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Joel - Introducción - 1:3

Continuamos hoy, amigo oyente, nuestro recorrido bíblico y


llegamos al Antiguo Testamento para comenzar nuestro estudio
del libro del profeta Joel. Este libro quizá no nos parezca muy
importante, ya que solamente tiene tres breves capítulos. No es
extenso, pero tiene un contenido poderoso y de grandes
proyecciones. En primero lugar diremos algo sobre
El autor
Sabemos muy poco sobre el profeta Joel. Todo lo que se dijo de
él se encuentra en el capítulo 1, versículo 1 , que dice: Palabra
del Señor que vino a Joel hijo de Petuel. El significado de su
nombre es "el Señor es Dios" y era un nombre muy común.
Algunos han llegado a la conclusión de que el profeta Joel era hijo
de Samuel, porque el primer libro de Samuel, capítulo 8,
versículos 1 y 2 dice: 1Aconteció que cuando Samuel envejeció
puso a sus hijos por jueces sobre Israel. 2Su hijo primogénito se
llamaba Joel. Pero si continuamos leyendo veremos que el
versículo siguiente dice: 3Pero no anduvieron los hijos por los
caminos de su padre, sino que se dejaron llevar por la avaricia,
dejándose sobornar y pervirtiendo el derecho. Por ello concluimos
que el hijo de Samuel no pudo haber sido el mismo que el profeta
Joel. A continuación diremos algo sobre
Su tiempo
Podemos estar seguros de que Joel profetizó en Jerusalén y en la
zona en que se encontraba esta ciudad. Una y otra vez en su
profecía él se refirió a "la casa del Señor". Por ejemplo, en el
capítulo 1, versículo 9 leemos: desapareció de la casa del Señor
la ofrenda de cereal y la libación, los sacerdotes ministros del
Señor están de duelo. También el profeta mencionó a Jerusalén
en el capítulo 3, versículo 20, que dice: Pero Judá será habitada
para siempre, y Jerusalén por generación y generación. Y
retrocediendo unos versículos, en este mismo capítulo 3,
versículo 17 dice: Entonces conoceréis que yo soy el Señor,
vuestro Dios, que habito en Sión, mi santo monte. Jerusalén será
santa y extraños no pasarán más por ella. Por lo tanto, sabemos
que Joel fue un profeta en el reino del sur, es decir, en el reino
de Judá.
El profetizó como uno de los primeros profetas. En realidad, hubo
bastantes profetas, por lo menos 50 profetas, y los eruditos
conservadores admiten en general que Joel profetizó durante el
reinado de Joaz, rey de Judá. Eso quiere decir que probablemente
fue contemporáneo y probablemente conoció a Elías y a Eliseo.
Ahora consideraremos
El tema
El tema de Joel fue "el día del Señor". Se refirió específicamente
a él unas 6 veces. (en 1:15; 2:1 y 2; 2:10 y 11; 2:30 y 31; y
3:14 al 16). Los profetas Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel se
refirieron todos al "día del Señor". A veces lo llamaron "aquel día".
El profeta Zacarías enfatizó especialmente "aquel día". ¿Y cuál fue
aquel día? Joel fue quien introdujo al "día del Señor" en la
profecía. Desde la cima de la montaña de la profecía, ese hombre
miró a través de los siglos y vio mucho más allá que cualquier
otro profeta. Él vio el día del Señor.
El "día del Señor" es una expresión técnica de las Sagradas
Escrituras que está cargada de significado. No solo incluye al reino
de Cristo sobre la tierra que vendrá después de Su segunda
venida, pero este profeta iba a dejarnos bien en claro que este
"día" comenzaría con el período llamado "la gran tribulación", un
período de graves problemas y conflictos. Si uno colocara un
límite o cerrara un paréntesis al final del Día del Señor, éste
estaría situado al final del período del reino, cuando el Señor
acabará con toda las injusticias y establecerá Su reino eterno aquí
en la tierra, que se proyectará por la eternidad.
