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La educación psicomotriz, que relaciona las funciones neuromotrices del organismo con sus
funciones psíquicas, adquiere cada vez más importancia en la educación de los niños y niñas.
Durante los primeros meses de vida los bebés reaccionan corporalmente ante estímulos
sonoros y poco a poco aumenta su interés por los sonidos. Pasados los cuatro meses
comienzan a explorar su cuerpo y su capacidad de movimiento, interactúan con los objetos
que les rodean agarrándolos, golpeándolos, y evidentemente, escuchándolos.
El el segundo semestre de vida aumenta su capacidad motriz y por lo tanto, su capacidad para
explorar el mundo. Son capaces de seguir e imitar diferentes ritmos musicales con sus
movimientos y también de utilizar objetos como apoyo, lo que se afianza en el momento en
que empiezan a andar de forma autónoma (usualmente a partir del año de vida).
A partir de los dos años, la capacidad para caminar y correr se afianza: suben, bajan, saltan...
todas estos se pueden desarrollar a partir del seguimiento de canciones y las actividades
motrices con apoyo sonoro.
En la segunda etapa de la educación infantil (entre los tres y los cinco años), la evolución
cognitiva de los pequeños permite que estos sean capaces de aprender el texto de canciones
completas, series de gestos, ritmos y bailes... y el aumento de su psicomotricidad fina, permite
trabajar con instrumentos musicales convencionales (cuyo uso aumentará notablemente dicha
capacidad psicomotriz).
Propuesta de actividades
Durante los primeros meses es muy recomendable cantar al niño y presentarle objetos
sonoros que pueda seguir fácilmente con la mirada, las manos, los pies... A partir del momento
en que el pequeño muestre un mayor interés por explorar sus capacidades motrices más
profundamente podemos incorporar a nuestro cancionero melodías basadas en la imitación de
gestos o realización de movimientos (saco una manita, muevo los pies, muevo la cabeza...)
adecuadas al momento evolutivo en el que se encuentre el niño. Poco a poco, a medida que la
psicomotricidad fina aumenta se pueden incorporar instrumentos musicales de pequeña
percusión.
http://aprenderconmusica.blogspot.com/2012/11/musica-y-desarrollo-psicomotriz.html
El procesamiento de la música ayuda a activar los dos hemisferios del cerebro. Ambos
hemisferios desempeñan misiones distintas, aunque susceptibles de ser puestas
simultáneamente en marcha con la realización de algunas actividades, como las musicales,
cuya ejecución activa las funciones del hemisferio derecho (ligado por lo general a la emoción,
la capacidad artístico-musical y espacial) y del hemisferio izquierdo (relacionado con el
lenguaje y las operaciones lógicas).
Según varios estudios realizados, la música es el hilo conductor para que el niño fije su
atención. De esta manera, los niños prestan más atención a las actividades que realizan con la
presencia de la música. Y no hay que olvidar añadir a la atención unimos el concepto de
motivación, y su predisposición a realizar la actividad en cuestión.
Por lo tanto, podemos enumerar varias causas por las que la música puede ayudar a la mejora
significativa de la psicomotrocidad:
A. Psicofisiológicamente:
La unidad fundamental del ritmo es el compás. Los compases se nombran como fracciones, de
manera que el numerador indica la cantidad de divisiones que tiene cada compás y el
denominador indica la duración de esas divisiones. En el ritmo de 3/4 (leído tres por cuatro),
típico del vals, cada compás estaría compuesto por 3 negras. El compás de 9/8 que se usa en
música clásica y jazz tendría 9 corcheas por cada compás. Hay estructuras rítmicas más
complejas, usadas en géneros como el jazz o el flamenco, formadas por compases de
amalgama donde se combinan varios tipos de compases en un mismo ritmo.
El acento es un ligero incremento en la intensidad del sonido. Normalmente este acento recae
en el primer tiempo de los compases, pero hay pasajes que pueden acentuarse en otras partes
para dar riqueza interpretativa y movimiento.
La síncopa es la estrategia compositiva destinada a romper la regularidad del ritmo dando una
nota en tiempo débil y prolongando su duración sobre un tiempo fuerte.
El contratiempo ocurre por la colocación de silencios en las partes fuertes del compás y
sonidos en las partes débiles. Se diferencia de la síncopa en que el sonido no se prolonga sobre
el tiempo fuerte.
http://www.efdeportes.com/efd139/beneficios-de-la-musica-en-la-practica-psicomotriz.htm