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Capitalismo vs socialismo

Liberalismo

Neoliberalismo

Poder legislativo

Formas de expresión oral

Expontanea

Ante el publico..

Capitalismo
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Maquinaria de una empresa capitalista del siglo XIX.

El capitalismo es un orden o sistema social y económico que se encuentra en constante


movimiento, derivado del usufructode la propiedad privada sobre el capital como herramienta
de producción, que se encuentra mayormente constituido por relaciones empresariales
vinculadas a las actividades de inversión y obtención de beneficios, así como de relaciones
laborales, tanto autónomas como asalariadas subordinadas libres, con fines mercantiles.1
En el capitalismo, los individuos y las empresas usualmente representadas por los mismos,
llevan a cabo la producción de bienes y servicios de forma privada e interdependiente,
dependiendo así de un mercado de consumo para la obtención de recursos.2 El intercambio
de los mismos se realiza básicamente mediante comercio libre y, por tanto, la división del
trabajose desarrolla de forma mercantil y los agentes económicos dependen de la búsqueda
de beneficio.3 La distribución se organiza, y las unidades de producción se fusionan o
separan, de acuerdo a una dinámica basada en un sistema de preciospara
los bienes y servicios.4 A su vez, los precios se forman mayoritariamente en un mercado que
depende de la interacción entre una oferta y una demanda dadas por las elecciones de
productores y consumidores,5 y estos a su vez, son necesarios para la coordinación ex-post
de una economía basada en el intercambio de mercancías.6
El origen etimológico de la palabra capitalismo proviene de la idea de capital y su uso para la
propiedad privada de los medios de producción,78 sin embargo, se relaciona mayormente al
capitalismo como concepto con el intercambio dentro de una economía de mercado que es su
condición necesaria,910 y a la propiedad privada absoluta o burguesa11 que es su corolario
previo.1213 El origen de la palabra puede remontarse antes de 1848 pero no es hasta 1860 que
llega a ser una corriente como tal y reconocida como término, según las fuentes escritas de la
época.14
Se denomina sociedad capitalista a toda aquella sociedad política y jurídica originada basada
en una organización racional del trabajo, el dinero y la utilidad de los recursos de producción,
caracteres propios de aquel sistema económico.15 En el orden capitalista, la sociedad está
formada por clases socioeconómicas en vez de estamentos como son propios
del feudalismo y otros órdenes pre-modernos.16 Se distingue de aquel y de otras formas
sociales por la posibilidad de movilidad social de los individuos, por una estratificación
social de tipo económica,17 y por una distribución de la renta que depende casi enteramente
de la funcionalidad de las diferentes posiciones sociales adquiridas en la estructura de
producción.18
El nombre de sociedad capitalista se adopta usualmente debido a que el capital como relación
de producción se convierte dentro de esta en un elemento económicamente predominante.19
La discrepancia sobre las razones de este predominio divide a las ideologías
políticas modernas: el enfoque liberal smithiano se centra en la utilidad que el capital como
relación social provee para la producción en una sociedad comercial con una amplia división
del trabajo, entendida como causa y consecuencia de la mejora de la oferta de consumo y los
mayores ingresos por vía del salario respecto del trabajo autónomo,20 mientras que el
enfoque socialista marxista considera que el capital como relación social es precedido (y luego
retroalimentado) por una institucionalizada imposibilidad social de sobrevivir sin relacionarse
con los propietarios de un mayor capital físico mediante el intercambio de trabajo asalariado.21
La clase social conformada por los creadores y/o propietarios que proveen de capital a la
organización económica a cambio de un interés22 se la describe como "capitalista", a
diferencia de las funciones empresariales cuyo éxito se traduce en forma de ganancia23 y de
las gerenciales ejecutadas a cambio de un salario.24 Vulgarmente se describe desde el siglo
XVIII como "burguesía" tanto a este conjunto social como al de los empleadores de trabajo de
una moderna sociedad industrial, pero la burguesía se origina en las ciudades de la sociedad
rural medieval y está constituida por propietarios auto-empleados cuya naturaleza da origen al
capitalismo moderno.25
Existen diferentes apreciaciones sobre la naturaleza del capitalismo según la perspectiva
social e ideológica desde la cual se lo analice.

Índice

 1Características
o 1.1Capital, trabajo y régimen de propiedad
o 1.2Contrato libre, ganancias y movilidad social
o 1.3Libre mercado, empresas, competencia y trabajo.
o 1.4La empresa por sociedad de capitales
o 1.5Crecimiento económico
o 1.6Organizaciones por interés individual
o 1.7Liberalismo y papel del Estado
 2Origen
 3Tipos de sistemas capitalistas
o 3.1Mercantilismo
o 3.2Capitalismo de libre mercado
o 3.3Economía social de mercado
o 3.4Capitalismo corporativo
o 3.5Economía mixta
o 3.6Capitalismo de riesgo
o 3.7Capitalismo mortuorio
 4Críticas al capitalismo
o 4.1Marxismo
 4.1.1Capitalismo e imperialismo
 4.1.2El mercado como institución no natural
 4.1.3Capitalismo como religión
o 4.2Ecologismo
 5Véase también
 6Referencias
 7Bibliografía
 8Enlaces externos

Características[editar]

Si bien el capitalismo no encuentra su fundador en un pensador sino en las relaciones productivas de la


sociedad, la obra La riqueza de las nacionesconcedió a Adam Smith el título de fundador intelectual del
capitalismo.
John Locke, con su obra Dos tratados sobre el gobierno civil, establece los principios que
posteriormente servirán para identificar el capitalismo como sistema productivo y el liberalismo como
sistema de pensamiento que lo respalda.

El capitalismo, o más concretamente los sistemas económicos capitalistas, se caracterizan por


la presencia de unos ciertos elementos de tipo socioeconómico, si un número importante de
ellos está ausente el sistema no puede ser considerado como propiamente capitalista. Entre
los factores que acaban haciendo que un sistema sea considerado capitalista están:

 El tipo de propiedad de los medios de producción y el tipo de acceso a los factores de


producción.
 La presencia de dinero, capital y acumulación capitalista.
 La presencia de mercados de capital y mercados financieros así como el papel asignado a
los mismos.
 La existencia de salarios monetarios y una estructura de clases ligada a las diferentes
funciones dentro de la actividad económica.
 Factores macroeconómicos varios.
En términos más descriptivos, los sistemas capitalistas son sistemas socioeconómicos donde
los activos de capital están básicamente en manos privadas y son controlados por agentes o
personas privadas. El trabajo es proporcionado mediante el ofrecimiento de salarios
monetarios y la aceptación libre por parte de los empleados. La actividad económica
frecuentemente está organizada para obtener un beneficio neto que permita a las personas
propietarias que controlan los medios de producción incrementar su capital. Los bienes y
servicios producidos son además distribuidos mediante mecanismos de mercado. Si bien
todos los sistemas capitalistas existentes presentan un mayor o menor grado de intervención
estatal y se alejan por diversas razones del modelo de mercado idealmente competitivo, razón
por la cual se definen conceptos como la competitividad o el índice de libertad económica,
para caracterizar hasta qué punto difieren unos sistemas capitalistas de otros.26
Capital, trabajo y régimen de propiedad[editar]
En los sistemas capitalistas la titularidad de la mayor parte de medios de producción es
privada, entendiéndose por esto su construcción sobre un régimen de bienes de
capital industrial y de tenencia y uso de la tierra basado en la propiedad privada. Los medios
de producción operan principalmente en función del beneficio y en la de los intereses
directivos. Se acepta que en un sistema capitalista, la mayor parte de las decisiones
de inversión de capital están determinadas por las expectativas de beneficio, por lo que la
rentabilidad del capital invertido tiene un papel muy destacado en la vida económica. Junto
con el capital, el trabajo se refiere al otro gran conjunto de elementos de producción (algunos
autores añaden un factor tradicionalmente llamado «tierra» que en términos generales puede
representar cualquier tipo de «recurso natural»). El papel decisivo del trabajo, junto el capital,
hacen que uno de los aspectos importantes del capitalismo sea la competencia en el
llamado mercado de trabajo asalariado.
Sobre la propiedad privada, los sistemas capitalistas tienden a que los recursos invertidos por
los prestadores de capital para la producción económica, estén en manos de las empresas y
personas particulares (accionistas). De esta forma a los particulares se les facilita el uso,
empleo y control de los recursos que se utilizan la producción de bienes y servicios. En los
sistemas capitalistas se busca que no existan demasiadas restricciones para las empresas
sobre como usar mejor sus factores de producción (capital, trabajo, recursos disponibles).
Entre las características generales del capitalismo se encuentra la motivación basada en el
cálculo costo-beneficio dentro de una economía de intercambio basada en el mercado, el
énfasis legislativo en la protección de un tipo específico de apropiación privada (en el caso del
capitalismo particularmente lockeano), o el predominio de las herramientas de producción en
la determinación de las formas socioeconómicas.
Contrato libre, ganancias y movilidad social[editar]
El capitalismo se considera un sistema económico en el cual el dominio de la propiedad
privada sobre los medios de producción desempeña un papel fundamental. Es importante
comprender lo que se entiende por propiedad privada en el capitalismo ya que existen
múltiples opiniones, a pesar de que este es uno de los principios básicos del capitalismo:
otorga influencia económica a quienes detentan la propiedad de los medios de producción (o
en este caso el capital), dando lugar a una relación voluntaria de funciones y de mando entre
el empleador y el empleado. Esto crea a su vez una sociedad de clases móviles en relación
con el éxito o fracaso económico en el mercado de consumo, lo que influye en el resto de la
estructura social según la variable de capital acumulada; por tal razón en el capitalismo la
pertenencia a una clase social es movible y no estática.
Las relaciones económicas de producción y el origen de la cadena de mando —incluyendo la
empresaria por delegación— es establecida desde la titularidad privada y exclusiva de los
propietarios de una empresa en función de la participación en su creación en tanto primeros
propietarios del capital. La propiedad y el usufructo queda así en manos de quienes
adquirieron o crearon el capital volviendo interés su óptima utilización, cuidado y acumulación,
con independencia de que la aplicación productiva del capital se genere mediante la compra
del trabajo, esto es, el sueldo, realizado por los asalariados de la empresa.
Una de las interpretaciones más difundidas señala que en el capitalismo, como sistema
económico, predomina el capital —actividad empresarial, mental— sobre el trabajo —actividad
corporal— como elemento de producción y creador de riqueza. El control privado de los
bienes de capital sobre otros factores económicos tiene la característica de hacer posible
negociar con las propiedades y sus intereses a través de rentas, inversiones, etc. Eso crea el
otro distintivo del capitalismo que es el beneficio o ganancia como prioridad en la acción
económica en función de la acumulación de capital que por vía de la compra del trabajo puede
separarse del trabajo asalariado.
Libre mercado, empresas, competencia y trabajo.[editar]
El capitalismo se basa ideológicamente en una economía en la cual el mercado predomina,
esto usualmente se da, aunque existen importantes excepciones además de las polémicas
sobre qué debe ser denominado libre mercado o libre empresa. En este se llevan a cabo las
transacciones económicas entre personas, empresas y organizaciones que ofrecen productos
y las que los demandan. El mercado, por medio de las leyes de la oferta y la demanda, regula
los precios según los cuales se intercambian las mercancías (bienes y servicios), permite la
asignación de recursos y la distribución de la riqueza entre los individuos.
La libertad de empresa propone que todas las empresas sean libres de conseguir recursos
económicos y transformarlos en una nueva mercancía o servicio que será ofrecido en el
mercado que estas dispongan. A su vez, son libres de escoger el negocio que deseen
desarrollar y el momento para entrar o salir de este. La libertad de elección se aplica a las
empresas, los trabajadores y los consumidores, pues la empresa puede manejar sus recursos
como crea conveniente, los trabajadores pueden realizar un trabajo cualquiera que esté dentro
de sus capacidades y los consumidores son libres de escoger lo que desean consumir,
buscando que el producto escogido cumpla con sus necesidades y se encuentre dentro de los
límites de su ingreso. Esto en un contexto teórico capitalista es denominado cálculo
económico.
Competencia se refiere a la existencia de un gran número de empresas o personas que
ofrecen y venden un producto (oferentes) en un mercado determinado. En dicho mercado
también existe un gran número de personas o empresas (demandantes), las cuales, según
sus preferencias y necesidades, compran o demandan esos productos o mercancías. A través
de la competencia se establece una «rivalidad» o antagonismo entre productores. Los
productores buscan acaparar la mayor cantidad de consumidores/compradores para sí. Para
conseguir esto, utilizan estrategias de reducción de precios, mejoramiento de la calidad, etc.
Al hacer referencia a una fuerza de trabajo libre, se entiende a una mano de obra con la
libertad de vender su capacidad de trabajo a cambio de un salario a cualquier patrono
potencial27
La empresa por sociedad de capitales[editar]
El tipo de empresa actual suele resultar de una asociación. A principios del siglo XIX, las
empresas eran generalmente de un individuo que invertía en ellas capitales, fueran estos
propios o procedentes de préstamos, y los ponía al servicio de una capacidad técnica, que
generalmente él mismo tenía. Sin embargo, el posterior desarrollo o auge del capitalismo
demostraron claramente la superioridad de la empresa, que supera los límites de la
personalidad individual o de la continuidad familiar. Este sistema permite al mismo tiempo
agrupar capacidades que se completan y disociar las aportaciones de capital de las aptitudes
puramente técnicas, antes confundidas. Hay que distinguir dos grandes categorías de
sociedades:
1. Las de personas, constituidas por un pequeño número de individuos que aportan al fondo
social capitales, llamados (partes) o capacidades técnicas (caso del socio industrial opuesto al
capitalista), que, como son en realidad fracciones casi materiales de la empresa no pueden
ser cedidas sin el acuerdo de los copartícipes.
2. Las de capitales, en las que las partes llamadas (acciones),se consideran como simples
pruebas materiales de la aportación de cierto capital por los asociados, en general numerosos
y tienen por tanto la posibilidad de transmitirse o negociarse libremente en la bolsa de valores.
Crecimiento económico[editar]
Teóricos y políticos han enfatizado la habilidad del capitalismo para promover el crecimiento
económico buscando aumentar los beneficios, tal como se mide por el Producto Interno
Bruto (PIB), utilización de la capacidad instalada o calidad de vida. Sin embargo, debe notarse
el análisis de la tasa de crecimiento ha revelado que el progreso técnico y causas no
asignables a la intensividad del capital o la asignación de trabajo, parecen ser responsables
de gran parte de la productividad (ver productividad total de los factores). Igualmente los
sistemas de economía planificada lograron entre 1945-1970 tasas muy superiores a la mayor
parte de países capitalistas. Aun dejando a un lado el peso de los diferentes factores en el
crecimiento económico, la posible benéfica influencia de la organización capitalista de la
producción ha sido históricamente el argumento central, por ejemplo, en la propuesta de Adam
Smith de dejar que el libre mercado controle los niveles de producción y de precio, y distribuya
los recursos.
Diversos autores han sostenido que el rápido y consistente crecimiento de los indicadores
económicos mundiales desde la revolución industrial se debe al surgimiento del capitalismo
moderno.2829 Aun cuando parece que parte del crecimiento recogida dentro de la productividad
total de los factores no necesariamente está ligada al modo de organización capitalista, sino
podría deberse simplemente a factores técnicos cuyo desarrollo obedece a causas más
complicas.30 Los defensores de que la organización capitalista es el factor principal en el
crecimiento argumentan que incrementar el PIB (per cápita) ha demostrado empíricamente
una mejora en la calidad de vida de las personas, tal como mejor disponibilidad de alimentos,
vivienda, vestimenta, atención médica, reducción de horas de trabajo, y libertad de trabajo
para niños y ancianos.31
Sí parece ampliamente demostrado, que la especialización tanto en la agricultura como en
otras áreas, produce un aumento de la producción existente, y la actividad comercial de
materias primas aumenta. La consecuencia de este hecho, es el incremento de la circulación
de capital, que fue un estímulo a la banca, y por tanto de la riqueza de la sociedad,
aumentando el ahorro y con ello la inversión. Este fue fundamentalmente el origen de la banca
actual, la cual tenía dos funciones: prestar el dinero que custodiaban a cambio de un interés y
la emisión de "promesas de pago al contado al portador" que circulaban como dinero.
Argumentos favorables al capitalismo también afirman que una economía capitalista brinda
más oportunidades a los individuos de incrementar sus ingresos a través de nuevas
profesiones o negocios que otras formas de economía. Según esta manera de pensar, este
potencial es mucho mayor que en las sociedades feudales o tribales o en las
sociedades socialistas.[cita requerida] Igualmente, diversos trabajos modernos han enfatizado las
dificultades de los sistemas capitalistas no sometidos a regulación, los efectos de
la información asimétrica, y la ocurrencia de crisis económicas cíclicas.32
Organizaciones por interés individual[editar]
De acuerdo con los argumentos de los defensores del capitalismo, cada uno de los actores del
mercado actuaría según su propio interés; por ejemplo, el empleador, quien posee recursos
productivos y capital, buscaría maximizar el beneficio económico por medio de la acumulación
y producción de mercancías. Por otra parte, los empleados, quienes estarían vendiendo su
trabajo a su empleador a cambio de un salario; y, por último, los consumidores, que estarían
buscando obtener la mayor satisfacción o utilidad adquiriendo lo que desean o necesitan en
función a la calidad del producto y de su precio.
De acuerdo con numerosos economistas, el capitalismo podría organizarse a sí mismo como
un sistema complejo sin necesidad de un mecanismo de planeamiento o guía externa.33 A
este fenómeno se lo llama laissez faire.34 Otros economistas modernos han señalado la
conveniencia de las regulaciones, especialmente si se tienen en cuenta que las economías
están insertas en sistemas sociopolíticos y medioambientales que también es necesario
preservar. A este respecto el propio presidente Franklin D. Roosevelt, en un mensaje al
Congreso del 29 de abril de 1938 llegó a afirmar:
la libertad de una democracia no está a salvo si la gente tolera el crecimiento del poder en manos
privadas hasta el punto de que se convierte en algo más fuerte que el propio estado democrático.35

