autores, el hecho ilícito es anterior a la muerte y en el instante en que se produce
existe en el patrimonio del ofendido el derecho a pedir la indemnización.
Esta última parece ser la postura más abierta si se tiene en cuenta que la noción de muerte
instantánea se revela como un concepto artificioso que no coincide con la realidad biológica
ni jurídica de los hechos; “la muerte es un daño que la persona padece en vida”.
En contrario opina la profesora Carmen Domínguez, quien señala que lo decisivo no es tanto si
el daño de privación de la vida es sufrido o no por la víctima, sino la función de la
responsabilidad: la pérdida de la vida en cuanto tal es irreparable, y no cabe por tanto que la
108
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Por último, el profesor Hernán Corral señala que no hay inconvenientes en considerar que el
derecho a pedir la indemnización ya nacido sea objeto de legado, al cual se le aplicarán las
reglas del legado de crédito.
El heredero podría reclamar por derecho derivado y por derecho propio, por ejemplo, si él
mismo iba en el auto al momento del choque, su padre murió y él resultó lesionado, se podría
pedir indemnización por derecho derivado en virtud de su padre, y daño patrimonial y/o
extrapatrimonial.
En virtud del art. 951 CC, norma relativa a la transmisibilidad de los derechos, debemos incluir
tanto los daños patrimoniales como extrapatrimoniales.
Podría aducirse en contra que en tal caso la indemnización pierde su fin reparatorio, ya que
va a una persona que no ha sufrido el daño, pero no es así: la reparación la brinda la ley a la
víctima mediante la atribución de un crédito y reconociéndole el poder de ejecutar las
facultades que son propias de este crédito, entre las cuales se cuenta la de disposición.
c.- Acreedores: Se discute el derecho de los acreedores del ofendido a subrogarse en los
derechos de la víctima para con la indemnización pagarse de sus créditos. La doctrina ha
señalado que los acreedores del ofendido no pueden ejercer la acción como subrogados o
109
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
sustitutos suyos, pues, según el art. 2466, la acción subrogatoria es procedente sólo en los
casos expresamente contemplados.
Los socios o miembros de la persona jurídica no pueden accionar por sí mismos si reciben un
daño en cuanto asociados o integrantes de la misma, sino sólo si el daño a la sociedad
también les reporta un daño personal. Por excepción, el art. 133 bis de la LSA, permite a los
accionistas demandar en nombre y favor de la sociedad, aunque no tengan su
representación legal.
110
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Sin embargo, para el profesor Hernán Corral, no parece que pueda construirse la legitimación
procesal de los grupos en ausencia de norma expresa, entre otras razones por las
incertidumbres que podría generar frente a los mecanismos de tutela de los miembros del
grupo que no participan en el proceso y a los que resultará aplicable la sentencia. Por ello,
tendrá que aplicarse el art. 18 del CPC, que permite la acumulación de acciones que
emanen directa e inmediatamente de los mismos hechos, cuyos titulares las interpongan
expresamente por sí o por mandatario común.
LEGITIMACIÓN PASIVA
Art. 2316 CC. “Es obligado a la indemnización el que hizo el daño, y sus herederos.
El que recibe provecho del dolo ajeno, sin ser cómplice en él, sólo es obligado hasta
concurrencia de lo que valga el provecho.”
En caso de existir pluralidad de autores, hay solidaridad entre ellos, según el art. 2317.
Art. 2317 CC. “Si un delito o cuasidelito ha sido cometido por dos o más personas, cada una
de ellas será solidariamente responsable de todo perjuicio procedente del mismo delito o
cuasidelito, salvas las excepciones de los artículos 2323 y 2328.
Todo fraude o dolo cometido por dos o más personas produce la acción solidaria del
precedente inciso.”
111
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
que otros dicen que ello es imposible de determinar, por lo que la contribución de
hará por partes iguales.
Por excepción, no hay solidaridad en los casos de daños causados por ruina del edificio y por
una cosa que cae o se arroja.
b) Sucesores mortis causa: El Código Civil declara expresamente que es obligado el autor
el daño y sus herederos, por lo tanto, la obligación de indemnizar es de aquellas que
se transmiten a la muerte del deudor a sus sucesores universales.
En todo caso, si son varios los autores, la solidaridad no se transmite a los herederos,
sino que deberá demandarse a cada uno en proporción a la cuota que corresponda
en la herencia.
La responsabilidad se transmite a los herederos, no a los legatarios, pero nada impide que el
testador haya impuesto el pago de la deuda a un legatario como una carga o gravamen de
la asignación. Sin perjuicio de ello, la víctima podrá demandar directamente a los herederos si
lo prefiere.
No está claro si podría cederse por acto entre vivos la deuda implicada en la responsabilidad
civil. Debe tenerse en cuenta que en general se estima que nuestro Código Civil no concibe
la cesión de deudas. En cualquier caso, de admitirse la cesión de la deuda de
responsabilidad, el demandante, salvo que haya aceptado la cesión, podría dirigirse tanto
contra el cedente o sus herederos como contra el cesionario.
c) Tercero civilmente responsable por el hecho ajeno: No solo el autor material del hecho
dañoso es obligado a la indemnización, sino también aquella persona que responde
por sus hechos, al existir una especie de atribución refleja de culpa.
También los herederos de este tercero responsable deben considerarse legitimados
pasivos, por aplicación de la regla general de transmisibilidad de las obligaciones.
112
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
d) La persona que recibe provecho del dolo ajeno: Según el profesor Hernán Corral, más
que un sujeto pasivo de responsabilidad, esta persona es sujeto pasivo de una acción
de enriquecimiento sin causa, que tiene su base pero no su fundamento en el delito.
Debe restituir no por haber incurrido en culpa o dolo, sino sencillamente porque ha
incrementado su patrimonio sin causa legítima.
Por cierto, todo lo anterior no obsta a que la persona jurídica responda también en virtud de
los arts. 2320 y 2322, es decir, por los delitos o cuasidelitos que cometan los empleados o
dependientes.
113
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Cuando se habla de responsabilidad colectiva o de grupos se hace alusión a los casos en los
que la víctima no puede identificar al autor individual o plural del daño, pero, por las
circunstancias del caso, se demuestra que el o los culpables integran un grupo que no se ha
organizado como persona jurídica. En tales casos, se sostiene que la víctima debería poder
demandar a cualquiera de los que conforman el grupo y obtener su reparación, sin perjuicio
de la acción de reembolso que éste pueda tener contra el realmente culpable.
El grupo de personas se debe haber formado para la realización de actividades lícitas, pero
que son susceptibles de causar daños. Se discute si es necesario exigir una concertación
previa o basta con la formación espontánea de agrupación de la que surgió el daño. En todo
caso, es requisito necesario el anonimato del verdadero responsable: si éste es identificable
para la víctima, sólo en él recaerá la legitimación pasiva.
