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Al igual que con el surgimiento de los libros y el acceso de

los mismos para todas las clases sociales, la alfabetización


verbal protagonizó un papel importante, no sólo para la
asimilación de la información, sino para la creación de
nuevos contenidos, en la actualidad resulta igual de
importante la Alfabetidad visual, como menciona Dondis en su
libro La sintaxis de la imagen.

En el sentido más primitivo, este término es útil para los


miembros de un determinado grupo, al compartir un significado
común de un elemento visual. A medida que conozcamos y
comprendamos sus componentes básicos, podremos resolver
cualquier problema de comunicación visual de manera creativa,
pero además, seremos capaces de aportar un estilo propio que
dote a su vez de una personalidad a nuestra solución visual.

La Alfabetidad visual tiene como finalidad la construcción de


un sistema que permita aprender, identificar, crear y
comprender mensajes visuales que resulten digeribles y
manejables para todo el mundo.

Desde pequeños, incluso desde que estamos en el vientre de


nuestras madres, palpamos y percibimos nuestro entorno con
nuestros sentidos, siendo el tacto y el oído los primeros
utilizar, sin embargo, tan pronto somos capaces de ver la
realidad expuesta, estos sentidos son relegados y superados
por nuestro sentido de la vista, pero ¿Por qué? Porque a
diferencia del oído o el tacto, la vista es la aproximación
más cercana que tenemos de lo real.

Cuando vemos, absorbemos y percibimos una cantidad colosal de


información que viaja a la velocidad de la luz y que podemos
asimilar en unos cuantos segundos. El proceso de la vista va
más allá de la simple precepción, dando paso a la
experimentación y la interpretación.

“La forma sigue a la función”


-Sullivan.

En el entorno de la comunicación visual, resulta fundamental


del desarrollo del arte como forma de expresión, pues a
acompañado al ser humano desde hace mucho tiempo. Ruskin,
aborda el arte como uno y sin una distinción entre bellas y
aplicadas, pues esta división resulta destructiva y
artificial.

En este territorio, el del arte, el poder registrar la


realidad de una manera fiel era un recurso que solo estaba al
alcance de unos cuantos, adiestrados y privilegiados, sin
embargo, con la llegada de la fotografía, esta capacidad se
encontraba al alcance de cualquier persona, tuviera o no el
adiestramiento de un pintor o ilustrador.

Es aquí, don donde la Alfabetidad visual cobra más


importancia, pues si bien, cada persona percibe e interpreta
el mundo de una manera subjetiva, la sociedad unifica estas
interpretaciones en un significado que posea un valor en la
conciencia colectiva, para esto se requiere como mínimo, el
conocimiento de los elementos básicos de la comunicación
visual: el punto, la línea, el contorno, el color, la
textura, la escala y la dimisión; así como del uso de reglas
de composición para poder crear mensajes visuales claros.

Gestalt, en sus teorías de la interpretación propone la


existencia de tres niveles de conciencia o inteligencia
visual: la representación, el realismo fiel; la abstracción,
al reducir los elementos hasta sus componentes más
primordiales; y el simbolismo, mediante el establecimiento de
conceptos que cobran vida en la conciencia social.

La composición es una herramienta fundamental para la


estructuración de mensajes visuales, pues mediante el uso de
principios como el equilibrio, la nivelación y aguzamiento, o
la atracción y agrupamiento, permite la articulación de los
colores, las texturas, proporciones y demás elementos, para
la resolución efectiva de un problema visual. El mensaje y su
significado se encuentran contenidos, por tanto, en la
composición. La forma expresa el contenido.

La composición requiere de un proceso de experimentación y


selección de técnicas que resulten más adecuadas para dar
fuerza a un mensaje visual, permitiendo que este sea
percibido por el espectador de manera precisa y evitando la
ambigüedad.

Cuando creamos o diseñamos, lo hacemos para comunicar, para


registrar, para preservar y expresar ideas. Estas finalidades
pueden llegar a mezclarse y enriquecerse entre sí, pues un
cartel de un evento de rock, puede ser utilizado en un futuro
por un amante del género, como artículo decorativo en su sala
o comedor.

La Alfabetidad visual implica entonces, la comprensión y


difusión de un significado con alto nivel de universalidad.
La comprensión de cómo se produce y organiza una imagen
mental, la estructuración de una composición efectiva, así
como de el funcionamiento que esta tiene una vez producida.

Al ser visualmente cultos, se nos posibilita la capacidad de


ser críticos y analíticos ante las modas, llegando incluso a
influir en ellas, dejando de ser espectadores pasivos. Supone
también, una mayor inteligencia visual, que permite una mayor
comprensión y asimilación de las formas visuales.

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