En cualquier caso es innegable, que para unos y otros el proceso de búsqueda de beneficios
tiene un rol importante (ya se prefiera una economía con cierta regulación o una totalmente
desregulada). Se admite que a partir de las transacciones entre compradores y vendedores
emerge un sistema de precios, y los precios frecuentemente surgen como una señal de cuáles
son las urgencias y necesidades insatisfechas de las personas, si bien algunos autores
señalan que pueden existir fallos de mercado bajo circunstancias específicas. La promesa de
beneficios les da a los emprendedores el incentivo para usar su conocimiento y recursos para
satisfacer esas necesidades. De tal manera, las actividades de millones de personas, cada
una buscando su propio interés, se coordinan y complementan entre sí.36
Liberalismo y papel del Estado[editar]
La doctrina política que históricamente ha encabezado la defensa e implantación de
este sistema económico y político ha sido el liberalismo económico y clásico del cual se
considera sus padres fundadores a John Locke, Juan de Mariana y Adam Smith. El
pensamiento liberal clásico sostiene en economía que la intervención del gobierno debe
reducirse a su mínima expresión. Solo debe encargarse del ordenamiento jurídico que
garantice el respeto de la propiedad privada, la defensa de las llamadas libertades negativas:
los derechos civiles y políticos, el control de la seguridad interna y externa (justicia y
protección), y eventualmente la implantación de políticas para garantizar el libre
funcionamiento de los mercados, ya que la presencia del Estado en la economía perturbaría
su funcionamiento. Sus representantes contemporáneos más prominentes son Ludwig von
Mises y Friedrich Hayek por parte de la llamada Escuela austríaca de economía; George
Stigler y Milton Friedman por parte de la llamada Escuela de Chicago, existiendo profundas
diferencias entre ambas.
Existen otras tendencias dentro del pensamiento económico que asignan al Estado funciones
diferentes. Por ejemplo los que se adscriben a lo sostenido por John Maynard Keynes, según
el cual el Estado puede intervenir para incrementar la demanda efectiva en época de crisis.
También se puede mencionar a los politólogos que dan al Estado y a otras instituciones un
papel importante en controlar las deficiencias del mercado (una línea de pensamiento en este
sentido es el neoinstitucionalismo).

Origen[editar]

Skyline de la ciudad inglesa de Mánchester en 1857. Durante el siglo XIX en medio de la Revolución
industrial esta ciudad desarrolló tal cantidad de industria textil que fue llamada Cottonopolis, y se
convirtió en modelo de la prosperidad provocada por el capitalismo de libre empresa para el movimiento
social y político denominado Escuela de Mánchester.

Artículo principal: Historia del capitalismo

Tanto los mercaderes como el comercio existen desde que existe la civilización, pero el
capitalismo como sistema económico, en teoría, no apareció hasta el siglo XVII en Inglaterra
sustituyendo al feudalismo. Según Adam Smith, los seres humanos siempre han tenido una
fuerte tendencia a «realizar trueques, cambios e intercambios de unas cosas por otras». De
esta forma al capitalismo, al igual que al dinero y la economía de mercado, se le atribuye
un origen espontáneo o natural dentro de la edad moderna.37
La sustitución del feudalismo tuvo como impulso a poderosas fuerzas del cambio que sirvieron
para introducir de forma gradual la estructura de una sociedad de mercado, dentro de las
principales fuerzas se encuentran:38

 El papel del mercader ambulante en la introducción del comercio, el dinero y el espíritu


adquisitivo.
 El proceso de urbanización como una fuente de actividad económica y como punto central
de un poder nuevo y orientado al comercio.
 Las cruzadas como una interrupción de la vida feudal y la introducción de nuevas ideas.
 El surgimiento de estados nacionales que apoyaban y facilitaban el comercio.
 El estímulo de la edad de la exploración y del oro.
 El surgimiento de nuevas ideas religiosas que simpatizaban más con la actividad de los
negocios que con el catolicismo.
 La monetización de los tributos dentro del sistema feudal.
Todas estas fuerzas del cambio crearon un aspecto económico en la vida de las personas que
antes no existía, con estos cambios se empieza a marcar la separación del aspecto social de
la vida con el aspecto económico, con este nacimiento del aspecto económico la sociedad
empieza a tener fuertes transformaciones, por ejemplo, el siervo ya no está atado a la tierra
sino que se convierte en un trabajador libre, el maestro gremial ahora es un empresario
independiente, el señor feudal se convierte ahora en un simple arrendatario, estas
transformaciones son cruciales para el nacimiento del capitalismo ya que empiezan a
introducir las bases de este nuevo sistema económico. El nacimiento de estos trabajadores
libres, capitalistas y terratenientes cada uno vendiendo sus servicios en el mercado del
trabajo, el capital y la tierra hicieron que nacieran los "factores de producción".
El orden económico resultante de estos acontecimientos fue un sistema en el que
predominaba lo comercial o mercantil, es decir, cuyo objetivo principal consistía en
intercambiar bienes y no en producirlos. La importancia de la producción no se hizo patente
hasta la Revolución industrial que tuvo lugar en el siglo XIX.
El camino hacia el capitalismo a partir del siglo XIII fue allanado gracias a la filosofía
del Renacimiento y de la Reforma. Estos movimientos cambiaron de forma drástica la
sociedad, facilitando la aparición de los modernos Estados nacionales que proporcionaron las
condiciones necesarias para el crecimiento y desarrollo del capitalismo en las naciones
europeas. Este crecimiento fue posible gracias a la acumulación del excedente económico que
generaba el empresario privado y a la reinversión de este excedente para generar mayor
crecimiento, lo cual generó industrialización en las regiones del norte.

Tipos de sistemas capitalistas[editar]


Como se ha indicado anteriormente, existen distintas variantes del capitalismo que se
diferencian de acuerdo a la relación entre el mercado, el Estado y la sociedad. Por supuesto,
todas comparten características como la producción de bienes y servicios por beneficio,
asignación de recursos basada principalmente en el mercado, y estructuración en torno a la
acumulación de capital. Es importante destacar que entre los círculos ligados a la Escuela
austríaca de economía se conoce como «capitalismo» a su variante más pura, el laissez
faire.39 Otros defensores del capitalismo han adoptado visiones del capitalismo más
moderadas y más matizadas con respecto a su implementación práctica.
Algunas de las formas de capitalismo históricamente existentes o propuestas son:

 Mercantilismo y proteccionismo
 Laissez faire y capitalismo deregulado
 Capitalismo corporativo
 Economía social de mercado
 Economía mixta
En gran medida en la mayoría de países modernos predominan formas de capitalismo más
cercanas a las dos últimas formas, la economía social de mercado y la economía mixta. El
mercantilismo y el proteccionismo parecen casi universalmente abandonados aunque tuvieron
su auge durante los siglos XVIII y XIX.
Mercantilismo[editar]
Artículos principales: Mercantilismo y Proteccionismo.

Esta es una forma nacionalista del capitalismo temprano que nació aproximadamente en el
siglo XVI. Se caracteriza por el entrelazamiento de intereses comerciales de interés para el
Estado y el imperialismo y, consecuentemente, por el uso del aparato estatal para promover
las empresas nacionales en el extranjero. Un buen ejemplo lo entrega el caso del monopolio
comercial impuesto por España a sus territorios de ultramar en 1504 prohibiéndoles comerciar
con otras naciones.
El mercantilismo sostiene que la riqueza de las naciones se incrementa a través de
una balanza comercial positiva (en que las exportaciones superan a las importaciones).
Corresponde a la fase de desarrollo capitalista llamada Acumulación originaria de capital.
Capitalismo de libre mercado[editar]
Artículos principales: Laissez faire y Libre mercado.

El capitalismo laissez faire se caracteriza por contratos voluntarios en ausencia de


intervención de terceros (como pudiere ser el Estado). Los precios de los bienes y servicios
son establecidos por la oferta y la demanda, llegando naturalmente a un punto de equilibrio.
Implica la existencia de mercados altamente competitivos y la propiedad privada de los medios
de producción. El rol del Estado se limita a la producción de seguridad y al resguardo de los
derechos de propiedad.
Economía social de mercado[editar]
Artículo principal: Economía social de mercado

En este sistema la intervención del Estado en la economía es mínima, pero entrega servicios
importantes en cuanto a la seguridad social, prestaciones de desempleo y reconocimiento de
derechos laborales a través de acuerdos nacionales de negociación colectiva. Este modelo es
prominente en los países de Europa occidental y del norte, aunque variando sus
configuraciones. La gran mayoría de las empresas son de propiedad privada.
Capitalismo corporativo[editar]
Artículo principal: Capitalismo corporativo

Caracterizado por la dominación de corporaciones jerárquicas y burocráticas. El término


«capitalismo monopolista de Estado» fue originalmente un concepto marxista para referirse a
una forma de capitalismo en que la política de estado es utilizada para beneficiar y promover
los intereses de corporaciones dominantes mediante la imposición de barreras competitivas y
la entrega de subsidios.
Economía mixta[editar]
Artículo principal: Economía mixta

Una economía mixta está basada en gran medida en el mercado, y consiste en la convivencia
de la propiedad privada y la propiedad pública de los medios de producción, y en el
intervencionismo a través de políticas macroeconómicas destinadas a corregir los
posibles fallos de mercado, reducir el desempleo y mantener bajos los niveles de inflación. Los
niveles de intervención varían entre los diferentes países, y la mayoría de las economías
capitalistas son mixtas hasta cierto punto.
En términos políticos informales se considera que los sistemas capitalistas son opuestos a los
sistemas de inspiración socialista. Presuntamente los sistemas socialistas difieren de los
sistemas capitalistas en varias maneras: propiedad pública de los medios de producción, los
recursos monetarios obtenidos mediante la producción pueden ser utilizados con fines
sociales no relacionados con la inversión o la obtención de beneficios. En muchos sistemas
históricos de inspiración socialista muchas decisiones importantes de producción fueron
directamente planificadas por el estado lo cual dio lugar a sistemas de economía planificada.
Tampoco pueden considerarse sistemas capitalistas muchos sistemas socioeconómicos de
la antigüedad y la edad media, ya que en ellos tenía un papel destacado la mano de obra
forzada (como en el feudalismo) o directamente la mano de obra esclava (presente en la
antigüedad, la edad moderna e incluso perduró inicialmente en las sociedades capitalistas).
Tampoco existía en muchos de esos sistemas movilidad social, al tratarse de
sociedades estamentarias; ni la producción estaba orientada o racionalizada a la obtención de
beneficio económico o a crear sistemas de acumulación capitalista, sino que otros objetivos
socialmente deseables para una parte de la sociedad podían tener mayor peso en las
decisiones de producción y la actividad económica.
Capitalismo de riesgo[editar]
Comprendido también como sociedad de riesgo, ha sido un vocablo introducido por el
sociólogo alemán Ulrich Beck quien comprendía que luego de Chernobyl la sociedad entró en
una nueva fase de producción. El riesgo era la base angular de la sociedad que hacía a todas
las clases iguales. Este proceso de desjerarquización ha llevado a un fenómeno conocido
como proceso de reflexibilidad. En el capitalismo descrito por Beck, los sistemas de
producción son descentralizados, en parte como resultado del proceso de reflexibilidad que da
origen a formas donde el lego tiene acceso a información que en épocas anteriores eran
exclusivas de los expertos. No obstante, la introducción de la tecnología para detectar y
reducir ciertos riesgos, engendraba otros no tenidos en cuenta o planificados por los
expertos.40 Anthony Giddens explora el capitalismo del riesgo como una consecuencia del
empalme entre la globalización y el mercantilismo.41 Por su parte, Richard Sennet sugiere que
la discursividad del riesgo es útil para que los grupos privilegiados no asuman los riesgos de
sus decisiones. El ciudadano moderno debe gestionarse su propia seguridad como signo de
estatus, que le permite ingresar al mundo de los buenos ciudadanos. Quienes así no pueden
gestionarlo, son tildados de «incapaces» o «personas vulnerables». Ser vulnerable implica no
tener autonomía respecto de otros que si pueden autoprotegerse. Este cambio en las políticas
de protección se asocia a una tendencia económica que pondera y valoriza a quienes no se
apegan a una empresa por muchos años. Los expertos en organizaciones o sociología laboral
sugieren que las personas deben cambiar de trabajo en forma periódica debido a que ello
sugiere una adaptación sana a lo diferente. Más allá de este discurso subyace una lógica de
explotación que intenta romper con los lazos sociales y con el apego tradicional de un sujeto a
una organización. Por ese motivo, no es extraño observar que dentro del culto al cambio prime
una atmósfera de precarización laboral.42 Ante el mismo problema Zygmunt Bauman acuña el
término «sociedad líquida» para expresar la dinámica del capitalismo moderno. En la sociedad
sólida las economías y los lazos institucionales estaban orientados a largo plazo, en forma de
una producción de escala. Pero la modernidad ha cambiado a formas más descentralizadas,
móviles y menos estables en los canales productivos. Eso ha dado como resultado una
sociedad donde los lazos sociales son adaptables al momento y a los intereses individuales de
las personas. En la sociedad líquida la seguridad es empleada como una forma discursiva que
denota exclusividad y estatus social. Los medios tecnológicos vigentes son usados por los
grupos privilegiados no solo para protegerse de ciertos grupos marginales, sino para
demostrar ejemplaridad.434445
Capitalismo mortuorio[editar]
George H. Mead afirmaba que existía una fascinación por las malas noticias, los periódicos y
los accidentes porque de esa forma el "yo" exorciza a la muerte. Se siente una sana alegría
ante la tragedia de los demás debido a que se ha evitado ser afectado por el evento.46 En este
sentido, Joy Sather-Wagstaff sugiere que los desastres provocados por el hombre o naturales
generan un gran trauma para la sociedad, el cual debe ser regulado por medio de la
solidaridad entre las víctimas y los supervivientes. En ciertas ocasiones, el poder político
intenta manipular el discurso con el fin de ganar legitimidad frente a los miembros de la
comunidad. Se da, entonces, una patrimonialización del dolor que distorsiona las razones
reales del desastre. Rememorar la muerte es el primer hecho político que da origen a la
cultura.47 Estas mismas observaciones fueron validadas por la profesora Rodanthi Tzanelli de
la Universidad de Leeds, quien sostiene que el cine ha hecho de la muerte una
principal mercancía (en inglés, commodity) para ser comercializado por los diferentes agentes
del capitalismo al punto de imponer mensajes discursivos hegemónicos. En diversas prácticas
como la visita a lugares de extrema pobreza, o a santuarios donde abunda la muerte masiva,
estos dispositivos apelan al sufrimiento humano para dotar al consumidor de una realidad
apocalíptica. La función de retratar la miseria ajena radica en el reforzamiento de la propia
posición de clase ejercida por la élite capitalista.48 Phillipe Aries por su parte sostiene que el
hombre moderno ha perdido la familiaridad con la muerte y a diferencia de sus predecesores
ha hecho de ella algo incontrolable, cuyos efectos adquieren una naturaleza
desestabilizadora.49 Por último, la muerte funcionaría según Geoffrey Skoll como un
importante discurso para mantener a la masa trabajadora bajo control.50 Zygmunt
Bauman sostiene que el estado de hiper-vigilancia que se ha fundamentado en el uso de
tecnologías cumple una doble función. Por un lado protege a los ciudadanos deseables de los
indeseables, pero también sirve como criterio de exclusión donde solo unos pocos se aíslan
del resto de la sociedad. La exclusividad confiere estatus a ciertos grupos y la vigilancia es el
instrumento por medio del cual ese estatus se hace visible a otros quienes no poseen los
recursos necesarios para protegerse.51

Críticas al capitalismo[editar]
Pyramid of Capitalist System, póster del sindicato Industrial Workers of the World. Critica el capitalismo
representándolo como una estructura jerárquica de clases sociales.