114
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Aunque lo normal será que el juicio verse sobre la procedencia de la obligación de pagar los
perjuicios y sobre su monto, es posible que la determinación de éstos pueda reservarse para la
ejecución de la sentencia o para un juicio posterior, de conformidad al art. 173 CPC.
Alessandri se opone por estimar que la reserva sólo procede para la responsabilidad
contractual. No obstante, alguna jurisprudencia sostiene la aplicación de la norma también a
la responsabilidad extracontractual.
Cuando el hecho del que surge la responsabilidad es constitutivo de delito penal, se permite
que se ejerza la acción civil en el mismo proceso penal; lo que resulta obligatorio si la acción
civil tiene por objeto la mera restitución de la cosa.
En el nuevo proceso penal, si comenzado el juicio oral se sobresee, el tribunal debe continuar
con el juicio para el solo conocimiento y fallo de la acción civil. Si el juicio penal se termina o
suspende, la víctima debe demandar ante el tribunal civil en el plazo de 60 días y el proceso
se sustancia conforme a las reglas del juicio sumario.
La acción civil puede ser también de conocimiento de los jueces de policía logal si ella deriva
de faltas o infracciones que son de su competencia (Ley del Consumidor) o de accidentes
del Tránsito. Se aplican las reglas del procedimiento respectivo.
115
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
La víctima tiene la facultad para elegir en la demanda la forma de reparación que prefiera,
de manera que podría hablarse de un cierto derecho de la víctima a exigir la “supresión del
ilícito” por medidas no patrimoniales.
Este derecho sin embargo tiene sus límites. Así, se entiende que la reparación en especie sólo
podrá exigirse si es materialmente posible acceder a ella y siempre que no cause un daño
desproporcionado y excesivamente gravoso al demandado.
EXTENSIÓN DE LA REPARACIÓN
1. Principio general de la reparación integral: La regla general es que la reparación debe
ser completa, es decir, debe indemnizarse todo el daño que sea consecuencia
directa del hecho ilícito. De acuerdo con esto, la reparación debe comprender:
a. El perjuicio patrimonial: El daño emergente y lucro cesante, aplicándose los
conceptos del art. 1556 CC
b. Los perjuicios no patrimoniales, entre lo que caben el dolor psíquico, el daño
corporal o biológico, la lesión de derechos de la personalidad, entre otros.
Sin embargo, si bien es efectivo que deben indemnizarse todos los perjuicios, aunque
no hayan sido previstos por el actor, debe considerarse que uno de los factores que
permiten construir el vínculo de causalidad es la previsibilidad objetiva de los daños
resultados del hecho ilícito. De manera que lesiones que eran absolutamente
116
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
En este sentido, el profesor Hernán Corral señala que el art. 1558 CC parece contener
una contradicción, ya que atribuye al que incumple dolosamente un contrato la
responsabilidad por todos los perjuicios que fueren consecuencia inmediata o directa,
aunque no hubieran podido preverse al tiempo del contrato.
2. Reducción de la indemnización:
Por disposición legal especial (Art. 2331 CC): Las imputaciones injuriosas contra el
honor o el crédito de una persona no dan derecho para demandar una
indemnización pecuniaria, a menos de probarse daño emergente o lucro cesante,
que pueda apreciarse en dinero. Es decir, para las conductas lesivas de la honra de
las personas se limita la extensión de la reparación, que deberá circunscribirse al daño
patrimonial. Se excluye la indemnización del daño moral.
La doctrina reciente tiene a calificar de injustificada esta limitación, puesto que, como señala
Diez, el art. 2331 CC sería una norma eminentemente injusta, que resiente los cimientos de la
responsabilidad civil extracontractual, al imponer a una persona la obligación de soportar
117
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
gratuitamente ciertas consecuencias nocivas de un hecho ilícito que la afectó, por cuanto en
muchos casos la única posibilidad de resarcimiento que tiene la víctima de un atentado al
honor o crédito es la indemnización pecuniaria del daño moral sufrido, lo que precisamente le
impide el legislador.
De la misma forma opina el profesor Hernán Corral, quien indica que esta limitación se revela
como inconstitucional, a la luz de los preceptos de los Nº1 1 y 4 del artículo 19 de la CPR, que
consagran la protección de los derechos de la personalidad como la integridad psíquica y el
honor e intimidad de las personas.
Por concurrencia de culpa de la víctima: En virtud del art. 2330 CC, se toma en cuenta que en
el hecho dañoso puede haber tenido parte la misma negligencia de la víctima,
produciéndose así una suerte de compensación de culpas, al disponer la ley la posibilidad de
reducir la indemnización del daño frente a la exposición imprudente de la víctima al daño
causado.
Por falta de la víctima del deber de mitigar los daños: La doctrina comparada ha puesto de
relieve que el perjudicado no está exento también de deberes una vez ocasionado el daño y
en el tiempo en que se despliega su desarrollo. Una conducta suya de mero espectador, en
previsión de cuantiosas indemnizaciones, sería contraria al principio de buena fe. Por eso, se
señala que la víctima debiera actuar, en la medida en que no le represente una exigencia
desproporcionada o lo exponga a nuevos peligros, para moderar, paliar o extinguir las
consecuencias dañosas de la conducta nociva.
Por lo tanto, los daños que resulten de la falta de este deber no se comprenderán en la
indemnización.
Por compensación del lucro obtenido por la víctima: No es imposible concebir que la víctima
pueda obtener, además de los perjuicios, una causa de ganancia. Por ejemplo, si la víctima
vende los materiales que dejó la ruina del edificio derrumbado o si se aprovechó del guano
que depositaron los animales que pisotearon el terreno del perjudicado.
Vulneraría el principio del enriquecimiento sin causa si no se descontaran estos lucros de la
indemnización que debe el autor. Se habla entonces de la necesidad de compensar el lucro
con el daño o de la no subsistencia del daño resarcible en el monto del lucro.
118
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Asimismo, se ha establecido que infringe la ley la sentencia que deniega reajustar la cantidad
percibida ilícitamente por el reo conforme al IPC al no otorgar una verdadera reparación de
todo el daño experimentado y que no basta con la fijación de intereses sin que se indique la
reajustabilidad de la indemnización solicitada. Aun más, se ha fallado que no empece que la
reajustabilidad se haya solicitado en un escrito posterior a la demanda y que no incurre en
ultra petita la sentencia que concede reajustabilidad a la indemnización, aunque la parte
demandante no lo hubiere solicitado expresamente en su libelo.
En todo caso, si la determinación de los perjuicios se ha reservado para la ejecución del fallo,
no procede la revalorización mientras no quede ejecutoriada la sentencia que los fije, por no
estar en mora el deudor.
4. Procedencia del pago de intereses: El profesor Hernán Corral señala que el juez puede
condenar al pago de intereses, si así se ha solicitado en la demanda. A él le
corresponderá fijar la tasa y la fecha desde que comenzarán a correr, siempre con
posterioridad a la perpetración del hecho.
