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AUTOS: “ARANDA FRANCISCO c/ AUTOPISTAS DEL SOL S.A.

s/DAÑOS Y
PERJUICIOS (ACC.TRAN. C/LES. O MUERTE)” (Expte. 57040/2007)

En los presentes autos los integrantes de la Cámara Civil, Sala D, confirmaron la sentencia
de primera instancia dictada en junio de 2014, la cual condenara a Autopistas del Sol Sociedad
Anónima y a su aseguradora La Meridional Compañía Argentina de Seguros Sociedad Anónima,
en la medida del seguro contratado, a abonarle al Sr. Aranda Francisco la suma de $62.000 por el
accidente sufrido en fecha 23 de julio de 2005.

Dado que la Sentencia de sala no hace más que confirmar en todas sus partes la sentencia
de primera instancia, se procede a analizar esta última, en base a la normativa vigente al
momento del dictado del pronunciamiento.

SENTENCIA JUZGADO CIVIL 59. 30/06/2014

 Interposición de demanda

En los presentes autos se presenta Francisco Aranda promoviendo demanda contra


Autopistas del Sol S.A. y/o contra quien resulte civilmente responsable por el accidente ocurrido
el 23 de julio de 2005, a fin de que se le indemnicen los daños y perjuicios sufridos como
consecuencia del mismo.

Tal como lo exige el art. 330 del C.P.C.C.N., el actor en su escrito de inicio relata los
hechos ocurridos, funda su derecho, ofrece pruebas de las que intenta valerse, y solicita se le
abone las sumas que reclama, con más los intereses que correspondan. Asimismo debe
acompañar toda la documental de la cual intente valerse, y posteriormente desconocer o
reconocer la presentada por la parte contraria.

 Contestación de demanda

Por la otra parte se presenta Autopistas del Sol S.A. quien contesta demanda, funda su
derecho, ofrece pruebas y pide el rechazo de la misma; asimismo La Meridional Compañía
Argentina de Seguros S.A. reconoce la vigencia del seguro, contesta la citación en garantía,
funda su derecho, ofrece pruebas y pide que se rechace la demanda.

En este orden de cosas, el art. 365 del C.P.C.C.N. establece que al momento de contestar
demanda, se deben oponer todas las excepciones o defensas de que intente valerse, además debe
reconocer o negar categóricamente cada uno de los hechos expuestos en la demanda, ello es así

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por cuanto su silencio o la negativa general pueden ser estimadas como reconocimiento de la
verdad de los hechos expuestos.

 Hechos del caso

En lo que se refiere a los hechos, el actor relata en su escrito de demanda que con fecha 23
de julio de 2015 siendo aproximadamente las 5.30 hs, conducía su vehículo marca Peugeot 206
por la autopista Panamericana, cuando a la altura del kilómetro número 17.800, de la Localidad
de Martínez, Provincia de Buenos Aires, observa la presencia de un objeto de gran tamaño sobre
la calzada, y al intentar esquivarlo, la unidad pegó contra el guard-rail izquierdo, desplazándose
luego hacia el lado derecho, lo que le generó los daños y perjuicios por los que reclama. Es por
ello que imputa responsabilidad a la concesionaria por haber incumplido con su obligación de
vigilancia encaminada a evitar riesgos para la circulación, dado que la misma debió remover
inmediatamente el obstáculo o cuanto menos señalizarlo.

Por su parte, la demandada, a cuyo responde adhirió la citada en garantía, luego de efectuar
la negativa puntual y categórica de los hechos, afirma que dio estricto cumplimiento con todas
las obligaciones a su cargo, y que el hecho ocurrió por exclusiva culpa del actor, alegando que
perdió el dominio del rodado por la excesiva velocidad a la que circulaba. Asimismo manifiesta
que, en caso de acreditarse la existencia del objeto al cual refiere el actor, se debería de tener en
cuenta también la culpa del dueño de la cosa.

