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“Trabajo Práctico”

Carrera:
Libro: “AmAliA” de José mármol.
Espacio Curricular:
Profesor:
Alumnas:

Fecha de Presentación:
Origen del Romanticismo:
El Romanticismo es un movimiento cultural y político originado en Alemania y
en el Reino Unido (Gran Bretaña e Irlanda del Norte) a finales del siglo
XVIII como una reacción revolucionaria contra el racionalismo de
la Ilustración y el Clasicismo, confiriendo prioridad a los sentimientos. Su
característica fundamental es la ruptura con la tradición clasicista basada en un
conjunto de reglas estereotipadas. La libertad auténtica es su búsqueda
constante, por eso es que su rasgo revolucionario es incuestionable. Debido a
que el romanticismo es una manera de sentir y concebir la naturaleza, la vida y
al hombre mismo que se presenta de manera distinta y particular en cada país
donde se desarrolla; incluso dentro de una misma nación se manifiestan
distintas tendencias proyectándose también en todas las artes.
Se desarrolló en la primera mitad del siglo XIX, extendiéndose desde Inglaterra
a Alemania hasta llegar a otros países. Su vertiente literaria se fragmentaría
posteriormente en diversas corrientes, como el Parnasianismo, el Simbolismo,
el Decadentismo o el Prerrafaelismo, reunidas en la denominación general
de Posromanticismo, una derivación del cual fue el llamado Modernismo
hispanoamericano. Tuvo fundamentales aportes en los campos de la literatura,
la pintura y la música. Posteriormente, una de las
corrientes vanguardistas del siglo XX, el Surrealismo, llevó al extremo los
postulados románticos de la exaltación del yo.

Características del Romanticismo:


El Romanticismo es una reacción contra el espíritu racional y crítico de
la Ilustración y el Clasicismo, y favorecía, ante todo:

 La conciencia del Yo como entidad autónoma y, frente a la universalidad de


la razón dieciochesca, dotada de capacidades variables e individuales como
la fantasía y el sentimiento.
 La primacía del Genio creador de un Universo propio, el poeta
como demiurgo.
 Valoración de lo diferente frente a lo común, lo que lleva una fuerte
tendencia nacionalista.
 El liberalismo frente al despotismo ilustrado.
 La originalidad frente a la tradición clasicista y la adecuación a los cánones.
Cada hombre debe mostrar lo que le hace único.
 La creatividad frente a la imitación de lo antiguo hacia los dioses de Atenas.
 La obra imperfecta, inacabada y abierta frente a la obra perfecta, concluida y
cerrada.
Es propio de este movimiento un gran aprecio de lo personal,
un subjetivismo e individualismo absoluto, un culto al yo fundamental y al
carácter nacional o Volksgeist, frente a la universalidad y sociabilidad de
la Ilustración en el siglo XVIII; en ese sentido los héroes románticos son, con
frecuencia, prototipos de rebeldía (Don Juan, el pirata, Prometeo) y los autores
románticos quebrantan cualquier normativa o tradición cultural que ahogue su
libertad, como por ejemplo las tres unidades aristotélicas (acción, tiempo y
lugar) y la de estilo (mezclando prosa y verso y utilizando polimetría en el
teatro), o revolucionando la métrica y volviendo a rimas más libres y populares
como la asonante. Igualmente, una renovación de temas y ambientes, y, por
contraste al Siglo de las Luces (Ilustración), prefieren los ambientes nocturnos y
luctuosos, los lugares sórdidos y ruinosos (siniestrismo); venerando y buscando
tanto las historias fantásticas como la superstición.
Un aspecto del influjo del nuevo espíritu romántico y su cultivo de lo diferencial
es el auge que tomaron el estudio de la literatura popular
(romances o baladas anónimas, cuentos tradicionales, coplas, refranes) y de las
literaturas en lenguas regionales durante este periodo: la gaélica, la escocesa,
la provenzal, la bretona, la catalana, la gallega, la vasca... Este auge de lo
nacional y del nacionalismo fue una reacción a la cultura francesa del siglo
XVIII, de espíritu clásico y universalista, difundida por toda Europa
mediante Napoleón.
El Romanticismo se expandió también y renovó, enriqueció el limitado lenguaje
y estilo del Neoclasicismo dando entrada a lo exótico y lo extravagante,
buscando nuevas combinaciones métricas y flexibilizando las antiguas o
buscando en culturas bárbaras y exóticas o en la Edad Media, en vez de
en Grecia o Roma, su inspiración.
Frente a la afirmación de lo racional, irrumpió la exaltación de lo instintivo y
sentimental. «La belleza es verdad». También representó el deseo de libertad
del individuo, de las pasiones y de los instintos que presenta el «yo»,
subjetivismo e imposición del sentimiento sobre la razón. En consonancia con lo
anterior, y frente a los neoclásicos, se produjo una mayor valoración de todo lo
relacionado con la Edad Media, frente a otras épocas históricas.
El estilo vital de los autores románticos despreciaba el materialismo burgués y
preconizaba el amor libre y el liberalismo en política, aunque hubo también un
Romanticismo reaccionario, representado por Chateaubriand, que preconizaba
la vuelta a los valores cristianos de la Edad Media. El idealismo extremo y
exagerado que se buscaba en todo el Romanticismo encontraba con frecuencia
un violento choque con la realidad miserable y materialista, lo que causaba con
frecuencia que el romántico acabara con su propia vida mediante el suicidio. La
mayoría de los románticos murieron jóvenes. Los románticos amaban la
naturaleza frente a la civilización como símbolo de todo lo verdadero y genuino.