119
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
No obstante, la procedencia de intereses debe ser discutida. Hay que distinguir entre intereses
compensatorios y moratorios. A juicio del profesor Corral, con razón se ha hecho ver que no
corresponde condenar al demandado al pago de intereses compensatorios, ya que éstos son
frutos civiles de un capital que se ha colocado en una situación que le permite fructificar y
esto no ocurre cuando se otorga una suma de dinero que intenta reponer el daño causado.
Así, por ejemplo, el dueño de un automóvil de alquiler que ha sido dañado por otro sólo
puede cobrar el monto del daño emergente y del lucro cesante, pero no los intereses de esas
sumas. Ahora bien, una vez determinada la indemnización en dinero y hecha exigible la
obligación de su pago, procederá el pago de intereses moratorios, porque en este caso
podrá suponerse que, de no haber mediado la demora en el pago, el demandante hubiera
podido haber invertido el capital y obtener una rentabilidad financiera. Esta tesis es
defendida por José Pablo Vergara.
Según el profesor Hernán Corral, el criterio más razonable es entender que el cómputo
de la reajustabilidad, tratándose de daños patrimoniales, opere desde el momento en
120
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
que el juez se sitúa para avaluarlo. Si ese momento es el del hecho ilícito o el
surgimiento del daño, desde allí procederá el reajuste. En cambio, si la avaluación del
perjuicio la hace el juez al momento de dictar sentencia, como sucede en los daños
morales, la reajustabilidad deberá computarse desde la fecha de su notificación.
121
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Fuerza: Tanto la fuerza física como la moral hacen que el comportamiento del sujeto
se transforme en una mera herramienta de otro, desapareciendo la base de libertad
del sujeto en su componente material (física) o subjetivo (moral).
Caso fortuito o fuerza mayor: Es el evento imprevisto imposible de resistir.
En relación con el mínimo psíquico que la doctrina exige para identificar un comportamiento
humano, se ha dicho que algunos estados de alteración mental, como el sonambulismo o
solipsismo, podrían excluir la conducta.
En este sentido, hay muchos fallos que han establecido que una acción judicial intentada no
puede por sí misma bastar para ser fundante de una reparación de daño, pues constituye el
ejercicio legítimo de una facultad amparada por la ley.
En el ámbito público, el ejercicio de una potestad discrecional de la Administración, en
principio, no basta para fundamentar una causa de responsabilidad civil. Piénsese en la
negativa de una autoridad administrativa para otorgar un permiso bajo ciertas condiciones.
122
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Lo anterior no implica que, en el ámbito público, el ejercicio de una potestad no tenga que
cumplir o satisfacer ciertas reglas que el Derecho Administrativo le impone a la autoridad,
como la motivación jurídica y fáctica. Por ende, las decisiones arbitrarias están descartadas
dentro del ámbito de potestad reglada y permitirían el fundamento de una demanda de
responsabilidad.
123
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Legítima defensa: Equivale en sus requisitos del Derecho Penal, porque un acto no
puede ser jurídico y antijurídico a la vez. Lo que excluye la antijuridicidad en la
responsabilidad penal, también lo hace en sede civil.
De todas formas, pueden haber otros casos de daño por conducta lícita, es decir, aunque el
daño esté permitido, el ordenamiento jurídico le exige al autor del daño una indemnización.
Sería un problema más general que el estado de necesidad.
Además, hay una discusión dogmática respecto de la responsabilidad del Estado, puesto que
si se entiende que la culpa envuelve la antijuridicidad, y se considera que la responsabilidad
del Estado es objetiva y no por culpa, entonces se admite la responsabilidad por conducta
lícita de la Administración.
124
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
acuerdo a ciertas reglas de información un sujeto excluya a priori ciertos daños que
pueda causar una determinada actividad.
La exclusión de daños que digan relación con una actividad por un pacto previo al daño
está sujeta a los limites de cualquier acto jurídico. Por ejemplo, no puede haber voluntad
contraria a la ley o a las buenas costumbres (Art. 1461 CC), y se podría renunciar a los
derechos disponibles, lo cual dice relación con la renuncia de derechos asociada a la
asunción de ciertos riesgos. (Art. 12 CC). Además, no se puede condonar anticipadamente al
dolo ajeno.
Sin embargo, existe un radio de asunción voluntaria de riesgos más amplio que no tiene que
ver con la renuncia de derechos, sino que se asumen ciertos riegos derivados de una
actividad. Por ejemplo, una persona que tiene una grave enfermedad y se somete
voluntariamente a la prueba de un fármaco nuevo, aceptando los riesgos que suponen los
efectos secundarios del tratamiento. En estricto rigor, no hay un sujeto renunciando a
derechos subjetivos, sino que está asumiendo una órbita de riesgos más amplia.
Los límites de la asunción de riesgos tiene que ver con el deber de garante. El problema de la
información muchas veces dice relación con el desequilibrio en que están los sujetos respecto
del conocimiento del área, y frente a dicho desequilibrio, hay un deber de garante del sujeto
que maneja la información.
125
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Por ejemplo, si una persona es aficionada a cazar osos, asume una órbita de riesgos que no
podría trasladar al guía experto.
En doctrina se ha señalado que la línea de separación entre ambas dice relación con la
culpa, pues la asunción de riesgos sería un problema de culpa y la culpa exclusiva de la
víctima sería de causalidad.
La distinción es muy tenue, porque el análisis causal no dista mucho en una situación y otra, el
cual supone dos elementos: el riesgo y el establecimiento de un deber de garante o de
cuidado en relación con la víctima y la información que tiene para asumir una determinada
actividad.
126
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Extinción de la acción
Una vez configurados los requisitos de la responsabilidad, la pretensión de la víctima se
vehicula a través de la acción, la cual es el derecho público subjetivo para reclamar la
intervención de la jurisdicción. Por ende, los civilistas, al referirse a la acción, no se refieren a
dicha acción que estaría disociada de la acción material, sino que más bien se refieren a la
pretensión.
2. Transacción: Según el art. 2449 CC, la transacción puede recaer sobre la acción civil
que nace de un delito, pero sin perjuicio de la acción criminal.
Art. 2332 CC. “Las acciones que concede este título por daño o dolo, prescriben en cuatro
años contados desde la perpetración del acto.”
La norma dispone que el plazo de prescripción es de cuatro años, por ende, se trata
de una prescripción especial de corto tiempo, luego ¿esta prescripción se suspende?
Art. 2524 CC. “Las prescripciones de corto tiempo a que están sujetas las acciones especiales
que nacen de ciertos actos o contratos, se mencionan en los títulos respectivos, y corren
también contra toda persona; salvo que expresamente se establezca otra regla.”
127
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Hay dos tipos de prescripción de corto tiempo; las propiamente tales (Art. 2521 y 2522) y las
especiales de corto tiempo, reguladas en normas particulares del Código Civil.