 Carga de la prueba

Según como lo establece el art. 377 del C.P.C.C.N., incumbe la carga de la prueba a la
parte que afirme la existencia de un hecho controvertido que el juez o tribunal no tenga el deber
de conocer, y dado que en el presente caso la parte demandada procedió a negar la existencia de
un objeto sobre la autopista, incumbe al actor demostrar la certeza del hecho que invoca.

En el proceso civil la carga de la prueba se establece en el interés de las partes, para


demostrar sus afirmaciones, quien alega un hecho debe comprobarlo. Quien tiene la carga de la
prueba y no la produce se perjudica,

La inversión de la carga de la prueba ocurre en los casos de presunciones legales “iuris


tantum”, es decir, en aquellos casos en que la ley presume ciertos hechos, y quien pretenda
negarlas debe probarlo.

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 Prueba documental

A fin de probar la ocurrencia del hecho y de la existencia del objeto al cual hace referencia
el actor, se acompaña al expediente el acta labrada por el personal policial, del cual surge que el
accidente ocurrió en el lugar y fecha que detallara el actor en su escrito de inicio. Posteriormente
en sede policial se le tomó declaración al Sr. Antonio San Juan, quien iba a bordo del vehículo al
momento del hecho, y al hacer referencia al objeto en discusión, manifiesta que éste apareció de
manera sorpresiva, sumado al hecho que las condiciones de visibilidad no eran buenas, por
cuanto era de noche y la calzada estaba mojada porque lloviznaba.

Se le tomó declaración al Sr. José A. Fernández, quien fuera compañero de trabajo del
actor, quien si bien no vio el accidente, realizó el mismo trayecto, y concuerda con las
manifestaciones del Sr. Aranda y el Sr. San Juan, en cuanto a la visibilidad y al objeto que se
encontraba en la calzada.

 Regla de la sana crítica

En este sentido, respaldado por el art 456 del C.P.C.C.N., según el cual los jueces
apreciarán las circunstancias y motivos que corroboren o disminuyan la fuerza de las
declaraciones en base a la regla de la sana crítica; y el art 386 según el cual formarán su
convicción respecto de la prueba también en base a dicha regla, es que las declaraciones son
apreciadas como precisas y razonablemente aceptables por el juez.

 Prueba pericial

Pasando a la pericia técnica efectuada, el perito ingeniero mecánico designado en autos


consideró que el siniestro se produjo presuntamente por la interposición de un objeto extraño en
la línea de marcha del vehículo, lo que al detectarla provocó que el conductor realizara una
maniobra de esquive, colisionando con el separador central. Se torna necesaria la designación de
un experto, quien posee conocimientos especiales en ésta área, a fin de que detalle las
operaciones técnicas realizadas y los principios científicos en que se funda; si bien no se
encontraba la momento del accidente, es quien puede determinar cómo pudieron haber ocurrido
las cosas siguiendo un orden normal, tomando en cuenta las circunstancias del caso y los
principios técnicos. Basándose en el art. 477 del C.P.C.C.N., el cual establece que la fuerza
probatoria del dictamen pericial será estimada por el juez teniendo en cuenta la competencia del
experto, los principios en que se funda, la concordancia de su aplicación con las reglas de la sana

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crítica, las observaciones formuladas, y los demás elementos de convicción, es que el juez
comparte el dictamen presentado por el perito ingeniero y le otorga valor probatorio.

 Prueba informativa

Posteriormente del informe accidentológico vial que fuera labrado en sede policial, queda
probado la existencia del objeto al cual aludiera el actor, y que fuera motivo del accidente
producido, dado que se dejó constancia en dicho informe que junto al divisor de la autopista se
encontraba una estructura símil caucho con inscripción “DODGE”.

Teniendo en cuenta el material probatorio y de acuerdo a las reglas de la sana crítica a fin
de valorar la prueba producida, es que el juez otorga verosimilitud a los extremos invocados por
el actor, y tiene por comprobada la ocurrencia del accidente con motivo de la maniobra de
elusión del objeto que se encontrara en la calzada.

