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TERAPIA SISTÉMICA FAMILIAR

DOCENTE MARIA DEL PILAR DE LA CRUZ MUÑOZ DIDOMENICO

RESOLUCIÓN DE PREGUNTA PROBLEMA


ENTREGA FINAL

CARLOS ANDRÉS SERNA


KAREN DANIELA CORAL
GABRIELA BASTIDAS

UNIVERSIDAD PONTIFICIA BOLIVARIANA


MEDELLIN, SEPTIEMBRE 2018
¿Cuáles son los principales recursos jurídicos para solucionar un problema de familia en

Colombia?

Para definir cuáles son los principales recursos jurídicos para solucionar un problema familiar es

necesario antes tener claro cómo se define familia en el Estado colombiano; en el artículo 42 de

la Constitución Política de Colombia se define a la familia de la siguiente manera: “la familia es

el núcleo fundamental de la sociedad. Se constituye por vínculos naturales o jurídicos, por la

decisión libre de un hombre y una mujer de contraer matrimonio o por la libre voluntad

responsable de conformarla (…)”. En la república de Colombia existe un derecho especial

encargado de estudiar ese núcleo fundamental, dicho derecho se denomina derecho de familia y

se define como “la rama del derecho privado conformado por los principios, preceptos y normas

que reglamentan las relaciones de orden personal y patrimonial de la familia como núcleo

fundamental de la sociedad, en cuanto originadas por la fusión natural o científica de los

gérmenes de la vida humana, o en acto de esa función asimilado, que crea vínculos entre

especificas personas, determinativas de una situación que confiere aptitud para adquirir y ejercer

ciertos derechos y asumir ciertas prestaciones.” (Eduardo García Sarmiento), en este sentido han

de constituir relaciones familiares importantes las relaciones de pareja, la filiación y la protección

del grupo familiar, esta última es importante en este contexto porque cumple con uno de los

principios fundamentales que es la protección de la unidad familiar, que dicta que el Estado

colombiano debe garantizar que cada miembro del núcleo posea los suficientes recursos para

protegerse y/o defenderse en caso tal de que sintiese se ha vulnerado uno de sus derechos, en este

sentido en cuanto jurídicamente se refiere la función de la familia es proteger y garantizar los

derechos fundamentales de sus miembros <principalmente de los menores, quienes son producto

y desarrollo de la familia>, para que cada uno crezca íntegramente y con la libertad de ejercer
sus derechos, de tal modo que la función del Estado es velar porque esa función sea cumplida

adaptando los medios y el entorno para que eso sea posible.

Una vez definido entonces el concepto de familia en la normatividad colombiana, vamos a definir

lo que se entiende por recurso jurídico, “denomínese así todo medio que concede la ley procesal

para la impugnación de las resoluciones a efectos de subsanar los errores de fondo o los vicios de

forma en que se haya incurrido al dictarlas”1, de esta manera, un recurso jurídico sirve como

herramienta en materia procesal para mover el aparato judicial o antes del proceso para que el

aparato judicial pueda ejercer sus efectos si el caso así lo requiere, es decir, el Estado colombiano

respeta el principio de reserva familiar, que regula que el ordenamiento jurídico puede entrar en

las relaciones familiares por medio de su representante que es el legislador, solo cuando dichas

relaciones familiares constituyan una relación jurídica o una violación de los derechos

fundamentales, sintetiza hasta qué punto puede regular el Estado las relaciones de familia y

cuando debe abstenerse de hacerlo. Por relaciones jurídicas familiares se debe entender toda

interacción del núcleo familiar que conlleve consecuencias jurídicas, por ejemplo, la regulación

del vínculo matrimonial en cuanto a la edad, los deberes y derechos de los cónyuges, la

disolución del matrimonio y el patrimonio, la regulación de las sucesiones en cuanto de qué

manera se debe distribuir el patrimonio (sucesiones), y por violación de derechos fundamentales

se entiende todo acto familiar que implique el impedimento para el desarrollo e integridad

principalmente del o los menores que conformen la familia, en el artículo 42 de la Constitución

colombiana se plasma el respeto por el principio de reserva: “La honra, la dignidad y la intimidad

de la familia son inviolables.” Y también se plasma en el artículo los casos en que el Estado

puede y debe regular la interacción familiar: “El Estado y la sociedad garantizan la protección

1
https://prezi.com/ouliguposivb/recursos-juridicos/
integral de la familia. La ley podrá determinar el patrimonio familiar inalienable e inembargable.