El art. 2523 dispone que las prescripciones de corto tiempo propiamente tales corren contra
toda persona, no se suspenden y se interrumpen de la manera que dice; por requerimiento o
desde que interviene pagaré u otra obligación escrita.
En cambio, el art. 2524 CC, relativo a la prescripción especial de corto tiempo, no se refiere
expresamente a la suspensión, y no se le aplica el art. 2523, pues rige solo a las prescripciones
precedentes.
Aquella ha hecho creer que la prescripción especial de corto tiempo no se suspende, por la
expresión “corre contra toda persona”. Sin embargo, esta expresión es una repetición de la
regla común de la prescripción de que “corre contra toda persona”, pues en Chile habían
sujetos privilegiados para la prescripción, como la iglesia y el Fisco.
Esto ha llevado a pensar a varios autores que la prescripción del art. 2524 se suspende. De
hecho, en varios casos se suspende, como en la nulidad relativa.
128
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Esto no soluciona todos los problemas, porque, en general, los plazos de prescripción del
Código no permiten resolver las situaciones de daños con afectaciones permanentes,
específicamente respecto del daño moral por rebote. Este supone una afectación
permanente a la esfera psíquica de un sujeto que se configura con la perpetración del
hecho, pero permanece durante toda la vida de la víctima.
Algunos fallos de la Corte de Apelaciones, refrendados por el criterio de Barros, han estimado
que, en caso de daño permanente, el plazo de prescripción no se puede contar desde la
perpetración del hecho, sino que habrá que recurrir a la regla de diez años, pues el daño se
sigue produciendo durante toda la vida de las personas que reclaman la indemnización.
Contra esta tesis, Domínguez Ávila, ha señalado que el daño permanente se genera con la
causación del mismo, y por ende, desde ahí se debe contar el plazo. Una cosa es que el
daño se mantenga durante toda la vida y otra es que se haya manifestado en épocas
distintas. El daño tiene una manifestación regular y permanente durante el tiempo desde el
acaecimiento del hecho.
El profesor Domínguez Ávila distingue a este daño del continuo, el cual se va generando o
agravando con el tiempo y no corresponde al mismo daño que se produce cuando ocurren
los hechos.
129
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Respecto del iter contractual, ha surgido una duda en cuanto al art. 98 C. De Co. relativo a la
retractación intempestiva. Algunos consideran que es contractual, otros extracontractual y
otros entienden que es un régimen legal.
Una vez que el contrato se extingue, se aplica el régimen extracontractual, salvo en caso de
obligaciones pactadas para ser cumplidas con posterioridad al contrato, como deberes de
confidencialidad, o en caso de alegación de incumplimiento de obligaciones en vigencia del
contrato aunque este se haya extinguido.
Dentro de la vida del contrato, para saber si hay un régimen contractual debemos atender al
incumplimiento obligacional. En este sentido, hay responsabilidad contractual cuando se
incumple una obligación derivada de un contrato. Dicha obligación puede ser pactada
expresamente en el contrato o venir determinada por la ley, por ser fuente supletoria de la
voluntad de las partes en un régimen contractual.
El juez debe efectuar una calificación jurídica del contrato, siendo relevante para ello
considerar no solo las normas supletorias que establecen obligaciones que las partes no
señalan expresamente, pero que se entienden incorporadas, sino que además la integración
contractual, en virtud de la cual, el juez debe, no solo interpretar (art. 1546 CC), sino integrar
el contrato cuando las partes no han previsto una obligación o la forma en que la han
previsto no ha sido lo suficientemente completa o amplia. Por lo tanto, el juez debe integrar el
contrato, conforme al art. 1546 CC.
En una relación contractual podemos distinguir entre una obligación principal y obligaciones
secundarias. Algunas de estas ultimas son directamente derivadas de la principal, por
ejemplo, la obligación de dar supone la de entregar. Luego, hay obligaciones secundarias,
como los deberes de seguridad, que no guardan relación con la prestación principal, pero
que tiene un orden de importancia y un efecto frente al incumplimiento separado de la
obligación principal. Estas obligaciones generalmente están contempladas en términos
imperativos en la ley, y no son normas simplemente supletorias, sino de orden público, pues las
partes no las pueden alterar. Normalmente, el deber de seguridad como obligación
secundaria para una de las partes del contrato se regula pensando en una desigualdad
contractual. Entonces, la infracción a dicho deber tiene una consecuencia diversa del
130
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Respecto del deber de seguridad, se ha discutido, por Barros, la posibilidad del cúmulo, es
decir, que el acreedor pueda abandonar el régimen contractual para dirigirse por la vía
aquiliana. Otros, en cambio, como Mariano Izquierdo, entiende que los deberes secundarios,
en la medida que se integren al contrato, están regulados por el régimen contractual.
Al margen de ello, debemos tener claro que, al menos en el régimen laboral, el deber de
seguridad tiene un ámbito de aplicación más allá del régimen contractual, porque permite
sustentar la demanda de daños que reclaman o pueden reclamar víctimas por rebote, como
los familiares del trabajador fallecido quienes demandan en virtud del deber de seguridad.
CÚMULO DE RESPONSABILIDAD
2do problema: El cúmulo de responsabilidad
En definitiva, sería un problema de opción, la cual está limitada a que el acreedor abandone
el régimen contractual, para dirigirse por la vía extracontractual.
131
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Además, a partir de Alessandri, la doctrina está de acuerdo en que la tesis que rige el cúmulo
es la de incompatibilidad, la cual consiste en que el acreedor no puede abandonar el
régimen contractual para dirigirse por la vía aquiliana. Esto significa que este régimen excluye
la aplicación del régimen aquiliano, y no sería un problema de concurso de norma ni de
pretensiones, sino que es un problema de estatuto aplicable que no puede decidir ni el juez ni
la parte.
132
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
133
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
4. Esta diferencia es la única importante, que determina que el régimen sea uno u otro.
Respecto de la real diferencia entre ambos regímenes, el art. 1558 señala que el deudor
responde de los daños directos y previstos a la época de celebración del contrato. Esta
norma indica que las partes hacen un cálculo del riesgo del compromiso patrimonial.
Además, esto nos permite entender que el régimen común es el extracontractual, pues en el
caso de las otras obligaciones (legales o cuasicontractuales) el diseño contractual de
reparación de daño no puede tener lugar, por ende, lo apropiado es aplicar un régimen
extracontractual.
134
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Sin embargo, la norma del art. 1558 CC tiene una importante morigeración que acerca a los
regímenes cuando las partes no tienen una posición de igualdad. Existen tres situaciones en
que el contrato está dirigido o regulado con normas de orden público que protegen a la
parte débil
.- Responsabilidad por accidente del trabajo: Si el trabajador tiene un accidente y demanda
en un régimen contractual, en teoría tiene aplicación el art. 1558, pero la relación laboral
tiene un contenido ético, y no es una pura relación económica.