Artículo principal: Anticapitalismo

Parte de la crítica al capitalismo es la opinión de que es un sistema caracterizado por la


explotación de la fuerza de trabajo humano al constituir el trabajo como una mercancía más.
Esta condición sería su principal contradicción: medios de producción privados con fuerza de
trabajo colectiva, de este modo, mientras en el capitalismo se produce de forma colectiva, el
disfrute de las riquezas generadas es privado, ya que el sector privado "compra" el trabajo de
los obreros con el salario. La alternativa histórica al capitalismo con mayor acogida ha estado
representada por el socialismo.[cita requerida]
Marxismo[editar]
Artículo principal: Modo de producción capitalista

Para el materialismo histórico (el marco teórico del marxismo), el capitalismo es un modo de
producción. Los marxistas creen que las desigualdades sociales se deben a una continua
lucha social, la "lucha de clases" que tendría una inevitable evolución en el comunismo, en
este sistema se plantea una mejora en las relaciones socio-económicas que mejoraría las
condiciones laborales de los trabajadores y evitaría la injusticia social que ellos creen que
tiene lugar en el capitalismo.
Esta construcción intelectual es originaria del pensamiento de Karl Marx (Manifiesto
Comunista, 1848, El Capital, 1867) y deriva de la síntesis y crítica de tres elementos:
la economía clásica inglesa (Adam Smith, David Ricardo y Thomas Malthus), la filosofía
idealistaalemana (fundamentante la dialéctica hegeliana) y el movimiento obrero de la primera
mitad del siglo XIX (representado por autores que Marx calificaba de socialistas utópicos).
Capitalismo e imperialismo[editar]
Los críticos del capitalismo lo responsabilizan de generar numerosas desigualdades
económicas. Tales desigualdades eran muy acusadas durante el siglo XIX, sin embargo, a lo
largo de la industrialización (principalmente en el siglo XX) se experimentaron notables
mejorías materiales y humanas. Los críticos del capitalismo (John A. Hobson, Imperialism, a
study, Lenin, El imperialismo, fase superior del capitalismo) señalaron desde finales del siglo
XIX que tales avances se obtuvieron por un lado a costa del colonialismo, que permitió el
desarrollo económico de las metrópolis, y por otro lado gracias al Estado del Bienestar, que
suavizó los efectos negativos del capitalismo e impulsó toda una serie de políticas
cuasisocialista.
Otras críticas al capitalismo que se enlazan a décadas anteriores con el mismo
matiz antiimperialista (a partir del pensamiento centro-periferia) provienen de los
movimientos antiglobalización, que denuncian al modelo económico capitalista y las
empresas transnacionales como el responsable de las desigualdades entre el Primer Mundo y
el Tercer Mundo, teniendo el tercer mundo una economía dependiente del primero.
El mercado como institución no natural[editar]
Desde una perspectiva no estrictamente marxista, Karl Polanyi (La gran transformación, 1944)
insiste en que lo crucial en la transformación capitalista de economía, sociedad y naturaleza
fue la conversión en mercancía de todos los factores de producción (tierra, o naturaleza
y trabajo, o seres humanos) en beneficio del capital.
Capitalismo como religión[editar]
Artículo principal: Capitalismo como religión
Capitalismo como religión es un escrito póstumo de 1921 del filósofo alemán Walter
Benjamin que contiene una crítica profunda al capitalismo. El texto indaga en la naturaleza
religiosa del capitalismo como una dogmática inhumana: la identificación del pecado y
la culpa religiosa y la deuda impuesta por el capitalismo (el término alemán utilizado en el
escrito Schuld significa a la vez deuda y culpa). Para Michael Löwy el escrito es una lectura
anticapitalista de Max Weber.5253 En este sentido, se ha afirmado con relación al vínculo entre
capitalismo y religión:
Con relación a la percepción religiosa de la riqueza, podría decirse que el dilema del capital —su pecado
capital cabría decir— y el origen de la hostilidad que en ocasiones genera, podría explicarse por su
desapego crónico hacia la auténtica riqueza: toda aquella que no consista en dinero. Algo que ha
quedado sintetizado en el conocido adagio atribuido al emperador Vespasiano: «pecunia non olet».
Frente a este planteamiento, resulta comprensible que haya quien entienda que la acumulación de
riquezas nada tiene que ver con la moral (aunque, en realidad, esta tenga que ver con todo), sin
embargo, no cabe duda de que un rasgo del capitalismo es el de desatender el origen y destino del
capital, sirviendo lo mismo para financiar un hospital para refugiados que para financiar la guerra que los
ha convertido en tales.54

Ecologismo[editar]
La crítica ecologista argumenta que un sistema basado en el crecimiento y la acumulación
constante es insostenible, y que acabaría por agotar los recursos naturales del planeta,
muchos de los cuales no son renovables. Más aún si el consumo de estos recursos es
desigual entre los países y en sus respectivas clases económicas. Hasta hace algunas
décadas, se pensaba que los recursos naturales eran virtualmente inagotables y que la
contaminación, pérdida de la biodiversidad y de paisajes eran costes asumibles del progreso.
Actualmente existen dos tendencias principales relacionadas con la crítica ecologista: aquella
que defiende un desarrollo sostenible de la economía (que consistiría en adaptar el actual
modelo al nuevo problema medioambiental), y otra que defiende un decrecimiento de la
economía (que apunta directamente a nuevos sistemas de organización económica).55
Como contraparte al ecologismo colectivista, surge el ecologismo de mercado con base en
la libertad individual. Este ecologismo plantea la protección de los ecosistemas desde el punto
de vista del capitalismo libertario, los libertarios dicen que una definición de la propiedad
privada en todos los recursos escasos, cada recurso escaso es usado más eficientemente, y
por lo tanto, es regulado por el mercado, de igual manera el propietario siempre está
interesado en que su tierra y animales estén sanos, usan el ejemplo de la privatización de los
elefantes en Kenia y la recuperación de la población de estos para demostrar que una
economía de mercado con propiedad privada, siempre tiene interés en un ecosistema sano.
Desde el punto de vista de los libertarios, cuando no hay derechos de propiedad definidos
ocurre la denominada tragedia de los comunes, donde el recurso es usado por todos de
manera irresponsable y este se agota.
Socialismo
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Henri de Saint-Simon, considerado padre de la idea de socialismo como proyecto social y fundador del
llamado «socialismo utópico».

Ferdinand Lassalle, fundador de la centroizquierda política y de la corriente socialista


denominada socialdemocracia.
Karl Marx, fundador del llamado «socialismo científico».

El socialismo es un sistema social y económico caracterizado por el control por parte de


la sociedad, organizada con todos sus integrantes, tanto de los medios de producción como
de las diferentes fuerzas de trabajo aplicadas en los mismos.12 El socialismo moderno es, en
primer término, por su contenido, fruto del reflejo en la inteligencia, por un lado, de los
antagonismos de clase que imperan en la moderna sociedad entre poseedores y desposeídos,
capitalistas y obreros asalariados, y, por otro lado, de la anarquía que reina en la producción.1
La RAE define así el término socialismo: «Sistema de organización social y económica basado
en la propiedad y administración colectiva o estatal de los medios de producción y distribución
de los bienes».3 El socialismo implica, por tanto, una planificación y una
organización colectiva consciente de la vida social y económica.4
Subsisten sin embargo criterios encontrados respecto a la necesidad de la centralización de la
administración económica mediante el Estadocomo única instancia colectiva en el marco de
una sociedad compleja,56 frente a la posibilidad de formas diferentes de gestión
descentralizada de la colectividad socialista, tanto por vías autogestionarias como
de mercado, así como mediante el empleo de pequeñas unidades económicas socialistas
aisladas y autosuficientes.78El primer acto en que el Estado se manifiesta efectivamente como
representante de toda la sociedad: la toma de posesión de los medios de producción en
nombre de la sociedad, es a la par su último acto independiente como Estado.9
Existen también discrepancias sobre la forma de organización política bajo el socialismo para
lograr o asegurar el acceso democrático a la sociedad socialista a clases sociales o
poblaciones,10 frente a la posibilidad de una situación autocrática por parte de
las burocraciasadministrativas.11 Las formas históricas de la organización social de tipo
socialista pueden dividirse entre determinadas evoluciones espontáneas de ciertas
civilizaciones de carácter religioso y las construcciones políticas establecidas por proyectos
ideológicos deliberados. De estas se destacan, respectivamente, el Imperio inca12 y la Unión
Soviética.

Índice

 1Concepto
o 1.1Origen de la palabra socialismo
o 1.2Socialismo y comunismo
o 1.3Socialismo como movimiento político
 2Historia
o 2.1La influencia de la Ilustración y el socialismo utópico
o 2.2Los debates entre los socialistas clásicos
o 2.3El socialismo en el siglo XX
o 2.4El socialismo del siglo XXI
 3Véase también
o 3.1Conceptos relacionados
o 3.2Socialismo marxista
o 3.3Socialismo no marxista
 4Referencias
 5Bibliografía
 6Enlaces externos

Concepto[editar]
Origen de la palabra socialismo[editar]
Al parecer la palabra socialismo fue empleada por primera vez por el monje Ferdinando
Facchinei en 1766 para referirse a la doctrina de los que defendían el contrato social como el
fundamento de la organización de las sociedades humanas. Veinte años más tarde, otro autor
italiano, Appiano Buonafede, volvió a utilizarla. Sin embargo, la palabra socialismo, en el
sentido moderno del término, no aparece hasta 1830 en Gran Bretaña y en Francia, casi
simultáneamente, para designar las ideas de los seguidores de Robert Owen y de Henri de
Saint-Simon. El primer uso preciso del neologismo se suele atribuir
al sansimoniano francés Pierre Leroux quien en el número de octubre-diciembre de 1833 de
la Revue encyclopédique publicó un artículo titulado Del individualismo y del socialismo,
aunque en él criticaba ambas doctrinas por considerarlas el resultado de la exageración de la
idea de libertad, la primera, y de la idea de asociación, la segunda.13 Sin embargo, en una
nota añadida a la reimpresión del artículo años más tarde escribió:14
Desde hace algunos años, nos hemos acostumbrado a llamar socialistas a todos los pensadores que se
ocupan de reformas sociales, a todos los que critican y reprueban el individualismo… y en este aspecto
yo mismo, que siempre he combatido el socialismo absoluto, soy designado hoy como socialista. […]
Soy socialista sin duda, si se quiere entender por socialista la doctrina que no sacrifica ninguno de los
términos de la fórmula Libertad, Fraternidad, Igualdad, Unidad, sino que todos los aúna.