(…) Las relaciones familiares se basan en la igualdad de derechos y deberes de la pareja y en el

respeto recíproco entre todos sus integrantes. Cualquier forma de violencia en la familia se

considera destructiva de su armonía y unidad, y será sancionada conforme a la ley. Los hijos

habidos en el matrimonio o fuera de él, adoptados o procreados naturalmente o con asistencia

científica, tienen iguales derechos y deberes. La ley reglamentará la progenitura responsable. La

pareja tiene derecho a decidir libre y responsablemente el número de sus hijos, y deberá

sostenerlos y educarlos mientras sean menores o impedidos. Las formas del matrimonio, la edad

y capacidad para contraerlo, los deberes y derechos de los cónyuges, su separación y la

disolución del vínculo, se rigen por la ley civil. Los matrimonios religiosos tendrán efectos

civiles en los términos que establezca la ley. Los efectos civiles de todo matrimonio cesarán por

divorcio con arreglo a la ley civil. También tendrán efectos civiles las sentencias de nulidad de

los matrimonios religiosos dictadas por las autoridades de la respectiva religión, en los términos

que establezca la ley. La ley determinará lo relativo al estado civil de las personas y los

consiguientes derechos y deberes.” Una vez entendido lo anterior, podemos plantear dos casos en

que el ordenamiento jurídico hace validos sus recursos para regular un problema de familia: los

recursos antes de que el problema se presente y los recursos después que el problema se presente.

A. Antes de que el problema familiar se presente: el Estado, como ya se dijo anteriormente,

debe garantizar un correcto desarrollo de la familia, esto lo hace por medio de deberes

jurídicos cuya función es además de intentar adecuar la conducta de los familiares a dicho

deber, hacer menos atractivo su incumplimiento imponiendo una sanción, su eficacia

obviamente dependerá de muchos factores y en este sentido este punto se subdivide en dos

principales factores: factores sociales y el pensamiento jurídico.


I. DE LOS FACTORES SOCIALES Y EL NÚCLEO FAMILIAR

Todo núcleo familiar necesita un entorno para desarrollarse, esto le permite crecer y fortalecer

sus diferencias, hay que ver este punto desde una perspectiva técnica, es decir como un examen

de las posibles causas de que haya un mal funcionamiento de la familia, pero causas que pueden

ser producto a su vez del Estado en su fallo de garantizar su desarrollo o al revés causas de que

una familia se desarrolle correctamente en cuyo caso el Estado dará por servida su función.

Como se explicó anteriormente el Estado tiene como instrumento la jurisprudencia para intentar

garantizar un adecuado desarrollo de la familia, pero lastimosamente, en muchos de los casos o

en su mayoría, no es suficiente para cumplir totalmente la función, debido a que se le está dando

libertad al individuo, parte de la familia, para que decida si obedecer las reglas, si evitar

consecuencias con la ley o si por el contrario incurrir en el incumplimiento y preferir seguir las

sanciones, y esa decisión que hace también está determinada por muchos factores, pero como

estamos hablando de Estado vamos a centrarnos en los sociales, la cultura en la que se desarrolle

una sociedad influye muchísimo para el crecimiento de una persona, en el caso de Colombia, la

cultura o su historia ha sido más bien violenta, y aún hay gente que afirma que una cosa no está

relacionada con la otra, pero nada más hay que recurrir a las estadísticas, “Entre enero y mayo del

2018, 32.445 personas fueron víctimas de violencia intrafamiliar en Colombia, según datos de

Medicina Legal. El sexo femenino fue el que más sufrió lesiones no fatales de causa externa en el

ambiente familiar, con 24.684 casos. El masculino, por su parte, registró 7.761 casos. Y el grupo

en el que más casos de violencia intrafamiliar se registró en los primeros 5 meses del año fue el

de pareja, con 20.587.”2, además de esto, aún se está peleando con el profundo arraigamiento del

machismo en el país, “Colombia ocupa el puesto 95 de 188 en el último índice de inequidad de

2
https://www.eltiempo.com/justicia/delitos/datos-de-violencia-intrafamiliar-en-colombia-entre-enero-y-mayo-del-
2018-244426
género elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Mientras

el 60% de los varones alcanza la educación secundaria, solo el 50% de las mujeres lo hace. 80%

de los hombres colombianos tienen acceso al empleo, mientras apenas el 57% de las mujeres es

parte de la fuerza laboral del país.”3 Esto nos vislumbra dos posibilidades: que el Estado