Por ende, al tiempo de la celebración, en aras a la desigualdad, es previsto el salvaguardar
los intereses extra patrimoniales del trabajador, porque existe un deber de seguridad.
Entonces, la diferencia de los regímenes se esfuma, pues aun aplicando el art. 1558,
llegaremos a resultados análogos al caso en que aplicáramos el régimen extracontractual en
términos de daño indemnizable. De hecho, el art. 69 de la Ley Nº 16744 expresamente
consagra la reparación del daño moral para que el art. 1558 no lo limite.
.- Ley del Consumidor: Existe un plano de desigualdad entre las partes. El art. 3 letra e)
consagra siempre en favor del consumidor la reparación del daño moral.
Piénsese en una persona con cuenta corriente que le protestan el cheque equivocadamente,
esta demanda daño moral, invocando el incumplimiento de la Ley de Contrato de Cuenta
Corriente, ¿se aplica el art. 1558 o el art. 3 de la Protección del Consumidor? Si se invoca el
último artículo, el 1558 pierde fuerza. La ley del consumidor establece que el consumidor
siempre puede demandar la reparación del daño moral, no solo cuando sea previsto a la
época de celebración del contrato.
En estos ámbitos la diferencia de los regímenes tiende a esfumarse.
.- Responsabilidad médica: Dogmáticamente se puede encaminar pensando que es una
cuestión de concurrencia, pues el incumplimiento contractual también supone un ilícito civil
en la medida que hay daño a la persona.
Por otro lado, aunque se pensare que es puramente contractual, está claro que el médico
tiene un deber de garante y de seguridad en relación con el paciente que no está en un
plano de igualdad.
135
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
RESPONSABILIDAD MÉDICA
No siempre fue pasiva la discusión sobre la indemnización del daño moral en responsabilidad
contractual. A partir de su aceptación, las demandas por responsabilidad civil médica en
ámbito contractual subieron exponencialmente.
Predominio del contrato: En virtud del principio de autonomía privada las personas tienen
libertad para dar forma contractual a sus relaciones recíprocas. Aunque el contrato médico
136
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
se reduce con frecuencia a una simple aceptación a ser sometido a un tratamiento, este
papel elemental de la voluntad del paciente y del médico es suficiente, porque recae sobre
los elementos esenciales del contrato, como son los servicios que se prestarán y la
remuneración.
Por otra parte, los contratos profesionales son consensuales, de modo que basta que el
consentimiento sea expresado por actos inequívocos que muestran una voluntad tácita. No
debe extrañar, entonces, que la responsabilidad médica generalmente pueda ser calificada
de contractual.
A pesar de que la doctrina casi unánimemente ha dicho que la responsabilidad civil médica
es contractual, en la práctica los casos son resueltos con frecuencia en sede
137
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
extracontractual, ello porque se evita la discusión acerca de la procedencia del daño moral
en responsabilidad contractual. Además, favorece la acción por daño reflejo y permite
plantear la responsabilidad civil en sede penal, en que tradicionalmente se interpone
accesoriamente la acción civil de indemnización.
Por lo mismo, los deberes de cuidado tienden a ser más ajustados en el caso de especialistas
y en la medicina privada, donde el precio de los servicios es a menudo un índice de la
contraprestación que se tiene derecho a esperar. En contraste, la diligencia se juzga de
manera objetiva, sin atender a las capacidades del médico tratante, sino de acuerdo con el
estándar típico de un especialista o de un médico general que se encuentre en igual
situación que el demandado.
138
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
En la práctica, los jueces parecen aceptar que es inocua la imprecisión técnica de usar
conceptos provenientes de la doctrina del contrato en sede extracontractual, porque las
obligaciones de medio dan lugar a deberes de prudencia y diligencia que en nada se
diferencian de la culpa extracontractual.
En la jurisprudencia la referencia a la lex artis resulta prácticamente el único camino para dar
por acreditada la negligencia, especialmente si se toma en consideración las dificultades
probatorias de la víctima en virtud de la protección corporativa que dificulta, por ejemplo,
obtener testimonios de otros médicos acerca de aspectos técnicos. Entonces, la
jurisprudencia y la doctrina ha entendido que la comparación de la conducta concreta del
médico con la lex artis supone prácticamente el único camino para probar la culpa médica.
139
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Sin embargo, el hecho de que el médico le de observancia a las prácticas de la lex artis no
implica que ello sea vinculante para el juez, por lo que éstos pueden calificar las prácticas
profesionales convencionales como insuficientes. Sin perjuicio de que en la mayoría de los
casos la observancia de la lex artis es prueba suficiente de la diligencia.
Asimismo, el recurso a la lex artis supone excluir como estándar de cuidado las innovaciones
recientes aún no asentadas como prácticas usuales.
Finalmente, la culpa médica también puede ser infraccional, si han sido infringidas las reglas
de cuidado establecidas por la autoridad. En esta categoría no sólo deben entenderse
comprendidas las regulaciones generales que rigen la actividad, sino también los
ordenamientos internos de clínicas y hospitales. A falta de justificación, la infracción a deberes
preestablecidos es suficiente para dar por establecida la responsabilidad, a condición de que
el daño sufrido por el paciente pueda ser atribuido a esa infracción.
La posición del médico y del hospital es de evidente ventaja probatoria, porque controlan la
información relevante respecto al estado inicial del paciente, a los exámenes que le fueron
realizados, al diagnóstico que llevó a tomar decisiones pretendidamente negligentes, a los
detalles del tratamiento intentado o de la operación practicada y, en definitiva, a las causas
precisas de muerte o daño corporal.
Por eso, en resguardo del principio de igualdad de los medios probatorios, se han desarrollado
correctivos que asignan a los especialistas la carga de proporcionar la información que
permita determinar su propia diligencia. No se trata de una inversión de la carga de la
prueba, sino de la imposición de deberes de colaboración, cuya inobservancia puede
conducir a la construcción de una presunción judicial de negligencia, o bien a que al médico
u hospital le sea rechaza la prueba de los hechos extintivos invocados.
Estos criterios han sido desarrollados principalmente por la jurisprudencia alemana, pero en
nuestro país una sentencia del 2002 de la Corte de Apelaciones de Iquique señaló que “la
140
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
culpa de la clínica demandada por el mal funcionamiento de un bisturí fue inferida del hecho
de no haber enviado al tribunal los informes de mantención y la fecha de adquisición de la
maquina pese a que le fue solicitada”
En otras palabras, el deber de información del médico y del hospital se extiende a los
antecedentes que están bajo el control del demandado y que resultan necesarios para luego
valorar la conducta observada.
La inversión del peso de la prueba, con el efecto de que la negligencia se tenga por
acreditada, es excepcional. En la responsabilidad extracontractual, la inversión del peso de la
prueba exige construir una presunción de culpa por el hecho propio, en cambio, en materia
contractual ese efecto se produce si la obligación del médico u hospital es calificada como
una obligación de resultado. Sin embargo, los efectos en uno y otro caso son análogos.