El "día del Señor" fue una expresión peculiar de todos los profetas
del Antiguo Testamento. No incluye el período en que la iglesia
está en el mundo, porque ninguno de los profetas habló de un
grupo de personas que serían llamados de entre los pueblos no
judíos, del pueblo de Israel y de todos los pueblos de la tierra,
para ser integrados en un gran cuerpo llamado la iglesia, que será
removida de este mundo. Los profetas tampoco hablaron ni
escribieron sobre la iglesia.
Ahora, Jacobo, en el gran concilio de Jerusalén que se mencionó
en el capítulo 15 del libro de los Hechos de los Apóstoles, más o
menos bosquejó este período. Él dijo en el capítulo 15 de los
Hechos de los Apóstoles, versículos 14 al 16: Simón ha contado
cómo Dios visitó por primera vez a los gentiles para tomar de
ellos pueblo para su nombre. Y con esto concuerdan las palabras
de los profetas, como está escrito: "después de esto volveré y
reedificaré el tabernáculo de David, que está caído; y repararé
sus ruinas, y lo volveré a levantar. Ahora, Jacobo dijo: "Después
de esto". ¿Después de qué? Después que Él llamara a Su iglesia
de este mundo, Dios nuevamente regresaría a Su programa de
Israel, y fue a esta época a la cual se refiere "el día del Señor". Y
Jacobo continuó diciendo, en el versículo 17 de este mismo
capítulo 15, del libro de los Hechos de los Apóstoles: Para que el
resto de los hombres busque al Señor, y todos los no judíos, sobre
los cuales es invocado mi nombre. Así que Dios está hoy llamando
de entre los no judíos y de todos los pueblos Ahora, Él está
separando, está llamando a un pueblo. En aquel día, todos los no
judíos que estarán entrando en el reino buscarán al Señor.
Creemos que habrá un gran retorno espiritual a Dios en aquel
tiempo, a diferencia de cualquier época que la iglesia haya podido
presenciar en la historia.
Alguien podría preguntar: "¿Por qué está Dios siguiendo este
programa?" Bueno, aquí podríamos leer lo que dijo Jacobo, o sea
Santiago, en el versículo 18 de este capítulo 15 de los Hechos:
Dice el Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos
antiguos. En realidad, no tenemos respuesta para esa pregunta
ni nadie la sabe. El está siguiendo ese programa y éste es Su
universo. Él no es responsable ante usted ni ante mí, ni tiene por
qué darnos explicaciones sobre qué ha estado haciendo para
recibir o no nuestra aprobación. Sería una lástima que a usted o
a mí no nos agradara porque, después de todo, somos
simplemente criaturas aquí en esta tierra. Veamos ahora algunas
Características especiales
Hay algunas características peculiares sobre la profecía de Joel,
que nos gustaría destacar. Joel fue el primero de los profetas
escritores, y cuando el miró a través de los siglos, vio la llegada
del "día del Señor". Sin embargo, no creemos que haya vista en
absoluto a la iglesia ---así como ninguno de los profetas la vio.
Cuando el Señor Jesús fue a la cima del Monte de los Olivos,
hombres que habían estudiado el Antiguo Testamento se
acercaron a Él y le preguntaron: "¿Qué señal habrá del fin del
siglo?" El Señor, al responder, no les mencionó Su cruz en aquel
momento. No les habló sobre la venida del Espíritu Santo. No les
habló del período de la iglesia, ni les mencionó el arrebatamiento
de la misma. En cambió, el Señor se refirió al comienzo del "día
del Señor". Él le puso una fecha, pero no ésta no se encuentra en
su calendario ni en el mío; los eventos predichos identificarán esa
fecha para los que estén en aquel tiempo en que comience el "día
del Señor". Dice Mateo capítulo 24, versículo 15: Por tanto,
cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que
habló el profeta Daniel (el que lee, entienda) Así que esa será la
forma en que se sabrá cuando comience el "día del Señor". Joel
dejaría en claro que comenzará con una noche, es decir, como un
tiempo de dificultadas y problemas. Después de todo, el día
Hebreo comienza con el atardecer, con la puesta del sol. Génesis
nos dijo en su primer capítulo, Y fue la tarde y la mañana del
primer día. Nosotros comenzamos con la salida del sol, pero Dios
comienza al atardecer. El "día del Señor", por lo tanto, comenzará
con la llegada de la noche.