 Responsabilidad civil

El tema ahora que se debe esclarecer, es el de la responsabilidad que se le pueda atribuir a


cada una de las partes en la producción del hecho dañoso.

En este orden de ideas, la postura del juez se basa en el hecho de que el concesionario vial,
por un precio a recibir de los usuarios, asume la obligación de asegurarles una circulación
normal, que sea libre de peligros y obstáculos. Se trata de una relación de consumo, en la cual la
obligación del contrato, es la del mantenimiento de la ruta, y para liberarse de responsabilidad, se
debe acreditar que el hecho se debió a la culpa del damnificado, o de un tercero por quien no sea
civilmente responsable, o que provino de caso fortuito o fuerza mayor.

En el presente caso, queda en evidencia que la demandada faltó a su obligación de


mantenimiento de la vía de circulación que explotaba, por cuanto debía remover cualquier objeto
que pudiera llevar a la producción de daños, en este caso, el protector de caja, que si bien
proviene del vehículo de un tercero, ello no libera de responsabilidad a la concesionaria del
servicio, quien asumió el compromiso de mantener en condiciones de seguridad el tránsito en
todo el recorrido de la autovía, y lo cual no cumplió. Es por ello que el juez considera que
Autopistas del Sol S.A. debe responder por el daño causado.

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 Citación en garantía de la aseguradora

Asimismo se hace extensiva la responsabilidad concurrente a La Meridional Compañía


Argentina de Seguros S.A., en función de lo previsto por el art 188 de la Ley 17.418, en los
términos y alcances del seguro contratado. El citado artículo permite la citación en garantía del
asegurador por el damnificado hasta la recepción de la causa a prueba. En este orden de ideas, si
el asegurador fue citado por el damnificado, como ocurre en el presente caso, su pretensión
directa lo convierte en codemandado. La intervención del asegurador puede cooperar o ser
excluyente en relación al asegurado, la actividad procesal del citado en garantía es de mayor
amplitud, asegurándole su derecho de defensa. También se entiende que es parte, dado que tiene
autonomía de actuación y es libre de asumir una determinada posición frente a las partes
originarias. Asimismo, se lo entiende como un litisconsorcio facultativo, ello con el fin de evitar
fallos contradictorios y en aras de la economía procesal.

Luego de haberse declarado la responsabilidad exclusiva de la parte demandada, y haber


tenido por acreditada la relación de causalidad entre el hecho ilícito y las consecuencias
inmediatas y necesarias por las que debe responder, se procede a analizar los diferentes rubros
que integran el reclamo del actor.

 Rubros indemnizatorios

- Incapacidad física.

Es entendida como la pérdida parcial o total de la capacidad innata de un individuo, ya sea


por causas relacionadas con enfermedades congénitas o adquiridas, o por lesiones que
determinan una merma en las capacidades de la persona. Muchas incapacidades están asociadas
a accidentes ocurridos en oportunidad o circunstancia del trabajo, en tanto que otras
incapacidades físicas provienen de accidentes viales, tanto automovilísticos como ferroviarios.
Para calcular el porcentaje de incapacidad de una persona, no se suele recurrir a un criterio
objetivo de cálculo, sino que resulta de una estimación aproximada, hecha por un médico
designado como por un perito o por un juez.

En el presente caso el perito médico legista designado en autos dictaminó que el actor,
como consecuencia del accidente, presenta secuela de traumatismo de hombro y cervicalgia
postraumática, lo que le genera una incapacidad física parcial y permanente del 10% de la total
obrera, lo cual es compartido por el juez.

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Es por ello que en base a la edad del actor al momento del acciente (38 años), la naturaleza
y entidad de las lesiones sufridas y su situación socioeconómica, es que se fija el monto
indemnizatorio en la suma de $30.000.