Literatura del Romanticismo


En la prosa, incluso el género didáctico pareció renovarse con la aparición del
cuadro o artículo de costumbres. La atención al yo hace que empiecen a ponerse
de moda las autobiografías, como las Memorias de ultratumba de François
René de Chateaubriand. También surgió el género de la novela histórica y
la novela gótica o de terror, así como la leyenda, y se prestó atención a géneros
medievales como la balada y el romance. Empiezan a escribirse novelas de
aventuras y folletines o novelas por entregas.
El teatro fue el gran vehículo de comunicación de la expresión romántica, era el
género más popular y a través de él se canalizaron sus anhelos de libertad y de
sentimiento nacional.
La poesía trató de liberarse de las preceptivas neoclásicas, y prefirió cantar los
aspectos marginados de las convenciones sociales.
De forma diferente a la Ilustración dieciochesca, que había destacado en los
géneros didácticos, el Romanticismo sobresalió sobre todo en los géneros lírico
y dramático; en este se crearon géneros nuevos como el melólogo o el drama
romántico que mezcla prosa y verso y no respeta las unidades aristotélicas.

Romanticismo argentino:
El Romanticismo tuvo su primera manifestación en la Argentina con la
aparición en 1832 del poema Elvira o la novia del Plata de Esteban Echeverría,
quien lideró el movimiento que se concentró en la llamada Generación del 37 y
tuvo uno de sus centros en el Salón Literario. El romanticismo argentino integró
la lengua tradicional española con los dialectos locales y gauchescos, incorporó
el paisaje rioplatense a la literatura y los problemas sociales. El romanticismo
argentino se produjo íntimamente ligado con el romanticismo uruguayo.
En Hispanoamérica, el contenido nacionalista del romanticismo confluyó con la
recién terminada Guerra de Independencia(1810–1824), convirtiéndose en una
herramienta de consolidación de las nuevas naciones independientes,
recurriendo al costumbrismo como una herramienta de autonomía cultural.
Entre las obras más importantes del movimiento se destacan «La cautiva» y «El
matadero», ambas de Echeverría,1 2 el Martín Fierro obra maestra de José
Hernández, Amalia de José Mármol, Facundo de Domingo F. Sarmiento y el
folletín y obra dramática Juan Moreira de Eduardo Gutiérrez, considerado
fundador del teatro rioplatense.