Entre agosto de 1836 y abril 1838 Louis Reybaud publicaba en la Revue des deux
mondes tres estudios bajo el título de Socialistas modernos dedicados a Saint-Simon,
a Charles Fourier y a Robert Owen, y en los que confirmaba que el término socialismo, en su
sentido moderno, había surgido hacia 1830.14
Como ha destacado Jean-Paul Thomas, toda «palabra nueva, responde a realidades nuevas.
Las doctrinas sociales no surgen casualmente a principios del siglo XIX. Tienen como origen
inmediato la revolución industrial y la miseria que le acompaña… Contraponen a la búsqueda
egoísta del provecho la visión de una comunidad de productores ligados unos a otros por una
solidaridad fraternal». Según este autor las raíces del socialismo hay que buscarlas en las
propuestas igualitarias de los grupos «radicales» de la Revolución Francesa, como la
del enragé Jacques Roux que escribió en 1793, denunciando los acaparamientos de los
bienes de subsistencia: «los productos de la tierra, como los elementos, pertenecen a todos
los hombres. El comercio y el derecho de propiedad no pueden consistir en hacer morir de
miseria y de inacción a nuestros semejantes».14
Socialismo y comunismo[editar]
Unos diez años después de la aparición de los términos «socialismo» y «socialista» surgieron
en Francia las palabras «comunismo» y «comunista» y su uso se difundió
rápidamente. Étienne Cabet y el neobabuvista Jean-Jacques Pillot las emplearon de inmediato
y el adjetivo «comunista» fue usado para referirse a un banquete organizado por Pillot
celebrado el 1 de julio de 1840 en las afueras de París en el que participaron más de mil
comensales, en su mayoría obreros, y en el que se defendió la necesidad de aplicar reformas
que no fueran meramente políticas para alcanzar una «igualdad real».15 En junio de 1843 el
poeta alemán Heinrich Heine, quien desde hacía más de diez años vivía en París, advirtió de
su crecimiento: «Los comunistas son en Francia el único partido que merece atención».16
Desde Francia los términos «comunismo» y «comunista» se difundieron por los Estados
alemanes y por Suiza, gracias al libro de Lorenz von Stein publicado en 1842 en Leipzigcon el
título El socialismo y el comunismo en la Francia de hoy (Der Sozialismus und Communismus
des heutigen Frankreichs) —Wilhelm Weitling, August Becker y otros los utilizaron
enseguida—, y también por Gran Bretaña a través de otros canales. Así el término
«comunismo» fue sustituyendo progresivamente al originario de «socialismo» o al menos se
confundió con él.17
Según Jean Bruhat, en la década de 1840 «comunista» y «socialista» no eran términos
completamente equivalentes ya que los comunistas se distinguían por unas ideas que en ellos
estaban más claramente afirmadas que en los socialistas, como la realidad de la lucha de
clases de la que se derivaba la necesidad de la revolución —la conquista del Estado— para
alcanzar la nueva sociedad, pues para cambiar al hombre había que cambiar el régimen
económico y social en el que vivía, como lo advirtió el neobabuvista Théodore Dézamy cuando
criticaba a los que creían «que para modelar al hombre a su gusto bastaría proponérselo de
un modo testarudo y enérgico».18 Estas diferencias fueron las que motivaron que Karl
Marx y Friedrich Engels adoptaran el término «comunista» y no el de «socialista» para llamar
a la Liga que fundaron en 1847 y al manifiesto de la misma hecho público al año siguiente.
Engels explicó en 1890 que en aquellos años «la parte de los obreros que, convencida de la
insuficiencia de las revoluciones meramente políticas, exigía una transformación radical de la
sociedad, se llamaba entonces comunista» mientras que la mayoría de los que se hacían
llamar «socialistas» «se hallaban fuera del movimiento obrero y buscaban apoyo más bien en
las clases "instruidas"», «y como nosotros ya en aquel tiempo sosteníamos muy
decididamente el criterio de que "la emancipación de la clase obrera debe ser obra de la clase
obrera misma", no pudimos vacilar un instante sobre cuál de las dos denominaciones procedía
elegir».19
Después de 1848, los términos «socialismo» y «comunismo» se afirmaron y se superpusieron,
identificándose en unos períodos y diferenciándose en otros, y también se utilizaron para
caracterizar etapas de desarrollo histórico distintas.20 El sociólogo francés Émile
Durkheim afirmó que en el «comunismo», a diferencia del «socialismo», la contribución a la
producción común era libre y no planificada mientras que el consumo se vivía en común.21
Poco después Lenin en El Estado y la revolución (1917) utilizó la palabra «socialismo» para
referirse a la primera etapa en la consecución de la sociedad sin clases o «comunismo»,
caracterizada por la organización colectiva de la producción y la distribución en tanto
que el consumo seguiría siendo particular.22
Según el marxismo, en un sistema socialista, al establecerse la propiedad social (colectiva) de
los medios de producción, desaparece cualquier forma de propiedad privada de los bienes de
capital y con esta el capitalismo como forma de apropiación del trabajo asalariado, una forma
de explotación por vía económica. Por lo tanto el socialismo constituye el primer paso para la
extinción de las clases sociales (o comunismo) dando así por superada la lucha de
clases como motor del progreso histórico.23
Socialismo como movimiento político[editar]
Por extensión se define como socialista a toda doctrina o movimiento que aboga por su
implantación. Frecuentemente existen diferentes movimientos políticos que adoptan el título
de Socialismo: desde aquella fecha existen ideas de búsqueda del bien común e igualdad
social, hasta los proyectos reformistas de construcción progresiva de un Estado socialistaen
términos marxistas, o las variantes pre y post-marxistas de socialismo (sean obreristas o
nacionalistas), o al intervencionismo, conceptos de socialismo o de sus métodos que pueden
variar drásticamente según varíen los interlocutores políticos y que algunas veces se
distancian en mayor o menor medida de su etimología: estatistas, nacionalistas,
marxistas, cooperativistas, corporativistas gremiales clásicos, corporativistas de Estado
o fascistas, socialistas de renta, socialistas de
mercado, mutualistas, socialdemócratasmodernos, etc.
El socialismo continúa siendo un término de fuerte impacto político, que permanece vinculado
con el establecimiento de un orden socioeconómico construido por, para, o en función de, una
clase trabajadora organizada originariamente sin un orden económico propio, y para el cual
debe crearse uno público (por vía del Estado o no), ya sea mediante revolución o evolución
social o mediante reformas institucionales, con el propósito de construir una sociedad sin
clases estratificadas o subordinadas unas a otras; idea esta última que no era originaria del
ideario socialista sino del comunista y cuya asociación es deudora del marxismo-leninismo. La
radicalidad del pensamiento socialista no se refiere tanto a los métodos para lograrlo sino más
bien a los principios que se persiguen.
Existen diferencias entre los grupos socialistas, aunque casi todos están de acuerdo en que
están unidos por una historia en común que tiene sus raíces en el siglo XIX, en las luchas de
los trabajadores siguiendo los principios de solidaridad y vocación a una sociedad igualitaria,
con una economía que pueda, desde su punto de vista, servir a la totalidad de la población en
vez de a unos pocos.
Por otro lado el significado de facto del socialismo ha ido cambiando con el transcurso del
tiempo. Así en el marxismo-leninismo el socialismo es considerado como la fase previa
al comunismo, mientras que en la socialdemocracia con el término de socialismo se alude a la
redistribución de la riqueza mediante la aplicación de un sistema fiscal progresivo.

Historia[editar]
La influencia de la Ilustración y el socialismo utópico [editar]
Inglaterra fue una de las dos cunas del socialismo «utópico». Existieron dos causas
importantes que dan al socialismo utópico inglés su carácter peculiar: la revolución industrial,
con su cortejo de miserias para el desarrollo del Proletariado británico, y el desarrollo de una
nueva rama de la ciencia: la economía política, concepto asociado a la búsqueda de dominio
titular de las ciencias políticas.
En Francia tuvo un carácter más filosófico que en Inglaterra. Su primer representante fue el
conde Henri de Saint-Simon, considerado por Engels el creador de la idea en estado
embrionario que sería utilizada por todos los socialistas posteriores.24 Propuso la Federación
de Estados Europeos, como instrumento político para controlar el comienzo y desarrollo de
guerras. Al mismo tiempo Charles Fourier, concibió los falansterios (comunidades humanas
regidas por normas de libre albedrío e ideologías económicas socializadas).
Los debates entre los socialistas clásicos[editar]
Mijaíl Bakunin, ideólogo político, defensor de la independencia individual y colectiva.

Poco después aparece la teoría comunista marxista que desde una teoría crítica
del comunismo, desarrolla una propuesta política: el «socialismo científico». Karl Marx postula
en una de sus obras la diferenciación entre «valor de mercado» y «valor de cambio» de una
mercancía y la definición de plusvalía, siendo estas sus mayores contribuciones a la economía
política; no obstante, los economistas modernos no utilizan estos conceptos del mismo modo
que lo hacen los seguidores de la escuela marxista del pensamiento económico,
argumentando que la teoría expuesta por Marx no contempla la interacción total de la ciencia
económica y se ve parcializada por el comunismo. Entre los socialistas hubo una muy pronta
división entre marxistas y anarquistas los cuales eran la esencia más cercana a la ideología
marxista. El marxismo como teoría recibió muchas críticas, algunas de ellas constituirán
durante muchas décadas la base ideológica de la mayoría de partidos socialistas. Más tarde, a
raíz de la Revolución rusa y de la interpretación que le dio Lenin, el leninismo se convertiría en
foco de admiración de los partidos comunistas, agrupados bajo la III Internacional.
La teoría marxista se construye conjuntamente con el anarquismo. El anarquismo se podría
inscribir dentro de los conceptos tempranos del socialismo, que como ideal busca que las
personas decidan sobre sus vidas libre e independientemente; la abolición del Estado y de
toda autoridad; exaltando al individuo.
La meta del socialismo es construir una sociedad basada en la igualdad,
la equidad económica, la iniciativa personal, la cooperación moral de un individuo, eliminando
las compensaciones estratificadas por esfuerzo, promoviendo estructuras políticas y
económicas de distribución como por ejemplo el seguro social.
Friedrich Engels, filósofo socialista alemán.

El socialismo en el siglo XX[editar]


El socialismo alcanzó su apogeo político a finales del siglo XX en el bloque comunista de
Europa, la Unión Soviética, estados comunistas de Asia y del Caribe.
Durante la segunda mitad del siglo XX fue de gran importancia para el llamado bloque
socialista (conjunto de los países controlados por la Unión Soviética tras la contraofensiva en
el frente oriental durante la Segunda Guerra Mundial), donde la URSS impuso sistemas de
gobierno socialistas dependientes.
Tras la Segunda Guerra Mundial, la tensión militar-ideológica entre el bloque socialista,
encabezado por la Unión Soviética, y el capitalista, encabezado por Estados Unidos,
desembocó en un enfrentamiento político que se conocería como Guerra Fría. Se conoció de
ella extraoficialmente y fue la competencia por la superioridad en todos los aspectos y lograr
así el dominio completo (pero no directo) de la mayor cantidad de países. Culminó con la
disolución política de la URSS, tras una crisis agravada por su situación económica y política y
fuertes presiones externas, acompañada de una pronunciada crisis en los demás estados
socialistas, principalmente los europeos.
El socialismo del siglo XXI[editar]
Artículo principal: Socialismo del Siglo XXI

El socialismo del siglo XXI es un concepto que aparece en la escena mundial en 1996, a
través de Heinz Dieterich Steffan.25 El término adquirió difusión mundial desde que fue
mencionado en un discurso por el entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez, el 30 de
enero de 2005, desde el V Foro Social Mundial.
En el marco de la Revolución Bolivariana, Chávez señaló que para llegar a este socialismo
habrá una etapa de transición que denomina como Democracia Revolucionaria. Hugo Chávez
expresó “Hemos asumido el compromiso de dirigir la Revolución Bolivariana hacia el
socialismo y contribuir a la senda del socialismo, un socialismo del siglo XXI que se basa en la
solidaridad, en la fraternidad, en el amor, en la libertad y en la igualdad” en un discurso a
mediados de 2006. Además, este socialismo no está predefinido. Más bien, dijo
Chávez “debemos transformar el modo del capital y avanzar hacia un nuevo socialismo que se
debe construir cada día”.2627
Capitalismo vs. Socialismo

Una vez más, las contradicciones, los defectos y los puntos débiles del capitalismo
amenazan su propia existencia. Dos derrumbamientos a gran escala: el primero en la
década de 1930 y el segundo más reciente, desde 2008, además de recesiones
periódicas cada cierto número de años, han acentuado la inestabilidad que agobia al
sistema. Asimismo, una desigualdad que se agudiza ha llevado a poblaciones cada
vez más grandes a criticar el capitalismo. Las charlas sobre reforma y revolución han
plagado las agendas políticas. Por todas partes ha regresado el debate sobre
"capitalismo vs. socialismo". Sin embargo, este es un debate reformado por las
lecciones aprendidas de la Unión Soviética y otras experiencias y experimentos
similares. En lugar de dos, el debate ahora muestra tres sistemas alternativos clave:
capitalismo privado, capitalismo de estado y socialismo. Y eso lo cambia todo.

Durante los siglos XIX y XX, creíamos haber estado atrapados en una lucha entre
capitalismo y socialismo, los dos sistemas económicos alternativos que se
diferenciaban en cómo las personas se relacionan con el estado. Empresas privadas
frente a empresas públicas, libres mercados frente a planificación central: estas fueron
las oposiciones del individuo contra el estado que hicieron época y que,
especialmente en economía, tomaron la forma de "capitalismo vs. socialismo". Pero
ahora sabemos que el debate de "privado vs. público" no se puede igualar a la
consideración real de "capitalismo vs. socialismo". Hemos aprendido que el
capitalismo muestra tanto formas privadas como públicas y el socialismo difiere de
ambas formas. El capitalismo, como explicaremos más adelante, es un sistema de
producción estructurado por sus relaciones de empleador y empleado como personas
o grupos diferentes, independientemente de que el empleador sea público o privado.
Por su parte, la estructura muy diferente del socialismo presenta al empleador y al
empleado como la misma persona.

El reexamen de los sistemas económicos anteriores que coexistieron con los aparatos
estatales indica que estos incluían tanto a empresas privadas como públicas. En
muchos ejemplos de sistemas económicos esclavistas, existían los amos privados
junto a los amos públicos. Es decir, individuos privados o grupos de ciudadanos eran
dueños de esclavos, pero también lo eran los organismos estatales locales, regionales
o nacionales. Asimismo, en muchos ejemplos de feudalismo encontramos a individuos
que eran señores feudales con siervos, así como, por ejemplo, reyes u otros
organismos estatales que también eran señores con siervos.

En las sociedades donde prevalecía la esclavitud, a veces había luchas entre


empresas esclavistas privadas y estatales. Cuando prevalecía el feudalismo, existían
también luchas comparables entre empresas feudales privadas y estatales. A veces
tales luchas llegaban a convertirse en grandes oposiciones entre el sector privado y el
público, el individuo contra el estado y los ciudadanos contra los gobiernos, etc. pero
esas luchas y oposiciones normalmente tenían lugar dentro de un único sistema: la
esclavitud o el feudalismo.

La historia del capitalismo es diferente. Las empresas privadas (poseídas y operadas


por individuos o grupos privados que no ocupan ningún puesto en ningún aparato
estatal) frecuentemente han coexistido con empresas públicas o estatales. Estas
últimas son propiedad del estado y son operadas por funcionarios estatales. Tanto en
empresas capitalistas privadas como públicas, la relación común básica es entre el
empleador y el empleado. Esto se corresponde con la relación común (amo - esclavo)
compartida entre las empresas esclavistas privadas y públicas y la relación común
(señor feudal - siervo) compartida entre las empresas feudales privadas y públicas.

En la esclavitud, el feudalismo y el capitalismo, las proporciones de empresas


privadas y estatales podían variar, y variaban. Las empresas públicas a veces
constituían una parte pequeña y marginal de la economía total de una región o un
país. Estas también podían estar ausentes, o, por el contrario, podían ser el principal
o incluso el único tipo de empresa existente. Dependiendo de la forma prevaleciente,
las economías podían describirse como esclavistas privadas o estatales, feudales
privadas o estatales o capitalistas privadas o estatales.

Lo que empañó estos paralelos durante el último siglo y medio fue la confusión entre
el capitalismo privado y el estatal por un lado y entre el capitalismo y el socialismo por
el otro. La mayoría de las personas describía la oposición dominante como
capitalismo contra socialismo, pero su definición de socialismo era la de capitalismo
de estado. Veían al capitalismo como una economía basada en empresas capitalistas
privadas (o "libres" empresas), y a los mercados como organizaciones para la
distribución de los recursos y productos de las empresas. Veían al socialismo como
una economía de empresas públicas (o empresas "estatales"), y a la planificación
central como la organización para la distribución de los recursos y productos. En
efecto, confundían al socialismo con el capitalismo de estado.

Estas confusiones de términos y significados probablemente surgieron porque los


socialistas de los siglos XIX y XX enfocaron sus estrategias en la captura del estado
(ya sea a través de la revolución o de la política parlamentaria). Ellos planificaron
utilizar al estado como medio para transformar el capitalismo en socialismo. El
capitalismo de estado serviría como un tipo de estación de paso donde prevalecerían
las empresas capitalistas estatales y la planificación central (ocupadas por las
"cúspides dominantes") sobre las empresas y los mercados capitalistas. Tal economía
posteriormente se transformaría en socialismo, presuntamente por los socialistas que
habían capturado el poder estatal. A menudo los socialistas eran imprecisos al definir
el objetivo supremo del socialismo, especialmente cuando lo comparaban a su claro
enfoque y estrategias políticas para conquistar el poder del estado y establecer el
capitalismo de estado.
La mayoría de los socialistas dejó gradualmente de ver al estado como un simple
medio de lograr nuevas transformaciones, y al capitalismo de estado como una
estación de paso para alcanzarlas. En su lugar, el capitalismo de estado, operado por
un aparato estatal controlado por personas que se identificaban como socialistas, se
llegó a ver como la transformación del capitalismo en socialismo. La conversión de
empresas capitalistas privadas a estatales y la subordinación de los mercados a la
planificación central llegaron a definir el logro del "socialismo". Se confundieron dos
transiciones secuenciales (la primera de capitalismo privado a estatal y la segunda de
capitalismo estatal a socialismo) en una sola.

La llamada competencia entre el capitalismo y el socialismo que tuvo lugar el pasado


siglo, fue en realidad una competencia entre capitalismo privado y de estado. Los
EE.UU. favorecieron fundamentalmente el capitalismo privado. Sus empresas eran
principalmente privadas con instancias significativas de empresas capitalistas
estatales; también tenían un amplio sistema de distribución de mercado con instancias
significativas de distribuciones planificadas. Por su parte, la Unión Soviética era
principalmente un capitalismo de estado. Sus empresas eran fundamentalmente
estatales y su distribución se planificaba a nivel central con instancias significativas de
empresas capitalistas privadas y distribuciones de mercado. Sin embargo, la mayoría
de los defensores y críticos describían a la Unión Soviética como "socialista".

Desde el punto de vista histórico, la revolución de 1917 logró una transición del
capitalismo ruso privado al capitalismo de estado soviético, mientras que la implosión
de 1989 logró precisamente la transición inversa. En el modo dialéctico correcto, las
oscilaciones entre capitalismo privado y de estado nos permite aclarar que el
socialismo se encuentra más allá de ambas formas capitalistas.