Colombiano no ha intentado garantizar el desarrollo correcto de la familia de una manera

adecuada, o que el Estado a pesar de que en teoría tiene un buen concepto de funcionamiento, no

puede llevar a la practica en nuestro tipo de sociedad, es un poco de ambas pero la segunda tiene

más cabida. El Estado si cumple su función de crear deberes jurídicos, normas, reglas a seguir y

sus respectivas sanciones para que el individuo vea menos atractivo incumplir esas normas y

cumpla con sus deberes, pero son normas que funcionan en teoría, el Estado está suponiendo que

el individuo las acatara por decisión suya y aunque puede que sí, la mayoría de las veces no lo

hace, esto es porque al momento de crear esas normas no está examinando la sociedad para quien

las crea, sus características, su historia, sus problemas, y si no las examina es difícil que los

deberes sean totalmente eficaces, primero el Estado debe reconocer que está fallando en esto si en

realidad quiere de verdad cumplir su función, porque todo es un sistema, una estructura y si el

individuo crece en un ambiente áspero, lo normal es que su adaptación a la sociedad sea áspera, y

así mismo si crece en una sociedad áspera, plasmara su adaptación en su familia y a sus demás

miembros, “El concepto de persona es un logro de la cultura. El hombre es el único ser que tiene

cultura y, también, el único que puede tener incultura. Hay culturas más o menos perfectas en

tanto en cuanto sean, en mayor o en menor grado, cauces y expresión de verdadero conocimiento

y sabiduría y, por lo tanto, de humanidad. La libertad de la que goza el hombre es la causa de que

la cultura que emana sea más o menos verdadera y, por lo tanto, más o menos humana. Y la

3
https://www.semana.com/nacion/articulo/la-lucha-contra-el-machismo-en-colombia/555731
libertad del hombre ha de dirigirse a crear un orden social y jurídico que respete los valores

esenciales del ser humano, y esto incluye el altísimo valor de la familia.”4, en este sentido el

Estado garantiza ese desarrollo en primer momento, creando deberes jurídicos pensados en teoría

y para que funcionen en la práctica, no debe caer en la utopía de maravilloso funcionamiento

porque el funcionamiento lo hace la sociedad y a la sociedad la hace la persona y la persona no es

perfecta, y aunque es difícil ya de por si prevenir conflictos en las familias y en su entorno, debe

darse a la tarea de sacar una radiografía completa de su comunidad para que esos deberes tengan

el mayor grado de eficacia posible.

II. DEL PENSAMIENTO JURÍDICO Y EL NUCLEO FAMILIAR

Como ya se mencionó en el punto anterior, el Estado garantiza un buen desarrollo de la familia,

creando deberes jurídicos e imponiendo sanciones a partir de su incumplimiento que sean

aplicables a la sociedad para quienes los crean, ahora bien, ¿Cómo sabe el Estado si son

aplicables a su sociedad? Debe examinarla obviamente, y para ello utiliza de instrumento el

pensamiento jurídico, esto en tanto saber teórico, más tarde hablaremos de la práctica en el caso

concreto. El pensamiento jurídico es aquello que permite dar una idea de cómo sería la manera

adecuada en que el aparato jurídico se mueve para dar garantías a la sociedad y sus componentes,

se puede abordar desde tres perspectivas: teoría del derecho, teorías particulares y dogmática

jurídica, la primera describe conceptos jurídicos que pretenden ser aplicables a todas las parcelas

del derecho y a todos los derechos posibles, las segundas describen esos conceptos que aunque no

son aplicables a todas las parcelas del derecho, si pretenden serlo en la misma parcela en la

mayor cantidad de ordenamientos posibles, y la tercera que es la que nos atañe en este caso,

4
GRANDE, Juan; HERRERA, Miguel; La función del derecho y del Estado en la familia: razón o ideología; Revista
de la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas de Elche Volumen I – Número 9 – Mayo de 2013 ; pág. 57; ISSN:
1886-6611
describe sistemáticamente el contenido de un derecho positivo en particular, lo que estábamos

diciendo de cómo deben ser creados los ordenamientos de acuerdo a la sociedad a la que se le va

a aplicar, pero las anteriores tres solo en el sentido normativo del derecho, de acuerdo con el

pensamiento jurídico el derecho está compuesto por un componente normativo, fáctico y

valorativo, el primero como ya dijimos se ocupa de la parte teórica, que todos los ordenamientos

deben realizar pero teniendo en cuenta el componente fáctico y más que este, su institución de

sociología jurídica.