Hay un detalle notable que observar. A diferencia del libro de
Oseas, el profeta Joel no dice prácticamente nada sobre sí mismo.
En Oseas, encontramos el escándalo que se produjo en su hogar,
es decir, las peripecias de su esposa infiel. No sabemos qué clase
esposa tenía Joel y ni siquiera sabemos si era casado o no. El
primer versículo del libro nos da todos los datos que conocemos,
es decir, como ya hemos visto, que su padre se llamaba Petuel.
Y a diferencia de muchos de los demás profetas, Joel no condenó
a Israel por su idolatría. Anteriormente en la historia de los
israelitas, en la época en la cual Joel estaba profetizando, la
idolatría no era el gran pecado de Israel. Joel solo mencionó un
pecado, el de la embriaguez.
Él comenzó su profecía con una descripción única y excepcional
de una plaga literal de langostas. Después, el profeta usó esa
plaga de langostas para compararla con los juicios futuros que
vendrán sobre esta tierra. El primer capítulo es una joya
dramática y literaria. Es un pasaje notable de la Biblia, diferente
a cualquier otro en el área de la literatura.
Finalmente, la profecía de Joel contiene un pasaje muy polémico,
en el cual él mencionó el derramamiento del Espíritu que fue
citado por el apóstol Pedro en el día de Pentecostés. Nos
referimos a Joel capítulo 2, versículos 28 y 29. Hay diferentes
interpretaciones sobre el derramamiento del Espíritu Santo, y las
examinaremos en detalle cuando llegamos al mencionado pasaje
Bíblico.
Así es que, vamos a comenzar ahora nuestro estudio en este libro
de Joel. Un breve bosquejo nos presentará la estructura de este
libro. En el primer capítulo, y en los primeros 14 versículos,
tenemos "una plaga literal y local de langostas". Luego, tenemos
la segunda división, que es como un preludio y que llamamos
"mirando hacia el día del Señor". Esta división se extiende desde
el capítulo 1, versículo 15 hasta el final del capítulo 2. Después
tenemos una tercera división que hemos titulado "mirando hacia
el día del Señor", que es como un postludio y abarca todo el
capítulo 3. Dentro de este último capítulo del libro, encontramos
dos subdivisiones. (1) La gran tribulación, en los versículos 1 al
15; y (2) El reino milenario, en los versículos 16 al 21.
Comencemos entonces nuestro estudio del
Joel 1
Ya hemos visto que la profecía de Joel abarca solo tres breves
capítulos, pero mantiene una posición importante en la Biblia.
Como primero de los profetas escritores, y como destacamos en
la introducción al libro, el primero que introdujo el término "el día
del Señor". Leamos entonces el primer versículo de este primer
capítulo, que inicia el relato de
Una plaga literal y local de langostas
"Palabra del Señor que vino a Joel hijo de Petuel."
En la introducción ya aclaramos que algunos pensaron que Joel
era hijo del profeta Samuel (siguiendo a 1 Samuel 8:1 y 2) pero
los hijos de Samuel fueron muy malvados y con toda seguridad
el profeta Joel no lo fue. El padre fue Petuel, y el nombre del
profeta significa "el Señor es Dios". Continuemos leyendo el
versículo 2 de este primer capítulo:
"Oíd esto, ancianos, y escuchad, todos los moradores de la tierra.
¿Ha acontecido algo semejante en vuestros días o en los días de
vuestros padres?"
Aparentemente, Israel se encontraba en ese tiempo en medio de
una gran plaga de langostas. Las plagas de langostas eran
bastante comunes en esa tierra. Pero Joel se dirigió a los ancianos
del pueblo y les dijo: ¿Ha acontecido algo semejante en vuestros
días, o en los días de vuestros padres? Seguramente habrán
tenido que responder que no, que esa plaga era la peor que
habían tenido. El problema de algunas personas es que, a medida
que van entrando en la edad madura les surgen ideas grandiosas
acerca del pasado. Si algún joven viene a contarles algo
extraordinario que les haya sucedido, las personas mayores
responden que en el pasado, la experiencia resultó mucho mejor.
Y dice el versículo 3 de este primer capítulo:
"De esto contaréis a vuestros hijos, y vuestros hijos a sus hijos,
y sus hijos a la siguiente generación."