La alternativa socialista a ambas formas de capitalismo privado y de estado es el fin y


el reemplazo del capitalismo como organización de producción empleador-empleado.
El reemplazo de las empresas privadas por empresas estatales y de los mercados por
la planificación son cambios que en esencia dejan intacta la organización de
producción empleador-empleado, lo cual caracteriza distintivamente al capitalismo. La
relación de producción empleador-empleado diferencia al capitalismo de la esclavitud
(relación de producción amo-esclavo), así como del feudalismo (relación de
producción señor feudal-siervo). Por último, la relación empleador-empleado
diferencia al capitalismo (tanto en su forma privada como estatal) del socialismo,
donde las oposiciones dualistas de amo-esclavo, señor feudal-siervo y empleador-
empleado desaparecen por completo. En el socialismo (si regresamos a la concepción
original como alternativa básica al capitalismo), los obreros/empleados constituyen su
propio empleador colectivo.

Las cooperativas de obreros (que podrían llamarse más precisamente empresas


autodirigidas por obreros) son el núcleo o la definición fundamental de una
organización socialista de la producción que representa una alternativa sistémica al
capitalismo. En empresas autodirigidas por obreros, ninguna dicotomía de los
participantes de la empresa enfrenta a unos con otros. Ninguna minoría (amos,
señores feudales o empleadores) dicta sobre una mayoría (esclavos, siervos o
empleados). Las empresas incluyen una comunidad de individuos que organizan
democráticamente todas las actividades de su propio trabajo. Así, el propio proceso
de producción resulta socializado. La socialización ya no se aplica únicamente a la
propiedad de los medios de producción y a la distribución de los recursos y productos,
como en el "socialismo" clásico. Las empresas autodirigidas por obreros son
democráticas, por lo que constituyen una base para la democratización de la
economía y la sociedad que jamás el capitalismo (ya se privado o de estado) pudo
lograr.

Marx, en su enfoque analítico de la explotación: cómo la plusvalía es extraída de los


productores (esclavos, siervos y proletarios) por los explotadores (amos, señores
feudales y capitalistas), apunta a un socialismo que niega cualquier forma de
explotación. En contraste, en las empresas capitalistas de estado cambian los
explotadores y las condiciones de esa explotación, Los capitalismos de estado y
privado pueden ser y han sido muy diferentes en sus consecuencias sociales,
complejidades políticas, etc. Las luchas entre ellos han tenido un significado histórico
trascendental. Pero ellas no finalizaron la explotación de los obreros ni establecieron
una economía socialista que acabara con la explotación.

Para que las luchas entre el capitalismo de estado y el privado se convirtieran en


medios para o hacia la transición al socialismo, es necesario dilucidar sus límites. La
emergencia del socialismo del siglo XXI, enfocado en un sistema que va más allá del
capitalismo de estado, representa tanto un retorno a las ideas básicas de Marx como
un aprendizaje de los éxitos y fracasos de lo que el siglo XX llamó socialismo. Este
tipo de socialismo será más fuerte y desarrollado y confrontará a un capitalismo cuyas
contradicciones internas, defectos y puntos débiles son ahora más evidentes que
nunca.
Liberalismo
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Para otros usos de este término, véase Liberalismo (desambiguación).
Ver también: Anexo: Teóricos del liberalismo.

Figuras alegóricas del Monumento a la Constitución de 1812 en Cádiz.

El Agreement of the People (1647) fue un manifiesto por un cambio político,propuesto por
los Niveladores durante la Revolución inglesa. Se llamó a la libertad de culto, celebración frecuente
del parlamento y la igualdad ante la ley.
John Locke fue el primero en desarrollar una filosofía liberal, creó el derecho a la propiedad privada y
el consentimiento de los gobernados.

El liberalismo es una doctrina política que defiende la libertad individual, preconiza el Estado
limitado (restringe la intervención del Estado en la vida social, económica y cultural), promueve
la iniciativa privada, como medio para el crecimiento económico.

Índice

 1Definición
 2Características
 3Liberalismo social y económico
 4La disolución del gobierno y el derecho a la resistencia: Locke, Kant y Rawls
 5Teorías del óptimo social: Liberalismo benthamiano y paretiano
 6Principales corrientes liberales y derivadas de éstas
 7Véase también
o 7.1Principales obras
 8Referencias
 9Bibliografía
 10Enlaces externos

Definición[editar]
El liberalismo se identifica como una actitud que proponga la libertad y la tolerancia en las
relaciones humanas, fundamentada en el libre albedrío y en el principio de no
agresión (vid. Escuela de Salamanca). Promueve, en suma, las libertades
civiles y económicas y se opone al absolutismo, al despotismo ilustrado y al conservadurismo.
Constituye la corriente en la que se fundamentan tanto el Estado de derecho como
la democracia representativa y la división de poderes.
Desde sus primeras formulaciones, el pensamiento político liberal se ha fundamentado sobre
tres grandes ideas:1
1. Los seres humanos son racionales y poseen derechos individuales inviolables, entre
ellos, el derecho a configurar la propia vida en la esfera privada con plena libertad, y
los derechos a la propiedad y la felicidad. Esto se basa en los tres derechos
naturales de John Locke: vida, libertad y propiedad privada.
2. El gobierno y, por tanto, la autoridad política deben resultar del consentimiento de las
personas libres, debiendo regular la vida pública sin interferir en la esfera privada de
los ciudadanos.
3. El Estado de derecho obliga a gobernantes y gobernados a respetar las reglas,
impidiendo el ejercicio arbitrario del poder.
El liberalismo fue un movimiento de amplia proyección (económica, política y filosófica) que
defendía como idea esencial el desarrollo de la libertad personal individual como forma de
conseguir el progreso de la sociedad.
Aboga principalmente por:[cita requerida]

 El desarrollo de los derechos individuales y, a partir de éstos, el progreso de la sociedad.


 El establecimiento de un Estado de derecho, donde todas las personas sean iguales ante
la ley (igualdad formal), sin privilegios ni distinciones, en acatamiento de un mismo marco
mínimo de leyes que resguarden las libertades y el bienestar de las personas.
El liberalismo está inspirado en parte en la organización de un Estado de derecho con poderes
limitados —que idealmente tendría que reducir las funciones del gobierno a seguridad, justicia
y obras públicas— y sometido a una constitución, lo que permitió el surgimiento de
la democracia liberal durante el siglo XVIII, todavía vigente hoy en muchas naciones actuales,
especialmente en las de Occidente.
El liberalismo europeo del siglo XX ha hecho mucho hincapié en la libertad económica,
abogando por la reducción de las regulaciones económicas públicas y la no intervención del
Estado en la economía. Este aspecto del liberalismo ya estuvo presente en algunas corrientes
liberales del siglo XIX opuestas al absolutismo y abogó por el fomento de la economía de
mercado y el ascenso progresivo del capitalismo. Durante la segunda mitad del siglo XX, la
mayor parte de las corrientes liberales europeas estuvieron asociadas a la comúnmente
conocida como derecha política.
Debe tenerse en cuenta que el liberalismo es diverso y existen diferentes corrientes dentro de
los movimientos políticos que se autocalifican como "liberales"

Características[editar]
Sus características principales son :

 La libertad como un derecho inviolable que se refiere a diversos aspectos:2libertad de


pensamiento, de culto, de expresión, de asociación, de prensa, etc., cuyo único límite
consiste en no afectar la libertad y el derecho de los demás, y que debe constituir una
garantía frente a la intromisión del gobierno en la vida de los individuos.
 El principio de igualdad ante la ley, referida a los campos jurídico y político. Es decir, para
el liberalismo todos los ciudadanos son iguales ante la ley y ante el Estado.
 El derecho a la propiedad privada como fuente de desarrollo e iniciativa individual, y como
derecho inalterable que debe ser salvaguardado y protegido por la ley.
 El establecimiento de códigos civiles, constituciones e instituciones basadas en la división
de poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), y en la discusión y solución de los problemas
por medio de asambleas y parlamentos.
 La libertad de cultos y la separación del Estado y la iglesia en un Estado laico.
 La no politización de los cargos de gobierno, y demás elementos públicos, como
la educación (tanto la escolar como la universitaria), la salud y la justicia.

Liberalismo social y económico[editar]


Artículos principales: Liberalismo social y Liberalismo económico.

Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga en 1831, quienes intentaron sin
éxito acabar con la política absolutista de Fernando VII. Óleo de Antonio Gisbert Pérez (1834-1901).

El liberalismo normalmente incluye dos aspectos interrelacionados: el social y el económico.


El liberalismo social es la aplicación de los principios liberales en la vida política de los
individuos, como por ejemplo la no intromisión del Estado o de los colectivos en la conducta
privada de los ciudadanos y en sus relaciones sociales, existiendo plena libertad de expresión
y religiosa, así como los diferentes tipos de relaciones sociales consentidas ya sean de
carácter amistoso, amoroso o sexual, así como en aspectos de moralidad.
Esta negativa permitiría (siempre y cuando sea sometida a aprobación por elección popular
usando figuras como referendos o consultas públicas, ya que dentro del liberalismo siempre
prevalece el Estado de derecho y éste en un Estado democrático se lleva a su máxima
expresión con la figura del sufragio) la libertad de paso, la no regulación del matrimonio por
parte del Estado (es decir, éste se reduciría a un contrato privado como otro cualquiera), la
liberalización de la enseñanza, etc. Por supuesto, en el liberalismo hay multitud de corrientes
que defienden con mayor o menor intensidad diferentes propuestas.
El liberalismo económico es la aplicación de los principios liberales en el desarrollo material de
los individuos, como por ejemplo la no intromisión del Estado en las relaciones mercantiles
entre los ciudadanos, impulsando la reducción de impuestos a su mínima expresión y
reducción de la regulación sobre comercio, producción, etc. Según la ideología liberal, la no
intervención del Estado asegura la igualdad de condiciones de todos los individuos, lo que
permite que se establezca un marco de competencia, sin restricciones ni manipulaciones de
diversos tipos. Esto significa neutralizar cualquier tipo de beneficencia pública, como aranceles
y subsidios.

La disolución del gobierno y el derecho a la resistencia: Locke,


Kant y Rawls[editar]
Para Locke3 la sociedad es una creación humana, es decir por consentimiento, debido a ello
puede elegir a quien(es) gobierne(n). Sin embargo, como los miembros de la sociedad o dicho
de otro modo, los miembros del cuerpo político decidieron a quien elegir, por cuanto tiempo y
bajo qué condiciones, si quienes gobiernan contravienen los principios del gobierno y los
derechos del pueblo, el poder debe regresar a sus manos originarias.
El pueblo no está obligado a obedecer cuando se infringen las normas “Locke se refiere en
todo momento a la pérdida de autoridad, a la ilegalidad como condición de posibilidad de la
disolución del gobierno, ante la cual se habilita la resistencia en forma legítima"4 la pregunta
es ¿podrá el pueblo sublevarse por cualquier cuestión que considere importante? La
respuesta es NO, “Locke insiste en que el pueblo no se subleva por nimiedades, y es capaz
de tolerar un gran número de injusticias. Sólo cuando las violaciones a la ley o a los fines de la
sociedad se perpetúan en el tiempo los pueblos se resisten".4
Otro pensador clásico liberal fue Immanuel Kant, quien también estudia la conformación de la
sociedad, la libertad y la sujeción al gobierno. Para Kant la libertad está directamente
relacionada con el derecho del individuo de obedecer solo aquellas leyes en las que vea
reflejada su propia voluntad legisladora.5 Hasta este punto parece estar de acuerdo con
Locke, pero si bien el pueblo es una suma de voluntades que pactan para una mejor forma de
vida, «las ideas de voluntad general y de contrato no implican, en este marco, el
reconocimiento de derechos inalienables del pueblo, sino que son asumidas, en todo caso,
como criterios que permiten al legislador dictar leyes tales que hubiesen podido ser aceptadas
por la voluntad unida de todo un pueblo».5
Si bien el pueblo tiene derechos, estos se pueden y deben enajenar en el momento que se
conforma un gobierno, mismo que se vuelve su representante que puede diseñar y ejecutar
leyes pensando en el bienestar del mismo. De ahí que «Para que una ley sea considerada
legítima (y pueda reclamar el consentimiento de aquellos que se someten a ella), no es
preciso que sea el pueblo reunido en asamblea quien dicte tal ley, ni tampoco es necesario
que éste preste su consentimiento efectivo: si una ley es de tal índole que
resulte imposible que todo un pueblo pueda otorgarle su aprobación, entonces no es
legítima, pero con que sea solo posible que alguna vez el pueblo prestara su conformidad a
dicha ley establecida, entonces ésta puede ser considerada justa».5
Luego entonces, para poder contar con un gobierno justo quienes lo eligen, deben conocer las
cualidades y capacidades de sus elegidos, porque de acuerdo a Kant, una vez electos, no hay
marcha atrás. ¿Perdió algo el liberalismo? Así es, la posibilidad de desobediencia civil.
Ahora bien, ¿Es aplicable la desobediencia civil en tiempos contemporáneos? ¿Qué dicen los
nuevos abanderados del liberalismo?
Actualmente, la sociedad se encuentra inmersa en la injusticia, la pobreza y la desigualdad;
que se han extendido de una manera vertiginosa. De ahí que los estudiosos de las ciencias
sociales retomen al liberalismo como salida o resolución de un problema que se está
agravando. Ellos sostienen «que las situaciones de pobreza extrema y miseria existentes en
los países del mundo subdesarrollado constituyen un problema de justicia económica global».6
Una de las propuestas de John Rawls, máximo exponente del liberalismo actual, es la
implementación de políticas de asistencia social, pero de ninguna manera cambiar el sistema
económico.6
Según Rawls, los problemas sociales actuales nada tienen que ver que las estructuras
económicas internacionales, más bien son problemas locales, que los gobiernos internos han
sido incapaces de resolver.6
Contrario a la mayoría de los pensadores clásicos, que procuran explicar las condiciones
sociopolíticas de su tiempo, pensadores contemporáneos como Rawls buscan justificar el
sistema económico actual. Así pues, nos encontramos con dos posturas: una que defiende la
posición del pueblo y otro que defiende la posición del gobierno.

Teorías del óptimo social: Liberalismo benthamiano y


paretiano[editar]
Este artículo o sección necesita referencias que aparezcan en una publicación
acreditada.
Este aviso fue puesto el 8 de febrero de 2014.

Monumento a los liberales del siglo XIX situado en el barrio Agra del Orzán, La Coruña, España.

Una división menos famosa pero más rigurosa es la que distingue entre el liberalismo
predicado por Jeremías Bentham y Wilfredo Pareto propusieron otras dos concepciones para
el cálculo de un óptimo de satisfacción social.
En el cálculo económico se diferencian varias corrientes del liberalismo. En la clásica y
neoclásica se recurre con frecuencia a la teoría del homo œconomicus, un ser perfectamente
racional con tendencia a maximizar su satisfacción. Para simular este ser ficticio se ideó el
gráfico Edgeworth-Pareto, que permitía conocer la decisión que tomaría un individuo con un
sistema de preferencias dado (representado en curvas de indiferencia) y unas condiciones de
mercado dadas. Es decir, en un equilibrio determinado.
Sin embargo, existe una gran controversia cuando el modelo de satisfacción se ha de
trasladar a una determinada sociedad. Cuando se tiene que elaborar un gráfico de satisfacción
social, el modelo benthamiano y el paretiano chocan frontalmente.
Según Wilfredo Pareto, la satisfacción de que goza una persona es absolutamente
incomparable con la de otra. Para él, la satisfacciónes una magnitud ordinal y personal, lo que
supone que no se puede cuantificar ni relacionar con la de otros. Por lo tanto, sólo se puede
realizar una gráfica de satisfacción social con una distribución de la renta dada. No se podrían
comparar de ninguna manera distribuciones diferentes. Por el contrario, en el modelo de
Bentham los hombres son en esencia iguales, lo cual lleva a la comparabilidad de
satisfacciones y a la elaboración de una única gráfica de satisfacción social.
En el modelo paretiano, una sociedad alcanzaba la máxima satisfacción posible cuando ya no
se le podía dar nada a nadie sin quitarle algo a otro. Por lo tanto, no existía ninguna
distribución óptima de la renta. Un óptimo de satisfacción de una distribución absolutamente
desigual sería, a nivel social, tan válido como uno de la más absoluta igualdad (siempre que
estos se encontrasen dentro del criterio de óptimo paretiano).
No obstante, para igualitaristas como Bentham no valía cualquier distribución de la renta. El
que los humanos seamos en esencia iguales y la comparabilidad de las satisfacciones llevaba
necesariamente a un óptimo más afinado que el paretiano. Este nuevo óptimo, que es
necesariamente uno de los casos de óptimo paretiano, surge como conclusión lógica
necesaria de la ley de los rendimientos decrecientes.