Esteban Echeverría
Análisis de la Obra:
Biografía del autor: José Pedro Crisólogo Mármol.
(Buenos Aires, 1817- id., 1871) Narrador y poeta argentino del romanticismo,
perteneciente a la generación de 1837. Es uno de los principales escritores
románticos de su país. Su obra más popular es la novela Amalia (1851-1855),
alegato antirrosista. Escribió también dramas y poemas políticos.
Hijo de un soldado español y de una dama uruguaya, llegó a conjeturarse que su
verdadero padre fue el general Tomás Guido, con quien tenía gran parecido y
que fue su protector. Mármol estudió primero en Montevideo e inició en Buenos
Aires la carrera de derecho.

José Mármol

En 1839 fue encarcelado por el gobierno de Juan Manuel de Rosas, acusado de


difundir diarios provenientes de Montevideo. Su permanencia en prisión (de
seis días, según los diarios oficiales; de diecisiete, según el futuro autor) marcó
su porvenir, ya que fue allí, según la leyenda impulsada por él mismo, donde
escribió, en las paredes del calabozo y con palitos de yerba quemados con las
velas, sus primeros versos contra el dictador. La oposición al régimen de Rosas
lo llevaría al exilio en Uruguay y Brasil. Compuso toda su obra en tierras
extranjeras, y tras su regreso a Argentina no volvió a escribir.
En Montevideo colaboró con el movimiento opositor al rosismo desde los
diarios El Nacional, Muera Rosas y Tirteo; fundó la revista El Álbum y allí
estrenó los dramas en verso El poeta y El cruzado (ambos en 1842). A su etapa
brasileña corresponde el poema El puñal (1844) y el inicio de la publicación del
inconcluso Cantos del peregrino, ambiciosa obra en verso de neta influencia
byroniana. Reuniría más tarde su producción poética en Armonías (1851).
Su prosa política incluye Examen crítico de la juventud progresista de Río de
Janeiro (1847), Asesinato del señor Florencio Varela, redactor de El Comercio
del Plata (1849) y Manuela Rosas (1850), folleto en el que presenta a Rosas
como un tirano feroz y a su hija, Manuela, como una víctima de la
monstruosidad del padre. El mismo trato se reproduce en la ya citada
novela Amalia, que publicó en La Semana, diario que fundó.
Mármol regresó a Buenos Aires a la caída de Rosas y ocupó cargos públicos: fue
senador y diputado, partidario de Mitre, y asumió en 1858 la dirección de la
Biblioteca Nacional, que desempeñó hasta su muerte. La ceguera entristeció los
últimos años de su vida.
Es su novela “Amalia” (1851) la que convierte a Mármol en un clásico de la
literatura Argentina. La novela cuenta la historia de un encuentro sentimental
entre el joven unitario Eduardo Belgrano y Amalia.
La novela se sitúa en el año 1840, y a pesar del cariz de su asunto central, la
perspectiva histórica, marcada por una visión crítica del régimen rosista está
siempre presente.
Contexto histórico de la obra:
Nuestro escritor, junto a figuras fundadoras de la literatura nacional como
Esteban Echeverría y Domingo F. Sarmiento, inició un movimiento artístico
que, si bien se inscribió en el romanticismo europeo (no español), tuvo la
originalidad de ser a la vez un programa ideológico. El Salón Literario de
