Siguiendo el análisis de los delitos “omisivos”, indicamos que
estos pueden ser cometidos tanto a nivel de autor como de partícipe (instigador o cómplice). En caso de autor, será aquel que “Garante”, que omitió adoptar las medidas necesarias y pertinentes para evitar que se produzca una afectación al bien jurídico de la persona que estaba en la obligación de tutelar (v. gr., el médico que no suministra a tiempo las medicinas necesarias para mantener con vida a su paciente y éste muere). Mientras, que una complicidad “omisiva”, podemos identificarla en la madre, que a sabiendas que su hija de nueve años de edad está siendo ultrajada sistemáticamente por su pareja, no hace nada para evitar que este hecho criminal siga aconteciendo. Imputar por el delito de omisión de denuncia o abandono de personas en peligro esta conducta, es dogmáticamente incorrecto y político criminalmente insatisfactorio.
REFLEXIÓN JURÍDICA VIERNES:
La co-autoría importa el co-dominio funcional del hecho, el
reparto de roles y/o tareas, que sumado a la concurrencia de los elementos subjetivos del tipo define el hecho delictivo como una “imputación recíproca”. Para tal efecto, se debe verificar que la contribución del co-autor era indispensable para la realización típica del delito en cuestión, y que éste tenía la posibilidad de frustrarla en cualquier momento. En los delitos sexuales, propiamente en el tipo legal de acceso carnal sexual (Art. 170° del CP), ser requiere que la división de funciones tome lugar en la etapa ejecutiva del delito, donde uno de ellos se encarga de amenazar violentamente a la víctima, de maniatarla, mientras el otro la accede carnalmente. La primera de las conductas descritas, puede realizarla inclusive una mujer (co-autora), de manera que si lo único que hace el agente es vigilar que nadie se acerque al lugar de los hechos o fue la que convenció a la ofendido a acudir a la casa del autor, sabiendo de su intención, esta intervención no puede ser calificada como co-autoría sino como complicidad.