Todo lo anterior fue una breve introducción para entender, dejar claro que para que el Estado

pueda garantizar la función en cuestión necesita tanto del saber práctico como el teórico, ya

dijimos que el teórico lo obtiene primero creando los respectivos deberes jurídicos, en este caso

en tanto a lo que en núcleo familiar atañe, y segundo reconociendo la sociedad a la que va a

aplicar esos deberes y resolviendo si en verdad son aplicables o no, ahora el práctico lo obtiene a

través de un ensamblaje de los datos obtenidos por medio del teórico y la realización de políticas

públicas como resultado de esos datos, pues bien, esto es lo que permite la sociología jurídica, ya

que estudia la tan importante relación que ya hemos mencionado varias veces entre derecho y

sociedad en la que se incluye la familia, determina cual es el rol que debe cumplir el derecho

dentro de la sociedad, como afecta al comportamiento de la misma y viceversa, en este sentido

además de permitir crear deberes y normas, también permite crear garantías al individuo para su

desarrollo adecuado, en Colombia está presente este instrumento a través del Departamento

Administrativo Nacional de Estadísticas o DANE, el cual a través del Sistema Estadístico

Nacional (SEN) “garantiza la producción y difusión de las estadísticas oficiales a nivel nacional y

territorial que requiere el país. Sus componentes son las entidades u organizaciones que lo

integran, usuarios, procesos e instrumentos técnicos para la coordinación, políticas, principios,


fuentes de información, infraestructura tecnológica y talento humano.”5, ese es el instrumento que

tiene el Estado Colombiano previsto para examinar su sociedad y de acuerdo con ello poner en

práctica todo lo que permita corregir las posibles falencias y potenciar los posibles aciertos.

De acuerdo con lo anterior y para finalizar el desarrollo de este primer punto, se concluye que el

Estado si tiene los instrumentos tanto teóricos como prácticos para garantizar el desarrollo de la

familia, no se está diciendo tampoco de su buen o mal funcionamiento, eso ya es otro tema,

obviamente estos instrumentos están destinados a su eficacia y éxito, pero eso ya dependerá de

cómo se hagan, quien los haga y como se dispongan y administren , que como ya dijimos eso

atañe a otra materia, por nuestra parte y por si no ha quedado totalmente claro, al momento de

crear normas, deberes jurídicos y sanciones en tanto a su respectivo incumplimiento, el Estado

garantiza un primer instrumento teórico para lograr el correcto desarrollo de la familia, que en el

caso del Estado Colombiano la parte que lo ejecuta es la rama legislativa, por ende se puede

evidenciar tanto en la Constitución como en el Código Civil principalmente (ya que cuenta con

mayor número de legislaciones) como el Estado plasma su protección al núcleo fundamental,

como debe procederse en las distinta situaciones que en este se presenten, el respeto por los

derechos fundamentales de cada miembro y de sus principios como familia, entre otras, y al ser

un Estado social de Derecho no solo debe imponer deberes sino también garantías, esa libertad

del individuo de la que hablábamos anteriormente, y las ofrece a través de subsidios provenientes

de políticas públicas que a su vez se dan gracias al instrumento practico de la función que es el de

examinar la sociedad y sus necesidades, Colombia tiene dispuesto para esto una institución

llamada Departamento de Prosperidad Social (DPS) que es el encargado de ejecutar todo lo que

se ha recolectado con los datos organizados por el DANE, así por ejemplo se han llevado a cabo

5
https://www.dane.gov.co/index.php/sistema-estadistico-nacional-sen
programas como “Familias en acción, Este programa apoya a las familias a través de incentivos

económicos para salud y educación.”6, el subsidio familiar de vivienda, el programa “Mi

Negocio”, y muchos más que ayudan al desarrollo del individuo bien sea como cabeza o parte de

una familia o al desarrollo de la familia en sí, de esta manera se propone que cada vez sean

mejores los resultados en cuanto a mecanismos de desarrollo y de protección tenga la familia,

garantizando así su desarrollo adecuado.

