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Material de Historia

Profesor Pablo Silvera


Primer Año. Magisterio. IFD Rocha

Determinantes en la colonización de la Banda Oriental


(Pradera. Frontera y Puerto)
“ Las herencias coloniales en nuestra historia han sido en general débiles y han estado referidas a las
características más típicas del imperialismo español tardío, de matriz borbónica. Sin embrago, fue en la
colonia cuando comenzó a perfilarse una triple ecuación que con el tiempo habría de constituirse en una
referencia de larga duración en la historia Uruguay. Washington Reyes Abadie, Oscar Bruschera y Tabaré
Melogno, en su trabajo precisamente titulado La Banda Oriental. Pradera. Frontera y Puerto, analizaron los
orígenes de estas tres dimensiones centrales de la peripecia uruguaya. De entre sus consideraciones
extractamos el siguiente fragmento:
Fueron la pradera, primero, y luego la frontera, como límite de posesión jurídica y política de los dos
imperios ibéricos, y como ámbito de desarrollo, expansión y choque de intereses económicos y fuerzas
sociales, las que gestaron, en el puerto de Montevideo, la ciudad murada y el emporio mercantil.
Al comenzar el siglo XIX, pues, estaban dadas ya las tres constantes de la ecuación histórica de la tierra
oriental: la pradera, la frontera y el puerto. Dos de ellas, de naturaleza espacial geográfica: la pradera y el
puerto; la frontera, hija del tiempo y del propio drama de los hombres; pero las tres, inexorablemente
imbricadas en la textura de los hechos. Sin embrago, de las tres, la frontera será la condicionante decisiva
en la conformación de los estilos y formas de vida que otorgan fisonomía dual y hasta antagónicas al
proceso histórico de la Banda Oriental.
Para la pradera y sus hombres la frontera no pudo nunca tener- más allá de la presencia itinerante de los
fuertes y guardias militares- el carácter de un límite, de una marca divisoria de extraños. Fue, por el
contrario, ámbito frecuentado, mundo de relación continua y prolongada de su propia naturaleza y
realidad. (…) Fue (también) el mundo del contrabando, del intercambio y del negocio, de la verdad
geográfica en contradicción con la norma legal. (…).
Para la ciudad, en cambio, la frontera era una necesidad. Demarcarla, poblarla, defenderla y cerrarla,
constituían su preocupación fundamental para sujetar el territorio de la banda a su puerto y aduana
únicos, imponiéndole la ley de su mercado. Mientras que para (…) el mundo de la pradera, la frontera era
el horizonte abierto a la tierra común y libre, para la mentalidad mercantil de Montevideo el horizonte de
sus esperanzas estaba en el río y los caminos del mar, siendo la tierra –“afuera” de sus murallas- la ancha
posesión de su feudal dominio, (…) protegidas por el fortín y las partidas celadoras, sujeta a la coyuntura
de la frontera.”

Washington Reyes Abadie, Oscar Bruschera y Tabaré Melogno. La Banda Orienta. Pradera. Frontera y
Puerto. Editorial Banda Oriental. Montevideo, 1966. Páginas 112 y 113. En Gerardo Caetano y José Rilla.
Historia Contemporánea del Uruguay. Editorial Fin de Siglo. Montevideo, 1998. Página 18.

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