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El estudio geológico sirve para definir las características de los terrenos a atravesar con
el túnel, especialmente las peculiaridades litroestratigráficas e hidrogeológicas
relacionadas con la estabilidad mecánica de las rocas a perforar. Entre las diversas
características de las rocas se destacan dos: la estructura geológica (origen, historia
geológica, etc.) y la clasificación geológica habitual; junto con un posible estudio de su
minerologia. Características complementarias a este estudio pueden ser una evaluación
aproximada de algunas propiedades mecánicas, como cohesión o dureza, de dichas
rocas matrices.
Desde el punto de vista geológico las rocas se clasifican según su origen y formación,
aunque como los procesos geológicos son continuos una roca determinada puede
convertirse en otra, según las condiciones a que este sometida. En cualquier caso, el
criterio más usado es el origen, es decir, el mecanismo de su formación. De acuerdo con
este criterio se clasifican en ígneas, sedimentarias y metamórficas.
ROCAS ÍGNEAS.
Las rocas ígneas, de las cuales las más conocidas son el granito y los basaltos, se
formaron por el enfriamiento de un magma a gran temperatura que circula a
profundidad como un fluido más o menos viscoso y se solidifica en las proximidades de
la superficie o encima de esta. Los diferentes minerales componentes del magma
precipitan y cristalizan a temperaturas diferentes. Si el magma se enfría lentamente a
cierta profundidad y a presión elevada se originan las rocas plutónicas, también
llamadas intrusivas; si el magma se enfría en el exterior y a presión atmosférica se
originan las rocas volcánicas, también llamadas extrusivas. En condiciones intermedias
se originan las rocas filonianas.
Las rocas filonianas suelen aparecer con formas lenticulares o tabulares mas largas que
anchas y que pueden disponerse de forma concordante con las capas de roca encajante,
se conocen con nombres como alcoholitos, lopolitos, facolitos, según su forma o, por el
contrario, cortan irregularmente a las capas existentes y reciben el nombre de filones y/o
diques.
ROCAS SEDIMENTARIAS.
Las rocas sedimentarias se forman con elementos de rocas preexistentes que han sido
erosionados in situ, transportados y redepositados en otro lugar que se denomina área o
cuenca de sedimentación. Los agentes de erosión son diferentes (hielo, agua, ataques
químicos, etc.) y también lo son los de transporte (gravedad, glaciares, ríos, viento, mar,
etc.) lo que da lugar a procesos muy variados entre si.
Rocas orgánicas: formadas con restos de seres vivos. Las más abundantes se han
formado con esqueletos fruto de los procesos de biomineralización. Estas rocas
tienen un gran contenido de carbono, elemento más característico de los seres
vivos, lo que hace que sean combustibles. Este tipo de rocas son el carbón y el
petróleo, el petróleo es la única roca líquida.
ROCAS METAMÓRFICAS.
Las rocas metamórficas se forman a partir de otras rocas preexistentes que sufren in situ
grandes incrementos de presión y temperatura que modifican su estructura y fase
mineral, pero manteniendo la composición química. Proceden indistintamente de la
transformación de rocas ígneas y de rocas sedimentarias.
En general, las rocas metamórficas son antiguas y de estructura masiva, pero con planos
de debilitamiento que pueden producir dificultades inesperadas. En las fajas montañosas
de menor antigüedad, las deformaciones que no estén totalmente consolidadas pueden
volverse inestables cuando se vean perturbadas por la excavación.
a) FALLAS
Las fallas son superficies de discontinuidad dentro de una masa rocosa que se
caracterizan porque tienen gran extensión y continuidad regional; cuando las rocas se
pliegan por compresión o cuando se estiran por tracción pueden soportar una cierta
distorsión, pero finalmente se rompen y se forman las fallas. De forma muy simplista
las fallas pueden clasificarse en:
Falla de Desgarre: también se les conoce como fallas transversales. Estas fallas
son verticales y el movimiento de los bloques es horizontal. Se distinguen dos
tipos de fallas de desgarre: derechas o dextrales, son aquellas en donde el
movimiento relativo de los bloques es hacia la derecha, mientras que en las
izquierdas o sinistrales, es el opuesto.
Las fallas suelen favorecer el flujo de agua, pero también pueden actuar como
barreras impermeables debido a la existencia de materiales más impermeables en
uno de los flancos.
En el plano de la falla lo mas normal es que exista una zona de roca triturada
llamada brecha de falla si es grosera y milonita si el material esta triturado muy
finamente. Debido a esto la masa rocosa se altera con facilidad, al contener
muchos poros o vacíos que suelen rellenarse con agua de lluvia o con agua
subterránea, la que puede fluir con mucha rapidez, a causa de la alta
permeabilidad de la roca triturada, y modificando los materiales contiguos.
La existencia de acuíferos colgados que se encuentran limitados por las fallas
pueden provocar graves problemas, sobre todo si el túnel se aproxima a las fallas
desde el muro, ya que puede aparecer bruscamente agua a presión que arrastre
materiales de relleno.
En las fallas directas el problema radica en la existencia de brechas de falla o
milonitas, por tratarse de rellenos fracturados por los que puede fluir el agua.