B. Ahora bien, vamos a examinar ahora lo que pasa después de que el problema familiar se

presenta: si el individuo llamado a obedecer la conducta que se expone en los deberes llegase

a incumplirla, el ordenamiento jurídico ya no actúa en manera garantista sino penalista, es

decir, antes de que el problema se presente ofrece la garantía de que el individuo cumpla con

sus deberes respetado el núcleo fundamental y dándole a conocer lo que le puede presentarse

de no hacerlo, sin embargo al omitir esa garantía, el individuo incumple su deber y por

consiguiente se le aplica una sanción.

Ya explicamos entonces los momentos en que el orden normativo REGULA las relaciones

familiares, pero la situación problema es resolver los momentos en que el ordenamiento jurídico

SOLUCIONA un conflicto familiar, por ende, no nos atañe el caso A que expusimos

anteriormente en donde no se ha presentado un problema, sino que profundizaremos el caso B

donde ya hay un problema que solucionar, que es el tema central de la pregunta en cuestión.

Conforme a lo anterior, si ya existe un problema familiar, el Estado entra a solucionarlo por

medio de sanciones provocadas por la omisión del individuo a cumplir la conducta a la que el

6
http://www.dps.gov.co/que/fam/famacc/Paginas/default.aspx
ordenamiento lo llamo expresamente plasmada en la constitución donde ya mencionamos en qué

momento puede actuar la jurisprudencia, de esta manera, los recursos jurídicos para solucionar un

problema de familia son el sistema de sanciones que tiene planteadas el Estado colombiano, y

dichas sanciones se pueden evidenciar a través de una sentencia consecuencia de una demanda.

Una sentencia es una norma jurídica particular e individualizada que recae sobre un caso

concreto, por lo general en materia familiar las demandas más comunes son por bienes

matrimoniales, herencias y demandas por alimentos, son fuentes principales de conflictos

familiares, en cada caso está regulado un procedimiento distinto, por ende entrar a explicar cada

uno de ellos extendería de manera innecesaria la respuesta de este documento, ya que la respuesta

ya se dijo en el párrafo anterior: los recursos jurídicos para solucionar un problema de familia en

Colombia son las demandas que recaigan sobre la materia familiar que se pueda regular en el

ordenamiento jurídico (artículo 42 de la constitución) debido a que estas demandas son fuente

para que el aparato judicial del Estado estudie el caso y aplique la sanción correspondiente para

aquel que origino el problema, dada ya esta respuesta y mencionados los casos más comunes de

demandas en materia civil familiar vamos a exponer un ejemplo para que la respuesta se entienda

con más claridad, tomando como caso concreto una demanda por alimentos.

En Colombia para interponer una demanda por alimentos es necesario primero acudir a la

autoridad competente encargada de mover el aparato judicial para solucionar el problema, en

nuestro país dichas entidades son una comisaria de familia, el ICBF (Instituto Colombiano de

Bienestar Familiar), una inspección de policía o un centro conciliatorio con el fin de agotar

precisamente el procedimiento de la “conciliación”, es decir agotar el intento de que las partes en

conflicto lleguen voluntariamente a un acuerdo y no sea necesaria la obligatoriedad del proceso.

Si no se presenta acuerdo voluntario entre las partes se procede a iniciar el proceso de la

demanda, para lo cual el demandante debe acudir ante un comisario, defensor de familia o
abogado de familia para que sea el quien le colabore redactándole la correspondiente demanda en

contra del obligado y posteriormente se inicie el proceso ante el juez de familia correspondiente,

se van a solicitar al demandante una serie de documentos y se va a llamar al demandado a ejercer

su derecho de defensa, este es el proceso de la demanda, pero recordemos que en todo momento

lo que se está solicitando y lo más importante por lo cual se realiza dicho proceso es defender el

derecho fundamental del niño a que su padre o madre (dependiendo del caso) cumpla para con

sus deberes (plasmados en el artículo 42) y mientras se dicta la sentencia final el juez impone una

cuota provisional para proteger al menor en cuestión, una vez se haya realizado todo el proceso,

en la sentencia final se determina la cuota alimentaria fija, la fecha en que se debe dar y

probablemente la custodia del menor y la realización de las visitas, siempre pensando en el

desarrollo íntegro del menor, evidenciado en este ejemplo que la demanda es el principal recurso

jurídico cuando se presentan estos conflictos, porque de lo contrario no se podría aplicar las

sanciones judiciales ni obligar una conducta incumplida, en la sentencia lo que se defiende son

las garantías que ha de tener el núcleo familiar y así mismo el cumplimiento de sus deberes y

cabe aclarar que en Colombia siempre se le da prioridad al desarrollo del menor o menores que

conforman el núcleo, convirtiéndose estas providencias en el principal recurso jurídico para la

resolución de estas colisiones familiares.