Marcos Sastre, del cuál Mármol fue miembro, y que luego se convirtió en la
Asociación de Mayo, inauguró una doctrina que dio cuenta de las inquietudes
artísticas y políticas de los jóvenes de esa generación, tan convulcionada por el
devenir histórico de las luchas internas y por la imperiosa necesidad de crear
una identidad nacional. Dos puntos clave resumen estas inquietudes: organizar
la libertad americana en forma democrática, por un lado, y liberar el arte del Río
de la Plata del yugo del clasicismo español, por la otra, creando así a la vez que
una nación, una nueva literatura. Junto con nuevos estados era imprescindible
un nuevo lenguaje estético que fuera portadorde ideas y a la vez testimonio
histórico de una ralidad desconsertante y avasalladora.
En la Argentina, la lietratura romántica se enlazó a la lucha política de manera
indisoluble. Por medio de la descripción de los habitantes típicos y su modo de
vida, sus creencias e ideales, y hasta sus vestimentas, hábitos y hablas
regionales, los escritores no sólo pintaron un momento y un lugar, sino que
manifestaron sin reparo a la objetividad, un proyecto sobre cómo debía ser un
nuevo programa nacional. Una literatura nacida en el exilio, recordemos El
matadero y Facundo, quedará sellada por la impronta del sufrimiento y la
persecución. Los años de gobierno de Juan Manuel de Rozas se convierten en
un “infierno” para los intelectales, que creen necesario entablar la lucha con la
pluma como arma de Resistencia.
Al respecto dice el crítico Adolfo Prieto: “…El rosismo constituyó un verdadero
trauma en la conciencia colectiva, un golpe que escindió a la sociedad de su
tiempo en réprobos y en elegidos, condenando a los dos sectores a la mutua
recriminación. La literatura de esos años agigantó y volvió más espesa la
sustancia de un conflicto típicamente maniqueo, y la literatura posterior,
desgajada de las bases históricas y sociales que le dieron origen continuo, sin
embargo, reviviendo en la conciencia colectiva las viejas tensiones del
conflicto”.
Y Amalia, la novela inauguralde nuestra literatura, adquiere en este contexto un
carácter testimonial que representa la realidad política, social y humana de
quien vivió el rosismo como una época crítica, sangrienta y bárbara. La gran
originalidad de este texto es la combinación de los géneros narrativos que,según
los críticos, englobarían la novela histórica, la sentimental, la autobiográfica y la
de folletín. La descripción de los grandes cuadros de la sociedad, la convivencia
de la realidad y la ficción, de los personajes ciertos y los imaginarios acercan a
Amalia a la novela histórica. El análisis de los sentimientos y las pasiones del
alma; la prosa utilizada, algo retórica y recargada la inscriben en la novela
sentimental o subjetiva. Los cuadros que describe el narrador, que impregnan
muchas de sus páginas de un realismo crudísimo, las opiniones de éste no
pueden leerse sin escuchar el eco del autor y su intención testimonial. De la
novela de folletín tiene Amalia su estructura en capítulos, que se publicaban por
entregas en los periódicos, estructurados en finales de intriga y suspenso.