Principales corrientes liberales y derivadas de éstas[editar]


El liberalismo, en origen, defiende la libertad individual y económica, siendo reacio a un
estado fuerte (antiestatismo) y a gravar con altos impuestos a los ciudadanos. Sin embargo, a
partir de esta doctrina, han surgido numerosas variantes. A continuación, se presentan las
principales, organizadas de menor a mayor regulación (desde aceptar cierto nivel de gobierno,
hasta no aceptarlo en absoluto, que ya se considera anarquismo más que liberalismo):
*Nota: se ha omitido en esta escala el neoliberalismo, puesto que su criterio distintivo no es
ideológico, sino cronológico (aunque hay divergencia de opiniones, la acepción más
generalizada es que es el mismo liberalismo tradicional, adaptado al tiempo actual).

 Socioliberalismo: defiende la compatibilidad de la libertad individual con el Estado y


el bienestar y desarrollo sociales. Para este movimiento, la función del Estado es
garantizar la igualdad de oportunidades evitando abusos y monopolios, y fomentando el
desarrollo personal y la libertad de todos los ciudadanos, pero en ningún caso
sustituyéndolos en la toma de decisiones.
 Libertarismo o liberalismo libertario (en ocasiones también llamado libertarianismo, por
adaptación del inglés libertarianism, no confundir con liberalism): los libertaristas
defienden el liberalismo puro, en contraposición al liberalismo del siglo XXI,
frecuentemente aliado político de partidos conservadores hasta el punto en que se han
llegado a considerar equivalentes en algunos países.78 Los libertarios defienden un
Estado mínimo y amplias libertades individuales, así como el capitalismo. No obstante,
puede admitir como una de las pocas funciones del Estado defender al individuo frente a
las prácticas monopolistas y acumulativas que pongan en riesgo su libertad.
 Minarquismo: este movimiento defiende el Estado mínimo, es decir, que un gobierno
mínimo es necesario para preservar la libertad, pero restringiéndose a sus funciones
"mínimas" de "vigilante" (principalmente, tribunales, policía, prisiones, y fuerzas de
defensa), sin intervenir en la economía, aceptando impuestos solo para casos muy
particulares.
 Anarquismo: defiende la abolición total del Estado (entendido como gobierno) y, por
extensión, de toda autoridad, jerarquía o control social que se imponga al individuo, por
considerarlas indeseables, innecesarias y nocivas. Puede clasificarse en varias corrientes,
aunque también existe el anarquismo sin adjetivos, que defiende que las
diferentes escuelas de pensamiento anarquistas pueden y deben convivir
simultáneamente.

1. Anarcocapitalismo (también denominado austroanarquismo o voluntarismo):


promueve la soberanía total del individuo siendo este poseedor de Derechos
naturalesinviolables a cualquier nivel. El anarcocapitalista rechaza la cualidad principal
de un Estado, su capacidad imperativa y coactiva. Además, no reconoce la validez del
Contrato Social desarrollado por Rousseau. Se relaciona a menudo con el anarquismo
individualista (que enfatiza la autonomía del individuo, sosteniendo que cada uno es
su propio dueño y solo interactuando con los otros a través de la asociación
voluntaria, frente a las formas organizadas del anarcosocialismo) y
el Mutualismo moderno. Se trata un sistema político-filosófico donde los agentes
individuales determinan libremente las estructuras económicas y sociales a las que se
suscriben. Un error común fuera de la academia, derivado de su denominación, es la
extendida creencia de que dicho sistema obliga a adoptar un rol laboral empresario-
trabajador o una estructura concreta. Los anarcocapitalistas no se oponen a ninguna
formulación política o forma de vida siempre que esta sea voluntaria y no impuesta
sobre los individuos (inclusive doctrinas totalitarias como el marxismo-leninismo). En
síntesis, no establece formas organizativas sino ausencia coactiva bajo el principio de
no agresión.
2. Anarcosocialismo: opuesto al capitalismo por considerar que la libertad de
empresa y de propiedad pueden ser un grave obstáculo a la libertad individual por la
aparición de monopolios; a diferencia del libertarismo (que corrige esto con el Estado
mínimo), el anarcosocialismo promueve una economía no capitalista, con un tejido
productivo cooperativista que impediría por sí mismo los monopolios y el
enriquecimiento desmedido. Responde al aforismo de Louis Blanc «De cada cual
según sus medios, a cada cual según sus necesidades». Por ello, sus principales
corrientes son: El anarcocomunismo, y sus principales modos organizativos
(Comunismo libertario y Colectivismo; bajo tesis de Piotr Kropotkin y Mijaíl Bakunin,
respectivamente) el mutualismo(economía de libre intercambio entre pequeñas
cooperativas de productores, formulado por Pierre-Joseph Proudhon) y
el anarcosindicalismo (organización social a través del movimiento obrero). Se debe
tener en cuenta el acuerdo consensuado en la Internacional Anarquista acontecida
en Carrara durante 1968. Dicho acuerdo establece que una vez alcanzada la acracia
cada unidad productiva determinará de forma libre y unilateral su estructura política.
Esto confiere al anarcosocialismo un marco operativo mucho más laxo y plural visto
desde una óptica liberal. Por otra parte, el mutualismo moderno (libre mercado
anticapitalista, véase Kevin Carson) adoptó la teoría subjetiva del valor, convergiendo
con el anarcocapitalismo. Los mutualistas modernos sostienen que la figura del
capitalista (poseedor de factor productivo capital) desaparece en una economía de
libre mercado total. La burguesía solo puede evitar la adquisición competitiva en el
mercado de factor capital por parte de los obreros mediante mecanismos estatales
(como la protección de la propiedad intelectual y las patentes o el adulteramiento de
los tipos de interés,; cuestiones que muchos liberales rechazan). Por esto último, no
es raro observar lazos entre estos y los minarquistas y/o anarcocapitalistas.

Neoliberalismo
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En el plano económico, se asocia a Milton Friedman (1ª imagen) y al Austríaco Friedrich von Hayek (2ª
imagen) como los principales exponentes de lo que se ha venido a llamar neoliberalismo, mientras que
en el plano político el presidente de Estados UnidosRonald Reagan, junto a la antigua primera ministra
británica Margaret Thatcher.

El neoliberalismo es el resurgimiento de las ideas asociadas al liberalismo clásico (laissez


faire)12 o primer liberalismo desde las décadas de 1970 y 1980,3 aunque existe información
que data la aparición del término desde la década de 1930, con el significado de un liberalismo
clásico reformado, y amigable con algún nivel limitado de intervencionismo.456 Actualmente, el
término neoliberalismo suele asociarse con políticas que implican apoyar una
amplia liberalización de la economía, el libre comercio en general, grandes reducciones
del gasto público y de impuestos, así como disminución de la intervención del Estado en la
sociedad y economía en favor del sector privado, conformado principalmente
por consumidores y empresarios; estos últimos, quienes podrían pasar a desempeñar roles
que en determinados países asume y financia el Estado con impuestos del contribuyente.78910

Índice

 1Historia del término


o 1.1Uso inicial
o 1.2Consolidación del término
o 1.3Otros usos
 2Orígenes
o 2.1Coloquio Walter Lippmann
o 2.2Posguerra
 3Políticas neoliberales
 4Críticas
o 4.1Neoliberalismo como proyecto de clase
o 4.2Abandono de la infraestructura
o 4.3Populismo neoliberal
 5Usos divergentes del término
o 5.1Uso liberal
o 5.2Usos históricos del término
o 5.3Usos actuales del término
 6Véase también
 7Referencias
o 7.1Notas
o 7.2Bibliografía

Historia del término[editar]


El uso y definición del término ha ido cambiando con el paso del tiempo y en la actualidad no
hay un criterio unificado para determinar qué es «neoliberalismo», por lo que generalmente se
lo utiliza como un término asociado a la derecha o ultraderecha y es empleado de manera
coloquial para englobar una gran diversidad de ideas muy dispares presentes dentro de los
espectros del liberalismo, conservadurismo, feudalismo o fascismo. 111213141516
Originalmente el neoliberalismo era una filosofía económica surgida entre los eruditos liberales
europeos en la década de 1930 que trataban de encontrar un «tercer camino» o un «camino
entre medias» de la disputa que en ese momento se libraba entre el liberalismo clásico y
la planificación económica propuesta por el socialismo.17 El impulso de desarrollar esta nueva
doctrina surgió del deseo de evitar nuevos fracasos económicos tras la Gran Depresión y el
hundimiento económico vivido en los primeros años de la década de 1930, fracasos atribuidos
en su mayoría al liberalismo clásico. En las décadas siguientes la teoría neoliberal tendió a
estar en contra de la doctrina laissez-faire del liberalismo, promoviendo una economía de
mercado tutelada por un Estado fuerte, modelo que llegó a ser conocido como la economía
social de mercado. Sin embargo, el neoliberalismo con algunas de las variantes por las que en
la actualidad se le reconoce tiene su origen en la llamada Sociedad Mont Pélerin formada
en Suiza a fines de la década de los 40 por iniciativa de economistas como Friedrich von
Hayek o Ludwing Von Mises. Allí se reunieron algunos de sus principales pensadores,
como Karl Popper o Henry Hazlitt. La Sociedad Mont Pelerin es una asociación
multidisciplinaria creada, en palabras de sus propios fundadores y seguidores, para preservar
los derechos humanos amenazados por la difusión de ideologías relativistas y afines a la
extensión del poder arbitrario.18 No obstante, en la práctica, la SMP estuvo conformada por
individuos con ideas muy divididas en cuanto a la libertad e intervencionismo como relató el
propio Milton Friedman respecto a Ludwig von Mises quien en el primer encuentro celebrado
por la Mont Pelerin Society, en el año 1947, en un punto del debate sobre la distribución del
ingreso y un sistema tributario progresivo Mises se levantó, se dirigió a los presentes, entre
quienes se encontraban Hayek, y proclamó «todos ustedes son un grupo de socialistas»; y
salió de la habitación.19 También se aprecia esta división de ideas en lo que recoge Jorg
Guido Hulsmann en su ensayo “Contra los neoliberales”20:
La coexistencia dentro de la Sociedad Mont Pèlerin de grupos con orientaciones tan distintas era conocida por sus miembros.
También era bastante evidente incluso para las incorporaciones. Un buen ejemplo fue Jean-Pierre Hamilius, un joven catedrático de
empresa y economía en Luxemburgo, a quien Mises conocía por correspondencia. [...] El joven catedrático de Luxemburgo estuvo
tomando notas y discutiendo ansiosamente los planes intervencionistas de diversos miembros que no eran todavía parte de “la vieja
guardia”. Así, John van Sickle proponía gravar a los herederos ricos, Wilhelm Röpke estaba a favor de subsidios a los propietarios
de viviendas y Otto Veit argumentaba que unos impuestos más duros no impedirían que los empresarios trabajaran. 21

En la década de 1960, el uso del término disminuyó en gran medida. Aunque se reintrodujo de
nuevo en la década de 1980, debido a las reformas económicas realizadas en Chiledurante
la dictadura de Augusto Pinochet quien, aunque inicialmente tuvo una mirada estatista, en
medio de la crisis con una inflación de aproximadamente 340% y escasez de productos decide
recibir economistas de la llamada Escuela de Chicago, quienes impulsarían y supervisarían
las reformas en el plano económico; luego se conocerían como los Chicago Boys.22 A partir de
aquí, el término empezó a adoptar connotaciones peyorativas y a ser empleado por los críticos
de estas reformas y, al tiempo que el neoliberalismo se comenzó a asociar con una
postura liberal moderada a una más radical que incluía la defensa a ultranza del laissez-faire.
Aunque los defensores de estas ideas, no así de la dictadura, alegan que la mayoría de
políticas económicas se conservaron en los subsiguientes gobiernos democráticos gracias al
aumento de bienestar y disminución de la pobreza resultante de esas reformas económicas, el
llamado Milagro de Chile23242526 Debido a las medidas económicas adoptadas por la dictadura
el término neoliberal es a menudo asociado a los trabajos de los
economistas liberales Friedrich Hayek y Milton Friedman, especialmente en el caso de este
último, aunque ellos eran críticos del neoliberalismo.13 También representa y se asocia al
conjunto de políticas económicas introducidas por Margaret Thatcher en el Reino
Unido y Ronald Reagan en los Estados Unidos.5 Una vez que se estableció el nuevo
significado del término entre los estudiosos de habla hispana, pronto empezó a ser habitual en
los estudios económicos y políticos de autores anglosajones. Sin embargo, el concepto
acuñado y usado en la actualidad sigue siendo objeto de rechazo entre los
autodenominados liberales contemporáneos, debido a lo ambiguo y/o confuso de su
definición, utilización y connotaciones negativas asociadas.2713
Para el otro sector de críticas, muchas de las medidas acusadas de neoliberales, entre las que
se incluyen la globalización, lejos de ser negativas han sido las que han empujado a los
países que se adherían a ellas un crecimiento medio 1,5 puntos superior al de aquellos otros
países que no lo hicieron. [cita requerida]Para estos grupos, en su mayoría liberales, ha quedado
demostrado que los países que más se adhirieron a lo que se conoce popularmente cómo
"neoliberalismo globalista" tienen menos pobreza extrema que los que no han adherido.
Afirman que los países que adoptan medidas de libre mercado reducen su pobreza y
su desigualdad. Para esto, aquellos defensores de muchas de las ideas, catalogadas
popularmente, de neoliberales se apoyan en la correlación existente entre los países con
mayor Libertad Económica y su tendencia a liderar el Índice de Desarrollo Humano, también
aclarando, que el crecimiento económico es una condición necesaria pero no suficiente para el
desarrollo humano.28293031323334
Uso inicial[editar]
El término «neoliberalismo» fue acuñado por el académico alemán Alexander
Rüstow en 1938, en un coloquio. Entonces se definió el concepto de neoliberalismo como «la
prioridad del sistema de precios, el libre emprendimiento, la libre empresa y un Estado fuerte e
imparcial». Para ser neoliberal es necesario requerir una política económica moderna con la
intervención del Estado. El intervencionismo estatal neoliberal trajo consigo un enfrentamiento
con los liberales clásicos laissez faire, como Ludwig von Mises o Friedrich Hayek. En los años
1960 el término dejó de usarse regularmente, para referirse a políticas defendidas por
economistas como Milton Friedman o Robert Lucas.
Consolidación del término[editar]
Durante la dictadura militar de Augusto Pinochet en Chile, los estudiosos opositores usaron el
término para describir un conjunto de reformas políticas y económicas efectuadas bajo
este gobierno, usando el término de forma peyorativa. El gobierno de Pinochet contó con la
asesoría directa de Milton Friedman y personas que habían estudiado con él en la Universidad
de Chicago, razón por la que se les denominó los Chicago boys. El término «neoliberalismo» y
la expresión Chicago boys acabaron difundiéndose entre los hispanohablantes. En las últimas
dos décadas el término no se define sino que se utiliza para describir una ideología o
una teoría económica y, además, es usado por los críticos de izquierda para condenar la
liberalización económica.
Según Boas y Gans-Morse, el término neoliberalismo es utilizado por la izquierda
peyorativamente para criticar las políticas de liberalización del sector privado tendentes a
aumentar su rol en la economía.[cita requerida] Hoy en día el uso del término se orienta a describir
las políticas económicas que «eliminan los controles de precios, desregulan
los mercados de capital y reducen las barreras al comercio», además de reducir la influencia
del Estado en la economía, especialmente mediante la privatización y la austeridad fiscal.
Otros usos[editar]
El movimiento anterior no debe confundirse con otro movimiento surgido en 1981 en EE. UU. y
que se denominó también neoliberal. Este otro movimiento nació como movimiento de
izquierda y se usaba el término neoliberal para describir su ideología. Los "neoliberales" de
este otro movimiento se unieron alrededor de dos publicaciones, The New Republic y
el Washington Monthly. El vocero de este neoliberalismo era el periodista Charles Peters, que
en 1983 publicaba el Manifiesto Neoliberal. Los dos políticos más influyentes de este
movimiento fueron Bill Clinton, 42º presidente del gobierno, y el exvicepresidente Al Gore.