- Daño psicológico y tratamiento psicológico futuro

La Dra. Zavala de González define al daño psicológico como "una perturbación patológica
de la personalidad, que altera el equilibrio básico o agrava algún desequilibrio precedente del
damnificado. Se entiende que comprende tanto las enfermedades mentales como los
desequilibrios pasajeros, pero sea como situación estable o bien accidental y transitoria, perturba
la normalidad del sujeto y trasciende en su vida individual y de relación.

En el caso, la perito licenciada psicológica concluyó que el actor no presenta signos


compatibles con patología psicológica, lo cual es compartido por el juez, y es por ello que estima
que no se encuentra acreditada la existencia de daño psicológico como consecuencia del
accidente, por lo que corresponde su rechazo, así como también el tratamiento psicológico futuro
reclamado.

- Daños al rodado

El resarcimiento por los gastos que conlleva la reparación del vehículo a causa de los
daños causados por el accidente, es procedente en virtud de lo que surge del presupuesto de
reparación que fuera presentado y de las demás constancias y circunstancias de la causa. Dado
que no se solicitó al perito ingeniero mecánico que efectúe una cuantía sobre los daños, es que el
juez fija la indemnización en base al art. 165 del C.P.C.C.N., en una forma razonable y ajustada
a las particularidades del caso. Con lo cual fija el monto resarcitorio en la suma de $20.000.

- Privación de uso

La privación de uso no se presume y debe ser probada. El uso y goce de una cosa, en tanto
constituye un atributo del derecho de propiedad que puede incluso desmembrarse de ella y
redituar un precio, entra en la categoría de los bienes que integran el patrimonio de una persona,
debiendo agregarse que durante el lapso que dura, su privación, es equiparable a la suspensión de
ese derecho. Es así que el mero usuario, cuyo derecho se agota en ese uso y goce, está legitimado
para reclamar indemnización cuando es privado de él.

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Si bien aquí no se acreditó el lapso que pudiera demandar el arreglo del vehículo,
corresponde fijar el monto del rubro teniendo en cuenta los daños materiales probados, en la
suma de $2.000.

- Desvalorización del rodado

Para que proceda el rubro desvalorización del automotor es necesario que se haya
demostrado que se afectaron partes vitales de la estructura del vehículo que participó del
accidente, ya que los meros defectos de carrocería por sí sólo no resultan suficientes para la
procedencia del mismo, además, es necesario demostrar que luego de las reparaciones se
advierten secuelas o defectos que disminuyen el valor de la unidad.

Para que la pérdida de valor de reventa del vehículo proceda, debe ser consecuencia del
accidente y conforme las características del mismo. Se debe acreditar el daño y la relación de
causalidad con el hecho y la titularidad de dominio del rodado o su intención de dominio, o
voluntad de retener lo poseído. Tal como lo establece el art. 1.110 del Código Civil, puede pedir
la reparación del daño no solo quien es dueño o poseedor de la cosa que ha sufrido el daño, sino
también el usufructuario, o el usuario, si el daño irrogase perjuicio a su derecho.

En el presente caso, basándose el juez en el principio de la carga probatoria, la cual está en


cabeza de quien peticiona, y dado que el actor no acompañó elemento de prueba alguno
tendiente a demostrar el daño invocado, es que se procede a desestimar el reclamo.

- Daño moral

El art. 1.078 del Código Civil establece que la obligación de resarcir el daño causado por
los actos ilícitos comprende, además de la indemnización de pérdidas e intereses, la reparación
del agravio moral ocasionado a la víctima. La acción por indemnización del daño moral sólo
competerá al damnificado directo; si del hecho hubiere resultado la muerte de la víctima,
únicamente tendrán acción los herederos forzosos.

Se ha entendido como daño moral a todo menoscabo o lesión a intereses no patrimoniales


provocados por un evento dañoso. Es una lesión simbólica que padece una persona al sentirse
agraviada. A nivel jurídico, un daño puede ser imputado a otro individuo por su negligencia o
malicia; el responsable del daño, por lo tanto, debe asumir la reparación de éste, indemnizando a
la víctima. El daño moral implica una afectación espiritual o un trastorno psicológico. Debido a

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que el daño moral es abstracto, resulta complicada su determinación, al igual que la
cuantificación de la indemnización para repararlo.