Cabe destacar también los recursos jurídicos utilizados en una situación muy conocida que se

encasilla como un problema familiar pero que obviamente puede clasificarse también como un

problema social, es muy común en Colombia y en el mundo, ya lo habíamos mentado con

anterioridad a grandes rasgos y es la violencia intrafamiliar, así que trabajaremos a continuación

su definición, como se procede jurídicamente en caso de que se presente y cuáles son sus

respectivas sanciones.
III. LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR

La construcción cultural de las identidades ha estado afectada por una amplia violencia en el

campo de lo doméstico, la cual se superpone con otras expresiones políticas y sociales de

violencia. La respuesta reciente del Estado ha buscado, a través de mecanismos de protección y

conciliación, reducir la violación de los derechos humanos en la esfera de la vida doméstica

evitando la judicialización y penalización de los conflictos.

La fuerza como manera de resolver los conflictos en Colombia nos lleva a que tengamos un país

inmerso en la guerra y tan bombardeado por ella que en la cotidianeidad se desconoce la

gravedad de golpear a un niño, a una mujer o a un anciano. Nos pasamos concentrados en la

violencia del conflicto armado e ignoramos la violencia cotidiana que vive la gente en sus casas.

Esa violencia doméstica es un tema de salud pública, el año pasado se denunciaron 76.000 casos.

Al hablar de violencia intrafamiliar estamos hablando de maltrato a los niños, a los ancianos y a

las mujeres. El 80% es violencia conyugal y el 93% contra la mujer. Hay diferencia entre un acto

de violencia y una relación maltratante como forma de enfrentar el mundo, Sin embargo, existe

una relación entre ambos conceptos porque distintos estudios demuestran que todo adulto

violento ha sido un maltratado, además alguien que ha sido educado con la fuerza considera que

va a lograr con esa misma fuerza lo que quiere.

Cuando una persona es maltratada esta pierde su autonomía y se va degradando poco a poco, por

eso muchas veces las mujeres cuando denuncian lo hacen después de cinco o diez años en donde

ellas piensan que merecen ser maltratadas por su pareja como forma de control. La violencia

intrafamiliar es una barrera para el desarrollo económico y social del país, porque las personas

son menos eficientes cuando son agredidas.


Antes de la Ley 1542 de 2012, el delito de violencia intrafamiliar era susceptible de ser

conciliado, a fin de finiquitar las contiendas que se suscitaron en el seno familiar a causa de uno

de sus integrantes. Sin embargo, con la promulgación de la Ley 1542 de 2012, este delito y el de

inasistencia alimentaria, pasaron a ser delitos no sujetos de ser querellables e in desistibles por

quien realiza la denuncia, convirtiéndose entonces en una violación al ordenamiento jurídico que

debe ser perseguida de oficio por el Estado, una vez ha tenido conocimiento de esta.

La razón de ser de esta decisión por el Congreso de la República es precisamente que la comisión

de este tipo de delitos no quede en la impunidad, debiendo el ente investigador continuar con su

investigación hasta el conocimiento real de los hechos y la condena en el evento en que los

mismos fueran corroborados y tipificados como alguna forma de violencia intrafamiliar, en aras

de velar por el cuidado del bien jurídico tutelado que para el caso en específico seria la familia y

su unidad.

Así las cosas, el tema en cuestión adquiere una relevancia en el ámbito del Derecho en general y

en especial, frente a los Derechos Humanos reconocidos por Colombia en su bloque de

constitucionalidad, ya que la decisión adoptada por el Estado Colombiano es una medida idónea

para proteger el bien jurídico familiar.

IV. EL ESTADO COLOMBIANO ANTE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR

Antes de abordar el tema de la violencia intrafamiliar dentro del sistema penal colombiano, es

importante informar al lector que en Colombia la violencia intrafamiliar está regulada y

positivizada en nuestro Código Penal Colombiano en su Artículo 229, en donde hace referencia a

lo siguiente:
“Artículo 229. Violencia intrafamiliar. El que maltrate física o psicológicamente a cualquier

miembro de su núcleo familiar, incurrirá, siempre que la conducta no constituya delito

sancionado con pena mayor, en prisión de cuatro (4) a ocho (8) años.