Explicación de la obra:

La mayor parte de los personajes históricos de esta novela existen aún, y ocupan
la posición política o social que al tiempo en que ocurrieron los sucesos que van
a leerse. Pero el autor, por una ficción calculada, supone que escribe su obra
con algunas generaciones de por medio entre él y aquellos. Y es ésta la razón por
la que el lector no hallará nunca los tiempos presentes empleados al hablar de
Rosas, de su familia y de sus ministros, etc.
El autor ha creído que tal sistema convenía tanto a la mejor claridad de su
narración, cuanto al porvenir de la obra destinada a ser leída, como todo lo que
se escribía, bueno o malo, relativo a la época dramática de la dictadura
argentina,por las generaciones venideras; con quienes entonces se armonizará
perfectamente el sistema aquí adoptado, de describir bajo una forma
retrospectiva personajes que viven en la actualidad.
Montevideo, Mayo de 1851.

Datos históricos relacionados con la obra:


Juan Manuel Rosas, en su primera etapa de gobierno de Buenos Aires, desde el
fusilamiento del coronel Dorrego hasta 1832, y desde 1835, con la proclamación
de Restaurador de las Leyes. Rosas se sirve del federalismo provincial para
destruir el poder de la burguesía comercial; se apoya en el conservadurismo
porteño, las transigencias del consorcio comercial inglés, las montoneras de
gauchos, los despóticos caudillos de provincias. Además de la represión contra
los unitarios en Buenos Aires, el país vive una cruenta guerra civil. Alterna
distintas situaciones bélicas: las campañas del general Lavalle, el bloqueo de la
escuadra inglesa, los triunfos de Oribe sobre los federales, las muertes violentas
de Crámer, Castelli, Lavalle, Marcos Avellaneda. La perspectiva histórica de la
novela está representada por la represión rosista, en Buenos Aires y sus
alrededores, en un tiempo reducido del año 1840, desde el 4 de mayo hasta
comienzos del mes de octubre, fecha conflictiva por las consecuencias de la
retirada de Lavalle. La amenaza del ejército unitario del general Lavalle que,
después de operar en Corrientes y Entre Ríos, se propone atacar la capital, el
bloqueo del almirante francés Mackau, provocan la crisis del gobierno federal y,
como consecuencia del peligro, se recrudece la feroz acción represiva de la
mazorca contra los unitarios. Las situaciones de violencia, generadas por la
organización represiva, influyen en las situaciones melodramáticas de la novela,
actúan como desencadenantes del clímax de terror y del destino fatal de los
procesos amorosos de las parejas Daniel Bello y Florencia Dupasquier, y de
Eduardo Belgrano y Amalia. Es necesario destacar el papel preponderante de los
eventos históricos, desde los movimientos del general Lavalle, en el norte, y su
avance por la provincia de Buenos Aires hasta la situación de los exiliados en
Uruguay; desde la acción de los ejecutores policiales hasta los juicios negativos
sobre la dictadura. Toda esta materia ocupa el mayor número de páginas, hasta
tal punto que la historia sentimental, supeditada a las situaciones contextuales,
movida siempre por las tensiones políticas.
.

Estructura de la obra:
La novela está dividida en cinco partes y consta de setenta y siete capítulos.
Además contiene una especie de Epílogo.

El Marco Histórico dentro de la obra:


El trasfondo histórico de estos amores es la situación política del país en 1845,
llamado año del teatro. Éste fue el año de la frustrada campaña de Lavalle para
derrocar a Rosas y de la represión ejecutada a través de la Mazorca. Lavalle no
aparece como personaje pero las vicisitudes de su marcha hacia Buenos Aires y
de su posterior huida determinan los acontecimientos más importantes del
relato. En algunos pasajes el narrador se dirige a él para reprocharle su retirada.

Breve argumento de la obra:


Eduardo es herido al intentar huir de Buenos Aires para incorporarse a los
rebeldes que combaten contra Rozas, en el momento de la lucha contra los
federales, su amigo Daniel Bello aparece, lo salva y lo conduce a la casa de su
prima Amalia (una joven viuda), donde es curado y atendido por el Dr. Alcorta,
allí guarda refugio hasta su recuperación. Los dos Primos (Daniel y Amalia),
fingen ser partidarios de Rosas, para poder luchar en su contra y salvar a
Eduardo.
Amalia y Eduardo enamorados, se casan en la víspera de una proyectada huída;
pero mueren a manos de la Mashorca.
Especie de Epílogo:
La crónica, que nos revelará más tarde, quizá algo interesante sobre el destino
de ciertos personajes que han figurado en esta larga narración, por ahora sólo
cuenta que al siguiente día de aquel sangriento drama, los vecinos de Barracas
que entraron por curiosidad a la quinta asaltada, no encontraron sino cuatro
cadáveres, el de Pedro, cuya cabeza había sido separada del tronco, y los de tres
miembros de la Sociedad Popular Restauradora; que allí estuvieron hasta la
oración de ese día, en que fueron sacados en un carro de la policía, a la vez que
eran robados los últimos objetos que quedaban en las cómodas, mesas y
roperos.