Orígenes[editar]
Coloquio Walter Lippmann[editar]
En la década de los 30 el estado de ánimo general era antiliberal por la Gran Depresión. Para
unir fuerzas un grupo de 25 liberales organizaron el coloquio Walter Lippman, un encuentro
internacional que tuvo lugar en París en agosto de 1938. Entre estos liberales se
encontraban Louis Rougier, Walter Lippmann, Friedrich von Hayek, Ludwig von
Mises, Wilhelm Röpke y Alexander Rüstow. Rüstow, Lipmann y Rougier concluyeron que el
liberalismo laissez faire había fracasado y que el nuevo liberalismo debía tomar el relevo. No
obstante, Mises y Hayek no estaban convencidos de ello. Aun así, todos los participantes del
coloquio se unieron en su llamado para un nuevo proyecto liberal. Sobre la base de la
recomendación de Rüstow llamaron a este proyecto neoliberalismo.[cita requerida]
El planteamiento que emanó del coloquio estaba de acuerdo en alejarse de la idea de
una libertad sin restricciones propia del liberalismo clásico y orientar la economía de
mercadohacia una economía regentada por un estado fuerte. Fue, en definitiva, una forma de
formular una «tercera vía».
Durante el coloquio las diferencias entre los verdaderos liberales y los "liberales clásicos" se
hicieron patentes. Mientras que los verdaderos liberales exigían la intervención del
estado para corregir las estructuras del mercado indeseables, Mises siempre había insistido
en que el único papel legítimo del Estado era abolir las barreras para la entrada en el mercado
libre. También existían diferencias de opinión similares en otras cuestiones, como la política
social y las posibilidades de intervencionismo.
Posguerra[editar]
En teoría, el neoliberalismo suele defender algunos conceptos filosóficos del viejo liberalismo
clásico del siglo XIX, aunque sus alineamientos políticos y su implicación con ideas
posteriores, hace de él una doctrina diferente de dicho liberalismo clásico.35
Entre las cuestiones ampliamente promovidas por el neoliberalismo están la extensión de la
iniciativa privada a todas las áreas de la actividad económica o la limitación del papel del
Estado. Entre las ideas y los principios introducidos por el neoliberalismo y ausentes en el
liberalismo clásico, están el principio de subsidiariedad del Estado (desarrollado por
los ordoliberales alemanes, que habían puesto en marcha algunas de sus propuestas en el
denominado Milagro alemán de posguerra), [cita requerida]y en especial, el monetarismode
la Escuela de Chicago encabezada por Milton Friedman que, desde mediados de los años 50,
se convirtió en crítico opositor de las políticas de intervención económica que se adoptaban en
todo el mundo, junto con aportaciones del enfoque macroeconómico keynesiano.
A finales de los años 70, estas teorías ganaron amplia popularidad en el mundo académico y
político como alternativa al fracaso del keynesianismo en la gestión de la crisis de 1973. Las
ideas keynesianas sugerían una relación inversa entre inflación y desempleo, tal como sugiere
la curva de Phillips. Sin embargo Milton Friedman había señalado que esa relación no era
necesaria, como quedó demostrado por el fenómeno de la estanflación. El nuevo escenario
estanflacionario desafiaba los postulados keynesianos, en esas circunstancias, las ideas
monetaristas revivieron audiencia y credibilidad, como consecuencia se implementaron
nuevas medidas antikeynesianas como simultanear acciones antirrecesivas y
antiinflacionarias. La crítica de los monetaristas tenía tres vertientes:

1. Discutían el uso del aumento de la masa monetaria como instrumento para


crear demanda agregada, recomendando mantener fija dicha magnitud;
2. Desaconsejaban el uso de la política fiscal, especialmente el uso del constante déficit
presupuestario, poniendo en duda el multiplicador keynesiano; y[cita requerida]
3. Recomendaban una reducción en los gastos del Estado como única forma práctica de
incrementar la demanda agregada.
La mayor parte de los aportes teóricos fueron rápidamente aceptados poniendo fin a la
predominancia que el keynesianismo tenía en la mayoría de las escuelas de pensamiento
económico desde la década de 1930. Tanto Margaret Thatcher como la administración
de Ronald Reagan pusieron en práctica estas teorías con resultados desiguales[cita requerida]. En
el Reino Unido, se realizó una fuerte reducción en el tamaño del sector público que, si bien
tuvo consecuencias negativas en el corto plazo en el terreno social, reactivó la economía y dio
un gran dinamismo al sector productivo. En los Estados Unidos, similares medidas chocaron
con el aparato político y la vocación militarista del entorno de Reagan, por lo que solo se logró
crear un gran déficit fiscal (las iniciativas de reducción de impuestos prosperaron pero no las
de control del gasto social o del gasto militar, que eran las principales partidas del gasto
público).
Se aprecia en la dictadura militar de Augusto Pinochet en Chile, un modelo económico
monetarista con algunos rasgos keynesianos, siendo estos manejados por su equipo de
economistas, los "Chicago Boys". Estos serían vitales para la reestructuración económica
de Chile marcada por las crisis mundiales y la nacionalización del cobre realizada durante el
gobierno popular de Salvador Allende en el año 1971, siendo llamado este proceso el Milagro
de Chile.
De estas experiencias y de las dificultades para aplicar esas políticas a países en desarrollo,
surge una versión keynesiana con inclinación monetarista, que incorporaba la aversión
al déficit presupuestario y a la fabricación de dinero, pero no al concepto de intervención
pública en la economía (ejemplo Consenso de Washington, término acuñado en 1989 por el
economista John Williamson, para referirse al tipo de políticas fiscales y monetarias
recomendadas para los países en desarrollo por los organismos con sede en Washington,
léase Banco Mundial, FMI, y Tesoro estadounidense, entre otros).
Por ello se lo relaciona con la burocracia de los organismos públicos internacionales, debido a
que sus políticas son principalmente impulsadas desde el Banco Mundial, la Organización
Mundial del Comercio, y el Fondo Monetario Internacional (FMI), organismos que no dependen
de las Naciones Unidas y están por ello exentos del control directo de la comunidad
internacional de países y a los que en ocasiones se acusa de ejercer presión política y
extorsión. En la práctica, estas políticas toman como modelo de economía (salvo en lo
referente al proteccionismo) a la estadounidense (véase: sistema americano, capitalismo
democrático).36
El neoliberalismo, como política burocrática y macroeconómica (y no propiamente filosófica),
tiene una dimensión geopolítica mercantilista ajena en la práctica al liberalismo
económico propiamente dicho, es decir el neoliberalismo no es necesariamente sinónimo
de mercado libre –sin trabas burocráticas ni privilegios sectoriales–, razón que explicaría que
sea asociado al corporativismo internacional.

Políticas neoliberales[editar]
Ronald Reagan, presidente de Estados Unidos (1981-1989)

Margaret Thatcher, primera ministra del Reino Unido (1979-1990)

El neoliberalismo propone que se deje en manos de los particulares o empresas privadas el


mayor número de actividades económicas posible. Igualmente propone una limitación del
papel del Estado en la economía; la privatización de empresas públicas y la reducción del
tamaño del Estado, es decir, una reducción del porcentaje del PIB controlado o administrado
directamente por el Estado. Respecto al derecho laboral, mercantil y las regulaciones
económicas generales el neoliberalismo propone la "flexibilización" laboral, la eliminación de
restricciones y regulaciones a la actividad económica, la apertura de fronteras
para mercancías, capitales y flujos financieros.
Las políticas macroeconómicas recomendadas por teóricos o ideólogos neoliberales (en
principio recomendaciones a países tanto industrializados, como en desarrollo) incluyen:

 Políticas monetarias restrictivas: Aumentar tasas de interés o reducir la oferta de


dinero hasta lograr una inflación cercana a cero y evitar el riesgo de devaluaciones de la
moneda. Los partidarios del neoliberalismo creen que estas medidas, evitan los
llamados ciclos del mercado.
 Políticas fiscales restrictivas: Aumentar los impuestos sobre el consumo[cita requerida] y
reducir los impuestos sobre la producción, la renta personal y los beneficios
empresariales. También proponen eliminar regímenes especiales y disminuir el gasto
público.
 Liberalización/desregulación: Los partidarios de políticas neoliberales defienden la
liberalización o desregulación para el comercio como para las inversiones por
considerarlas positivas para el crecimiento económico. Igualmente se considera positiva la
eliminación de muchas reglas y restricciones, reduciéndolas a un mínimo necesario (sobre
todo la garantía del régimen de propiedad y de la seguridad). En particular abogan por
aumentar la movilidad de capitales y la flexibilidad laboral.
 Privatización: Se considera que los agentes privados tienden a ser más productivos y
eficientes que los públicos y que el Estado debe achicarse para ser más eficiente y
permitir que el sector privado sea el encargado de la generación de riqueza.
En todos los casos, los teóricos denominados neoliberales afirman que la mejor manera de
alcanzar la distribución de la riqueza y el bienestar de los individuos es mediante un
crecimiento total del producto, [cita requerida]que por su propia dinámica permea al total de los
integrantes de la sociedad (la llamada trickle down policy política del derrame económico);
como liberales promueven «mediante el beneficio individual, alcanzar el beneficio de toda
la sociedad».

Críticas[editar]

Manifestantes el 19 de junio de 2011 en Madrid, dirigiéndose hacia Atocha por la calle Ronda de
Valencia. La pancarta reza: «Neoliberalismo: Tóxico, para el hombre, para el planeta.»

El neoliberalismo ha recibido críticas tanto de la izquierda política como desde la derecha, a lo


que hay que añadir las objeciones de miles de activistas y académicos.37
El economista Joseph Stiglitz denomina al neoliberalismo "fundamentalismo del libre mercado"
ya que es una ideología que sirve a los intereses de una minoría saltándose los controles y el
funcionamiento de las democracias.38
El término es usado tanto por detractores del capitalismo (socialistas, comunistas, etc.) como
algunos partidarios críticos del capitalismo (proteccionistas, postkeynesianos, Nueva
economía internacional). Estos y otros grupos suelen usar el concepto como una
generalización para referirse a cualquier posición que se oponga a limitar los mercados o
reducir la intervención del Estado en la economía. En ocasiones el término se ha usado como
término peyorativo o descalificatorio para personas que arguyen en favor de una economía de
mercado, usando la palabra como sinónimo de corporativismo.
Según algunos autores, el neoliberalismo es un liberalismo heterodoxo, desgajado del tronco
principal de la ideología burguesa del que procede.39 Considera al neoliberalismo propio del
Estado de bienestar implantado en los países capitalistas más desarrollados después de
1945, del que sería uno de los tres pilares básicos, junto a la democracia cristiana y
la socialdemocracia, con los que considera que hubo una convergencia ideológica tras 1945
en torno al Estado social.40 Sectores sindicales lo usan asimismo como epíteto frente a los
intentos de recortar derechos laborales, conseguidos tras largos años de lucha.
Los proteccionistas sostienen que el neoliberalismo multiplica dramáticamente el impacto de
las crisis de confianza, culpabilizándolo del alcance de diversas crisis financieras a escala más
o menos global, ocurridas entre 1990 y 2008 (ponen de ejemplo el Efecto Tequila de 1994 o
la Crisis asiática de 1997). También consideran sus críticos que las políticas de control
del gasto público generan problemas crecientes de tensión, exclusión y violencia social en
determinados países.41 En América Latina por ejemplo es común identificar el término
«neoliberal» con las recomendaciones del Consenso de Washington.
Algunos economistas institucionalistas consideran que las políticas neoliberales minusvaloran
la influencia que el gasto público ha tenido históricamente en muchos casos tanto en el
crecimiento como para el desarrollo (comparar históricamente ejemplos de países
industrializados); para la protección de nuevos sectores vulnerables de la economía y la
población; y para la estabilidad social y económica en general. También se ha señalado que
las políticas neoliberales minusvaloran los efectos negativos de la desigualdad económica42 y
el hecho de que los impuestos sobre el consumo son regresivos y castigan más a los
contribuyentes de menos ingresos.
Por otro lado, el llamado neoliberalismo ha recibido numerosas críticas positivas. Cuando
analizamos la manera en que el liberalismo y su ampliación en su vertiente económica, el
capitalismo, ha contribuido en la consecución de los estándares de vida más altos jamás
alcanzados por el ser humano43
Neoliberalismo como proyecto de clase[editar]

La mano invisible del mercado y el puño de hierro del Estado se


combinan y complementan entre sí para hacer que las clases
más bajas acepten trabajos asalariados desocializadores y la
inestabilidad social que ello trae en su estela. Después de un
largo eclipse, la prisión vuelve a estar de este modo en la
primera línea de las instituciones encargadas de mantener el
orden social.

—Loïc Wacquant

David Harvey describió al neoliberalismo como un proyecto de clase diseñado para imponer
un determinado sistema de clases en la sociedad a través del liberalismo. El economista David
M. Kotz sostiene que el neoliberalismo se basa «en la dominación completa del trabajo por
el capital».44 La aparición del llamado «precariado», una nueva clase fruto de la inseguridad
socioeconómica aguda y la alienación, se ha atribuido a la globalización del neoliberalismo.45
El sociólogo Thomas Volscho, afirmó que la imposición del neoliberalismo en los Estados
Unidos surgió de una movilización política premeditada por parte de las élites capitalistas en la
década de 1970 ante la necesidad de abordar dos crisis: la legitimidad del capitalismo y la
rápida reducción de la rentabilidad en la industria.46 Diversas líneas de pensamiento
neoliberales, como el monetarismo o la economía de la oferta, habrían ganado influencia
gracias a su impulso por parte de las élites en las políticas de la Administración Reagan, y que
en última instancia habría conducido a una menor regulación gubernamental y un cambio en el
modelo de financiación del Estado, que habría pasado de depender de los impuestos a
depender de la deuda.46 Mientras que la rentabilidad de la industria y la tasa de crecimiento
económico alcanzados en el ciclo alcista de la década de 1960 nunca se volverían a ver, el
poder político y económico de las grandes corporaciones (Wall Street) y del capital
financiero se habría incrementado enormemente debido a la necesidad del Estado de financiar
su deuda.46