La pena se aumentará de la mitad a las tres cuartas partes cuando la conducta recaiga sobre un

menor, una mujer, una persona mayor de sesenta y cinco (65) años o que se encuentre en

incapacidad o disminución física, sensorial y psicológica o quien se encuentre en estado de

indefensión.

PARÁGRAFO. A la misma pena quedará sometido quien, no siendo miembro del núcleo

familiar, sea encargado del cuidado de uno o varios miembros de una familia en su domicilio o

residencia, y realice alguna de las conductas descritas en el presente artículo.”

La violencia intrafamiliar puede ser ejercida a cualquier miembro del núcleo familiar, en donde

dicha expresión abarca; ya sea a padre, madre, abuelos, hijos, hijos adoptivos, personas que

permanentemente están integrados al domicilio o persona que no es miembro de la familia, pero

está encargado del cuidado.

Adentrándonos a este tema, debemos decir que la violencia intrafamiliar puede presentarse de

distintas formas y en grados distintos, pero en si constituyen ente plano de violencia doméstica,

esta pretensión resistida se puede ejercer de forma física, psicológica y sexual. La violencia

física hace referencia a los golpes, que de una u otra forma pueden causar no solo lesiones

transitorias o permanentes, sino que pueden causar un trauma psicológico en la persona que los

recibe. La violencia Psicológica es aquella violencia que sucede a través de agresiones verbales o

actuaciones crueles que generan repercusiones mentales a la persona en posición de desventaja y

por último esta la violencia sexual, la cual se pueden evidenciar en el Titulo IV “Delitos contra la

libertad, integridad y formación sexuales” del Código Penal Colombiano. Son delitos que en su
mayoría hacen alusión a la violencia que usa un sujeto para satisfacer sus deseos sexuales, y

como consecuencia de estas actuaciones produce daños irreparables a su víctima. (Rodríguez,

2018)

AMPARO LEGAL EN LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR

En la Sentencia C-029 de 2009, se declaró exequible o constitucional que el artículo 229

referente a la violencia intrafamiliar comprenda de igual forma a los integrantes de las parejas del

mismo sexo.

En nuestro Código Penal Colombiano encontramos dos grupos de delitos: Los querellables y de

oficio; los primeros hacen referencia a aquellos que requieren que la víctima-- coloque una queja

o denuncia para que la autoridad competente pueda tomar acción y los delitos de oficio son

aquellos en que la autoridad ejerce una acción penal sin que exista alguna denuncia o querella, a

partir del año 2007 delitos como el de nuestro tema en particular son de oficio.

Ahora bien, es importante que tengamos en cuenta que para ese mismo año (2007) se expidió la

Ley 1142 denominada “Ley de Convivencia y Seguridad Ciudadana” la cual aumenta la pena de

la violencia intrafamiliar de 4 a ocho años y añade que estas clases de delitos dejan de ser:

“desistibles”, “conciliables” y “excarcelables”, dicho de una forma más coloquial eso quiere decir

que una vez que se coloque una denuncia ante la autoridad competente por razón de que en un

hogar existe la violencia intrafamiliar no podrás arrepentirte ni quitarla porque no es permitido,

tampoco podrás lograr una conciliación con tu victimario, y además de ello la pena si o si deberá

ser pagada dentro de centro carcelario.


SANCIONES PARA QUIENES MALTRATEN A FAMILIARES

Cuando una persona dentro del contexto de una familia sea víctima de daño físico o síquico,

amenaza, agravio, ofensa o cualquier forma de agresión por parte de un familiar, podrá solicitar a

un juez una medida de protección inmediata que ponga fin a la violencia, maltrato o agresión Así

lo establece la ley 294 del 16 de julio de 1996, que desarrolla el artículo 42 de la Constitución,

sancionada por el presidente Ernesto Samper y en el que se dictan normas para prevenir, remediar

y sancionar la violencia intrafamiliar.

La ley tipifica como delitos el maltrato constitutivo de lesiones personales, el maltrato mediante

la restricción a la libertad física, la violencia sexual entre cónyuges y la violencia intrafamiliar.

Por ello, establece sanción de prisión de uno a dos años para el que maltrate física, síquica o

sexualmente a cualquier miembro de su núcleo familiar. Si se producen lesiones personales, la

sanción es prisión por ese delito, con pena aumentada de una tercera parte a la mitad. En lo que

corresponde a violencia sexual entre cónyuges, la prisión es de seis meses a 2 años. Si hay

restricción de la libertad, tendrá arresto de uno a seis meses y multa de uno a dieciséis salarios

mínimos.

