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David Sebastián Tangarife Garzón

Ingeniería Mecánica
201316884

Los imaginarios estéticos desde la perspectiva hetero-patriarcal


El filme “Blow up” del director Michelangelo Antonioni, relata la historia de Thomas, un
fotógrafo reconocido de la élite londinense, que se dispone a lo largo de su carrera a
fotografiar mujeres. Así pues, a lo largo del desarrollo de la película, el protagonista se
encuentra un día cualquiera en un parque de la ciudad, fotografiando una pareja que en
apariencia está discutiendo, pero sin saberlo, termina capturando la escena de un crimen, en
donde a pesar de los continuos esfuerzos realizados por contarlo, no puede hacerlo.

Es través de este relato que la trama del filme se va construyendo desde varios imaginativos
sociales importantes. Uno de ellos, y en el cual este texto pretende enfocarse son las
dimensiones estéticas estereotipadas de la mujer desde la cuestión hetero-patriarcal
hegemónica de la época. Ahora bien, nos centraremos en un único elemento para representar
la temática a analizar: la sonrisa. Ésta analizada desde dos escenas importantes de la película
para dar cuenta posteriormente, del trasfondo de género y la crítica de las nociones estéticas
del momento.

Así pues, la primera escena que da cuenta de estas dinámicas es el momento en que Thomas
está fotografiando a Jane, una modelo de gran porte, esbelta y muy bella, que logra captar
aquella continuidad estética que se plantea a lo largo del filme. Allí, se denotan dos
comportamientos tanto de Thomas como de Jane para representar desde los elementos de la
sonrisa la dicotomía de la imposición estética patriarcal en conjunción con la dualidad de esta
en la perspectiva masculina.

Con esto en mente, desde el comportamiento de Thomas, vemos cómo con su actitud
desinteresada, cortante y en cierto sentido autoritaria, dispone del tiempo de Jane sin ningún
cuidado, al llegar 1 hora tarde. Luego, desde su posición de autoridad logra de manera muy
tajante dirigir a Jane sobre sus movimientos y ella sin dudar los ejecuta. Y es aquí donde la
actitud de Jane entra a configurarse como elemento importante desde su posición de sumisión
hacia tanto las ordenes de Thomas como desde su inconformidad frente a sus actitudes
desconsideradas.

Es aquí donde la sonrisa es el hilo conductor entre esas nociones estéticas, dado que Thomas
le pide que sonrisa, y ella a pesar de intentarlo no puede dejar su expresión frígida y elaborada
a pesar de que ella sin dudar, sigue todas sus instrucciones. Así, Jane representa aquellos
parámetros estereotipados de la estética femenina de la época en tanto a sus posturas durante
el momento de modelar, como desde el no poder ella misma alejarse de esos imaginarios. Y
es importante resaltar que es el mismo hombre (Thomas) que lo impone y los trata igualmente
de romper. Imponer; en este caso desde su actitud autoritaria desde las fotografías, y
romperlo; al momento de pedirle a Jane sonreír y que ella no logre hacerlo, notándose una
extrañeza por la naturaleza del contexto “predeterminado” y “establecido” de una sesión de
fotos como analogía al contexto social de la época.

En segunda instancia, encontramos la escena en la que Thomas se dirige a una sesión de fotos
en donde hay aproximadamente 5 o 6 mujeres esperando a ser fotografiadas. Allí, con la
misma actitud demandante las dirige en cómo posar. En un inicio les da indicaciones muy
generales que ellas siguen en el instante, al igual que en el caso de Jane. Posteriormente les
pide sonreír, y ninguna de ellas logra hacerlo. Siguen con el mismo lenguaje corporal rígido,
superficial y sobre-elaborado. Es aquí donde Thomas les pregunta si aquello que ellas
intentaban hacer era sonreír, lo cual a su percepción le parecía ridículo. Y ellas en su
momento toman una actitud callada, sumisa y en cierta medida asustada dada la petición
agresiva del protagonista.

De esta manera, las dos escenas logran condensar desde la propuesta de la sonrisa las
dinámicas hetero-patriarcales dicotómicas que en primera medida imponen nociones
prestablecidas de lo estético, como también a la vez que las imponen pretenden romperlas,
generando realidades confusas desde las construcciones identitarias de la mujer, dado que
como se muestra en estas dos escenas, todas las mujeres siguen las instrucciones de Thomas
para su comportamiento, sin embargo, sienten una extrañeza profunda en el momento en que
se les pide una acción diferente desde otro discurso estético dentro del mundo del modelaje,
en este caso.
Y es este discurso el que choca con la identidad interiorizada de las mujeres desde los
estereotipos y lo que las figuras masculinas pretenden introducir en el accionar de ellas en la
sociedad. No obstante, esto no es una propuesta generalizada sobre la idea de la mujer tanto
en la sociedad como en el mismo filme, dado que en la película la mujer del parque llamada
Patricia logra romper con ese imaginario de mujer subordinada al deseo de Thomas, puesto
que sin importarle quién o qué represente él, ella busca a como de lugar conseguir las
fotografías del momento en que ella se encuentra en el parque. Es de esta manera que el
personaje de Patricia logra romper con esa continuidad establecida de los demás personajes
femeninos, al desafiar y accionar en contra de los deseos del personaje principal.

Por ello la propuesta de “Blow Up” sin duda logra mostrar tanto aquellos imaginarios
estéticos estereotipados y pre-establecidos que se esperan criticar, como también la
contraposición de ello a través del personaje de Patricia. Todo esto elaborado a través del
elemento de la sonrisa y su conexión con las dos escenas propuestas, reflejando aquella
dicotomía de identidad femenina y la subordinación hetero-patriarcal constante tanto en la
imposición de estereotipos como su misma ruptura.

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