Tema Central de la Obra:


“El amor y el terror”

Personajes Principales:
Imaginarios:
 Eduardo Belgrado: Joven de corazón valiente y generoso e inteligencia
privilegiada por Dios y por el estudio; (Belgrano es miembro de un
partido unitario opositor al partido federal de Rosas).
 Amalia: Posee las características de la heroína romántica: apasionada,
sensible, pura, elevada sobre el mundo terrenal.
 Daniel Bello: Se aleja de la categoría de héroe romántico: esta en el límite
del sentimiento y la razón. Joven de veinticinco años de edad, de
mediada estatura, pero perfectamente bien formado, es un joven de una
fisonomía que demuestra el sello elocuente de su inteligencia.
 Florencia Dupasquier: Amada de Daniel Bello.
 Pedro: Personaje honrado, valiente y de corazón generoso.
 Fermín: Es un joven de unos dieciocho años de edad y es el criado de
confianza de Daniel Bello.
Reales:
 María Josefa Ezcurra: Cuñada de Juan Manuel de Rosas y además es
incondicional de este. (Antítesis de Amalia).
 Juan Manuel de Rosas: Villano (es la causa de todos los males vividos por
los protagonistas), dictador de Argentina.
 Manuela Rosas: hija de Juan Manuel de Rosas, era una joven de unos
veintidós o veintitrés años, algo delgada, alta, de un talle y de unas
formas graciosas y con una fisonomía que podría llamarse bella.
Poseyente de un temperamento algo nervioso.
Según la caracterización típica del folletín unos y otros están agrupados a partir
de un eje de oposiciones que los separa en buenos o víctimas y malos o
victimarios. Siguiendo las pautas de la estética romántica al lado de los
personajes trágicos surgen otros que se relacionan con episodios cómicos o
grotescos.
Elementos del Romanticismo dentro de la obra:
 Exaltación de la belleza de la mujer. (“-Oh, mi linda prima,- dijo Daniel,-
los dioses habrían despedido a Hebe, y dádote preferencia para servirles
su vino si te hubiesen visto como yo te veo en este momento!”).
 Exaltación de lo instintivo y sentimental: (“Pero ese silencio cesó pronto.
Sin dar tiempo a que Florencia lo evitase, Daniel se precipitó a sus pies, y
de rodillas, oprimió entre sus manos su cintura”).
 La naturaleza como símbolo de Libertad: (“He dicho en muy buen
castellano, y lo repito , un paraje lleno de felicidad, una gruta de Armida,
una isla de Ednido, un palacio de Hadas, ¿no sabe usted, dónde es esto
señor Bello?”).
 La muerte: (“Y todos oyeron esta vez, menos Eduardo, cuya alma, en ese
instante, volaba hacia Dios, y su cabeza caía sobre el seno de Amalia, que
dobló exánime su frente y quedó tendida en un lecho de sangre junto al
cadáver de su esposo, de su Eduardo”).
 La exaltación del “Yo”: La omnisciencia del relator se advierte en su
participación como testigo permanente de los sucesos narrados desde el
exterior, y también en las descripciones de los estados anímicos
subjetivos de sus personajes. El “yo” del relatador se identifica
plenamente con el “yo” del autor tomando partido contra la situación
política de la tiranía de Rosas y, en cuanto a la influencia de los sucesos
históricos acaecidos, es obvio que los siente como propios. El autor se
aparta con frecuencia de la línea narrativa, para hacer conocer sus
opiniones y puntos de vista personales, impregnados de sentimientos y
vehemencias. La actitud personal del narrador advierte también en su
posición frente a la naturaleza, a la cual describe según los cánones de la
sensibilidad romántica, como testigo confidente y participe de los estados
de ánimo del relatador y sus personajes, envueltos en una misma actitud
psicológica. En ciertos momentos de la novela, el narrador imaginario
deja a los personajes que dialoguen en forma directa frente al lector,
como si la escena correspondiera a una situación dramática y el lector
fuese el público.

Objetivos de la Obra:
En Amalia, compuesta por José Mármol durante su exilio en Montevideo, el
autor se propuso narrar la situación política que se vivía en Buenos Aires en
1840, ' describir en ironía retrospectiva personajes que viven en la actualidad".
Efectivamente uno de los logros fue el relato y la ilusión creada en el lector
contemporáneo de que no leía sucesos presentes sino más lejanos en el tiempo.

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