Él les estaba diciendo: "Podéis divulgar esto. Decidles a vuestros
hijos y ellos a sus descendientes. Porque no va a haber una plaga
de langostas como ésta otra vez". Esto nos recuerda otro pasaje
de la Biblia. Nos referimos a Mateo 24, donde se encuentra el
discurso del Monte de los Olivos, cuando el Señor identificó el
período que Él mismo llamó "la gran tribulación". Él dijo lo mismo
de ese período. Dijo que no había ocurrido nada como él en el
pasado, y que después de transcurrido ese tiempo, no habría
nada semejante en el futuro. Esa característica convierte a ese
período en un paréntesis y le asigna un lugar único en la historia.
Durante la gran tribulación, nadie podrá decir que esos años le
recuerdan a uno difíciles tiempos del pasado. Nunca hemos leído
acerca de un período semejante a la gran tribulación. Para todos
los períodos de la historia registrada, en el pasado, siempre ha
habido tiempos anteriores que pudieron equipararse. Sin
embargo, el Señor Jesús enfatizó claramente el carácter de la
gran tribulación, cuando dijo, en Mateo capítulo 24, versículo 21,
porque habrá entonces Gran Tribulación, cual no la ha habido
desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. Cuando la
gente se encuentre viviendo en esos días, no expresará las dudas
que podemos oír hoy sobre ese período. Pero ante esas dudas
revisten gran claridad las palabras del Señor Jesucristo. Ya leímos
que Él dijo que no hubo nada semejante en el pasado. Y
observando el empeoramiento de la situación en la escena
internacional, así como las predicciones sobre las consecuencias
del cambio climático, no podemos negar que no habrá un período
como el descrito por el Señor en el futuro.
En una forma dramática, el profeta Joel estaba diciendo: "Mirad,
la plaga de langostas es algo único. Nunca ha habido algo como
ella, pero se aproxima un período único llamado el día del Señor".
Así que el día del Señor se inaugurará con la gran tribulación,
después de que la iglesia haya dejado este mundo. Será un
tiempo terrible que vivirá esta tierra, horrible y más allá de toda
descripción y después, Cristo vendrá y establecerá Su reino. Nos
agradaría que las personas que niegan de que la Biblia enseña
estas cosas estudiaran la totalidad de la Palabra de Dios, en vez
de escoger algunos versículos de un pasaje y algunos versículos
de otro. Necesitamos estudiar toda la Palabra de Dios para
conocer realmente lo que ella enseña.
Esta plaga de langostas se destacó por encima de otras plagas
que tuvieron lugar. La plaga de langostas que tuvo lugar en Egipto
en el tiempo de Moisés fue una plaga milagrosa ---en realidad fue
un juicio de Dios. Sin embargo, esta plaga descrita en Joel, fue lo
que llamaríamos un evento natural.
Hay varios detalles que necesitamos entender sobre la langosta,
ya que muchos de nosotros no estamos familiarizados con ese
insecto. A veces habremos escuchado el rumor de las langostas
que se encuentran en los árboles. Sin embargo, ello no constituye
una plaga, y probablemente, estas langostas mencionadas en Joel
no eran de la misma clase de langostas que podían verse en Israel
en los tiempos Bíblicos o incluso en la actualidad. Si usted ha visto
alguna vez fotografías de campos devastados después de una
plaga de langostas, sabe que las langostas han dejado los campos
verdes como si un incendio hubiera arrasado esas extensiones
destruyendo todo signo de vida.
La Palabra de Dios habló de langostas y, al concluir nuestro
estudio de hoy, estimado oyente, quisiéramos dirigir su atención
a Proverbios capítulo 30, versículo 27, que dice: Las langostas,
que no tienen rey, pero salen todas en escuadrones. Las
langostas marchan como si fueran un ejército, y al avanzar lo
hacen divididas y organizadas en diferentes y perfectas
formaciones. Este detalle nos ayudará a comprender que la
descripción que el profeta Joel hizo de esta plaga de langostas.
Le invitamos, entonces, a acompañarnos en nuestro próximo
encuentro y le sugerimos que lea hasta la mitad de este primer
capítulo para estar más familiarizado con este pasaje único de las
Sagradas Escritura

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