Basándose en el art. 522 del Código Civil, el cual dispone que el juez podrá condenar al
responsable a la reparación del agravio moral que hubiese causado, de acuerdo a la índole del
hecho generador de la responsabilidad y circunstancias del caso, y dado que los antecedentes de
la causa hacen a la víctima merecedora de esa reparación, es que se fija el monto indemnizatorio
en la suma de $10.000.

- Lucro cesante

El ordenamiento civil entiende al lucro cesante como la ganancia o utilidad de que fue
privado el damnificado, es decir, la frustración de un enriquecimiento patrimonial a raíz de un
hecho lesivo. La determinación del lucro cesante se sustenta en la prueba de la actividad
productiva que se desarrollaba, de las ganancias que por ella se percibía y del impedimento
temporal que habría obstado a su continuación.

Dado que en el presente caso el actor no acreditó que a la época del siniestro se
desempeñara como electricista para diversos edificios y clientes particulares, ni tampoco
demostrara el menor beneficio económico del que se habría visto privado, es que se rechaza el
presente rubro por no estar reunidos los presupuestos que hacen a la viabilidad del reclamo.

 Condena

En base a la prueba producida en autos, las consideraciones efectuadas y disposiciones


legales citadas, es que se resuelve hacer lugar a la demanda promovida por el Sr. Aranda
Francisco, condenando a Autopistas del Sol S.A. y a su aseguradora La Meridional Compañía
Argentina de Seguros S.A., en la medida del seguro contratado, a abonarle la suma de $62.000,
con más sus intereses.

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SENTENCIA CAMARA CIVIL – SALA D. 08/05/2015

Posteriormente en mayo de 2015 los jueces de Cámara, Dres. Victor Fernando Liberman,
Ana María Brilla de Serrat y Patricia Barbieri resolvieron desestimar los agravios de los
apelantes y confirmar la sentencia de grado.

En presentación conjunta la demandada y su aseguradora apelaron el fallo de primera


instancia, cuestionando el encuadre jurídico de la relación entre el concesionario y el usuario
vial, la atribución de responsabilidad y la procedencia y montos de los rubros.

Con relación a la responsabilidad, si bien el Dr. Liberman discrepa con el sentenciante,


dado que según su postura la relación de consumo implicada en el tránsito por caminos
concesionados con pago de peaje no conlleva una obligación de seguridad de la que
necesariamente surja una responsabilidad objetiva, entiende que aunque se desechara la
obligación de seguridad inherente a la relación de consumo, los hechos que motivaran el pleito
denotan fallas en el servicio brindado por la empresa al no mantener la vía concesionada
expedita y en adecuadas condiciones de transitabilidad.

Se desprende del análisis del materia probatorio que la demandada no ha logrado acreditar
el extremo defensivo alegado en autos, a saber, la culpa de la víctima, ni tampoco se demostró
que hubiera cumplido con el servicio de control del estado de la calzada en un tiempo razonable
previo a la ocurrencia del siniestro.

Es por ello que se entiende que el factor de riesgo constituido por la cosa inerte, y que no
fuera removida por omisión imputable a la empresa concesionaria vial demandada, es causa
eficiente y desencadenante del accidente protagonizado por el actor.

En relación a los daños, se procede a confirmar lo que fuera dicho en su oportunidad en la


sentencia de grado, en cuanto a la incapacidad sobreviniente, el daño moral, los daños al rodado,
y la privación de uso. Se resalta lo dicho por el Dr. Liberman en cuanto a que “así como el juez
no puede dar explicaciones “objetivas” o numéricas acerca de la cantidad que asigna, el litigante
no puede criticar razonada y concretamente la decisión”.

Consecuentemente las Dras. Ana María Brilla de Serrat y Patricia Barbieri, por análogas
razones, votaron en el mismo sentido a las cuestiones propuestas.

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