Ante todo, puede asumirse que la culpa se infiere si los efectos de una intervención médica
son en extremo desproporcionados respecto del riesgo que naturalmente se sigue de ella. En
consecuencia, todo indica que de la magnitud del daño, atendida la presumible inocuidad
de la intervención, en principio se puede inferir que aquél ocurrió a causa de una
negligencia.
En segundo lugar, la presunción procede si quedan en evidencia errores médicos u
hospitalarios obvios, de aquellos que no suelen ocurrir si se actúa diligentemente.
En uno y otro caso los hechos muestran prima facie que el daño puede ser atribuido a la
negligencia médica.
141
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Deberes de información, consejo y consentimiento: Las relaciones del médico u hospital con
el paciente están regidas por el principio del consentimiento informado, es decir, de que no
se puede realizar una intervención quirúrgica o aplicar un tratamiento riesgoso o doloroso sin
el consentimiento ilustrado y libre del interesado, a menos que la autorización no pueda ser
razonablemente obtenida y, además, la operación o tratamiento se imponga como una
necesidad médica o en razón de un peligro inmediato.
142
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Daño y causalidad: Debemos remitirnos a los requisitos generales del daño, cobrando
importancia las partidas del daño moral, como el daño corporal o el daño estético.
En cuanto a la causalidad, también se deben aplicar las reglas generales, poniendo énfasis
en que la negligencia del médico debe haber sido determinante para la ocurrencia del
daño.
Responsabilidad de hospitales y clínicas: A los hospitales y clínicas les resultan aplicables las
reglas generales de la responsabilidad patrimonial por daños. En consecuencia, los
establecimientos responden por negligencia, la que debe ser probada por el demandante
(generalmente es obligación de medios), a menos que proceda construir una presunción de
culpa por el hecho propio o ajeno, o se trate de un caso de culpa infraccional.
Además, la negligencia debe ser causa del daño y, en el caso de ocurrencia de daños
consecuentes, debe haber una relación directa de éstos con el ilícito inicial.
143
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Por hecho ajeno: Los deberes de cuidado que recaen sobre los médicos se transmiten
en forma de presunciones de culpa a los establecimientos de los cuales son
dependientes. Los hospitales y clínicas responden por el hecho ajeno según las reglas
generales.
Así, se ha fallado que la clínica o servicio de salud responde por el hecho de la
pabellonera que yerra en la identificación de la sustancia contenida en un frasco; por
la imprudencia de un enfermero que sin consulta médica aplica un calmante
inapropiado; por el tardío diagnóstico de los médicos funcionarios de una tuberculosis,
sumado a la impericia en el tratamiento con una sustancia reconocidamente tóxica.
La era industrial trajo una lógica cultural de peligros que no estaba presente a la época de
dictación de los Códigos (siglo XIX). Además, el sustrato de los Códigos es liberal – económico
con posiciones frente a la contratación que implican una igualdad formal de sujetos en la
relación laboral.
144
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
estructura social se modificará a partir de la relación laboral. El Derecho Laboral surge como
consecuencia de la revolución industrial.
Lo anterior supone que el liberalismo no puede abarcarlo todo y que se requiere de una
intervención estatal para poner a los sujetos en un plano de igualdad.
Los cambios tecnológicos o económicos producen cambios culturales que implican una
mirada antropológica distinta.
Las normas de responsabilidad se hicieron insuficientes: Las primeras normas que se piensan
para los accidentes laborales son aquellas del Derecho Común que han sido codificadas. La
evolución de la industria provoca que dichas normas sean insuficientes para la protección de
la relación laboral y la actividad por el tipo de riesgo que supone. Entonces, se pondrá en
cuestión el sistema codificado en dicha materia, en el sentido de que el sistema de
responsabilidad por culpa es insuficiente para resolver los accidentes de trabajo.
Entonces, la lectura de la codificación por parte de la doctrina apuntaba a que ella era
insuficiente, pues tenía un corte individualista, a diferencia del tenor de la relación laboral,
que no supone una igualdad entre los sujetos.
145
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
En España, la ley más importante en esta materia que establece una definición para
accidentes del trabajo fue la denominada “Ley Dato” del 30 de Enero de 1900.
El Código del Trabajo señalaba que “el patrón o empleador es responsable de los accidentes
del trabajo ocurridos a sus obreros y empleados. Exceptúense los accidentes debido a fuerza
mayor extraña y sin relación alguna con el trabajo y los producidos intencionalmente por la
víctima. La prueba de las excepciones señaladas corresponde al patrón.”
Este era un sistema objetivo, ya que no menciona a la culpa ni al dolo, y está fundado en el
riesgo.
La ley Dato señalaba “el patrón es responsable de los accidentes ocurridos a sus operarios
con motivo y en el ejercicio de la profesión o trabajo que realicen, a menos que el accidente
sea debido a fuerza mayor y extraña al trabajo en que se produzca el accidente.”
Los sistemas de responsabilidad objetiva luego presentaron muchos de los déficit atribuidos a
un sistema de responsabilidad por culpa, porque si subyace en la relación laboral una
diferencia sustantiva en los sujetos, tenemos dos problemas en un sistema de responsabilidad
civil, aunque sea objetivo:
i. Para el trabajador: Aunque no deba probar la culpa, las restantes dificultades de
un régimen de responsabilidad se mantienen intactas. Por ende, un trabajador
debía demandar y probar la causalidad y el daño. Eso ya supone costos que
probablemente no pueden ser abordados por un trabajador.
La promesa de protección que suponía un régimen de responsabilidad objetiva no
representó un avance en términos de la seguridad social o de entender al
accidente del trabajo como una contingencia social.
146
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
En virtud de todo lo anterior, surge un sistema de seguridad social, esto significa que la
protección que se le brinda al trabajador ex post viene dada por la sociedad. Por ende, no
queda expuesto a una demanda para poder reparar los daños que sufre.
147
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Los sistemas de seguro social funcionan como una suerte de responsabilidad tarifada. La
responsabilidad tarifada funciona con un régimen de responsabilidad objetiva hasta la
cobertura o tarifa que la ley señala, y lo que se quiera demandar fuera de lo tarifado, se rige
con un régimen de culpa.
Entonces, un sistema de seguro social le brinda al trabajador una protección derivada de un
riesgo de carácter social, pero el trabajador puede demandar indemnizaciones no cubiertas
por el seguro. En este caso, la demanda siempre se regirá por el sistema de culpa.
La posibilidad de demanda para el trabajador o para las víctimas por rebote se encuentra
principalmente en el art. 69 letra b de la Ley Nº 16.744. Esta norma delimita el ámbito del
seguro social de la responsabilidad civil, en el sentido de que el trabajador puede demandar
la indemnización de aquello que no cubre el seguro social. Además, el sistema de
responsabilidad opera sobre la base de una declaración de accidente de trabajo o de
enfermedad profesional, es decir, deben verificarse una u otra, sin embargo, esta calificación
la realiza el organismo técnico que administra el régimen. En otras palabras, no se puede
demandar responsabilidad por accidente del trabajo si el organismo técnico no lo ha
declarado como tal.
