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Introducción.
Pero desde mucho antes, tal vez desde que comenzamos a ser conscientes nos vemos
inmersos en luchas de fuerzas antagónicas, las que pugnan por imponernos sus doctrinas,
frente al escepticismo y cultura de unos, se alza la barrera del fanatismo de otros. Nuestros
ojos y nuestro entendimiento de la primera edad solo comprendieron la realidad de los
fenómenos y sus causas inmediatas y no fueron más allá del raciocinio, pero luego se
despierta ese espíritu de curiosidad caracteriza al hombre y ante la complejidad de los
hechos que contemplamos, nuestros ojos interiores se abren a tratamos de explicarnos el
mundo y nuestra vida. Al intentar un desarrollo del problema y la teoría del conocimiento,
llegaremos al problema sustantivo de ella, la certeza, en términos masónicos el problema
de la verdad.
Y este no es otro que el de interpretar adecuadamente lo que nosotros creemos que puede
ser la Realidad, o, lo que es los mismo, el de aclarar, el de dilucidar, el de comprender el
misterio que nos rodea y que somos nosotros mismos. Estas cuestiones nos llevan
indirectamente a los cinco problemas de la metafísica: principio, finalidad y esencia del ser
(problema ontológico); destino del hombre y facultad cognoscitiva del hombre para
resolver los problemas antes mencionados.
Perspectiva Masónica
Columnas que también son las piernas de la Madre Logia, por las que es parido el Neófito,
es decir por la sabiduría de Hermes, el gran iniciador, y por Pitágoras el instructor
Agnóstico, ambas esferas de acción conforman el esoterismo.
La búsqueda del conocimiento humano, constituye entonces, por sobre otras cosas el
encuentro con certidumbres y seguridades, para vivir de ahí y para siempre, de manera
diferente. Por ello; el conocimiento se constituye en el forjador de postulados e impulsor de
nobles ideales. La Masonería incorpora dos conceptos poderosos, el Meliorísmo y
Eclecticismo, en la búsqueda de la verdad.
El Meliorísmo, desde un punto de vista epistemológico nos señala una conducta humana
que apunta a tomar lo mejor de las ideas con el fin de hacer de esta selección una síntesis
superior, una suma sinérgica de ellas.
Particularmente Ferrater Mora sostiene, que esta posición es de notorio acento eticista,
constituyendo el rasgo distintivo de la institución, de acuerdo con lo cual el mundo no es
por principio ni radicalmente malo ni absolutamente bueno, sino que susceptible de ser
mejorado.
La posición Meliorísta, asumida por la Masonería, forma desde su visión filosófica un
constructivismo francmasónico, que busca el perfeccionamiento sostenido y sustentable,
solo alcanzable a traves de un proceso gradual de elevación moral y progreso espiritual de
los seres humanos, iniciados en las prácticas y doctrinas de la Orden.
Ecléctico, por otra parte, es una palabra de origen griego por unión de la preposición EK
(fuera) y del verbo KALEO (llamar), llamar a los de fuera, con lo cual
EK+KALEO=EKKALEO=convocar. Así ekklesía es el conjunto de los que son llamados o
convocados y designa a cualquier reunión por convocación. La palabra ecléctico/a indica
además una elección o selección de algo y cuando digo selección en este caso me refiero a
lo mejor de algo. Una comunidad o pueblo elegido o una selección de elementos de diversa
naturaleza en una sola colección o reunión.
Según este principio, en la interacción hombre-mundo cada uno de nosotros vive una
situación que le es propia. Es decir, estamos en un mundo específico que, aunque lejano a
nosotros y distinto a nosotros mismos, nos pertenece y nos obliga a establecer con él
diversos modos de relaciones.
Esta relación que cada uno de nosotros tiene con su mundo se da al modo de una
interacción, es decir, por una parte, el mundo –con sus dimensiones: natural y social- actúa
sobre nosotros, nos condiciona, nos modifica, nos entrega sistemas de valores, usos, hábitos
y costumbres. Por otra parte, el hombre, actúa sobre el mundo.
Esta acción humana se orienta en las dos direcciones que le ofrece el mundo
simultáneamente: lo natural y lo social. Este aspecto de la interacción hace aparecer al
hombre como un ser autónomo, con posibilidades de asumir, comprender, transformar y
trascender su situación.
Cuando un hombre actúa sobre el mundo, deja en él su huella, por ende la acción del
mundo sobre el hombre es la acción de un mundo ya humanizado. El mundo natural
contiene ya la acción del hombre sobre él. La acción del mundo social contiene, a su vez, el
desarrollo, la evolución, la historia del hombre.
La práctica del arte real busca sacar lo mejor de cada uno de nosotros y el filosofar
incorpora un sentido de horizonte en nuestra vida y de la ubicación en que estamos en el
medio en que permanecemos inmersos. Además nos permite orientar nuestras acciones
según los preceptos que nos parecen los más nobles y defender los valores que creemos los
más caros.
Porque al final del día nuestra felicidad depende de múltiples asuntos, este hecho nos
transforma en realidades complejas, que requieren una continua revisión de las
circunstancias que nos rodean. Y este sucesivo proceso de cambio en la realidad puede ser
leído imperfectamente pero requiere una práctica continua del Arte Real de forma
desprejuiciada y no dogmatica, es decir, guiada por el libre albedrío.
Conclusiones
Toda verdad expresa una perfectible correlación funcional; el mudar incesante de lo real
determina la variación entre lo conocible y el marco interpretativo con que se observa,
cuyas relaciones sólo pueden concebirse como un equilibrio inestable. No es lícito,
entonces, concebir preexistencia de verdades absolutas, universales o eternas.
El hombre es quién con sus acciones crea la realidad. En este sentido la verdad es
Antropocéntrica, no llega por revelación externa, por lo tanto, no puede estar en algún lugar
esperando a ser descubierta. Por el contrario, en un proceso recursivo, es elaborada por la
mente humana mediante la intuición (Hermes) y la razón (Pitágoras).
El Masón debe ser amante de la verdad, ya que con ella combate la ignorancia, la mentira y
el fanatismo. Esto requiere no salir a combatir verdades erradas ni ocupar la ética como una
vara de medición con el fin de clasificar quienes pasan un cierto umbral. Sino todo lo
contrario debe practicarse la tolerancia y evitar el prejuicio, no rechazando a priori ningún
juicio, abriendo nuestras facultades intelectuales a todas las cosas, a todas las teorías, a
todos los grupos ideológicos y filosóficos y después de estudiar detenidamente sus
planteamientos emitir los juicios pertinentes.
En lo ético la verdad nos sirve para practicar la justicia, además el meliorísmo permite,
como ya se dijo, avanzar en el perfeccionamiento de las verdades presentes cultivando
lazos de fraternidad al incorporar ideas buenas con diversos orígenes.
S:.F:.U:.
Grado: Primero.
Bibliografía
González, Federico. “Hermetismo y Masonería”. Ed. Kier, Buenos Aires, Argentina. (2001)
Morales, Raúl. “La Busqueda de la verdad”. R:.L:. N° 46, Valle de Osorno. (1987).
Russell, Bertrand. “Por qué no soy cristiano y otros ensayos”. Barcelona, España. (2006)