Las fallas inversas presentan más riesgos que las directas al poseer un
buzamiento menor y el más que probable alto nivel de tensiones horizontales
que hace que la zona próxima a las fallas se encuentre más fracturada.
En las fallas de desgarre el riesgo se encuentran en que pueden tener series de
diaclasas paralelas que forman bloques inestables. Las fallas entre bloques
originan muy pocos problemas ya que raramente presentan rellenos.
1. A medida que el rumbo de las fallas coincide con la dirección del túnel los
problemas son mayores; de ahí que cuando sea posible, la dirección del túnel
deberá ser perpendicular al rumbo de las fallas.
2. Es preferible que el túnel se aproxime a las fallas por el techo que por el muro,
ya que si se acerca por el muro puede producirse, sin aviso previo, el
desprendimiento de cuñas de rocas delimitadas por las fallas y el techo del túnel.
3. Cuando el buzamiento es pequeño pueden aparecer roturas en la clave,
independiente del rumbo del túnel.
Las soluciones mas empleadas cuando se atraviesan zonas de fallas están las
inyecciones de consolidación, paraguas de micropilotes, colocación de chapa Bernold,
predrenaje, etc. El empleo del predrenaje da buenos resultados si la permeabilidad no es
muy alta y la zona de la falla tiene una cantidad suficiente de finos como para que las
tensiones capilares del agua intersticial le aporten a los materiales una cohesión
aparente.
b) DIACLASAS.
Las diaclasas son fracturas en las que, al contrario que las fallas, no hay desplazamiento
relativo entre los bloques. Son estructuras muy abundantes, las que se clasifican según
su origen en:
Diaclasas
La formación de las diaclasas obedece a muy diversas causas, como lo pueden ser
también las originadas por efectos del clima y la meteorización, por ejemplo, las
debidas a ciclos de expansión y contracción.
Estudios en las rocas con este tipo de fracturas demuestran que el espaciamiento entre
las juntas aumenta con la profundidad, y la anchura de las juntas disminuye con la
profundidad, es decir, que la roca mas profunda, a grandes rasgos, parece ser más sólida.
La única excepción a esto es la roca caliza que se disuelve mas fácilmente con el agua y
que, por lo común, contiene muchas discontinuidades.
c) PLEGAMIENTOS.
Cada tipo de roca puede experimentar deformaciones de tres tipos: elásticas, plásticas o
por rotura. La deformación plástica es la causante de los pliegues, y la deformación por
rotura de las fallas y diaclasas.
Si se analizan las rocas que están sometidas a compresión, se observa que están sujetas a
un campo de esfuerzos representado por tres componentes:
Pliegue sinclinal
Los problemas mas típicos que se pueden encontrar en zonas de pliegues del macizo
rocoso mientras avanza la construcción de un túnel son:
Si el túnel discurre por una estructura anticlinal donde existen estratos de baja
permeabilidad sobre otros de alta permeabilidad y porosidad, se pueden crear
trampas para el gas metano.
Si el túnel discurre por una estructura sinclinal y los estratos de baja
permeabilidad se intercalan sobre otros de alta permeabilidad y porosidad, se
crean trampas para el agua, lo que hace que se formen depósitos de agua que
pueden resultar peligrosos para la excavación.
Si se localiza un túnel dentro de una estructura plegada habrá que considerar que
las rocas que se atraviesen están sometidas a fuertes tensiones locales, lo que
supondrá un alto estado de fracturación que las hará menos competentes.
El agua que llega a los túneles procede principalmente de la infiltración de las aguas
meteóricas, como son el agua de lluvia, del deshielo de la nieve, filtración de agua de
ríos, lagos, embalses, etc.; también pueden proceder de aguas juveniles, del agua que
quedo retinada cuando se formaron las rocas ígneas o sedimentarias, y del agua de mar
en el caso de excavaciones realizadas bajo el mismo.
Un aspecto del agua que irrumpe en las excavaciones es su origen, así de una manera
global se pueden dividir en dos grandes grupos: agua superficial y agua subterránea. El
agua superficial esta asociada con los arroyos, ríos, lagos, estuarios y mares. Es
aconsejable disponer de registros de los niveles de los ríos y lagos y su relación con las
precipitaciones; en el caso de que los túneles estén cerca de una zona sometida a mareas
es importante tener datos de las mareas e información sobre oleajes; y para el caso de
estuarios es conveniente disponer de los registros de avenidas de los ríos.
Además de estos problemas, los cambios en los niveles de aguas superficiales afectaran
a los niveles freáticos en el terreno. La determinación de estos niveles y las variaciones
que sufren a largo plazo constituyen un cometido importante de la investigación que se
realiza por medio de sondeos e instalación de piezómetros.
Para controlar y conocer la circulación del agua subterránea en una zona, habrá que
realizar un estudio de la hidrología local, para interpretar a partir de predicciones
geológicas la situación de los acuíferos, las direcciones más probables de circulación y
posición de los niveles freáticos. También se debe tener en cuenta el agua que circula
por las discontinuidades.
Cuando se han determinado estos parámetros se podrán definir zonas o tramos con
comportamiento similar con relación a la resistencia y fracturación del macizo rocoso,
en el conjunto del proyecto.