148
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Por lo anterior, los sistemas de seguro social operan vinculados con la responsabilidad civil.
Art. 69 letra b). “Cuando, el accidente o enfermedad se deba a culpa o dolo de la entidad
empleadora o de un tercero, sin perjuicio de las acciones criminales que procedan, deberán
observarse las siguientes reglas.
b) La víctima y las demás personas a quienes el accidente o enfermedad cause daño podrán
reclamar al empleador o terceros responsables del accidente, también las otras
indemnizaciones a que tengan derecho, con arreglo a las prescripciones del derecho común,
incluso el daño moral.”
El art. 184 del Código del Trabajo señala que el empleador debe proteger eficazmente la vida
y la salud de los trabajadores. El alcance de esta disposición es la fundante de la
responsabilidad del empleador. En este sentido, por violación del art. 184 CT se demanda la
responsabilidad, porque el empleador vulnera su deber de seguridad.
149
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
A partir de un fallo del 19 de Agosto del año 2003, se entendió que en tanto las
víctimas demandaban daño propio por rebote, y dado que el régimen era
extracontractual, la demanda debía presentarse en los juzgados de letras del
trabajo. Entonces, la jurisprudencia ha entendido que el tribunal competente
para conocer estas demandas es el juzgado de letras civil, porque la demanda
es extracontractual.
De acuerdo a la redacción actual del art. 420 letra f) del Código del Trabajo se
tendría que demandar en los Juzgados de Letra.
150
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Los problemas que ha presentado el art. 184 del Código del Trabajo son:
1. Si el deber tiene un carácter puramente contractual:
¿La víctima directa puede hacer uso del cúmulo de responsabilidad cuando se
infringe el deber?
Una posición afirmativa la tienen Barahona, Barros y Diez, la cual es admitida en
general frente a la infracción de deberes secundarios con carácter de orden público y
general.
Las víctimas por rebote emplean el deber contractual para afirmar la responsabilidad
del empleador, por ende, no es puramente un deber contractual. Es un deber de
protección establecido a propósito de la relación laboral que la sobrepasa, porque
puede ser invocado para reclamar daños propios por sujetos que no tienen relación
con dicho vínculo.
2. ¿Obligación de medios o de resultados? (el profesor va a mandar un fallo)
Existe una mala idea de que la culpa por la que se responde en los accidentes del trabajo es
culpa levísima, e incluso algunos profesores con bastante ignorancia señalan que es un
régimen objetivo. Sin embargo, en la práctica, si se responde por culpa levísima es porque la
jurisprudencia ha movido el estándar de cuidado debido.
El fundamento de que el empleador no responde por la culpa leve, sino que el estándar es
mayor, es que existe una diferencia cualitativa en las posiciones de éste y el trabajador.
Casos en que existe un desvío del estándar ordinario que se exige en la protección del
trabajador:
151
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
CASO: Un sujeto manejaba camión con explosivo, y para controlar el manejo de dichos
vehículos, la empresa tiene un GPS que fiscaliza minuto a minuto la velocidad a la que iba el
trabajador. El trabajador ya había sido amonestado por exceso de velocidad, y en otra
situación tuvo un accidente, y como consecuencia de aquél, fallecen dos trabajadores.
El problema es: ¿la medida de seguridad implementada por el empleador era suficiente? ¿el
deber de seguridad es una obligación de medios o de resultados?
En este sentido, proteger la vida del trabajador supone que la existencia del accidente da
cuenta del deber o debemos establecer un estándar para el cumplimiento del mismo. Si
pensamos que la obligación es de resultado, implica consagrar un régimen de
responsabilidad objetiva, pues la existencia del accidente demuestra la infracción. En
cambio, si la obligación es de medios, en el cumplimiento obligacional está ínsita la culpa o la
diligencia, es decir, para que haya incumplimiento contractual se debe probar la infracción
del estándar de cuidado.
La Inspección del Trabajo planteaba que la empresa tiene un sistema GPS que marcó 40
alarmas de exceso de velocidad, entonces, el sistema es inocuo para evitar el riesgo
asociado al accidente de trabajo, porque incluso se revisaba al día después.
Por otro lado, la empresa señalaba que necesitaría 40 personas dedicadas a revisar los GPS
en el momento, dicha exigencia funcionalmente ¿es posible?
152
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Estos criterios deben tener en cuenta el juez para construir el estándar de cuidado debido.
En materia de accidentes del trabajo, a pesar de ser una obligación de medios, se considera
que la culpa igualmente se presume.
Debemos tener en cuenta en la responsabilidad por accidente del trabajo aspectos que
pertenecen más bien al Derecho Laboral y que dicen relación con la responsabilidad del
empleador frente al accidente. Nosotros vimos los aspectos propios del Derecho Civil. En
Derecho Laboral se ha debatido la responsabilidad del principal como consecuencia del
accidente del trabajo del contratista, invocándose la norma del art. 184 e) CT, además del
art. 184 CT, que establece la responsabilidad para el empleador directo. Además, establece
la responsabilidad del principal de salvaguardar un deber de prevención en relación a los
trabajadores del mandante.
La responsabilidad para el principal puede ser subsidiaria o solidaria según la forma en que el
principal desarrolle las labores de prevención en relación al incumplimiento de las
obligaciones del contratista.
En materia de accidente del trabajo, ha habido alguna jurisprudencia que entiende que
dicho deber no consagra una responsabilidad solidaria o subsidiaria, sino una responsabilidad
directa del principal por los accidente del trabajo del contratista.
153
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Se refiere a la responsabilidad del Estado por los daños que cause en el ejercicio de sus
funciones al particular. La actividad dañosa del Estado puede ser por la actividad
jurisdiccional, legal o administrativa.
El principio de la responsabilidad del Estado está vinculado con la idea de que el Estado en
tanto persona jurídica supone una orgánica, y por ende, los órganos deben responder por los
daños que causen a los particulares, no solo en las relaciones conmutativas, sino también en
las funciones que el Estado ejerce de supra ordenación con el particular.
154
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
norma, pues existen órganos estatales que forman parte de la Administración, pero que no
están incorporados en la mentada responsabilidad por falta de servicio.
El Estado es una persona jurídica compleja que comprende al Fisco, el cual cubre con su
personalidad jurídica a todos los organismos centralizados, que no tienen personalidad
jurídica ni patrimonio. Además, contempla los órganos descentralizados, en el sentido de que
no son fiscales y tienen una descentralización funcional o territorial. Algunos de estos últimos
6 órganos administrativos tienen un régimen particular de responsabilidad, como las
municipalidades, en las que se regula una responsabilidad por falta de servicio al margen de
la responsabilidad administrativa del art. 42 de la LGBAE.