Evolución de la tasa de encarcelamiento en Estados Unidos entre 1925 y 2013

Numerosos investigadores han vinculado el auge del neoliberalismo con un aumento en masa
de la tasa de encarcelamiento de personas pobres en Estados Unidos.47484950 El influyente
sociólogo Loïc Wacquant, argumenta que el resultado de las políticas neoliberales respecto a
la inestabilidad social en las poblaciones económicamente marginadas, fruto de la aplicación
de las propias políticas neoliberales, han conducido a una reducción del estado del bienestar,
que se ha sustituido por un sistema punitivo workfare (ayudas sociales condicionadas), al
aumento de la gentrificación de las zonas urbanas, a la privatización de servicios públicos, a la
disminución de las protecciones colectivas de la clase obrera, debido a la desregulación de la
economía, y al aumento de los trabajos asalariados mal pagados. Por lo tanto concluye que se
ha instaurado una «precarización del trabajo que encierra una criminalización de la pobreza
que deriva en una encarcelación masiva».49 Mientras, el sistema es muy indulgente con las
clases más altas de la sociedad, y delitos económicos propios de las clases privilegiadas y las
empresas como el fraude, la malversación, el abuso de información privilegiada, el fraude
crediticio o a los seguros, el lavado de dinero, la violación de las leyes de comercio o del
trabajo, apenas son castigados.4951 De acuerdo con Wacquant, el neoliberalismo no encoge al
gobierno, sino que crea un Estado centauro que supervisa escasamente a quienes se
encuentran en niveles superiores, mientras impone un estricto control sobre los
desfavorecidos.4952
En la ampliación de su tesis, el sociólogo y economista político John L. Campbell,
del Dartmouth College, sugiere que la privatización en Estados Unidos del sistema
penintenciario ejemplifica el concepto de Estado centauro:
Por un lado, se castiga a la clase baja, que llena las cárceles. Por otro lado, esto beneficia a la clase
alta, propietaria de las prisiones, mientras que los empleados que ejecutan el trabajo son la clase
media.53

Añade que el sistema penitenciario estadounidense beneficia a las empresas gracias a


la externalización, y los internos pasan poco a poco a convertirse en una fuente de mano de
obra barata para algunas corporaciones de Estados Unidos. Tanto a través de la privatización
como de la externalización, el «Estado penal» que impera en Estados Unidos es un reflejo del
neoliberalismo, sostiene Campbell.54 El mismo autor dice que además de que el
neoliberalismo estadounidense estableció un «Estado penal» para los pobres, también
estableció un «Estado deudor» para la clase media, con efectos negativos para ambos en sus
respectivos objetivos: crecientes tasas de encarcelamiento entre la clase baja y aumento de
las tasas de endeudamiento —y recientemente de las ejecuciones hipotecarias—, entre las
clases medias.54
El profesor de ciencias políticas de la Universidad de York, David McNally, sostiene que si
bien se han reducido las inversiones en programas de bienestar social, los gastos en la
construcción de prisiones han aumento significativamente durante la era neoliberal, con
ejemplos como el de California, que puso en marcha «el mayor programa de construcción de
prisiones en toda la historia del mundo».55 El académico Bernard Harcourt afirma que la
posición neoliberal de que el «Estado es inepto a la hora de regular la economía, pero
eficiente en el ámbito policial y penal» ha facilitado la encarcelación en masa en Estados
Unidos.56 Tanto Wacquant como Harcourt han denominado a este fenómeno «penalti
neoliberal».5758
Abandono de la infraestructura[editar]
Nicolás Firzli argumentó que el auge del neoliberalismo erosionó el consenso político de
posguerra en Reino Unido y el centrismo republicano en Estados Unidos propio del gobierno
de Eisenhower, que había hecho posible la asignación masiva de capital público para
proyectos de infraestructura a gran escala en las décadas de 1950, 1960 y 1970, tanto
en Europa como en América del Norte:59
En la era pre-Reagan, la inversión en infraestructura tenía connotaciones apolíticas y se veía como algo
positivo, visión compartida por tecnócratas, economistas y políticos (...) entre ellos el presidente
Eisenhower, un líder republicano pretoriano que había defendido la inversión en el sistema nacional de
carreteras de Estados Unidos (...) Pero Reagan, Thatcher, Delors y sus admiradores: «clintonianos»,
el Nuevo Laborismo y los socialdemócratas de la Unión Europea, que toman las decisiones en Bruselas,
trataron de desmantelar las generosas subvenciones estatales para infraestructura social y el transporte
público en Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europa, centrándose en las llamadas «autopistas de
la información», redes sociales y videojuegos de nueva creación, la especulación
inmobiliaria generosamente alimentada por subsidios públicos masivos, vacaciones fiscales para
invasores corporativos (como el capitalismo buitre de Lakshmi Mittal, que destruyó la industria del acero
en Francia e Inglaterra con la bendición de Bruselas) y los derivados crediticios tóxicos que intentan
pasar por «innovación financiera».59

Populismo neoliberal[editar]
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También está presente la crítica al sindicalismo606162, la inmigración, la política institucional en


favor del libre mercado desrregularizado y los gobiernos tecnocráticos, así como el desarrollo
de las teorías del fin de la historia de Francis Fukuyama son sus bases ideológicas. Se
asemeja a la teoría del Capitalismo como religión y al Fundamentalismo de mercado. 63Otra
de las características del populismo neoliberal según el sociólogo Patricio Segura es la
aversión del populismo neoliberal a la reflexión tanto como habito individual como colectivo,
apelando a un "sentido común" de las masas en detrimiento de la capacidad crítico-reflexiva.64

Usos divergentes del término[editar]


Uso liberal[editar]
Originalmente la teoría que limitaba el poder del Estado y entregaba la economía a los
agentes privados era el liberalismo, y hasta bien entrado el siglo XX los partidarios de estas
ideas siguieron siendo llamados liberales. Sin embargo, la crisis de 1929, el New Deal, el auge
del keynesianismo, el incremento del gasto público y el rol del Estado en Occidente,
condujeron a que el “liberalismo” modificado y adoptado por diversos gobiernos de los años
1980 recibiese otro nombre, siendo este el de neoliberalismo.
Con neoliberalismo no se está haciendo alusión a una teoría política o económica en
particular, sino más bien se está refiriendo a una generalización de escuelas y teorías
económicas (muchas veces opuestas entre sí), por lo que resulta algo complejo compararlo
con el liberalismo ortodoxo. Mientras el antiguo concepto de liberalismo resulta más claro de
limitar.65
Los defensores del liberalismo político y económico, especialmente el asociado al liberalismo
clásico y el liberalismo libertario (p. ej. minarquismo) sostienen opiniones divergentes en
general al respecto del neoliberalismo:

 Rechazan el uso antimercado o intervencionista del término neoliberalismo como una


etiqueta falaz usada por algunos sectores de izquierda y de centro, e incluso de derecha,
para descalificar sumariamente a sus adversarios políticos.
Me considero liberal y conozco a muchas personas que lo son y a otras muchísimas más que no lo son.
Pero, a lo largo de una trayectoria que comienza a ser larga, no he conocido todavía a un solo neo-
liberal. [...] Un “neo” es alguien que es algo sin serlo, alguien que está a la vez dentro y fuera de algo, un
híbrido escurridizo, un comodín que se acomoda sin llegar a identificarse nunca con un valor, una idea,
un régimen o una doctrina. Decir “neo-liberal” equivale a decir “semi” o “seudo” liberal, es decir, un puro
contrasentido. O se está a favor o seudo a favor de la libertad, como no se puede estar “semi
embarazada”, “semi muerto”, o “semi vivo”. La fórmula no ha sido inventada para expresar una realidad
conceptual, sino para devaluar semánticamente, con el arma corrosiva de la irrisión, la doctrina que
simboliza, mejor que ninguna otra, los extraordinarios avances que al aproximarse este fin de milenio,
ha hecho la libertad en el largo transcurso de la civilización humana.
Mario Vargas Llosa66

[...] El sentido predominante que se le atribuye al término “neoliberalismo” es consecuencia de que los
enemigos de la libertad han utilizado esa palabra como una sinécdoque, como anteriormente otros
hicieron con la palabra social a la que convirtieron en una antífrasis. Y otros, antes aún, con la palabra
liberal, a la que le pasó lo mismo.
De esta manera, a través de la retórica y sus mecanismos, los liberales perdemos en el debate político
lo que ganamos en el campo de las contribuciones científicas. Probablemente haya muy pocas doctrinas
que, como el liberalismo, hayan perdido tantos términos a manos de sus enemigos en el debate político.
[...] Despojar al liberalismo de una cierta arrogancia intelectual resulta, así imprescindible. Con ejemplos
como lo sucedido con el término “neoliberalismo” debería bastarnos para entenderlo, porque aunque
“words are signals for ideas, not ideas”, como quería Spencer . Perder nuestros términos por una mayor
habilidad de nuestros oponentes se presenta como un error muy lamentable que amenaza
periódicamente nuestra identidad.
Ser liberal no significa lo mismo en todos los países. Algunos de nuestros conceptos más preciados,
como justicia, estado de derecho o propiedad, han sido tergiversados por adjetivos semánticamente
predatorios. Y, en el colmo de la paradoja, quieren nuestros rivales asociarnos con ideas, políticas o
gobiernos que nos resultan ajenos. Todo ello es de por sí un precio muy alto a pagar por no haber
advertido la importancia de este debate y el daño que pueden causar las palabras cuando son
retóricamente manejadas. [...]
Enrique Ghersi
67
 En general unos opinan que la reducción del Estado debe ser real hasta limitarlo a lo
completamente imprescindible mientras otros, inspirados por pensadores como Hayek, no
son contrarios a ciertos efectos redistributivos o que el gobierno pueda proveer de ciertos
bienes que el mercado es incapaz. Todo esto, siguiendo como base los
principios liberales clásicos y no los neoliberales (aquí algunos liberales identificarían el
término neoliberalismo con el fenómeno del corporativismo). Consideran que parte
importante de la derecha política, a la cual se oponen, se reduce
al mercantilismo empresarial y político, esto es la entrega de preferencias a grupos de
presión, multinacionales, o a socios del sector privado del poder político.68
De igual forma, los liberales rechazan a los organismos internacionales o públicos
supraestatales (FMI, OMC, BM, etc.) debido a que los consideran “monstruos burocráticos,
intervencionistas e inútiles” que serían responsables del mantenimiento de regímenes
corruptos e ineficientes que no podrían conseguir crédito en el mercado libre,6970 y de
establecer una liberalización del comercio internacional regulada, planificada por instancias
keynesianas y no por agentes privados, lo cual conduciría al corporativismo en vez de al
capitalismo.71
Usos históricos del término[editar]
No se puede dar una definición estática de neoliberalismo debido a que su significado ha ido
cambiando en el transcurso del tiempo y no es idéntico en todos los países del
planeta.[cita requerida] Las pesquisas realizadas sobre el tema72 revelan que la palabra fue usada
por primera vez, de manera asistemática, por destacados economistas liberales, entre los que
se cuentan:

 Ludwig von Mises. La edición inglesa (1927) de su libro Liberalismus usa el


término neoliberalism para traducir lo que en alemán Mises denominó neuen
Liberalismus (nuevo liberalismo). En este libro, Mises usa el término para designar a los
socialistas que se hacen pasar por liberales (término que después reemplazó
por seudoliberales), mientras que en su posterior libro, Socialismo, lo aplica a los liberales
partidarios de la entonces nueva teoría subjetiva del valor, como Carl Menger.
 Louis Baudin, en su obra de 1953, L'aube d'un nouveau libéralisme (El alba de un nuevo
liberalismo), relata que el término neoliberalismo fue deliberadamente acuñado y usado
para su posterior difusión en el coloquio de destacados pensadores liberales realizado
en París en agosto de 1938, cuando ya se anunciaba la inevitabilidad de la Segunda
Guerra Mundial. Su objetivo fue diferenciarse del entonces desacreditado liberalismo
político, al que se atribuía una importante responsabilidad por haber llegado a ese callejón
sin salida. Participaron en el coloquio destacados líderes de opinión del movimiento liberal
como Friedrich Hayek, Ludwig von Mises, Jacques Rueff, Alexander Rüstow, Wilhelm
Röpke, Detauoff, John Bell Condliffe, Michael Polanyi y el propio Baudin.
 Edgar Nawroth, en su libro Die Sozial-und Wirtschaftsphilosophie des
Neoliberalismus (1961), califica como neoliberales a los partidarios de la Escuela de
Friburgo y de Múnich, destacando las contribuciones de Wilhelm Röpke y de Alexander
Rüstow, partidarios de la Economía Social de Mercado y de la coordinación del libre
mercado, así como del Estado de Bienestar
 Economistas del Centro de Investigación para la Comparación de Sistemas de Dirección
Económica de la Universidad de Marburgo definieron al neoliberalismo como:
Un concepto global bajo en que se incluyen los programas de la renovación de la
mentalidad liberal clásica, cuyas concepciones básicas del orden están marcadas
por una inequívoca renuncia a las ideas genéricas del laissez faire y por un
rechazo total a los sistemas totalitarios.[cita requerida]
Entre los rasgos esenciales del neoliberalismo incluyen la garantía legal de la libre
competencia y la convicción de que al libre mercado deben agregarse otras
consideraciones sociales.

 Alfred Müller-Armack, uno de los teóricos de la Economía social de mercado, acusa a los
neoliberales (que no identifica con precisión) de "no haber prestado la debida atención a
los problemas sociales y sociológicos".73 De su obra surgen como posturas extremas el
liberalismo tradicional o paleoliberalismo, el neoliberalismo que se le opone, y la
intermedia Economía Social de Mercado.

 En Latinoamérica el término suele usarse por sus detractores para hacer referencia al
conjunto de políticas recomendadas en la década de 1990 por el Consenso de
Washington, a las que consideran responsables de los problemas sociales de años
posteriores a su aplicación, poniendo como ejemplo la crisis financiera de Ecuador de
1999 o la crisis argentina del 2001.

 En la última década del siglo XX y la primera del siglo XXI, el término ha sido
crecientemente usado con carácter peyorativo. El escritor Mario Elgue, por ejemplo,
afirma:
Ya no quedan dudas de que el modelo neoliberal es incapaz de dar respuesta a los principales
problemas que siguen aquejando a la sociedad: altos índices de desempleo, trabajo en negro, pobreza y
exclusión social. Su debacle fue el resultado de la aplicación de las políticas del "derrame", según las
cuales bastaba con el crecimiento de los grandes grupos concentrados ya que estos últimos difundirían
los beneficios hacia el resto de la sociedad productiva y laboral. Pues bien, ahora está claro que este
"goteo" no llegó; que no hubo un correlato distributivo y de cohesión de la base social.74

En consecuencia, y como es también usual con las diferentes acepciones del término liberal,
no se puede hablar de una definición universalmente aceptada, uniforme en el espacio y
constante en el tiempo, sino sólo de usos del término neoliberalismo en diferentes contextos.
Usos actuales del término[editar]
Diversos términos a los que se suele hacer referencia con la palabra "neoliberalismo":

 Neomercantilismo: una vuelta a las ideas mercantilistas que combatió Adam Smith y los
liberales clásicos. Estas ideas consistían en defender a determinadas empresas (sobre
todo dedicadas a la exportación) de la competencia extranjera.
 Corporativismo, lobbismo o amiguismo: que el estado defienda los intereses de algunos
familiares, amigos, conocidos o aliados del gobernante o de grupos de poder
especialmente poderosos para el chantaje.
 Anarcocapitalismo: es una postura política que pide la eliminación del estado pero no de la
propiedad privada. Defiende que los tratos sean voluntarios. También reciben el nombre
de "ultraliberales" por parte de sus detractores.
 Monetarismo neoclásico: es una escuela económica, que tuvo su centro en Chicago y
cuyo más famoso representante es Milton Friedman, que surgió en una época donde la
economía capitalista era keynessiana mayoritariamente. Abogaban por volver al
liberalismo clásico en algunas cosas. Ronald Reagan encarnó en la política de forma más
o menos fiel esta idea económica. Algunos llamaron "revolución neoliberal" a esta vuelta
parcial al liberalismo clásico. En esta acepción el neoliberalismo sería una mezcla de
keynesianismo y liberalismo clásico.
 Socioliberalismo: Una mezcla de la socialdemocracia y el liberalismo progresista. Frente al
liberalismo clásico donde el estado se limitaba a garantizar seguridad y justicia, hay hoy
corrientes liberales (las mayoritarias) que abogan porque el estado garantice igualdad,
progreso y bienestar a través de la educación, la investigación y la sanidad pública sin
dejar de defender las libertad individuales y derechos civiles. Un ejemplo de libre mercado
y estado del bienestar lo presentan los países nórdicos.
 Minarquismo: Reducción del estado al mínimo. Esta es la definición de neoliberalismo en
la RAE aunque no aclara cual es ese mínimo o si se trata de algo subjetivo que decide
cada uno.

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