Si el juez determina que el solicitante ha sido víctima de violencia podrá ordenar al agresor

abstenerse de realizar esa conducta, desalojar la casa en caso de que sea una amenaza para la vida

o la integridad de los miembros de la familia. Si el agresor tiene antecedentes de este tipo de

acciones, tendrá la obligación de acudir a un tratamiento reeducativo pagando a una institución

que ofrezca esos servicios. El juez también ordenará al agresor el pago de los daños causados,

entre los que se incluyen los gastos médicos, sicológicos y siquiátricos, la reparación de muebles
o inmuebles averiados y los ocasionados por desplazamiento y alojamiento de la persona

agredida, si tuvo que abandonar el hogar para protegerse.

El incumplimiento de estas medidas dará lugar a multas entre dos y diez salarios mínimos

mensuales, convertibles en arresto, cuando sea la primera vez. Si el incumplimiento se da en el

plazo de dos años, la sanción es de arresto de 30 y 45 días. (TIEMPO, 1996)

VIOLENCIA EN COLOMBIA

A pesar de las políticas públicas de protección a personas vulnerables, implementadas en varias

ciudades, la aprobación de nuevas normas que aumentan, las penas a los agresores y un mayor

nivel de educación en las mujeres, la violencia intrafamiliar no deja de aumentar sobre todo en

ciudades como Bogotá y Medellín.

Basados en estadísticas del Instituto Nacional de Medicina Legal podemos ratificar que una

ciudad como Bogotá tiene cada día más esta problemática en aumento. Basada en un conflicto

entre la pareja donde quien sale más perjudicada es la mujer. Lo peor de todo es que no sucede

solamente en Bogotá, a nivel nacional la violencia contra la mujer en sí es la que ha ido

incrementándose, son agresiones físicas, verbales, psicológicas y otras que a simple vista una

persona podría no verlas pero que afecta en misma medida, como la inasistencia alimentaria, las

intimidaciones y de la mano de este los insultos y los empujones, las burlas (entran con las

modalidades anteriores pero que muchas veces en esta cultura de aceptación irracional a los

malos tratos puede pasar como algo “normal”), el sometimiento económico, entre otras.

La coordinadora de Investigaciones del Instituto de la Familia de La Sabana, Victoria Eugenia

Cabrera, dijo que les llamó la atención que en varias zonas de Antioquia y en sectores rurales del

país la creencia de que el hombre es el que manda en el hogar, sigue teniendo mucha fuerza y las
mismas mujeres, incluso profesionales, están convencidas de que la culpa de la violencia en el

hogar es de ellas. En Colombia agredir a la pareja se convirtió en paisaje ya que en algunos casos

los comportamientos violentos particularmente hacia las mujeres son aceptados socialmente o se

ven como algo normal. (ARANGO, 2016)

En Colombia, la violencia intrafamiliar contra los niños y adolescentes también encabeza la lista,

es más, somos uno de los países de América Latina donde más se violenta a los menores, eso y

sin pensar en todos los casos que se desconocen porque no hay denuncias hacia estos.

Las madres de los infantes muchas veces afirman es difícil hacerlo porque “se necesita mucho

valor”, sobre todo cuando hay hijos de por medio y el temor a que pierdan la figura paterna o

materna y también el hecho de la dependencia económica. (Reyes, 2016)

Este tipo de dependencia que existe claramente entre un menor de edad con sus padres es

lamentable porque se ven obligados a pasar por todo el tormento que implica vivir en constante

miedo y observando los maltratos por parte de sus familiares, al menos hasta que a alguno de sus

padres o responsables legales decidan tomar valor y salir de esa situación. Las consecuencias que

pueden causar esta vivencia en menores de edad son diversas entre ellas podemos enunciar los

problemas físicos como lo son el retraso en el crecimiento, dificultad o problemas en el sueño y

en la alimentación, menos habilidades motoras, síntomas psicosomáticos (eczemas, asma, etc.)

inapetencia, anorexia; emocionales como ansiedad, ira, depresión, aislamiento, baja autoestima,

estrés postraumático; cognitivos como el retraso en el lenguaje, retraso del desarrollo y bajo

rendimiento escolar; de conducta como por ejemplo la agresión, la crueldad con los animales,

rabietas, déficit de atención-hiperactividad; sociales como la introspección o retraimiento,

rechazo o escasas habilidades sociales, falta de empatía, agresividad y conducta desafiante.


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