Hay algunas peculiaridades de este régimen de responsabilidad que rigen para algún tipo de
actividad especial, por ejemplo, para los servicios de salud existe una particularidad en la Ley
del Auge que regula el régimen de responsabilidad.
Art. 42 LGBAE. “Los órganos de la Administración serán responsables del daño que causen por
falta de servicio.
No obstante, el Estado tendrá derecho a repetir en contra del funcionario que hubiere
incurrido en falta personal.”
6 El órgano es una persona natural con competencia. En cambio, el organismo es la estructura institucional.
155
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Estos dos puntos son las dos grandes discusiones que se ha tenido en Chile para dilucidar la
naturaleza del régimen de responsabilidad del Estado por falta de servicio. Frente a esta
escuela del Derecho administrativo, la escuela del Profesor Pedro Pierry, sostuvo que,
independiente del reconocimiento constitucional, la responsabilidad por falta de servicio era
por culpa, y que no había razones para entender que era objetiva.
Una parte de la dogmática civilista recogió esta discusión y planteó posiciones en un sentido
y otro. La mayoría de la civilistica nacional estima que la responsabilidad por falta de servicio
es una responsabilidad por culpa, y no objetiva.
156
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
En este caso, el hecho de afirmar un régimen de rango constitucional implica entender que la
responsabilidad del Estado tiene un régimen autárquico, por lo que no sólo está reconocido
sino que además se encuentra regulado por la Constitución, y por ende, debe entenderse
que la responsabilidad del Estado no resuelve solo un problema conmutativo, sino también de
distribución de cargas. Por lo tanto, el régimen de responsabilidad supone intrínsecamente un
problema de justicia distributiva. Esto no se comparte con un régimen de derecho privado.
El profesor Soto Kloss tiene una mirada liberal del Estado, pero cree que el régimen de
responsabilidad en tanto estructura individualista no puede regular la relación entre el Estado
y los particulares.
Esto tiene una consecuencia práctica, pues el hecho de que el régimen de responsabilidad
sea autónomo, significa que no se debe recurrir a las normas del derecho privado para su
regulación. Por lo tanto, no se admite que los artículos del Título XXXIII sean supletoriamente
aplicables al régimen de la responsabilidad del Estado. Particularmente, se piensa que no
procede la culpa como herramienta de imputación de daños.
7Cuando vimos daño moral, establecimos que tiene una base constitucional, cuyo sentido es que, sobre la
base de la primacia constitucional, es establecer que tiene un reconocimiento, y que no puede ser negada su
reparación.
157
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
Los profesores de derecho civil en general, como Barahona, Corral y Barros, no han aceptado
la idea de que el régimen de responsabilidad del Estado sea autárquico.
Esta dicotomía ha permanecido en Chile, sin perjuicio de que muy buena parte de esta
discusión ha perdido relevante, pues la jurisprudencia ya se encuentra uniforme.
De todas maneras, independiente de que el régimen sea autárquico, decir que el régimen
del Estado tiene carácter, rango y reconocimiento constitucional no resuelva nada, desde el
punto de vista de la dogmática civil. Para que un régimen sea verdaderamente autárquico
debería regular por sí solo los elementos que componen la responsabilidad. Por lo tanto,
afirmar que el régimen es autónomo no resuelve el problema del estatuto aplicable.
Primera discusión: Se piensa a la responsabilidad por falta de servicio como un sistema que
emana de la Constitución y que es autónoma en relación a los regímenes de responsabilidad
civil ordinarios. Esta posición, sustentada por la mayoría de la escuela administrativa de Soto
Kloss, entiende que la responsabilidad del Estado está consagrada constitucionalmente y
tiene una regulación constitucional propia y autónoma distinta de las reglas del Código Civil.
Además, se entiende que se excluye la aplicación del régimen de los delitos y cuasidelitos,
vale decir, para la interpretación de la responsabilidad del Estado no se deben considerar
elementos del derecho común, particularmente la culpa.
Hay otro grupo de autores que entienden que la responsabilidad del Estado no es
constitucional, lo cual no obsta que tenga reconocimiento constitucional, pero la regulación
no se encuentra en dicho cuerpo normativo. En este sentido, debemos recurrir a las normas y
158
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
la dogmática del derecho común para esta responsabilidad. Entonces, el daño que causa el
Estado es análogo al que causa un particular.
Una segunda tesis minoritaria del profesor Pierry que terminó triunfando en la jurisprudencia
entiende que la responsabilidad del Estado es por culpa. Esta fue tomada del Derecho
administrativo francés, en que se habla de la falta de servicio, en que “faut” significa culpa.
Al margen de lo anterior, no hay razones dogmáticas para justificar un régimen estricto distinto
de la responsabilidad subjetiva del Código Civil. Las actividades de la Administración en
términos de falta de servicios no son actividades intrínsecamente peligrosas que justifiquen un
sistema de responsabilidad objetiva. Salvo alguna actividad municipal por la que se le hace
responsable por falta de servicio. Son particularmente los problemas que se han suscitado en
la jurisprudencia a propósito de la gente que se cae en los hoyos de las calles.
Recuérdese que cuando se analizó dicho problema, se advierte la presunción por hecho
propio del art. 2329. En virtud de tal norma, algún sector, apoyado por Barros, entiende que se
puede establecer un principio general de presunción de culpa por hecho propio, y otro
sector, entiende que no se puede establecer tal principio general.
159
Responsabilidad Extracontractual Mariana León Rivera
En este sentido, Orlando Tapia entiende que en la medida que no haya un peligro intrínseco
en la sociedad no se justifica una presunción que acerca al régimen a un sistema objetivo. A
contrario sensu, cuando hay un hoyo en la calle, se entendería que se justifica por ser una
ausencia de diligencia que envuelve un peligro intrínseco para las personas que transitan.
Incluso hay jurisprudencia que ha invocado el art. 2329 para resolver tales casos en que la
municipalidad se debe hacer responsable por los hoyos en las calles.
En definitiva, no aparecen razones dogmáticas para justificar que la falta de servicio sea
constitutiva de una responsabilidad distinta a la del Código Civil, a lo cual se suma que la
culpa no es un reproche subjetivo, sino objetivo de acuerdo un estándar de comportamiento,
por lo que debemos valorar el estándar de comportamiento de Administración para calificar
la responsabilidad por falta de servicio.
Por otra parte, existen actividades en que no parece económicamente justificable que, con
cargo a los impuestos de todos los ciudadanos, se establezca un régimen de responsabilidad
objetiva cuando en otras actividades análogas el régimen de responsabilidad sea por culpa.
Por ejemplo, no parece razonable que el hospital público responda por un régimen objetivo, y
la clínica privada responda por culpa. El primero responde con cargo a los impuestos de los
ciudadanos y el segundo con cargo a su patrimonio.
160